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Esbozo general para el estudio de la tradición histórica de las literaturas
peruanas
Enrique Ballón Aguirre
No hay historia sino simplemente prácticas históricas; no hay saber de la historia sino solamente el conocimiento de las prácticas. Es la dialéctica como teoría de las formas, es decir, proceso de abstracción, de reducción de lo diverso a la unidad, de especificaciones de los contenidos en cuanto prácticas históricas, que la dialéctica determina lo histórico y permite concebirlo.
G. Mairet
Entre las preocupaciones cognitivas sobre las relaciones de la disciplina histórica y el arte literario, en nuestro medio, ya se ha tocado el tema "bastante conocido y complejo" de "los referentes o referencias históricas en la literatura" 1• Sin embargo, el fenómeno in-
E. Quiroz Paz Soldán. "Historia y literatura". Libro de homenaje a Aure/io Miró Quesada Sosa II. Lima: Talleres Gráficos P. L. Villanueva S. A. Editores, pp. 691-703; cf. E. Bailón Aguirre . "El Pizarro de Beethoven" (en prensa).
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verso, los referentes o referencias literarias en la historia o, en otras palabras, los fundamentos cognitivos que permitan redactar disciplinariamente la tradición histórica de las literaturas peruanas, no han sido aún esbozados. Este asunto se ha vuelto apremiante en los últimos años debido a que se insiste -obtusa y empecinadamente- en promocionar so lo la mónada histórica de "la" literatura peruana castellana, no obstante su obvio ahacronismo y atraso respecto de los conocimientos actuales en la materia.
Nuestro propósito es, entonces, poner en tela de juicio un proyecto -también complejo, como lo exige la naturaleza de las cosas- para la redacción de la tradición histórica de las literaturas producidas, difundidas y recepcionadas en la sociedad multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural peruana. Para a lcanzar nuestros fines seguiremos un breve programa con dos secciones: en la primera plantearemos el objeto de conocimiento de la tradición histórica de las literaturas peruanas a partir de un intento por enumerar los rasgos caracterizadores del arte literario producido en esta sociedad desde el punto de vista de su identidad linguocultura/2; proseguiremos con los fundamentos para emprender el estudio de dicha tradición histórica enfrentada a la historia de "la" literatura peruana a l uso3; y en tercer lugar nos ocuparemos de la organización textual y contextual del corpus de trabajo en vista de su interpretación. En la segunda parte se propondrán algunos temas para encauzar el debate centrado en esa misma tradición.
J. El objeto de conocimiento de la tradición histórica de las literaturas peruanas
Preguntémonos, ante todo, ¿cuál es el objeto de conocimiento de la tradición hi stórica de las literaturas peruanas? Digamos que se trata de describir el sistema literario de la sociedad multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural peruana4 y, en él, su función verbal en correlación con la vida social integral, es decir, su.función sinnoma opuesta dia-
2 Si se tiene en cuenta los factores multinacional (multiétnico), multilingüe y pluricultural que constituyen la identidad peruana, ésta no es, como quiere cierta vis ión conservadora. un a ente lequ ia abstracta, pues nuestra identidad nunca es fija ni intangib le sino evolutiva (imagínese los camb ios de la identidad peruana entre los siglos XIII , XVI, XIX y XXI. .. ). Además, aquí no cabe e l argumento racista según el cual la lengua está ligada a la identidad de la población, ni tampoco e l determinismo lingüístico por el que un hombre se define por su lengua: la diversidad linguocultu ral peruana se encuentra en el corazón mismo de nuestra identidad. Si podemos hablar de esta identidad peruana es sólo en referencia a los valores multinaciona les (multiétnicos), a una historia (por investigar y redactar) en la que todas las naciones peruanas han contribuido sin solución de continuidad y al destino común que permanentemente hemos compartido y compartiremos. En consecuencia, el hecho de que el Estado peruano sea uno no justifica la hegemonía de una so la nación, la castellanohablante, ni el estereotipo que aquí debe haber una sola literatura .
3 Advertimos que dicho discurso sólo ha merecido intentos quimerinos, obra de hi storiadores autodidactos, por ejemplo, J. Higgins. Historia de la literatura peruana. Lima: Universidad Ricardo Palma, 2006.
4 Entendemos por sistema literario el conjunto de textos orales y/o escritos que forman un todo y que se caracteriza por su independencia relativa (el texto acabado siempre entra en relación con otros textos), su coherencia (que le permite formar parte de las series literarias y no litera ri as . preservando su propiedad estésica; cf. nota 12) y su permanencia (los textos una vez atestados filológicamente no cambian).
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metralmente a una peregrina función autónoma (la írrita "autarquía" literaria castellana) o, en otras palabras, que el estudio y conocimiento de nuestro sistema literario deberá ocuparse de mostrarnos la secuencia retrospectiva, correlativa y proyectiva de los datos literarios en la evolución de su producción, difusión y recepción, datos literarios organizados como modos de cristalización textual oral (textos grabados, transcritos y/o traducidos) y escrita (textos tiposcritos y/o digitalizados) que han adquirido y van adquiriendo las diversas formaciones literarias en el transcurso de la tradición histórica de cada comunidad social y su convergencia en la tradición histórico-literaria integral del país.
Reiteramos, sin embargo, que esta organización es actualmente monopolizada por los autores individuales de literatura escrita en lengua castellana, autores que luego son apelotonados por la historia de "la" literatura peruana en ciertas parcelas aislables que reciben el nombre de períodos y generaciones, todo según criterios arbitrarios -ideológicospara cada caso. De esta suerte se construyen "conjuntos sincrónicos" de autores-obras que, puestos en comparación, no obedecen a los mismos principios de determinismo emotivo, psicológico, estético, anecdótico, etc. Los textos literarios escritos -o lo que es mucho peor, "trozos selectos" entresacados ad libitum- terminan por ser tomados como subterfugios, pues no son coordinados con ningún análisis discursivo intratextual e intertextual y, mucho menos, extratextual (demográfico, sociológico, étnico, económico, estadístico, etc.) preciso dentro de la misma Institución Literaria que tratan de consolidar. Por esta razón , la crítica literaria peruana ha demostrado ser impotente para establecer la relación entre los estudios del medio socio-histórico-cultural y los del texto literario que siempre quedan yuxtapuestos.
Los períodos y las generaciones , fijados como ideales por esa historia de "la" literatura peruana, se suceden soldados unos a otros de manera tan heteróclita e hipostasiada que al final solo se obtiene una visión sumamente incoherente de la "historia" de la producción literaria castellana global. Por ende, al no haber hilos de inteligibilidad a seguir de un período a otro, o de una generación a otra, cada uno de ellos se presenta como una mónada ideal. No es de extrañar, por eso mismo, que allí la monografia sea el género corrientemente empleado5 y que su peso discursivo sea tal que, para la historia de "la" literatura peruana, el sol sigue dando vueltas alrededor de la tierra. Si en vez de esta visión literaria geocéntrica se proyectara constituir una visión histórica heliocéntrica (copernicanogalileana) del fenómeno literario, sería, sin duda, imprescindible abandonar el exagerado centralismo autorial y estudiar solo los textos literarios, teniendo siempre muy presente que los períodos no son divisiones de la evolución universal de la humanidad o de parte de ella sino secciones temporales marcadas:
en la tradición oral , por sistemas textuales migratorios de variantes y motivos; y en la tradición escrita, por sistemas textuales igualmente migratorios pero de estilos,
5 Las monografías autoriales de "la" historia de la literatura peruana poseen, además, contextura hagiográfica. En efecto, es una escritura calcada de los repertorios beatíficos, por ejemplo, de las monografías de santoral que, para reconcomio de la Beatita de Humay y Sarita Colonia, alcanzan hasta a los críticos encumbrados como lo demuestra, ejemplarmente, ese paradigma de servilismo que es la monografía dedicada a reseñar la vida edificante, los portentos aleccionadores y los milagros aerógrafo-heterogéneos del venerable A. Cornejo por su sacristanesco hagiógrafo oficial ( oportunista, arribista, rastrero y . . . candoroso).
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de formas, de convenciones literarias (los movimientos, las escuelas, las generaciones, los modelos y epígonos, etc.) cuya aparición, expansión, diversificación, integración y desaparición deben ser descritos. Veamos a continuación los tópicos más acuciosos a que invita esta problemática.
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1.1 Los rasgos caracterizadores del atributo <literaturas peruanas>
Observemos que si en la palabra <historia> se confunde la disciplina y su objeto de conocimiento6, con el empleo de la palabra <literatura> sucede algo semejante. La historia de "la" literatura peruana, al no definir su objeto de conocimiento -ni la "historia" ni mucho menos la "literatura"-, incurre inevitablemente en una doble repetición viciosa: ¿qué estudia la historia de "la" literatura peruana? Pues la historia de "la" literatura peruana. Allí la < literatura>, como Dios, es la que es; su manejo nocional debe ser, decididamente, irracional , metafísico y ontológico. Es de este modo que el proceso ritual de la crítica mitifica nuestra literatura escrita, presupone la existencia de "un algo" cuyos fundamentos nunca se definen ni se discuten poniendo en juego criterios racionales; jamás se habla de la noción misma de lo literario peruano. La Literatura Peruana termina por ser un icono áfono, un ídolo mudo y oscurantista, una saga de las prosas o poesías caste llanas peruanas consagradas en nuestro Panteón Literario . .. pero, insistimos, solo es lo que es; no tiene otra definición que la tautología ni otra función que el pleonasmo: replicar indefinidamente su oucría, su esencia7. Ahora bien, si esto es así, preguntémonos ¿cómo se puede escribir la historia -que por fuerza debe ser anagógica- de un ente metafisico y ontológico como lo es "la" literatura peruana, tan semejante a las entelequias, los endriagos, los centimanos o ... la santísima trinidad? Reconozcamos que semejante cuadratura del círculo (la historización de un fantasma, de un espanto, de un espectro), a ser aplaudida sin reticencia, es la meritoria quimera de las actuales historias autodidactas de "la" literatura peruana donde se confunde, sin más, las actividades intelectuales de tipo emotivo con las de tipo reflexivo.
Anulados los dogmas, prejuicios, principios pseudo-clasificatorios y preceptos ya encallecidos que constituyen los presupuestos implícitos o explícitos de la crítica oficial -"la literatura", "las bellas letras"- , las <literaturas peruanas> son a concebir :
como artes primarios en lengua, escritura y digitalización ; y como bienes de cultura de una sociedad multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural con rasgos absolutamente propios, idiosincrás icos, como lo son todos los del me/ting poi de la sociedad peruana.
6 A diferencia de la lingüística que estudi a la lengua o la sociología que estudia la sociedad, ¿qué estudia la historia? Pues la histori a. De este embarazo epistemológico nació la necesidad de la historiografía que es el conocimiento que busca describir los mecani smos de fun cionamiento ele las obras históricas a fin ele elaborar una teoría ele la historia como disciplina autónoma.
7 La pennanencia y vigencia actua l ele la esencia literaria ele tocias las naciones peruanas conclensacl,1 en y representada por una y sola una nación castellanohablante, asegura la función ontogónica unívoca a sus autores y, con ella, la supuesta permanencia ele nuestra presupuesta esencia litera ri a. Al mismo tiempo, la tesis de la unidad en sí de las lenguas castellanas ribereiia y andina hab ladas en el Perú implica la negación ele su naturaleza dig/ósica y, con ello, nada menos que la ele los mundos andino y amazónico que se considera sólo son representados en y por dicha unidad en sí.
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Así, este punto de vista requiere que dicha noción no sea ni general ni inmanente, ni generativista ni universalista, sino, al contrario,
adecuada a esta nuestra sociedad multinacional (mutiétnica), multilingüe y pluricultural, elaborada inductivo-deductivamente a partir de sus múltiples soportes materiales (los textos); y teniendo en cuenta tanto sus evoluciones genéticas como conceptuales tradicionales, su resistencia diglósica ("motosa") a las normas del castellano (uso de la replana, los diversos argots, los "sabires" andinos, la agramaticalidad, etc.), su discursividad oral y escrita en las múltiples lenguas peruanas e igualmente su coherencia y cohesión. A partir de este marco de restricciones propiamente peruanas, en particular del he
cho de que todo texto literario es, a la vez, obra de lenguaje y obra de arte y que la idea de literatura evoluciona en función de la evolución misma de nuestra sociedad, todo lo cual se halla muy alejado de la idealidad romántica sobre la literaridad persistente en la precognición de nuestra Institución Literaria8, precisemos en su funcionamiento -no en su esencia- los rasgos caracterizadores del atributo literaturas peruanas.
La locución fijada <literaturas peruanas> es a entender nocional y funcionalmente , del modo más simple y por enumeración de rasgos caracterizadores9, como un sintagma nominal que designa el arte del lenguaje practicado en la multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural sociedad peruana y, a partir de él, la asignación a ciertos discursos colectivos o individuales, orales o escritos 1°, del macrovalor socioideológico de (re)presentación 11 de orden estésico- 12
8 Como se sabe, desde fines del siglo XIX el concepto de literatura tiene tal amplitud de sentido que no se ha prestado a una definición más o menos precisa, tanto que hoy J. Lacan no habla más de literatura sino de lituratierra.
9 Advertimos que el acto de definir fue e l procedimiento mayor del positivismo lógico (fórmula en expansión que plantea la equivalencia entre una signi ticación y la significación de una unidad más pequeña, por ejemplo, la del lexema <literatura> o la de la s inapsia <arte del lenguaje>). Sin embargo, como nuestras caracterizaciones no dependen de una supuesta "naturaleza de las cosas" en cuanto simple objetivación de los presupuestos multinacionales (multiétnicos), multilingües y pluriculturales, la enumeración que sigue, cuyos dispositivos (rasgos caracterizadores) se afinan al oponerse (Fichte), se adapta a nuestros objetivos histórico-tradicionales de orden linguoliterario. Advirtamos, además, que las <literaturas peruanas> por ser artes en y del lenguaje no son ni un "pensamiento por imágenes" (Chklovski) ni un arte sin referente como la arquitectura o la música.
1 O Por <discurso> entendemos, con F. Rastier, los tipos de usos lingüísticos codificados que corresponden a las prácticas sociales diferenciadas, por ejemplo, de orden literario, y articulan dominios semánticos propios. Insisto en advertir que los dominios semánticos de los discursos literarios no son interpretables como categorías trascendentales, metafísicas, propias de la crítica literaria pues, como veremos más adelante, cada discurso se textual iza en una tradición, en una práctica y en una situación determinadas.
11 E. Morin anota al respecto que "el conocimiento del cerebro, en el siglo XX, confürna a su manera la concepción kantiana: nuestra percepción no es un reflejo de la realidad sino una traducción/ reconstrucción cerebral de los estímulos recibidos por nuestros sentidos. Nuestra percepción de lo real e~siempre representación" (Entrevista en N.O. 2210, 15-21 de marzo de 2007, p. 14) .
12 Optamos por el término desalienante <estesia> en contradicción al término <estética> enyugado por el logocentrismo al uso. <Estesia> proviene del gr. ai:crEh1cn~ y aícr0TJnxó,;, lo estésico. lo que tiene la facultad de comprender y sentir al mismo tiempo; es lo perceptible e inteligible en relación a la sensación y a la emotividad compartidas por cada comunidad linguoculturalmente
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- 1í9oc; 13 del[os] informante[s] y del[os] escritor[es]-, organizado en elocuciones emotivamente 14
valorizadas (discursos sobre lo sensible al actualizar lo sensible mismo) luego de un proceso de legitimación social y actualizadas en series linguales monoglósicas, diglósicas o triglósicas, consideradas estas últimas -en tanto en cuanto producción 15- como trabajo enuncivo y enunciativo 11' de orden semántico aferente (o connotativo) 17 dirigido a un público -n:á8o~ 18 dttl[os] oyente[s] y del[os] lector[es]) 19- mediante actos de difusión y recepción consensualmente admitidos por cada comunidad.
En consecuencia, la sociedad peruana no produce20 , difunde y recepciona en monobloque una sola literatura castellana sino una gama de literaturas, tantas cuantas
considerada (de ahí que F. Rastier diga que la estesia es "la pareja artística de la episteme", !I ris el sciences du texte. París: Presses Universitaires de France, 2001 , p. 166). Se opone léx icamentc a ávuícr9TJTO~que significa insensible e indi ferente, lo anestésico propio de los discursos no literarios de esas mismas comunidades. De este modo, la estesia comprende el inventario general de las relaciones y de las mutaciones de valores que articulan las asociaciones de tropos privilegiados por cada época en los textos literarios orales y escritos. En cuanto a la estesia fitndam emal. ésta define el sustrato o zócalo de valores artísticos compartidos por cada comunidad peruana y sobre el cual se edifican todas nuestras literaturas; ella, desde luego, no tiene nada en común con cualquier "función" estética, quiero decir, con los problemas del gusto y de lo bello.
13 <Ethos>: en lo relativo a las elocuciones sociolectal , etnolectal e idiolectal comprende, indi stintamente, los rasgos definitorios costumbre o uso, manera de ser o carácter y ét ica e loculiva; equivale, en cierto modo, a lo que Tomachevski llamaba "motivación composicional" de los elementos de un texto literario.
14 Del lat. emovere -formado por ex (hacia fuera) y movere- , remover, sacar de un lugar. retirar. sacudir, como suele hacer la emoción en el ánimo; y del fr. émotion , derivado cu lto de émouvoir, emocionarse o conmoverse.
15 <Producción> en el sentido de hacer, fabricar, crear, imaginar, inventar, componer (rrou\o) urte (TÉXVT]) aplicándolo (TEXVtKóc;), renovándolo y anticipándolo en su migración dialéctico-dinúmica ( µí~tr¡cn~) (Agamben).
16 C. Vallejo fue e l primero, entre nosotros, en plantear al trabajo como deontología literari a de base: "E l trabajo se erige así en sustancia primera, génesis y destino sentimental del arte ... El trabajo, el gran recreadordel mundo, el esfuerzo de los esfuerzos, el acto de los actos ... El trabajo es el padre de la vida. e l centro del arte" (cf. E. Bailón Aguirre. Poetología y escritura. las crónicas de César Vallejo. México: UNAM , 1985, p. 254); véase igualmente .l. C. Mariátegui. Siele ensayos de interpre1ació11 de la realidad peruana. Santiago de Chile: Editorial Universitaria S. A., 1955, pp. 113-114, 116. R. Barthes indica, en el mismo sentido, que la producción literaria consiste en "la gran argamasa de l lenguaje" que los hombres "trabajan y que los trabaj a, ya sea que reproduzca la diversidad de sociolectos. o bien que a partir de esta diversidad, cuyo desgarramiento experimenta, im?gine y trate de elaborar un lc11-guaje-límite que constituiría su grado cero" (l'obvie et /'obtus. Paris: Editions du Seuil , 1982, p. 125 ).
17 Respecto a las nociones de presentación , representación semántica y sernas aferentes o connotativos en los discursos, véase el glosario en E. Bailón Aguirre y R. Cerrón Pa lomino Terminología agraria andina-Nombres quechumaras de la papa. Cuzco : CERA "Bartolomé de Las Casas", 2002 .
18 <Pathos>: lo que se experimenta o prueba, experiencia; estado de ánimo elocutivamente conmovido y susceptible de despertar humores o disposiciones afectivas de base (categorías tímicas euloricas u disfóricas como las sensaciones de placer, amor, ira, tristeza, etc.) : lo patético o asunto emocionante.
19 F. Rastier (!bid. p. 43 n. 2) afirma, por ejemplo que en el caso de la tradición oral la coincidencia del ethos del orador y del pathos del oyente descansa, sin duda, en la sincronización rítmica de los flujos emocionales, observación que sin duda puede ser extendida a la tradición escrita y digital.
20 En el sentido que da Marx (El Capital) al ll amado "modo de producción de la vida material" que preside en general el desarrollo de la vida social , política e intelectual.
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formaciones sociales y prácticas de difusión y recepción literarias tradicionales son capaces de atestar su propia producción de bienes de cultura literaria, en evolución discontinua (durable y variable)21, y cuya virtud renovadora -propiedad común de toda obra de arte auténtica, sin la cual el arte deviene automatismo- en relación a los bienes de cultura literaria que los preceden es, a la vez, desorganizar e innovar la estesia sedimentada en la conciencia emotiva y cognitiva de cada comunidad, inaugurando y abriendo allí nuevas zonas de sensibilidad, esto es, el surgimiento de una nueva interacción en dicha estesia.
1.2 La descripción y explicación dialéctico-dinámicas de las tradiciones históricas literarias peruanas
A partir de la descripción sumaria de los rasgos caracterizadores de las < literaturas peruanas>, veamos ahora lo concerniente a su tradición histórica. Tomando como punto de partida el criterio elaborado por E. Morin para quien "la historia no es otra cosa que el vínculo aleatorio, complementario, concurrente y antagonista entre desorden y proceso de complejización"22, la tradición histórica de las literaturas peruanas tratará de describir, constituir y explicar el funcionamiento evolutivo de los fenómenos literarios acontecidos en la multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural sociedad peruana. Se trata, con este proyecto, de poner un poco de orden en el turbión de las historias de "la" literatura peruana al uso, turbión infestado por mayúsculas confusiones de ideas, delirios autoriales, lecturas ignaras o extravagantes, intereses inescrupulosos, periodizaciones efímeras ...
Ya al interior de este campo de conocimiento comencemos por advertir que, por ejemplo, hablar de la escritura como tecnología fundadora única de la literatura supone, en calidad de antecedente, el hecho de que en la historia del lenguaje debe privilegiarse tanto la evolución de los soportes tecnológicos como la evolución de los tratamientos, por ejemplo, los literarios. Esta afirmación nos permite constatar, al contrario, que
en primer lugar, históricamente y de acuerdo a las demandas sociales de cada época, un nuevo soporte o un nuevo tratamiento no anula los precedentes, por ejemplo, la introducción de la tecnología escrita, mediante los libros, y de los géneros literarios de la civilización occidental en la civilización andina y amazónica, no implicó la desaparición ni de los relatos míticos o la escansión etnopoética ni de los cuentos , leyendas, fábulas , creencias populares, etc . sino su convivencia (literaturas ancestrales, populares, institucionalizadas) y en segundo lugar, "cada nuevo soporte permite nuevos tratamientos, pero no los determina" ya que una nueva tecnología define solo "un nuevo modo de interacción entre un tratamiento y un soporte"23 prevaleciendo su coexistencia (la tradición oral: onda recepción literarias tradicionales son capaces deonora, comunicación colectiva e interpersonal , prosodia, gestualidad, escucha; y, paralelamente, la tradición es-
\ 21 Cf. T. Todorov. "Poétiqu e et his.toire littéraire" en Qu'est-ce que le structura/isme 7 l e
structuralisme en poétique. París: Editions du Seuil, 1968, pp. 92-109. 22 E. Morin. le paradigme perdu: la nature humaine. París: Editions du Seuil, 1973, p. 147. 23 F. Rastier, op cit. pp. 74-75.
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crita: tabletas, pergaminos, papel y tinta, máquina de escribir, imprenta, libros, · computadoras, lectura en voz alta y en silencio). La introducción -con la conquista y la colonia- de la tradición escrita y los soportes
que la acompañaron (papel y tinta, libros), no determinó, por ende, la "aparición" de la literatura en los Andes y en la Amazonía; las literaturas andinas y amazónicas ciertamente ya preexistían en su tradiciones orales -muy abundantes y diversas- con sus propios géneros . Con la eversión y genocidio colonizadores, que como cualquier régimen tiránico privilegió la lengua castellana imponiéndola, instrumentalizándola y aniquilando las lenguas ancestrales, lo único que se agregó fue un modo distinto de interacción entre e l tratamiento literario ya milenario y el nuevo soporte (a los géneros de la tradición oral se sum aron los géneros literarios de la tradición escrita), pero de ninguna manera se introdujeron, por primera vez, discursos de naturaleza inédita para la civilización amerindia, como lo pretende la historia corriente de "la" literatura peruana que liga el destino del tratamiento literario únicamente al de su soporte escrito. Los discursos literarios no dependen , para su continuidad y pervivencia, de la aleatoria aparición o desaparición histórica de sus soportes tecnológicos ; en efecto, los discursos literarios no "desaparecerán" cuando no subsistan más los libros, soporte ya anacrónico a comienzos del siglo XXI -como en su momento lo fueron la escritura en tabletas y pergaminos o la máquina de escribir- pero ahora todavía en existencia simultánea con las pantallas de las computadoras. En la actual etapa transitoria de tecnologías, la literatura aprovecha, sin percances , ambos soportes y así, como a todos consta, miles de personas utilizan la digitación electrónica para expresar sus narraciones, poesías, ensayos , etc. que luego son divulgados, a la vez, por los libros y la red.
Si se pone en juego las consideraciones precedentes, se estará en capacidad de constituir esas totalidades relativas que alguna vez L. Goldmann llamara "estructuras signifi cat ivas" o sea la tradición histórica de las literaturas peruanas como prácticas socia les di scursivas significantes, específicas y concretas, donde se observe, por ejemplo, en la tradición hi stórica literaria escrita, los procesos que sufren sus categorías genéricas más o menos estables ( en el caso de la lírica y de la novela, la evolución de los códigos semánticos, retóri cos , monoglósicos, estilísticos, temáticos, etc.) y, en la tradición histórica literaria oral , la evolución de los motivos en relación a sus actualizaciones en los motifemas temporal y espacia lmente considerados24 . Ello deriva del hecho de que, como lo hemos dicho y prevé J. Basadre, la tradición histórica de las literaturas peruanas es solo un sector de nuestra(s) hi stori a(s) social(es) y cultural(es) y, por lo tanto, e l universo semántico de cada texto literario es so lo homologable en la logósfera o sistema de valores culturales que regulan, controlan y sanc ionan la mentalidad del grupo social para el que dicho texto es plenamente intelig ible25 . Se
24 Este último, fenómeno altamente dialéctico dinámico propio de la evo lución de la tradición oral. concuerda con la conocida denuncia de E. Sa'id y H. K. Bhabha sobre el falaz inmovilismo y homogeneidad plena atribuida a las cul\uras y civilizaciones colonizadas, falacia que hoy pervive. en nuestro caso, entre los prejuicios de la historia de "la" literatura peruana (a pesar de sus arrestos heterogéneos) y el poder de las instituciones univers itari as y académicas al reterirse a las prücticas literarias de las formaciones sociales ancestrales y populares peruanas.
25 En cambio, las hipótesis sobre la logósfera integral peruana que puedan sugerirse {por ejemplo. como propondremos enseguida, que nuestra tradición histórico-literaria es un po/isistema) no son
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trata, en resumidas cuentas, de una visión ecológica de este fenómeno cultural tal cual la explica C. Moisan :
"Si la literatura forma parte integrante de su medio, es necesario que la historia de la literatura rinda cuentas de ello más allá de simples menciones históricas, alusiones a algunos movimientos de ideas, a clasificaciones sociales defectuosas o a simplificaciones económicas. la literatura y la historia de la literatura deberán definirse como sistemas que mantienen relaciones vitales con su medio y, por lo tanto, forman parte de otros sistemas "26 •
A partir de esta propuesta ecológica, el fenómeno literario global y las prácticas sociales peruanas literariamente significativas deberán organizarse en polisistemas (sistema de sistemas o pluralidad compleja de sistemas)27 que participan entre ellos, en estado de tensión o aplomados, para la constitución y acondicionamiento de las literaturas peruanas. Dichos polisistemas pueden ser complementarios y/o recíprocos, homólogos y/o conexos, separados y/o inconciliables, coexistentes y/o paralelos, dominantes/dominados, etc. Además, cada uno de nuestros sistemas literarios (o conjuntos empíricos y orgánicos -no mecánicos- de textos literarios interrelacionados) es autoreferencia128 ya que se le reconoce tanto por sus fronteras relativamente estables y los agentes que lo delimitan como .por su reconocimiento social (vrg. la tradición oral quechua) al cumplir allí una función que no tiene otro sistema (vrg. la tradición escrita quechua); consecuentemente, solo se puede constituir enfrentado a los objetos textuales de otro sistema (vrg. tradición oral popular castellano-peruana vs . tradición escrita castellano-peruana institucionalizada) pues ambos se hallan cruzados por normas pluriculturales de regulación cuyo ejercicio es conflictivo: derecho/costumbre, ciencia/creencias, política/moral , instrucción/analfabetismo, etc. Es de fundamental importancia, en este punto, referirnos al hecho de que como se trata de sistemas de comunicación interactiva, en los sistemas literarios peruanos y sus transferencias al interior de nuestro medio multilingüe interviene, como factor decisivo, la traducción oral y
ni verdaderas ni falsas; e llas pueden servir de punto de partida o de ideas directrices para la dilucidación de, por ejemplo, detenninado fenómeno literario peruano. Su propósito será analítico en sentido etimológico, esto es, disolver los preconceptos, los prejuicios ideológicos y las operaciones intelectuales puestas en práctica en la redacción de la historia de "la" literatura peruana (ella conserva de una a otra versión, de la de Riva Agüero a la de Higgins y a pesar de "decir" que quieren distingui rse entre ellas, los mismos marcos de reproducción e imitación como encuadres, datos y patrones especulativos) e igualmente una liberación de la apreciación de los fenómenos literarios coercidos por la Institución Literaria Peruana.
26 C. Moisan. Qu'est-ce que l'histoire littéraire?. París: Presses Universitaires de France, 1987, p. 16. Tynianov coincidía, ya en 1927, en el mismo propósito; él escribía entonces que "el estudio de la evolución literaria sólo es posible si la consideramos como una serie, un sistema puesto en correlación con otras series o s istemas y condicionada por ellos" ("De la evolución literari a" en T. Todorov. Théorie de la /ittérature, textes des formalistas ruses. París: Édi tions du Seuil , 1965. p. 136).
27 Cf. l. Even-Zohar. Papers in Historical Poetics. Tel-Aviv: Tel-Aviv University Press [The Porter lnstitute for Poetics and Semiotics], 1978.
28 Se trata del llamado "Autopoetik System" de N. Luhmann.
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escrita en doble sentido, tanto de la lengua castellana dominante (formalizante) hacia las · ancestrales dominadas (aglutinantes) como de éstas últimas hacia la primera. Como se sabe, cuando se traduce se visita el corazón del texto, se percibe su musculatura temática, el sistema sanguíneo de su estilo que se debe reinventar en la lengua traductora. Desde la traducción castellana del Manuscrito de Huarochirí por F. de Ávila, la presencia o la ausencia de traducciones en determinada época, la selección, los métodos de traducción29 , cumplen funciones determinantes en la constitución de la hénada o Gran Todo literario peruano y la tradición histórica de nuestras literaturas debe, por consiguiente, tenerlos muy en cuenta en el devenir de sus vicisitudes temporales30
.
De todo ello se deduce que la interrelación entre los sistemas de producción literaria dialéctico-dinámicos peruanos (nunca series de códigos particulares separados) tiene una función constitutiva. Es nada menos que la organización de las literaturas peruanas, ya que esa interrelación permite estudiar y generalizar el funcionamiento o comportamiento de tales sistemas: orden, desorden y entropía. En esta perspectiva de inteligibilidad literaria racional -organicista, empírica, dinámica y funcional- si bien los elementos de cada sistema no son de importancia histórico-tradicional semejante ni tienen un estatuto similar, pues uno de ellos predomina socialmente sobre los otros o se subordina a ellos , sin embargo allí no hay progreso, apogeos o decadencias. Solo se encuentra movimientos en constante cambio, desarrollos, organizaciones diferentes según la situación estratégica o dinámica de los elementos englobadores en presencia, vale decir, acontecimientos socio-históricos y actos literarios cuya periodización no puede reclamar una validez exclusiva ya que las "actitudes selectivas" (Escarpit) proyectan varias maneras de repartir las fases de cambio, estableciendo, en consecuencia, diferentes dataciones o momentos de comienzo y fin de dichas fases . En este sentido debemos aclarar que, por ejemplo, para la periodización de la tradición literaria escrita no está prohibido -de ningún modo- partir, en tanto en cuanto hipótesis, de las divisiones de la historia oficia131 , ya que el fin para determinar los momentos de cambio no es convalidar o invalidar esa periodización sino verificar el funcionamiento de un sistema literario determinado por comparación con otra etapa del mismo y con las periodizaciones de los otros sistemas.
En este sentido, la colación causalista entre los acontecimientos soc io-históricos y los actos literarios deberá ser reexaminada fuera de las apropiaciones (o confiscaciones) y exclusiones literarias actualmente institucionalizadas, abriéndose a la idea braudeleriana de las periodizaciones concurrentes en los ritmos largos y cortos de cada longitud polihistórica
29 Cf. E. Ballón Aguirre, 2006, pp . 207-214; F. Arango-Keeth. "Algunos criterios utili zados en la traducción de etnolileratura". Escrilos 11-12, 1995, pp . 357-379.
30 F. Rastier escribe que "más allá de las metáforas biológicas hoy recurrentes, la human idad no puede definirse únicamente por su genoma: el plurilingüismo y la traduccion son pruebas cotidianas que la humanidad existe 'por construcción' y se constituye ante lodo en su dimensión cultural[ . .. ] las obras traducidas han contribuido más que las otras a la edificación de una cultura plurilingüe" ("Éloge paradoxal du plurilinguisme" . Texto, vol. XII , nº3, julio 2007, p. 10).
3 1 Entendemos por <historia oficial> aquella que desde la conquista dispone de plenos poderes en las instituciones educativas del Estado y as í ha adquirido un definido carácter canónico y dogmütico .
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______ Enrique Ballón: Esbozo general de la tradición histórica de las literaturas peruanas
en la sociedad peruana integral. Una vez acordados tales dispositivos y la descripción de su mutación , el primer paso será, a no dudarlo, abolir de una vez por todas las directrices vigentes del "humanismo corrompido" (Lévi-Strauss)32 universitario, académico y periodístico que desde mediados el siglo XX ha dirigido y aun determina el destino de los estudios literarios de la sociedad peruana y fundar nuevas directrices sustentadas en los auténticos aportes de nuestras ciencias sociales que intentan responder al grave problema abandonado por los especialistas de "la" literatura peruana -los límites de la "autonomía histórica" de nuestra producción literaria oficial- y usufructuar, en cambio, los notables legados del pensamiento peruano desalienado, en particular los de M. González Prada, J. C. Mariátegui , C. Vallejo, A. Hidalgo, L. E. Valcarcel , E. Morote Best, J. M. Arguedas, J. Basadre, G. Lohmann Vi llena, C. Aranibar, P. Macera y A. Escobar, todos unidos solidariamente por la revisión crítica de nuestra etapa colonial y que gracias a su aversión del poder académico, la acogida al pensamiento disidente, el desprecio de los valores que engolosinan la intelectualidad pequeño-burguesa, pudieron tomar distancia y pensar desprejuiciadamente; por último, unidos también por el criterio de que las literaturas peruanas no son autónomas ni como fenómenos artísticos ni como sistemas "autárquicos" de conocimiento. De ahí que para ellos la crítica literaria y el comentario de textos deben ser siempre un arma ética, entre otras, en la lucha por una mejor sociedad peruana integral.
Abordar esta tarea implica constituir -irrefragablemente- un equipo interdisciplinario de científicos sociales con historiadores de formación y profesión, lingüistas especializados en la descripción de los textos y los discursos, conocedores de nuestras lenguas ancestrales, semióticos especializados en la producción Iinguocultural peruana integral , sociólogos y antropólogos con vasta experiencia de trabajo de campo en las grandes y pequeñas ciudades , en las comunidades ribereñas , andinas y amazónicas33 . Este equipo, asistido en el trabajo de campo por los informantes de las lenguas ancestrales y de las distintas áreas diglósicas y triglósicas debidamente entrenados en la descripción de los fenómenos y problemas de tradición histórica de la sociedad peruana, procederá a trabajar partiendo
32 Cabe mencionar, entre otras directrices , el Autodidactismo, la Improvisación, el Muestreo (los trozos literarios se leccionados), el Solipsismo aerógrafo, el Amateurismo crítico. la Adulación autoría! , la Complacencia narcisista, el Chantaje intelectual, la Indiferencia frente a las tradiciones orales y escritas de las naciones ancestrales . .. Por ellas se ha creado una frontera que separa la historia de "la" literatura del resto de la sociedad y entonces, como preveía C. Lévi-Strauss. en esa "historia" sólo "se reivindica, en provecho de una minoría cada vez más restringida, el privilegio de un humanismo corrompido". F. Vernier anota al respecto que "e l discurso "histórico" sobre la literatura (un discurso sobre la literatura como historia) se presenta como una configuración ideal de lo humano, de sus valores admitidos (¿por quién?), una especie de orquestación fonnal (verbal) de ideas-nociones, de actitudes y de creencias que vehiculan e ilustran el discurso mismo". (l 'Écriture et les textes. París: Éditions Sociales, 1972, p. 216).
33 No se trata, en nuestro caso, como se acostumbra, de adosar especialistas de épocas, de autores. de movimientos, de obras, sino de un equipo cuyos miembros reflexionen sobre el marco teórico de su trabajo investigatorio, sobre su funcionamiento metodológico, sobre los procedimientos esenciales del análisis e interpretación de los textos históricos y literarios y sobre la redacción de sus resultados, sin ser manipulado por los presupuestos, las concordancias o discordancias con sus propios puntos de vista o la lógica o la no-lógica de la construcción acordada pero donde el aporte individual -ajeno a los egotismos acostumbrados- se diluya plenamente en el es fu erzo colectivo.
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de los criterios hipotético-deductivos del racionalismo empírico que presiden el punto de vista propuesto. Ellos consideran la articulación y registro34 especialmente de dos tipos de datos, a) los acontecimientos históricos confirmados y b) los textos literarios orales y escritos producidos por las comunidadeJ peruanas que
les sean atinentes, según tres relaciones: fundadora, en el sentido de que los acontecimientos historiográficamente (teórica y metodológicamente) convalidados son el fundamento de la(s) historia(~) y presiden su redacción; hermenéutica material, pues considera a la semiolingüística (y sus disciplinas conexas: manuscriptología, filología, ecdótica, retórica, textología, análisis del discurso) como intérprete de los actos de lengua y de literatura constitutivos de los textos producidos, difundidos y recepcionados por nuestra sociedad multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural; descodificadora-clasificatoria, que dispone (registra, conserva, ordena, distribuye) y selecciona (la selección consiste en pasar de la complejidad de la totalidad a la simplicidad de la constatación)35 los acontecimientos micro-históricos31'
y macro-históricos37 articulándolos con los actos literarios según una visión discontinua y dialéctico-dinámica de las tradiciones culturales peruanas ponderadas antropológica y sociológicamente en su evo lución temporal.
34 Adoptamos el sentido que el vocablo <registro> tiene en las ciencias acústicas y fisicas donde significa recoger con precisión los efectos de un fenómeno a tin de estudiarlos o de reproducir e l fenómeno.
35 Un texto literario seleccionado es un texto históricamente legitimado por una instancia cualquiera ; por lo tanto, los pecados de omisión por prejuicio, pereza, incomprensión, mala fe . interés. torpeza, inquina, precipitación, rutina, etc. son los mús reprensibles en este asunto.
36 Lo que F. Braudel llama las "duraciones o lapsos cortos" (Ecrils sur /'histoire. París: Flammarion. 1969). A . .1. Greimas apunta que el parecer histórico de la historia [de la tradición hi stórica de las literaturas peruanas] se constituye desde la dimensión de supe,jicie compuesta por "esta multiplicidad de micro-sucesos a partir de la cual se efectúa la selección de los acontecimientos que. dado que son considerados significativos, adquieren la dignidad de acontecimientos históricos y. encadenados unos a otros, constituyen series de eventos integrables en el discurso hi stórico" (Sémiotique et sciences sociales. París: Editions du Seuil , 1976, p. 163). En la tradición oral peruana esa dimensión de superficie está constituida por la serie de variantes y los molije111as respectivos y, en la tradición escrita, por la serie de textos literarios escritos y digitalizados producidos por la sociedad peruana globalmente considerada.
3 7 Equivalente en F. Braudel a las "duraciones o lapsos largos". Frente al parecer histórico de la dimensión de supe1ftcie se encuentra, siempre según Greimas y aplicando nuevamente su idea al caso peruano, la dimensión projúnda [de la tradición histórica de nuestras literaturas] en que ya no se encuentran las variantes o los textos literarios aislados sino, por ejemplo, los motivos en tradición oral y en la tradición escrita los acontecimientos colectivos como los períodos, los movimientos literarios, las generaciones diacrónicamente consideradas (como sostiene Vallejo en la cit,1 de la nota 60), las escuelas, los grupos, las etapas, las clases, etc. R. Estivals encuentra, por ejemplo. en los casos que él estudia, que "existen fluctuaciones económicas y fluctuaciones literarias de amplitud comparable" (Analyse de la périodisation lilléraire. París: Editions Universitaires, 1972. p. 86).
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En consecuencia las disciplinas sociales fundamentales, básicas, que permiten el acceso coherente y en lo posible riguroso a la tradición histórica de las literaturas peruanas son la historiografía, la semiolingüistica, la antropología y la sociología. Ellas plantean el principio de que es en las diversas formaciones socio-culturales peruanas que se materializan los fenómenos de producción, difusión y recepción literaria a registrar dentro de sus respectivas tradiciones históricas38 . El trabajo interdisciplinario que las congregue tendrá, pues, como tarea insoslayable la elaboración del modelo hipotético y del modelo confirmado de las organizaciones sistemáticas de esa producción, difusión y recepción de las literaturas peruanas en dichas tradiciones histórico-culturales39.
Pero ¿qué es un modelo? En todas las disciplinas consideradas -historiografía, semiótica, lingüística, antropología y sociología- se entiende por modelo40 un simulacro abstracto de conceptos homogéneos construido que permite representar un conjunto de fenómenos sistematizados, simulacro que se considera capaz de describir, analizar y explicar un conjunto dado de hechos, vale decir, en nuestro caso, acontecimientos históricos y actos literarios. Puesto que los modelos deben adecuarse tanto a las exigencias teóricas como al objeto de conocimiento que pretenden modelizarl 1, son los criterios inductivo-deductivos de demostración (confirmación y refutación) los que permiten verificar su plausibilidad. Por lo tanto, es en y desde la axiomática del campo englobador de la tradición pluricultural peruana -donde encuentran su razón de ser todos nuestros bienes aculturales, desculturales y asimilados por la cultura oficial, comenzando por las lenguas y literaturas ancestrales y populares42- que se justifica construir la teoría por vía deductiva.
En efecto, necesitamos idear un modelo hipotético que por lo menos articule el plano teórico de la organización sistemática de la tradición histórica de las literaturas perua-
38 R. Estivals apunta también que "la sucesión de concepciones del mundo no sólo se exp licarú por la evolución sociopolítica, en el nivel de las ideas y del contenido, sino por los elementos constitutivos del género en el plano de las fomias significantes" (!bid., p. 88).
39 Cf. R. Tanaka. Systems Modelsfor Literary Macro-Theory. Lisse (Bélgica): The Peter De Ridder Press, 1976.
40 Cf. A. J. Greimas y .l. Courtés. Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Madrid: Editorial Gredos S. A., 1982, pp. 264-265 .
4 1 B. Walliser sostiene que "todo modelo, cualquiera sea e l nivel en que se sitúe, puede ser considerado como un mediador entre un campo teórico del cual es una interpretación y un campo empírico del cual es una síntesis" (Systemes et modeles. lntroduction critique á /'analyse des systemes. París: Editions du Seuil, 1977, p. 153 ).
42 Sobre las relaciones entre cultura y lenguaje, E. Coseriu escribe que "el lenguaje es actividad creadora y, por ello mismo, actividad cultural infinita. Al mismo tiempo, es una fon11a de la cultura y la base de la cultura, especialmente como tradición cultural" ("Diez tesis sobre la esencia del lenguaje y el significado". Hueso húmero 50, mayo 2007, p. 4). De ahí que ningún sistema literario exhte in vacuo. Su presencia se encuentra en relación estrecha con un cuerpo de bienes culturales y con la serie de vectores conceptuales e institucionales que prevalecen en un momento dado. De este modo la pluricultura fünda o se encuentra en la base (lenguas, instituciones políticas, educativas, administrativas, jurídicas, religiosas, etc.) de la producción literaria peruana íntegra: ella garantiza la unidad de los textos y de su sistemas.
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nas y el plano empírico de la organización sistemática correlacionada mas no causa/43 entre los acontecimientos históricos atestados y los actos literarios igualmente confirmados, ambos obtenidos por análisis cuantitativos (análisis de datos), cualitativos (aná li s is de los contenidos) y comparativos. Veamos su esquematización inici a l:
TRADICIÓN PLURICULTURAL PERUANA
AXIOMATIZACIÓN
Plano teórico de organización sistemática de la(s) Historia(s) de las Literaturas Peruanas
~ INDUCCIÓN , <------------------------------------:> DEDUCCIÓN
t '',,, 11 1 ' ,'
MODELO CONFIRMADO'',, /MODELO HIPOTtTICO ' I
' I
',,, /,,'
' I
Plano empírico de, organización/~istemática entre ' I
' I
~ I I
los acontecimientos micro- y I los actos literarios (produc-macro-históricos acaecidos <E- CORRELACIÓN -¿ ción, difusión y recepc ión)
en nuestra sociedad PLURICULTlJRAL orales, escritos y dig ita li za-MULTINACIONAL zados de nuestra soc iedad (MULTINÉTNfCA) MlJLTILINGÜE
43 Los acontecimientos históricos no son la causa eti ciente o fin al de los actos literarios; so n sus correlatos necesarios. Así, un escr itor o un infonnanle son age/1/es correlacionados de lns t<.: xtos mas no sus causas finales pues muchos otros agentes participan en el sistema de la tradición literari a escrita: críticos, libreros, editores. profesores, pedagogos. comentaristas de di,1rios. radio o televi sión, promotores de inform ación y propaganda litera ri a, etc.; cf. E. Ba ilón Agu irrc. "Al margen de una encuesta: de las contradicciones internas de la crítica litera ria en el Perú". /-lueso húmero 50. 2007, pp. 159-160: P. Bourdieu. l'an10ur de /'ar /. París: Ed iti ons de Minuil , 1966).
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______ Enrique Ballón: Esbozo general de la tradición histórica de las literaturas peruanas
Una vez enfocado este objetivo centralizador a paitir del modelo confirmado proporcionado por los acontecimientos micro- y macro- históricos acaecidos en nuestra sociedad multinacional (multiétnica)44 , se procederá, en primer lugar, a diseñar un programa para abordar la periodización tluctuante45, los ciclos de nuestras tradiciones histórico literarias4
1, ,
advirtiendo, ante todo, por principio general, que ellos pueden ser comparados pero no pueden ser absolutamente calcados sobre la actual historia oficial del Perú -como hoy se acostumbra: establecimiento de coincidencias y colaciones analógicas entre los períodos de las expresiones literarias escritas con los períodos históricos de la historia oficial (por ejemplo, período colonial---,,literatura colonial; período de la independencia ----';> literatura independentista, etc.)-47 sino organizarse sistemáticamente merced a la descripción y explicación dialéctico-dinámica -el por qué- del funcionamiento pancrónico (sif!crónico-sistemático48 ; diacrónico-evolutivo) variable, discontinuamente seriado49 , de las tradiciones literarias peruanas y sus índices : alusiones, ósmosis, comparaciones, migraciones temáticas y remisiones inter- y extra-textuales entre los momentos de "resurgencias", "equilibrios" y "desequilibrios" o "saltos", "rupturas" y "quiebras" discursivos de cada una, los "deslizamientos",
44 Es la decisión metodológica premeditada que en el análisis decide la bifurcación (la 11:poaípEm<;) entre los acontecimientos micro- y macro-históricos y los actos literarios con la precedenci a corre lativa ele los primeros. Este procedimiento es exactamente contrario al de la histori a de "la" literatura peruana que só lo pretende nimbar a l autor (no los textos) con hechos hi stóricos analógicamente dispuestos.
45 Recordemos que para evitar lo arbitrario ele una periodización ele la literatura instituida a partir ele criterios extraliterarios o no literarios, los formalistas rusos recurrían a otros conceptos como sistemas o series. Actualmente la periodización se instituye, por lo común, a partir clt! los géneros literarios y sus dest!quilibrios, translonnaciones, equilibrios, transiciones, etc.
46 Aquí subyace la ideología ele la temporalidad cíclica: comienzo, apogeo y diso lución . 4 7 Hay una observación sustancial desde el momento en que la periodización histórica no coincide
con sus alcances espaciales: ¿en qué medida la independencia proclamada en 1821 afectó a la tradición literaria oral aguaruna?, ¿este período fue parejo en todo el territorio nacional y por lo tanto tuvo consecuencias para toda la producción de bienes de cultura del país?; en fin , ¿ los ciclos de la historia oficial repercuten y coinciden con los "coites epistemológicos" (Althusser) de la evolución tradicional de la cultura y civilización peruana integral? .. .
48 R . .lakobson seiiala que "la descripción sincrónica enfoca no sólo la producción literaria de una época ciada sino también esa paite de la tradición literaria que ha quedado viva o ha sido revivida en la época en cuestión( ... ). A manera de la historia del lenguaje, la poética histórica, si quiere ser verdaderamente comprensiva, debe ser concebida como una superestructura, construida sobre una serie de descripciones sincrónicas sucesivas" (Questions de poétique. París : Éditions du Seuil, 1973, p. 212).
49 Advertía G. Canhuilgem que "esta historia no puede ser una colección de biografias ni un panorama a la manera de la historia natural. Debe ser una historia de las filiaciones conceptuales . Pero esta filiación tiene un estatuto de discontinuidad como la herencia mendeliana" (Études d'hiswire el de phi/osophie des sciences. París: Yrin , 1968, p. 184). Las series se afincan en la evolución diacrónica y dependen de ell a para su constitución y su funcionamiento; ellas se pertilan en función deptras series, literarias o no pues remiten a lugares axiológicos identificables como educación, política, moral , costumbres, etc. cuyas relaciones representan un sistema de va lores y así han escapado a la organización periódica de la historia de "la" literatura peruana. En referencia directa a la producción literaria general, Y. Tynianov escribe que "el sistema de la seri e literaria es, ante todo, un sistema de las funciones de la serie literaria que se encuentra en perpetua corre-
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las "anticipaciones" (el estereotipo de los precursores y los continuadores), las "superv i- · vencias" o los "anacronismos", las "tensiones", las "invariancias" y las "variac iones"5º, los "cortes" y "transformaciones" (paso de una forma a otra), las "degradaciones" y "a lternativas", las "concepc iones ", las "tendencias" , las "partidas" o los "cierres" latera les , las "permanencias" , las "corrientes"51, los "blancos" y los "retornos" e "in\ve rsiones" , la cambiante "cotización" 52 que presenta e l devenir de nuestras distintas invenciones literarias, tanto la ideo logía que soporta nuestra Institución Litera ri a53 como la base soc io lingüística, nada fortuita, de las prácticas culturales en la tradición histórica de las formaciones sociales peruanas.
Se tratará, en resumidas cuentas, de que la tradición hi stórica de las literaturas peruanas se funde en e l axioma de la interdependencia (coherencia, recurrencia, nive les de pertinencia) de sus sistemas, esto es, que uno de los sistemas de nuestras literaturas (por
!ac ión con las otras seri es . La serie cambi a de componentes, pero la diferenciac ión de las act ividades humanas permanece. La evolución litt:raria como la evolución de las otras seri es culturales, no coincide ni en su ritmo ni en su carácter (en razón de la natu ra leza especí li ca del material que maneja) con las seri es que le son correlativas. La evolución de la tirnción constructiva interviene rápidamente , la de la limción literari a se produce de una época a otra. la de las füncion es de toda la serie literaria en relación a las otras seri es reclama siglos" (!bid . p . 130).
50 Las invari ancias y las va ri ac iones textuales deben indexarse en ej es de relaciones paramétricas (i .e una constante de la cual depende una seri e de vari ables) o en relac ión isométri ca (una constante sin vari ables ).
5 I La atemporalidad de las corrientes artí sticas es un fenómeno constante: e l romanticismo. e l barroco. e l clasicismo son períodos más o menos delimitados pero también son categorí as permanentes y así se habla del romantic ismo de los clás icos o del clas icismo de los román ti cos, de l romanticismo de los surreali stas. del baiToco industri al (del cual, según .l . Cassou. la poes ía de Va llej o sería la más representativo de esta con·i ente). e tc. Ello sucede también con categorías discursivas penmmentes como relato en que, a diterencia de la narración, los eventos parecen contarse por sí mismos, sin intervención de ningún enunciador; el relato , que presenta as í el grado cero de la enunciación, se encuentra en e l mito, la leyenda, la epopeya. la traged ia, el drama. la comedia. la fábula, el cuento, la novela, la historia, la pantomima. el cuadro escénico. e l vitral, e l cinema. las histori etas, las noti cias policiales, la conversación, e tc. (cf. R. Barthes. "Analyse structun1k du réc it" . Poétique du récit. París: Ed itions du Seuil. 1977, p. 7).
52 Se trata de la literatura como negocio (de esta tus socia l -mecenazgo literario de empresas , industrias, bancos, etc.-, editoriales, cátedras de li teratura, cargos públicos, conferencias exces ivamente remuneradas, críticos y comentaristas a sueldo, tirndaciones, speech writers, congresos de I iteratura, concursos flo rales, premi aciones pecuniari as y publicaciones -o ambas-, condecorac iones. becas, etc.) . En palabras de P. Valéry, "la literatura es el botín perpetuo de una acti vidad muy parecida a la de la Bolsa. Allí só lo se trata de va lores que se introd uce, que es tán a la suba o a la baj a, como s i titesen comparables entre ellos como lo son en la Bolsa las industri as y los negocios más diferentes de l mundo una vez sustituidos por los signos" (cit. por J. Charpier. Es.mi sur Pa11! Valély. París: Seghers. 1956, pp. 172-173).
5 3 ¿Cuáles son los modos de inserción socia l de los escritores profesionalizados como autores?, ¿cuáles son las fu entes documentales (borradores, palimpsestos. bocetos, e tc.)?, ¿cuáles son las circunstancias de composición y publicación?, ¿cuáles los circuitos de ed ición y difüsión'I, ¿y las re laciones o no relaciones entre los grupos, los mov imientos. los ciclos?. ¿cuál es e l papel que a ll í desempeña la críti ca periodísti ca y revisteril?, ¿qué hace r con el temor, e l ten-ora las grandes síntesis? ... ; e llo sin contar con los acontecimientos secretos, los pensamientos, las intenciones, los propós itos deducidos de los hechos, los fines no declarados o dec larados ...
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ejemplo, la tradición literaria escrita y digital) no puede "existir" sin la concurrencia de los otros (por ejemplo, la tradición literaria oral); y que demuestre así la ilación diversificada de nuestra producción, difusión y recepción literaria global, a través de los cambios tanto institucionalizados como desinstituciona lizados.
En lo pertinente a la hénada de la producción literaria peruana, ella procede al enfocarse el examen y descripción de los principales rasgos caracterizadores ( ora de motif'emas y motivos ora de orden semántico, filológico , retórico, estilístico, temático, etc.) de los textos orales, escritos y digitalizados, producidos por la sociedad peruana a lo largo de su devenir tradiciona1 54 . La visión coherente y cohesionada a lograrse permitirá preservar los textos definidos por sus contenidos discursivos literarios (estésicos) descartando los que no lo son (anestésicos) y constituir así nuestro gran corpus de referencia literario peruano. Ya en poses ión de esta masa textual literaria, que será el auténtico objeto de estudio de la tradición histórica de las literaturas peruanas, se podrá derivar los diversos corpus literarios tanto de trabajo como de referencia precisados por los enfoques investigatorios especiales de cada disciplina social pertinente (la interdisciplinaridad controlada en los corpus literarios de orden cognitivo restante: lingüístico, sociológico, semiótico y antropológico) . En todo este trayecto no se tratará de averiguar más ¿qué quiere decir el texto? sino ¿qué dice el texto literario en estudio?, ¿cómo está hecho?, ¿de qué formación social proviene?, ¿cuáles son sus conexiones, sus ataduras discursivas, en fin , su territorio intra- , ínter-, extra-textual?, ¿qué textos literarios alógenos han participado en él, qué corrientes literarias extranjeras lo afectan de algún modo, qué temas y motivos universales Jo informan?, ¿a qué valores ideológ icos se adhiere?55 . . .
54 Hoy contamos con instrumentos e lectrónicos digi tali zados aptos para esta tarea, por ejemplo. los utilizados por la American Standard Codefor lnformation lnterchange (ASCII ; la 1101111a ASC II es empleada para la codificación de caracteres en informática), e l Centre National d'é1ude des Télécommunications, el lnstilut National de l'Audiovisue/, etc.
55 Como se sabe, un corpus de trabajo lilerario oral está compuesto por las variantes textuales de una o más etnias que contienen un mismo motivo mientras que un corpus de trabajo literario escrito comprende el conjunto de escritos de un escritor o atribuidos a él, identificados. repertoriados. escrupulosamente establecidos en los archivos conservados (antetextos (borradores y bosquejos) y pretextos o fuentes de la tradición genética que le corresponde). Desde G. Lanson, las principales preguntas a responder para obtener un conocimiento de l tex to lo menos incompleto son: ¿e l texto es auténtico?, ¿e l tex to está completo?, ¿tiene vers iones?, ¿cuál es la fecha del texto (si es posible la fecha de composición y no solamente de publicación)'/, ¿cómo se modificó i;I texto desde la edición prínceps hasta la última edición dada por e l escritor?, ¿cuál es el sentido literal del texto (historia de la lengua, tradición histórico-cultural)?, ¿cuáles fueron los va lores sociales (la dimensión política del acto de escribir) , intelectuales (historia de las ideas), emotivos y artísticos (estésicos) que despertaron su recepción?, ¿es atendible para la explicac ión de l texto algún dato del memento cronológico de la vida del escritor?, ¿cuál fue la influencia literaria y social de l tex to estudiado al darse a conocer y posteriormente (la circulación del texto: criterios singulares empleados en sus ediciones críticas y reimpresiones)?, y la "originalidad" del texto ¿qué intluencii:ll'> , préstamos (plagios o clonaciones) temáticos, de tropos, de estilo, etc. pueden identilicarse en é l como parle de un movimiento literario intranacional e internac ional ?, ¿qué hechos de la tradición histórica de la comunidad que produjo el tex to son atinentes para su comprensión'? ... En todo ello hay que tener en cuenta que la erudición no es un fin en sí sino un medio legítimo para sustentar el conocimiento de l texto.
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Estudios y Debates
Todo lo dicho puede ser hipotéticamente diagramado del siguiente modo :
Acontecimientos socio-históricos
11
Informantes y
escritores
Ni oyentes ni lectores
Oyentes y
lectores
a
1
A Actos de
producción,
/ difusión y recepción
B
Con este diagrama se trata de proponer una perspectiva cognitiva caleidoscópicu en la que, si bien no es posible sostener la vigencia de cualquier acto de producción literaria (producción de textos no directamente utilitarios) fuera del respectivo proceso de una sólida pero contrastada tradición literaria56 siempre en equilibrio inestable, ciertos hechos socio-históricos pueden coincidir con determinados actos de producción, difusión y recepción literaria. Es el caso IDA: por ejemplo, la primera etapa de la conquista y la colonización española coincide con la introducción en los Andes de las formas, géneros, est ilos , etc. literarios escritos vigentes en la Europa de la época, pero inicialmente ellos se difunden muy poco y su recepción comprende solo una elite minúscula)57 . Los acontecimientos socio-históricos de un segundo período, por ejemp lo, el afianzamiento institucional y administrativa de la colonia, no explican necesariamente la efectiva extinción del género cronístico: 1108. En cambio, aque llos correspondientes a un tercer período no casarán, en su representación, con los actos en las prácticas de producción, difusión y recepción I iteraría pertenecientes o bien a otro o bien al siguiente período de otra serie: es el caso 1108 en que, por ejemplo, las formas , géneros, estilos, etc . literarios escritos de fina les de la co-
5 6 P. Audiat hacia notar que "el pecado original de la historia ele la literatura es el análisis ele la obra como un producto cuando ella debe ser considerada como un acto. y un acto no se puede reconstituir con los elementos materiales que contiene, un acto no puede ser identificado con elementos aislables y discretos, esos átomos ele realidad anotados en las fich as. En la obra literaria co11H1 acto, todo el pasado está virtualmente presente y allí el determin ismo no tiene caso" (Cit. po1· A. Compagnon. la troisieme République des lettres. De Flaubert e) Prous/ . París: Éditions du Seuil. 1983, p. 208).
5 7 Un ejemplo ele primera hora: ¿cuántos lectores peruanos de las publicaciones originales de la Miscelánea Austral de Diego Dávalos y Figueroa. los Comen/lirios del Inca Garcilaso de la Vega o el Apologético de Espinosa y Meclrano las entendieron y apreciaron su alcance?. ¡,cuál fue su re,1cción como "lectores de literatura"')
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lonia pervivieron en el período independentista, pero el ensayo político (vrg . los de Viscardo) y de crítica social (vrg. el de Tristán) surandinos coinciden (IIDB) con los hechos históricos de ruptura del legado cultural colonial. Advertiremos, no obstante, que esta colación solo puede ser reconstruida anacrónicamente: la Carta a los españoles americanos de Viscardo tuvo en su origen (1799) una difusión francesa (la primera edición castellana data de 1801 y la inglesa de 1808) y Peregrinaciones de una paria de Tristán fue traducida al castel !ano más de un siglo después ( 1946) de su publicación en francés ( 183 8); en todo caso, ambas obras solo alcanzaron un "horizonte de espera" receptivo estrictamente elitista58.
A diferencia de la historia de "la" literatura peruana que enfoca las rupturas de una detenninada época o período con el pasado detectando solo diferencias externas (movimientos, autores vs. autores, paralelismos) y no las diferencias de los textos en relación con los marcos de invención literaria vigentes y con las normas y códigos preexistentes, impidiendo así toda posibilidad de comprensión del fenómeno, desde el punto de vista de la tradición histórica de las literaturas peruanas la significación y valor de los textos literarios no se encuentran en las generalizaciones que se apoyan en acontecimientos externos coordinados causa/mente sino que, en vía genético-comparativa, residen en las relaciones entre los elementos y niveles internos de un texto y entre esos elementos y niveles (u otros) frente a las normas y códigos de otros textos, a lo que se agrega ahora, en las vías genética y mimética, los factores socioculturales externos que inciden en cada texto en conjunto o por separado, como veremos más adelante.
De ahí que en lo que toca a los textos literarios mismos, la tradición histórica de las literaturas peruanas debe averiguar por qué un género literario domina en una determinada época, qué relaciona tal género a tal público receptor, cuáles son las vinculaciones entre géneros, temas y motivos (un tema puede requerir un género determinado; un género presupone necesariamente el tratamiento de un tema). Debe tenerse muy presente que la innovación en un nivel es acompañada por retornos a los modos literarios precedentes en otro nivel, como sucede en Tri/ce donde esta capital innovación formal del discurso poético peruano mantiene no obstante tópicos sentimentales comunes a la invención poética anterior, detectables no solo en los heraldos negros. De esta manera se operan los cambios formales en relación a las persistencias temáticas. Tales desplazamientos entre las formas y los contenidos no son simultáneos y solo se detectan mediante el proceso evolutivo de la diacronía literaria o sea, dado el caso, en la tradición histórica de las literaturas escritas peruanas, pudiendo, entonces, reconocerse las normas y los códigos literarios contta los que insurgen los textos rebeldes , subversivos, y cómo apreciar sus disidencias.
A ello concurren igualmente otros indicios de la difusión y recepción literarias como los cambiantes fenómenos de analfabetización y alfabetización linguocultural , de ambientación
5 8 En este caso hay que tener presente, además, que respecto a la producción de los bienes culturales anc~trales el período independentista no cambió en nada su situación tradicional de opresión . El estamento social que los producía sólo cambió de amo: como se dice en Fedra de Racine (1 , 15: la fábula Asinus egregius cordatus): "cuando el poder cambia de manos, por lo común para los pobres no cambia otra cosa que el nombre del amo" ; así , para los nativos peruanos su situación de expoliados permaneció idéntica cuando no empeorada.
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ideológica, de expoliaciones etnoliterarias, de escrituralidad y legibilidad, de migraciones internas y externas, de estereotipac ión literaria, de renovación de las prácticas sociales como el inicialmente paulatino pero cada vez más veloz empleo de la digitalización por las comunidades y etnias59, de las políticas de educación masiva y de enseñanza privada, etc. Así, la periodización literaria60 exige la descripción cíc lica de los valores significativos contenidos en los textos orales y escritos -si n discriminación ni minusva lía entre la masa anónima de informantes o de los escritores ninguneados por la crítica y los escritores consagrados- y su correlación con la problemática socio-histórica regional (micro-histórica) y general (macrohistórica), advirtiendo, desde luego, que no necesariamente la segmentación de esta últim a problemática deberá coincidir con la primera ya que puede excederla o quedar corta .
Se tratará, en suma, de describir y exp licar dos paralelismos dialéctico-dinámicos -e l universo imaginario de la tradición escrita y/o el universo mítico-simbólico ancestral y popular de la tradición oral frente al universo sociohistórico que les corresponde a cada unoy las producciones, difusiones y recepciones de diversa naturaleza, pues el fin esencia l ya mencionado es hacer corresponder y aclarar mutuamente actos de orden literario ora l o escrito y acontecimientos históricos de orden ideológico ( creencias, doctrinas : conciencia mistificada), político, institucional (aparatos hegemónico-represivos del Estado), etc ., ocurridos en las formaciones socioculturales concernidas.
Es claro, en este orden de ideas, que la regularidad en la sucesión de los procesos de las prácticas literarias propias de las diversas comunidades del país no está garantizada solo por las generaciones de escritores e informantes , cosa de la cual dio acertada cuenta C. Vallejo en su artículo dedicado a estas fluctuaciones en la literatura francesa de su época. Escribe Vallejo61 :
"Muy conocido es el criterio que clasifica a los escritores por edades. los críticos .franceses han llegado hasta clas[ficarlos en generaciones de menos de 20 años, de menos de 30, de menos de 40, de menos de 50, etc. Nada más necio y.falso si con ello se busca determinar el carácter dominante de una década o de una época. l a edad
59 <Kumputarura>, entre los quechuas, aimaras y chipayas de hoy en día. 60 En la redacción periodística de nuestra sagrnda historia de "la" literatura peruana. tanto en la del
Viejo Testamento (los profetas: Riva Agüero. Sánchez. Tamayo) como la del Nuevo Testamen/0 (los evangelistas: los Cornejo, García Bedoya. 1-liggins), se emplea caóticamente estos criterios que por lo menos deberían permitir una organización más o menos coherente: los siglos. con sus movimientos (premovimiento, movimiento, posmovimiento) y escuelas. que acompafian las nociones de nacimiento, apogeo y declinación o decadencia: los períodos propiamente dichos. por ejemplo, para la tradición literaria escrita pe ruana: la cronística, el barroco, e l ensayismo. e l costumbrismo, el reali smo, el naturalismo. etc.: las ideas como e l dogmatismo, la ilustración. e l independentismo, el positivi smo. etc. y estos otros auxi li ares que deberían intervenir para ilkar subdivi siones: los escritores singulares (cuya obra debe ser seccionada en tantos géneros como los que practica) que representan una corriente o un movimiento o las generaciones de escritores y los géneros como la poesía. la novela, el teatro. e l ensayo. etc. con sus combinac iom;s como l.1 prosa poética, e l relato vers ificado, etc.
61 Crónica "E l caso Paul Morand". Variedades No. 1076, 13 de octubre de 1928: véase. en contrario, e l melifluo intento de J. J. Arrom. Esquema generacional de las letras hispa11oa111erica11as. Ensayo de un mé1odo. Bogotá: ICC. 1963.
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común a un grupo de escritores no determina el espíritu común de su producción. Muchas veces este espíritu común existe más bien entre escritores de diversas edades y aun de diferentes épocas. En la generación de avant-guerre -que hoy está entre los de más de 50 años- no todos son reaccionarios, y en la generación d'apres-guerre -que hoy está entre los de menos de cuarenta años- no todos son revolucionarios. El hecho de que Paul Morand tenga ahora cuarenta años no significa que sea un escritor d'apres-guerre, es decir, un espíritu nuevo y revolucionario. Su obra, repito, es más bien reaccionaria y vieja pues ella se emparenta estrechamente a la generación de avant-guerre cuyo máximo representante fue [Anatole} France".
Pues bien, si en el caso de la tradición literaria escrita las estadísticas de edición, difusión y lectura ayudarían mucho a resolver el problema, no obstante sabemos las dificultades para obtenerlas dado el "secreto profesional" de editores y libreros, más preocupados por sus intereses financieros que por colaborar con una investigación histórico-literaria seri a. Queda, sin embargo, desde el punto de vista de la sociolingüística de las literaturas escritas peruanas, la estadística lingüística intratextual. Ella es muy rentable para fij ar los períodos literarios de las tradiciones escritas, siempre y cuando se aplique modelos adecuados a los fines perseguidos. Paralelamente, en el caso de la tradición literaria oral cabe notar el registro de las variantes de un relato de literatura ancestral en una determinada etnia y en una época, así como su paso a las variantes de literatura popular oral en la misma o en otra comunidad por medio del cambio de figuras y moléculas sémicas e incluso su transvasamiento a la textualidad escrita y digitalizada.
1.3 Organización textual y contextual del corpus de trabajo en vista de la interpretación de las tradiciones literarias peruanas
Al poner manos a la obra en este proyecto y tratar de abordar con cierta pertinencia las vías textuales y discursivas de acceso al corpus literario de trabajo, he ideado un esquema teleológico simple y ciertamente hipotético capaz de integrar, por ejemplo, los tropos a ser repertoriados en los modos de generación de los textos que integran dicho corpus. Como ningún texto existe de modo solitario, pues es comprado, prestado, leído o escuchado, enseñado, conservado o desechado, criticado, estudiado, etc., es siempre puesto en relación con otros textos similares o diferentes . En consecuencia, la reconstrucción analítica del texto literario no procurará obtener la imagen de un monumento inmóvil (unidad y añadidos) construido en el pasado sino como un signo dinámico de correlaciones e integraciones, esto es, un conjunto de operaciones, de movimientos en interacción, conjunto en el cual un elemento cohesionador (por ejemplo, una isotopía) o un grupo de elementos dispersos (por ejemplo, una molécula sémica) de ese corpus de trabajo sea destacado predominantemente en relación a los otros62 . Así, el enfoque abarcará un sistema discursivo
paradigmático, pues ha de comprender en las "duraciones cortas" la sucesión temporal de momento o lapsos de la tradición literaria oral: las variantes recogidas en
62 Se trata de inventariar las modificaciones posibles de cada elemento: reducción, amplificación. deformación, invención, inversión, intensificación o debilitamiento, sustitución interna, etc.
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una comunidad o en una etnia espacialmente determinadas; y, en la tradición literaria escrita, una determinada etapa de los movimientos, los períodos, las corrientes, etc., sin perder de vista siempre la producción de las formaciones sociales situadas en las distintas zonas del país63 ; y sintagmático, que observe las "duraciones largas" de nuestra prodJcción literaria en su tradición oral, principalmente con el inventario de motivos y su migración en el territorio nacional y fuera de él y en su tradición escrita la secuencia temporal de las corrientes y movimientos literarios, sus prolongaciones o interrupciones, la aparición y desaparición de escuelas, etc. Los componentes semántico-interpretativos del diagrama general propuesto son los
siguientes:
MODO GENÉTICO
Perspectiva ge11ética:
(tradición textual oral y escrita)
MODO MIMÉTICO Perspectiva mimética: efec to s de sentido e impresión referencial y cultural general : étnica, filológi ca, histórica, política, religiosa, biográfica, psicológica, filosófica, estésica, etc.
(manusaitos, ediciones, etc.)
TRABAJO (.prototexto y textos colacionados)
(textos subseruentemente generados)
Perspectiva hermenéutica: enunci ados, ni ve les discursivos (dialectal , soc iolectal e idiolectal) y sentidos como recorridos entre atractores o comportamientos semánticos estabilizados.
MODO HERMENÉUTICO
Una vez dispuesto este nuevo diagrama, preguntémonos, ¿qué se entiende por texto como elemento constituyente del corpus de referencia general? Desde la perspectiva de su organización interna, un texto es una serie lingüística relativamente autónoma que cons-
63 Compárese, por ejemplo, la diferente producción literaria escrita en los primeros cuatro lustros del siglo XX: trujillana (Vallejo, Orrego, Espejo, etc.), arequipei'ia (Hidalgo, Rodríguez, Mostajo. Guillén, etc.), punei'ia (Churata, el grupo Orqopata, etc.), limei'ia (Valdelomar, González Prada,
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tituye una unidad empírica de habla oral o escrita acabada y fijada en un soporte material de registro (onda acústica y grabación, papel y tinta, digitalización), unidad lograda mediante su textualización, es decir, merced a la obtención de un estado provisorio, establecido y consolidado, a partir de cierta serie de transformaciones igualmente materiales: el intertexto interno o cotejo de sus variantes (oralidad) o sus versiones (escritura y digitalización). Un texto consignado en el corpus de referencia no representa, consecuentemente, siempre desde el punto de vista de su intertexto interno, las cosas ni el mundo sino solo ciertas convenciones orales, escriturales, digitales, sociales y académicas. Cada texto es, por ende, el lugar de encuentro de las dos operaciones que lo constituyen:
de un lado la textualización que acabo de mencionar -el enfoque enunciativo- y de otro la escucha y lectura -el enfoque interpretativo- que hace surgir de esa
textualización un conjunto de efectos de sentido e impresiones referenciales. Por ello el contexto englobador de cualquiera texto es siempre elegido por una de-
terminada estrategia que decide las condiciones de interpretación : la intervención de su situación particular y la tradición en que se le inserta. Finalmente, un texto así consolidado no es ni verdadero ni falso, es solo plausible
y por eso válido para su descripción e interpretación dentro de las condiciones de hermenéutica material establecidas, ahora, por el corpus de trabajo que lo admite.
Estas condiciones de interpretación comprenden, sin duda, los modos de generación (genético, mimético y hermenéutico) del corpus de trabajo y sus perspectivas de descripción, a fin de proceder a organizar los textos consolidados que lo integran a partir de la mise en abyme64 que los intertextualiza: por ejemplo, la repetición en espejo tanto del tema como de la acción poetizada en cada uno de ellos . En efecto, para ordenar entre sí los textos de dicho corpus se precisa fijar una j erarquía clasificatoria que partiendo de su mutua interpretación decida hipotéticamente el prototexto (o texto tutor), o sea aquel texto "central" que en la escala de precedencia cumpla, gracias a sus propiedades de semiosis textual, esas condiciones de tipicidad con el máximo grado de pertinencia; al mismo tiempo, los otros textos consolidados pero "periféricos" que componen el corpus de trabajo quedarán acoplados al prototexto, según sea su mayor o menor grado de pertinencia clasificatoria, la repetición del tema y la acción indicados.
Por lo tanto y de acuerdo al diagrama precedente, los modos de generación que per-
Eguren, Mariátegui , etc.), cuzqueiia (cf. A. Avendaiio. Historia de la literatura del Qosqo: del tiempo mítico al siglo XX. Cuzco: Municipalidad del Qosqo, 1993 ; Y. López Lenci . El laboratorio de la Vanguardia literaria en el Perú . Lima: Editorial Horizonte, 1999, pp. 113-167), loretana. etc. En este caso como en los restantes habrá de tenerse en cuenta los textos de los escritores exilados voluntariamente dentro del país o füera de él. los nómadas, los vagabundos, aquellos que siendo peruanos aducen no pertenecer a ningún lugar o pertenecer al mundo entero, los proscritos , etc.
64 La espaci'alización de "abyme" que en heráldica francesa designa el centro del escudo ( 1671 ), inspiró al novelista A. Gide la expres ión "mise en abyme" que a la vez que restablece la etimología. remite a un procedimiento de repetición en espejo del tema o de la acción ; cf. R. Barthes (lo Préparation du roman I et 11. Cours et séminaires au Collage de France (/9 78-1979 et /9 79-/ 980)). París: Éditions du Seuil - IM EC. 2003 , p. 232 n. 21).
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miten describir el corpus de trabajo, son los siguientes: (a) Genético65 , que procura pasar de la contingencia a la certidumbre textual al resol
ver, en lo posible, lo que parece accidental, fortuito, incierto, eventual o dudoso. Este modo decide, entonces, la textualización, el establecimiento textual o "cierre" de cada texto del corpus de trabajo -lo que no supone ni su momificación ni ~u fajamiento- , a partir de la recensión o sea el estudio y jerarquización de los testimonios de la tradición textual en que se insertan mediante los llamados metamo1jismos intrate.xtuales o antetextos (manuscritos, bocetos, ediciones, alteraciones, etc.) y los pretextos que les corresponde (serie de textos que anteceden en el tiempo al corpus de trabajo), constituyendo así el marco de tradición oral o escrita (retórica, temática, argumental, etc.) y artística (literaria, pictórica, escultórica, musical , etc.) de la que dicho corpus de trabajo y específicamente su prototexto forma parte indisociable. En este punto, las llamadas bibliografias críticas y las críticas bibliográficas son esenciales.
(b) Mimélico, que proporciona la impresión referencial o sea la impres ión que justifica la descripción e interpretación de los efectos de sentido referenciales de la cadena intertextual (pre-textos, ante-textos y pos-textos) a pai1ir de su eslabón directriz, los textos del corpus de trabajo. Si bien la semiosis textual determina, a su vez, el modo mimético, los datos extratextuales que se congregan en el entorno intertextual condicionan -en último término- los efectos de sentido cultural general en la descripción, la interpretación y la explicación textuales (comentarios, notas, introducciones, aclaraciones, descripciones, agniciones, etc.)66 . En consecuencia, los modo de generación genético y mimético determinan el contexto integral del modo hermenéutico, modo este último que se contextualiza con los datos enciclopédicos generalmente recogidos en las notas a pie de página (un criterio de mesura evitará aquí los apuntes supererogatoriosf'7;
(c) Hermenéutico, que permite describir la significación de cada texto consolidado, gracias a la interpretación de sus respectivos enunciados no so lo alegóricos o simbólicos. En efecto, cada texto determina el sentido de las palabras que contiene a partir de su significación en lengua o en diglosia, pero desde el punto de vista discursivo dicho sentido se elabora -enriqueciendo o restringiendo esa significación- mediante la
65 En semántica interpretat iva y diterencial , el modo genético "determina o al menos coacta la producción del texto; este modo es a su vez regu lado por la situación y la práctica" (F. Raslier. op. cit.. pp. 233-234). A. J. Greimas y J. Courtés (op. cit. , p. 190) adv ierten al respecto que "la aproxi mación genética [ ... ] considera a la génesis de un objeto como situada en la línea del tiempo y cumpliéndose en una serie de formas sucesivas, por lo general en relación con las circunstancias ex teriores que han podido condicionar el desarrollo"; de esta manera, la noción de génesis se atiene ,11 estatuto sociocultural del texto literario y no debe ser comprendida en el sentido restricti vo positivista (el reflejo) y el formalismo estricto si n remisión a un mús allú mimético y hermenéut ico.
66 Según L. Go ldmann, el estudioso de la literatura debe hacer causa común con los hi stori adores ck las ideas y de las costumbres (Marxisme et Sciences hwnaines. París: Gallimard , 1970, p. 66). pues "la obra literaria no es el simple reflejo de una conciencia colectiva real y dada sino la cu lminación, en un nivel de coherencia muy elevado, de las tendencies propias de la conciencia de un grupn u otro, conciencia que debe concebirse como una realidad dinámica. orientada hacia cierto estado de equilibrio" (Pour une sociologie du roman. París: Gallimard. 1964, p.41 ).
67 Estos apuntes supererogatorios abundan en la historia de "la" literatura peruana en uso: la literatura es el refl ejo de nuestro pueblo. de nuestro país, del ethos nacional, de nuestras asp iraciones. ele.
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acción de las "normaciones" genéricas y situacionales propiamente andinas o amazónicas, como también merced a las "normaciones" idiolectales (los llamados "estilos de autor") a determinar68 . Ahora bien, los criterios que presiden este modo hermenéutico en el corpus de referencia y en los corpus de trabajo a que dé lugar69,
dependen tanto de la "normalización" de dichos textos (los textos son producidos e interpretados como ocurrencias de su propio tipo) como de su "normación", entendiendo por ello el hecho de que tales textos son producidos e interpretados en calidad de transformaciones de sus propias fuentes linguo-culturales superestrát icas, sustráticas y adstráticas : las diglosias (o la triglosia quechumara) andinas y amazónicas70 . Tanto en este último caso como en aquellos, mayoritarios , en que la "normación" discursiva castellana de época es relativamente homogénea, se tendrá en cuenta los niveles discursivos dialectales, sociolectales e idiolectales intervinientes, producidos e interpretados también como transformaciones textuales de sus propias fuentes linguo-culturales hispanas, andinas o amazónicas . Se procederá, en consecuencia, a describir e interpretar los órdenes del sentido articulados en cada texto desde ambas perspectivas solidarias, o sea como textos "normalizados" y "normados". Según los presupuestos metodológicos adoptados, en los modos de generación que
acabo de mencionar el modo hermeneútico se rige por el modo genético, ambos interpretados tanto por las condiciones de producción como por las normas del sistema discursivo y genérico al que pertenecen, por ejemplo, el motivo de los entes originados o la poesía barroca colonial andina. De esta manera, el modo de existencia y funcionamiento del corpus de trabajo en su conjunto y en particular la "eficacia literaria del texto" (Lotman) dependerán de la aplicación de los procedimientos que presiden los modos de generación arriba diagramados. Al mismo tiempo, la red relacional temática justificará considerar a ese corpus de trabajo establecido (compuesto ahora, he dicho, por textos afirmados) como un ítem independiente en la clasificación general del corpus, corpus a entenderse entonces no más como de trabajo sino como de referencia.
2. Propuestas para el estudio y debate sobre la tradición histórica de las literaturas peruanas
En resumen, desde nuestro punto de vista, el polisistema de las producciones, difus iones y recepciones literarias advertidas en la tradición histórica peruana será examina-
68 Por ejemp lo, al no haberse detemiinado la autoría precisa de los poemas caviedanos. cuando hablamos de "estilos de autor" este "autor" es tanto individual como colectivo; cf. E. Bailón Aguirre. Los corresponsales peruanos de Sor Juana y otras digresiones barrocas. México: UNAM , 2003 , pp. 209-247.
69 Puesto que el modo hermenéutico preside igualmente los recorridos de interpretación de nuestro corpus de trabajo, éste conduce la perspectiva descriptiva fundamental a partir de la perspecti va genétifa. como veremos enseguida.
70 Es el caso de los poemas atribuidos a Caviedes que parodian lo que J. L. Rivarola (La formación lingüística de Hispanoam érica. Lima: PUC. pp. 183-193) llama "lengua de indio", es decir. la di g losia linguoliteraria andina; cf. R. Cerrón -P alomino (Castellano andino . Aspee /os sociolingiiísticos, pedagógicos y gramaticales. Lima: PUC, 2003. pp. 83-106).
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do pancrónicamente (diacrónica y sincrónicamente) en dos dimensiones: Textual : compuesta por los textos de cada etapa en la evolución literaria de las cuatro regiones hipotéticamente planteadas (1-11 ; A-B). Se trata de dar una visión coherente, cohesionada e integral de cada fenómeno literario examinando donde se pondrá los textos coetáneos en relación intertextual. Los discursos literarios de los textos-muestras serán analizados intratextualmente a fin de destacar en ellos sus propiedades literarias singulares y aquellas que permitan ubicarlos pancrónicamente en la evolución de la tradición histórico-literaria peruana, latinoamericana y mundial; y Contextual: que comprende tanto un marco general de orden macro-histór ico como los marcos micro-históricos atinentes, social y culturalmente delineados para cada etapa estudiada. Dentro de esos marcos se describirá y explicará, de modo más preciso, las prácticas literarias correspondientes a las formaciones literarias vigentes en cada período determinado, tanto en la larga como en la corta duración histórica. Allí se estudiará los modos de emisión y recepción literarios propios de cada etapa o lapso de tiempo decidido por la tradición polihistórica peruana, destacando los valores dominantes de la ideología que dictaminan los criterios políticos y estésicos aceptados en forma de movimientos literarios propios de las tradiciones orales y esc ritas . Igualmente, y como reacción dialéctica fundamental en cada una de estas etapas, se expondrá los valores utópicos o anti-institucionales propios de las literaturas marginales y clandestinas así como las ósmosis extra-textuales. A fin de relacionar las dimensiones descritas -textual y contextual- teniendo en cuen
ta que en una sociedad multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural no hay so lo una macro-historia lineal -y menos si se trata de unificar la evolución pancrónica de las micro-historias de las etnias y comunidades peruanas- sino historias múltiples en cada zona deslindada (por ejemplo, en la zona triglósica castellano-quechumara del sur del Perú) y, además, diversas prácticas literarias al interior de ellas (por ejemplo, en esa misma zona surandina, la evolución paralela y divergente, a la vez, de las I iteraturas ancestrales, populares e institucionalizadas, tanto orales como escritas), deben considerarse como facto res participativos los dos tipos de ideología que dirigen las prácticas literarias peruanas actuales:
la ideología "explícita" como superficie de la representación más o menos exacta de las relaciones sociales, como legitimación de las relaciones de dominac ión, por ejemplo, las Instituciones que condicionan la actividad literaria (enseñanza escolar y universitaria, academia, premios, concursos, congresos, etc .) y la ideología "implícita" como componente, en buena parte, del armazón interno de las relaciones sociales, por ejemplo, entre muchos otros ideologemas, lo "decible" (y lo "indecible"), lo "escribible" (y lo "inescribible"), lo "legible" (y lo "ileg ible") , en otras palabras, los valores ideológicos que obran -por fuera y más allá de las In stituciones- en tanto en cuanto alienación generalizada: por ejemplo, los estereotipos vigentes para la actividad literaria peruana actual: "los profesores de literatura son capaces de calificar el saber literario de los alumnos" 71 ; "los premios literarios
71 A pesar de que las obras de arte pluriculturales -y las de literatura lo son- pertenezcan al orden de la apreciación ora personal ora comunal.
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garantizan la calidad de la obra premiada" ; "los autores clásicos (que se estudian en clase) y los incluidos en los programas de estudios, valen per se"; "el profesor y el crítico de literatura, por el hecho de ser tales, son el referente decisorio legítimo del saber literario" , etc .72
A partir de estos presupuestos, será preciso dilucidar por lo menos los siguientes puntos teóricos y darles una respuesta práctica y operatoria: (a) ciertos textos escritos u orales son considerados como soportes de "discursos lite
rarios" no por los valores que tienen en sí mismos (su valor literario es , de hecho, puramente imaginario) sino por presentar y/o representar valores literarios (estésicos, pedagógicos, políticos, artísticos, etc .) para las prácticas literarias de determinada formación social peruana;
(b) al interior de cada tradición histórico-literaria peruana, los actos literarios solo cobran sentido dentro de la perspectiva del devenir tradicional transformador: un hecho literario (o contingencia irreductible) a registrar es siempre, funcionalmente , una innovación y a la vez una recuperación de las manifestaciones literarias precedentes ;
(c) el sistema de la hénada literaria global (o, hemos dicho, Gran Todo englobador de la producción literaria) de la sociedad peruana, constituido por la producción de hechos literarios registrables en cada mónada étnica o comunal está, recordemos, en equilibrio inestable -pancrónico- constante consigo mismo;
(d) los correlatos internos u horizontales: la transformación o dinámica interna de las relaciones sociales tanto en los textos como en los contextos indicados;
(e) los correlatos externos o verticales: los efectos o dinámica externa de las relaciones sociales de producción dominantes en los contextos sobre las relaciones sociales de producción en los textos ;
(f) los cambios sociales y la controversia ideológica en la tradición histórica dirigen los cambios de la superestructura ideológica; por lo tanto, la compatibilidad o coherencia entre las relaciones sociales de los textos escritos y orales y sus contextos hacen posible la correlación en las diversas situaciones de producción: los modos o contingencias de existencia en cada ocasión (fuente de dependencias, obligaciones, explotaciones, alienación política y cultural, etc.) condicionan los modos de pensamiento e invención literaria, esto es, las funciones sociales jerarquizadas que hacen que existan -en determinada zona y tiempo- tales prácticas literarias y no otras.
* * * Frente a estos planteamientos sucintamente expuestos, las historias de la literatura
peruana actualmente en uso yerran ante todo por su agnosia radical sobre la naturaleza multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural de la sociedad peruana y, en ella, de
72 Estos sint'agmas paradójicamente ideologizados son comparables con otras estereotipaciones muy usuales en nuestro medio : "justicia militar" , "comercio equitativo" , "moral ecles iástica", "ej ército de salvación", "pundonor académico", "sendero luminoso", "mentira piadosa", "santa inqui sición" , "ciudad de los reyes", "guerra preventiva", "academia de la lengua", "casa de tolerancia". "opus dei" . "arqueólogo huaquero". etc.
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cada etapa de la evolución de las prácticas literarias en continua pugna y controversia dialéctico-dinámica. Al suprimir abiertamente nada menos que el devenir constitutivo de la tradición histórica de las literaturas peruanas, para dicha "historia" la significación literari a depende de las convenciones institucionales antes que de la instancia de enunciación en sí de los textos literarios orales y escritos. Ella obedece a modos de informa~ión, de ocultación y de tergiversación específicos estrechamente ligados a su acción tanto de placebo autodidacto como de dominación intelectual universitaria y, por lo tanto, claustral.
Cabe referirse, además, a la evidencia paradójica por la cual el nacionalismo literario es una de las convicciones literarias y políticas universalmente compartidas. Sin embargo, en el Perú dicho nacionalismo es pensado contradictoriamente por sus adeptos como una particularidad inalienable e indefectible, única: la literatura peruana. Pero siendo nuestra sociedad, se ha constatado mil y una veces, multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural , es absurdo pretender sostener hoy esa monomanía que niega la naturale::.a eminentemente plural de las literaturas peruanas y, con ello, la característica concurrente/controversia! de este fenómeno. En efecto, la descripción de los mecanismos de aparición, afirmación y prolongación del lazo literaturas-naciones (etnias), es decir, la problemática de las naciones-etnias peruanas en su vertiente literaria exige, en la medida de lo posible, cruzar las tradiciones históricas , los métodos de investigación y las teorías que permiten pensar ese lazo, a fin de esbozar un modelo condensador que determine cada espacio-tiempo literario peruano (con sus "efectos objetivos") y el grado de autonomía del espacio literario considerado, en otras palabras, el lugar que ese espacio nacional-étnico ocupa en el espacio literario integral de la República Peruana.
Antes que la reivindicación de las especificidades de cada una de nuestras tradiciones literarias, lo que define de facto cada nacionalismo-etnicidad literario peruano es la forma y la historia de la lucha dialéctico-concurrente que ese campo literario particular libra con los otros. En esta vía el estudio de nuestros diversos nac ionalismos-etnicidades literarios constituye un capítulo central en el conocimiento de las tradiciones histórico-literarias peruanas. Y en cuanto fenómeno cultural , el análisis y comprensión de los funcionamientos de los espacios literarios peruanos no pueden ser aislados de sus contextos artísticos y sociales de los cuales son solo una parte, aunque inalienable.
Por lo tanto, no es legítimo reducir este hecho altamente complejo a una sola dimensión o a una causalidad simple. Las naciones peruanas y, correlativamente, sus nacionali smos-etnicidades literarios, no son ni iguales entre ellos ni simétricos; no tienen el mi smo peso según las épocas ni el mismo sentido ni la misma forma ni la misma fuerza , pues difieren notablemente según el lugar que ocupan. Así, el conocimiento de cada caso particular implica su comprensión dentro de la globalidad de la producción literaria integral peruana . En adelante las literaturas peruanas deberán ser abordadas como un hecho multinacionalmultiétnico solidario (donde se encarnan las tradiciones históricas particulares) y, a la vez, como un hecho relacional conjunto e integrador donde se libran las controversias literarias dialéctico-dinámicas entre ellas.
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Enrique Bailón Aguirre lnstitut F erdimuul de Saussure - (Comité Scieutffique)
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COMENTARIOS
Celi" Rubin" V"rg"s Pontificia Universid"d Católic" del Perú
c"l"rco@1maut".rcp.net.pe
La conciencia de lo que significa el multilingüismo en el Perú, sus implicancias políticas. sociales y educativas requieren -para no quedarse en un mero discurso ideológico- del apoyo y la solidez de una propuesta de trabajo como la que defiende en el presente artículo, el reconocido semiótico peruano, Enrique Bailón Aguirre para el estudio del fenómeno literario en nuestro país.
Este muy rico y denso artículo tiene como precedentes varios estudios que desde la década de los ochenta viene trabajando Bailón Aguirre acerca de la etnoliteratura y li teratura oral peruanas, la hi storiografia de sociedades plurilingües, estudios de caso de motivos etnoliterar ios andinos y amazónicos, la producción narrativa peruana, entre otros 1• La mayoría de esos estudios han logrado su art iculac ión y sistematización en los dos volúmenes de su libro Tradición Oral Peruana. Literaturas ancestrales y populares (2006).
Este artículo se estructura en su parte inicial en una marcada oposición entre dos objetos de estudio que se anclan en posiciones antagónicas: la de "la" literatura peruana y la de las literaturas peruanas. ésta última defendida por el investigador. El cambio del singular al plural tiene consecuencias considerables pues es en esta variación que se teje todo el desequi librio de los tradicionales estudios literarios en el Perú. La consideración de ''la" literatura peruana tanto por la ll amada crítica literaria como por los responsables de las distintas hi storias de "la" literatura peruana es ásperamente criticada por E. Bailón por haberse concentrado en la producción escrita en lengua castellana y por centrarse en el estudio particular de los autores consagrados por la !ns-
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Sus estudios han sido publicados en revistas académicas de prestigio como: Revista Andina, Amazonia Peruana. Hueso Húmero. Escri tos, Mester. entre otras.
titución Literaria. Más allá de la adjetivación con la que el autor caracteriza a los híticos "aerógrafos" y sus trabajos "monográficos" y "autodidactas", lo que les reclama es la ausencia de un carácter científico y riguroso. la falta de definici ón conceptual. la fa lta de un verdadero análisis intertextual e intratextual y correlativamente su desconocimiento y desdén por todo lo que provenga de nuestras lenguas ancestrales y de las distintas producciones colectivas etnopoéticas y narrativas. En suma. les reclama la carencia de fundamentos epistemológicos, teóricos y metodológicos al abordar un realidad multilingüe y pluricultural como la peruana.
Lo interesante en este art ículo es que no sólo hay una crítica tirndamentada a dichas publicaciones sino que presenta una propuesta de trabajo de gran envergadura. La tesis central del artícul o propone las pautas sobre las que se debería fundamentar. bajo una perspectiva científica. un estudio de la tradición histórica de las literaturas peruanas. Por eso sigue un plan muy estructurado en su presentación: en primer lugar, establece los rasgos caracterizadores de este objeto de estudio plural que es el de las literaturas peruanas; luego, establece los fund amentos para su estudio y fin almente señala las pautas de la organización textual y contextual de l corpus de estudio.
Al definir el arte literario en el Perú como "artes primarios en lengua" , y como "bienes de cu ltura de una sociedad multinacional (multiétnica). multilingüe y pluricultural" subraya uno de los aspec tos más interesantes de su propuesta. I.:: 1 estudio de las tradiciones hi stóricas está pensado no en los términos universalistas de la "litcraridad" , noción adaptable a cualq uier época y cultura sino que está planteado en fun ción a lo propiamente peruano. Esta concepc ión busca adecuarse a nuestra soc iedad pues tom a en cuenta la pluralidad de los discursos orales y escri tos. las producc iones individuales y co lect ivas. la realidad diglósica y triglósica de nuestras comunidades. las situaciones de conflicto lin güísti co e incluso la resistenc ia a la norma castella~ia que se refleja en distintos textos que bajo otra perspectiva sería considerada como un anti va lor. En .:sta
Revista Andina
______ Enrique Ballón: Esbozo general de la tradición histórica de las literaturas peruanas
caracterización resulta muy esclarecedor, como en otras oportunidades lo ha subrayado Bailón, el valor de lo estésico frente a lo estético. Lo estético como la preocupación por el "buen gusto" y lo "bello" que impregna la crítica literaria peruana, se contamina desde el momento en que se toma como un único paradigma el canon literario en lengua castellana. En cambio, lo estésico (Fontanille, Rastier) sirve para subrayar lo inteligible de nuestras sensaciones, lo perceptivo y lo emotivo que se manifiesta en los textos literarios y que es valorizado socialmente2. La caracterización de los textos de las literaturas peruanas se completa con la valoración que el público oyente o lector le da a los textos y todo el circuito que supone la producción, difusión y recepción en cada comunidad peruana. Aunque no lo menciona en este artículo, E. Bailón ha propuesto al respecto un cuadro sumamente didáctico que esclarece las relaciones de producción y legitimación de los textos usando las nociones sociológicas del endogrupo y el exogrupo3.
Bailón tiene la virtud de delimitar los territorios en los que hay mucho por estudiar como el de las "estructuras significativas" tanto de la tradición histórica literaria escrita como de la tradición histórica literaria oral , en la que subraya particularmente "la evolución de los motivos en relación a sus actualizaciones en los motifemas temporal y espacialmente considerados". Habiendo personalmente estudiado el motivo de la "petrificación" en el Manuscrito de Huarochirí para mi tesis doctoral, he comprobado lo provechoso que resulta abordar otros universos discursivos de las literaturas peruanas a la luz del estudio de la recurrencia de motivos y variantes de cuentos tipos. En el Seminario de tradición oral peruana que tengo a mi cargo. hemos podido trabajar con los estudiantes la recurrencia de motivos y variantes en las distintas recopilaciones de tradición oral contemporánea. Teniendo en cuenta que "cada texto literario es sólo homologable en la logósfera o sistema de valores que regulan, controlan y sancionan la mentalidad del grupo social para el que dicho texto es plenamente inteligible" y partiendo de las
2 Sobre la relación entre lo sensible y las valoraciones colectivas se puede consultar Landowski ( 1999).
3 Bailón (2006, 93-94 ).
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particularidades lingüísticas y culturales de cada comunidad, se puede emprender un estudio comparativo y cohesionado a pesar de la diferencia geográfica y temporal de los documentos (por ~jemplo, los relatos etiológicos en los que aparece la figura del "zorro" se encuentran no sólo en la relación colonial quechua de Huarochirí, sino también en los relatos populares del sur andino (Morote Best), de una comunidad cuzqueña (ltier) y de los distritos del Valle del Colea (Valderrama y Escalante). Asimismo, estudiar las variantes de un relato como "La leyenda de los siete cabritos" (García) del universo mítico contemporáneo de los shipibo-conibo para establecer su estructura narrativa y su densidad semántica permite establecer nexos con otros universos discursivos de la amazonía peruana.
Con relación a la propuesta de formar un equipo interdisciplinario que asuma el proyecto de estudio y de escritura de una -otras se pueden prever en el futuro- historia de las literaturas peruanas, es sin duda una tarea que no puede echarse al hombro de un solo investigador. Sin embargo, considero que un equipo constituido por hi storiadores. lingüistas, semióticos. sociólogos y antropólogos no debería excluir a los literatos de formación. Pienso en mis colegas de la universidad, en particular, los que siendo especialistas en un ámbito literario particular (por ejemplo en literatura colonial peruana o en el teatro colonial o en literatura comparada) tienen una sólida formación teórica, manejan modelos de análisis textual tanto a nivel intratextual (aunque no utilicen necesariamente los conceptos y herramientas de la semiótica discursiva (Greimas, Courtés) y la semiótica interpretativa (Rastier), como intertextual (Genette, Bajtin). Incluir y no excluir a los que tenemos la responsabilidad de hablar de literatura en los claustros universitarios, es necesario para que los cambios se logren de manera progresiva e integral.
Uno de los aportes más significativos de esta propuesta de trabajo radien no sólo en la definición conceptual previa al trabajo de campo sino en la construcción de un modelo que sirva de base para explicar la relación entre lo histórico y lo literario, entre la determinación de los acontecimientos históricos significativos y la producción. difusión y recepción de los actos literarios. Por ello, el esquema que recoge la "Tradición pluriculturnl peruana" no sólo explica los mecanismos
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de ida y de venida en el quehacer deductivo e inductivo de todo aquel que trabaja con textos (sean orales o escritos) sino que además sitúa con claridad la relación de los conceptos de tal modo que lo "pluricultural" se establece como una correlación entre lo que depende de lo histórico (lo "multinacional" y lo "multiétnico") y lo que depende de lo literario (lo "multilingüe").
En el centro del proyecto de E. Bailón está lo que ha preocupado a la semiótica discursiva: el estudio del texto como "elemento constitutivo del corpus" . Por ello no nos preguntamos por lo que quiso decir el autor sino por lo que efectivamente dice el texto. De ahí que su construcción y su estudio en distintos niveles de generación discursiva sean necesarios. La constitución del "gran corpus de referencia I iterario peruano", nos ayudaría a determinar los rasgos caracterizadores en las tradiciones orales ( el universo mítico-simbólico gracias al estudio semántico de motivos y motifemas) y en la tradición escrita (el estudio semántico de las isotopías en lo estilístico. lo retórico, etc). De este modo, el análisis intratextual e intertextua se complementan y permiten describir y explicar los dos paralelismos propuestos con el correspondiente universo socio-histórico, es decir, lograr de este modo dar el salto a lo extratextual.
Completa la propuesta un modelo que permitiría jerarquizar los textos según su modo de generación genét ico, mimético y hermenéutico. Con ello la descripción lograría abarcar otros aspectos de la vida de un texto literario: su génesis (muy distinta según se trate de la tradición oral o la escrita). su relación referencial y la interpretación de sus enunciados según se trate de una manifestación idiolectal, sociolectal o dialectal. Al respecto. sería muy ilustrativo saber según lo propuesto por Bailón, cómo es que se delimitarían y se estudiarían estos tres modos de generación textual en el caso de la "narrativa conversacional" de la que habla Bruce Mannheim4.
No tener en cuenta una propuesta tan seria y rigurosa como la de E. Bailón acarreará en el
4 Mannheím señala que "La estructura conversacional y coparticipatíva de la narrativa del quecima sureño forma parte de un patrón más general en el uso del lenguaje en las comunidades quechuas sureñas" ( 50)
futuro la reproducción una y otra vez de historias de la literatura peruana como las ya existentes que son un obstáculo para el avance en el estudio científico de lo múltiple y plural del fenó-meno literario en el Perú. 1
Más allá de la viabilidad de un proyecto como éste que implicaría el consenso y el compromiso de distintas instituciones particulanncnte comprometidas con el vínculo entre la investigación y el desarrollo integral del país. su implementación y culminación serían en primer lugar una contribución científica de rigor que acarrearía una revolución en la enseñanza universitaria de lo literario peruano. Además podría contribui r a que seamos más conscientes dt: la necesidad de aprender una lengua andina o amazónica, a escucharnos más, a leernos más, a conocernos más. en suma. a vivir mejor nuestra pluriculturalidad y que nuestras diferencias no signifiquen barreras mientras estemos dispuestos a cruzar, de ida y de vuelta, los puentes de las lenguas y las cu lturas peruanas.
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Eduardo Hopkins Rodríguez Pontificia Universidad Católica del Perú
Ha habido en la crítica peruana desde el siglo XIX al presente diversas maneras de afrontar el tema de la historia literaria peruana. Algunos puntos de vista excluían el pasado indígena y colonial de la historia literaria peruana. Situación superada actualmente al asumir el proceso histórico en conjunto. Durante el siglo XX, el pasado prehispánico suele estar presente en las historias literarias, aunque aceptado como una entidad poco accesible. Por su parte, el universo literario indígena contemporáneo apenas se encuentra aludido por los historiadores de la literatura. Obviamente, porrazones de acceso al material , por limitaciones lingüísticas, por prejuicios raciales, por el centralismo político, por el interés ideológico y pragmático para definir una nación mestiza hispanohablante, el espacio de estudio predominante en las historias de la literatura peruana era el de la literatura en lengua castel lana, con la consecuente visión urbana y limeña de esta literatura. No obstante, desde la Sociedad de Amantes del País hasta José Carlos Mariátegui y sus seguidores, siempre estuvo presente el tema indígena como motivo de preocupación en tomo a la tradición literaria peruana, aunque era una preocupación que no encontraba una solución pertinente.
Los intentos de sistematización histórica de la literatura peruana pasaron por perspectivas basadas en el positivismo, el "método" de las generaciones, el historicismo, el marxismo, etc. Desde la historia social y con resultados disímiles, Alejandro Losada y Antonio Cornejo plantearon la necesidad de utilizar el principio de sistematicidad en el estudio de los diversos y contradictorios conjuntos literarios peruanos con el objetivo de incorporarlos en una totalidad que permitiera comprender su articulación, establecer clasificaciones, precisar su posición respecto a la sociedad.
En su "Esbozo general para el estudio de la tradición histórica de las I iteraturas peruanas", Enrique Bailón utiliza el concepto de polisistemas y asume la conformación del país como entidad cultural, étnica y lingüística múltiple. Asume como urgente comprender la diversidad lingüística y las relaciones de interinfluencia que esta situa-
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ción genera en la comunicación cotidiana y literaria. Es una forma de legitimar artísticamente las diferencias y peculiaridades estilísticas y lingüísticas en el horizonte de expresión de las obras I iterarías peruanas. Las relaciones entre la literatura oral y la escrita incluyen apropiaciones, rechazos. incorporaciones, negociaciones, etc., cuya historia requiere ser examinada. Para comprender esta problemática, basta tomar nota del aspecto de l lenguaje en un texto peruano literario oral o escrito, territorio de contactos lingüíst icos múltiples, de respeto o menosprecio por las peculiaridades locales del habla.
El autor señala como uno de sus principios la necesidad de reconocer la coexistencia de las tradiciones literarias oral y escrita y la valoración equitativa de ambas. En consecuencia, no acepta la definición generalizadora y unificadora que supone la denominación de "literatura peruana" para este conjunto y propone el cambio al plural "literaturas peruanas". Estas serían aquellas "producidas, difundidas y recepcionadas en la sociedad multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural peruana".
Desde este punto de partida, se propone, en primer lugar, una descripción del "sistema literario" peruano que permita establecer correlaciones entre la sociedad y los textos orales y escritos que aquella produce y consume. Más específicamente, entre las operaciones a llevar a cabo en dicho proyecto se incluye la retrospección, correlación y proyección de los textos literarios en el proceso de producción, difusión y recepción en la historia de cada grupo social y en la historia general del país. Si bien el autor insiste en el rango plural de esta historia, reconoce que todo el conjunto debe converger en una visión histórica integral en la que se vincule los "acontecimientos sociohistóricos" y los "actos literarios".
Para este proyecto es importante examinar las influencias entre las tradiciones oral y escrita. El estudio de la tradición oral estará concentrado en la descripción de los "sistemas textuales migratorios de variantes y motivos". En cuanto a la tradición escrita, importan "los sistemas textuales migratorios" de estilos, formas y convenciones. Si la sociedad peruana produce "una gama de literaturas", la historia que se encargue de su estudio deberá cumplir los objetivos de descripción y explicación de su constitución y funcionamiento evolutivo.
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Consecuencia de la elaboración de esta nueva historia de "las literaturas peruanas" será la determinación de la tradición literaria peruana como un conjunto de "prácticas sociales discursivas significantes, específicas y concretas".
Reconociendo la relativa autonomía de cada sistema literario, Bailón plantea una organización en poli sistemas b~jo los principios de complementariedad, reciprocidad, homología, conexión, separación, inconciliabilidad, coexistencia, paralelismo, dominación, subordinación. Las vinculaciones entre estos sistemas ponen en práctica un principio fundamental basado en la condición multilingüe de la sociedad peruana: el principio de traducción. Todos estos principios contribuyen a la delimitación de cada sistema individual, al mismo tiempo que at ienden a la totalidad. Nos hallamos ante una interrelación que tendría una "función constitutiva", que permitiría comprender la organización y el comportamiento de estas literaturas en sus vectores de orden, desorden y entropía.
Una vez recopilado el corpus literario peruano, que es el objeto de estudio del proyecto de la historia de las literaturas peruanas. Bailón indica que se podrá responder a las siguientes preguntas: "¿qué dice el texto literario en estudio?, ¿cómo está hecho?, ¿de qué formación social proviene?, ¿cuáles son sus conexiones, sus ataduras discursivas, [ ... ] su territorio intra-, inter-, extratextual?, ¿qué textos literarios alógenos han participado en él , qué corrientes literarias extranjeras lo afectan de algún modo, qué temas y motivos universales lo informan?, ¿a qué valores ideológicos se adhiere?".
De esta manera, la tradición literaria será un factor de referencia al que se aplicará principios de contraste internos y externos dentro del sistema literario y en relación con acontecimientos sociales e históricos, tomando en cuenta el campo de difusión y recepción, persistencia en e l tiempo, desfases temporales, relaciones con normas literarias vigentes.
La investigación persigue "hacer corresponder y aclarar mutuamente actos de orden literario oral o escrito y acontecimientos históricos de orden ideológico [ ... ], político, institucional [ ... ], ocurridos en las formaciones socio culturales concernidas". Para esto, el análisis abarcará objetivos paradigmáticos (de corta duración) y sintagmáticos (de larga duración), de acuerdo con tres perspectivas: mimética (efectos referenciales) ,
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genética (pretextos, antetextos, prototexto o texto tutor, textos colacionados, postextos), hennenéutica (significación). Las perspectivas genética y mimética dan lugar al contexto de la perspectiva hermertéutica. Las tres perspectivas se harán cargo de los procesos lingüísticos ( diglosias, triglosias), niveles discursivos dialectales. sociolectales e idiolectales. Asimismo, será necesario observar los aspectos multiculturales. los ejes ideológicos explícitos (representación. legitimación de relaciones sociales) e implícitos (factores alienantes generali zados). Bajo estas cond iciones. se podrá describir, interpretar, clasificar los textos materia de estudio.
En el equipo interdisciplinario que se encargaría de realizar esta investigación se incluye a científicos sociales, historiadores, lingüistas. semióticos. antropólogos. Curiosamente, no se menciona a los expertos en literatura. es decir. a los críticos literarios. La investigación literaria es una especialidad rica y compleja, con tradiciones efectivas y dinámicas. Sabemos que quienes no son especialistas en literatura tienden a asum ir los textos literarios como documentos sociales o biográficos, ignorando sus condiciones específicas como textos ficcionales. con lo cual generan confusiones y lecturas absurdas.
Por otro lado, se requiere que los textos I iterarios no sean considerados como totalmente dependientes de circunstancias hi stóricas. En literatura no todo puede ser explicado por correlaciones históricas o sociales. El azar. la casualidad. el error, lo irracional. tienen también una enorme participación en los fenómenos literarios. De acuerdo a las preocupaciones contemporáneas. igualmente relevante es la observación de los valores, de las subjetividades no so lamente colectivas, sino también individuales en los textos literarios de cualquier procedencia y condición .
La noción de modelo que utiliza el autor conserva una cierta dependencia de la teoría vigente en los años 60-70, cuya operatividad se basaba en la posibilidad de una investigación deductiva y totalizante, sustentada en hipótes is limi tadas. orientadas hacia la confirmación del modelo teórico en el fenómeno empírico. En la investigación actual el concepto de modelo tiene un campo de aplicación flexible, sus fronteras son borrosas, no pretende ser totalizante ni único y está obligado a aceptar múltiples posiciones ante la complej idad de la realidad. Algo semejante ocurre con e l
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______ Enrique Ballón: Esbozo general de la tradición histórica de las literaturas peruanas
concepto rígido de método, que puede resultar útil en ciertos contextos, pero cuya intervención en literatura ha sido abandonada por limitante e inadecuada. Los textos literarios requieren para su estudio de una gran amplitud de criterio, sentido de adaptación y creatividad. Los patrones metodológicos rígidos han quedado reducidos en su utilización a los aspectos menos relevantes de la obra literaria.
El axioma que asume como necesaria la interdependencia de los sistemas de las literaturas peruanas requiere ser regulado aceptando que las relaciones entre sistemas pueden darse o no y que es posible la plena autonomía en algunos casos. Por ejemplo, es claro que el sistema de la tradición oral no siempre se vincula con el sistema de la tradición escrita o viceversa.
En cuanto al estudio de cada sistema y del conjunto de sistemas sería pertinente observar si actúan relaciones jerárquicas internas y externas, así como las categorías de lo culto y popular, alteridad, pluriculturalidad, entre otros elementos que la crítica ha detectado en varias de nuestras tradiciones.
Finalmente, si la crítica y la teoría de la literatura poseen su propia historia, deben ser también parte del objeto de investigación de las literaturas peruanas.
Actualmente, la teoría literaria asume plenamente la producción de las vertientes orales y escritas, así como sus respectivas conexiones. Tratándose del Perú, se reclama una mayor decisión en el manejo y desarrollo de estos conceptos. El esbozo general que propone Enrique Bailón es una toma de posición radical al respecto, y ha sido elaborado procurando establecer con rigor los criterios a seguir respecto a la consideración del corpus literario peruano oral y escrito como objeto de estudio histórico, así como en lo concerniente a los métodos que corresponden a tal investigación.
Todo proyecto tiene propósitos que están fuera de sus límites específicos de acción productiva. Lo que está más allá del programa de Enrique Bailón y que, al mismo tiempo, es su soporte, radica en la certidumbre de que es indispensable la aceptaciqn de nuestra riqueza multicultural para construir, dentro de la diversidad, circuitos de comunicación y comprensión mutuas, típicos de lo que podríamos llamar una sociedad civilizada.
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Lo obvio y lo obtuso. 1 A propósito de un artículo de Enrique Ballón Aguirre
Carme/a Zanel/i Pontificia Universidad Católica del Perú
En este sesudo trabajo de Enrique Bailón, el autor pretende establecer "los fundamentos cognitivos que permiten redactar disciplinariamente la tradición histórica de las I iteraturas peruanas" (1 ). Esta tarea necesaria, se vuelve apremianteseñala el autor-debido a la postergación sistemática de otras literaturas, que no sean la variante castellana, desconociéndose así la naturaleza de una sociedad, que es necesario advertir y aceptar, de una vez por todas, como multinacional (mu ltiétnica), multilingüe y pluricultural.
El artículo que comento consta de tres partes y objetivos: alcanzar una definición completa y viable de lo que se entiende por literaturas peruanas (siendo el plural, e lemento clave de tal definición). Este propósito es alcanzado parcial-
Me refiero a L'obvie et l'obtus, co lección de ensayos críticos ~e Roland Barthes, publicados en 1982 (París: Editions du Seu il , 1982). Retomo del título de la obra de Barthes el sentido cotidiano de ambos tém1inos, lo obvio, es decir, entendido como evidente y verdadero y lo obtuso, en el alcance, por lo contrario, de ininteligible y abstruso. No obstante, en dicha obra. Barthes distingue precisamente tres niveles de sentido: el primero, un nivel informativo, correspondiente a la comunicación. Un nivel simbólico o de la significación sería el segundo. Pero, hay un tercer nivel , más difícil de nombrar, aquel de la signi fiance, o 'significancia' ( como aparece traducido en la versión española). Para Roland Barthes, el sentido simbólico es intencional y se impone al receptor del mensaje, es un sentido que "va delante de mí [en tanto receptor]" y que el semiótico francés define como el sentido obvio; en cambio, ese tercer nivel de sentido, aquel que viene aiiadido como un suplemento que el intelecto no capta del todo, sería el sentido obtuso. Si nos atenemos a lo planteado por Barthes, quizá sea más por desconocimiento mío que aquellos conceptos que llamo obtusos en el trab~jo de Bailón no los capte del todo.
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mente, debido, creo, al abuso de una terminología que dificulta la comprensión de los aportes del autor. En segundo lugar, se trata de plantear presupuestos básicos para el estudio diacrónico histórico de las tradiciones literarias peruanas, aspecto que me apela por dedicarme al estudio de la producción textual del periodo colonial. Finalmente, se propone una organización textual y contextual del corpus de trab~jo, conducente a una interpretación de las tradiciones literarias peruanas. Me concentro en el comentario de las dos primeras partes ya que no tengo objeciones al conjunto de esclarecedores esquemas y cuadros de ia última parte.
Comparto el reclamo del lingüista Bailón por incidir en que, a pesar de la hegemonía de una nación, no debe, ni, en verdad, puede haber una sola literatura debido a la diversidad linguocultural que se constituye ( o debería constituirse) en rasgo identitario de lo peruano. Por ello, Bailón denuncia un monopolio en la escena literaria, de "autores individuales de literatura escrita en lengua castellana" y que luego son organizados "en períodos y generaciones, todo según criterios arbitrarios-ideológicos-para cada caso" (3). Peor aúnen base, no al análisis integral de estos textos elegidos sino sobre la base de "trozos selectos". que se interpretan y reinterpretan ad libitum, se obtiene-en palabras del autor-"una visión sumamente incoherente de la <<historia>> de la producción literaria castellana global" (3), donde no se encuentran "hilos de inteligibilidad a seguir de un periodo a otro o de una generación a otra" (3). Predomina la monografia como el género crítico más usado, hecho que va de la mano con un marcado centralismo autorial y el estudio, por tanto, só lo de los textos literarios, sin adoptar, como recomienda el autor, no solo una nueva metodología de estudio y análisis más objetivos. sino los presupuestos de la semiótica, marco teórico en el cual se inscribe y apoya la propuesta del autor. En tal sentido, se puede apreciar a lo largo de todo el trabajo no solo una aplicación rigurosa de tal modelo sino el profundo conocimiento del autor, tanto del modelo empleado como de las distintas vertientes de la literatura peruana (la tradición oral y la escrita y sus manifestaciones en las distintas lenguas ancestrales peruanas). Se trata, entonces, de recuperar y reivindicar las literaturas peruanas (en plural), verdadero propósito de al menos la primera de las tres partes del trabajo
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que ahora comento. Pero, y esta es la parte obvia del artículo, parte con la cual no puedo s ino estar de acuerdo con lo señalado por Enrique Bailón. También es, además de obvio, necesar io y verdadero, entender y admitir
1 que la sociedad
peruana "no produce, difunde y recepciona en monobloque una sola literatura castellana sino una gama de literaturas" (7), dada la realidad pluricultural y plurilingüe de nuestra sociedad. Esa es la realidad cultural de nuestro país y de todas sus distintas manifestaciones culturales, incluida la literaria. El desconocimiento sistemático de buena parte de dichas manifestaciones. por no estar escritas ( el caso de la literatura oral) o ser transmitidas en otras variantes lingüísticas, distintas del castellano (en alguna lengua ancestral como el quechua. aimara o alguna de las más de 40 variantes lingüísticas pertenecientes a las 12 familias de lenguas de la Amazonía), o del castellano costeño, en su variante limeña las más de las veces (consideremos, por ejemplo, las importantes y muy difundidas variantes del castellano andino o el de la selva), revelan muchas veces la ignorancia del crítico o estudioso de la literatura peruana o un determinado sesgo ideológico. El estado de la cuestión-trazado por el autor-es. por cierto, bastante pes imista, pero muy acertado en líneas generales.
Ahora bien, al momento de ir cerrando la primera parte del artículo y de buscar obtener una definición completa y viable de la locución de literaturas peruanas, se advierte que dicha concepción del objeto-ha de ser "adecuada a esta nuestra sociedad ... elaborada inductivo-deductivamente a partir de múltiples soportes materiales (los textos) y teniendo en cuenta tanto sus evoluciones genéticas como conceptuales tradicionales" (5). Pero. reproduzco completa la definición propuesta. Así , según Bailón. literaturas peruanas es:
un sintagma nominal que designa e l arte del lengu~je practicado en la multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural sociedad peruana y, a partir de él, la asignación a ciertos discursos colectivos o individuales, orales o escritos, del macrova lor soc ioideológico de (re)presentación de orden estés ico.nflru; del [los] inform ante[s ] y del[o s J escritor[es]-, organizado en elocuciones emotivamente valorizadas (discursos sobre lo
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sensible al actualizar lo sensible mismo) luego de un proceso de legitimación social y actualizadas en serires linguales monoglósicas, diglósicas o triglósicas, consideradas estas últimas-en tanto producción-como trabajo enuncivo y enunciativo de orden semántico aferente (o connotativo) dirigido a un público- mx6oc; del[os] oyente[s] y del[os] lector[es]-mediante actos de difusión y recepción consensualmente admitidos por cada comunidad. (6-7)
La definición debía ser "del modo más simple y por enumeración de rasgos caracterizadores" , pero tras leerla con atención y citarla en extenso, termina resultando farragosa y dificil de comprender. Entramos, lamentablemente, a lo obtuso del artículo. Enrique Bailón confunde a sus lectores y pierde lo ganado cuando paradójicamente intenta delimitar con precisión de cirujano los alcances de lo que se debe comprender bajo el rótulo de literaturas peruanas, cuando ya había establecido con fuerza suficiente la necesidad de acabar con los terribles prejuicios que dominan-a su parecer-el quehacer intelectual del investigador de la literatura peruana, dentro y fuera del país.
Ateniéndome ahora al segundo objetivo, es decir, el propósito de alcanzar una caracterización histórica de las tradiciones literarias peruanas, reconozco que no basta-como advierte oportunamente Enrique Ballón--el establecimiento de "coincidencias y colaciones analógicas entre los periodos de las expresiones lite rarias escritas con los períodos históricos de la historia oficial (por ejemplo, periodo colonial a literatura colonial ; periodo de la independencia a literatura independentista, etc.)" ( 18), aunque e l autor reconoce que "para la periodización de la tradición literaria escrita no está prohibido ... partir, en tanto en cuanto hipótesis, de las divisiones de la historia oficial" ( 12). Ahora bien, lo problemático de un rótulo como el de literatura colonial peruanapor poner un ejemplo-reside en que muchas veces incorporamos automáticamente dentro de los corpus de la(s) literatura(s) peruana(s) producciones textuales producidas en la colonia o incluso durante el lncaho, cuando en sentido estricto el Perú no existía aún. Creo, además, y como aclara Margarita Zamora,2 que los textos producidos en el periodo colonial fueron concebidos por sus
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autores dentro de una categoría textual original (la crónica, la relación, el comentario filológico, el discurso neoplatónico) cuya pertinencia a l campo li terario, histórico, filosófico, etc . ha variado con el transcurrir de los siglos (sobre todo debido a los intereses independentistas de l siglo XIX por buscar raíces nacionales y eventualmente "inventarlas") que han convertido a esos mismos textos en los textos fundadores de las distintas tradiciones literarias nacionales de Hispanoamérica. Así , los Comentarios reales se convierten en el texto fundador de las letras peruanas y su autor en e l "primer mestizo" o "primer peruano" , de acuerdo más a un proceso de mitificación del personaje que no a un entendimiento pleno de la envergadura de la obra del cronista cuzqueño. En suma, sostiene Zamora, es necesario reconocer que considerar buena parte del corpus de textos coloniales como literatura del periodo colonial es una decisión, hasta cierto punto, arbitraria, ejercida por una comunidad de lectores. Zamora sugiere, entonces, una estrategia crítica bipartita, es decir, que sitúe el texto estudiado dentro de su contexto socio-cu ltura l original y que también ilumine el contexto que ha determinado su clasificación como "literatura colonial" para revelar las distintas lecturas e interpretaciones que dicho texto ha sufrido a través del tiempo.
Finalmente, y a modo de apretada conclusión, creo que es importante-como señala Ballón"disolver los preconceptos, los prejuicios ideológicos y las operaciones intelectuales puestas en práctica en la redacción de la historia de <<la>> literatura peruana" ( 1 O, nota 25), cosa que lamentablemente no hace nuestro autor al menos al encarar el llamado periodo colonial. Es cierto que la introducción de la escritura no determinó la aparición de la literatura en los Andes y en la Amazonia y que las literaturas andinas y amazón icas ya preexistían en sus tradiciones orales, pero convendría realizar un acopio de los materiales textuales producidos en las lenguas indígenas durante la época colonial como hace James Lockhart para Mesoamérica, especialmente en la zona nahua,
2 Me refiero al iluminador artícu lo de Margarita Zamora. "Historicity and Literariness : Problems in the Literary Criticism of Spanish American Colonial Texts." Modem Language Notes 102.2 (marzo 1987): 334-346.
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quien demuestra no solo la existencia de una tradición escrituraría en dicha lengua, paralela a la castellana en The Nahuas after the Conquest, sino la utilización aprovechada de toda estrategia que fuera útil. 3 Ahora bien, en el caso de las lenguas andinas, al carecer de un soporte escrito con e l que sí contaban el nahua y el maya, estas lenguas fueron más rápidamente invadidas por el impacto de la lengua europea.4 Por ello, un documento como el Manuscrito de Huarochirí, de principios del siglo XVII, muestra una penetración más fuerte del español en la mayor cantidad de hispanismos que documentos nahuas muy posteriores.5 Un trabajo semejante está aún por realizarse para la zona andina, a pesar del valiosísimo trabajo de estudio y recuperación de las distintas
3 Me refiero al monumental trabajo del historiador norteamericano James Lockhart. The Nahuas after the Conquest. A Social and Cultural History of the Indians of Central Mexico, Sixteenth through Eighteenth Centuries (Stanford: Stanford University Press, 1992), donde se demuestra, a partir del análisis de documentación mundana producida por ellos en su propia lengua ( el náhuatl), es decir, testamentos. compraventas, matrimonios, juicios, etc., que las comunidades indígenas absorbieron todo aquello que les fue útil y que fueron capaces de mantener mucho más de su identidad anterior a la conquista de lo que se había creído hasta ahora.
4 Me refiero a los códices y a la escritura que nahuas y mayas practicaban y que aseguraron una rápida transición y la adopción del sistema de escritura europeo, mientras que las naciones andinas carecían de un instrumento equivalente, considerando incluso los quipus, que cronistas como el Inca Garcilaso, sindica no sólo como un sistema contable, sino como un medio "escrito" para registrar e l pasado. Entonces, como aclara Lockhart, "los Nahuas, como los otros pueblos mesoamericanos y más que los andinos que desconocían el papel, estuvieron listos para intentar escribir en e l nuevo estilo y apropiarse del importante papel jugado en el sistema español de los notarios y letrados" (The Nahuas 326; mi traducción del inglés).
5 Esto lo explica de manera clara James Lockhart en un artículo publicado en 1992, "Three Experiences of Culture Contact: Nahua, Maya. and Quechua" (Mester 21.2 [ 1992]: 5-21 ).
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tradiciones lingüísticas ancestrales realizado pcir el brillante trabajo de especialistas como Roclolfo Cerrón Palomino y el propio Enrique Bailón Aguirre, pero que aún falta integrar a los esfuerzos hechos por historiadores y literatos para construir un panorama más comp leto de cómo se generaba la producción textual de los grupos indígenas y mestizos durante la colonia y cuáles las coordenadas históricas, textuales y filosóficas en la que se inscribían dichos textos.
Por otro lado, percibo, en el valioso trabajo que comento, una mirada esquemática y prejuiciada del periodo colonial en quien encaminó mi s primeros pasos por la investigación literaria y quien me permitió descubrir e l mundo andino. la época colonial y sus complejidades.6 Porque creo-y por ello, sigo abocada a l estudio de dicho periodo con espec ia l interés en la crónica mestiza e indígena-que desentrañar la producción textual en dicho periodo es crucial para entender la lucha que significó la supervivencia y persistencia ele modos originarios de las tradiciones prehispánicas a los que se superponen y conviven modos europeos y crio llos que nos permitan en-
6 Agradezco la paciencia y estímu lo del protesor Enrique Bailón, quien fue asesor de mi tes is de Bachillerato entre 1988 y 1989, en un anúlisis semiótico del Manuscrito de Huarochirí , que intentaba desentraiiar la naturaleza del relato en función al papel del héroe c ivili zador y "único padre" (huc yayayuc) , el huaca Pariacaca en "El ciclo mítico de Pariacaca. Análisis en lingüística del discurso" (Memoria de Bachi llerato. Facultad de Letras y Ciencias Humanas ele la Pontificia Universidad Católica del Perú. 1989), trabajo que obtuvo el premio de Concytec a la mejor tesis de pregrado de ese ai1o. Gracias a este trab~jo. descubrí un texto valiosísimo, único documento quechua del s ig lo XVII en su género, el Manuscrito es una recopilación de tradiciones y mitos de la sien·a central andina que es resultado directo del vio lento proceso de extirpación de idolatrías. donde. si bien se destruyeron costumbres, creencias y objetos rituales, paradójicamente se propició la recolección de testimonios como este que se constituye en una ventana privilegiada hacia el proceso de configuración y superposición de variados estadios de construcción de la identidad de los pueblos andinos. Se articul an tres
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tender el proceso de cómo va surgiendo una nueva identidad plural, mestiza, múltiple que todavía no empezamos a aceptar del todo.7 Pero, intentar alcanzar un entendimiento de dicho periodo y sus particulares y cambiantes coordenadas culturales, obliga al investigador a man"jar varios códigos-lingüísticos (e l necesario conocimiento del quechua, pero también del latín, además del castellano) y cu lturales (históricos, filosóficos, entre otros).
Por ende, no creo que se trate únicamente de "arrestos heterogéneos" (1 O, nota 24) en el poder de las instituciones universitarias e l incluir el estudios de textos como el Manuscrito de Huarochirí o la Nueva coránica de Guarnan Poma en
7 Me encuentro desde hace varios años estudiando la segunda parte de los Comentarios reales del Inca Garcilaso, la obra póstuma del cuzqueño, que apareció con el título apócrifo de Historia general del Perú (Córdoba, 1617). Mi investigación titulada, "Garcilaso y el final de la historia: tragedia, providencialismo y genealogía en la propia historia. Una investigación a partir de los repertorios literarios, históricos y filosóficos de los Comentarios reales de los Incas (segunda parte)", busca releer la crónica póstuma del cuzqueño a partir de las convenciones de la "tragedia", tal como ésta se entendió en el Renacimiento, es decir, como un relato histórico caracterizado por inesperados cambios de fortuna, como se lamenta Atahualpa, apresado ya por los espafio les, al ver un cometa en el cielo: "estoy triste, porque estas sefiales no se muestran sino para anunciar grandes calamidades, muertes de reyes y destrucción de imperios" ( 1944 [ 1617]: 1, XXXIV: 91 ). Pero, leer e interpretar la segunda parte de los Comentarios reales como una tragedia renacentista exige replantear y entender en distintos y más enriquecedores ténninos el proyecto historiográfico total-al menos la obra dedicada al Perú-del cronista mestizo y considerada fundacional y clave para la construcción del imaginario nacional. En esta segunda parte, Garcilaso ensaya una lectura trágica y desengañada del la historia del Perú, que es quizás más realista y más útil que la representación utópica y detenida en el tiempo de la "ejemplar" época incaica, descrita en la más conocida, celebrada y leída primera parte de 1609 ..
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los syl labi de los cursos de literatura co loni al pero también la poesía de homenaje y circunstancias de los más dedicados cultores de la adulación en las cortes virreinales, sino de la necesidad de estar conscientes de que todo intento de aproximación al análisis (en este caso) de nuestra literatura debe siempre ser abierto. honesto e informado, pero a la vez consciente de que toda lectura e interpretación contiene siempre un trasfondo ideológico del que debemos estar conscientes y del que no es ajeno, siquiera, el presuntamente aséptico instrumental semiótico que el profesor Bailón preconiza.
Jean-Philippe H11sso11 CRLA (Centro de Investigaciones
latino-Americanas) Universidad de Poitiers
Por su ambición al nivel temático -cuantas manifestaciones literarias nacieron de las lenguas usadas en el territorio del Perú- y cronológico -los cinco siglos que transcurrieron desde la Conquista-, pero también por su carácter pluridisciplinario, el amplio programa de investigaciones que Enrique Bailón Aguirre expone en su artículo suscita numerosas interrogaciones. En este breve comentario, me limitaré a formular dos observaciones que concibo como una contribución a un proyecto de notable interés pero que su misma envergadura hace necesariamente inacabado y destinado a enriquecerse mediante el debate. tanto en lo que se refiere a sus bases teóricas como a las condiciones de su realización práctica.
El punto de partida del estudio planeado es la constatación por Enrique Bailón de graves insufic iencias y, sobre todo, postulados de base erróneos en la gran mayoría de los trabajos existentes sobre la literatura peruana. Uno de estos defectos es la ausencia de definición del objeto "literatura peruana"; otro la reducción de la literatura peruana a su componente de lengua castellana; un tercero el carácter arbitrario de las clasificaciones existentes, especialmente en lo que se refiere a la identificación de ciclos, períodos o generaciones. Tales observaciones, cuyo acierto no discuto, constituyen innegablemente una crítica radical de los presupuestos de los estudios antenores.
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En estas condiciones, no sería inadmisible preguntarse si no convendría dar un paso más y cuestionar la misma noción de "literatura peruana" o "literaturas peruanas". En efecto, tratándose de un concepto que abarca todas las literaturas amerindias del Perú, tendría que ser válido para cada una de ellas, y esto es precisamente lo que me parece dudoso. Así, por ejemplo, la idea de una literatura quechua peruana, concebida como esencialmente distinta de las literaturas quechuas boliviana y ecuatoriana, está desmentida por la realidad. Citaré a este respecto el caso de los dramas tradicionales de la muerte del Inca Atahualpa, que en la actualidad se escenifican en dos grandes áreas situadas, la una en el Perú central (departamentos de Lima, Ancash, Junín, Paseo, Huánuco y La Libertad), la otra en el suroeste de Bolivia (departamentos de Cochabamba, Oruro y Potosí). Las versiones de cada grupo tienen en común una serie de rasgos (presencia de determinados personajes y episodios, elementos formales) que contrastan con los rasgos distintivos del otro grupo, lo que podría darnos la impresión de una oposición entre los dramas peruanos y bolivianos. Pero la pertinencia de tal oposición se desvanece cuando abandonamos un enfoque puramente sincrónico para adoptar un punto de vista diacrónico : muy pronto, entonces, surgen testimonios históricos 1, pero también huellas literarias (el poema titulado Apu lnka Atawal/paman, más conocido como "elegía anónima a Atahualpa") y folklóricas (la mascarada llamada kuchuy que se representa cada año en la localidad de Pucyura, provincia de Anta, a unos veinte kilómetros del Cuzco) que delatan la presencia pasada de representaciones de la muerte de Atahualpa en el Perú meridional; y, sobre todo, indican sin lugar a dudas una vinculación más estrecha con el componente boliviano de la tradición, señal, según podemos suponer, de una contracción del área sureña en los últimos siglos2
.
En definitiva, este ejemplo -que ciertamente no debe ser generalizado, pero no por ello carece de significado-, no sólo hace vana la idea de oponer dos supuestas literaturas quechuas, la una peruana y la otra boliviana, sino además ilustra la posibilidad de llegar a cierto conocimiento de un patrimonio literario de origen peruano, hoy extinto (las antiguas versiones surperuanas), mediante sus derivados bolivianos actuales. Más generalmente, tales recorridos supranationales,
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lejos de per:judicar al proyecto ideado por Enri que Bailón, sin duda se revelarán provechosos cada vez que una tradición literaria -cualquiera que sea la lengua en la que se exprese- se haya tomado la libertad de franquear las fronteras del Estado.
El lugar notable que el proyecto reserva a la filología será el motivo de mi segunda observación. Esta dimensión se transparenta en el último de los tres esquemas que sintetizan los planteamientos metodológicos del autor. Las designaciones de "pretextos" y "antetextos" que figuran en dicho esquema, centrado en la organización del corpus de trabajo en la perspectiva de su interpretación, son reveladoras de la influencia de la disciplina habitualmente denominada "crítica genética". a la que Enrique Bailón no se refiere explícitamente pero que visiblemente le es familiar.
Más precisamente, los referidos términos remiten a los antecedentes de la obra literaria, que
Gavino Pacheco Zegarra, en la introducción de su edición francesa del drama Ollantay. evoca la eventual publicación ulterior de otras obras sobre la lengua y literatura quechua: "Los volúmenes siguientes del TESORO incluirían el Diccionario quechua, la Gramática, los Yaravis o Cantos elegíacos indios, y varios dramas. tales como La muerte de Atahuallpa. Usca-Paucar y otros, que son posteriores a la conquista" (Gavino Pacheco Zegarra (ed.) , OllantaY: drame en vers quechuas du temps des Incas, París , Maisonneuve, 1878, p. XXX, nota 1: la traducción es mía). En otro pasaje (p. LXXXIX), el mismo autor indica que tales obras teatrales estaban conservadas en la iglesia de Ayaviri.
2 Sobre la afinidad que une la Elegía anónima con las versiones bolivianas de la muerte de Atahualpa, especialemente la de Chayanta, véase : .lean-Philippe Husson, La mort d'Ataw Wallpa ou la fin de l'Empire des Incas. Tragédie anonyme en langue quechua du milieu du XVle siecle ; édition critique tri lingue (quechua - espagnol - franc;;ais) , Ginebra, Ediciones Patiiio (colección " Littératures et cultures latino-américaines "), 2001 , pp. 157-1 60 . Sobre la relación entre el kuchuy y las mismas versiones, véase: Jean-Philippe Husson, " La mort d'Atawallpa a Pucyura (Cusco) ", Joumal de la Société des Américanistes (París) 85. 1999. pp. 147- 174.
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pueden corresponder a distintos grados de la elaboración de dicha obra (borradores, manuscritos, primeras ed iciones), o simplemente documentos (generalmente epistolares) que maniti esta_n las intenciones del autor. Tras la recolección y el análisis de estas primicias, la crítica genética, ciencia reciente -su aparición se remonta sólo a algunos decenios- , apunta a reconstituir el proceso de creación literaria y, en esta calidad, está hoy reconocida como un componente esencial de la crítica literaria en genera13. Que Enrique Bailón le haya dado derecho de ciudadanía en su programa de investigación es, pues, a la vez justo y perfectamente lógico.
Con todo, la crítica genética probablemente no sea el único ramo de la filolog ía de que pueda aprovecharse el proyecto. No olvidemos que dicha disciplina es heredera de la crítica textual que se desarrolló en el siglo XIX a partir de los trabajos del eminente filólogo alemán Karl Lachmann sobre los manuscritos latinos. Sin duda, la crítica textual y la crítica genética actúan en dos perspectivas di símiles: mientras que la última toma por objeto la obra literaria acabada y, según hemos visto, se interesa por el proceso de su creación, la primera parte de una serie de variantes consideradas como imperfectos reflejos de una virtual obra primigenia y trata de conseguir su reconstitución o, en su defecto. la de un texto hipotético ll amado arquetipo. A tal efecto, los filólogos decimonónicos elaboraron como modus operandi una verdadera ciencia del error que les permitiera derrumbar los obstáculos erguidos en la ruta hacia el origen.
Ahora bien, para el estudio de las literaturas peruanas, incluyendo la de lengua castellana. resultan de gran interés diversos textos de origen popular, tradicional , que por cierto difieren notablemente de los manuscritos latinos pero que comparten con éstos una característica fundamental : su reproducción periódica por vía de copia, y por consiguiente se prestan al tipo de análisis que idearon Lachmann y sus discípulos. La "máquina de remontarse en el tiempo", claro está, tiene que ser adaptada a esta nueva clase de textos, pero los principios generales de la crítica textua l permanecen 1v igentes. El beneficio para el proyecto de Enrique Bailón me parece indudable. Me alegro de ver que este método de investigación parece despertar cierto interés, a juzgar por la presencia, en los últimos números de esta re-
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vista, de dos artículos sobre su aplicación a obras maestras de la literatura quechua: el del que esta líneas escribe sobre la Tragedia del fin de Atahualpa4 y e l del invest igador español Julio Calvo Pérez sobre Ollantay. Añadiré que no escasean los conjuntos de textos que esperan al estudioso que se digne prestarle su atención, como -entre otros- el poema quechua Manchay puytu y las numerosas versiones del mito de lnkarrí.
A quien me objete que al recomendar el recurso de la crítica genét ica para los textos de autores y el de la crítica textual para los textos tradicionales, estoy reintroduciendo una dist inción entre dos clases de literatura, una mayor y otra menor, que precisamente Enrique Bailón se ha esforzado por abolir -lo que ciertamente constituye uno de los aspectos más interesantes y novedosos de su proyecto-, contestaré que los dos procedimientos pueden combinarse, como lo demuestra una magnífica edición de Martín Fierro, que evidenció a la vez la suma calidad poética de esta obra y la omnipresencia de sus raíces orales6
En resumidas cuentas, el proyecto de estudio presentado en el artículo de Enrique Bailón aparece legítimo y alentador. Legítimo porque, una vez reconocida la validez de las objeciones del autor contra los esquem as anteriores, nada se opone a que se exploren nuevas vías : alentador porque la coherencia de sus planteamientos teóricos permite esperar que dichas nuevas vías conduzcan a resultados de notable interés.
3 Me gustaría evocar a este respecto la labor pionera de la colección Archivos vinculada con el Centro de Investigaciones Latino-Americanas (CRLA) de la Universidad de Poitiers, que recurre sistemáticamente a la crítica genética en su tarea de edición de los grandes textos literarios hispanoamericanos y brasileiios.
4 Jean-Philippe Husson. "Mentalidad y prácticas de los copistas de textos tradicionales. El caso de la Tragedia del tin de Atawallpa", Revista andina (Cuzco) ( 42), 1 er semestre 2006, pp. 57-77.
5 Julio Calvo Pérez, "En busca del manuscrito perdido de Ollantay", Revista andina (Cuzco) (43), 2º semestre 2006, pp. 195-213.
6 José Hernández, Martín Fierro, édición crítica de Élida Lois y Ángel Núiiez, Nanterre. Allca XX (colección "Archivos", 51 ), 200 l.
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RESPUESTA
Enrique Bailón
Agradezco a la redacción de la Revista Andina que ha tenido a bien poner en debate mis proposiciones y sugerencias para el estudio de la tradición histórica de las literaturas peruanas. Quiero expresar igualmente mi reconocimiento a las observaciones de los profesores Eduardo Hopkins, Jean-Philippe Husson, Celia Rubina y Carmela Zanelli que solidariamente destacan la complejidad del desafío a la vez que no tratan de simplificar su problemática como suele ocurrir, por lo común, cuando cierta crítica I itera ria frívola del medio aborda las cuestiones de la producción literaria en la sociedad peruana. Debo también subrayar mi reconocimiento por haber confirmado en sus intervenciones que el artículo, como consta en su título, es un «esbozo» y, en ese extremo, de lo que allí se trata es de plantear una hipótesis plausible, a ser ciertamente redargüida y afinada, a partir de reflexiones teóricas surgidas de las casuísticas pertinentes 1•
Paso a responder únicamente los puntos controvertidos, con un objetivo en mente: el afán compartido de, así se dice, «adelantar el horario» de los conocimientos en esta materia. 1. El cerco nocional de las literaturas perua
nas. Doy por sentado el hecho de que no me he propuesto, en ningún momento, "definir" las literaturas peruanas en sí y por s í. No es posible «definir» un objeto de conocimiento cuyos vectores semánticos provienen de horizontes epistémicos diversos, cambiantes. inestables y que dependen de cada área cultural. Tengamos en cuenta, una vez más, que el sentido en uso del vocablo < literatura> sólo entró a formar parte del léxico corriente en las lenguas occidentales a fines del siglo XIX (Littré)2. Dicho uso alude hasta hoy a una muy vaga impresión referencial ("arte que emplea como instrumento la palabra". DRAE), impresión referencial que obra como preconcepto jamás exl?lícito en la crítica literaria no disciplinadaJ. Luego del inmenso esfuerzo teórico hecho desde entonces para obtener una acepción manejable, tarea finalmente vana, ¡no
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íbamos a sacar nosotros d¡:l cándido so1nbrero reflexivo, de buenas a primeras. un¡¡ larva definitoria! Sin embargo, neces itamos saber de qué hablamos cuando nos ret'erimos a las literaturas peruanas y puesto que en razón de los factores proteicos y meduseos señalados no es posible obtener una definición conceptual . solo es dable es tablecer. gracias a un haz de rasgos semánticos relativamente preci sos, un cerco nocional que justifique la pertinencia obj etiva de esas remisiones4. Pues bien, quien me lleva la contraria asevera que los rasgos iniciales son prístinos y el resto "obtusos", palabra sinónima de oscuridad e ileg ibilidad ; ellos, los rasgos " obtusos··. la extravían y confunden a pesar de que cada término ha sido prec isado en las notas. Pero como no se dice qué es lo que queda ininteligible, no nos es dable ensayar disipar neblinas no expresadas5. Ahora bien, ya que dicha opacidad comienza con el paréntesis ( la legitimación social) presumo que la lobreguez nace del escotoma corriente de la crítica y de «la» historia de la literatura peruana parn las cuales la difitsión y la recepción literarias (venta de libros, registro de variantes ; lectura. audición , etc.) simplemente no existen. Así, ¿es posible proyectar, en nuestro molino. el estudio de la tradición histórica de las literaturas peruanas sin prever ( consignar. describir y explicar) en la producción literaria los polos fundamentales de orden social que son la difi,sión y la recepción de los textos literarios orales y escritos vigentes en la sociedad monoglósica castellana. di glósica hispanoquechua y triglósica hispanoquechumara, eso sin excluir, doy por sabido, la producción literaria del área amazónica? Este rasgo caracterizador capital para determinar los actos literarios ha sido registrado en su lugar6 e incluido también en el segundo diagrama. En cuanto a los palos ele ciego que. a causa ele tal extravío, se nos aplica serán comentados en el siguiente punto.
2. Leyenda rosa vs. leyenda negra, el proceso de difitsión del quechua colonial y los pre-
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juicios ideológicos. Partiendo de una contradicción que tlagra7, la profesora Zanelli me atribuye inusitadamente una « ideología» prolongadora de la leyenda negra sobre la Conquista, maniobra acusadora descomedida utili zada para descalificar y despachar sumariamente cualquier intento de objetivación de la cultura colonial , tic nervioso ligero de ciertos testa-duros ya advertido, entre muchos otros, por N. Wachtel 8. Este no es, desde luego, el sitio para exponer mi punto de vista sobre la grave controversia entre la leyenda rosa de la conquista andina creada por la histori a oficial hispanizadora9 y la estigmatizada leyenda negra con que se injuria y se ningunea a los que se atreven a pedir pruebas y demostraciones no alienadas; solo me remito a la bibliografía histórico-demográfica que aquí apoya mi s afirmaciones y que, ampliada, es di scutida al fundamentar mi s criterios en otro lugar 1°. Respecto a las investigaciones del quechua colonial , remito al lector de buena fe a mis textos sobre la materia, ampliamente difundidos pero desconocidos por quien asevera dedicarse a " la producción textual del período colonial" 11 . Finalmente, la maestra Zanelli me asigna un despropósito : dice que me escudo con impunidad en un " presupuestamente ascéptico (sic) instrumental semiótico". El lector podrá decidir por sí mismo dónde, en qué lugar sostengo semejante dislate que se me condecora con una gratuidad e insolencia tales que da grima. Por el resto, las personas remotamente enteradas del quehacer semiolingüístico saben bien que los paradigmas de objetivación en esta di sciplina no evitan - merced a alguna inspiración celestial- los errores de interpretación de los textos , ora debido a su aplicación deficiente ora a la falta de sindéresis, idoneidad y pertinencia cognitiva12 ora a cualquier otro defecto de la condición humana (distracción, falta de lucidez, olvidos, etc.). C uando tales paradigmas son correctamente aplicados, sus ventajas menores son, no obstante, a) que los procedimientos de verificación del análisis, permiten \m grado de coherencia racional y empíricamente plausible y b) que cualquiera de sus errores y deslices interpretativos son advertidos de inmediato, lo cual
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justifica su impugnación como sucede aquí mismo con las observaciones hechas. Semejante control es compartido con los procedimientos norm ales de la disciplina lingüística, cosa inimaginable por la crítica literaria oficial acostumbrada a esconder bajo la alfombra de la autoridad sus obstinados prejuicios axiológicos, ideológ icos y utópicos. Es con hábitos consuetudinarios como éste que la Institución Literaria Peruana se perpetúa s in corregirse jam ás. Además, como lo recuerdan los maestros Hopkins y Rubina, el estudio que he propuesto prevé un control científico social compartido interdisciplinariamente (historiografia, lingüística, semiótica y antropología) lo cual me exime del solipsismo cognitivo petulante y engreído que insidiosamente se me cuelga 13.
3. El contexto espacio-temporal amerindio. Si por razones de identidad y dignidad étnica es todavía legítimo tratar de circunscribir los objetos de cultura de una soc iedad determinada -en literatura occidental se viene haciendo desde, por lo menos, la fuerte impronta del romanticismo alemán a fine s del siglo XVIII- , 1.10 es menos cierto que todo nac ionalismo cultural es frágil por principio y lo es más aún en el caso de una sociedad altamente intercultural como la peruana. En este extremo y a partir del punto de vista contextual espacio-temporal amerindio ele la tradición oral quechua peruana, estamos muy lejos ele sostener que la nuestra sea "esencialmente distinta" ele las literaturas pan-andinas boliviana o ecuatoriana; y no lo es porque sencillamente el sistema ele la lengua quechua, que permite considerarlas como manifestaciones artísticas en esa lengua, es uno y uno solo pese a sus vari aci ones dialectales 14. Pero también, como sabemos, en el pl ano del discurso los temas y motivos llegan a cruzar los sistemas de las lenguas y así es dable encontrar un mi smo motivo actualizado en las literaturas nahua. quechua y griega 15 ; o entre relatos completos pertenecientes a tradiciones orales populares. lingüística, espacial 6 temporalmente muy distanciadas entre s í 1 . Si, entonces, el bagaje literario no so lo ancestral es mundialmente compartido, ¿cómo es posible hablar de literaturas nacionales? Cada
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sociedad se apropia, por ejemplo, de la herencia común de géneros, de métricas, de temas, etc. coposeídos en su evolución histórica compartida y la unce a sus condicionamientos propios; de esta manera, las I iteraturas de las lenguas indoeuropeas ahormadas por una vieja tradición cohesionada, se distinguen entre ellas no por los géneros ni las métricas ni siquiera los temas (cada innovación en una literatura nacional es inmediatamente asumida por las demás, desde las sagas, las epopeyas, los romances o el petrarquismo 17; las novelas de viaje, las novelas históricas, las novelas de dictadores, etc.). En esos planos las fronteras literarias nacionales apenas pueden ser precisadas. Es, en cambio, en los niveles figurativos y semánticos del texto que se encuentra el perfil relativamente independiente de tales distinciones: cada nación, cada etn ia, ahonna sus figuras léxicas y sus orbes semánticos según su experiencia sociolectal inmediata ( efectos de sentido e impresiones rct'erenciales locales). Un par de ejemplos mínimos. El motivo del «fuego trasladado» se centra en los objetos donde se contiene ese fuego: en la tradición oral griega será en un 'cuenco de arci ll a', una ' férula ' o un ' hachón ' 18 pero en la tradición oral chipaya actual , en una 'caja de fósforos ' 19 . Es obviamente imposible encontrar la figura ' caja de fósforos ' en la tradición oral griega antigua o a la inversa. Por lo tanto, los relatos, a pesar de participar de un programa narrativo comparable, se tipifican en cada caso de pertenencia nacional o étnica de modo intransferible gracias a sus figuras20. En cuanto al estrato semántico, las tradiciones escritas académicas española (San Juan de la Cruz, Cervantes, etc.), mexicana (Sor Juana Inés de la Cruz) y peruana (el corpus caviedano) inscriben en sus obras la frase proverbial «un no sé qué» y el la sirve, en los dos primeros casos, para significar "un algo especial pero inexpresable" mientras que en el último sirve para marcar el habla diglósica (motosa) de los peruanos andinos, algo inimaginable en las literaturas española o mexicana de época, constatación que sirve entonces de rasgo tipificador de nuestro barroco colonial21 . Una cosa similar ocurre, en mi sentir, con la tradición oral ancestra l y popular aledaña
que ciertamente debe ser cotejada una vez preci sadas las coerciones que la tradición oral peruana sufre al participar de lleno en la combinatoria de nuestros multilingüi smo y pluricultura, los mismos
1que, si son com
parables a los de Ecuador y Bolivia, tienen rasgos diglósicos y heteroglósicos peculiares debido a la particular (no singular) evolución tradicional histórico-lingüística y cultu.ral ele la sociedad peruana, especialmente en los mencionados planos figurativo y semántico22. Pues bien, la maestra Zanelli observa a l respecto que en la etapa precolombina y colonial los límites del Estado peruano no eran los de la etapa republicana y el profesor Husson encuentra que en los dramas tradicionales de la muerte de Atahualpa. que atraviesan el área andina, hay una solidaridad sincrónica que se diluye diacrónicamente. Estos fenómenos que, en principio. desbordan los límites literarios del conglomerado de naciones peruanas actuales deberán ser examinados, a no dudarlo, juntamente con la descripción de la articulación tradicional entre nuestros acontecimientos micro- y macro-hi stóricos y los actos literarios (producción. difusión y recepción) correspondientes y puesto que ahora se trata, por un lado, de problemas de evolución y cambio en la extensión territori at23 y, por otro, de correspondencia entre literaturas comparadas intercstatales24, se rá preci so idear esquemas complementarios que dispongan sus alcances.
4. La crítica genética y la semántica inte1pretativa. Los fundamentos filológicos en el tratamiento de los corpus de trabajo propuestos (tercer diagrama) se inspiran, ciertamente, en e l proyecto de crítica ge nética habitual , ta l cual lo he consignado en la versión original de dicho esquema25, pero e l aporte esencial proviene de la semántica interpretativa y diferenci al allí consignado que me ha permitido co lacionar al modo genético -exclusivo y excluyente de la crítica genéticalos modos mimético y hermenéutico de que carece y que, a mi manera de ver, son imprescindibles para imbricar los actos literarios en los acontecimientos históricos respectivos, que es el objet ivo final de nuestro esbozo. En esta misma vía es, desde luego.
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impresc indible embonar al fenómeno estud iado los grandes aportes de la tradic ión fi lológica y hermenéutica, tradición hoy remozada por la lingüíst ica del discurso, la lingüística cogniti va, la narratología, la textolog ía y, de preferenc ia, la semántica in te rpretati va26.
5. La historización literaria, la modelización y la sistematización. Nad ie, enfatizo, nad ie pretende la barbaridad de pensar que el enfoque tradiciona l histórico sobre las literaturas peruanas agota e l contenido de los textos sin dejar sitio a las dimens iones enunc iativas de orden connotativo (sensible, emotivo, onírico, inconsciente, etc.) pues ellas son precisamente la enjundia literaria que trato de conocer y describir desde hace unos 40 años y que capto como rasgo caracter izador capita l del cerco nocional mencionado, al mismo tiempo que incluyo su ubicación en e l modo hermenéutico del tercer diagrama. Dicho esto, no debemos perder de vista que aquí y ahora se trata de de limitar afortiori nuestro actual objeto de conoc im iento: nos pro po ne mos úni came nte organizar - ¡ no priv ilegiar y, menos, excluir algo!- la trad ición histórica de las literaturas peruanas a fin de enfrentar las hoy omnisc ientes y abso luti stas hi stori as de «la» literatu ra peruana . Enseguida, si po r un lado el profesor Husson nos insta atin adamente a reforzar nuestra propos ición con la filol ogía de los siglos XY lll-XI X, e l profesor Hopkins nos achaca desatinadamente una fij ac ión monolítica y anacrónica respecto al empleo de l concepto operatorio de modelo corriente en los años 60-70 de l sig lo XX cuando, lo advertimos oportunamente, usamos ese cri te ri o desde su caracterización en ciencias sociales27. Un mode lo no es, e n este senti do, ni un cepo ni una ge latina o mal-agua ni un maniquí ni un molde, mej or, un jlubber fo rma lizante como se pretende (" un campo de aplicac ión fl ex ible, sus fronteras son borrosas, no pretende ser tota li zante ni único y está obligado a aceptar múltiples pos iciones ante la complejidad de la rea lidad") sino un cluster o, re iterambs, simulacro cogni t ivo, descripti vo y exp licativo, siempre prov is iona l por su carác ter hipotét ico-deducti vo, sujeto a la concurrencia de otros mode los, o bien a
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mod ificac iones (ampliaciones, correcciones, reducciones) o bien a su sustitución fu nc ional inmediata si deja de dar correcta cuenta del objeto de conocim iento que trata de modelizar y, en consecuencia, es plenamente dependiente de ese obj eto de conoc imiento28.
A prove chando tambi é n de ese ning un eo modéli co, frente al que lamentablemente no se propone a lternativa alguna salvo la lab ilidad crítica, se intenta (¡a esta hora! ) meter a empe llones por la ventana lo que a mojicones se sacó hace mucho por la puerta de la casa de los estudios li terarios, alentándose, con nuevos puj os, la panacea de la crítica literaria peruana. Primero, en coinc idenc ia con la profesora Ru bina, hay sorpresa por que no se incluya entre los encargados del estudio de la trad ic ión histórica de las li teratu ras peruanas a " los expertos en I iteratu ra, es dec ir, a los críticos literarios" y más ade lante, en segundo lugar, se nos ense ii a que '' los textos literarios requi eren para su estudio una gran ampli tud de criteri o, sentido de adaptac ión y creati vidad" . Ahora vemos por qué e l profeso r Hopki ns, a di fe rencia de la profesora Rubina, omite referi rse a los puntos I y 1. 1 de nu estro texto donde se expone apretadamente la fu tilidad de la historia de «la» literatu ra peruana redactada por «hi storiadores» ae rógrafos autoclidactos29 y de donde, ev identemente, se exc luyen por sí solos los estudiosos disciplinados (no los críti cos) de literatu ra peruana, profes ionales responsabl es de su quehacer. ele cuyos sustanciales aportes, espec ia lmen te en los de los últimos aiios, somos deudores todos; e ll os han ayudado y coadyuvan ya en mucho a la renovación de los in ve terados conocimientos literarios peruanos. No podemos dej ar de señalar, empero, que la «experticia literaria crítica oficial» ajena a esas ex igencias, en más de cien años de especul aci ones so lamente se ha dedi cado con denuedo, es c ierto, a poner notas a pie ele página a la altanera, rac ista concepción rivagüerina estrictamente hispan izan te ele la producción li terari a peruana, como lo reconoce el mismo profesor Hopkins30. Si estamos de acuerdo en que esta prác ti ca tendenc iosa es así y que todo está por hacerse en e l enfoque tradicional histórico multinacional (mul-
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tiétnica), multilingüe e intercultural de la producción literaria peruana, ¿a qué pervertir el conjunto interdisciplinario científico-social deontológicamente pertinente (e l sometimiento a validaciones internas o externas que para ese conjunto tienen el papel de principio de realidad) con esa recalcitrante labilidad (la crítica-merengue) que no tiene idea de las técnicas de trabajo de campo ni del análisis del discurso?31 . Desde nuestro punto de vista, se trata de defender todo lo que investiga y produce contra todo lo que especula; tal es la actual «lucha de frases» al interior de la república de las letras peruanas. Aparte de ello, lo que importa al maestro Hopkins es, por un lado, so lidarizarse con el axioma «la sociedad peruana es multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultural» pero, por el otro, promover un ludibrio contra el mínimo esfuerzo concreto para sistematizar la real " riqueza multicultural" literaria peruana32. Como de costumbre, se invoca una evidencia para claudicar mejor ante el trabajo disciplinado que trata de conocerla y demostrarla. A estos tan circunspectos pasos de danza y contradanza académica, se suma ahora una reconvención: las relaciones entre los sistemas literarios peruanos pueden darse o no darse y, además, hay que despejar las jerarquías internas y externas entre dichos sistemas. Lo que defendemos en este aspecto
NOTAS 1 En este punto actualizo el principio semio lin
güístico según el cual todo planteamiento teórico debe superar sus fa lencias desde la descripción pragmática, lo más precisa posible, de los textos organizados en corpus de trabajo y de referencia bien constituidos con el propósito de pern1itir una fonnulación solvente que, con la economía de medios deseable, abarque el fenómeno estudiado con un grado de plausibilidad aceptable.
2 Y ello solo por razones administrativas pues la universidad napoleónica, dividida en facul tades, necesitaba agrupar el estudio de objetos
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contrad ice al comentarista: no se trata de que, por ejemplo, en todo caso necesariamente un sistema literario intervenga en el otro ya que, de facto, el sistema literario castellano donde funciona la qbra de Vallejo no recibe ninguna intervención del sistema literario ship ibo-conibo, pero ambos coexisten paralelamente en el Perú en el momento ele su producción, difusión y recepción: es esa coexistencia la que debe ser considerada y registrada en la tradición histórica de las literaturas peruanas. Y en cuanto al estereotipo de las «jerarquías» (ya me extrafiaba que no brincara por algún lado), ¿quién determina el parangón de esa jerarquía?, ¿debe ser establecido por los historiadores autodidactos o los críticos delicuescentes? i Vamos' Desde la perspectiva shipi bo-conibo, ¿Tri/ce es jerárquicamente superior o inferior a cualquiera de sus mitos? Por lo visto, ele modo opuesto a Minerva ll amando a la puerta de casa de la Envidia (mito bien estudiado por el maestro Hopkins)33, la democracia y la '"sociedad civilizada" no han tocado las puertas de la Institución Literaria Peruana Oficial (tan semejante a la morada ele lil Envidia) donde sefiorea, concuerdo naturalmente, el despotismo caste ll ano limeiio. En conclusión quiero reconocer, otra vez, las contribuciones de mis generosos interlocutores a la impostergable dialéctica dinámica ele autocrítica y autorefutación34 del bosquej o arriba presentado.
de cu ltu ra distintos y hasta en tonces plenamente independientes : poesía, novela, teatro. ensayo. Así se les reunió bajo el rubro ' literatura' que hasta entonces era una acepción muy vasta: como dice el DA (1732), ' li teratura · era '·el conocimiento y ciencia de las letras", entendiendo por ' letras' una tautología ecuménica: "las ciencias, artes y erudición''.
3 Si la base material (" instrumento") de la literatura es la "palabra", su conocimiento legítimamente discip linado se encuentra en la lingüística y la semiótica.
4 Respecto de la muy rancia acusación de abusar de la terminología (véase más adelante la
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nota 32) y de lanzar mi radas sesgadas ( fe li zmente ni fi sgonas ni furti vas ... ). hago muti s.
5 Como escribe F. Vaucluse (L 'amitié des peintres. Chalons en Champagne : l-l apax (2008) 34 ). "en todo tex to, e l sentido que no queremos comprender, lo llamamos oscuridad'. Si no se nos dice lo que no está claro, a nuestro turno no está claro lo que no está claro.
6 Cf. E. Ballón Aguirre. 71-adición oral peruana. Literaturas ancestra les y populares l. Lima: PUC P (2006) 162-1 77.
7 En efecto, se sostiene que mi punto de v ista es " la divers idad linguocul tura l que se constituye (o deber ía consti tui rse) en rasgo identi tario de lo peruano'· a la vez que se me objeta una " mi rada esquemática y prej uiciada de l período co loni a l" . Mi pos tu ra, cohe rente y consecuente, es vapuleada desde una impostura ireni sta ( irenismo, recordemos. es la actitud inte lectual según la cual se to lera de manera tranquila errores graves por deseo exagerado de paz y concili ación; as í, a la " paz romana" sucedieron en e l Perú la ' 'paz española" , la ·'paz blanca" y la "paz cho la" ): e l corriente en foque hispanizador es exactamente lo esquemático y prejuiciado desde la perspectiva de la diversidad linguocultu ra l pe ruana. Todos los peruani stas están dispues tos hoy a confirmar la realidad más pedestre, que la sociedad peruana es multinacional (multiétnica), multilingüe y pluricultu ra l, pero no qui eren asumir todas las consecuencias; e llo ocasiona situac iones de oportunismo cíni co que se orea en público sin e l menor recato, por ejempl o, en la pág in a de la Academi a Pe ruana de la Lengua en la red (web).
8 Escribe Wachte l: ''no se trata de retomar aqu í las cómodas afinn aciones de la «leyenda negra»; lo que queremos decir es que la violencia, a través de su pennanencia, caracteriza a la sociedad colonial como un hecho estructural [ ... J. Los españoles impus ieron bruscamente, desde el exterior, un grupo social de cultura totalmente extraña (re li gión cri sti ana, economía de mercado, etc.) [ ... ]; e l sector españo l solo pudo sobrevivir extrayendo su sustanc ia de l sector indígena, prec isamente, por el juego de la domin ación y la vio lencia ( .. . ]. Es un hecho innegable que la domin ac ión espaiio la se traduce en una opres ión mortal [ . . . ]. La des integración social resulta, en primer términ o. de la ca tás trofe demográ fi ca ( . .. ], e l dominio espaiio l se mantiene por la violencia desnuda [ . . . ]. Destru ida esta tota lidad, lo que
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se desvanece para los indios es e l sentido mi smo de la vida social ( . . . ), la organización estata l e imponi endo a través de la v io lencia una cu ltura radi ca lmente ex traiia. Desde entonces. las instituciones superviv ientes sirven como apoyo para la dom inac ión co lon ial, que las integra en un contexto nuevo y desprov isto de sentido para los ind ios". etc. (Los vencidos. los indios de l Perú f rente a la conquista española ( / 530- 1570) . Mad ri d: A li anza Editoria l, ( 1976 (1 97 1)) 135-2 11 , 266,3 14.
9 Tal es la denominac ión que le da la histo ri adora Claudia Rosas en " Nuestros odios v ienen de muy atrás". Suplemento «El Dominical » del diario El Comercio, 6 de octubre de 2006. p. 6.
1 O Me re fi ero a El Pizarra de /Jeethoven. Vicisitudes artísticas de un emblema histórico peruano (en prensa); cf. A. García. l a découverte et la conquéte du Pérou d'apres les sources originales. París: Kl incks ieck. 1975: G Agamben, Enjánce et histoire - Destruc/ion de / 'expérience et origine de / 'histoire. París: Payo!, 2002; Ch. C. Mann, Ch. / 49 / : New Reve/ations of /he Americas befare Columbus. UK: Vintage, 2006; "Found & Lost" . National Geographic Vol. 2 11 , 5 (2007) 32-55 ; K. E. Lange, K. E. "What wou ld you take to de New World?" . National Geographic Vol. 2 11 . 5 (2007) 56-67; S. Sobrequés Vida!. "La época de los Reyes Católicos". Historia social y económica de España y América 11. Barce lona: Te ide. 1957; Y. Ternon. El Estado criminal. Barce lona : Edi c iones Penínsul a, 1995. etc.
1 1 Ella escribe: "parece desconocer Ballón que la di fusión del quechua ( en desmedro, cie1iamente, de otras lenguas indígenas) se conso lidó grac ias a políti cas coloni ales e in cluso a las campaiias de evangelización que privilegiaron dicha lengua sobre las demás" . Mi ignorancia sobre este tema puede ser. de hecho. medid a en E. Ballón Aguirre, R. Cerrón-Palomino y E. Chambi Apaza. Vocabulario razonado de la acti vidad agraria andina. Terminología agraria quechua. Cuzco: CE RA " Barto lomé de las Casas", 1992; E. Bailón Aguirre y R. Cerrón Palomino. Terminología agraria andina. Nom bres quechumaras de la papa. Cuzco: CERA "Barto lomé de Las Casas .. (2002) 19-53; E. Ballón Agui rre. " De la semántica componencial a la semánt ica interpretati va (e l léxico agrario andino)". Pe,jiles semióticos 1 (2003) 17-4 1; ''Léxico ancestra l
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de un ingrediente precolombino en la región andina: la papa" . Sara Poot Herrera (ed.) En gustos se comen géneros - Congreso Internacional Comida y literatura l. México: Instituto de Cultura de Yucatán (2003) 369-416; "Evolución léxica y área enunciativa original del vocablo quechua papa" . Javier Flores Espinoza y Rafael Varón Gabai (eds.) El hombre y los Andes - Homenaje a Franklin Pease C. Y l. Lima: PUCP (2002) 237-254. Confieso que mi falta de instrucción es mucho mayor que la imaginada por mi empecinada denostadora: ignoro sus propios estudios sobre el quecima y especialmente sobre la difusión de l quechua colonial.
12 Cf E. Bailón Aguirre . "Semiolingüística colonial andina y crítica literaria (a propósito del discurso autodidacto)" . Revista Andina 43 (2006) 161 -194.
13 Una notita al ca lce sobre e l evhemerismo (o proclividad a deformar los acontecimientos históricos) obvio de esta actitud: se sostiene que a pesar "del vio lento proceso de extirpación de idolatrías", en que " se destruyeron costumbres, creencias y objetos rituales·· (no se dice palabra sobre e l genocidio consiguiente) . " se propició la recolección de testimonios·· que hoy nos permiten ' 'contar con detallados recuentos de dichas creencias" . La verdad histórica es que la supervivencia actual del 1'vlanuscrito de Huarochirí no es resultado de una providencial y clarividente política del Estado coloni al, como lo deja entender nuestra impugnadora; al contrario, a partir del 111 Concilio de Lima ("Para assentar la doctrina del Evange li o en cua lquier nacion donde se predica de nuevo, del todo es necesario quitar los errores contrarios q(ue) los infieles tienen [ ... ] es necesario que el que tiene a cargo la doctrina haga diligencia y se informe bien de las supersticiones que entre los indios se vsan"), Ávi la recogió esos relatos con e l fin de que, puesto que era cura párroco y extirpador de idolatrías, al conocer de primera mano la tradición oral quechua, la extirpación de idolatrías y destrucción de las creencias del mundo ancestral andino fuera más eficaz. G. Taylor escribe al respecto: " El conocimiento del culto dedicado a los huacas y de sus paraderos permitirían el fácil descubrimiento de los santuarios con todo lo que este hecho implicaba no sólo para la destrucción de los ídolos sino también para acaparar sus tesoros . Hay frecuentes referencias en el texto y en las no-
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tas a l margen a la ubicación exacta de los huacas [ .. . ] el gran provecho que este documento iba a representar para la identificación de los huacas locales y la extirpación de su culto''. cf. Ritos y tradiciones de Huarochirí. Lima: 1 FEA , Banco Central de Reserva del Perú. UPRP (1999) XIV. XVI , XX; e ll o es ampliamente confirmado por P. Duviol s e n " Francisco de Ávila, extirpador de la idolatría" . J. M. Arguedas y P. Duviols. Dioses .,· hombres de Huarochirí. Narración quechua recogida por Francisco de Ávila (¿ 1598 .?)_ Lima: IEP (1966) 2 19-220. 222. 224, 226. 237. J . M. Ossio ha llam ado la atención sobre este asunto: " traducir de una lengua a otra -escribe- es a lgo que muy penosamente estamos tratando de hacer. en la actualidad, los antropólogos con modernos recursos metodológicos. Si este es el caso para el presente. imagínense qué va lor puede tener la interpretación de un so ldado o de un funcionario de la corona espai1ola del siglo XVI. Qué valor puede tener. inclusive, la interpretación de un sacerdote que, aunque letrado, su interés en las costumbres indígenas estaban en relación a su propósito de errad icarlas" (' 'Mito logía inca y cosmovis ión andina andina· ' . En M. Curatola y F. Si lva-Santisteban (eds.) Historia y cultura del Perú. Lima: Universidad de Lima -Museo de la Nación, p. 206).
14 Cf. R. Cerrón -P alomino. Lingüística quechua. Cuzco: CERA " Bartolomé de Las Casas" , 2003, especialmente los caps . 2 y I O. Como lo tengo demostrado, sucede lo mismo con el resto de literaturas ancestrales peruanas: no es posible hacer una escisión «nacionalista » entre la tradición oral aguaruna (peruana) y shuar (ecuatoriana) pues no solo comparten e l mismo sistema de lengua s ino que la plena trabazón de sus motivos lo impide; cf. Tradición oral peruana - literaturas ancestrales y populares 11. Lima: PUCP. 2006, pp. 181-396. Este fenómeno. sabemos. abarca prácticamente el globo entero como lo demostraron hace mucho Aarnc y Thompson . Lévi-Strauss, Morote Best. etc.: cf. E. Frcnzel. Diccionario de motivos de la literaturn universal. Madrid: Gredos. 1980.
15 E. Bailón Aguirre. Tradición oral peruana literaturas ancestrales y populares I l. Lima: PUCP (2006) 43-91.
16 Cf. E. Bailón Aguirre. 71-adición oral peruana - Literaturas ancestrales y populares l . pp . 274-278 .
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17 El petrarquismo parangonado por el poeta peninsular Garcilaso de la Vega o por Dávalos y Figueroa, vate avec indado en la capitanía de Charcas . Algo semej ante sucede con las tradiciones orales y escritas de las literaturas china, j aponesa y coreana, las del área eslava, las del Asia menor, las de las naciones balcánicas, germánicas, etc.
18 Cf. Hesíodo. Teogonía. 71-abajos y días. Escudo. Certamen. Madrid: Alianza Editorial (1986) 71.
19 Cf. R. Cerrón-Palomino. El chipaya o la lengua de los hombres del agua. Lima: PUCP (2006) 290-291.
20 Otro ejemplo: en el caso del motivo de «la doncella fecundada», el objeto fecundante en la tradición oral nahua es fa ·saliva ' del dios , en la griega es la ' lluvia de oro', en la andina la 'lúcuma'; no es posible encontrar el lexema ' lúcuma' en la tradición oral griega porrazones espacio-temporales obvias como tampoco la ' lluvia de oro' o la 'saliva ' en la tradición oral andina; cf E. Bailón Aguirre. Tradición oral peruana - Literaturas ancestrales y populares 11, pp. 43-91.
21 Cf. E. Bailón Aguirre. "La categorización contrastiva en una comedia caviedana". Lexis XXX. 1 (2006): 39-40, n. 154. Son innumerables los casos semejantes a reseñar en las literaturas académicas franco-quebequense o ti-aneo-haitiana en relación a la que se produce en e l hexágono.
22 Las numerosas muestras textuales recopiladas en e l área por R. Howard son suficientemente ilustrativas , cf. Por los linderos de la lengua. Ideologías lingüísticas en los Andes. Lima: PUCP, IFEA, IEP, 2007.
23 Sin negar lo que hoy es un patrimonio ancestral común, las historias de las literaturas ecuatoriana, boliviana y chilena, reivindican cada una por su lado la literatura producida en su territorio durante la vigencia de l virreinato de Nueva Castilla, por ejemplo, la boliviana La miscelánea austral de Dávalos y Figueroa (a pesar de haber sido publicada en Lima) avecindado en el Alto Perú, la chilena la Araucana de Ercill a, etc., as í como las tradiciones orales ancestrales y populares de esos Estados. Ello no implica que se menosprecie e l estudio comparado dá una o más tradic iones hi stóricas regionales o con tinenta les s ino todo lo contrario pues ésta es una labor de contextuali zac ión esencial.
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' 24 Correspondencias no necesariamente opuestas sino ora complementarias (interinfluenciables) ora divergentes en pancronía.
25 Ahí me remito sobre todo a los trabajos e.l e .l. Bellemin-Noel, B. Brun , .1.-L. Lebrave. P. Delcambre, B. Cerquiglini y especialmente A. Grésillon; cf. E. Bailón Aguirre. " Sobre la decepción amorosa (sentimientos y poes ía barroca colonial andina)". Lexis XXVII , 1-2 (2003) 19 n. 3: ldem. E. Bailón Aguirre (coord.). Simulacros de la fantasía. Nuevas indagaciones sobre arte y literatura virreinales. Hom enaj e a Jos é Pascual Buxó. México: UNAM (2007) 436, n. 3.
26 Cf. F. Rastier. Arts et sciences du texte. París: PUF.2001 (trad. castellana de E. Bailón Aguirre , en prensa, Editorial Siglo XXI). Ese orden investigatorio está renovando. sin duda, los estudios literarios coloniales peruanos, espec ialmente con los aportes de .1. Calvo Pérez, L. .J. Cisneros, E. Hopkins, .1.-Ph . Husson , C. ltier, B. Mannheim, .J . L. Rivaro la, .l. A. Rodríguez Garrido, C. Rubina, C. Zanelli y G. Taylor; cf. E. Bailón Aguirre. Los corresponsales peruanos de Sor Juana y otras digresiones barrocas. México: UNAM, 2003. Advertiremos, sin embargo, que en este extremo preferimos emplear el término ' invención literaria ' . más afín a la producción colectiva. que ' creación literaria ' inclinado a destacar los avatares biográficos de los autores.
2 7 En el texto sólo he citado la bibliografia original. A mayor abundamiento, O. Koening expi ica la pertinencia actual del concepto no sólo en ciencias sociales sino en las ciencias cognitivas en general: "La construcción de un modelo del sistema cognitivo normal es el obj etivo principal que persigue la neurociencia cognitiva. Hoy está plenamente admitido el hecho de que las actividades cognitivas como el lenguaje o la percepción no corresponden a actividades globales e indiferenci adas si no que, al contrario, e llas son posibles merced al funcionamiento de múltiples subsistemas donde cada uno realiza un proceso de tratamiento elemental. La elaboración de un modelo del funcionamiento cognitivo consiste en identificar esos procesos y definir la manera como los subsistemas correspondientes son organizados entre ellos a fin de cumplir la actividad cognitiva correspondiente. El modelo de funcionamiento se co nvi erte, entonces, en una descripción de subsistemas organizados en arquitectura funcional " (H. Houdé. D. Kayser.
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O. Koening, J. Proust, F. Rastier. Vocabulaire de sciences cognitives: neuroscience, psychologie, intelligence artiflcielle, linguistique et phi/osophie. París: PUF ( 1998) 268-269) ; cf. K.-0 . Apel. " La dimension herméneutique des sc iences sociales et sa fondation norm ative" . J .-M. Sa lankis , F. Ras ti e r, R. Scheps (eds.). /-lerménelllique: textes, sciences. París: PUF ( 1997) 163-198; C. F. Feldman. "Les genres du discours comme modeles mentaux et culturels: l' interprétation dans une communauté culturelle" . F. Rastier, S. Bouquet (coord .). Une inlroduclion aux sciences de la cullure. Parí s : PUF (2002) 215-228 , e tc .: todo e ll o s in contar con e l muy importante aporte diagramático de los textos I iterarios de F. Morelli , Graphes, car/es et arbres. Modé/es abstraits pour une autre hisloire de la littérature. París: Editions Les Prairi es ordinaires, 2008.
28 Véase la nota l. 29 Cf. E. Bailón Aguirre. " Al margen de una en
cuesta: de las contradicciones internas de la crítica literaria en e l Perú" . Hueso húmero 50 (2007) 154-1 67.
30 Copio a la letra: " el unive rso literario indígena contemporáneo apenas se encuentra a ludido por los historiadores de la literatura. Obviamente por razones de acceso al materia l, por limitaciones lingüísticas, por prejuicios rac iales , por e l centralismo po lítico, por el interés ideológico y pragmático para definir una nación mestiza hispanohablante, el espacio de estudio predominante en las historias de la literatura peruana era [¿o es?] el de la literatura en lengua castellana, con la consecuente visión urbana y limeña de esta litera tura" . Luego se menciona los intentos marginales de acceder a una visión abarcadora del fenómeno pero se reconoce que " era una preocupación que no encontraba una solución pertinente" . A confes ión de parte re levo de prueba, dice el aforismo jurídico.
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3 1 La crítica literari a peru ana carece de un org: am1111 teórico-metodológ ico, pues no posee u11 tecnol eclo o metalenguaj e de control noc ional ni pautas descriptivas y exp licati vas probadas: de ahí que su discurso admita la contradicción, la labilidad irresprn1sable, el descontrol enunci ati vo, lo cualitativo antes qu e lo cuantitativo, e tc . En este sen tido enti e nd o que, por principio deontológico. los huaqueros no son invitados a participar en las investigaciones arqueológicas. los curanderos. ensal madores. sanadores o macumberos no practican ni en c línicas ni hospitales , tampoco los tinterillos en los tribuna les ni los astró logos en los observator ios astronómicos, ni v identes ni zahorís ni eomechados ni carlomúnticos ni adivinos ni nigroman tes ni hechi ceros dictan en las cátedras de tiloso l1a u ofician en los templos , etc. ; ¿o ... s í?
32 Siempre ocurre lo mismo con las posturas de los Janos académ icos, es decir, de compromisos circunstancial es ambiguos: ahora result,1 que " todo lo que puede objetivizar la literatura, lograr un corpus de estudios críticos sometidos a debates y conjeturas, aparece como un sacrilegio rastrero. Mientras uno se mantenga en e l co mentario mús o menos devo to. todo va bien: pero desde que se trata de escrutar la letra o se tiene la osad ía de sa lir del espacio de la oración académica o se apoye en di agramas. en fi guras, peor todav ía, en cifras. todo no es más que jerga" (F. Rastier. Arts el
sciences du lexte, p. 5). 33 E. Hopkins Rodríguez. ' ·Recusación de la en
vidi a en el Apologético afavor de don Luis de Góngora, de .luan Espinoza Medrana" . E. 13allón Aguirre (coord.). Simulacros de /afa111asia. Nuevas indagaciones sobre arte y literatura virreina/es . Homenaje a José Pascual Buxó. Méxi co: UNAM (2007) 523-534.
34 Cf. l. Lakatos. Proofs and Refi1talions. Cam bridge : Cambridge University Press. 1976.
Revista Andina