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Fonte 1 (vermella): https://es.wikipedia.org/wiki/Torre_de_H%C3%A9rcules
La Torre de Hércules es una torre y faro situado sobre una colina en la península de la ciudad de La
Coruña, en Galicia (España). Su altura total es de 57 metros, y data del siglo I. Tiene el privilegio
de ser el único faro romano y el más antiguo en funcionamiento del mundo. Es el tercer faro en
altura de España, por detrás del Faro de Chipiona (62 m s. n. m.) y del Faro de Maspalomas (60 m s.
n. m.). El 27 de junio de 2009 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Datos geográficos
• Localización: 43º23´N 8º24´W.
• Altura: 57 metros (36 metros corresponden a la construcción romana y 21 a la restauración
del siglo XVIII)
• Altura sobre el nivel del mar: 106 metros.
• Escalones: 234.
• Alcance: 24 millas.
• Destellos: grupo de 4 cada 20 segundos.
Mitología y leyendas
Hay varias leyendas relacionadas con la construcción de la torre de Hércules. Una de ellas cuenta
que Hércules llegó en barca a las costas que rodean actualmente la Torre, y que fue precisamente
allí el lugar donde enterró la cabeza del gigante Gerión, después de vencerle en combate. Esta
leyenda representa la continuidad del legado romano de Hércules sobre el legado tartésico-fenicio
de Gerión.
Asimismo, historiadores identificaron la torre como el lugar donde pudo haber estado situada la
Torre de Breogán, una torre mitológica que aparece entre otros en el ciclo mitológico irlandés
(más concretamente en el Leabhar Ghabhála Érenn, escrito alrededor del siglo XI), y desde la que
Ith, hijo de Breogán, habría avistado las costas de Irlanda. Esta sospecha viene acrecentada por
el topónimo Brigantium, que es altamente posible que derive de Breogán, y tiene sustento en la
tradición de los romanos a la hora de identificar a sus propios dioses o héroes, en este caso
Hércules, con los autóctonos.
La mitología dice que «hubo un gigante llamado Gerión, rey de Brigantium, que obligaba a sus
súbditos a entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus hijos. Un día los súbditos decidieron
pedir ayuda a Hércules, que retó a Gerión en una gran pelea. Hércules derrotó a Gerión, lo enterró
y levantó un túmulo que coronó con una gran antorcha. Cerca de este túmulo fundó una ciudad. No
obstante esta historia data de finales del siglo XIII de una crónica general recurrida de la mitología
mediterránea para elaborar una historia del faro de Brigantia. El mito coge al héroe griego Hércules,
Dice el mito castellano que esa gente fue traída de Galatia, en Anatolia, y que "por eso fue llamada
aquella tierra Galizia". Esta leyenda inspirada en la mitología mediterránea será promocionada
durante el siglo XIX y XX, cuando el faro de Brigantium es rebautizado con el nombre de "Torre de
Hércules" cambiando a Breogan por Hércules, como la primera persona que llegó fue una mujer
llamada Cruña (o Crunia), Hércules puso a la ciudad este nombre», versión que aparece en la
Estoria de España.
Historia
El origen de la torre es desconocido, aunque fue reedificada por los romanos en el siglo I. La
Torre de Hércules fue construida como faro de navegación y comprendida la construcción entre los
reinados de Nerón y Vespasiano en función de los hallazgos de fragmentos de terra sigillata y vasos
de paredes finas datables entre los años 40 y 80 de nuestra era. La inscripción al pie de la torre y las
referencias documentales sobre la ciudad de Brigantium (La Coruña) revelan la existencia de un
faro de la época de Trajano. En su base se encontró una piedra votiva con la inscripción en latín
MARTI AVG.SACR C.SEVIVS LVPVS ARCHTECTVS ÆMINIENSIS LVSITANVS.EX.VO, lo
que ha permitido identificar al arquitecto autor de la misma como Cayo Sevio Lupo, originario de
Aeminium, hoy Coímbra, en Portugal.
La mención más antigua a la Torre se encuentra en el Historiæ adversvm Paganos de Paulo Orosio,
escrito hacia el 415-417 d. C., que dice: Secvndvs angvlvs circivm intendit, ubi Brigantia Gallæciæ
civitas sita altissimvm farvm et inter pavca memorandi operis ad specvlam Britanniæ erigit («En el
segundo ángulo del curso [de circunnavegación de Hispania], donde se sitúa la ciudad de Brigantia
Gallæciæ, se yergue un faro altísimo entre unas pocas obras recordatorias de la ruta hacia
Britania»).
La torre perdió, posiblemente, su uso marítimo durante la Edad Media al convertirse en
fortificación. Fue en el siglo XVII (1682) cuando el duque de Uceda encargó la restauración
arquitectónica al arquitecto Amaro Antune, que construyó una escalera de madera que atravesaba
las bóvedas hasta la parte superior, donde se sitúan dos pequeñas torres para soportar los fanales. En
el reinado de Carlos III se realizó la reconstrucción completa. La obra neoclásica se terminó en
1791 bajo la dirección de Eustaquio Giannini.
La torre era, antes de comenzar la reforma, un cuerpo prismático con base cuadrada; en el exterior
presentaba un muro de piedra con dos puertas en la parte baja y ventanas asimétricas que la
recorrían hasta el piso superior, y una mordiente helicoidal que llegaba hasta la parte superior. En su
interior conservaba la vieja estructura romana, pero con escaleras de madera que pertenecían a la
restauración de edificio, armonizándola en su decoración con marcos superiores de puertas y
ventanas.
La fachada actual de la torre es el fruto de la remodelación neoclásica efectuada en el siglo XVIII.
En el año 2007, fue elegida candidata para engrosar la lista de bienes culturales Patrimonio de
la Humanidad. El 9 de septiembre de 2008 se hermanó con la Estatua de la Libertad de Nueva
York y el día 25 de ese mismo mes con el Faro del Morro de La Habana, el más antiguo de
América y uno de los emblemas de Cuba.
Parque Escultórico
El Parque Escultórico de la Torre de Hércules es un museo al aire libre que, en su recorrido, se
pueden contemplar más de 15 obras de importantes artistas del siglo XX como Francisco Leiro o
Manolo Paz en un gran espacio natural.
Patrimonio de la Humanidad
La Torre de Hércules fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad el día 27 de
junio de 2009 en la ciudad de Sevilla. La candidatura a obtener esta distinción, recibió un amplio
apoyo popular e institucional. La noticia fue acogida con alegría entre todos los coruñeses
concentrados en la plaza de María Pita y alrededor de la propia torre, quienes aguardaron durante
horas la designación.
ANÁLISE DA FONTE VERMELLA
Da Fonte Vermella podemos sinalar os seguintes aspectos:
- Ocupa unhas dúas páxinas.
- Sendo a Wikipedia, estaba bastante ben estruturada, pero non me pareceu que tivera
demasiada información, e completaba bastante con moitas fotografías. Non me parece o artigo
máis completo que vin nesta enciclopedia en liña.
- Dá algúns datos técnicos sobre altura do edificio, das diferentes partes, sobre o nivel do mar,
ubicación exacta, alcance e cadencia do sinal luminoso, etc.
- Sendo unha fonte non moi abundante, dedica bastante espazo a falar da súa posible orixe
mitolóxica, relacionando a mitoloxía romana, irlandesa-céltica e mediterránea posterior.
- O resumo da súa historia é bastante breve. Comeza coas especulacións e certezas da época
romana e salta ata o século XVII.
- Fai unha breve mención do Parque Escultórico que rodea á Torre de Hércules.
- Menciona o irmanamento coa Estatua da Liberdade e co Faro do Morro da Habana
- Tamén fai unha breve mención da carreira para ser nomeada Patrimonio da Humanidade.
Fonte 2 (verde): http://turismocoruna.com
Titularidad:
El edificio es de titularidad del Estado quien la ejerce a través de la Autoridad Portuaria da Coruña.
Mediante convenio con el Ayuntamiento de A Coruña, el Consorcio de Turismo da Coruña gestiona la
explotación museística.
Datos de interés:
Declarada Bien de Interés Cultural en 1931 y monumento Patrimonio de la Humanidad en 2009.
Breve Historia:
La Torre de Hércules es el faro romano más antiguo del mundo y el único que se conserva en servicio.
Construída con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo I, por un arquitecto de Coimbra de nombre
Gaio Sevio Lupo, su luz ha sido desde siempre un punto de referencia para los navegantes. El revestimiento
exterior actual es del siglo XVIII, obra de Eustaquio Giannini.
Datos geográficos:
La Torre de Hércules está situada en la costa norte de la península coruñesa, en un cerro de unos 50 metros
de altitud.
En sus alrededores se encuentra el Parque Escultórico de la Torre de Hércules.
Leyendas:
La Torre de Hércules siempre ha sido fuente de mitos y leyendas. Relatos que se han ido transmitiendo de
generación en generación a lo largo de los siglos.
La fundación de la ciudad
Recogida en la Crónica General de Alfonso X el sabio en el siglo XIII, cuenta la leyenda que existía en estas
tierras un gigante llamado Gerión que tenía aterrorizados a todos sus habitantes.
Acude en ayuda de éstos Hércules, hijo del dios Zeus que se enfrenta al gigante durante tres largos días.
Tras una dura lucha, Hércules vence y mata a Gerión, le corta la cabeza y sobre ella manda construir una
torre conmemorando su victoria.
Se dice que la primera persona en habitar esas tierras ya libres fue una mujer llamada Crunna, cuyo nombre
bautizaría la nueva ciudad.
Desde 1448 en el escudo de A Coruña aparecen representadas la Torre de Hércules y la calavera del tirano
Gerión.
Ith y Breog
En el "Libro de las Invasiones", escrito por monjes irlandeses en el siglo XII, aparece una leyenda que
cuenta como el rey Breogán funda la ciudad de Brigantia, y junto a ella una gran torre.
Una clara noche de invierno Ith, uno de los diez hijos de Breogán, divisa desde la torre las costas de Irlanda
y decide poner rumbo hacia ellas para su conquista. Pero Ith es asesinado y su cuerpo es devuelto a
Brigantia.
Será su hermano Mil quién al frente de un gran ejército llegue a Irlanda, y tras vencer a sus pobladores, los
Thuatha-De-Dannan, conquiste el país.
Leyenda del espejo
Se dice, que el rey Hispán, sobrino de Hércules de gran sabiduría, hizo colocar en lo alto de la Torre un gran
espejo mágico. Con él la población vigilaba la llegada de naves amigas o enemigas.
Hermanamiento:
El hermanamiento de la Torre de Hércules con la Estatua de la Libertad tuvo lugar el día 9 de septiembre
del año 2008 teniendo en cuenta los lazos de unión de estos monumentos a ambos lados del Atlántico. Los
hechos que vinculan A Coruña con Estados Unidos fueron la importancia del puerto coruñés en el
suministro logísitico a las colonias durante la Guerra de la Independencia, la expedición que llegó a la isla
de Manhattan, los emigrantes que dejaban atrás la Torre y eran recibidos por la Estatua de la Libertad y la
estancia de dos presidentes de los Estados Unidos de América en A Coruña, entre otros vínculos.
Esta iniciativa se ha llevado a cabo a petición del Instituto de Estudios Torre de Hércules y con el apoyo del
Servicio Nacional de Parques Naturales de Estados Unidos.
El día 26 de septiembre de 2008 se celebró el acto de hermanamiento de la Torre de Hércules con el Faro
del Morro, un faro situado en Cuba con una antigüedad de 153 años.
HISTORIA
Ubicada entre la ensenada del Orzán y el Golfo Ártabro se yergue la torre de Hércules, el faro más antiguo
del mundo aún en funcionamiento.
Siglos antes de Cristo, existía en la bahía coruñesa un poblado de origen celta conocido cómo Brigantia en
el que habitaban los ártabros.
Por su situación estratégica, se construye la torre de Hércules para guiar las embarcaciones que navegaban
hacia las Islas Británicas en la busca de estaño, cobre y hierro.
Su autor fue el arquitecto Cayo Servio Lupo natural de Coímbra, que dedica su obra al dios de la guerra
Marte, tal y como se puede leer en una inscripción al pie de la torre.
La torre de Hércules sirve de faro durante los siglos de la romanización, hasta que en el siglo V, los ataques
normandos obligan a los habitantes de esa población primitiva llamada Brigantia a su abandono, y a
refugiarse en el interior.
Es en el siglo XIII cuando Alfonso IX reconstruye y puebla el viejo puerto dándole como nombre Crunia.
Comienzan así unos siglos de prosperidad y crecimiento propiciados por el comercio marítimo. Sin embargo
la torre de Hércules continua abandonada, utilizándose en el siglo XVI buena parte de sus piedras para
construir el castillo de Santo Antón, y las murallas que defenderían la ciudad de los ataques ingleses.
Habrá que esperar hasta el siglo XVIII para ver como la torre recupera su protagonismo y función de faro.
En esa época, A Coruña vive una intensa actividad comercial con las Indias. Barcos de América y otros
puertos europeos y españoles llegan al puerto con preciadas mercancías, surge así la necesidad de dotar al
puerto con un faro que guíe y haga más segura la navegación.
Aprobada la obra por Carlos III, lleva a cabo la restauración de la Torre de Hércules el arquitecto extremeño
Eustaquio Gianini, iniciando los trabajos que le darían el aspecto actual en julio de 1788, para finalizar en
1791.
Hace 2000 años que el faro milenario encendió por primera vez su luz convirtiéndose en punto de
referencia para navegantes y visita obligada para viajeros. De ahí que la torre de Hércules haya sido
declarada monumento Patrimonio de la Humanidad en 2009.
LA VISITA
Sobre una colina de 60 metros sobre el nivel del mar, y con una altura de 59 metros, se alza el símbolo de la
ciudad de A Coruña, la Torre de Hércules.
La visión actual del exterior de la Torre no permite ver ningún resto romano, ya que estos se hallan en su
interior.
Los muros romanos de la antigua Torre forman una planta cuadrada con una cruz inscrita en su interior,
que articula cuatro cámaras abovedadas que inicialmente se comunicaban dos a dos. En altura, el núcleo de
la Torre se divide en tres pisos. El último y más alto estaba coronado con una cúpula donde se encendía el
fuego. La comunicación entre los pisos era exterior, posiblemente a través de una rampa o escalera que
ascendía rodeando el cuerpo de la Torre. La creencia popular asegura que por esta rampa podían subir
carros que transportaban el combustible para el faro.
Lo que contemplamos en la actualidad corresponde a la restauración llevada a cabo por Eustaquio
Giannini en el siglo XVIII, presentando un marcado estilo Neoclásico. Giannini reviste la antigua Torre con
un “forro” hecho en sillares de granito, lo que le proporciona mayor volumen. Redistribuye las ventanas y
puertas, y construye una escalera interior de piedra. Finalmente desmontó la cúpula y en su lugar elevó un
edifcio de cuerpo octogonal en el que alojó el faro.
Una banda diagonal recorre actualmente la Torre de Hércules en recuerdo de la primitiva rampa.
En la actualidad el acceso a la Torre permite apreciar las últimas excavaciones llevadas a cabo. Desde su
base y tras subir sus 234 escalones, se llega al mirador desde donde se contempla una espectacular vista
de A Coruña. A lo lejos las rías de Sada y Betanzos, Ares y Ferrol y hacia el oeste, las islas Sisargas frente a
Malpica.
Cada noche, comienza a funcionar el faro. Con un intervalo de 20 segundos emite un grupo de 4 destellos
blancos visibles a 24 millas. Los días de niebla una señal sonora, audible a 7 millas, facilita la navegación
costera y la entrada de los navíos al puerto de A Coruña.
PARQUE ESCULTÓRICO
Avda. de Navarra, s/n. 15002 A Coruña
El Parque Escultórico da Torre de Hércules es un museo al aire libre en le que se puede sentir la brisa del
mar, su sabor y su aroma en un entorno de leyenda.
En su recorrido se pueden contemplar más de 15 obras en un gran espacio natural.
ANÁLISE DA FONTE VERDE
Da Fonte Verde podemos sinalar os seguintes aspectos:
- Ocupa unhas catro páxinas.
- A estrutura é algo caótica, porque mestura algo as seccións, dun mesmo tema (por exemplo,
a historia da Torre) fai primeiro un breve adianto, e despois fai unha explicación máis
detallada.
- Menciona quen posúe a titularidade do monumento
- Menciona tamén todas as distincións que ten, como a de Ben de Interese Cultural
- Tamén fala bastante da súa mitoloxía en diferentes culturas
- Menciona o irmanamento coa Estatua da Liberdade e co Faro do Morro da Habana
- Na historia do monumento tampouco se estende demasiado
- Explica algo de como é a estrutura do edificio e que se pode visitar agora.
- Menciona algúns datos técnicos sobre o sinal luminoso
- Fala algo sobre o Parque Escultórico que rodea ao monumento
Fonte 3 (azul): http://www.torredeherculesacoruna.com/
Descripción
La Torre de Hércules es el único faro romano que desde sus orígenes hasta la actualidad ha cumplido con su
función primigenia: la de servir de señal marítima e instrumento de navegación para las embarcaciones que
en su singladura atraviesan el corredor atlántico. Esta particularidad lo convierte en un ejemplo excepcional
como testimonio único de los numerosos faros que las civilizaciones del pasado construyeron a orillas del
mar y que, desgraciadamente, se han perdido en el devenir de la historia, mientras que la Torre de Hércules
continua cumpliendo con la misión de orientar y dirigir a los hombres del mar que se enfrentan diariamente
con la inmensidad del océano.
El faro fue construido con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo I o en los primeros años del siglo
II d. C. por el Imperio romano en el finis terrae del mundo conocido, es decir, en el noroeste de Hispania, en
la entrada del gran Golfo Ártabro que comprende las rías del Burgo, Ares y Ferrol (A Coruña. España), para
acompañar a los barcos que bordeaban el extremo más occidental del Imperio. El lugar elegido para su
emplazamiento fue una loma rocosa, denominada Punta Eiras, de casi 57 metros de altura, que se
encuentra entre Punta Herminia y Punta del Orzán, dominando el extremo septentrional de la península en
la que se asienta la propia ciudad de A Coruña.
Esta singular construcción es de planta cuadrangular de aproximadamente 11,75 m de lado y presenta una
altura total de 55 m, de los cuales 34,38 m corresponden a la fábrica romana y 21 m a la restauración
realizada en 1789 para modernizar el sistema de señalización marítima. En la actualidad la Torre se levanta
sobre una amplia plataforma poligonal de 32,40 m de ancho, que le sirve de base y que fue construida a
principios del siglo XIX. Exteriormente, el monumento presenta una estructura prismática sobre la que se
dispone un remate torreado octogonal con refuerzos de sección triangular en las esquinas, que suaviza el
arranque de la base cuadrada. A este primer cuerpo torreado le sucede otro, decreciente en altura, que
sirve de base a la linterna en la que se encuentra la potente lámpara que ilumina con su luz a los intrépidos
navegantes.
Zona arqueológica
Las primeras intervenciones arqueológicas se produjeron a principios de la década de los años noventa a
raíz del proyecto de restauración de la Torre y su entorno, que convocó el Ministerio de Obras Públicas y
que ganó el equipo dirigido por Pablo Latorre. Dicho proyecto tenía como objetivo la restauración del faro,
coincidiendo con la conmemoración del segundo centenario de la reconstrucción emprendida por
Eustaquio Giannini y su reapertura al público. A pesar de que hasta entonces no se habían excavado los
cimientos de la Torre, esta era una vieja reclamación que tanto Luis Monteagudo, director del Museo
Arqueológico e Histórico de A Coruña, como Theodor Hauschild, arquitecto y director del Instituto
Arqueológico Alemán de Lisboa, habían planteado con anterioridad porque era el único modo en que se
podría documentar la estructura del faro en época romana.
Finalmente, en 1991 se dieron una serie de coincidencias que permitieron poder excavar bajo la plataforma
de piedra de la Torre. Los trabajos comenzaron en junio de 1992, bajo la dirección del arqueólogo Luis
Caballero Zoreda, miembro del equipo del proyecto de restauración de la Torre, y José M. Bello Diéguez,
avalado por el Museo Arqueológico del Castillo de San Antón.
Desde los comienzos de la intervención se constató la complejidad estratigráfica del subsuelo, lo que
aconsejó ampliar el área de la excavación, de modo que se pasó de unos sondeos iniciales a una excavación
en área. Intencionadamente se preservó un sector de 90º en el que no se intervino para poder hacerlo en
un futuro, cuando los medios técnicos sean más sofisticados que en la actualidad. La excavación
arqueológica no se pudo terminar porque el presupuesto se agotó cuando se llegó a los niveles romanos en
la fachada principal del monumento.
Cámaras
La Torre de Hércules conserva el núcleo interno del faro romano, que presenta la particularidad de estar
organizado en tres niveles con cuatro cámaras por planta. Esta distribución tan característica parece no ser
exclusiva del faro herculino porque en otros ejemplos similares, como en el desaparecido faro de Leptis
Magna (Libia-África), parece haber existido una distribución similar de los espacios interiores.
La Torre se organiza en tres niveles o plantas de diferentes alturas cada una de ellas: de 9,20 m, 9,60 m y
14,35 m, respectivamente. Cada piso presenta una distribución similar, con cuatro cámaras cuadrangulares
e independientes de 2,70 m de lado que se inscriben en la planta. Todos estos espacios se cubrían con
bóvedas de cañón, pero tres fueron desmontadas al construir la escalera interior.
Los muros divisorios tienen un grosor de 1,5 m, que es la misma anchura que tenían originariamente las
paredes perimetrales del núcleo de la fábrica romana. Hoy, ese grosor es mayor porque al forrarse
exteriormente la construcción primigenia con un caparazón de impecable sillería, entre 1788 y 1790, la
estructura romana quedó revestida y unida a ese forro mediante tizones perfectamente encajados. El
resultado final fue que los muros pasaron de una anchura de 1,50 m a los 2,10 ó 2,15 m que tienen en la
actualidad.
La comunicación entre las cámaras de cada uno de los tres niveles se hacía originariamente siguiendo una
orientación trasversal este-oeste y siempre dos a dos, con el fin de evitar que las cuatro estancias de una
misma planta estuvieran comunicadas y de este modo dificultar la propagación de un hipotético incendio y,
al mismo tiempo, favorecer la resistencia en caso de ataques. El ingreso desde el exterior a cada una de
estas cámaras se hacía a través de las puertas situadas en la rampa helicoidal ascendente que envolvía el
núcleo de la Torre y que permitía el ascenso hasta la parte alta de la misma. Por esa rampa se supone que
se subía la leña que alimentaba la hoguera que se encendía para orientar a los barcos. El recurso de la
rampa exterior también está documentado en el faro de Forum Julii o Frejus.
Escaleras
Tras la desintegración del Imperio romano, la intensidad del tráfico marítimo se redujo de forma muy
considerable y la Torre fue perdiendo el protagonismo que había tenido como señal marítima hasta quedar
relegada a una torre de vigilancia o a una atalaya privilegiada desde la que se dominaba el Golfo Ártabro.
Las grandes flotas que antaño recorrían las costas de la Gallaecia camino de Britania desaparecieron y con
ellas enmudeció la luz del faro que dejó de iluminar el perfil de los acantilados del noroeste peninsular.
Fue una época de olvido y de abandono, durante la cual el faro se fue deteriorando gravemente y la rampa
exterior que rodeaba el núcleo central y permitía el acceso a la linterna, así como las cuatro fachadas
exteriores que la protegían, se arruinaron. Los vientos, el salitre y las lluvias que afectan a esta zona
durante los temporales del invierno debieron ir minando los morteros de los muros, pero también la acción
del hombre fue determinante porque durante esta época la Torre se convirtió en la cantera de la ciudad y
sus sillares fueron extraídos uno a uno por los habitantes de la zona para ser reutilizados en la construcción
de los nuevos edificios que se estaban levantando por entonces en la ciudad.
La destrucción de la rampa helicoidal ascendente que recorría el exterior de la Torre de Hércules, de la que
apenas quedaban restos a la altura del siglo XIV, significó la desaparición de la única vía de acceso a la parte
superior de la construcción y a las diferentes cámaras que se localizan en su alzado.
Cuando la Torre recuperó su función como señal marítima, fue necesario habilitar un sistema para acceder
a la parte alta que permitiera alimentar el faro. La solución adoptada fue la construcción de una escalera
interior que comunicara la base de la Torre con la linterna, aunque para ello hubiera que horadar algunas
de las bóvedas de factura romana.
Rotonda
Las empinadas escaleras que discurren por el interior de la Torre nos conducen hasta el remate de la
estructura romana, sobre la que se asientan los dos cuerpos octogonales que fueron añadidos, en la
ampliación dirigida en 1789, por el ingeniero militar Eustaquio Giannini. Éstos se asentaron sobre la fábrica
existente, manteniendo un pavimento en el que se combinan grandes sillares de granito, en una solución
engatillada de buena factura, que bien podría tratarse del suelo original que remataba la torre romana y
sobre el que en el pasado se levantó la rotonda que albergaba la lámpara.
La restauración del faro impulsada por el Consulado del Mar y dirigida por Eustaquio Giannini, en 1789,
tuvo como objetivo adaptar la construcción a las nuevas técnicas de señalización marítima, por lo que
reemplazó la estructura de remate de la Torre por dos cuerpos octogonales de los cuales el segundo se
concibió como una linterna y que fue modificado años después.
El primer cuerpo está ocupado por la llamada sala Giannini. Una cámara octogonal con cuatro pilares
radiales que dejan espacio para un pasillo anular y un banco corrido. La estancia se cubre con una falsa
cúpula. En la parte alta de uno de estos pilares el propio arquitecto dejó constancia de su intervención en
una inscripción que reza: “DIRIXIÓ ESTA OBRA EL THENIENTE DE NAVÍO INGO ORDINARIO DE MARINA D.
EUSTAQUIO GIANNINI”. Resulta paradigmático que el ingeniero quisiera perpetuar su nombre en la
memoria de las gentes y que recurriera a una solución similar a la adoptada por el arquitecto Caio Sevio
Lupo cuando dispuso su inscripción conmemorativa a los pies de la Torre.
Fanal
El sistema de alumbrado utilizado tras la restauración del faro seguía planteando severas críticas por lo que
el Consulado decidió mejorarlo y para ello envió al capitán de navío José de Mendoza a Londres para que se
informara de la posibilidad de construir un fanal de reverberos parabólicos giratorios. A finales de 1799, el
nuevo sistema llegó a la ciudad. Su alto coste obligó al Consulado a hacer una cuestación popular para
sufragar parte de los gastos.
Para colocar el nuevo sistema de iluminación marítima era necesario introducir algunos cambios en el
cuerpo de remate de la Torre. Miguel de Hermosilla, el ingeniero comandante del reino, solicitó los
servicios de Eustaquio Giannini para que introdujera las reformas pertinentes en el cuerpo de remate.
Básicamente esas modificaciones consistieron en desmontar la cúpula y asentar sobre esos muros la base
para un fanal de 3,20 m. de diámetro.
Los grandes ventanales de la linterna, carentes ahora de función, se tapiaron y se construyó una escalera
interior para acceder a la lámpara y otra de caracol exterior, que desemboca en el balcón superior y que
queda oculta bajo un cilindro con remate troncocónico que le dio el característico perfil a la Torre y que
sirvió para colocar el pararrayos.
Una vez más, en el diseño de este husillo se hizo un intento para integrarlo desde un punto de vista estético
en el conjunto y para ello se buscó piedra de la misma calidad y color y, sobre todo, se decoró
exteriormente con una banda helicoidal que evoca claramente la que recorre el cuerpo principal del propio
faro.
Historia
La Torre de Hércules es el único faro romano que desde sus orígenes hasta la actualidad ha cumplido con su
función primigenia, la de servir de señal marítima e instrumento de navegación para las embarcaciones que
en su travesía atravesaban y atraviesan el corredor atlántico.
Fue construido con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo I o principios del siglo II d. C. por el
Imperio romano, en el finis terrae del mundo conocido, para acompañar a los barcos que bordeaban el
extremo más occidental del Imperio.
Se localiza en el NO de la Península Ibérica, en la región de Galicia, en la provincia de A Coruña y en la
ciudad de A Coruña.
El lugar elegido para su emplazamiento fue una loma rocosa, denominada Punta Eiras, de casi 57 metros de
altura, que se encuentra entre Punta Herminia y Punta del Orzán, dominando el extremo septentrional de
la península en la que se asienta la propia ciudad de A Coruña.
Cuando los romanos construyeron la Torre, eligieron unos terrenos que formaban parte de un espacio de
culto o santuario indígena. Era frecuente que los celtas consagraran promontorios costeros a divinidades
asimilables a Hércules. Además en el caso coruñés se da la coincidencia de que las tres rocas que se sitúan
en el mar, frente a Punta Eiras, se conocen como Buey, Vaca y Becerro, los mismos topónimos que se
repiten en el santuario de Kenmare, en la costa SO de Irlanda, en donde las tradiciones ubican la isla de
Donn o de los Muertos. Por lo tanto, en los terrenos que rodean a la Torre habría en época prerromana un
santuario vinculado a las creencias del más allá que corroboraría el carácter sagrado de toda la zona.
Cuando se construyó la Torre, ésta quedaba alejada de la ciudad romana de Brigantium que dio origen a A
Coruña, pero con el paso del tiempo la distancia se fue reduciendo hasta desaparecer y en la actualidad la
Torre está integrada en la propia ciudad pero dentro de un gran parque urbano que ocupa 50 ha. de
terreno libre de edificaciones, definido como suelo rústico de especial protección y dedicado a zona verde.
Edad Antigua
Desde el siglo II a. de C., en Hispania, se observa una creciente intensificación de las relaciones comerciales
con el noroeste peninsular. La expedición de Décimo Junio Bruto que penetró en la región galaica por el
sur, a través de Portugal, es una prueba irrefutable de este intercambio en fechas muy tempranas. En el
año 61 a. de C., según Dión Casio, fue el propio Julio César, que se hallaba en Cádiz, quien dirigió la
expedición que llegó por mar a Brigantium, (actual A Coruña) con el objetivo de establecer contactos
comerciales, que pudieron materializarse en la fundación de un pequeño establecimiento colonial de
importancia estratégica en los límites del Imperio.
Obviamente, Brigantium se convirtió en un puerto importante de la retaguardia durante las Guerras
Cántabras (29-19 a. de C.), con un papel relevante en la distribución de hombres y materiales para la
contienda. Posteriormente, durante la paz de Augusto, se produjo un incremento significativo de las
relaciones comerciales que se plasmó en el desarrollo de la estructura viaria y en el incremento del tráfico
marítimo, que favorecieron un proceso de profunda romanización. En este contexto, el noroeste peninsular
se convirtió en un territorio fundamental en la conquista de Britania y el puerto de Brigantium en uno de
los principales puntos de arribada de la vía XX, más conocida como per loca marítima auténtica, en la que
se refugiaron las armadas romanas en su camino a la conquista de Britania. Este interés militar justificaría la
construcción de un faro de grandes proporciones en la entrada del Golfo Ártabro porque desde Gibraltar
hasta Fisterra los navíos navegaban paralelos a la costa, a unas pocas millas del litoral, siguiendo la per loca
marítima, pero una vez llegados a Brigantium debían orientar las proas de sus barcos hacia el canal de la
Mancha y los territorios del norte, adentrándose en un mar abierto y muy batido en el que perdían el
referente de la costa hasta llegar a la Bretaña francesa.
En el siglo V de nuestra era, todavía el faro tenía una importancia muy destacada. El cronista Paulo Orosio,
discípulo de San Agustín, señalaba en su obra, la Cosmografía que “el segundo ángulo de Hispania está
orientado al norte, donde la ciudad galaica de Brigantia eleva para observación [del mar] de Britania su
altísimo faro y digno de mención entre muy pocas cosas”.
Edad Media
Durante la Alta Edad Media el faro inició un dilatado proceso de abandono, expoliación y ruina. El declive
del Imperio romano y de sus redes comerciales supuso la decadencia de las grandes rutas marítimas, que
dejaron paso a una navegación de cabotaje de bajo tonelaje muy intensa en aguas interiores como las rías
gallegas.
En esta época, es posible que el faro ya no alumbrara el horizonte pero su simple presencia sobre la
península en la que se asienta sería suficiente para convertirse en una imponente baliza diurna para la
orientación de los navegantes, cuando accedían al puerto coruñés desde barlovento. Tal debió ser su
relevancia que, desde época muy temprana, aparecen relacionados con los restos del faro una serie de
topónimos como “Farum Brecantium”, “Farum Pregantium” o simplemente “Faro”. Es más, desde el siglo IX
o X la antigua población de Brigantium pasó a llamarse Faro, prueba de la importancia que éste seguía
teniendo.
Durante la época de las invasiones normandas, en varias ocasiones, se recogieron referencias al faro.
Concretamente en la Crónica del rey Alfonso III se habla de una batalla en el año 846 en la que las tropas
asturianas se impusieron a las huestes normandas junto al Farum Brecantium. En relatos posteriores se
conservan otras alusiones similares.
Debido a las amenazas externas y al declive de la actividad portuaria y comercial, el núcleo de Brigantium
decreció casi hasta desaparecer porque su población se trasladó a un asentamiento más seguro, el llamado
Burgo del Faro, situado al fondo de la ría, en el actual ayuntamiento de Culleredo, una zona resguardada de
posibles ataques externos. En ese momento los restos del faro constituían una torre de vigilancia con un
marcado carácter militar y defensivo.
Edad Moderna
Fue en el siglo XVI cuando empezaron a darse los primeros pasos hacia la recuperación del monumento que
posibilitará que los restos del faro romano, una vez restaurados, vuelvan a convertirse, a finales del siglo
XVII, en uno de los principales bastiones para la orientación de los barcos en el noroeste de España.
A mediados del XVI, todavía los coruñeses seguían encontrando en la Torre una cantera inagotable de
piedra para las nuevas construcciones que se estaban realizando en la ciudad. Una y otra vez, el
Ayuntamiento, como propietario del faro, prohibe la extracción de material, pero con escaso éxito.
Asimismo impulsa una serie de obras de consolidación y mejora del edificio, como la compra de madera en
1537 y 1562 para construir una escalera interior que permitiera acceder a través de las cámaras a la
linterna del faro ya que la rampa exterior había desaparecido.
Durante esta fase de recuperación, es posible que se volviera a poner en funcionamiento el faro porque el
tráfico marítimo se intensificó de forma significativa por el comercio peninsular e internacional con Europa
y América, y A Coruña se convirtió entonces en un puerto estratégico del Atlántico, debido a su privilegiada
posición, al fondo de una amplia ría y al amparo de las tempestades del océano, pero con la dificultad
añadida de contar con un acceso angosto que hacía muy compleja la maniobra de entrada en el puerto
para aquellos navegantes que no conocieran este tramo de costa. Dadas estas circunstancias, parece obvio
que el Ayuntamiento cuando inicia las tímidas mejoras de la Torre esté pensando en recuperar para el uso
marítimo el viejo faro, que serviría de baliza, de atalaya, pero también de señal marítima, retomando su
vieja función. De hecho en la cartografía de la época se incorpora la imagen del faro y en las cartas náuticas
inglesas, potencial enemigo de España, aparece la referencia a la Torre.
Edad Contemporánea
Reformas siglo XVIII
A finales del siglo XVIII, A Coruña era uno de los puertos más activos del norte de España y el tráfico
marítimo había adquirido una gran importancia, además, la proximidad al puerto de Ferrol, que era la base
principal de la armada española, había convertido el golfo Ártabro, en una zona de paso obligada para las
flotas militares. Estas circunstancias propiciaron que el Ministerio de la Marina decidiera en 1785 restaurar
la Torre de Hércules como parte del plan general de mejora y de modernización del puerto de A Coruña. El
Capitán General de Galicia, Pedro Martín Cermeño, máxima autoridad del reino, respaldó abiertamente el
proyecto y en 1787, le encargó al ingeniero militar Manuel de Navacerrada un informe exhaustivo del
estado en que se encontraba la Torre. En ese documento, Navacerrada aboga porque se conserve la
estructura del faro romano y se adapte a los avances técnicos de la señalización marítima, en lugar de
derribarlo y construir otro nuevo. Esta opción era la más económica, argumento nada desdeñable, pero
además permitía consolidar un monumento que era el símbolo de la ciudad, aspecto que defendía el
académico José Cornide Saavedra. El 4 de enero de 1788, el rey Carlos III autorizó la restauración de la
Torre que iba a financiar el Consulado del Mar.
Entre los meses de marzo y junio de 1788, el ingeniero militar Eustaquio Giannini, elaboró el proyecto,
durante ese tiempo, contó con la inestimable ayuda de José Cornide que aportó sus conocimientos sobre
la Torre para que su intervención fuera lo más respetuosa posible con los restos conservados y
contribuyera a su valoración. El resultado de esta colaboración fue un ejemplo paradigmático de
restauración arquitectónica en el que Giannini-Cornide hacen una reflexión profunda de los criterios de
intervención que deben aplicarse al monumento romano. Buena parte de la investigación realizada, fue
publicada por José Cornide en 1792 en Investigaciones sobre la fundación y fábrica de la Torre llamada de
Hércules, una obra que sigue siendo clave para el estudio del faro.
Reformas siglo XIX
Con el paso del tiempo, la Torre fue modernizando su lámpara para mejorar la iluminación y que los
reflejos llegaran más lejos y sirvieran de apoyo a los barcos. En 1847, el sistema de reflectores antiguos fue
reemplazado por un aparato catadióptrico de tercer orden que la colocó a la vanguardia de los sistemas de
iluminación marítima. La nueva instalación del alumbrado sirvió para las prácticas de los alumnos de la
Escuela de torreros que funcionó entre 1850 y 1853 en la Torre, bajo la dirección del piloto mecánico y
relojero Agustín Antelo. Durante ese corto período de tiempo, las clases se impartieron en las viviendas de
los torreros que se encontraban en la falda de la loma sobre la que se asienta la Torre.
En 1858, A Coruña se vistió de gala para recibir a la reina Isabel II, que acompañada de Francisco de Asís y
del príncipe de Asturias visitaron la ciudad y el faro. Para tan importante ocasión, se procedió al
“embellecimiento” del interior de la Torre mediante papeles estampados y telas que cubrieron las piedras
desnudas de las cámaras; se colocaron además falsos techos que ocultaron las sencillas bóvedas de cañón y
tabiques de barrotillo en la planta baja. Los suelos de piedra se cubrieron con alfombras y se amueblaron
algunas de las estancias con el fin de que el cortejo real pudiera hacer los descansos oportunos en la subida
a lo alto del faro. El resultado, según las crónicas del momento, fue sorprendente porque con esos cambios,
las cámaras del faro pasaron a convertirse en salas anodinas de gusto cortesano.
En el primer piso se localizaban las habitaciones destinadas al gabinete del ingeniero encargado del faro, en
el segundo se habilitó un saloncito para visitas distinguidas, que tras el paso de la soberana, pasó a ser
conocida como la “sala de reina” y en el tercero un almacén para materiales relacionados con la lámpara de
alumbrado.
Reformas siglo XX
En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX continuaron las mejoras para adaptar el sistema de
iluminación a los adelantos técnicos que se iban produciendo. Así la lámpara Sautter fue sustituida por otra
nueva de la casa Létourneau, con el objetivo de que su luz fuera más fuerte y visible en las noches oscuras
de los temporales atlánticos.
Al margen de estas cuestiones técnicas, la Torre, tras la restauración de Giannini empezó a ser conocida y
valorada, y especialmente querida para un pueblo como el gallego, con una larga tradición marinera y que
desde sus orígenes mantuvo una estrecha relación con ese mar embravecido que asola sus costas y se lleva
a sus marineros. En ese contexto, el faro es la luz que orienta el camino y que conduce a puerto, es la
imagen del regreso, de la feliz singladura, y por eso se convirtió en un símbolo, en un icono que pasó a
formar parte de la memoria colectiva de nuestra sociedad, por eso cuando a finales del siglo XIX y principios
del XX, los gallegos se lancen a la emigración en busca de trabajo y de mejores oportunidades, crucen el
Atlántico y se dispersen por Latinoamérica, llevarán en sus ligeros equipajes la imagen de la Torre de
Hércules, que empieza a brillar con fuerza desde el otro extremo del océano gracias a los artículos que los
gallegos publican en revistas de la emigración. No hay una sola de ellas que entre 1890 y 1960 no cuente
con un artículo dedicado a la Torre, en donde la morriña y la saudade se hacen evidentes.
Parque escultórico
Este museo al aire libre se extiende por la península de la Torre, Punta Herminia, O Acoroado y el Cabal de
Pradeira, a lo largo de 47 ha, es decir, ocupando parte de los límites de la zona del entorno de la Torre (core
zone). Las esculturas se distribuyen en el espacio verde que rodea la Torre, en un juego de perspectivas
muy sugerente y en diálogo permanente con el propio monumento. La temática elegida por los artistas
puede ordenarse en torno a varias vías temáticas:
Los relatos mitológicos que vinculan la fundación de la Torre con el propio Hércules o con el caudillo celta
Breogán, al que la historiografía del siglo XIX relaciona con el origen del propio monumento.
Las referencias al mundo del mar, a la navegación y a las rutas, que nos hablan de esa vocación marinera
que aparece intrínsecamente unida al pasado del pueblo gallego desde los inicios de su historia.
En este espacio escultórico se han integrado una serie de elementos preexistentes que se explican dentro
de su contexto histórico por medio de paneles informativos que difunden el valor que tienen dentro de
este paraje. Entre ellos podemos destacar: el Monte dos Bicos, el Cementerio Moro y las balizas que
ayudan a la navegación.
Rutas
La Torre de Hércules es un monumento que cuenta con un entorno protegido de extraordinario valor
paisajístico, histórico, etnográfico, arqueológico … que ha sido reconocido recientemente por la UNESCO. El
visitante que se acerque a este paraje puedo recorrerlo y descubrirlo a través de las sendas que discurren
en las proximidades de los acantilados.
En la actualidad se han diseñado cuatro rutas que recorren el campo da Rata, punta Herminia, la península
de la Torre y la praia da Lagoa. Son todas ellas rutas de poca dificultad que se pueden recorrer en familia
disfrutando de las vistas y del entorno.
En el Centro de Recepción de Visitantes se dará las indicaciones necesarias a los interesados de los puntos
de Bluetooth en los que se puede descargar la información pertinente. Además a lo largo de las sendas se
han dispuesto paneles informativos en los que se detalla los puntos de interés cultural y natural.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Precedentes
El camino de la Torre de Hércules hacia la declaración de Patrimonio Mundial se inició en marzo de 1986,
cuando la diputada y escritora María Victoria Fernández-España, respaldada por el Centro Gallego de
Madrid, hizo la primera petición para que este monumento fuera declarado Patrimonio de la Humanidad.
La idea se retomó en 1989, coincidiendo con los actos que conmemoraban el II centenario de la
restauración del faro dirigida por el ingeniero militar Eustaquio Giannini. La iniciativa tuvo una considerable
repercusión social, pero no llegó a materializarse en medidas concretas.
En el año 2001 se pone en marcha una nueva iniciativa capitaneada por el doctor José Vázquez Iglesias,
más conocido como Manito, un gran enamorado de la Torre que seducido por la excepcionalidad del
monumento, que tantas veces había inmortalizado con su cámara de fotos, decidió crear el Instituto de
Estudios Torre de Hércules para impulsar la candidatura de la Torre.
En torno al Instituto, Vázquez Iglesias consiguió aglutinar a las principales instituciones de la ciudad con el
objetivo final de obtener el respaldo social e institucional necesario para que la UNESCO reconociera la
Torre como un bien de valor universal excepcional y aceptara su inscripción en la Lista de Patrimonio
Mundial.
El trabajo del Instituto bajo la dirección de Vázquez Iglesias fue extraordinario y gracias a los fondos de la
institución se financiaron varios estudios técnicos que formaron parte de un expediente inicial que se
entregó a la Xunta de Galicia y al Ministerio de Cultura.
La desaparición del doctor Vázquez Iglesias en junio de 2007 no supuso la desaparición del Instituto, que
continuó con su labor bajo la dirección de Segundo Pardo-Ciórraga y de Santos, su actual presidente.
Declaración
Todo estaba preparado para la 33ª Reunión del Comité de Patrimonio Mundial, que se celebró en Sevilla
desde el 22 al 27 de junio de 2009. El Comité tuvo que estudiar 27 candidaturas entre bienes naturales y
culturales, de las cuales sólo se inscribieron 11 bienes culturales, 2 bienes naturales y 3 ampliaciones de
bienes ya declarados. A las 18,26 horas del sábado 27 de junio la candidatura de Torre de Hércules dejó de
ser un sueño para convertirse en un bien inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de acuerdo con el
criterio III de las directrices operativas, que reconoce la excepcionalidad del faro por aportar un testimonio
único sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida.
Desde entonces, la Torre de Hércules es el único faro inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial.
Valor excepcional
Según se establece en las directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial,
los bienes que forman parte de la Lista de Patrimonio Mundial tienen que demostrar un valor universal
excepcional que los hace diferentes a cualquier otro bien y que justifica el criterio por el que el Comité de
Patrimonio Mundial decide inscribirlo. En el caso de la Torre de Hércules, su valor universal excepcional
reside en que es:
• El único faro romano del mundo que se conserva si no completo, sí en más de un 60% y que
continúa funcionando en la actualidad.
• Es, además, un caso paradigmático de una intervención arquitectónica en un monumento de la
Antigüedad porque cuando en 1790 Eustaquio Giannini proyectó la restauración de la Torre de Hércules, lo
hizo aplicando unos criterios científicos, demostrando un respeto total por la integridad del faro y
manteniendo su autenticidad. Por eso, esa intervención, lejos de restarle valor, supone un atractivo más
porque demuestra la sensibilidad de los hombres y mujeres del siglo XVIII al intervenir en el patrimonio
construido.
Por todo ello, la Torre de Hércules aporta a la humanidad el conocimiento de la evolución de la técnica de
señalización marítima desde la época romana hasta nuestros días. Constituye en este sentido un referente
excepcional a través del cual se puede estudiar el desarrollo y la evolución de los diferentes sistemas de
señalización y de ayuda a la navegación desde los comienzos de nuestra era a la actualidad.
ANÁLISE DA FONTE AZUL
Da Fonte Azul podemos sinalar os seguintes aspectos:
- Ocupa unhas dez páxinas.
- É a páxina máis completa de todas, con diferenza, pero tamén mestura algo as seccións. Cando
fala da estrutura da Torre e as diferentes partes, aproveita para contar algo da historia do
monumento e da sociedade do momento, que pode explicar os cambios que houbo no
monumento.
- Describe moi en detalle o lugar no que se atopa a Torre
- Describe a estrutura da Torre moi en detalle, con medidas moi precisas.
- É a única web que explica como foi a intervención arqueolóxica das últimas décadas.
- A explicación da evolución histórica é a máis detallada.
- Detalla algo máis como é o entorno da Torre
- Detalla bastante máis cal foi o proceso para conseguir a distinción de Patrimonio da
Humanidade.
- Non fala absolutamente nada sobre Mitoloxía.
La Torre de Hércules es el faro romano más antiguo y el único en servicio, y está sobre una loma de
57 metros de altura, en la península de A Coruña. Tiene una altura de 55 m, con 34,38 m romanos y
21 m de la restauración. De noche emite 4 destellos blancos cada 20 segundos, visibles a 24 millas.
Cuenta la leyenda que existía allí un rey gigante llamado Gerión, que aterrorizaba a sus súbditos.
Pidieron ayuda a Hércules, que se enfrenta al gigante le corta la cabeza y sobre ella manda construir
una torre. Otros dicen que aquí pudo estar la Torre de Breogán, de la mitología irlandesa, desde la
que Ith, hijo de Breogán, habría avistado las costas de Irlanda. Su hermano Mil conquistará el país.
La torre fue reedificada por los romanos sobre un santuario de origen celta en la segunda mitad del
siglo I, por el arquitecto Cayo Sevio Lupo. Guiaba los barcos hacia el canal de la Mancha y el norte,
en la busca de estaño, cobre y hierro. El declive del Imperio romano supuso la expoliación y ruina
del faro, utilizándose sus piedras para construir el castillo de Santo Antón. A finales del siglo XVIII,
A Coruña era uno de los puertos más activos del norte de España, y surge así la necesidad de dotar al
puerto con un faro. La obra neoclásica se terminó en 1791 bajo la dirección del ingeniero militar
Eustaquio Giannini, que contó con la ayuda de José Cornide.
La Torre de Hércules conserva el núcleo del faro romano, organizado en tres plantas de diferentes
alturas. Existía una rampa helicoidal que envolvía el núcleo y que permitía el ascenso hasta la parte
alta, para alimentar la hoguera del faro. Una banda diagonal la recuerda. La rampa exterior y las
cuatro fachadas se arruinaron, y se convirtió en la cantera de la ciudad para la construcción de nuevos
edificios. Hubo que construir una escalera interior que comunicara la base con la linterna, pero hubo
que horadar algunas de las bóvedas romanas. Se desmontó la cúpula y en su lugar elevó un edificio
de cuerpo octogonal que sirve de base a la linterna. Tras subir 234 escalones, se llega al mirador con
espectaculares vistas. Lo que contemplamos ahora es la restauración de Eustaquio Giannini en el siglo
XVIII. Las primeras intervenciones arqueológicas se produjeron en 1992. Se preservó un sector en el
que no se intervino para poder hacerlo en un futuro, cuando los medios técnicos sean más sofisticados.
El Parque Escultórico de la Torre es un museo al aire libre con más de 15 obras de artistas del siglo
XX como Francisco Leiro o Manolo Paz. Se han diseñado cuatro rutas de poca dificultad que se
pueden recorrer en familia y que recorren lugares como el Monte dos Bicos y el Cementerio Moro.
En 2001 se decidió crear el Instituto de Estudios Torre de Hércules para impulsar la candidatura de
Patrimonio Mundial. En el año 2007, fue elegida candidata para engrosar la lista de Patrimonio de la
Humanidad. Fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad el día 27 de junio de 2009.
Por ser el único faro romano del mundo que se conserva completo en más de un 60% y que continúa
funcionando y por ser una intervención arquitectónica que se hizo aplicando unos criterios científicos.
El 9 de septiembre de 2008 se hermanó con la Estatua de la Libertad de Nueva York y el día 25 de
ese mismo mes con el Faro del Morro de La Habana. El edificio es del Estado a través de la Autoridad
Portuaria. El Consorcio de Turismo gestiona la explotación mediante convenio con el Ayuntamiento.
EXPLICACIÓN DA ELABORACIÓN DO INFORME FINAL DO MONUMENTO
Para a elaboración do resumo final, seguimos os seguintes criterios:
- Todo o texto xunto ocuparía unhas DEZAOITO páxinas, e o resumo final só podía ocupar
UNHA páxina.
- Como primeiro dato anecdótico, pero moi ilustrativo, nas tres fontes indican diferente altura
da torre (55, 57 e 59 metros). Quedámonos co dato da FONTE AZUL porque parece moito
máis precisa e ademais presenta todas as lonxitudes con centímetros, cousa que as outras
fontes non fan.
- Na primeira parte do resumo, que trata sobre Datos Xeográficos e Técnicos, usáronse sobre
todo as FONTES VERDE e AZUL.
- Na segunda parte, sobre Mitoloxía, todo se saca da FONTE VERMELLA e da FONTE
VERDE, nada da FONTE AZUL.
- Na terceira parte, sobre Historia, combínanse as tres fontes, pero xa comeza a ganar
preponderancia a FONTE AZUL, que é a máis completa e precisa das tres, con diferenza.
- A cuarta parte, sobre a Estrutura da Torre, sacouse principalmente da FONTE AZUL e tamén
algo da FONTE VERDE, pero nada da FONTE VERMELLA, que non trataba deste tema.
- As tres fontes falaban sobre a seguinte parte do Parque Escultórico, pero pareceume máis
interesante o que poñía na FONTE VERMELLA e na FONTE AZUL.
- A sección sobre a súa distinción como Patrimonio da Humanidade tamén foi extraída da
FONTE VERMELLA e da FONTE AZUL.
- O último parágrafo contén as referencias aos dous importantes monumentos cos que está
irmanada, extraídos da FONTE VERMELLA, e a quen pertence a propiedade e xestión do
monumento, extraído da FONTE VERDE.
- Algunhas frases están compostas por fragmentos de diferentes fontes.
- Algunhas frases están compostas por fragmentos da mesma fonte que puideron ser recortados,
cambiados de orde, etc.
- En todos estes casos, ás veces, é necesario escribir unhas poucas palabras de creación propia
que fagan de “pegamento” entre eses fragmentos.