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EVALUACIÓN DEL PROGRAMA DE PROTECCIÓN SOCIAL AL ADULTO MAYOR (PPSAM) DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS BENEFICIARIOS: EL
CASO DEL PROYECTO 742
CAMILO HIDALGO TAFUR
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA BOGOTÁ D.C.
2012
EVALUACIÓN DEL PROGRAMA DE PROTECCIÓN SOCIAL AL ADULTO MAYOR (PPSAM) DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS BENEFICIARIOS: EL
CASO DEL PROYECTO 742
CAMILO HIDALGO TAFUR
ESTEBAN ARNOLDO NINA BALTAZAR
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA BOGOTÁ D.C.
2012
1
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 3
1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL ......................................................................... 7
1.1. Envejecimiento y Vejez ........................................................................................ 7
1.1.1. Envejecimiento ............................................................................................. 7
1.1.2. Vejez .......................................................................................................... 10
1.2. Bill Thomas ........................................................................................................ 11
1.3. Políticas Públicas y Vejez .................................................................................. 13
1.3.1. Políticas Públicas ....................................................................................... 13
1.3.2. Políticas de Vejez ....................................................................................... 14
1.4. Evaluación de Políticas Públicas y Programas Sociales .................................... 16
1.4.1. Evaluación .................................................................................................. 16
1.4.2. Modelo Cualitativo Orientado al Beneficiario .............................................. 18
2. EL PROGRAMA DE PROTECCIÓN SOCIAL AL ADULTO MAYOR (PPSAM): EL
CASO DEL PROYECTO 742 ........................................................................................... 21
2.1. Programa de Protección Social al Adulto Mayor (PPSAM) ................................ 21
2.2. El Proyecto 742: “Atención Integral para Personas Mayores: disminuyendo la
discriminación y segregación socio-económica” ........................................................... 25
3. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS ............................................... 27
3.1. Introducción Metodológica ................................................................................. 27
3.2. Análisis e Interpretación de Resultados del Trabajo de Campo ......................... 35
3.2.1. Envejecimiento ........................................................................................... 35
3.2.2. Políticas Públicas, Programas Sociales y Vejez ......................................... 38
3.2.3. El proyecto 742........................................................................................... 43
4. CONCLUSIONES ..................................................................................................... 52
2
5. BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 55
6. ANEXOS .................................................................................................................. 58
6.1. Trabajo de Campo ............................................................................................. 58
6.1.1. Diario de Campo ......................................................................................... 58
6.1.2. Entrevistas .................................................................................................. 89
6.1.3. Grupos Focales ........................................................................................ 106
6.2. Análisis Documental ........................................................................................ 126
6.2.1. Medios Masivos de Comunicación............................................................ 126
6.2.2. Breve Diagnóstico Social de la Vejez ....................................................... 127
6.2.3. Concepto de Vejez ................................................................................... 136
6.2.4. Descripción Histórica de Derechos, Políticas Públicas y Programas Sociales
para la Persona Mayor ........................................................................................... 140
3
INTRODUCCIÓN
El propósito de la presente investigación es realizar una evaluación desde la
perspectiva de los actores y beneficiarios que participan en los procesos de
implementación de la política pública de las personas mayores en el país.
La política pública se entiende como los lineamientos más generales y abstractos
de lo que se pretende hacer respecto a un tema que ya hace parte de una agenda
pública, y se ha convertido en un elemento constitutivo de la agenda de gobierno.
En este sentido, la evaluación no recae sobre la política pública en sí, sino sobre
los programas o proyectos, que ya no refieren a por qué el Estado decide actuar
sobre una problemática particular, sino a cómo el Estado efectivamente actúa
sobre dicha problemática.
Se puede afirmar que en el país la política pública de las personas mayores inicia
con la expedición de la Ley 100 de 1993, la cual crea el Sistema de Seguridad
Social Integral. Este sistema se divide en dos regímenes, el contributivo y el
subsidiado. En el caso de la seguridad pensional, el primero refiere a una forma de
ahorro o contribución para la vejez, que se encuentra determinada por la
certificación de un número de semanas de trabajo y una edad específica; el
segundo refiere a aquellas personas que debido a circunstancias particulares del
contexto socio-económico del país, no pudieron acceder al primer régimen y son
beneficiarias del Estado mediante subsidios en salud y pensión, las cuales son
seleccionadas según edad y un conjunto de requisitos medidos por el sistema
Sisben1.
Es así como se escogió el Programa de Protección Social al Adulto Mayor
(PPSAM) como caso particular de análisis en la ciudad de Bogotá D.C. Este
programa tiene como objetivo proteger a la persona mayor, que se encuentra en
estado de indigencia o de extrema pobreza, contra el riesgo que se deriva de la
1 Sistema de Identificación y Clasificación de Potenciales Beneficiarios para los programas sociales.
4
falta de ingresos y ahorro, así como el riesgo derivado de la exclusión social, cuya
característica general es que son personas que no lograron una pensión a través
del régimen contributivo, y el programa las asiste mediante subsidios de diferente
tipo: económico (subsidio directo), alimentario (comedores comunitarios), Centros
de Protección Social o Centros Día (subsidio indirecto). No obstante, este
programa del gobierno nacional se hace efectivo en las entidades territoriales a
través de la formulación e implementación de proyectos. Los proyectos
representan las dinámicas operativas de un programa social o política pública. En
Bogotá D.C. se encuentra actualmente en funcionamiento el Proyecto 742:
“Atención Integral para Personas Mayores: disminuyendo la discriminación y
segregación socio-económica”, proyecto sobre el cual se enfoca la investigación.
Metodológicamente, se realizó un análisis documental sobre los temas de vejez,
envejecimiento, políticas públicas y programas sociales para la vejez, y modelos
de evaluación. Posteriormente, se aplicó un modelo cualitativo orientado al
beneficiario para recopilar, organizar y analizar información producto de cada
encuentro que se tuvo con los beneficiarios y actores del programa, con el objeto
de saber cómo está funcionando, e indagar sobre los progresos y dificultades que
ha tenido su implementación. Además, la información previamente señalada se
contrastó con información producto de una serie de entrevistas realizadas a
expertos sobre el tema. Este ejercicio permitió identificar progresos y problemas
particulares en la implementación del programa.
Por otra parte, la investigación pretende convertirse en información útil para las
entidades encargadas de implementar y evaluar los resultados, progresos y
dificultades no sólo del programa sino de la política pública de las personas
mayores en el país, muchas de las cuales tuvieron un importante papel
colaborativo en la elaboración de la investigación. En gran medida, es a las
personas que implementan el programa y la política cotidianamente a quienes se
dirige la investigación.
5
Asimismo, mediante la aplicación de un modelo de evaluación cualitativo interesa
aportar al campo de la gestión pública, que puede entenderse como la rama de la
ciencia política encargada del estudio de la formulación, la implementación y la
evaluación de políticas públicas y programas sociales. Este argumento adquiere
validez si se tiene en cuenta que muy poco se ha producido sobre el tema de
personas mayores, políticas públicas y programas sociales, en el marco de un
modelo de evaluación cualitativo.
Ahora bien, este factor probablemente representa un punto de quiebre entre la
investigación cualitativa y cuantitativa, y es el grado de involucramiento que el
investigador tiene respecto a las personas con las cuales realiza la investigación,
al menos en el caso de la primera. En efecto, la población de personas mayores
es una de las más vulneradas y vulnerables del país, al menos frente a otro tipo de
poblaciones, como la niñez o la juventud, las cuales cuentan con políticas públicas
y programas sociales mucho más estructurados2, comparativamente hablando. En
efecto, las entrevistas con expertos sobre el tema permitieron establecer no sólo
que existe una tendencia mundial hacia el envejecimiento que implica importantes
cambios sociales, políticos, económicos y culturales, sino que el problema de la
vejez en el país representa una gran reto para el Estado y la sociedad porque se
trata de una población muy vulnerable, es decir, aunque Colombia aparezca como
un país con envejecimiento moderado, con una tasa de crecimiento del 10%, su
proceso de envejecimiento tiene las características particulares de un país en vías
de desarrollo, donde del total de la población sólo el 20% tiene una pensión, la
mayoría no tiene educación y además esta mayoría no se ha preparado para la
vejez.
Siguiendo las ideas de Bill Thomas, la investigación también procura mostrar que
las personas mayores son importantes para la sociedad, que la sociedad las
necesita, y por tanto merecen apoyo de todo tipo. En consecuencia, existe un
claro propósito por fortalecer los programas dirigidos a la mejora de la calidad de
2 Por ejemplo, los programas Colombia Joven o De Cero a Siempre.
6
vida de las personas mayores, especialmente las más vulneradas o vulnerables,
desde la investigación politológica, para lo cual se formulan las siguientes
preguntas centrales de investigación: ¿Están los resultados de acuerdo a los
objetivos formulados por el programa?; ¿Son los resultados consecuencia del
programa?; ¿Los beneficiarios están satisfechos con los resultados de los
programas?, y, ¿Cómo ha mejorado la calidad de vida de las personas mayores
con las políticas públicas y programas sociales dirigidos a intervenirlas?
7
1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL
1.1. Envejecimiento y Vejez
1.1.1. Envejecimiento
El envejecimiento es el conjunto de modificaciones que el paso del tiempo
ocasiona de forma irreversible en los seres vivos, comienza con el nacimiento y
termina con la muerte, el cual puede dividirse en envejecimiento demográfico, que
es universal y progresivo, y envejecimiento individual, que es el conjunto de
transformaciones que aparecen en el individuo a lo largo de su vida; tanto en uno
como en otro caso, los cambios son bioquímicos, fisiológicos, morfológicos,
sociales, psicológicos y funcionales, y están determinados por las condiciones
sociales, económicas, ambientales, nutricionales y culturales en las que viven los
seres humanos (Echeverri, 1994).
Por otra parte, una sociedad envejece cuando se producen cambios en la
estructura por edad de su población, de tal forma que se incrementa el porcentaje
de personas mayores en relación con otros grupos poblacionales, como efecto del
descenso sostenido de las tasas de fecundidad y la disminución de la mortalidad.
El proceso de transición de una sociedad “joven” a una “adulta” y de ésta a una
“vieja” ocurre no sólo porque hay personas que viven más, ni porque hay menor
mortalidad; el envejecimiento demográfico se da cuando todos estos factores se
combinan (Echeverri, 1994).
Durante el siglo XX se generó una revolución demográfica que afecta a cada
persona, familia, sociedad y Estado a escala mundial. Según el último informe
denominado Estado de la Población Mundial de la ONU, en los próximos 50 años
aumentará con creces la población de personas mayores de 65 años, del 6.8% de
la población mundial hasta el 27,5%. Se trata de un cambio demográfico que
traerá importantes cambios sociales, económicos y políticos, pues pondrá a
prueba la capacidad de las familias y las sociedades para proporcionar el apoyo
8
financiero, médico y social que necesitan las personas mayores (Holguín, 2004),
ejerciendo una presión importante en los sistemas de seguridad social, los
sistemas de asistencia sanitaria y la atención y cuidado de las personas mayores
(Huenchuan, 2004).
El documento del Trigésimo Período de Sesiones de la CEPAL (2004) señala tres
aspectos importantes sobre el tema del envejecimiento en la región de América
Latina, a saber, la tendencia generalizada al envejecimiento, la clasificación de los
países según nivel de envejecimiento y un análisis sobre las causas de la
transición demográfica que tiene como consecuencia directa el aumento de las
personas mayores.
Lo primero es que para todos los países de la región de América Latina y el
Caribe, la proporción y el número absoluto de personas de 60 años y más se
incrementarán en los próximos decenios. En términos absolutos, entre los años
2000 y 2025, 57 millones de personas mayores se sumarán a los 41 millones
existentes y entre 2025 y 2050 ese incremento será de 86 millones de personas,
ya que se trata de una población que crece rápidamente (3.5%) y con un ímpetu
mayor que el que muestra la población de edades más jóvenes.
En segundo lugar, se pueden clasificar los países según la etapa en que se
encuentran en su proceso de envejecimiento. A mediados del siglo XX Haití
exhibía el valor mínimo (38.9) y Uruguay el máximo (69.4), con diferencias de más
de treinta años, en tanto que para finales de ese siglo las diferencias entre Bolivia
(53.4) y Puerto Rico (74.6) apenas llegaba a 22 años. Para ese período, los
estudios señalaban que 14 países de América Latina, incluidos algunos del Caribe
y Centroamérica, superaban los 70 años, los demás los 60 y sólo Bolivia y Haití
mostraban expectativas inferiores (Naciones Unidas, 1985)3.
3 Citado en: Echeverri Ángel, Ligia (1994), Familia y vejez: realidad y perspectiva en Colombia, Santafé de
Bogotá, Tercer Mundo Editores, p.11.
9
La clasificación que presenta el texto de la CEPAL empieza con un primer grupo
de países, denominado de envejecimiento incipiente, que incluye a Bolivia,
Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Paraguay, donde se observan
porcentajes que oscilan entre el 5% y el 7% de personas de 60 años y más en el
año 2000 y alcanzarían valores de entre 15% y 18% en 2050. En un segundo
grupo de países, denominado de envejecimiento moderado, se observan
porcentajes de 6% a 8% de personas de 60 años o más, que hacia el 2050
superarán el 20%. En este grupo se sitúan Belice, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
El Salvador, Guyana, México, Perú, República Dominicana y Venezuela. Por
último, están los países en el grupo de envejecimiento avanzado, que presentan
en la actualidad porcentajes de personas mayores entre 8% y 10% y que
experimentarán un aumento rápido de este porcentaje hasta cifras de 25% a 30%
de personas mayores. Entre estos países están Bahamas, Brasil, Chile, Jamaica,
Suriname y Trinidad y Tobago.
Por otra parte, existen al menos dos factores que explican la transición
demográfica señalada. En lo que respecta a la fecundidad, la región experimentó
desde mediados de los años sesenta un descenso extraordinario y sostenido del
número de hijos por mujer; este descenso de la fecundidad se materializó incluso
en los países en que no existían programas de planificación familiar. América
Latina mantuvo hasta la década del 60 una elevada y relativamente constante
fecundidad, superada sólo por el continente africano. Desde entonces, el
descenso de la fecundidad se ha generalizado por países, y dentro de éstos, por
sectores geográficos y estratos sociales. Para el siglo XXI se estima que 20 de los
30 países y territorios de la región, tendrán una tasa de fecundidad equivalente a
menos de 3 hijos por mujer que termine su periodo fértil (Echeverri, 1994). En
realidad, actualmente hay países como Barbados, Cuba y Martinica que ya
muestran tasas de fecundidad por debajo de dos hijos por mujer (nivel de
reemplazo) y otros (Brasil, Chile, México y otros países del Caribe) en que las
estimaciones más recientes muestran que en los próximos años la fecundidad
10
podría ser incluso más baja de lo que se ha previsto, con lo cual el proceso de
envejecimiento demográfico por disminución de la población más joven podría
acelerarse.
El otro factor es la esperanza de vida. Entre 1950 y 2000 la esperanza de vida al
nacer se extendió, en promedio, 18 años, llegando en el año 2000 a 70 años. Para
2025 se estima que la esperanza de vida será de casi 75 años y para el 2050 de
un valor cercano a los 80 años, con una mayor probabilidad de sobrevivir para las
mujeres, que con relación a los hombres aumentó sostenidamente de 3,4 a más
de 6 años entre 1950 y 2000, es decir, mientras las mujeres que llegaron a los 60
años tuvieron una expectativa de vida entre el año 2000 y 2005 cercana a los 21
años (promedio de la región), los hombres que llegaron con vida a los 60 años
vivieron tres años menos.
1.1.2. Vejez
No existe un único paradigma de la vejez, pero según Sandra Huenchuan (2004)
la vejez alude a una realidad multifacética atravesada no sólo por el paso del
calendario, sino también por aspectos fisiológicos, sociales y culturales. En primer
lugar, hay que diferenciar entre los aspectos cronológicos de la definición de vejez
y la construcción social de la misma. Según criterio cronológico, la vejez se inicia a
partir de los sesenta años –de acuerdo al criterio de Naciones Unidas–, frontera
que ha ido variando más en los últimos tiempos que en toda la historia occidental.
En el siglo XIII se era viejo a los 30 años, a principios del siglo XIX a los 40, y hoy
en día la edad a partir de la cual se considera a una persona mayor está en
entredicho. De todos modos, la definición cronológica de la edad es un asunto
sociocultural, cada sociedad establece el límite de edad a partir del cual una
persona se considera mayor o de edad avanzada. Lo que sí parece ser una idea
general es la referente a la frontera entre la etapa adulta y la vejez, que está muy
relacionada con la edad fisiológica, pues en general para todas las sociedades la
edad establecida se correlaciona con la pérdida de ciertas capacidades
11
instrumentales y funcionales para mantener la autonomía e independencia, lo que
si bien es un asunto individual tiene relación directa con las definiciones
normativas que la cultura otorga a los cambios ocurridos en la corporalidad, es
decir, la edad social.
Ahora bien, la vejez puede ser una etapa de pérdidas como también de plenitud,
dependiendo de la combinación de recursos y estructura de oportunidades
individuales y generacionales al que están expuestos los individuos en el
transcurso de su vida, de acuerdo a su condición y posición al interior de la
sociedad; aspecto importante que Huenchuan (2004) denomina calidad de vida.
La calidad de vida en la vejez es un asunto trascendental que afecta no sólo a las
personas mayores, sino también a sus familias y al conjunto de la sociedad. La
calidad de vida en la vejez puede ser entendida también como envejecimiento
activo que, según la Organización Mundial de la Salud, consiste en el proceso por
el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante
toda la vida, con el objeto de ampliar la esperanza de vida saludable, la
productividad y la calidad de vida en la vejez (Sandoval, 2010).
1.2.Bill Thomas
La propuesta de Bill Thomas está orientada a proporcionar bienestar y pro-
actividad en la vejez. Este autor neoyorquino, experto en medicina geriátrica y
atención a las personas mayores, afirma que el miedo al envejecimiento y la
soledad provocan en las personas mayores el sufrimiento; de hecho, la mayoría
de las personas mayores no sólo sufren por algún tipo de enfermedad o
discapacidad sino porque sienten desesperanza, tristeza, soledad y aburrimiento.
Esto sucede porque muchos están solos, a pesar de que tienen familia.
Bill Thomas indica que hay tres formas distintas de asumir la llamada tercera
edad: los que se niegan al envejecimiento y se aferran a ser adultos, los que
aceptan estar envejeciendo y deciden combatir el proceso, y otros que lo asumen
12
de forma ideal, de tal forma que perciben la vejez como la etapa final de la vida
llena de oportunidades. De igual forma, menciona que son las mujeres las que
tienen mayor temor a envejecer porque enfrentan estándares superiores de
belleza durante toda su vida y se ven penalizadas severamente cuando la
sociedad considera que ya no se ven jóvenes.
El autor recomienda asumir el paso de la edad de manera positiva, haciendo
actividades y compartiendo experiencias con los demás, de manera que la vejez
no sea percibida como una época de tristeza y enfermedad. Aconseja rodearse de
amigos y familiares, sobre todo si son personas jóvenes que quieran escuchar,
aprender y enseñar cosas nuevas; también realizar actividades fuera de casa,
como visitar algunos amigos. Todas estas actividades, según las investigaciones,
conducen a que las personas mayores pueden estar felices y sanas.
Las siguientes son las actividades sociales que Thomas señala: 1. Pensar en los
demás y ser parte de una organización; 2. Aceptar el paso del tiempo como una
etapa natural de la vida; 3. Recordar los mejores momento vividos, de modo que
recordar el pasado se trate de un ejercicio positivo, en tanto sea bueno contar la
propia historia de vida y sus experiencias; incluso, escribir esta historia por partes
y entregar una copia a familiares y amigos; 4. Realizar las actividades que más le
guste, es decir, no olvidar las habilidades, pues aunque no se hagan de la misma
forma y tome más tiempo, es importante hacer todo aquello que antes le gustaba a
la persona, como tejer, cocinar, leer, caminar, cantar, entre otras actividades; 5.
Asumir el envejecimiento como una etapa de crecimiento y no como el epílogo de
nuestras vidas, es decir, resulta necesario ver el envejecimiento como una etapa
de crecimiento y no como una etapa de declive, puesto que las sensaciones de
tristeza resultarán peor para afrontar las posibles enfermedades4; 6. Fortalecer la
aceptación, es decir, alejar toda clase de malos pensamientos y, por el contrario,
4Recurso electrónico. Disponible en: http://m.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/la-clave-para-disfrutar-la-
vejez-est-en-que-la-acepte/1225294.
13
concentrarse en todo aquello que lo haga sentirse cómodo con las vivencias por
las que está pasando. Querer ser más viejo o más joven no es algo saludable5.
Adicionalmente, el autor sostiene que la población de personas mayores necesita
educarse para saber cómo pueden sentirse útiles para la sociedad, ya que
necesitan aprender cómo ser parte de la sociedad, por qué la sociedad los
necesita. En otras palabras, las personas mayores deben incorporarse a la
sociedad de manera activa a través de la información, la comunicación y la
educación, que representan bases fundamentales en este proceso.
1.3. Políticas Públicas y Vejez
1.3.1. Políticas Públicas
Por política pública Huenchuan (2004), siguiendo a Elder y Cobb (1993), entiende
una toma de posición de parte del Estado respecto de un problema que ha
causado interés público (agenda pública) y se ha logrado instalar como cuestión
en la agenda de gobierno. La agenda pública está integrada por todas las
cuestiones que los miembros de una comunidad política perciben comúnmente
como merecedores de atención pública y como asuntos que caen dentro de la
jurisdicción legítima de la autoridad gubernamental existente; por su parte, la
agenda de gobierno es el conjunto de problemas, demandas, cuestiones o
asuntos que los gobernantes han seleccionado y ordenado como objetos de su
acción y más propiamente como objetos sobre los que han decidido actuar. En
este sentido, la agenda pública es por lo general más abstracta, general y amplia
en extensión y dominio, mientras la agenda de gobierno tiende a ser más
específica, concreta y acotada.
5 Recurso electrónico. Disponible en: http://www.rpp.com.pe/2012-09-26-asumir-el-envejecimiento-como-
una-etapa-de-crecimiento-y-no-de-declive-noticia_525484.html.
14
Por esta razón, interesa establecer si la política analizada se trata de una política
pública, una política de gobierno o una política de gobierno dirigida a consolidar
una política pública. Política pública refiere a la existencia de una política concreta
con una base institucional que cuenta con un sustento legal para su
implementación –generalmente una ley especial general– que traspasa la
temporalidad de los gobiernos y que por lo tanto ha logrado un consenso mucho
más amplio en su construcción. Por otra parte, política de gobierno refiere a la
existencia de un documento titulado política o plan, que no necesariamente
requiere de un sustento legal y depende de las prioridades del ejecutivo. Por lo
tanto su existencia puede fácilmente no perdurar más allá de la administración de
turno. Para terminar, una política de gobierno dirigida a consolidar una política
pública refiere a la existencia de una política concreta que plantea intervenciones
específicas e incluye medidas que apuntan a influenciar el aparato del estado
(transversalidad), coordinación interinstitucional, desarrollo de institucionalidad, o
contemple la realización de una ley especial o reformas legales (Huenchuan,
2003)6.
1.3.2. Políticas de Vejez
Por política de vejez Huenchuan (1999) entiende aquellas acciones organizadas
por parte del Estado frente a las consecuencias sociales, económicas y culturales
del envejecimiento poblacional e individual 7 , y que dentro de sus atributos
generales se encuentra que cuentan con una institucionalidad, medidas
programáticas y normatividad. La institucionalidad se refiere a la entidad
responsable de la implementación, seguimiento y rediseño de la política, la cual
puede ser un instituto, servicio, consejo u otra base institucional; las medidas
programáticas se refieren a la explicitación de intervenciones concretas
6 Citado en: Huenchuan Navarro, Sandra (2004), Marco legal y de políticas a favor de las personas mayores
en América Latina, Santiago de Chile, CEPAL, pp. 25-37. 7 Citado en: Huenchuan Navarro, Sandra (2004), Marco legal y de políticas a favor de las personas mayores
en América Latina, Santiago de Chile, CEPAL, pp. 25-37.
15
expresadas en objetivos y resultados, así como la articulación de actividades que
llevaran a su consecución, dentro de las cuales se puede encontrar un plan
nacional, programas específicos o programas sectoriales; por último, la
normatividad se refiere al mandato legal de su cumplimiento, expresado en una ley
específica y un marco de procedimientos (Huenchuan, 2004).
Por otra parte, Huenchuan (2004), siguiendo a Aguilar (1996), plantea que toda
política atraviesa por un ciclo de vida y que las etapas de las políticas públicas
están secuencial y cronológicamente ordenadas. El primer momento es la
constitución del problema como un asunto público, y posteriormente –una vez
aceptado en la agenda de gobierno– se inicia la disputa por su definición. Esta
definición es un producto político, crea un discurso, localiza responsabilidades y
moviliza las acciones a determinados elementos por esa definición. Este es el
momento más importante en el proceso de una formulación de la política. Aquellos
elementos no contenidos en la definición de la cuestión quedarán fuera de ella; de
forma similar, la construcción de una informada línea de base de la situación que
se busca cambiar es fundamental para aumentar la factibilidad de las políticas.
Para el caso de las políticas de vejez, los problemas que enfrentan las personas
mayores son, en gran parte, cuestiones socialmente construidas desde la
concepción de edad social de la vejez. Es entonces inevitable elegir una definición
sobre vejez e identificar los problemas a tratar, puesto que estas elecciones
guiarán las políticas públicas (Elder y Cobb, 1993)8.
Vale mencionar que de la calidad de la definición de la cuestión depende la
posibilidad de definir su solución. Una vez definido el problema, se identifican las
causas y alternativas de solución, las cuales pueden dar origen a ámbitos de
intervención específicos. En igual sentido, en la etapa de la formulación es preciso
8 Citado en: Huenchuan Navarro, Sandra (2004), Marco legal y de políticas a favor de las personas mayores
en América Latina, Santiago de Chile, CEPAL, pp. 25-37.
16
diseñar los instrumentos, construir un marco legal y lograr una base institucional
para su implementación y posterior seguimiento (Huenchuan 2004).
Es así que para evaluar una política pública de vejez se tendrá en cuenta los
siguientes 9 pasos básicos, a saber: a) formación de la agenda pública, b)
formación de la agenda de gobierno, c) formulación de la política de vejez, d)
formulación de proposiciones referentes a fines, metas y medios efectivos de
actuación, e) implementación de la política, f) producción de acciones de política,
g) producción de efectos, h) evaluación de resultados y efectos, y, i) reforzamiento
o reformulación de decisiones sobre el futuro de la política.
1.4. Evaluación de Políticas Públicas y Programas Sociales
1.4.1. Evaluación
Según Evert Vedung (1997) la evaluación implica mirar hacia atrás con el fin de
poder mirar mejor hacia delante. Es un mecanismo para controlar, sistematizar y
graduar las actividades gubernamentales y sus resultados de manera que en su
labor orientada hacia el futuro, los funcionarios sean capaces de actuar de la
forma más responsable, creativa y eficiente posible. De ahí que, una cuidadosa
valoración retrospectiva exige una recopilación sistemática de datos, así como un
análisis de datos y una documentación igualmente sistemática. Según el autor, la
evaluación se entiende como una cuidadosa valoración retrospectiva de los
méritos, importancia y valor de la aplicación, productividad y resultados de las
intervenciones gubernamentales, que se pretende desempeñe un papel en futuras
situaciones y acciones prácticas.
Por consiguiente, la temática a valorar en la evaluación es la de las intervenciones
del gobierno, especificadas aquí como medidas políticas y los programas de
carácter público; o, más concretamente, las consecuencias, resultados y
aplicación de las medidas políticas y los programas públicos, lo que no implica
necesariamente excluir las valoraciones de acciones y procesos en la etapa de
17
planificación, pero definitivamente se pone un énfasis en acciones y procesos
actualmente en curso o que hayan terminado recientemente. En resumen, la
evaluación se caracteriza por enfocarse en la aplicación, consecuencias y
resultados de las intervenciones gubernamentales, sin excluir completamente la
etapa de formulación.
En efecto, la evaluación también es una valoración cuidadosa de actividades en
curso. Esteban Nina (2007) indica que el fin principal de la evaluación es el
aprendizaje respecto de las formas que tiene el Estado en torno a los desafíos
sociales que impone el desarrollo: enseñanzas que aporta la experiencia para
hacerlo mejor, lograr políticas y programas más efectivos, más eficaces, más
eficientes, más costo-efectivos, más sustentables en el tiempo, alimentando la
rendición de cuentas, el buen funcionamiento de las instituciones públicas y sus
políticas y programas, y ayuda a controlar abusos.
Subraya que la evaluación debe estar destinada a todo tipo de intervenciones
públicas, debe ocuparse del extremo final del ciclo político, es decir, de las
consecuencias determinadas por la acción y gestión de un proyecto definido por la
voluntad del ente responsable, debe poderse realizar antes, durante y después del
ciclo del proyecto, y no debe limitarse solamente a la medición del impacto;
asimismo indica que los objetivos del proyecto no son los únicos patrones que
permiten la actividad de comparación y medición, que debe responder a unos
criterios mínimos de calidad en la recopilación de datos y aplicación de criterios de
mérito y normas de rendimiento, y sus fines siempre deben estar encaminados a
que las conclusiones obtenidas tengan aplicabilidad hacia el futuro.
En este sentido, Huenchuan (2004) plantea que se requiere identificar los
planificadores que diseñan la acción y las estrategias de acción, los ejecutores
que implementan las acciones en terreno, y los actores que son aquellos a
quienes están dirigidas las acciones, para lo cual propone revisar el documento de
política con el propósito de identificar el objetivo principal, los objetivos intermedios
18
y los resultados necesarios para lograrlos, seleccionar los indicadores que se
medirán en función de los objetivos intermedios perseguidos en la política,
seleccionar los instrumentos de medición de los indicadores, e identificar y
seleccionar las fuentes de datos a utilizar. Ahora bien, existen muchos modelos y
enfoques de evaluación, pero según la singularidad de la política de la persona
mayor, se optó por una metodología de efectividad centrada en los resultados y la
consecución de objetivos, que tiene como marco operativo un modelo de
satisfacción de los beneficiarios complementado con un modelo participativo,
donde se valora la percepción de los actores involucrados.
1.4.2. Modelo Cualitativo Orientado al Beneficiario
Este modelo comparte junto a otros modelos de evaluación, tales como el modelo
de consecución de objetivos y el modelo de impacto9, unos lineamientos básicos,
a saber, está centrado en la consecución de una línea de base, que da pie al
proceso de comparación entre lo deseado y lo evaluado, lo que permite la
diferenciación entre los objetivos deseados y el impacto alcanzado, posee carácter
analítico retrospectivo, que da pie a recomendaciones de aplicación futura, y ha
sido aplicado a programas sociales relevantes de la política social en Colombia.
Aún más, las preguntas rectoras del ejercicio de comparación propuesto se
pueden resumir en: ¿Están los resultados de acuerdo a los objetivos formulados?;
¿Son los resultados consecuencia del programa?; y específicamente responder la
pregunta: ¿Los beneficiarios están satisfechos con los resultados de los
programas?
Según esto, la evaluación cualitativa busca conocer lo que quedó del proyecto a
partir de la perspectiva de las personas que se encuentran involucradas en una
situación problema a resolver. Evaluar de acuerdo a estos criterios básicos,
implica asumir una perspectiva teórica en la cual la población beneficiaria ya no es
9 No se realizará una evaluación de impacto de tipo cualitativa y causal dado sus cotos y exigencias de
realización de encuestas a grupos de control y grupos de tratamiento.
19
un objeto de intervención o ente pasivo, sino que se constituye como actor o grupo
de interés, que interactúa con determinados equipos e instituciones que
intervienen en los problemas que les afecta (Nina, 2007).
Vedung (1997) plantea la necesidad de adoptar los objetivos, expectativas,
preocupaciones o incluso necesidades de los destinatarios del programa como
principio organizador y criterio de método de la evaluación, de forma tal que en el
mismo núcleo de la evaluación se encuentra la cuestión de si el programa
satisface o no las preocupaciones, deseos o expectativas de los beneficiarios.
En este sentido, el propósito metodológico radica en recolectar las expectativas,
preocupaciones e intereses de los participantes para que éstas repercutan en la
evaluación, para lo cual se utilizan una serie de técnicas de trabajo de campo
cualitativas, que permiten un contacto entre el evaluador y los participantes que
van desde la observación directa hasta la interacción con los participantes por
medio de entrevistas, o también la evaluación del beneficiario que consiste en
recopilar y analizar información producto de la realización de entrevistas basadas
en un ejercicio de diálogo entre evaluadores y evaluados (Nina, 2007). El paso
primordial en la aplicación práctica de este modelo consiste en localizar a los
beneficiarios y actores del programa; dado que no puede abarcar a todos, se debe
elegir una muestra significativa.
Ahora bien, se cree que las presiones de los beneficiarios expresadas a través de
opciones en los mercados políticos o como actitudes hacia la prestación de
servicios conducirán a una mejora de esta oferta o una mayor satisfacción; en
segundo lugar, hay razones de carácter democrático y participativo que refieren a
que los beneficiarios puedan expresar sus quejas y deseos a los suministradores
de servicios y, hasta cierto punto, influir y asumir responsabilidades en relación
con el contenido de los servicios. Siguiendo a Vedung (1997), este modelo se
emplea en contextos evaluativos relativos a servicios públicos, servicios de salud,
20
asistencia infantil, vivienda pública y lugares para la atención de las personas de
avanzada edad.
21
2. EL PROGRAMA DE PROTECCIÓN SOCIAL AL ADULTO MAYOR
(PPSAM): EL CASO DEL PROYECTO 742
2.1. Programa de Protección Social al Adulto Mayor (PPSAM)
Para lograr el objetivo de proteger a la persona mayor contra el riesgo económico
de la imposibilidad de generar ingresos, el Estado colombiano cuenta con dos
mecanismos principales sustentados en la Ley 100 de 1993 y sus decretos
reglamentarios: uno de tipo preventivo y otro asistencial. El preventivo está
sustentado en el sistema pensional, dentro del cual existen dos regímenes: el
contributivo y el subsidiado. Éste último se financia por medio de un mecanismo
de solidaridad intrageneracional y es operado por el Fondo de Solidaridad
Pensional (DNP 2009), entidad que tiene por objeto subsidiar los aportes al
Régimen General de Pensiones de los trabajadores asalariados o independientes
del sector rural y urbano que carezcan de suficientes recursos para efectuar la
totalidad del aporte (PUJ, 2003). Este mecanismo de tipo asistencial transfiere
recursos directamente a la población de personas mayores, en especial a la que
se encuentra en estado de indigencia, otorgando subsidios monetarios o en
especie.
Es así como el Decreto No. 1135 de 199410, a través del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, reglamentó el programa de auxilio para ancianos indigentes
conforme a la Ley 100 de 1993. Estableció que el auxilio tendría la cobertura fijada
anualmente por el CONPES (Consejo de Política Económica y Social); que el
programa operaría mediante cofinanciación entre la Nación y los entes
territoriales, y que los municipios y distritos serían los responsables de la
10 Toda la información que sigue a continuación es extraída de: Pontificia Universidad Javeriana (2003),
Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá, Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 22-
67.
22
ejecución del programa, escogiendo las instituciones dotadas con la
infraestructura y el recurso humano idóneo para tal fin e identificando los
beneficiarios del programa. Por otro lado, se planteó que los beneficiarios del
programa de auxilio para ancianos indigentes serían aquellos que cumplieran con
los siguientes requisitos: ser colombiano; tener mínimo 65 años; residir los últimos
10 años en Colombia, carecer de rentas o ingresos suficientes para subsistir o
encontrarse en condiciones de extrema pobreza o indigencia; residir en una
institución prestadora de servicios sin ánimo de lucro para atención de ancianos
indigentes, limitados físicos o mentales; y no depender económicamente de
persona alguna. Asimismo, se definieron tres modalidades de atención del
programa: 1. Ancianos indigentes que no residen en ninguna institución: la
totalidad del auxilio lo entrega la entidad pagadora a los ancianos en dinero, de
manera individual, 2. Ancianos indigentes que residen o reciben atención en
instituciones sin ánimo de lucro: los ancianos acceden al auxilio a través de los
servicios que preste la institución –que deben como mínimo satisfacer las
necesidades de alimentación y vestuario– y reciben directamente un porcentaje de
auxilio; 3. Ancianos minusválidos y dementes: el auxilio es recibido totalmente por
la institución en que reside o lo atiende.
A continuación, el Documento CONPES 27 sometió a consideración del CONPES
Social el diseño de las experiencias piloto para poner en marcha el programa de
subsidios a los ancianos indigentes y a los ancianos indígenas. En este
documento se estipuló que se beneficiarían 25.000 ancianos indigentes, y que
para 1994 y 1995 la experiencia piloto contaría con 20.000 millones de pesos
asignados al Ministerio de Trabajo. Luego, el Documento CONPES 2722 sometió
a consideración del CONPES la creación de la Red de Solidaridad Social como un
conjunto de programas dirigidos al mejoramiento de la calidad de vida de los
grupos de población más pobres y vulnerables, uno de los cuales fue Revivir, que
consistía en un auxilio para ancianos indigentes que buscaba mejorar las
condiciones de vida de 240.000 ancianos indigentes mayores de 65 años, o de 50
23
años en el caso de indígenas o discapacitados. El auxilio sería de 38.000 pesos
mensuales para 1994 y se reajustaría anualmente por determinación del
CONPES.
Con la reforma pensional introducida por La Ley 797 de 2003, se buscó
incrementar significativamente los recursos para la atención directa a los ancianos
y se creó la subcuenta de subsistencia, reglamentada mediante los decretos 569
del 26 de febrero de 2004 y 4112 del 9 de diciembre de 2004, financiada con el
50% de los recursos del uno por ciento sobre las cotizaciones de los aportantes
con más de 4 salarios mínimos mensuales vigentes (SMMLV), con los aportes
adicionales entre el 0,2% y el 1% de los ingresos superiores a 16 SMMLV, las
contribuciones sobre las pensiones mayores a 10 SMMLV y con aportes del
presupuesto nacional (DNP, 2009).
El CONPES 70 de 2003 11 unificó en un solo programa la subcuenta de
subsistencia y el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor (PAIAM) para
atender a aquellos en estado de indigencia, recogiendo los aspectos positivos del
PAIAM e incorporando el nuevo esquema establecido por la Ley 797.
Adicionalmente, estableció los criterios, asignó recursos y definió los lineamientos
generales del nuevo Programa de Protección Social al Adulto Mayor (PPSAM).
El objetivo del programa es proteger al adulto mayor, que se encuentra en estado
de indigencia o de extrema pobreza, contra el riesgo que se deriva de la falta de
ingresos y ahorro, así como el riesgo derivado de la exclusión social.
Los beneficios del programa se entregan en dos modalidades, uno directo y otro
indirecto. El subsidio económico directo se otorga en dinero, el cual se gira
directamente a los beneficiarios. El subsidio económico indirecto se otorga en 11 Toda la información que sigue a continuación es extraída de: Colombia. Departamento Nacional de
Planeación (2009), ¿En qué invierte el gobierno colombiano?: los grandes proyectos del Estado comunitario
en 2008, Bogotá, Editorial Kimpres Ltda., pp. 120-129.
24
servicios sociales básicos 12 , a través de los Centros de Bienestar del Adulto
Mayor, Centros Diurnos, Resguardos Indígenas o a través del ICBF. En ambas
modalidades el subsidio económico podrá contener adicionalmente servicios
sociales complementarios 13 , siempre y cuando exista cofinanciación de las
entidades territoriales.
La asignación de cupos, el valor del subsidio económico y los componentes que
se financien serán definidos por el Ministerio de la Protección Social de acuerdo
con la disponibilidad presupuestal y de conformidad con las metas de cobertura
señaladas por el Consejo Nacional de Política Económica y Social. En todo caso,
el valor del subsidio no podrá superar el 50% del SMLV.
Los subsidios tienen las siguientes características: 1. Se entrega una parte en
efectivo o en servicios sociales básicos que puede oscilar entre $35.000 y
$75.000, y otra parte en servicios sociales complementarios equivalente a
$31.000; 2. El rango del subsidio responde a que en algunos municipios los
beneficiarios tienen algún ingreso mínimo y que el poder de compra del dinero no
es igual en todos los territorios del país. En este sentido, el ente territorial
establece el monto exacto del componente en efectivo y de los servicios sociales
básicos, dentro del rango establecido en múltiplos de $5.000.
Respecto al tema organizacional, el PPSAM es liderado por el Ministerio de la
Protección Social en su planeación, programación y ejecución. Por su parte, el
Consorcio Prosperar, mediante contrato con el Ministerio, es el administrador
fiduciario responsable del manejo de los recursos del PPSAM y de la entrega de
los subsidios a cada uno de los beneficiarios del programa a través de la red
bancaria, entidades que hagan sus veces o las tesorerías municipales.
12
Alimentación, alojamiento y medicamentos o ayuda técnicas (elementos para atender una discapacidad y que favorecen la autonomía personal y su calidad de vida), que no se incluyen el Plan Obligatorio de Salud (POS) del régimen subsidiado, ni financiadas con otras fuentes. 13
Educación, recreación, cultura, deporte, turismo y proyectos productivos.
25
Los actores que tienen responsabilidad en alguna de las etapas del proyecto son:
el Ministerio de la Protección Social, el Consorcio Prosperar Hoy, el Consejo
Departamental o Municipal para la Política Social para la Atención Integral al
Adulto Mayor o de Apoyo a los Beneficiarios, la Asamblea de Beneficiarios y el
ente territorial.
Finalmente, los requisitos para ser beneficiario de los subsidios son: 1. Ser
colombiano; 2. Tener como mínimo tres años menos de la edad que rija para
adquirir el derecho a la pensión de vejez de los afiliados al Sistema General de
Pensiones; 3. Estar clasificado en los niveles 1 o 2 del Sisben y carecer de rentas
o ingresos suficientes para subsistir. Se trata de personas que se encuentran en
una de estas condiciones: a) Viven solos y no cuentan con un ingreso mensual
que supere medio SMMLV; b) Viven en la calle y de la caridad pública; c) Viven
con la familia y el ingreso familiar es inferior o igual al SMMLV; d) Residen en un
Centro de Bienestar del Adulto Mayor o asisten como usuario a un Centro Diurno;
e) Han residido durante los últimos diez años en el territorio nacional.
2.2. El Proyecto 742: “Atención Integral para Personas Mayores:
disminuyendo la discriminación y segregación socio-económica”
El PPSAM es el programa del gobierno nacional cuyo objetivo fundamental es
proteger al adulto mayor, que se encuentra en estado de indigencia o de extrema
pobreza, contra el riesgo que se deriva de la falta de ingresos y ahorro, así como
el riesgo derivado de la exclusión social. Dicho programa se hace efectivo en las
entidades territoriales a través de la formulación e implementación de proyectos.
Los proyectos representan las dinámicas operativas de un programa social o
política pública. En Bogotá D.C. se encuentra actualmente en funcionamiento el
Proyecto 742: “Atención Integral para Personas Mayores: disminuyendo la
discriminación y segregación socio-económica”, el cual constituye el foco de
interés de la investigación.
26
Este proyecto funciona en el marco operativo del PPSAM, pero su enfoque no es
el mismo, pues se pasa de un enfoque de asistencia basado en el riesgo de
pobreza a un enfoque de derechos –de entrada, una diferencia es que en el
PPSAM se habla de “adulto mayor” y la política pública distrital de “persona
mayor”–, cuyas directrices de política pública se encuentran consignadas en la
Política Pública Social para el Envejecimiento y la Vejez en el Distrito Capital
2010-2025. Estas directrices básicamente son: 1. Vivir como se quiere en la vejez,
el cual se conforma del eje 1: a. decidiendo y viviendo a mi manera, y, b.
construyendo el bien común; 2. Vivir bien en la vejez, el cual se conforma del eje
2: a. techo, comida y sustento, b. seres saludables y activos, c. entorno sano y
favorable; 3. Vivir sin humillaciones en la vejez, el cual se conforma del eje 3: a.
respetándonos y queriéndonos, b. cuidándome y cuidándonos; y, 4. Envejecer
juntos-as, el cual se conforma del eje 4: a. escuchando nuestros saberes, b.
aprendiendo a envejecer, c. cambiando para mejorar. Cada directriz está
encaminada en favorecer espacios y situaciones de dignidad humana como valor
fundamental a partir del cual se construyen valores de igualdad, diversidad y
equidad, los cuales sustentan las cuatro directrices o pilares descritos.
Adicionalmente, cada pilar o directriz tiene unas líneas de acción. Es así como el
pilar 1 tiene: a. libre desarrollo de la personalidad, b. libertad de conciencia,
religiosa y de culto, c. información, comunicación y conocimiento, d. participación.
El pilar 2 tiene: a. seguridad económica. b. trabajo, c. vivienda, d. alimentación y
nutrición, d. salud, e. educación, f. cultura, g. recreación y deporte, h. ambiente
sano, i. movilidad. El pilar 3 tiene: a. seguridad e integridad, b. acceso a la justicia,
c. protección y cuidado. El pilar 4 tiene: a. responsabilidad intergeneracional, b.
vínculos y relaciones familiares, c. plan de vida, d. gestión de la investigación, d.
imágenes del envejecimiento, e. formación a cuidadores-as.
27
3. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS
3.1. Introducción Metodológica
La presente investigación se divide en un conjunto de etapas metodológicas. La
primera consistió en una recopilación, descripción y análisis de información
documental referente a los temas de vejez, envejecimiento, políticas públicas y
programas sociales para la vejez. Posteriormente, el objetivo consistió en aplicar
un modelo de evaluación cualitativo (dirigido al beneficiario) a la implementación
de la política pública de las personas mayores, para lo cual se seleccionó como
estudio de caso el Programa de Protección Social al Adulto Mayor –PPSAM–,
enfocándose en el Proyecto 742 que actualmente desarrolla la Secretaria de
Integración Social en el Distrito Capital, específicamente las tres modalidades de
protección social a la persona mayor: a) Comedor Comunitario; b) Bono; c) Centro
de Protección Social. Las técnicas de trabajo de campo cualitativo básicamente
fueron grupos focales, entrevistas y observación participante; se aplicó un grupo
focal en el Centro de Protección Social a la Persona Mayor Bosque Popular,
dentro del cual existe un Centro Día, y dos grupos focales con beneficiarios tanto
del subsidio alimentario como del subsidio económico pertenecientes a la
Localidad 15 –Antonio Nariño– de Bogotá D.C.; todas estas modalidades de
subsidio a la persona mayor en situación de pobreza o indigencia se enmarcan
dentro del proyecto 745, del cual la Secretaria de Integración Social es la entidad
responsable. Adicionalmente, se realizaron una serie de entrevistas a expertos
sobre el tema y a actores de la política pública.
A continuación se organiza en una matriz las fuentes de información empleadas
en el análisis de la investigación, así como la técnica y el propósito de la misma,
aclarando que no se incluyen en el testimonio documental los nombres de
expertos, actores, funcionarios y/o beneficiarios, por razones de seguridad, para lo
28
cual sólo se específica su rol, en el caso de funcionarios, expertos y actores, o si
es hombre o mujer, en el caso de los beneficiarios.
Matriz Metodológica
FUENTE TÉCNICA PROPÓSITO
Perspectiva de
Expertos
Director del
Instituto de
Envejecimiento de
la Pontifica
Universidad
Javeriana
Entrevista Semi-
estructurada
Analizar la
perspectiva
académica sobre la
política pública de
vejez y
envejecimiento
Profesor del
Instituto de
Envejecimiento de
la Pontificia
Universidad
Javeriana
Entrevista Semi-
estructurada
Analizar la
perspectiva
académica sobre la
política pública de
vejez y
envejecimiento
Perspectiva
de Actores y
Funcionarios
Directora del Centro
de Protección
Social al Adulto
Mayor Bosque
Popular
Observación
Participante
Analizar la
perspectiva
operativa de la
implementación del
Proyecto 745 en el
marco de la Política
Pública Social para
29
Perspectiva
de Actores y
Funcionarios
el Envejecimiento y
la Vejez en el
Distrito Capital, en
su modalidad de
Centro de
Protección Social
Trabajadora Social
del Centro de
Protección Social
al Adulto Mayor
Bosque Popular
Observación
Participante
Analizar la
perspectiva
operativa de la
implementación del
Proyecto 745 en el
marco de la Política
Pública Social para
el Envejecimiento y
la Vejez en el
Distrito Capital, en
su modalidad de
Centro de
Protección Social
Focalizadora del
Comedor
Comunitario del
Barrio Restrepo
Observación
Participante
Analizar la
perspectiva
operativa de la
implementación del
Proyecto 745 en el
marco de la Política
30
Perspectiva
de Actores y
Funcionarios
Pública Social para
el Envejecimiento y
la Vejez en el
Distrito Capital, en
su modalidad de
Comedor
Comunitario
Representante del
Consorcio
Prosperar
Observación
Participante
Analizar la
perspectiva
operativa de la
formulación e
implementación del
Programa de
Protección Social al
Adulto Mayor
(PPSAM) del
Gobierno Nacional
31
Perspectiva de
Representantes
de Movimientos
Sociales
Perspectiva de
Representantes
de Movimientos
Sociales
Representante del
Frente de Unidad
Social por las
Personas Mayores
en Colombia
Observación
Participante
Analizar la
perspectiva crítica
sobre la vejez y el
envejecimiento en el
país, así como del
proceso de
formulación e
implementación de la
política pública para
la vejez y el
envejecimiento
Representante de la
Federación de
Asociaciones y
Organizaciones de
Adultos Mayores de
Ciudad Bolívar
Observación
Participante
Analizar la
perspectiva crítica
sobre la vejez y el
envejecimiento en el
país, así como del
proceso de
formulación e
implementación de la
política pública para
la vejez y el
envejecimiento
32
Beneficiarios
Beneficiarios
Beneficiarios
Subsidio Económico
de la Localidad
Antonio Nariño
Grupo Focal
Analizar la
perspectiva de los
beneficiarios de los
distintos tipo de
subsidio en términos
de calidad de vida,
satisfacción y
consecución efectiva
de los objetivos que
propone el programa
social y la política
pública para la vejez
y envejecimiento
Beneficiarios
Comedor
Comunitario Barrio
Restrepo
Grupo Focal
Analizar la
perspectiva de los
beneficiarios de los
distintos tipo de
subsidio en términos
de calidad de vida,
satisfacción y
consecución efectiva
de los objetivos que
propone el programa
social y la política
pública para la vejez
y envejecimiento
33
Beneficiarios
Beneficiarios Centro
de Protección
Social Bosque
Popular
Grupo Focal
Analizar la
perspectiva de los
beneficiarios de los
distintos tipo de
subsidio en términos
de calidad de vida,
satisfacción y
consecución efectiva
de los objetivos que
propone el programa
social y la política
pública para la vejez
y envejecimiento
Por otra parte, los siguientes son los interrogantes centrales de la investigación
evaluativa-cualitativa propuesta: ¿Están los resultados de acuerdo a los objetivos
formulados por el programa?, ¿Son los resultados consecuencia del programa?,
¿Los beneficiarios están satisfechos con los resultados del programa?, y, ¿Cómo
ha mejorado la calidad de vida de las personas mayores con el programa?
Para responder estas preguntas generales se formularon un conjunto de sub-
preguntas que componen el contenido guía de los tres grupos focales aplicados a
beneficiarios y actores de cada modalidad de subsidio –directo: bono, o, indirecto:
comedor y centro de protección social–; de igual modo, se formularon un conjunto
de sub-preguntas que componen el contenido guía de las entrevistas realizadas
con expertos.
34
En el caso de los grupos focales, con el objeto de no incidir en la respuesta, se
busco generar preguntas lo más objetivas posibles, a saber: 1. ¿Cómo llegó al
programa (al centro, al comedor o a la consecución del bono)?; 2. ¿Cómo le ha
parecido el programa (el centro, el comedor o el bono)?; 3. ¿Conoce la política
pública de personas mayores (sus derechos)?; 4. ¿Cómo se da cuenta que está
envejeciendo?; 5. ¿Cómo puede aportar a la sociedad (al centro, a la comunidad,
al barrio)?
La primera sub-pregunta busca recoger información referente al contexto en
general, es decir, datos de la persona, datos del contexto, etc., por lo que podría
denominarse, según la clasificación de Froylan Ceballos (2009), una pregunta de
tipo general. La segunda sub-pregunta busca recoger información sobre
resultados, efectos e incluso impactos del programa sobre la calidad de vida de las
personas beneficiarias, por lo que podría denominarse pregunta temática, donde
por resultados se entiende la asistencia básica a la necesidad de la persona, por
efectos los cambios e mediano plazo y por impactos los cambios a largo plazo en
la calidad de vida; téngase en cuenta que los cambios de mediano y largo plazo
no necesariamente son consecuencia del programa, incluso los resultados pueden
no ser consecuencia del programa. Esta sub-pregunta también permite establecer
el grado de satisfacción de los beneficiarios con el programa. La tercera sub-
pregunta busca recoger información referente a la forma como los beneficiarios y
actores se relacionan con el concepto de política pública para las personas
mayores, y es una pregunta tipo temática. La cuarta y quinta sub-preguntas
buscan recoger información sobre la percepción que tienen los beneficiarios de la
vejez, con el propósito de establecer si la perciben como un impedimento o, como
lo proponen Bill Thomas y Sandra Huenchuan, una etapa de posibilidades y
oportunidades (envejecimiento activo y participativo).
Por otra parte, las siguientes son las preguntas formuladas para las entrevistas
con expertos sobre el tema, todas de tipo temáticas, ya que han sido producto del
análisis documental: 1. ¿Qué se entiende por vejez?; 2. ¿Qué se entiende por
35
envejecimiento?; 3. ¿En qué consiste el fenómeno de transición demográfica?; 4.
¿Qué características tiene el proceso de envejecimiento en Colombia?; 5. Qué es
envejecimiento activo?; 6. ¿Cómo ve las políticas públicas y programas sociales
dirigidos a las vejez en Colombia?. Las entrevistas se realizaron con Carlos Cano
y Rodrigo Heredia del Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana.
Resulta importante aclarar que tanto los grupos focales como las entrevistas son
técnicas de recolección y registro de información cualitativas, lo que implica que
tienen una estructura abierta al cambio en el diálogo, en este punto de cambio es
donde se producen lo que Froylan Ceballos (2009) denomina preguntas émicas,
las cuales son generadas por los mismos participantes; de hecho, el cambio en el
diálogo hace que el investigador en ocasiones omita formular algunas preguntas o
adicione otras no previstas, según la variabilidad del contexto, lo cual podrá
observarse en el desarrollo de los grupos focales y las entrevistas.
3.2. Análisis e Interpretación de Resultados del Trabajo de Campo
3.2.1. Envejecimiento
Mediante análisis documental y trabajo de campo (diario de campo, entrevistas y
grupos focales) los resultados son los siguientes:
a. El envejecimiento es un cambio multi-dimensional y dinámico que acompaña a
todo ser vivo desde la etapa de nacimiento hasta la muerte. Al respecto, el director
del Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana afirma:
-“El proceso de envejecimiento se considera un proceso evolutivo en el cual desde el nacimiento
hasta la muerte, van ocurriendo unos cambios que llevan a este envejecimiento. Y el
envejecimiento pues es un concepto dinámico que puede verse desde el punto de vista poblacional
(…) Se habla también de un envejecimiento individual del ser humano como tal, que conlleva estos
cambios que hemos dicho en la parte del organismo, en la forma de cómo actuamos, en la forma
tanto física y mental, y pues que viene acompañado de todo un proceso de experiencia y
aprendizaje”.
36
b. La transición demográfica refiere a un cambio ocurrido durante el siglo XX en la
dinámica de envejecimiento a nivel mundial, que pone a prueba la capacidad de
las familias y las sociedades para proporcionar el apoyo financiero, médico y
social que necesitan las personas mayores. En efecto, el director del Instituto de
Envejecimiento afirma:
-“El proceso de envejecimiento es un fenómeno universal nunca antes visto. La transición
demográfica es parte de ese proceso de envejecimiento. Porque la transición demográfica es pasar
de una población joven a una población más envejecida” (…) “Existen tres tipos de transiciones
demográficas. Las de alta aceleración, las de moderada aceleración y las de baja aceleración.
Colombia está en el grupo de los moderados, al punto de que hoy en día la población mayor de 60
años es más del 10% al 2012. Y las proyecciones en los próximos 15 a 20 años, pues son muy
aceleradas y esta población puede subir a un 13 ó 15%, por lo cual si comparamos eso con la
disminución de la tasa de natalidad de la población infantil, ha disminuido y sigue disminuyendo de
una forma importante, la población adulta mayor que además no se muere, porque sus
expectativas de vida aumentan, las mujeres en 77-78 años, y los hombres por encima de los 70-72
años, pues eso hace que el país se vaya envejeciendo”.
Por otra parte, el profesor del Instituto de Envejecimiento de la Universidad
Javeriana afirma:
-“El proceso de envejecimiento está presentando rápidos cambios en Colombia dados por los
impactos que han sucedido, principalmente en salud, el advenimiento de los antibióticos, el control
más rápido de enfermedades oncológicas (…) ha hecho que la población viva más”.
c. El proceso de envejecimiento en Colombia, en el marco de la transición
demográfica descrita con anterioridad, tiene unas particularidades que complejizan
este proceso; estas particularidades se relacionan con el hecho de que Colombia
sea un país en vías de desarrollo, lo cual incide en la vida de las personas
mayores; una de las formas en que más tiene incidencia es, por ejemplo, en el alto
porcentaje de personas mayores sin protección social en pensiones, que las hace
vulnerables a la pobreza o a la indigencia. De hecho, Lina González –psiquiatra y
especialista en envejecimiento de la fundación Saldarriaga Concha –afirma que
preocupa el caso de Colombia, donde sólo el 27% de personas mayores logran
37
pensionarse y con ingresos muy bajos; preocupa la pobreza y el mal manejo que
hace la familia y la sociedad en general hacia este grupo poblacional en Colombia.
En efecto, una de las dificultades más grandes en las personas mayores es la
pobreza, pues de las 4 millones 800 mil personas mayores de 60 años, hay cerca
de 3 millones que no tienen ingresos fijos de jubilación. Referente a este tema, el
director del Instituto de Envejecimiento indica:
-“En Colombia tan sólo 1 de 4 personas tienen una pensión al llegar a esa edad, y eso es
profundamente inequitativo, diferente con otros países, países como Ecuador, como Bolivia, pues
están muy por encima de nosotros y otros países como Chile, países como Argentina y Brasil
tienen coberturas por encima del 80 y 85% de población con una pensión en la vejez. Colombia,
como le digo, estamos en un 23%. Con una situación peor, y es que la población juvenil que
debería estar contribuyendo al sistema de pensiones tampoco lo está haciendo. Entonces el futuro
de esa generación joven, que es la que debería estar cotizando para su propia vejez, tampoco lo
está logrando. Entonces realmente esa es una problemática económica grande para el país. Y
tiene que llevar, por supuesto, a situaciones dramáticas y que no puede ser manejable de una
forma tan sencilla, tiene que haber una intervención del Estado, cuando hablamos por ejemplo de
las personas mayores de 60 años en condiciones de pobreza y no tienen una pensión siquiera de
un salario mínimo, pues evidentemente hay que hacer algo (…)”.
Adicionalmente, el profesor del Instituto de Envejecimiento añade:
-“Entonces, hay unas realidades para Colombia. Una realidad es que es un país que está en vías
de desarrollo, una realidad es que un número muy importante de personas tienen un bajo nivel de
educación, casi la mayoría no se han preparado para la vejez, entonces si uno no se ha preparado
desde joven, qué va a ser de sus últimos años, de su vejez (…) hace que pueda tener mayor
vulnerabilidad la población. Otra realidad es que menos del 20% de los ancianos en Colombia
tienen pensión, entonces de qué van a vivir esas personas, ya no les es fácil conseguir empleo, si
les dan empleo, pues son empleos probablemente no muy bien remunerados, dado que no tienen
buen nivel de educación, y cada vez cambia más los modelos de las familias, antes era una familia
muy nuclear, donde los ancianos eran como los patrones, los hijos obedecían, ese modelo se está
rompiendo, y los hijos están migrando, muchos fuera de Colombia, los que quedan no quieren
hacerse responsables de los papás fácilmente, o no están preparadas para serlo, y además el
recursos económico no es tan alto. Entonces el envejecimiento en Colombia es bastante oscuro,
diría yo, porque ha habido falta de estrategias educativas y de preparación individual y de la
sociedad para saber cómo vivir la vejez”.
38
3.2.2. Políticas Públicas, Programas Sociales y Vejez
Mediante análisis documental y trabajo de campo (diario de campo y entrevistas)
los resultados son los siguientes:
a. Aunque la vejez está inevitablemente asociada a una pérdida progresiva de
capacidades físicas de auto-suficiencia, la vejez bien puede ser una etapa de
oportunidades o de pérdidas, según la estructura de oportunidades y limitantes
que condicionan el ambiente donde viva la persona mayor. El objetivo más
importante de las políticas públicas y programas sociales dirigidos a intervenir la
población de personas mayores es procurar el envejecimiento activo y una gestión
efectiva en el mejoramiento de la calidad de vida de los grupos poblacionales más
vulnerables.
El director del Instituto de Envejecimiento indica:
-“El envejecimiento activo es un concepto de la organización mundial de la salud, que lo ha ido
modificando en la medida que han pasado los años. Tiene como objetivo llegar a la vejez en las
mejores condiciones posibles (…) Desde el propio concepto inicial, que era el envejecimiento
saludable, donde estaba muy orientado hacia la medicina preventiva (…) Y nos enseña a tener
desde jóvenes ese estilo de vida que nos llevará a tener una vejez muy saludable (…) Hasta el
concepto actual que es envejecimiento activo y participativo y que creo que incluye mucho más (…)
Donde no solamente es llegar a la vejez teniendo situaciones de acciones y responsabilidades ante
la familia, ante la sociedad, ante la comunidad, sino también participando de las decisiones,
participando de la propia elaboración de la política pública, y sus particularidades, creo que ambos
siguen siendo modelos importantes de seguir y de copiar”.
Ahora bien, en el mundo contemporáneo, el predominio de la cultura
tecnocientífica ha influido en gran medida en la vida de los ancianos, no sólo
porque ya no son considerados los depositarios de la sabiduría, sino porque se
encuentran alejados del conocimiento moderno, concepto agravado por la
percepción de que son incapaces de aprender lo nuevo, donde el concepto de
experiencia entra en decadencia, incluso la experiencia laboral, y su relación con
39
el pasado la lleva a la obsolescencia. Además, la vejez, física y estéticamente, no
es deseable para la sociedad.
En efecto, la CEPAL (2004) afirma que los estudios sobre la imagen del
envejecimiento indican que en la actualidad la visión hegemónica en las
sociedades occidentales es negativa y se expresa en la representación social de
la vejez como pasividad, enfermedad, deterioro, carga o ruptura social. Esta
representación como deterioro se articula con la configuración cultural de la vejez
como etapa de pérdidas, de todo tipo, con consecuencias como la exclusión en
tanto grupo, y como la invisibilidad a nivel de políticas públicas, investigación y
academia.
El concepto de vejez que ha signado la definición de edad social en la formulación
de los programas sociales dirigidos a la vejez en Colombia no ha estado muy
alejado de la imagen anteriormente descrita. Es así como a partir de la Ley 100 de
1993 el gobierno nacional ha formulado e implementado políticas de gobierno de
carácter asistencial hacia las personas mayores que se caracterizan por la
conmiseración y elaboración de respuestas coyunturales más que en un ejercicio
de justicia social o de acciones a largo plazo.
Siguiendo la explicación de Huenchuan (2004), el Estado ha formulado e
implementado políticas de gobierno que no son propiamente políticas públicas de
largo plazo. Al respecto, la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (2002)
indica que han sido políticas enfocadas hacia parte de la población vieja
considerada más necesitada, es decir, ha entendido más como una labor
asistencialista o de caridad cristiana, que de justicia social y equidad, todo cuanto
se refiere a parámetros de acción con respecto al envejecimiento y a la vejez; en
efecto, recibir un auxilio por indigencia es bien diferente a recibir una pensión por
tener el derecho a ello, porque mucho va de considerarse persona a quien se le
reconoce un derecho, a persona a quien se le otorga la beneficencia de un auxilio
de indigencia.
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De hecho, la Ley 100 es excluyente en este aspecto porque para acceder a una
pensión por vejez, la persona debe haber cotizado un mínimo de 1000 semanas y
tener 55 años si es mujer, o 60 años si es hombre, modificándose a partir de 2014
a 57 y 62 años respectivamente (PUJ, 2003), dejando por fuera del beneficio a
una pensión a trabajadores informales, campesinos, artesanos, trabajadores
independientes, etc.
El representante del Consorcio Prosperar (administrador fiduciario del PPSAM)
explica:
-“La Ley 100 de 1993 inicia el tema de seguridad social integral. Dentro de ese tema de seguridad
social integral se da tres cosas, el sistema general de seguridad social en pensiones, el sistema
general de seguridad social en salud y el sistema general de seguridad social en riesgos
profesionales. Dentro del sistema de seguridad social en pensiones estaba el régimen de prima
media, el régimen de ahorro individual. Dentro de este régimen se tenía contemplado que algunas
personas tuvieran un subsidio que no tuvieron digamos esa capacidad económica. Porque se
supone que la pensión es justamente para cuando una persona pierde la capacidad productiva y
con el paso del tiempo, o por una incapacidad permanente, se limita su capacidad de hacer
ingresos por sí mismo. Entonces por eso todo el tema de la pensión. Pero hay personas que no
tienen la capacidad para conseguir la pensión, entonces hay un subsidio (…) Son personas que
están en la indigencia o adultos mayores que no cotizaron, no tienen cómo generar ingresos, y van
a recibir un subsidio. La Ley 100, en el artículo… 23, crea una cosa, aparte de todo esto, que se
llama el Fondo de Solidaridad Pensional, que no es un fondo pensional, o sea, el fondo no
pensiona a nadie, es un fondo que va a dar unos subsidios. La política como tal –de vejez y
envejecimiento– viene desde acá, desde Gaviria, o sea desde los 90’s (…) El Programa de
Protección Social al Adulto Mayor. Este programa tiene una población objetivo, las personas que
durante toda su vida no alcanzaron, no hicieron, no pudieron llegar a tener una pensión mínima de
vejez. Y que son personas tan pobres, tan pobres, que o viven solas, y no ganan ni siquiera medio
salario mínimo, o máximo medio salario mínimo, o si viven con la familia, toda la familia no genera
un ingreso mayor a un salario mínimo”.
Al respecto, tanto el coordinador del Frente de Unidad Social por las Personas
Mayores en Colombia como el presidente de la Federación de Asociaciones y
Organizaciones de Personas Mayores en Ciudad Bolívar, están de acuerdo en
señalar que:
41
-“La política pública del adulto mayor no ha sido pensada socialmente, pues parece que el
gobierno no supiera que el envejecimiento es un proceso general a todas las personas (…) se
trata de una política que no está basada en un enfoque de derechos humanos ni en un enfoque
diferencial (…) que no busca el intercambio intergeneracional, uno de los factores más importantes
de impedir la exclusión de las personas mayores (…) no hay programas de educación o cultura,
recreación ni deporte (…) no sólo es falta de recursos sino falta de voluntad política (…) el cambio
en las administraciones de gobierno afecta el desarrollo de los programas (…) en otros países de
Latinoamérica las personas mayores reciben casi un sueldo mínimo vigente, lo que realmente
previene el riesgo de la extrema pobreza, la indigencia o la exclusión social, mientras que en
Colombia no existen garantías para que, por ejemplo, una persona mayor campesina se quede en
sus tierras, con sus animales y con sus cultivos, porque la sociedad no le reconoce su labor, pues
¿cuántas papas no sembró ese campesino?, papas que fueron a dar al plato de mucha gente en
los centros urbanos, y que por condiciones o circunstancias no pudo asegurar una pensión como lo
exige la Ley (…) no hay centros de estudios especializados en geriatría o gerontología, violando
así el derecho a la salud de la persona mayor y el del empleo (…) a Ciudad Bolívar llega a diario
mucha gente desplazada, y por su edad, muchas veces el trabajo se le es negado (…) todo lo
redujeron a un subsidio que no alcanza para nada, que no cumple con su objetivo, cual es el de
prevenir la pobreza, la indigencia o la exclusión; subsidios que son para personas que por sus
condiciones contextuales no lograron una pensión en el sistema de pensiones colombiano,
campesinos, obreros, artesanos (…) existe una falta de coordinación y articulación en la
implementación de la política”.
Por otra parte, la directora del Centro de Protección Social Bosque Popular afirma:
-“El mantenimiento del centro es realizado por personas mayores que habitan el centro, pero como
el imaginario que tiene la gente es que las personas mayores son inválidas, eso se llama irrespeto,
porque si la persona tiene posibilidades de ayudar y tiene sentido de pertenencia, se les tiene que
permitir esa posibilidad (…) hay una concepción pasiva de la vejez que se enfoca en el
paternalismo o la satisfacción de necesidades básicas: coma, duerma y engorde”.
b. La Política Nacional de Envejecimiento y Vejez 2007-2019 como la Política
Pública Social para el Envejecimiento y la Vejez en el Distrito Capital 2010-2025,
representan un esfuerzo importante del Estado por cambiar el carácter asistencial
de los programas dirigidos a la población de personas mayores en Colombia,
puesto que las políticas mencionadas cumplen hasta cierto punto lo que Sandra
Huenchuan (2004) define como política pública, a saber, la existencia de una
42
política concreta con una base institucional que cuenta con un sustento legal para
su implementación –generalmente una ley especial general– que traspasa la
temporalidad de los gobiernos y que por lo tanto ha logrado un consenso mucho
más amplio en su construcción, distinto a los programas de gobierno antecedentes
que limitaban su campo de acción al tema de los subsidios, los cuales no tenían
continuidad debido a los cambios en las administraciones de gobierno; no
obstante, por lo reciente de su implementación, se puede afirmar que la política
pública referida es una política de gobierno que se está transformando
progresivamente en política pública.
En efecto, el representante del Consorcio Prosperar afirma:
-“Ha cambiado (…) te voy a hacer un comentario, tú te pones a mirar con documentos, no porque
yo lo diga, con documentos, cuándo se ha estructurado más el programa y cuándo se ha ampliado
más las coberturas (…) vino a ser desde 2002 de para acá. Por ejemplo, el manual operativo del
programa (…) el documento que dice cómo tiene que hacer usted las cosas fue de 2004 (…)
Busque otro manual operativo que le diga cómo hacer las cosas (…) toda la normatividad sobre el
adulto mayor comienza a funcionar desde 2003-2004 (…)”.
El director del Instituto de Envejecimiento añade:
-“La política pública como tal pues desde luego, el Ministerio de Protección Social tiene una Ley de
política de envejecimiento y vejez, que de alguna manera ha dado las bases importantes. Insisto
en que esa política pública si usted la lee bien, la plataforma que planteó la Universidad Javeriana
(…) dio las bases para esa política pública. Claro porque está basada en cinco pilares, no los
recuerdo bien ahorita, y esos pilares se han logrado por participación ciudadana, es una política de
participación, y que es el resultado también de la intervención gremial y de la intervención de los
grupos implicados, tiene esa connotación y tiene enfoques obviamente de derechos, obviamente
de dignidad, conceptos de cumplir la Constitución, pero además el derecho a la salud, el derecho a
la parte de la recreación, y por supuesto a la capacitación del recurso humano o de las personas
que se están formando para dar una asistencia mucho más integral, llámese cualquiera de las
áreas, salud, social. Es una propuesta incluyente”.
Adicionalmente, la directora del Centro de Protección Social Bosque Popular
comenta:
43
-“No se debe decir adulto mayor sino persona mayor, porque las personas mayores participaron en
la construcción de la política, donde pidieron que no se les volviera a nombrar por viejitos o viejitas,
ni abuelitos ni abuelitas, puesto que estos nombres referencian un vínculo familiar, entonces ellos
mismos definieron que eran personas mayores, pues se trata de que culturalmente se asuma esa
nueva palabra (…) a nivel político y a otros niveles todavía no lo han interiorizado, que todavía se
confunden en saber qué es adulto mayor, qué es persona mayor, y muchas veces los nombran por
viejitos o viejitas (…) la implementación de la política apenas empieza, desde Octubre de 2010”.
Siguiendo a Huenchuan (2004), de la calidad de la definición depende en gran
medida la calidad de la implementación; para el caso del Distrito Capital, el
proyecto 742 funciona en el marco operativo del PPSAM, pero su enfoque no es el
mismo, pues se pasa de un enfoque de asistencia basado en el riesgo de pobreza
a un enfoque de derechos –de entrada, una diferencia es que en el PPSAM se
habla de “adulto mayor” y la política pública distrital de “persona mayor”–, cuyas
directrices de política pública se encuentran consignadas en la Política Pública
Social para el Envejecimiento y la Vejez en el Distrito Capital 2010-2025.
Al respecto, la directora del Centro de Protección Social Bosque Popular informa:
-“La política pública está basada en los derechos fundamentales, que son el derecho al desarrollo,
el derecho a la participación, a la protección y el derecho a la supervivencia (…) si las cuatro
dimensiones nombradas anteriormente se cumplen se está realizando protección plena. Las
dimensiones permiten hacer de la atención un ejercicio de derecho, y no de favor personal, en
tanto el centro es del Estado, el cual tiene obligación con las personas mayores, obligación de
cuidarlos y protegerlos si no tienen una pensión, si no tienen una familia que los pueda acoger,
porque es obligación del Estado que los acoja y los acoja bien”.
3.2.3. El proyecto 742
Mediante análisis documental y trabajo de campo (diario de campo, entrevistas y
grupos focales) los resultados son los siguientes:
a. En la modalidad de subsidio indirecto alimentario –comedor comunitario– se
observa que a la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor), de los
13 participantes en el grupo focal, el 77% responde estar satisfecho con la
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prestación del servicio, el 23% afirma que el servicio es regular, y ninguno que
indica que sea malo; a la pregunta de cómo llegó al programa (comedor), el 100%
relaciona la respuesta con los requisitos que se les exigen para ser beneficiarios, a
saber, puntaje del Sisben, fotocopia de la cédula, y recibo de la luz, básicamente;
a la pregunta de si conoce sus derechos (política pública), el 23% afirma conocer y
el 77% afirma no conocer.
Por otra parte, se observa que una gran parte de los beneficiarios y beneficiarias
se quejan de que el subsidio no sea integral, pues deben elegir el subsidio
monetario directo –bono– o el subsidio alimentario indirecto –comedor
comunitario–; este factor hace que siempre exista vulnerabilidad para esta
población, porque los enfrenta a una situación donde si se alimentan no pagan
otros servicios como arriendo o servicios públicos, y si reciben dinero y pagan
dichos servicios dejan de alimentarse.
En efecto, la focalizadora del Comedor Comunitario del Barrio Restrepo informa
que las personas mayores son especialmente vulnerables porque:
-“Los criterios de egreso son (…) por ejemplo, si tiene ese bono que lo dan creo que cada dos
meses (…) tú vas a una cosa y con el sólo hecho de verificar las condiciones de la calidad de vida,
el adulto mayor, la mayoría viven en inquilinatos que pagan $4.000 el día, por ejemplo, los
habitantes de calle, ellos pagan pensiones de $4.000 diarios, en espacios muy pequeños, de 2
metros por dos metros, en un hacinamiento total, y tienen dos camarotes, y duermen cuatro
personas, la humedad es terrible, eso vale la noche, para ocupar un espacio, no un cuarto sino un
espacio, por ejemplo, a él le tocó la cama de abajo, al de al frente la de al frente, entonces más
que todo los adultos mayores son los que viven en esas condiciones, qué más vulnerabilidad que
eso, el hacinamiento de esos lugares y el desamparo que hay por parte de las redes familiares,
son abuelos que ya ni siquiera (…) O los hijos son más pobres que ellos, pero son muy solos, o
sea son abuelos que viven muy solos en la vida, los ha golpeado duro (…) Porque son abuelitos
que pagan arriendo en un inquilinato, porque si recibe los $90.000 mensuales, ¿con qué come?
(…) porque $90.000 no les alcanza para comer y pagar arriendo (…)”.
Referente a las quejas de los beneficiarios, se resaltan las siguientes respuestas
de cuatro personas mayores hombres y una persona mayor mujer:
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-“Si me dieran el bono pues sería bueno” (…) “Hay unos que tienen el bono y el alimento pero yo
no lo tengo” (…) “Claro que sale como en lo mismo recibir el bono o el almuerzo, porque el valor es
lo mismo”.
-“Sólo recibo el almuerzo, no el bono”.
-“Pues yo opinaría mejor recibir el bono que el almuerzo (…) Por qué esa vaina tan rara, pagar uno
arriendo, pero no alcanza (…)”.
-“Bueno (…) El bono no, yo preferí el alimento mejor (…) Mire tengo mi suegro también (…) le dan
creo que 120 o 130 cada dos meses, creo que la ley dice que cada mes, bueno no sé, él está
ubicado en Melgar, y tiene su alimentación, y con el perdón suyo, con todo respeto, mire, fui a
hacer la solicitud del bono y me lo negaron (…) Entonces un día (…) la desesperación del hambre
(…) Eso fue el año pasado (…) Yo haga esto y esto, y me dieron lo del almuerzo, y aquí estoy
(…)”.
-“Que por estar aquí no me daban el bono, pase papeles, vinieron aquí, no sé por qué no me lo
dieron (…) A mí me serviría mucho el bono (…) Pero en la Alcaldía me dijeron que si había una
cosa no había la otra”.
b. En la modalidad de subsidio directo económico –bono– se observa que a la
pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono), de los 12 participantes en el
grupo focal, el 25% afirma estar completamente satisfecho con el subsidio, no
habiendo respuestas de malo o regular, pero sí una persona mayor hombre quien
expresa indiferencia:
-“Ni bien, ni mal, ni regular, mi vida sigue lo mismo”.
A la pregunta de cómo llegó al programa, el 17% afirma que por personas
conocidas de la comunidad, otro 17% que por intermediación de la Junta de
Acción Comunal, y el 8% por intermediación de la Alcaldía.
A la pregunta de cómo podría aportar a la sociedad (comunidad, taller, barrio) se
registran las siguientes respuestas:
-“Yo como pintor colaboraría en la forma de pinturas, pintar por decir una casa, un apartamento”.
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-“Si a mí me ayudan yo puedo participar en obra artesanal, haciendo maletines, maletas, yo las sé
hacer, pero vea…plata no hay, entonces todo el mundo tenemos ese mismo problema, yo puedo
participar, puedo ayudar, aportar a ellos, a usted y a todos, en cierto momento, en cierta manera,
en la obra, que participen todos, aquí hacemos monederos, maletines, maletas, llaveros, todo eso”.
Estas respuestas son de un participante hombre donde se pudo observar un
impacto en la calidad de vida de la persona beneficiaria. En efecto, dicho
participante indica que:
-“Porque por intermedio de esto fue que yo fui a dar al instituto Ispa-Sena, allá me dieron un año de
estudio para aprender a hacer maletines, maletas, entonces por intermedio de esto fui a dar allá”.
A la pregunta de cómo se da cuenta que está envejeciendo, se resaltan las
siguientes respuestas de dos personas mayores hombres:
-“Por las arrugas hermano”.
-“Pues uno se da cuenta con la salud, ya le van apareciendo achaques y todo a uno, todo el
mundo llegamos a eso (…)”.
Ahora bien, se observa que el 33% de los participantes en el grupo focal afirman
que el valor del bono no es suficiente, y que siempre quedan gastos por cubrir. En
efecto, las siguientes respuestas de cuatro personas mayores hombres,
evidencian lo anteriormente expuesto:
-“Se compaginan las dos, porque usted sabe que el bono pues es muy bueno pero, muy chévere,
pero usted sabe que $100.000 pesitos le alcanzan a uno para pagar arriendo, pero no alcanza
ni…, y entonces quedaría uno (…) Y sería la única forma que tendríamos nosotros para suplir la
necesidad”.
-“(…) Tengo 84 años, no nos han subido ni un peso, pagan $150.000 en los dos meses, no le
alcanza a uno ni pa’ (…) No nos han subido nada (…)”.
-“Muy bien, me toca trabajar para poder aportar más al arriendo”.
-“El bono siempre le sirve a uno para algo, ¿entiende?, porque yo soy una persona que convivo
con un problema de salud terminal, entonces yo tengo que estarme movilizando, pagando
transporte y todo, pues yo le agradezco mucho a eso, ¿entiende?, pero si hubiera una formita de
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cómo le subieran algo pues (…) Magínese $95.000 es algo (…) pero deben de ponerse la mano en
el corazón los senadores y el Congreso y esa, que le subieran algo, ¿entiende? (…)”. A la pregunta
de cómo se cuenta que está envejeciendo responde: “Pues uno se da cuenta con la salud, ya le
van apareciendo achaques y todo a uno, todo el mundo llegamos a eso (…)”.
Al respecto, el director del Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana
indica que:
“Uno de los proyectos de la actual reforma tributaria es poderle dar a un número X, porque no
conozco bien la cifra, de personas en esas condiciones, que no están pensionadas, un valor
cercano a los $90.000 mensuales, o algo más, pero son cifras que están muy por debajo del
salario mínimo mensual, y que son acciones que van a ayudar, pero desde luego no van a quitar la
situación de pobreza de un grupo muy frágil”.
Adicionalmente, se observa que los operadores de la política buscan generar
espacios y oportunidades de participación pero por alguna razón de incentivos, las
personas mayores beneficiarias del bono muestran conductas asistenciales,
donde prima el interés por la satisfacción de las necesidades en el corto plazo;
probablemente una evidencia de esta afirmación sea lo que sucedió en una
asamblea para personas mayores que se realizó días antes de la aplicación del
grupo focal, donde muchas personas mayores asistieron pero gran parte
recibieron el refrigerio y se fueron, hecho que generó gran decepción en la
operadora de la política, quien el día de la aplicación del grupo focal les llamó la
atención al respecto.
c. En la modalidad de subsidio indirecto Centro de Protección Social Bosque
Popular se observa que a la pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono),
de los 12 participantes en el grupo focal, el 75% afirma estar más que satisfecho
con los servicios que ofrece el centro –alimentación, alojamiento, vestuario,
acompañamiento y seguimiento médico, psico-social, ocupacional, etc.; el 8%
afirma estar satisfecho, y ninguno expreso estar mal, regular, o indiferencia.
En efecto, las respuestas que más se resaltan son las siguientes de dos personas
mayores hombres:
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-“Porque así estamos satisfechos, nos han atendido bien, de todas maneras tenemos la posada, la
alimentación, el vestuario, atenciones, cultura”.
-“Mira que encontré que aquí hay un poco de libertades y aparte de eso súper-bien atendido, no
digo bien, súper-bien atendido, realmente (…) Pero lo digo, que nosotros nos ganamos una
lotería, porque esto es realmente eso, yo sé que ninguno de los que estamos aquí aspiramos a
terminar nuestros días (…) pero menos mal que terminamos en un sitio como este, y le doy gracias
a Dios, a todas las doctoras que nos han ayudado, por estar aquí, y gracias nuevamente le digo a
la doctora por eso que nos han dado, y esperamos que no cambie nunca”.
A la pregunta de cómo llegó al programa, el 17% respondió que fue remitido por
otra institución (hospital o de protección social), el 8% que fue remitido por una
persona cercana o conocida, otro 8% que fue remitido por la familia, y el resto de
los participantes afirmaron que por factores de edad y desempleo terminaron
acudiendo al centro.
A la pregunta de cómo podría aportarle a la sociedad (al centro) se resaltan las
siguientes respuestas de dos personas mayores hombres:
-“Con mucho gusto yo aporto mi actitud, respeto y conducta cuando entré hasta cuando vaya a
salir será ejemplar, eso es lo que aporto de todo corazón”.
-Me gusta movilizarme, me gusta ayudar, muchas cositas (…) Ahí hacemos, lo que he aprendido
en la calle, no es que sea maestro en general ni que sepa ni nada sino lo que he visto, cómo
cogen, cómo se hace una pica, cómo se coge un palustre, cómo se coge un metro, cualquier cosita
se puede hacer, por el momento no puedo hacer fuerza ni puedo hacer nada porque tengo ahorita
esta semana o la otra una cirugía que me van a hacer”.
Sin embargo, la consecución efectiva de resultados en el Centro de Protección
Social no se debe tanto a la operatividad del programa como a las prácticas de
auto-gestión de los funcionarios del Centro. De hecho, el Centro de Protección
Social como tal funciona aproximadamente desde los años 80 del siglo pasado,
pero fue a partir de 2010, cuando se instaló el actual grupo de trabajo, que tuvo
lugar un cambio significativo en la atención a las personas mayores de esta
institución, lo que significa que el equipo de trabajo que lidera el funcionamiento
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del centro desde 2010 representa un antes y un después, con estrategias de auto-
gestión que no sólo han permitido el logro de resultados coherentes con los
objetivos establecidos por el programa, sino además un impacto en la calidad de
vida de las personas mayores, superando la mera asistencia de necesidades
básicas.
Al respecto, las siguientes respuestas de siete personas mayores hombres y una
mujer son reveladoras:
-“Pero también se presentan pequeñas anomalías que en toda institución existen (…) Hemos
sufrido (…) Y nos han prometido que nos van a arreglar el sentido de la ropa, el sentido de las
pomas del agua, el sentido de que debería existir un pequeño botiquín que alcance a cubrir parte
de las necesidades de nosotros los que nos enfermemos (...) Porque resulta que aquí hay médico,
pero el médico no está constante aquí, y el Estado debería poner un médico estable aquí de
acuerdo a la cantidad de ancianos que hay y las enfermedades que nos acompañan (…) Otra cosa
es que quiero saber cómo va a ser el servicio médico una vez nos trasladen (…) Y eso hay que
pedírselo al Estado, porque ellos nos ayudan (los funcionarios del centro) pero ese servicio nos
pertenece por decreto (…) Aquí de parte de los empleados tenemos satisfacción pero llega un
punto en que están maneados” (es decir, el centro se queda sin recursos o empieza a ejercer
competencias que no le corresponden porque el gobierno no presta la ayuda necesaria) (…)”.
-“Pero sí estoy muy agradecido con la doctora Verónica y con todo el grupo de doctoras que la
acompañan a ella, las enfermeras, los enfermeros, los jefes de enfermería, de todo, porque me
ayudaron a levantarme de la silla de ruedas, a superar un caminador, y ese caminador ya lo
superé, y ando con un bastón, y ahora como usted ve, ando a veces sin el bastón, pero cuando
salgo a la calle sí lo necesito, pero entonces ya me quitaron la sonda, también, sabe qué, ya no
necesito el oxigeno, entonces estoy muy agradecido con este hogar, yo sé que algún día pues uno
tiene que partir de acá, y no es eterno, y siempre el traslado debe llegar algún día, pero yo me
siento muy agradecido con el servicio que prestan acá, que sabe qué, están preocupados por la
ropa de uno, que la alimentación, que si uno tiene una enfermedad o le duele algo lo llevan donde
el médico, si es que está muy grave, piden una ambulancia pa’ que lo lleven a uno al hospital,
entonces sabe qué, entonces este es el servicio mejor y más verraco que hay, gracias”.
-“El problema mío (…) yo también estuve en silla de ruedas (…) Yo llegue en muletas, ya hago
fuerza”.
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- “Yo llevó dos años aquí, y aquí anteriormente era diferente, mejor dicho, la organización, la nueva
dirección cambio todo y es mejor que antes. Comenzamos por la lavandería, la lavandería nos
tocaba por la mañana a nosotros mismos llevar la ropa para que la lavaran y por la tarde ir a
recogerla. El restaurante o la alimentación era ahí en el salón múltiple, todo el albergue reunidos
allá, ahora nos llevan el alimento a las casitas, cada uno, independientemente de cada casita,
mejor dicho esto cambio tanto en un 100% que es mucho mejor de lo que estaba antes (…) En una
sola palabra, el que quiera más que le piquen caña (…) yo tenía el bono y tenía el restaurante
comunitario, pero no me alcanzaba, entonces vine y me salió aquí”.
-“Y estoy muy re-que-te-muy agradecida con todas las doctoras, me dan toda la ayuda que he
recibido porque me inscribieron al CRAC y estoy recibiendo enseñanzas con todo eso y me siento
muy satisfecha con eso y ya me puedo desplazar pa’ la cafetería”.
-“Decencia de esta señora (trabajadora social), de los empleados, desde la cúpula mayor hasta la
menor, nos han tratado bien”.
-“Y no solamente por los profesionales sino por el personal menor, todas viven pendientes de uno,
atentas a uno, uno da una queja y están pendientes, y lo escuchan a uno, lo importante no es que
uno dé la queja, sino que lo escuchen y que uno se sienta realmente importante en ese momento,
y no lo ignoren a uno”.
Al respecto, la directora del Centro de Protección Social Bosque Popular afirma:
-“La política pública de envejecimiento y vejez comenzó a implementarse en Octubre de 2010, el
centro tiene vigencia desde los años 80, como hogar geriátrico, pero la diferencia es que antes se
atendía pero no había política, se trata de una política que apenas se está implementando (…) el
centro necesita apoyo, para lo cual existe un programa llamado redes (…) es muy importante todo
aquel que participe en el mejoramiento del mismo”.
El equipo del Centro incorpora e implementa un modelo de atención específico: el
modelo de la casa; la trabajadora social del Centro lo describe de la siguiente
forma:
-“El modelo es que las personas mayores vivan como en su casa, como en vida familiar, este es el
fundamento del proceso de atención del centro. En consecuencia, las personas mayores son
respetadas, se les respeta su autonomía (…) se hace un trabajo intenso con las familias en el
centro para que no se desvinculen, sea que se devuelvan o sea que continúen en el centro
fortaleciendo toda la vida la parte afectiva (…) la re-significación de prácticas, un concepto que
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invita a tratar a cualquier persona mayor con dignidad (…) al centro han llegado alrededor de 6 u 8
personas campesinas, a las cuales les gusta el trabajo con la huerta, por eso hay una huerta en el
centro; también hay 3 jardineros, los cuales hacen el trabajo de arreglo de los jardines, la idea es
aprovechar lo que les gusta hacer a cada persona en beneficio de la misma persona y de la
comunidad. De hecho, las casas las ha pintado un señor que habita el centro a quien le gusta
actividades relacionadas con la pintura (…) los ingresos de la cafetería son para volver a surtir o
para invertir en el funcionamiento del mismo centro (…) hay un problema con Secretaría de
Integración porque no hubo presupuesto para financiar el transporte de las personas mayores a
centros de salud, entonces un Comité, el cual está conformado por miembros de cada casita, es
quien aprueba utilizar dichos ingresos en el transporte de aquella persona que por medios propios
no puede auto-financiarse el transporte, u otro caso es que a una persona mayor la EPS no le
cubra algún medicamento, es decir, hay una redistribución de los ingresos no sólo de la cafetería
sino de la venta de otros productos, como los productos de huerta, para beneficio de los miembros
del centro, redistribución que se encuentra sujeta a la participación y acuerdo entre las diferentes
casitas (…) el centro se esfuerza por crear redes de apoyo y solidaridad porque el buen estado del
centro no se debe necesariamente a que el Estado haya mandado la plata, ya que lo que se pidió
en el 2010 todavía no ha llegado (…) como se trata de un proceso tan largo para lograr cualquier
aprobación, entonces esos recursos no llegan, llega una caja menor de aproximadamente
$2’000.000, pero con unos rubros específicos, con una destinación específica (…) para cosas
locativas llegan como $60.000 (…) para conseguir las pinturas con las que se pintaron las casitas,
las trabajadoras se fueron para un negocio de pinturas, hablaron sobre la entidad donde
trabajaban, argumentaron un poco de responsabilidad social, y lograron conseguir los cunchos de
las pinturas”.
52
4. CONCLUSIONES
1. La modalidad de subsidio indirecto denominada Comedor Comunitario genera
resultados sólo parcialmente coherentes con el objetivo del PPSAM, porque la
protección de la persona mayor en extrema pobreza o en estado de indigencia no
es completa; tiene una naturaleza asistencial, es decir, satisfacción de necesidad
de alimento al corto plazo, y no genera propiamente espacios, estrategias o
incentivos para un envejecimiento participativo o inclusivo, acorde al ejercicio de
derechos que soporta el proyecto, como parte de la política pública de la persona
mayor en el Distrito Capital.
2. La modalidad de subsidio indirecto denominada Centro de Protección Social,
particularmente el caso del Bosque Popular, representa una interesante alternativa
sobre cómo el Estado puede fortalecerse institucional, organizacional y político-
administrativamente para asumir los importantes cambios que en materia de vejez
empieza a afrontar, pues en este caso se pueden identificar prácticas concretas
sobre cómo en la cotidianidad se puede materializar el bienestar de las personas
mayores como parte de una estrategia de gobierno que busca superar la mera
asistencia pública. Las prácticas que gestiona el centro concuerdan con los planes
de actividades que propone Bill Thomas, tales como sentirse parte de una
organización o realizar las actividades que más le gustan a la persona. En
consecuencia, el centro no sólo cumple efectivamente los objetivos que el PPSAM
propone, sino que se esfuerza por afectar e impactar la calidad de vida de las
personas mayores, tal como lo establece la política pública de personas mayores
a nivel distrital. En este sentido, siguiendo las ideas de Sandra Huenchuan (2004),
esta modalidad representa también una interesante forma de cambiar una política
de gobierno (basada en la asistencia a las personas mayores –que es en cierto
sentido la naturaleza del PPSAM–) en una política pública (basada en el ejercicio
de derechos, un ejercicio de derechos que posibilita transformar personas
mayores pasivas en personas mayores activas y participativas). Sin embargo, este
53
tipo de propuestas y prácticas necesitan de apoyo financiero y político, y aunque la
Política Nacional de Envejecimiento y Vejez y la Política Pública Social para el
Envejecimiento y la Vejez en el Distrito Capital representan un importante avance
en materia de directrices políticas y normativas para su implementación, se
requiere de un sistema económico suficientemente sólido que facilite la efectividad
y eficiencia de las políticas públicas, como también de integración intersectorial e
interinstitucional entre entidades encargadas de la atención al anciano en el país.
3. La modalidad de subsidio directo denominada bono económico genera
resultados sólo parcialmente coherentes con el objetivo del PPSAM, porque la
protección de la persona mayor en extrema pobreza o en estado de indigencia no
es completa, afectando especialmente a aquellas personas con problemas de
salud o discapacidad física, pues aquellas otras que aún pueden producir ingresos
adicionales pueden suplir esas necesidades insatisfechas que no cubre el bono.
Es una modalidad de subsidio de naturaleza asistencial, es decir, satisfacción de
dinero en el corto plazo; sin embargo, los operadores del proyecto propician
espacios, estrategias o incentivos para un envejecimiento participativo o inclusivo,
acorde al ejercicio de derechos que soporta el proyecto, como parte de la política
pública de la persona mayor en el Distrito Capital, espacios y oportunidades de
participación que son efectivos en un número muy reducido de casos donde se
observa un impacto en el mediano plazo a través de capacitaciones y propuestas
productivas. No obstante, son los mismos beneficiarios quienes demuestran
conductas asistenciales frente al subsidio, no aprovechando los espacios de
participación, o participando siempre y cuando haya una retribución material a
cambio.
4. En consecuencia, la modalidad de subsidio indirecto denominada Centros de
Protección Social a la Persona Mayor muestra un importante avance, debido no
tanto a la naturaleza del programa como tal sino a las estrategias de auto-gestión
que han incorporado los equipos de trabajo propios de estos centros, estrategias
54
que no sólo han permitido el logro de los objetivos establecidos por el programa,
sino además un impacto más a largo plazo en la calidad de vida de las personas
mayores, superando la mera asistencia de necesidades a través de prácticas
participativas efectivas como, por ejemplo, la “re-significación de prácticas”; el
caso del Centro de Protección Social Bosque Popular ejemplifica esta situación,
diferenciándose significativamente de las otras dos modalidades, a saber, la
modalidad de subsidio económico –bono– y subsidio alimentario –comedor
comunitario–, en las cuales se pudo observar que a pesar de que los funcionarios
y operadores del programa gestionan espacios de actividad y participación para
las personas mayores, las personas mayores beneficiarias reportan satisfacción
signada por conductas asistenciales, lo que indica que las modalidades de bono o
comedor comunitario, no son propiamente modalidades que generen incentivos
estratégicos para que las personas mayores pasen del ejercicio de la asistencia al
ejercicio de derechos.
55
5. BIBLIOGRAFÍA
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Colombia siglo XXI: documento analítico del país para la segunda Asamblea
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crecimiento-y-no-de-declive-noticia_525484.html. -http://m.rcnradio.com/noticias/en-colombia-solo-el-27-de-adultos-mayores-logran-pensionarse-y-con-ingresos-muy-bajos-19583. -http://m.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/la-clave-para-disfrutar-la-vejez-est-en-que-la-acepte/1225294. Plan de Desarrollo Bogotá Humana: -http://www.bogotahumana.gov.co/index.php/asi-va-el-plan-de-desarrollo.
58
6. ANEXOS
6.1. Trabajo de Campo
6.1.1. Diario de Campo
Martes 23 de Octubre de 2012
Hoy fui a la Alcaldía Local de Antonio Nariño. Pregunté al vigilante con quién podía
hablar sobre el tema del adulto mayor y me informó que en el sexto pisto quedaba
Integración Social. Subí y logré reconocer esta oficina porque había un grupo de
personas mayores que atendía una mujer que portaba un chaleco de color rojo. La
funcionaria me preguntó qué necesitaba. Le comenté que estaba realizando mi
monografía de grado sobre el tema del adulto mayor, específicamente sobre
programas sociales dirigidos a su intervención. Responde que sí existe un
programa del adulto mayor y que los subsidios para el adulto mayor se dividen en
cuatro categorías: A, B, C y D. El subsidio A y B lo otorga el Distrito, el C la
Alcaldía Local y el D el gobierno nacional. Pregunté cuál era la diferencia entre
cada uno de los subsidios, a lo cual responde que se trata de una diferencia en
términos de recursos financieros, pues el subsidio C se financia con recursos
propios. La mujer me envió a donde otra funcionaria. Después de hablar me dijo
que había conseguido una cita para el día siguiente a las 11:00 a.m. en la
Subdirección Local Puente Aranda-Antonio Nariño que queda en el barrio
Veraguas. Antes de marchar, pregunté si había información sobre la población de
adultos mayores en la Localidad, y me dijo que la única información disponible son
los requisitos para ser beneficiario del programa, los cuales son:
1. Copia del puntaje SISBEN socio-económico nivel 1 ó 2, o certificado de
desplazado o habitante de calle.
2. Certificado del Seguro Social (que conste que no recibe pensión expedido
en un punto verde del seguro social).
59
3. Certificado de Catastro (que conste que no es propietario de vivienda
expedido en un CADE o Supercade).
4. Fotocopia del documento de identidad.
5. Certificado de supervivencia (expedido por cualquier notaria con vigencia
no mayor a noventa días).
6. Certificado de residencia en la Localidad expedido por Junta de Acción
Comunal o Parroquia o Alcaldía Local o Personería Local.
7. Fotocopia de servicios públicos domiciliarios reciente (preferiblemente de la
luz CODENSA no mayor a dos meses).
8. Facilitar un número telefónico (preferiblemente teléfono fijo).
Se observa que no existe información sobre adultos mayores a excepción de los
requisitos, como también la existencia física de instalaciones y personas al
servicio de los subsidios al adulto mayor en riesgo de pobreza.
De igual modo, se observa que las funcionarias no hacen mención explícita al
Programa de Protección Social al Adulto Mayor, sino a un programa del adulto
mayor dentro de la implementación de la política social distrital a cargo de la
Secretaría de Integración Social.
Miércoles 24 de Octubre de 2012
Hoy fui a la Subdirección Local Puente Aranda-Antonio Nariño. Pregunté al
vigilante por Diana Martínez. Respondió que me dirigiera al fondo de las
instalaciones donde existe un conjunto de oficinas conjuntas y un letrero que dice
“atención al adulto mayor”. La funcionaria pregunto qué necesitaba y le hablé
sobre la investigación. La funcionaria realizó una llamada. Habló con la
trabajadora social Ana Rocío y la hermana María de Jesús. Después, me indicó
que me dirigiera al centro de adultos mayores San Pedro Claver. Me dijo que
debía llevar una carta de solicitud especificando la investigación. Antes de
60
marchar, pregunté sobre información del adulto mayor y políticas públicas, a lo
cual me entregaron nuevamente los requisitos para ser beneficiario del programa.
Me dicen que consulte la dirección de la Secretaria de Integración Social en
internet: www.sdis.gov.co.
Se observa que no existe información sobre adultos mayores a excepción de los
requisitos, como también la existencia física de instalaciones y personas al
servicio de los subsidios al adulto mayor en riesgo de pobreza.
De igual modo, se observa que las funcionarias no hacen mención explícita del
Programa de Protección Social al Adulto Mayor, sino a un programa del adulto
mayor dentro de la implementación de la política social distrital a cargo de la
Secretaría de Integración Social.
Jueves 25 de Octubre de 2012
Hoy me dirigí al “Centro de Bienestar del Anciano San Pedro Claver”, que queda
en la Av. Caracas No. 1-16 Sur. Me dirigí a un punto llamado Trabajo Social.
Hablé sobre la investigación y entregué la carta de solicitud a la trabajadora social,
quien me solicitó datos para confirmar la aprobación o no de la solicitud. Después
me fui para la Universidad Javeriana en busca de conseguir una entrevista con un
experto sobre el tema de envejecimiento, en vista de que la Facultad de Medicina
tiene un Instituto de Envejecimiento. Me proporcionaron un correo electrónico.
Viernes 26 de Octubre de 2012
Esta mañana la funcionaria de la Subdirección Local Antonio Nariño-Puente
Aranda respondió una inquietud que le formulé la tarde anterior. Le pregunté:
¿Cómo se llamaba el programa dirigido a los adultos mayores? La información es
la siguiente: Equipo Subsidios Económicos hoy Desarrollo de Capacidades y
61
Potencialidades con Apoyo Económico. Proyecto 742 “Atención integral para
personas mayores: disminuyendo la discriminación y segregación
socioeconómica. Posterior a esto, me dirigí al Ministerio de Salud y Trabajo,
ubicado en la Carrera 13 No. 32-76. Pregunté al vigilante sobre algún punto de
atención sobre el tema del adulto mayor y me respondió que ahí quedaba el
Ministerio de Salud, y en una entrada contigua el Ministerio de Trabajo, que ahí no
iba a encontrar a nadie que manejara ese tema. Me indicó que me dirigiera al
edificio de en frente y que subiera al sexto piso donde queda la Secretaria de
Integración Social14. En el sexto piso me dijeron que me dirigiera al piso 9, a la
Subdirección para la Vejez. Allí me atendió la “señora Conchita”. Lo primero que
hice fue expresarle mi asombro frente a la experiencia de haber ido al Ministerio
de Protección Social y que me hayan dicho que no hay nadie que atienda el tema
del adulto mayor, puesto que es esta entidad la encargada de formular e
implementar la política pública del adulto mayor a nivel nacional. Me respondió
que ahí quedaba la Subdirección para la Vejez encargada de la implementación
de la política pública para el adulto mayor a nivel distrital. Le dije que ya he
adelantado algo de trabajo de campo y me que me asombró otra cosa, que fui a la
Subdirección Local de Puente Aranda-Antonio Nariño y al solicitar información
sobre el adulto mayor no me hayan dado otra cosa que los requisitos. La
funcionaria me entregó una cartilla de la política pública del adulto mayor a nivel
distrital. A continuación se muestra la cartilla de la política pública social para el
envejecimiento y la vejez en el Distrito Capital 2010-2025:
14
La Secretaria de Integración Social se llamaba Departamento Administrativo de Bienestar Social.
62
63
Adicionalmente me entregó la resolución número 0511, “por la cual se conforma y
reglamenta el Comité Operativo de Envejecimiento y Vejez al interior del Consejo
Distrital de Política Social”. Esta es la imagen de la sentencia:
64
También me indicó que consultara el Decreto 345 del 18 de Agosto de 2010. Le
comenté que de la Subdirección de la Localidad Antonio Nariño-Puente Aranda
me enviaron al Centro de Bienestar del Anciano San Pedro Claver, a lo cual me
respondió que ese Centro no hacía parte de la red de la Secretaria. Me aclaró que
la Secretaria prestaba tres servicios: el subsidio, bonos por valor de $95.000; el
institucionalizado, que se trata de un proceso donde se reciben adultos mayores
en estado de pobreza o indigencia en centros de protección social, uno llamado
Bello Horizonte y otro Bosque Popular, los cuales prestan protección temporal, y
luego son enviados a ONG’s que prestan el servicio de hospedaje, bienestar social
y cuidado integral de manera permanente. Entonces pregunté por el Programa de
Protección Social al Adulto Mayor –PPSAM–, pero no pareció conocerlo. Luego
me dijo que la política nacional del adulto mayor choca con la distrital.
Posteriormente llegó una funcionaria perteneciente al Comité Operativo de
Envejecimiento y Vejez. Le hablé sobre la inexistencia de información sobre la
política pública del adulto mayor y lo que me sucedió en la entrada del Ministerio
de la Protección Social. Y me respondió diciendo que efectivamente la política
nacional choca con la política distrital. También confirmó que el Centro de
Bienestar al Anciano San Pedro Claver no hace parte de la red de la Secretaria de
Integración Social, sino de la Beneficencia de Cundinamarca. Dijo que la
diferencia entre el gobierno nacional y el distrital respecto a la vejez es el enfoque,
puesto que el Distrito se esfuerza por darle un enfoque de derechos humanos a la
implementación de la política, mientras el gobierno maneja el enfoque de la
pobreza como riesgo social. Posteriormente me mostró los pilares de la política
pública social para el envejecimiento y la vejez en el distrito capital:
65
66
Luego me presentó a dos señores pertenecientes al Comité. Ellos son líderes de
las personas mayores y tienen una visión crítica sobre el tema de la vejez en
Colombia. Uno de ellos es el coordinador del Frente de Unidad Social por las
Personas Mayores en Colombia y el otro es presidente de la Federación de
Asociaciones y Organizaciones de Personas Mayores en Ciudad Bolívar. Me
entregan la siguiente información:
67
68
El coordinador afirmó que la política pública del adulto mayor no ha sido pensada
socialmente, pues parece que el gobierno no supiera que el envejecimiento es un
proceso general a todas las personas, y que no más en Bogotá habitan más de 4
millones de personas mayores. Que se trata de una política que no está basada
en un enfoque de derechos humanos. El presidente dijo que la política no se
basaba en un enfoque diferencial. El coordinador dijo que la política no busca el
intercambio intergeneracional, uno de los factores más importantes de impedir la
exclusión de los adultos mayores; también indicó que no hay programas de
educación o cultura, recreación ni deporte. Ambos concuerdan en que una de las
causas principales es la falta de recursos; en efecto, el presidente dijo que en la
formulación de la política no se tuvo en cuenta el Ministerio de Hacienda, y que
mientras no haya recursos –especialmente financieros– resulta muy difícil hacer
efectivos los programas de desarrollo. Pero el coordinador aclaró que no sólo se
trata de un tema de presupuesto, sino de voluntad política. El presidente aseveró
que en el actual Plan de Desarrollo Distrital o Nacional no se halle la palabra
adulto mayor. También dijo que el cambio en la administración de los gobiernos
afecta el desarrollo de los programas, donde pasar de un gobierno de derecha a
otro de izquierda afecta dicho desarrollo. El coordinador comentó que en otros
países de Latinoamérica los adultos mayores reciben casi un sueldo mínimo
vigente, lo que realmente previene el riesgo de la extrema pobreza, la indigencia o
la exclusión social, mientras que en Colombia no existen garantías para que, por
ejemplo, un adulto mayor campesino se quede en sus tierras, con sus animales y
con sus cultivos, porque la sociedad no le reconoce su labor, pues “¿cuántas
papas no sembró ese campesino?”, papas que fueron a dar al plato de mucha
gente en los centros urbanos, y que por condiciones o circunstancias no pudo
asegurar una pensión como lo exige la Ley. Indicó que no hay centros de estudios
especializados en geriatría o gerontología, violando así el derecho a la salud del
adulto mayor y el del empleo. A propósito del empleo, el presidente opinó que en
Ciudad Bolívar llega a diario mucha gente desplazada, y por su edad, muchas
veces el trabajo se le es negado. Ambos afirmaron que existe una falta de
69
coordinación y articulación en la implementación de la política, y que todo lo
redujeron a un subsidio que no alcanza para nada, que no cumple con su objetivo,
cual es el de prevenir la pobreza, la indigencia o la exclusión; subsidios que son
para personas que por sus condiciones contextuales no lograron una pensión en
el sistema de pensiones colombiano, campesinos, obreros, artesanos. Entonces
pregunté por el Programa de Protección Social al Adulto Mayor –PPSAM– y se
refirieron a un programa de alimentación, seguramente el PNAAM –Programa
Nacional de Alimentación al Adulto Mayor–. Ambos concuerdan en que respecto a
la vejez en Colombia “estamos fríos”. Posterior a esta reunión, me dirigí al
Consorcio Prosperar, que queda en la Cra. 7ª # 32-93, en el piso 5to. Expliqué la
investigación y pregunté si había alguien que pudiera entrevistar sobre el
Programa de Protección Social al Adulto Mayor. Me respondieron que volviera a
las 2:30 p.m. y que dejara una nota. Mi entrevistado aparece, su nombre es Juan
Carlos, quien me condujo a una sala donde hizo una detallada explicación del
sistema de pensiones en Colombia, cómo se desprenden los programas de
subsidio a los adultos mayores a partir de ese sistema, y cierra con unos detalles
sobre el PPSAM. Después de esto, me dirigí a la Asociación Colombiana de
Gerontología, que queda en la Cra. 13 # 38-65, oficina 501, donde no me
quisieron atender.
Se observa la existencia física de instalaciones y personas en el ejercicio de la
implementación de la política pública social del adulto mayor a nivel distrital.
Se observa que las funcionarias y miembros del Comité no hacen mención
explícita del Programa de Protección Social al Adulto Mayor, sino a un programa
del adulto mayor dentro de la implementación de la política social distrital a cargo
de la Secretaría de Integración Social.
Se observa desarticulación entre la información que proveen las funcionarias de la
Localidad, las de la Secretaria de Integración Social, el representante del
70
Consorcio Prosperar, y el Ministerio de Protección Social, donde ni siquiera existe
un departamento que atienda el tema.
Se observa que el Ministerio de la Protección Social no cuenta con una estancia
específica dedicada al tema del adulto mayor, teniendo en cuenta que desde la
Ley 100 de 1993 este Ministerio ha sido históricamente responsable del tema de la
vejez en el país, teniendo un papel muy importante en la formulación e
implementación de la Política Nacional de Vejez y Envejecimiento 2007-2019.
Se observa que las funcionarias de la Secretaria de Integración Social indican un
choque entre el gobierno nacional y el distrital respecto al enfoque de la política
pública del adulto mayor. Visión confirmada por el coordinador del Frente y el
presidente de la Federación, ambos miembros del Comité Operativo de
Envejecimiento y Vejez.
Se observa que los miembros del Comité afirman que la política pública del adulto
mayor no tiene un sistema económico que la sustente, lo que dificulta gravemente
la implementación efectiva de los programas; en consecuencia, los subsidios no
logran prevenir que las personas mayores caigan en extrema pobreza o
indigencia, para lo cual, entre otras importantes propuestas, proponen puntos
como la universalización de una pensión social no contributiva de medio salario
mínimo legal vigente, el cual realmente haría que las personas no caigan en
indigencia o extrema pobreza; también proponen el intercambio inter-generacional
como estrategia para evitar la discriminación por edad, estrategias productivas,
centros especializados en geriatría y gerontología, y comedores comunitarios
especializados en nutrición para personas mayores.
Se observa que el representante del Consorcio no habla de adultos mayores sino
de “viejitos” o “abuelitos”, como tampoco hace mención de vejez, envejecimiento
o derechos, sino sólo de seguridad social, pensiones, fiducias y subsidios.
71
Sábado 27 de Octubre de 2012
Hoy me dirigí al Comedor Comunitario que queda en la Junta de Acción Comunal
del Barrio Restrepo. El objetivo era aplicar un grupo focal con los beneficiarios del
PNAAM.
Se observa que la mayor parte de las personas mayores beneficiarias del subsidio
alimentario están satisfechas con el servicio que reciben, es decir, a la pregunta
de “¿cómo le ha parecido el Programa?”, en general la respuesta es positiva. De
igual forma, a la pregunta de “¿cómo llegó al Programa?” la mayoría de
beneficiarios coinciden en la información referente a los requisitos.
Sin embargo, se observa que una gran parte de los beneficiarios y beneficiarias se
quejan de que el subsidio no sea integral, pues deben elegir el subsidio monetario
o el subsidio alimentario; este factor hace que siempre exista vulnerabilidad para
esta población, porque los enfrenta a una situación donde si se alimentan no
pagan otros servicios como arriendo o servicios públicos, y si reciben dinero y
pagan dichos servicios dejan de alimentarse. En efecto, la focalizadora del
comedor informó que las personas mayores son especialmente vulnerables por las
condiciones donde habitan, el abandono familiar, y la dificultad de conseguir
empleo, y confirma que el bono que reciben por valor de $95.000 no alcanza para
que se alimenten.
Se observa que los beneficiarios perciben el subsidio alimentario como un favor o
regalo que merece agradecimiento –muchas veces agradecimiento religioso–, más
como una actividad de beneficencia o caridad que como exigencia de un derecho.
Se observa que la focalizadora primero afirma que una de las causales de egreso
o expulsión de un beneficiario del comedor comunitario para el caso de las
personas mayores es la activación de otro servicio como, por ejemplo, recibir el
bono por valor aproximado de $90.000 mensuales, pero luego indica que con la
72
nueva administración las personas mayores pueden beneficiarse tanto del bono
como del comedor al mismo tiempo; sin embargo, esta última afirmación contrasta
completamente con las respuestas de los beneficiarios, quienes afirmaron
rotundamente que en la Alcaldía se les negó la posibilidad de beneficiarse
integralmente de ambos subsidios.
Al terminar la actividad, me solicitaron llenar la siguiente ficha técnica:
73
Martes 30 de Octubre de 2012
Hoy fui al Instituto de Envejecimiento de la Pontificia Universidad Javeriana. El
objetivo es aplicar una entrevista semi-estructurada con Carlos Alberto Cano, un
experto sobre el tema de vejez y políticas públicas para la vejez.
Se observa que el entrevistado confirma los datos encontrados en el análisis
documental respecto a los conceptos de envejecimiento, vejez, transición
demográfica, envejecimiento activo, sistema de pensiones en Colombia, personas
mayores en situación de pobreza, y política pública de las personas mayores en el
país. En efecto, el envejecimiento se entiende como un proceso evolutivo que
acompaña al ser humano desde su nacimiento hasta su muerte; la vejez como una
etapa de la vida que puede clasificarse según la edad y que implica una serie de
cambios propios; el envejecimiento activo como un proceso que busca lograr
llegar a la vejez en las mejores condiciones, no sólo físicas y mentales, sino
también en lo referente a la participación que la persona mayor debe tener en su
entorno socio-cultural y político; con respecto a la transición demográfica, el
entrevistado confirma el dato referente a que Colombia se encuentra dentro del
rango de los países con una tendencia al envejecimiento moderada; referente a
las personas mayores en situación de pobreza, señala que existen factores que
pueden incidir en el logro o no del envejecimiento activo, dentro de los cuales se
encuentran factores inmodificables, relacionados con la herencia génetica, pero
sociales también, como la pobreza; al respecto, sostiene que a pesar de que
Colombia haya logrado amplias coberturas en materia de seguridad social –
especialmente en salud–, lo cierto es que tan sólo 1 de cada 4 personas tiene
acceso a una pensión, y que aquellas personas que no tienen pensión y reciben
subsidios, estos subsidios no alcanzan siquiera un sueldo mínimo mensual, lo que
definitivamente pone en riesgo y vulnera a esta población e incrementa los
problemas relacionados con las personas mayores; finalmente, referente a la
política pública de las personas mayores, señala que esta política representa un
74
avance significativo en la consolidación de respuestas integrales del Estado hacia
las personas mayores, porque se trata de una política que en su formulación fue
participativa e inclusiva, que tiene un enfoque de derechos, y que consolida un
gran esfuerzo político; sin embargo, no desconoce que la política necesita de un
sistema económico que la sustente y de recurso humano lo suficientemente
capacitado para que la implementación de la misma sea efectiva y satisfactoria.
Miércoles 31 de Octubre de 2012
Hoy me dirigí al Centro de Protección Social a la Persona Mayor Bosque Popular.
En el sitio me reuní con la directora, quien me corrigió que no debía decir adulto
mayor sino persona mayor, algo parecido me dijo la funcionaria de la subdirección.
Me comentó que las personas mayores participaron en la construcción de la
política, donde pidieron que no se les volviera a nombrar por viejitos o viejitas, ni
abuelitos ni abuelitas, puesto que estos nombres referencian un vínculo familiar,
entonces ellos mismos definieron que eran personas mayores, pues se trata de
que culturalmente se asuma esa nueva palabra. Sin embargo, reconoció que a
nivel político y a otros niveles todavía no lo han interiorizado, que todavía se
confunden en saber qué es adulto mayor, qué es persona mayor, y muchas veces
los nombran por viejitos o viejitas. Le pregunté si la política a nivel distrital tiene un
enfoque de derechos, y me respondió que tiene cuatro dimensiones que están
enmarcadas en los derechos fundamentales, que son el derecho al desarrollo, el
derecho a la participación, a la protección y el derecho a la supervivencia. Me
indicó que una dimensión es vivir sin humillaciones, la segunda es envejecer
juntos y juntas, es decir, al lado de sus hijos, de sus familias, de sus personas
referentes sociales. Me comentó que el centro es la última opción, pero la idea es
que vivan en su medio hasta el final. La tercera dimensión es vivir bien y como se
quiere. Me dijo que esas eran las cuatro dimensiones y que si se cumplen se está
realizando protección plena. Me dijo que la atención sebe ser entendida como un
ejercicio de derecho, y que no se trata de ningún favor personal, en tanto el centro
75
es del Estado, el cual tiene obligación con las personas mayores, obligación de
cuidarlos y protegerlos si no tienen una pensión, si no tienen una familia que los
pueda acoger, porque es obligación del Estado que los acoja y los acoja bien;
porque hay personas que trabajaron toda la vida de empleadas domésticas y el
día que no pudieron trabajar quedaron en “la olla”, puesto que económicamente ya
no produce, no tiene una familia que le acoja y no pudo hacer un ahorro ni una
pensión. Me informó que ese era un centro de protección social a las personas
mayores, donde se comienza el proceso de institucionalización, y donde el modelo
es que las personas mayores vivan como en su casa, como en vida familiar, este
es el fundamento del proceso de atención del centro. En consecuencia, las
personas mayores son respetadas, se les respeta su autonomía. Sin embargo, la
permanencia en el centro es temporal, porque después las personas mayores son
envíadas a centros de larga permanencia, para aquellas personas que deciden
quedarse institucionalizadas definitivamente. También pasa que las personas
llegan al centro “llevadas” y superan sus impedimentos físicos, y luego deciden
devolverse a sus hogares o sitios de hábitat, pero con un apoyo en la modalidad
de bono y se integran nuevamente a la vida social. O también la familia los puede
acoger nuevamente, o la familia supera una condición que impedía tener a la
persona mayor y vuelven a incorporarlo. Me comentó que se hace un trabajo
intenso con las familias en el centro para que no se desvinculen, sea que se
devuelvan o sea que continúen en el centro fortaleciendo toda la vida la parte
afectiva. Me dijo que la política pública de envejecimiento y vejez comenzó a
implementarse en Octubre de 2010, y que el centro tiene vigencia desde los años
80, como hogar geriátrico, pero la diferencia es que antes se atendía pero no
había política, que se trata de una política que apenas se está implementando. La
directora me pidió que entregara los resultados de la investigación como
contraprestación a la colaboración que me prestaron, y yo acepté claramente. Le
comenté que como tal la investigación no se trataba de una evaluación cuantitativa
porque esa metodología es más apropiada aplicarla al final de un programa,
donde resulta posible medir el impacto de los resultados, y que por el contrario la
76
investigación era cualitativa, de forma que se buscaba construir un breve
diagnóstico de cómo están funcionando las cosas alrededor de la implementación
de la política. La directora aceptó y me dijo que lo primero que debía hacer era un
recorrido por el centro para conocerlo y hablar con las personas profesionales del
centro para enterarme qué se hace allí, y después acordar el día de la aplicación
del grupo focal y la forma como se hará la retroalimentación de los resultados, de
forma que sirva de auto-evaluación al mismo centro. La directora me presentó a la
trabajadora social, a quien le expliqué cómo sería la aplicación del grupo focal. Les
comenté que una de las cosas que he observado es la posibilidad que tiene una
persona cuando llega a cualquier punto de atención de informarse de la política, y
por lo menos en la Localidad o en la Subdirección no hay información al respecto.
La directora estuvo de acuerdo y acotó que cómo usted dice que implementa algo
si ni siquiera lo interioriza ni tampoco lo socializa. También aclaró que en el centro
las personas mayores el libro como tal no lo tienen pero que de igual forma en la
atención se les comenta que llegan a la casa, que llegan al Bosque, y el Bosque
es del Estado, y el Estado les paga a los funcionarios para que sean bien
atendidos. La trabajadora social comentó que durante el proceso de
institucionalización, al final de cada mes, se hace una reunión de participación en
las casitas, de hecho, las personas mayores incluso las reclaman. En esta reunión
se tocan aspectos relacionados con la convivencia de ellos, aspectos relacionados
con por qué está faltando el transporte, por ejemplo, también se les informa sobre
las actividades. No es que las personas mayores reciten la política pública, pero sí
se han apropiado de unos espacios de participación específicos. La directora
comentó que la política se refleja en la cotidianidad, y que en el centro se trabaja
mucho en la cotidianidad. Me recomendaron que cogiera la cartilla de la política
pública y la desmenuzara en las prácticas cotidianas de los beneficiarios. La
directora comentó que en el centro se necesita apoyo, y que existe un programa
llamado redes, y que por eso no me cerraron las puertas, porque para el centro es
muy importante todo aquel que participe en el mejoramiento del mismo. La
trabajadora social nombró el concepto de “re-significación de prácticas”, un
77
concepto que invita a tratar a cualquier persona mayor con dignidad. Con la
trabajadora social me fui a hacer el recorrido por el centro. Me comentó que antes
era un albergue de niños de la calle. Me mostró la biblioteca. Le pregunté sobre
cómo hacían con las personas que no sabían leer, y me respondió que hay un
programa con los muchachos de los colegios que prestan servicio social y los
acompañan en ese proceso. Para las personas que no les gusta movilizarse
mucho de las casitas, los talleristas de lectura hacen su taller en la misma casita.
Le pregunté qué era la casita, y me respondió que es el lugar donde viven. Le
pregunté sobre tecnologías de la información, y me respondió que tenían una sala
de computadores que habían donado la empresa de teléfonos, pero ya no están.
Después me mostró el gimnasio, o, mejor, el sitio donde se les aplica a las
personas mayores terapias para su salud física. Me mostró la capilla. Le comenté
que deben ser muy devotos, y me respondió que la mayoría son católicos pero
que también hay de otras religiones. Me mostró un salón grande donde antes
quedaba el comedor general que ahora es el salón múltiple para festejos o
reuniones. Me mostró la cocina general, que no estaba en funcionamiento porque
la estaban re-modelando ya que la habían cerrado por problemas sanitarios. Me
dijo que el papel afirma que el centro es transitorio y que aproximadamente en 4
meses se debe evaluar si una persona se institucionaliza o no, pero lo cierto es
que hay casos de personas que llevan habitando el centro casi un año. El
comedor también quedaba en ese lugar, pero las personas que se desplazaban
muy lento llegaban al comedor cuando los alimentos ya estaban fríos, también se
caían o tropezaban cuando llovía, lo que condujo a que se desmontara ese
servicio, y se modificará, de manera que ahora los alimentos son llevados en
carritos hasta los comedores de las mismas casitas, y así puedan comer los
alimentos calientes, evitando accidentes e incluso problemas de salud, por
ejemplo, daños respiratorios, que eran recurrentes, ya que cuando las personas
mayores salían del comedor y se mojaban o recibían el frío en las tardes, eso los
enfermaba. La trabajadora social me informa que hay cinco casas, cuatro de
vivienda, con dormitorio y todo, a saber, la azul (#1), la anaranjada (#2), la verde
78
(#3), y la amarilla (#4); la casa restante es una casa de entretenimiento, en la cual
funciona un programa llamado Centro Día, donde hay un grupo de 100 personas
que vienen durante 4 días, las cuales se rotan en grupos de 25 personas, el lunes
vienen 25, el martes 25, el miércoles 25 y el jueves 25, de 8:30 a.m. a 4:00 p.m.,
los trate una ruta y esa misma ruta los devuelve. En esta casita de Centro Día hay
unas actividades ocupacionales según el interés de la persona mayor. Me dijo que
al centro han llegado alrededor de 6 u 8 personas campesinas, a las cuales les
gusta el trabajo con la huerta, por eso hay una huerta en el centro; también hay 3
jardineros, los cuales hacen el trabajo de arreglo de los jardines, la idea es
aprovechar lo que les gusta hacer a cada persona en beneficio de la misma
persona y de la comunidad. De hecho, las casas las ha pintado un señor que
habita el centro a quien le gusta actividades relacionadas con la pintura. Le
pregunté cómo hacían para identificar las preferencias de productividad de las
personas mayores, y me respondió que la terapista ocupacional hace un estudio
de la persona y según eso identifica dicha preferencia; también hay quienes dicen
no querer trabajar en nada, y se les respeta; también hay una persona mayor que
le gusta la carpintería, y ha hecho arreglos de madera en el centro. La trabajadora
social me mostró el salón de entretención, donde hay una sala de billar, y me dijo
que les gusta mucho jugar eso. Posteriormente entramos a la cafetería, que es
manejada por una persona mayor que también habita en el centro. Me comentó
que los ingresos de la cafetería son para volver a surtir o para invertir en el
funcionamiento del mismo centro; al respecto, me comentó que había un problema
con Secretaría de Integración porque no hubo presupuesto para financiar el
transporte de las personas mayores a centros de salud, entonces un Comité, el
cual está conformado por miembros de cada casita, es quien aprueba utilizar
dichos ingresos en el transporte de aquella persona que por medios propios no
puede auto-financiarse el transporte, u otro caso es que a una persona mayor la
EPS no le cubra algún medicamento, es decir, hay una redistribución de los
ingresos no sólo de la cafetería sino de la venta de otros productos, como los
productos de huerta, para beneficio de los miembros del centro, redistribución que
79
se encuentra sujeta a la participación y acuerdo entre las diferentes casitas.
Pregunté cuánta capacidad de albergue tiene el centro y me respondió que 130.
Me dijo que la Secretaría tiene 6 centros de convenio con 12 sedes, donde el cupo
es pagado directamente por Secretaría. Me comentó que, por ejemplo, los
llamaban del Hogar Nazaret de Chináuta y les dicen que falleció la persona mayor
X, entonces para que envíen un reemplazo, luego miran la lista y deciden a quién
le toca el turno y mandan a una persona mayor Y a un sitio de larga permanencia,
donde habita hasta el final de su vida. Me dijo que hay muchos casos de
abandono familiar. Posteriormente, me comentó que debido a la atención que
reciben las personas mayores, el margen de esperanza de vida se ha
incrementado, pues si una persona ingresa al centro con 60 años, y es remitido a
un lugar de larga permanencia, así sea con una patología de base, esa esperanza
de vida puede ser hasta de 10 años, lo que significa que la rotación en el centro es
menor, puesto que la movilidad del centro depende de que se mueran en el centro
o que se mueran en los lugares de larga permanencia. Después entramos a una
de las casitas donde hablamos con una señora, persona mayor, que me dijo que
había mucha gente pobre que no tenía nada, pero que menos mal ahora estaba
en un paraíso llamado Bosque Popular, porque eso era un paraíso, que la doctora,
trabajadora social, se preocupaba por el bienestar de ella. Me dijo que a los
hombres los abandonan más que a las mujeres, el centro siempre ha tenido más
hombres que mujeres. Me dijo que había personas mayores a las que no les
gustaban que les enviaran la ropa a la lavandería general, y por esa razón
subsisten unos lavaderos viejos, donde las personas tienen la posibilidad de lavar
su ropa si así lo desean. Los hombres y las mujeres viven dentro de las mismas
casitas pero separados. Después conocí los baños y la trabajadora social me dijo
que antes de 2010 eran horrorosos, eran horribles. Me comentó que el centro era
una cosa antes de Octubre de 2010 y otra muy diferente después de Octubre de
2010, que ahora nadie cree que eso es del gobierno. Entramos a la única casita
donde hay más mujeres que hombres, dentro de las cuales hay un grupo a las que
les encanta barrer, y se les deja. Me mostró el lugar donde se guardan los
80
medicamentos de cada persona mayor, y aclaró que cada persona mayor tiene
unos medicamentos específicos. Indicó que cada casita tiene dos alas, la parte de
los dormitorios y la parte del comedor. Efectivamente, conocí a una señora,
persona mayor, que le dijo a la trabajadora social que no le gustaba que le
llevaran la ropa a la lavandería general. Le pregunté si la alimentación tiene un
fundamento nutricional y me dijo que desde Junio lograron que se les enviara una
nutricionista; aclaro que hay una minuta preestablecida que la envía el nivel
central, pero antes de Junio la ración de alimento que se les enviaba a las
personas mayores era como para un niño, lo que generaba las manifestaciones
más horrorosas, que por qué tan poquito arroz, que quedamos con hambre, con la
nutricionista ya se logra una intermediación positiva para que la ración sea más
grande, y la alimentación mejore. Me mostró un cuarto especial para personas
mayores que forman una relación amorosa o marital, para que tengan un poco de
privacidad, como núcleo familiar. Me habló sobre el servicio social que van a
prestar los estudiantes de colegio; me dijo que hay muchos abandonados porque
no tuvieron nunca familia, porque la familia los rechazó, o porque las mismas
personas mayores deciden no vivir con sus familias; lo que se hace es que a cada
estudiante se le asigna una persona mayor, la cual es seleccionada por el grupo
de trabajo psico-social; el objetivo principal es mantener el estado de ánimo y
mental sano. Me dijo que en el centro ha habido un poco de todo, así como ha
habido personas estrato -0, también ha habido personas estudiadas; estuvo un
decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, un pianista que tocó
con Papo Luca, también que uno de los señores que me saludó es administrador
hotelero y es bilingüe. Después de terminar el recorrido, me hablo sobre varias
cosas. La primera fue que la idea es que las personas mayores participen si
quieren, pero hay cosas que tratan de hacerse un poco impuestas, como el
ejercicio, con el objeto de lograr salud física. La otra es que definitivamente era un
lugar horroroso, por ejemplo, que en la lavandería la persona mayor llegaba con
su ropa, pero la ropa era comunitaria, es decir, la usaban todas las personas,
desconociendo las tallas, entonces las personas se vestían con ropa muy grande
81
o muy pequeña. La resignificación de prácticas permitió cambiar esta práctica,
preguntándole a la propia persona cómo le gustaría vestirse. Las casas tampoco
se podían utilizar, las personas mayores salían a las 8:30 a.m. y hasta las 3:00
p.m. podían volver a utilizarlas; incluso las señoras del aseo tenían más poder que
las mismas personas mayores; las personas mayores se quedaban afuera todo el
día. Además, todo era pintado de blanco, porque Secretaría de Salud decía que
los hogares geriátricos no pueden tener otro tipo de colores, que por la limpieza y
otras razones. En cambio, la idea ahora es que la persona mayor esté como en su
casa, y en la casa la persona puede hacerse la curación en el baño, en la casa lo
pueden llevar al médico, y en la casa se puede tomar la pasta; de hecho, me dijo
que en el momento lo único que tenían habilitado es un consultorio médico que
funciona donde se encuentra el Centro Día. Pero lograr posicionar la idea de que
el centro es la casa de las personas mayores ha sido toda una pugna. Me dijo que
si la persona después de almorzar le dio sueño, tiene la posibilidad de acostarse
un rato, si se siente indispuesta, también se acuesta y descansa un rato, antes si
la persona estaba enferma le tocaba esperar en el patio. Otra diferencia es que
antes existía una casa, la casa amarilla, a donde iban los discapacitados, que se
separaban de los que no estaban discapacitados. El cambio consistió en empezar
a mezclarlos, con el objetivo de generar igualdad de condiciones, bloqueando esa
degradación clasificatoria según estado físico que funcionaba antes. Gente
pensionada no hay si no una sola señora, es una ex-profesora de la Universidad
Nacional que sufre un problema de alzheimer. La trabajadora social aclaró que en
teoría no deberían recibirla, pero es un caso especial transmitido por una
comisaría de familia porque el hijo la maltrataba mucho. También me dijo cómo
funcionan, a saber, tres trabajadoras sociales y dos psicólogas, pero hay dos
equipos completos, una trabajadora social y una psicóloga por cada dos casas;
hay una fisioterapeuta, una especialista en terapia ocupacional, una nutricionista,
tres talleristas; en cada casa hay seis personas fijas de enfermería, dos en la
mañana, dos en la tarde y una en la noche; los turnos son de 7:00 a.m. a 1:00
p.m., de 1:00 p.m. a 7:00 p.m., y de 7:00 p.m. a 7:00 a.m.; se evita cambiarlos de
82
lugar, porque las personas mayores los conocen y han establecido confianza con
el grupo de enfermería propio de su casa. Me dijo que antes la enfermería
funcionaba donde queda actualmente el Centro Día, y una sola enfermera repartía
los medicamentos de las 130 personas mayores, pero las personas recibían
muchas veces medicamentos que no les correspondía. Nuevamente, la
trabajadora social afirmó que en el centro se esfuerzan por crear las redes de
apoyo y solidaridad porque el buen estado del centro no se debe necesariamente
a que el Estado haya mandado la plata, ya que lo que se pidió en el 2010 todavía
no ha llegado. Le pregunté si los recursos los envía Secretaría, y me respondió
que sí, pero que como se trata de un proceso tan largo para lograr cualquier
aprobación, entonces esos recursos no llegan, llega una caja menor de
aproximadamente $2’000.000, pero con unos rubros específicos, con una
destinación específica. Me dijo que para cosas locativas llegan como $60.000; fue
así como para conseguir las pinturas con las que se pintaron las casitas, las
trabajadoras se fueron para un negocio de pinturas, hablaron sobre la entidad
donde trabajaban, argumentaron un poco de responsabilidad social, y lograron
conseguir los cunchos de las pinturas. Le pregunté que si existe falta de recursos,
y me respondió que sí. Después de finalizar el recorrido, nos encontramos
nuevamente con la directora, quien comenzó explicando que en la Secretaría hay
un equipo de contratación, de formulación de políticas públicas, de vigilancia y
control, la cual vigila todos los estándares de todos los servicios, vejez, infancia,
de todos los proyectos en general. Afirmó que el equipo del centro está
comprometido en materializar realmente lo que la política indica, desglosando las
funciones en trabajo social, acompañamiento psico-social, terapia ocupacional,
mantenimiento físico, buscando una interdisciplinariedad. Dijo que ella era la que
coordinaba, y que era educadora. Me preguntó qué era lo que más me había
llamado la atención y le respondí que las actividades productivas, a lo cual
respondió que esa era la casa de ellos, y que cada cual tiene la libertad de hacer
lo que más le gusta. Me dijo que incluso el mantenimiento del centro es realizado
por personas mayores que habitan el centro, y que como el imaginario que tiene la
83
gente es que las personas mayores son inválidas, eso se llama irrespeto, porque
si la persona tiene posibilidades de ayudar y tiene sentido de pertenencia, se les
tiene que permitir esa posibilidad. Agregué que desafortunadamente hay una
concepción pasiva de la vejez, y respondió que efectivamente así es, el
paternalismo o la satisfacción de necesidades básicas: coma, duerma y engorde.
La directora acordó cuándo iría a aplicar el grupo focal, y me recordó la
retroalimentación de los resultados de la investigación. También confirmó lo que
había dicho la trabajadora social, que durante esos dos meses no se pudo
comprar ni un dulce, que los recursos sólo alcanzan para fotocopias, que lo que
llega es muy poco, pero que afortunadamente el centro ha tenido muy buen
acogida de la gente, y la gente misma ha colaborado.
Se observa que el Centro de Protección Social gestiona prácticas específicas que
materializan un ejercicio de derechos basado en una idea de envejecimiento activo
y participativo. En este sentido, el Centro de Protección Social busca no sólo
asistir mediante la atención de necesidades, sino materializar en la cotidianidad el
bienestar de las personas mayores como parte de una estrategia de gobierno que
busca superar la mera asistencia pública. Las prácticas que gestiona el centro
concuerdan con los planes de actividades que propone Bill Thomas, tales como
sentirse parte de una organización o realizar las actividades que más le gustan a
la persona. En consecuencia, el centro no sólo cumple efectivamente los objetivos
que el PPSAM propone, sino que se esfuerza por afectar e impactar a largo plazo
la calidad de vida de las personas mayores, tal como lo establece la política
pública de personas mayores a nivel distrital.
Se observa falta de recursos para el funcionamiento del centro en general, es
decir, los recursos que envía la Secretaría no son suficientes. Para contrarrestar
esta situación, los equipos de trabajo del centro se esfuerzan para generar redes
de apoyo y solidaridad.
84
Viernes 02 de Noviembre de 2012
Hoy fui al Instituto de Envejecimiento de la Pontificia Universidad Javeriana. El
objetivo era aplicar una entrevista semi-estructurada con Rodrigo Heredia, un
experto sobre el tema de vejez y políticas públicas para la vejez
Se observa que el entrevistado tiene una perspectiva crítica respecto a la situación
del envejecimiento y las políticas públicas y programas sociales dirigidos a la vejez
en Colombia. En efecto, para el caso colombiano existen un conjunto de
realidades que complejizan el proceso de envejecimiento, a saber, es un país en
vías de desarrollo, menos del 20% de los ancianos tienen pensión, la mayoría de
personas no se han preparado para la vejez, un número muy importante de
personas tienen un bajo nivel de educación, a estas personas ya no les resulta
fácil conseguir empleo, y si lo consiguen, son empleos probablemente no muy bien
remunerados, dado que no tienen buen nivel de educación; estas realidades
definitivamente incrementan la vulnerabilidad de esta población porque crea una
clara incertidumbre respecto de qué van a vivir y cómo lo van a hacer estas
personas. Por otra parte, señala que cada vez cambian más los modelos de las
familias, pues si bien antes predominaba una familia muy nuclear, donde los
ancianos eran como patrones y los hijos obedecían, ese modelo se está
rompiendo, y los hijos están migrando, muchos fuera de Colombia, los que quedan
no quieren hacerse responsables de los padres fácilmente, o no están preparados
para serlo, y además el recurso económico no es tan alto. Finalmente, respecto a
las políticas y programas para la vejez afirma que se trata de entidades que
trabajan desarticuladamente, donde cada una busca cerrar su campo de acción a
otras, dinámica que se caracteriza por lucha de poderes y de recursos, lo que
definitivamente ha perjudicado crear estrategias institucionales a partir de las
cuales el Estado pueda intervenir coordinada e integralmente la problemática del
envejecimiento en el país. Entonces “el envejecimiento en Colombia es bastante
85
oscuro”, señala el entrevistado, porque ha habido falta de estrategias educativas y
de preparación individual y de la sociedad para saber cómo vivir la vejez.
Posteriormente, me dirigí al Centro de Protección Social a la Persona Mayor
Bosque Popular, que queda en el barrio Jardín Botánico. El objetivo era aplicar un
grupo focal con los beneficiarios de la modalidad de subsidio indirecto Centro de
Bienestar al Anciano o Centro de Protección Social a la Persona Mayor.
Se observa que muchos de los beneficiarios han sufrido accidentes que les han
causado incapacidades o enfermedades, las cuales impidieron continuar una vida
productiva. Adicionalmente, el factor de la edad, la familia y la pobreza, son
elementos que incidieron fuertemente para que estas personas cayeran en
situación de extrema pobreza o indigencia. En efecto, algunos de ellos eran
habitantes de calle antes de entrar al centro.
Se observa que el centro genera resultados coherentes con los del programa
PPSAM, pues efectivamente protege a la persona mayor del riesgo de la pobreza
extrema o la indigencia, lo cual se evidencia en la prestación de servicios de
alojamiento, vestuario y alimentación, es decir, la asistencia básica de
necesidades a corto plazo, y el consentimiento generalizado respecto al alto grado
de satisfacción de parte de los beneficiarios frente a este tipo de servicios. Sin
embargo, se puede observar que en muchos de los casos estos resultados
superan los objetivos propuestos del programa, y se transforman en efectos a
mediano plazo e incluso impactos en el largo, lo cual se evidencia con la
significativa superación física, mental y social de algunas personas; por ejemplo, la
excelente calidad en la prestación del servicio médico y de enfermería permitió
que en algunos casos la persona llegará muy enferma –en silla de ruedas, con
tanques de oxigeno, etc.– y actualmente se encuentre muy bien –caminando con
la ayuda de un bastón o sin la necesidad del tanque del oxigeno–. En el caso de
86
personas mayores en situación de indigencia, la persona no sólo es asistida en el
corto plazo sino involucrada en un proceso de re-socialización.
Se observa que efectivamente el equipo de trabajo que lidera el funcionamiento
del centro desde 2010 representa un antes y un después (antes y después de
2010). Este elemento permite inferir que a pesar de que los resultados están de
acuerdo a los objetivos del PPSAM, no necesariamente son producto del
programa, pues el programa se basa en un enfoque de riesgo y prevención de la
extrema pobreza y la indigencia con estrategias de intervención asistenciales en el
corto plazo, mientras que las estrategias del equipo de trabajo, basadas en gran
medida en la política pública distrital para la persona mayor, crean espacios y
estructuras de oportunidades propicias para el ejercicio del envejecimiento activo y
participativo de las personas mayores, lo que se evidencia en el discurso, pues los
beneficiarios del centro comienzan a percibir la exigencia de sus necesidades de
todo tipo como un ejercicio de derecho.
A continuación se presenta el registro fotográfico del grupo focal:
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88
Viernes 09 de Noviembre de 2012
Hoy me dirigí al Salón Comunal del Barrio Sevilla. El objetivo era aplicar un grupo
focal con los beneficiarios de la modalidad de subsidio directo –bono– de la
Localidad Antonio Nariño.
Esta reunión empezó con una oración, se aplicó el grupo focal, después de habló
de una asamblea de personas mayores que se realizó en la Localidad. A esta
asamblea asistieron alrededor de 700 u 800 personas, y estuvo presente el
alcalde de la Localidad, pero la funcionaria expresó su preocupación sobre algo
que sucedió en la asamblea, a saber, que la gente cree que recibir el bono es una
obligación, y que en la asamblea las personas mayores que participaron recibieron
el refrigerio y se fueron; adicionalmente, afirmó que la gente viene a los talleres
por cumplir, y que nadie quiso participar en un grupo de danza que se había
organizado con anterioridad. En consecuencia, una de las conclusiones de la
asamblea fue que es muy importante la participación de la persona mayor, y que
la idea era conformar un grupo de 260 personas del subsidio C que tenga
liderazgo dentro del Consejo Local. Una de la intervenciones de los beneficiarios
se refería que su deseo de participar pero que no ha podido por problemas
internos del grupo.
Se observa que algunos beneficiarios confirman que el valor del bono no es
suficiente, y que siempre quedan gastos por cubrir, lo que indica que
efectivamente la modalidad de subsidio directo –bono– no genera resultados
acordes a los objetivos del PPSAM, pues la persona, aunque en general
satisfecha y agradecida, siempre se ve expuesta al riesgo de extrema pobreza o
indigencia, especialmente aquellas con problemas de salud o discapacidad física,
pues aquellas otras que aún pueden producir ingresos adicionales, como el caso
del músico, pueden suplir esas necesidades insatisfechas que no cubre el bono.
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Adicionalmente, se observa que los operadores de la política buscan generar
espacios y oportunidades de participación, como la asamblea, pero por alguna
razón de incentivos, las personas mayores muestran conductas asistenciales,
donde prima el interés por la satisfacción de las necesidades en el corto plazo;
probablemente una evidencia de esto sea lo sucedido en la asamblea, donde
muchas personas mayores asistieron pero gran parte recibieron el refrigerio y se
fueron.
6.1.2. Entrevistas15
Viernes 26 de Octubre de 2012
Actividad: Entrevista semi-estructurada a funcionario del Consorcio Prosperar,
administrador fiduciario del Programa de Protección Social al Adulto Mayor.
Juan Carlos (entrevistado): “La Ley 100 de 1993 inicia el tema de seguridad social
integral. Dentro de ese tema de seguridad social integral se da tres cosas, el
sistema general de seguridad social en pensiones, el sistema general de
seguridad social en salud y el sistema general de seguridad social en riesgos
profesionales. Dentro del sistema de seguridad social en pensiones estaba el
régimen de prima media, el régimen de ahorro individual. Dentro de este régimen
se tenía contemplado que algunas personas tuvieran un subsidio que no tuvieron
digamos esa capacidad económica. Porque se supone que la pensión es
justamente para cuando una persona pierde la capacidad productiva y con el paso
del tiempo, o por una incapacidad permanente, se limita su capacidad de hacer
ingresos por sí mismo. Entonces por eso todo el tema de la pensión. Pero hay
personas que no tienen la capacidad para conseguir la pensión, entonces hay un
15
Tanto en la transcripción de las entrevistas como de los grupos focales el uso del signo (…) significa que se obvia esa parte del discurso porque no tiene que ver con el tema de interés o hay redundancia. Adicionalmente, hay frases que se organizan en la escritura, ya que en lenguaje hablado no son coherentes.
90
subsidio (…) Son personas que están en la indigencia o adultos mayores que no
cotizaron, no tienen cómo generar ingresos, y van a recibir un subsidio. Entonces,
eso que en su momento se pensó (…) Pero bueno, de qué se va a financiar,
porque se supone que tiene unas fuentes de financiación muy puntuales y por eso
en la práctica yo puedo recibir una pensión por riesgos profesionales, por
invalidez, o una pensión de vejez (…) Lo que no puede pasar es que del mismo
sistema uno pueda tener doble pensión (…) Entonces, pensando en las fuentes de
financiación de las cosas, la Ley 100, en el artículo… 23, crea una cosa, aparte de
todo esto, que se llama el Fondo de Solidaridad Pensional, que no es un fondo
pensional, o sea, el fondo no pensiona a nadie, es un fondo que va a dar unos
subsidios. Entonces a ese fondo, todas las empresas, que tengan ciertas
condiciones, tienen que aportar un porcentaje, por eso es que del sueldo le
descuentan un porcentaje que va a ir acá. Esas fuentes de financiación son los
ingresos acá. Es la platica que entra para financiar esto, de lo que las empresas
pagan (…) Eso como tal, el Fondo de Solidaridad, es una cuenta de la nación (…)
El Estado tiene varias cuentas, unas de las cuentas más grandes es el Fondo de
Solidaridad Pensional. Pero esa cuenta de la nación no tiene personería jurídica
propia (…) O sea, está inscrita a alguien. En su momento la Ley 100 le otorgó esa
responsabilidad al Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, en su momento, más
adelante llegó Uribe, fusionó trabajo con salud, entonces eso ya no era el
Ministerio del Trabajo (…) Después sería el Ministerio de Protección Social quien
mandaba ahí. Y las leyes y decretos van a ser sacados, en su mayoría, por el
Ministerio. Entonces esa cuenta aplica a ese Ministerio, ahora se llama Ministerio
del Trabajo. Ese Fondo, como eso es una cuenta, tiene dos subcuentas (…) Hay
una subcuenta que se llama subcuenta de solidaridad y otra que se llama
subcuenta de subsistencia. La que más interesa es esta última. ¿Por qué? Porque
de esta subcuenta –de solidaridad– (…) va a salir el Programa de Subsidio al
Aporte en Pensión (…) Este subsidio es para las personas que de acuerdo al
grupo poblacional en que se encuentren, trabajador independiente urbano,
trabajador independiente rural, madre comunitaria, desocupado, las personas que
91
son concejales pero en sitios muy apartados que son municipios que el concejal
no gana nada (…) Esto tiene que ver con unas mínimas semanas de cotización
(…) Son gente que no alcanzan a pagar el valor mínimo de la pensión por sí solos,
les queda muy duro, entonces qué es lo que hace, el Estado le dice, si tiene los
requisitos para esto, usted paga una pequeña parte y yo le pago el resto (…) El
tema que estás investigando, la raíz es todo el tema pensional, pero a la vez no
tiene nada que ver con el tema, es sólo para ver el origen de los recursos (…)
Porque la gente cree que esto es pensión, pero no, es un subsidio (…) Aparte de
todo, históricamente ha habido varias programas (…) Antiguamente el subsidio del
adulto mayor no lo manejaba el Consorcio Prosperar (…) Lo que son los
consorcios y las uniones temporales son entidades que se juntan, aunque como
tal no tienen personería jurídica, sino es que varias empresas se juntan y crean
otra, permiten que otra nazca a la vida para un contrato específico (…) Como tiene
una duración limitada en el tiempo, depende del tiempo del contrato, y, por
ejemplo, ahorita nuestro contrato va desde 2007 hasta este año. Eso qué implica,
eso no implica que el programa se acabe ni nada (…)”.
Camilo (entrevistador): “¿En serio? No, lo pregunto porque la política de vejez y
envejecimiento va de 2007 a 2019”.
Juan Carlos (entrevistado): “La política como tal –de vejez y envejecimiento– viene
desde acá, desde Gaviria, o sea desde los 90’s (…) Esta cuenta del Fondo, no la
puede manejar sólo el Ministerio (…) Entonces qué es lo que hace el Ministerio. El
Ministerio lo que hace es, por medio de contratos de encargo o contratos de
fiducia tienen una premisa. El contrato de fiducia parte de que hay alguien que
tiene una plata y tiene una idea, pero esa persona no puede hacer las cosas.
Entonces la persona que tiene esto, natural o jurídica, llama a un tercero para que,
oiga, yo quiero con esta plata que me haga esto, entonces esa persona va a hacer
que esto (…) entonces funciona más o menos como un poder, un poder es un
mandato (…) sino que este es un mandato específico, un mandato para que se
92
haga un contrato específico con un objeto específico. O sea con esa plata nada
más se puede hacer eso, no más. Entonces un consorcio tiene un tiempo definido
por eso mismo (…) No es indefinido (…) Entonces el Ministerio le dice a unos
terceros, por medio de licitaciones, las licitaciones es un proceso para escoger la
mejor oferta (…) Entonces se presentan varias propuestas, se escoge la mejor
(…) A partir del 2001 el Ministerio se lo entrega al Consorcio Prosperar (…) Hubo
un Consorcio Prosperar “1”, no se llama así, pero es para diferenciarlo del actual,
después hubo un Consorcio Prosperar Hoy, y después hubo un Consorcio
Prosperar, que es el actual, “2” (…) El Ministerio no le puede prorrogar
indefinidamente el contrato (…) La prorroga nada más la puede hacer por la mitad
del tiempo y valor del primero (…) En el Consorcio Prosperar Hoy trabajaron
muchas de las personas del Consorcio Prosperar 1, pero no todas (…) Esos
consorcios van a administrar el Fondo de Solidaridad Pensional (…) Aquí cuáles
son las entidades que nos dan vida, las que nos dio origen (…) Fiduciaria La
Previsora, Fiduagraria, Fiducentral (…) En el Consorcio Prosperar había la
Fiduciaria del estado, esa ya no está (…) Cada una tiene un porcentaje diferente
de participación (…) Todas son públicas, pero el Consorcio es privado. Nosotros
somos una entidad privada. Pero nuestro origen es del capital de fiduciarias del
sector público (…) Actualmente el Consorcio Prosperar tiene a su cargo el
Contrato de Encargo Fiduciario número 652 de 2007. Mediante este contrato de
encargo fiduciario el Ministerio contrató con nosotros para que administráramos el
Fondo de Solidaridad Pensional (…) que implica, grosso modo, que nosotros
recaudemos los dineros del fondo y que paguemos los subsidios. Pero
operativamente nosotros no podemos manejarlo todo (…) Entonces el PNAAM lo
manejaba el ICBF16 (…) Pero lo que se ha hecho es que se transformen –los
16
Una parte anterior a esta que no quedo grabada, pero básicamente lo que explicó el entrevistado fue que de la cuenta de subsistencia se financiaba el Programa Nacional de Alimentación al Adulto Mayor “Juan Luis de la Cuesta” y el Programa de Protección Social al Adulto Mayor. Explicó que el programa de alimentación lo manejaba el ICBF, pero que esa modalidad de subsidio está “muriendo”, la cual consistía en almuerzos preparados o raciones por preparar. Adicionalmente, indicó que en 2007, aproximadamente, se hizo una prueba piloto donde buscaba ofrecérsele al adulto mayor el subsidio integral, es decir, el económico y el alimentario, pero que no se continúo.
93
beneficiarios del PNAAM– a éste –PPSAM–. Porque como la mayoría tenían éste
o éste, pues metamos estos acá (…) Ya hay unas tres cuartas partes del país que
hicieron la transformación, falta una última cuarta parte (…) La idea es que de aquí
a Diciembre salga la normatividad específica para que la transformación sea total
con PPSAM (…) El Programa de Protección Social al Adulto Mayor. Este
programa tiene una población objetivo, las personas que durante toda su vida no
alcanzaron, no hicieron, no pudieron llegar a tener una pensión mínima de vejez. Y
que son personas tan pobres, tan pobres, que o viven solas, y no ganan ni
siquiera medio salario mínimo, o máximo medio salario mínimo, o si viven con la
familia, toda la familia no genera un ingreso mayor a un salario mínimo. De
nacionalidad colombiana, que son personas que han vivido en los municipios
donde están más de diez años, y que tienen un nivel de Sisben 1 ó 2. Son
personas muy pobres, y que ya han llegado al otoño de su vida y no tienen medios
para la mínima subsistencia, por eso se llama cuenta de subsistencia. Estas
personas entonces deben tener unos requisitos, edad, Sisben, nacionalidad, y
tiempo de permanencia en el municipio, mínimo 10 años, y los ingresos que no
superen el medio salario mínimo, que vivan solos, o si viven con las familias, que
no superen el salario mínimo (…) ¿Pero cómo opera? El PPSAM viene en dos
modalidades, una que es el subsidio económico directo y otra que es el subsidio
económico indirecto. El directo, ¿qué es lo que se hace? A las personas se les
gira cada dos meses el dinero”.
Camilo (entrevistador): “¿De cuánto es el valor del giro?”.
Juan Carlos (entrevistado): “Depende del municipio (…) Y el indirecto (…) son
casos que el Ministerio ordena (…) Centros de Bienestar al Adulto Mayor, donde
(…) en vez de darles dinero, se les da el equivalente del dinero al Centro por el
número de abuelitos que tiene (…) en servicio social, por ejemplo, el alojamiento,
la comidita (…) Ese subsidio depende del municipio (…) Por que al principio del
programa, el Ministerio le dijo a los municipios, bueno, presénteme proyectos,
94
esos proyectos los avalaba el ICBF, y el ICBF lo mandaba al Ministerio y el
Ministerio aprobaba el monto de acuerdo a la categoría del municipio. Porque no
es lo mismo Bogotá a Nariño o Túmaco, que son muy pobres, demasiado pobres”.
Camilo (entrevistador): “El ICBF ya no aprueba entonces”.
Juan Carlos (entrevistado): “No (…) A unos municipios se les dio más cupos que a
otros, por ejemplo, a Bogotá que se les va a dar los mismos cupos que a
Ramiriqui, Bogotá es una ciudad grande. Entonces también hay unos valores que
oscilan entre $40.000 y $80.000, dependiendo del municipio (…) Entonces el
municipio qué podía hacer, o darles más subsidios a menos personas, darle
80.000 a 10, o darle 40.000 a 20 (…) Mensual, pero el giro es bimensual (…) El
municipio inscribe, selecciona y prioriza a los viejitos (…) Después de haberlos
priorizado, ahí sí los remite al Consorcio para que se los ingrese a la base de
datos y cobrar el subsidio. Nosotros no más le giramos”.
Camilo (entrevistador): “En el caso de Bogotá son las Alcaldías Locales las que
funcionan a manera de municipios”.
Juan Carlos (entrevistado): “Sí, pero en el caso de Bogotá como es tan grande,
Bogotá tiene una cosa que se llama la Secretaría de Integración Social (…) Por
ejemplo Ramiriqui, tiene 200 viejitos pero sólo 100 cupos (…) ¿Qué es priorizar?
Unos van a tener prioridad de ser beneficiarios activos (…) Porque no es lo mismo
un viejito que tenga 60 años a uno que tenga noventa y pico, o una persona que
tenga un nivel Sisben 0, o una persona que viva en la calle, que ni siquiera medio
salario (…) A un viejito que la familia puede sostenerlo, igual por Constitución el
primer deber es de la familia, ya si la familia no puede, entra el Estado. Pero si la
familia tiene con qué, lo siento, si la persona se muere, entonces ya, perdiste el
subsidio (…) Si se comprueba que diste información errada, pierdes el subsidio
(…) La Alcaldía decide quién entra y quién no (…) Nosotros nada más le giramos
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a quienes nos dice el municipio. Nosotros administramos los recursos. Los
recogemos y los enviamos a una destinación específica (…) Como sistema de
control, el Ministerio nos dice, mire, mándenos su base de datos de beneficiarios
(…) y el Ministerio llega y lo cruza con su base, para ver quién está en el
FOSYGA, o sea, quién recibe pensiones, quién está en salud (…) Cruza la
información y, entonces, oiga, esa persona tiene una pensión, si tiene una pensión
gana un salario mínimo, oiga esa persona está en el régimen contributivo no en el
subsidiado (…)”.
Camilo (entrevistador): “¿Cómo se articula el PPSAM con los proyectos que
ejecutan las Alcaldías Locales?”.
Juan Carlos (entrevistado): “El año pasado hubo elecciones, hubo cambio de
Alcalde. Como entra una nueva administración, hasta ahora están aprendiendo
cómo hacer las cosas (…) Dos, a veces no tienen idea que el programa funciona,
simplemente mandan las solicitudes al Consorcio (…) Pero simplemente no saben
de la existencia del programa porque no hay un interés (…) Porque este es un
programa nacional pero a nivel local lo cambian, sí? Para adulto mayor, para
adulto indigente, para madre cabeza de familia (…) Muchas veces el tema no lo
conocen los coordinadores del programa porque no son abogados, y es un tema
muy jurídico (…) Ellos sólo saben la parte operativa (…) No, nosotros mandamos
la solicitud de los recursos y de acuerdo a eso organizamos los subsidios (…)
Pero realmente nosotros como Consorcio no podemos capacitar todo el país (…)
Por ejemplo acá a nivel Bogotá, es tan grande la ciudad, que la Alcaldía tiene la
Secretaría de Integración Social (…) Que es la encargada de eso (…) Usted ve
que en los barrios hay comedores comunitarios, todas esas cosas, sí? (…)
Entonces cada municipio tiene muchos programas”.
Camilo (entrevistador): “¿Cómo cree que este programa ha impactado el país?”.
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Juan Carlos (entrevistado): “Ha cambiado (…) Te voy a hacer un comentario, tú te
pones a mirar con documentos, no porque yo lo diga, con documentos, cuándo se
ha estructurado más el programa y cuándo se ha ampliado más las coberturas (…)
Vino a ser desde 2002 de para acá. Por ejemplo, el manual operativo del
programa (…) el documento que dice cómo tiene que hacer usted las cosas fue de
2004 (…) Busque otro manual operativo que le diga cómo hacer las cosas (…)
Toda la normatividad sobre el adulto mayor comienza a funcionar desde 2003-
2004 (…)”.
Martes 30 de Octubre de 2012
Actividad: Entrevista semi-estructurada a experto del Instituto de Envejecimiento
de la Pontificia Universidad Javeriana.
Carlos Cano (entrevistado): “Aquí somos varias personas que trabajamos o hemos
trabajado con política pública. Por lo menos en Consensos hicimos un Estado del
Arte de la política pública en Bogotá y luego la Javeriana hizo un contrato por
concurso, ganamos en una convocatoria al Ministerio de hacer la plataforma para
la política pública que actualmente está vigente (…)”.
Camilo (entrevistador): “¿Qué se entiende por envejecimiento?”.
Carlos Cano (entrevistado): “Entonces mi nombre es Carlos Alberto Cano
Gutiérrez, soy médico geriatra, soy el director del Instituto de Envejecimiento de la
Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana. El proceso de envejecimiento
se considera un proceso evolutivo en el cual desde el nacimiento hasta la muerte,
van ocurriendo unos cambios que llevan a este envejecimiento. Y el
envejecimiento pues es un concepto dinámico que puede verse desde el punto de
vista poblacional (…) Se habla también de un envejecimiento individual del ser
humano como tal, que conlleva estos cambios que hemos dicho en la parte del
97
organismo, en la forma de cómo actuamos, en la forma tanto física y mental, y
pues que viene acompañado de todo un proceso de experiencia y aprendizaje”.
Camilo (entrevistador): “¿Por vejez?”.
Carlos Cano (entrevistado): “Vejez es un estado de la vida, del ciclo vital, donde se
llega al final (…) Hay desde luego diferentes enfoques o autores, ¿no? Hay una
persona que se llama Erick Levinson que maneja el concepto de ciclo vital (…)
Pero Levinson lo divide en el aspecto físico y mental y lo clasifica en dos
conceptos numéricos que pueden ser de utilidad, como por ejemplo el viejo joven,
que es una persona que va de los 65 años a los 79 años (…) y el viejo o muy
viejo, que es el mayor de 80 años, y cada uno de ellos posee unas características
descriptivas, básicas y totales. Por ejemplo el viejo tiene ya más conceptos de
evolución, de resignación, de experticia, que lo llevan a tener una actitud ante la
vida distinta, cosa diferente al viejo joven, de 65 años, donde tiene una
problemática más dirigida hacia el autocuidado, a aprender de salud, a estar
mejor, puede envejecer sanamente, entonces realmente son conceptos distintos,
¿no?”.
Camilo (entrevistador): “¿Y envejecimiento activo?”.
Carlos Cano (entrevistado): “El envejecimiento activo es un concepto de la
organización mundial de la salud, que lo ha ido modificando en la medida que han
pasado los años. Tiene como objetivo llegar a la vejez en las mejores condiciones
posibles (…) Desde el propio concepto inicial, que era el envejecimiento saludable,
donde estaba muy orientado hacia la medicina preventiva (…) Y nos enseña a
tener desde jóvenes ese estilo de vida que nos llevará a tener una vejez muy
saludable (…) Hasta el concepto actual que es envejecimiento activo y
participativo y que creo que incluye mucho más (…) Donde no solamente es llegar
a la vejez teniendo situaciones de acciones y responsabilidades ante la familia,
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ante la sociedad, ante la comunidad, sino también participando de las decisiones,
participando de la propia elaboración de la política pública, y sus particularidades,
creo que ambos siguen siendo modelos importantes de seguir y de copiar. Sin
embargo pues también hay un enfoque más de discapacidad o de envejecimiento
no tan activo, no tan saludable, que es la enfermedad, como tal. No es lo mismo
pensar que alguien tiene 60 años y tiene unas posibilidades muy bajas de tener un
alzzaimer, a modo de ejemplo, donde llega más allá de un uno por ciento, a atener
90 años, donde las posibilidades de tener una demencia pues cercanas al 50%.
Claro, no podemos cerrar los ojos y pensar que necesariamente el envejecimiento
es ausencia de enfermedad”.
Camilo (entrevistador): “¿Hay condiciones contextuales que inciden en lograr un
envejecimiento activo?”.
Carlos Cano (entrevistado): “Hay muchísimas. En especial hay dos: 1. Contextos
no modificables, que tienen que ver con la genética, con la herencia, con la propia
edad, con el propio género, hay situaciones que son más de los hombres y otras
que son más de las mujeres, eso es inmodificable. Y hay otras que son
modificables. Como por ejemplo estilos saludables de vida como hacer ejercicio,
una dieta balanceada, unos hábitos sanos, de no fumar, de tener un consumo
calórico acorde a la edad, y de hacer prevención, está lo ambiental, la ocupación
del tiempo libre, dormir las horas adecuadas, tener acceso a los servicios públicos,
de agua, luz, teléfono, alcantarillado, transporte público, acueducto, y un gran
etcétera que son conceptos de bienestar social (…)”.
Camilo (entrevistador): “¿La pobreza es un factor de riesgo para el envejecimiento
activo?”.
Carlos Cano (entrevistado): “Por supuesto (…) En la medida en que la población
tiene menos acceso a todo esto que hemos hablado, pues tiene más problemas
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(…) Y pues tiene menor expectativa de vida, tiene más enfermedad, y por
supuesto peores situaciones, situaciones de mayor discapacidad, y por supuesto
ante la inequidad de los países, cualquiera que sea, donde hay grandes
diferencias entre los más ricos y los más pobres, pues esa brecha hace que se
presenten situaciones no sólo tangibles sino intangibles, que conllevan a la
inconformidad, a estados de irritabilidad, incluso depresión y situaciones de ese
estilo (…) Si la cantidad de personas pobres es grande, hay que mirar cómo
beneficiarlos, dadas esas diferencias tan grandes y tan injustas del envejecimiento
como tal”.
Camilo (entrevistador): “¿En Colombia cómo percibe la situación referente al
envejecimiento?”.
Carlos Cano (entrevistado): “Yo veo que en Colombia hay una situación que no es
ajena al mundo. El proceso de envejecimiento es un fenómeno universal nunca
antes visto. La transición demográfica es parte de ese proceso de envejecimiento.
Porque la transición demográfica es pasar de una población joven a una población
más envejecida. Existen tres tipos de transiciones demográficas. Las de alta
aceleración, las de moderada aceleración y las de baja aceleración. Colombia está
en el grupo de los moderados, al punto de que hoy en día la población mayor de
60 años es más del 10% al 2012. Y las proyecciones en los próximos 15 a 20
años, pues son muy aceleradas y esta población puede subir a un 13 ó 15%, por
lo cual si comparamos eso con la disminución de la tasa de natalidad de la
población infantil, ha disminuido y sigue disminuyendo de una forma importante, la
población adulta mayor que además no se muere, porque sus expectativas de vida
aumentan, las mujeres en 77-78 años, y los hombres por encima de los 70-72
años, pues eso hace que el país se vaya envejeciendo, pero además con unas
connotaciones de carácter social, ¿no? Como es por ejemplo, en Colombia tan
sólo 1 de 4 personas tienen una pensión al llegar a esa edad, y eso es
profundamente inequitativo, diferente con otros países, países como Ecuador,
100
como Bolivia, pues están muy por encima de nosotros y otros países como Chile,
países como Argentina y Brasil tienen coberturas por encima del 80 y 85% de
población con una pensión en la vejez. Colombia, como le digo, estamos en un
23%. Con una situación peor, y es que la población juvenil que debería estar
contribuyendo al sistema de pensiones tampoco lo está haciendo. Entonces el
futuro de esa generación joven, que es la que debería estar cotizando para su
propia vejez, tampoco lo está logrando. Entonces realmente esa es una
problemática económica grande para el país. Y tiene que llevar, por supuesto, a
situaciones dramáticas y que no puede ser manejable de una forma tan sencilla,
tiene que haber una intervención del Estado, cuando hablamos por ejemplo de las
personas mayores de 60 años en condiciones de pobreza y no tienen una pensión
siquiera de un salario mínimo, pues evidentemente hay que hacer algo, y el
Estado de hecho lo intenta hacer. Uno de los proyectos de la actual reforma
tributaria es poderle dar a un número X, porque no conozco bien la cifra, de
personas en esas condiciones, que no están pensionadas, un valor cercano a los
$90.000 mensuales, o algo más, pero son cifras que están muy por debajo del
salario mínimo mensual, y que son acciones que van a ayudar, pero desde luego
no van a quitar la situación de pobreza de un grupo muy frágil (…) Haciendo una
salvedad, que la población que hemos denominado del Baby Boom es una
población que tuvo una explosión demográfica muy marcada después de los años
50’s y hasta los años 90, pues es una burbuja, una barriga enorme de nuestra
pirámide poblacional que está empezando a entrar en su parte inicial hacia la edad
de 60 y más años, es decir, de hecho la población ya tiene 72 años a la fecha, y
esa población es una gran barriga de la pirámide poblacional que va a llevar a
inundar las cifras de los adultos mayores y por supuesto a incrementar la
problemática social que ellos conllevan, a no tener pensión, a no tener seguridad
social, algunos de ellos, aunque también hay que ver que la seguridad social en
Colombia, mal o bien, ha logrado coberturas muy importantes por encima del 90%,
y que también eso es bueno para un sistema, ya sea del régimen contributivo o del
régimen subsidiado (…) Estamos también en una situación de coyuntura dado que
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al 31 de Diciembre de este año se acaba el régimen de transición, que eran
personas que habían cotizado al sistema de seguridad social y que tienen que
optar por pensionarse a una edad de 55 años en las mujeres, y en los hombres a
los 58 años, algo así. El resto de personas tendrán que contribuir y llegar a las
edades que se están programando o están dispuestas a cumplirse a partir del año
entrante. Otra cuestión importante es el tema de minorías en el país, donde existe
una diferencia de género a la edad de pensión. Las mujeres se siguen
pensionando antes que los hombres, siguen viviendo más que los hombres, que
conlleva a una problemática política, porque implica unas cargas pensiónales más
altas hacia las mujeres que hacia los hombres (…) La política pública como tal
pues desde luego, el Ministerios de Protección Social tiene una Ley de política de
envejecimiento y vejez, que de alguna manera ha dado las bases importantes.
Insisto en que esa política pública si usted la lee bien, la plataforma que planteó la
Universidad Javeriana (…) dio las bases para esa política pública. Sin embargo,
pues el problema de esa política pública es la implementación de la misma. El
Ministerio y el área específica de vejez y envejecimiento están haciendo una lucha
titánica por lograr una implementación adecuada y por supuesto poderla asegurar
a un sistema económico que la pueda soportar, llámese un CONPES, o llámese
un documento, bajo planeación nacional, que le pueda signar los recursos
necesarios para la implementación de esa política pública para que desde luego
se convirtiera en una ley asegurada, como la ley de infancia y adolescencia, pues
desde luego daría unas bases y unos soportes mucho más fuertes a la
implementación de la misma”.
Camilo (entrevistador): “¿Esta política tiene un fuerte componente de derechos?”.
Carlos Cano (entrevistado): “Claro porque está basada en cinco pilares, no los
recuerdo bien ahorita, y esos pilares se han logrado por participación ciudadana,
es una política de participación, y que es el resultado también de la intervención
gremial y de la intervención de los grupos implicados, tiene esa connotación y
102
tiene enfoques obviamente de derechos, obviamente de dignidad, conceptos de
cumplir la Constitución, pero además el derecho a la salud, el derecho a la parte
de la recreación, y por supuesto a la capacitación del recurso humano o de las
personas que se están formando para dar una asistencia mucho más integral,
llámese cualquiera de las áreas, salud, social. Es una propuesta incluyente, dentro
de la sociedad, dentro de la familia (…) Colombia tiene familias actualmente más
nucleares, y los ancianos siguen teniendo un protagonismo importante, de hecho,
tan sólo el 1% de la población adulta mayor vive en instituciones como hogares
geriátricos, si comparamos con países, digamos del mundo desarrollado, donde
esos porcentajes pueden ir dentro de un 10 y un 20%, en Colombia pues tenemos
tan sólo un 1% (…) El resto está viviendo en comunidad, familiares o amigos, pero
dentro de una sociedad (…)”.
Viernes 02 de Noviembre de 2012
Actividad: Entrevista semi-estructurada a experto del Instituto de Envejecimiento
de la Pontificia Universidad Javeriana.
Rodrigo Heredia (entrevistado): “Mi nombre es Rodrigo Heredia, soy médico
geriatra. Soy profesor de la Universidad Javeriana y coordino el post-grado de
Geriatría. Estudié Geriatría en la Universidad Nacional”.
Camilo (entrevistador): “¿A qué se dedica la geriatría?”.
Rodrigo Heredia (entrevistado): “La geriatría es una rama de la medicina que se
encarga de la atención integral al anciano en los contextos clínico, mental,
funcional y social, y busca racionalizar los recursos, buscando la mejor
intervención al anciano”.
Camilo (entrevistador): “¿En qué se diferencia de la gerontología?”.
103
Rodrigo Heredia (entrevistado): “La gerontología es la ciencia que estudia el
envejecimiento en general del ser humano, y el envejecimiento también tiene
varios aspectos, la antropología, el aspecto social, sólo una de las partes de la
gerontología se encarga de la parte de salud, entonces nosotros nos encargamos
de la parte de salud”.
Camilo (entrevistador): “¿Cómo percibe el proceso de envejecimiento en
Colombia?”.
Rodrigo Heredia (entrevistado): “El proceso de envejecimiento está presentando
rápidos cambios en Colombia dados por los impactos que han sucedido,
principalmente en salud, el advenimiento de los antibióticos, el control más rápido
de enfermedades oncológicas (…) ha hecho que la población viva más. Entonces
el hecho de que la gente viva más trae una serie de situaciones como, por
ejemplo, de qué van a vivir, cómo van a vivir, cómo van a mantener un buen nivel
o calidad de vida. Entonces, hay unas realidades para Colombia. Una realidad es
que es un país que está en vías de desarrollo, una realidad es que un número muy
importante de personas tienen un bajo nivel de educación, casi la mayoría no se
han preparado para la vejez, entonces si uno no se ha preparado desde joven,
qué va a ser de sus últimos años, de su vejez (…) hace que pueda tener mayor
vulnerabilidad la población. Otra realidad es que menos del 20% de los ancianos
en Colombia tienen pensión, entonces de qué van a vivir esas personas, ya no les
es fácil conseguir empleo, si les dan empleo, pues son empleos probablemente no
muy bien remunerados, dado que no tienen buen nivel de educación, y cada vez
cambia más los modelos de las familias. Antes era una familia muy nuclear, donde
los ancianos eran como los patrones, los hijos obedecían, ese modelo se está
rompiendo, y los hijos están migrando, muchos fuera de Colombia, los que quedan
no quieren hacerse responsables de los papás fácilmente, o no están preparadas
para serlo, y además el recursos económico no es tan alto. Entonces el
104
envejecimiento en Colombia es bastante oscuro, diría yo, porque ha habido falta
de estrategias educativas y de preparación individual y de la sociedad para saber
cómo vivir la vejez”.
Camilo (entrevistador): “¿Cómo ve las políticas o programas para la vejez en el
país?”.
Rodrigo Heredia (entrevistado): “Yo lo que veo es que el Estado tiene una serie de
unidades de atención al anciano que no trabajan muy articuladamente, sino que
cada una hace acciones muy separadas (…) La Alcaldía Mayor tiene unas
actividades dirigidas al anciano, el IDRD tiene otras, hay una oficina que hace
parte de la Secretaría con otras actividades, pero no se comunican entre ellas, y
cuando uno va a ver, reúnen a los ancianos en un estadio, los ponen a hacer
ejercicio por seis horas, y se pregunta uno: ¿por qué no se hacen otras
intervenciones de más impacto? No solamente ir y moverlos sino también algo de
salud, saberlos identificar, la educación, en la parte nutricional, en la parte
recreativa, de una forma integrada, pero parece que cada grupo que se va
creando es una lucha de poderes, yo hago este pedacito y no se meta conmigo.
Yo pienso que también es un problema que consiste en que el conocimiento de
cada grupo es muy limitado, si yo soy sólo gerontólogo, sólo me dedico a esa
parte, pero el IDRD, como yo sé de ejercicio físico, diseño un plan de sólo ejercicio
físico en el anciano, pero que no involucra saber cómo unir las actividades y que
fueran de mayor impacto (…) Entonces hay luchas de poderes, pero debajo de la
lucha de poderes hay luchas de dinero, claro porque hay unos rubros que les da el
gobierno para que manejen esas cosas. Entonces pienso que debería una política
realmente global que integre esas situaciones y que facilite una buena distribución
tanto de los dineros como de las intenciones que tiene la gente de ayudar al
anciano. Por ejemplo, en México se generó, tratando de organizar esto, el Instituto
Nacional de Envejecimiento, el cual buscó organizar todas las entidades que
estuvieran sueltas, con un ente superior que las conociera y las organizara, para
105
decidir cuáles iban a ser las nuevas directrices de atención al anciano, eso parece
ser que ha generado una muy buena organización y que se potencien el trabajo de
cada uno de estos equipos, entonces creo que es un buen ejemplo para observar
si es aplicable o no”.
Camilo (entrevistador): “¿Puede considerarse la política nacional de
envejecimiento como un avance?”.
Rodrigo Heredia (entrevistado): “Sí, yo pienso que esas intervenciones lo que
buscan es evitar la fragmentación, y consolidar unos objetivos a cierto tiempo, lo
que he entendido es que se colocan objetivos a 5 ó 10 años, que se vayan
alcanzando, y lo que interesa es que el gobierno que esté de turno le interese para
que le dé el empujoncito y funcione”.
Camilo (entrevistador): “Finalmente, ¿cómo ve la salud para los ancianos y
ancianas en el país?”
Rodrigo Heredia (entrevistado): “Creo que la Ley 100 no es perfecta, pero por sí
misma ha logrado cobertura, entonces al aumentar la cobertura, que ahora no es
total al 100%, pero sí mejoró la cobertura, sea como sea, en subsidiado o
contributivo, la persona anciana está protegida por un servicio de salud. Ahora,
que si sea de alta calidad, pues no lo hemos logrado, realmente el servicio de
salud en Colombia al masificarse ha perdido calidad, y lo que se debe buscar son
estrategias para que haya una medicina del anciano, no una medicina para todos,
Por ejemplo, en Pediatría es muy claro que hay estrategias de cuidado nutricional,
de desarrollo, de evitar el maltrato, hasta legislación que hace que el niño esté
bastante protegido, en esa área se ha avanzado mucho. En el adulto, pues ese
tiene capacidad de expresarse y de exigir por sus derechos, pero el anciano es
una población vulnerable y heterogénea, es heterogénea porque, primero es muy
extenso ser viejo, porque va desde los 65 años hasta 100 ó más, entonces es muy
106
diferente ver o atender una persona de 70 años que a alguien de 90 años, y
también es muy diferente verlo si está sano o si es vulnerable, o si está con una
gran cantidad de enfermedades, que se les llama paciente geriátrico, o si está en
una enfermedad terminal; entonces cuando uno mira todo ese espectro, la
atención del anciano es muy diversa y exige diferentes tipos de habilidades (…)”.
6.1.3. Grupos Focales
Sábado 27 de Octubre de 2012
Actividad: Grupo focal a beneficiarios de subsidio indirecto –alimentario– Comedor
Comunitario Localidad Antonio Nariño.
A la pregunta de cómo llegó al programa (comedor), el señor Alfredo de los Reyes
Escorcia, identificado con C.C. 19063756 de Bogotá, con 64 años de edad,
respondió: “A mí los requisitos que pidieron es el nivel del Sisben (…) Del nivel 1.
Un recibo de los servicios donde vive y fotocopia de la cédula”. A la pregunta de
cómo le ha parecido el programa (comedor) responde: “Pues para mí ha sido muy
buena, no sé para los demás (…) Las niñas muy queridas, muy atentas (…) La
comidita muy buena, sí para qué (…) Que he escuchado a un poco de
compañeros que se han quejado, pero no tengo nada que decir (…) Lo que pasa
es que hay gente floja que les da pereza traer los papeles a las 7:00 a.m., y esos
son los que se quejan”. A la pregunta de si conoce sus derechos (política pública)
responde: “No…”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa, el señor Víctor Hugo García,
identificado con C.C. 2869136, con 80 años de edad, responde: “Yo que pago
arriendo y eso, el subsidio nos favorece (…) A mí me ha servido esto (…) Hay
unos que no se han tomado ni una aguapanelita (…) Yo no tengo quejas…nada”.
A la pregunta de cómo llegó al programa responde: “Sí, fotocopia de la cédula y
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Sisben”. A la pregunta sobre si conoce sus derechos (política pública) responde:
“¿Cómo así hermano? (…) Aja, cómo es (…)”. Comenta: “Yo no figuro en el
sistema (Sisben), y no tengo Sisben, ya me hicieron la encuesta y eso sí que se
demora seis meses pa’ darle una cita a uno (…) Entonces ahí es donde viene,
estoy pasando la cuestión a ver que para una pensión y me piden ese papel y por
eso estoy aguantando porque vengo desde el 94 (…) ese no me sirve, pero ese
me lo recibieron aquí (…) Ya me hicieron la encuesta, la visita, pero no me ha
salido todavía, me dijeron que por ahí si acaso en Febrero (…) El programa lo que
tiene malo es eso, póngale cuidado que lo mandan a uno para una EPS y eso son
unas filas, así madrugue uno, trasnoche, lo que sea no (…) Eso sí está malo lo de
la salud, sí, eso sí está malo”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor), el señor Benedicto
Castillo Castillo, identificado con C.C. 17027965, con 75 años, responde:
“Pues…normal, sí bueno (…) Me da igual (…) No pues hasta ahora bien porque
qué más, a caballo regalado nunca se le miran los dientes (…) No, pero pues uno
tiene que ser agradecido en la vida”. A la pregunta de cómo ingresó al programa
(comedor) responde: “Fotocopia de la cédula y Sisben”. El señor comentó que
hace mucho vivió en el Sumapaz y que por ahí cerca se crearon las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, las cuales han sido mitigadas no por el
gobierno sino por las Autodefensas Unidas de Colombia o paramilitares en
general. Comenta que el país podría asegurar una seguridad alimentaria pero que
el conflicto armado interno no ha dejado vivir a la gente tranquila en los campos.
Afirma que la burocracia en el país se financia con los muertos del pueblo.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor) la señora Berta
Cañón, identificada con C.C. 41759603, con 60 años, responde: “Regular”. A la
pregunta sobre cómo ingresó al programa (comedor) responde: “Fotocopia de la
cédula, número de Sisben, un recibo de la luz”. Comenta: “Sólo recibo el
108
almuerzo, no el bono”. A la pregunta sobre si conoce sus derechos (política
pública) responde: “No”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (servicio) el señor Tito
Montenegro, identificado con C.C. 2876994, con 74 años, responde: “Bueno”. A la
pregunta sobre si conoce sus derechos (política pública) responde: “Claro (…)”.
Comenta: “Pues yo opinaría mejor recibir el bono que el almuerzo (…) Por qué esa
vaina tan rara, pagar uno arriendo, pero no alcanza (…)”. El señor comenta que le
gustaría recibir el bono también porque deben pagar otros gastos como arriendo y
servicios públicos, pero si recibe el bono para pagar dichos servicios, entonces no
recibe alimentación.
A la pregunta sobre cómo llegó al programa (comedor), el señor Alirio Bermúdez,
identificado con C.C. 19286674, con 56 años, responde: “Puntaje del Sisben, y las
preguntas, una entrevista”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa
(comedor) responde: “Pues bien realmente, para qué se va uno a quejar”. A la
pregunta sobre si conoce sus derechos (política pública) responde: “Sí”. Comenta:
“Si me dieran el bono pues sería bueno” (…) “Hay unos que tienen el bono y el
alimento pero yo no lo tengo” (…) “Claro que sale como en lo mismo recibir el
bono o el almuerzo, porque el valor es lo mismo”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor), el señor Armando
Acosta, identificado con C.C. 427098, con 76 años, responde: “Como es regalado
(…) Sí, claro toca”. A la pregunta sobre cómo llegó al programa (comedor)
responde: “La fotocopia de la cédula, el carné y recibo del servicio de la casa”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor) el señor Armando
Elías Garzón, identificado con C.C. 19229566, con 58 años, responde: “Para mí,
no tengo nada que decir (…) Yo vivo muy agradecido con la comida (…) La vez
pasada le dije a la doctora, como yo soy vendedor ambulante, yo por la mañana
109
desayuno por ahí una arepita, el almuerzo, y por las noches ahí veces una sopita y
un tintico y a dormir (…) Aquí dan el sólo almuerzo (…) Les agradezco mucho (…)
Había una palabra (…) Ni aún la gentileza vale donde hay pobreza”. A la pregunta
sobre cómo llegó al programa (comedor) responde: “El carné del Sisben”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor) el señor Luis Antonio
Pavón, identificado con C.C. 19109638, con 64 años, responde: “Bueno (…) El
bono no, yo preferí el alimento mejor (…) Mire tengo mi suegro también (…) le dan
creo que 120 o 130 cada dos meses, creo que la ley dice que cada mes, bueno no
sé, él está ubicado en Melgar, y tiene su alimentación, y con el perdón suyo, con
todo respeto, mire, fui a hacer la solicitud del bono y me lo negaron (…) Entonces
un día (…) la desesperación del hambre (…) Eso fue el año pasado (…) Yo haga
esto y esto, y me dieron lo del almuerzo, y aquí estoy, no tengo quejas de nada, sí
yo sí soy agradecido, hay personas que reniegan y ahí sí no estoy de acuerdo,
porque si no le gusta, ¿a qué vienen? (…)”. A la pregunta sobre cómo llegó al
programa (comedor) responde: “Me exigieron recibo de salud y la cédula”. A la
pregunta sobre si conoce sus derechos (política pública) responde: “Poco…poco”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor) la señora María
Sagrario Martínez, identificada con C.C. 20624007, con 64 años, responde: “Yo
hasta hora llevo cuatro días (…) Bien, bien, las señoritas muy tratables”. A la
pregunta sobre cómo llegó al programa (comedor) responde: “Me exigieron recibo
de mi casa (…)”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor), el señor Gonzalo
Romero Sánchez, identificado con C.C. 19174639, con 61 años, responde: “No
pues…muy bien, extraordinario (…)”. A la pregunta sobre cómo llegó al programa
(comedor) responde: “La cédula, el Sisben (…)”.
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A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor), el señor Luis Alberto
Ordoñez, identificado con C.C. 14950745, con 74 años de edad, responde: “Bueno
(…) Pues yo tuve en accidente hace poco (…)”. A la pregunta sobre si conoce sus
derechos (política pública) responde: “Conocimiento sí pero no comparto ninguna
idea de la política porque en nuestro país el pobre vive siempre mal (…)
Empezando por ahí, ¿quién quiere acabar con esto? (los comedores), el Alcalde,
el Alcalde quiere acabar con esto, y sabe cuántos ancianos hay acá en Bogotá,
3’800.000 personas, mendigando un plato de comida, yo gracias a Dios no, me
tocó pedir el subsidio de la comida, y me lo dieron sobrado, y el señor guerrillero
(se refiere al alcalde) quiere acabar con los comedores (…) Mientras la oligarquía,
la demagogia continúe, nosotros seguiremos estando mal (…) Hace 42 años no
voto (…) Yo fui líder de la comuna, yo trabajé con acción comunal, me ofrecieron
esta vida y la otra, y no resultaron, como se dice, para un plato de comida (…)
Vivo de la zapatería, pero cuando está solo y no hay quién (…) Mis padres ya
murieron y la última hermana la enterré ahorita hace poco, mi Dios no quiso darme
hijos, tengo muchos sobrinos, pero sirve más esto que tengo aquí que mis
sobrinos (…)”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (comedor) el señor Jorge
Castaño, identificado con C.C. 79345658, con 47 años, responde: “Muy bueno (…)
Como yo tengo discapacidad (…) Que por estar aquí no me daban el bono, pase
papeles, vinieron aquí, no sé por qué no me lo dieron (…) A mí me serviría mucho
el bono (…) Pero en la Alcaldía me dijeron que si había una cosa no había la otra
(…)”. A la pregunta sobre cómo llegó al programa (comedor) responde: “Lo
mismo”. A la pregunta sobre si conoce sus derechos (política pública) responde:
“No”.
Coordinadora (del comedor): “Mi nombre es Doris Ámparo Aguilar, soy
focalizadora (…) La focalización consiste en mirar (…) por ejemplo, cuando una
persona va a ingresar al comedor trae, de 8:30 a.m. a 11:30 a.m., Sisben,
111
fotocopia de la cédula, de la persona si va a ingresar sola o del grupo familiar si es
el núcleo familiar el que va a entrar, y el recibo de la luz donde vive (…) Después
diligenciamos una ficha que se llama SIRBE, en esa ficha, de acuerdo a lo que se
consigna en esa ficha yo voy a la dirección que ellos dan y verifico que esa
información sea cierta (…) Después de que ingresa yo hago seguimiento (…)
Adultos mayores son los que más difícil les dan un empleo (…) Más que todo los
adultos mayores tienen prioridad, los niños escolares, desde los 7 años, aunque
tenemos más pequeños, lo que pasa es que a veces con los niños hay tres
cuidados, porque hay jardín infantil de integración social, entonces no pueden
tener simultaneidad de beneficios, porque a los niños del jardín les dan la
alimentación, los que tienen jardín no pueden tener comedor, son niños que hayan
terminado el jardín, y que el puntaje Sisben sea el más bajito, el puntaje 3 en
Sisben no se tiene a veces en cuenta porque tú vas a una cosa y con el sólo
hecho de verificar las condiciones de la calidad de vida, el adulto mayor, la
mayoría viven en inquilinatos que pagan $4.000 el día, por ejemplo, los habitantes
de calle, ellos pagan pensiones de $4.000 diarios, en espacios muy pequeños, de
2 metros por dos metros, en un hacinamiento total, y tienen dos camarotes, y
duermen cuatro personas, la humedad es terrible, eso vale la noche, para ocupar
un espacio, no un cuarto sino un espacio, por ejemplo, a él le tocó la cama de
abajo, al de al frente la de al frente, entonces más que todo los adultos mayores
son los que viven en esas condiciones, qué más vulnerabilidad que eso, el
hacinamiento de esos lugares y el desamparo que hay por parte de las redes
familiares, son abuelos que ya ni siquiera (…) O los hijos son más pobres que
ellos, pero son muy solos, o sea son abuelos que viven muy solos en la vida, los
ha golpeado duro. Bueno, los niños escolares tienen prioridad, las mamitas
gestantes también tienen prioridad, y la gente en condición de discapacidad,
porque como estamos en un segundo piso, entonces son gente con discapacidad
(…) entonces yo les llevo la bandeja (…) Nosotras estamos con la Alcaldía Local
Antonio Nariño desde el 24 de Mayo de este año hasta el 24 de Febrero del año
entrante (…) Ya de ahí en adelante, como parece que no le dieron más
112
presupuesto a la Alcaldía para los comedores, parece que pasa nuevamente a
manos de la Secretaría de Integración Social (…) Son 275 raciones que se
reparten a diario entre adultos mayores, niños, gestantes, madres cabeza de
hogar, padres cabeza de hogar, gente en condición de discapacidad (…) Nosotras
manejamos minuta, la minuta la manda directamente la Secretaría de Salud, el
menú balanceado que se les da a diario a las personas, se les apunta ahí en el
tablero, de lunes a sábado (…) Para personas activas e inscritas, hay dos
espacios, los activos son personas en alta vulnerabilidad que deben venir de lunes
a sábado de 11:00 a.m. a 2:00 p.m., los inscritos son personas que pueden venir
por la ración, tenemos 110 inscritos, a los activos se les garantiza el almuerzo de
lunes a sábado, y a los inscritos los sábados que es, por ejemplo, cuando vienen
niños que viven en otra parte, no en la Localidad (…) El seguimiento se hace, por
ejemplo, yo tengo 75 inscritos y escojo a tres o cuatro y evalúo cómo está la
vulnerabilidad de ellos, si se ha superado, si sigue en las mismas condiciones (…)
Se les colabora a personas entre 18 y 54 años de edad, que se considera la edad
productiva de la persona, ofreciéndole ofertas laborales que llegan por correo del
Sena (…) Por ejemplo, personas que superan la vulnerabilidad, por ejemplo, una
mamita que entra al comedor y a los tres meses consiguió trabajo, entonces esa
mamita sale del servicio (…) Y así, los que van superando se van sacando para
darle paso a otras personas que necesitan el servicio (…) El menú está dirigido a
todos por igual, porque tú no puedes tener un menú para los niños, otro para los
adultos mayores, el menú lo que se maneja son los gramajes, los gramajes son
porción de adultos, que se les da de 10 años en adelante, se les da más comida a
los adultos, menos comida a los niños, y porción de bebé, más o menos de 6
meses a cumplir los 6 años, de 6 años a 10 años porción de niño, de 10 años en
adelante porción de adultos, pero la comida es la misma, la diferencia está en la
cantidad, en las porciones (…) Acá hay un operador que se llama Vientos del
Porvenir, ellos son los que manejan la parte de suplir los alimentos (…) Yo
también miro que los adultos y niños se coman todo, acá tenemos el manual de
convivencia, en ese manual es aprobado en la asamblea por los mismos
113
participantes, la inclusora debe velar porque se cumpla tanto los deberes como los
derechos de los participantes (…) La inclusora está encargada de hacer los pactos
en caso de que alguien se comporte mal en la mesa (…) Se le hace firmar un
pacto, que es un documento pequeño y se le hace seguimiento a ese pacto, la
persona no puede volver a reincidir (…) Si alguno se va a las manos con otro
beneficiario puede ser expulsado en forma inmediata (…) Los criterios de egreso
son inasistencia no justificada durante 15 días (…) Eso nos da a entender que no
necesita del comedor, otra causal de egreso es activación en otro servicio, es
decir, si a un niño le dan alimentación en el Colegio, pues no puede tener
alimentación en el comedor, por ejemplo, si tiene ese bono que lo dan creo que
cada dos meses (…) Hay unos bonos, por ejemplo, A, B y C que son compatibles
con el comedor, ¿por qué? Lo que pasa es que si, por ejemplo, un adulto mayor
va a la Alcaldía Local y pide el bono de adulto mayor, ese bono no le quita el
comedor, ¿por qué? Porque son abuelitos que pagan arriendo en un inquilinato,
porque si recibe los $90.000 mensuales, ¿con qué come? Es que anteriormente
no podían sacar el bono y el comedor, pero a partir de este contrato sí pueden,
porque $90.000 no les alcanza para comer y pagar arriendo (…)”.
Coordinadora operativa: “Mi función es toda la parte administrativa y supervisar las
labores de focalización y la parte administrativa, verificar que todo se cumpla
según el contrato, con todos los lineamientos que tenemos en el proceso (…) Este
programa no ha impactado a todas la personas, pero a las más necesitadas y
vulnerables sí, lo que pasa es que no todas las personas que asisten son
realmente vulnerables, y esa es la parte que no funciona, porque cuando el adulto
mayor es beneficiario del comedor, ellos aprovechan y les sirve para la vida, les
mejora la calidad de vida, pero cuando la gente no lo necesita entonces se quita
del programa y no les sirve (…) El programa se enmarca dentro del proyecto de
seguridad alimentaria”.
114
Viernes 02 de Noviembre de 2012
Actividad: Grupo focal a beneficiarios de la modalidad de subsidio indirecto Centro
de Protección Social Bosque Popular.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (servicios) el participante 1
responde: “Usted tiene que entender que de nuestro bolsillo no sale, el Estado sí
cancela un promedio de $1’300.000 por cada uno, o no podríamos pensar en un
servicio (…) Porque para resumir este es un servicio 5 estrellas gratuito, y encima
la comida, entonces (…)”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (servicio) el participante 2
responde: “Porque así estamos satisfechos, nos han atendido bien, de todas
maneras tenemos la posada, la alimentación, el vestuario, atenciones, cultura y
decencia de esta señora (trabajadora social), de los empleados, desde la cúpula
mayor hasta la menor, nos han tratado bien. Pero también se presentan pequeñas
anomalías que en toda institución existen (…) Hemos sufrido (…) Y nos han
prometido que nos van a arreglar el sentido de la ropa, el sentido de las pomas del
agua, el sentido de que debería existir un pequeño botiquín que alcance a cubrir
parte de las necesidades de nosotros los que nos enfermemos (...) Porque resulta
que aquí hay médico, pero el médico no está constante aquí, y el Estado debería
poner un médico estable aquí de acuerdo a la cantidad de ancianos que hay y las
enfermedades que nos acompañan (…) Otra cosa es que quiero saber cómo va a
ser el servicio médico una vez nos trasladen (…) Y eso hay que pedírselo al
Estado, porque ellos nos ayudan (los funcionarios del centro) pero ese servicio
nos pertenece por decreto (…) Aquí de parte de los empleados tenemos
satisfacción pero llega un punto en que están maneados” (es decir, el centro se
queda sin recursos o empieza a ejercer competencias que no le corresponden
porque el gobierno no presta la ayuda necesaria) (…)”. A la pregunta de cómo
llegó al programa responde: “En el caso mío yo entré como con zozobra porque en
115
la calle mucha gente lo perjudican a uno ¿no? (…) Pero hay gente que da mala
impresión y llegue como azorado cuando entré aquí pero como a los ocho días ya
cambio totalmente la impresión, se volteó la otra cara y eso me tiene satisfecho en
todo punto de vista, moralmente y corporalmente me siento satisfecho con toda la
institución y quien la dirija”. A la pregunta de cómo le podría aportar a la sociedad
(centro) responde: “Con mucho gusto yo aporto mi actitud, respeto y conducta
cuando entré hasta cuando vaya a salir será ejemplar, eso es lo que aporto de
todo corazón”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), el participante 3 responde: “Yo
llegué aquí, a esta institución, se demoró siete meses el cupo, resultó ¿no? Por
una persona que me vino a ayudar, y hablo, y paso papeles y me dentro acá, por
la situación de que yo no tengo familia y he sido muy enfermo, yo no puedo
trabajar, entonces dijo, voy a conseguirle una institución, vamos a ver cómo lo
podemos entrar para que no esté por las calles, en la forma en que yo vivía ¿no?
Tenía que salir donde los amigos, para recoger, en un parte y otra, $9.000 para un
hotel en el Barrio San Bernardo, viví seis años, entonces quedaron $19’000.0000
en sólo arriendito, sacrificándome para poder sobrevivir, entonces ese fue el modo
de que tuviera que venir acá, yo no tengo nada, no tengo familia, no tengo (…). A
la pregunta de cómo le ha parecido el programa (servicio) responde: “De otra parte
estoy muy amañado, estoy muy bien atendido, tanto con las doctoras como las
enfermeras, las lavadoras, lo tratan a uno muy bien, muy bien para qué” (…) Hasta
ahora yo no tengo quejas de ningún compañero (…) El que no me trata pues no lo
trato, el que no me saludo, está bien, no lo saludo”.
A la pregunta de le ha parecido el programa (centro), el participante 4 responde:
“Yo soy el primiparo del grupo, yo tengo apenas el mes todavía, pero en el tiempo
que llevo aquí he notado y me he dado cuenta que (…) Yo creía a conciencia
cuando ingresé, o cuando me anunciaron que me iban a traer a un sitio de estos,
que esto era como una especie de cárcel, donde estaba uno recluido, y no, mira
116
que encontré que aquí hay un poco de libertades y aparte de eso súper-bien
atendido, no digo bien, súper-bien atendido, realmente, y no solamente por los
profesionales sino por el personal menor, todas viven pendientes de uno, atentas
a uno, uno da una queja y están pendientes, y lo escuchan a uno, lo importante no
es que uno dé la queja, sino que lo escuchen y que uno se sienta realmente
importante en ese momento, y no lo ignoren a uno (…) Pero lo digo, que nosotros
nos ganamos una lotería, porque esto es realmente eso, yo sé que ninguno de los
que estamos aquí aspiramos a terminar nuestros días (…) pero menos mal que
terminamos en un sitio como este, y le doy gracias a Dios, a todas las doctoras
que nos han ayudado, por estar aquí, y gracias nuevamente le digo a la doctora
por eso que nos han dado, y esperamos que no cambie nunca”. A la pregunta de
cómo llegó al programa (centro) responde: Yo llegué aquí porque, como les dije
(…) me habían pronosticado que me traían aquí, yo sí tengo familia, pero aquí los
doctores saben que yo tengo un problema (…)”. A la pregunta de cómo podría
aportarle a la sociedad (centro) responde: “Hay muchas formas de aportar, no
solamente lo físico, lo material, de pronto con las mismas doctoras, con las
mismas enfermeras, que alguien de pronto se le pasa por ahí algunos detalles,
comunicarles, pasa esto, pasa esto otro, este detalle…por favor, lo puede corregir,
cositas así por el estilo, diariamente las está viendo. Hice un comentario, por allá
atrás, la doctora tal vez se enteró, y lo corrigieron un día, y sigue sucediendo lo
mismo, ¿ya? Hoy sucedió lo mismo doctora (se refiere a la trabajadora social
presente en el grupo focal), entonces doctora hay que tenerlo en cuenta, entonces
en esa forma puede uno aportar ¿ya? Hay otro comentario (…) Resulta que aquí
dentro del establecimiento (…) de pronto no todos tuvimos el mismo estudio, no
todos estamos en la misma capacidad física para analizar ciertas cosas, y aquí
hay compañeros, que aprovechan la situación para coger a aquellas personas que
de pronto mentalmente no están bien y ponerlas así, mandarlas, gritarlas, a mí no
me gusta eso, una persona de esas debe tener un poquito más de paciencia y de
pronto decirle “hágame el favor”, pero “haga esto o haga lo otro”, hombre (…)
Como coger a una persona de sirviente, y en vez de ayudarle lo está es dañando
117
más porque mentalmente lo está dañando más y ya se va a sentir todos los días
más pequeñito, más pequeñito”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), el participante 5 responde: “Mire
mi nombre es Jaime de la Os, yo llegué aquí en Agosto del año pasado. Yo estaba
en una fundación que se llama Colombia Chiquita, esta fundación está en
Fontibón, pero por razones obvias, y usted comprenderá, es un hogar de niños,
adolescentes, de 5, 6, 7 años, y usted sabe que el Bienestar Familiar no permite
personas adultas con niños menores de edad, ante eso fui presentado por ellos
ente este hogar del Bosque Popular, fui entrevistado en unas oficinas por aquí
contiguas, allí más o menos eran 10 ó 12 personas investigándolo a uno de forma
personal, comercial, etc., etc. Después de eso, entonces me dijeron, “bueno, ya lo
que hemos escuchado”, entonces lógicamente tuve que ampliarme en todo el
historial. Después de ello, entonces bueno “retírese usted y en un momento lo
llamamos”. O sea que estaba sujeto a probación de esa junta que eran más o
menos unas 8, 10 personas, entre damas y caballeros. Al poco rato me llamaron y
me dijeron “usted ha sido aprobado”, y desde ese entonces es que me encuentro
acá. Como usted comprenderá llevo un poco más de un año y sí puedo hablar
bastante de lo que es este hogar”. A la pregunta de cómo le ha parecido el
programa (centro) responde: “Mmmm, 100% yo pienso que ninguno de nosotros
podemos decir que nos falta esto o lo otro, un poco más, un poco menos, pero
tener todas las comodidades que tenemos nosotros pues es imposible. Las cosas
que dijo el compañero (se refiere al participante 2 cuando habla del botiquín y
otras cosas), sí como no, son de anotar, o sea para tal vez mejorías en un futuro,
pero todo no puede ser inmediato porque la labor que se hace aquí en este hogar
no es fácil, si usted más o menos se ha empapado ya de toda la situación y no en
una visita sino en varias podrá ver, usted tener ya un raciocinio final de lo que ha
visto. Ahora, hasta ahí llegó yo, pero no tenemos ningún problema de nada, ni por
alimentación, ni por vestuario, yo porque tenía, pero el que no lo tiene se le
suministra de forma gratuita, todo está basado en una lavandería diaria, etc., etc.,
118
todos los servicios mejor dicho, teléfonos, comida, las tres comidas, onces, las de
la mañana y las de la tarde, paseos a diferentes sitios, no solamente sitios como
éste, sino sitios en otros barrios, o fuera de Bogotá, y de mi parte estoy 100%,
como todo siempre habrá alguna cosita como digo yo, pero no es tanto, o sea hay
que sopesar la situación”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), la participante 6 responde:
“Para yo llegar acá, yo quedé invidente hace 3 años, pues yo trabajaba antes, y
antes de eso me molestó una pierna, entonces fui a dar a donde mi hermana,
porque yo pagaba arriendo por allá donde un llamado sobrino, quedé donde una
hermana, entonces ya era imposible soportarla, ni el uno ni el otro, me impidieron
seguir trabajando, a mí me hacía falta mi trabajo, entonces no nos soportábamos,
yo no sabía, hasta el día anterior de traerme acá, yo no sabía cómo era en
absoluto, y llegué acá”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa
responde: “Al principio había gente con la que no congeniaba, y habían problemas
también con esa persona, pues yo me sentía mal, al comienzo no me sentía bien,
yo lloraba, y lloraba, y hubo cosas que eran fastidiosas para mí, se me
desapareció mi ropita, y bueno me quedé con poquita ropa, también se me
desapareció una droga para mis ojos, después que esa persona se fue, mejor
estabilizado, más estable, y ya todo ha cambiado, por ahí que a veces se me
desaparecen cositas, de resto para mí yo adoro todas las enfermeras, algunas
compañeras, compañeros, son amigos, queridos, y tenemos el agua, el jabón, los
implementos para el aseo, inclusive estoy lavando mi ropa, y estoy muy re-que-te-
muy agradecida con todas las doctoras, me dan toda la ayuda que he recibido
porque me inscribieron al CRAC y estoy recibiendo enseñanzas con todo eso y me
siento muy satisfecha con eso y ya me puedo desplazar pa’ la cafetería”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), el participante 7 responde:
“Bueno a mí no me daban trabajo por la edad, entonces llegué, primero porque
pagaba arriendo, entonces me tocó pasar la solicitud aquí, que me duró como
119
unos seis meses, y me salió, yo tenía el bono y tenía el restaurante comunitario,
pero no me alcanzaba, entonces vine y me salió aquí”. A la pregunta de cómo le
ha parecido el programa responde: “Yo llevó dos años aquí, y aquí anteriormente
era diferente, mejor dicho, la organización, la nueva dirección cambio todo y es
mejor que antes. Comenzamos por la lavandería, la lavandería nos tocaba por la
mañana a nosotros mismos llevar la ropa para que la lavaran y por la tarde ir a
recogerla. El restaurante o la alimentación era ahí en el salón múltiple, todo el
albergue reunidos allá, ahora nos llevan el alimento a las casitas, cada uno,
independientemente de cada casita, mejor dicho esto cambio tanto en un 100%
que es mucho mejor de lo que estaba antes (…) En una sola palabra, el que
quiera más que le piquen caña”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), el participante 8 responde: “Yo
llegue aquí porque yo trabajaba, como no tengo familia, entonces llegue a una
parte donde había dos señoras que me daban alimentación y les pagaba el
arriendo, pero como ya no pude trabajar y me dio la trombosis, entonces no podía
trabajar ni pagarles a ellos nada, entonces ellas me hicieron el papeleo y me
trajeron aquí, por eso estoy yo aquí”. A la pregunta de cómo le ha parecido el
programa (centro) responde: Bien (…) especialmente la doctora, las enfermeras,
los compañeros hay unos que se zafan, pero hay que tolerarlos porque estamos
en convivencia”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), el participante 9 responde: “Yo
quiero decirles a ustedes la forma en que llegué acá, lo que pasa es que yo tuve
una enfermedad y yo estaba en el Hospital de la Perseverancia, y allá llegué yo en
silla de ruedas, por una enfermedad de retención de líquidos, que se me hinchó
todo el cuerpo y las piernas, que no podía caminar, y deficiencia respiratoria, y
problemas cardíacos, entonces yo llegué allá, y de una vez me hospitalizaron, allá
estuve a punta de oxigeno, y medicamentos que me aplicaban por medio de
catéteres, que se lo aplican a uno, y con máquina especial para estarme
120
sondeando para ver cómo era la recuperación mía y todo, y por intermedio del
hospital fue que conseguí el cupo aquí, por intermedio de la trabajadora social, ella
me ayudó para que yo consiguiera el cupo acá, que inclusive el doctor de la
institución de acá fue y me valoró allá y me ayudó a conseguir el cupo aquí, yo
llegué aquí en silla de ruedas, con una sonda, y sabe qué, y con oxigeno,
entonces yo llegué acá y pues, es como todo, cuando uno llega a cierta empresa,
que llega uno y uno es primiparo o que uno es nuevo, entonces siempre pues uno
no es monedita de oro pa’ caerle bien a todos, y hay unos que lo acogen a uno
como hay otros que no”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa
(centro) responde: “pero sí estoy muy agradecido con la doctora Verónica y con
todo el grupo de doctoras que la acompañan a ella, las enfermeras, los
enfermeros, los jefes de enfermería, de todo, porque me ayudaron a levantarme
de la silla de ruedas, a superar un caminador, y ese caminador ya lo superé, y
ando con un bastón, y ahora como usted ve, ando a veces sin el bastón, pero
cuando salgo a la calle sí lo necesito, pero entonces ya me quitaron la sonda,
también, sabe qué, ya no necesito el oxigeno, entonces estoy muy agradecido con
este hogar, yo sé que algún día pues uno tiene que partir de acá, y no es eterno, y
siempre el traslado debe llegar algún día, pero yo me siento muy agradecido con
el servicio que prestan acá, que sabe qué, están preocupados por la ropa de uno,
que la alimentación, que si uno tiene una enfermedad o le duele algo lo llevan
donde el médico, si es que está muy grave, piden una ambulancia pa’ que lo
lleven a uno al hospital, entonces sabe qué, entonces este es el servicio mejor y
más verraco que hay, gracias”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (centro), el participante 10 responde: “El
problema mío (…) yo también estuve en silla de ruedas, tuve un accidente, trabaje
en una vaina de construcción, de levantar materiales, tuve una caída, se volteó la
pluma, me mando abajo, tuve una fractura, tuve unos asuntos de hospital, de
médicos, de cirugías, ya ahorita me examinaron (…) Pues yo no pensaba porque
yo también vengo de la calle ¿sí? Yo duré tras años, estuve en un ancianato
121
privado, en un barrio que se llama la Victoria, me pagaban por ahí 70, 80, se
cansaron conmigo (…) Me tocó salirme a la calle, no tenía los sesenta años
todavía, estaba en la calle, pa’quí pa’llá, y bueno no hallaba qué hacer, y dé
vueltas, y vueltas, hasta que me llegó la hora de sacar los papeles, Integración
Social de la Victoria, el uno, el otro, la doctora, todos me quiere, y sacamos los
papeles, hasta que cumplí la documentación y me trajeron para acá, y aquí estoy,
ya llevo seis meses”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (centro)
responde: “También me siento contento aquí realmente, ya llevó unos seis meses
(…) La comida, la ropa, el asunto de cirugía, el asunto de médico, de enfermera,
de hospital, cualquier cosita, una ambulancia (…) Por ahora todos bien, gracias a
Dios, en la casita, no tengo problemas con nadie, con ninguno (…) Con la doctora
Verónica muy bien, con las enfermeras, con la doctora (la trabajadora social)
también, con todos bien, y nos dan la mano (…) Y gracias a Dios estoy bien (…)
Yo llegue en muletas, ya hago fuerza”. A la pregunta de cómo le podría aportar a
la sociedad (al centro) responde: “Me gusta movilizarme, me gusta ayudar,
muchas cositas (…) Ahí hacemos, lo que he aprendido en la calle, no es que sea
maestro en general ni que sepa ni nada sino lo que he visto, cómo cogen, cómo se
hace una pica, cómo se coge un palustre, cómo se coge un metro, cualquier cosita
se puede hacer, por el momento no puedo hacer fuerza ni puedo hacer nada
porque tengo ahorita esta semana o la otra una cirugía que me van a hacer”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (centro), la participante 11
responde: “Yo ya llevó 8 meses en la institución y me ha parecido muy bueno
todo, los compañeros, con todo” (…) Muy bueno todo, y como dicen mis
compañeros, bien, todo bien”. A la pregunta de cómo llegó al programa (centro)
responde: “Y por las circunstancias estoy acá”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (centro), el participante 12
responde: “Yo en realidad estoy muy agradecido de este centro, en la forma tan
hermosa como lo dirige la doctora Verónica, y todas las enfermeras, particulares,
122
que lo saben tratar a uno con toda la consideración y todo el esmero, mi orgullo es
de que todos los visitantes siempre hablen la verdad de lo que representa este
centro y mi orgullo es eso, organice un grupo de música, y me da alegría de que
se vayan todos los visitantes, de cómo nosotros nos preocupamos de que sepan
entender de que este grupo es de mucho auxilio y mucha ayuda para todos
nosotros (…) Para mí es como si hubiera ganado el baloto”.
Trabajadora social: “Bueno, de todas maneras fue muy interesante lo que ustedes
dijeron, nos queda claro que están satisfechos con la atención (…) Pues aquí
tenemos un grupo humano muy interesante que cada uno de ustedes tiene cosas
muy importantes y la tarea de nosotros es como descubrir eso, empezar a mirar, y
a respetar, porque esas diferencias, que no todos somos iguales, empezar como a
respetar a través del diálogo, de la escucha, de conversar, encontramos muchas
cosas interesantes, de todas maneras muchas gracias por su participación”.
Viernes 09 de Noviembre de 2012
Actividad: Grupo focal a beneficiarios de subsidio directo –bono– de la Localidad
Antonio Nariño.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 1 responde:
“Bueno, cuando yo llegué, para estar hoy acá fue por la intervención de la Junta
de Acción Comunal de este barrio Sevilla, por eso estoy acá, para estar
participando en la reunión con la doctora y con los de Integración Social”. A la
pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono) responde: “Gracias a Dios no
me ha ido mal” (…) En este caso, porque por intermedio de esto fue que yo fui a
dar al instituto Ispa-Sena, allá me dieron un año de estudio para aprender a hacer
maletines, maletas, entonces por intermedio de esto fui a dar allá (…)”. A la
pregunta de cómo puede aportar a la sociedad (al centro, a la comunidad, al
barrio) responde: “Si a mí me ayudan yo puedo participar en obra artesanal,
123
haciendo maletines, maletas, yo las sé hacer, pero vea…plata no hay, entonces
todo el mundo tenemos ese mismo problema, yo puedo participar, puedo ayudar,
aportar a ellos, a usted y a todos, en cierto momento, en cierta manera, en la obra,
que participen todos, aquí hacemos monederos, maletines, maletas, llaveros, todo
eso”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) la participante 2 responde: “Para
yo estar aquí en este grupo es que yo vivía o vivo, pero entonces vivía aquí en el
Policarpa, entonces ahí vivía yo con una hija (…) Entonces una persona, unas
amigas, amigas digo porque esos son los amigos, llegaron una vez ahí y me
preguntaron que por qué no va, que mire que es bueno, que mire que enseñan,
que mire que aprende, y cosas así, entonces yo tenía honestamente pereza
porque como no había estado en un grupo así, pero no, de pronto sí me entró la
idea, y ahí es que estoy aquí”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 3 responde: “Mi
nombre es Abel Rojas, cuando a mí entraron al programa yo me encontraba
detenido (…) yo iba a volver a la sociedad (…) por intermedio (…) fue que ellos
me ayudaron”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono) el
participante 6 responde: “El bono siempre le sirve a uno para algo, ¿entiende?,
porque yo soy una persona que convivo con un problema de salud terminal,
entonces yo tengo que estarme movilizando, pagando transporte y todo, pues yo
le agradezco mucho a eso, ¿entiende?, pero si hubiera una formita de cómo le
subieran algo pues (…) Magínese $95.000 es algo (…) pero deben de ponerse la
mano en el corazón los senadores y el Congreso y esa, que le subieran algo,
¿entiende? (…)”. A la pregunta de cómo se cuenta que está envejeciendo
responde: “Pues uno se da cuenta con la salud, ya le van apareciendo achaques y
todo a uno, todo el mundo llegamos a eso (…)”.
124
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 4 responde: “Yo
gracias, estoy adscrito al Sisben por una persona de la Junta, cuando fueron a
anotarla a ella entonces yo caí, ahí, entonces ella me inscribió a la Junta, gracias,
y hoy por hoy me ha servido mucho la Junta, porque yo necesito una
recomendación que ellos me dan, entonces prácticamente por la Junta estoy
sirviéndome, yo necesito el apoyo que me está dando el gobierno, gracias siempre
al personal de la Junta, estoy muy agradecido”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) la participante 5 responde: “Yo fui
a la Alcaldía, allá había un aviso (…) Entonces nos anotaron, vinieron, nos
hicieron la visita, y estoy vinculada desde 2009 (…)”.
A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono) la participante 6
responde: “Yo tengo que agradecer porque yo tengo una abuelita que (…) pero es
que la abuelita ya no la puedo materialmente traer (…) Entonces a ella le ha
servido mucho porque le sirve para un tarrito de Ensure que tengo que comprarle
(…)”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 7 responde: “Yo
llegué a este programa porque no tengo pensión, había abonado a más de diez
años de pensión, pero el Seguro Social me dijo que me negaba la pensión,
entonces (…)”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono)
responde: “Muy bien, me toca trabajar para poder aportar más al arriendo”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 8 responde: “(…)
Cuando a mí me dio la trombosis (…) la edad (…) Vivo aquí en el Policarpa, para
que me den la pensioncita, vivo con una sobrina (…)”. A la pregunta de cómo le ha
parecido el programa (bono) responde: “Ay, (…) comenzamos con $90.000 y
ahora ya son $95.000, muy bien, todo muy bueno, muy formales”.
125
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 9 responde: “No
pues yo hace rato estoy aquí (…) Y sí, yo llevo 4 años inválido, y así, yo vivo en el
Policarpa (…)”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa (bono)
responde: “(…) Tengo 84 años, no nos han subido ni un peso, pagan $150.000 en
los dos meses, no le alcanza a uno ni pa’ (…) No nos han subido nada (…)”.
A la pregunta de cómo puede aportar a la sociedad (al centro, a la comunidad, al
barrio) el participante 10 responde: “Nosotros podríamos aportar, como músicos
que somos, tenemos un trío allá con el señor (señala a otro participante),
podríamos aportar clases de guitarra, de pintura ¿no?, en general, no solamente
aquí a los compañeros que estamos acá, sino a todas las personas adultas
mayores (…) Y esa es la ayuda que nosotros tenemos (…)”. A la pregunta de
cómo le ha parecido el programa (bono) responde: “(…) Se compaginan las dos,
porque usted sabe que el bono pues es muy bueno pero, muy chévere, pero usted
sabe que $100.000 pesitos le alcanzan a uno para pagar arriendo, pero no
alcanza ni…, y entonces quedaría uno (…) Y sería la única forma que tendríamos
nosotros para suplir la necesidad”. A la pregunta de cómo se da cuenta de que
está envejeciendo responde: “Por las arrugas hermano”.
A la pregunta de cómo puede aportar a la sociedad (al centro, a la comunidad, al
barrio) el participante 11 responde: “Yo como pintor colaboraría en la forma de
pinturas, pintar por decir una casa, un apartamento, lo que me pusieran hacer, yo
puedo colaborar”.
A la pregunta de cómo llegó al programa (bono) el participante 12 responde: “Por
información de una persona”. A la pregunta de cómo le ha parecido el programa
responde: “Pues, como le dijera yo, ni bien ni mal, regular (…) La vida no me ha
mejorado ni empeorado, lo mismo”. A la pregunta de cómo puede aportar a la
sociedad (centro, comunidad, barrio) responde: “Lo que pasa es que lo que yo sé
hacer no lo puedo aportar acá (…)”.
126
6.2. Análisis Documental
6.2.1. Medios Masivos de Comunicación
La siguiente información se refiere a notas que se tomaron durante el proceso de
investigación. Sin embargo, en su mayoría no tienen autor ni fecha de publicación;
se trata de información proveniente de fuentes como programas de televisión,
prensa y revistas básicamente.
1. 150 adultos mayores en Floridablanca Santander no reciben hace 9 meses la
estampilla pro-anciano.
2. El senador Wilson Gómez afirma en programa de televisión que actualmente
45.000 adultos mayores están en situación de abandono en el país.
3. 650 adultos mayores abandonados en el Hospital de Meissen y Engativa,
Bogotá D.C.
4. Adulto mayor murió mientras hacía fila para reclamar subsidio, y otro en una
sala de la EPS mientras esperaba atención.
5. Cierran comedor comunitario de adultos mayores en la Localidad Rafael Uribe
Uribe, el día 04 de Septiembre de 2012.
6. Desde el primero de Julio de 2012, 2’000.000 de adultos mayores no tendrán
que presentar certificado de supervivencia para reclamar pensión.
7. En Bogotá, los adultos mayores representan el 10% de la población.
8. La Localidad de Antonio Nariño es una de las localidades con más adultos en
comparación con el tamaño de la población.
9. Noticiero del Senado del 9 de Agosto de 2012: Proyecto de Ley para aprobación
de media pensión para no pensionados, medio salario mínimo legal vigente, y que
tampoco aumente la edad de la jubilación.
10. Policías roban subsidios de adultos mayores en Arroyohondo.
11. De cada 100.000 adultos mayores 250 mueren por malnutrición.
127
12. El miércoles 7 de Noviembre de 2012 se lanzó la Política Pública de Vejez y
Envejecimiento en Medellín.
6.2.2. Breve Diagnóstico Social de la Vejez
Según la CEPAL (2003) 17 en la región de América Latina y el Caribe las
evidencias indican que la situación de las personas mayores es heterogénea, pero
en general distan mucho de disfrutar de una calidad de vida acorde a sus
necesidades de ingresos, salud, autonomía e integración intergeneracional. Las
condiciones y estructura de oportunidades que ofrecen los países para vivir los
últimos años de la vida no siempre aseguran calidad.
Por ejemplo, la seguridad económica de las personas mayores se define como la
capacidad de disponer y usar de forma independiente una cierta cantidad de
recursos económicos regulares y en montos suficientes para asegurar una buena
calidad de vida (Guzmán, 2003)18. El goce de seguridad económica permite a las
personas mayores satisfacer las necesidades objetivas que hacen a una buena
calidad de vida y disponer de independencia en la toma de decisiones; lo que es
más importante, mejora la autoestima, al permitir el desempeño de roles
significativos y la participación en la vida cotidiana como ciudadanos con plenos
derechos. Dentro de los mecanismos que existen para la provisión de seguridad
económica está el trabajo generador de ingresos, los ahorros (activos físicos y
financieros), los sistemas de seguridad social y las redes de apoyo, principalmente
las familiares (CEPAL, 2004).
En efecto, las condiciones de seguridad en América Latina y el Caribe son
deficientes, desiguales y poco equitativas, pues en las áreas urbanas como
17
Citado en: Huenchuan Navarro, Sandra (2004), Marco legal y de políticas a favor de las personas mayores en América Latina, Santiago de Chile, CEPAL, pp. 25-37. 18
Citado en: Trigésimo Período de Sesiones de la CEPAL (2004), Población, envejecimiento y desarrollo,
Santiago de Chile, Naciones Unidas, pp. 13-21.
128
rurales, más de un tercio de las personas de 65 años y más no dispone de
ingresos ni de pensiones o jubilaciones ni de un trabajo remunerado. Dos de cada
cinco personas mayores disponen de ingresos provenientes de la seguridad social
en el área urbana y en las zonas rurales apenas uno de cada cinco.
Otra variable es la participación económica en la vejez. Lo que se encuentra es
que una proporción significativa de los adultos mayores de la región es
económicamente activa, contrariamente a lo que acontece en países
desarrollados, siendo las tasas de actividad sistemáticamente mayores en las
áreas rurales.
Ahora bien, durante la segunda mutad del siglo XX se producen dos fenómenos.
En una primera etapa (hasta 1990), las tasas de participación de las personas
mayores disminuyeron sostenidamente; al contrario, durante la década de los
noventa las tasas aumentaron en un gran número de países de América Latina,
pues de un grupo de 11, en la mayoría se experimentó un aumento de las tasas
de participación de las personas de 60 a 64 años y de 65 años y más,
probablemente debido a la conjunción de una serie de factores relacionados con
las reformas realizadas en los sistemas de pensiones y, más específicamente con
el aumento de la edad legal al momento de la jubilación y con la exigencia de una
mayor cantidad de años de cotización para acceder a la pensión. Es decir, hay
más personas mayores trabajando.
Con todo, existen razones que llevan a las personas a permanecer en la actividad
económica mientras puedan, porque el monto de las pensiones es muy modesto,
porque no tienen acceso a una pensión por no haber aportado las cotizaciones
correspondientes a la seguridad social o como una necesidad de compensar
ingresos familiares durante las crisis.
Lo anterior sugiere que la participación en la actividad económica de las personas
mayores está relacionada directamente con la cobertura de la seguridad social,
decreciendo a medida que aumenta la proporción de población que accede a una
129
pensión (CEPAL, 2000)19. Por lo tanto, la alta participación de los adultos mayores
en la fuerza laboral antes que representar una opción voluntaria, indica la
necesidad de garantizar un mínimo de recursos económicos necesarios para
sobrevivir, con el agravante de que en el caso de los países de menor desarrollo
las personas mayores se insertan en empleos informales que no permiten eliminar
su vulnerabilidad socioeconómica.
Lo que es más importante, en al menos nueve países de la región la incidencia de
la pobreza en hogares con adultos mayores aumentaría cerca o más de 20% si se
eliminaran los ingresos por trabajo. Lo que significa que el apoyo a los
emprendimientos de personas mayores puede ser una buena alternativa para un
envejecimiento activo de algunos sectores que están fuera o han sido desplazados
del mercado de trabajo en relación de dependencia.
En efecto, durante la década de 1990 se introdujeron reformas estructurales a los
sistemas de jubilaciones y pensiones en Perú (1992, Argentina (1993), Colombia
(1994), Uruguay (1995), Bolivia (1996), México (1996), El Salvador (1997) y Costa
Rica (2000). Aunque cada reforma tuvo características específicas para cada
caso, la progresión hacia la capitalización individual de la seguridad social ha
llevado en general a sistemas no solidarios, debido al carácter individual del
ahorro provisional, siendo una excepción interesante el funcionamiento integrado
de regímenes capitalizados con mecanismos como las pensiones mínimas o
básicas.
La CEPAL (2009) también indica que otro de los elementos comunes a los
sistemas de pensiones y jubilaciones de los países de América Latina es que,
salvo excepciones, están enfocados básicamente hacia los trabajadores
dependientes del sector formal. Ahora bien, a pesar de que existe un amplio
19
Citado en: Trigésimo Período de Sesiones de la CEPAL (2004), Población, envejecimiento y desarrollo,
Santiago de Chile, Naciones Unidas, pp. 13-21.
130
espectro de reformas estructurales a los sistemas de pensiones y jubilaciones, en
todas ellas tiende a endurecerse los requisitos de acceso a las jubilaciones.
Respecto de la pobreza, la CEPAL (2009) indica que la incidencia de este
fenómeno entre las personas mayores está fuertemente vinculada a elementos
estructurales de los países, en tanto la proporción de adultos mayores en situación
de pobreza se correlaciona con el nivel de ingreso per cápita, siendo los países de
mayor desarrollo y cobertura en los cuales una menor proporción de adultos
mayores es pobre; por consiguiente, en la medida en que tienda a reducirse la
cobertura de los sistemas de jubilaciones, tenderá a incrementarse el nivel de
pobreza en las nuevas cohortes de adultos mayores.
Ahora bien, se advierte un elemento importante al momento de evaluar la
incidencia de la pobreza en la población de adultos mayores. En primer lugar, hay
que tener en cuenta que las necesidades de la población adulta mayor son
diferentes a las de la población joven, con lo cual, las líneas de pobreza
calculadas por el método tradicional de las canastas alimentarias y no
alimentarias, no reflejan adecuadamente las necesidades propias de las personas
mayores; en consecuencia, muchas veces las personas mayores en situación de
pobreza van a residir con hijos u otros familiares, con lo cual salen de la pobreza
aun manteniéndose ellas mismas como personas sin ingresos o con ingresos muy
bajos. Con todo, la extensión y cobertura de los sistemas de seguridad social
ayudan a explicar el nivel de pobreza existente entre los adultos mayores.
Sin embargo, la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (AME) (2002) afirma
que pese a considerarse como una característica definitoria del siglo XXI, el
envejecimiento demográfico –quizá tanto o más que la no renovabilidad de
muchos de nuestros recursos naturales–, es un proceso que desafortunadamente
nos está tomando por sorpresa, pues aún parece “no constituir un llamado de
atención para muchos de nuestros países, Estados y gobiernos. Tal es el caso de
Colombia”.
131
Ahora bien, A nivel mundial se puede decir que la seguridad social adopta 2
modalidades: programas de seguro social y programas de asistencia social. Los
programas de seguro social son financiados total o mayoritariamente con aportes
especiales hechos por empleadores y/o empleados. Estos aportes se acreditan a
un fondo especial separado de otros eventos gubernamentales y las prestaciones
se pagan con cargo a este fondo. Los derechos a los beneficios se determinan
según las contribuciones hechas al fondo y la cobertura del programa. Los
programas de asistencia social se basan en la ayuda a las personas no protegidas
por el seguro social y se caracteriza porque: a) los pagos en efectivo se dan a
personas sin ingresos o de bajos ingresos; b) el beneficio se concede según
estudio de necesidades; d) la financiación proviene de ingresos gubernamentales
(Echeverri, 1994).
En el caso de la segunda modalidad, las personas mayores son incorporadas a
nivel de programas sectoriales bajo categorías definidas a partir de un criterio
diferente del de la edad (grupos vulnerables, indigentes, de riesgo, etc.). Un caso
paradigmático al respecto son los programas de seguridad social, específicamente
los programas de pensiones no contributivas. Las pensiones no contributivas
otorgan prestaciones monetarias relativamente uniformes en forma focalizada ante
los riesgos de invalidez, vejez o muerte, asociados a situaciones de pobreza. Los
esquemas de pensiones no contributivas más desarrollados se encuentran en
Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay, donde no se subsidia en estricto
sentido si no se ejerce como derecho (CEPAL, 2004).
Colombia
En el transcurso de un siglo el país ha pasado de tener 4.355.470 habitantes a
42.090.502. Entre ellos, más del 6% (2.617.240) son mayores de 65 años, donde
el 75% de la población general se concentra en las cabeceras municipales, el
63,12% en Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca, Santander,
Atlántico, Bolívar y Tolima, concentrando los mayores porcentajes Bogotá,
132
Medellín, Cali y Barranquilla. Se proyecta para el año 2050 una población total de
72 millones, donde más del 20% se encuentre por encima de los 60 años, con un
total para el año 2010 de 44 millones de habitantes, de los cuales 2.944.328 son
adultos mayores, lo que confirma que en Colombia el grupo de población vieja y
en proceso de envejecimiento es un grupo poblacional que crece de manera
rápida y sostenida (Sandoval, 2010).
El caso colombiano muestra que más del 41% en 1980 correspondía a la
población menor de 15 años, confirmando la tendencia general de América Latina
hacia la disminución relativa de estos grupos de edad, por el descenso de la
fecundidad que comienza a compensarse con el incremento de la población mayor
de 60 años, con una tasa de fecundidad que descendió entre 1984 y 1986 (3.2),
ya que entre 1981 y 1983 estaba en (3.7). Es así como entre 1951 y 1973 de cada
100 colombianos 10 tenían más de 50 años. Entre 1951 y 1964 la mayoría vivía en
las áreas rurales, y a partir de entonces, los viejos, siguiendo la tendencia general
de la población, empiezan a migrar hacia las ciudades intermedias o a los 4
grandes centros urbanos: Bogotá, Barranquilla, Medellín y Cali. En 1983 la
población mayor de 50 años corresponde al 10% del total de la población,
mientras en 1985 alcanza un 12%, que en términos absolutos implica un aumento
durante el período de 2.7 millones.
Según las proyecciones de las Naciones Unidas, se prevé que para el año 2025 el
país tendrá una población total de 54.195.550 millones de habitantes, lo que
implica un aumento entre 1985 y el año 2025 de 56.01%, con un aumento del
27.18% en la población mayor de 50 años (Echeverri, 1994). En efecto, María
Luisa Latorre (2009) muestra cómo la población colombiana ha venido
envejeciendo, donde hace 10 años de cada 100 habitantes de Colombia, 4 eran
mayores de 60 años. Para el año 2008 la situación es la siguiente: por cada 100
personas se encuentran 31 menores de 15 años, 10 adolescentes de 15 a 19
años, 27 mujeres en edad fértil, 23 personas entre mujeres y hombres adultos y 9
personas mayores de 60 años. Esto obedece al fenómeno llamado transición
133
demográfica, mediante el cual ha venido en aumento la población mayor de 60
años.
En países en vías de desarrollo, como Colombia, la transición demográfica se da
por disminución de las tasas de natalidad y mortalidad. La tasa de natalidad para
Colombia en el quinquenio 1995-2000 era de 24,21 por 1.000 habitantes y para el
quinquenio 2005-2010 proyectado por el Dane es de 19,86 por 1000 habitantes.
Con todo, se puede afirmar que además de los factores que la población
colombiana comparte con el resto de países de la región respecto al proceso de
envejecimiento, fecundidad y esperanza de vida, se suma un importante volumen
de migración de población joven al exterior, creciente en los últimos años,
asociada a las condiciones económicas y al conflicto armado interno (PUJ, 2003).
Sin embargo, Lina González –psiquiatra y especialista en envejecimiento de la
fundación Saldarriaga Concha – afirma que preocupa el caso de Colombia, donde
sólo el 27% de personas mayores logran pensionarse y con ingresos muy bajos.
Más preocupante aun cuando en el 2020, según proyecciones, el 12 % de la
población colombiana será persona mayor, es decir, 6 millones 500 mil
personas20. Además, preocupa la pobreza y el mal manejo que hace la familia y la
sociedad en general hacia este grupo poblacional en Colombia. En efecto, una de
las dificultades más grandes en las personas mayores es la pobreza, pues de las
4 millones 800 mil personas mayores de 60 años, hay cerca de 3 millones que no
tienen ingresos fijos de jubilación.
Al respecto, Profamilia en el 2010, en sus estadísticas de demografía y salud,
afirmó que el 10% de esta población viven solos y trabajan de manera
independiente. La autora advierte que en el país no hay educación sobre el tema y
eso implica que desmejoren las condiciones de vida de quienes están
envejeciendo. De hecho, afirma la autora que si se logra que las personas
20
En: http://m.rcnradio.com/noticias/en-colombia-solo-el-27-de-adultos-mayores-logran-pensionarse-y-con-ingresos-muy-bajos-19583.
134
mayores funcionen de manera cohesionada con la familia, se puede lograr vejez
digna, en el sentido de proteger y garantizar derechos cotidianamente reflejados21.
Adicionalmente, según el DANE (2005)22 se encuentra que, en materia de salud, el
12,52% de las personas mayores de 65 años tiene limitaciones para moverse o
caminar, el 3,35% para su autocuidado y el 2,53% para hablar. En consecuencia,
la Asociación Probienestar de la Familia Colombiana (2005)23 afirma que el uso de
los servicios de salud se incrementa a medida que la edad avanza, en un 8% por
encima del promedio nacional. De todos modos, según los estudios de esta
organización en el año 2000, la percepción de salud de los adultos mayores suele
ser negativa, pues una de las representaciones sociales de esta población es la
homologación de la vejez con la enfermedad; de igual forma, en lo que se refiere a
nutrición, los adultos mayores son considerados como un grupo de riesgo, y se
estima que varias de las causas de morbilidad obedecen a la malnutrición, que
tiene como consecuencia una serie de enfermedades de diverso tipo.
Sin embargo, la situación económica y la pobreza son quizá las problemáticas que
más afectan a este grupo poblacional. El país, que si bien considera la necesidad
de reducir la pobreza como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, no ha
podido avanzar en él, sino que, por el contrario, el número de pobres se ha
incrementado. Se calcula que la mitad de las personas mayores de 60 años son
pobres –al igual que en el resto de América Latina–, lo que incrementa la
vulnerabilidad de esta población. Aunque la mayor parte de la población mayor de
60 años se mantiene laboralmente activa, su trabajo no siempre implica
remuneración económica. De hecho, los ingresos económicos decrecen
21
Recurso electrónico. Disponible en: http://m.rcnradio.com/noticias/en-colombia-solo-el-27-de-adultos-mayores-logran-pensionarse-y-con-ingresos-muy-bajos-19583. 22
Citado en: Sandoval, Diana (coord.), (2010), Estado del arte sobre las prácticas culturales de la población
de adultos mayores en Bogotá D.C., Bogotá, Subdirección Imprenta Distrital-DDDI, pp. 27-49.
23 Citado en: Sandoval, Diana (coord.), (2010), Estado del arte sobre las prácticas culturales de la población
de adultos mayores en Bogotá D.C., Bogotá, Subdirección Imprenta Distrital-DDDI, pp. 27-49.
135
proporcionalmente con la edad; se estima que descienden de manera progresiva a
partir de los 50 años, hasta llegar a un 40% menos a los 80 años (Sandoval,
2010).
Bogotá
Bogotá se caracteriza por ser el mayor centro urbano del país y uno de los más
numerosos en el mundo. En 1964 contaba con 1’700.000 personas, que
correspondían al 9.7% del total de la nación. En el 2002 posee más de 6’700.000
habitantes que representan el 15.3% de Colombia (SHD, 1999)24. Esta evolución
demográfica del Distrito Capital se caracteriza por tener un crecimiento sostenido,
no sólo en el número de habitantes, sino en el porcentaje de ciudadanos-as que
vive en la capital con respecto a la nación. Sin embargo, las proyecciones hacia
los años 2025 y 2050 permiten inferir que la ciudad se envejece a un ritmo más
rápido que el resto del país, los cual es un signo de modernización; al mismo
tiempo, la expectativa de vida al nacer en Bogotá, ha tenido importantes
modificaciones en los últimos años y es ligeramente superior al resto del país
(Misión Bogotá, 1993)25. De hecho, durante la última década del siglo XX las
personas mayores de 50 años en Bogotá, pasaron de 673.278 (12.37% del total
de habitantes) en el 90 a 879.024 (13.68% del total) en el 2000 (Heredia, 2000)26.
Por otra parte, existen un conjunto de factores que hacen que la población vieja
sea especialmente vulnerable en la ciudad de Bogotá. Primero, cabe señalar el
origen migrante de la tercera edad especialmente en los estratos más bajos
(López, 1993)27, población que se incrementó en la década 1990-2000 debido a un
24
Citado en: Pontificia Universidad Javeriana (2003), Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá,
Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 76-95.
25 Citado en: Pontificia Universidad Javeriana (2003), Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá,
Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 76-95.
26 Ibíd.
27 Citado en: Pontificia Universidad Javeriana (2003), Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá,
Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 76-95.
136
mayor flujo migratorio de población desplazada por causas de violencia. Lo que es
más, para 1998 los mayores de 55 años se calculaban en 572.588, de los cuales
el 9.4% estaba en condiciones de pobreza y el 1.6% en situación de miseria;
situación que se suma a la preocupante cifra de un 56.5% de trabajo informal
sobre el total del empleo en las áreas metropolitanas (Cárdenas, 2001)28.
A lo anterior se adicionan dos factores, el primero es que según el Departamento
Administrativo de Bienestar Social (2000) el 84.5% de personas mayores sale sin
compañía a la calle, lo que podría vincularse a la cuota de casi una tercera parte
de las personas mayores de 45 años en la mortalidad por accidentes de tránsito, y
en primer lugar como peatones; el segundo son situaciones extremas como la
pauperización evidente a la observación desprevenida (o prevenida) de las calles
de la ciudad, que se han ido poblando de sujetos mendicantes entre los cuales
hay algunas personas viejas; un 25% de los habitantes de la calle (adultos) sufren
algún tipo de enfermedad mental y un 10% son ancianos abandonados mayores
de 50 años, de acuerdo con el Fondo de Salud Mental (Pitto, 1993)29.
6.2.3. Concepto de Vejez
Conviene construir un panorama general de la vejez. El artículo “Antropología de
los cuidados en el anciano: evolución de los valores sociales sobre la vejez a
través de la historia” de Manuel Lillo Crespo (2002)30 ofrece esa posibilidad. A lo
largo de la historia, las etapas del ciclo vital han tenido diferentes significados,
condicionamientos y requerimientos, según el período y la organización social. En
la prehistoria (desde el año 600.000 hasta el 10.000 a. C.) la vida tribal, marcada
por las luchas, la cacería, las dificultades para adaptarse al medio y las
28
Citado en: Pontificia Universidad Javeriana (2003), Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá,
Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 76-95.
29 Ibíd.
30 Citado en: Sandoval, Diana (coord.), (2010), Estado del arte sobre las prácticas culturales de la población
de adultos mayores en Bogotá D.C., Bogotá, Subdirección Imprenta Distrital-DDDI, pp. 27-49.
137
enfermedades, determinaba una estructura social básica de convivencia, cuyo
único objetivo era la supervivencia, lo cual hacía que la longevidad fuera
considerada un valor especial, “sobrenatural”, con “protección divina”. En este
contexto, los ancianos eran transmisores de la memoria de la organización social
a la que pertenecían.
Por el contrario, hacia el año 2450 a. C. en Egipto, la vejez era un proceso
penoso, por el debilitamiento y la pérdida paulatina de algunas capacidades
sensoriales e intelectuales de la persona; a pesar de todo, el anciano
desempeñaba el rol de guía y educador de los jóvenes. En Grecia, la percepción
naturalista y el sentido de perfección de esa cultura hicieron que los ancianos
fueran relegados pues, en una sociedad en la que se rendía culto a la belleza, la
vejez significaba una ofensa al espíritu y objeto de bromas; lo que es más, en
Atenas su poder fue relegado y el consejo de ancianos sólo constituía un órgano
consultivo. Una excepción fue Esparta, donde los ancianos eran considerados
transmisores de sabiduría.
Al contrario, en la civilización hebrea el concepto de vejez sufrió modificaciones,
causadas por las visiones positivas o negativas determinadas por los avatares
sociopolíticos. En la cultura romana, la vejez era vista desde una concepción
pesimista. Como según el derecho romano, al anciano se le concedía autoridad
bajo la figura del Pater Familia, lo que generaba una concentración importante de
poder, que a la larga estableció una relación intergeneracional tan asimétrica que
generó grandes conflictos y condujo a un verdadero odio hacia los viejos; aun
cuando los viejos cayeron en el desprecio, y sufrieron los rigores de la edad, la
cultura romana fue tolerante con esta población.
En la Edad Media (siglos V al X) el predominio de la fuerza y la brutalidad afectó la
situación de los individuos más débiles, entre ellos los ancianos. Afirma Lillo
(2002) que “Para la Iglesia no constituyó un grupo específico, sino que estaban en
el conjunto de los desvalidos. Fueron acogidos temporalmente en los hospitales y
138
monasterios, para luego reencontrarse con la persistencia de sus miserias”. Aún
más, entre los cristianos, la perspectiva de la vejez era que se trataba de un mal
que provenía del castigo divino por los pecados del hombre; de manera que la
imagen de la vejez era alegórica del pecado, de la fealdad y la decrepitud.
En el Renacimiento, el redescubrimiento del mundo grecorromano, se presentó un
rechazo abierto y sin disimulos a la vejez, así como a todo aquello que
representaba la fealdad, la decrepitud inevitable, el carácter melancólico y la
decadencia, siendo así una de las épocas más hostiles con los ancianos,
especialmente con las ancianas.
En el mundo moderno, al convertirse el Estado en una institución impersonal,
reglamentada, y donde el poder se caracterizaba por ser representativo, surgió
una progresiva despersonalización, y un predominio creciente de los funcionarios
que ocupaban cargos en la naciente organización, y cuyo retiro dio paso a lo que
aún se llama jubilación. Esta nueva visión supuso una visión economicista y
especializada del cuidado del anciano, que antes fue realizado por la familia, como
un deber independiente. Finalmente, con la revolución industrial, el Estado se
sintió obligado a compensar el trabajo y el retiro de los individuos que realizaron
actividades dentro de su estructura.
Como puede observarse, en su origen la jubilación surge como una recompensa a
trabajadores de más de cincuenta años que fundamentalmente se desempeñaran
en la sociedad como funcionarios públicos. Por ejemplo, en los Países Bajos se
conocen pensiones a los funcionarios públicos desde 1844; de igual manera, en
Francia los primeros en obtenerlas fueron los militares y los funcionarios públicos.
Ahora bien, posteriormente de que en Francia obtuvieran jubilaciones los
funcionarios públicos, también los mineros y trabajadores de labores consideradas
peligrosas las obtuvieron, lo que condujo a que con el tiempo se pasara del
concepto de gratificación a través de la jubilación a aquel derecho de los
139
trabajadores, que pasó a ser reglamentado por la edad para obtenerlo, y así surgió
el sistema de seguros sociales.
A finales del siglo XIX comenzó a abrirse paso la gerontología y la geriatría. En
1834, en Gran Bretaña surgió la necesidad de acoger y cuidar a numerosos
grupos de viejos sanos, enfermos y perturbados mentales, con lo cual se fundaron
los primeros asilos de ancianos. En 1903, Elie Metchnikoff propuso la gerontología
como ciencia para el estudio del envejecimiento; en 1909, Ignatz L. Nasher creó el
Departamento de Geriatría en Estados Unidos. En 1929 se introdujeron
variaciones en los asilos, y en 1935 Marjory Warren inició la geriatría
contemporánea con los siguientes principios: la vejez es una enfermedad, es
esencial establecer un diagnóstico exacto, muchas enfermedades son curables, el
reposo injustificado puede ser peligroso. [Fong y Bueno, 2002]31.
En el mundo contemporáneo, el predominio de la cultura tecnocientífica ha influido
en gran medida en la vida de los ancianos, no sólo porque ya no son considerados
los depositarios de la sabiduría, sino porque se encuentran alejados del
conocimiento moderno, concepto agravado por la percepción de que son
incapaces de aprender lo nuevo, donde el concepto de experiencia entra en
decadencia, incluso la experiencia laboral, y su relación con el pasado la lleva a la
obsolescencia. Además, la vejez, física y estéticamente, no es deseable para la
sociedad.
Al respecto, la CEPAL (2004) afirma que los estudios sobre la imagen del
envejecimiento indican que en la actualidad la visión hegemónica en las
sociedades occidentales es negativa y se expresa en la representación social de
la vejez como pasividad, enfermedad, deterioro, carga o ruptura social. Esta
representación como deterioro se articula con la configuración cultural de la vejez
como etapa de pérdidas, de todo tipo, con consecuencias como la exclusión en
31
Citado en: Sandoval, Diana (coord.), (2010), Estado del arte sobre las prácticas culturales de la población
de adultos mayores en Bogotá D.C., Bogotá, Subdirección Imprenta Distrital-DDDI, pp. 27-49.
140
tanto grupo, y como la invisibilidad a nivel de políticas públicas, investigación y
academia.
Lo que es más, Juliana Holguín (2004) indica que:
Cuando se habla de la vejez usualmente se usan términos equivocados como: “senil”, “abuelo”,
“tercera edad”, “mayor”, “añoso”, “geronte”, “anciano”, etc. “Senil” es un término que está
estrechamente relacionado con patología y la vejez no tiene necesariamente relación con esta;
“Abuelo” tampoco denomina correctamente porque no todos los viejos tienen hijos, ni nietos; “la
tercera edad” no existe porque cuando uno habla de la niñez, la juventud o de la adultez nunca se
utiliza los conceptos de “la primera edad” o “la segunda edad” y sí existiera una “tercera edad” no
es claro si correspondería más bien a los adultos y no a los viejos; las palabras “mayor” y “añoso”
son expresiones relativas, pues dependen de con quien se compara; ”Geronte” apela la etimología
griega y “anciano” posee una implicación más moral que de edad cronológica. Internacionalmente
se utiliza el término “Adulto Mayor” y en Colombia se está trabajando para posicionar este
apelativo.
6.2.4. Descripción Histórica de Derechos, Políticas Públicas y Programas
Sociales para la Persona Mayor
Ámbito Internacional
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas, y los planes de acción internacional de conferencias sobre el
tema de la persona mayor representan antecedentes importantes de la política
pública de las personas mayores. En el primer caso, no se hace referencia
explícita a los derechos de las personas mayores, aunque el artículo 9 trata sobre
“el derecho de toda persona a la seguridad social”. Tampoco –al igual que la
Declaración Universal de los Derechos Humanos– se prohíbe la discriminación
basada en la edad. En el segundo caso, dichos planes constituyen una base
política en el ámbito internacional y en ellos se proponen directrices sobre las
maneras en que la comunidad internacional puede enfrentar diferentes temas,
como el envejecimiento (CEPAL, 2004).
141
Es así como en 1948, la Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas aprobó la Resolución 213, relativa al proyecto de declaración de los
derechos de la vejez (Sandoval, 2010). A partir de este marco se gestaron una
serie de acciones encaminadas a resolver el problema de la vejez y el
envejecimiento. En efecto, las resoluciones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas reflejan el interés por las personas mayores, desde el año 1973.
Entre la más importante se encuentra la resolución 46/91 de 1991, en la que se
establecen los principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad
en cinco temas: independencia, participación, cuidados, autorrealización y
dignidad (CEPAL, 2004).
En 1982 se realizó en Viena la primera Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento. Esta fue una reunión histórica de particulares, responsables de
políticas públicas, gobiernos y organizaciones que se centró específicamente en
los temas relativos a población y envejecimiento. Esta Asamblea aprobó el Plan de
Acción Internacional sobre el Envejecimiento, primer instrumento internacional de
este tipo. El Plan de Acción enumeró 62 recomendaciones en siete esferas de
preocupación para las personas de edad: salud y nutrición; protección a los
consumidores ancianos; vivienda y medio ambiente; la familia; bienestar social;
seguridad del ingreso y empleo; educación. Posteriormente, en 1992 la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó la Proclamación sobre el Envejecimiento
en la cual se establecieron las orientaciones generales para seguir aplicando el
Plan de Acción (Sandoval, 2010), y, a través de la resolución 47/5, se decidió que
se observara el año 1999 como el año internacional de las personas de edad
(PUJ, 2003).
En 1994 se construyó el Plan de Acción de la Conferencia Internacional sobre
Población y el Desarrollo realizada en El Cairo. Este Plan se plantea como base
para la acción y creación de condiciones que mejoren la calidad de vida de las
personas mayores y les permitan trabajar y vivir en forma independiente en sus
propias comunidades tanto tiempo como puedan y deseen. Asimismo, se
142
establecen sistemas de atención de salud, sistemas de seguridad económica, con
especial atención a las necesidades de las mujeres, y de apoyo social para
aumentar la capacidad de las familias de hacerse cargo de las personas de edad
(CEPAL, 2004). A continuación, en el año 2001 se realizó un nuevo Plan de
Acción Internacional sobre el Envejecimiento, actualizando las temáticas y las
orientaciones para intervenir en las nuevas problemáticas relativas a este
fenómeno (PUJ, 2003).
Asimismo, en el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento aprobado en
Madrid en 2002 se plantean como temas centrales el respeto de todos los
derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas de edad y la
garantía de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas
mayores, así como de sus derechos civiles y políticos (CEPAL, 2004). En este
contexto también se reconoce por primera vez el potencial de las personas
mayores para contribuir al desarrollo de sus sociedades, y compromete a los
gobiernos a incluir el envejecimiento en todas las políticas de desarrollo social y
económico, en especial en los programas de reducción de la pobreza. De hecho,
el Plan de Acción afirma que la pobreza de las personas mayores debe abordarse
en el contexto del Objetivo de Desarrollo del Milenio que busca reducir a la mitad
la pobreza extrema en el mundo para 2015, enfatizando los derechos de las
personas mayores y su participación en los procesos de desarrollo (Sandoval
2010).
Ámbito Regional
En el ámbito regional se destaca la Convención Americana de Derechos
Humanos, donde se incluye la edad en el universo de “cualquier otra condición
social” y en los derechos políticos, y a las personas mayores explícitamente en el
“derecho a la vida”, mientras que el Protocolo Adicional en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de la OEA (Protocolo de San Salvador) es el
único instrumento vinculante que contiene disposiciones dirigidas específicamente
143
a las personas mayores en el artículo 17 sobre “Protección de los ancianos”. Por
último, la resolución CE130.R19 de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) trata concretamente el tema de la salud y envejecimiento y establece
recomendaciones para los Estados miembros.
De forma similar, se resalta el Capítulo Regional del Caribe sobre Envejecimiento
y Salud adoptado en 1999 por la CARICOM (Comunidad del Caribe) y cuyo
objetivo es orientar las acciones para asegurar la salud, así como la plena
integración y participación de las personas mayores en las sociedades y
economías del Caribe. Por último, también es importante señalar la Estrategia de
Implementación Regional para América Latina y el Caribe del Plan de Acción
Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento adoptada por los países de la
región en la Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento
llevada a cabo entre el 19 y 21 de Noviembre de 2003 (CEPAL, 2004).
Ámbito Nacional
Según Ordoñez, Ochoa y Páez (1990) 32 , las primeras disposiciones legales
relativas a la protección de la vejez y la invalidez en Colombia datan de 1827,
durante el período de la Gran Colombia, donde a través de la figura de los
montepíos militares se brindaba protección y amparo a las familias de quienes
hubiesen fallecido en la guerra de independencia y en las campañas libertadoras.
Ahora bien, pese a que en su tiempo de vigencia la Constitución de 1886 no dio el
paso de la asistencia a la seguridad social y que el derecho a la salud no fue
incluido dentro del conjunto de derechos individuales y garantías sociales, la
misma consagraba en los artículos 16 y 19 la asistencia pública como función del
Estado para: los incapacitados físicos, quienes no tuvieran medios de subsistencia
y para quienes carecieran de derecho para exigirlo de otras personas.
32 Citado en: Pontificia Universidad Javeriana (2003), Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá,
Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 22-67.
144
En efecto, la Ley 50 de 1886 fijó las primeras reglas de concesión de pensiones
estableciendo el inicio del régimen de Previsión Social que sería complementado
con las normas expedidas posteriormente. Según estos autores, la Ley 50
disponía que:
Los empleados civiles que hubieran desempeñado destinos o empleos de manejo judiciales o
políticos por veinte años por lo menos… tienen derecho a pensión de jubilación, siempre que
hayan trabajado con inteligencia y pureza, que comprueben con documentos auténticos sus
servicios y que no hayan sufrido alcances o remoción por mal manejo, incuria u omisión.
En 1903, la Ley 39 se ocupó de las pensiones de los profesores y encargados de
la instrucción pública. La Ley 29 de 1905 estableció las pensiones de jubilación
oficial para los empleados civiles que cumplieran con los requisitos de: 30 años de
servicios, 60 años de edad, carencia de medios de subsistencia, buena conducta y
paz y salvo con el Tesoro Nacional. Con la Ley 57 de 1915 se inicia el Derecho
Laboral colombiano y la legislación en materia de previsión social. En 1922, la Ley
68 dispuso la inembargabilidad de las pensiones. En 1944 se expide el Decreto
Legislativo No 2350 que se convierte en antecedente inmediato de la Ley 6 de
1945 que determinó la formación definitiva del régimen laboral y de seguro social
en Colombia. En 1946 en desarrollo de la Ley 6 de 1945, se determinó la creación
de organismos de previsión social en dos sectores tomando como punto de partida
al patrono. Por una parte las cajas de previsión social, y por el otro el Instituto de
Seguro Social (Ley 90 de 1946). Mediante el Decreto Ley 3224 de 1963 se
estableció la asistencia pública para aquellos que carecieran de los medios de
subsistencia y de derecho para exigir ayuda de otras personas, o que estuvieran
incapacitadas para trabajar. En 1968 a través de la Ley 75 del mismo año, se creó
el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) con el fin de dar asistencia
pública con fondos del estado (PUJ, 2003).
A partir de 1991, al considerarse Colombia como un Estado Social de Derecho, se
inicia el camino de la secularidad y de la autofundación, entendidas como el
reconocimiento de un orden social transformable de acuerdo con el espíritu de los
145
tiempos y como la posibilidad de construir y cambiar la normatividad, contando con
las mismas personas que la van a vivir, cumplir y defender. Este cambio se
formalizó con la Constitución Política de 1991. En contraste con la anterior
Constitución de 1886, la cual consagraba asistencia pública como función del
Estado en el Artículo 19, la Constitución de 1991 parte de considerar el poder
soberano del pueblo, y comienza su articulado reconociendo a Colombia como un
Estado Social de Derecho, que implica un nuevo concepto de Estado, donde todos
los actores tienen un rol que cumplir; donde las políticas, los programas y los
planes de desarrollo ya no son de responsabilidad exclusiva del gobierno, sino que
se espera que la sociedad civil participe organizadamente para lograr que todas
las personas puedan vivir dignamente (Confederación Colombiana de ONG,
2000)33.
En el marco de esta nueva Constitución Política, la persona mayor es uno de los
miembros de la familia que tiene un tratamiento jurídico especial mediante el
Artículo 46:
El Estado, la sociedad y la familia concurrirán para la protección y asistencia de las personas de la
tercera edad y promoverán su integración a la vida activa y comunitaria.
El Estado les garantizará los servicios de la Seguridad Social integral y el subsidio alimentario en
caso de indigencia34
.
A la luz de la Constitución anteriormente vigente (1886), la legislación referente al
tema del envejecimiento y la vejez se centró en la protección a esta última en caso
de indigencia (Ley 29 de 1975, reglamentada en 1976 y orientada básicamente a
la asistencia de la “ancianidad desprotegida”). También entró en vigencia el
establecimiento del seguro social (1946), el cual empezó (en 1968), a cubrir los
riesgos de invalidez, vejez y muerte (IVM), con el reconocimiento de pensiones por
invalidez, vejez y supervivencia. La actual Constitución, enfatiza a cada paso los
33 Citado en: Pontificia Universidad Javeriana (2003), Estado del arte Bogotá: 1990-2000, Bogotá,
Departamento Administrativo de Bienestar Social D.C., pp. 22-67.
34 Colombia (2012), Constitución Política, Bogotá, Legis Editores S.A.
146
derechos y la participación de todos los ciudadanos; y con base en ella se
fundamenta la ley de seguridad social (Ley 100 de 1993), que constituye un
avance en el camino hacia el logro de la seguridad social integral, en el marco de
la política social del gobierno de César Gaviria (1990-1994) denominada la
Revolución Pacífica (PUJ, 2003).
La diferencia consiste en que, por ejemplo, el Instituto de Seguros Sociales,
creado desde 1946, sólo permitía la afiliación de trabajadores dependientes o
vinculados por contrato laboral, lo cual significaba que quedaban por fuera los
trabajadores agrícolas, domésticos, los pequeños empresarios, los trabajadores
independientes, etc., población que no cubría el seguro social. En otro sentido, la
Ley de Seguridad Social (Ley 100) permitió que los trabajadores independientes
se vincularan; también hizo obligatoria la afiliación de trabajadores domésticos y
rurales (Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, 2002).
La Ley 100 de 1993 crea el sistema de seguridad social integral, como
reglamentación del Artículo 48 de la Constitución Política:
La seguridad social es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección,
coordinación y control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y
solidaridad, en los términos que establezca la ley.
Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la seguridad social.
El Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura de la
seguridad social que comprenderá la prestación de los servicios en la forma que determine la ley.
La seguridad social podrá ser prestada por entidades públicas o privadas, de conformidad con la
ley.
No se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la seguridad social para fines
diferentes a ella.
147
La ley definirá los medios para que los recursos destinados a pensiones mantengan su poder
adquisitivo contante35
.
Esta Ley cubre lo tocante a salud como acciones de protección específica,
detección temprana y atención de enfermedades de interés en salud pública para
los grupos de 45 a 59 y de 60 y más años. Para acceder a una pensión por vejez,
la persona debe haber cotizado un mínimo de 1000 semanas y tener 55 años si es
mujer, o 60 años si es hombre, modificándose a partir de 2014 a 57 y 62 años
respectivamente (PUJ, 2003). El propósito de la Ley 100 es lograr el bienestar
individual y la integración de la comunidad, proporcionando cobertura integral de
contingencias a toda la población (Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento,
2002); esta transición de un Estado asistencialista a uno de Derecho en materia
no sólo de vejez sino de seguridad social definitivamente implica un cambio
importante.
En efecto, Gerardo Monsalve Arenas (2007) resalta 4 características de la
seguridad social colombiana como derecho. La primera es que es un derecho
general, lo que implica que se trata de un derecho que se reconoce “a todos los
habitantes”, es decir, con carácter general y que no está ligado a la condición de
trabajador asalariado, como lo fue en sus primeras etapas. Sin embargo, la
prestación de servicios se hace en la forma como lo determine la ley, y la ley
colombiana, en la actualidad, no establece un criterio de universalidad en el
campo de la aplicación, sino únicamente respecto del sistema de salud, a través
de los regímenes contributivo y subsidiado. Lo segundo es que se trata de un
derecho exigible, es decir, su titular tiene la posibilidad de reclamarlo de los
sujetos obligados a su reconocimiento y puede acudir a la jurisdicción para hacer
valer esa exigibilidad. El tercer punto es que es un derecho irrenunciable, que es
el argumento constitucional para rechazar la validez de todo convenio o regla
unilateral que desconozca los derechos establecidos en la normatividad de
35
Colombia (2012), Constitución Política, Bogotá, Legis Editores S.A.
148
seguridad social. Finalmente, es un derecho de rango constitucional, es decir,
tiene el máximo nivel de validez jurídica, es decir, tiene una trascendencia jurídico-
política indiscutible. Lo que significa que todo el aparato estatal está comprometido
con su realización y efectividad.
El gobierno de Ernesto Samper Pizano (1994-1998) estableció el programa Revivir
de la Red de Solidaridad Social mediante el cual se prestaba apoyo al anciano en
estado de indigencia mediante un auxilio mensual, complementado con planes de
atención en los municipios. Posteriormente, el gobierno de Andrés Pastrana
(1998-2002) resolvió proteger a la población mayor de 60 años mediante la
incorporación voluntaria al programa Jornada Escolar Complementaria para el
Cambio, y, en caso de indigencia, darle continuidad a los auxilios del programa
Revivir (PUJ, 2003).
Posteriormente, se adelantaron en Colombia mesas de concertación con los
diferentes actores involucrados en la problemática del envejecimiento y de la
persona mayor, proceso que tiene una importante expresión en 2007 con la
promulgación de la Política Nacional de Envejecimiento y Vejez 2007-2019, en el
gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), la cual se enmarca en cuatro
aspectos fundamentales relativos al compromiso del Estado: el envejecimiento
biológico y su relación con el envejecimiento demográfico, los derechos humanos,
el envejecimiento activo y la protección social integral. En 2008, mediante la Ley
1251 “se dictan normas tendientes a procurar la protección, promoción y defensa
de los derechos de los adultos mayores” (Sandoval, 2010).
Ámbito Distrital
En el caso de Bogotá, con el Acuerdo 8 de 1991 aprobado por el Concejo de
Santafé de Bogotá, se adoptó el primer Plan de Desarrollo, bajo la administración
de Juan Martín Caicedo Ferrer (1990-1992), dentro del cual no se encuentra una
política específica para la vejez. La administración de Jaime Castro Caicedo
(1992-1994) proclamó “atención médica especializada en programas de salud
149
mental, hemofilia, tercera edad y nuevas patologías”; así mismo, se manifestó la
necesidad de diseñar programas para la atención especializada a la población en
situación social crítica: tercera edad, minusvalías, discapacidades, prostitución,
drogadicción e indigencia. Para la tercera edad se establecieron comedores-
dormitorios para ancianos indigentes, hogares de vida, centros de vida, fondo de
crédito al mayor, entre otros. Por su parte, en la administración de Antanas
Mockus Sivickas (1995-1997) se diseñó e implementó una estrategia para reducir
los comportamientos de exclusión social; entre sus metas estaba atender ancianos
indigentes, jóvenes trabajadores de la calle, jóvenes y adultos con problemas de
drogadicción, delincuencia o indigencia. El desarrollo de estas actividades fue
financiado con el programa Revivir y permitió otorgar subsidios a 16.000
indigentes en el distrito. En la administración de Enrique Peñalosa Londoño (1998-
2001) se definió a las personas mayores como una de las poblaciones prioritarias
en todas las estrategias de inversión social; la meta de este Plan de Desarrollo
consistía en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, en especial de los
sectores de la población, que además de sus condiciones de pobreza y
vulnerabilidad, se encontraran en riesgo evidente y requirieran de acciones
especiales y contundentes. Las instituciones encargadas de coordinar y llevar a
cabo dicha meta fueron: el Departamento Administrativo de Bienestar Social
(DABS), la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá (SDS), el Instituto Distrital de
Recreación y Deporte (IDRD), el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT) y el
Departamento Administrativo de Acción Comunal (DAAC). La segunda
administración de Antanas Mockus (2001-2003) se propuso brindar atención
integral, subsidios y actividades de desarrollo humano a viejos y viejas, así como
servicios de atención integral a personas con limitaciones físicas, mentales y/o
sensoriales (PUJ, 2003).
Así las cosas, con el Acuerdo 254 de 2006 se establecen los principios y
lineamientos de la política pública del envejecimiento y las personas mayores en el
Distrito Capital. Estos son: participación activa, inclusión social, reconocimiento,
150
equidad, relaciones intergeneracionales, autorrealización y dignidad. En
consecuencia, el Plan de Desarrollo de Bogotá 2008-2012 plantea que:
La acción pública se orientará a la promoción, reconocimiento, garantía y restitución de los
derechos fundamentales, civiles y políticos, económicos, sociales y culturales, y colectivos, de
todas y todos los habitantes de la ciudad, sin distinción de etnia, culto o creencia, género o
condición socioeconómica, con especial atención hacia los niños, niñas, adolescentes, jóvenes,
personas mayores y por condición especial de discapacidad36
.
Finalmente, el actual Plan de Desarrollo –Bogotá Humana– propone para la
población de personas mayores incrementar en un 5 por ciento la atención
integral, donde la línea base es de 61.154 atendidas integralmente, y en el 2016
deberán ser 78.886 vinculadas a servicios de atención integral37.
36 Sandoval, Diana (coord.), (2010), Estado del arte sobre las prácticas culturales de la población de adultos
mayores en Bogotá D.C., Bogotá, Subdirección Imprenta Distrital-DDDI, pp. 27-49.
37 Recurso electrónico. Disponible en: http://www.bogotahumana.gov.co/index.php/asi-va-el-plan-de-
desarrollo.