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Abre las puertas de Estancia La Cruz, un refugio con aires moriscos en Córdoba

EUGENIO ZANETTI “ESTA CASA ES COMO UN

RETRATO DE MI CORAZON”

El escenógrafo argentino, ganador de un Oscar, comparte uno de sus últimos desafíos: un hotel

boutique en Traslasierra, que seguramente hospedará a Jodie Foster y Robert Downey Jr.,

algunos de sus amigos de Hollywood

La suite Paraíso es una de las más imponentes. Las lámparas colocadas

sobre las cómodas fueron hechas con

candelabros rescatados tras la demolición de

una iglesia cordobesa. El comedor, con dos

sillones de estilo marroquí y cuatro sillas

coloniales, listo para recibir a los invitados.

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2 5 de marzo de 1996, Doro-thy Chandler Pavilion de Los Angeles, 68ª entrega de los

premios Oscar. Esa noche, Euge-nio Zanetti (63) sintió que su pe-cho explotaba de alegría al reci-bir la estatuilla dorada a la Mejor Dirección Artística por su trabajo en Restoration, un drama protago-nizado por Sam Neill y Meg Ryan. Mientras subía al escenario –con-fiesa–, los momentos más impor-tantes de su vida pasaron por su cabeza: la infancia en Córdoba, la participación en el film Medea de Passolini cuando era muy jo-ven, el amor por los lienzos y los pinceles, su llegada a Estados Uni-dos en la década del 80, sus más

de cuarenta producciones en el teatro y la ópera, la incursión en Hollywood…

Desde hace un año y medio, Eu-genio decidió pasar más tiempo en Argentina y sumar su grano de arena al cine nacional. Mientras trabaja en Amapola, la ópera pri-ma como director, reparte los días entre Buenos Aires y San Javier, un pequeño pueblo en el valle de Traslasierra, provincia de Cór-doba, donde siguió su naturaleza creadora para construir Estancia de la Cruz, un hotel con aires mo-riscos que sobresale entre el ma-jestuoso paisaje.

En exclusiva para ¡Hola!, uno de los argentinos más reconoci-

“La fuente de inspiración para crear este lugar fue recuperar la estética de las casas solariegas de las sierras de Córdoba. Es una mezcla entre un palacio magrebí y una estancia cordobesa. Cada ambiente

tiene alma propia y es un reflejo de mi sensibilidad”

Derecha: el gran salón, con sus enormes ventanales a través de los que se aprecia la inmensidad del paisaje de Traslasierra. Las puertas moriscas de seis metros de altura, hechas en madera, le dan

una calidez especial al lugar. Abajo: como salidas de Las mil y una noches, las habitaciones del hotel emulan los palacios del norte de Africa.

Esfinge siria con incrustaciones de

nácar, del siglo XVII, que Eugenio compró para algunas de sus

escenografías.

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“Siempre estuve rodeado de géneros

como el terciopelo y la seda. Mi sensibilidad

se traduce en la decoración de este

lugar, es mi versión de un cuento de hadas”

Arriba: otro de los amplios ambientes del hotel inaugurado en abril de 2011 y en el que el 90 por ciento del mobiliario proviene de objetos que el anfitrión fue coleccionando a lo largo de su vida. La mayoría de los cuadros de este salón fueron pintados por el escenográfo. La virgen negra, que

está sobre la chimenea, data del siglo XV y el vitreau circular –traído de Francia a principios del siglo XX– fue rescatado del hotel Bristol de Mar del Plata antes de ser demolido. Abajo: cada una de las habitaciones cuenta con una terraza semicubierta. Derecha: con su ovejero alemán Pincho, en

el pórtico del pintoresco refugio cordobés.

dos en el mundo del celuloide, abre las puertas de un lugar que “nace de mi imaginación, de mi amor por el cine”, asegura. “El hotel tiene diez suites y es un homenaje al arte escénico y un lugar único en su gé-nero”, agrega.

–¿Qué lo llevó a crear este lugar?–En el fondo lo hice porque nece-

sitaba un lugar para poder descansar y pintar. En un principio solamente pensé en construir una casa, pero después caí en la cuenta de que este lugar era maravilloso para hacer un hotel. Se inauguró en 2011 para Se-mana Santa y desde entonces es mi lugar en el mundo y una fuente de inspiración: la mayoría de mi obra pictórica la he realizado aquí.

–¿Por qué eligió Córdoba?–Siempre tira la nostalgia por el

propio terruño. Nací en Córdoba y desde hace años me estaba dando vuelta la idea de pasar más tiempo en mi país. Además, como decía mi madre cuando me visitaba en Los

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Amigos íntimos de Eugenio, Jodie Foster, Robert

Downey Jr. (con quien trabajó en dos películas) y Julia

Roberts son algunas de las megaestrellas que pronto se

hospedarán en el hotel

Angeles, la fisonomía del valle del sur de California es muy parecido a Córdoba, y creo que esa fue una de las razones por las que me instalé en Estados Unidos. Cuando pensé en desarrollar este pro-yecto, no dudé en hacerlo en Córdoba.

–¿Cuál fue la inspiración a la hora de crear Estancia de la Cruz?

–Cada una de las cosas que emprendo

la hago como si estuviera planeando una escenografía, porque los que nos dedica-mos al arte escénico tenemos el don de ver lugares antes de que existan. Aunque algunos creen que este es un sitio con pasado, aclaro que lo construimos desde cero. Me llama la atención que la gente que nos visita por primera vez experi-mente sensaciones tan distintas y reac-

cione con tanta emoción al entrar. Uno de los ejercicios básicos que hacen los actores cuando interpretan un persona-je es recordar su infancia, y yo recordé la mía cuando pensé el proyecto. Esta casa es como un retrato de mi corazón.

–¿Cómo definiría el estilo del hotel?–La analogía que voy a hacer puede

parecer descabellada, pero este lugar es

La pileta y el solárium son uno de los lugares favoritos del dueño de casa y desde donde mejor se aprecian las sierras. Las sombrillas fueron compradas en Bali y la fuente de diez metros de altura, ubicada sobre una de las paredes, está hecha con mayólicas de 1930 que reproducen una

alfombra persa.

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“Stanley Kubrick decía que el director de cine es como un soñador,

que dirige su propio sueño. Este lugar está totalmente conectado

con mi subconsciente”

Arriba: con una construcción de 700 metros cuadrados, Estancia La Cruz se encuentra en el valle de Traslasierra, una región privilegiada por su

buen clima y sus paisajes. Derecha: “En la entrada del jardín hay una sola puerta y tiene que ver con un famoso poema del pensador persa Hakim Sanai llamado ‘El jardín amurallado de la verdad’, que habla de un lugar maravilloso muy bien protegido, pero que al mismo tiempo se encuentra abierto a lo que la vida le depare”, cuenta Eugenio, en referencia al gran pórtico que da la bienvenida a su hotel. Izquierda: Eugenio, relajado y al

sol, en una de las reposeras ubicadas cerca de la pileta.

como si me tomara un jugo exprimido de toda mi ex-periencia en el cine. Cada uno de sus rincones es una historia con un desenlace distinto. El estilo de esta casa es español morisco porque adoro la estética magrebí y los muebles que más me gustan son los de la época del Virreinato. Mi casa en Los Angeles guarda el mismo estilo y creo que ambos lugares son un refle-jo de la casa donde crecí.

–¿Cómo pensó cada uno de los ambientes?

–¡Es de las cosas más

divertidas que he hecho en mi vida! Llené cuatro contenedores con obje-tos que fui acumulando a lo largo de mi vida como escenográfo. Y, junto con Sebastián, mi compañero de vida, fuimos planeando y desarrollando cada uno de los espacios del lugar. Confieso que me encanta entrar a un ambiente y ver piezas que me hacen recor-dar momentos inolvidables de mi vida en Hollywood, porque cada objeto fue parte de alguna produc-ción y tiene una historia

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“Como el cine y el teatro, esta casa es totalmente lúdica. Pensarla y construirla fue para mí un ejercicio donde jugué con la realidad y la percepción

que tengo del mundo”

Arriba: últimas pinceladas al cuadro titulado Madre con su hijo, una de las obras favoritas de Eugenio. Autodidacta y gran enamorado del Renacimiento, incrementó considerablemente su producción artística en los últimos años. Hasta fines de octubre, la galería Maman exhibe una

retrospectiva en la que se puede admirar el “estilo Zanetti”.

distinta. Por ejemplo, todas las puertas marroquíes se usaron en The Haunting, una película de terror protagonizada por Liam Neeson y Catherine Zeta-Jones.

–Hablemos de su faceta de artista plásti-co y su incursión en el mundo del arte…

–Mi primera exposición la hice en 1964. Siempre me consideré un artista figura-tivo y muchas de las cosas que aprendí fueron de Guillermo Roux, quien siem-pre me decía que jamás explicara nada sobre mi producción artística porque la obra plasma lo que el artista no puede expresar. Jamás tomé clases y con mucho orgullo puedo decir que soy autodidacta.

Además, la pintura es un espacio en el que soy transparente y no tengo obliga-ciones con nadie. Empecé a pintar por-que tuve la suerte de que mi padre fuera un destacado artista y un gran poeta, él me regaló una infinidad de libros con los que aprendí todo lo que sé sobre arte. Recuerdo que cuando le pregunté sobre técnica, él solo me dijo que debía inven-tarlas yo mismo y nunca dejarme influir por las vanguardias.

–¿Está trabajando en un nuevo proyec-to cinematográfico?

–Sí, es mi debut como director. Amapola será una coproducción argentino-estado-

unidense, con Geraldine Chaplin, Sonia Braga, Lito Cruz y Esmeralda Mitre. El guión, escrito por mí, narra la historia de una mujer joven que ve el futuro. Un día ve algo que no le gusta e intenta cambiar ese presente para que ese fatídico futuro no ocurra. Con mucho orgullo, debo de-cir que todo se va a filmar en Argentina y la locación principal será un hotel de El Tigre que tiene el mismo nombre que la película. Estoy realmente fascinado con el proyecto.•

Texto: Rodolfo Vera Calderón Fotos: Tadeo Jones