estructuras defensivas de la alhambra, i

31

Upload: others

Post on 14-Jun-2022

16 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I
Page 2: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I.CUESTIONES GENERALES

JOSÉ MANUEL GÓMEZ-MORENO CALERA

DEFENSIVE STRUCTURES IN ALHAMBRA, I. GENERAL QUESTIONS

The purpose of this essay is to realize a brief reflection about the aspects to bear in mind and concern to the fortifzcation

of nasrid pa/atine city. It tackle, of course, the analysis of their defences from formal and material perspective, but, as

far as possible, the interests and values that own nasrid people lend, understanding at the beginning that walls, towers

and doors of this pa/atine city not stand only to defence and control but, at the same time, some unequalled elements

turn into a symbol of the political speech of their rulers.

En el presente trabajo se realiza una breve reflexión sobre los aspectos que alumbran e interesan a la fortifica-ción de la ciudad palatina nazarí. Se aborda, por supuesto, el análisis de sus defensas desde una perspectiva for-mal y material, pero también, y en lo posible, los intereses y valores que los propios nazaríes le confirieron, en-tendiendo desde el principio que las murallas, torres y puertas de esta ciudad palatina no se levantaron solo paradefensa y control, sino que, al mismo tiempo, algunos elementos señeros de las mismas se convierten en un sím-bolo más del discurso político de sus gobernantes.

ACLARACIÓN PREVIA A MODO DE DISCULPA

En los últimos años se han producido impor-tantes publicaciones y reuniones científicas sobrelas ciudades y fortificaciones de al-Andalus, habien-do supuesto una importante revisión de los traba-jos ya clásicos de arqueología, antropología, histo-ria y arte. La constatación de este hecho y mi in-terés por lo que significa la Alhambra como estruc-tura militar, desde el campo de la docencia, hizoque dedicara bastante tiempo a la preparación dela lección impartida en el presente Curso y luegocontinuara varios meses profundizando una inves-tigación que a mí me atraía especialmente. Razo-nes editoriales me obligan a reducir ahora drásti-camente los más de cien folios preparados al efec-to, con abundantes referencias bibliográficas. Pero

como no soy capaz de resumir más estas reflexio-nes sin dejarlas en un mero inventario enume-rativo, he considerado oportuno extenderme algomás en las consideraciones de carácter general, de-jando para otro momento la caracterización decada uno de sus elementos constitutivos. Quierodejar constancia mi agradecimiento a Jesús Ber-múdez López por las sugerencias recibidas a esterespecto y, en el recuerdo, a su padre, don JesúsBermúdez Pareja, el cual me enseñó a amar, a dis-frutar y también a sufrir este monumento singular.

1. Introducción

La cerca murada de una ciudad medieval, y so-bre todo de las palatinas, no era solo un dispositi-

125

Page 3: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

vo de defensa y de control, sino un elemento di-namizador e identificador de un estatus de rangosuperior, al convertirse en un símbolo más del dis-curso de sus gobernantes que se manifestaban asía sus súbditos como poder consolidado. El caso dela Alhambra es, en este sentido, paradigmático. Enorigen el Qalat al-Hamra era un castillo estratégi-co como puesto de vigilancia de la Granada omeya,después reforzado en época zirí, pero en este tiem-po siempre quedó supeditado al protagonismo delcerro frontero del Albaicín, enclave principal y sedepalatina. La llegada de los nazaríes en el siglo XIIIsupone la inversión de esta prelación, pasando a serla Alhambra sede del gobierno, con lo que se ac-tuará en su entorno no sólo para conseguir la su-pervivencia física sino para expresar el prestigiopolítico de la nueva dinastía. En un primer mo-mento, Alhamar levantará las grandes torres de laVela y del Homenaje con las que se inicia, todavíaen clave castrense, el gran discurso grandilocuen-te que constituyen las torres y puertas de la arqui-tectura nazarí. Este primer intento va a ser supera-do en el siglo siguiente con la consolidación de laciudad palatina, convirtiendo los volúmenes que-brados de esta fortaleza en un escenario regio de os-tentación y prestigio. En realidad estos palacios, susdefensas y en ellas fundamentalmente las puertasde acceso, se convierten en un discurso retórico deautocomplacencia y afianzamiento político del sul-tán ante sus aliados y enemigos, cuando tan volu-bles y tornadizos eran los unos como los otros.Toda la ciudad áulica, con esa compleja disposi-ción de torres y puertas, palacios y salas, dispues-tas en aparente caos y sin apenas espacio real ha-bitable, se convierte en una gran metáfora, en laque sus elementos estructurales y la propia deco-ración de aparente fragilidad se ritualizan, se per-sonalizan, se hacen objeto discursivo. Con el apo-yo indefectible de las inscripciones, la arquitectu-ra se ofrece al espectador como una sublime lecciónde oratoria, en la que los atauriques, mocárabes,lazos e inscripciones adquieren vida y personalidadpropias. Así, al igual que la poesía se vale de la ar-quitectura y del ornato para expresar conceptos desolidez o delicadeza, la arquitectura deviene enpoesía y caprichos de visión fantástica hasta con-vertirse en esencia inmaterial 1.

Cuando Muhammad ibn Alhamar ibn Nasrconsigue crear y consolidar el sultanato nazarí,

uno de sus principales objetivos va a ser la elec-ción de una capital donde fijar su residencia ygobierno y levantar una fortaleza alrededor paragarantizar su defensa. Este esfuerzo político y eco-nómico fue continuado por su hijo y por los su-cesivos emires, entrando en una clara decadenciaa principios del siglo XV, en que se inicia el de-clive del sultanato y con él, el de su arte. El pau-latino y sucesivo engrandecimiento de esta ciudady de sus palacios nos demuestra fehacientementeque no solo hay una voluntad de permanencia enel tiempo sino de complacencia y tranquilidad,cuando a principios del siglo XIV se desvirtúa encierta medida la separación de intereses y funcio-nes de la defensa castrense y el disfrute palatino,produciéndose unos solapamientos que llevaránimplícita una pérdida ostensible de su invulnera-bilidad. Hasta ahora se ha resaltado que los pabe-llones palatinos construidos en el siglo XIV en ellienzo Norte se superpusieron estructural y visual-mente sobre la línea de defensa del recinto mili-tar, aunque respetando la total independencia depoderes y funciones: la castrense y la áulica. Peroen realidad, con la incorporación de todas estasestructuras palatinas sobre la muralla se va a re-sentir claramente su sentido poliorcético, quiebraque no es posible entenderla sin una arriesgadatranquilidad de ánimo, que les llevó a supeditar(sin por ello excluir totalmente) las necesidadesdefensivas a las institucionales de representacióny de puro placer, las cuales ocuparon entonces unprimer plano (Lám. 1).

Todos estos intereses tendrán una repercusióninmediata tanto en la configuración de la cerca ex-terior de la Alhambra como en el interior de la ciu-dad. Ni los palacios fueron estructuras estáticas ypermanentes ni tampoco la muralla y sus elemen-tos de articulación, siendo quizá las puertas y lastorres sus signos más evidentes. La monumen-talidad de las puertas en el siglo XIV es fiel reflejode esa evolución, cuando a una pura necesidad decontrol físico y estratégico se le añade un claro sen-tido testimonial y de simbolismo emblemático conel que los monarcas pretenden expresar más allá delos límites de sus palacios su capacidad y grandeza.Sin lugar a dudas, la Puerta de la Justicia y el salónde Comares (con su espléndida fusión y desmesu-ra de masas arquitectónicas, ornato y alusiones sim-bólicas) son la más bella síntesis de la imagen repre-

126

Page 4: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

sentativa y sublimación del poder nazarí que tienelugar en tiempos de Yusuf I. Incluso podemos veresa misma grandilocuencia arquitectónica en otraspuertas de la ciudad baja de la misma época, comoson las de Bibarrambla (Báb al-Ramlá), el arco aña-dido a la puerta de Elvira y la de Bibataubín (Bábal-Tawwabin) y su encastillamiento.

Detrás de este programa concreto, como delresto de las construcciones palatinas, podemosadivinar la presencia de personajes influyentes enel ámbito cortesano nazarí, entre los que cabedestacar a los visires-poetas, cuyo protagonismohoy se nos antoja crucial. No hay otro caso en al-Andalus comparable al de la Alhambra en cuan-to al número y variedad de inscripciones murales,por más que la mayor parte del resto de la arqui-tectura palatina andalusí haya desaparecido.

En otro orden de cosas, si en el periodo deTaifas el arte de la fortificación adquiere un prin-cipal protagonismo, perfeccionándose poco apoco hasta llegar a la época almohade, de la Al-hambra podríamos decir que no existe parangónen cuanto a la variedad de soluciones y escalas ensus torres y puertas. Desde la primera campañaconstructiva de Alhamar, las torres de la Vela ydel Homenaje manifiestan esa voluntad de inno-vación y superación respecto a lo anterior, volun-tad que se acentuará en las levantadas en el sigloXIV en el lienzo Norte de la Alhambra, adqui-riendo cada una personalidad propia, innovandoy traspasando su función castrense para desembo-car en espacios de placer íntimo, acto conscientede admirable dualidad que queda reflejado en lasinscripciones que corren sobre las paredes de laspropias torres (Cautiva, Infantas, Comares). Si delas puertas se trata, la complejidad estructural,sofisticación decorativa y su marcado sentido sim-bólico las ponen al mismo nivel de otras puertasmonumentales de ciudades y estados mucho máspoderosos del Islam, en una tradición que hun-de sus raíces en la propia cultura mesopotámicay se refuerza a su paso por el Norte de África (elCairo fatimí y el Magreb almohade). Así, la pri-mera puerta construida en época nazarí, la delArrabal (junto a la torre de los Picos), mantieneel esquema granadino heredado del periodo zirí-almohade. Pero ya la de las Armas (Lám. 2) en-saya esa nueva función del control urbano y os-tentación política, agrandando su escala y valo-

res en la puerta de los Siete Suelos (Báb al-Gudur,puerta de las Albercas) (Lám. 3) y llega a su per-fección en la monumental puerta de la Justicia(Báb al-Shari'a) (Lám. 4), admirable fusión deintereses militares, civiles y rituales de una ciudadcortesana, permitiendo que el adorno y la palabrase apodere de unos muros habitualmente lisos,para advertir al visitante que su dueño y protec-tor, Yúsuf I —que quiso dejar su nombre inmor-talizado y la fecha del feliz evento en una monu-mental cartela— le recibe manifestándole su po-der, su grandeza, su justicia y su generosidad. Lapropia remodelación y la estructura ciertamenteextraña realizada por Muhammad V en la Puer-ta del Vino, viene a confirmarnos ese aspecto casiexclusivo de pura ostentación.

2. La Alhambra en el espacio geográfi-co, histórico y organizativo nazarí.Algunas precisiones previas

Torres Balbás nos dejó la más concisa caracte-rización de las alcazabas y fortificaciones nazaríes,afirmando que su mayor novedad estribaba en elperfecto aprovechamiento del terreno y la multi-plicación de barreras defensivas, amén del aumen-to de tamaño de algunas torres y la presencia deuna, principal y dominante, a modo de torre delHomenaje. Esta torre, inspirada en las fortifica-ciones cristianas, se disponía en un lado o en elextremo de la fortaleza, citando el caso de las deGibraltar, Antequera, Málaga y las de Comares yla Vela de Granada 2 En un breve trabajo de re-ciente aparición, Fernando Valdés considera quelas principales novedades que podemos encontraren el periodo nazarí (tomando como ejemploreferencial la Alhambra) son la complejidad de losrecintos, yuxtapuestos y coordinados que no seinterfieren con la vida oficial o privada, la adop-ción de grandes torres, con multiplicación de susdependencias, y un reducido uso de dispositivosde tiro vertical (buhederas) y esporádica aparicióndel rastrillo en algunas puertas (la de las Armas)pero sin mayor innovación ni sofisticación 3.

Antes de continuar debo aclarar que en los úl-timos años distintas reuniones y publicaciones hanintentado profundizar en las cuestiones castrales,introduciendo nuevas líneas de investigación ar-queológica, histórica, sociológica, filológica, en-

127

Page 5: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

contrándonos con el problema de que en vez declarificarse el debate éste se ha vuelto más confu-so y abstruso a mi entender. Aunque las noveda-des son importantes, términos que todos tenía-mos asumidos, como alcazaba (qasaba, kasba),galat, alcázar (qasr), hisn (también al-hizam, pl.husum), o burch (bury), ahora parecen expresarotros conceptos, complicando el panorama de talmanera que no hay estudio sobre fortificacionesmedievales y más en las islámicas en el que no seaobligada una mínima aclaración previa que nospermita entender de qué estamos hablando cadauno. Si nos venimos al caso concreto de la Alham-bra tropezamos, de principio, con que algunasdenominaciones tradicionales como la Alcazabaya no viene a denominar el castillo defensivo dela proa Occidental de la Alhambra sino a toda laciudad; igual podría ocurrir con la madina y otrostérminos ahora controvertidos 4 . Es imposible enun trabajo de estas características, en el que se meexige brevedad y claridad de conceptos, el entraren estas cuestiones, por lo que he consideradooportuno seguir con las denominaciones tradicio-nales, introduciendo los factores de correcciónmás evidentes 5 . Aw

Una de las primeras preocupaciones de Alha-mar a su llegada al poder va a ser la organizaciónde una estructura militar que tendrá como inme-diata consecuencia el refuerzo de algunas ciuda-des y la construcción de fortalezas en lugares es-tratégicos. Estas fortificaciones, por lo general,van a aprovechar anteriores emplazamientos enlos que los nuevos dominadores se limitarán, lasmás de las veces, a reforzarlos. De la complejidady amplitud de esta red defensiva puede dar bue-na prueba el elevado número que ofrecen los re-cientes trabajos de Antonio Malpica y MarianoMartín y otros, o el ya clásico de Cristóbal Torres,ya aludidos. Al mismo tiempo, se crea un ejérci-to o milicia para su defensa de cuyas característi-cas no podemos hacer mención aquí pero que hade valorarse como elemento esencial en la defen-sa del territorio. De toda la red defensiva del te-rritorio nazarí cabe destacar a la Alhambra comosu fortaleza más dilatada e importante, tanto enlo que concierne a su dimensiones físicas, comoa la variedad, diversificación y número de sus ele-mentos, preeminencia por otra parte lógica dadosu carácter capitalino. Si bien nuestro estudio

debe centrarse en el análisis específico de esta es-tructura, no debemos olvidar que su recinto esta-ba relacionado con la red amurallada de la ciudadbaja y del Albaicín, comunicación establecida yaen tiempos de la taifa zirí, tanto hacia el Sur, conla muralla que venía desde las torres Bermejas (elHisn Maurur), como con el Albaicín, descendien-do hasta el Darro y salvándolo por el puente-puerta de los Tableros (Bab al-Difaf) 6.

La configuración fortificada de la Alhambra seajusta a las premisas normales de la tradiciónandalusí, (aunque haya claras excepciones comoMadinat al-Zahrá', la Aljafería o la Sevilla almo-hade que se establecen en zona llana). En sí mis-ma, su ubicación en el extremo del cerro de laSabika, que avanza como un espolón entre dos ba-rrancos profundos, constituye su primera y másefectiva defensa. También constituyó un elemen-to importante de valor estratégico, y aún hoy asípervive, el que todo su circuito se mantuviera des-pejado de adherencias de casas o barrios y separa-do del resto de la ciudad, hecho que no había ocu-rrido con la primitiva Alcazaba Cadima zirí surgi-da en el siglo XI, que había terminado ahogada porla construcción de barrios periféricos. Esta inde-pendencia del perímetro exterior, unido a la callede ronda que lo circundaba por dentro, hace de lamuralla y torres de la Alhambra un elemento au-tónomo e independiente, del que no recuerdo quehaya muchos casos en las ciudades de al-Andalus.

Una última consideración he de hacer respec-to al papel que cumple la muralla en la ciudadáulica de la Alhambra. Si bien las murallas cum-plen la función primordial de defensa ante un ata-que exterior, en un recinto tan complejo y dila-tado como era la Alhambra, tan importante eraesa cuestión como controlar las entradas y salidasde los que vivían en ella, acudían a abastecerla opara realizar alguna de las actividades derivadas desu especificidad. Aún más, recientemente JuanZozaya ha propuesto que algunas de las torres es-tán más pensadas para «producir seguridad res-pecto a un enemigo interior que a uno exterior»,aludiendo a la elevación, ubicación y distanciaentre sí de las torres y el valor de algunas de ellas,como la del Homenaje y la de Comares, que sonoteros privilegiados de control de todo el recin-to; en la zona del Secano señala la importancia dela Cautiva en relación con la puerta de Siete Sue-

128

Page 6: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

los, ambas levantadas por Yusuf I 7 . En todo casoestá claro que una ciudad de la envergadura de laAlhambra cualquier simplificación de las funcio-nes de sus estructuras es arriesgada.

3. Identificación y breve descripción delas fortificaciones de la Alhambra

Ante la imposibilidad de entrar en el estudiode cada uno de los elementos que integran lasdefensas creo necesario, al menos, hacer una so-mera descripción de los conjuntos estructurales yelementos particulares. Se intentará también ha-cer un difícil ejercicio de integración, conservan-do las denominaciones tradicionales pero acom-pañadas en los casos más importantes de las nue-vas para poco a poco ir avanzando en una termi-nología más precisa 8.

Las dos entidades fundamentales de defensa dela Alhambra son: la Alcazaba, cuartel general de laciudad áulica y también prisión, y el recinto amu-rallado que encierra a los palacios y a la medina.Este recinto, que arranca en la Alcazaba y rodeaa toda la ciudad, presenta la particularidad de seruna estructura autónoma y separada de dicha ciu-dad, hecho que se declara por la independenciadel adarve que recorre la parte alta de la murallay la presencia de la calle de ronda que circunda-ba por dentro todo el espacio urbano, a modo defoso y repartidor. Incluso se ha propuesto por dis-tintos investigadores que en un primer momen-to (siglo XIII) la Alcazaba y la ciudad palatina es-tuvieron separadas e incomunicadas como unida-des independientes, cerrándose la muralla del re-cinto general sobre sí misma en la línea de lapuerta del Vino-torre de Muhammad, quedandoun profundo foso en la actual plaza de los Aljibes.Todo estos aspectos serán ampliados en el estu-dio de Bermúdez López. Existía por tanto, en ori-gen, una estructura y organización defensiva per-fectamente articuladas que solamente las modifi-caciones palatinas del siglo XIV y, sobre todo, lascristianas las han ocultado o desvirtuado en cier-ta medida (Fig. 1).

3.1. La Alcazaba 9 (Lám. 5)

Presenta una forma triangular o trapezoidal(según se contemple con el revellín o sin él) que

se adapta a la parte extrema del cerro de la Sabika,con lo que controla un amplio espacio urbano. Suextensión no es muy grande, pese a la importan-cia que tuvo y al papel conferido como centro dedefensa, pero hemos de considerar que a veces seconfunde el papel de las alcazabas con el de lasciudades amuralladas. De hecho las de Málaga oAlmería, a pesar de recibir el nombre genérico dealcazabas, sin embargo llegaron a tener la entidadde castillo palatinos o alcázares, como de hechoocurrió en la Alhambra. Aún así, resulta una es-tructura algo pequeña para defender la que fuecapital de un reino tan poblado y sobre todo te-niendo en cuenta que en el momento de su fun-dación era —posiblemente— el único espacio re-sidencial.

En primer lugar hemos de considerar a la Al-cazaba como el puente de mando y cuartel ge-neral de toda la ciudad y del propio estado, aun-que habría más cuarteles en otros lugares de di-fícil identificación por el momento 10 . En ellaestaba establecida la alcaidía de la Alhambra y lapresencia de sus mazmorras-silos y la referenciasliterarias denuncian también su utilización comoprisión de personajes especialmente comprome-tidos, entre otros los sultanes derrocados. La Al-cazaba presenta en su perímetro externo unabarbacana, antemuro o falsabraga, muy desvir-tuada y reconstruida en su mayor parte en épo-ca cristiana pero también en la islámica. Ence-rrado por esta barbacana se encuentra el recin-to principal, el cual resulta hasta cierto puntodesequilibrado y diferente a la normal disposi-ción en las fortificaciones andalusíes, ya que lasgrandes torres y accesos se concentran en los ex-tremos menores, sin que se plantee un refuerzocompensado de manera perimetral. De estas to-rres, destacan la de la Vela, la del Homenaje ya menor escala la Quebrada, cada una resuelta deforma diferente pero las dos primeras admirablesen su variedad estructural. El resto del recintoinurado debió preceder en su configuración a laépoca nazarí y por ello exigiría reparaciones im-portantes ya en el periodo islámico 11 . El flancode mayor potencia castrense es sin duda el dellado Este, con las torres del Homenaje, Quebra-da y del Adarguero (Hueca), ya que se ubica enla parte más vulnerable de la misma y se ofrecehacia la ciudad áulica como garante de defensa

129

Page 7: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

y vigilancia (Lám. 6); también sus muros inter-medios, con un repertorio variado de aparejos,son buena prueba de continuas intervenciones através de los siglos (Lám. 7). Otros elementosdestacables de este recinto son la puerta que se alojaentre la torre de la Pólvora y la de la Vela, en unnivel más bajo, posiblemente la más antigua de laAlhambra. Traspasada esta puerta, se accedía albarrio castrense, en el que se identifican los ele-mentos básicos funcionales de un barrio militar,como son el aljibe y el baño, las viviendas, otrasdependencias de la soldadesca y almacenes, orga-nizados en torno a una calle real con sus callejonesque permiten su acceso (Lám. 8). También sepueden identificar dos silos, restos de un hornoy otros elementos de más difícil lectura I '. Sin-gular importancia tenía la presencia de la ace-quia real y una compleja red de canales queabastecían y evacuaban las aguas del aljibe, elbaño y viviendas. El único elemento esencial quehasta ahora no se ha identificado es la mezqui-ta, cuya falta se ha intentado justificar co laexistencia de un primer oratorio al aire libre lacaracterística musalla o sarl á islámica, que Pavónubica en la explanada junto a la puerta de la Jus-ticia, a la cual daría nombre (Báb al-Sari'a).

A este recinto se debe añadir el revellín que seacuesta en su morro Occidental, con todo sucomplejo entramado de ruinas informes que nosestán indicando las transformaciones sufridas a lolargo del tiempo. Adosadas en el extremo Noroes-te encontramos las supuestas caballerizas y la to-rre de los Hidalgos, estructuras no menos proble-máticas, con intervenciones de época cristiana ynazarí. Defendiendo esta zona y como repartidordel acceso a la Alhambra encontramos la puerta-torre de las Armas, que si bien se comunica conla Alcazaba por la terraza y cuerpo alto, en prin-cipio debe considerarse como una unidad inde-pendiente. Igual cabría decir de la puerta de laTahona que quedó oculta y ha sido recreada trassu identificación bajo el Cubo construido juntoa la torre del Homenaje en 1586. Una segundacerca amurallada y fuertemente protegida por to-rres circundaba de nuevo todo el morro de laSabika, a un nivel más bajo y pegada a los barriosde Almanzora y la Churra, como se puede adver-tir en la Plataforma de Vico y que hasta ahora hasido poco valorada.

3.2. El recinto amurallado

La otra unidad identificable en la estructuradefensiva de la Alhambra es el recinto amuralla-do que rodeaba toda la ciudadela. El reconoci-miento visual y descriptivo de dicho recinto sue-le realizarse partiendo desde la puerta de las Ar-mas y recorrerlo en el sentido de las agujas delreloj 13 . Obviaré su descripción para simplemen-te reseñar lo más esencial. Los elementos más sig-nificativos del primer tramo serían la calle de ron-da y el adarve que va discurriendo debajo de lospalacios hasta salir junto a la torre de Abu-1-Hayyay, dejando encima la torre de Machuca, elOratorio del Mexuar, Cuarto Dorado y torre deComares (Láms. 9 y 10). No menos modificadoestá el siguiente trozo de muralla, derruido y re-construido en parte en el siglo XIX, y a continua-ción las casas y torre del Partal, el Oratorio, casade Astasio de Bracamonte y otros restos de torresque quedaron como asiento de estructuras pala-tinas posteriores, hasta llegar a la torre de los Pi-cos, punto estratégico, con la puerta del Arrabalpegada a ella (Lám. 11.). Desde aquí, aunque lasreconstrucciones sean evidentes en almenados, re-vestimiento de muros, etc., continúa la muralla ycalle de ronda recuperando su primitivo caráctercastrense y de servicio, llegando a las torres delCadí (Candil), Cautiva, de las Infantas (Lám. 12)y la del Cabo de la Carrera, con su cubo añadi-do en 1502 que es la zona en donde podemosapreciar mejor la división funcional castrense-ur-bana-palatina. A continuación la muralla quiebrahacia el Este y en seguida hacia el Sur con unaserie de torres, la mayoría reconstruidas y deflanqueo, entre las que se diferencian funcional-mente del resto la puerta de Siete Suelos y la to-rre del palacio de Abencerrajes, antigua qubba osalón-mirador del palacio de Abencerrajes, com-pletamente mutilada. La puerta de los Carros,abierta en el siglo XVI, y una muralla de nuevoreconstruida y con restos de torres nos lleva has-ta la puerta de la Justicia (de la Explanada, Bábal-Shari'a), punto culminante en las fortificacio-nes nazaríes. Saliendo por esta puerta encontra-mos nuevo transo de muralla reconstruido conlajas sepulcrales nazaríes a principios del siglo XVIy llegamos quebrando en la torre de Rozas hastaentestar con la Alcazaba, después de recorrer más

130

Page 8: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

de 1.400 metros, lo cual indica el esfuerzo cons-tructivo que implicó esta empresa (Fig. 1).

4. Evolución cronológica de las fortifi-caciones de la Alhambra

La murallas, torres y puertas de la Alhambrasufrieron un proceso de construcción, ampliacióny reparación mucho más complejo de lo que cabededucir en los estudios y guías tradicionales, peropor las razones antes aludidas solamente se esbo-zará lo más esencial. Sobre una pretendida anti-güedad romana o visigoda de la Alhambra, lasprimeras noticias sobre su existencia datan delaño 889, en que aparece mencionado el Qalat al-Hamra (el castillo rojo), como castillo de pocaentidad en las revueltas internas que tienen lugaren los últimos tiempo del emirato omeya 14 . Amediados del siglo XI construye aquí su alcázarIbn Nagrila (ministro de Badis), siendo destrui-do al poco tiempo y al final de la centuria se cons-truirá la coracha y la Báb al-Difaf para unir estecastillo con el Albaicín y proveerse de agua delDarro. De este periodo se consideran las peque-ñas torres-baluarte del muro Norte y la puertaantigua de la Alcazaba. Durante la época almo-rávide y la almohade la Alhambra siguió siendoun bastión estratégico, pero no queda constanciani evidencias de las obras que necesariamentehubieron de hacerse de refuerzo o reparación delos lienzos destruidos en las diferentes revueltas.Su protagonismo histórico se habría de producircon el advenimiento de la dinastía nazarí.

Efectivamente, en 1 238 Muhammad Ibn al-Ahmar fortalece la Alcazaba, levanta sus grandestorres, e instituye a Granada y la Alhambra comocapital de su sultanato, aunque habremos de es-perar a la llegada de los dos sultanes siguientes, losMuhammad II y III, para que este lugar pasara deser un mero castillo a ser una verdadera ciudadáulica. El problema es establecer cuándo se cons-truyó la muralla que la rodea, al margen de la Al-cazaba, y si ésta fue construida en una sola cam-paña o en varias. Los Gómez-Moreno (Gonzálezy Martínez), consideraron que este recinto se ha-bía realizado muy tardíamente, con Yúsuf I, afir-mando que el propio escarpe del terreno sería su-ficiente defensa en los primeros momentos 1 5

Pavón Maldonado, Malpica, Bermúdez López y

otros también consideran que no es hasta el sigloXIV cuando va a tomar forma la muralla actualque rodea la ciudad 16 . Recientemente, FernándezPuertas alude al tema, muy de pasada, al afirmarque «Muhammad II comenzó el recinto de mu-ralla, torres y puertas de la madina palatina de laAlhambra desde el extremo NE. de la Alcazaba entodo su perímetro hasta el extremo SE. de la mis-ma»; también considera que la única puerta quecabe atribuir al recinto de Muhammad II es la dela torre de los Picos (Arrabal) 17 . En mi opinión,la existencia a principios del siglo XIV de edifi-cios de la entidad de la puerta del Vino y la delArrabal, los palacios de Abencerrajes, el del actualParador de San Francisco, el Partal y el Partalalto, la torre y posible puerta que se oculta bajola puerta de Siete Suelos (sin contar con el Gene-ralife), o la fundación de la mezquita mayor ybaño adjunto, más otros edificios que describeIbn al-Yayyáb, hacen suponer la existencia de unamplio espacio construido y habitado que obliga-ba, por sentido de defensa y control, a la presen-cia de una cerca murada. Igual valor demostrati-vo tendrían las casas de la zona del Partal, comolas de Villoslada y Astasio de Bracamonte, ambasde los primeros decenios del XIV, montadas so-bre torres remetidas y pequeñas —pero torres alfin y al cabo— que debieron cerrar este posibleprimer circuito. No olvidemos tampoco que en lamentalidad de la época un palacio o incluso unapropiedad privada del sultán debía estar cercada 18.

Lo que sí es evidente es que mientras la muralla Sursigue un trazado ligeramente arqueado, pero regu-lar, engarzándose perfectamente con las torres, eltramo Norte va haciendo unos quiebros y avancesextraños, como dientes de sierra y ondas entre to-rre y torre, que parecen no deberse solamente a lasquebraduras del terreno (Fig. 1).

En el siglo XIV, los hitos cronológicos identi-ficados más importantes serían: la construcción dela puerta de las Armas y de la Tahona por Ismail Iy la muralla que las enlaza hasta la torre de Mu-hammad, además de tina torre y lienzos que seidentifican bajo el palacio actual de Comares; laspuertas de la Justicia (1348) y de los Siete Suelos(ésta posiblemente anterior), las torres Quebrada,del Cadí y la Cautiva, más la terminación de la deAbu-l-Hayyay, la de Comares y reparos en la Al-cazaba, todo ello en tiempos de Yusuf 1; con

131

Page 9: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Muhammad V parece que la muralla no sufrecambios de importancia; finalizando el siglo,Muhammad VII incorporará la torre de las Infan-tas. En el siglo XV parece que solamente se hacenreparos que no modifican aparentemente su esta-do anterior, aunque cabe pensar en obras de con-solidación que no han sido identificadas.

Con los datos actuales sería aventurado avan-zar más en estas hipótesis cuando una buena partede las murallas y torres están enlucidas, parchea-das interior y exteriormente, o reconstruidas. Noes extraño encontrar el tapial aflorando unas ve-ces abajo, otras en medio o incluso saliendo porencima de muros de ladrillo, mampostería, silla-res o diversos aparejos mixtos. Dos brechas abier-tas en la muralla de la calle de ronda, entre el pa-lacio de Abencerrajes y la puerta de Siete Suelos,muestran el núcleo antiguo de tapial calicastradoforrado por un recubrimiento de mampostería yotros aparejos que terminan por ocultar la fábri-ca inicial; en gran parte del resto debe ocurrir algoparecido 1 9

. A esto se suman los solapamientosque se produjeron, como ya se ha indicado, conlas construcciones erigidas por Ismail, Yuuf I yMuhammad V. En resumen, carecemos de noti-cias ciertas de cómo sería el recinto inicial, el ca-rácter y morfología de sus torres, su almenado(del que no queda prácticamente nada original);si los adarves e incluso la calle de ronda actualescoinciden más menos con los iniciales o en quémedida fueron reconstruidos y cuándo, porquelas evidencias visuales actuales manifiestan nume-rosas transformaciones ya en época nazarí.

A pesar de todas estas limitaciones, lo que esun hecho irrefutable es que las intervenciones rea-lizadas sobre la muralla Norte en el siglo XIV vana ser decisivas para desvirtuar su configuraciónmilitar. La presencia de estos palacios y sus torresvolcadas sobre la muralla, como frágiles balconesabiertos al paisaje, siempre ha supuesto un proble-ma de interpretación. ¿Sería una necesidad forza-da por la preexistencia de palacios en la zona máselevada de la Sabika, como han sugerido GómezMoreno Martínez y Malpica? 20 ; o sería más bienun acto intencionado, como una determinaciónpolítica con la que se pretendía remarcar el prota-gonismo de estos palacios frente a la antiguamedina del Albaicín. Aunque no sea un caso úni-co en las ciudades del Islam medieval, la acumu-

lación de qubbas sobre la muralla aumentaron laescala suntuosa de la ciudad palatina, pero desvir-tuaron su configuración castrense y debilitaron suposible defensa en caso de ataque, con la apertu-ra de numerosos vanos en los testeros de los pa-bellones y los ricos aleros de madera, por más queestuvieran a considerable altura. La única quepotenciaba con su volumetría y remate almenadoel carácter de fortaleza era la torre de Comares,cuyo valor simbólico y representativo ya se ha se-ñalado (Lám. 1).

Transformaciones cristianas: La sola enumera-ción de las numerosas transformaciones sufridastras la conquista agotaría el espacio de este traba-jo, pero debernos considerar que los cambios ex-perimentados han sido importantísimos. Pasa porser la obra más importante en un primer momen-to, en lo que concierne a la defensa, la construc-ción de revellines y baluartes en el entorno de laspuertas, cuya cronología parece entenderse aho-ra como cristiana; también lo fue las edificacióndel gran aljibe que da nombre a su plaza en la ex-planada delante de la Alcazaba"". Aunque en losprimeros decenios del XVI la Alhambra sigue te-niendo una singular importancia en el organigra-ma militar de Granada, con el paso del tiemposufrió un deterioro y recomposición de sus siste-mas de defensa de tal magnitud que no ha sidohasta el siglo XX cuando se ha vuelto a recuperargran parte de su calle de ronda y la propia Alca-zaba, así como el propio valor que las defensasalhambreñas tienen.

5. Soluciones técnicas: materiales, apare-jos y procedimientos constructivos 22

Materiales: Por lo general, las fortificaciones dela Alhambra van a utilizar materiales y procedi-mientos relacionados con la albañilería, ya quesalvo puntuales presencias de la piedra, lo comúnes el uso del tapial y el ladrillo para la construcciónde las murallas, torres y puertas. Inicialmente lasmurallas y paredes exteriores de las torres fueronconstruidas en tapial, con lo que en tina simpleinspección visual podemos comprobar lo muchoreconstruido posteriormente. El tapial en la Al-hambra va a ser el normal o bien el característi-co granadino llamado de calicastrado, con tandasmás ricas de arena y cal que ligan mejor el muro.

132

Page 10: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Los morteros usados para unir ladrillos y otraspiezas, con tendeles muy gruesos, son muy pare-cidos en sus componentes a estos tapiales y se de-tectan los originales nazaríes por su acentuadotono rojizo; en algunas bóvedas aparece un mor-tero hecho con yeso que facilita la realización dearcos y bóvedas sin utilizar cimbra 23 . El ladrillo,por su especificidad, fue utilizado en las estructu-ras internas de las torres, para el levantamiento depilares, arcos y bóvedas, así como en las escaleras,encuadres de puertas, y, en general, en todosaquellos puntos en los que era necesaria una me-jor trabazón o se pretendía introducir algún tipode ornato. También se empleó el ladrillo en laspuertas monumentales, tanto en lo concernía alaspecto estructural, unido a la piedra, como enalgunas partes de mayor primor (como los arcos),con un trabajo de gran virtuosismo (Puerta delVino). Habitualmente, cuando este ladrillo que-daba visto se enlucía y pintaba encima simulan-do un despiece regular.

Arcos y bóvedas: Un capítulo de especial inte-rés en la arquitectura nazarí son los arcos y bóve-das que podemos encontrar en las edificacionesciviles y militares, por cuanto constituyen un re-pertorio estructural y simbólico que supera elmero sentido funcional-decorativo. Aquí los ala-rifes dieron prueba de su habilidad a la hora deaplicar el procedimiento más funcional y adecua-do a cada caso, ya fuera en las escaleras (acceso ala parte alta de Comares), en las torres (caso pa-radigmático de la del Homenaje) o en las puertas(Armas, Justicia).

Los arcos en la zona militar van a ser de me-dio punto o escarzanos sin impostar en los inte-riores de las torres o en el paso debajo de ellassobre el adarve, mientras que en las puertas mo-numentales y pasillos interiores de éstas lo seránde herradura apuntada, forma que en Granada seadopta desde las puertas ziríes. En cuanto a la dis-posición de las dovelas, serán radiales en los arcosfuncionales de medio punto, mientras que en losde herradura apuntada —ya sean de ladrillo o depiedra— unos adoptan la forma subradial (puertade las Armas, principal y posterior de la Justicia,Siete Suelos, puerta del Vino) y otros enjarjados(puerta antigua de la Alcazaba [Lám. 131, delArrabal, el interior de la puerta de la Justicia y elgran arco que se adelanta a la buharda de la mis-

ma). En las puertas de la Justicia y de las Armasaparecen de manera indistinta arcos enjarjados ysubradiales y no de forma tan arbitraria como enprincipio pudiera parecer, lo cual me lleva a pen-sar que la alternancia de estas dos formas no sederiva sólo del material elegido sino de un deter-minado carácter simbólico o jerárquico. De he-cho, en la arquitectura palatina también se haceun uso diferenciado de los arcos, según el lugarocupado (puertas de acceso a las habitaciones,miradores, habitaciones laterales, mihrab de ora-torios, paso de puertas, etc.) que mantienen y aunacrecientan este sentido simbólico, jerárquico yfuncional.

En las bóvedas, pese a que no vamos a encon-trar grandes novedades estructurales ni decorativas—salvo las gallonadas de tiempos de Ismail—, suvariedad y versatilidad mostradas a la hora deadecuarlas a los espacios que ocupan es un buenejemplo de sabiduría constructiva. Sus formas vana oscilar entre las de medio cañón, presentes enzonas estrictamente funcionales (pasadizos, pasi-llos, cámaras bajas de torres), junto con las dearista, de lunetos y cercana a éstas en su concepciónla primorosa del zaguán de la torre de las Infantas,de grandes mocárabes. También las hay baídas yesquifadas, reservadas para habitaciones de torres yrellanos de escaleras y puertas (Lám. 14), compli-cándose en las torres de la Vela, Homenaje (ver-dadero muestrario de bóvedas y cúpulas) y lasgallonadas de la puerta de las Armas y pabellón dela Rauda (Lám. 2), como casos de elevada calidadestética. El interés mayor de estas bóvedas estri-ba en el protagonismo que van a asumir en estosámbitos castrenses o estrictamente funcionales,puesto que los salones palatinos se cierran conarmaduras o bóvedas de mocárabes de yeso. So-lamente en la puertas monumentales y en las to-rres las bóvedas van a unir su eficacia funcional aun tratamiento visual acorde con el lugar queocupan. Destaca en ellas la continua variedad deformas, huyendo de la rutina mecánica a la horade resolverlas. Cada módulo o tramo de las puer-tas, escaleras o habitaciones presentan arcos ybóvedas que van diferenciando los espacios, sien-do cada una independiente y autosuficiente. Estafragmentación y lo limitado de su tamaño es tan-to una cuestión de herencia cultural y una nece-sidad defensiva, como también consecuencia de

133

Page 11: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

que la mayor parte de estas bóvedas se realizan sincimbra, sobre todo las menores.

6. Soluciones morfológicas: murallas,barbacanas, revellines, torres y puertas

El recinto amurallado no presenta una estruc-tura monolítica sino que está integrado por dife-rentes elementos que vienen a cumplir funcionesdeterminadas. A grandes rasgos podemos distin-guir como partes constitutivas: la muralla propia-mente dicha (con su variante específica que cons-tituye la barbacana de la Alcazaba), las torres, laspuertas —en las que se fusionan necesidades cas-trenses y civiles—, y los cubos, baluartes o reve-llines que se adosaron en algunos puntos estraté-gicos al hilo de la conquista y que no serán co-mentados aquí.

Murallas: Las murallas de la Alhambra estabanalmenadas y recorridas por dentro por un adarvepara la guardia que ponía en comunicación todo elrecinto. En las torres militares el adarve pasaba porsu habitación principal, mientras que en las pala-tinas lo hacía por un piso inferior o por un túnel,siempre sin contacto directo con las estancias prin-cipales (Lám. 12). Barbacana solamente hubo en laAlcazaba, la cual la rodeaba totalmente, pero sodaella fue rehecha en el siglo XVI (Lám. 6), sale al-gunos trozos del lado Norte. Resulta hasta ciertopunto paradójico que en la Alhambra la barbaca-na aparezca en su parte más antigua mientras queen el resto del recinto fuera eliminada.

Torres: Las torres del recinto ue la Alhambrarepresentan, por sí mismas, el mejor exponente dela compleja y contrapuesta necesidad de conciliarlos valores de sensualidad y disfrute palatino conlos del rigor castrense. En principio toda murallanecesita el refuerzo de las torres, pero en el casode la Alhambra, la fusión que se establece entre laestructura palatina, la castrense y el entramadourbano, van a determinar soluciones innovadorasy adaptadas a las funciones específicas conferidasa cada una de estas torres. Este hecho, su gradode conservación y el que se construyeran en dife-rentes momentos, son componentes que acentúansu interés 24.

A grandes rasgos y atendiendo a sus funcionesprimordiales podríamos dividir estas torres segúnsus funciones y estructura, aunque no son com-

partitnentos estancos: A) torre contrafuerte o deflanqueo; B) torre vivienda-almacén; C) torre quecobija puerta; D) torre-palacio y E) torre-salón(qubba) que pertenece o forma parte de un pala-cio. En los tres primeros grupos las torres cum-plen funciones específicamente relacionadas conla defensa o con el control de salidas y entradasa la ciudad; el cuarto presenta una clara dualidadal ser al mismo tiempo estructura defensiva porfuera y residencial hacia dentro; las del quintogrupo son puramente palatinas, incluso en su vo-lumen externo, salvo la torre de Comares que esun caso excepcional como también lo es la torredel Peinador.

Obviaré el comentario particular de cada unapara valorar simplemente sus aspectos más nota-bles. Las del Cadí (Candil) (Lám. 11) y de Mu-hammad (Lám. 9) destacan por su privilegiadaubicación para vigilar el acceso al Generalife, laprimera, y la entrada a los palacios y calle de ron-da, la segunda. La de los Picos es excepcional porsu configuración claramente ajena a la tradiciónnazarí y su asociación a la puerta del Arrabalcomo punto estratégico (Lám. 11). La del Agua,muy reconstruida, protegía el acueducto que abas-tecía del líquido elemento a la ciudad. Su enver-gadura era notable y en su base quedan todavíarestos de las agujas de madera de sus tapiales.Puesto especial ocuparían las torres almacén-vi-vienda de la Vela y del Homenaje en la Alcazaba,mostrando avances constructivos y sutilezas espe-cíficas que las convierten en obras excepcionales.La impactante volumetría de la primera, configu-rada con amplias estancias centrales y dobles pa-sillos en derredor, contrasta con la fragmentacióny regularidad de las estancias en la del Homena-je, solamente rota por la exhibición de bóvedas yque se remata con la sorprendente presencia deuna casa-patio en lo alto de la misma; las dos pre-sentan silos-mazmorras en su parte baja. Las to-rres que cobijan puertas cada una se dispone demanera diversa y original, sobresaliendo la de laJusticia en complejidad y riqueza. Gran novedadsupone encontrar dos joyas excepcionales comoson las torres-palacio, llamadas ahora galahurras

de Yusuf I y Muhammad VII (las torres de laCautiva y de las Infantas). La peculiaridad de es-tas dos torres-alcázares es su cerrada y austera apa-riencia externa que oculta una riqueza organiza-

134

Page 12: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

tiva y ornamental interior, que a modo de resu-men expresan el orto y el ocaso del mejor siglo dela arquitectura nazarí. En su consciente ambigüe-dad, se disponen formando parte visualmente delrecinto defensivo, pero resultan a la postre merosbastiones disuasorios, ya que su principal voca-ción es la de ser residencias palatinas y relaciona-dos con la ciudad a través de sendos túneles ypuentes que salvan la calle de ronda y el adarve.Del último grupo, las qubbas alojadas en torres,poco cabe decir aquí. Aunque apostadas sobre lamuralla, se relacionan fundamentalmente con laestructura palatina cobijando los salones regios,que a modo de belvederes definen un airoso te-lón escenográfico.

Puertas: El recinto medieval de la Alhambracontaba con cuatro puertas de acceso exterior: ladel Arrabal, Armas (Lám. 2), Siete Suelos (Lám. 3)y Justicia (Lám. 4), amén de algunos postigos ypoternas de uso restringido, más otras interiorescomo la de acceso a la Alcazaba —al pie de la to-rre de la Vela— (Lám. 13) de la Tahona, delVino y la Real, y posiblemente otras perdidas queson comentadas en el estudio de Jesús BermúdezLópez. Estas puertas constituyen un nuevo expo-nente de la capacidad constructiva y la fusión deintereses que se dan cita en el momento de ma-yor esplendor del sultanato nazarí. Su disposicióny estructura organizativa no cabe duda de que tie-nen su origen en la larga experiencia anteriorhispano musulmana, marcada aquí por las solucio-nes ziríes, pero también es cierto que la monu-mentalización y decoración de estas grandes mo-les cúbicas viene a atender otros intereses que sei mponen sobre los meramente defensivos. Lapuerta pasa de ser un mero bastión poliorcéticoa convertirse en un emblema más de prestigiopolítico, aflorando en ellas un tratamiento orna-mental que no se ve en otras puertas de las ciu-dades andalusíes peninsulares anteriores y cuyareferencia más inmediata se ha buscado en lasalmohades de Marrakesh y Rabat. De hecho se haseñalado que, al igual que en las magrebíes, la dela Justicia heredará la misma función de espacioceremonial en los grandes eventos políticos o fies-tas religiosas, realizadas en la explanada que laprecedía y que, probablemente, le dio nombre.Esta nueva y fundamental función encomiásticano es suficiente para negar su valor defensivo,

pues la estructura de cuatro codos enlazados hastaformar una Z, la presencia de la buhedera, la pro-pia puerta de madera blindada y el complejo ce-rrojo que la cierra no son un mero adorno, pormás que el desarrollo armamentístico del momen-to le restaran eficacia.

Las cuatro puertas exteriores y la primitiva dela Alcazaba presentan la característica disposiciónen recodo, cuya presencia en Granada se remon-ta a la época zirí (Elvira, Monaita, Pesas) e inclusode ellas van a tomar algunas peculiaridades comoel arco de herradura apuntado y el dintel adove-lado sobrepuesto, bien sea de piedra o ladrillo. Lasde la Alhambra presentan el tipo más evoluciona-do, todas de pasillo de uno o varios codos, peroen un ejercicio de paulatina complicación hastallegar a la de la Justicia, la más monumental ycompleja en todos los sentidos, salvo en la riquezade bóvedas en la que se ve superada por la de lasArmas, con su doble cúpula de bellos gallones 25.

La Báb al-Sari'a o puerta de la Explanada (dela Justicia) —la única perfectamente fechada porsu inscripción en 1348— es sin duda un dignobroche al proceso monumentalizador de las puer-tas alhambreñas y a este estudio. Excepcional pormuchos motivos, quizá uno de los más importan-tes sea la integración que ofrece de todos los in-tereses que se exigen en una obra de este tipo: efi-cacia defensiva, de control en tiempos de paz, demajestuosidad y alarde escenográfico, de raciona-lidad estructural y ornamental, para que lo deco-rativo no descomponga su firmeza (todo lo con-trario que ocurre en los interiores de los palacios);incluso en la enigmática introducción conjuntade la mano y la llave, que han dado pábulo a esaotra visión legendaria (casi de cuento continuo)que envuelve siempre a la Alhambra y a su histo-ria. Es, en fin, una obra que bien vale por resu-men de una cultura.

NOTAS

Esta alusión a los símbolos arquitectónicos que rodeanal soberano nazarí está tomada en apretado pero certe-ro resumen, por VIGUERA MOLINS, M. a J., <El sobera-

no, visires y secretarios>, en El reino nazarí de Granada

(1232-1492). Política, instituciones y economía, Historiade Menéndez Pidal, Vol VIII***, pág. 324. El primeroen apuntar el interés que encierra el sentido simbólico

de la arquitectura alhambrina fue GRABAR, O., La Al-

1 35

Page 13: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

hambra. Iconografla, formas y valores, Madrid: Alianza, dalucía y otras, 1995, págs. 75-81; también tiene el1980, y otros trabajos han ido avanzando en el mismo mismo fin ACIÉN ALMANSA, M., «Poblamiento y forti-sentido, como el de CABANELAS RODRÍGUEZ, D., El te- ficación en el sur de Al-Andalus. La formación de uncho del salón de Comares en la Alhambra. Decoración, país de husun», Actas del III Congreso de Arqueología Me-Policromía, Simbolismo y Etimología, Granada, Patrona- dieval española, Oviedo: 1989 y ACIÉN ALMANSA, M.to de la Alhambra, 1988. También son de destacar: «La fortificación en Al-Andalus», en LÓPEZ GUZMÁN, R.RUBIERA MATA, M. a J., La arquitectura en la literatura (coord.), La arquitectura de/Islam Occidental, Barcelona-árabe. Datos para una estética del placer, Madrid: 1981; Granada: Lunwerg-El Legado Andalusí, 1995, págs. 29-PUERTA VILCHEZ, J.M., Los códigos de utopía de la Al- 41 (entre otros); también los congresos de San Carlos dehambra de Granada, Granada: Diputación Provincial, la Rápita, los Congresos deArqueología Medieval Española1990, y del mismo autor «La cultura y la creación ar- y el I Congreso Internacional: Fortificaciones en al-An-tística», en PEINADO SANTAELLA, R., (Ed.) Historia del dalus, Algeciras, 1998, en este último se puede ver unReino de Granada, T. I, págs. 349-413 y en especial apretado resumen del concepto y funciones que cum-pág. 376; también «Vocabulario estético de los poemas plían las alcazabas de al-Andalus en IZQUIERDO BENI-de la Alhambra», en GONZÁLEZ ALCANTUD, J.A. y MAL- TO, R., «Las alcazabas en al-Andalus: sentido y funcio-P1CA CUELLO, A. (eds.), Pensar la Alhambra. Granada: nes>, págs. 103-110; con un carácter más genérico so-Antrhopos-Diputación Provincial, 2001, págs. 69-88. bre las fortificaciones andalusíes, sin entrar en cuestio-Puede verse su argumentación, entre otros trabajos, en nes denominativas, ver VALDÉS FERNÁNDEZ, F., «La ar-TORRES BALBÁS, L., Arte almohade, arte nazarí, arte quitectura militar en al-Andalus...», págs. 125-136. Esmudéjar, «Ars Hispaniae». Madrid: Plus-Ultra, 1949, obra fundamental de consulta (con la objeción de ha-vol. IV, pág. 163. ber eliminado el aparato crítico —notas— en el texto)

3. VALDÉS FERNÁNDEZ, F., «La arquitectura militar en al- la monumental de PAVÓN MALDONADO, B., Tratado deAndalus. Ensayo de sistematización», en La fortificación arquitectura..., que resume una larga trayectoria impo-medieval en la Península Ibérica, Actas del IV Curso de sible de reflejar aquí pero que puede consultarse en laCultura Medieval. Centro de Estudios del Románico, bibliografía de este libro. Un elenco bibliográfico exten-Septiembre 1992. Aguilar de Campó: Fundación de sísimo se ofrece en VIGUERA MOLINS, M. » J., «FuentesSanta María la Real, 2001, en especial págs. 134-136. y bibliografía», en T. VIII**** Historia de España de

4. Tanto MAllOLI-GUINTARD, Ch., Ciudades de al-An- Menéndez Pidal. En el ámbito granadino destacan,dalus. España y Portugal en la época musulmana (s. VIII- amén de otros trabajos generales, el estudio pionero de

2 Granada: Almed, 2000, pág. 95, como PAVÓN TORRES DELGADO, C., El antiguo reino nazarí de Gra-MALDONADO, B., Tratado de arquitectura hispanomusul- nada (1232-1340), Granada: 1974, ampliado por losmana. II Ciudades y fortalezas, Madrid: C.S.I.C., 1999, esfuerzos de estudio y síntesis de MALPICA CUELLO, A.,pág. 96, consideran que en realidad toda la Alhambra Poblamiento y castillos en Granada, Barcelona-Granada:constituye por sí misma una alcazaba y no sólo el cas- Lünwerg-El Legado Andalusí, 1996; MALPICA CUELLO,tillo que conocemos por tal. A. (ed.), Castillos y territorio en al-Andalus, Granada:Sobre esta problemática de denominaciones o termino- Athos-Pérgamos, 1998, (entre otros) y el reciente delogía castrenses puede verse ROJAS GABRIEL, M.; PÉREz MARTÍN GARCÍA, M.; BLEDA PORTERO, J. y MARTÍNCASTAÑERA, D. M ». y GARCÍA FITZ, F., «Operatividad CIVANTOS, J. M. a , Inventario de arquitectura militar de lacastral granadina en la frontera occidental durante el provincia de Granada (siglos VIII alXVIII), Granada: Di-siglo XV», en I Congreso Internacional de Fortificaciones putación Provincial, 1999. En la actualidad el grupo deen al-Andalus, Algeciras, 1998, nota 1, o en el mismo Investigación de la Universidad de Granada «Toponimia,Congreso MORA FIGUEROA, L., DE «Influjos recíprocos Historia y Arqueología del Reino de Granada» (THARG)entre la fortificación islámica y la cristiana en el medievo está aportando interesantes novedades al respecto.hispánico», nota 2. Sobre las fortificaciones de Al- 6. Un buen resumen sobre el recinto amurallado de Gra-Andalus existe una bibliografía cada vez más abundan- nada puede verse en MALPICA, A., Poblamiento y casti-te que parte de los trabajos ya clásicos de Henry Terrasse llos en Granada, Cap. IV.y Torres Balbás (cuyas referencias concretas eludo por 7. ZOZAYA, J., «Reflexiones sobre las fortificaciones anda-más conocidas), con revisiones y nuevas orientaciones lusíes», en especial págs. 79-81. Esta consideración, aun-hacia diferentes líneas de trabajo en MAllOLI-GUIN- que no deja de tener algunos visos de verosimilitud, seTARD, Ch. ,op. cit., en especial para este tema el capítulo contraviene con algunas imprecisiones cronológicas, ya1; en los últimos años destacan los trabajos clarificado- que las fechas que da de algunas torres y puertas comores de ZOZAYA, J., «Las fortificaciones de al-Andalus, Armas, Vino, Quebrada o Damas, son, a mi entender,en Al-Andalus. Las artes islámicas en España, Madrid: El erróneas. En este sentido, más que la torre del Home-Viso, 1992, págs. 63-73 y «Reflexiones sobre las fortifi- naje, sería la Quebrada, construida en tiempos de Yusufcaciones andalusíes», Arte islámico en Granada. Propues- I sobre una torre más reducida anterior, la que tendríata para un Museo de la Alambra, Granada: Junta de An- una vinculación más puramente interna.

1 36

Page 14: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

8. Ha sido Antonio Fernández Puertas el que más ha apos-tado por la recuperación de los nombres originales en susrecientes trabajos The Alambra, Londres: Saqi Books,

1997 y «El Arte», en El Reino nazarí de Granada (1232-

1492). «Sociedad, vida y cultura», en Historia de Espa-

ña de Menéndez Pidal, T. VIII****, Madrid: Espasa-

Calpe, 2000.Trabajos imprescindibles para su conocimiento son:GÓMEZ-MORENO MARTÍNEZ, M., «Granada en el sigloXIII«, Cuadernos de la Alambra, n.° 2, (1966), págs. 3-

41, en especial 8-17; PAVÓN MALDONADO, B., «La al-cazaba de la Alhambra',, Estudios sobre la Alhambra, 1,

Anejos de Cuadernos de la Alambra, Granada: Patrona-

to de la Alhambra, 1975, págs. 3-34 y FERNÁNDEZPUERTAS, A., TheAlhambra, cap. 11; MALPICA CUELLO,

A., La Alhambra de Granada, un estudio arqueológico,

Granada: Universidad, 2002. Cap. II.10 De hecho tampoco se sabe la antigua ubicación de es-

pacios tan importantes para el funcionamiento del go-bierno como la cancillería, oficinas de los visires, la ceca,etc., por más que se hayan apuntado algunos espaciosconcretos.

II Un resumen puede verse en MALPICA, A., La Alham-

bra..., págs. 55 y 63-64, con alusión a su trabajo «La ar-quitectura en piedra en el Reino de Granada a finales dela Edad Media», en HAM,MA,\1, M. (ed.), LArchitecture de

terre en Mediterranée, Rabat:, 1999, págs. 437-458.

12. Para el estudio de este barrio son básicos: PAVÓN MAL-DONADO, B., «La Alcazaba», Anejos..., T. I, págs. 3-34;FERNÁNDEZ PUERTAS, A., TheAlambra, págs. 181-233;FERNÁNDEZ PUERTAS, A., «Urbanismo del barrio cas-trense de la Alcazaba», en NAVARRO PALAZÓN, J. (ed.),Casas y palacios de Al-Andalus. Siglos XII y XIII, Barce-

lona-Granada: Lunwerg-El Legado Andalusí, 1995,págs. 255-267; ORIHUELA UZAL, A., Casas y palacios

nazaríes. Siglos XIII-XV, Barcelona-Granada: Lunwerg-

El Legado Andalusí, 1996, págs. 145-154.

13. Son numerosas las Guías y libros generales que realizan estemismo recorrido, siendo un buen ejemplo el de BERMÚDEZPAREJA, J. Alcazaba y torres de la Alhambra. Granada: La

General, 1972 y más recientemente MARTÍN GARCÍA, M.;BLEDA PORTERO, J. y MARTÍN CIVANTOS, J. M. a, Inven-

tario de arquitectura militar..., págs. 188-191. En FER-

NÁNDEZ PUERTAS, A., TheAlhambra y « El Arte<>, op. cit.,

se recogen nuevas propuestas de denominaciones. Unbuen plano de la Alhambra, con inclusión de los distin-tos nombres de las torres del recinto, puede verse enVILCHEZ VILCHEZ, C., La Alhambra de Leopoldo Torres

Valvás, Granada: Comares, 1988, pág. 42.14 Aunque son muchos los autores que recogen estas no-

ticias nos parece el resumen y argumentación más con-

cisa y certera la que ofrece TORRES BALBÁS, L., «LaAlhambra de Granada antes del siglo XIII», Al-Andalus,

n.° 5, (1940), reeditado en Obra Dispersa I, págs. 180-

199. Más recientemente, FERNÁNDEZ PUERTAS, A., The

Alhambra, Capítulo 10.

15. GÓMEZ MORENO, M., Guía de Granada, ' Granada:Imprenta Indalecio Ventura, 1892 (otras ediciones),pág. 26, de nuevo GÓMEZ-MORENO MARTÍNEZ, M.,«Granada en el siglo XIII», pág. 35, afirma que «hastabien entrado el siglo XIV no contaba probablemente laAlhambra con otras fortificaciones que su Alhizán o cas-tillo sobre la parte occidental».

16. PAVÓN MALDONADO, B., Anejos..., T. II, pág. 127 y«La Puerta del Vino de la Alhambra y el arte almohadede España y norte de África<>, Cuadernos de la Alambra,31-32, (1995-96), pág. 22; MALPICA, A., Poblamientoycastillos..., pág. 76; BERMÚDEZ LÓPEZ, J., «La Alham-

bra», en LÓPEZ GUZMÁN, R. (ed.), La arquitectura del

Islam Occidental, pág. 213. Por el contrario, el propioPavón Maldonado en su trabajo «Los orígenes del artenazarí y de la Alhambra», en Realidad y símbolo de Gra-nada. S. 1, Banco Bilbao Vizacaya, 1992, pág. 64 con-tradice su opinión anterior, par afirmar que en el sigloXIII debía tener la Alhambra ya algún tipo de cerca, conargumentos en parte parecidos a los que yo planteo.

17. «El Arte», pág. 212. Terminado este trabajo tengo co-nocimiento de la reciente publicación de VILCHEZ VIL-CHEZ, C., El Palacio del PartalAlto en la Alambra, Gra-nada: Proyecto Sur, 2001, en la cual, en una «Breve in-troducción sobre la génesis urbanística de la medina dela Alhambra», hace una importante y casi revoluciona-ria revisión cronológica de los palacios, murallas y ca-lles de la Alhambra, adelantando de manera importan-te la configuración de esta ciudad palatina.

18. Así se recoge en un poema de Ibn al-Jatib en que, refirién-dose a la visión de Granada afirma: «las murallas, como losbrazaletes en las muñecas, circundan las almunias y propie-dades privadas del sultán (mustajlasat)». En Bosco VILÁ,J., «Ben al-jatib y Granada», Cuadernos de la AsociaciónCultural Hispano Alemana, n.° VI, (1982), pág. 43.

19. Mi agradecimiento a la arqueóloga Eva Moreno Leónpor sus indicaciones en este aspecto.

20. Frente a esta idea de respeto, existe la certeza de que elpalacio de Ismail fue literalmente machacado al poco desu terminación —salvo excepciones como la del baño,su aljibe y el pabellón de la rauda— cuando Yusuf I le-vanta su palacio de Comares.

21. Para las primeras transformaciones son fundamentales:MALPICA CUELLO, A. y BERMÚDEZ LÓPEZ, J., «Trans-formaciones cristianas en la Alhambra», en BOLDRINI,E. y FRANCOVICH, R., Aculturazione e mutamenti. Pors-

pettive nellArqueologia medievale del Mediterráneo, Con-greso Italo-español de Arqueología Medieval. Florencia:1995. Un resumen ajustado y con muchos datos docu-mentales ofrece, desde una perspectiva histórica y orga-nizativa, VIÑES MILLET, C., La Alhambra de Granada,

Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1982, enel que podemos comprobar que ya en 1505 se indicaque han de repararse muchos caminos, pretiles y alme-nas que se habían caído «en la Alhambra y en el Alca-4aba della», pág. 88. También es necesaria la consulta de

1 37

Page 15: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

DOMÍNGUEZ CASAS, R., Artey etiqueta de los Reyes Ca-tólicos. Artistas, residencias, jardines y bosques, Madrid:Alpuerto, 1993 y GARCÍA GRANADOS, J.J. y TRILLO SANJOSÉ, C., «Obras de los Reyes Católicos en Granada(1492-1495), Cuadernos de la Alambra, 26, (1990),págs. 145-168.

22. Este capítulo y los siguientes han sido drásticamenteabreviados y serán tenia desarrollado —espero— en unapublicación futura.

23. Son obras de referencia TORRES BALBÁS, L., Ciudadeshispanomusulmanas, T. II, cap. X y toda la amplia biblio-grafía de este investigador; GÓMEZ-MORENO, M., Guíade Granada y GÓMEZ-MORENO MARTÍNEZ, M., «Grana-

da en el siglo XIII»; PAVÓN MALDONADO, B., Tratado dearquitectura..., Cap. VII y otras referencias diversas;ESLAVA GALÁN, J., « Materiales y técnicas en la fortifica-ción Bajomedieval» , Cuadernos de Estudios Medievales,XII-XIII, (1984), págs. 271-278; FERNÁNDEZ PUERTAS,A., The Alambra; ALMAGRO GORBEA, A., «Un aspectoconstructivo de las bóvedas en Al-Andalus», Al-Qantara,XXII, (2001), págs. 147-170; y con un enfoque renova-dor TORRE LÓPEZ, M. a J. DE LA, Estudio de los materiales

de construcción en la Alambra, Granada: Universidad-Ins-tituto Andaluz del Patrimonio Histórico, 1995.

24. Trabajos específicos, con una clara dedicación a las to-rres más singulares, son GÓMEZ MORENO, M., Guía...;GALLEGO BURÍN, A., La Alambra, Granada: Patronatode la Alhambra, 1963; TORRES BALBÁS, L., Arte almo-hade, arte nazarl...; GÓMEZ-MORENO MARTÍNEZ, M.,

«Granada en el siglo XIII»; BERMÚDEZ PAREA, J., LaAlcazaba y torres de la Alhambra; PAVÓN MALDONADO,B., Anejos.... T. I y II; PAVÓN MALDONADO, B., Tra-tado de arquitectura..., Cap. IV; BERMÚDEZ LÓPEZ, J.,La Alhambra y el Generalife, Madrid, Ed. En su Mano,1987; FERNÁNDEZ PUERTAS, A., The Alambra, T. I;FERNÁNDEZ PUERTAS, A., «El Arte».

25 Son obras fundamentales: TORRES BALBÁS, L., «Puer-tas en recodo en la arquitectura militar hispano-musul-mana», Al-Andalus, XXV, 2, (1960), Obra Dispersa I,n.° 7, con alusión a las nazaríes págs. 141-143, tam-bién en Ciudades hispano musulmanas, págs. 603-644;PAVÓN MALDONADO, B., Tratado de arquitectura...,

págs. 403-543, las granadinas en págs. 453-469 yAne-jos..., T. II, págs. 61-122; también FERNÁNDEZ PUER-

TAS, A., The Alhambra..., y alusiones a conceptos ge-nerales en La Fachada del Palacio de Comares, T. I. Si-tuación, función y génesis, Granada: Patronato de laAlhambra, 1980.

JU^TA DE AIDALU0ACONSEJERfA DE CULTURA

tronato de la Alhambra y Generalife

138

Page 16: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

139

Page 17: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

'4'ti

ti

C1Rrliraiife

ti

140

Page 18: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

1.

2.

3.4.

5.

6.7.

8.

9.

10.11.

12.

13.14.

15.

16.17.

18.19.

20.21.

22.

23.24.

25.

26.27.

28.

29.30.31.

32.33.

34.

35.36.37,

38.

39.

40.41.

42.

43.44,

45.46.47.

48.49.

50.51.

52.

Torre de la Vela (de la Campana, del Sol).

Torre de los Hidalgos (de Paniagua).

Puerta de las Armas (Báb al-Silah).Coracha y torres de finales del siglo XI y la Báb al-Difáf.

Sin denominación específica que da paso a torre de las Armas.

Torre de Alquiza.

Torre del criado del Doctor Ortiz.Torre del Homenaje (de Añasco).

Postigo de salida al adarve norte.

Torre Quebrada (de Cantón).

Torre del Adarguero (Hueca).

Torre de la Sultana.Torre de la Pólvora (de la Guardia, de Cristóbal del Salto).

Puerta Antigua de la Alcazaba.Revellín de la Alcazaba.

Coracha de unión con torres Bermejas (Hisn Mawrúr).

Cubo de artillería del XVI.Puerta de la Tahona.Torre de Muhammad (Muhammad 1, de las Gallinas, Hontiveros o de Carrichuela).

Torre de Machuca (de los Puñales, Bahw al-Nasr).Torre de Comares.Torre de Abú-I-Hayyáy (de la Estufa, Abul Hachach, Abú-I-Yuyús Nasr; la parte alta denominada del Peinador, Mirador

o Tocador de la Reina).

Torre bajo las casas del Partal.Torre del Partal (de las Damas).Torres desaparecidas intermedias por hundimiento de este trozo de muralla.

Torre de los Picos (de Narváez).

Puerta del Arrabal.Puerta desaparecida según Pavón Maldonado.

Puerta de Hierro (época de los Reyes Católicos).Torre del Cadí (Candil, del Preso, del paso de la Zorra).

Torre de la Cautiva (de la Ladrona, de la Sultana, Qalahurra nueva de Yusuf I).Torre de las Infantas (de Ruiz, de Quintarnaya, Qalahurra Nueva de Muhammad VII).Torre del Cabo de la Carrera (ha de interpretarse Cabo como extremo o fin de la Carrera).

Baluarte del año 1502.Puerta moderna de comunicación con el Generalife. - - - - - - _ -

Torre del Agua. `L CULTURATorre de Juan de Arce.Torre de Baltasar de la Cruz. - - - _, +Puerta de Siete Suelos (Báb al-Gudur, puerta de las Albercas o de los Pozos). 3enerafife

Torre del Capitán (de Juan de Cáceres).

Torre del Atalaya (la Bruja).Torre de las Cabezas (de las Prisiones, de la Cárcel); con doble torre y revellín poligonal).

Torre del palacio de Abencerrajes (de Peralada, Perelada, de la casa del Muftí, Banú Sarráy).

Puerta de los Carros (del Carril), siglo XVI.

Base de torre antigua.

Torre de Barba.Baluarte cristiano.Puerta de la Justicia (del Tribunal, de la Ley, de la Explanada, Báb al-ari 'a), terminada en 1348.

Torre de Pedro Morales (desaparecida).Torre de Rozas (de Ropas, Rocas o Rojas).

Puerta Real (desaparecida antes de 1537).

Puerta del Vino.

141

Page 19: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Lámina 2. Puerta de las Armas. Pasillo interior, con arcos, bóvedas y cúpulas que dinamizan su espacio.

142

Page 20: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

rn

143

Page 21: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Ldmina 4. La Báb al-Shari'a (Puerta de la Explanada)popularmente conocida como de la Justicia. Arco de acceso.

144

Page 22: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

ti

ti

ti

eo

ti

145

Page 23: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

ti

ti

ti

146

Page 24: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Lámina 7. Muro Este de la Alcazaba, entre las torres del Adargueroy Quebrada, con muros recompuestos de distintas épocas y aparejos.

147

Page 25: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

'o, y

v ^

v ^^ d

^ e+

o> ^h ^

^ ó

^ oó ^

Ñ ^

. o0

148

Page 26: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

e

Lámina 9. Adarve y calle de ronda con la torre de Muhammad al fondo.

149

Page 27: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Lámina 10. Adarve cubierto debajo de Comares.

E

150

Page 28: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Lámina 11. Muralla de zona alta, con las torres de los Picos al fondo y del Cadí (Candil).

151

Page 29: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

Lámina 12. Torre de las Infantas o galahurra de Muhammad VII,mostrando el paso inferior del adarve y calle de ronda.

152

Page 30: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

153

Page 31: ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DE LA ALHAMBRA, I

20

t r

1.:

,cti+

i`•

i I' • 4

^RX Y {^.

Lámina 14. Torre Quebrada. Juego de bóvedas de su escalera de acceso a las plantas altas.

154