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  • Universidad de Murcia

    Estructura de la comunicacin narrativa. Contribucin al estudio de su base verbal

    en espaol

    Jos Antonio Valenzuela Cervera

    1978

    Tesis de Doctorado Facultad de Filosofa y Letras Director: Dr. D. Antonio Roldn

  • Jos Antonio Valenzuela Cervera ESTRUCTURA DE LA COMUNICACIN NARRATIVA. Contribucin al estudio de su base verbal en espaol. Tesis doctoral. Dirigida por don ANTONIO ROLDN UNIVERSIDAD DE MURCIA Facultad de Filosofa y Letras 1978

  • NDICE 0. INTRODUCCIN. I. PRIMERA PARTE. I. 1. LA NOCIN DE HISTOIRE EN BENVENISTE. I. 1. 1. La categora histoire y el texto narrativo. I. 1. 2. Carcter abstracto del texto histoire. I. 1. 3. El pasado y la narracin ficticia. I. 2. LOS GRUPOS VERBALES. I. 2. 1. Benveniste y la lengua francesa. I. 2. 2. Los grupos verbales de Weinrich. I. 2. 3. El caso anmalo del pass simple francs. I. 3. EL CLASIFICADOR DE ACTUALIDAD. I. 3. 1. El perfecto simple espaol. I. 3. 2. La frecuencia verbal como indicio de los tipos de discurso. I. 3. 3. El criterio clasificador de actualidad en las gramticas. I. 3. 4. Interpretaciones del criterio de actualidad. I. 4. LA ACTUALIDAD COMO DIVISORIA DEL SISTEMA VERBAL. I. 4. 1. El valor sintagmtico del clasificador de actualidad. I. 4. 2. El aspecto. I. 4. 3. El modo y la persona. I. 4. 4. Conclusin I. 5. LA ACTUALIDAD Y LA FUNCION DECTICA DEL VERBO. I. 5. 1. La nocin de grado cero. I. 5. 2. La oposicin presente actual / presente inactual. I. 5. 3. La clasificacin de los tiempos de grado cero segn la poca y la actualidad. I. 6. LA DIMIENSIN DEL PRESENTE. I. 6. 1. El presente y el tiempo de la situacin comunicativa. I. 6. 2. El tiempo en el sistema verbal de Molho. I. 6. 3. El tiempo de la enunciacin. I. 6. 4. Sentido del presente actual. I. 7. DEIXIS VERBAL Y SITUACIONES DE COMUNICACIN. I. 7. 1. Situaciones de comunicacin, dexis de Blher y actitudes de Weinrich. I. 7. 2. Temporalidad axial y dectica. I. 7. 3. Dos visiones opuestas y parciales del sistema verbal.

  • I. 7. 4. Aportacin de Coseriu. I. 8. LA DOBLE FUNCIONALIDAD DE LOS PRETRITOS. I. 8. I. La doble funcionalidad segn los modos de mostrar. I. 8. 2. Sobre el valor axial y el grado cero. I. 8. 3. Valor axial de los pretritos actuales. I. 8. 4. El sistema verbal inactual. I. 9. HISTORIA Y DISCURSO NARRATIVO FICTICIO.

    I. 9. 1. La historia como discurso actual. Contraste entre los sistemas de Bull y de Weinrich.

    I. 9. 2. La narracin en el sistema verbal de Bull. I. 9. 3. Los grupos verbales de la narracin y del comentario. I. 10. LA METFORA VERBAL, LA HISTORIA Y LA NARRACIN. I. 10. 1. La metfora verbal, I. 10. 2. Valor "pasado" del perfecto simple, su explicacin como metfora. I. 10. 3. Inciso sobre la gnesis del lenguaje. I. 10. 4. Prioridad entre historia y narracin. I. 10. 5. Sobre la metfora de Weinrich. Su valoracin. I. 11. BULL Y LA DOBLE FUNCIONALIDAD DE LOS TIEMPOS SECUNDARIOS. I. 11. 1. Conceptos fundamentales del sistema. I. 11. 2. Temporalidad axial y situaciones comunicativas. I. 11. 3. Los tiempos primarios en el texto narrativo. I. 11. 4. Conclusin y resumen. II. SEGUNDA PARTE. II. 1. LA DISTINCIN ASPECTUAL EN EL TEXTO NARRATIVO. II. 1. 1. EI aspecto en el sistema verbal actual y en el sistema verbal inactual. II. 1. 2. El aspecto. II. 1. 3. Aspecto y orden. II. 1. 4. Semejanza entre presente en imperfecto. II. 1. 5. El presente narrativo, su contraste con el presente actual. II. 1. 6. El relato como articulacin del tiempo. El presente dinmico. II. 1. 7. La serie. II. 1. 8. El aspecto y la serie. II. 2. LOS PLANOS DEL DISCURSO NARRADOR Y COMENTADOR. II. 2. 1. El aspecto verbal y el relieve en la narracin. II. 2. 2. La nocin de relieve en la teora de Weinrich.

    a) La narracin. b) El comentario.

  • II. 2. 3. El relieve del comentario y la dimensin del presente. II. 2. 4. Los planos en la narracin y en el comentario: el aspecto y el tiempo. II. 3. ACERCAMIENTO A LA DEFINICIN DE PLANO NARRATIVO. II. 3. 1. La esencia de los planos narrativos. II. 3. 2. Serie y perspectiva en el discurso actual. II. 3. 3. La serie en el discurso actual y en el discurso narrativo. II. 3. 4. El plano narrativo. II. 4. EL ASPECTO Y LAS SERIES NARRATIVAS. II. 4. 1. Estructura y contenido de los planos. II. 4. 2. El primer plano: la serie de perfectos simples. II. 4. 3. El segundo plano: la serie de imperfectos. II. 4. 4. Distribucin del contenido narrativo entre planos. II. 5. EL CONTENIDO DEL PRIMERO Y DEL SEGUNDO PLANO. II. 5. 1. Exposicin de la materia. II. 5. 2. La historia en el primero y en el segundo plano.

    a) Ejemplo. El nido, Carmen Prez -Avello. b) Comentario.

    II. 5. 3. Otros elementos del segundo plano. II. 5. 4. La conmutacin de planos. II. 6. LA DISTRIBUCIN DE LA MATERIA NARRATIVA. II. 6. 1. La distribucin tpica.

    a) Ejemplo: La siesta del martes, Garca Mrquez. b) Comentario.

    II. 6. 2. Un segundo plano. a) Ejemplo: Un puerto en el desvn, de C. Prez-Avello. b) Comentario.

    II. 6. 3. Los verbos del segundo plano. II. 7. EL DISCURSO NARRATIVO SIN RELIEVE. II. 7. 1. El uso exclusivo de cada plano.

    a) Ejemplo: La novena, de Francisco Garca Pavn. b) Comentario.

    II. 8. LOS PLANOS SEGN EL CONTENIDO. CONCLUSIN. II. 8. 1. Los planos segn el contenido de la narracin. II. 8. 2. Los lmites estructurales entre uno y otro plano. II. 8. 3. La conmutacin. II. 8. 4. El relieve.

  • III. TERCERA PARTE. III. 1. SUSTITUCIN DEL SISTEMA VERBAL NARRATIVO. III. 1. 1. Exposicin del problema. III. 1. 2. El relato en presente.

    a) Ejemplo: Las palomas, de J. A. de Hevia Valens. b) Comentario.

    III. 1. 3. La narracin en un solo plano. III. 1. 4. La narracin en presente y la narracin en un segundo plano. III. 1. 5. La narracin en el sistema verbal de los tiempos primarios. III. 2. LA TRANSPOSICIN DEL SISTEMA PRIMARIO Y LOS PLANOS FORMALES. III. 2. 1. La conmutacin de los presentes. III. 2. 2. El segundo plano de Las palomas. III. 2. 3. Comentario del esquema verbal.

    III. 2. 3. 1. Sobre la conmutacin de grado cero. III. 2. 3. 2. Sobre la retrospeccin.

    a) El inciso narrativo, b) El pluscuamperfecto, c) El valor retrospectivo del perfecto compuesto.

    III. 3. SUSTITUCIN PARCIAL DEL SISTEMA VERBAL NARRATIVO. III. 3. 1. La sustitucin de un slo plano. III. 3. 2. Ejemplo del primer plano en perfecto compuesto: Mara la Loca de E. Delgado. III. 3. 3. Comentario del esquema verbal.

    a) La distribucin de los planos. b) La retrospeccin.

    III. 3. 4. El segundo plano. III. 4. ESQUEMAS VERBALES DE LA NARRACIN. III. 4. 1. Primer plano y aspecto sintagmtico. III. 4. 2. Presente y perfecto compuesto en el grado cero narrativo.

    a) Recapitulacin sobre las sustituciones de grado cero, b) El presente histrico y el presente descriptivo.

    III. 4. 3. La retrospeccin. III. 4. 4. Los esquemas verbales desviados. III. 5. EL ESTILO NARRATIVO EN EL POEMA DEL CID Y EN EL ROMANCERO. III. 5. 1. Las formas temporales en el Poema del Cid.

    a) Los "aspectos poticos" del verbo. b) El perfecto simple. c)el presente. d) El imperfecto. e) Conclusin.

    III. 5. 2. Los romances.

  • a) El presente y el perfecto simple. b) El presente y el imperfecto. c) El imperfecto narrativo.

    III. 6. ESTRUCTURA DE LA COMUNICACIN NARRATIVA. III. 6. 1. El lenguaje directo. III. 6. 2. El sentido amplio de la oposicin actual / inactual. III. 6. 3. El segundo plano: la descripcin y las intervenciones del narrador.

    a) La descripcin. b) El discurso del narrador. c) Estructura de la comunicacin narrativa.

    CONCLUSIONES. APNDICE. BIBLIOGRAFA. NOTAS

  • Esta es la tesis que, con algunas pequeas adaptaciones para la edicin, se present en la Universidad de Murcia, en la Facultad de Filosofa y Letras. Cuando estaba metido con todo entusiasmo en el trabajo, interesadsimo en averiguar ms y ms, intrigado hasta el infinito y apasionado en el tema, me lleg el apoyo de Miguel ngel Garrido Gallardo. Me fue de gran utilidad su consejo, me anim sobre todo a concluirlo, a no seguir con el tema y no pretender agotarlo. De manera que soy consciente de los vacos y en los lmites en que qued este trabajo. Le en uno de los autores que ms estudi para en el curso de la investigacin, esto que declaraba en su prlogo: que no estaba seguro de haber agotado el tema, pero s tena claro que el tema le haba agotado a l. Fue por tanto, el de Miguel ngel, uno de esos consejos que slo dan los amigos. Remat la tesis y fue tambin muy agradable el estmulo que recib de Jos Mara Pozuelo Yvancos, por el aprecio que hizo de ella y porque la ley, que no es poca cosa. Una satisfaccin aadida a la misma de hacer el trabajo. Actu eficaz y favorablemente como secretario de mi tribunal. Me han llegado otras estimables opiniones, pocas. Los ejemplares de la tesis han descansado pacficamente en lugares cerrados y oscuros. Ha pasado algn tiempo y otros temas llevaron mi inters en otras direcciones, y el resultado ha sido el abandono o, al menos, dejar un poco de lado esta materia. Ahora aprovecho el contrato que ofrece la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes para darla a conocer. Un servicio que considero verdaderamente estimable. Al prepararla para su edicin electrnica me doy cuenta de que no he perdido nada del inters que me suscit cuando la hice y creo que tampoco han perdido actualidad los hallaz gos encontrados. Ya ltimamente he tratado del tema con Miguel ngel Muro, de la Universidad de la Rioja. El me he puesto al da de los nuevos enfoques, y me confirma en esta opinin.

    A todos ellos les debo unas palabras de agradecimiento, as como al director de la tesis Dr. D. Antonio Roldn y a Rafael Balbn Lucas, a quien expuse mi primera idea, in memoriam.

  • 0. INTRODUCCIN. Este estudio tiene por fin describir el discurso narrativo como estructura de

    comunicacin y de lengua. No se hablar aqu de ningn gnero de narracin en particular ni de ningn tipo de narrador; toda narracin, desde la pica primitiva hasta la novela o el cuento contemporneo, caen bajo nuestra consideracin. Se atribuye a la palabra narracin su sentido ms amplio. Hablamos de la narracin como el discurso comn del que se valen todas las especies narrativas. Nos referimos exclusivamente al espaol, porque aunque la narracin es un fenmeno universal, su discurso se manifiesta en cada lengua de un modo particular. Entendemos tambin que la narracin constituye un gnero - un gnero mayor de la literatura, segn la triple divisin bsica en lrica, pica y dramtica - , pero lo es en la misma medida en que se manifiesta, dentro de cada idioma, como un tipo de discurso. La narracin, con todas sus especies, tiene literariamente un carcter de gnero porque lingsticamente tiene carcter de discurso. La narracin se distingue, por una parte, de los dems gneros poticos - la lrica y el teatro- con una distincin que afecta, segn nos proponemos demostrar, al mismo sistema de la lengua. Pero el conjunto de los tres gneros tiene en comn aquello con lo que se diferencia de la lengua no potica: la palabra literaria crea imaginativamente su propia realidad y, sin necesidad de referirse a circunstancias externas, da vida a un mundo de ficcin1. De acuerdo con esta naturaleza, comn a todos los gneros poticos, la narracin se distingue de las especies de lengua no literaria: del hablar comn, del hablar filosfico, cientfico, etc.; todas ellas constituyen un hablar referido a una "realidad" trascendente a la lengua. Pero la narracin se distingue de este uso referencial de la lengua, no slo como palabra de carcter imaginario o potico, sino tambin como discurso de rasgos lingsticos definidos. De entre las especies de usos no poticos de la lengua, el modo ms cercano morfolgicamente a la narracin es la historia. Trataremos de mostrar cmo, a pesar de esta semejanza, la lnea que separa historia (relato que se propone la reproduccin de la verdad de lo sucedido) y narracin de lo ficticio, resulta en ltimo trmino de naturaleza lingstica. La narracin constituye - segn nuestra opinin - un discurso especfico dentro del uso literario y no literario de la lengua

    Estudiaremos la narracin como estructura lingstica peculiar y al mismo tiempo, segn hemos dicho, en su vertiente pragmtica, como estructura de comunicacin. La estructura de la comunicacin narrativa puede entenderse en dos sentidos y de los dos nos vamos a ocupar, aunque en distinta media. Tenemos primero un sentido interno. El mismo texto, adems del relato, contiene la presencia de un hablante, y todo hablante - aunque sea ficticio- nos revela una situacin de comunicacin en todos sus trminos. Cualquier hablante configura ya el completo modelo de la comunicacin lingstica y este modelo se encuentra en la narracin, esto es, en el texto mismo. Pero puede entenderse en un segundo sentido, en un sentido externo. La narracin media entre autor y lectores como un objeto (ergon) confeccionado con la lengua. Esta mediacin externa constituye tambin un esquema comunicativo, pero de otro gnero. Aunque el objeto que media sea un objeto hecho de lengua, la comunicacin no es, propiamente hablando, una comunicacin lingstica. Esta es la forma de comunicacin que se establece en todos los fenmenos del arte y con todos sus objetos, sean o no estos

  • objetos de naturaleza lingstica. El relato, la obra teatral, el poema, la pieza musical, el cuadro.... entablan una relacin de comunicacin de este gnero, algo que es comn a todos y diferente segn el modo de existencia de estos objetos.

    La estructura de la comunicacin narrativa, en este sentido externo, no es algo especfico de la narracin, por lo cual todo lo que se diga de ella es aplicable a las obras literarias en general y tambin al arte no literario. En consecuencia, la estructura de la comunicacin narrativa en este aspecto externo constituye algo marginal dentro del propsito que pretendemos alcanzar.

    Se trata, en efecto, de describir la articulacin del texto narrativo, pero para este propsito es necesario no dar por sentado, sin ms averiguaciones, que la narracin constituye un discurso. La primera tarea consiste en fundamentar esta presuncin, que no es un postulado indemostrable, sino por el contrario algo que se debe demostrar y que constituye el paso previo de nuestro trabajo. Mal puede definirse el discurso narrativo en sus estratos y articulaciones, si la misma narracin resultara indefinible, si no pudiramos decir con claridad qu es y qu no es narracin. Para describir el texto, el discurso narrativo, es preciso deslindarlo del comn discurso de la lengua y de las dems especies del discurso potico.

    La Teora de la Literatura y la Crtica literaria se han ocupado en los ltimos aos del estudio de las tcnicas y estructuras del relato2. El desarrollo de estos estudios coincide con el inters que, desde las primeras dcadas del siglo, vienen mostrando los autores de relatos por las innovaciones formales. Crticos y creadores, desde distintos ngulos, han puesto su atencin en los modos de la narracin: el experimentalismo en la creacin; la estilstica, el formalismo, el estructuralismo y la semitica en las investigaciones, han explorado los rasgos del hecho narrativo. Todo ello permite plantear el tema que nos ocupa: Cules son las estructuras de la lengua esenciales en la narracin? Qu tienen en comn todas las formas particulares de narrar? Se trata, en fin, de estudiar las condiciones ms generales del discurso narrativo como uso de la lengua, y refirindonos siempre al espaol.

    Presumimos que la clave de la narracin como discurso con entidad propia reside en la estructura verbal que le sirve de base. Por eso el sistema verbal narrativo, mirado en sus relaciones sintagmticas y paradigmticas, ser el objeto principal de nuestra atencin. No es este, desde luego, el nico elemento del uso narrativo de la lengua digno de estudiarse, pero es el que define el discurso no slo externamente - por medio del verbo se separa lo narrativo de lo no narrativo-, sino internamente, ya que en el verbo se asientan las articulaciones generales del texto. Veremos a lo largo de estas pginas que la narracin se destaca del comn discurso de la lengua con una entidad propia de tal manera que puede hablarse, sin caer en imprecisiones estilsticas, de un discurso comn y de un discurso narrativo. Veremos el discurso narrativo como discurso derivado y secundario en relacin con el primero, pero netamente distinto de aquel en razn de un peculiar sistema verbal

    Se entiende por sistema verbal el conjunto estructurado de las formas que componen la conjugacin. Se disponen estas en un paradigma que tanto la tradicin grecolatina como la gramtica estructural han agrupado en un nico sistema. De acuerdo con el mtodo de esta ltima gramtica, cada forma del verbo se define por las relaciones que guarda con las dems formas, esto es, por la posicin que ocupa en el sistema. A su vez, el sistema se organiza de acuerdo con una serie de clasificadores o categoras. Los sealados en las gramticas espaolas ms conocidas son el modo, el tiempo, el nmero, la persona y el aspecto. Estos

  • cinco, que parecan definitivos, se han visto incrementados con una nueva categora verbal: la actualidad. El valor de cada uno de los tiempos del verbo se define observando la posicin que ocupa en el conjunto de relaciones que estas cinco, en realidad seis, categoras organizan.

    Se pretende demostrar aqu, como base previa para darle a la narracin la categora de discurso especfico, que ese nico sistema verbal presupuesto por las gramticas no es tal, es decir, no es nico. El verbo responde, segn la opinin que vamos a sostener, a un doble funcionamiento y debe hablarse, por tanto, de dos sistemas verbales o de un sistema verbal desdoblado, cuyas partes podemos denominar aqu, provisionalmente, sistema comn y sistema verbal narrativo. Este desdoblamiento significa, por lo que se refiere a la definicin estructural de los tiempos antes mencionada, que una forma verbal concreta no puede definirse sin especificar previamente de qu tipo de discurso se trata: si del comn o del narrativo; solamente despus de conocido este dato, se puede seguir el mecanismo morfolgico-estructural.

    Pero el desdoblamiento del sistema significa algo ms. Como acabamos de apuntar, la existencia de un sistema verbal narrativo da a la narracin la categora de discurso diferenciado. Existen dos tipos de discursos porque existen dos sistemas verbales y viceversa, el desdoblamiento del sistema verbal desdobla la lengua, en su dimensin sintagmtica, segn dos tipos de discursos. Y an debemos llegar a ms: los dos discursos y sus sistemas verbales nos llevan a establecer dos situaciones de comunicacin diferentes. Tenemos as tres niveles en un mismo problema: en el paradigma hay dos sistemas, en el sintagma hay dos tipos de discursos y en el hablar hay dos situaciones de comunicacin. La presuncin de la gramtica antigua y moderna, segn la cual se considera que la lengua dispone de un solo sistema verbal, va acompaada de dos presunciones ms: (I) slo existe un tipo de discurso y (II) siempre estamos ante la misma situacin de comunicacin. Pues bien, planteamos la hiptesis de que los tres aspectos del mismo problema encuentran su explicacin en el fenmeno que algunas gramticas recogen como clasificador de actualidad.

    En las exposiciones de la gramtica verbal de los ltimos aos se ha introducido, sin estar suficientemente aclarado, este nuevo concepto, aadindolo a los cinco ya citados. Nuestro estudio del verbo se centrar en este punto en particular, pues entendemos que en l se encuentra la clave para definir, antes de nada, el discurso narrativo; despus, a partir de la definicin de actualidad, podremos entrar en la estructura del texto. Por tanto, consideramos que no ser necesario ocuparnos del sistema verbal en todos sus pormenores, sino de un solo aspecto. Pero es este un punto clave, pues una vez establecidas las formas de actualizacin del verbo segn dos niveles, cobran entidad de un solo golpe, los dos sistemas verbales, los dos tipos de discurso y las dos situaciones de comunicacin. Es decir, quedar definido el discurso narrativo por oposicin al discurso comn en las tres dimensiones sealadas. Intentaremos demostrar as que la narracin no es una modalidad estilstica o un simple gnero, sino un uso especfico de la lengua y una forma de comunicacin diferenciada.

    Como hemos dicho, nos ocuparemos nicamente de definir la actualidad: las dems categoras verbales interesan slo en la medida en que se interfieren con ella, as ocurre con el tiempo y, en menor medida, con el aspecto.

    El tiempo y el aspecto verbal han sido temas profusamente tratados por los tericos y motivo de innumerables discusiones que no han acabado por completo. La razn de ello pudiera residir en que el cuadro de categoras3 necesario para explicar el sistema verbal est, sin la actualidad, incompleto. La bibliografa es al

  • respecto profusa y poco especfica,4 Nos limitaremos a los antecedentes ms notables, aquellos que han significado un paso apreciable en el planteamiento del problema y a los tratados de conjunto sobre el verbo espaol.

    El lector que conozca la obra de Weinrich, Estructura y funcin de los tiempos en el lenguaje, habr apreciado que el tema que nos ocupa est planteado por primera vez y de modo conjunto en ese libro. Antes de l solo encontramos indicios dispersos que este autor ha recogido para formular el problema y ofrecer de l una versin. Versin que, a nuestro juicio, es todava insatisfactoria. Sin embargo, nuestra deuda se contrae principalmente con Weinrich. Pero ni la explicacin del sistema verbal - segn sus grupos de tiempos narradores y comentadores -, ni la descripcin de los discursos, ni la interpretacin de las situaciones comunicativas resulta convincente. No acierta Weinrich, a nuestro parecer, en estos tres aspectos. Rodea la cuestin por todos los lados sin entrar en el punto que consideramos que puede explicar verdaderamente el fenmeno, que, como hemos dicho, consiste en la definicin de la actualidad. Se har, pues, una revisin profunda de la teora de Weinrich. No obstante, debemos dejar constancia de que la crtica aqu efectuada a la obra de Weinrich representa, en la misma medida, la deuda que este trabajo tiene contrada con l. No slo por el certero planteamiento de la cuestin, que es lo importante, sino por un asunto menor, ya que el amplio examen realizado sobre el fondo bibliogrfico del tema nos exime de repetirlo aqu. Recogeremos slo los autores que de manera ms sealada se han aproximado al concepto de actualidad. El problema de los antecedentes ha pasado a formar parte de la historia de los conceptos gramaticales. Prestaremos especial atencin a William Bull, autor que tiene a nuestro juicio, una importancia decisiva y no ha sido suficientemente apreciado por Weinrich.

    Debemos sealar tambin que el trabajo de Weinrich se propone configurar la divisin del sistema verbal en dos subsistemas o grupos de tiempos, un grupo de tiempos narradores y otro de tiempos comentadores. Su objetivo es la estructura verbal, no la narracin. La definicin del sistema verbal toca como de pasada el texto narrativo. Nuestro trabajo, por el contrario, tiene como fin la estructura de la narracin, y para llegar a ella debemos pasar por el verbo. Weinrich se ocupa de la narracin como consecuencia de su inters por el verbo; aqu nos ocuparemos del verbo como consecuencia del inters por la narracin. Se trata, pues, de trayectorias inversas; pero hay cierta lgica en esta contraposicin de caminos, porque en ella se refleja la doble dimensin sintagmtica y paradigmtica del verbo. Desde el discurso narrativo se llega al sistema verbal y desde el paradigma verbal se puede llegar al discurso narrativo. Este segundo camino es ms difcil y en cierto modo est demostrado que la gramtica por s sola no llega a l, pero no ser posible explicar por completo el sistema verbal sin estudiar la estructura verbal del relato. El camino que vamos a seguir lo iniciaremos con el estudio paradigmtico, y en segundo lugar nos ocuparemos del texto narrativo.

    Las sugerencias, siempre parciales, que han ido apuntando hacia la tesis sostenida por Weinrich se encuentran en las primeras gramticas histricas (Meyer-Lbke, 1899; Hansen, 1913; Garca de Diego, 1914; Keniston, 1937; Menndez Pidal, 1946; Lapesa, 1959); en ellas se llama la atencin sobre la peculiaridad del sistema verbal en las narraciones picas primitivas; en el mismo punto inciden algunos estudios monogrficos sobre los tiempos del verbo dentro de este campo histrico (K. Hamburger, 1953) y, ms an, estudios sobre la literatura narrativa antigua o autores que nos acercan ya a obras recientes como la de Gilman (!961) y Szertics (1974) de las que nos ocuparemos detenidamente.

  • Estos dos ltimos autores enfocan el tema que nos ocupa y se refieren adems exclusivamente al espaol. Pero en todo este conjunto bibliogrfico, ligado a la historia de la lengua y de la literatura, se presta atencin al uso de los tiempos solamente en la medida en que contrastan con el uso moderno: interesan los tiempos de la narracin porque reflejan un estado histrico de la lengua o porque caracterizan un gnero, y se hablar, segn el caso, de incertidumbre gramatical o de usos estilsticos.

    En los estudios de gramtica verbal donde el enfoque histrico no es predominante, las indicaciones que anticipan la actualidad se encuentran en el captulo que corresponde a las relaciones entre tiempo y verbo. Este es el lugar propio. Sin embargo, tambin aparecen en los trabajos donde se discute el valor aspectual de los tiempos. Este es un tema ms oscuro y tiene mayor incidencia sobre el estilo narrativo como tendremos ocasin de comprobar. Ahora bien, si nos atenemos a los trabajos que ofrecen una visin de conjunto del verbo espaol, se pueden establecer dos grupos: aquellos que apenas mencionan esta cuestin (Bello, 1921; Gili Gaya 1943; Alarcos, 1949 y 1995 ; Bada Margarit, 1948-49; Criado de Val, 1968; Molho, 1975); y aquellos otros que, al incluir la asociacin entre formas verbales y decticos, se aproximan a la clasificacin de los tiempos del verbo segn la actualidad (Togeby, 1953; Alarcos, 1959; Pottier, 1970; Lamquiz, 1969 y 1972; Alcina y Blecua, 1975). Esta asociacin entre formas verbales y decticos se inicia ya en la gramtica francesa de Damourette y Pinchon (1911-1936). Pero en todos estos autores, incluso los que hablan directamente de la actualidad y recogen el trabajo de Weinrich, la visin del fenmeno resulta todava externa. El primer autor que incluye dentro mismo del verbo las categora decticas es Klaus Heger (1963), al aplicar la teora de Karl Bhler al sistema de tiempos verbales.

    Desde otra lnea el paso decisivo ha sido dado por Benveniste (1959), al sealar la correspondencia entre formas de enunciacin (histoire y discourse) y grupos de tiempos, y, por tanto, este autor es el antecedente ms inmediato de Weinrich, su punto de partida. Esta lnea arranca desde una perspectiva muy distinta - extraa en el terreno gramatical -, pues su punto de partida consiste en la contemplacin del discurso entero, salvando los lmites oracionales que son, en definitiva, los lmites en que se ha movido la gramtica hasta la lingstica del texto5. Con Weinrich y con Benveniste el problema est bsicamente enfocado, pero no resuelto. Est enfocada la narracin como discurso, pero no lo est en cuanto situacin de comunicacin, pese a las pginas que dedica Weinrich a este asunto.

    Para explicar este ltimo punto hay que remontarse de nuevo a Bhler. Es verdad que este autor cuando explica las formas de deixis no menciona nunca al verbo, pero en los comentarios que dedica al texto narrativo s seala la posibilidad de estudiarlo a partir de la situacin de comunicacin (Sprechsituation) propia de la deixis en fantasma. Este es el punto donde las situaciones comunicativas y los discursos se entrelazan. Para esta conexin resultan muy ilustrativas las observaciones de Coseriu (1955-56) sobre la gramtica del hablar, apoyadas en Blher. Coseriu tampoco se ocupa del verbo, pero tambin hace consideraciones precisas sobre el texto narrativo.

    Para concluir este cuadro de autores es preciso resaltar la importancia que debe darse a Bull (1968), ya que en su sistema verbal se dibujan, desde un ngulo original, las dos situaciones de comunicacin que se corresponden con los tipos de discursos y con los sistemas verbales. Y por ltimo, la obra de Martnez Bonati

  • (1972), donde se disea un esquema de la estructura del texto, teora narrativa que debe situarse en la lnea que arranca de Blher.

    Hemos trazado la trama principal de los antecedentes en que se apoyan las argumentaciones que se van a desarrollar. Existen desde luego otras fuentes menos inmediatas. En las teoras de la literatura las aportaciones al tema resultan algo ms difusas. Hay ideas de inters en los estudios formales sobre la narracin (Propp, Todorov, Barthes...), aunque el orden de asuntos que se tratan en este campo de la narratologa responde a otro enfoque e indaga en otras cuestiones; lo mismo puede decirse de las descripciones que tienen por objeto la estructura de la novela, desde las obras ms clsicas (Lubbock, Forster, Pouillon ... ) a otras ms recientes (Baquero Goyanes, Buckley, Prez Gallego, Yerro, Genette, Villanueva ): si llegan a incidir en el tema planteado, su objetivo es, en todo caso, distinto al nuestro.

    Terminaremos esta introduccin aadiendo unas palabras sobre el orden de los temas que se tratan. El itinerario que se sigue en la exposicin comienza por aquello que fundamenta la independencia del sistema verbal narrativo y lo distingue del sistema verbal comn, o segn la terminologa de Weinrich, del sistema verbal comentador. Para ello no es necesario barajar todos los tiempos del verbo. Con el presente, el perfecto simple y el imperfecto es suficiente. Desde este ncleo se puede llegar, ms adelante, a todos los tiempos. Pero tampoco pretenderemos ser exhaustivos; se entender que algunos tiempos - digamos, por ejemplo, la forma - ra con valor de indicativo - requerira un estudio monogrfico que no es oportuno en una exposicin general, cuyo objetivo, adems, no es el estudio del verbo en s mismo. La primera parte se dedica, pues, a los principios que sealan el doble funcionamiento del sistema verbal.

    En la segunda parte, dejado ya el sistema, se atiende a las dimensiones discursivas del texto. Se trata de definir las entidades sintagmticas que articulan la narracin. Su exposicin terica se acompaa ahora de ejemplos, a diferencia de la primera parte, donde estos resultan innecesarios. Para ilustrar los planos narrativos hemos recurrido a narraciones completas y breves, por razones metodolgicas y por razones de espacio. En esta segunda parte se analiza - en su dimensin sintagmtica - el sistema estndar de tiempos narradores y las articulaciones ms generales del discurso narrativo, que se completarn al final de la tercera parte.

    En esta ltima se analizan los casos que se desvan del esquema verbal ms comn. Estas desviaciones no resultan, sin embargo, algo marginal. Para la fijacin de conceptos son tan importantes como los casos comunes estudiados en la segunda parte. Se completa el anlisis de los ejemplos aducidos a lo largo de la exposicin con el comentario crtico a los estudios de Gilman y Szertics, que nos brindan un tipo de narracin muy distinto de la narracin breve contempornea, empleada en la parte anterior. Con ellos se corrobora la teora expuesta con otro tipo de texto.

    Para terminar describiremos la estructura interna del texto6 y el significado ms amplio que tiene la situacin de comunicacin inactual. La narracin es un caso particular. Toda obra de ficcin participa de la inactualidad, pero slo la narracin hace de ella un discurso especfico.

    Este trabajo, que alcanza, a nuestro juicio, algunas conclusiones vlidas para el estudio de la literatura narrativa7, no cierra un captulo ni pone punto final a un tema; abre, por el contrario, un panorama de problemas que sin duda merecer mayor atencin en el futuro.

  • I. PRIMERA PARTE. I. 1. LA NOCIN DE HISTOIRE EN BENVENISTE.

    I. 1. 1. La categora histoire y el texto narrativo. Benveniste (1971) caracteriza el discurso que denomina histoire desde dos

    ngulos: el verbo y ciertas notas que delimitan su carcter. Los tiempos del verbo sern objeto de una larga argumentacin en estas pginas. Veamos primero las notas definidoras de este discurso. Se refieren a la materia contenida. El discurso histoire consiste en el relato de sucesos singulares, lo cual implica protagonistas, acciones y transcurso de tiempo. Adems, aunque el relato trate de seres que nunca tuvieron existencia real, los hechos se sitan, por lo general, en tiempo pasado. Este es un lugar comn sobre la narracin del que pocos comentaristas escapan. Los entes de ficcin se sitan en el pasado sin saber muy bien porqu. Por ltimo, el relato histoire es un discurso en que el hablante, que enumera los hechos - la lengua, por ser un producto humano, supone siempre un hablante -, no interviene como tal. Aparentemente la lengua se presenta objetivada. En resumen, tenemos tres rasgos distintos: se trata de un relato, se trata de un relato de algo sucedido en el pasado, se trata de un relato que se da a s mismo, sin hablante real. Veamos este ltimo punto.

    El discurso histoire elimina lo autobiogrfico, se presenta exclusivamente en tercera persona (aunque quien habla siempre es un yo), en el texto nadie habla, y as de los pronombres personales - yo y t - que indican la presencia de los participantes en la comunicacin, no queda rastro alguno en la lengua. La ausencia del hablante se corresponde con la ausencia del alguien que escuche o reciba el relato. La historia se encuentra ah, expuesta, delante de nuestros ojos, como objeto. Se da a s misma sin necesidad de persona que nos hable. Esta objetividad se manifiesta en el relato por medio de la tercera persona gramatical. La tercera persona consiste, en efecto, en aquella categora que se opone a las persona (hablante u oyente), y significa por tanto la no-persona. El uso exclusivo de la tercera persona gramatical significa, pues, la ausencia de persona: los signos lingsticos del texto histoire no reflejan todos los elementos del modelo de la comunicacin lingstica.8

    Debe entenderse, pues, que los participantes de la comunicacin ordinaria - representados por el yo y por el t - no tienen cabida alguna en el texto narrativo (histoire) tal como queda definido por Benveniste. Ya se entiende que este rasgo negativo ha de servir como elemento de oposicin frente al discurso no histrico (discourse), en cuyo texto se refleja el modelo completo de la comunicacin, a travs de la presencia de un hablante y un destinatario. Notar la presencia de cualquiera de ellos supone ya advertir la cercana del otro, puesto que mutuamente se implican y no pueden concebirse aisladamente.

    I. 1. 2. Carcter abstracto del texto histoire. No es necesario indicar que estos caracteres limitan la existencia del texto

    histoire a unas condiciones tan estrechas que difcilmente podemos verlas

  • cumplidas de modo natural en textos reales. Aquellos textos que por su contenido podran adscribirse sin muchas dudas, globalmente, a la categora de narraciones, resultan ser, sin embargo, un entretejido de elementos que corresponden al concepto discourse y al concepto histoire. Las estrictas limitaciones que seala Benveniste no se cumplen en los textos que tomamos ordinariamente por relatos. La presencia de un hablante en la narracin es de naturaleza tan obvia que no permite identificar el relato ordinario con la categora del discurso histrico de Benveniste. El texto narrativo comn respondera al concepto histoire solamente en uno de sus estratos.

    La histoire de Benveniste viene a ser, pues, una abstraccin. No existe como entidad independiente en textos reales. Debemos considerar que se trata ms bien de un componente o parte del texto narrativo; de este estrato se pueden encontrar ejemplos puros - el mismo Benveniste los presenta -, pero en general resultan difcilmente aislables y por lo tanto artificiosos. Los textos narrativos ms comunes responden a una mezcla de histoire y discourse, donde las formas de discourse se entreveran con retazos sucesivos sobre las formas de histoire. Cuando en el fluir de la narracin aparece el discourse, se introduce la voz personal de un hablante y con ella un campo nuevo de signos lingsticos, entre los que se encuentran algunas formas verbales, pero este cambio de registro cede luego el paso al intento de objetividad del discurso histrico. Se trata de una propiedad bien conocida del texto narrativo que no impide, sin embargo, la identificacin de las entidades enunciativas o tipos de discurso que Benveniste propone. Pero no son formas de discurso enteramente independientes, sino estratos en la unidad del texto narrativo, cuya tersura apenas oculta las fibras y voces de que se compone.

    I. 1. 3. El pasado y la narracin ficticia. Hemos considerado dos de las notas que segn Benveniste definen la

    enunciacin histoire, el carcter de su contenido - un relato -, y el aspecto objetivo que presenta. La tercera nota se refera al tiempo: el contenido del discurso histoire se sita en el pasado. De otra parte, adems de estas notas, indica Benveniste que la enunciacin histoire se distingue de la enunciacin discourse por las formas verbales que aparecen en cada uno de los textos. Ahora bien, estos dos puntos, el carcter pasado del relato y las formas verbales, deben enfocarse conjuntamente, son dos aspectos del mismo problema, puesto que la expresin del tiempo es cometido de una categora verbal. Por ello ambos asuntos debemos enfocarlos desde la ptica del sistema verbal, prestando especial atencin a la expresin del tiempo pasado.

    Acabamos de ver cmo Benveniste entiende que el discurso histoire consiste en un relato del pasado. Pero en la enunciacin histrica debe incluirse tambin la narracin ficticia, que evidentemente no se refiere a ningn pasado real, aunque a veces lo finja. Este error - el de englobar la ficcin y el pasado - ha sido denunciado por Weinrich, pero sus explicaciones no han aclarado la diferencia entre historia y ficcin, muy posiblemente porque no se centra en ello como asunto medular. Benveniste, como otros antes y despus de l, incluye el relato ficticio dentro de la historia, porque advierte que este relato viene dado en los tiempos que se utilizan para hablar del pasado: los tiempos que aparecen en la enunciacin se refieren al pasado, aunque su contenido sea ficticio.

    Los dos tipos de enunciacin de Benveniste suscitan ya de entrada dos problemas que iremos viendo a lo largo de las siguientes pginas. De una parte la divisoria establecida entre los dos tipos de textos divide al sistema verbal en

  • tiempos histoire y tiempos discourse, y esta divisin se interfiere con la categora verbal de tiempo.9 De otra parte la restriccin, ya sealada, del concepto histoire aade otros problemas cuando nos enfrentamos con el texto narrativo. En efecto, al situarnos ante la narracin "comn", compuesta de discourse y de histoire, cabe preguntarse cul es la posicin temporal de los fragmentos de discourse que aparecen en ella?; desde qu tiempo nos habla la voz personal que aparece en el relato? Si el texto histoire, que como hemos dicho slo es un estrato del texto narrativo completo, se encuentra, segn Benveniste, ligado al pasado de modo inexorable; el texto discourse no sufre este condicionamiento, y por tanto la nota "pasado" referida al texto histoire no puede extenderse sin ms al texto narrativo completo. Como puede fcilmente intuirse estos dos problemas estn ntimamente imbricados y ambos se refieren al verbo de modo indirecto.

    Este problema de tiempo en la narracin se ha planteado tambin desde otros ngulos, especialmente en conexin con el punto de vista narrativo, enfoque que adopta el autor en relacin con la materia narrada y con los personajes, o desde las perspectivas que pretenden descubrir las estructuras fundamentales del relato. Son otros asuntos, no entramos en ellos, pues a pesar de todo, el problema del tiempo en la narracin tiene un sustrato lingstico que pertenece al estudio del verbo.

    El sistema verbal y las formas verbales desplegadas en el texto constituyen la base para distinguir los tipos de enunciacin, y la nervadura esencial del tejido narrativo. El estudio del verbo se impone como un trabajo indispensable y previo para mostrar la anatoma del texto narrativo. Luego podremos ahondar, desde su morfologa ya descubierta, en la estructura ms profunda que conforma el texto narrativo y desde sta adentrarnos en las formas estilsticas. Y adems, en conexin tambin con el anlisis del verbo, debemos encontrar las diferencias entre la historia (la que se propone como objetivo la verdad de los hechos y trata asuntos del pasado como pasado "real") y la "historia" en sentido ficticio. Historia y ficcin no parece que puedan englobarse en la misma categora de hechos lingsticos. De esta distincin hemos de ocuparnos en su momento.

    I. 2. LOS GRUPOS VERBALES. El seccionamiento de la lengua en dos discursos fundamentales,

    distinguidos en razn de los tiempos del verbo, ha dado lugar a un nuevo criterio que se aplica a la sistematizacin del paradigma verbal: el criterio de actualidad "La serie de formas temporales del nivel actual corresponde al discurso, la serie de formas temporales del nivel inactual corresponde a la historia".10 Pero al reconocer esta nueva marca no debemos pasar por alto una diferencia importante que la distingue de las otras ya conocidas de tiempo, modo, persona ... ; la actualidad aporta a la descripcin del sistema verbal un rasgo clasificador que se asienta sobre una entidad discursiva de carcter superior a la oracin. No se trata de una marca sintctica, sino de una marca discursiva.

    Al observar los fenmenos sintcticos acomodamos la vista a los lmites de la unidad oracional y esta acotacin del campo impide apreciar una marca que, como la actualidad, slo puede percibirse contemplando el discurso entero, es decir, los tipos de discurso. Desde la sintaxis el discurso se presenta como uno e indiferenciado. Para apreciar la actualidad hay que despegarse de la sintaxis

  • oracional y tomar distancia. Por eso la mirada de amplio espectro, abarcadora del discurso, que inicia Benveniste, permite remodelar el sistema verbal agrupando los tiempos del verbo de acuerdo con una nueva correlacin que ha pasado inadvertida a la gramtica del verbo. En razn de este enfoque la marca de actualidad se diferencia esencialmente de las dems.

    I. 2. 1. Benveniste y la lengua francesa. En el inicial reparto que dise Benveniste para el francs, los tiempos del

    grupo histoire son pass simple (aoristo), imparfait, conditionnel, plus-que-parfait y prospectif. Y las formas verbales correspondientes al grupo discourse: prsent, futur, pass compos, imparfait y plus-que-parfait. Lo ms peculiar de este reparto consiste en la distribucin del imparfait y del pass simple. El imparfait pertenece a ambos grupos temporales. El pass simple pertenece exclusivamente al grupo histoire y, adems, restringe su uso a la lengua escrita.

    El pass simple se sita, pues, en una zona de la lengua que presenta dos lmites fronterizos; de una parte, tenemos la lnea que separa la lengua oral de la escrita (dos modalidades de la lengua que responden a dos formas de comunicacin nacidas por el medio material empleado); de otra parte, tenemos la lnea que separa los discursos narrador y comentador (dos modalidades de la lengua, que responden a dos formas de comunicacin distintas, cuya naturaleza debemos investigar). La ausencia del pass simple en la lengua hablada y escrita del discurso comentador y en la narracin oral, es un fenmeno extrao que crea un desequilibrio en el sistema verbal. La gramtica, sensible a la falta de simetra, percibe este fenmeno como anomala del sistema y como toda anomala necesita una explicacin.

    La extraa posicin del pass simple en la lengua francesa ha sido, en efecto, la causa que ha llevado a Benveniste a la identificacin del discurso histrico, o dicho de modo ms general, a extender la mirada sobre los discursos para poder entender los tiempos. Esta nueva perspectiva, como apuntamos anteriormente, ha sido recogida por Weinrich (1968), en su obra clsica Estructura y funcin de los tiempos en el lenguaje, y llevada, si no a las ltimas consecuencias, s a consecuencias de mayor alcance; primero por el hecho de ocuparse de otras lenguas distintas del francs, y despus, fundamentalmente, por trasladar al terreno de la comunicacin el problema planteado sobre el discurso mismo.

    Weinrich extiende el problema apuntado por Benveniste y seala cmo el planteamiento de este autor adolece de cierta cortedad en lo que se refiere al sistema verbal. Objetar a Benveniste su intencin de explicar solamente el caso anmalo del pass simple francs y de interpretar "todo el sistema de los tiempos en razn de una sola forma verbal" (Lamquiz, 1972: 57). La forma verbal anmala deber interpretarse en razn de una nueva consideracin del sistema verbal entero. No se trata, pues, de resolver el caso de un tiempo en una lengua determinada. El problema es ms vasto: se tratar de asentar una nueva estructuracin del sistema temporal, vlida para otras lenguas, en funcin de los modos fundamentales de la enunciacin (histoire y discourse). Este nuevo planteamiento podr dar cuenta del pass simple francs. Y por otra parte, por lo que se refiere a los modos fundamentales de enunciacin, Weinrich extender el planteamiento de Benveniste para salir de la consideracin del discurso en s mismo, segn las notas definidoras que ya indicamos y adentrarse en la

  • consideracin de las situaciones comunicativas, las que conforman estos dos tipos de discurso.

    I. 2. 2. Los grupos verbales de Weinrich.

    Dejando a Benveniste y abandonando tambin la lengua francesa pasemos al espaol. Cul es en nuestro idioma la situacin del perfecto simple? Este tiempo se conserva bien tanto en la lengua hablada como en la escrita, y se emplea en ambos discursos; en la lengua de la narracin (histoire) y en la lengua del comentario (discourse)11. No existen aparentemente fronteras que confinen su empleo a zonas parciales de la lengua. Este tiempo no presenta, pues, la anomala del pass simple francs y en consecuencia no llama la atencin, pasa inadvertido.

    En cierto modo, su posicin en el conjunto de los dems tiempos espaoles se asemeja - en lo que a la distribucin se refiere - a la posicin que ocupa el imparfait francs. El imparfait aparece en ambos planos enunciativos, por ello Benveniste lo inscribe en ambos grupos temporales, y por tanto no presenta peculiaridad alguna. Pues esto que ocurre con el imparfait es el caso del perfecto simple espaol. Si aplicsemos a nuestro idioma la clasificacin de tiempos que Benveniste formula para el suyo, habramos de incluir el perfecto simple (y tambin, lgicamente, el imperfecto) en los dos grupos temporales, con lo cual la distincin entre ambos grupos quedara prcticamente borrada.

    Esta dificultad no se presenta, sin embargo, en el nuevo planteamiento que hace Weinrich para agrupar las formas verbales en dos subsistemas. Weinrich presupone que los grupos verbales son mutuamente exclusivos. Aplica un principio ms radical y restrictivo: ningn tiempo del verbo puede inscribirse a la vez en uno y otro grupo temporal. La nueva regla exige que todos y cada uno de los tiempos se coloquen sin ambigedades, inequvocamente, en uno de los dos grupos que forman el sistema verbal. Ello exige que el imperfecto y el perfecto simple se inscriban como tiempos del grupo histoire, negando su pertenencia al grupo discourse. Pero esta decisin resulta un tanto arbitraria, ya que en espaol como acabamos de decir, ambos tiempos aparecen en ambos discursos. De esta contradiccin nos ocuparemos a lo largo de las siguientes pginas. Trataremos de superar este principio de Weinrich - la mutua exclusividad de los grupos verbales y todo el conjunto de su teora verbal.

    Los planos enunciativos histoire y discourse, que reciben en la obra de Weinrich los nombres de discurso narrado y discurso comentado, se definen ahora de modo estricto por el uso de los tiempos. Y a su vez los grupos temporales del sistema verbal - tiempos narradores y tiempos comentadores - se definen a partir de los tipos de discurso, los cuales se identifican de modo provisional a partir de la nocin comn que podamos tener de lo narrativo y de lo no narrativo. Esta nocin necesariamente imprecisa en un primer momento nos acerca, a modo de tanteo, hacia la observacin de la estructura verbal, define de modo ms preciso los tipos de discurso.

    El principio segn el cual no puede haber formas verbales que pertenezcan a ambos grupos temporales (salvo el subjuntivo que queda fuera de este planteamiento), es mantenido estrictamente en cuanto al sistema verbal. El paradigma verbal tiene dos subsistemas que se excluyen. Pero otra cosa distinta son las entidades sintagmticas o discursivas que corresponden a esos dos subsistemas. El principio de exclusin mutua es absoluto en el sistema, pero no se aplica la absoluta exclusin a los discursos. En estos s que pueden aparecer (en condiciones peculiares que no invalidan el sistema) la mezcla de algunos tiempos. Es decir, para las dos entidades sintagmticas concretas, definidas por los tiempos

  • y denominadas narracin y comentario, no vale el principio de mutua exclusin propio del sistema; los discursos no rechazan absolutamente los tiempos que pertenecen al sistema verbal contrario. As, en un discurso narrativo pueden aparecer algunas formas verbales del grupo temporal propio del discurso comentado; y tambin lo contrario: formas verbales narrativas pueden aparecer en el discurso comentador. Este uso de los tiempos, de carcter no sistemtico (es decir, en cierto modo contrario al sistema), cumple una funcin metafrica, que se hace posible precisamente por la alteracin de la normalidad del sistema, y da como resultado toda una gama diversa de efectos expresivos.

    Con esta explicacin, que Weinrich denomina metfora sintctica, se dispone del recurso terico necesario para salvar la presencia de imperfectos y perfectos simples (tiempos del discurso y del sistema verbal narrador) en la lengua del discurso comentador; de este modo la realidad de los propios discursos que de hecho presentan estas mezclas no pone en entredicho el principio radical de la exclusin mutua de los tiempos. Este principio caracteriza a los grupos temporales de Weinrich, a diferencia de Benveniste: dos conjuntos sin elemento alguno comn.

    I. 2. 3. El caso anmalo del pass simple francs. Ahora bien, si aceptamos este principio y, haciendo nuestra la posicin de

    Weinrich, nos volvisemos ahora a la clasificacin de los tiempos del francs formulada por Benveniste, cmo distribuiramos los tiempos del verbo francs? Sacaramos, sin duda, el imparfait francs del grupo discourse, para dejarlo con exclusividad en el grupo histoire. Esto es naturalmente lo que hace Weinrich, pero convendr ahondar en el fondo su razonamiento antes de aceptar sus conclusiones, que se derivan de aplicar apriorsticamente el principio de la mutua exclusividad en la formacin de los grupos verbales.

    Si el imparfait es un tiempo narrativo, resultar natural que no aparezca en el discurso comentador, salvo en el caso de cumplir una funcin "metafrica". Aceptemos que la presencia del imparfait en el texto comentador responde siempre a un hecho metafrico y ahorremos la discusin en este punto. Vamos a centrarnos en el caso del passe simple. Este tiempo no aparece en el discurso comentador - hablado o escrito -, lo cual resulta muy propio, puesto que se trata de un tiempo narrativo. Ahora bien, como no aparece nunca, ni siquiera en su posible funcin metafrica, debemos aceptar que este tiempo nunca cumple en la lengua francesa funcin metafrica alguna. Aceptemos tambin este punto sin entrar en discusin: el pass simple queda circunscrito a la narracin. Nos quedamos tranquilos y aceptamos el hecho de no encontrarnos nunca el pass simple en el discurso comentador, a pesar de que este caso podra plantearnos muchas perplejidades.

    Pero despus de estas concesiones queda pendiente de explicar la desaparicin del pass simple en la narracin oral en general y en aquella otra narracin entrecortada con que nos referimos al pretrito ms o menos inmediato y que constituye un ingrediente normal del coloquio. Ambos casos pertenecen sin duda al discurso narrador12 y en ambos casos encontramos la desaparicin del pass simple, sustituido por el prsent y el pass compos. Es decir, el pass simple no pertenece al discurso comentador - lo admitimos sin discusin -, pero debemos sealar que tampoco pertenece a todas las formas del discurso narrador. Entonces resulta que el problema plateado por el pass simple sigue en pie. Ni siquiera es un tiempo estrictamente narrativo. Slo vale para cierta narracin, para

  • la narracin escrita, porque evidentemente la frontera que separa la lengua oral de la lengua escrita no coincide con aquella otra que separa los discursos narrador y comentador.

    Esta prdida del pass simple y su sustitucin por otros tiempos la atribuye Weinrich a influencias de tipo normativo y al abandono de la narracin oral. Dos factores que se apoyan en circunstancias de la vida de la lengua en la sociedad - las costumbres y la orientacin cultural de una poca - que actuando conjuntamente en los ltimos siglos han provocado el desplazamiento del pass simple. "Si el perfecto simple", dice Weinrich, "queda prohibido por la arbitrariedad de los gramticos como tiempo narrativo para lo pasado ms reciente, por la misma decisin arbitraria su puesto ha de ser ocupado por el perfecto compuesto". (Weinrich, 1968: 331) Pero como el perfecto compuesto no cubre bien el hueco abierto por la ausencia del perfecto simple, aparece tambin el presente con funcin de tiempo narrativo: "el perfecto compuesto no est hecho para usarlo en series de oraciones. Por lo general, se comenta lo cercano y lo presente sin volver continuamente la vista atrs, sino slo en ciertas ocasiones. Entre los caracteres temporales del perfecto compuesto como tiempo de la retrospeccin est el que slo se encuentra ocasionalmente, conservado este carcter aun cuando se halla al servicio de la narracin. Esta es la razn principal de que el perfecto compuesto sea de por s menos adecuado que el presente para adoptar las funciones de un tiempo narrativo." (Id.: 335). De este modo la alternancia del presente y perfecto compuesto cubre las deficiencias de cada uno de estos tiempos aislados.

    La presencia del presente y del perfecto compuesto (tiempos comentadores) en la narracin oral y en la del pasado cercano conduce - si tomamos en serio la lgica y los hechos - a colocar estos tiempos entre los tiempos narradores, ms an, deberan pertenecer a ambos grupos temporales. El principio de mutua exclusin, con el cual se forman los grupos verbales, se viene abajo. Esta es la irona que nos estaba reservada. Despus de tanto argumento como despliega Weinrich para asentar con firmeza la inequvoca adscripcin de los tiempos a sus grupos, que asegura la separacin estructural de ambos, y de rechazar el carcter doble que Benveniste seal para el imparfait, se ve forzado a otorgar este carcter ambiguo al pass compos; tiempo que debe incluirse en ambos grupos temporales y que adems arrastra consigo, por su propia deficiencia, al presente. Y advirtase que no se trata de un empleo metafrico, sino de verdaderos tiempos narradores.

    A pesar de este nuevo replanteamiento del sistema verbal entero, basado fundamentalmente en el principio de mutua exclusividad y en la metfora sintctica, que son los elementos con los que se completa la inicial teora de Benveniste, el extrao caso del pass simple sigue en pie. Si se puede atribuir un planteamiento limitado a Benveniste, al pretender interpretar todo el sistema temporal a cuenta de un solo tiempo, lo cierto es que la teora de Weinrich, aunque se apoya en otras lenguas adems del francs, tropieza - en este idioma al menos, segn lo que llevamos dicho - en el mismo punto. La ambigedad del imparfait (para Benveniste es tiempo narrador y tiempo comentador), se ve reemplazada por la ambigedad de la pareja prsent / pass compos, y todo sigue igual. Recordemos que el origen de todo el planteamiento reside en la singularidad del pass simple francs y en los dos tipos de discurso de Benveniste, porque aunque Weinrich recoge las aportaciones de otros gramticos que a modo de indicios apuntan en parecida direccin13, pensamos que fue Benveniste el que centr el problema de modo ms claro, atenindose a la lengua francesa.

  • Por lo que se refiere al espaol (nico idioma del que vamos a tratar), esta

    ambigedad se mantiene simultneamente para el imperfecto y el perfecto simple, pues ambos tiempos se encuentran en la narracin y en el discurso comentado, y en principio la separacin estructural de los tiempos parece muy dudosa. Sobre este punto nos ocuparemos extensamente en los prximos captulos.

    Ahora bien, si ambos discursos emplean los mismos tiempos verbales, no resulta factible separar lingsticamente el discurso narrador y el discurso comentador. Debemos entonces rechazar la hiptesis segn la cual el uso de la lengua se divide en dos modos de enunciacin fundamentales? 0 bien debemos rechazar slo el fundamento lingstico en que hemos visto asentada esta distincin? Nos inclinamos por esta segunda cuestin. Pensamos que los tipos de discurso, modos de enunciacin - histoire y discourse - de Benveniste, o narracin y comentario de Weinrich - siguen siendo una hiptesis vlida cuyo fundamento se asienta adems en la estructura del sistema verbal. Lo que ponemos en tela de juicio y debemos rechazar es el principio estructural de Weinrich, segn el cual las formas verbales se reparten de modo exclusivo e inequvoco entre formas narradoras y formas comentadoras. Este reparto no es cierto para el espaol y, como hemos visto, tampoco lo es para el francs. Trataremos por tanto de analizar el sistema verbal para encontrar la explicacin adecuada, ya que la teora de Weinrich no nos parece sostenible en este punto.

    El complemento de la estructura verbal de Weinrich lo constituye su teora sobre las actitudes comunicativas fundamentales - el distanciamiento de la narracin y el compromiso del comentario - que no pertenecen al plano lingstico intratextual, sino, ms bien, al plano psicolgico14. Tambin en este punto debemos cuestionar la posicin de Weinrich. Resulta evidente que si estas actitudes comunicativas no tienen su fundamento en la estructura de la lengua, nos encontramos ante fenmenos puramente psicolgicos. Estos fenmenos situados en su propio orden podrn ilustrarnos sobre las propiedades de la psique y de la conducta humana, pero carecen por completo de inters para el asunto que tratamos: la lingstica de la narracin. Y si, como demostraremos, tienen relacin con la misma estructura de la lengua, entonces decididamente nada tendrn que ver con fenmenos psicolgicos. Y en esta direccin apuntan la pragmtica y la semitica. De ah que las actitudes de Weinrich vamos a examinarlas como fenmenos de la estructura comunicativa. Hablaremos de la estructura de la comunicacin narrativa y de la estructura de la comunicacin comentadora, abandonando el plano psicolgico, porque lo que verdaderamente se refleja en la estructura del sistema lingstico es la propia estructura de la comunicacin. Esta idea no es ajena al planteamiento de Weinrich, pero a pesar de anunciarla en los primeros captulos de su obra, luego la abandona para pasarse al plano meramente psicolgico.

    I. 3. EL CLASIFICADOR DE ACTUALIDAD. I. 3. 1. El perfecto simple espaol. Entraremos ahora en el estudio del sistema verbal espaol con la intencin

    de verificar la existencia de un sistema verbal para la narracin y de un sistema verbal para el comentario, puesto que la hiptesis que sugiere la existencia de dos tipos de discurso descansa en la efectiva realidad de dos sistemas verbales. El modo de conformarse el desdoblamiento del sistema verbal en dos funciones

  • discursivas es lo que nos proponemos demostrar, puesto que hemos descartado la forma de divisin estructural de los tiempos del verbo sostenida por Weinrich. Desechamos su explicacin, aunque no descartamos su hiptesis.

    Centremos nuestra atencin de momento en el perfecto simple, aunque slo sea como va de introduccin al problema planteado y para continuar, en la lnea de los argumentos iniciados, el contraste con el pass simple, tiempo que, en la lengua francesa, ha dado origen al planteamiento de la hiptesis: la divisin del discurso y del sistema verbal en dos clases.

    Hemos visto que el pass simple cumple slo una funcin narrativa dentro del dominio de la lengua escrita y que, adems, ha quedado reducido a la tercera persona. Se ha sealado tambin cmo la forma equivalente en espaol - el perfecto simple - no ha sufrido una reduccin semejante. Muy al contrario, el perfecto simple ni est en trance de desaparicin en la lengua oral ni se ha reducido dentro de la lengua escrita, al dominio del discurso narrativo. Estamos, pues, ante un tiempo que aparece en ambas modalidades de discurso: lo encontramos en los textos comentadores y en los narradores, cualquiera que sea la definicin previa que hagamos de estos discursos. Es decir, se encuentra en todos los dominios de la lengua, no hay parcela de ella que quede marcada por la ausencia del perfecto simple. No vamos a afirmar, por tanto, que sea un tiempo narrador, exclusivamente narrador, aunque su papel en la narracin resulta a simple vista importante. Esta afirmacin slo puede hacerse para el francs.

    El nico hecho que podemos advertir en el espaol es la distinta frecuencia con que el perfecto simple aparece en uno y otro tipo de discurso. En algunos textos se presenta con frecuencia muy alta y podemos afirmar que se trata de textos narradores; en otros, con frecuencia ms bien escasa y se trata, sin duda, de textos comentadores. Vara la frecuencia de su uso. Lo que en espaol se presenta en forma de proporcionalidad relativa, se da en francs con la reduccin absoluta, a cero, en uno de los trminos. En espaol se presenta el fenmeno como un hecho estadstico y lingstico normal, en francs como caso extrao.

    I. 3. 2. La frecuencia verbal como indicio de los tipos de discurso. Para comprobar estas frecuencias podemos recurrir a diversos recuentos.

    Tenemos los ndices de Bull (1947), comentados por Weinrich, que no parece necesario reproducir aqu. Tenemos tambin los diversos recuentos llevados a cabo por Criado de Val. Podemos tomar como ejemplo el realizado sobre tres obras de Benavente: La Gobernadora, Rosas de otoo y La Malquerida (Criado de Val, 1969: 11-129). Ya se sabe que el dilogo teatral y tambin el que aparece en la narrativa es, a nuestros efectos, discurso comentador, aunque en l, como tambin en el coloquio ordinario pueda incidentalmente narrarse algn suceso pasado o incluso una historia ficticia (dentro de la propia ficcin dramtica o narrativa). Estamos, pues, ante un texto comentador 15. Se trata de comprobar en l la presencia de los tiempos narradores; sera oportuno disponer del nmero que corresponde a la frecuencia de los tiempos comentadores, pero los ndices de Criado de Val versan sobre los tiempos pasados de indicativo. No podemos, pues, comparar la frecuencia de aparicin del perfecto simple en contraste con la frecuencia del presente, tiempo comentador por excelencia, pues no hay cifras que se refieran a este tiempo. Pero nos basta con reproducir aqu los ndices del perfecto simple en relacin con los dems tiempos pasados y con el nmero de pginas. Son suficientes las cifras que vamos a reproducir para garantizar la presencia plena de este tiempo (y en general de los tiempos que Weinrich denomina exclusivamente narradores) en el discurso comentado.

  • La Gobernadora, 81 pp.: perfectos simples 98 otros pasados 376 Rosas de otoo, 76 pp.: perfectos simples 238 otros pasados 389 La Malquerida, 60 pp.: perfectos simples 211 otros pasados 625

    No sera difcil mostrar el caso contrario, es decir, la presencia de tiempos

    que segn Weinrich seran exclusivamente. comentadores en textos narrativos. La aparicin de presentes o pretritos perfectos, por ejemplo. Pero nos parece innecesario detenernos ms en este punto.

    Lo que estadsticas y recuentos nos van a decir es esto: que entre uno y otro tipo de discurso se da una desigual distribucin de los tiempos del verbo. Nos lo pueden decir con cifras exactas, referidas a textos concretos, pero es cosa que ya sabemos sin precisin con un examen rudimentario. Para el presente trabajo no existe necesidad alguna de saber con exactitud el tanto por ciento. Dejaremos, pues, las estadsticas a un lado.

    Para mantener la hiptesis de la bifurcacin del discurso en dos modos fundamentales de enunciacin - segn la lnea de Benveniste y de Weinrich - basta el apoyo que nos da la desigual distribucin de los tiempos, la simple proporcionalidad de aparicin. Lo que advertimos es un predominio de ciertos tiempos segn el discurso de que se trate y esta distribucin desigual nos parece indicio suficiente para sospechar que el sistema verbal se puede dividir en dos subsistemas inconfundibles, ligados a sus respectivos discursos. Naturalmente este fenmeno es menos elocuente que el caso del pass simple, pero no deja de ser revelador. Hasta este punto estamos con Weinrich, pero ms all, en la interpretacin y demostracin de esta hiptesis, no vamos a seguir sus pasos.

    Para mantener la hiptesis resulta suficiente el simple hecho de una distribucin desigual. Es decir, el hecho en cuanto tal. Y sospechamos con bastante fundamento que la comprobacin numrica de la distribucin, afinando los datos con nuevos recuentos y nuevos textos, no conducir a nada nuevo. El camino para clarificar esta hiptesis no pasa a travs de nuevas elaboraciones estadsticas, sino a travs del estudio del sistema verbal. Por otra parte, las primeras indicaciones de Damourette y Pinchon, la distincin de Benveniste completada con el desarrollo de Weinrich, ha pasado a las gramticas. En efecto, en la descripcin del verbo se incluye, junto a los dems clasificadores verbales ya conocidos, uno nuevo: el clasificador de actualidad. Veremos, pues, las repercusiones de esta teora a travs de las gramticas de las ltimas dcadas, y cmo el estudio de esta categora verbal nos permite confirmar la hiptesis sealada.

    I. 3. 3. El criterio clasificador de actualidad en las gramticas. Lamquiz, en su exposicin del sistema verbal espaol, seala que el

    funcionamiento de actualidad incluye una clasificacin binaria con un trmino marcado, actual frente a un trmino no marcado, inactual La misma clasificacin aparece en la Gramtica del espaol, de Pottier. Ambos presentan el siguiente esquema de formas simples de indicativo:

  • formas actuales cant canto

    cantar formas inactuales (cantara) cantaba

    cantara En el cuadro se incluye, de modo chocante, el perfecto simple (cant)

    entre las formas actuales. No se trata, acaso, del tiempo que ha dado origen a la clasificacin del actualidad? No parece, por tanto, incuestionable que el perfecto simple debera incluirse - segn este criterio - entre las formas inactuales? El mismo Lamquiz recoge la fuente directa de este clasificador verbal citando expresamente a Benveniste: hace notar que "la organizacin de los tiempos depende de principios ms complejos".

    Y nos da la nocin de actualidad, al afirmar que los tiempos de un verbo "no se emplean como miembros de un sistema nico" (Lamquiz, 1972: 60). Adems, Lamquiz recoge tambin la obra de Weinrich y conforma la coincidencia entre el esquema binario actual / inactual con el esquema de los grupos verbales de Weinrich. No se entiende fcilmente cmo el perfecto simple se incluye entre las formas actuales, pues es bien sabido que Weinrich incluye este tiempo entre los tiempos narradores y, por tanto, inactuales. Ms an, no slo es un tiempo narrador el perfecto simple, sino que es el tiempo narrador por excelencia, puesto que ocupa el primer plano frente al imperfecto que ocupa el segundo. Nos parece que en esta misma posicin doctrinal deberamos colocar a Benveniste, porque aunque este autor no se refiera en ningn momento al espaol y por lo tanto a nuestro perfecto simple, no cabe duda de que la adaptacin de su esquema a nuestro idioma y el trasfondo de su pensamiento nos llevara a considerar este tiempo como narrativo.

    Parece, pues, que existe cierta discrepancia a la hora de definir el valor actual o inactual del perfecto simple y esta duda transparenta una confusa definicin del mismo criterio de actualidad. Dada la importancia que atribuimos a este concepto no podemos pasar adelante sin intentar cierta aclaracin. La cuestin se centra sobre el perfecto simple y, de otra parte, la clasificacin de este tiempo supone necesariamente la clasificacin de las dems formas verbales directamente relacionadas con l; es decir, que al sealar su posicin en el conjunto de la estructura del verbo espaol estamos sealando obligadamente y de modo simultneo la posicin relativa de otros tiempos.

    Tres formas verbales son las que entran en consideracin ms inmediata: el presente, el imperfecto y el perfecto compuesto. Segn Emilio Alarcos (1949, 1959 y 1995)16, autor que no aplica el criterio de actualidad , el perfecto simple y el presente forman una correlacin de poca; el perfecto simple y el imperfecto forman una correlacin de aspecto dentro de la misma poca; y, por ltimo, el perfecto simple y el perfecto compuesto no entran en correlacin directa. Estos dos ltimos tiempos se reparten el dominio de la expresin del tiempo pasado, entrando en directa competencia, asunto que ha sido tratado por el mismo Alarcos y por diversos autores y que no reviste inmediata importancia para el propsito que ahora nos ocupa.

    Dejando de lado el ltimo tiempo mencionado - el perfecto compuesto - de cuyas relaciones con el perfecto simple nos ocuparemos ms adelante, y apartando tambin de nuestra consideracin, para mayor simplicidad los dos futuros, veamos las distinciones que sobre las tres formas simples - presente, imperfecto y perfecto simple - hacen los autores citados. En el cuadro siguiente presentamos la clasificacin que hacen ellos los cuatro autores citados17.

  • ACTUALIDAD POCA POCA POCA

    pasada presente pasada presente pasada presente ACTUAL cantaba canto canto cant canto

    IN-

    ACTUAL cant cantaba

    cant cantaba

    cantaba

    Benveniste Weinrich Pottier, Lamquiz

    [Tabla 1]

    Se puede observar primeramente cmo la distribucin de Lamquiz y

    Pottier se contrapone a la de Benveniste. Esta discrepancia aparece no slo en que se invierten los trminos, con referencia al criterio de actualidad, entre cant y cantaba - as tenemos cantaba (act.) / cant (inac.) en Benveniste, frente a cant (act.) / cantaba (inac.) en Pottier y Lamquiz -, sino tambin en el hecho de que Pottier y Lamquiz atribuyen a cantaba un valor de presente que en Benveniste no aparece. Y as, sobre esta forma, cantaba, inciden dos criterios diferentes a la vez: un valor de tiempo, de presente frente a pasado; y un valor de actualidad, o bien se considera exclusivamente inactual o bien se considera ambivalente (Benveniste). En el cuadro de Benveniste, precisamente por no atribuir a cantaba un valor de presente, se incluye esta forma en ambos niveles actual e inactual.

    Weinrich, por su parte, se opone a Benveniste al sealar un valor de poca presente a la pareja cant / cantaba. La discusin acerca del valor de presente de estas dos formas ocupa un dilatado espacio en la obra de Weinrich. Comentar su concepcin del tiempo requiere mayor detenimiento. Digamos, pues, por el momento, que este presente significa un presente narrativo, sin valor propia mente temporal y que tiene su correspondencia en otro presente comentador, igualmente ajeno a la nocin clsica de tiempo. Dado su carcter atemporal, estos presentes reciben la denominacin de grado cero, tiempos de grado cero. Podemos llamarlos aqu presente actual y presente inactual, sin reparar por el momento en el contenido semntico, de verdadera referencia al tiempo, que la palabra presente lleva consigo de acuerdo con la ms antigua tradicin gramatical.

    I. 3. 4. Interpretaciones del criterio de actualidad. En el cuadro anterior hemos presentado, para el espaol, la distribucin de

    tiempos que Benveniste seal para el francs, pero una traduccin menos literal y ms atenta al pensamiento de Benveniste nos llevara a colocar ambas formas cant y cantaba en ambos niveles actual e inactual. Sobre este punto nos remitimos a lo ya dicho sobre el extrao caso del pass simple francs, que no tiene paralelo en espaol. Lo equivalente para el espaol es la frecuencia estadstica. Benveniste no puede colocar el pass simple en el nivel actual por tratarse de una forma desaparecida en este domino de la lengua. Pero en espaol s podemos colocar el perfecto simple (cant) - siguiendo la mentalidad de Benveniste - junto con la forma del imperfecto (cantaba), en la poca pasada del

  • nivel actual. Ambos tiempos deben colocarse, pues, en la poca pretrita del nivel actual e inactual. El cuadro contrastivo que resulta sera el siguiente:

    CRITERIOS DE ACTUALIDAD POCA POCAS o PERSPECTIVAS pasada presente retrospeccin Grado 0

    ACTUAL cant cantaba canto otros

    tiempos canto

    INACTUAL cant cantaba

    otros tiempos

    cant cantaba

    Benveniste Weinrich [Tabla 2]

    La diferencia entre ambos autores (es decir, el planteamiento de Weinrich

    y lo que interpretamos que significa para el espaol el planteamiento de Benveniste) resulta de la distinta concepcin del tiempo, como categora verbal, que tienen estos autores. Weinrich niega que las formas verbales se refieran al tiempo, rechaza esta categora tradicional de la gramtica y por este concepto se opone a Benveniste que admite la verdadera referencia al tiempo de las formas verbales. Lo que signifique o deje de significar el tiempo para Weinrich es asunto que ahora no debe preocuparnos, ya tendremos ocasin de entrar en esta materia, lo que nos importa ahora es sealar que la diferencia entre Weinrich y Benveniste no tiene otro fundamento que el valor temporal que pueda darse al verbo. Salvado este punto de discrepancia la clasificacin de Benveniste y Weinrich coinciden casi por completo. Slo un punto separa ya estas dos clasificaciones: el criterio restrictivo de Weinrich que no permite la inclusin de las mismas formas verbales en los dos niveles, el principio de la mutua exclusividad de las formas verbales en la formacin de los grupos de tiempos narradores y comentadores.

    Ahora bien, hemos rechazado este principio y admitido esta posibilidad de la doble inclusin y es nuestra intencin explicarla. Por el momento nos debemos atener a los hechos; al examinar someramente las estadsticas, hemos visto que ambos tiempos se encuentran en ambos discursos, que estos tiempos seran, por tanto, a la vez actuales e inactuales y que el punto que nos sirve de apoyo para distinguir a travs de los discursos de los grupos verbales no reside en la exclusin sino en la proporcin de su frecuencia. Podramos aadir en el cuadro anterior de Benveniste el tanto por ciento del actual y el tanto por ciento del inactual, si es que nos interesasen las cifras en cuestin. Hemos visto tambin que lo narrativo, y por tanto lo inactual, en Benveniste, coincide o se incluye en lo pasado, mientras que en Weinrich deben incluirse en el grado cero o presente.

    Una vez hechas estas puntualizaciones, se apreciar la fundamental coincidencia de estos dos autores en los resultados de la clasificacin, aunque difieran sensiblemente en cuanto al significado que tiene la categora verbal de tiempo y en cuanto al modo de explicar la aparicin de cant y cantaba en el discurso actual. Tngase en cuenta que cant y cantaba aparecen de modo

  • indiscutible en este discurso, como sealamos al comentar los recuentos de Criado de Val. Pero estas apariciones indiscutibles no constituyen para Weinrich un hecho sistemtico, que pueda reflejarse en el esquema verbal; se trata ms bien de valores de la ruptura del sistema. Cada aparicin sera una metfora sintctica. El recuento de sus apariciones en el discurso actual vendra a darnos la cifra de las metforas verbales. Las formas cant y cantaba no indican, segn Weinrich, la retrospeccin o tiempo pasado en el nivel actual; esta se indica con el perfecto compuesto, de ah que la casilla quede vaca en nuestro esquema, trazado solamente con los tiempos simples indicados.

    Una vez sealada la relativa coincidencia entre estos dos autores, sealaremos ahora su notable discrepancia en relacin con la clasificacin de Pottier y Lamquiz. En efecto, el perfecto simple y el imperfecto forman en Weinrich y en Benveniste (recordemos, segn la interpretacin que hemos ofrecido adaptndonos al espaol) un par inseparable. Se mantienen unidos tanto si se considera la actualidad - ambos tiempos son inactuales exclusivamente (Weinrich), o son actuales e inactuales al tiempo; como si se considera la poca: los dos son pasados (Benveniste), o los dos son tambin, siempre juntos, grado cero o presente inactual (Weinrich). Estas dos formas verbales van siempre asociadas en estos autores, pero Pottier y Lamquiz establecen una separacin entre ellas18. Esta asociacin reviste especial importancia en Weinrich, ya que sobre ella desarrolla este autor su teora acerca de los planos narrativos: Por qu existe una disimetra entre el "actual" o "comentario" (una forma) y el "inactual" o "narracin" (dos formas)? Porque la narracin necesita desplegarse en dos planos. Dedicaremos la debida atencin en este estudio a la teora de los planos de Weinrich.

    I. 4. LA ACTUALIDAD COMO DIVISORIA DEL SISTEMA VERBAL. I. 4. 1. El valor sintagmtico del clasificador de actualidad. La marca de actualidad se diferencia sustancialmente de los dems

    clasificadores verbales porque se asienta sobre la disociacin del discurso en dos tipos de enunciacin y es la nica marca que presenta esta capacidad de corresponder a un hecho discursivo. La actualidad tiene, pues, un valor sintagmtico, por el que se destaca como el elemento ms peculiar entre las marcas que organizan el sistema verbal. Por esta razn su estudio constituye el paso previo para plantear la estructura del discurso narrativo y su diferenciacin del discurso actual o comentador, objeto de nuestro trabajo.

    Vamos a detenernos por algn espacio en este clasificador, sin perder de vista los dos aspectos (el sintagmtico y el sintagmtico) en l implicados, pero conscientes de que la dimensin discursiva es la fundamental.

    Recordemos que con los tiempos del verbo se forman dos grupos segn el uso que de ellos se hace en las dos entidades discursivas. Las denominamos, siguiendo a Weinrich, narracin y comentario. Tenemos, por tanto, un grupo de tiempos narradores y un grupo de tiempos comentadores; los tiempos del verbo, dicho de otro modo, se clasifican en tiempos actuales e inactuales. Esta es la hiptesis - puesta en circulacin por Weinrich y Benveniste -, pero para probarla es necesario dar una explicacin satisfactoria tanto del paradigma verbal como de los textos. En principio los grupos verbales as definidos son al mismo tiempo paradigma y sintagma, porque resultan de proyectar en paradigma dos estructuras

  • sintagmticas. Entre estos dos aspectos el punto de partida tiene que ser sin duda alguna el texto, la estructura sintagmtica, en la que se revela la organizacin del verbo segn la actualidad, y con ella, con la estructura discursiva, se fundamenta el paradigma.

    La estructura sintagmtica - el verbo desplegado en el discurso - consiste, segn se puede apreciar en una primera aproximacin, en la tendencia de ciertos tiempos a dominar en el discurso, en cada tipo de discurso. Cada discurso - narrador o comentador - presenta un uso selectivo de las formas verbales. Todo este problema ha sido tratado por Weinrich y no es necesario repetir aqu sus argumentos. En esta primera identificacin no hace falta ser muy escrupulosos; los recuentos de frecuencia verbal arrojan una desproporcin de bulto y adscriben las formas verbales a sus respectivos discursos. Estos recuentos no aportan prueba alguna, pero s valen como indicio suficiente para mantener en pie la hiptesis planteada. La prueba y la clasificacin concreta de las formas verbales la vamos a encontrar en el concepto de actualidad.

    Hemos afirmado que la marca de actualidad tiene como rasgo peculiar, frente a todas las dems marcas verbales, su carcter sintagmtico. En efecto, otros clasificadores verbales como la poca, el modo o el aspecto, no poseen esta dimensin que vincula la marca con el discurso. As, por ejemplo, el conjunto de los tiempos verbales que indican poca presente no configuran por s mismos ningn tipo de discurso, no hay discurso alguno que se caracterice por situarse exclusivamente en poca presente. Y esto puede decirse cualquiera que sea el modo de entender el presente.

    Sucede precisamente lo contrario: las pocas son registros de variacin, cuyo mbito propio es el discurso y todo discurso las necesita. Tanto el nivel actual como el nivel inactual disponen de formas verbales para indicar las pocas o perspectivas temporales, grado cero y prospeccin; y en la terminologa ms corriente: pasado, presente y futuro. Estas indicaciones de anticipacin o anterioridad aparecen en todo discurso, es decir, en los dos discursos, los nicos que hay: el discurso narrador y el discurso comentador. Cada uno de ellos dispone de medios para expresar todas las pocas, pero cada una de las pocas no constituyen evidentemente un discurso.

    La poca se desarrolla, pues, en el interior de cada uno de los niveles de actualidad. Pudiramos decir que la categora de poca, desde un punto de vista lgico - sin pretender entrar en cuestiones de gnesis del lenguaje -, resulta una operacin distintiva inferior a la actualidad, es decir, menos general, posterior a ella; la poca se asienta en la actualidad en cada uno de los niveles de actualidad, pues esta parece una distincin ms fundamental y previa. La actualidad, por tanto, organiza dos subsistemas verbales y dentro de cada uno de ellos aparecen las distinciones necesarias para indicar las perspectivas, las relaciones y contrastes de poca, que sus correspondientes discursos demandan.

    Las mismas o semejantes consideraciones pueden hacerse con los dems clasificadores verbales. No resulta necesario detenerse en ello. Es evidente que con el modo o con el aspecto no podemos formar grupos de tiempos que vayan a constituir, como tales grupos, algn tipo de discurso.

    I. 4. 2. El aspecto. Despus de la actualidad la nocin de aspecto reviste un particular inters

    para el estudio del texto narrativo. Se distinguen en espaol un aspecto sintagmtico, que opone las formas simples y sus correspondientes compuestas, y

  • un aspecto flexional, que se establece en la oposicin del perfecto simple con el imperfecto. El primer tipo de aspecto aparece en ambos subsistemas verbales, pues no hace otra cosa que duplicar las formas simples. Por otra parte, como es bien sabido, este aspecto se traduce en valor de poca y sirve para expresar anterioridad. El aspecto reviste, en cambio, mayor importancia para la narracin, aunque slo se d entre dos formas verbales simples. Estas formas desempean el texto narrativo una funcin sintagmtica de la que nos ocuparemos por extenso.

    Segn la teora verbal de Weinrich, esta oposicin se da exclusivamente en el discurso narrativo, lo que le lleva a pensar que su presencia tiene que ver con algo que pertenece exclusivamente al relato. Pero segn los argumentos que dejamos expuestos, el perfecto simple y el imperfecto pertenecen a ambos discursos, actual e inactual. La nica diferencia que se puede admitir es la distinta frecuencia en su aparicin en uno y otro discurso. Son tiempos fundamentalmente narradores, pero no exclusivamente; tambin aparecen en el discurso actual. Por esta razn el aspecto flexional es una categora del verbo que encontramos en ambos subsistemas verbales y en ambos discursos, pero como indicamos ahora y explicaremos ms adelante, la funcin que desempea esta distincin aspectual cobra mayor importancia en el texto narrativo, cosa en cierto modo natural, pues su frecuencia en este discurso es notablemente mayor.

    Ahora bien, como para Weinrich el perfecto simple y el imperfecto son tiempos exclusivamente narradores, la oposicin aspectual formada con ellos reviste un significado muy especial, ligado a la narracin. El hecho de vincular la oposicin perfecto simple - imperfecto con lo narrativo le lleva a desechar la misma nocin de aspecto. Con lo cual se aprecia que el criterio en la formacin de los grupos verbales, segn el principio de la mutua exclusin - una forma verbal tiene que ser forzosamente actual o inactual -, facilita a Weinrich su teora negadora del aspecto. Pero esta postura radical de Weinrich la hemos apartado del planteamiento que aqu sostenemos y, en consecuencia, vamos a mantener la nocin de aspecto flexional, sin pretender que esta oposicin nazca de las caractersticas especiales de la comunicacin narrativa, aunque desde luego es en este tipo de discurso en el que la distincin aspectual establecida entre perfecto simple e imperfecto cobra un especial relieve.

    I. 4. 3. El modo y la persona. Veamos, por ltimo, en qu medida el modo y la persona afectan a la

    divisin del discurso en dos tipos fundamentales y a la divisin del sistema verbal en dos subsistemas.

    Ya se indic cmo Benveniste, con acertada intuicin, sealaba la objetividad como rasgo del discurso histoire. El subjuntivo pertenece exclusivamente al discourse de Benveniste, precisamente por el carcter de subjetividad que implica. Porque si el relato se da a s mismo, si en l nadie habla, no puede aparecer la actitud subjetiva expresada por el modo subjuntivo. Nada que denote al hablante puede aparecer, por definicin, en el texto histoire. No puede aparecer, pues, ninguna forma del modo subjuntivo. Se tratar exclusivamente de formas verbales de modo indicativo. Con ellas aparecern, desde luego, la poca y el aspecto, que constituyen formas de presentar el proceso verbal no afectadas de subjetividad, puesto que no involucran actitudes o posiciones mentales del hablante.

    En consecuencia, parece que la divisoria que separa las formas verbales segn el modo, tiene algo que ver para Benveniste, con la divisoria que separa los

  • tipos de discurso. Ahora bien, ya indicamos que entre el texto histoire de Benveniste y la nocin de texto narrativo media una distancia. La nocin histoire viene a ser, en todo caso, un estrato del texto narrativo, un estrato de objetividad. Pero en el texto narrativo hay un hablante, no slo una historia, sino tambin un narrador y en la medida que se haga presente aparecen o pueden aparecer, entre otros signos de subjetividad, las formas de subjuntivo. La distincin de modo tendr que ver, en todo caso, con estratos lingsticos que reflejan la estructura de la comunicacin narrativa, con planos distintos dentro del texto narrativo, pero no parece que tenga nada que ver con la divisoria que separa los tipos de discurso. La narracin, tal como la entendemos, separndonos de la nocin estricta de Benveniste, dispone de formas verbales de indicativo y de formas verbales de subjuntivo. La distincin de modo deberemos encontrarla, por tanto, en cada uno de los subsistemas verbales que traza la marca de actualidad.

    Para terminar digamos algo acerca de la persona, puesto que Benveniste vincula el texto histoire con la tercera persona. La primera y segunda persona quedarn excluidas del texto narrativo, si seguimos la nocin de Benveniste. Pero tambin este punto debemos desecharlo y por el mismo principio: narracin no es lo mismo que histoire; y en consecuencia la primera y la segunda persona se hacen presentes. La divisoria de discursos no coincide con una divisoria entre personas verbales. Las tres formas personales del verbo se desarrollan en uno y en otro discurso, en ambos niveles de actualidad. La categora de persona no se asocia, pues, con un discurso especfico. Podemos decir, sin duda, que la tercera persona se debe asociar con un estrato de objetividad representativa que forma parte del texto narrativo. Pero tngase en cuenta que este estrato de objetividad puede apreciarse tambin en el dominio de un texto no narrativo; as ocurrir, por ejemplo, en un