febres cordero lengua y procedencia de los aborigenes. historia de los andes

196
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  • HISTOBIA DE LOS.JENBE8ic (^ isi[ass][Gripalfais13

    TUli PEBRES CORDERO

    m MriJaVenezuelanp. "El Lpiz." 19ags5!

  • HISTORIA DE LOS ANDES

    PROCEDENCIA Y LENGUADE LOS

    ABORIGNES

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    in 2012 with funding fromUniversity of North Carolina at Chapel Hill

    http://archive.org/details/historiadelosandOOmrid

  • F>3HISTOKIA DE LOS ANDES

    F H

    PROCEDENCIAY LENGUA

    DE LOS

    ABORIGNESPOR

    TULIO FEBRES CORDERO

    cf

    MriJaVenezuelaTip. "El Lpiz/' 1921.

  • PREFACIO

    ttica, algunas apreciaciones sobre laprocedencia de los indios que pobla-ban los Andes venezolanos, con la dis-tribucin geogrfica de las tribus, elVocabulario de la lengua de los Mu-cuches y Mucubaehes y breves apun-tamientos sobre la nomenclatura terri-torial indgena.

    Respecto a lo primero, apuntamosmeramente las observaciones que nosha sugerido el estudio de la materia,simples conjeturas, porque carecemosde ciencia y los elementos necesariospara formular conclusiones crticas.Adems, hay tanta confusin en losorgenes de las razas o grupos tnicosprimitivos de Amrica, que aun losms sabios razonan y escriben sobreel particular, con dudas y vacilacio-nes, desde luego que no pueden salir

  • iv Historia
  • Prefacio

    tarde vinieron a ser objeto de estudiosespeciales. Con cierta indiferencia mi-raron este intereante tpico nuestrosprimeros gobiernos y hombres de le-tras republicanos. Puede fijarse la d-cada de 1870 a 1880 como punto departida en las investigaciones moder-nas sobre etnografa indgena de losAndes. A este tiempo correspondenos meritorios trabajos iniciales dedon Jos Ignacio Lares, el Pbro. Dr.Jess M. Jauregui y don Jos Grego-rio Villafae en Mrida y Tchira. Se-guidamente el doctor Amflcar Fonse-ca y don Amrica Briceo Valero es-tudian la materia, con loable empeoy felices resultados, en e) Estado Tru-jillo. Fervorosamente se ha dedicadotambin en Mrida a este gnero deestudios el doctor Julio C. Salas, au-tor de Tierra Firme y otros trabajoshistorios que lo acreditan como eru-dito etngrafo.

    Iniciada la impresin de estelibritoen 1908, qued all mismo suspendidaindefinidamente por causas de carc-ter privado, que nada interesan al p-blico. Pesde el centenario de Bolvaren 1883, nuestro padre doctor FocinFebres Cordero, en su carcter de De-

  • vi Historia de los Andes

    legado Nacional para la primera Ex*posicin de Venezuela, hizo una co-lecta de datos etnogrficos en todoslos pueblos de Mrida

    ; y era nuestropropsito aprovechar estos datos paraescribir varios tomits como el pre-sente, en forma manuable y econmi-ca, con el ttulo general de Historia delos Andes, dedicado cada uno a un ra-mo especial. El primero, que sale hoya luz, sobre Procedencia y Lengua delos aborgenes; el segundo, sobre i?-ligin y Costumbres ; y el tercero, so-bre Artes e Industrias de los mismosindios.

    Venimos ahora a continuar la im-presin del presente tomito, que oja-l no sea el nico de la obra descri-ta. Ciertamente es mucho el poder dela voluntad, pero es ms poderosa lanaturaleza, que grada las energasdel hombre, segn las faces de la vida,Nosotros estamos ya en la menguante.

    l&wUo cFe&res Cordero.

    Mrida1921.

  • LOS: ABOBIGENES

    CAP. 1.)A GE&EKi, DE^ fERRITORIO5

    Lleva tiombf Los Andesen la Repblica de Venezuela,,todo el territorio qUe compren-det og Estados Metida, T-chira y Tfijlfo, por hallarsesituados sobre uf rarnf de lagran cordillera del mismo nom-^bre, desprendido de Pffiplonaen la Repblica d Colombia,n este territorio se encuen-tran fo mks fti elevados^del pas, presididos por la Sie--ira Nevada de Mrida (4 9 50*

  • Historia
  • Los aborgenes

    Prescot, de quien tomamos es-tos varios orgenes. De nues-tra parte obsedamos que einombre Andes lo tenan unospueblos de la antigua Galia,los de Anjou, segn aparece enlos Comentarios de Csar

    ; yque se ha inventarlo otra pro-cedencia, ciertamente inveros-mil, haciendo venir dicho nom-bre del gigante Anteo, por logigantesco de la gran cordille-ra de Amrica.Los ros andinos, navega-

    bles los principales en la par-te llana, contribuyen con elgran caudal desr^s aguas en-dulzar porua parte el hermo-so lago de Maracaibo, y au-mentar por la otra los tribu-tarios del soberbio Orinoco.Todas las plantas conocidas

  • Historia de los Andes

    en el globo pueden produciren los Andes venezolanos, cu-yos variados climas se pres-tan realizar este prodigio enun espacio relativamente pe-queo, segn lo acredita la ex-periencia. No es raro que urtmismo agricultor tenga den-tro de los lmites de su hacien-da, plantos de cacao y caade azcar abajo, en las vegasde algn rio, y siembras de tri-go y papa, arriba, n las altu-ras, lo que indica una diferen^cia de temperatura de sietegrados, ms menos, entre si-tios separados por menos deuna legua.

    Los principales frutos de ruqueza agrcola, por el orden enque de antiguo se han estable*cido> son los siguientes el ea*

  • Los Aborgenes

    cao, el tabaco, la caa de az-car y el caf. Figuraban tam-bin el algodn, cuya produc-cin es hoy insignificante y quetuvo gran prosperidad mien-tras duraron los telares crio-los, al presente extinguidos :el ail, que y no se explota ;la cocuiza fique, que se bene-ficia en pequea escala

    ; y eltrigo, de gran riqueza en lossiglos anteriores, reducido hoy las necesidades del consumolocal donde se cultiva, por lacompetencia funesta que hatrado la importacin de hari-nas de Norte Amrica.Entre los frutos menores, se

    cuentan en primer trmino elmaz, el pltano, la papa, layuca, el apio, gran variedadde legumbres y muchas verdu^

  • HistPia d los Andes-

    ras y hortalizas que se produ-cen sin recursos de abono, porla natural feracidad del suelo.En el orderi zoolgico, si es

    pobre la zona fra, sea la al-tura de los pramos, en cam-bio los bosques que cubren lasfaldas de la cordillera y se ex-tienden sns pes, son inmen-samente ricos en animales detoda especi, que seducen loscazadores, no, menos que al ex-plorador cientfico, en las oca-siones, poco frecuentes, en quellegan al serio de las vrgenesmontaas, las cuales ofrecenasimismo, con prodigalidadextrema-, maderas finsimas,resinas balsmicas, cortezas,ores y frutos d reconocidaeficacia medicinal, de venta-josa aplicacin en las artes.

  • Los Aborignes

    Hay cras de ganado vacu-no no slo en los lugares cli-dos, sirio en casi todos los p-ramos^ cuyas lomas cubiertasde pastos naturales, son exce-lentes potreros para caballos,nulas, asnosj ovejas y cerdos^animales de qu hay tambinnumerosas cras para atenderal servicio y consumo locales.En el reino mineral, que es

    l menos explotado, el suelode los Andes guarda cuantopuede desear un pueblo indus-trioso para su comodidad yriqueza: piedras y metalespreciosos; hierro, cobre y plo-mo

    ; canteras d mrmoles ygran variedad de calizas ; sa les de multitud de clases, entrejas cuales se distingue el uradpar su rareza ; sustancias be-

  • Historia de los Andes

    tuminosas y grandes yacimien-tos de carbn de piedra ; arci-llas para la fabricacin de lo-za, desde la greda que se em-plea en las rsticas vasijas decocina, hasta el kaoln finsi-mo, con el cual pudieran mol-deai'se obras tan apreciablescomo las de la porcelana chi-na

    ;pero desgraciadamente en

    este reino, y casi lo mismo enel vegetal y animal, es cien ve-ces mayor la riqueza yacenteque la explotada hasta ahora.

    CAP. II.TIEMPOS PREHISTRICOSNo es nuestro propsito ha-

    cer un estudio geolgico de losAndes, ni siquiera suscinto,pero no huelga apuntar aqu

  • Los Aborgenes

    la curiosa hiptesis de que unaparte de ellos, segn lo escribeArocha en su Estadstica Na-tural del Zulla, form una delas tres islas primitivas origi-narias del suelo venezolano, saber : al Norte, la isla de di-man ; al Sudeste, la isla deGuayan a

    ; y al Occidente, laisla de Mrida, separadas en-"tre s por aguas ocenicas.En las faldas de la Sierra

    Nevada se han hallado sustan-cias neptunianas, restos mari-nos, que prueban el hecho dehaber estado cubiertas en untiempo por las aguas del mar.Segn Cronan, Sievers hallrastros de la poca glacial enlos Andes de Mrida. Para for-marse una idea de estos cam-biamientos geolgicos efecta-

  • diHistoria d* los hdsclos all en pocas que no pue-den precisarse, copiamos unprrafo del mismo Cronau, to-mado de su interesante obraAmrica (i 891) :

    k

    'Las constantes investiga-ciones d los gelogos nos de-muestran que ese continenteio ha tenido en los tiemposprimitivos la misma configu-racin que hoy presenta. Mtryal contrario, el Nuevo Mundoha sufrido la continua im-portantsimas transformacio-nes. Moles inmensas de tierrase, elevaban en lo antiguo delseno de los mares, mientrasptras, no menos grandes y di-latados, se hundan y desapa-recan. Por donde hoy se ex-tienden vastas llanuras, alz-banse antes gigantescas cacle-

  • fvO ABorgees

    as de cordilleras ; donde hoyse ven dilatados y estriles de-siertos, se quebraban hace mi-les de aos las ola de inmen-sos lagos donde en la actua-lidad se mecen las hierbas delozano prado', matizadas pormillares de ores,, furiosos gla-ciares de gran altura hacanimposible toda vida,

    ; y en elsiti mismo donde en el da seContemplan las desnudas cos-tas de Groenlandia, cubiertasde helada coraza, exista unpas engalanado con la msvistosa y exuberante- vegeta-cin, coil multitud de bosquesde arces", robles, magnolias yhelchos arbreos."

    Han existido volcanes actirvos en los Andes venezolanos ?T^ada podemos afirmar en la

  • 12 Historia de los Andes

    materia por falta de datos fi-dedignos. La tradicin hablade vestigios volcnicos obser-vados por el mismo Bolvar enterritorio del Tehira, fronte-rizo con Colombia

    ; y tambinhemos odo decir que se hanencontrado en jurisdiccin deJaj. cuyo suelo ha sido objetode particulares movimientosgeolgicos.Es del caso observar que

    ms bien en la serrana de Sa-nare, antiguo cantn del To-cuyo, ocurri en 1835 un fen-meno raro, que aterroriz lacomarca, por haberse credoque era la erupcin de un vol-cn, al grado de que intervinoen la averiguacin el GobiernoNacional, por informe que lepas D. Vicente Fortoult, go-

  • Los Aborgenes 13

    Ijernador de Barquisimeto. Elhecho tuvo lugar inmedia-ciones del sitio de la Baba, endonde se parti un cerro, re-presla quebrada que corra n pi hizo una laguna. Enla cima de dicho cerro apare-cieron escapes de humo blan-quecino y una especie de betn resina ; las piedras se veanarder, consumidas por un fue-go sin llamas, que sec la vegetacin de lo-s contornos impidi observar de cerca elteatro del fenmeno.A la verdad, ia cordillera de

    los Andes, que en casi todoslos pases que atraviesa, infnn-cle terror con el bramido y res-plandor de grandes volcanes,en Venezuela slo ofrece el es-pectculo de las nieves perp-

  • i4 Historia de ios Andes

    titas; y quiera el cielo que s

    fuego volcnico arde en sus en-traas por esta parte, guar-dado lo tenga liasta^ la con-sumacin de los siglos, bienlo desahogue sin convulsionesni estrpito, de un modo seme-jante al fenmeno de los tufosinflamables que se observan enla caverna de los llanos del Ce-nizo en Trujillo, como los ga-ses, tambin inflamables, quelorman el misterioso relmpa-go del Catatumbo faro na-tural de Maracaibo, visibledesde lo alto de la cordillera :pues no sera justo aumentarcon las erupciones de un vol-cn los sustos y pesares quepadece la comarca andina con|os temblores de tierra, tan fre-cuentes en ella, al punto de que

  • Los Aborgenes

    cuenta nueve diez cataclis-mos en el tiempo que lleva dedescubierta, sin hacer cuenta

    r

    de tres cuatro temblores sinestrago que por trmino me-dio ocurren en cada ao, se-gn clculos sobre observacio-nes seismolgicas hechas per-sonalmente desde 1887.

    PAP. III.PRIMITIVOS HABITANTES

    Ha dicho Federico Mller,refirindose jos que sostienenel origen moglico de los ame-ricanos, "que stos conviertenla raza mongola en un inmen-so saco, en el cual meten todoaquello que no saben dar ex-plicacin satisfactoria.'' Conperdn de este sabio> citado

  • x6 Historia de los Andes

    por Cronau,da por da secon-firraa ms la idea de que den-tro de ese saco est, si to elorigen directo de los america-nos, al menos sus mayores afi-nidades de raza.Para los que tenemos los*

    indios de presente y vivimosentre ellos, esto puede com-probarse por el tipo de raza fpor las costumbres, y por lalengua, como lo ver el lectoren las observaciones particu-lares sobre los indios de losAndes que haremos en los lu-gares correspondientes de esteestudio.No puede aventurarse opi-

    nin sobre quines liayari sidolos primeros. VtNfer'ctif losmogoles la Amrica, fueronos americano^ los que- primi--

  • Los Aborgenes

    ivamente pasaron al Asia lLa remotsima antigedad yestupenda magnificencia de al-gunos monumentos de Mxico,Centro-Amrica y el Per obli:gan sustraerse de la grficay raigada idea de considerarantiguo el mundo asitico, ynuevo el americano, hiptesisno tan fresca, pues desde 1863la public el abate Brasseur

    ?

    quien supone que fu Amricala cuna de la civilizacin,

    Razn tuvo Chavero paracreer que la raza americana yexista desde los tiempos fabu-losos, y que ello alude latra Tdicin teognica de los Egip-cios, que hace al dios del co-mercio, Hermes, hijo de Atlasy de Maya i Atlas, montaa2

  • i8 Historia de los Andes

    del frica, representa la razaafricana

    ; y Maya, en el Yuca^tnj la raza aiericana. Elmismo Gllavero* segn Bairbe-rena* fija la llegada de los Na-neas Amrica hacia el ao3.877 antes de Cristo.Ciflndonos nuestro obje-

    to, s observa en los Aiides ve-nezolanos, y lo mismo en casitoda la Amrica, que los indiosque hallaron los espaoles fue-ron precedidos por otros mscivilizados^ lo que puede expli-carse con toda probabilidadpor degeneracin aniquila-miento de las razas autcto-nas causa de invasiones dbtras razas conquistadoras.

    "Demasiado difcil sera hoy^dice el erudito etngrafo Res-trepo Tirado $ al visitar una

  • Loa Aborignes

    tribu cualquiera de este eonti^nente, decir : esta pertenece tal cual familia.A la llega-da de los conquistadores, haba pueblos que eran una Ba-bel, tal era la confusin de ti-pos y la mezcla de usos> cos-tumbres y ritos ; Si entoncesera casi imposible sealar cada cul su cuna origen

    t

    cunto ms no lo ser hoy;que la ma3Tor parte de esastribus ha desaparecido, y queen las pocas que quedan* loselementos primitivos han ve-nido Unirse los de las razasblanca y negra;"Convencidos de sta gran di-

    cultad; apuntaremos, sinem-bargo, nuestra humilde opi-nin sobre origen proceden-cia de los primitivos habitan

  • Historia de los Andes

    es de los Ancles venezolanos.En la religin, costumbres y

    lengua ele los indios de los An-des se descubren vestigios ma^niiestos de un grado de civili-zacin muy apreciable, que noes por cierto el que haban al-canzado los mismos indios pa-ra el tiempo de la conquista.Se descubre; algo como una he:rencia de pasadas generacio-nes ms cultas industriosas,herencia disminuida y promis-cuada con prcticas ideas deun estado ms rudimentario,que no puede calificarse tam-poco de salvaje, porque en rea-lidad no debe darse este califi-cativo los indios de la cor-dillera andina, los cuales vi-van socialmente en poblacio-nes^ una c}e ellas tan extensa

  • Los Abrgee

    que dio motivo RodrguezSurez para llamarla una Ro-ma pajiza ; cultivaban varia-dos frutos para su sustento, yfabricaban telas de algodnpara vestirse, vasijas de arts-ticas formas y otros artcu-los para su comodidad, quaun fabrican y son objeto dcomercio en los mercados.Hay sobre todo cierta pro-

    fundidad ideolgica en algu-nas representaciones y smbo-los de su religin, o menosque en las pocas fbulas qude ellos s conocen, y ciertoperfeccionamiento en su len-gua, que en realidad rio pue-den atribuirse la poca ind-gena ms reciente, sino tiem-pos anteriores, cuando se cons-truy quiz la gran calzada af

  • Historia de les Andes

    Sudeste dla cordillera, entreCanagu y Barinas, obra quedemuestra un adelantamientomuy notable.

    Qn indios fueron esos ?Creemos que los mismos esta^blecidos primeramente en laaltiplanicie de Cundinamarcay otros centros de poblacinindgena hallados en la anti-gua Nueva Granada. Tambinall se han descubierto vesti-gios de una civilizacin ante-rior, como lo prueban los des-cubrimientos hechos por donManuel Vlez en el valle deLeiva, que consisten en las rui-nas de un templo palacio,con veintinueve columnas ci-lindricas de piedra muy bienlabradas, y otros monumen-tos semejantes, no hechos por

  • Los Aborgenas 53^

    Jos indios del tiempo de lacn*quista, porque stos, no obs^tante su relativa cultura, slotenan por moradas pblicasv picadas edificios de made^ra con techos de paja,Segn la autorizada opinin

    de D. Ciborio Zerda, profundoetnologista, la nacin Chibchatuvo su origen en la inmigra-cin de tribus del Norte, delSur y del Noroeste sobre lasplanicies de los Andes, "Aglo-meracin de tribus, dice, cuyoselementos tnicos se confundie-ron paulatinamente por el cru-zamiento, bajo la influencia deun clima benigno muy diferen-te de aquellos de donde par-tieron, y adecuado para la vi-da sedentaria, condicin indispensable en el desarrollo y

  • 54 Historia de los Andes

    progreso de los pueblos primi-tivos que alcanzaron una ade-lantada civilizacin."D. Francisco Yergafa Y., en

    un estudio crtico sobre losChibchas, habla tambin deesta confusi6n de razas sobrela planicie de Cundinamarc;con observaciones muy razo-nables. "En fin, dice, los espa-oles hallaron en l Sabanaseores ilotas, amos y escla-vos, nobles y plebeyos suigne-ris, lo menos dos castas dis-tintas, n una palabra, lascuales no podan resultar sinoele la fusin de un pueblo con-quistado con otro conquista-dor."Humboldt, citado por Mar-

    Cano; cree tambin que huboanteriormente l conquista

  • Los Aborignes Sg

    generaciones de indios ms ci~vilizados, y que ellos corres-ponden las inscripciones sobrpiedra halladas entre PuertoCabello y Valencia ; y en otraspartes de Venezuela.EIDr. Erst ha credo encon-

    trar afinidades entre los abor-genes de los Andes venezolanosy los d Costa Rica, basadoen los trabajos de cermica yn la lengua ) igual afinidadha hallado el profesor Uhle;segn el mismo Ernt, entre lalengua chibcha y las ce Cen-tro Amrica.Pero esta semejanza no re-

    sulta tan manifiesta en laslenguas como al comparar eUso y las preparaciones del ca-cao. Segn v lo observamos una memoria especial dlSri

  • %6 Historia de los AndQS

    el chocolate y el chorote, es=crita en 1892 para el 9 Con,greso de Americanistas reunirdo en la Rbida, el modo depreparar el cacao en Nicara-gua, y especialmente sn Taba-raba y Chiriqu, es idntico deun todo al acostumbrado porlos aborgenes en los Andesvenezolanos, al grado de quela minuciosa descripcin quehace Fernndez de Oviedo, re-firindose aquellos lugares,parece escrita teniendo lavista el modo de preparar elchorote, sea el primitivo cho-colate andino.Por todo lo cual deducimos

    que aquellos primitivos habi-tantes pudieron ciertamentevenir de la Amrica Central ydilatarse por las alturas de la

  • Eos Aborgenes %y

    cordillera, poblando los Andesgranadinos y los venezolanos,explicndose as tambin lasemejanza indudable entre lastribus andinas de ambos pa-ses, semejanza por la comuni-dad de origen, no menos quepor haber padecido las mismasinvasiones posteriores de na-ciones procedentes del Sur, co-mo lo veremos en el captulosiguiente.

    CAP. IV.

    INDIOS DEL TIEMPO DE EACONQUISTA.

    Por poco que se hojee la his-toria de la conquista de Vene-zuela se vendr en conocimien-to de que los indios Caquetiosy Jirajaras ocupaban un lugar

  • Historia d los Andes

    ruy notable en la poblacindel pas, as por la extensinde territorio que dominaban,tomo pdr la relativa culturade los primeros f la tenaz re-sistencia fte los ltimos. Loshistoriadores y etngrafos li-mitan el campo de accin dstos indios; concretndolo aCoro, Barquisimeto, Yaracuy/Nirgua, los Llanos y parte dTrujillo, por su vecindad cotel Tocuyo. Observaciones he-chas en el corazn mismo delos Andes, nos autorizan pa-ra aseverar que pueblos de lasmismas naciones Caquetia yJirajara vinieron las alturasde la cordillera en Mrida yTchira, y formaban la pobla-cin dominante al tiempo detk conquista : indios que pro-

  • X^os Aborgenes 29

    cedan del Sur, la inversa desus antecesores, que debieronde venir los Andes por el la-go de Maracaibo.Creemos que los Caquetios,

    y Jirajaras, pobladores de mu-cha parte de Venezuela, tienensu origen en los Andes de Pas :to, en la parte superior de lagran hoya amazqnica, acasoen las fuentes del Caqueta y elPutumayo, inmenso territoriodel cual queremos dar, al paso^una idea, valindonos de lasfrases de D. Julin Buchele, ci rtado por paro : "Sus vrgenesmontaas, en las que ai ladqdel vetusto roble se levanta lapalmera gigantesca, las linfas,puras de sus cascadas y de sus$inmensos ros, que llevan porodas partes la feracidad \ ej

  • fcj Historia de las ndsmugido estridente del jaguarque responde las voces delleopardo, el silbido penetrantede sus reptiles, el armoniosocanto de la infinidad de avesque llenan el aire con sus tri-nos ; sus fieras ; el sordo gritodel huracn que abate la ma^leza, todo^ todo hace del Ca-quet una especie de parasosalvaje, mezclado con no squ de terrible que hace extre-rnecer el alma.*'

    Habitan all, entre otras tri-busj los indios Moeoas, veci-nos y d costumbres semejan-tes los del Caquet, aunquemenos civilizados stos y dlengua diferente, pues los Mo-eoas conservan el quichua, co-tio ltima dependencia por esaparte del dominio incsico, y

  • Los Aborgenes 3 i

    los del Caquet, segn la opi^iiin de Andr, hablan tina len^gua procedente ms bien deltup u otro idioma amaznico.

    1). Toms Hidalgo^ naturaldel mismo Pasto, en estudiosetnogrficos sobre dicho pas,habla de la lengua de los anti-guos Sibuudoyes, otra tribu1

    comarcana de all^ "qtie tieneiiun idioma especial y bastantedifcil, dice, diferente del qui=

    chua del Per y del Ecuador^del Cofaa del Aguarico y delos antiguos Cofahes, del dlos Cuauquerres y del Seondel Cagueta."

    En qu tiemrjo y por qucausa partieron de los lugaresnativos, para emprender suviaje por las cimas y faldasde la gran cadena andina^ des-

  • 32 Histpria de los Andes

    prendida del nudo de Pasto,que forma la cordillera orien^tal de Colombia, y tambinpor la corriente de los grandesros hasta difundirse por losLlanos y llegar los Andes ve-nezolanos ? Puntos oscuros,ciertamente, que no puederesponderse sino en el terrenode las probabilidades, atribuyendo tal suceso un mov*miento natural de expansinpor exceso de gentes, pues sesabe que era tal la masa depoblacin hallada en las co-marcas dichas, que slo la na-pin Quillasinga pudo oponer,aunque en desorden, un ejrci-to de ms de sesenta mil hom-bres, segn Piedrahita. Acos-ta, citado por Restrepo T., ha-ce subir un milln el nme-

  • Las Aborgenes 33

    ro de dichos indios para eltiempo de la conquista.Puede suponerse que para la

    poca de la gran emigracin que nos referimos, la poblarcin, si 110 mayor, sera la mis-ma, y que el desprendimientode tales oleadas de pueblos de-bi de ser considerable, en locual pudo tener alguna influen-cia la guerra de conquista delos Caras, bajo la dinasta delos Scyris, antes de pasar elreino de O dito la domina-cin de los Incas, guerra queobligara muchas tribus emigrar hacia Pasto, pues losConquistadores no pasaron dTusa, segn Cevalos, quien fi-ia esta guerra vagamente ha-cia el sialo X de nuestra ra

  • 34 Historia de los Andes

    Tambin puede atribuirsetal emigracin violentas yformidables calamidades p-blicas de origen geolgico, aca-so a las primeras erupcionesde los volcanes de Pasto. Re rfirindose la tradicin inc-sica de que una sola raza deindios poblaba todos los An-des en tiempos muy remotos,dice Yergara V., y citado : "Yesas civilizaciones seguramenrte fueron dislocadas por lasconvulsiones volcnicas de losAndes, que fueron de ayer, co rino lo prueba la Geologa : losespaoles alcanzaron vermorir en el Per una tribu n-tegra, sepultada por un cerroque se desplom una noche *

    entre las lavas hnse halladoQuesos de hombres, etc. etc

    ? ;

  • Los Aborgenes 35

    y de paso observamos por serrror bien comn, que la grie-ta del Tequendama no es obrade las aguas, como parece primera vista, y de ello que rda uno convencido al estudiarel terreno y hallar prximasOtras grietas de igual magni r%u y formacin, pero sinagua que ]as embellezca."En favor de esta causa mi-

    gratoria, pueden citarse otroscataclismos ocurridos en losmismos das de la conquista,entre ellos la espantosa erup-cin del volcn de Cartago enel Nuevo Reino ele Granada, el\2 de marzo de 1595, volcnque produjo "un tan valiente^ronco y extraordinario true-no, y tras l otros tres no tanrecios, que se oyeron en dis r

  • 35 Historia de los Andas

    tancia de ms de cnarenta le-guas en su circunferencia," se-gn el relato de Fr. Pedro Si-mn. Crecieron los ros y lasquebradas, tornse el da ennoche por causa de la ceniza ypiedra pmez que arrojaba elVolcn j lluvia tenebrosa quealcanz por la parte de Occi-dente ms de treinta y seisleguas i y dej sobre el suelouna capa de ms de un palmode espesor ; f asimismo reven-t un cerro en el cual se hizouna profundsima grieta dems de trescientos pasos deanchura.Aqu mismo, ri os Andes ve-

    nezolanos, tenemos otro ejem-plo en el gran terremoto del Bde febrero de 1610, que partitambin un cerro eomo si fue

  • Los Aborgenes 37

    ra un meln, y lo arroj lamitad del valle de Bailadores,represando el ro hasta for-marse una laguna considera-ble, que revent su vez. pa-sados seis meses, causandograndsimos estragos.Los Caquetios establecidos

    en elGuaviare, el Ariari, el Me-ta, el Apure y otras partes delos Llanos contaban veinti-trs poblaciones y ms de cua-renta mil habitantes, segnRestrepo T. Los Jirajaras, se-gn este mismo autor, tenanpueblos orillas del Guaviarey el Orinoco. Sorprende, porotra parte, ver que Caquetiosy Jirajaras aparecen como ve-cinos y aliados en Coro, Bar-quisimeto, los Andes, en el Sa-rare y el Apure, y que los pri-

  • 38 Histofia de los Andes

    meros llegaran hasta Tunju-io, cerca de Bogot. Caquetisy Jirajaras suben por el flancomeridional de la cordillera ve-nezolana hasta las ms altascumbres, entrando por los va-lles de sus principales ros enTrujillo, Mrida y Tchira. Yaun en los mismos das d laconquista, los belicosos Jira-jaras, dominadores de fcap-io, repelen en una batalla alos Quiri'quires, procedentes dla laguna de Maracaibo, segnla tradicin recogida por donManuel M. Villet.El nombre Aricagua Hari-

    cagua, de origen jiraj ara, queen Mrida lo lleva un ro yuna extensa comarca hacia elSur, lo hallaron en Barquisi-iiito los conquistadores; s-

  • Los Aborgenes 3Q .

    gn Fr. P.Simn, y existe aunms alia, en la serrana de LGuaira, en tino de los ros quvan al mar. Bl mismo nombrAricagua lo haba en las ribe-ras del Meta, y segn informque nos dio el viajero cientficot)r. L. M. Oso, existe tambinen dos sitios mas : uno al Nor-te de Carenero, y otro al lado'del puerto " Cristbal Coln."Las voces geogrficas ari,

    bar, guar, san, tari y var,que parecen ser diversas for-mas de l primitiva voz qui-chua htiar, que expresa aideade poblacin colonia agrco-la, aparece profusamente ante-puesta pospuesta en los nom-bres territoriales de Venezuela;dondequiera que se fundaronlos Caiquetios y Jirajaras;, as

  • 4o Historia de los Andes

    en los llanos corno en las se-rranas.El propio nombre de Caque-

    ta se descubre repetido en losAndes : Caquet, Chaquest,Cbacant, Mocaquet, en M-rida ; y en la Grita, Caquetra(la combinacin tr no es ind-gena, por lo que debe enten-derse Caqueta). No serndel mismo origen Maiqueta yCatia ?Digna de atencin es tam-

    bin la. circunstancia de quenombres territoriales de Pas-to, como Piquisique, Tque-rres, Mocojn-duque, Teque,Mocoa y otros, se hallen conpocas variantes en Venezuela,en lugares poblados por Ca-quetios : Siquisique, Misisique,Siquisay, Tuque, Tqueres.

  • Los Aborgenes 41

    Mocojn (dos sitios del mis-mo nombre), Mocoa y toda lalarga serie de voces geogrfi-cas qne tienen por raz moto6 mucu, que es lo mismo, prin-cipiando en Muco, afluente delVichada, y subiendo los An-des por el ro Santodomingoy las montaas de Aricagua,hasta llegar la Sierra Neva-da, donde cada paso se vedicha voz pegada al territoriocomo la huella no muy remotade un pueblo invasor.Lo mismo se observa con la

    terminacin en oy, que no escomn en Amrica, de Patas-coy, Sebundoy, Cubundoy, Ge-noy, Moncodonoy y otras vo-ces territoriales de Pasto, ter-minacin que se halla tambinen el Occidente de Venezuela

  • -'4 Historia de ios ns

    en Tororidoy (duplicado), Mo-coy, Mmboy, Morromoy, Mi-Hcacoy, Tory, Mory, Boboyy muchos otros.Estas y otras observaciones

    en l ramo d la lingstica;materia que trataremos ade-lante con ms extensin, con-curren probar, sgiin nues-tro modo (le ver, l hecho daquella poderosa invasin, quepuede llamarse quichua-gua-fari

    ; y as cjueda explicado lpor qu n las lenguas indge-nas de los Andes yBarquisime-fo, y con doble motivo en lasce los Llanos, se encuentrenautos casos de afinidad conel quichua y el guaran, fueraal contingente caribe, comnVn casi todas las lenguas exis-tentes Venezuela predO-

  • Los Aborgenes1 4

    iombn. Y con respect ldsAndes, se advierta, adems, elcontingente chibclia, ora SeMpor razn del origen comn deambas razas de indios, ora porla comunicacin con los La-ches, nacin relativamente ve-cina, que se extenda desdPamplona hasta cerca de Bo-got, que tena su principalasiento en Tunja, y tocaba enlos llanos vecinos del alt Apu-re por la va del Sarar.Est indudable afinidad en-

    tre los aborgenes andinove-nezolanos* y los chibchai, hadado origen l creencia dequ unos y otros pertenecen un mismo grupo tnico

    ; y asilo liemos dicho en estudios an-teriores niuy suscintos en 189!2y 90O" ha observacin perso-

  • 44 Historia de los Andes

    nal de Codazzi confirma estafundada creencia, pues asegu-ra que comparando los indiosde Mrida y Trujillo con los deTunja, hall sus facciones tansemejantes que no se advertadiferencia alguna. Tambin enideas religiosas y costumbresse descubre la misma afinidad,segn lo iremos anotando enlos lugares correspondientes.A esta emigracin, que he-

    mos llamado quichua-guara-ran, por traer ella en confu-sin elementos etnogrficos deunos y otros indios, parece re-ferirse Yergara Y. cuando dicetratando del origen dlos chib-chas : ' 'Despus de leer bastan-te de lo que sobre esto se haescrito, hemos aceptado, porser la mejor fundada, la idea

  • Los Aborgenes 45

    de que los chibchas vinieron sus montaas por el flaneooriental de los Andes, y quesu cuna se encuentra all entreel oriente de Bolivia y el Bra^sil, er donde abundan, en laszonas que despus no ocupa^ron los caribes, los nombresque como criiiv, guaca etc stienen marcado sabor de pa*rentesco con los nuestros. \obsrvese que la serle de losmonquif viene del Atabapo Leiva, y la de los iraca pa-sa de Sogamoso Pasto, y qulos mitos (chibchas) sobre ori-gen y Civilizacin vienen deOriente, rumbos ste enla-zados.''

    Es pertinente citar aqu lobservacin de Humboldtj to-mada ele su obra sobre Gris t-

  • 4@ Historia de los Andes

    bal Coln y el descubrimiento,ele Amrica : "En Mxico, dice,la corriente de los pueblosmontaeses verificse de Nortea Sur, mientras en la Amricameridional, en la teocracia delos Incas, el movimiento civi-lizador se realiz en todas di-recciones. D (esde la meseta delfuzco se propag casi al mis-mo tiempo hacia los Andes deQuito, los Rosques del alto Ma-ran y las cordilleras de Chitje."Hemos hablado solamente

    pe esta irrupcin de pueblosdesprendidos de Pasto, en lorelativo los Andes y lugaresde la serrana en el Occidentefie Venezuela ; por lo tocante los Llanos y Guayana, tam-bin son manifiestas las sea-

  • Los Aborgenes 42

    es que la prueban. La mismaconfusin de elementos tni-cos, as en lenguas como en cos-tumbres, consecuencia de unaconfusin de razas, mejordicho, de naciones, en tiemposno muy remotos. Acaso lapoca de esta emigracin co

    :

    rresponda la ruina de ]a pri:

    mitiva civilizacin de Acha-guas, esa Etruria de los Lla

    :

    nos, segn el propio sentir de]os indios del Orinoco, quienesaun despus de la conquista,reconocan en los achaguascierta superioridad intelectual histrica, como se compren^;de leyendo algunos pasajes dehumilla.Respecto a afinidades con

    )os quichuas, entre otros jui3cios autorizados est4 e! de Ta-

  • 48 Historia de los Andes

    vera Acosta, en su interesanteobra Ronegro, al hablar de latribu de los Banibas, que pue-bla el Guaina, Ronegro y elAtabapo, "tribu la msdistin-guida y gentil, dice, y en laquese consiguen muy buenos ma-rineros, agricultores, construc-tores de casas y notables fabri-cantes de chinchorros" li Pen-samos, agrega, que esta tribu jpor su inteligencia, finura yhbitos sedentarios, puede pro-venir de alguna rama de losantiguos quichuas. Tienen mu-chas analogas fsicas y mora-les."

    El viajero Julio Crevaux di-ce en el relato de su explora-cin del Iza y del Yapra, lla-mados respectivamente Putu-inayo y Qaqueta en su parte

  • Los Aborgenes 49

    superior : "Cuanto ms viajo,ms conexin encuentro ,ntrelos indgenas del Yapura y losde la Guayan a, y empiezo acreer que todos pertenecen una misnia familia."

    "El- ribereo del Amazonas^dice Wiener, es de corazn ge tneroso y liberal sin ostenta-cin. Ofrecer al viajero su l-timo vaso de agua y su penl-timo cigarrillo

    ;pero no hace

    nada por el progreso de supas, ni tiene fuerza para fe-cundarlo, pesar de lo cualno se le puede tachar de pere?zoso ni de indolente sabien-das."Y describiendo el carcter y

    costumbres del i adi putuma?yo, dice Andr : "En cualquier4

  • 5'0 Historia de los Andes

    parte encuentra lea y hojaspara construir su rancho, unrincn del bosque que incen-diar en donde sembrar la yucay el maz, que la esposa se en-carga de cultivar, mientrasque l corre en busca de cazay pesca para la familia. Elamor de padre y el de esposoestn muy desarrollados en to-das estas tribus, y las mujeresson objeto de las mayoresatenciones por pafte de susmaridos." Sentimientos y cos-tumbres que concuerdan en logeneral con los de los indios delos Andes.En resumen, los aborgenes

    de los Andes tienen afinidadescon los de Centro-Amrica icon los chibchas, con los qui-chuas y con los tup-guara-

  • Los Aborgenes pnes ; afinidades que bien pu =dieran tomarse como caracte-res comunes toda la raza in-dgena del Nuevo Mundo, si nose descubriese en, ellas un lazoms estrecho, un vnculo inme-diato de familia, al cual nopuede darse explicacin satis-factoria sino atribuyndolo esas emigraciones ocurridas enpocas distintas que no es da-ble precisar, saber : la inva-sin del Norte (Centro^Amri-ca), que primitivamente debide poblar las cordilleras de Ve-nezuela v Colombia, como lodejamos y dicho, y de aqulos puntos de semejanza entrelas tribus andinas de uno yotro pas, por razn de su co-mn origen, raza superior encivilizacin ala dominante pa &

  • 52 Historia de los Andes

    ra el tiempo de la conquista,y que vino del Sur, de las fuen-tes de la gran hoya amazni-ca y nudo orogrfico de Pas-to, traj^endo mezclados los ele-mentos quichua y guaran.No ser fuera de propsito

    observar sobre los estudios decraneologa, los cuales sequiere dar ahora un poder de-cisivo en la presente materia,ejue, sin desconocer su impor-tancia para fijar el tipo de lasprincipales razas pobladorasdel globo, en lo que atae lastribus denuestro territorio, uchos estudios estn muy lejosde contribuir eficazmente egrtableoer clasificaciones metrdicas respecto su origen y fLiiacin, as por la insuperabledificultad de conseguir la caiV

  • .J Los Aborgenes 53

    tidad suficiente de crneos in-sospechables, como porque secorre siempre el riesgo de to-mar como caracteres generalestnicos los que meramente sonpeculiares de n individuo una progenie muy limitada;

    La experiencia comn vienepor otra parte en apO}-o de es-ta opinin. Hemos visto indi-viduos de raza pura, pertene-cientes una misma tribu, Una misma familia, y aun almismo claustro materno, her-nianos de padre y madre, eiluna palabra, que tienen cr-neos de muy distinta confortmacin; conservando no obs-tante la semejanza del tipo vel aire de familia en faccionesy Otras seales fisonmicas nboseas ; sin que esto pueda t~

  • 34 Historia de ios Andes

    marse como excepcin, por sercaso muy frecuente, ni tampo-co como cosa peculiar de unaraza, porque se observa en to-das, y de ello puede convencer-se quien corra la vista por lasvariadas formas de cabezasque lo rodean en el seno de sufamilia v allegados. (*)

    Si Be nos preguntase, pues,qu dicen esas lneas yesos n-gulos y aquella capacidad encrneos aislados, pertecientes cualquiera de nuestros milla*

    (*) Cuntase que cierto viajero ha-ll un crneo de aparente antigedaden una misin de indios Motilones, yque al punto lo remiti un ilustra-do amigo, ele quien tena especialesencargos para esta clase de adquisi-ciones. El erudito etngrafo estudiel crneo con vivsimo inters, y des-cubri en el gran semejanza con otroque posea de un indio caribe : perohe aqu que cuando iba publicar

  • Los Aborgenes 55^

    res de tribus, aunque parezcauna herega cientinca, dira-mos con el poeta :

    Sabes t lo que dicen,Tristes y solas,Al morir en la playaLas turbias olas ?Nia adorada,Te lo dir en secreto :

    No dicen nada !

    Extendiendo nuestras apredaciones sobre origen de losindios todo Venezuela y Colombia, diremos en conclu-sin, que al travs de los si-glos vinieron mezclarse enambos pases, con mayor (5

    sus observaciones cientficas, recibecarta del viajero amigo, en que ste ledeca que averiguando con deteni-miento sobre el hallazgo, saba porlos mismos indios que haba sido he-cho en la sepultura de un misione-ro abierta en una jea : el crneoera de un capuchino navarro !

  • 5 . Historia de los Andes

    menor intensidad y predomi-nio de tinas sobre otras, lasprincipales familias de la razaamericana; saber : laNahoa.la Caribe, la Quichua y la Tu-pguaran ; resultando lgi-camente tan inextricable labe-rinto de elementos tnicos, queconfunden al ms sagaz inves-tigador, y hacen fracasar to-do ihteit de reducir clasifi-caciones metdicas la multi-tud de tribus halladas en unoY otro territorio.

    .

    CAP. V.DISTRIBUCIN GEOGRFICA

    DE LAS TRIBUS

    Se ha observado que los con-quistadores procedieron conmucho capricho al dar nom-

  • Eos Aborgenes .. 5y.

    bre las tribus : en ocasiones;daban toda una comarca elde uno solo de los pueblos qula habitaban ( que bien podaser el menos extenso), ora por-que fuese el primero en salirle^al. encuentro, en paz en gue-rra, ora porque fuese el mabelicoso el ms rico

    ; y en es-tos mismos nombres no siem-pre acertaban, porque son in-numerables los nacidos de al-guna circunstancia eventual;6 cualquiera particularidad dela tierra sus habitantes, co-mo los Bailadores, as llama-dos porque pareca que pelea-ban bailando ; los Cobreros,por las minas de cobre halla-das en el valle de San Bartolo-m del Tchira ; los GritadMotilones v muchos ms:

  • 58 Historia de los Andes

    Los mismos nombres ndigoas con que son conocidos enlo general los restos de las an-tiguas tribus, tampoco puedentenerse como los propios queles correspondan, pues con fre-cuencia se haca extensivo elnombre del cacique todo supueblo, y en otros casos no sesabe qu pensar sobre su ori-gen, si son territoriales t-nicos, esto es, si ha tomado elpueblo el nombre del territo-rio, viceversa, cuestiones queslo pueden resolverse con elestudio de las lenguas, dondestas se conservan; pero en losAndes, salvo en la jurisdiccinde Mrida, los dialectos ind-genas casi no han dejado msrastro que los mismos noitf-bres territoriales cuva timo-

  • JLos Aborgenes 59

    logia se quiere boy averiguar.Advertencia necesaria antes

    de entrar a hacer un padrn delas tribus andinas, compren-diendo tambin en l las quetenan un pi en la cordilleray otro en los Llanos en lascostas del lago de Maracaibo, indicando,, hasta donde nossea posible, los lugares queocupaban ; trabajo en que porfuerza tenemos que dar las-tribus los nombres con que sonconocidas las existentes, y ex.presar, adems, los de las ex-,tinguidas, que no son pocas,segn aparecen nombradas enmanuscritos antiguos. No ten-dremos, pues, culpa alguna enlas confusiones que resulten en^tre dichos nombres y los geo-grficos, inconveniente que ob-

  • t Hst8ria de los Andes^

    serva Tavera Acosta y anotaGil Fortoult, refirindose losprimeros cronistas de Indias.Para e^te trabajo nos han

    sido muy tiles las primerasConcesiones de tierra hecha]:>or el Ayuntamiento de Mri-da y por el Gobernador y Ca-bitn General residente en di-cha ciudad, en nmero de mde trescientos documentos in-ditos, esto en lo concernientea Mrida y Tchira ; y los t-tulos de mensura y venta detierras hechas en Trujillo porl Gobernador de Venezuela D.Diego de Osorio, en 1595, favor de 1). Francisco GmezCornieles, cuyos manuscritos'hemos tenido la vista, juntobon otros de los extinguidosarchivos del Avuntamiento v

  • Los Aborgenes 6s

    ]a Gobernacin de Mrida en,los siglos antepasados.

    En Trujiilo.La primera nacin indgena,

    entrando los Andes por laparte del Tocuyo, era la de losCuicas, vecina de los Humuca-ros, la cual tena muchas par-cialidades, entre ellas los Ca-raches, que conservaron su ov~ganizacin por mucho tiempo.Las numerosas tribus que

    ocupaban los valles de Boco-n y el Burate, a saber : Ex?ticteques, Esducteques, Tiran^claes, Guandaes, Miquichaes,Niquitaos y Tosts,Las que correspondan, la

    comarca donde est la ciudadde Trujiilo, sean los Bombas.,llamados as por el nombre ^

  • Histofia de los Andes

    su caciqueos Sises Misises,Bujayes y Tonojoes y los deMonay, Siquisa}r y otros.Los Miquimboyes de Que-

    brada Grande, Chachiques,Ja-joes, Dures, Esnujaques, Mu-cutes, todos vecinos de los Ti-motes y de mucha poblacin.Los Jirajaras, Bseuques, Is-

    notes y Mosqueyes ; los Moporos, Tomoporos y Misoashacia las costas del lago deMaracaibo, y por all mismo losMarumas, en trminos de Tru-jillo y tambin de Mrida, sinhacer cuenta de las subdivi^piones de estas tribus en otrasms locales qUe han dado ori-gen & pueblos hoy existentes.

    En Mrida.Los primeros y ms nombra^

  • Los borgeile 63

    dos, limtrofes con los de Tru-jillo, eran los Timotes, en quese incluan varias parcialidaddes, como los Mucurujunes yQuindoraes ; los Mocotapoes,en el Pueblo de la Sal; los Mu-cumps, Mocomamoes, Tuca-nes y Chachopos ; los Chinoesy otros en Pueblo Llano ; yhacia las costas del Lago, losTorondoyes, Mucumpas, Bo-bures, Chirures y Pocoes.Los Mucuches, cuyas prin*

    cipales agrupaciones eran loaMocaos, Misteques, Misintaes,Mosnachoes, MisiqUeas y Mu*cuchaches. Estos lindaban conlos Mucubajes y Aracayes, sean los indios de las mrge^nes del ro Sto. Domingo, yc^cinos y de los Barmas. Bin-daban tambin los Mucuches

  • 64 Historia de ios Andes

    con los Page\Tes y Curbatesde ia jurisdiccin de Pedraza.Estos ltimos contaban ape-nas ciento cincuenta indios parra 1750, segn padrn ecle-sistico.

    Los Escageyes, y sus veciTpos los Mucurubaes, Cacutesy Tabayes, por las riberas delChama, arriba de Mrida.Ala verdad, poco rastro han

    dejado los aborgenes en losalrededores de la actual ciu-dad de Mrida^pero existieronvarias parcialidades, saber :los Mucujunes, MocanareyesyMocaquetaes, por el valle delro Mucujn, llamado antes delos Alisares y tambin de Ca^rraspo, apellido de su primerpoblador y encomendero.Por las mrgenes de Albarre*

  • hp$ Aborgenes 65

    gas y Milla, haba tambin in-dios, cuyos nombres de tribu$e ignoran, excepto el de losTatures, citado por D.Jos Ig-nacio Lares en su Etnografajel Estado Merida

    ;pero han

    dejarlo huella en el cementeriqahora descubierto por aquellaparte. Lo mismp cabe decivrespecto los sitips

    ?hoy muy

    poblados, de las vegas de Cha-ina y partjdo de laQtrabanda.LosTateyes ocupaban el va-

    lle de la Pedregosa, vecinos deIps Cufos, poseedores unos yotros de antiguos resguardos,Los Guaques, citados por el

    mismo Lares como pobladorVes de Ejido, y en seguida, losGuaira aros, que tuvieron pue^blo y resguarde propios,5

  • Historia de Jos Andes

    Los Jajes, Iricuyes, Tiraco r/ques, Galgas y Capases, pora va de Arenales hacia el La-go. Los Capases tenan pue-blo de cien casas para 1589, sesgn su encpmendero Francis-co Lpez Meja.Los indios Tucuos. en laque?

    jbrada llamada Gonzlez porsu encomendero Gabriel Gon-zlez, donde hubo otras encorrniendas, vecinos de los Juja rques indios de Sanjun.El gran asiento de los Lagur

    nillas, de numerossima pobla-cin para la conquista, dividi-do en varias tribns, entre ellasos Jamuenes, Oreases y Cases,cada una con cacique propiotodava para 1660.Los primitivos Chiguaraes,

    trasladados Ja Sabana dlos

  • Lqs Aborgenes 3

    Puarures, los Estanques, Qui:roraes y otros ; y por el Gha rma abajo, los Guarures y Ca rrigres, de la misma lengua deJos Estanques ; y los Penenos^Mucujepes y otros, hacia laspostas del Lago.Los Bailadores, dilatada tri 7

    }}U, de la cual dependan las,parcialidades de los Mocotes,Guaraques ymuquenas, vecirnos de los Gritas del Tcbira.Qtro de los grandes centros

    ?de poblacin, era la comarcade Acequias, en que dominarban principalmente los Mucurjaches y Mucuoes los Ca-nmcay.es, Mocochopos y Mo-coabs, llamados los Barba?,dos, porque lo eran contra lacomn costumbre de los demsjnd;os ; los Tosts, Mocptoes

    ?

  • Historia da log Apdps

    Miichs eh ajes, Mocotomonesf

    Mochavaes. Mtjcumpises, Chi-ehttyes y otras parcialidades jy en ei ro de N. Seora, los Es-iques y Mucuruuenes, muda-dos los primeros, ptro lugarantes de 1680.En los Nevados haba las

    tribus de los Mucujetes, Mu-cuguayes, IVucubumbes y Mo?cobayes,las cuales fueron tras-ladadas en su mayor parte alvalle de las Acequias ppr los,primeros encomenderos.En Aricagua haba multitud

    fie tribus, comprendiendo eriellas las de Mucutuy y Mucu-ehach, ytoda la comarca vecir:ua, llamada en lo antiguo povextensin valle de Aricagua, Haber : los mismos Aricaguas,los Mucutubares, Jylucutibjv

  • Los Aborignes 69

    res y Mucuchayes, traslada-dos sto Mucui, en Ace-quias, f de aqu Ejido por suencomendero D. Antonio1 deGaviria ; loa Tirucaos o T-ttiacesj MucurhbeS; Ivoqui-iifes, llamados tambin Mb-koitios y ahora sim^IetiienteQoinoes* y los Jndiguas Ju-HiguS; llamados judos porfeemejariza ; los Pajones, Cami-setas; Prys; Lanzatotes,stiniacas y TiicpSj es-J3alds ci los ricaguas, hacialos Llanos, todos los cuales'eran d la nacin de los Jira-jaras, f. se coaligron con s-tos en 1617 para a destruc-cin d Pedraza. Los Mucu-tuyes, Mucutuanes y Mucutu-cuos, trasladados Laguni-I!ar ; v os MuuchaMs, Chn-

  • ?o Historia de les Andes

    bantaesj Canaguaes y Moeo-ropos.Existan algunas otras tri-

    bus, como los Chaquimbuyesf Minanones, que ignoramosla comarca que perteneciran ; los Jericaguas, Mueun-Ches, Miyuses, TricagUas, T-panos, Mocobs, Mombures eIquiros, mencionados por FfcAlonso ganora: de las cualesno' hemos hallado noticia eilos manuscritos consultados.Este historiador apenas nom-bra doce tribus en la goberna-cin de Mrida, que son casilas mismas que resea Goda-zzi, quien slo nombra cator-ce, incluyendo los Chamas ; yltimamente otras, no citadaspor los autores dichos, quese refiere Lares en sus apuntes

  • .. L6s Aborgenes fi

    etnogrficos, saber : los Mi-gtires y Tignioiies en Ace-quias ; los Mirripuyes en el Mo-rro ; los Ouinaroes en Lagunl-Has r y los Insnumbes en Pue-blo Nuevo.Por la parte de los Llanos,

    entraban tambin en a juris-diccin d Mrida los Ticopo-ros

    5'Barmaos, Curayes; Micha-

    Ts, Apures, Guaraguarares,brue; Guaracaponos, Gua-neros y otras de la antiguaprovincia de Brinas.Al relatar Fernndez de Ovie-

    do la desgraciada expedicinde Alfinger; menciona varios'lugares pueblos indgenas,que correspondan otras tan-tas tribus, situadas en las cos-tas Sur y Oriental del lago de

    gMarcaibo, que nd nombrad

  • 72 Historia d los nde

    otros historiadores, y qne cottoda probabilidad desapare-cieron en los primeros aos del'a conquista, saber : Chumarn, a donde iban Ibs espafoles que quedaron con un ber-gantn eli la laguna abaste-cerse de comidas RbYorhorii;distaiite do leguas del pueblollamado Maraeabo, que halla-ron e la costa del Sur ; ipia-r, rir; tjue puede ser Ghuru-H Chirur ; rabrcb, Ma-haboro, Crerliota: yarobo-to, Huahuotano, Guafruma:acaso la misma Maruma, Hu-racaca, Aracay, HofobolMau-pare y juduara:

    n el TchirLos principales eran los Ca-

    puchos 6 Capachos, d la gtk

  • fcds Aborgenes

    familia jirajara, vecinos d loVChitarreros de Pamplona: Ladominacin de los Capachosalcanzaba los valles de di-enta, y tenan por tribus Suje-tas los Tchiras, Totes fTdtoes, y otras tribus ribereasdel ro Tchra:Los Chinatos y Bobalerai^

    naciones tambin fuertes; cuypacificacin se prolong hasta1648, 3^ los clebres Motilones*,sus vecinos; seores del ro Zn'lia, los cuales; despus de fut*dado Sanfaustio, fueron arro-jados ia banda izquierda ddicho ro, las selvas solita-rias de los ros Tarra y Sardi-nata ya las montaas de Peri-j, segn lo dice D.Jos Grego-rio Villafae en sus apuntes es-tadsticos de 1883, quien i*

  • f4 Historia de los Aides

    cluye tambin los Chiriques*en las ocho tribus principalesque menciona en elTchira,loGuandaesGuanerosGuaqu.es

    GuaracaponoeGuaraguarar-

    Guaramito>GuaraquesGnaruresruarprumagGusirnosHoroeos

    HuahuovauofeHurasInsnumbfe-:

    Iquiros

    Iricuyes

    jsnotegJajesJa j oes

    JamuenesJeriragu-

    JirajarasJiraparas

    Juduaras

  • Los &bcrge%e,s I

    Jujaque.s,

    Jucligua's

    Lacu ras

    Lagunillas

    LnzarteLo.bateras

    Mancuetas

    MahaborosMaruniasMauparesMichajesMiguresMinanonesMiquichaesMiquimboesMirripuyesMisintaesMisiqueasMisoasMistcquesMiyusesMocanareyes

    MocaosMocaquetaes

    Mocoabs

    MocobsMocobayesMocpchoposMocoipsM.ocomamoes

    MpcoroposMocotapoe*M&cotesMocotoes

    MdcotoraonesMochavaesMjomburesMonayesMoporos^oqninoesMosnaclioesMosqueyes^lotiloiies

    M\iciiachaye^MucubachesMuoubajesMucubumbe-MucuchachesMucuehacliiS''

    Mucuchajch^:

  • Histeria de |os AnejesMuciicliK-s

    MucuguayesMucujepe^MncujetesMucujunesMucmbesMucumpises,MucumpasMucunches.\IucuoesMucurubasMucurufuene*MucurujunesMuputibiresMucutesMuputuanes,

    lUucutubaresMncutucuosMucutuye^NTebicas

    Niquitaos.

    Orease,*

    Priquenqs,

    Oresfageyes

    PajonesPemenosPeri becas

    PiachesPocots

    furuyesQueniqueasQ.uhmroesQuindoraesQuinimaref-QniroraesKorpmonisSeburucosSimaracsSiquisayesSises

    SirgarsTabayesTacharasTamacosTanaocos,

    Tpanos.TribasTateyes

    Tatuyes.

  • Los Aborgenes 8s

    Teocars TororosTicoporos TostsTiguones TotesTimotes TricaguasTiracoques TucanesTirandaes TucapesTiruacaos TucapuyasTituaraes Tucuos

    Tocoes TucupesTomoporos UmuquenasTonojoes UracarasTononoes TJrires.

    Torondoyes

    CAP,.VI.

    LENGUAS INDGENASCosa comn ha sido que to-

    do conquistador quiera impo-ner su lengua al conquistadodirecta o indirectamente. Aslo hicieron los romanos en el6

  • 82 Historia de los Andes

    antiguo mundo y los incas enel nuevo. No es extrao, pues,que los espaoles quisiesenacabar con las lenguas indge-nas de Amrica en obsequio dela castellana, de la cual man-d Carlos Quinto poner escue-las en los pueblos de indios

    ; yan parece que lleg a prohi-birse a stos el hablar en suslenguas, y que en tal virtudas lo decret en el Nuevo Rei-no de Granada el Arzobispofray Cristbal de Torres, se-gn lo vemos en fray AlonsoZamora,aunque posteriormen-te se mud esta orden, y dis-puso el "Rey que no fueran ad-mitidos a cnratos y doctrinaslos clrigos y religiosos que nosupieran la lengua general delos indios quoban a adminis-

  • Los Aborgenes 83

    trar. Ksto produjo un granbien a la lingstica, cual fuel que se hiciesen gramticas yvocabularios, principalmenteen los conventos para instruc-cin de los religiosos.Puede dar una idea del esta-

    do actual de la lingsticaamericana el dato bibliogrfi-co que suministra el notablebibligrafo de Leipzig,KarlW.Hiersemamn, en el catlogorelativo publicado en 1907,donde anota trescientas seten-ta y ocho obras que versansobre cien lenguas principalesamericanas

    ; y es claro que noes esto sino una parte delacervo literario y cientfico so-bre la materia.No obstante esto, con pocas

    excepciones, las tribus reduci-

  • 84 Historia de log Andes

    das vinieron a perder sus len-guas nativas en breve tiempo,"En las ms naciones de Car-tagena, Santa Marta, Mrida,Pamplona, Neiba, Ro de laMagdalena y otras que habi-tan en las tierras clidas,decaun cura doctrinero, citado porel mismo Zamora, se habla s-lo la lengua espaola, a queaficionados sus naturales, es-tn en ella tan enterados, quetienen por desaire hablar al-gn termino de sus lenguasnativas en presencia de los es-paoles." Esto se escriba an-tes de 1696.No atribuimos nosotros es-

    ta abstencin a la causa di-cha, de aficin en los indios ala lengua de Castilla, sino atemor muy justo, porque se

  • Les Aborgenes 85^

    les lleg a persuadir de que eluso de sus lenguas era cosamala, y tanto penetr en elnimo de ellos esta errneacreencia que atin terminadala domiuacin espaola, hastahace poco* se negaban tenaz*mente a hablar* fuera de la in-timidad de los suyos, los quealgo saban de sti primitivoidioma, temerosos todava deincurrir en alguna pena. Conrespecto a la lengua chbcha,la principal de Colombia, seperdi a principios del sigloXVIII, pues ya para i?65 nose conoca nt Se hablaba, se=-gn UficOChea-, autor de lagramtica de dicha lengua, ci-tado por don Vicente Res*trepo .

    De paso debemos advertie

  • 86 Historia de los Andes

    que en este y los siguientes ca-ptulos sobre los aborgenesde los Andes, reproduciremos,con las adiciones y enmiendasmotivadas por nuevos estu-dios, mucha parte de lo queya hemos publicado sobre lamisma- materia a partir de1885, tanto en El Lpiz comoen otros peridicos, y en lasmemorias escritas para el IXCongreso de Americanistas.No hablaban el mismo dia-

    lecto todos los indios de losAndes : puede decirse que cadapueblo o agrupacin tenauno que le era peculiar, aun*que todos notablemente seme-jantes entre s por ser forma*dor sobre una sola lengua,con toda probabilidad la mis-ma sobre la ctial se form la

  • Los Aborgenes 87

    muisca o ehibcha, de la cualposean varias voces sin alte-racin alguna, al menos enMrida.

    Entre nosotros se descuiden extremo recoger, cuandopudo haberse hecho, gran par-te de los dialectos indgenas.Hasta la dcada de 1870 a1880, recordamos que aundialogaban en lengua, comopor antonomasia es conocidaaqu la indgena,.muchos delos indios viejos que salan alos mercados de Mrida y Eji-do, procedentes de Mucuches,el Morro y otros lugares, perola nueva generacin de indios,an los de raza pura, ya nadaconservan de su primitivoidioma* Cabe repetir con el

  • $j Historia de loi Andes

    clsico poeta don Miguel An-tonio Caro :

    l Qu existe ya de la razaQue en edades anterioresCubri densa y fiorescienteEstas frtiles regiones ?

    I Qu existe ya ? EmpobrecidaSangre, exclavizada prole,Que, hundidos sus monumentos)Borradas sUs tradiciones,

    Olvid el nativo idioma,Y hablando el de sus seores.Ni an de sitios memorablesExplicar sabe los nombres !

    Lo poco que eiiste en estamateria se debe principalmen^te a la diligencia de los patriotas e inteligentes seoresPbro. DfV Jess M. Juregui ydon Jos Ignacio Lares, y a loque por nuestra parte hemospodido adquirir* Nos referi-mos a lo fa publicado sobr

  • Los Aborgenes 89

    Mrida; y por lo que respecta

    a los cuicas de Trujillo, sonnotables los trabajos sobrelenguaje hechos par el ilustra-do doctor Amilcaf Fotiseca ytambin por dott Amrico Bri-ceno Valero, investigadoresambos de la historia pre-co-lombiana-. Ojal existieranotros apuntamientos que, uni-dos a los dichos, vinieran aformar ya Un cuerpo de vocesde mayor consideracin, quehiciera perdurable el antiguoidioma de la comarca andina

    ,

    y a ello propendemos en la li-mitada esfera de nuestos estu-dios, ofreciendo ms adelanteUn vocabulario formal, y eltoas rico de los publicadosiiasta el presente.En Arieagua muri a fines

  • go Historia de los Andes

    de 1894 un indio que hablabala lengua de los Mucubaehescon tanta propiedad y garbo,que crea uno hallarse frente afrente de aquella desgraciadaraza, vctima del furor de laConquista : de l aprendimosalgunas voces nuevas, y res-pecto a las ya conocidas, nosdio mucha luz sobre su verda-dera pronunciacin. Y en Mu-cuches vagaba por las calles,en 1895, una viejecita que al-go saba, pero que era dificul-toso entenderla a causa de susmuchos aos.Da lstima ver como ha de-

    saparecido casi del todo unidioma que pudo haberse co-nocido y estudiado en benefi-cio de la lingstica e historiapre-colombiana de Venezuela.

  • Los Aborgenes 91

    CAF. VILORTOLOGA ANDINA

    Uua dificultad, hasta ciertopunto irremediable, se presen-ta en el estudio de la fonticay etimologa rde los dialectosindgenas, dificultad que nacede la forma en que nos han si-do trasmitidas las voces, vi-ciadas en lo general y algunascompletamente desnaturaliza-das ,por la pronunciacin y or-tografa espaolas.Ya lo observ Mayans con

    respecto a las voces america-nas : "Y no es mucho, dice,que las desfiguremos tanto,porque fuera de que tenemosocho letras de que carecan losindios, es genio de todas lasnaciones caracterizar las vo-

  • p Historia los AftdSees recibidas segn la costum-bre de pronunciar j para sua-vizarlas cada cual a su ma-era. "

    Existen dos Vocales que nopueden expresarse en castellaano, una qtie equivale a un so-nido compuesto de o y u i co*mo en la vo2 mvfu o moco

    ; yotra que equivale a fto inter*-medio entre la i y la u, el cualse advierte en capsn o eapsn

    i

    que de ambos modos puedeescribirse) segn la Variaapreciacin de quien oye a losindios;

    Respect a la primera, mu}*comn por cierto que llamare-mos ou, no es peculiar de losAndes, pues existe tambin enla lengua de los Hurones eIroqueseS) indicada por los mi-

  • > Le Aborgenes 93_

    sioneros con la cifra 8, segnlo observa Chateaubriand

    ;

    existe en el Nhuatl, idioma enque la vocal intermedia o, queocurre en algunas voces, sepronuncia dndole un sonidoque tira a , como lo dice donSantiago I. Barberena; existede igual manera entre los Ba-mbas o antiguos marapiza-nos, de donde proviene la con-fusin de la o con la u a quese refiere Tavera Acosta en suobra En el Sur, a propsito deestablecer racionales semejan-zas en la fontica de dichos in-dios y la de los quichuas ; yacaso exista en otras lenguasque nosotros ignoramos.Codazzi incluye la b entre

    las letras que faltan en losdialectos de la Cordillera,

  • 94 Historia de los Andes

    guindose por algunos nom-bres territoriales, y tal conso-nante no slo existe, sino quees hasta comn en dichos dia-lectos, v. g. caboc } cibij,cha-h, etc. Verdad que no es fcilprecisar si este sonido sea pro-piamente el suave de la labialb, o el ms fuerte de la v, porla confusin que de ellas se ha-ce al pronunciarlas. La b apa-rece convertida en p en Mu-cambs, Mucumps, nombresque indistintamente se dierona una tribu y a un territorio.La c tena un sonido muy

    fuerte en las slabas ca, co, cu

    y al final de las voces. Algu-nos gramticos, entre ellos elerudito don Julio Calcao,hanempleado al efecto la k en vezde la c, y en antiguos manus-

  • Los Aborgenes 95_

    critos hemos visto usada la qcombinada directamente conayo, en Moqojn y Moqa-quet, por ejemplo, acaso pa-ra reforzar la pronunciacin.La c, al final de algunas vo-ces, aparece convertida en que,como lo hemos observado enEstictec, Misisic, Moconoc, es-critos tambin Esticteque, Mi-sisique, Moconoque ; y se ob-serva lo mismo en Micbaj, es-crito Miquibaj. Igual obser-vacin hace Barberena respec-to al nhuatl y su ortografacastellana.

    La ch usada en muchsimasvoces indgenas, no correspon-de ciertamente al sonido fuer-te que se le da en castellano,sino a uno mucho ms suavecomo en el nhuatl y en el

  • 6 Historia de los Andes

    goajiro, casi equivalente a lasimple s, segn puede compro-barse con muchos ejemplos :chep, quichn, que se pronun-cian sep, quisn, silvando la sms de lo regular. Don JosIgnacio Lares dice a este res-pecto, que la ch de los indiostiene el sonido de la sh ingle-sa, o sch alemana.La letra d no exista en los

    dialectos andinos. Pueden con-siderarse excepciones las vocesen que figura, como Dur, To-rondoy y algunas otras muyraras. Creemos que la segun-da citada sea originariamenteToronnoy, y que la doble nhaya sido convertida en d porlos espaoles.La g que se antepone al dip-

    tongo ua } tan comn en todas

  • Los AborgnS $7

    las lenguas americanas delnorte y del sur, es una agregagacin de origen espaol, pri-meramente marcada con unah, que aun conservan algunosvocablos, Salva 5 siguiendoel sistema adoptado por laAcademia, elimin la h y em-ple l g, uniformando as lortografa de dichas Voces ensu autorizado diccionario. Ta-Vera Acosta Se ha ido por uncamino ms corto, eliminandouna y Otra y escribiendo sola-mente a,basado con razn erique as pronuncian los indios.El sonido fuerte de laj tam-

    poco es indgena. En las vocesn que aparece hoy sta letra,a la verdad abundantes en losndese pudiera emplearse cor7

  • Jg8 Hitofi d lo fld ___^

    his propiedad fontica la h\porque se trata de sealaruna breve pausa b aspiracin;As lo hicieron lo primeros es-paoles, escribiendo v. g., B-haj, TMoho, convertidos des-pus en Bjay y Tinojo. Tam-bin son representarla pors, como en Msjut o hisut, ypor confcracin Sut, que signi sica tres:

    Faltaba en los dialectos an-dinos la 1) qu lio exista tam-poco en la lengua chlbc.Muy pocos soh las Voces dn-de figura 1

    ,como Lobiera-, La-

    tunas, Galgak, qtie acaso sor!Voces exticas. I>a doble apa-rece en Taallz, nombre trri-lorial d los Timotes, peroconsideramos que esto sea ca-pricho ortogrfico^ pues los in-

  • ^,.. ;Loa bofgrii gj

    dios jams pronuncian la do-ble /> sino la y en estas voces \Tafayes, ihay&y, jrfuy, etc.Exista cierto sonido nasal

    ;

    observadb tambin por el via-jero Wiener en el habla de al-gunas tribus del Amazonas;sonido que corresponde a algoas coiho dbil ronquido, inar-ticulado; que se escapa inpor d rariz que por la boca;

    y que no puede expresarse si;no por una 2, b nias bien poruna t inicial. lo represen-tamos nosotros cuando lo o-mos jior primera vez de labios*indgenas eii Mtuches. Vi-mos despus est i antepuer-ta en ciertai palabra^ del idio-ma guaran, y usada tam-bin por el doctor Ernst eiimbi al estudiar la etmolb-

  • oo Historia de los Andes .

    ga de Aiaracaibo. En la lerhgua de los chimilas de Santa-mara, ha observado el padreZeledn, que existe la particu-laridad de que la i es licuan-te con la r, en mru, grano jmraamrv, corriente de ro etc.;-particularidad que ocurre enel idioma Zend, y en el deTaensa de Luisiana, que elfriismo autor cita. Entende-mos que es la misma ti iniciala que os referimos.La r es abundante : Chirur,

    Surure, Ouaraque, etc. La do-ble r fuerte no es usada. Nocurre, sin embarco, la r encombinacin con otra conso-nante, por lo que hemos cre-do que Caquetra, nombre te-rritorial de La Grita, debe se?rQaqueta,

  • kQS Aborgenes

    Como en otras lenguas ame-ricanas

    ?exista tina consonan-

    te que indistintamente se hatraducido en castellano por t,por z, por , y hasta por ch %por corresponder al sonido tz.Tzirup sera, por ejemplo, laortografa ms propia de SUrup, lumbre, candela encendLda, como la hemos escrito pa-?ra mayqr claridad. Creemosque esta consonante indgenasea la que ocurre en la citadavoz Caqueta, escrita tambin.Caquesia y Caquexia. Noser Caquetzia ?

    CAP. VIII.NUMERACIN DE LAS LENGUAS

    ANDINAS

    Los dedos de la mano hansido Ja primitiva base de nu-.

  • IQ2 HistQri^ de lqg, Aqdes

    aeracin para el hombre. La,misma clsipa numeraqn ro-mana no reconoce otro origen^con la circunstancia de que enella la figura de los decios est^grficamente r-erjresentada enesta forma : el solo dedo au-ricular o meique vale uno, I

    \

    ms el inmediato o anular^dos, II ; ms el del corazn,tres, III

    ims el ndice, cua-,

    tro, IIII; j ms el pulgar, o

    sea la mano abierta que hacela figura de una Y, cinco ; ycomo la unin, de dos Y por elvrtice* forma una X, se dio aesta letra el valor de diez, asea el de los decios, d^ ambas,manos. As lo explica Basts,y es fcil observarlo a la sim-ple vista, pues todava los n,meros dgitos romanos, no pa--

  • Lq Abarg^nets 103

    san de ser meros palotes ; yeste es al propio tiempo el ori-gen del sistema decimal.Entre las voces que sirven

    para expresar los nmeros, seha observado que las de los,dgitos son simples. En la len^gua de los aborgenes andinos,se descubre mayor sencillez,porque, segn parece, son sim-ples puramente las primerascinco, lo que bien puede lla-marse numeracin pentagrfi-ca, a juzgar por la de los Mu-cubaches, que con algunas va-.riantes era la misma de losMucucheSj Timotes y proba-blemente de los Caicas. Enlos ricos vocabularios publi-cados por gavera ^.costa en.su obra ya citada En el Sur

    %

    abservanios que este sistema

  • ^04 Historia de los Andes

    pentagrico ocurre tambinen las numeraciones del Yaru-ro o Pum,y Uarao o Uara-no; y lo mismo observamos en,las referencias que hace Gumi?lia al sistema de numeracinde los indios de Guayana.Don Liborio Zerda, notable

    anticuario americanista, ensus estudios sobre El Dorado,hace observaciones muy curio-sas a este respecto, entre ellas

    Ja que versa sobre numeracinde los Achaguas, en la cualdiez era uchamacaje, esto es.los dedos de ambas manos

    ;

    por veinte decan abacayta?cay, que significa los dedos depies y manos, o los dedos deun hombre ; por cuarenta,sucham-atatacay, o sea losdedos de dos hombres

    ; y as

  • Las Aborgenes 105

    ,en progresin por el sistemavigesimal.

    En la lengua quiche, una delas principales de Centro Amrrica, el sistema de numeracinera tambin vigesimal, segnlo dice Barberena

    ; y el padreZeledn observa que en la len?gua de los chimilas parece quela numeracin era cuaterna?ria, a juzgar por los nmeroshasta seis cuyas voces conoci.

    En los Andes, como ya lohemos dicho, las cinco prime-ras voces son simples : 1 cari,2jen, 3 hisjut, 4 pit, 5 caboc,Al tomar un dedo de la otramano para formar el 6, decancapsn ; y al tomar dos dedospara el siete, decan mai-jen ;para el 8, tomaban tres dedos

  • iqS Hi^tori^ de los Andes/

    y decan mai-hisjut ; y parael 9, tomaban, cuatro dedos ydecan mai-pit. El 10 lo ex-presaban con la voz tabs. Dedonde resulta que las vocescorrespondientes a los nme-ros 7, 8 y p eran las mismasde 2, 3 y , con la anteposi-cin de la voz niai, que parecesignificar repeticin o adicin.Igual cosa se observa en el azTteca y eji el australiano, nu-meraciones que trae don Fran-cisco Campos en su Historiade Guayaquil.No ocurre esto en las nume-

    raciones chirla y quechua, conlas cuales, guarda mucha se?mejanza Ja andina en el plangeneral, pues e-n aquellas losnmeros de 1 a 10 se expresancon voces sjmples como n. Ja^

  • Lo% Aborgenas io>^

    romana y casi en todas las,lenguas.Para expresa?- de 41 hasta

    49, decan tab$-caj, diez uno;tabs-jen, diez, $0% \ tabs-his-jut, diez tres^ etc. Bl nmero0, $ra jem-ta,$x dos dieces *30, hisjut-tabs

    xetc. El 100 lo

    expresaban con la voz dobletabs-tab$, die? dieces, Igno-ramos si tenan palabra espe-.cial para el 1.000,pero siguien-..do el plan regular establecido

    x

    es probable que dijesen tabs-.tabstabs

    xo sea diez cientos.

    Llama la atencin la seme-.janza de este.sistema de nume-racin con el chino y el qui-chua, Se s,abe que entre estosdos idiomas hay indudable-mente un parentesco, que sehigo notable en el Ecuador a.

  • ig& Historia de lqs Andes

    fines dd siglo XIX, cuando in-migrados chinos e indios qui-chuas se entendieron con faci-lidad y prontitud, a tiempoque tardaban mucho los pri-meros en comprender a laspersonas que les hablaban enespaol.Copiamos en seguida las

    tres numeraciones abreviadas,china, quichua j andino-vene-zolana hasta 1.000, para quepueda apreciarse la expresadasemejanza en su estructura.

    Chino8. pa.

    9. kieou.

    10. che.

    11. che i..

    12. che eul.13. che san.

    etc. etej.

    1.

    2.

    y-

    eul.

    3. san.

    4. sse.

    5. ou.

    6. lou.

    7. ts'i,

  • Los bbHg'en jja20. eul che. 50. 011 che.

    21. eul che i. etc. etc.22. eulche eul. 100. po.

    23. eul che San. 2*30. eul po.etc. stc. 300. san po.

    30. san che. etc. etc\

    40. sse che. i. 000. tVien.

    Quichua1. zhuc. 8. pshnc.2. izhquei. 9. izhcn.3. quimza-. 10. chunga.

    4. chuzcu. 11. chunga zhuc.o. pizhca. 12. chunga izhquei,6. socta. 13. chunga quimza.7. canchis. ete. etc.

    20. izhquei chunga.21. izhquei chunga zhuc.22. izhquei chunga izhquei.

    etc. et(\

    30. quimza chunga.40. chuzcu chunga.-50. pizhca chunga.

    etc '.

    I#0. pzha

  • td Historia d ftds

    200. izhquei pazliac.300. quihiza pazhac.

    etc. etc-,

    i. 000. huarang.

    nditio-venetolan1. cari. 8. maisjufc.fe jen. 9i maipit.

    hisiti 0. tabfc.4. pit. 11. tabs cari.

    0. caboc. 12. tabs jen.'.). caps. 3. tabs hisjt.5 maijn.

    ,

    etc; etc:

    20. jen tabs.21. je tabs cari.22 jen tabs jen.23. jen tabs hisjui.

    fetfc. etcj

    80. nisjul tatts.40. jiit tabs.

    6o caboe tabs:etc. etc

    lOO. fabfe-tabfs.

    fl& jentabs-tabs;

  • ._. Ldi Aborgenes ii

    00. hisjut tabs-tabs.tc. etc-,

    i.OO. tabfs tabs-tabis;

    fel ao de la independenciade Venezuela, 181, se expre-sara en la lengua pHmitivde los Andes de ste modo itab tabs-tabs, maisjut ta-bs-tabs, tabs cari.En la numeracin china he-

    mos seguido a Poussie ; en!a quichua don Fermn Ce-ballos, Historia del Ecuador,observando que hay diferen-cias ortogrficas entre lasvoces de ste y las que traedon Francisco Campos, ya ci-tado

    ; y en la andina-, a losmismbS indios, de quienes di-rectamente hemoS bmade ?#$voces.

  • i2 Historia de los Andes

    CAP. IX.VOCABULARIO GENERAL

    Uno de los escollos de lrecoleccin de voces entre losindios que an conservan algode su primitivo idioma, esten la corrupcin de su lengua-je por la mezcla don el espa-ol, ora sea porque adulterenel indgena, introduciendo enl elementos fonticos de Cas-tilla, ora porque alteren losvocablos castellanos hasta elgrado de hacerlos aparecer co-mo indgenas, escollos que he-mos procurado evitar cuida-dosamente hasta donde nosha sido posible, por medio dela comparacin de las pala-bras de un individuo con las-de otro de su mismo dialecto,*'

  • Los Aborgenes iig

    tambin estudiando con dte*nimiento las races y vocessimples. Por ello no figuranen nuestro vocabulario grancantidad de voces que pertenecen a lo que podemos llamarel patois de los indios.A ms de las voces perso-

    nalmente recogidas en Mucu-ches y los pueblos del Sur deMrida, en distintas pocasdesde 1884, inclumos las pu-blicadas por don Jos IgnacioLares y las que nos Suminis-traron otras personas, prinei*plmente don Salvador Du-garte, ya finado, y don Balbi*no Balza, recogidas en el Mo-rro y Mucuches, respectiva^mente.Tratndose de tantas tribu

  • ii MiStofi d lo Andi 2 -i

    i

    y parcialidades existentes elos Andes para el tiempo de laconquista) y perdidas en lo ge-neral sus lenguas* es casi im-posible poder precisar hoy elhmero de ellas > o los dialestos en que estuviesen divididaslas principales. Es un hechoque en Trujillo Una de las msimportantes, acaso la matrizera la Cuica, a cuyo estudio seha dedicado Con loable effipe-o el doctor Atlcar Fohsecajeti el Tenifa, la de los Capa-chos y *obateras> tribus db-tnitlantes qtte ocupaban vastoterritorio ] y bh respecto aMtHda, creemos qUe corres-ponde la preeminencia a la len-gua de los Mucubaches y M-cuehes, as por el gran nume-re de gentes que la hablaban

  • Los AbQrigene ti|

    en los valles y mesetas mselevadas de la Cordillera > coc-ino por ser el idioma de lospueblos de ma^or cultura ha-llados eh la Comarca-,Hemos incluido tambin en

    el Vocabulario general algu

    nos nombres de plantas Jr ani-males) pocos en verdadjporquela coleccin Completa de ellosCs trabajo especial que to di-sonara e esta obrita> peroque nis cuadra en un tratadoo catlogo de la Flora y laJ^auna andinas-.

  • VOCABULARIODEL

    DIALECTO INDGENADE LOS

    MUCUCHES Y MUCUBCHE9MridaVenezuela

    ABREVIATURAS USADAS

    El signo || separa las acepcionesdistintas de una misma voz.El asterisco " indica las voces vivas,El interrogante ? denota tambin

    las voces viva cuya procedencia seignora.La letra V,antepuerta alguna voz,

    indica que puede verse sta en el mis^mo vocabulario*

    AAdorote, ? red hecha de cue-

    ro, fique o bejuco de Varasformas. V. chiba. Se da estenombre a una especie da za^

  • Los Aborgenes 117

    randa redonda, que se cueLga en las cocinas para ponertiles, alimentos etc. En elTchira suelen decir adoro-tar por envolver la panelaen hojas.

    An, partcula que denota perTtenencia : an coip, mi som-brero.

    Anics, bonito, agradable.Anoct, feo, mal parecido,Es la misma voz nuntoc, v.sta.

    Apira, piedra, distinto de ro-ca o peasco, v. chuch. Pa-rece corrupcin de la mismavoz piedra.

    Aragure,* que los espaolesconvirtieron en aranguren,por la semejanza con esteapellido de uno de los prime-ros y notables conquistado-res de Mrida, Es el nombrede una madera de cons-truccin.

    Ari, voz que entra en la for

  • It $8 Historia dQ \% Andes

    macin de nombres territo*rales andinos al principio yal fin, como Arieagua,Mucu*tubar, Amar, Quininmr,etc. Es harto cumian en lanomenclatura geogrfica delAmazonas, Guayanay losLlanos de Venezuela, comovoz territorial, tanto en suforma primitiva ari, comoen la castellanizada are. Yahemos observado que lasvoces ari, bar, gt*ari% sariytari y yari parecen ser todasla misma voz primitiva qui-chua uari, 43^eexpjresa laidea geogrficaHlFpoblacino colonia agrcola,TaveraAcosta dice respecto a estaterminacin, "que entre losperuanos y en algunos dia-lectos hablados en el Ro Ne-gro, ara, are, ati, oru, uW,sig-niean da, claridad del daoriente o lugar por dondenace el sol," Estamos per-

  • Loa AbergeQ3 n

    fectamente de acuerdo con elautor citado en el juicio queagrega sobre el particular,44Pero sea como fuere, aa*de, lo cierto es que esa voz(are) parece corresponder auna gran lengua matriz quedomin en casi todo el Con-tinente de la Amrica delSur."

    AsnarA, mentira, embuste,

    BBo, antepuesto al yerbo ir, fa*

    tue, parece significar la pri*mera persona : bofatttc, yovoy o me voy,

    Bubute, ? escarabajo.Buis o Guis, papa, patata j

    tingute, la papa, antepuestoel artculo, que era insepara-ble en esta y otras voces.

    Caac, hombre. Existen variasvoces, aun en un mismo dia-

  • iao Historia dQ Jos Andes

    lecto, para llamar al hom-bre

    ;pero esta parece ser la

    voz principal y abstracta,En quichua, cari, hombre.

    Caboc, cinco.Cacjkm, hombre. Acaso impli-que esta voz la idea de pare-ja, por ser compuesta decaac, hombre, yjem, dos.

    Cacjne, otra forma para lla-mar al hombre.

    Cacsn, seis.Cachim, hermano.Caijn, mano.Cainac, gallina.Cams, medida, cantidad de-terminada de alguna cosa,especialmente de artculosde venta : cams schep, ter-cio o atado de lea. Tam-bin se usaba para indicarlos frutos y granos en cru-do, cams chir, cacao enpepa.

    Canisep, cacique,hombre prin-cipal. Dieron este nombre a

  • Los Aborgenes

    los alcaldes yjefes espaoles.Voz compuesta de caac,hom-bre ; nis, reposo, asiento ; yschef o sep, que denota po-der y valimiento. Aplicabantambin este nombre a losancianos,sin duda por la au-toridad de stos en la tribucomo consultores y sacer-dotes.

    Carcan, juez, ministro de jus-ticia

    Car, uno. Muy usado comoartculo indefinido: car caac,un hombre.

    Casagec,divinidad femenina,diosa. Dieron este nombre ala Virgen Mara, como reinadel cielo.

    Casica, ? palomita color decarne y en parte cenicienta,que abunda en los rastrojosy espineros.

    Cataf o cataf, vallado depiedra, cimiento rstico.Llamaban as los poyos o

  • 122 Historia dg \o% Aadeg

    andenes que, a semejanza delos quichuas, hacan en loscerros para sembrar con ma-yores ventajas.

    Catat, nombre de una ma,dera de construccin.

    Cixigs,* arbusto de tierrafra, cuya madera es dursi-ma, propia para garrotes ybastones,

    Cite,* v, niguas,Clep, lluvia, invierno. nicavoz n que figura la / comolicuante, por lo que la juzga-mos extica.

    Coip, sombrero,Cuabasajuc, estar sentado.Cuatoc, irse, alejarse de algnlugar,

    Cubisut, trabajo, labor, faena,CucanA o ccano, * arbolilloespinoso que echa una fruti*lia amarilla parecida al gar*banzo, por lo que en Mridase llama garbancillo, Sesiembra en hileras para ser-

  • Les; Aberfgenea *aa

    vir de cerca a los fundos,porque trama mucho y la es-pina es terrible. Cuerno esvoz tachirense.

    Cucay,* vasija hecha de la fru-ta del totumo con tapa dela misma materia, que se tie-ne colgada para guardarvarias cosas, como chim,manteca, sal,cafe molido etc.No falta en las casas rs-ticas.

    Cuches, hermano,Cuchin, sombrero. Acaso hndique una mera clase.

    Cu, gabiln, y, mingu.Cues, cunado,Ciba o quiba,* del ehibeha,tubrculo parecido a la za-nahoria, que cultivaban losindios, y. huisisay.

    Cuibija, comer, alimentarse.Cibim, beber, aplacar la sed,tomar algn lquido,exceptoto el licor, para el cual exis-

  • l4 Historia de los Andes

    ta un verbo especial, y. chmabn.

    CuisECH,nombre dado al bueyde servicio.

    Cujas, mujer : pareee en elsentido de esposa.

    Cujioy, abuela.Cuj, pies.Cunin, manos.Cuumum, yerto, helado, ate-rido de fro. Observamosque en quichua, lengua muysemejante en su extructuraa esta de los Andes venezo-lanos, cuuumn significarelampaguear, en el sentidode tempestad.

    Cups o cups,* cumbre, altu-tura, la parte ms elevadade un cerro o pramo.

    Cursn, otra voz para llamara la mujer.

    Curuba,* de origen chibcha,fruta de tierra fra, parecidaa la parcha, v. Ruba. || Aveacutica de los pantanos.

  • Los Aborgenes 125

    En este sentido, puede sercorrupcin del castellano cu-ruja.

    Cusmn, madre, mam.Custat, padre, pap.

    CHCha, voz muy comn al prin-

    cipio, en medio y al fin de laspalabras. En los verbos, pa-rece indicar el tiempo, embi-ja, comer ; ciribichaj, yacom,

    Chab,%maana, el da venide-

    ro, y." tamuss.Chacuy, chim.Chainaj, gallina.Chao, voz .cuica, para deno-tar un arcabuco, o terrenocubierto de maleza, que pue-de ser apropiado a la agri-cultura.

    Chapic, sal.Chapqt, sacerdote, y por

  • 126 Historia d l Ad

    ello daban este nombre alcura.

    Chast, cara, rostro,Chbs, el dios principal de loa

    indios el Ser Supremo. Bajolos nombres de Chen yChenky, respectivamente, ve-neraban los chinos a ciertosespritus y a sus antepasa*dos virtuosos. Chq es tam-bin el nombre del soberanopontfice de los Mahometa*nos, gran sacerdote de laLey y prncipe de la Meca,al cual dan los turcos comoa sus emperadores, el ttuloeminente de chetif o sherif,que en rabe significa prn^-cipe o seor ilustre ; vocestodas en que la raz che en-vuelve Una idea de elevacin$ grandeza venerable, an^loga al significado que le da^-ba los indios andino-vene

    -

    golanos.QMiba> de origen chibeha mo-

  • Ld Aborgenes r

    chila formada con na redde cuero, mimbre y ms co*mn de cabuya artefacto in*dgena que sirve para emba-lar y trasportar pltanos,yuca y otros frutos gruesos,y tambiin el algodn enrama 4

    Chib, dulce, v. chiquito*Chica^, familia, Merece no-tarse que thi en chino, comolo observa Calcao, es fami-lia i aqu aparece unido a lavoz Cay hombre, con lamisma significacin.

    CSicap, huevosvChicas, aj en el sentido decondimento.

    Chicjegs, bien, muy bien,Palabra compuesta que de-nota aprobacin y aplauso,

    Chc^N, viento helado. Hayun sitio llamado MtiQthifrten, por ser ventoso y fro.

    Chic, donde, lo misino queiekeu.%

  • 28 Historia de los Aftdeg

    Chichn, aj, el fruto.Chijsjac, maz.Chimabn, libar, beber licor,Chimachuruc, sembrar, culti-var la tierra.

    Chimagu, de tardecita, la hora crepuscular.

    Chimaj, bailar.Chimarz, baile.Chimb, chimp y chump^agua.

    Chim,* preparacin hecha detabaco, en forma de jalea #con el moo, aliada entreotras cosas con ceniza yurao.

    Chingcanj, harina.Chngale,* de origen chibcha,en cuya lengua existe chn-gate por manta, vestidura.Entre los mucuches, signifi-ca lo que cuelga de las espal-das, de donde procede el ver-bo ya castellanizado chin-garse, con igual significado ;-

    v as se dice de las india

  • Los Aborgenes 129

    que se chingan los hijos,estoes, que los cargan a las es-paldas, segn su costumbre.

    Chingoco, gallo.Chimuco, marido, esposo.Chipio,* nombre que dan en

    el Tchira a un rbol de lafamilia del caucho. \. 121aitn.

    Chique,* voz tachirense apli-cada al rodete hecho de ho-jas,trapo etc.para que asien-te mejor la vasija o bultoque se lleva en la cabeza.Yaualli en azteca y yagualen Honduras, segn AlbertoMembreo.

    Chiquib o chiquibuc, dulcepreparado en forma de az-car o papeln. || Lengua.

    Chiouinqu, cara, rostro,Chiouire, sin dulce, refirin-dose al chorote.

    Chirast, * o r i g i nanamentecayapa o convite : hoy lousan por baile, joropo.9

  • 130 Historia de los Andes

    Chire, cacao.Chirup, vela, candela encen-dida.

    CmRUguE, frailejn de hojapequea y brillante ; lo haydorado y plateado. Espelia.

    Chiscatj, chicha, bebida demaz fermentado. Dabantambin este nombre a la ji-cara en que lo tomaban.

    Chisnuguy, bellaco.Chiyac, papeln, panela.Choroc y ohurooue, carnede alimento.

    Chorote,* especie de chocola-te negro y sin espuma pre-parado por los indios con elcacao tostado,molido y coci-do, del cual extraan la ma-teria grasa o manteca de ca-cao. Era bebida alimenticiamuy comn entre los indge-nas. Tambin se usaba enCentro Amrica. Sobre ellaescribimos en 1892 una me-moria para el XI Congreso

  • Los Aborgenes 131

    de Americanistas reunido enHuelva, Espaa. Chorote estambin el nombre de la va-sija de barro en que se cueceel cacao para hacer aquellapreparacin, y. chuncut.

    Chuco, pierna.Chucupirs, flecha, dardo.Chuch, pena, roca. v. tuch.Chus, ojos.Chucufaray, desyerbar, com-poner la tierra.

    Chufus, arvejas.Chugu, mi madre, en sentidofigurado segn parece.

    Chuip, trtola.Chujachs, queso.Chumm, abuelo.Chuncut, chorote, bebida decacao. Vase esta voz.

    C Hungute,* sopa que se pre-para con la arveja tostadav molida : suelen llamarlatambin baile.

    Chuparat, budare, tiesto debarro para tostar granos y

  • 132 Historia de los Andes

    hacer arepas, tortillas demaz, como las llaman enHonduras.

    Chur, ? fruto de la familia delas cucurbitceas, mayorque la auyama.

    Chusep, nombre que dieronlos indios a los espaoles :de sep, fuerte, poderoso.

    Chusn, mujer.Chsts, tabaco.

    Es, slaba que aparece ante-puesta en varias voces, tan-to en Mucuches y Timotescomo entre los Cuicas. Espe-cie de artculo que ocurrejuntamente con el definidoti

    ycomo en esticuis.

    Esfuche, viento.Esfuque, rbol cu;/a fruta tie-ne la propiedad de disolverlas gomas de las muecas.

    Esv2iraj7Y, voz que emplea-ban para dar las gracias, o

  • Los Aborgenes 133

    en seal de agradecimiento,Esquivit, bordn, garrote, pa-

    lo de uso como bastn.Esticus, las papas.Estuche, candela, llama.

    Fafoy, especie de cucharn,formado de una jicara o co-co atado al extremo de tinavarilla con que se trasieganlos lquidos de un envase aotro. Hoy es conocido conel nombre de ramilln, cuyoorigen desconocemos.

    FatuC, irse a hacer alguna co-sa, estar en camino de ha-cerla.

    GGass, madrugarGuachar, hijo, hija.Guains,* pjaro negro de la fi-gura y tamao de un loro,que hace a las reses el bene-ficio de quitarles las garra

  • 134 Historia de los Andes

    patas, por lo cual se le llamatambin garrapatero. v. ju-m.

    Guarir,* nombre onomatop-yico-de una clase de patosmuy conocidos, que vuelanen bandadas en poca lluvio-sa y son muy codiciados porlos cazadores.

    Guariste" Para servir a us-ted," contestacin al saludo" Cmo est ?"

    Guateque, ir, en el sentido demoverse, caminar. Chigua-teque es bailar, danzar, o seamoverse con arte.

    Guat, venir. Puede ser unaforma de guateque o vice-versa.

    Gbn, paloma torcaz. Msusado tigubn, con el ar-tculo.

    Gicutttc, burro, asno.Gu, adv. ya : gu guat, ya

    viene.

  • Los Aborgenes 135

    Gura, seora, matrona.Guy, piojo.

    HHisjut, tres. Tiene tambin laforma sut en algunas tribus.

    Huis, abuela.Huisisay, cuiba, el tubrculode este nombre.

    Huss, maz.

    I

    Inach, dios.Indute, sombrero.Induy, canasto, cesto.Ismtuch!, fogn, candela, lla-ma, v. Estuche.

    Ispap, * voz cuica, con quellaman una planta medici-nal, que en Mrida es la que-madera, sphilantes urens.

    Isparas, sonar, meter ruido :ispars esquivit,golpear, ha-cer ruido con el bordn.

    Istirc, trigo.

  • 136 Historia de los Andes

    Ist,* planta tintrea y co-mestible. Con la pulpa de lafruta, que es color de yemade huevo, preprase aun, ausanza indgena, un caldoespecial, que lo recomiendancomo sustancioso. v. munce.

    Ists, mucura

    JjAGUAN,*rodete tejido de cual*

    quiera fibra apropiada, enque se pone la jicara paraque se mantenga firme.

    Jaguay, bestia caballar de ser-vicio.

    Jage, madera de construc-cin, muy fuerte. Se aplicapara umbrales y para ban-cos de carpintera.

    Jeguey,* yerba gramnea quesirve de pasto en los po-treros.

    Jen, dos.Jig, gusano blanco de tie-

    rra muy gordo, en extremo

  • Los Aborgenes 137

    perjudicial a las siembras,porque devora las races.

    Joy, no : en mucubache, zoi.Jtjm, voz cuica para designar

    al guains o garrapatero.

    MMa, pronombre nico de la se-gunda pesona. Sabido esque los indios no usaban si-no de un solo tratamientopara superiores e inferiores,Donde ms ocurre la voz maes en las frases interrogan-tes, donde en ocasiones tienela significacin de cmoest ?

    Mabn, orejaMacab, bocaMacinip, .voz o frase con-trada para saludar a todapersona.

    Machinira, l cmo ha esta-do ? para saludar a los blan-cos o espaoles.

    Machcps, voz compuesta

  • 138 Historia de los Andes

    que significa all arriba : decups, cumbre.

    Maigen, siete.Maisjut, ocho.Maipit, nueve.Maitn, * rbol grande, demuy largas y fuertes races,llamado so en otras partes,y tambin ubito, por seme-janza, sin duda, a causa dela frutilla roja que produce,muy codiciada de los pja-ros. Es de los rboles quedestilan caucho. Chipio enel Tchira.

    Manare, ? canasto sin asasque, entre otros usos, se apli-ca para lavar el maz, des-pus de cocido con leja, quellaman aqu maz pelado.Fernndez de Oviedo lo lla-ma manari.

    Manos, palabra con que ex-presaban sus votos a Dios,en el sentido de alabanza yreconocimiento

    .

  • Los Aborgenes 139

    Mapire,* cesto ms recogidode boca que el canasto, yms hondo, que sirve paracargar a las espaldas. Vozindgena general en Vene-zuela.

    Maqir, del lado ac,aquende.

    Mak. soplar, aplicado alfuego.

    Marzupet, pedir prestado.Marzot, azotar

    ; y por seme-janza lavar, en vista del mo-do de hacerlo comunmente,azotando con la pieza de ro-pa alguna piedra en el lava-dero.

    Mayoy, amigo, compaero.Muy usado en el trato yconversacin fam i 1 i a r

    , ytambin como interjeccin,segn Lares.

    MicucH, tierra de labor.