folleto historia del seminario de zamora

Upload: curicaverii

Post on 11-Jul-2015

320 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Esbozo de historia de una Institucin trascendental1.- PrenotadosCon todo el respeto que me merecen, tengo la pena de comunicar a los lectores de GUIA una inminente amenaza: una nueva serie de artculos de este servidor. Pero, al mismo tiempo, les recuerdo que todos estn en la mayor libertad para leerlos o no, as como para aceptar o no todo lo que en ellos diga, teniendo en cuenta que no soy yo quien tenga ni la primera ni la ltima palabra sobre el tema del que me voy a ocupar. Antes de incidir esta nueva serie, creo tambin necesario prenotar algunos puntos que aclaren, justifiquen y, por lo mismo, permitan la escritura y la lectura de los siguientes artculos.

Las historias particulares, complemento y base de las historias generalesEl ocuparse de analizar con detenimiento y seriedad un acontecimiento o la historia de alguna institucin o de un personaje en particular, sobre todo acontecimientos, instituciones o personajes que, en el tiempo, en la distancia o en el inters, estn cerca de nosotros y de los cuales conocemos ya un poco, es algo que, adems de ampliar nuestros conocimientos, nos da la oportunidad de conocerlos mejor, tanto por poderlos ubicar con exactitud y relacionarlos entre s, como por conocer el ambiente y las circunstancias que los rodearon y que, como en un cuadro, eso que parece secundario nos permite apreciar y resaltar las figuras principales del mismo. Debemos entender que la historia de nuestro mundo, de nuestro pas est compuesta de las historias de nuestros pueblos, de nuestras instituciones y de los personajes que los forman, las rigen y las hacen vivas y actuantes. Si no construimos la historia general basndonos en las historias particulares, no lograremos hacerlo con objetividad y a plenitud; si no partimos de la investigacin y el anlisis de hechos, personajes e instituciones concretos y ubicados en la base de la pirmide del acontecer humano, tendremos como resultado una visin miope, partidista, incompleta y de poco valor. Y en el caso concreto de nuestra ciudad, de nuestra regin, de nuestra Dicesis, de nuestro Estado y aun de nuestro pas, si no partimos del conocimiento de personajes, acontecimientos e instituciones citadinos, regionales, diocesanos y estatales, tendremos una historia trunca, incompleta y oscura. Tal es el mvil y la intencin de escribir los siguientes artculos, como una pequea aportacin a la construccin de nuestra historia particular como habitantes de esta ciudad, de esta regin y de esta porcin eclesistica, llamada Dicesis.

Una Institucin muy especialDesde hace ya 147 aos existe oficialmente entre nosotros (y hablo de la ciudad de Zamora, de su regin y de toda la Dicesis, inicial y actual) una institucin que ha tenido una importancia y trascendencia sumas en todos esos niveles y aun en el nacional. Y a pesar de ser una institucin perteneciente a una sociedad religiosa como lo es la Iglesia Catlica, la importancia y la trascendencia de esta institucin debe ser reconocida no slo por los catlicos, sino que, ms all de creencias y de posibles intolerancias y fanatismos, tambin por los no pertenecientes a esta sociedad religiosa o aun por los mismos enemigos de ella, si se precian de ser honestos y objetivos. Y esto lo afirmo porque tal institucin ha estado siempre, en mayor o menor grado, vinculada irremediablemente a la vida religiosa, cultural, social y aun poltica de nuestra ciudad, de nuestra regin y de nuestra Dicesis (como lo veremos a travs de los siguientes artculos), de tal manera que al analizar su historia, estaremos analizando la historia de Zamora, de la regin y de la Dicesis en todos esos aspectos. Me refiero al Seminario Diocesano de Zamora. Tales afirmaciones pretendo justificarlas no con frases y comentarios inventados o nacidos de la simpata o de la conviccin religiosa, sino con hechos concretos, documentados y comprobados.

Fuentes, plan y contenidoTal vez canse y aun parezca chocante y enfadoso, pero, por muchas razones y por respeto a quienes lean estos artculos, necesito repetirlo: no soy historiador, pero me gusta la historia y, en el caso particular, la historia del Seminario y tengo la dicha y el privilegio de estar en estrecho contacto con las fuentes de esa historia: el Archivo Diocesano y el del Seminario as como con la riqueza de la Biblioteca del mismo. Por otra parte, tengo el firme propsito de utilizar tales fuentes con la mejor de mis intenciones y dentro de mis capacidades y deficiencias, para compartir con quienes lean estos artculos todo lo ms interesante e importante de la historia del Seminario de Zamora. Desde luego, debemos conocer y reconocer que se han hecho buenos y magnficos intentos por reconstruir la historia del Seminario de Zamora, como, por ejemplo la obra EL SEMINARIO DE ZAMORA de Monseor Francisco Valencia Ayala, recientemente fallecido y que durante casi toda su vida estuvo en contacto directo con el Seminario, al que am entraablemente; o bien, el Padre Magaa en sus Memorias LA DICESIS DE ZAMORA en las que nos da un esbozo del Seminario donde l estudi, vivi y luego ense. Existen otras obras en las que se nos dan importantes datos acerca del Seminario de Zamora y que o no se conocen o no han sido publicadas. El trabajo que pretendo realizar con relacin a este tema no quiere ser otra cosa ms un grano de arena que sirva para la construccin de la historia de esta institucin y como complemento o lo ya escrito. Debo aadir que no intentar hablar extensamente de la historia del Seminario en relacin con su proceso formativo, interno y de disciplina, aspecto importante, pero que quizs a muchos no les interese y, sobre todo, porque no me concierne ni estoy capacitado ni autorizado para hacerlo. Hablar del Seminario de Zamora, de su fundacin, de su finalidad, de su proceso histrico, de sus edificios, de sus caractersticas, de sus Rectores y principales personajes que tuvieron alguna ingerencia o intervencin en l, de los alumnos que llegaron a la meta y de los exalumnos y de las metas alcanzadas por muchos de ellos, de sus vicisitudes y, en fin de todo aquello que pueda ayudarnos a tener una idea ms o menos completa y clara

de l y a conocer, en concreto, cul ha sido su influencia en la sociedad en todos los rdenes y en las distintas conciencias ciudadanas. Finalmente, debo confesar pblicamente que quiero y admiro al Seminario y que, desde el ao de 1945, he tenido contacto con l (con algunas interrupciones) y que debo decir, tambin pblicamente y con orgullo, (con mucho de mi parte, aunque tal vez con no mucho para el Seminario) que, aunque no soy la gran cosa, lo poco bueno que soy y que hay en mi persona se lo debo principalmente al Seminario. Por lo anterior, por haber tenido la suerte no slo de vivir en l durante 16 aos, sino, ltimamente, por haberme hecho el honor de invitarme a ayudar en la reestructuracin y ordenamiento de su Archivo, y por conocer tambin gran parte de su historia, guardada en el Archivo Diocesano, es por lo que me atrevo a escribir la presente serie de artculos, para compartir con quienes la lean la riqueza que encierra la historia de esta institucin, realmente trascendente. Desde luego no ser una historia en el sentido estricto y cientfico de la palabra, pero un esbozo de ella y un intento por dar a conocer algo de tan rica historia.

2.- Gnesis y razn de ser de los SeminariosEl sacerdocio catlicoCreo que para comprender, juzgar y valorar de la mejor manera la historia del Seminario de Zamora es til, conveniente y aun necesario el conocer un poco las causas y las circunstancias histricas y religiosas, prximas y remotas, que dieron lugar a su existencia. Quizs algunos lectores cuenten con tal conocimiento en un grado mucho ms profundo y completo que el que yo pueda proporcionar, resultando, por lo mismo, que lo dicho por m sobre el particular saldr sobrando; pero creo que otros lectores, con los datos que en seguida me permito recordar, podrn tener una mejor idea y visin del Seminario de Zamora, puesto que contarn con elementos bsicos que les permitirn apreciar sus inicios, su trayectoria y la trascendencia que ha tenido en nuestra sociedad. Desde luego debemos apuntar que los Seminarios son instituciones de carcter religioso y que, por lo tanto, es necesario analizar un poco su entronque con la religin y, si estamos hablando concretamente de una institucin catlica, debemos tener clara la idea del lugar que ocupa un Seminario en la religin catlica, partiendo del hecho de la fundacin de la Iglesia y del papel que en ella quiso tuvieran los Sacerdotes. En efecto, Jess de Nazaret trajo un mensaje al mundo, predic una doctrina ideal para que, con su prctica, el hombre pudiese vivir en armona, buscando su felicidad y la de los dems, as como tambin una felicidad perfecta en otra vida y, para propagar tal doctrina, fund una sociedad a la que podran pertenecer todos los integrantes del gnero humano y en la cual ocuparan un lugar especial e importante ciertos miembros de la misma, como Ministros o Sacerdotes, a los que, en la persona de sus primeros seguidores, llamados Apstoles, eligi de una manera especial: No me habis elegido vosotros a m, sino que yo los eleg (Juan 15, 16); les dio una misin concreta y especial: Como mi Padre me envi, as os envi a vosotros (Juan 20, 21), en una palabra los mand a predicar el Evangelio y (Vayan por todo el mundo predicando el Evangelio); les dio poderes especficos para ensear, bautizar, perdonar los pecados, consagrar el cuerpo de Cristo, etc. Pero por otro lado, debemos saber que Cristo es el nico y verdadero Sacerdote y que, tanto los sacerdotes de la Antigua Alianza (que eran una figura de El), como los que luego constituy en su Iglesia, slo participan de ese Sacerdocio para y en beneficio de los dems, ejerciendo su triple papel de pastores, ministros de los ritos

sagrados y maestros, todo ello bajo el signo y la consigna de su fundador: el servicio a los dems, especialmente a los miembros de la Iglesia, pero tambin a los que no lo son. Adems tales oficios los debe el Sacerdote desempear unido a su Obispo (quien es el que lo llama y constituye como tal) y dependiendo de l.

Situacin deplorableTodo lo anterior es la doctrina de la Iglesia Catlica, doctrina que muchas veces fue llevada a la prctica, pero que, desgraciadamente, no siempre fue as, como podemos afirmarlo, limitndonos a la poca en que nacen los Seminarios, es decir, al siglo XVI, cuando el panorama de los sacerdotes catlicos era deplorable. Debemos afirmar, categricamente, que el Sacerdocio catlico, como lo concibi y estableci Cristo, nunca ha estado, est o estar, en crisis, sino que sern siempre los Sacerdotes, los individuos que lo han abrazado, los que han llegado y puedan llegar a tal situacin. Y tal hecho o tal posibilidad, si somos sinceros y honestos los catlicos, debemos admitirlos, teniendo siempre presente lo que el Papa Juan Pablo II afirm en varias ocasiones: el principal aliado de la Iglesia debe ser la verdad y se debe tener como los peores enemigos de la misma la mentira y, sobre todo, el encubrimiento. En el siglo XVI, como apuntbamos, el clero, tanto monacal, como, sobre todo, el secular haban cado a un nivel muy bajo en cuanto a su dignidad, su ministerio y su vida privada. En cuanto a los religiosos, ya desde el siglo X y aunque sus Reglas les ponan ms cortapisas que a los seculares, venan en decadencia y para el siglo XVI su degradacin (casi generalizada, aunque haba honrosas excepciones) haba llegado a extremos dolorosos, en cuanto a castidad, disciplina y otros vicios. Las causas: el ingreso a las rdenes Religiosas sin vocacin y a veces forzados por circunstancias polticas o econmicas; las riquezas que haban ido acumulando los monasterios y que los corrompan, la plaga de abades que reciban la prebenda slo por su nobleza, y que ni habitaban en el monasterio, ni daban buen ejemplo, despreocupndose de sus Reglas, contagiando a sus sbditos de tales conductas. Por lo que respecta al clero bajo y secular, procedente en su mayora de las clases populares, era rudo, de formacin deficiente (no contaban con escuelas o instituciones que los educasen e instruyesen, sino que los distintos Prrocos se encargaban o se deban encargar de darles una ligera formacin para poder ser ordenados sacerdotes) y, por lo mismo, vctimas o actores del concubinato y de la simona. Ante esta situacin, cundi la ignorancia y el descuido en que viva abandonado dicho clero bajo de parte del alto clero (Obispos y aun Papas), aadindose a esto la poca retribucin econmica en las pobres capellanas. La misma ignorancia religiosa del pueblo a su cuidado, los empuj a descuidar sus obligaciones y prcticas cristianas, cayendo en la corrupcin de costumbres. En cuanto al clero alto se haba vuelto excesivamente mundano y, ocupado en los negocios seculares, descuidando el ministerio y la formacin del clero bajo Muchos hijos de la nobleza eran destinados al sacerdocio sin tener vocacin y los compromisos que ello conlleva y eran los que ocupaban los Cabildos y los Obispados.; ms todava, la mala conducta de algunos Papas y Cardenales haca ms grave el problema y la situacin. Como decamos de las rdenes Religiosas, tambin en el Clero Secular hubo sus honrosas excepciones, pero el panorama general, no ciertamente sacado totalmente de documentos de algunos enemigos de la iglesia, sino de escritos de personas sensatas y aun santas que se lamentan de tal situacin y trataban de ponerle remedio. Bstenos recordar lo escrito por el historiador jesuita, Bernardino Llorca, refirindose as esta poca de la Iglesia y su Clero El clero se hallaba en un estado de corrupcin tan deplorable que apenas podemos imaginarnos hoy da tal situacin

Un remedio apropiadoTal estado de cosas, en cuanto a los Sacerdotes, era absolutamente necesario cambiarlo y hacer que ellos encarnaran de nuevo el ideal y la real figura del Sacerdote establecidas por Cristo. Y aquel cambio lo intent el Concilio de Trento. Sin podernos detener a analizar siquiera un poco la historia, el proceso y todo el contenido de este Concilio, slo podemos decir que en la XXIII de sus sesiones, (la del 15 de julio de 1563) decret la formacin de algo que no exista y que era absolutamente necesario para la formacin de los futuros Sacerdotes del clero secular, llegando a ser este uno de los muchos y grandes aciertos de dicho Concilio de Trento, celebrado, precisamente, para la reforma de la Iglesia : la creacin de los Seminario, es decir, de Colegios en los cuales los sujetos destinados al estado eclesistico reciban la instruccin y la educacin que la Iglesia exige a sus futuros Sacerdotes. Desde entonces, cada Dicesis en todo el mundo debera tener un Seminario que debera contar con un Rector, profesores, un ecnomo, dos confesores y un director espiritual, adems de dos Comisiones: de Disciplina y de Bienes Temporales y tales personas deberan ser eminentes por su doctrina, sus virtudes y prudencia y que puedan servir de modelo a los alumnos Al mismo tiempo, el Concilio daba una serie de mandatos que serviran para que los Seminarios cumpliesen su cometido, como los renglones en que el candidato al Sacerdocio debera ser formado, las aptitudes y requisitos para ser ordenados, etc. ya que la ordenacin de cualquier sujeto es un asunto grave y delicado. Podrn cambiar las circunstancias, las costumbres, los mtodos de formacin en los Seminarios, pero estos seguirn siendo lo que el Concilio de Trento vislumbr: una casa de formacin para los futuros Sacerdotes, con todo lo que ello implica. Muchas cosas han cambiado, sobre todo a raz del Concilio Vaticano II, pero la esencia y la razn de ser de los Seminarios son las mismas

3.- Los Seminarios en la Nueva Espaa y en MichoacnPreparando el caminoHay un hecho en la historia de la conquista y de la evangelizacin de la Nueva Espaa digno de apuntar y de valorar. El descubrimiento de merica y la conquista de sus diversas regiones coincidieron con la corrupcin y degradacin de gran parte del clero secular, tanto alto como bajo, as como de una buena parte del clero regular y esto debi, lgicamente, trascender y tener consecuencias sobre todo en la conquista espiritual de aquellos pueblos, realizada, principalmente por los religiosos, ya que aquel estado en que se encontraban los sacerdotes en Europa, trasplantado y exportado a aquella obra, hubiera sido un desastre y hubiera dificultado enormemente la difusin y aceptacin del Evangelio entre todos aquellos pueblos. Pero no existi tal exportacin de degradacin sacerdotal, debido, principalmente a un hecho, en cierto modo, explicable e inslito a la vez: el Papa Alejandro VI (cuya vida y costumbres no eran de ninguna manera ejemplares) en su Bula Inter Coetera, del 4 de mayo de 1492, les deca expresamente a los Reyes involucrados en la conquista de los nuevos territorios: Os mandamos, en virtud de santa obediencia, que destinis y enviis a las tierras firmes e islas expresadas, varones virtuosos, temerosos de Dios, doctos y expertos. Y as la evangelizacin de aquellos nuevos pueblos cont, en su inmensa mayora, con la accin de varones verdaderamente apostlicos y entregados nica y exclusivamente a

su labor pastoral y al servicio de los indgenas, a pesar de los grandes obstculos y problemas con los que tuvieron que enfrentarse, como la ingerencia de la corona en su labor apostlica (ella era la los sostena econmicamente), el aprendizaje de las lenguas (muchas, variadas y de difcil pronunciacin), etc. La fundacin de numerosos conventos, as como colegios y dems centros de estudios, hicieron posible la penetracin y aceptacin del Evangelio entre los naturales. El siguiente paso, en la Nueva Espaa y en las dems Colonias, fue el establecimiento de las Dicesis con sus parroquias (primeramente, al cuidado de los religiosos) y as tenemos la fundacin de la Dicesis de Puebla, el 13 octubre de 1525 (recordemos la fundacin de Yucatn y de Tlaxcala que luego no tuvieron efecto por varias arzones); la de Mxico, el 2 de septiembre de 1530; la de Oaxaca, el 21 junio de 1535 y la de Michoacn, el 18 de agosto de 1536. A todas ellas tambin se enviaron como Obispos a personas dignas y apostlicas.

La Dicesis de MichoacnEl Obispado de Michoacn fue creado por Paulo III y era el ms grande de la Nueva Espaa, pues comprenda Michoacn, Colima y Guanajuato, parte de Quertaro, de Guerrero, de Jalisco, de San Luis Potos y de Tamaulipas. En esa Bula se eriga, junto con el Obispado, el Pueblo o Ciudad de Mechuacn y su iglesia de San Francisco, como catedral (estas ltimas apenas por hacerse. El primer Obispo de Michoacn, Don Vasco de Quiroga, escogi por Catedral la Iglesia abandonada por los franciscanos en el barrio de Cinzonza y por ciudad de Mechuacn el barrio de Ptzcuaro, pero luego la sede fue trasladada a Valladolid por el Obispo Don Juan Medina del Rincn. Al fundarse la Dicesis, quedaron las parroquias repartidas entre franciscano, agustinos y algunos pocos clrigos seculares. Como decamos, la Dicesis de Michoacn era enorme, de ah que se suscitaran mltiples problemas para su gobierno (pleitos sobre sus lmites con la Dicesis de Mxico, control de parroquias por su pertenencia y organizacin de las mismas, entre religiosos y sacerdotes diocesanos, etc.) y, como era natural, uno de las prioridades de Don Vasco fue el abastecer su Dicesis con el clero suficiente, no slo en cuanto a su cantidad, (se necesitaban muchos sacerdotes), sino, principalmente, en cuanto a su calidad (dada la visin, la entrega y los proyectos a realizar entre sus fieles diocesanos por este gran Obispo). Efectivamente, a l le toc la creacin de las parroquias de su Dicesis, el 16 de agosto de 1541, encontrndose con el problema de la administracin de las mismas, por el poco nmero de sacerdotes con que contaba y con el deseo de proveer a esa necesidad principalmente a base de sacerdotes diocesanos, contra el parecer y la postura de algunos religiosos que no aceptaban an la formacin de un clero indgena. Cabe mencionar aqu que nuestro Fray Jacobo Daciano fue un defensor y un paladn de la idea de preparar indgenas para el Sacerdocio y pudieran as evangelizar a sus hermanos, como se desprende de su controversia con Fray Juan de Gaona que se opona a este proyecto.

Los dos Seminario de ValladolidEl Concilio de Trento estaba todava lejos de celebrarse, as como el decreto de la creacin de los Seminario (como veamos fue en una de las Sesiones del ao de1563), pero Don Vasco de Quiroga se adelant al Concilio porque, impresionado de la necesidad indispensable que tiene una Iglesia Catedral de un Colegio que lo sea Seminario y de donde se provea de Ministros para su culto y servicio, fund el Colegio de San Nicols Obispo en Ptzcuaro el ao de 1538 para proveer de Sacerdotes a su Dicesis , pudiendo

considerarse con toda verdad que fue este Colegio el primer Seminario de la Nueva Espaa y de la mayor parte de America y precursor de los que vendran despus. Dicho Colegio fue dirigido por los Padres Jesuitas y en l se impartan clases de Gramtica o Latinidad, Artes o Filosofa, Teologa Dogmtica, Moral y Derecho Cannico y Civil. Dicho Colegio fue trasladado a Valladolid en 1580, cumpliendo satisfactoriamente y por muchos aos su cometido, llegando a ser realmente un semillero de Sacerdotes doctos y virtuosos y con una calidad acadmica de primera, siempre bajo la vigilancia y el inters de Don Vasco quien, al morir, le hered su biblioteca de 626 cuerpos de libros y de algunos mapas geogrficos En 1770, el Obispo de Michoacn, Don Anselmo Snchez de Tagle, fund otro Seminario, el de San Pedro Apstol, y no ciertamente para hacerle competencia al de San Nicols, sino simplemente porque este no poda sujetarse a las normas del Concilio de Trento, dada su dependencia de la corona espaola, situacin que los Seminarios nacidos del Concilio de Trento (por lo que se les llam Tridentino o Conciliares) no podan permitir para poder actuar con independencia. Ambos Seminarios estuvieron cerrados de 1810 a 1819, debido a las luchas de la Independencia. Este ltimo, el de San Pedro Apstol, ocup el mejor edificio de toda la Nueva Espaa (hoy palacio de Gobierno) y su crecimiento, prestigio y nivel acadmico se vieron enormemente acrecentados, gracias a las gerencias, principalmente, de tres grandes personajes que ocuparon su Rectora: Don ngel Mariano Morales, Don Mariano Rivas y Don Clemente de Jess Murgua. El primero fue Rector de 1819 a 1932, estableciendo a su costo la nueva Ctedra de Derecho Civil y Cannico y consiguiendo de la Universidad de Mxico el grado de Bachillerato para ambas materias y costeando de su peculio (no olvidemos que era rico de familia) importantes y excelentes reformas al edificio. Don Mariano Rivas (De 1932 a 1942) lo moderniz el Seminario con programas de estudios, aadi la Gramtica Castellana, el Griego, la Historia Eclesistica, el curso de Bella Literatura y otro de Ciencias Eclesisticas, adquiriendo, adems un rico Gabinete de Fsica y agrandando la Biblioteca. Finalmente, Don Clemente de Jess Murgua (de1843-1850), quien escribi que el progreso ha sido, es y ser siempre una ley indispensable para el individuo y la sociedad. Ningn establecimiento humano puede tener jams una perfeccin absolutalas grandes reformas cientficas y morales no se improvisan jams; la observancia las prepara, la experiencia las aprueba y el tiempo las introduce, aadi el Francs, el Derecho Natural y de Gentes, pidi libros a Francia para la biblioteca, etc. Este Seminario tena Auxiliares algunas ciudades del Obispado, como Len y Zamora, Auxiliares que eran hechura (en su particular nivel) y dependan del Seminario Tridentino de San Pedro Apstol. Del Auxiliar de Zamora nos ocuparemos en seguida.

4.- Un iniciador con sello propioRespondiendo a una necesidad Como veamos, la Dicesis de Michoacn era la ms extensa de la Repblica y, por lo mismo, la de ms necesidad y urgencia de que el nmero de sus Sacerdotes, sobre todo del clero secular o diocesanos, fuese mayor, por lo que se pens en hacer algo que facilitara un mejor reclutamiento y una ms directa formacin de jvenes que quisieran ser Sacerdotes. Para tal objeto se eligieron dos o tres ciudades, estratgicamente ubicadas en la Dicesis michoacana, para establecer en ellas Colegios o Seminarios Auxiliares en los cuales los sujetos destinados al estado eclesistico reciban la instruccin y la educacin que la

Iglesia exige a sus futuros Sacerdotes, en evitando con ello tanto la lejana para recurrir al Seminario de Morelia, como el descentralizar el alumnado del mismo y no tener un Seminario gigante en cuanto a alumnos y a maestros. Adems en cada una de tales ciudades se podran aprovechar los servicios de Sacerdotes y laicos instruidos en las distintas materias para la formacin y educacin de los jvenes de aquellas distintas regiones (El Seminario de Zamora hara lo propio a su tiempo, como lo veremos luego). Desde luego la organizacin y el gobierno de dichos centros educativos eclesisticos dependeran, en ltimo trmino, del Obispo de la Dicesis y deberan aceptar y practicar las normas y directrices que este dictara, aplicando las del Concilio de Trento. Una de tales ciudades fue Zamora, tanto por su ubicacin, como por el acendrado cristianismo existente entre los pobladores de la ciudad y de la regin. Tocole en suerte y con toda voluntad y enorme entrega llevar a cabo aquel proyecto a un Sacerdote, del que no podemos dejar de hablara, aunque sea brevemente, pues el no hacerlo sera injusto, dada la ingerencia y la importante labor realizada por este Sacerdote en la fundacin, organizacin y mantenimiento de este Seminario Auxiliar del de Morelia, fundado el 27 de julio de 1837 en Zamora por dicho Sacerdote con el fin de preparar jvenes de Zamora y de la regin que desearan ser Sacerdotes, estudiando en dicho plantel sus humanidades y comenzando a tener contacto con el ambiente que en el Seminario de Morelia les esperaba. Don Gernimo Villavicencio, Sacerdote El 26 de enero de 1804, Don Agustn Villavicencio y Doa Gertrudis Mndez, personas de escasos recursos materiales, pero cristianos a carta cabal, reciban en el seno de su familia un hijo ms, a quien pusieron por nombre Gernimo quien, a los 15 aos de edad, en 1819, y despus de estudiar sus primeras letras en Zamora, se sinti llamado al Sacerdocio y, con sacrificios propios y de su familia, ingres al Seminario de Morelia. Despus de nueve largos aos de estudios, el joven Gernimo fue ordenado en Puebla, ya que la Dicesis de Michoacn, por la guerra de Independencia y por un largo perodo, se encontraba vacante. Se cuenta. que un hermano suyo, de nombre Jos Antonio, tuvo que conseguir con Don Diego Jos Dvalos 50 pesos para costear los gastos de su viaje para asistir a la ordenacin de su hermano y para los de la misma ordenacin, como los ornamento y otros enseres. El Padre Gernimo fuer nombrado maestro en el Seminario de Morelia, donde ense latn y cultiv los clsicos griegos y latinos, y en donde tuvo como discpulos, entre otros muchos, a Clemente de Jess Mungua y a Melchor Ocampo. En 1835, por enfermedad, regres a su natal Zamora en donde, con acuerdo de la Mitra moreliana y por el gusanito de la enseanza, su celo apostlico y el recuerdo de sus penurias para entrar al Seminario, fund el Colegio de San Luis, con los fines arriba sealados. Estaban entonces de Prrocos, en Zamora, el Seor Cura Don Miguel Bahamonde y, en Jacona, el Seor Cura Don Antonio de la Pea, que mucho apoyaron al Padre Villavicencio en su proyecto educativo (sin imaginarse siquiera el Seor Cura de la Pea lo que, 17 aos despus, significara para l aquel Colegio...Durante su ministerio en Zamora, el Padre Gernimo fue un Apstol de la juventud zamorana a quien siempre quiso guiar por los senderos de la virtud y la ciencia. Nunca estuvo al frente de alguna iglesia, pero tena fama de buen consejero y mejor confesor, por lo que muchas personas acudan a l solicitando sus servicios ministeriales. Por otro lado y en contraposicin, en lo personal, era bastante escrupuloso y delicado de conciencia, a tal grado que, temeroso de no consagrar bien el pan y el vino en la Misa, slo celebraba algunas veces al ao, cuando se senta ms

tranquilo, asistiendo a tal celebracin a varias de las iglesias de la ciudad como cualquier feligrs.

Corazn generoso e infatigableJuntamente con el Padre Gabriel Silva, el Padre Villavicencio tuvo mucho qu ver en la construccin de la iglesia de Los Dolores y ayud enormemente al Seor Cura Don Francisco Henrquez durante la terrible peste, en la celebracin de la Jura del Patronato, as como en el inicio de la construccin de iglesia prometida a la Pursima Concepcin de Mara, como consta en los anales y en varias de las actas de tales acontecimientos: El Sr. Villavicencio hizo presente que en los actos procesionales de la jura de Patrona en que ha de salir el Pendn de la Santsima Virgen, parece muy debido que lo lleve el Sr. Prefecto, alternndose con el Seor Juez de Letras y con el Presidente del Ilustre Ayuntamiento, y as se acord. O bien: El 3 de febrero de 1851, llegaba a la Mitra de Morelia el siguiente ocurso: El Presbtero Don Gernimo Villavicencio, por s y en nombre del Sr. Cura y Juez Ecco. de Zamora, Licenciado Francisco Henrquez, ante V. Ilma. con el debido respeto comparezco y digo: que deseando favorecer y aumentar el especial culto con que hoy ms que antes veneran los vecinos de Zamora a la Sma. Virgen en su Concepcin Inmaculada, y habiendo ya local competente y algunos otros recursos para dar principio a la edificacin de un Templo en honor de la Seora bajo el ttulo de su Sma. Madre, rendidamente suplico a Va. Ilma. se digne concederme su superior licencia para comenzar y continuar la fbrica material de dicho templo y la facultad para bendecir y colocar la primera piedra angular; en cuya ejecucin protesto a Va. Ilma. que obraremos siempre de acuerdo con la mayor prudencia a fin de que en nada se perjudique el derecho parroquial ni la fbrica material de la iglesia El Padre Alfonso Mndez Plancarte hace alusin a ello en su bellsimo poema Romance Viejo de La que gan a Zamora en una hora: De San Francisco cean, / flores de la Clereca, /el Bachiller Don Jernimo / Villavicencio,--exquisita / Prez de ciencia y de piedad El Padre Gernimo sufri enfermedades, privaciones y contratiempos, pero nunca cej en su empeo de sostener y perfeccionar el Colegio de San Luis, nacido de su amor por esa Institucin. El 27 de diciembre de 1854, le escriba al entonces Cannigo don Antonio de la Pea a Morelia: Mi queridsimo hermano: Me han privado del gusto de escribirte en mucho tiempo mil pequeas, pero mortificantes ocurrencias, primero: despus de la tribulacin e innaccin en que vivimos... por el clera, las congojas en que hemos entrado por la revolucin que nos aflige y ltimamente porque desde el fin de octubre enferm y casi sin interrupcin continuaron mis males, hasta reducir a un miserable estado mi salud, hasta el 13 del presente en que por una amorosa inmerecida Providencia del Seor, comenz mi alivio y ha seguido con tan rpidos progresos, que en menos de quince das he reparado una salud mucho mejor que la que disfrutaba antes de enfermar por cuyo don doy mil y mil rendidas gracias al Seor, y le ruego, se las ds t tambin, pidindole que por su Misericordia infinita me d la gracia, que necesito para hacer buen uso de ella, sacrificndola en el fiel servicio de su Majestad Soberana, y en procurar eficazmente el bien de mis prjimos. La vida del Padre Villavicencio. Plena y activa en el servicio de Dios, de sus semejantes y de su Colegio San Luis, termin el ao de 1860, dos aos antes de la Bula de ereccin de la Dicesis de Zamora y de que su Colegio San Luis se convirtiese en el Seminario de la nueva Dicesis. Al morir, su corazn, generoso y servicial, fue embalsamado y estuvo guardado en una ampolleta de cristal por las Religiosas del Beatero, pasando luego al Seminario de Zamora,

conservndose actualmente en una pequea gaveta de la sacrista del Seminario en Jacona. Creo que la conservacin de tal rgano (smbolo del amor y del sentimiento humanos) no es un mero gesto de sensibilidad morbosa, sino un hecho que nos debera llevar a la reflexin y a la conviccin de que, en todo lo que hagamos, debemos poner todo el corazn, la voluntad y aun la pasin y eso slo se logra teniendo uno como el del Padre Gernimo Villavicencio.

5.- Tarea ardua y difcilLa historia del Colegio San Luis, fundado por el Padre Gernimo Villavicencio y precursor del Seminario de Zamora, forma parte muy importante de la historia de la ciudad de Zamora y de su regin, debido a lo que signific, no solamente para los jvenes deseosos de ser Sacerdotes y para sus familias, sino para la sociedad en general, ya que lleg a convertirse en un centro educativo de un alto nivel acadmico. Tal importancia la afirmamos porque de l, se beneficiaron, no slo los jvenes que pretendan ingresar al Seminario de Morelia, sino (y esto en mayor nmero) todos aquellos que o no terminaban sus humanidades o que, terminndolas, no se iban a Morelia, quedando as la formacin y la educacin por ellos recibida en el Colegio al servicio de la comunidad zamorana y como magnfica preparacin para que emprendieran otras carreras. Es por eso que me parece interesante y justo el hablar un poco de dicho Colegio (aunque es mucho lo que de l se podra decir), dando algunas noticias y datos que pudieran ayudarnos a tener una pequea idea de tal institucin y, sobre todo, de la trascendencia que en la sociedad zamorana tuvo.

No todo fue miel sobre hojuelasQuien piense que fue fcil y sencillo para el Padre Villavicencio la fundacin del Colegio San Luis, como Auxiliar del Seminario de Morelia, est muy equivocado. A travs de numeroso documentos que existen en el Archivo Diocesano, podemos darnos cuenta de los innumerables problemas y serias dificultades a los que el Padre Gernimo tuvo que enfrentarse para llevar a cabo dicho proyecto, sobre todo en lo relacionado con el rengln de la economa y por los acontecimientos polticos y religiosos de la poca en que funcion dicho Colegio. La consideracin de estas circunstancias nos obliga a reconocer mejor y darle mayor mrito a esta obra del Padre Villavicencio. El escribir y leer que dicho Sacerdote fund el Colegio San Luis es sencillo y nada complicado; pero el conocer, a travs de documentos y escritos, lo que esa fundacin y su sostenimiento le exigieron, complica la noticia y aclara y engrandece su figura sacerdotal y humanista.

Bien sabido es que para toda obra, por ms que se le considere sobrenatural y divina, se necesita dinero y el Padre Villavicencio lo necesit para el Colegio San Luis. En ese entonces, ao de 1937, la capital de la Dicesis de Michoacn atravesaba an por una difcil situacin, iniciada por la guerra de Independencia y luego, principalmente, por la larga vacante de Obispo, de tal manera que, aunque en la fundacin de aquel Seminario Auxiliar (como lo era el Colegio San Luis) no se dej solo al Padre Villavicencio, s debemos afirmar que no era mucho el apoyo econmico y logstico que se le brind, debido a las circunstancias reinantes y con la intencin de que fuera autosuficiente. A esto debemos aadir que los ltimos diez aos en los que estuvo el Padre Villavicencio al frente de l (de 1850 a 1860), para la ciudad de Zamora fueron aos mucho muy difciles, como resultado lgico de las secuelas que el clera morbus dej en la economa y fuerza laboral de sus habitantes, dificultad que se prolong por varios aos. Pero, a cambio de todo ello, el Padre Villavicencio cont siempre con el apoyo moral directo y el econmico indirecto de Don Jos Antonio de la Pea, futuro primer Obispo de Zamora, tanto durante su administracin de Prroco de Jacona, como al ocupar luego puestos importantes en la Mitra Moreliana. Adems el mismo Seor Clemente de Jess Mungua, antiguo discpulo del Padre Villavicencio, lo apoyo en su proyecto del Colegio San Luis, cuando lleg a ocupar el cargo de Obispo de Michoacn.

Algunos de los muchos recibosLa amistad, la confianza y la colaboracin que existieron entre el Seor Antonio de la Pea y el Padre Don Gernimo Villavicencio fueron admirables. Compaeros (que no parientes, como algunos prrafos de su mutua correspondencia pudieran sugerir) y condiscpulos en el Seminario de Morelia, estuvieron siempre en contacto y en constante comunicacin epistolar, por diversos motivos y durante toda su vida. En efecto, cuando el Padre Gernimo, haca malabarismos para poder sostener econmicamente su Colegio, en varias ocasiones recurri al Seor de la Pea, con ingerencia importante en la Administracin econmica de la Dicesis en Morelia, para que le consiguiera prstamos de algunas instituciones eclesisticas que tenan disponible algunos capitales para prstamos a personas confiables y con bajos intereses. El Seor de la Pea le consigui al Padre Gernimo algunos de esos prstamos que este ltimo pagaba con sus intereses, a veces a tiempo y a veces a destiempo, como nos lo indican varios recibos y cartas, de los cuales me permito transcribir algunos: Pag el Sor. Licdo. D. Gernimo Villavicencio veintin pesos seis reales, los que, con tres pesos dos reales de la contribucin de 2 y 4 al millar, hacen 25 pesos por un ao de rdito que se cumpli el 2 del pasado julio de 1850 por el capital de 500 pesos que reconoce sobre su casa a favor de este Convento de Santa Catarina Morelia. Enero 20 de 1851 Cayetano Gonzlez . Y el 28 de agosto del mismo ao: Recibi del Sor. Dn. Juan Jos Mndez a nombre del Sor Br. Dn. Gernimo Villavicencio la cantidad de veinticuatro pesos, los que con un peso de la contribucin del dos al millar, hacen veinticuatro pesos, rdito de quinientos pesos que dicho Sor. Villavicencio reconoce sobre su casa en favor del Convento de Santa Catarina de esta Ciudad, siendo este pago correspondiente a un ao vencido en 2 de julio p...p. Como Mayordomo Administrador del espresado Monasterio doy el presente en Morelia. Agapito Solrzano El 3 de febrero de 1853: Recib del Sr. Cannigo de esta Sta. Yglesia Catedral Lic. Dn. Jos Antonio de la Pea por cuenta y orden del Sr. Br. Dn. Jos Germimo Villavicencio veinticuatro ps. y un peso de la contribucin de dos al millar, que hacen la suma de veinticinco pesos correspondientes al rdito de un ao cumplido en 2 de julio de 1852, por el capital de

quinientos pesos que el expresado Sr. Villavicencio vecino de Zamora, reconoce sobre una casa de su propiedad, a favor del Convento de Sta. Catarina de esta ciudad... Agapito de Solrzano Tambin la ciudad de Zamora supo de las urgencias econmicas que el Padre Villavicencio tena para sostener el Colegio San Luis, como nos lo muestran los siguientes documentos: Como Mayordomo de la Cofrada del Divinsimo Seor Sacramentado de la parroquia de esta ciudad, he recibido del Sr. Pbro. D. F. Gernimo Villavicencio la cantidad de 75 pesos, a buena cta. de rditos comenzando desde el 1. de octubre de 852 hasta cuya fecha estaban pagados los anteriores y vencidos hasta 5 de Fbro. Fbro. 6 de 1858. Mndez O este otro: Como Mayordomo de la Cofrada del Divinsimo Seor Sacramentado de la Parroquia desta ciudad, he recibido del Pbro. D. Jos Gernimo Villavicencio la cantidad de veintids pesos siete y tres cuartillas v. con cuya cantidad quedan pagados enteramente los rditos vencidos hasta el da 5 de Eno. del presente ao de ochocientos cincuenta y ocho por el capital de 200$ que a favor de dicha Cofrada reporta la casa que fue del S. Don Alejo Verduzco, sita en el callejn oscuro que dirije a la Plaza y que en el mismo mes y ao se ha pasado en venta al S. D. Mariano Silva: advirtiendo que quedan deducidas ya las contribuciones impuestas por el Gobierno. Cuando el mismo Seor de la Pea poda ayudar al Padre Villavicencio de su propio peculio para su Colegio San Luis, lo haca como podemos ver en una de las cartas de este ltimo, con fecha 27 de diciembre de 1854: No s cunto dinero podr deberte, yo no tengo apunte alguno, ya tendrs la bondad de formar la cuenta como te cause menos molestia, y yo tendr el gusto de escribirla con la mayor eficacia: ya sabes que si hay alguna diferencia en contra de alguno, recprocamente nos la condonamos. J. Gernimo Villavicencio Ambos latinistas, conocan el viejo adagio inter amicos omnia sunt comuna (entre amigos todas las cosas son comunes) y lo practicaban desinteresadamente, sobre todo cuando sus apostolados lo requeran.

6.- El Colegio San Luis, sus alumnos y edificiosLos esfuerzos del Padre Villavicencio y las ayudas, tanto de personajes de Morelia, como de algunos Sacerdotes de la ciudad (como el Padre Francisco Daz, adems de las personas ya enumeradas) as como de la misma sociedad zamorana, rindieron sus frutos y el Colegio San Luis, al cabo de unos cuantos aos se convirti en un centro educativo de altura y no en una simple escuelita. Esto, desde luego, redund no slo en beneficio del Seminario de Morelia, al que fueron enviados varios de sus alumnos para terminar all sus estudios eclesisticos y llegar al Sacerdocio, sino tambin en beneficio de Zamora y de su regin, ya que debemos recordar que un Seminario (y en cierta forma, el Colegio San Luis lo era), si bien es para formar a los futuros Sacerdotes, es mucho mayor el nmero de los que en l se formaban y que, sin llegar a ordenarse, enriquecen a la sociedad por le educacin recibida en el Seminario en lo cultural, en lo religioso y en lo intelectual, educacin que se ve reflejada en sus aportaciones a la misma sociedad en todos sus rdenes. Segn algunas listas de alumnos del Colegio San Luis, ingresaban a l no slo nios y jvenes de las mejores familias zamoranas, sino tambin de familias humildes y de escasos recursos. Tenemos, por citar pocos ejemplos, de la familia de los Verduzco a Vicente y a Silvestre; de los Mndez, a Domingo, a Jos Ma., a Juan Jos Nepomuceno y a Mariano; de los Garca, a Fructuoso, a Bernardo y a Isidoro. Y por el otro lado, de familias poco conocidas, a Jess Prez, a Agapito Ayala, a Manuel Snchez y a otros muchos. Como

decamos, muchos de los alumnos del Colegio San Luis llegaron al Sacerdocio y otros muchos ms no y, en unos y en otros, hubo personajes importantes y de trascendencia en la sociedad (de ah que ya desde entonces y con todo derecho podemos hablar del Seminario como una Institucin trascendental). Tales son los casos, entre varios ms, de Jos Ma. Czares Martnez, futuro Abogado y eminente, destacado y santo Obispo de Zamora; de Jos Dolores Mndez quien, en la poca del Imperio de Maximiliano y siendo su paisano Antonio Pelagio Labastida el Regente del mismo, fungi como Ministro del Supremo Tribunal de Michoacn; de Perfecto Mndez Garibay a quien Zamora le debe, en gran parte, el agua potable y que fue abuelo de los Padres Gabriel y Alfonso Mndez Plancarte.

Con la misma medidaEn Zamora fue proverbial el hecho de que el Padre Villavicencio en su Colegio San Luis y en toda la ciudad trataba por igual y con la misma deferencia y caridad a todos, fueran pobres o ricos. Justo es mencionar, por medio de dos escritos del Padre Villavicencio, el caso de dos jvenes de distinta posicin social, pero ambos educados en el Colegio San Luis. A simple vista, es un hecho comn y corriente, pero, ya analizado y en el contexto y circunstancias en que se escriben tales documentos, nos dan una seal y una muestra clara del carcter, de la bonhoma, sinceridad y amplitud de corazn de quien los escribe. Para la adjudicacin de una Capellana, fundada por la familia Jasso, el adolescente Diego Jos Luis Gonzaga Fernando del Sagrado Corazn de Mara, hijo de Don Nicols Ambrosio Dvalos y de Doa Ma. Guadalupe Jasso, bautizado y apadrinado por el Padrino Gernimo Villavicencio, en 1835, necesitaba entregar a Morelia un informe de su conducta y de su persona y es a su padrino el Padre Villavicencio a quien le toca rendir tal informe, que le servira al mismo tiempo para que Diego Jos fuese admitido al Seminario. Tal informe, el 20 de febrero de 1847, rezaba de la siguiente manera: Certifico que: Dn. Diego Jos Dvalos, desde la edad de siete aos ha estado bajo de mi direccin: en las primeras letras, en la Doctrina Cristiana y en las mximas de buena educacin, como en el estudio de Latinidad, en todo ha aprobado, con un notable aprovechamiento, la claridad de sus talentos y su incansable aplicacin Bien querra que en esta vez no me unieran con los padres de este recomendable nio los vnculos de una ntima y antigua amistad, para tener la libertad necesaria y decir en su favor cuanto debo; pero no puedo traicionar a mi conciencia: obligado pues de la justicia dir que: este nio en edad tan tierna cultiva una slida virtud, que sus costumbres son angelicales y su circunspeccin y sus modales son verdaderamente seniles, que frecuenta con cristiana edificacin los Stos. Sacramentos; que su mansedumbre, su genio jovial y su extraordinaria formalidad le han granjeado el respeto y el cario de sus condiscpulos y mis ms distinguidas consideraciones.

Estando convencido el Padre Villaseor de la vocacin y grandes aptitudes para el Sacerdocio de un alumno de su Colegio, pero que no contaba con los recursos econmicos necesarios para irse e ingresar al Seminario de Morelia, le escriba su hermano y amigo, Don Jos Antonio de la Pea: Mi queridsimo hermano: Don Jess Prez alumno de nuestro Colegio Seminario, que pondr en tus manos esta, es un joven honrado muy pobre, hijo de una virtuosa viuda y se encuentra hoy en esa sin recurso ni aun para lo ms necesario; su pobrecita madre con costosos sacrificios ha podido proporcionarle veinticinco pesos seis reales. No quiere arriesgarlos. Ni h hallado persona, que cambie por una librancita, que de cualquiera manera pueda recibir este auxilio. Yo, seguro de tu bondad y de la confianza con que me favoreces, me tomo la libertad de suplicarte me hagas favor de dar al referido Dn. Jess Prez la expresada cantidad de 25 pesos 6 reales, la misma que queda en mi poder, para mandarla lo ms pronto posible o para que si tuvieses en que destinarla en ese lugar, dispongas de ella cuando gustes: espero me prestes este favor, y que dispenses la confianza que me tomo, y las molestias que frecuentemente te doy...

Casas ocupadas por el Colegio San LuisNo s si otros Seminarios, en otras Dicesis, hayan pasado por las experiencias del de Zamora en lo relacionado con los edificios que han ocupado. Pero lo que s consta es que, ya desde que era Auxiliar del Seminario de Morelia y posteriormente en muchas ocasiones (como lo veremos despus), el Seminario de Zamora ha ocupado a lo largo de su historia innumerables casas, adaptadas a su objetivo y con los naturales problemas, antes de contar con los edificios que ahora ocupa, tanto en Uruapan como en Zamora. El Colegio San Luis y el Padre Villavicencio con sus alumnos experimentaron ampliamente estos contratiempos. Efectivamente, cuando el Padre Jernimo fund el Colegio, este ocup la casa que perteneca a la familia Orozco Jimnez, de la cual era miembro Don Francisco Orozco Jimnez, Arzobispo de Guadalajara. Dicha casa (ahora transformada en comercio) ocupaba la esquina noreste de las actuales calles de Morelos y Ocampo. Al poco tiempo, el Padre Villavicencio se vio obligado a cambiar el Colegio a una casa perteneciente a Don Ramn Padilla del Ro, hasta que, finalmente, ocup otra, por la actual calle de Coln, a espaldas de lo que es hoy el Palacio Federal y en donde se encuentra la Escuela Gabriela Mistral. (El Seor Francisco Mendoza Herrera, futuro Obispo de Campeche y Arzobispo de Durango, trasladara a dicha casa el orfanato ro de fundara en 1878). Ah permanecera el Colegio San Luis, hasta poco despus de la llegada a la nueva Dicesis de Zamora de su primer Obispo, Don Antonio de la Pea Navarro.

7.-Con la Dicesis, nace el Seminario de ZamoraBula de ereccinAl morir el Padre Villavicencio en 1860, se temi que el Colegio San Luis dejara de funcionar, pero, gracias al Seor Cura Francisco Henrquez, en Zamora, y al Seor Cannigo Don Antonio de la Pea, en Morelia, se pusieron todos los medios necesarios para que dicho plantel continuara, con la ayuda y colaboracin de algunas personas de la sociedad zamorana, as como de algunos Sacerdotes residentes en la ciudad, como Don Ramn Amezcua y, ms tarde, de Don Pablo del Ro, que se encargaron de la Direccin y

funcionamiento del Colegio. Aquel mantenimiento del Colegio San en sus funciones sirvi, providencialmente, para que, al erigirse la Dicesis de Zamora y poner su sede episcopal en la ciudad del mismo nombre, fuese la materia prima, la base, el fundamento para lo que sera el Seminario de esta nueva Dicesis. Efectivamente, el da 26 de enero de 1862, el Papa Po IX, firmaba en Roma la Bula de ereccin de la Dicesis de Zamora en la que, juntamente con enumerar las Parroquias que la compondran, de dar a conoce r el nombre de su primer Obispo, de designar a la ciudad de Zamora como sede episcopal, de decretar la fundacin del Cabildo Catedralicio y de dar otras disposiciones, estableca la institucin del Seminario, donde se formaran los Sacerdotes para su servicio: Con nuestra Autoridad Apostlica, establecemos que se instituya el Seminario de los Clrigos, segn las normas del Concilio de Trento .Ah mismo y en la forma que luego veremos, estipulaba el Papa la forma y cantidad proporcional con que dicha institucin debera contar para su sostenimiento.

El nuevo Seminario Tridentino de ZamoraPara el nuevo Obispo de Zamora, Don Antonio de la Pea, fue un gran alivio el saber que, para instituir el Seminario de los Clrigos, ya contaba con los slidos cimientos del Colegio San Luis, al que estuvo siempre muy ligado y cuyo funcionamiento conoca a la perfeccin, debido a sus constantes intermediaciones entre el Padre Villavicencio y el Seor Obispo Mungua, como ya veamos. Aquella institucin sera para l, como para todos los Obispos, la nia sus ojos y un elemento absolutamente indispensable y el ms importante para ejercer su ministerio episcopal en la nueva Dicesis, pues de l saldran todos sus colaboradores, buenos o malos en gran parte, segn funcionara dicha institucin y recordaba exactamente las palabras del Concilio de Trento sobre el objetivo y la misin de los Seminarios: los sujetos destinados al estado eclesistico reciban la instruccin y la educacin que la Iglesia exige a sus futuros Sacerdotes. Y para lograr esto necesitaba hacer un anlisis de todo con lo que contaba para su nuevo Seminario y, como buen administrador que era, elaborar todo un plan, un programa a desarrollar para organizarlo en todos sus aspectos. Desde luego y provisionalmente contaba con el lugar para el establecimiento del Seminario, es decir, la casa donde funcionaba el Colegio San Luis. En cuanto a los alumnos, esperaba que la mayora de los jvenes y nios que estudiaban en aquel Colegio continuaran como alumnos del nuevo Seminario. Por otra parte, aunque saba que, por normas de la Iglesia, cuando se eriga una nueva Dicesis, los Sacerdotes que desempeaban su ministerio en las Parroquias que la conformaban pasaban, automticamente, a formar parte del clero de la nueva Dicesis, saba tambin que cuando esto suceda, los alumnos que estudiaban en el Seminario de la Dicesis de la cual se desmembrada la nueva y que no reciban an la tonsura u rdenes Menores, ordinariamente, por conveniencia y por amor al terruo, decidan pasar al Seminario de la nueva Dicesis. Desde luego no estaban obligados a hacerlo por no pertenecer an al clero y, por lo tanto, ellos elegan libremente si se iban o se quedaban. Don Antonio de la Pea, por su constante contacto con el Seminario de Morelia, saba perfectamente que muchos de los alumnos, pertenecientes a las Parroquias que conformaban la nueva Dicesis, aceptaran trasladarse al nuevo Seminario de Zamora, a continuar sus estudios, sobre todo los de menor edad. En cuanto al personal docente y formador del nuevo Seminario, el Seor de la Pea estaba consciente de que debera trabajar arduamente para preparar y capacitar debidamente a quienes ocuparan los diversos cargos en l, cosa que, poco a poco, lograra, como lo veremos ms adelante. Tampoco el problema de

la economa y sostenimiento de aquella nueva institucin escap a la preocupacin del nuevo Obispo, pero recordemos que era un hombre de fe y un excelente administrador de las economas eclesisticas, por el mucho tiempo que trabaj en ellas.

Una lectura entre renglonesDecir, escribir o leer simplemente que, con la Dicesis, naci el Seminario de Zamora es simple y sencillo, como las palabras que lo expresan. Pero sera injusto y sospechoso de ignorancia o de inters histrico o humano el no hablar o desconocer las circunstancias y el ambiente en que se realiz tal nacimiento, pues slo conocindolos podemos valorar este hecho y reconocer el mrito de quienes hicieron posible la fundacin y el funcionamiento inicial de esta Institucin trascendental que es nuestro Seminario de Zamora. En efecto, basta describir brevemente el panorama, las circunstancias, el ambiente que rodeaba la fundacin del Seminario de Zamora, as como la enumeracin de los elementos con los que se contaba para ella, para poder convencernos del mrito que ella supuso. En primer lugar debemos considerar la prolongada y obligada ausencia del Seor de la Pea de la nueva Dicesis que no dej de ser un gravsimo obstculo para la mejor organizacin y el correcto funcionamiento del nuevo Seminario: fue nombrado Obispo de la nueva Dicesis en febrero de 1862; por enfermedad, por la situacin poltica reinante y por la inseguridad de los caminos, el Seor de la Pea no pudo venir ni a la ereccin ni a la toma de posesin de su Dicesis (toma de posesin que tuvo que hacer per interposita persona, porque se le pasaba el tiempo sealado por la Santa Sede para la prescripcin del nombramiento de un Obispo, si no tomaba posesin de su Dicesis) Fue hasta diciembre de 1865 cuando pudo llegar a su Dicesis y encargarse ya personalmente de su gobierno y administracin. Para hacer del Seminario de Zamora lo que la Iglesia, la Dicesis y el Obispo esperaban de l, se necesitaba mucho ms de lo que tena el Colegio San Luis: casa adecuada, personal capacitado, biblioteca y libros, capilla, dinero para alimentos y sueldos, etc. etc. (Slo quien conozca de estos menesteres, puede comprender exactamente las angustias y desvelos que el enfrentarse a estos retos y necesidades supone) Aadido a lo anterior, pudiramos decir que la economa de la nueva Dicesis casi parti de ceros, debido a mltiples factores: por lo extenso de la Dicesis de Morelia (desde San Luis Potos hasta Coahuayana), muchas de las regiones que pasaron a la nueva Dicesis de Zamora estaban muy descuidadas, no slo en cuanto a la religiosidad, sino tambin en cuanto a la economa y dineros; las leyes de Reforma, con la desamortizacin de los bienes eclesisticos, haba quitado a la Iglesia (diocesana y parroquial) muchas de sus fuentes de ingresos para su sostenimiento y labores religiosas y de beneficencia; el arreglo de las cuentas con la Dicesis de Morelia (diezmos, capellanas, legados, etc.) durara bastante tiempo, quedando para la nueva Dicesis la suspensin de varias entradas de dinero. La situacin lleg a tal grado que, para el recibimiento del Seor Obispo de la Pea no se lograron los poco ms de 300 pesos gastados en ella (diligencia, guarnicin militar acompaante, cohetes, msica, arreos episcopales, etc.), as como el no poder pagar a los Cannigos sus participaciones y el verse obligada a pedir un prstamo a Morelia para poder funcionar como Dicesis (oficinas y cargos de la Mitra, Catedral, etc.) As naca el Seminario de Zamora, entre dolores de parto, pero con un esplndido futuro, en bien de la Iglesia y de la sociedad.

8.- El primer Rector del Seminario

A pesar de la ausencia del Seor de la Pea de su Dicesis, estuvo siempre al pendiente de su gobierno, dictando desde Morelia o Mxico las disposiciones necesarias para la buena marcha o la mejor marcha dentro de la misma, dentro de las posibilidades Uno de los puntos importantes y esenciales para ello fue el nombramiento del Rector del nuevo Seminario. Como veamos, ya ell Concilio de Trento apuntaba, siglos antes, que los Seminarios deberan contar con: un Rector, profesores, un ecnomo, dos confesores y un director espiritual, adems de dos Comisiones: de Disciplina y de Bienes Temporales y que tales personas deberan ser eminentes por su doctrina, sus virtudes y prudencia para que puedan servir de modelo a los alumnos. No cabe duda que parte muy importante de un Seminario es la persona de su Rector, ya que ste lo forma y lo conforma, de acuerdo a sus ideas, iniciativas y conducta dems y tal institucin llega a ser un reflejo de quien lo dirige. El Seor de la Pea tuvo que haber tenido muy presente este detalle y, por consiguiente, debi fijarse y elegir muy bien la persona que ocupara este puesto en la nueva Dicesis. Por otra parte, tena la ventaja de conocer muy bien al clero de Morelia, contaba con muy buenos amigos entre ellos e, incluso, varios de ellos haban sido sus discpulos y sbditos en el Seminario de Morelia, por lo que tuvo en dnde elegir y elegir bien, hacindolo en la persona del Seor Don Luis Gonzaga Sierra. Creo til y conveniente, antes de comenzar a hablar sobre el proceso de iniciacin y de transformacin que sufri el Colegio San Luis del Padre Gernimo Villavicencio para convertirse en el Seminario de la nueva Dicesis, el conocer quin fue el principal promotor y motor de dicho proceso y transformacin: Don Luis Gonzaga Sierra. Quin era el Seor Luis Gonzaga Sierra? Don Luis Gonzaga Sierra Vallejo, de quien poco se habla y a quien se le da poco o nulo mrito con relacin a la organizacin y gobierno de la nueva Dicesis de Zamora, ocupa un lugar muy importante en la historia de la Dicesis y del Seminario, lugar que, injustamente, si no se le ha negado, por le menos no se ha valorado ni mencionado en la debida forma, siendo esta circunstancia una deuda de Zamora hacia l. Efectivamente fue Don Luis un hombre que tuvo una gran y eficaz ingerencia en la organizacin y funcionamiento inicial de la Dicesis y del Seminario, no slo como ayudante del Seor de la Pea en el gobierno de la misma, sino como autor y factor importantsimo en prepararle el camino a este Obispo, sentando las bases para el desempeo de su cargo, comenzando casi desde cero y en medio de circunstancias, polticas, religiosas, econmicas y clericales muy especiales y difciles, aadiendo a todo esto la ausencia del Obispo por ms de ao y medio, antes de llegar a la Dicesis para gobernarla. Don Luis Gonzaga haba nacido en Zacapu el 16 de agosto de 1820, siendo sus padres Don Rafael Sierra y Doa Mara Vallejo. Adolescente, casi nio, ingres al Seminario de Morelia donde curs, de excelente manera, sus estudios eclesisticos y fue ordenado Sacerdote (con dispensa de edad, por no cumplir an la edad requerida) por Don Juan Cayetano Portugal, en 1843. Una vez ordenado, fue Profesor del Seminario de Morelia, Consejero del Gobierno Civil (nombramiento otorgado directamente por el mismo Gobernador de Michoacn, en 1853), Cannigo en 1862, ocupando adems varios puestos en la Curia Diocesana moreliana, como Provisor, Vicario General, Juez de Testamentos, Capellanas y Obras Pas y Secretario de Cmara y Gobierno de la misma Mitra. Para que Don Luis Gonzaga Sierra ocupara algunos de estos cargos, el Seor de Pea haba intervenido, con sus recomendaciones y apoyo, ante el Seor Obispo Don Clemente de Jess

Mungua, de tal modo, que, al elegirlo como Gobernador de la Dicesis de Zamora y como Rector del Seminario, saba lo que haca y por qu lo haca.

Final no muy felizAl margen de su actuacin como Rector del Seminario de Zamora (de la que hablaremos en seguida), es necesario mencionar un hecho que, adems de darnos luces sobre las circunstancias difciles en que se inici la Dicesis de Zamora y su Seminario, nos da a conocer el por qu y el cmo de la separacin del Seor Sierra de sus cargos en esta Dicesis, separacin un tanto accidentada y desafortunada, dada su actuacin en tales cargos. Las causas de tal separacin, ms que provocadas por las personas, lo fueron por las circunstancias, ya que las relaciones del Seor Sierra con el Obispo de la Pea y con el mismo Cabildo de la Catedral, fueron buenas, teniendo como resultado incontables obras y disposiciones en pro de la Dicesis. Pero los problemas econmicos, ocasionados por el largo perodo para aclarar las cuentas entre Morelia y Zamora, la desorganizacin reinante en las Parroquias que conformaron las nueva Dicesis y las circunstancias polticas que ahogaban a la iglesia mexicana en su economa por las Leyes de Reforma, llevaron a la Administracin Econmica de la Dicesis a una carencia casi total de fondos monetarios para sufragar sus obligaciones pecuniarias. Y este problema incluy tambin la incapacidad de la Hacedura para pagarles a los Cannigos sus sueldos y el desplome de las cantidades de dinero que, de la Gruesa Decimal les correspondas. Ellos iban pidiendo cantidades de dinero requeridas para sus sostenimiento y, al hacerse el reparto de la Gruesa, tales cantidades les eran rebajadas de lo que les corresponda. El Seor de la Pea, ante esta situacin y despus de haber hecho hasta lo imposible por cumplir tales obligaciones con los Cannigos, se vio obligado a rebajar los sueldos y los repartos a estos, acarrendole esta accin algunos problemas, el descontento de alguno y la renuncia de varios de los afectados, comprendiendo a su Obispo y la situacin. Uno de esos afectados fue el Seor Sierra, como Arcediano del Cabildo, que e1 15 de abril de 1869 le escriba al Seor de la Pea: Ylustrsimo Seor: El Pbro. D. Luis G. Sierra, domiciliario de este obispado ante V.V. Ylma., con el respeto debido expone: que agraciado por la bondad de S. S. Ylma. con la dignidad de Arcediano de esta Sta. Yglesia, ha estado sirviendo como le ha sido posible, y recibiendo las ministraciones (pagos) mensuales que se le han hecho, sin saber si es ms de lo que le corresponde, hasta hace un mes que vio las cuentas presentadas por la Clavera y por ellas conoci que hay un exceso en lo que ha recibido. Si para lo sucesivo contina recibiendo la misma cantidad, resultara al fin una deuda que no pudiendo satisfacer en vida, quedar para despus de su muerte, y desea no llevar al sepulcro esta responsabilidad... En este conflicto se ve en la necesidad de hacer dimisin del Beneficio, como respetuosamente lo hace, suplicando a S. S.Ylma. se digne admitirla como apoyada en el motivo que va expuesto... Luis G. Sierra Ante esta renuncia, sus motivos y la forma de expresarse, las reacciones del Seor de la Pea y del Cabildo no se hicieron esperar y, despus de una serie de entrega de cuentas y de comunicados, ya un tanto secos y rspidos, en julio de 1870, el Cabildo escribe al mismo Seor de la Pea: Ylmo. Seor: Se ha recibido la comunicacin fecha 12 del presente en que V.S.Y. transcribe a este Cabildo lo que tuvo a bien contestar al Oficio del Sr. Arcediano de esta Sta. Yglesia Catedral (Sr. Sierra)... haciendo un extraamiento al mencionado Sr. Arcediano por su irrespetuosa comunicacin, mandando se le devuelva la original a fin de que la corrija en todos los puntos injuriosos a V. S. Y. y a este Cabildo y que quede reducida a lo que demanda la materia. No podra esperarse otra contestacin,

Ilmo. Seor, atenta la prudencia con que han sido siempre marcadas todos los actos de gobierno de V.S.Y., este Cabildo no puede menos que seguir tan buen ejemplo, y slo espera la devolucin de las cuentas de Fbrica para contestar en el mismo sentido que V. S. Y. pues este Cabildo se cree tambin gravemente ofendido en el oficio de remisin de las cuentas que ha presentado el mismo Arcediano, como tesorero de la Santa Yglesia Catedral. Despus de muchos y dolorosos problemas, sobre todo con los miembros del Cabildo, el Seor Sierra se separ de Zamora en 1871 y se fue a la Colegiata de Guadalupe, en Mxico, donde muri en 1887. Pero, de ninguna manera, este episodio demerita el mrito de su obra, tanto en su desempeo como Gobernador de la Dicesis de Zamora, como primer Rector del Seminario, obra que analizaremos en seguida.

9.- Abriendo surcos y sembrando esperanzasTanto el Seor Obispo de la Pea como el Seor Sierra saban que, aunque el primero no pudiese llegar an a la Dicesis, era absolutamente necesario poner suma atencin en la fundacin propiamente dicha del nuevo Seminario (teniendo como base el Colegio San Luis del Padre Villavicencio), su ubicacin, su organizacin y su sostenimiento econmico y eso, no solamente porque as lo decretaba la Bula de ereccin de la nueva Dicesis, sino porque de tal institucin dependera su futuro. Fue por eso que ambos, Obispo y Rector, a travs de una continua correspondencia, se pusieron de acuerdo en todos los pasos a seguir en lo relacionado con el nuevo Seminario. Naturalmente y como ya lo apuntbamos, los inicios del Seminario de Zamora fueron difciles y llenos de obstculos, por las razones generales de la situaciones que privaron duramente su nacimiento como tal y por ser muchos y, algunos de ellos, graves los problemas que haba que solucionar para su buena marcha, como, por ejemplo su reglamento, el local, el personal docente, las futuras vocaciones, los dineros para su sostenimiento, etc. Es interesante y aun necesario, para tener una idea ms completa de la historia del Seminario de Zamora, el hablar un poco acerca de todas estas circunstancias y problemas, as como de sus soluciones en todas las cuales se ven las manos del inters, de la experiencia y del dinamismo de los dos mximos responsables de l.

El Reglamento del nuevo SeminarioEn cuanto al Reglamento (lstima que no haya quedado un ejemplar de l, pero s algunas de sus disposiciones a travs de otros varios documentos), podemos decir que, puesto que el Seor de la Pea y el Seor Sierra eran hechura del Seminario de Morelia y lo haban vivido y experimentado, como alumnos y como superiores durante varios aos, lo implantaron casi en su totalidad en el nuevo Seminario de Zamora. Por ejemplo, al revisar algunos documentos del inicio del Seminario de Zamora, en cuanto a los planes de estudio y a las materias impartidas y compararlos con los programas de estudio del Seminario de Morelia, podemos ver que son casi iguales; lo mismo se puede decir de lo referente a la admisin de alumnos, a la disciplina y aun a las formas de conseguir dineros para la institucin (forma de becas, donativos, etc.)

El local: arreglos y proyectos

Ya veamos que el local que ocupaba el Colegio San Luis era una casa anexa a lo que luego sera el Palacio Episcopal (hoy Palacio de Gobierno), casa en la que hoy est situada la Escuela Gabriela Mistral y para las necesidades de aquel plantel era ms o menos suficiente, pero no as para la nueva institucin que, por naturaleza y sus fines, era distinta al primero. Desde luego, debemos sealar que los alumnos del Colegio San Luis eran pocos y todos externos y slo requeran de salones y un patio para el recreo; ya, como Seminario, se necesitaban varias dependencias especiales: dormitorios, puesto que gran parte de los alumnos seran internos (porque as lo requera el reglamento del Seminario y porque muchos de ellos vendran de las distintas parroquias en busca de su formacin sacerdotal); una capilla para poder realizar en ella todos los programas de piedad que los alumnos deberan cumplir; una cocina en la cual se deberan elaborar los alimentos de los alumnos y un comedor donde los comeran, etc. Sin un lugar apropiado y sin estas dependencias requeridas, la adecuada y efectiva formacin de los alumnos, as como el buen desarrollo de sus actividades, sera imposible. Considerando todo esto, el Seor de la Pea y el Seor Sierra tomaron dos decisiones. a corto plazo, el arreglo y adecuacin de la casa ocupada por el Colegio San Luis; a mediano plazo o largo plazo (dependiendo de las circunstancias), el buscar otro lugar ms amplio y construir en l el edificio del Seminario. En cuanto a la ejecucin de ambas decisiones, existen muchos documentos y partidas de la Hacedura Diocesana y de Clavera de Catedral que nos la van describiendo paso a paso. Debemos recordar que la ereccin de la Dicesis y con ausencia del Obispo enfermo en Mxico, tuvo lugar el 8 de mayo de 1864 y, as en los Gastos que corresponden a la Fbrica se puede leer: Mayo 1864: Para impresin rtulo y reparto de cartas en que se anunci la publicacin de las Bulas de la ereccin de Obispado $ 14.00 y en enero de 1865: Los gastos que se hicieron en la ereccin de la Dicesis e instalacin del Cabildo importan segn cuenta documentada que se llev $ 417 pesos 7 y medio reales. Y una vez pasados estos acontecimientos, as como la recopilacin del inventario de toda la Dicesis, en cuanto a Sacerdotes, templos, archivos, etc., inmediatamente el Seor Sierra se dedic ya ms directamente a la primera decisin tomada en el asunto del Seminario, es decir, en arreglar un poco la casa ocupada por este plantel, como leemos en Gastos que corresponden al Colegio Seminario: Noviembre 1864: Para comenzar a componer la casa que sirvi de Colegio $25.00Para continuar dicha compostura $ 25.00 Pero al mismo tiempo aparecen ya los primeros esfuerzos por buscar el otro lugar ms adecuado para el Seminario: Para dos rentas de la otra casa que se ha tomado para Colegio Seminario $20.00Para completar los gastos de compostura de la otra casa $ 29.00 Y ya para abril de 1866, y estando encargado el Padre Vera de la construccin o adaptacin de la nueva casa del Seminario en la esquina de las hoy calles de Jurez y Morelos, leemos: Dados al Padre Vera para hacer en el Seminario unas piezas para cocina y refectorio $ 46.00Dados al Padre Vera para continuar los gastos del Seminario $54.00

Una inauguracin austera, pero llena de entusiasmo y esperanzasAunque no existe (por lo menos, hasta el momento no ha aparecido) entre los documentos del Archivo Diocesano o del Seminario, anacrnica de la inauguracin del Seminario de Zamora, s existen algunos datos que nos pueden ayudar a tener la noticia de ella y a reconstruirla en parte. Creo yo que, entonces (1864) como ahora, no pueden existir Sacerdotes o fieles catlicos verdaderos que no estn convencidos de la importancia de los Seminarios en la

Iglesia y en cada Dicesis. Al erigirse la Dicesis de Zamora y al fundarse su Seminario, tomando como base el Colegio del Padre Villavicencio, los fieles y los Sacerdotes tuvieron que estar pendientes e interesados por este acontecimiento. Es verdad que los habitantes de Zamora ya estaban acostumbrados al Colegio San Luis y a que algunos de sus alumnos (la inmensa mayora hijos de familias de la ciudad o vecinos de la misma) pasaban al Seminario de Morelia a continuar sus estudios y, de ellos, unos pocos abrazaban el Sacerdocio. Pero con la fundacin del Seminario de Zamora, en la ciudad y para la Dicesis, su visin, perspectivas e intereses deberan de cambiar: no seran solamente un grupo de nios o adolescentes, casi todos ellos conocidos por ser parientes o vecinos en aquella ciudad de 10 12 mil habitantes, los que integraran el nuevo plantel, sino que vendra de todos los pueblos de la Dicesis, de distintas clases sociales, viviran en la ciudad, se haran jvenes en ella y se formara, muchos de ellos, para ser Sacerdotes y servirlos a ellos y a la sociedad. El Seor Sierra tena conciencia de este hecho, por lo que, aunque fuera de manera sencilla y austera, quiso celebrar la fundacin del Seminario, como podemos ver en Gastos que corresponden al Colegio Seminario: 1864 Noviembre: Para impresin de cartas, participando la apertura del Seminario $ 7 pesos 2 realesPara los msicos que tocaron en el Colegio Seminario $ 5 pesos Ms an el nuevo Seminario ya cont con un portero: 1864. Diciembre: Para el portero del Seminario $ 2 pesos) As, entre carencias y problemas, naci el Seminario de Zamora y as fue inaugurado, con suma austeridad y sencillez, por las circunstancias, pero con infinitas esperanzas, por la fe y el amor al mismo.

10.- Plan de estudios y personal del nuevo SeminarioPlan de estudiosCuando naci el Seminario de Zamora para la formacin de los Sacerdotes de la nueva Dicesis, la escasez del clero, no slo en la Dicesis de Michoacn y, por lgica, en la de Zamora, sino en todas las del pas, era grande. La guerra de Independencia, los muchos aos que el Seminario de Morelia estuvo cerrado, las mismas guerras de Reforma con sus Leyes e incautaciones, haban dificultado enormemente la labor de la Iglesia en materia de formacin de los Sacerdotes y as se reflejaba en el nmero y, en cierto modo, en la calidad de muchos de los que haban quedado en territorio de la nueva Dicesis zamorana. Era pues urgente echar a andar el Seminario y hacerlo bajo cierto plan de emergencia, determinando el menor nmero posible de aos en los que el candidato al Sacerdocio pudiera adquirir la ciencia y los conocimientos indispensables para ejercer digna y convenientemente su ministerio y, por ello, se dispuso que el plan de estudios se realizara en slo cinco aos, de los cuales se emplearan dos para el estudio del Latn, uno para la Filosofa y dos para la Teologa. En el primer ciclo se estudiaba la Sintaxis Latina, Etimologas Latinas e Idioma Espaol; en el segundo, Lgica, Matemticas, Tenedura de Libros y Fsica; en el tercero, Teologa Dogmtica y Teologa Moral. La estructuracin de tal plan era obligado, aunque razonable, dadas las circunstancias ya dichas, puesto que buscaba dar al seminarista una formacin ms o menos completa, dada la urgencia del tiempo y las necesidades espirituales de la feligresa. En el primer ciclo, con la Sintaxis y las Etimologas, adems de poner en contacto al alumno con una de las principales fuentes de nuestra cultura, se le daban las herramientas necesarias para que pudiera leer, entender y estudiar las obras de Filosofa y Teologa, escritas casi todas ellas en ese idioma; en cuanto al Espaol, el maestro de tal asignatura en el Seminario escribi: Como los

programas en el estudio de las lenguas dependen de los adelantos que tengamos en nuestro propio idioma, la importancia y la necesidad del estudio del idioma patrio es incuestionable. En el segundo ciclo, con la Lgica se enseaba al alumno a razonar, a saber instrumentar las ideas y los conceptos para formar juicios y, con ellos bien manejados, formar las convicciones propias y buscar la verdad; adems con ella se les preparaba al estudio del Dogma y de la Moral. Pero como la cultura Sacerdotal no se debe ni puede circunscribir a slo materias religiosas, se les proporcionaban conocimientos bsicos de la Fsica y de las Matemticas y Tenedura de Libros, para una mejor comprensin del universo y para que pudieran manejar ms fcil y honestamente los dineros que necesariamente tendran que pasar por sus manos. Finalmente el Dogma y la Moral le daban al futuro Sacerdote las verdades y principios de su fe, fundamento y gua de su comportamiento, para trasmitirlos a los fieles que se les encomendaran ms tarde. Los exmenes personales, con el maestro y dos sinodales, as como los exmenes pblicos, con asistencia del Obispo, personal del Seminario y algunos seglares (para ciertas materias) eran una buena ayuda y un fuerte aliciente para que los alumnos estudiaran mejor.

Personal docenteFue difcil para el Seminario de Zamora formar su cuerpo docente a la altura de sus necesidades y urgencias, dificultad nacida, desgraciadamente, de sus carencias. En efecto, como ya lo apuntbamos, Zamora, donde fue establecido era una ciudad pequea y con poco clero y, con excepcin de algunos, sin la capacidad necesaria para impartir las materias del Plan de Estudios del Seminario. De ah que se tuvo que echar mano (sobre todo para las materias no eclesisticas) de seglares de reconocida capacidad magisterial, quedando formado el personal docente del Seminario de la siguiente manera: Seor Presbtero Licenciado Don Juan R. Carranza, Vicerrector del plantel, maestro de Etimologas, Teologa Dogmtica y Moral (su sueldo era de $ 30.00 y, ms adelante, le ayudara el Seor Cura de la Parroquia del Sagrario, Don Ramn Beracoechea y el Padre Jos Ma. De la Cueva); de Lgica, Matemticas y Tenedura de Libros, Don Jess Trujillo Chvez (su sueldo, $ 30.00); el de Fsica, Don Ignacio Ochoa (su sueldo, $10.00); el de Sintaxis Latina e Idioma Espaol, Don Hilarin lvarez (su sueldo $ 30.00) En los libros de Cuentas del Seminario se pueden ver las angustias que el Seor Sierra tuvo que pasar para poder cubrir los honorarios de dichos maestros, poseedores de una verdadera vocacin y amor al Seminario, ya que comprendan lo crtico de la situacin y la aceptaban. Un ejemplo de ello es un recado del Seor Sierra al Clavero de la Catedral, el 24 de febrero de 1868: Yendo cada da en aumento la escasez de fondos del Seminario de esta ciudad y siendo los gastos de tal naturaleza que no pueden demorarse ni un solo da, no habindose por otra parte ministrado nada a dicho Seminario por cuenta de lo que le corresponde segn la Bula de ereccin de este Obispado, he tenido a bien disponer que por cuenta de dicho haber, se ministren por Clavera TREINTA PESOS mensuales al Presbtero Juan Carranza, Catedrtico del referido Seminario, comenzando dichas ministraciones desde el da quince del actual, hasta nueva disposicin de esta Autoridad Diocesana

Don Jess Trujillo ChvezCreo, en justicia, que se debe reconocer en esta etapa inicial del Seminario de Zamora la entrega, la colaboracin y el cario demostrados a esta institucin por parte de los seglares.

Sin ellos (entonces, como ahora) la existencia y marcha del Seminario no hubieran sido posibles. Sera necesario, pero imposible, el nombrar a todos las personas que, de una u otra forma, ayudaron al Seminario. Pero pienso que, de alguna manera, recordando a uno de esos personajes y reconociendo sus mritos como bienhechor del Seminario y de la Dicesis, podemos hacer extensivos ese recuerdo y ese reconocimiento a todos los dems. Me refiero a Don Jess Trujillo Chvez, maestro y tesorero que fue del Seminario y Administrador de la Dicesis y del que me permito anotar algunos datos. Naci Don Jess Trujillo en Morelia, donde contrajo matrimonio con Doa Mercedes Pia Lpez y donde, probablemente, haya estado algn tiempo en el Seminario. En aquella misma ciudad se recibi de maestro y se especializ en algunas materias, trasladndose luego a Zamora para ejercer su profesin. Su estrecha relacin con el Seminario y la Dicesis de Zamora naci, sin duda, del conocimiento que de l tenan el Seor Obispo de la Pea y el Seor Sierra. El hecho es que, estando Don Jess en Cotija y habindose establecido el Colegio de Infantes para el Coro de la Catedral, fue llamado a Zamora para el cargo de preceptor de primeras letras... y se le dieron para gastos de viaje 20.00. Posteriormente aparecen varias entregas de Clavera a su nombre, para la Escuela de Infantes y, muy pronto fue nombrado Maestro del Seminario (como lo sealbamos anteriormente) y, luego, Tesorero y Secretario del mismo. Ms an, atendiendo las recomendaciones que las leyes y decretos de la Iglesia hacan para que los seglares que ayudasen en la administracin de los bienes eclesisticos fuesen varones previsores, idneos y de buena reputacin y viendo estas cualidades en Don Jess Trujillo, fue nombrado Administrador de la Dicesis. Revisando los incontables recibos, certificados, informes y estados de cuenta que, durante muchos aos, present Don Jess a sus Superiores, queda uno maravillado del orden, de la claridad de todos ellos, as como de su caligrafa y de su buen uso del lenguaje. Ya en tiempos del Seor Czares y despus de muchos aos de servicio y cuando la edad y las enfermedades lo hicieron necesario, Don Jess se retir de sus cargos, con el reconocimiento pblico y por escrito de la Mitra. Don Jess Trujillo Chvez fue bisabuelo de Don J. Carlos Mndez Trujillo, excelente y admirado colaborador de GUIA, as como de Don Enrique, Don Jorge y otros hermanos ms, que deben sentirse orgullosos de haber tenido tal bisabuelo.

11.- Los seminaristas en el nuevo SeminarioDificultad en la bsqueda de vocacionesSiguiendo con el breve anlisis de los problemas y obstculos a los que se tuvo que en enfrentar en su nacimiento el Seminario de Zamora, nos encontramos que uno de los ms difciles de superar y que poco se ha considerado fue el relacionado con reclutamiento de nios y jvenes que quisieran ingresar a l y, as, poder contar con la materia prima para la formacin del clero que trabajara en la nueva Dicesis. Tal dificultad surga por varias razones, entre las que destacaban las siguientes: primero, por ser la nueva institucin algo inusitado y desconocido, no para Zamora, que ya tena el conocimiento y la experiencia del Colegio San Luis, pero s para todas las Parroquias que conformaron la nueva Dicesis y de las que haba que surtirse en vocaciones, puesto que la sola ciudad de Zamora no podra abastecer las necesidades, ni del Seminario, ni de la extensa Dicesis; la lejana de muchas de ellas; la escasez de clero calificado para la formacin de los futuros Sacerdotes; pero la principal y la que ms le dola al Seor Obispo de la Pea era la situacin de disipacin, de abandono de la vida de piedad y aun de los compromisos sacerdotales, en cuanto al celibato

y al trabajo ministerial, de considerable nmero de los Sacerdotes que quedaron en el territorio de la nueva Dicesis, por la razones ya antes mencionadas. En efecto, por una lado la mente de la Iglesia, manifestada en sus directrices y leyes (an no exista su recopilacin actual en el Derecho Cannico), dispona que, con relacin a las vocaciones, fueran los Prrocos, principalmente, los que deban interesarse por nios y jvenes que dan indicios de tener vocacin, apartndolos de los peligros del siglo, informndolos en la piedad, imbuyndolos en los primeros estudios de las letras y fomentando en ellos el germen de la divina vocacin. Pero si muchos de ellos, en la nueva Dicesis, ni siquiera tenan el necesario aprecio por su propio Sacerdocio, ni lo vivan adecuadamente, sera muy difcil que se interesasen en sus Parroquias por los nios y jvenes que daban indicios de tener vocacin y menos de enviarlos al Seminario y ayudarlos material y moralmente para llegar a su ordenacin.

En busca de solucionesNo se debe olvidar que el testimonio sacerdotal es la principal motivacin para que existan nios, jvenes y adultos, que quieran ser Sacerdotes y que, entonces como ahora, el elemento principal para la siembra, la cosecha y el sostenimiento de vocaciones son los Prrocos en sus respectivas Parroquias, con su ejemplo y su apoyo. As lo entenda el Seor Obispo de la Pea, Sacerdote ntegro y entregado totalmente a su ministerio, por lo que se decidi a escribir, paternal y valientemente, pero sin tapujos, una Carta Pastoral a los Sacerdotes de la Dicesis de Zamora, Pastoral que no alcanz a publicar, por haberlo sorprendido la muerte (13 de agosto de 1877), pero que el Seor Juan Rafael Carranza, que fue nombrado Vicario Capitular, public unos meses despus (4 de diciembre de 1877) y de la cual me permito extraer el siguiente claro y revelador prrafo: Enormsimos son los estragos que las feligresas padecen cuando los Pastores degeneran en mercenarios, pero cunto mayor ser si de mercenarios pasan a hacerse lobos?...Hechos los Sacerdotes de Jesucristo unos hambrientos lobos, toman todas las formas de estos, se arman de su propia fiereza, y as preparados, asaltan rabiosos a las ovejas e invierten en dao de ellas lo que en otro tiempo contribua para su bien Duras palabras, pero que respondan a una realidad vivida no por todos los Sacerdotes de la Dicesis, pero s por un buen nmero de ellos. Desde luego, el Seor de la Pea y el Seor Sierra procuraron que los formadores del nuevo Seminario fueran Sacerdotes y laicos ejemplares y dignos. Por otra parte, los buenos Prrocos de la nueva Dicesis (y los haba varios), desde un principio, se interesaron por el Seminario y ayudaron a su organizacin y consolidacin y aun a colaborar directamente, como por ejemplo el Seor Cura de Cotija, D, Francisco Licea y Borja, quien el 3 de agosto de 1865 le escriba al Seor Sierra, Gobernador de la Mitra pidiendo licencia para establecer un colegio en aquel lugar y que quede matriculado al Seminarioy adjunta, para su aprobacin, el reglamento respectivo. Como ms tarde lo veremos, tal iniciativa rendira mucho fruto para el Seminario, haciendo aquello una realidad en varias otras Parroquias.

Los primeros seminaristasSi, como deca Don Luis Gonzlez, la historia de las matras hacen la historia de la patria, podemos decir que el conocimiento de los pequeos detalles de la vida del Seminario de Zamora en su nacimiento conforman su historia, por lo que me permito dar algunas

pinceladas de tales detalles (aunque se podran sacar muchas ms), entresacados de los libros de cuentas y dems informes relacionados con diversos aspectos de dicha institucin y todo esto nos puede dar una idea cercana a realidad de la vida de aquellos pioneros del Seminario y conocer los nombres de personajes relacionados con la vida seminarstica. Podemos afirmar, desde luego, que, al inaugurarse el Seminario de Zamora, no se parti de cero, ya que los seminaristas originarios del territorio de la nueva Dicesis que estudiaban en Morelia fueron invitados a ingresar al primero y muchos de ellos lo hicieron, incluso los que estaban por terminar su carrera sacerdotal. As, tenemos que ya para 1865 aparecen algunos permisos por escrito a varios Minoristas para ir a vacaciones a otras Dicesis, donde vivan algunos familiares y, en varias de las cuentas de la economa aparecen los nombres de muchos de los seminaristas fundadores del Seminario de Zamora, como lo podemos constatar de los siguientes datos: Un resumen de lo que coman y lo que costaba: 13 de julio de 1870 y das siguientes: Pan $ 12.- Gallinas $ 6.4.- Tortillas $ 1.2- Fruta $ 2- Huevos $ 11.4.- Un menudo $ 2.4- T y caf $1.1 Pescado $ 4.- Sal y fideo 2.2 sag (harina sacada de la mdula de una palmera tropical y que se mezclaba con agua)-Queso y sal $ 2.4- Carne de puerco $ 3.- Pan y camote $ 12.3- Leche $2- jocoque $ 3- Requesn $ 2.3- Longaniza, garbanzo, harina, recaudo y fruta $ 2- Guajolotes $ 12 (para un da de fiesta)- Manteca $ 2 En aquella cocina trabajaban diariamente y para las tres comidas del da las siguientes personas: 4 metateras que hacan las tortillas, 5 braseras que se dedicaban a cocer los diversos alimentos en los braceos o fogones; 2 mozos que se encargaban de llevar del mercado y de las tiendas los distintos materiales necesarios para la alimentacin de los alumnos y dems personal del Seminario. Durante muchos aos de aquellos primeros aos, al frente de la cocina estuvo la Seorita Ma. Trinidad Pea, buscando siempre una buena alimentacin para sus muchachos. En cuanto al cuidado de la salud y del aseo personal: Septiembre de 1870: una receta antigua que volvi a surtirse para Mendoza $1 real y 1/2al barbero Severo Silva para hacer el pelo y barba a 20 alumnos: $ 2.40al Mdico Sr. Mndez por su visita a Pablo Vargas $ 4 realesal Dr. Mndez que visit a Leobardo Valladares y a M. Ortiz $ 4 reales. Por las dos recetas 4 reales y medioAl barbero Severo Silva por 17 alumnos que rasur $ 2.00.- Visita del mdico y valor de la receta $ 1.1- Al barbero Severo Silva por 13 que rasur $1.5- Un receta que un alumno surti por 2. Vez 4 reales Piedad, estudio, recreacin, alimentacin, cuidados mdicos y aseo personal, iban conformando la vida de los alumnos del nuevo Seminario de Zamora.

12.- Malabarismos en la economaDinero, estircol del diablo, pero necesario y buen abono para las obras de DiosFinalmente, para terminar con el pequeo anlisis (aunque extenso, quizs, para algunos lectores) de los problemas a los que se tuvo que enfrentar el nuevo Seminario de Zamora para fundarse y consolidarse, quisiera referirme a uno que, sin haber sido el ms importante, s fue de los ms difciles de resolver. Me refiero al problema de la economa de aquella institucin que pretenda llegar para quedarse y dar frutos abundantes y de calidad para el servicio de la nueva Dicesis. Creo que, al comentar un poco este asunto, adems de tener la oportunidad de conocer datos y nombres interesantes para la historia del Seminario, de la ciudad y aun de la Dicesis, nos ayudar a comprender mejor el esfuerzo de aquellos que lograron su funcionamiento, su permanencia y el hecho de dejarlo listo y preparado para

niveles y categoras ms altas. Dos factores importantes influyeron para que el Seminario de Zamora pudiera sortear los graves problemas econmicos a los que se hubo de enfrentar: la lenta, pero segura y firme, organizacin de las finanzas de la Dicesis y la intervencin directa y eficiente de cuatro personajes para quienes el Seminario era una parte esencial y primordial de la nueva Dicesis: el Seor Obispo de la Pea, el Seor Luis G. Sierra, Gobernador de la Dicesis y los Sacerdotes Juan R. Carranza y Jos Guadalupe Novoa, de los cuales hablaremos ms tarde en sus gestiones en el Seminario, como Vicerrector y Rector el primero y como Administrador y Vicerrector el segundo.

GastosLa fundacin del nuevo Seminario, desde un principio, requiri de buenas cantidades de dinero para que pudiera funcionar como tal. Ya comentbamos anteriormente que el local que ocupaba el Colegio San Luis, precursor del Seminario de Zamora, de ninguna manera llenaba los requisitos indispensables para la completa y recta formacin de los seminaristas, ya que, para empezar, hacan falta en l una capilla y un refectorio y as podemos ver que, desde el mismo mes de noviembre de 1864 en que fue inaugurado oficialmente, se recibi de la Hacedura Diocesana, la primera cantidad, para comenzar a componer la casa que sirvi de Colegio $ 25.00 Y de ah en adelante, son muchsimas las partidas de dinero que se reciben de la misma Hacedura para diversos gastos del mismo Seminario, entre otras cosas, para pago de tres rentas: de la casa ocupada por el Colegio San Luis Recib del Sr. Cannigo Lic. D. Juan R. Carranza la cantidad de treinta y cuatro pesos siete y medio reales por el pago de contribuciones vencidas hasta la fecha por la finca del Colegio Seminario.Tefilo Pedroza;