entrevista a lucía puenzo

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Escritora, guionista y cineasta, Lucía Puenzo se prepara para estrenar su ópera prima xxy y habla de su tercera novela, La maldición de Jacinta Pichimahuida CON EL NOMBRE DEL PADRE por Florencia Goldsman 46

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Revista Quid, junio 2009

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Page 1: Entrevista a Lucía Puenzo

E s c r i t o ra , guionista y cineasta, Lucía Puenzo se prep a ra para estrenar su ópera primax x y y habla de su terc e ra nove l a , La maldición de Jacinta Pich i m a h u i d a

CON EL NOMBRE DEL PADREpor Florencia Goldsman

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QUID-N10-REVISTA-25a46 21/10/09 19:35 Página 46

Page 2: Entrevista a Lucía Puenzo

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Nada es lo que parece en el mundo de Lucía Puenzo. La hija dell a u reado director de cine se aleja de la cómoda postura de ser“la hija de” y construye un camino artístico pro p i o. E s c r i t o ra ,guionista y cineasta, próxima a presentar su ópera prima x x y e nlos grandes cines de todo el país, cuenta en esta entrevista conQ u i d cuáles fueron los impulsos que la lleva ron a escribir L avenganza de Jacinta Pich i m a h u i d a, su tercer libro.

Las apariencias enga ñ a n , c o n f i r m a m o s , cuando la jove nPuenzo desmiente enfática, m i e n t ras cruza hacia Barrancas deB e l g ra n o, cierta excentricidad que le atribuye ron en las prime-ras notas que dio a algunas conocidas y a algunos de los gra n-des diarios nacionales. “Ni a Bukow s ky se le ocurriría hablar desus excesos en una rev i s t a ” , d i s p a ra .

R eve l a , por otra parte, que la inquietud que la sacudió paracontar esta novela non-fiction emergió cuando ro d aba sus pri-m e ros cortometra j e s . ¿ Por qué los niños menores de diez añosse referían a “ c a rgas hora r i a s ” al hablar de sus trabajos en lapantalla en vez de estar pidiendo quelos lleven a jugar a una plaza?, se pre-guntó esta escritora de figura menu d a ,que se ex p resa a borbotones seg u ra delo que dice aunque después tergive r-sen sus declaraciones para vender unpoco más.

La maldición... fue entonces unaexcusa ideal que le dio la posibilidadde intentar responder cuestiones acer-ca de la infancia, la televización de lavida y la protesta social.

“Mi interés empezó por ese lado, p o rver qué pensaban esos papás quemu chas veces jugaban sus fantasías,no haber podido ser actore s , actrices ocantantes y que proye c t aban sobre losh i j o s , quienes terminaban crey é n d o s eese deseo porque eran vividos por susp a d res desde que tenían uso de ra z ó n .Entonces creían que les dive r t í amu cho algo que mu chas veces unoveía que era algo anormal, como porejemplo que un chico de seis años estél ab u rando 15 horas por día. Por eso,Jacinta… fue la excusa para hablar delo que pasa con esos padres y los ch i-cos trab a j a d o re s . Y también lo que pasa con la televisión hoyque es muy perve r s a , porque hasta hay reclamos sociales que sino tienen pantalla no tienen entidad. Todo está teñido con elbrillo del espectáculo, p a recería que la gente si deja de ser céle-b re o famosa y es supuestamente `olvidada´ no tiene dere cho aex i s t i r.”

–¿Qué componentes de la tira “Jacinta Pichimahuida” laatrajeron para reconstruir la historia en una ficción?

–El libro reúne hechos que ocurrieron en ocho años y consti-t u ye una contracción de tiempo para poder narrar un montónde cosas que, puestas todas juntas, p a recen ser una tragedia yq u e, d e s p e rd i ga d a s , se asemejan a hechos más re l a c i o n a d o scon la mala suerte. Desde las situaciones más terribles que less u c e d i e ron en sus vidas re a l e s , como los suicidios de dos deellos hasta el encarcelamiento de uno de los actores del elenco.Todas estas noticias juntas se conv i r t i e ron en un tema: lo que le

puede pasar a alguien sometido al riesgo de la telev i s i ó n . L a shistorias de estos chicos que habían tenido vidas famosas peroque tiempo después habían vivido alguna situación trági c a ,h i c i e ron que me apare c i e ran ganas de escribir esta nove l a . A s í ,lo que mu chos decían era que les costó varias décadas darsecuenta que, por ejemplo, p a ra uno de ellos ser un re m i s e ro deLiniers también le había dado la posibilidad de tener una vidaf ab u l o s a , y que no era un fracaso no haber podido conseg u i rnunca más un bolo. Y cuando se dieron cuenta de eso, de rep e n-te tenían 30 años, entonces para ellos fue una trage d i a .

–¿Tuvo la oportunidad de conocer a los padres de aque-llos chicos de la televisión?

–No conocí a los padres de los actores de Ja c i n t a …, p e ro sí ao t ros papás. O j o, también hay padres que llevan a sus hijos acastings y lo hacen por un real estímulo de los nenes, t a m p o c oh ay que caer en el riesgo de ge n e ralizar y endemoniarlos at o d o s . En el libro, p a r t i c u l a r m e n t e, elijo a una mamá que se

d evo ra a su hijo y al resto de su familiaen su intento de cumplir su deseo at ravés de él. Pe ro en esta historia tam-bién me meto con otras cosas: a ve c e sel peligro se relaciona con esas casasen las que los telev i s o res están todo eldía prendidos y se convierte en unrunrún más del hoga r. Cuando empecéa hablar con los técnicos de at c, q u eh oy son todos bastante viejos y esta-ban desde el primer prog rama deJa c i n t a … y conocieron a las distintasc a m a d a s , c o n t aban las diferencias conlos hermanos de los actorc i t o s . D e c í a nque era muy triste ver a esos padre sque llegaban con un hijo que era unae s t rella y con sus tres hermanitos“ n o r m a l e s ” que estaban todos emba-r rados jugando en el fondo y los acto-res estaban todos blancos e inmacula-d o s , dando cuenta de lo que pasab a :e ra un grupo de pibitos que estab aestudiando los libretos día a día y ellosno podían salir a jugar a la calle. E ra eldestino que les había tocado, la contra-c a ra del éxito era que había todo uncostado de libertad y de juego quetenían totalmente ve d a d o.

–¿Cómo piensa que se llevan hoylos famosos con la fama?

–Me parece que tiene que ver el lugar que ocupa hoy la“ t e l evisión basura ” , que alimenta a los carro ñ e ros que viven dela miseria ajena, p e ro también la gente lo consume. S o m o stodos parte de esa misma rueda que también nosotros tenemosque dejar de consumir para que los medios dejen de ge n e ra r l o.H ay toda una maquinaria que se empezó a ge n e rar ahí y queempieza a tomar cosas que pueden ser de lo más frívolas hastacosas que no lo son. Cuando una huelga de un piquetero sec o nvierte en algo que tiene que ser televisado para que sean o t i c i a , entonces hay un pro blema porque ciertos re c l a m o ssociales deberían pasar por otro lado; deberían ser completa-mente independientes de la pre n s a . H ay algo ahí que está mu yv i c i a d o, que se lo ve hasta en sus ex t re m o s , por ejemplo cuandola esposa de Castells termina yendo a lo de Tinelli y empieza amezclarse todo: la idea de revolución con la telev i s i ó n .

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