equipo de animaciÓn pastoral mercedario · 2015-09-04 · en las manos. a veces tiene al niño....
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MARIA DE LA MERCED
DON DE GRACIA Y LIBERTAD PARA LA REDENCIÓN
DE CAUTIVOS
NOVENA EN HONOR DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
2013
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A mi querida Familia Religiosa Mercedaria del Niño Jesús,
que, bajo la advocación de Nuestra Santísima Madre, María
de la Merced, y el carisma fundacional del Venerable Padre
José León Torres, procura estar atenta al clamor de los
más necesitados y tener como principal intención de su
oración, al cautivo de hoy.
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INTRODUCCIÓN
“Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás por
nombre Jesús, porque él salvara a su Pueblo
de todos sus pecados” Mt. 1,21
El complejo y difícil tiempo histórico que vivimos,
nos invita como creyentes, a escuchar el clamor de nuestro
pueblo que peregrina, a estar junto a él desde la experiencia
de redimidos, con una mayor cercanía, actitud de servicio,
testimonio y anuncio del Mensaje de Salvación.
Santa María de la Merced, Madre de la Misericordia,
Virgen Redentora, es la Madre de Jesús, que escuchó el
gemido del cautivo cristiano y se hizo Merced, asociada a la
misión de su Hijo para devolver la verdadera libertad y
dignidad de los hombres.
Esta advocación y devoción de Santa María de la Merced,
surge en el siglo XIII, en los tiempos en que España estaba
en poder de los árabes.
El mar Mediterráneo en esa época, estaba invadida por
corsarios turco y sarraceno que desembarcaban en las costas,
reducían a los pueblos al cautiverio y tomaban prisioneros a
los cristianos.
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Es entonces, cuando la práctica de la esclavitud se
consolida. Si bien ya estaba instalada en los primeros
tiempos de la Iglesia, ahora cobraba mayor fuerza por las
guerras y crecía la enemistad religiosa entre los cristianos y
musulmanes.
Esta situación de dominación y sometimiento, reducía a
los cristianos a la servidumbre, sufrimientos espirituales y
corporales, haciéndolos cautivos por su creencia religiosa.
Esta falta de libertad para realizar la vida, mueve a Pedro
Nolasco a buscar caminos nuevos que ayuden a la liberación
de los cautivos, por vivir la fe.
La Obra de San Pedro Nolasco, se inicia a partir del año
1203, en Barcelona cuando, junto a un grupo de compañeros
y compañeras, se lanzan al gran desafío: iniciar una misión
de tipo religioso y social, cuya tarea principal fuera ser
mensajeros de amor y de libertad, visitar y liberar a los
cristianos cautivos.
En el año 1218, en la noche del 1º al 2 de agosto, estando
San Pedro Nolasco en profunda oración, se le aparece la
Santísima Virgen María, le confirma la tarea iniciada y revela
la misión que debe emprender: Fundar una Orden a favor de la
redención y salvación de los cautivos.
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Luego de esta aparición, momento que la Orden llama “Día
de la Descensión”, e inspirado por la Santísima Virgen, San
Pedro Nolasco, junto a algunos compañeros varones, reconoce
el mandato divino manifestado por intercesión de María de la
Merced ,y se lanza a constituir la nueva Familia Religiosa.
El 10 de agosto de 1218, funda en la iglesia catedral de
Barcelona, la “Orden de la Bienaventurada Virgen María de
la Merced, dedicada a la merced o misericordia de los
cristianos cautivos en manos de los musulmanes.
La fundación contó con el apoyo del rey don Jaime el
Conquistador y por el consejero real San Raimundo de
Peñafort. María, bajo la advocación de la Merced, queda
constituida en Madre especial de los nuevos frailes y de sus
hermanos los cautivos.
La palabra merced durante la Edad Media tenía un
sentido de: misericordia, gracia, limosna, caridad. En la
actualidad, este concepto está más relacionado con: don,
gracia, regalo, aquello que gratuitamente se ofrece por amor.
Lo que se hace a favor de los demás hombres y mujeres, a fin
de que ellos, puedan ser libres y tener una vida plena.
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Desde los inicios de la misión de redención, realizada por
los religiosos Mercedarios, se extendió la devoción de Nuestra
Señora de la Merced, arraigada profundamente en España y en
todo el continente americano.
Su imagen lleva el hábito mercedario: túnica, escapulario y
capa, todo en color blanco. En el pecho, el escudo mercedario,
corona y cetro. Como símbolo del cautiverio, cadenas y grillos
en las manos. A veces tiene al Niño.
María Madre del Redentor y redentora de cautivos, es
signo de la Merced o Misericordia de Dios, que obra en cada
persona y camina junto a su Pueblo.
Ella es signo de fe, como don gratuito de Dios. Fe que
sólo puede nacer en el fondo del corazón humano como
fruto de la gracia y como respuesta enteramente libre a la
acción del Espíritu Santo que suscita a la conversión y lleva
a vivir la redención.
Su festividad se celebra el 24 de septiembre.
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MARÍA: MERCED QUE SE
HACE MADRE DE TODOS
Introducción:
Comenzamos hoy, el primer día de la novena para
prepararnos a celebrar la fiesta de María de la Merced.
En este día providencial, en que se inicia la novena, la
Iglesia celebra a Nuestra Señora de los Dolores. Vamos a
contemplar a María, la Madre fuerte y fiel que permanece de
pie, junto a la cruz de su Hijo.
María, asociada por sus dolores de Madre al sacrificio de
su Hijo, permaneció en la cruz, compartiendo su pasión y
ofreciendo consuelo y amor que son signos de la redención y
de la cooperación en la Obra de la salvación.
Cantamos
En profundo silencio contemplemos la cruz y
acompañemos a María a quien le decimos:
Madre, fortalece nuestra fe, para que podamos
permanecer de pié en medio de las contradicciones.
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Madre, sostenednos en la esperanza para asumir los
propios sufrimientos.
Madre, acrecienta nuestra Caridad para estar junto a
los que sufren.
Escucha de la Palabra: Jn. 19. 25,27
Puntos sugeridos para la reflexión:
Junto a la cruz de su Hijo, María acompaña hasta el
fin la misión redentora y se convierte en modelo de amor
entrañable, mujer de fe y de plena aceptación de la Voluntad
de Dios, en la misión de liberar a los hombres del pecado.
María, la Madre del Redentor, de nuestra Salvación,
de la compasión y el dolor. Íntimamente asociada a la
misión del Hijo, le ofrece su ternura en medio del
sufrimiento y de comprensión a la humanidad.
Jesús encomienda y entrega a su Madre en la cruz.
Esta nueva misión extiende la maternidad de María a todos
los hombres, representados por Juan, que traerá la nueva
vida al mundo.
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Contemplemos su imagen.
Madre de la Merced, mujer que experimentaste el
sufrimiento más profundo, recibe este día el dolor de todas
las madres que han perdido un hijo y haz que puedan
experimentar el consuelo de Dios. Hagamos presente en
silencio a las madres que conocemos.
Oración Comunitaria: “Para lograr tener el
corazón de Cristo Redentor”
- María, que fieles a tu Hijo Jesús, seamos
verdaderamente instrumentos de liberación para con los que
se encuentran esclavos de tantas cautividades. Oremos
María, que vivamos con alegría la vocación redentora,
para ser signos de esperanza de los perseguidos y oprimidos
a causa de la fe y de situaciones de injusticia. Oremos
María, que por la fuerza de la verdadera liberación de
Cristo, seamos compasivos y misericordiosos con los que
son perseguidos, o no son amados, ni escuchados, ni
reconocidos. Oremos
María…
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ORACIÓN:
María de la Merced, instrumento de redención, escucha
nuestra oración. Ayúdanos a ser fieles colaboradores en la
Obra redentora de tu Hijo Jesús para que, atentos y
disponibles socorramos a quienes viven sometidos a
situaciones de cautividad. Amén
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MARÍA: MERCED QUE COBIJA Y
DIGNIFICA
Introducción:
En este segundo día de la novena con que nos
prepararnos para celebrar la fiesta de María de la Merced,
vamos a contemplar a María, portadora del don más grande
hecho por Dios a la humanidad: la Encarnación de su Hijo.
Ella se hace Merced, es decir regalo, para que Jesús,
participando de la naturaleza humana, se encarne y
comprenda verdaderamente nuestra fragilidad, se
identifique con nuestras debilidades, conviva con las
situaciones propias de nuestra humanidad herida: nos
dignifique y redima.
Decimos juntos: “Salve, María de la Merced”
Porque tu amor, hizo posible la encarnación del Hijo
de Dios para la redención.
Porque tu aceptación hizo posible que Jesús, nos
alcanzara la verdadera libertad y dignidad.
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Porque tu misericordia hizo posible la liberación de
todos los hombres y mujeres.
Escucha de la Palabra: Lc. 1,31-32
Puntos sugeridos para la reflexión
El ángel le comunica a María el contenido del anuncio:
“Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por
nombre Jesús”. Actitud humilde y disponible de María para
recibir al Salvador esperado.
Este anuncio requiere la aceptación libre y consciente
de María para su concreción. Ella acepta y acoge en su
vientre al Hijo de Dios. Se asocia libremente a la acción
salvadora del Padre.
Su nombre será Jesús, el Salvador. Dios le revela la
naturaleza y la misión de Jesús. María, se convierte en
Madre del Salvador y de la humanidad que espera la
liberación.
Silencio orante. Contemplemos la imagen de María de
la Merced y en lo profundo del corazón, elevemos nuestro
canto de acción de gracias por cobijar en su seno al Hijo de
Dios.
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Oración Comunitaria: “Para sentirnos hijos
dignos de Dios”
Madre, enséñanos a confiar en el Amor y Misericordia
del Padre que en Jesús, se identificó con nuestras flaquezas.
Oremos.
-Madre, ayúdanos a aceptar nuestra condición humana y
desde la propia experiencia comprender y compadecernos de
los que sufren. Oremos.
- Madre, enséñanos a reconocer lo que somos capaces de
alcanzar cuando nos confiamos humildemente a la Voluntad
de Dios. Oremos
-Madre…
ORACIÓN:
Madre de la Merced, don de Dios para la humanidad
herida por el pecado. Tú que engendraste al Redentor,
ayúdanos a renovar nuestra confianza en tu Hijo Jesús, que
se compadece ante el Padre Dios de nuestros males y
presenta nuestras necesidades humanas.
Que como tú, Madre, podamos reconocer a Jesús, el Hijo
de Dios, el Salvador que se hizo uno de nosotros para
redimirnos. Amén
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MARÍA: MERCED QUE SE
HACE VISITA Y PRESENCIA
Introducción:
En este tercer día de la novena con que nos prepararnos
para celebrar la fiesta de María de la Merced, vamos a
contemplar la generosa actitud de María que se hace
Merced, es decir, sale y visita a su prima Isabel que también
esperaba un hijo y necesita ayuda.
La gracia de la Encarnación que recibe María, la lleva a
levantarse, ponerse en movimiento, a partir, a visitar, a
ayudar en la casa de Isabel, gesto de gratuidad que es
anuncio de la salvación que el Hijo vino a traer.
Contemplemos a María que movida por la Caridad, sale
presurosa a prestarle ayuda a su prima Isabel, actitud
propia del redimido.
Hagamos un momento de silencio y preguntémonos:
¿Me se redimido?, ¿Cuál es mi actitud frente a las
necesidades de los demás?, ¿Tengo disposición para salir,
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visitar, ayudar?, ¿Mis visitas dejan anuncio de Salvación?,
¿a quién llevo cuando visito?...
Escucha de la Palabra: Lc. 1,39-43
Puntos sugeridos para la reflexión
María luego de la Encarnación es inundada por el
Espíritu Santo. La visitación es un impulso a salir,
compartir, ponerse en camino para manifestar y dar al
mundo el Redentor que lleva en su seno.
Con su partida a casa de Isabel, María anuncia la
misión redentora de Jesús y se constituye en discípula
misionera que lleva la luz y la alegría de la Buena Noticia de
la Salvación.
El encuentro de María con Isabel expresa el gozo de
un acontecimiento salvífico. El saludo de María suscita en el
hijo de Isabel un salto de gozo porque percibe la presencia
del Mesías, el Salvador.
Compartamos en voz alta lo que suscita en nosotros la
experiencia de haber sido visitados por María y haber
recibido el anuncio de la salvación.
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Oración Comunitaria: “Para ser presencia de
redención”
Madre, que tengamos una actitud disponible para salir,
visitar y estar junto a los que están solos, tristes, enfermos,
abandonados. Oremos.
Madre, que nuestra ayuda a los que necesitan sea
desinteresada, sin mirar nuestras propias comodidades o
dificultades. Oremos.
- Madre, que nuestra “visita” sea el medio que anuncie y
ayude a muchos hermanos y hermanas a reconocer al
Redentor. Oremos
-Madre,…
ORACIÓN:
Madre de la Merced, que llevas en tu seno al Hijo de Dios
portador de liberación, enséñanos a salir como Vos sin
demora ante las necesidades de los demás. Danos un corazón
generoso para ayudar, cuidar, acompañar y estar presente
donde la vida y la libertad están amenazadas. Amén.
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MARÍA: MERCED QUE
ENGENDRA Y ENTREGA VIDA
Introducción:
Nos encontramos en el cuarto día de la novena con que
nos prepararnos para celebrar la fiesta de María de la
Merced. Vamos a orar sobre el acontecimiento que convierte
a María, en la Madre que engendra y da a luz a Jesús para la
redención.
María es Madre nuestra por haber entregado al mundo la
Vida misma, a Jesús, quien con su nacimiento da sentido y
renueva todas las cosas, según la promesa de Salvación.
María se convierte en la Madre universal de todos los
hombres porque es portadora de la Vida Nueva para todos
los que esperan la redención.
Silencio…
Se entrega una semilla y se contempla la fuerza de
vida que encierra. Se invita luego a expresar en voz alta una
acción de gracias a María de la Merced que acogió y entregó
la vida de Jesús para la redención.
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Escucha de la Palabra: Lc. 2, 6-7
Puntos sugeridos para la reflexión
El acontecimiento en Belén, del nacimiento de Jesús,
el Salvador, está en el Plan pensado por Dios desde toda la
eternidad para la redención del mundo.
María dio a luz al Primogénito, el que despojándose a
sí mismo, tomó la condición de siervo y se hizo semejante a
los hombres para que, identificándose con ellos pueda
redimirlos.
Jesús nace en Belén, pertenece a un pueblo y vino
como Redentor pobre, necesitado, que experimenta el
desprecio y tiene conciencia de su misión.
¿Cómo imaginamos el sentimiento de María, la noche
del nacimiento, sabiendo que la vida de su Hijo sería
entregada para el rescate de la humanidad esclava por el
pecado?
- Compartimos y expresamos aquella palabra que
creemos surgió en el corazón de María, Madre.
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Oración Comunitaria: “Para hacer que Jesús
nazca en cada corazón”
María, renueva y fortalece nuestra fe, para poder
engendrar a Jesús en el corazón de los hermanos. Oremos.
- María, danos la gracia de acoger a cada hermano
necesitado, con el mismo amor con que tú nos entregas a
Jesús. Oremos.
- María, anima nuestros esfuerzos y sostiene nuestra
esperanza de vida Nueva que nos trae Jesús. Oremos
- María, …
ORACIÓN:
María, Madre de la Merced, que aceptaste con corazón
libre, ser la Madre de Jesús, el Salvador, en tu seno fecundo
de Virgen, enséñanos a dejar nuestros egoísmos,
desconfianzas y prejuicios para abrirnos a Dios que nos
llama a engendrar a Jesús, darlo a conocer y ser sus testigos
creíbles de la Buena Noticia de la Salvación. Amén.
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MARÍA: MERCED QUE ES FIEL Y
SE COMPROMETE
Introducción:
Nos encontramos en el quinto día de la novena con que
nos prepararnos para celebrar la fiesta de María de la
Merced. Hoy vamos a contemplar el momento en que María
y José como fieles creyentes, cumplen con su deber religioso
y presentan a Jesús en el templo de Jerusalén.
Según la costumbre todo varón Primogénito debía ser
consagrado al Señor, ser entregado de manera especial a
Dios para lo cual había que presentar una ofrenda como
rescate, mediante un sacrificio según lo prescribía la antigua
ley.
Renovemos nuestra presentación y consagración a
Dios el día de nuestro Bautismo. Con corazón agradecido
expresemos nuestra fe en Jesucristo, nuestro Redentor.
Recitamos juntos el cántico de Simeón:
“Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo
se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la
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que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para
iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel.”
Escucha de la Palabra: Lc. 2, 22 - 24
Puntos sugeridos para la reflexión
Con el gesto de presentar a Jesús en el templo, María
y José expresan su propósito de obedecer fielmente la
Voluntad de Dios, y cumplir con lo que está prescripto por la
ley.
La ofrenda que presentan para el sacrifico, es en
realidad el signo de la entrega del verdadero Cordero, que
es Jesús, Quién redimirá a toda la humanidad.
Este acontecimiento de la presentación de Jesús en
el templo, pone de manifiesto la actitud de María de estar
unida, asociada y al servicio del misterio de la Redención de
su Hijo.
María está al servicio de la obra de la salvación.
Ofrece el Cordero sin mancha para ser inmolado en la cruz
por los pecados del mundo.
¿Cuál es mi ofrenda para el sacrificio?
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Oración Comunitaria: “Para ser fieles a la Voluntad
de Dios”
-María, anímanos a estar atentos como creyentes y a
realizar lo que Dios nos pide, aún a cambio de la propia vida
por la libertad. Oremos.
-María, acompáñanos con tu luz a descubrir desde la fe, la
acción salvadora de Jesús en nuestra vida y en la de los
demás. Oremos.
-María, enséñanos a presentarnos con humildad ante el
Padre y aceptar su proyecto de redención.
-María…
ORACIÓN:
María, Madre de la Merced, que junto a José presentaste
a tu Hijo Jesús en el templo para ser ofrecido y consagrado a
Dios. Enséñanos a tener un corazón fiel y agradecido por el
don de la vida y la gracia de la salvación. Que el gesto
humilde de la presentación nos ayude a renovar nuestro
compromiso bautismal de vivir la alegría de la redención.
Amé
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MARÍA: MERCED QUE ACEPTA
LA VOLUNTAD DE DIOS
Introducción:
Nos encontramos en el día sexto de la novena con que
nos prepararnos para celebrar la fiesta de María de la
Merced. En este día acompañamos a María y a José que
como padres, viven la situación de perder a Jesús, su Hijo,
en el templo.
Con este episodio en que aparece María como Madre
angustiada, Jesús la introduce en el misterio del sufrimiento
y del dolor que la prepara para el misterio de la Redención.
El amor de redención implica vivir a María en situaciones
de sufrimiento que culminará con la muerte del Hijo en la
cruz.
Jesús en este acontecimiento da otra dimensión a la
presencia de María, y la introduce a la misión salvífica a la
que está asociada.
¿Cómo vivimos cuando la presencia de Jesús se pierde de
nuestro corazón o en el de los demás?
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Escucha de la Palabra: Lc. 2, 48-49
Puntos sugeridos para la reflexión
Jesús revela en esta ocasión su plena conciencia de la
misión que el Padre Dios le tiene preparado para la
redención del mundo.
Ante la pregunta de su Madre: "Hijo, ¿por qué nos
has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te
andábamos buscando". Jesús con otra pregunta les abre otros
aspectos sobre su futuro: ¿No sabías que debía ocuparme de
las cosas de mi Padre?
En definitiva, Jesús hace referencia a la entrega total
al proyecto de Dios y reafirma que sólo cumple su misión:
hacer la Voluntad del Padre.
María guarda todo en su corazón y en el silencio de
la contemplación, ahonda lo que va sucediendo y comprende
progresivamente su llamado a ponerse al servicio de la
misión redentora de su Hijo.
¿Profundizamos en la oración que nuestra obediencia
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al Plan del Padre, es colaborar como María, en el misterio de
la salvación?
Oración Comunitaria: “Para ocuparnos de las
cosas del Padre”
María, guíanos para que cuando perdamos a Jesús por
nuestro propio alejamiento, confiemos que con la luz del
Espíritu Santo, lo encontraremos. Oremos.
María, enséñanos a descubrir en tu actitud de Madre,
que ante la pérdida de Jesús, saliste a buscarlo y te alegraste
al encontrarlo. Oremos.
María, danos valentía para poder hablar de las cosas del
Padre, con la certeza de haber sido redimidos. Oremos
ORACIÓN:
María, Madre de la Merced que guardabas la Palabra en
tu corazón y en la fecundidad de la oración fuiste madurando
tu misión de colaborar con Jesús en la Obra de la redención.
Enséñanos a buscar siempre a Jesús y a alegrarnos con su
encuentro como el signo más grande de su Amor. Amén
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MARÍA: MERCED QUE SE HACE
COMPASIÓN Y PROVIDENCIA
Introducción:
Nos encontramos en el día séptimo de la novena con que
nos preparamos para celebrar la fiesta de María de la
Merced. En este séptimo día vamos a contemplar la
presencia de María y Jesús en las bodas de Caná.
Este hecho manifiesta la primera intervención de María
en la vida pública de Jesús con un gesto muy particular,
ayudar a solucionar una dificultad para que no falte alegría a
la fiesta.
Pone de relieve su expresa colaboración en la misión
redentora de su Hijo.
María es la gran intercesora que tenemos ante Dios.
Ella se hace Merced, don, mediadora y atiende todas
nuestras peticiones.
¿Recurrimos a María cuando nos falta el vino de la
libertad y la esperanza?, ¿Creemos que Jesús cada día hace
milagros, aún en los corazones más duros?, ¿Estamos
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atentos para ayudar a quienes están en situaciones de
opresión?
Escucha de la Palabra: Jn. 2,1-11
Puntos sugeridos para la reflexión
No era el tiempo en que Jesús debía intervenir
realizando un milagro para solucionar la dificultad de falta
de vino en las bodas, sin embargo, el pedido de María, su
Madre, lo llevar a responder.
El milagro obrado por Jesús manifestó su gloria y su
poder, revelación que lleva y provoca en los discípulos una
dimensión más profunda de fe.
El consejo de María, “Haced lo que Él os diga”, invita
a los discípulos a tener confianza y abandonarse en la fe.
En silencio pensemos de qué manera expresamos a
María, la Mediadora, nuestra preocupación por las
situaciones que esclavizan, como: la falta de amor, de
escucha, de compañía, de confianza de tantos hermanos y
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hermanas que esperan ser liberados por la compasión y
misericordia de Dios.
Oración Comunitaria: “Para hacer todo lo que Él
nos diga”
- María, fortalece, nuestra fe para confiar plenamente
que Jesús está siempre dispuesto a escuchar y resolver las
dificultades cuando se lo pedimos. Oremos
María, enséñanos a obedecer con docilidad como los
sirvientes de Caná para dejar a Jesús que cumpla la Voluntad
del Padre. Oremos
María, aumenta nuestra confianza en la presencia
transformadora de Jesús y en fuerza salvadora y purificadora
de la salvación. Oremos
ORACIÓN:
María, Madre de la Merced, te damos gracias por tu
mediación ante tu Hijo Jesús cuando descubres nuestras
necesidades. Gracias por tu presencia, tu compasión y tu
providencia que es signo de redención, hace siempre
presente a Jesús el único capaz de dar vida nueva que Amén
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MARÍA: MERCED QUE SE HACE
CONSUELO Y COMPAÑÍA
Introducción:
Nos encontramos en el octavo día de la novena con que
nos prepararnos para celebrar la fiesta de María de la
Merced.
En este día vamos a contemplar la escena que recoge la
tradición del viacrucis, cuando Jesús camino del calvario,
con la cruz a cuestas, se encuentra con su Madre.
Este encuentro de Jesús, cuando recorría el camino hacia
el Calvario, no es recogido por los Evangelios. Pero Ella
estará siempre que querramos encontrarla.
Creemos que María estuvo ahí, dispuesta a acompañar, a
consolar y a compartir los padecimientos de su Hijo en
cumplimiento de la misión redentora.
La pasión del Hijo era también la de su Madre. Ya el
anciano Simeón le había anunciado a María: “a ti una espada
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te traspasará el alma”. ¿Cómo imaginamos ese momento en
que la Madre comparte la pasión de su Hijo?
Escucha de la Palabra: Lc. 2,34-35
Puntos sugeridos para la reflexión
María había recibido el anuncio de que su Hijo iba a
ser signo de contradicción para muchos. El camino de la
cruz conduce a la redención.
En todo momento María está junto a su Hijo para
ofrecer consuelo y compañía; una mirada de amor y de
comprensión que lo alienta para seguir la misión.
En ese encuentro los corazones de Jesús redentor y
de María, la Madre asociada a la obra salvadora, dialogan en
el más profundo de los silencios con el único lenguaje de
amor y de dolor.
¿En momentos de sufrimiento y dolor, de qué manera
miramos y nos encontramos con Jesús?
¿Somos capaces de aceptar la Voluntad de Dios y obedecer
al designio salvador del Padre, camino a la cruz como lo
hicieron Jesús y María, en silencio, con aceptación, con fe?
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Oración Comunitaria: “Para fortalecer la misión
redentora”
- María, enséñanos a estar junto a los que sufren,
ofreciéndoles el consuelo de la compañía y una mirada de
amor. Oremos
María, anímanos a movernos de nuestra vida instalada y
cómoda, saliendo al encuentro de los hermanos y hermanas
que caminan con su cruz a cuestas. Oremos
María, que sabes de padecimientos y desgarros,
enséñanos a saber sobrellevar los propios sufrimientos y a
consolar con serenidad. Oremos
ORACIÓN:
María, Madre de la Merced, que seguiste de cerca a tu
Hijo Jesús en el camino al calvario, aceptando con fortaleza
el cumplimiento de la Voluntad de Dios, la pasión y muerte
de tu Hijo. Camina junto a nosotros y acompáñanos por tu
misión corredentora, como lo hiciste con Jesús. Amén
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MARÍA: MERCED QUE
TRANSFORMA Y LIBERA
Introducción:
Nos encontramos en el último día de la novena con que
nos prepararnos para celebrar la fiesta de María de la
Merced.
En este día vamos a contemplar a María, Madre de la
Redención. Ella inicia su misión con su Sí libre en la
Encarnación y alcanza su plenitud junto a la cruz de su Hijo
Jesús, donde nos la entrega como Madre de los redimidos.
Nos preparamos para celebrar con gozo la Fiesta de
María de la Merced, le pedimos ser como Ella: Merced de
liberación para el mundo.
Y le damos gracias por hacernos experimentar la alegría
de la salvación, en la Iglesia, comunidad de los creyentes
Con corazón agradecido decimos a María:
Madre de la Merced, te damos gracias porque como
Mujer de fe, tu amor de Madre y esperanza de redimida,
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representas al pie de la cruz a la humanidad redimida que
clama y necesita liberación.
Compartimos la Palabra de la Iglesia: Lumen
Gentiun
“En efecto, la Virgen María, que según el anuncio del
ángel recibió al Verbo de Dios en su corazón y en su cuerpo
y entregó la vida al mundo, es conocida y honrada como
verdadera Madre de Dios Redentor.” Nº 53.
“Porque María, que habiendo participado íntimamente en
la historia de la Salvación, en cierta manera une en sí y
refleja las más grandes verdades de la fe, al ser predicada y
honrada, atrae a los creyentes hacia su Hijo, hacia su
sacrificio y hacia el amor del Padre” Nº 65
Puntos sugeridos para la reflexión
La presencia de María de la Merced, como Redentora
se inicia cuando con toda libertad da su Sí para ser Madre
del Cristo; y se extiende a la totalidad de la obra salvífica de
Cristo.
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María es también reconocida por la Iglesia como
compañera singularmente generosa entre todas las demás
criaturas, que colabora en la obra del Salvador con su
obediencia, fe, esperanza y ardiente amor.
El título de María de la Merced está vinculado al
misterio de María, Madre de Jesús, el Redentor motivo por
el cual se convierte en principio de libertad y entrega, de
amor redentor al servicio de los hombres cautivos.
Contemplemos a María, Redentora de cautivos y
hagámosle presente los nuevos oprimidos de hoy. En voz
alta clamemos por tantos niños, jóvenes, adultos, ancianos
que viven situaciones que deshumanizan.
Oración Comunitaria: “Para vivir la redención”
- María, despierta nuestra fe para estar junto a los que no
creen, los que se alejaron, los que viven en la ignorancia o
indiferencia, al margen de la vida cristiana y necesitan un
gesto de diálogos, de respeto.
- María, ábrenos a los excluidos socialmente. Que
sepamos descubrir sus necesidades y nos acerquemos y
ofrezcamos una acción concreta.
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- María, llévanos hacia los que viven culturas opresoras y
se los excluye de la posibilidad de desarrollarse, para que
podamos ofrecer un ambiente en el que se respete y
promueva en libertad, las diferencias culturales.
ORACION:
María, Madre de la Merced renueva en cada uno de
nosotros, la presencia viva tu Hijo y su espíritu Redentor
para que animadas por la Caridad, vivamos con gozo la
redención y seamos presencia de Misericordia para los
oprimidos a causa de las nuevas cautividades de hoy.
Siomara Elena Garro
Mercedaria del Niño Jesús