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UNIVERSIDAD DE MEXICO OLIVIA ZÚÑIGA, Entre el in- fierno y la luz. Colección Nueva. Guadalajara, Jal. 1953. 104 pp. Esta novela vale por cuanto es femenina, por cuanto es el retrato del complicado mundo emocional de una mujer. Es curioso que cuando la mujer escribe tiene menos pudores espirituales que el hombre. Son raras las novelistas que no tienen crudezas psíquicas o morales. Debe ser que les estalla todo lo que tina socie- dad estatuída por el hombre 30 de ·este extenso poema, Cjue permaneció inédito durante dos siglos, y que hasta nuestros días aparece en especial edi- ción de lujo de Los Presentes. Las notas, aunque de estilo ar- caizante, cumplen su cometido, poner al día la figura casi ol- vidada de Juan José de Arrio- la. Muy pocos son los datos que se poseen sobre la vida del autor de estas Décimas. Nació en Guanajuato (1698), ingre- en la Compañía de Jesús, en donde se ocupó de enseñar humanidades y retórica, murió un año después de la expulsión de los jesuítas, a los 70 años de edad. El historiador Osares valora con sobriedad su talen- to poético, en el que tuvo: "fa- cilidad, gracia, entusiasmo y decoro". De su obra numerosa sólo nos han legado Canción a un desen.gaño, en la que imi- ta, como otros muchos poetas de aquel tiempo, a la famosa y muchas veces emulada Can- ción del P. Matías de Boca- negra; y su texto capital las Décimas de Santa Rosalía, que es un bello ejemplo de supera- ción al tema impuesto, median- te el color y el ingenio de la escuela barroca mexicana: "Chupó el múrice encarnado ,1 de aquella Llaga divina, / que si no fue clavellina / fue clavel disciplinado: / y entre el ca r- mín matizado / y entre neva- dos albores, / labró con ambos co!ores, / sin que el Abril ten- ga queja, / -hermosa, anima- da Abeja- / el panal de sus Amores". Escuela que se ha denominado, "evolución calde- roniana del gongorismo: el gongorismo que en ... Calde- rón contiene su desenfreno latinizante, en gracia de la claridad popular, pero ... mag- nifica sus restantes valores: el conceptista discreteo sutil, la agudeza y arte de ingenio, la magnificencia imaginativa y verbal". Y estos materiales ex- presivos recargados de sines- tesias y otras figuras retóricas, connaturales a su tiempo, ade- más de los ya mencionados in- flujos, resienten otros aunque no muy claros, a no ser el de Sor Juana. ev. ROBERTO LÓPEZ ALBO, Bertín. Los presentes. México, 1955. 90 pp. Un niño sensible e inquieto, hijo de pescadores, vive en un puerto del norte de España, bajo el actual régimen fascis- ta. La familia es humilde y pasa hambre con frecuencia. El niño va anotando en su dia- rio las sucesivas facetas -ale- gres, extrañas, tristes- que la vida le presenta. El núcleo emocional de la vida de Bertín consiste en su cariño y admi- ración hacia el hermano ma- yor, prisionero por sus activi- dades secretas contra el régi- men. El hermano vuelve a ca- sa, pero por un momento. El pequeño le añora al punto de ponerse su boina para sentirlo un poquitín. Al final, un pano- rama triste pareoe abrirse para él. Comienza a sentir las duras leyes del mundo de los mayo- res: Luis le ha dicho a su' padre que ayer supo que habían cerra- do la fábrica doilde trabajaba Tonio. Dice que algunos protes- taron, pero que no salió nada en los periódicos. Luis mira a su madre y dice que está seguro de que Tonio no ha tenido nada que ver en eso; pero como ya lo co- nocen mucho, lo pueden haber metido en la cárcel. Dice que siempre que pasan esas cosas aga- rran a los más conocidos, pero que los sueltan enseguida. Y la madre dice: Sí, lo soltarán cuan- do ya me haya muerto, si no Jo matan a él antes. Cuando este personaje, Luis, sale de la casa, Bertín le ve marchar. Sus hombros caídos le recuerdan al hermano. Elli- bro termi'na con una silenciosa invocación: Ya sé que lIO eres Tonio, pero eres su amigo desde peque- ñuco, y con el tiempo a lo mejor te quiero como a él; y así, jun- tos, podemos esperar a que él lle- gue ... ¡Porque )'0 sé que Tonio está vivo! i Porque yo ... yo lo siento! ¿ Verdad que sí, Tonio? ... ¿ Verdad que estás ahí, en Fran- cia y que ahora recibiremos carta tuya? Roberto López Albo no es un escritor profesional. Ha es- crito este relato por necesidad interior y no ha buscado cons- cientemente el arti ficio litera- rio. Pero al en foca r el mundo desde los ojos de un niño ha convertido su relato en poesía. La inocencia pone magia en la realidad. Cuando Bertín dice: Yo me he quedado solo, y la pelota también se ha quedado sola en el jardín, esperando . .. utiliza un lenguaje realista -para él- y acorde con la intención de robar esa pelota abandonada por otros niños. Sin saberlo, lo ha dicho poé- ticamente. Así, Bertín convier- te en expresión lírica todas sus experiencias. Ante una niña enferma dice que sus sábanas han de estar bien blancas para espantar la tisis. Ahora véase- le frente a la muerte de esa misma niña: ... Pilarín se queda muy quie- ta dentro de la caja y no me dice nada. Yo quería darle un beso, pero no me atrevÍ. Entonces, sin que me viera nadie, he dejado caer dentro de la caja dos bolitas de cristal, de las grandes, a co- lorines ... A PilarÍn le gustaba mucho jugar con ellas. i Cuánta poesía y cuánto sentimiento concentrados en ese j sin que me viera nadie! La prosa poética se hace así, expresando una actitud espi- ritual nacida del contacto con la realidad, y no buscando una aproximación a la forma poe- mática. Un relato en prosa puede no tener metáforas, ni ritmo, ni bellas sonoridad es, y ser perfecta prosa poética. Es- ta prosa inocente y sencilla de Albo recuerda la de Charles Louis Philippe en "La Madre y el Niño" y la de Juan !\amón en "Platero y yo". Tiene esas mismas virtudes de magia y honradez, tan necesa- rias para nuestra actual litera- tura, que marcha a la huesa entre medusas de ficcionado- res y hachazos de realistas. De Roberto López Albo se pueden esperar con justicia cosas estupendas. J. DE LA C. CESARE ZAVATTINI, T ató el bue- no. Traducción de Lido Monti. Ediciones La Isla. Buenos Ai- res, 1954. 166 pp. He aquí la fábula en que se basara aquel!a película italiana "Milagro en Milán". El libre- tista de "Ladrones de bicicle- tas" y "Humberto D.", de- muestra que también sabe mo- verse en el terreno litenlrio. Sus artículos humorísticos en la prensa italiana y sus novelas "Parliamo tanto di mé" e "1 poveri sano matti, e lo sano il diavolo" han sido ampliamen- te leídos y comentados en Eu- ropa. Zavattini ha escrito este relato para, sus niños y ha puesto en él los ricos matices de un espíritu sutil y generoso. El cuento nos habla del ange- lical Totó, nacido entre unas coles y criado por una vieja viuda, y que se convertirá en el guía espiritual de un campa- mento de parias. Cuando éstos se ven amenazados de expul- sión por el millonario Mobic, Totó se enfrenta a las fuerzas vivas con la ayuda de cierto poder milagroso que le otorga- ra un ángel. Totó salva al cam- pamento y llega a ser goberna- dor de la ciudad, pero la glo- ria le adormece y una conspi- ración le obliga a irse volando en una escoba hacia un lugar donde buenos días quiera decir realmente buenos d·ías. Esta trama sirve para presentarnos tipos caricaturescos como el mendigo humilde que sólo pi- de limosna él los otros mendi- gos, o como el ladrón que asal- ta a los transeúntes poniéndo- se la pistola contra el pecho y diciendo: "La bolsa o mi vi- da". La crítica social es de las que no deja el mal sabor de boca propio de las obras ele tesis. La traducción de Lido Monti es un tanto descuidada. J. DE LA C. Pío CARO, El 1teorreal;smo cine- matográfico italiano. Colec- Estela. México, 1935.280 pp. Es innegable que hoy el ci- ne neorrealista italiano es tina robusta corriente artística con sus características y sus leyes y capaz de hacer cambiar la trayectoria de este arte. Este libro de Pío Caro, escrito con un gran amor y con un estilo desaliñado, es el primero que sobre el tema se publica en es- pañol, y sólo por eso resulta- ría de interés. Se trata d.e una historia y una interpretación de la es- cuela neorrealista, desde sus más remotos antecedentes, co- mo S perduti nei buio de Mar- toglio, hasta 'sus más recientes tendencias, como el "realismo fantástico" en Milagro en Mi- lán y el intimista en Humber- fo D. Pío Caro ha dedicado gran parte de su estudio a la obra producida por el binomio De Sica-Zavattini. De este úl- timo se citan largos y notables párrafos de teoría neorrealis- tao En realidad, la figura de Zavattini domina todo el libro, lo que nos parece justo, pues creemos qU.e este original li- bretista cinematográfico es el verdadero creador del neorrea- lismo. Pío Caro se ha empeña- do también en combatir algu- nos prejuicios que pesan sobre la escuela, prejuicios basados en puntos de vista erróneos. como el de creer que el neo- rrealismo no es un intento ar- tístico y que busca sólo el do- cumento. Contra esto cabe ci- tar tina frase del mismo Zava- ttini: Indudablemente existen formas fabulosas de analizar la realidad. Pues vengan ellas también: ellas también son formas expresivas naturales. Finalmente, el libro se com- pleta con el análisis de los films más eminentes del mo- vimiento -incluso aquellos de México y España que acusan algunas influencias neorrealis- tas- y con un buen número de fotografías. J. DE LA C.

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UNIVERSIDAD DE MEXICO

OLIVIA ZÚÑIGA, Entre el in­fierno y la luz. ColecciónNueva. Guadalajara, Jal.1953. 104 pp.

Esta novela vale por cuantoes femenina, por cuanto es elretrato del complicado mundoemocional de una mujer. Escurioso que cuando la mujerescribe tiene menos pudoresespirituales que el hombre.Son raras las novelistas queno tienen crudezas psíquicaso morales. Debe ser que lesestalla todo lo que tina socie­dad estatuída por el hombre

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de ·este extenso poema, Cjuepermaneció inédito durante dossiglos, y que hasta nuestrosdías aparece en especial edi­ción de lujo de Los Presentes.Las notas, aunque de estilo ar­caizante, cumplen su cometido,poner al día la figura casi ol­vidada de Juan José de Arrio­la. Muy pocos son los datosque se poseen sobre la vida delautor de estas Décimas. Nacióen Guanajuato (1698), ingre­só en la Compañía de Jesús,en donde se ocupó de enseñarhumanidades y retórica, murióun año después de la expulsiónde los jesuítas, a los 70 añosde edad. El historiador Osaresvalora con sobriedad su talen­to poético, en el que tuvo: "fa­cilidad, gracia, entusiasmo ydecoro". De su obra numerosasólo nos han legado Cancióna un desen.gaño, en la que imi­ta, como otros muchos poetasde aquel tiempo, a la famosay muchas veces emulada Can­ción del P. Matías de Boca­negra; y su texto capital lasDécimas de Santa Rosalía, quees un bello ejemplo de supera­ción al tema impuesto, median­te el color y el ingenio de laescuela barroca mexicana:"Chupó el múrice encarnado ,1de aquella Llaga divina, / quesi no fue clavellina / fue claveldisciplinado: / y entre el ca r­mín matizado / y entre neva­dos albores, / labró con ambosco!ores, / sin que el Abril ten­ga queja, / -hermosa, anima­da Abeja- / el panal de susAmores". Escuela que se hadenominado, "evolución calde­roniana del gongorismo: elgongorismo que en ... Calde­rón contiene su desenfrenolatinizante, en gracia de laclaridad popular, pero ... mag­nifica sus restantes valores: elconceptista discreteo sutil, laagudeza y arte de ingenio, lamagnificencia imaginativa yverbal". Y estos materiales ex­presivos recargados de sines­tesias y otras figuras retóricas,connaturales a su tiempo, ade­más de los ya mencionados in­flujos, resienten otros aunqueno muy claros, a no ser el deSor Juana.

ev.

ROBERTO LÓPEZ ALBO, Bertín.Los presentes. México, 1955.90 pp.

Un niño sensible e inquieto,hijo de pescadores, vive en unpuerto del norte de España,bajo el actual régimen fascis­ta. La familia es humilde ypasa hambre con frecuencia.El niño va anotando en su dia­rio las sucesivas facetas -ale­gres, extrañas, tristes- quela vida le presenta. El núcleoemocional de la vida de Bertínconsiste en su cariño y admi-

ración hacia el hermano ma­yor, prisionero por sus activi­dades secretas contra el régi­men. El hermano vuelve a ca­sa, pero por un momento. Elpequeño le añora al punto deponerse su boina para sentirloun poquitín. Al final, un pano­rama triste pareoe abrirse paraél. Comienza a sentir las durasleyes del mundo de los mayo­res:

Luis le ha dicho a su' padreque ayer supo que habían cerra­do la fábrica doilde trabajabaTonio. Dice que algunos protes­taron, pero que no salió nada enlos periódicos. Luis mira a sumadre y dice que está seguro deque Tonio no ha tenido nada quever en eso; pero como ya lo co­nocen mucho, lo pueden habermetido en la cárcel. Dice quesiempre que pasan esas cosas aga­rran a los más conocidos, peroque los sueltan enseguida. Y lamadre dice: Sí, lo soltarán cuan­do ya me haya muerto, si no Jomatan a él antes.

Cuando este personaje, Luis,sale de la casa, Bertín le vemarchar. Sus hombros caídosle recuerdan al hermano. Elli­bro termi'na con una silenciosainvocación:

Ya sé que tú lIO eres Tonio,pero eres su amigo desde peque­ñuco, y con el tiempo a lo mejorte quiero como a él; y así, jun­tos, podemos esperar a que él lle­gue ... ¡Porque )'0 sé que Tonioestá vivo! i Porque yo ... yo losiento! ¿Verdad que sí, Tonio? ...¿Verdad que estás ahí, en Fran­cia y que ahora sí recibiremoscarta tuya?

Roberto López Albo no esun escritor profesional. Ha es­crito este relato por necesidadinterior y no ha buscado cons­cientemente el arti ficio litera­rio. Pero al en foca r el mundodesde los ojos de un niño haconvertido su relato en poesía.La inocencia pone magia en larealidad. Cuando Bertín dice:Yo me he quedado solo, y lapelota también se ha quedadosola en el jardín, esperando . ..utiliza un lenguaje realista-para él- y acorde con laintención de robar esa pelotaabandonada por otros niños.Sin saberlo, lo ha dicho poé­ticamente. Así, Bertín convier­te en expresión lírica todas susexperiencias. Ante una niñaenferma dice que sus sábanashan de estar bien blancas paraespantar la tisis. Ahora véase­le frente a la muerte de esamisma niña:

... Pilarín se queda muy quie­ta dentro de la caja y no me dicenada. Yo quería darle un beso,pero no me atrevÍ. Entonces, sinque me viera nadie, he dejadocaer dentro de la caja dos bolitasde cristal, de las grandes, a co­lorines ... A PilarÍn le gustabamucho jugar con ellas.

i Cuánta poesía y cuántosentimiento concentrados enese j sin que me viera nadie!

La prosa poética se hace así,expresando una actitud espi­ritual nacida del contacto conla realidad, y no buscando unaaproximación a la forma poe­mática. Un relato en prosapuede no tener metáforas, niritmo, ni bellas sonoridades, yser perfecta prosa poética. Es­ta prosa inocente y sencilla de~ópez Albo recuerda la deCharles Louis Philippe en "LaMadre y el Niño" y la de Juan!\amón en "Platero y yo".Tiene esas mismas virtudes demagia y honradez, tan necesa­rias para nuestra actual litera­tura, que marcha a la huesaentre medusas de ficcionado­res y hachazos de realistas.

De Roberto López Albo sepueden esperar con justiciacosas estupendas.

J. DE LA C.

CESARE ZAVATTINI, Tató el bue­no. Traducción de Lido Monti.Ediciones La Isla. Buenos Ai­res, 1954. 166 pp.

He aquí la fábula en que sebasara aquel!a película italiana"Milagro en Milán". El libre­tista de "Ladrones de bicicle­tas" y "Humberto D.", de­muestra que también sabe mo­verse en el terreno litenlrio.Sus artículos humorísticos enla prensa italiana y sus novelas"Parliamo tanto di mé" e "1poveri sano matti, e lo sano ildiavolo" han sido ampliamen­te leídos y comentados en Eu­ropa. Zavattini ha escrito esterelato para, sus niños y hapuesto en él los ricos maticesde un espíritu sutil y generoso.El cuento nos habla del ange­lical Totó, nacido entre unascoles y criado por una viejaviuda, y que se convertirá enel guía espiritual de un campa­mento de parias. Cuando éstosse ven amenazados de expul­sión por el millonario Mobic,Totó se enfrenta a las fuerzasvivas con la ayuda de ciertopoder milagroso que le otorga­ra un ángel. Totó salva al cam­pamento y llega a ser goberna­dor de la ciudad, pero la glo­ria le adormece y una conspi­ración le obliga a irse volandoen una escoba hacia un lugardonde buenos días quiera decirrealmente buenos d·ías. Estatrama sirve para presentarnostipos caricaturescos como elmendigo humilde que sólo pi­de limosna él los otros mendi­gos, o como el ladrón que asal­ta a los transeúntes poniéndo­se la pistola contra el pecho ydiciendo: "La bolsa o mi vi­da". La crítica social es de lasque no deja el mal sabor deboca propio de las obras eletesis. La traducción de LidoMonti es un tanto descuidada.

J. DE LA C.

Pío CARO, El 1teorreal;smo cine­matográfico italiano. Colec­~ión Estela. México, 1935.280pp.

Es innegable que hoy el ci­ne neorrealista italiano es tinarobusta corriente artística consus características y sus leyesy capaz de hacer cambiar latrayectoria de este arte. Estelibro de Pío Caro, escrito conun gran amor y con un estilodesaliñado, es el primero quesobre el tema se publica en es­pañol, y sólo por eso resulta­ría de interés.

Se trata d.e una historia yuna interpretación de la es­cuela neorrealista, desde susmás remotos antecedentes, co­mo Sperduti nei buio de Mar­toglio, hasta 'sus más recientestendencias, como el "realismofantástico" en Milagro en Mi­lán y el intimista en Humber­fo D. Pío Caro ha dedicadogran parte de su estudio a laobra producida por el binomioDe Sica-Zavattini. De este úl­timo se citan largos y notablespárrafos de teoría neorrealis­tao En realidad, la figura deZavattini domina todo el libro,lo que nos parece justo, puescreemos qU.e este original li­bretista cinematográfico es elverdadero creador del neorrea­lismo. Pío Caro se ha empeña­do también en combatir algu­nos prejuicios que pesan sobrela escuela, prejuicios basadosen puntos de vista erróneos.como el de creer que el neo­rrealismo no es un intento ar­tístico y que busca sólo el do­cumento. Contra esto cabe ci­tar tina frase del mismo Zava­ttini: Indudablemente existenformas fabulosas de analizarla realidad. Pues vengan ellastambién: ellas también sonformas expresivas naturales.

Finalmente, el libro se com­pleta con el análisis de losfilms más eminentes del mo­vimiento -incluso aquellos deMéxico y España que acusanalgunas influencias neorrealis­tas- y con un buen númerode fotografías.

J. DE LA C.

r UNIVERSIDAD DE MEXICO

les ha hecho callar durante si­glos. T~l vez por eso pareceque escrIben mas par~ el hom­bre que para las mUJeres. Lamujer se confiesa con loshombres, escribe por, para ycontra ellos.

Esto es cierto aunque ('neste libro la confidente no seala autora, sino la protagonista,Francisca. Se trata de unamujer bella y sensitiva casa­da con un hombre pragmáti­co, egoísta y brutal. Francis­ca se siente unida a su esposopor un flaqueante cariño, porel miedo y por motivos de se­guridad económica. Aconteci­mientos dolorosos como el sui­cidio del hermano, los actosbrutales del marido, el acci­dente de un hijo y sus propiosdesequilibrios nerviosos en­yuelven a Francisca en el caos.Oscilando entre el 'infierno \'la luz, conoce en una fiestasocial a Jaime Geliebter. hom­bre generoso, viril de talentoque aparece poco físicamenteen el relato, pero cuya perso­nalidad está siempre presente.Apenas iniciada la amistacl ('n­Ire francisca y Jaime -segúnparece no pasa de eso--, é~te

muere. pero deja en el almade la mujer una huella imho­rrable.

O!i\'ia Zúñiga ha seguidoun estilo ndamente impresio­nista para referir las emocio­nes del personaje. En lugar dedescribir estados de ánimo lo~

sugiere, relatando las circun~­

tancias: atuendo y arreglo fe­menino. escenas calleiera~

-como la pintoresca \'isiónde nna calle después de Ull

desfile natriótico-. fiestas d(''ociedad, un coche a\'anzandoen la noche del campo. Bue­nas resultan las páginas dedi­cadas al suicidio del hermano,a la enfermedad de Franciscay a estados depresivos, tal co­mo el viaje de la protagonistaen un sucio e incómodo vagónpara braceros, después de lagrata cena en un pullJ.1'I.an.

"Cn defecto destaca demasia­do en la trama: hay un grannúmero de encuetros fortui­tos entre los personajes cen­trales, en la cal1e, en vehícu­los. en lugares públicos. N ose puede decir que este librosea una novela. Aunque algu­nas páginas bajan en calidades un relato bastante directo,muy torturado, que nos re­cuerda por su tono románti­co-existencialista el libro deotra escritora: Nada, de Car­men Laforet. En instantes se\'C la delicada mano que es­cribiera ese ino~vidable Rc­trato de una niña triste, quetal vez era menos intenso, pe­ro que tenía más poesía. Ellibro es de moderna presen­tación y lleva dibujos abstrac­tos de Mathias Goeritz.

J. DE LA C.

ALVARO ARAUZ, Tirso y DonJuan. Colección Temas Tea­trales. México, 1954. 58 pp.

Don Juan sigue conquis-tando a las muj eres y preocu­pando a los hombres. Alvaro.-\rauz se pone de parte delburlador dl: Se\'Ílla y lo de­fiende de las teorias de Mara­i'ión, afirmando que psicológi­camente y sexualmente es unhombre normal. Todo esto noscomplaceria mucho si las te­sis estuvieran apoyada~ enanálisis concienzudos, pero enlugar de análisis, Arauz nosda fantasía. prosa colorida, lle­na de claveles y esplendores.N o es que este reseñador estéen contra de las interpretacio­nes poéticas. Por el contra­rio, creo que es la interpreta­ción poética la más profunda-ahí está e namuno-; pero.con tener sus bellezas. este noes un libro poético. Le sobraretórica. Sí, eso podría ser:1111 buen ensa\'o retórico so­bre la fig-ura' de Don Tuan.Arauz h,;bla ck los .wátaresque al pasar p!)r yarios auto­res - Moliere. \ilozart, Bvron,Zorrilla y Shaw ha sufridoesta Icgl:mla ria pnsona1idad.y ~e le oh'idó UIlO dl' los má~

importalltes. el ])011 luan que(,1 ya m(,llcionado l'namunolicrllIG-lIo Jllall o El lII:wdo espre~enta en ~u comedia Ellea/ro. Í'.n l·l1a DOII Juan tie­IIl' un final quijotesco: el bur­lador ll1uere sosegado y cuer­do. Cuando alguien dice: ¡ Yqué biclI lc cae el sayal!. Tnéscontesta: ¡.I[cjor le rae laagollía! Y es verdad, sólo alos grandes 110 les queda hol­gada la agonía. Con tanto gar­bo la vistió Don Juan que tuvoun apasionado defensor - yese es el mérito del libro quecomentamos en A 1y a r oArauz. Por intención no que­dará.

J. DE LA C.

LEN HOWARD, Los pájaros y suindividualidad. Breviarios, 102.Fondo de Cultura Económi­ca. México, 195 5. 252 pp.

Miss Howard ha dedicadosu vida a los pájaros y com­parte con ellos su casa de cam­po. Esto le ha permitido co­nocerlos, no como entes bio­lógicos, sino como individuos.Cada pájaro tiene su propiabiografía. Len Howard nospresenta la vida personal, par­ticular, de Cabeza pelada, M 0­

nóculo, Dobbs, Tinta, etcétera,y nos relata sus idilios, susluchas, la construcción de susnidos y mil detalles íntimosque nos hacen pensar que enestas aladas criaturas hay al­go más refinado que el instin­to. Todas las consideracionesacerca del canto de los pája­ros nos parecen más intere­santes.que el relato de la for­mación de un tenor o la téc-

nica del do de pecho. Espe­cialmente conmovedor resul­ta el caso del mirlo que llegóa componer, sobre un sencillotrino, una frase musical pa­recicia a un Rondó de Beetho­ven. Es un libro in formativo .pero aquí si cabe decir que eltema Jo ha elevado a un planolírico. La obra tiene ocho ex­celentes fotografías. Es de la­mentarse que los editores nohayan incluído un númeromayor. El breve prólogo es deJulián Huxley.

J. DE LA C.

SIMONE WEIL, Carla a un reli­gioso. Traducción de M. E.Valentié. Sudamericana. Bue­nos Aires, 1954. 64 pp.

Simone Weil, en su pnso-nalidad de filósofa y cristiana,expone ante la Iglesia ciertonúmero de problemas y dudasplanteados en puntos como:la presencia de un sentimien­to idólatra en la gran mayoríade los cristianos, evidente enla creencia del poder milagro­so de imágenes y lugares san­t()~; la casi certeza de que elcontenido del cri stia n ismoexistía antes de Cristo en lasrel igiones de los pueblosegipcio, caldeo, persa y grie­go; la semejanza de ciertosmitos egipcios y griegos contextos de las Escrituras: el pa­ralelismo de Prometeo conCristo. de Atenea v Hestiacon el Espíritu Santo: del poe­ma escandinavo rOo Tuna deOdín con ciertos aspectos dela Crucifixión, de la mater­nidad de la Virgen con la ideade Platón, expresada en elTillleo, referente a cierta esen­cia, madre de todas las cosasy siempre intacta, etc. Másadelante dice: C:tOlldo Cristodijo: "Ensóiad a todas las na­ciones l' llevOodles la noticia",oTdenó "!levar ulla noticia 'V nouna teología. El mismo," ha­biendo venido, decía que "sólopara las ovejas de Israel"c·tiadía esta 'llueva a la religiónde Israel. Critica S. Weil lainutilidad de las misiones ca­tólicas, que apoyándose en elpoderío occidental tratan deconvencer a quienes creen asu manera. Dice aún cosas másheterodoxas -aunque muycristianas- como afirmar queaquél que se l1ama ateo, peropractica el bien y el amor alprój imo, se salvará segura­'Inente. . Además, agrega, elateísmo puede ser, en el fon­do. la creencia en un Dios im­personal. Finalmente planteasus dudas acerca de la infa­libilidad de la Ig-lesia y de Sl1

apeg-o a los prin~ipios ¡le Cris­to. Se trata, pues. de un librosumamente importante paralos católicos que deseen ra­zonar su fe, e incluso paraquienes no siendo creyentes,estén animados del espíritucristiano. Simone Weil con-

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creta en este ensayo las ideasque desde hace bastante tiem­po venían inquietando a losintelectuales católicos y quepueden resumirse en cambiosreligiosos funchmentales. Lafrase final del libro es biensignificativa: i Cómo cambia­ría nuestra vida si se vieseque la geometría griega y laf(7 cristiana han surgido de la,inisma fuente!

J. DE LA C.

FRANKFORT, H. Y H. A., Wn.­SON, J. A. Y JACOBSEN, T.,El pensamiento prefilosófico.1. Egipto y Mesopotamia. Bre­viarios, 97. Fondo de CulturaEconómica. México, 1954, 286pp.

-Este breviario presenta tre~

monografías: 19, Una hUro­ducción (Mito y Realidad) deH. y H. A. Frankfort, 29, unestudio sobre el pensamientoen Egipto, que consta, a suvez, de tres partes: la natu­raleza del Universo, la fun­ción del Estado y los valoresde la vida, de John A. Wil­son; y 39 , un análisis de lasideas prefilosóficas en l\![ (;­sopotalllia que, como el estu­dio sobre el pensamiento enEgipto, se divide en 3 partes:El cosmos concebido como '/InEstado, La función del Es­tado y La vida virtuosa., deThorkild Jacobsen.

Nada mejor para tener unaligera idea de qué trata la In­trodttcción, que las palabrasdel propio autor: "La di fe­rencia fundamental entre lasactitudes del hombre modernoy las del antiguo con respectoal medio que lo rodea, es que,para el contemporáneo. que seapoya en la ciencia, el mundode los fenómenos es. ante to­do, un "ello", algo imperso­nal; en tanto que para el hom­bre antiguo y, en general, pa­ra el primitivo, es enteramen­te personal y se le trata de"tú".

Esta relación del hombrecon su medio, no es siemprela misma en el caso de Egip­to donde la relación con dio­se~ como Kuk, las tinieblas, ocomo N un, el abismo, era unaplática utilizando la forma del"usted", por el temor numi­naso que el dios les inspi raba.Claro que, cuando se tratabade otros dioses más familiareso dioses de la luz, había untutearse franco.

La cosmogonia mesopotá­nica está espléndidamente ex­puesta. El animisn~o, el hallaruna evidente alterIdad en lascosas, el descosificarlas -enun proceso contrario a la coa­g'uJación de la libertad del otro~le que habla la filosofía exis­tencial- nos pone ante losojos, con gran vive;a: el pen­samiento prefilosoflco elelhombre primitivo.

E. G. R.