espacio xxi

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FUNDACION COLOSIO FILIAL YUCATÁN A.C. LUIS DONALDO Colosio SU LEGADO REAL PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL SU VISIÓN DE DEMOCRACIA Y DESARROLLO Marzo 2011 01 SIMPOSIUM, contrastando políticas públicas

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Revista de la Fundación Colosio A. C. filial Yucatán

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Page 1: ESPACIO XXI

FUNDACION COLOSIO FILIAL YUCATÁN A.C.

LUIS DONALDO

ColosioSU LEGADO REAL PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

SU VISIÓN DE DEMOCRACIA Y DESARROLLO

Marzo 201101

SIMPOSIUM, contrastando políticas públicas

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Después de algunos años y mucho esfuerzo, por fin hoy logra-mos el primer paso de un anhelado y solicitado proyecto: La revista de la Fundación Colosio, filial Yucatán, cuyos antece-dentes se remontan a muchos años atrás, un par de números que no pudieron tener continuidad por falta de recursos sufi-cientes.

Es hoy un grato placer presentar este número virtual de una revista que tiene como función ser la plataforma de ex-presión de las voces inteligentes que tienen algo que decir so-bre el acontecer político de nuestra entidad y nuestro país.

Es importante aclarar que ESPACIO XXI es una revista plural, que acoge entre sus páginas a todas las corrientes de pensamiento, con la intención de impulsar la consolidación de la cultura política democrática en México y apoyar en esa tarea al Partido Revolucionario Institucional, como indican los estatutos de la Fundación Colosio.

En este orden de ideas, queda claro que ESPACIO XXI es el órgano de comunicación de la Fundación Colosio, Filial Yu-catán.

Hoy aparecemos como un punto en el ciberespacio, con la pretensión de que, la versión física, de tinta y papel, pron-to pueda estar en las manos de las personas interesadas en los contenidos que aquí tratamos.

Iniciamos con seis artículos, de personajes destacados de nuestra sociedad, que plantean libremente sus ideas, en tor-no a una gama de temas, con la única limitante de sus propias palabras, y con el compromiso de la seriedad y la honestidad.

Queremos agradecer el apoyo brindado a todos quienes hicieron posible la culminación del esfuerzo empeñado, y mantienen el encargo de seguir trabajando para las siguientes fases del proyecto.

Editorial

MUCHAS GRACIAS

DIRECTORIO

MTRO. LUIS HEVIA JIMÉNEZ

PRESIDENTE DEL CDE DEL PRI

C. P. JANICE ESCOBEDO SALAZAR

SECRETARIA GENERAL DEL CDE DEL PRI

MTRA. LIZBETH CARRILLO BELTRÁN

PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN

COLOSIO / FILIAL YUCATÁN

PROFR. FAUSTO FRANCO SOSA

DIRECTOR EDITORIAL

Arte y Diseño

D.G. Cecilia Gorostieta Monjaraz

Espacio XXI es un órgano de divulgación de la

Fundación Colosio Filial Yucatán A.C.

Año I. No. 1 marzo de 2011.

El contenido de los artículos es responsabilidad

de los autores.

Registro en trámite.

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ARTICULOS

Guillermo Cortés González

Verónica García Rodríguez

Aroldo Quijano Molina

EL LEGADO REAL DECOLOSIOPARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

MUJERESQUE CANTAN LA LIBERTAD

MEXICOANTE EL CAMBIO CLIMATICO, LA GRAN ENCRUCIJADA

Edmundo René Verde Pinzón

LA JUSTICIADISTRIBUTIVA EN

EL GOBIERNO DE LA NUEVA MAYORÍA

SU VISIÓN DE DEMOCRACIA Y DESARROLLO

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LUIS DONALDO COLOSIO

Raúl Vela Sosa

EL PENSAMIENTO POLÍTICO–ECONÓMICO DE

LUIS DONALDO

Mario Pavía Aguilar Carlos Mejía Gómez IMÁGENES

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SIMPOSIUMCONTRASTANDO POLÍTICAS PÚBLICAS:LA DIFERENCIA EN LOS RESULTADOS DELAS ACCIONES DE GOBIERNO

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El discurso del 6 de marzo de 1994, en el que Luis Donaldo Colosio Murrieta dibujó un México agraviado por el ham-bre, la falta de empleo, de justicia, de seguridad, de oportunidades de progre-so y de desarrollo económico, constitu-yó, en su momento, la pieza de orato-ria más representativa de una plataforma partidaria, y con el paso del tiempo se transformó en uno de los documentos políticos más perdurables de la literatu-ra política del México contemporáneo.

Las dos ideas centrales que Colosio destaca en ese discurso, expresan los anhelos de una sociedad de mediados de los años noventa que se enfrentaba al agotamiento de un modelo de creci-miento económico con el fin del Esta-do de bienestar, y a las imperfecciones de un sistema de elecciones que apenas inauguraba el funcionamiento de una institución con claros propósitos de dar

ARTICULO

su visión de Democracia y Desarrollo

L U I S D O N A L D O

certidumbre a la voluntad popular.El binomio democracia y desarrollo

son los elementos que Colosio aborda pretendiendo articularlos como ejes ne-cesarios para que Estado y Sociedad se relacionen a partir del compromiso de traducir los avances democráticos en de-sarrollo económico y equidad social.

“Reformar el poder” fue una frase que expresa la apuesta política de Luis Donaldo, la cual se contrapuso a las for-mas de ejercer el poder, por parte de las élites, que sólo fomentaban el clientelis-mo en lo político y el corporativismo en lo económico, y que finalmente abona-ban al subdesarrollo político y al retraso económico.

No cabe duda que Colosio se nutrió de las experiencias de los cambios mun-diales, en particular de los aconteci-mientos en América Latina, en donde quedaba claro que la democracia no se

COLOSIO

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limitaba al establecimiento de institucio-nes y cumplimiento de reglas. La demo-cracia demuestra que funciona cuando fomenta la igualdad de oportunidades, el mejoramiento de niveles de vida, y cuando los ciudadanos tienen acceso a espacios de realización personal.

En los regímenes autoritarios, la sociedad civil que puede estar viviendo los beneficios de una estabilidad econó-mica, no dejará de pugnar por los cambios necesarios para transitar hacia una democracia que facilite la instaura-ción de condiciones económicas con mejoras sociales, situación que contri-buirá a que permanezca y se perfeccione el proceso democrático. No es la demo-cracia requisito indispensable para arribar al desarrollo económico ni viceversa, pero la articulación entre ambas es fundamental.

Colosio dirigió su voz a quienes no eran escuchados, pues las estructuras de poder aludidas en un México lleno de desigualdades como lo denunció en su célebre discurso, eran precisamente las beneficiadas con la concentración de la riqueza, y pensar que cambiarían su ac-titud, era suponer que actuarían contra

su propia lógica. Los que no eran escu-chados, son las grandes mayorías na-cionales, a quienes convocó a dirigir su energía para influir en la transformación del país, a través de expresarse con su voto, es decir, a través de darle fuerza al sufragio para hacer del impulso popular un gobierno surgido de una verdadera participación democrática, ligado enton-ces a los intereses y necesidades de desa-rrollo económico y social.

En la arenga de Luis Donaldo, la de-mocracia es vista como un objetivo de la sociedad pero también como un me-dio para lograr reducir las brechas de desigualdad. Si bien la democracia en sí no viene a garantizar que los niveles de bienestar mejoren, tampoco se pue-de estar de acuerdo con la tesis de que los procesos democráticos recientes en nuestro continente han tenido saldos de desencanto entre la población -como di-cen sus detractores- por no haber sido lo suficientemente efectivos como para sa-tisfacer todas las necesidades sociales. No es la democracia la que ha fallado, son los estilos de gobernar que no han podido construir mejores tramos en la ruta del crecimiento, en donde los ciu-

“Veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso…”

Raúl Vela Sosa

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Yo veo un México

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dadanos logren realizaciones en los ám-bitos económico, político, social y cul-tural. Las explicaciones tienen orígenes externos e internos, pero es la inteligen-cia y el liderazgo de los gobernantes lo que empuja hacia estrategias que sus-tenten, mediante un diálogo democráti-co entre los sectores y el reconocimien-to a los pesos reales de la representación política, nuevas formas de fomentar la igualdad de oportunidades. Un modelo de estabilidad con progreso económico y legitimidad política, lo representó Lula en Brasil.

“Dice más el ejemplo que la pala-bra”, fue una frase de Colosio al ren-dir protesta como candidato a la presi-dencia de la República el 8 de diciembre de 1993. “Honestidad y fortalecimiento de nuestra ética pública” fue otra máxi-ma en esa misma fecha. Bajo esas pre-misas es que definió en marzo de 1994 que “el gran reclamo de México es la de-mocracia. El país la quiere ejercer a ca-balidad”. ¿Para qué hacía suyo Colosio el gran reclamo de la democracia efecti-va? Para terminar con el México que vis-lumbraba como el país agraviado.

Así como el héroe norteamericano de los derechos civiles Martin Luther King, impresionó a sus compatriotas con su discurso a las orillas del río Po-tomac en la capital de su nación, con su frase “I have a dream”, que se ha repe-tido en muchos textos desde entonces. Luis Donaldo Colosio escribió en la his-toria política de México, su frase “Yo veo un México”, que trascendió y se convir-tió en la expresión de un reconocimien-

to de las desigualdades sociales impe-rantes y a la vez el planteamiento de los propósitos del candidato para enfrentar-las, en la palabra comprometida del po-lítico responsable.

“Transformar la política para cum-plirle a los mexicanos”, es un reconoci-miento, por parte del candidato, de los errores pasados pero con el ofrecimiento de “un cambio con rumbo y responsabili-dad, con paz y tranquilidad”. Aquí Luis Donaldo asume que en un sistema de-mocrático con partidos en competencia, los ciudadanos se verán convencidos por aquella opción que evita presentar-se como fuerza infalible, que tiene una oferta electoral viable y que es garante de la gobernabilidad democrática.

En Lomas Taurinas se canceló una vía política distinta que se estaba cons-truyendo para un México en transi-ción. Desde entonces el ideario de Colo-sio ha sido un elemento teórico esencial de afianzamiento de los objetivos socia-les que se mantienen en los documentos básicos del PRI, y que debe ser motivo de reflexión constante de la militancia.

Transcurridos los años, no cabe duda que las actuales generaciones ha-rán nuevas interpretaciones del pensa-miento y acción de Colosio. Estoy cier-to de que las constantes que destacarán en los análisis, serán su aportaciones a la política social y su compromiso con la apertura democrática.

Colosio será un referente necesario para entender el desarrollo político mexicano de finales del siglo XX.

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Maestro en Economía y Administración Pública.

Edmundo René Verde Pinzón

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LA JUSTICIADISTRIBUTIVA EN EL GOBIERNO DE LA NUEVA MAYORÍA

Sabedlo, soberanos y vasallos,próceres y mendigos:

nadie tendrá derecho a lo superfluomientras alguien carezca de lo estricto.

Salvador Díaz Mirón.

A partir de la Administración de Ivonne Ortega Pacheco en Yucatán, se ha generado un nuevo concepto de gobierno de-rivado de las ideas de transformación de la sociedad desde la creación de oportunidades de justicia social.

Para entender la naturaleza del cambio, es necesario men-cionar que en las últimas administraciones el neoliberalismo, entendido como aplicación de doctrinas y políticas utilitaris-tas, ha demostrado que el sistema se ha agotado al producir mayor de sigualdad al intentar maximizar la felicidad desde un punto de vista individualista.

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Este concepto es expresado por Von Hayek1, cuando señala:

“Me temo que he conmovido a mis amigos más cercanos al negar que el concepto de justicia social tenga algún significado, cualquiera sea el mismo.” (...) “Porque la justicia se refiere a reglas de con-ducta individual. Y ninguna regla de la conducta de los individuos puede tener el efecto de que las buenas cosas de la vida sean distribuidas de una manera determinada.”

Por ejemplo, algunas políticas contraintuitivas del utilitarismo sostienen que el paro involunta-rio no existe (Mises y Rothbard), otros que el pre-cio del dinero ha de estar fijado por “autoridades monetarias” (Friedman), otros que el trabajo infan-til es mejor que el paro infantil (Krugman) o que la mejor forma de salir de una burbuja es crear otra - (Krugman).2

En estricto sentido, el utilitarismo ha adquiri-do una notable influencia en algunas teorías econó-micas que han encontrado en su criterio de mora-lidad la maximización de la utilidad social como el fundamento teórico sobre el que apoyar sus tesis. De esta forma el comportamiento económico de los individuos se explica desde el supuesto de que los hombres intentan siempre maximizar su utilidad, la cual puede ser medida por el precio que están dispuestos a pagar por la obtención de determina-das comodidades.

Los principios utilitaristas aplicados a la teoría eco nómica representan un sistema de competencia perfecta (error ampliamente superado) como la mejor alternativa para asegurar un equilibrio de precios y un correcto uso de los recursos que haga posible la maximización de la utilidad de los consumidores.

1 Entrevista a Friedrich August Von Hayek – “El Camino desde la servidum-bre”, en: Ideas de gran actualidad, 1977, Blog El Instituto Independiente en la Red Mundial, en http://independent.typepad.com/elindependent/2008/03/entrevista-a-fr.html

2 “Lo que el Utilitarismo se llevo”. En Actualidad Digital.com. 2011, en la Red Mundial http://www.dignidaddigital.com/?p=verNoticia&idNoticia=6651

3 Rawls, John “Justicia Distributiva”. En Centro de Estudios Públicos, Chi-le, 2011.

Ahora bien, en este sentido, la antropología (forma de entender al hombre) tiene mucho que ver con la pretendida Economía positiva (“lo que es”, o conocimientos objetivos sobre la mecánica de la planificación económica y los intercambios), y no sólo con la Economía normativa (“lo que de-bería ser” o políticas económicas).

De acuerdo a Rawls3: “El principio de utilidad no es capaz de expli-

car que en una sociedad justa las libertades de la igualdad ciudadana se den por sentadas ni que los derechos asegurados por la justicia no estén suje-tos a negociación política ni al cálculo de los inte-reses sociales.”

La alternativa más natural al principio de uti-lidad es su rival de siempre: la teoría del contrato social. El objeto de la doctrina del contrato es pre-cisamente el de explicar la exactitud de la justicia mediante la presunción de que sus principios sur-gen de un acuerdo entre individuos libres e inde-pendientes en una situación original de igualdad y que por tanto reflejan la integridad y la igualdad soberana de las personas racionales que son partes en el contrato.

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El triunfo del PRI en Yucatán fue sin duda un ple biscito en contra de la política utilitarista de go biernos anteriores, un contrato social a favor de un go bernante con un equipo de trabajo dinámico con una visión clara del presente y del futuro de Yucatán.

Para Ivonne Ortega, fue determinante darse cuenta que era necesario para alcanzar las metas es-peradas, realizar una reforma profunda al sistema judicial para poder consolidar una política social de compromiso con los que menos tienen.

Una exacta definición de las propuestas del Gobierno de Yucatán, fue expresada a través de los planteamientos de la PNUD, que señalan:

“Los países prósperos son aquellos que debido a la fortaleza de sus instituciones presentan al menos cuatro características básicas: la existen-cia de un estado de derecho, clara especifica-ción de los derechos de propiedad, bajo costo de la obligación de cumplimiento de los con-tratos, y la confianza en las instituciones y or-ganizaciones, ya que en los sistemas políticos y económicos actuales de un mundo globali-zado, las instituciones se tornan aún más im-portantes, porque es de ella que depende en gran medida la estructura de incentivos de la integración humana a nivel nacional que a ni-vel internacional, tales incentivos son condu-cidos a los habitantes mediante la calidad del servicio público que se da mediante la correc-ta administración de los bienes públicos de los países, en este esquema el sistema de adminis-tración de justicia es quizá la pieza más impor-tante del andamiaje institucional del Estado, ya que, sin un Órgano Judicial capaz de dispen-sar y administrar justicia en forma adecuada y

aceptable por los agentes económicos sociales y políticos, es prácticamente imposible generar la confianza en que las reglas del juego serán aplicadas en forma imparcial, esto socava los fundamentos de la convivencia entre personas, empresas, instituciones de todo tipo, haciendo más difícil el poder sumar esfuerzos y confor-tar voluntades para lograr los objetivos comu-nes del desarrollo.”4

En este sentido, después de un largo camino ha-cia el establecimiento de un sólido sistema de jus-ticia en Yucatán, que produce certidumbre y con-fianza en las instituciones, puede transitarse hacia la aplicación de políticas sociales estables, es decir, el fortalecimiento del Poder Judicial, permitirá que la sociedad yucateca se desarrolle y consolide en un ambiente democrático, brindando mejores oportu-nidades a las presentes y futuras generaciones, así como una mayor promoción e impulso a las pro-puestas, ideas y acciones que tiendan hacia el me-joramiento económico, social y cultural del Estado, consolidándose a través de las políticas de desarro-llo, tales como la exención del impuesto de tenen-cia vehicular, exención de pago de transporte pú-blico a ciudadanos de capacidades diferentes; y los programas públicos como Cobijar, Pasos que de-jan huella, Fortalecer, Reconocer, Compartir, Casa Justa, Banqueta digna, Casa Ayuda, Maravíllate con Yucatán, Seguro en el Mar, Nutrir; entre otros, que reflejan la política de justicia distributiva impulsa-da por el Gobierno de la nueva mayoría ciudadana, encabezado por Ivonne Ortega Pacheco.

4 Moro, Bruno, Discurso ante la ONU. En PNUD 2002.

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Evocar el ideario de un político que trascendió a su tiempo y que supo interpretar a su pueblo no es cosa fácil, más en el México de hoy que se desgarra entre la pobreza y la violen-cia. Luis Donaldo visualizó un país más justo e igualitario, un México de oportunidades, un país en el que todos se cubrie-ran con la misma bandera, la bandera de la independencia y de la unidad.

De Luis Donaldo podemos decir mucho, pero sin lugar a dudar la mejor manera de recordarlo es teniendo y atendien-do a sus ideales, tales que podemos resumir en tres ideas cen-trales: la ética pública, la justicia social y la eficacia.

El México del momento pide resultados en lo económi-co, en lo político y sobre todo, en justicia; se demandan aten-ciones para todos, sin embargo, chocamos con el muro de la ineficiencia y en muchos de los casos, con el muro de la este-rilidad e insensibilidad política; a ello, Colosio decía: sin efi-ciencia y resultados, la ideología o es demagogia o es estéril ensoñación.

El pensamiento político-económico de

LUIS DONALDOMario Pavía Aguilar

Carlos Mejía Gómez

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Ante el momento económico y consumista que vivimos, el malogrado candidato tricolor basaba su ideario en las normas y criterios precisos de cos-tos, beneficios y resultados medibles, en un prin-cipio, enfatizaba los temas de la eficacia y de la or-ganización; con base en lo anterior, fue capaz de instrumentar respuestas contundentes a los reza-gos sociales, la marginación, la pobreza y la falta de oportunidades.

Trabajar con responsabilidad en el diseño de políticas públicas para un México más justo e igua-litario es la tarea del político de hoy, encausar su acción al bienestar común debe ser la primicia que lo mueva a su acción gobernante, el político que vea en Colosio al ejemplo de lo que debe ser un hombre que trabajó y entrego su tarea humana y política, debe pensar como él y debe ser capaz de ver y entender el costo social que el pueblo está pagando, debe aceptar que las políticas equivoca-das nos han llevado a un desequilibrio social muy alto, por ello, debe ser responsable con sus ofertas porque en ellas renace la esperanza con las políti-cas correctas. Así lo dijo lo Colosio y así aceptó los efectos devastadores de la irresponsabilidad finan-ciera, de la indisciplina en el gasto, de las prome-sas sin sustento; dijo además, sabemos muy bien: quien al final paga la irresponsabilidad es el pueblo y lo paga con sufrimiento.

Fue un hombre que en toda oportunidad, con firmeza rechazó el populismo, la demagogia, las fic-ciones. Precisó: el reclamo en los barrios, en las co-lonias, en los ejidos, en las comunidades indíge nas, es no más injusticia ni más pobreza. La solu ción que propuso Luis Donaldo es la elevación pro duc-tiva del bienestar. Idea que confirma su capacidad de síntesis que vincula justicia social con eficiencia económica y eficacia en la acción de gobierno.

Queda la responsabilidad histórica de hacer

de su legado un ejercicio responsable, no es evocar al hombre por el hombre, sino por lo que pensó e hizo. Por ello, la receta económica de más y me-jores empleos dictados en miles de discursos, no debe ser una frase hueca, cuando menos para Co-losio no lo fue, ya que como economista dijo: el fin último de la economía es el hombre, el bienestar de su familia y comunidad, su región y su patria.

Su tratado económico se reflejó en sus ideas de que una economía fuerte abre las posibilidades para una política social profunda; a mejor bienes-tar se construyen las condiciones para asegurar la libertad y democracia. A su vez, nuestra vida de-mocrática se beneficia de una economía que genera empleos y de una política social que brinda educa-ción para la competencia y para el desarrollo, una educación de calidad, vivienda digna y acceso a mejores servicios de salud.

El tiempo y la perfidia no permitieron que este excepcional político mexicano llevará a cabo sus ideas traducidas en verdaderos proyectos de nación, sin embargo, hoy a la distancia el mejor homenaje es practicar sus ideales, tanto pueblo como gober-nantes. Hoy, el país no está para aventuras po líticas ni para saltos al vacío, el pueblo demanda demo-cracia pero rechaza su perversión: la demagogia.

De esta manera recogiendo su legado y porque Colosio pertenece al presente, pero también al fu-turo, recordamos en estas líneas la mejor clase eco-nómica que nos puede aportar un político, pero so-bre todo, un hombre que amó a México y luchó por hacerlo mejor. Colosio jamás se perdió en el discurso estéril y numérico económico que el pue-blo no entiende, hizo suya la economía que busca el bienestar colectivo y que da resultados, ese pen-samiento es el que nos queda comprender hoy más que nunca en un México que se debate entre la in-seguridad y la pobreza.

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Es muy común que en los dias cercanos a la fecha del falleci-miento de Luis Donaldo Colosio se celebren distintos eventos conmemorativos o diversos tipos de escritos, para remembrar la figura del excandidato presidencial.

El eje natural de los textos que recuerdan a Colosio gene-ralmente está asociado con virtudes, en mi opinión, basadas en cierto tipo de heroísmo político, de rebeldía mártir al sistema, o el contenido de aquel recordado discurso, pronunciado en el Aniversario del PRI de 1994.

Sin embargo, considero que las dramáticas circunstancias de su fallecimiento y la perspectiva con la que el Partido co-múnmente evoca a Colosio, han dejado de lado las principales características que deberíamos recordar de él, como ejemplo de político y funcionario: un líder con amplia capacidad técnica, innovador en la creación de programas y estrategias sociales, y un ícono de la aplicación del desarrollo regional.

Comúnmente, el PRI otorga un peso predominante –o casi único– a rememorar frases del discurso de Colosio y presen-tarlo como un ideólogo transformador del partido, calificativo totalmente certero; sin embargo, Donaldo no fue un transfor-mador del PRI sólo por sus discursos o sus ideales, conside-

para la transformación social

COLOSIOEl legado real de

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Guillermo Cortés González

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ro que dicha transformación puede verse como el producto de lo más importante que debe reconocérsele a un político: sus resultados.

Colosio fue parte de una generación de políticos que compartían una forma-ción académica y técnica relevante, la que posteriormente se trató de demeritar adje-tivándola como tecnocracia, como parte de ellos, se distinguió por sus inclinacio-nes inclusive en su desarrollo académico, como economista y no estudiar posgrados en Chicago, Harvard o Yale y hacerlo en una universidad de Europa, específica-mente en Austria, doctorándose en lo que fue su gran pasión: el desarro llo regional; Colosio sostuvo en diversas ocasiones que el desarrollo de México es el desarrollo de sus regiones.

Tal vez no sería políticamente correc-to recordar la gran eficacia con la que ope-ró, como presidente nacional del PRI, el mas importante programa del sexenio de Carlos Salinas para legitimar socialmente su gobierno, pero con un resultado elec-toral impresionante, no igualado: Solida-ridad y la gran recuperación del PRI en 1991, con la más amplia victoria electoral obtenida en los últimos 30 años.

Colosio fue un gran diseñador y eje-cutor de políticas públicas que, a la vez que creaba una verdadera Política Social en el país, lograba que la participación,

organización e inclusión ciudadana en su realización, permitieran obtener esa de-seada revaloración del trabajo político te-rritorial, como puntal en la estrategia de dominio amplio del partido en las zonas urbanas en desarrollo.

Fue el primer titular de una de las Se-cretarías más importantes en las últimas administraciones del país: Desarrollo So-cial, creada en 1992; sin embargo, como hemos mencionado, la verdadera política social comenzó en México con el Progra-ma Nacional de Solidaridad, un progra-ma en el que precisamente se aplicaban los postulados colosistas: la participa-ción social organizada como fundamen-to de la política pública y el desarrollo integral de las regiones como instrumen-to que combatiera la exclusión y la mar-ginación.

En realidad nunca estaremos ciertos de los alcances que pudo haber tenido un gobierno encabezado por Luis Donal-do Colosio, de lo que si tenemos la segu-ridad, es que fue uno de los políticos y funcionarios mas destacados en México en los últimos años, independientemen-te de las circunstancias de su muerte; el mejor homenaje que le podemos rendir es rememorarlo estudiando, analizando y siguiendo su distintivo: la consecución de resultados políticos y de gobierno en beneficio de la transformación social.

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SIMPOSIUMCONTRASTANDO POLÍTICAS PÚBLICAS:LA DIFERENCIA EN LOS RESULTADOS DELAS ACCIONES DE GOBIERNO

Mérida, Yucatán, febrero 25 y 26 de 2011

IMÁGENES

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Se dice que la literatura es reflejo de lo que somos. En ella se da cuenta de virtudes y vicios que forman parte de nues-tra cultura, y en ese último extremo, el de los vicios sociales, se encuentran las acciones que hemos renombrado como de-litos, el protagonista y su castigo: la cárcel. La cárcel, que re-sulta también un reflejo de nosotros mismos, de la sociedad. “¿Cómo no sería la prisión inmediatamente aceptada, ya que no hace al encerrar, al corregir, al volver dócil, sino reprodu-cir, aunque tenga que acumularlos un poco, todos los me-canismos que se encuentran en el cuerpo social” (Foucault, 1997: 235).

Las emociones, las pasiones, envidias, celos, han existido desde que existe el ser humano; sin embargo, no parecen haber evolucionado junto con él. Ya desde las primeras cul turas se bus caba castigar al infractor enviándolo al patíbulo, al suplicio, al encierro o al exilio. Diversas formas de castigo que marcaron la evolución del sistema penitenciario, pero que en su conjun-to todas ellas coinciden en el encierro, sea como pena definiti-va o como una antesala para el suplicio o la ejecución.

Otros sitios de castigo fueron también los conventos, hos-pitales y manicomios, sobre todo para las mujeres, como Sor Juana que en el siglo XVII fue confinada al encierro en la cel-da de su convento.

MUJERESque cantan la libertad

“Y el alma libre busca un

canto para acomodarse…”

Clarice Lispector

“Puedo escapar de este

lugar, pero jamás de mi misma.”

Zindy Abreu

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El encierro produce dolor, miedo e incluso la demencia, y la literatura ha estado en constante re lación con la locura, los exiliados, los delincuen-tes y los prisioneros. Es la principal fuente de comunicación de las emociones y sentimientos que se generan en los límites del dolor humano. Es por eso que el encierro, la cárcel, los encarcelados y los delitos han sido tema de innumerables textos lite rarios, tanto como las veces que el encierro ha sido escena rio creador de obras literarias de gran envergadura como la primera parte de Don Quijote de la Mancha.

Pero, no es sino hasta la transición del siglo XVIII al XIX que el mundo ve levantar los muros de las cárceles como lugares creados para el cum-plimiento de penas dictadas por una ley que cree en la cura para el delincuente, y sustituye al verdu-go por un ejército de técnicos: médicos, psicólogos, psiquiatras, educadores. “Expertos psiquiatras o psicólogos, magistrados de la aplicación de las pe-nas, educadores, funcionarios de la administración penitenciaria se dividen el poder legal de castigar” (Foucault, 1967:19).

Mucho se habla de la cárcel y la libertad en un sentido metafórico, y hasta premonitorio. Pero, la cárcel es un espacio desconocido para la mayoría de la sociedad; inclusive, es un espacio que se pre-tende inexistente en la vida cotidiana de las perso-nas, aunque albergue a miles de ciudadanos. Pa-radójicamente, el concepto de libertad también resulta desconocido socialmente, en el lenguaje co-mún se ha convertido en un tópico.

Los mitos que giran en torno a la libertad, la reclusión, el delito y la acción de escribir como un acto de libertad, generan mayor complejidad de significados cuando le añadimos el prestigio de la palabra impresa: El libro, y más cuando a éste le

[email protected]

Verónica García Rodríguez

agregamos el adjetivo de clásico. Tal es el caso de Cervantes, Voltaire y Wilde, entre otros, a quienes no nos atreveríamos a llamar delincuentes, puesto que dieron grandes obras literarias aunque los ac-tos por los que estuvieron presos fueron tipificados como delitos en su época. En este sentido no pode-mos dejar de mencionar a Francois Villon, a quien se le encontró culpable de robo en una casa, homi-cidio sin premeditación, y autoría de versos satí-ricos. Fue sentenciado a muerte y confinado a las mazmorras del obispo de Orleans en Meung, en Francia. Escribió El gran testamento mientras es-taba en el calabozo. Pero, lo pusieron en libertad debido a una amnistía general proclamada por la elevación al trono de Luis XI, fue arrestado nueva-mente en París por homicidio sin premeditación y sentenciado a morir en la horca. Le conmuta-ron la pena por la de destierro de París, y desapare-ció en 1463. “Je suis François, dont il me poise/N, de Paris emprès Pontoise/ Et de la corde/ d’une toise/ Saura mon col que mon cul poise.”(Yo soy François, aunque me pese,/nacido en París, cerca de Pontoise;/y de una soga de dos metros/sabrá mi cuello lo que mi culo pesa). Sin embargo, esto que puede reivindicar a un hombre, ¿podrá reivindicar a una mujer?

Marianella Collete, que realiza un estudio so-bre las escritoras argentinas en el exilio, en donde toca de manera periférica los testimonios de prisión de este grupo de escritoras que fueron presas polí-ticas de la última dictadura en Argentina, nos dice: “Silenciar a estas mujeres fue la consigna de la dic-tadura militar, la fragmentación y la desestructura-ción de su persona fue la propuesta.”, y nos mues-tra a través de algunos de estos testimonios el señalamiento que comúnmente se escuchaba con-tra las detenidas: “si se la llevaron, por algo será” y

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que posteriormente se transformó en: “si sobrevivie-ron, por algo será”. (Collete, M.: 2005).

A más de dos siglos de la creación de las cár celes, aún se mantiene el encierro como sinóni-mo de castigo social, aunque este concepto haya sido erradicado desde el siglo antepasado y conver-tido en un proceso de curación, transformación o do mesti cación, como dice Foucault: “Aún se sigue castigando el cuerpo y el alma de los individuos. Cuánto más no lo será para la mujer que viola la imagen pura y casi divina de su género, ella, que es quien tiene la obligación de proteger el cuerpo y salvar el alma suya, de sus hijos, de su esposo y de sus padres. Cuánto más no será castigada la mujer que da pie, con una acción suya, con una palabra, un pensamiento, para que sea acusada de cometer un delito.”

De manera consecuente, se cree que toda aquella mujer que está o ha estado en la cárcel es delincuente, basta con que sea acusada y procesada para que su integridad siempre esté en duda; estigma que la acompañará toda la vida, a ella y a sus hijos. También se cree que las cárceles están llenas de mujeres sucias e ignorantes, que la mujer presa es más salvaje que el hombre preso, que en la cárcel ellas viven con cierta comodidad gratuita-mente cuando deberían ser castigadas.

Algunos de estos mitos son verdad, como que cien mujeres causan mayores complicaciones para la autoridad penitenciaria que más de dos mil hombres, debido a que las mujeres reaccionan ante situaciones que les parecen agravantes. Es verdad que la cárcel produce en la mujer una gran ansie-dad que se refleja en actitudes depresivas, victimi-zantes y, en ocasiones, violentas; sobre todo cuan-do la mayoría de las mujeres, a diferencia de los hombres, se quedan solas y tienen que generar re-cursos desde el encierro para sostener económica-mente su caso jurídico y las necesidades de los hi-jos que se quedaron con algún familiar. Es verdad

que en un día de visita en el área de mujeres casi no se ven hombres, también es verdad que a los hombres no les falta la visita femenina durante el tiempo que están en prisión, sea la esposa, la her-mana, la madre, la hija, la amante.

Es doloroso ver las filas de mujeres presas que esperan con zapatos de tacón, labios pintados y vestidas como si fueran a misa, para visitar a sus maridos o hijos que están presos. Eso sí, con las manos cargadas de bolsas llenas de ropa y víveres para ellos.

“Hoy como todos los sábados fui al área de hombres a visitar a mi esposo. Llegué

a su celda, lo abracé y lo besé yo, porque él es tímido y no le gusta que la gente nos mire.

Temblé de emoción al tocarlo, y al besarlo ¡Qué rico sabían sus labios! Sentí su aroma, el olor de su piel y sus palabras de amor. Pasaría

toda la vida escuchándolo. Desayunamos, y de postre comimos

juntos una dulce y roja sandía.(Hortensia Villanueva, 2008

CERESO de Mérida)

A estas verdades entorno a la mujer y la cárcel, se une la despersonalización, cuando el nombre de María, Juana, Carmen, se convierte en ladrona, ase-sina, presa; más aún cuando se le obliga, como en algunos penales del país, a vestir una bata de color opaco que esconde la figura de su cuerpo y se le prohíbe arreglarse como solía hacerlo afuera, como si se le obligara a olvidarse de sí misma y parecerse a las demás, que ya se parecen todas ellas en algo: son llamadas presas, convictas, delincuentes.

La mujer en situación de cárcel se encuentra en la imposibilidad de decidir sobre sus circuns-tancias personales, familiares y sociales. En el tra-tamiento de readaptación su abanico de posibilida-des se reduce. La decisión más importante para ella

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es su actitud ante la reclusión: que puede ser de re-beldía, de protesta, de queja, de aceptación, de lu-cha, de esfuerzo, de superación. En ocasiones, estas respuestas pueden parecer exageradas o agresivas, pero son la válvula de escape en un universo en el que hasta las mínimas decisiones de su vida las toma la institución. Pero, si tienen de todo, dirían algunos, si hasta se les permite tener sexo en pri-sión. Y sí, es verdad –para continuar con las verda-des—, se les permite recibir vista conyugal (leáse: conyugal, no de pareja). La interna sólo deberá avi-sar el día que tomará ese derecho. Cuando llegue la hora, la celadora gritará su nombre acompaña-do de: ¡A conyugal! La interna tomará entonces su sábana, su almohada, la comida especial que pre-paró ese día y caminará entre risas y porras de sus compañeras hasta llegar donde la espera su espo-so y ambos, después de saludarse, tal vez tomarse de la mano, se detendrán ante el vigilante asigna-do para la correspondiente revisión. Mostrarán uno a uno los objetos que meterán al pequeño cuarto donde los espera la plancha de cemento y colcho-neta que cubrirán y acondicionarán para pasar jun-tos esa noche. Pero no estarán solos, un vigilante los acompañará detrás de la puerta. Cuando la pa-reja salga a la mañana siguiente, recibirán las mira-das cómplices de guardias e internos que caminen por el pasillo.

No es extraño que ante la prisión, la mujer oriente todo su comportamiento, toda su conducta y toda su actitud vital a un sólo objetivo: su libertad, y en esta búsqueda, la palabra se posiciona como una opción para la reconstrucción del alma de una mujer herida por la desigualdad y la violencia continua del padre, del hermano, de la pareja, de los hijos, de la institución. ¿Rota?, como diría Simnone de Bouviere. No sé si estar de acuerdo con el adjeti-vo. Pienso que la mujer se niega a romperse a pesar de las enormes grietas que acumula en sí misma. ¿Rota? Tal vez, pero no se cansa de reconstruirse.

Yo conozco lo que la palabra, la poesía, puede hacer en la cárcel. Lo viví, lo experimenté duran-te tres años (2005-2008) en el CERESO de Mérida. El Taller de Escritura Femenina Palabra Viva, que realizó Zedík, A. C., con apoyo del FONCA y el ICY, cambió mi forma de ver el día, la calle en que camino, mi forma de ver la literatura y de concebir la educación.

Conocí mujeres que aprendieron a contar y a cantar su dolor, su angustia y su coraje de saber-se presas; mujeres que asumieron el compromiso de leer y compartirlo con sus compañeras; muje-res que tomaron el riesgo de escribir, a pesar de los ¡pierdes el tiempo, eso no es para ti!; mujeres que se armaron con la palabra y decidieron mostrarse a la sociedad con nombre y rostro en el libro Memorias de mujeres en prisión y otros relatos; mujeres que a tres años de haber concluido el proyecto continúan escribiendo, reuniéndose para leer sus textos e in-crementando el acervo de su sala de lectura.

La poesía, desde su sentido más sencillo has-ta el más complejo, otorga en el encierro la imagen más pura de libertad aún en el canto más doloroso.

Ya no puedo más, ya no soporto,soy cobarde y qué me importa,

sólo me consuela dormir para siempre.

Carmen Gómez Lavín, 2007CERESO-Mérida

Pero siempre subsiste la esperanza:

Los brazos fríosde la regadera me esperan

sacándome de los sueños de libertadque corren como agua por mi cuerpo.

Patricia Hernandez Ortega (+), 2006CERESO-Mérida

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En este marzo, en que se celebra a la mujer llevándole flores, serenata y enalteciendo su figura como una deidad que la aleja de su cuerpo, de sus necesidades, equívocos, derechos y obligaciones como ser humano, sin recordar que el 8 de marzo se instituye como Día Internacional de la Mujer para recordar a las mujeres costureras que fueron quema-das en Francia por hacer valer su derecho de huelga en el siglo pasado; recuerdo a las que no recibirán flores, las que en el encierro esperan su libertad, su absolución o su sentencia; recuerdo a las que en el encierro de un hospital o psiquiátrico esperan un abrazo o la visita del ser querido; a las mujeres indígenas que esperan conocer sus derechos; a las mujeres de ciudad y de campo que no pueden ejercer sus derechos de acuerdo con la ley que las protege y a las que desde el servicio público trabaja-mos a favor de los derechos de todas las mujeres.

En este marzo, también celebro que haya una mujer que, en el encierro, obtuvo el Premio Na-cional de Cuento “Jesús Amaro Gamboa 2009” y el interceresos “José Revueltas 2006”; continúa or-ganizando la sala de lectura para apoyar a sus com-pañeras internas en el CERESO de Mérida. Cele-bro que el Gobierno del Estado de Yucatán, desde la Secretaría de Educación, extienda sus políticas educativas a mujeres que en prisión luchan por re-construirse y a sus hijos; que desde el Poder Judi-cial del Estado se plantee la creación de una ins-tancia que dé seguimiento a los ciudadanos que después del proceso de encierro intentan reincor-porarse a la sociedad, lo que acompañaría a estas mujeres para generar herramientas que las ayuden a evitar la reincidencia, exponerse a la violencia, el asesinato o el suicidio. Sin duda, la asistencia siste-matizada multiplicará la labor que realizamos des-de el Centro Cultural de la Mujer, con el que he-mos visto a mujeres salir adelante en esta etapa.

Cómo no celebrar estos eventos que surgen en medio de un clima de violencia, corrupción y des-

igualdad que son, en su conjunto, un atentado a nuestro país. La imperante violencia de la guerra contra el narcotráfico, la política de terror creada por el Gobierno Federal ante el tema de seguridad, la vulgarización del tema de prisión en programas televisivos como Mujeres asesinas, han desviado la atención pública a situaciones también graves, que enferman y producen muerte, a mirar con profun-didad la violencia que se vive día a día en la fami-lia, en las parejas, en las instituciones; a mirar da-tos duros de situaciones que involucran a muchos mexicanos; han desviado nuestra atención a mi-rar que cuando se comete un delito, como socie-dad no sólo perdemos a la víctima, sino perdemos a su familia cercana, al victimario y a la familia del victimario —sólo de 2000 a 2009 murieron 2 800 mujeres por agresiones, según documenta el Ob-servatorio Ciudadano y las condenas que reciben las mujeres aumentaron un 5% de 2001 a 2003 en su severidad, siendo un 30 % más altas que para los hombres por los mismos delitos, de acuerdo al CEAMEG de Cámara de Diputados LX Legislatura (2009); en contraposición de la estadística nacio-nal que apunta sólo un 3 % de condenas firmes, en cuanto a las averiguaciones previas y juicios que se iniciaron por denuncias registradas por mujeres; es decir, el 97% restante es impunidad en delitos que agravan a la mujer, según señala Teresa Ulloa (CI-MAC, 2007).

Sin embargo, los espacios públicos que ocupan cada vez más mujeres y hombres preocupados por mejorar estas condiciones de desigualdad de gé-nero, anuncian como cada noche, la llegada de un mejor día.

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Hoy es una mañana triste, está nublado, llueve, sopla aire frío, el sol no sale, se oculta entre las nubes,

temprano oscureció. No tenía ganas de levantarme. Me sentí cansada, triste. Me di un baño, y después de

desayunar, me senté a ponerle lentejuelas a mi bulto para no sentir el paso del tiempo.

Hortensia Villanueva, 2006 CERESO-Mérida

Referencias:

BOCCANERA, Jorge. Redes de la memoria: Escritoras exde-tenidas / testimonio y ficción. Buenos Aires: Desde la gente, 2000.

Collete, Marianella. El exilio de las escritoras argentinas en la última dictadura (1976-1983) en “Escritura de la historia de las mujeres”, de Sara Guardia. Lima: CEMHAL, 2005

CEAMEG-H. Cámara de Diputados, LX Legislatura, Diagnós-tico sobre la incidencia de los delitos cometidos por las mu-jeres privadas de su libertad, procesadas y sentenciadas. Ju-lio de 2009.

COLLETTE, Marianella. Conversación al sur: entrevistas con escritoras argentinas. Buenos Aires: Simurg, 2003.

FREIRE, Paulo. Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI Editores, S. A. de C. V., 1997

FREIRE, Paulo. La naturaleza política de la educación/cultu-ra, poder y liberación. España: Centro de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia y Paidós ibérica, S. A., 1990.

FREIRE, Paulo. La educación como práctica de la libertad. México: Siglo XXI Editores, S. A. de C. V., 1975

FOUCAULT, Michael. Vigilar y castigar. México: Siglo XX, 1997

GARCÍA, Verónica. Memorias de mujeres en prisión y otros re-latos. México: ICY, Zedík, A. C., 2007.

CASTILLO, Antonio. Escrito en prisión: las escrituras carcela-rias de los siglos XVI y XVII. Península. Revista de Estudios Ibéricos, Núm. 0, 2003. Pags. 147-170, encontrado el 14 de diciembre de 2007, a las 23:30 horas, en http://ler.letras.up.pt/uploads/ficheiros/artigo12641.pdf

VERONICA GARCÍA RODRIGUEZ.

Nació en Mérida, Yucatán, en 1978. Licen-ciada en Educación Secundaria con espe-cialidad en Español por la ENSY. Narradora y poeta con premios estatales y nacio-nales. Becaria del FONCA 2006 y FOE-CAY 2004. Miembro de Zedík, A. C. y el CYEAC, fundadora del Centro Cultural de Mujer. Su trabajo educativo lo ha enfocado al fomento de la lectura y escritura en dife-rentes contextos desde talleres para Alfa-guara, Universidades, hasta en centros de readaptación. Autora del libro de cuentos Vestido Rojo y sin tacones (2008) y compi-ladora de Memorias de mujeres en prisión y otros relatos (2006), entre otros. Sus tra-bajos han sido compilados en diversas an-tologías como la internacional de poesía La Mujer Rota, la Otredad, En gustos se co-men géneros, Aguas Santas de la Crea-ción, entre otras. Actualmente coordina la Escuela de Creación Literaria del Centro Estatal de Bellas Artes y la Biblioteca Bási-ca de Yucatán en la Secretaría de Educa-ción. (http://veronicagarciarodriguez.blogs-pot.com)

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Orgullosos de poseer en México una ri-queza natural con un gran valor bioló-gico y en términos económicos la gran magnitud de nuestros bosques y costas nos prestan innumerables servicios am-bientales.

A nivel mundial, la tendencia es ha-cia políticas públicas que atiendan las necesidades de las aéreas terrestres don-de se encuentran los ecosistemas que nos dan bienestar a la población humana.

El gran dilema está en lo débil que son las políticas públicas en materia am-biental en muchos países y que acciones unilaterales no son la solución a futuro. En México, ya se inician los esfuerzos gu bernamentales para dar forma a una política ambiental nacional, sin embargo, queda aún un gran vacío en la integra-ción y coordinación entre institucio nes públicas Mexicanas que tienen de manera directa o indirecta la ejecución de pro-

MEXICOANTE EL CAMBIO CLIMATICO, LA GRAN ENCRUCIJADA

FUNDACIÓN MÉXICO SILVESTRE

yectos nacionales en materia de conser-vación de nuestros recursos naturales.

El cambio climático es un hecho, ha sido estudiado y sus efectos ya son co-nocidos y con proyecciones a futuro. Con esta tendencia en nuestro país ha-brá eventos que afectarán duramente a la economía nacional (desertificación, escasez de agua, cambio en los patrones de precipitaciones con afección a la agri-cultura, etc.) y que podrían rebasar la capacidad del gobierno para afrontarlos.

Tenemos serios obstáculos que hacen y harán que las acciones naciona-les y los programas públicos ambienta-les se hagan más lentos, dos de ellos son: el sistema de tenencia de la tierra en la figura ejidal y otra la poca atención que se tiene sobre las poblaciones indígenas y que son los que conviven directamente con nuestros recursos naturales; sumado a esto, queda un

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débil sistema de legal y de procuración de justicia en materia medioambiental que regula la correcta administración, extracción y reposición de nuestros recursos naturales.

Existe además, una gran fractura en-tre el orden federal y el estatal en cuanto a ejercicio de recursos públicos aplicado al medio ambiente. El orden federal en la mayoría de los casos es el que admi-nistra y aplica el recurso quedándole a la figura estatal muchas veces un simple papel de observadores.

Otro factor adverso y determinan-te lo representa el poco efectivo sistema nacional de ordenamiento territorial, el crecimiento sin control de los núcleos urbanos y una escaza tecnología en sis-temas sustentables de vivienda, trans-porte y generación de energía renovable.

Una política ambiental Nacional de-berá ser incluyente, en muchos países las acciones se toman a partir de conse-jos, integrados por el orden político, la sociedad civil, instituciones de investi-gación y organismos no gubernamenta-les, y ya un gran logro ha sido la inte-gración de las comunidades indígenas en esta toma de decisiones.

En Política ambiental y cambio cli-mático, México, ha hecho un mero pa-

pel conciliador en foros universales como lo son La COP y el CMP de la ONU, esto debido a que erróneamen-te fue declarado el país como economía emergente, haciendo que esta posición nos nulifique o nos dificulte el acce-so a recursos monetarios de los Fon-dos Mundiales creados para acciones de adaptación y mitigación del cambio cli-mático.

Se asiste a ellos sin una política pú-blica ambiental bien definida, sin un proyecto nacional como ya los ejercen otros países a través de los fondos Ver-des y REDD+, y con un sistema débil de administración y legislación de las aé-reas naturales prioritarias del país.

Si como país queremos acceder a dichos fondos mundiales para afrontar el cambio climático se deberán ir resol-viendo uno a uno y de manera integral y coordinada entre las instituciones públi-cas del país los grandes problemas na-cionales ya mencionados y culminando con crear una verdadera política pública nacional en materia de conservación.

Los efectos del cambio climático se-gún los expertos, se acentuaran mucho más a partir del 2020, así que aún esta-mos a tiempo.

Aroldo Quijano Molina