fitzpatrick

10
Fitzpatrick, Sheila. La Revolución rusa. Resumen de Paola Pastene Capitulo 5. La revolución de Stalin. El programa industrializador del primer plan quinquenal (1929-32) y la colectivización forzada de la agricultura que lo acompañó se han descripto a menudo como una “revolución desde arriba”. Pero también se pueden describir como una guerra contra el atraso de Rusia y al mismo tiempo, una guerra contra los enemigos de clase del proletariado, dentro y fuera del país. Fue, según algunos historiadores, la guerra de Stalin contra la nación. A diferencia del período anterior de guerra civil y comunismo de guerra, Stalin no se limitaba a jugar con símbolos, la oposición política y la resistencia a las políticas del régimen eran denunciadas como traición y castigadas con severidad. El estado psicológico de emergencia bélica comenzó con la gran alarma de guerra de 1927, momento en que se difundió ampliamente la creencia de que una nueva intervención militar de los países capitalistas era inminente. La Unión Soviética acababa de sufrir una serie de reveses en su política exterior y en la Internacional Comunista. Trosky y otros oposionistas responsabilizaban a Stalin por los desastres de la política exterior. En espera de una guerra, los campesinos comenzaron a retacearle grano al mercado; y hubo compras de bienes de consumo impulsadas por el pánico por parte de la población rural y urbana. La mayor parte de los historiadores occidentales llegan a la conclusión de que no había un peligro de intervención real e inmediato. Pero Stalin se mantuvo en silencio durante los meses de ansiosas discusiones sobre el peligro de guerra. Luego, a mediados de 1927, con gran habilidad enfocó la discusión sobre la oposición, acusándolos de traición y expulsando a Trosky y otros dirigentes del partido. La dirigencia autorizó el arresto y el exilio administrativo de opositores políticos, así como formas de acoso de la GPU a la oposición. (Trosky fue exiliado en 1929 y deportado de la URSS por orden del politburó)

Upload: alejomdiaz

Post on 05-Jul-2015

100 views

Category:

Documents


8 download

TRANSCRIPT

Page 1: Fitzpatrick

Fitzpatrick, Sheila. La Revolución rusa.Resumen de Paola PasteneCapitulo 5. La revolución de Stalin.

El programa industrializador del primer plan quinquenal (1929-32) y la colectivización forzada de la agricultura que lo acompañó se han descripto a menudo como una “revolución desde arriba”. Pero también se pueden describir como una guerra contra el atraso de Rusia y al mismo tiempo, una guerra contra los enemigos de clase del proletariado, dentro y fuera del país. Fue, según algunos historiadores, la guerra de Stalin contra la nación. A diferencia del período anterior de guerra civil y comunismo de guerra, Stalin no se limitaba a jugar con símbolos, la oposición política y la resistencia a las políticas del régimen eran denunciadas como traición y castigadas con severidad.

El estado psicológico de emergencia bélica comenzó con la gran alarma de guerra de 1927, momento en que se difundió ampliamente la creencia de que una nueva intervención militar de los países capitalistas era inminente. La Unión Soviética acababa de sufrir una serie de reveses en su política exterior y en la Internacional Comunista. Trosky y otros oposionistas responsabilizaban a Stalin por los desastres de la política exterior. En espera de una guerra, los campesinos comenzaron a retacearle grano al mercado; y hubo compras de bienes de consumo impulsadas por el pánico por parte de la población rural y urbana.

La mayor parte de los historiadores occidentales llegan a la conclusión de que no había un peligro de intervención real e inmediato. Pero Stalin se mantuvo en silencio durante los meses de ansiosas discusiones sobre el peligro de guerra. Luego, a mediados de 1927, con gran habilidad enfocó la discusión sobre la oposición, acusándolos de traición y expulsando a Trosky y otros dirigentes del partido. La dirigencia autorizó el arresto y el exilio administrativo de opositores políticos, así como formas de acoso de la GPU a la oposición. (Trosky fue exiliado en 1929 y deportado de la URSS por orden del politburó)

A fines de 1929 Stalin presentó al politburó una serie de propuestas sobre el trato a los opositores: “quienes propaguen las opiniones de la oposición deben ser considerados cómplices peligrosos de los enemigos externos e internos de la URSS y que tales personas serán sentenciadas como “espías”...Quienquiera que despierte la más pequeña sospecha debe ser desplazado” concluía Stalin.

En 1928 se desata un enfrentamiento con el campesinado y la formulación de cargos por deslealtad contra la antigua inteliguentsia “burguesa”. Estas acusaciones eran inverosímiles. Pero igualmente, comenzaron los juicios ejemplificadores a expertos burgueses, en los cuales la parte acusadora asoció la amenaza interna de los enemigos de clase con la amenaza de intervención de potencias capitalistas extranjeras, y los acusados confesaron su culpabilidad (aunque sus confesiones fueron obtenidas mediante coerción o de manera fraudulenta). Estos juicios implicaban el abierto mensaje de que, a pesar de su pretendida lealtad hacia el poder soviético, la inteliguentsia burguesa seguía siendo un enemigo de clase con el cual no se podía contar. Es muy probable que Stalin creyera realmente en estas conspiraciones o que por lo menos se hubiera dado cuenta de las ventajas que podía conseguir con esta creencia.

Page 2: Fitzpatrick

Más allá de lo que Stalin creyera, las ideas se difundieron por toda la Unión Soviética. Ello no sólo fue así por los esfuerzos propagandísticos del régimen, sino porque tales conceptos, al reforzar prejuicios y temores ya existentes, eran creíbles para amplios sectores de la opinión pública soviética. A partir de la de fines de la década de 1920, se invocaban regularmente conspiraciones internas y externas para explicar problemas como la escasez de alimentos y la interrupciones en la industria, transporte y energía. El peligro de guerra se incorporó a la mentalidad soviética.

Stalin contra la derechaEn el invierno de 1927-8, la conducción del partido se dividió sobre la política a seguir respecto del campesinado, con Stalin de un lado y un grupo que ulteriormente se conoció como “la oposición de derecha” del otro. El problema inmediato era el suministro de grano. Ante la inminencia del programa industrializador, lo que se planteaban era si el régimen debía correr el riesgo político de presionar más a los campesinos o aceptar las consecuencias económicas de comprar la buena voluntad de éstos. Una suba del precio del grano reduciría los fondos disponibles para la expansión industrial, y tal vez hiciera imposible cumplir con el plan quinquenal.

En el decimoquinto congreso el partido, en diciembre de 1927, los principales temas de discusión pública fueron el plan quinquenal y la excomunión de la “oposición de izquierda” (trotskista-zinovievista). Pero entre bambalinas, el tema del suministro de granos ocupaba buena parte del pensamiento de los dirigentes, y se mantenían ansiosas discusiones con los delegados de las principales regiones productoras del país.

Luego de recorrer la región productora de Siberia, Stalin llegó a la conclusión de que el problema básico era que los kulaks estaban acumulando grano a escondidas con el propósito de tener como rehén al estado soviético. La solución a corto plazo era la coerción (método que se denomina Urales-Siberia de lidiar con el campesinado)

Stalin sugirió que la solución a largo plazo era la colectivización agrícola lo que aseguraría un suministro de grano confiable para las necesidades de las ciudades, el Ejercito Rojo y la exportación, quebrando el dominio de los kulaks en el mercado de grano.La política de Stalin (confrontación antes que conciliación, persecuciones, registro de graneros, bloqueo de rutas para impedir que los campesinos llevasen su producto a comerciantes que ofrecieran precios más altos que los del estado) produjo un mejora temporaria en el suministro de grano y una tensión en aumento en el campo.

Una oposición de derecha a Stalin comenzaba a aglutinarse en la dirigencia del partido a comienzos de 1928, a pocos meses de la derrota de la oposición de izquierda. La esencia de la postura de la derecha era que el marco político y las políticas sociales básicas de la NEP debían permanecer inmutables, y que éstas represenaban el verdadero enfoque leninista de la construcción del socialismo. La derecha se oponía a la coerción a los campesinos, el excesivo énfasis en el peligro kulak y las políticas destinadas a estimular la guerra entre clases en el campo. La derecha sugería que las metas de primer plan quinquenal debían mantenerse “realistas”, es decir bajas. También se oponía a la nueva política de guerra de clase agresiva contra la inteliguentsia e intentaba neutralizar la atmósfera de crisis engendrada por la discusión de la guerra inminente.

Page 3: Fitzpatrick

Los dos principales derechistas del politburó eran Rykov, cabeza del gobierno soviético y Bujarin, editor en jefe de Pravda, cabeza de la Internacional Comunista y destacado teórico marxista. Le reclamaban a Stalin haber cambiado las reglas del juego político tras la muerte de Lenin, descartando las convenciones de la conducción colectiva y las bases fundamentales de la NEP. A pesar de sus desacuerdos, los derechistas no intentaron organizar una fracción opositora (por miedo a los castigos que había recibido la izquierda), llevando sus discusiones con Stalin a puertas cerradas. Esto los dejó aislados, sin posibilidad de pedir apoyo en gran escala en el partido, y su plataforma solo fue dada a conocer en forma distorsionada por sus opositores. Finalmente en 1929 fueron identificados por sus nombres y llevados a juicio.

La purga intensiva de la burocracia del partido y el gobierno que siguió a la derrota de la derecha, hace suponer que tal vez la derecha tenía (o creía tener) considerable apoyo.Los funcionarios desplazados por derechismo no necesariamente eran derechistas ideológicos.

Del mismo modo que quienes se habían opuesto previamente a Stalin, la derecha fue derrotada por la máquina partidaria que controlaba Stalin. Pero en contraste con otras luchas por el liderazgo, ésta implicaba temas de discusión de principios y políticas claramente definidos.

A fin de cuentas, lo que proponía la derecha era un programa moderado, de poca ganancia y poco conflicto para un partido que era belicosamente revolucionario, se sentía amenazado por una variedad de enemigos internos y externos y continuaba creyendo que la sociedad podía y debía ser transformada. Lenin había ganado aceptación con un programa como ese en 1921, pero en 1928 la derecha no tenía un Lenin que los condujera.

El programa industrializadorPara Stalin, un veloz desarrollo de la industria pesada en Rusia era un requisito previo a la fuerza nacional y el poderío militar. Éste era un asunto de total urgencia, pues el ritmo de la inustrialización determinaría si la patria socialista sobrevivía o se derrumbaba ante sus enemigos. “debemos compensar esa brecha de diez años. O lo hacemos o nos hundimos”. (Stalin)

Con la adopción del primer plan quinquenal en 1929, la industrialización se convirtió en la primera prioridad del régimen soviético. Éste se centró en el hierro y el acero, llevando las plantas ya establecidas en Ucrania a su máxima capacidad productiva y construyendo desde cero nuevos complejos inmensos como Magnitogorsk en los Urales meridionales. La industria textil languidecía.

La organización de suministros y distribución fue la más formidable de las tareas de las que se hizo cargo el Estado. Con la colectivización simultánea de buena parte de la economía campesina, la vieja economía mixta de la NEP desaparecía.Fue en estos años que se echaron los cimientos institucionales de la economía planificada soviética, aunque fue un período de transición y experimentación.

El primer plan quinquenal pasó por muchas visiones y revisiones, con distintos equipos planificadores que respondían en distinto grado a la presión de los políticos. Ni las sucesivas versiones ni la declaración final de los logros tenían mucha relación con la

Page 4: Fitzpatrick

realidad. Se instó a la industria a exceder las metas del plan más bien que simplemente cumplir con ellas. Este plan pretendía avanzar la economía a cualquier costo. El fin era más importante que los medios. Las rupturas en el frente industrializador significaban que nuevas reservas de hombres y materiales debían ser desviadas hacia allí.

A pesar del énfasis puesto en el aumento inmediato de la producción industrial, el verdadero propósito era construir. Los gigantescos nuevos proyectos llegaron a su capacidad máxima durante el segundo plan quinquenal. Era una inversión a largo plazo.Se inició una competencia entre regiones por ser sedes de la industrialización que a menudo terminaba con una doble victoria: la autorización para construir dos plantas independientes, una en cada región, aun si la intención original de los planificadores había sido la de construir una sola. Éste fue uno de los factores que provocaron el continuo aumento de metas y el crecimiento incontrolable de los costos que caracterizaron el primer plan quinquenal.

Pero no fue el único factor, los políticos de Moscú padecían de gigantomanía, no sólo debían alcanzar el desarrollo económico de Occidente, sino superarlo.

ColectivizaciónLos bolcheviques siempre creyeron que la agricultura colectiva era superior a la explotación agrícola campesina individual, pero durante la NEP se dio por sentado que convertir a los campesinos a este punto de vista sería un proceso largo y arduo.La cuestión de la industrialización estaba estrechamente vinculada a la cuestión de la agricultura campesina. Para que el proyecto de industrialización fuese exitoso, el estado necesitaba suministros de grano confiables y bajos precios del grano. La crisis de suministro de 1927-8 demostró que los campesinos podían tomar al estado como rehén en tanto existiera un mercado libre y los precios que el estado adjudicaba al grano fuesen negociables en la práctica.

A medida que iban en aumento los métodos coercitivos de obtención de suministros preconizados por Stalin, aumentó la hostilidad entre el régimen y el campesinado. En 1929, una vez eliminado el mercado libre de granos, el régimen impuso cuotas de suministros y penas por no cumplir con ellas. Los ataques a los kulaks se hicieron más estridentes, y los dirigentes del partido comenzaron a hablar de un irresistible movimiento campesino hacia la colectivización en masa.

Pero los kulaks, enemigos de clase del régimen, no serían admitidos en las nuevas granjas colectivas. Sus tendencias explotadoras ya no podían ser toleradas, anunció Stalin. Los kulaks debían ser “liquidados como clase”.

La nueva política requería que los funcionarios del campo forzaran un enfrentamiento inmediato con los kulaks. Ello significaba que los comunistas locales entraban en las aldeas, juntaban una pequeña banda de campesinos pobres o codiciosos y procedían a intimidar a un puñado de familias kulaks, los expulsaban de sus casas y confiscaban sus propiedades.

Además, los colectivizadores comunistas solían profanar la iglesia e insultar a los “enemigos de clase” locales, como el sacerdote y el maestro. Ante este evidente desastre, el régimen reaccionó de dos maneras. En primer lugar, llegó la OGPU a arrestar a los kulaks expropiados y a otros revoltosos, y ulteriormente organizó

Page 5: Fitzpatrick

deportaciones en masa a Siberia, los Urales y el norte. En segundo lugar, la dirigencia del partido retrocedió algunos pasos del enfrentamiento extremo con el campesinado a medida que se acercaba el momento de la siembra de primavera.

Es indudable que la colectivización representó una verdadera “revolución desde arriba” en el campo. Pero no fue exactamente la clase de revolución que describió la prensa soviética de la época, que exageró enormemente el alcance de los cambios acaecidos; y en algunos respectos, fue una reorganización de la vida campesina menos drástica que la intentada durante las reformas del período zarista tardío. Las principales transformaciones ocurridas en la aldea fueron las vinculadas a su administración y a sus procedimientos de comercialización.

El mir aldeano fue abolido en 1930, y la administración del koljoz (granja colectiva) que lo remplazó estaba encabezada por un presidente designado. Las granjas colectivas debían entregar cantidades fijas de grano y alimento al estado, cuyo costo se dividió entre los integrantes del koljoz según su contribución en trabajo. Sólo el producto de las pequeñas parcelas privadas de los campesinos se seguía comercializando en forma individual y esta concesión no se formalizó hasta muchos años después del proyecto colectivizador. Para el producto general de cada koljoz, las cuotas de entrega eran muy altas, y los precios muy bajos. Los campesinos recurrieron a todo su repertorio de evasión y resistencia pasiva, pero el régimen tomo todo lo que pudo, incluso alimento y semillas. El resultado fue que las principales zonas de producción de grano del país quedaron sumidos en la hambruna durante el verano de 1932-3.

Una de las consecuencias de la hambruna fue que el régimen introdujo los pasaportes internos, concediéndolos en forma automática a la población urbana y no a la rural. Con esta medida evitaba que los hambreados campesinos no abandonaran el campo. Igualmente, estas medidas no impidieron que grandes masas de campesinos huyeran a las ciudades, provocando un trastorno demográfico sin precedentes en Rusia. Los desplazamientos fueron una parte tan grande de la revolución de Stalin como la colectivización misma.

Revoluciòn culturalEn la reorganización de la economía urbana, los empresarios privados (hombres de la NEP) eran los enemigos de clase a eliminar. En la esfera cultural e intelectual, en enemigo de clase era la inteliguentsia burguesa. La lucha contra la vieja ineliguentsia, los valores culturales burgueses, el elitismo, el privilegio y la rutino burocrática constituyeron el fenómeno que los contemporáneos llamaron “revolución cultural”. El propósito de ésta era establecer la “hegemonía” comunista y proletaria, afirmar el control del partido sobre la vida cultural.

La revolución cultural fue iniciada por una facción de Stalin dentro de la dirigencia del partido en 1928. Se vinculaba a la lucha de Stalin contra la derecha que, según él, eran los protectores de la inteliguentsia burguesa. Pero la revolución iba más allá de una lucha facciosa dentro de la dirigencia. El combate contra el dominio cultural burgués atraía mucho a la juventud comunista, así como a una cantidad de organizaciones militantes comunistas cuyo crecimiento se había visto frustrado por la dirigencia del partido durante la NEP. La revolución fue un movimiento juvenil iconoclasta y beligerante, cuyos activistas no eran una dócil herramienta de la dirigencia partidaria.

Page 6: Fitzpatrick

En campos como la ciencia social y la filosofía, los jóvenes revolucionarios culturales a veces eran empleados por Stalin y por la dirigencia del partido para desacreditar teorías asociadas con Trosky o Bujarin, atacar a ex mencheviques o facilitar la subordinación de respetadas instituciones culturales burguesas al control del partido. Pero este aspecto de la revolución cultural coexistió con un breve florecimiento de utopismo visionario que estaba lejos del mundo de la política práctica y de las intrigas facciosas.

Aunque la revolución cultural se describía como proletaria, ello no debe ser tomado literalmente. Utilizaban el término “proletario” como sinónimo de “comunista”. Donde el aspecto proletario sí tenía solidez era en la política de “ascenso” proletario que el régimen estimulaba vigorosamente durante ese período. Era hora que el régimen adquiriera su propia inteliguentsia la cual debía ser reclutada en la clase obrera urbana. Enormes cantidades de trabajadores fueron ascendidos directamente a la administración industrial, se convirtieron en funcionarios de los soviets o del partido o fueron designados como reemplazantes de los “enemigos de clase” purgados por el gobierno.

Stalin lanzó una campaña intensiva para enviar a jóvenes obreros y comunistas a recibir educación superior, produciendo un importante trastorno en las universidades y escuelas técnicas, indignando a los profesores “burgueses” y, mientras duró el primer plan quinquenal, haciendo muy difícil que los egresados de la educación secundaria pertenecientes a familias del sector medio pudieran acceder a la educación terciaria.

Para los integrantes de este grupo privilegiado (hijos de la clase obrera), la revolución realmente había cumplido con sus promesas de darle el poder al proletariado y trasformar a los trabajadores en amos del estado. Sin embargo, para otros integrantes de la clase trabajadora, el balance final de la revolución de Stalin fue mucho menos favorable.La declinación del nivel y la calidad de vida afectaban a prácticamente todas las capas de la población, urbana y rural. Quienes más sufrían con la colectivización eran los campesinos. Pero la vida en las ciudades era dura debido al racionamiento de alimento, las colas, la constante escasez de bienes de consumo, incluyendo calzado y vestimenta, el grave hacinamiento habitacional, las incomodidades de la eliminación del comercio privado y el deterioro de todos los servicios urbanos.

La meta de autarquía económica del primer plan quinquenal también implicaba alejarse del mundo exterior. En esta época las fronteras cerradas, la mentalidad de asedio y el aislamiento cultural que caracterizaría a la Unión Soviética del período de Stalin (y post Stalin) se establecieron firmemente. Quedaba por ver hasta que punto había logrado su objetivo de sacar a Rusia del atraso.