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España y el problema judío en la Europa del siglo XIX Isidro GONZÁLEZ GARCíA Doctor en Historia ¿Cuál fue la posición española ante el problema judío en la Europa de final del siglo XIX y principios del xx? Este simple enunciamiento requiere antes de iniciar su estudio unas consideraciones previas, como son: ¿Cuál era la situación polí- tica social, ideológica> etc., que determinó la oleada de antisemitismo en Europa de final del siglo xix? ¿Cuál fue la capacidad de reacción de las propias comunidades judías ante esta situación? Y trasladán- donos a España, ¿cómo reaccionó la opinión pública española ante el problema? ¿Cuál fue la orientación de la política exterior de la Restauración ante el problema judío en Europa? Y por último, ¿cuál fue la posición de los intelectuales ante el problema judío? Es indudable que la cuestión del antisemitismo no puede consi- derarse aislada del contexto histórico de la época en Europa. Hay dos o tres vertientes o causas determinantes del problema que tienen su origen en las corrientes literarias románticas que originan el nacimiento de los movimientos independistas y que inciden sobre los pueblos que están sometidos por los imperios territorialmente do- minantes en la Europa de la época y que se encontraban en fase de descomposición. Estos eran principalmente: el Imperio Austro-Hún- garo y el Imperio Turco, que estaban integrados por un conjunto muy heterogéneo de pueblos de distintas lenguas, razas, religiones, etc., y con un asiento territorial determinado. La corriente romántica se preocupa de lo específico y particular de cada hombre, y así surge un interés por la raza y por la búsqueda de las raíces del pasado. Este movimiento incide también en las comunidades judías locali- zadas en una gran parte en estos dos imperios donde precisamente existían el mayor número de judíos, por un lado, y por otro existía Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea, VII-1986. Idir. Univ. Complutense

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España y el problema judíoen la Europa del siglo XIX

Isidro GONZÁLEZ GARCíA

Doctor en Historia

¿Cuálfue la posición españolaanteel problemajudío en la Europade final del siglo XIX y principios del xx?

Este simple enunciamiento requiere antes de iniciar su estudiounas consideracionesprevias, como son: ¿Cuál era la situación polí-tica social, ideológica>etc., que determinó la oleada de antisemitismoen Europa de final del siglo xix? ¿Cuálfue la capacidadde reacciónde las propias comunidadesjudías ante esta situación? Y trasladán-donos a España,¿cómo reaccionó la opinión pública españolaanteel problema? ¿Cuál fue la orientación de la política exterior de laRestauraciónante el problema judío en Europa? Y por último, ¿cuálfue la posiciónde los intelectualesanteel problemajudío?

Es indudable que la cuestión del antisemitismo no puede consi-derarseaisladadel contextohistórico de laépocaen Europa.

Hay dos o tres vertienteso causasdeterminantesdel problemaquetienen su origen en las corrientes literarias románticasque originanel nacimiento de los movimientos independistasy que inciden sobrelos pueblosque estánsometidospor los imperios territorialmente do-minantes en la Europa de la épocay que se encontrabanen fase dedescomposición.Estos eran principalmente: el Imperio Austro-Hún-garo y el Imperio Turco, que estabanintegrados por un conjuntomuy heterogéneode pueblosde distintas lenguas,razas,religiones,etc.,y con un asiento territorial determinado.La corriente romántica sepreocupa de lo específicoy particular de cada hombre, y así surgeun interés por la razay por la búsquedade las raícesdel pasado.

Este movimiento incide también en las comunidadesjudías locali-zadas en una gran parte en estos dos imperios donde precisamenteexistían el mayor número de judíos, por un lado, y por otro existía

Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea, VII-1986. Idir. Univ. Complutense

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junto al imperio ruso no sólo la mayormarginaciónlegal, sino de he-cho, como eran las limitacionesde la zona de residencia,limitacionesen determinadasprofesiones,numerusclausus en la Universidad,etc.

Por tanto, la ola independistade exaltaciónromántica afectaa es-tas comunidadesjudías en un doble sentido: primero, a través de lapropia literatura romántica hebreade la época,en la que se exaltaaligual que las demásel pasadogloriosode Israel precisamentea travésde la Biblia y el Talmud, que aunqueson obras educativasevocanel sentimiento de la patria perdida. Este movimiento se va poco apoco sobreponiendoa las corrientesiluministas e integristasde la épo-ca, quepropugnabanla asimilaciónde los judíos.

En otro sentido, los propios movimientos nacionalistase indepen-distas buscabanpara la consecuciónde sus fines la eliminación deelementosalógenosy sociedadesendogámicasenquistadasen su terri-torio y que suponíanun escollo para el logro independista,basadoenla lengua,raza,etc.

Los judíos eran dentro de estosgrupos étnicos los que manteníanuna entidad más cerrada,con las característicaspropias de su lengua,religión, etc., y así tanto el Paneslavismocomo el Pangermanismolosconsiderabaelementosextrañosy enemigosde suprocesonacionalista.En este sentidoaparecenininterrumpidamente,a partir de la segundamitad del siglo xíx, obras que van confirmando esta situación en laliteratura judía. Moisés Hesspublica en 1862 Roma y Jerusalem,diri-gida a la emancipacióndel pueblo judío e influida sin duda por losacontecimientosdel movimiento de unificación italiano. Ya antesYosefSalvadorhabíaescrito en 1859 París, Roma y Jerusalem,que aunquede ideologíadistinta tratael mismo problema -

Los movimientos independistasde los Balcanes y Centroeuropase sucedenininterrumpidamentedurante toda la segundamitad delsiglo xix, teniendocomo soporte ideológico las causasanteriormenteenunciadas;baste citar como ejemplo que el dinero de los bancosaustríacosseemitía hastaen sieteidiomasdiferentes.

Por otra parte, la cuestión judía apareceen muchos intelectualeseuropeos de la época; la figura del judío se proyecta en muchos deestos escritorescomo un enemigode las esenciasnacionales.Tal es elcaso de Dostoyevski, Tolstoi, Gogol, Lermontov. También en Alema-nia aparece la figura del judío en escritores como enemigo de lasesenciasgermánicasen un momentoen que se estabagestandola granPrusia. Wagnerpublica en 1869el folleto: Los judíos y la músicade ma-tiz antisemita; Nietzschetrata el problemaen variasde susobras,por

1 Sobre este aspectover 3. Klauzner, «Los factores eQ<ternos e internos delSurgimientoNacional Judío», Jerusalén,1949. Conferenciaeditorial de la Univer-sidadhebrea,págs.9-14.

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ejemplo en Más allá del bien y del mal, Aurora, Humano demasiadohumano.

La corriente histórica alemanadefensorade la unificación de Ale-mania también produce abundanteliteratura antisemita. GuillermoMarr publica en 1872 La victoria del judaísmo sobre el germanismo.Poco añosantes,en 1854,el impactode la obra del condede Gobineau,Traité sur la inegalité des races humaines,alcanzagran impacto en-tonees en las universidadesalemanas.Houston Stevar Chaimberlainpublica en 1900 Las basesdel siglo XIX, identificando a la raza ariacon el pueblo alemány culpando a los judíos de todos los males deOccidente; en este mismo sentido se definen historiadores comoTreiscke, que hizo célebre la famosa frase Dic luden Sine! UnclerUngluck(«Los judíos sonnuestradesgracia»)~

Al lado de la corriente Pangermanistasurgenorganizacionesparale-las antisemitascomo la AldeutscherVerband en 1894. En el ImperioRusoaparecemás tardela organizaciónantisemitalas centuriasnegrasen 1905,etc.

Es evidentequeapartede estosnacionalismosexistenotrascorrien-tes de carácterantisemitay que procedende posicionesmuy distintascomocian los movimientossocialistas,queconsiderabanal judío comoelementovinculado a las finanzasy al grancapital y por tanto enemigointrínseco.Esta vertienteantisemitadel socialismoapareceya en 1845en la obra de A. ToussenelLes juijs Rois de LEpoque. Esta corrientetendría también una amplia difusión a finales del siglo xix, especial-mente en el socialismo austríaco, sobre todo en la figura de KarlLueger,que en 1897,al accedera la alcaldíade Viena, inicia una de lasmás violentas campañas antisemitas basadaen la exclusión de losjudíos de la vida política, como enemigosdel nacionalsocialismoaus-tríaco. Este personajeseríamás tradeuno de los más admiradosporAdolf Hitler. Por el contrario, en el Affaire Dreyffus el antisemitismoestá basadoen el sentidode exacerbaciónreligiosa y nacionalista’.

Todo estecuadrosomeramentedescritogeneródentro de las comu-nidades judías de la Europa central y oriental un movimiento dedefensaanteel antisemitismoy así como consecuenciade los famosospogromsdel sur de Rusia de 1881-1882surgenlas Tzivat-Sion Hovevei-Sion, que apartede la finalidad defensivainician las primerasemigra-cionesaPalestina.

Ya en 1882 apareceel primer libro sobre la formación del EstadoJudío, Autoemancipación,de Leo Pinsker. En 1884 se reúnen en la

2 VéaseJ. Parker,Historía del pueblojudío (especialmenteel capítulo titulado«El puebluhebreoa fines del siglo xix y principios del xx>’), págs.175-179,BuenosAires, 1965.

VéaseCaroBaroja, 3., Los judíos en la España Moderna y Contemporánea,vol. III, Madrid, 1978,págs.227y ss.

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ciudad polacade Katovice un grupo de notablesjudíos que se ratificanen las ideasexpuestaspor Pinsker (conocidas como las tesis de Ka.tovice) ‘t

El problema del nacionalismojudío se encuentraen muchosinte-lectuales judíos de la época; la mayoría lo enfoca desde su propiaperspectivaideológica, Hess, Liliemblun, Rosa de Luxemburgo, etc.Ya antes, en 1860, se había fundado la Aliance Israelite Universellepara la protección de la cultura y la lenguajudías dentro de la diás-pora; más tarde, en 1871, se funda la Anglo Jewis Colonization, yen 1901 la asociación de judíos alemanes (Hilgsverein der judeus).Todas estas organizaciones,aunque tenían una finalidad cultural,fueron utilizadas mástardecon fines políticos.

Todos estosintentosde los judíos decrearun movimientode defen-sa contra el antisemitismo,aunqueextendidos,estabanun tanto inco-nexos,hastala aparición de Teodhor fierA, queya en 1894 publica unarticulo criticando las ideas asimilacionistastitulado «Das Neue Ghet-to» («El nuevo Gbetto»), y que se considerael primer pasopara lasideas independistas,que son recogidas definitivamente en su obra DerJudenstadd(«El Estado de los jgdíos»). Publicado en febrero de 1896,se traduce a casi todos los idiomas. En esta obra vierte Herí susideas sobre el prob]ema judío, teniendo como objetivo prioritario lafundación de un Estado con un asiento territorial por medio del cualel problemajudío fuese resuelto. Al año siguiente se organizaen Ba-silea (agosto de 1897)el primer congresosionista y desdeentoncesseconsidera a estos congresoscomo el foro abierto del pueblo judío.Gran número de intelectualesjudíos se le adhieren, así como granparte de las masas judías, especialmentelas orientales, más margi-nadas.Surgen disensionesinternaspor cuestionesideológicas,y políti-cas. Pero, sin embargo, se inicia una lenta marcha hacia el objetivodel nuevo Estado,canalizandosu acción a través de una lucha diplo-matica y de prensa. Se consiguela creación de un Hogar Nacionaljudío por medio de la Declaración Balfour (2 de noviembrede 1917).Y la definitiva creacióndel Estadode Israel en mayo de 1948’.

Ante este problema, que bien pudiera considerarseeuropeo porlas implicaciones que tiene con la historia de Europa de la época,¿cuálfue la posiciónespañola?

Eí. PROBLEMA JUDíO EN ESPAÑA AL FINAL DEL ANTIGUO RÉGIMEN

Es evidente que Españasintió el problema judío, condicionadapor el recuerdohistórico que aún pervivía en la mente del español.

VéaseEl retorn.o a Sión,varios, Ed. A. Rubinstein,Jerusalén,1971. págs.17-18.VéaseEl retorno a Sion, varios, Ed. A. Rubinstein,Jerusalén,1971, págs.17-18.

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Así, resumiendo muy brevemente,¿cuál fue la evolución de la so-ciedad española en general y de la política ante el problema judíoa la caídadel Antiguo Régimen?

Carlos III promulga las pragmáticasde 1778, 1785 y 1786 por me-dio de las cuales se rehabilita a los chuetasmallorquines,aunqueelsentimiento antijudío de algunos sectoresde las islas permanecela-tente.

El 21 de marzo de 1797 el ministro Varela proponía a Carlos IVel regresode los judíos para salvarla economíanacional.Tal aperturase trocó unosañosmás tarde en una de las más durasprohibiciones:el 27 dc mayo de 1802 una real pragmáticaprohibía la entrada de ju-díos en España.Con la invasiónfrancesa,Napoleónpromulgauna leyquederogala Inquisición el 4 de diciembrede 1808.

Las Cortes de Cádiz, el 22 de enero de 1813, procedentras una vo-tacióna la abolición del tribunal del SantoOficio.

Sin embargo,FernandoVII la vuelve a reinstaurarel 8 de mayode 1815, y el propio rey, por medio de una real pragmáticade 16 dejulio de 1816, prohíbe la entrada de judíos en España.Durante eltrienio liberal, 1820-1823,se vuelvea prohibir nuevamente,parainstau-rarseen 1823 con fines más políticos que religiosos,y por fin se pro-ducesu abolición definitiva el 15 de abril de 1834 por la reina regenteMaría Cristina«.

La evolución de la política española,sometida a continuos vaive-nes, no afecta a la cuestión judía en tanto que tal, puesto que noexistíauna comunidad judía con entidad suficiente, sino a la ideolo-gía que servía de soporte para la interpretación de la cuestión judía.Así, en 1854,y en virtud de las Cortes Constituyentesconvocadasaquelaño, el rabino Philopson de Magdeburgopedía la derogacióndel fa-moso edicto de expulsión de 1492, basándoseprecisamenteen el espí-ritu de libertad religiosa que emanabade dichas Cortes. La respuestadel duque de la Torre fue la de que no era necesariala derogaciónde dicho edicto y que los judíos podían instalarseen Españacuando

7lo deseasen

Con la revolución de 1868 y las Cortes de 1869, la cuestión judíaalcanzacierta importanciadentro del revisionismo histórico español,como lo pone de manifiesto el famosodebatedel 12 de abril de 1869mantenido por Castelar, representantedel republicanismo liberal, yMonterola, representantedel integrismo católico. Las dos interpreta-ciones de estascorrientes suponenla consolidaciónde estasdos ten-denciasen la Españadel siglo xix sobrelas aportacionesde los judíosal acervocultural español.La primera suponíala total aceptaciónde

6 VéaseAmador de los Ríos, J., HA Social y Política de los judíos de Españay Portugal, Madrid, 1877, pág. 850.

3 Amador de los, J.. ob. cit., pág. 852.

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la misma y revindicabauna nuevaposiciónen estesentido,así como lacondenade la Inquisición, la crítica a la expulsiónde los judíos denun-ciándola como error histórico. En sentido contrario los integristasjustificaban la Inquisición, la expulsión de los judíos y manteníanlaposición de la necesidadde impedir a los judíos la entrada en Es-paña~.

Toda esta polémicasurgida en estasCortes está por supuestoin-mersaen otros problemas de fondo, como era la libertad de cultos,la separaciónde poderesde la Iglesiay el Estado.

El problemajudío comienzaa interesara la capaintelectual espa-ñola, opinión pública, etc., sobre todo a raíz de los pogroms de 1881-1882 queseproducenen el sur de Rusiacontralos judíos.

Españatendráuna reacciónante el problemacondicionadapor unsinfín de circunstancias:unasproducto de las corrientesde la Europade la épocay otras producto de nuestraposición particular y de nues-tro pasadohistóricocon respectoal judaísmo.

ESPAÑAY EL PROBLEMA JULIO

Desdetres puntos de vista afecta el problema judío en España:la opinión pública, la política exterior y las corrientes intelectuales.

a) La opinión pública

Sorprendentementeel fenómenodel antisemitismo,la cuestiónju-día e incluso el sionismo tuvieron una incidencia importante en laopinión pública española,máxime cuando en Españano existía elproblema,lo que demuestrael estadolatentesobre la cuestión.El im-pacto es importante tanto por la periodización,pues casi comprendedos años,como por su publicación en forma de editorialesde primerapagina, haciendo casi siemprereferencia al pasadohistórico español,y también unas correlacionesexpresasa la realidad españoladel mo-mento. Tres corrientes sedibujan en estesentido: la primera y mayo-ritaria, la de los periódicosvinculadosa la corriente liberal en el sen-tido amplio y que tenían mayor tirada: El Imparcial, El Liberal, He-raído de Madrid, El Correo, El Globo, La Iberia, etc.; la segundaposición era mantenidapor periódicosde signo conservadorcomo LaEpoca, órgano de Cánovas;La Correspondenciade España,La Ilustra-ción Españolay Americana, El Diario de Barcelona. Por último esta-ban los periódicosvinculadosa las corrientesabsolutistasy sobretodo

8 Diario de Sesionesde las Cortes. 12-IXJ--1869, tomo. 47, págs.975-991. Este de-bate es muy conocidoen la historia del parlamentarismoespañol y uno de losmás famososdc Castelar,conocidocon el nombre del «Dios del Sinaí».

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al integrismo católico y también a la propia Iglesia española,quemantienealgunas diferenciasde matiz con la prensa integrista.

La prensaliberal es abierta defensorade la causajudía. Periódicoscomo El Liberal se haceneco de la cuestióny los más prestigiosospe-riodistas de la época se ocupan del tema. Dos o tres cuestionessonobjeto principal de suspreocupacionesen la prensaliberal: la condenadel antisemitismoen Europacomo contraria a las ideasde la toleran-cia; el apoyo al gobierno liberal de Sagastaen los años 1881-1882 so-bre la decisión del mismo de abrir las puertasa los judíos perseguidosen Rusia; la necesidadde un revisionismohistórico en torno a la ex-pulsión y a la Inquisición, y sobre todo un apoyo a la causa judíaen Europa como prueba evidente de una Españaliberal y transfor-mada,así como de unareparaciónhistórica.

Así, desdeabril de 1881 hastaoctubrede esemismo año,y duranteuna buena parte del 1882, la cuestión judía ocupa una buena partede sus páginas.El famoso periodista M. de Cavia ya el 21 de abrilde 1881 publica un sugestivo artículo sobre el tema bajo el título<‘La venida del Mesías>’; aparecensucesivos editoriales en primerapáginacon títulos como «La venida de los judíos» (1 de junio de 1881).El también conocido periodista Isidoro FernándezFlórez publica enla conocidasecciónde «Los lunes del Imparcial» un importantearticu-lo sobre el tema «La venida de los judíos. La dinastía de los Reyesde Europa.La esperanza»~. Infinidad de notas,comentarioscondenan-do el antisemitismo y solidarizándosecon el gobierno de Sagastaypresionandodesdesuspáginaspara que el regresode los judíos fueseun hecho y se les acogieseno sólo como un acto simbólico, sino tam-bién que se les proporcionasetierras y medios de trabajo. Así comoduros ataquesa la política de los conservadores,que se oponían aesta medida, He aquí algún párrafo en el que manifiesta su posiciónsobreel asunto:

«1-lásele presentadoal gobierno actual una fcli7, coyuntura dc dejar buenamemoria. Algo nos valdrá al conseguirlosinjerir en el cuerpo nacional algunasgotasdesangreaplicadaal trabajoque no ir mendigandopor Europapolémicasde primer o sueñosde dominación másallá de nuestrasfronteras.Hemos de ayu-darles los que sentimos agitarsenuestraalma para todo lo que es verdadera-mente noble y grandepara la historia. Comencemospor ayudar los buenospro-pósitos dcl gobiernosi los tiene de verdaderatranscendencia,recordandoparavergúcuzade todaslas intoleranciascómo salieron de este país los judíos, queahora vuelven hacia él la vista, y cómo les es debida una reparaciónde lasafrentas e inhumanidadesque con ellos usó el fanatismoreligioso.»

(EJLiberal, «Lavenidade los judíos>’, 1-6-1881,1?página.)

La misma línea siguen periódicoscomo El Imparcial (el de mayortirada entonces).Con artículos editoriales de primera página como

Diario El Liberal,25-V-1881 2?pág.

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«Los precedenteshistóricos»(19-6-1881),«Los judíos» (18-6-1881),etc.,que siguen la misma línea de apoyo a la causajudía e incluso haceuna denuncia a la ignoranciapopular en torno al tema.

Los otros periódicos de matiz liberal como El Correo, órgano delpartido de Sagasta,hacenun apoyo a la causajudía e incluso sus pá-ginas son utilizadas por entidadescomo la SociedadEconómicaMatri-tenseque felicitan al rey Alfonso XII por el gesto de apoyara la causa

lojudia

La Aliance Israelite Universelle publica en suspáginasnotas de so-corro para los judíos en Rusia. Lo mismo que El Globo, de Castelar,yque el diario progresistaLa Ibería, y abrenuna campañade condenadel antisemitismoy de apoyo al gobierno liberal en su acción de repa-triar judíos.

Esta línea mantenidapor la prensaliberal provoca la polémicaso-bre esteasuntocon otras corrientes de opinión como eran la conser-vadora y el integrismo católico aunque con bastantesmatizaciones.

Así el órgano de expresión canovista La Epoca, que también seocupaabundantementedel temamantienelo mismo que otros diariosde su misma tendenciaposiciones más eclécticas,pues,por un lado,reconocenlas aportacionesde los judíos a la cultura española,criticanal antisemitismoy no se oponena la venida de los judíos, pero sí a lapolítica desplegadapor el gobierno liberal de repatriarlos.

La cuestión judía se convierte, pues,en arma política. Aparecensendos artículos editoriales en periódicos como La Epoca «La veni-da de los judíos» (3-6-1881), «Los judíos>’ (27-6-1881),«Informalidad»(18-6-1881), «Ibrahím Fusius» (21-6-188i). En ellos critica la posicióndel gobierno liberal de repatriar a los judíos y acepta,sin embargo,lavenida de los financieros judíos. En estemismo sentido se manifiestaLa Correspondenciade España,La Ilustración Españolay Americana,que también sostienenla postura de la pérdida irreparableque desdemuchospuntosde vista supusola expulsióndelos judíos de España,asícomo hacen una dura crítica a la Inquisición, si bien la considerancomo un productohistórico del contextode la época.

La terceraposición vendríaa estar representadapor la prensa ca-tólica en dos vertientes:La primera, el integrismo católico vinculadopolíticamenteal carlismo, y la segunda,a la propia Iglesiaespañola>‘

El órganode expresiónque mejor caracterizaa la primera posiciónes,sin duda,El Siglo Futuro. Es, quizá, el que con máscrudezay furoratacaa los judíos y critica duramentela posición del gobiernoliberalde Sagastade repatriarlos. Apoya las campañasantisemitasen Euro-

10 Diario El Correo, 19-VI-1881, t pág. Manifiesto público de dicha entidadpresididapor Alberto Bosch, en favor de la repatriación de los judíos.

II Estalínea ideológicaestabarepresentadapor la Revistareligiosade La Cruzque representabamás o menosla ideología oficial de la Iglesia española.

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pa,así como el hechohistóricode la expulsiónde losmismosy sealmeaasí con las posicionesmás radicalesantisemitas de Europa. En estesentido se manifiestan también periódicos afines, como La Fe, El Es-tandarte,El Fénix, etc.

Pero dondela prensaintegrista utiliza másla cuestiónjudía es pre-cisamentecontra las corrientes liberales que apoyan la causajudía,y así duranteel períodode 1881-1882aparecenartículos editorialescontítulos tan llamativos como «Judíosy Liberales»(22-6-1881),«Católicosy Judíos en Rusia» (9-6-1881), «Persecucióna los judíos en Rusia’>(19-6-1881),etc. La utilización de la cuestión judía como arma de ata-quealos liberalesfue muy corrienteen estaprensa,así como a la iden-tificación de judíos con liberal y masón.Esta corriente está decidida-mente en contra de la repatriación de los judíos por el gobierno deSagasta.Se alineancon estaprensavarios autoresintegristascomo elfilósofo Ortí y Lara, el padre Tinco de Heredia que publica en juliode 1881 cl opúsculo «Los judíos en España»,Casabóy Pagésque pu-blica en 1891 «La Españajudía». Todos estos autoresmantienenposi-dones antisemitas vinculadasa la ortodoxia nacional católica~

En cuantoa la posiciónde la Iglesiaespañolase muestramás ecléc-tica. La revista La Cruz, que representa,más o menos,la posición ofi-cial de la Iglesiaespañola,enfocael problemasiguiendolas directricesdel PapaLeón XIII de condenaal antisemitimo. Aunque en cuantoalproblemajudío lo justifica en parte,así como a los movimientosanti-semitas culpando a los judíos de ser los provocadores.Inicia una pu-blicación continua y sistemáticade una serie de artículos contra losjudíos como enemigos de la Iglesia, durantelos años 1881-82 y 1883,y publica en suspáginascartasde organizacionesantisemitaseuropeastratandode disuadir a los españolesde que den acogidaa los judíos.Mantiene,por tanto,una líneaun tanto diferenciadadel integrismo, entanto que condena el antisemitismo, pero es manifiesta su posiciónantijudia al enfocar el problemadesdeun punto de vista histórico.

Una vez hechaestabreve síntesisdel problemajudío en la opiniónpública española,¿cuál fue la orientaciónde la política exterior de laRestauración,de los gobiernosde la Restauración,desde 1874 hasta1900 haciael problemajudío enEspaña?

b) La política exterior de la Restauración (1874-1900)y la cuestiónjudía.

Es evidenteque tanto los gobiernosliberales de Sagastacomo losconservadoresde Cánovasbuscabanen supolítica exterior un refrendo

12 Aparte de los artículos del Diario integristaEl Siglo Futuro, la corriente in-tegristaabre unacampañacontra los liberales y judíos bajo los efectos del am-

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a la monarquíaconstitucional de Alfonso XII, aunquese notarandife-rencias importantes en la consecuciónde este objetivo. Cánovasman-tenía su tradicional política de recogimiento y aislacionismo y tansólo manteníaalianzasde carácterpreventivo. Los gobiernospresididospor Sagasta,aunqueno tuvieran un excesivoprotagonismoen la po>1-tica exterior europea,sin embargo,eranpartidarios dc estarmás pre-sentesen el escenariopolítico de la Europa de la época.Mantenían,por tanto, una política de mayor aperturismo de cara a un respaldode los gobiernos liberales de Europa para dar un carácterde apoyoen este sentidoa la monarquíade Alfonso XII. Los dos hombresquedirigieron estapolítica durantelos períodosdel Partido Liberal en elsiglo xix fueron, en 1881-1883,el marquésde la Vega Armijo, en 1885-1887 SegismundoMoret y desde1887 a 1890 nuevamenteeí marquésdela VegaArmijo 13

En la cuestión judía esta política se hacenotar sensiblemente.Asídurante los Pogromsdel sur de Rusia,en los años 1881-82,el GabineteSagastaa través del marquésde la Vega Armijo y con el respaldodelpropio rey da instruccionesa los diplomáticos españolesen aquellospaises donde el problema judío tenía mayor virulencia> como eranRusia, Rumania, Turquía, Servia> Polonia, etc., comunicando a loshebreos la decisión españolade abrirles las puertas de España.Asíel marquésde Camposagrado,ministro plenipotenciario en San Fe-tersburgo, Juan Pedrode Aladro de Bucarest,el conde de RascónenConstantinoplarecibeninstruccionesen estesentidoen las fechascom-prendidasentreel 15 de junio y el 24 de julio de 1881. El resultadodeestasaccionesdiplomáticas,como hemos podido sabera travésde losarchivosdel Ministerio de Asuntos Exteriores,es que los diplomáticosespañolesentranen contactocon los judíos que huyendo de la perse-cución de Rusia y Rumaniaquieran venir a España,con el resultadode que tan sólo oficialmenteun grupo de unas51 familias judías llegaa Barcelonaprocedentesde Constantinoplay merceda los esfuerzosdel ministro españolcondede Rascón~

Si bien es cierto que el númerode judíos hubierasido mucho ma-yor si el gobierno españolhubieseaccedidoa pagarleseí pasaje,pues,aunqueestabadispuestoa abrirles las puertasno se comprometió a

biente reinante. Sobre este aspectovéase: A. Tinco de Heredia, Los judíos enEspaña, Madrid, 1881; P. Casabóy Pagés,La España judía, Barcelona,1891, yM. Ortí Lara, La Inquisición, Madrid, 1877.

‘3 Véase1. Salom Costa,España en la Europa de Bismarck(1875-1881).La Po-lítica exterior de Cdnovas, C.S.I.C., Madrid, 1967, pág. 414; J. Becker, II.> de lasrelacionesexterioresde España, tomo III, Madrid, 1926, págs.206-209,y 1. MaríaJoyce,Polilica, diplomacia y hnn,anisn2opopular en la Españatía! siglo XJ.V, Mn-drid, 1976, pñgs.118 y ss.

‘4 MA. E. (Legajo 1778). Desp. 102, 107. (SerieCorrespondencia.Turquía.>

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pagar el citado pasajeen sendasnotas enviadasa Constantinoplael8 dc julio y a San Petersburgo,el 12 del mismo mes de 1881 ‘~.

Más tarde, a finales de 1886 o comienzosde 1887, con la instaura-ción en el podernuevamentedel PartidoLiberal de Sagasta,Segismuwdo Moret, entoncesministro de Estado, intenta establecerrelacionescomercialesy culturalescon los judíos de origen españolde Rumaniay zonasdel Mar Negro, para lo cual requierenal entonceslegado di-plomático en Bucarest,M. del Moral, las posibilidadesde establecerrelacionescomercialescon los judíos españolesdel área. Del Moralcontestacon un extensoinforme el 30 de diciembrede 1886, explicán-dole detalladamentela situación de los judíos españolesy las posibili-dadesde establecerrelacionescomercialescon ellos, así como el statussocial, económico,etc. de la comunidad judeo-española,haciendo es-pecial hincapiéen el grado de deterioro que sufia el castellanoentrelas comunidadessefarditas.A travésde esteimportante informe pode-moscalibrar las escasasposibilidadesde relacióncomercial entreaque-líos judíos al estar éstos plenamente integrados en la sociedadru-mana1

No desanimóel informe a Moret que,en fecha 17 de enero de 1887,envió una real orden a Del Moral en la que fija las línea generalesdela política exterior españolacon respecto a los judíos españolesdela zona.

En opinión de Moret los judíos podían ser utilizados como repre-sentantesde los interesesespañolesen esa zona del Mar Negro desdeel punto de vista comercial,y muestratambién supreocupaciónpor eldeteriorodel idioma castellanoentre las comunidadessefarditas,puesaquí, segúnMoret, era donde debía de darse el primer paso creandoescuelase institutos para mantener la vinculación con España,pro-blemaésteque ya propusoel condede Rascónen el año 1881, a imita-ción de francesese ingleses.No poseemosel restode la documentaciónextraviadapor lo cual no podemossabercuál fue la solución de esteasunto,aunquebien patentesquedanel interés y la posición del go-bierno liberal de Sagasta17

En cuantoa los períodosregidospor los conservadoresde Cánovas,aunqueno oponiéndoseal regresode los judíos muestraun gradodereservamucho mayor y así podemoscomprobarcómo al final de 1891y principios de 1892 un grupo de judíos de Odessaa través de] repre-sentanteespañolen aquella ciudad y el ministro plenipotenciarioenSan Petersburgo,todavía M. Camposagrado,pide asilo político en Es-paña. La respuestadel entoncesministro de Estado del gobierno Cá-

~ M. A. E. Legajo1778. TeLegramascifradosnúm. 13 y 15(8 y 12 de julio). SerieCorrespondencia,Turquia.

16 MA. E. (Legajo 1716). 5. Correspondencia.Desp.115 (Rumania).17 M. A. E. (Legajo 1716). 5. Correspondencia.Desp. 115 (Rumania-Anexo).

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novas,CarlosO’Donnell, duquede Tetuán,seproduceel 27-1-1892.Pues>que aunqueno oponiéndoseal regresode los judíos a España,negabade antemanotodaaportacióneconómicaremarcándoloclaramenteconestaspalabras: <‘Pues crearíaun acuerdo tácito con ellos 8

En este sentido la respuestadada por el gobierno de Cánovasescoherentecon la línea política mantenidadurantelos años 1881-1882,cuandola polémicacon los mediosliberalesal apoyar la causadel re-torno de los judíos.

Las Legacionesdiplomáticas españolasen Europa central y orientaly el problerna judío.

Otro aspectoimportante de la cuestión es la posición de las lega-ciones diplomáticas españolasen las áreas de mayor antisemitismo.A través de la documentacióndel Ministerio de Asuntos Exteriores,hemospodido comprobarcómo la cuestiónjudía en Europafue segui-da por los diplomáticos españolesobservandoinstruccionesdel gobier-no de Sagastade estarinformadosde la cuestión,coherenteen supolí-tica de estarmás presentesen los asuntosde la Europade la época,e informan puntualmentesobreesteasuntoespecialmenteen los años1881, 1882, 1883, 1885, 1886, 1887 y en 1889 sobreel desarrollo del mo-vimiento sionista.

Los legadosdiplomáticosen Europacentral y oriental condenanelantisemitismo.Así A. Lovenverg,cónsul españolen Varsovia, fue testi-go presencialde los pogrorns de Navidad de 1881-82 y envíaa peticiónde Camposagradoinformes precisos,y analiza las causasdel antisemi-tismo como un elementocomplejo de matiz social, nacionalistay deinfiltración de elementosextranjeros. El marquésde CamposagradodesdeSan Petersburgopor estasmismasfechasmantieneinformado aVega de Armijo sobre la situación social humillante de los judíos enRusia e intenta la repatriación desdela ciudad de Odessa.Desdeestamisma ciudad los cónsules españolesJesús Gómez y Juan Gutiérreza petición del ministro de Estado españolexplican en valiosos infor-mes la situaciónjudía en el área,en los años1881-82”. A. Conte,minis-tro plenipotenciarioen Viena mantieneinformado al gobiernoespañolsobreel antisemitismo austriacoy envía informes detalladossobrelascausasmas profundasque originan el movimiento antijudio en el Im-perio Austro-húngaro;es muy importante suposición contraria al anti-semitismoy a los móviles turbios que lo animan,causaque exponeenun extensoy esclarecedorinforme que envía a Madrid, el 3 de agosto

“ MA. E. Leg.2.649.SeriePolítica. Desp.1 (Rusia).“ M. A. E. Leg. 1991.SerieCorrespondencia.Desps.41 y 89. Consulados(Odessa).

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de 1883, sobre el famoso casodel crimen ritual de la ciudadhúngarade Tizza Esalar que alcanzó un amplio eco en la opinión pública

A’europea -

En el áreabalcánicaya en 1881 Juan Pedro de Aladro, aparte delas gestionesya citadas para la repatriación de judíos siguiendo lasinstruccionesde Vega Armi jo, informa detalladamenteal gobiernoes-pañol sobreel problemaantisemitaen Rumania,en informe con fechade 24-8-1881y de la situación de los judíos que emigrana través de laciudad de Galatz, lo mismo que años más tarde, en 1886--87, lo haceDel Moral sobrelos judíos españolesy el condede Rascónen Gontan-tinopla en los 1881-8221

En cuanto al desarrollodel movimiento sionista fue mucho menor,aunquedebido al alcanceeuropeodel movimiento preocupaa las can-cillerías europeas,puesel propio embajadorruso en Madrid, DimitrySlevich, siguiendoinstruccionesde su gobierno informa a Silvela, confecha 16-4-1899,requiriéndolesi el determinadomovimiento judío teníaen Españala misma actividadque en otros paisesde Europa,y le envíaun informe secretosobreel desarrollodel sionismoy susimplicacionespolíticas. El presidentedel gobierno, entoncesFranciscoSilvela, con-testa anunciándolela total ausenciade actividad de los sionistasenEspañadebido al escasísimonúmero de judíos que residían en Es-

— 22

pana -

Las reaccionesinternacionalesante la decisión españolade repatriarjudíos.

El hechodela decisiónde la política exterior de Sagastade respaldardiplomáticamentea la causajudía tuvo ecointernacional,como lo prue-ban las reaccionesde todo tipo que se sucedieronen Europa.Por unlado, las monarquíasparlamentariasen dondeexistía un número im-portantede judíos y que teníanun pesoimportante en la vida políticay en otros sectoresdel país.Tal era el casode la Gran Bretaña dondeel propio corresponsaldel periódico Standard, a los pocos días deanunciarsela decisión del gobierno sobre los judíos, el 24 de juniode 1881, publica un extensoeditorial que tiene amplio eco en el ReinoUnido bajo el título «Los judíos en España»,en el cual se congratulade la decisión y la enjuicia como el efecto de una Españaliberal y to-lerante contraponiéndolaa la posición de los conservadoresy otrosgrupos políticos afines. A los pocos días, el 30 de junio, el Ayunta-miento de Londres reunido en sesión extraordinaria envía el acta defelicitación al propio rey de Españacongratulándosedé la medida, y,

~«MA-E. Legajo1.369.Serie Correspondencia.Desp.75, Austria.21 Ibídem. Legajo 1716. Rumania,Serie Correspondencia,años 1881-1887.~ MA E. Legajo 2.649. Serie Política, Desp. núm. 1, informe secreto(Rusia).

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136 Isidro GonzálezGarcía

el 8 de julio, el diario Tite Times publica una cartapersonaldel presi-dentedel gobiernoespañolPraxedesSagastaa Mr. Guedalla explicán-dole las causaspor las que el gobierno españolabre las puertasa losjudíos españoles,en virtud de las ideas liberales y de tolerancia nosiendo necesariopor tanto derogarel edicto de expulsiónde 1492. Seproducen reaccionesfavorables también en la prensa austriaca,puesmuchos rabinos felicitan al propio rey y periódicos como La Corres-pondenciade Viena se congratulanen la medida. Varios judíos sefar-ditas envíancartasa los periódicosespañolescomo la citadadeIbrahimFusiusa La Epoca,etc. it

Por otro lado, estasreaccionesfavorablestuvieron también su con-trapunto aunquemenor en las organizacionesantisemitas europeasyasí una organizaciónantisemitaalemanaenvíaa la revista eclesiásticaLa Cruz una carta bajo el llamativo título de «Españolesno acojáis alos judíos», que dicha revista la publica con cierta intencjonalidadpo-lítica, pues muchosdiarios españolesse negarona publicarla. En ellase vierten ataquesa los judíos y se trata de disuadir a los españolesde que acojan a los judíos, cuestión ésta que está apoyadadesdeelinterior del país, como hemos podido comprobarpor la corriente in-tegristaya citada24

e) Los intelectualesespañolesy la cuestiónjudía.

La evolución del problemajudío preocupaa los intelectualesespa-ñoles,aunquesi bien con cierta anterioridadsehabíansentidoatraídospor el. teína de una maneraun tanto esporádica,sobre todo, a travésde libros de viajes como el de Borrow en 1837, la cuestiónchueta,etc.Pero, es evidenteque, a partir de 1869, el problemajudío se planteócon todos los ingredientespropios de unapolémicahistórica; yahemosaludido antesa la polémica mantenidaen dichas Cortes,el 12-41869,por Castelary Monterola, sobreel problemajudío en España.A partirde aquí se suelendibujar tres corrientes,más o menos definidas, queya se vieron confirmadasen el campode la opinión pública.

La primera arranca de las corrientes que reivindican una nuevavisión de la historia de España,sobre el pasadojudío y que inicia unmovimiento revisionista en estesentido,así como de una crítica muyduraal antisemitismoeuropeo.

Una segundaposición estaría representadapor intelectuales,quedefendiendoaspectosparciales de la cuestiónjudía, así como la con-denadel antisemitismoeuropcoy la aportaciónde los judíos a la cuí-

23 M. A. E. Legajo 1.571,5. Correspondencia,Desps.núms. 469, 496, 499, G. Ere-taña.

24 RevistaLa Cruz, tomoTI, año1881, págs.41 8-420.

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tura española,justifican la expulsión de los judíos y la Inquisicióncomo una circunstanciadel contextohistórico del momento.

La tercera posición estaríaintegrada por un grupo radical vincu-lado a sectoresintegristascatólicosy a las corrientesabsolutistas,queentreotras cosasjustifican el antisemitismoactual, y defiendenla In-quisición y la expulsiónde los judíos bajo unaóptica nacional-católica.Esta división es un tanto acomodaticia,como luego se verá, puesestállena de matizaciones.

En el primer grupo destacala figura de Emilio Castelar,que es sindudael mayor defensorde la causajudía, critica duramenteel antise-mitismo, la Inquisición, la expulsión de los judíos, y de él arranca elrevisionismo histórico en torno a estacuestión.Ya en 1861, defiendela causajudía en un discursoen el Ateneode Madrid, y en 1869 se pro-duceel famosodebatecon Monterola. En el año 1877 publica su obraRecuerdosde Italia, en la que hace una dura condenaal antisemitis-mo y describecon crudezael ghetto judío de Roma,y denunciael pro-blema chuetamallorquín. En 1881, coincidiendocon el antisemitismo,en el sur de Rusia, escribesu obra La RusiaContemporánea(Bocetoshistóricos), en la que critica duramente el antisemitismo ruso y yaal final de su vida en 1899, publica su crónica internacional sobre lasituación europeaen la cual denunciael antisemitismo del casoDreyf-fus, la judeofobiadel alcaldeLuger, etc. ‘~.

De la inspiración ideológicade Castelary de su grupo político sal-drán,más tarde,los más ardientesdefensoresde la causajudía: el doc-tor Baselga, Isidoro López Lapuya, y, el más importante, el doctorPulido.

Otro grupo que se almeacon el propio Castelarson los profesoreskrausistas,Salmerón,Altamira, etc.,y su órganode difusiónEl Boletínde la Institución se convierteen ardientedefensorde la causajudía yun decidido impulsor de la defensade la lenguacastellana,entre lossefarditas,manteniendocorrespondenciacon los mismos,como el casodel profesor Haim Bedjarano,en los años 1881-1883.Galdósdenunciaen varias de sus obras,precisamenteen esta época 1887, y añossuce-sivos, la intolerancia religiosa contra los judíos como un recuerdohis-tórico; estehecho se puedeapreciar en su novela Gloria. El problemasefarditay la vinculación de los judíos del norte de Africa con España,así como la conservacióndel idioma, etc., aparecetambién en Galdósen suobraAita Tettouen(EpisodiosNacionales,publicadoen 1905).Cu-riosamenteel mismo año en que aparecela principal obra del doctorPulido, Españolessin patria y la raza sefardí, Galdós influido cierta-

25 Pareceser quelas obrascitadasfueron escritasbajo la polémicasuscitadaen Españapor la cuestiónjudía, y asílo confirma Amador de los Ríos en el epí-logo de so libro publicado aquel año. Véaseit Amador de los Ríos, U.> social,políticay religiosa de ¿os judíos de Españay Portugal, Madrid, 1877, págs.856-857.

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mente por los acontecimientosde la épocaen torno a los judíos enEspaña,refleja estacuestiónen susobras.

La toma de conciencia de la capa intelectual liberal es evidente,pues,y el 30 de diciembrede 1886, 1. López Lapuyacreael centro deinmigración israelita; pareceser que el propio Castelarfunda otro, y,en aquellasmismasfechasde final de 1886 y el 11-2-1887,se producenlas interpelacionesdel doctor Baselgaal gobierno de Sagastasobrelas condicionesque éste imponía a los judíos que emigraban de Ru-

26manía -

El segundogrupo al que hemosaludido tuvo también una nutridarepresentación,destacandoentre otros Valera> M. Pelayo, CánovasyE. PardoBazán.

Valeracomo buen europeístay un buen conocedorde la historia deEspañase ocupaabundantementedel tema y estálleno de alusionesala cuestión judía en esta época.Por una parte, haceuna denuncia alinflujo nefastode la Inquisición en la cultura española,acusaal fana-tismo religiosoquerecogemuy bien en un discursoacadémicoen 1869,titulado «Del influjo de la Inquisición y del fanatismoreligioso en ladecadenciade la Literatura española>’.En estesentidoValera observalas limitaciones que supusopara la cultura españolala Inquisición yla expulsión de los judíos. En otro plano, Valera consideraque estefenómenorespondíaa un contextohistórico del siglo xvi y nuncaa uncálculo político deliberado como, segúnél, pretendíanlos liberales, ylo enjuicia lo mismo que M. Pelayo,Cánovas,cte., dentrode la corrien-te de la ortodoxia nacionalcatólica de la época.Es opuestoa la repa-triación dc los judíos en aquel momento como hechopolítico pocore-comendabley en el que segúnsu propia expresión:

~Si de lo que necesitamoses de gente laboriosa, dada a los trabajos mecá-nicos o industriales, los judíos son quienes menos falta nos hacen. Son inteli-gentes y poco trabajadores(...) atraen hacia sí la riqueza, pero no la crean.Son grandesmúsicos,poetas, banqueros,filósofos, pero no fabricantes y agri-cultores»27

En cuanto al antisemitismoeuropeolo critica duramentelo mismoque critica a las corrientesintegristas que se alineancon las posturasantisemitaseuropeasy justifican el antisemitismo,así como la Inqui-sición y la expulsión de los judíos, y arremeteduramentecontra unode los más conspicuosrepresentantesdel integrismocatólico, Ortí yLara,en su obra Crítica sobre Historia Política, publicadaen 1869, asícomo también se convierteen uno de los defensoresen Españade la

26 VéaseHa~m Avmi, España,Franco y los judíos,Ed. Altalena, Madrid, 1982,págs.19, y J. CaroBaroja, FI: de los Judíos de Españay Portugal, Ed. Istmo, Ma-drid, 1975, págs.211-212.

~ J. Valera, «La libertad y revolución religiosa en España>’,Madrid, 1869. Pu-bEcadoenObras Completas,págs.1831.

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causade Dreyffus y ya al final de suvida> en 1905, es uno de los escri-tores que apoyó la causadel doctor Pulido en pro del acercamientoalos sefarditas28

Esta posición de Valera era bastantegeneralizadaen muchosescri-tores como era el caso de los ya citados,aunqueen alguno de ellos,como era el caso de la Pardo Bazán,apareceun trasfondo antisemitainfluido por las corrientesantisemitaseuropeas,como era el caso desunovela La prueba,publicada en 1898,aunquetambién más tarde, lomismo que Valera se sumaa la causade Pulido en 1905.

El tercer grupo estaría representadopor elementosintegristas en-tre los que destacanOrtí y Lara, Tineo de Heredia,Casabóy Pagésydeterminadossectores de la Iglesia.

En 1877, Ortí y Lara publica La Inquisición que previamentehabíasido publicado por fascículos en el diario integrista El Siglo Futuro.Ortí y Lara vierte en suobrala teoríade la legitimidadde la Inquisición,la expulsióndelos judíos y la necesidadde reimplantaríacomo vínculode unión entre los católicos, defiende las corrientes absolutistasy aFernandoVII por reimplantar la Inquisición. La mayoríade los ata-quesvan dirigidos contra los católicosaperturistasque defiendenposi-ciones de acercamientoa los judíos como era el caso, más tarde en

291881, de Alejandro Pidal y Mon, presidentede la Unión Católica -

En estemismo sentidosemanifiestaP. Casabóy Pagés,en su obraLa Españajudía, publicada en 1891, en la que se apoyaal antisemitis-mo y también lanza duros ataques,lo mismo que Ortí y Lara, a Pidaly Mon por suvinculación a las sociedadesde Ferrocarrilesligadasa laBancaRothschild, justifica el antisemitismoeuropeo,critica duramen-te la acción del gobierno Sagastade repatriar a los judíos y lanza du-ras criticas a los chuetasmallorquines,problemaéstesiempre latentecomo lo demuestraque ya en 1877 se suscitarala famosacontroversiasobrela marginacióndel clero mallorquín de origen chuetadefendidapor 1. Taronji y criticado por un determinadosectordel clero integris-ta deMallorca.

En este mismo sentido, la revista La Cruz inicia una campañadeprensacontra los políticos liberales, acusándolesde judíos masones,sobre todo, en los años 1886-87, en los que el propio gabinetede Sa-gastaiñtenta el contactocon los judíos sefarditasy se creanlos centrosde inmigración israelita integradospor liberales.

Toda estasituación someramenteexpuestarespondea que la inter-pretación de la cuestión judía en Españaestabamediatizadapor lalucha ideológica,a los vaivenespolíticos y a los condicionamientoshis-tóricos del pasado.

28 J. Valera, «Estudioscríticos sobrefilosofía y religión», Madrid, 1898, ObrasComp/elas, págs.2026.

29 p~ Casabóy Pagés,La Españajudía, Barcelona,1891, págs. 100-107.

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