"es podemos totalitario"

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¿Es Podemos totalitario? La división que crean entre "gente" y "casta" no basta para justifc acusación JORGE URD!O G#!U # $% &E' $%() * %%+%% ,E- Los disidentes desaparecen de la .a/ de la tierra0 y tras ellos tan su recuerdo en aquellos que los conocieron y los a1aron0 y una de l co1plicadas tareas que la polic3a secreta tiene entonces que llevar consiste en cerciorarse de que incluso esos recuerdos 4an de desapa junto con los condenados56 Esta cita de Los or3genes del totalitar bien las entra8as siniestras de la ideolog3a y la pr2ctica totalita absoluta e9cepcionalidad :anna4 #rendt nunca se cansó de subrayar6 su obra es un recordatorio tan certero co1o atro/ de la ;espantosa originalidad5 del totalitaris1o0 una originalidad que ella conoció 1ano y a cuyo an2lisis dedicó su vida6 Otro .rag1ento0 en el que contrapone al asesino con el totalitario0 esa idea+ ;El asesino que 1ata a un 4o1bre <=> per1anece todav3a en l31ites de un espacio que nos es .a1iliar0 el de la vida y la 1uert asesino deja un cad2ver tras de s3 y no pretende que su v3cti1a no e9istido nunca? si borra 4uellas0 son las de su propia identidad0 n recuerdo y el dolor de las personas que a1aban a su v3cti1a? destru vida0 pero no destruye el 4ec4o de la 1is1a e9istencia56 Una i1agen que co1ple1enta a la per.ección el c@lebre Ainisterio de la Berdad OrCell0 encargado de reescribir la 4istoria de acuerdo no a lo que a lo que deber3a 4aber pasado con.or1e a la ideolog3a totalitaria6 el 1ero asesino asu1e sus actos en un escenario .a1iliar que es0 precisa1ente0 el que dota a los 1is1os de 1aldad0 el que 1orali/a s acciones y las de todos en un sentido u otro0 el totalitario pre eli1inar el propio escenario0 redibujarlo0 dise8ar otro a i1agen y de sus actos0 de tal 1anera que sus acciones resulten sie1pre corre !ada ni nadie escapa a ese designio6 Dada esa pavorosa especifcidad del totalitaris1o0 sorprende que se de.endido entre nosotros que ode1os pueda ser tildado de tal cosa -otalitario no es un adjetivo co1parable a otros que pueblan el de pol3tico cotidiano radical0 populista0 antisiste1a0 etc@tera 0 a les podr2 reproc4ar un 1ayor o 1enor acierto0 pero que se 1antienen todo caso dentro de los l31ites del di2logo ra/onable6 Elevar una a de ;totalitaris1o50 y 4acerlo no desde cualquier .oro0 sino desde u que se asu1e que cada palabra atesora un signifcado concreto y no o supone cavar un abis1o 1oral y pol3tico entre quien e1ite esa acusa quien la recibe6 -odos sabe1os a qu@ nos retrotrae ese vocablo0 y e en el debate equivale a arrojar sobre el rostro del adversario no u argu1ento que per1ita proseguir la discusión0 sino un pa8o e1papado sangre que tan solo puede abortarla6

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Política España-Siglo XXIJorge Urdánoz Ganuza

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Es Podemos totalitario?

La divisin que crean entre "gente" y "casta" no basta para justificar la acusacin

JORGE URDNOZ GANUZA 20 FEB 2015 - 00:00 CET

Los disidentes desaparecen de la faz de la tierra, y tras ellos tan solo queda su recuerdo en aquellos que los conocieron y los amaron, y una de las ms complicadas tareas que la polica secreta tiene entonces que llevar a cabo consiste en cerciorarse de que incluso esos recuerdos han de desaparecer junto con los condenados. Esta cita de Los orgenes del totalitarismo refleja bien las entraas siniestras de la ideologa y la prctica totalitarias, cuya absoluta excepcionalidad Hannah Arendt nunca se cans de subrayar. Toda su obra es un recordatorio tan certero como atroz de la espantosa originalidad del totalitarismo, una originalidad que ella conoci de primera mano y a cuyo anlisis dedic su vida.

Otro fragmento, en el que contrapone al asesino con el totalitario, insiste en esa idea: El asesino que mata a un hombre () permanece todava en los lmites de un espacio que nos es familiar, el de la vida y la muerte. El asesino deja un cadver tras de s y no pretende que su vctima no haya existido nunca; si borra huellas, son las de su propia identidad, no las del recuerdo y el dolor de las personas que amaban a su vctima; destruye una vida, pero no destruye el hecho de la misma existencia. Una imagen, esta, que complementa a la perfeccin el clebre Ministerio de la Verdad de Orwell, encargado de reescribir la historia de acuerdo no a lo que pas, sino a lo que debera haber pasado conforme a la ideologa totalitaria. Mientras el mero asesino asume sus actos en un escenario familiar que es, precisamente, el que dota a los mismos de maldad, el que moraliza sus acciones y las de todos en un sentido u otro, el totalitario pretende eliminar el propio escenario, redibujarlo, disear otro a imagen y semejanza de sus actos, de tal manera que sus acciones resulten siempre correctas. Nada ni nadie escapa a ese designio.

Dada esa pavorosa especificidad del totalitarismo, sorprende que se haya defendido entre nosotros que Podemos pueda ser tildado de tal cosa. Totalitario no es un adjetivo comparable a otros que pueblan el debate poltico cotidiano radical, populista, antisistema, etctera, a los que se les podr reprochar un mayor o menor acierto, pero que se mantienen en todo caso dentro de los lmites del dilogo razonable. Elevar una acusacin de totalitarismo, y hacerlo no desde cualquier foro, sino desde uno en el que se asume que cada palabra atesora un significado concreto y no otro, supone cavar un abismo moral y poltico entre quien emite esa acusacin y quien la recibe. Todos sabemos a qu nos retrotrae ese vocablo, y esgrimirlo en el debate equivale a arrojar sobre el rostro del adversario no un argumento que permita proseguir la discusin, sino un pao empapado en sangre que tan solo puede abortarla.

Una denuncia as ha de acompaarse de una consistencia excepcional, pero no es el caso. La divisin que establece Podemos entre gente y casta ni remotamente podra contra lo argumentado, por ejemplo, por Ruiz Soroa sealar una concepcin totalitaria de la poltica. Esa divisin en absoluto configura un lmite que demarque la mera pertenencia a la comunidad, el todo y la nada. Para Podemos son casta todos aquellos polticos que no buscan el inters comn sino el propio. Se podr estar o no de acuerdo con la distincin y con su virtualidad analtica, pero es evidente que para los que la asumen como vlida no seala ningn lmite existencial entre quien merece ser exterminado o eliminado del nuevo todo a construir algo que para su desgracia s fueron todas las vctimas del totalitarismo: el judo, el gitano, el homosexual, el enemigo de clase, etctera y quien no. Tan solo seala una dicotoma poltica entre quien merece estar en las instituciones y quien no y, en consecuencia, entre quien merece el voto y quien no. No hay nada de totalitario en eso, y es una divisoria tan vlida en el foro democrtico como las de izquierda/derecha, burgus/proletario o cualquier otra.

Considerar, como algunos hacemos, que la irrupcin de Podemos junto a la de Ciudadanos, UPyD y otros supone una noticia enormemente positiva para nuestra democracia, porque permite romper una situacin de duopolio y atisbar una de libre competencia, es, por supuesto, completamente subjetivo. Pero, y solo tener que sealarlo provoca cierta estupefaccin intelectual, creo que es abrumadoramente objetivo que en Podemos estn por completo ausentes los dos elementos constitutivos del totalitarismo, a saber: una ideologa opresiva y el terror como mtodo. Su ideario es plenamente democrtico, y lo encabeza la mismsima declaracin de los Derechos Humanos. Con respecto al terror un terror que en el totalitarismo se sustancia en los campos de exterminio y el gulag, recordemos mucho me temo que el nico miedo que a da de hoy desprende Podemos es el de algunos a perder el puesto no la vida, ni las libertades, ni desde luego el recuerdo que guardarn de ellos sus allegados.

Durante mucho tiempo, al menos desde Linz, muchos han sostenido que Franco fue autoritario, no totalitario. Ahora algunos de los que afirmaban eso se descuelgan, no s si conscientes de lo que estn diciendo, con que Podemos es marcadamente totalitario. Con su cruzada de sangre y su anti-Espaa, Franco no; con su proceso constituyente y con su casta, Podemos s De veras tiene sentido, un sentido que todos podamos compartir y que por tanto posibilite el dilogo, este uso descarriado del lenguaje?

Jorge Urdnoz Ganuza es profesor de Filosofa del Derecho en la Universidad Pblica de Navarra.

www.20destellos.comhttp://elpais.com/elpais/2015/02/18/opinion/1424286643_521697.html