especial eduardo galeano 14-04-15

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MARTES 14 DE ABRIL DE 2015 Galeano A través de la denuncia, el escritor uruguayo puso en la mira las injusticias y a los injustos que abusaron de Latino- américa. Su pensamiento y testimonio vigente se convirtieron en bandera de un unánime pedido de igualdad. El amigo de los pueblos de América “EL MUNDO SE DIVIDE, SOBRE TODO, ENTRE INDIGNOS E INDIGNADOS, Y YA SABRÁ CADA QUIEN DE QUÉ LADO QUIERE O PUEDE ESTAR... Eduardo Galeano / Periodista y escritor ABI

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MARTES14 DE ABRILDE 2015

GaleanoA través de la denuncia, el escritor uruguayo puso en la mira las injusticias y a los injustos que abusaron de Latino-américa. Su pensamiento y testimonio vigente se convirtieron en bandera de un unánime pedido de igualdad.

El amigo de los pueblos de América

“EL MUNDO SE DIVIDE, SOBRE TODO, ENTRE INDIGNOS E INDIGNADOS, Y YA SABRÁ CADA QUIEN DE QUÉ LADO QUIERE O PUEDE ESTAR...Eduardo Galeano / Periodista y escritor

ABI

2 Especial

martes 14 de abril de 2015

No sólo visitó en varias ocasiones el país, sino que escribió bastante sobre él, dando cuenta del saqueo que sufrió por varias décadas y de su renovada ‘segunda fundación’.

Galeano mostró al mundo las venas abiertas de Bolivia REDACCIÓN CENTRAL / CAMBIO

Es muy difícil construir un retrato fiel de Latino-américa, reflejando to-dos los matices que han

hecho de la historia de la región un cúmulo de tragedias y vicisi-tudes, pero también de algunas glorias y renaceres.

Eduardo Galeano asumió este reto, y para esto usó como herramientas las palabras y la verdad, construyendo afiladas crónicas y testimonios sobre la realidad latinoamericana y sus contradicciones en pos de un fu-turo mejor.

Dentro de este marco, el in-telectual uruguayo no pasó por alto a Bolivia, sólo mostrando in-justicias históricas vividas en el país, sino expresando su admi-ración por un nuevo Estado en un franco camino de restableci-miento de su dignidad.

RETRIBUCIONESLa afinidad del escritor con

Bolivia se vio retribuida por sen-tidas muestras de pesar al cono-cerse su muerte, ayer, a primeras horas de la mañana.

Las redes sociales fueron las primeras en replicar los repor-tes iniciales del fallecimiento de Galeano a causa de un cáncer de pulmón, que lo aquejaba hacía varios años.

“Estamos de duelo: ¡Hoy se nos fue Eduardo Galeano, el gran hombre que mostró al mundo nuestras venas abier-tas!”, publicaba el dramaturgo Guido Arce en su cuenta de Fa-cebook; de la misma manera, el escritor Iván Prado Sejas ex-clamaba: “Galeano se fue, pero su ideal se queda y se concreti-za...”. El comunicador y gestor cultural Juan Espinoza se ma-nifestaba así: “Pérdida irrepara-ble para la humanidad. Eduardo Galeano, uno de los pensado-res y cronistas más lúcidos de nuestro tiempo en la construc-ción del nuevo mundo posible, parte dejándonos un maravillo-so legado. ¡Buen viaje querido maestro!”. Las autoridades no se quedaron atrás, Marko Ma-chicao, ministro de Culturas y Turismo, publicó en su cuenta de Twitter: “13 de abril, con la triste noticia del fallecimiento de uno de los pensadores más

importantes de nuestra Améri-ca. Gracias #Galeano”. El escri-tor Homero Carvalho se refirió a Galeano como la “representa-ción del prototipo del intelec-tual comprometido: el que se decidía a luchar por un mundo mejor, una sociedad justa y un futuro con todas las personas con las mismas oportunidades”.

Recordó lo emblemática de la obra más conocida del urugua-yo: Las venas abiertas de Améri-ca Latina, a la que valoró como “emblema de su obra”. Indicó que galeano se caracterizó por un constante apoyo a los movi-mientos sociales que a finales de la década de los 80 se mati-zó además con un giro hacia un compromiso mayor con los pue-blos originarios, demostrando una clara preocupación por la ecología y el futuro de estos pue-blos. Carvalho recordó que tuvo la posibilidad de conocerlo, per-cibiendo a un hombre muy sen-cillo y sabio, que transmitía mu-cha paz y solidaridad.

EL director de Teatro Albor, Willy Flores, destacó la capaci-dad del texto clave de Galeano

(Las venas...) para mostrar la his-toria subterránea de Latinoamé-rica sin haber perdido valor a través del tiempo, mucho más en la senda de descolonización y de un proceso revolucionario que no tiene retorno y que ahora vive el país. Recalcó la necesidad de difundir esta senda a través de la difusión de su obra, cosa que Albor ha venido realizando en la última década, con 756 presenta-ciones de la adaptación teatral de Las venas...

El cantautor Luis Rico destacó sobre el escritor que éste “tenía la mirada sobre América Latina con ojos integradores, escribió la his-toria que no pudieron escribir los vencidos”. Asimismo, indicó que a través de Las venas... empleó su “palabra mágica” para llevarnos al interior de conmovedores even-tos de nuestra historia.

LOS MOTIVOS¿A qué se debe la gran can-

tidad de expresiones de pesar y agradecimientos hacia la figura de Galeano? A que a través de su acción, de pensamiento, discur-so y práctica, el escritor denun-

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ció constantemente la injusticia en América y ponderó y apoyó los hechos que acercaban más al con-tinente hacia la soñada igualdad.

Una muestra de esta denuncia y reflexión la hace a través de nu-merosos textos, como en el que se hace referencia al Cerro Rico, su riqueza y explotación:

“Allá en la época colonial, la pla-ta de Potosí fue, durante más de dos siglos, el principal alimento del desa-rrollo capitalista de Europa. Vale un Potosí, se decía, para elogiar lo que no tenía precio.

A mediados del siglo dieciséis, la ciudad más poblada, más cara y más derrochona del mundo brotó y cre-ció al pie de la montaña que manaba plata. Esa montaña, el llamado Ce-rro Rico, tragaba indios. “Estaban los caminos cubiertos, que parecía que se mudaba el reino”, escribió un rico minero de Potosí: las comunidades se vaciaban de hombres, que de todas partes marchaban, prisioneros, rum-bo a la boca que conducía a los soca-vones. Afuera, temperaturas de hielo. Adentro, el infierno. De cada diez que entraban, sólo tres salían vivos. Pero los condenados a la mina, que poco duraban, generaban la fortuna de

El intelectual uruguayo durante una conferencia.

3Especial

martes 14 de abril de 2015

Galeano mostró al mundo las venas abiertas de Bolivia Un breve repaso de la vida y obra de Galeano

El escritor y periodista uru-guayo Eduardo Galeano fa-lleció este lunes a los 74 años en Montevideo (capital uruguaya).

Las fuentes familiares pre-cisaron que Galeano fue in-gresado en un centro hospi-talario de la capital uruguaya debido al agravamiento de su estado de salud en los últimos días tras una de las muchas recaídas que había sufrido úl-timamente después de haber pasado épocas buenas una vez que fue intervenido en 2007 de un cáncer de pulmón.

Galeano es considerado uno de los más destacados au-tores de la literatura latinoa-mericana. Entre sus numero-sas obras destacan Memoria del fuego, Los días siguientes, Guatemala, país ocupado, Su majestad el fútbol, El fútbol a sol y sombra, Crónicas latinoameri-canas, La contraseña, Úselo y tí-relo, Patas arriba. La escuela del mundo al revés, y la universal-

mente reconocida Las venas abiertas de América Latina. Su obra se distinguió por tras-cender géneros ortodoxos y combinar documental, fic-ción, periodismo, análisis po-lítico e historia.

En los años 60 comenzó su carrera periodística, trabajan-do como editor en el semana-rio Marcha y durante dos años en el diario Época. Tras el gol-pe de Estado de 1973, Galeano tuvo que dejar Uruguay y se fue a vivir a Argentina, donde fundó una revista cultural de nombre Crisis. Cuando volvió a Uruguay, ya en 1985, fundó un semanario llamado Bre-cha. Uno de los episodios más complicados de su vida fue superar el cáncer de pulmón que lo aquejaba y del que salió airoso en 2007.

Estos días estaba a punto de editarse un nuevo libro del escritor llamado Mujeres, con-siderado un experimento edi-torial. (Telesur)los banqueros flamencos, genoveses

y alemanes, acreedores de la corona española, y eran esos indios quienes hacían posible la acumulación de ca-pitales que convirtió a Europa en lo que Europa es.

¿Qué quedó en Bolivia, de todo eso? Una montaña hueca, una incon-table cantidad de indios asesinados por extenuación y unos cuantos pala-cios habitados por fantasmas”.

Siguiendo la línea de los re-cursos naturales, Galeano tam-bién mostró la realidad detrás del estaño:

“En el siglo veinte, Bolivia fue el principal abastecedor de estaño en el mercado internacional.

Los envases de hojalata, que die-ron fama a Andy Warlhol, provenían de las minas que producían estaño y viudas. En la profundidad de los so-cavones, el implacable polvo de sílice mataba por asfixia. Los obreros pu-drían sus pulmones para que el mun-do pudiera consumir estaño barato.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Bolivia contribuyó a la causa aliada vendiendo su mineral a un precio diez veces más bajo que el bajo precio de siempre. Los salarios obreros se redujeron a la nada, hubo

huelga, las ametralladoras escupie-ron fuego. Simón Patiño, dueño del negocio y amo del país, no tuvo que pagar indemnizaciones porque la matanza por metralla no es acciden-te de trabajo.

Por entonces, don Simón paga-ba cincuenta dólares anuales de im-puesto a la renta, pero pagaba mu-cho más al presidente de la nación y a todo su gabinete.

El había sido un muerto de ham-bre tocado por la varita mágica de la diosa Fortuna. Sus nietas y nietos ingresaron a la nobleza europea. Se casaron con condes, marqueses y pa-rientes de reyes.

Cuando la revolución de 1952 des-tronó a Patiño y nacionalizó el esta-ño, era poco el mineral que quedaba. No más que los restos de medio siglo de desaforada explotación al servicio del mercado mundial”.

La Guerra del Chaco fue des-crito por el uruguayo con cruel exactitud:

“ComienzoEstán en guerra Bolivia y el Pa-

raguay. Los dos pueblos más pobres de América del Sur, los que no tienen mar, los más vencidos y despojados, se aniquilan mutuamente por un pe-

dazo de mapa. Escondidas entre los pliegues de ambas banderas, la Stan-dard Oil Company y la Royal Dutch Shell disputan el posible petróleo del Chaco. Metidos en la guerra, para-guayos y bolivianos están obligados a odiarse en nombre de una tierra que no aman, que nadie ama: el Chaco es un desierto gris, habitado por espi-nas y serpientes, sin un pájaro cantor ni una huella de gente. Todo tiene sed en este mundo de espanto. Las mari-posas se apiñan, desesperadas, sobre las pocas gotas de agua. Los bolivia-nos vienen de la heladera al horno: han sido arrancados de las cumbres de los Andes y arrojados a estos cal-cinados matorrales. Aquí mueren de bala, pero más mueren de sed.

Nubes de moscas y mosquitos per-siguen a los soldados, que agachan la cabeza y trotando embisten a través de la maraña, a marchas forzadas, contra las líneas enemigas. De un lado y del otro, el pueblo descalzo es la carne de cañón que paga los erro-res de los oficiales. Los esclavos del patrón feudal y del cura rural mue-ren de uniforme, al servicio de la im-perial angurria.

Habla uno de los soldados bolivia-nos que marcha hacia la muerte. No

dice nada sobre la gloria, nada sobre la patria. Dice, resollando:

- Maldita sea la hora en que nací hombre.

FinalAl mediodía llega al frente la noti-

cia. Callan los cañones. Se incorporan los soldados, muy de a poco, y van emer-giendo de las trincheras. Los haraposos fantasmas, ciegos de sol, caminan a los tumbos por campos de nadie hasta que quedan frente a frente el regimiento Santa Cruz, de Bolivia, y el regimiento Toledo, del Paraguay: los restos, los jiro-nes. Las órdenes recién recibidas prohí-ben hablar con quien era enemigo has-ta hace un rato. Solo está permitida la venia militar; y así se saludan. Pero al-guien lanza el primer alarido y ya no hay quien pare la algarabía. Los solda-dos rompen la formación, arrojan las gorras y las armas al aire y corren en tropel, los paraguayos hacia los bolivia-nos, los bolivianos hacia los paraguayos, bien abiertos los brazos, gritando, can-tando, llorando, y abrazándose ruedan por la arena caliente”.

Pero tras abrir las venas de Bo-livia, Galeano empezó a vislum-

brar una luz al final del túnel y la construcción real de un nuevo presente y futuro:

“Hace más de cien años, el histo-riador Gabriel René Moreno descubrió que el pueblo boliviano era “celular-mente incapaz”. El había puesto en la balanza el cerebro indígena y el cere-bro mestizo, y había comprobado que pesaban entre cinco, siete y diez onzas menos que el cerebro de raza blanca.

Ha pasado el tiempo, y el país que no existe sigue enfermo de racismo.

Pero el país que quiere existir, donde la mayoría indígena no tiene vergüenza de ser lo que es, no escupe al espejo.

Esa Bolivia, harta de vivir en fun-ción del progreso ajeno, es el país de verdad. Su historia, ignorada, abun-da en derrotas y traiciones, pero también en milagros de esos que son capaces de hacer los desprecia-dos cuando dejan de despreciarse a sí mismos y cuando dejan de pelearse entre ellos.

Hechos asombrosos, de mucho brío, están ocurriendo, sin ir más le-jos, en estos tiempos que corren”.

El intelectual uruguayo durante una conferencia. Un libro fundamental para América.

4Especial

martes 14 de abril de 2015

“Mar robado”, sentenció Galeano y destacó al presidente Evo Morales como símbolo de la identidad latinoamericana.

REDACCIÓN CENTRAL / CAMBIO

Entre las diversas mues-tras de apoyo que reci-bió Bolivia en su cam-paña de petición de una

salida soberana al océano Pacífi-co, encontró en Eduardo Galea-no a un gran aliado y amigo.

El presidente Evo Morales se sumó a las muchas muestras de dolor por la pérdida del escritor uruguayo, recalcando que el mun-do perdió a uno de sus personajes más importantes: “Un maestro de la descolonización y la liberación de nuestros pueblos”.

Dijo que a través de sus tex-tos, Galeano no sólo apuntó a evitar el saqueo económico de Latinoamérica, sino que se di-rigió a las nuevas generaciones para defender la dignidad y so-beranía de los pueblos.

Remarcó la importancia de un hecho por demás simbólico y trascendental acaecido en la úl-tima visita del Presidente a Uru-guay, cuando la autoridad boli-viana le obsequió un ejemplar de El libro del mar y el escritor, tras ver la tapa, sugirió inmediata-mente que el documento debería llamarse El libro del mar roba-do. “Incluyendo una palabra dijo todo sobre el tema del mar para Bolivia”, sostuvo el mandatario.

Durante esta visita, Galeano no dudó en destacar que Boli-via es un ejemplo de dignidad para Latinoamérica, también valoró los cambios que vive el país resultado del liderazgo del primer presidente indígena en la región. Asimismo, reconoció en el presidente Morales al más entrañable símbolo de la identi-dad latinoamericana, mediante una nota que le entregó a Mo-rales: “Evo: querido nuestro te damos un abrazo de bienvenida a esta tierra que es también tu tierra y que tuya seguirá siendo. Los uruguayos reconocemos en vos al más entrañable símbolo de identidad latinoamericana

Galeano recibe El libro del mar robado de manos de Evo Morales.

en sus raíces más profundas y en su fecunda diversidad. Las palabras sobran este abrazo lo dice todo, agradecemos tu que-rida presencia, has venido para quedarte en nosotros”.

El hecho de que Galeano aborde el tema del mar boli-viano no fue un hecho novedo-so. Un texto del uruguayo de 2003 manifestaba:

“En el siglo diecinueve, cuando Bolivia fue derrotada en la llamada Guerra del Pacífico, no sólo perdió su salida al mar y quedó acorrala-da en el corazón de América del Sur. También perdió su salitre.

La historia oficial, que es histo-ria militar, cuenta que Chile ganó esa guerra; pero la historia real comprueba que el vencedor fue el empresario británico John Thomas North. Sin disparar un tiro ni gas-tar un penique, North conquistó te-rritorios que habían sido de Bolivia y de Perú y se convirtió en el rey del salitre, que era por entonces el ferti-lizante imprescindible para alimen-tar las cansadas tierras de Europa”.

De igual manera, el urugua-yo siguió de cerca el proceso de cambio boliviano. Hace más de una década habló de la refunda-ción de Bolivia:

“El 22 de enero del año 2002, Evo fue expulsado del Paraíso.

O sea: el diputado Morales fue echado del Parlamento.

El 22 de enero del año 2006, en ese mismo lugar de pomposo aspec-to, Evo Morales fue consagrado pre-sidente de Bolivia.

O sea: Bolivia empieza a ente-rarse de que es un país de mayoría indígena.

Cuando la expulsión, un dipu-tado indio era más raro que perro verde.

Cuatro años después, son mu-chos los legisladores que mascan coca, milenaria costumbre que esta-ba prohibida en el sagrado recinto parlamentario.

Mucho antes de la expulsión de Evo, ya los suyos, los indígenas, ha-bían sido expulsados de la nación

oficial. No eran hijos de Bolivia: eran no más que su mano de obra. Hasta hace poco más de medio siglo, los indios no podían votar ni cami-nar por las veredas de las ciudades.

Con toda razón, Evo ha dicho, en su primer discurso presidencial, que los indios no fueron invitados, en 1825, a la fundación de Bolivia.

Ésa es también la historia de toda América, incluyendo a Estados Unidos. Nuestras naciones nacieron mentidas. La independencia de los países americanos fue desde el prin-cipio usurpada por una muy mino-ritaria minoría. Todas las primeras constituciones, sin excepción, deja-ron afuera a las mujeres, a los indios, a los negros y a los pobres en general.

La elección de Evo Morales es, al menos en este sentido, equivalente a la elección de Michelle Bachelet. Evo y Eva. Por primera vez un indígena presidente en Bolivia, por primera vez una mujer presidente en Chile. Y lo mismo se podría decir de Brasil, donde por primera vez es negro el ministro de Cultura. ¿Acaso no tie-ne raíces africanas la cultura que ha salvado a Brasil de la tristeza?

En estas tierras, enfermas de racis-mo y de machismo, no faltará quien crea que todo esto es un escándalo.

Escandaloso es que no haya ocu-rrido antes”.

Posteriormente, reflejaba la aprobación de la Nueva Cons-titución Política del Estado con estas palabras:

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“En el día de hoy del año 2009, el plebiscito popular dijo sí a la nueva Constitución propuesta por el presi-dente Evo Morales.

Hasta este día, los indios no eran hijos de Bolivia: eran nada más que su mano de obra.

En 1825, la primera Constitu-ción otorgó la ciudadanía al tres o cuatro por ciento de la pobla-ción. Los demás, indios, mujeres,

Sobre mi primer desafío en el arte de narrar - (E.Galeano)

El pueblo boliviano de Lla-llagua vivía de la mina, y la mina devoraba a sus hijos. Metidos en los socavones, las tripas de las montañas, los mineros perseguían las ve-tas de estaño y en esa cacería perdían, en pocos años, los pulmones y la vida.

Yo había pasado un tiem-pito ahí, y me había hecho algunos amigos.

Y había llegado la hora de partir.

Estuvimos toda la noche bebiendo, los mineros y yo, cantando tristezas y contan-do chistes, a cual más malo.

Cuando ya estábamos

cerca del amanecer, cuando poco faltaba para que el chi-llido de la sirena los llamara al trabajo, mis amigos calla-ron, todos a la vez, y alguno preguntó, o pidió, o mandó:

–Y ahora, hermanito, di-nos cómo es la mar.

Yo me quedé mudo.Insistían:–Cuéntanos. Cuéntanos

cómo es la mar.Ninguno de ellos iba a ver-

la nunca, todos iban a morir temprano, y yo no tenía más remedio que traerles la mar, la mar que estaba lejísimos, y encontrar palabras que fueran capaces de mojarlos.

pobres, analfabetos, no fueron in-vitados a la fiesta.

Para muchos periodistas extran-jeros, Bolivia es un país ingobernable, incomprensible, intratable, inviable.

Se equivocan: deberían confe-sar que Bolivia es, para ellos, un país invisible. Y eso nada tiene de raro, porque hasta el día de hoy, también Bolivia había sido un país ciego de sí”.

Amigo de Bolivia y promotor de la demanda marítimaAP

OYO