entre la debilidad y la violencia

ANTONIO PASQUALIVENEZUELA

LA TENTACIÓN CESARISTA:

entre la debilidad yla violencia

Muchos poderosos y hasta respetables venezolanos opinan que la única salida a la actualcrisis política e institucional incluye alguna forma de acuerdo cívico-militar que se

imponga sobre las pautas de la Constitución. Antonio Pasquali disiente y analiza todaslas opciones abiertas al sistema político y a la sociedad e incursiona con bienvenida

transparencia en la situación y conducta de los medios en los antecedentes y evoluciónde la crisis. La tentación cesarista es una constante en América Latina. Reflexionar sobre

sus consecuencias nos parece tan urgente como siempre.

"^f ^Fn grupo de respetablesciudadanos que nadatienen de matones o de

• gorilas (ni de mandantesI o persuasores ocultos de"̂ (¡•ir matones y gorilas), viene

pregonando la idea-fuerza de que todo loque ha pesado en la historia patria, de1810 a hoy, han sido golpes y asonadas(incluyendo el que dio origen a la demo-

cracia que hoy disfrutamos y padece-mos). Dicen que en este país definido uncuartel por su más ¡lustre fundador, nadacambia sin una sacrosanta alianza cívi-co-militar, y que la única salida conformea historia ante la grave crisis actual (unamezcla explosiva de pobreza crítica congobierno que jugó la carta equivocadadel neoliberalismo y no quiere dar el bra-zo a torcer) sería un enésimo y exitoso

pronunciamiento de militares y fuerzasvivas que se presenten en el Palacio deMiraflores a mandar. El todo sucederíaentre rugido de reactores que se llevan aalguien desde La Carlota, y tripudio delbravo pueblo en la calle, vitoreando a

ANTONIO PASQUALI es escritor y comunicólo-go. Entre sus libros más recientes se destacanComunicación y Cultura de Masas y Lacomunicación cercenada.

Carlos Andrés Pérez incorpora militares a su gabinete después del intento de golpe.

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CORRUPCIÓN Y MEDIOS

El 27 de febrero de 1992, 27F.

sus nuevos libertadores. Tres cruentassublevaciones de mediana intensidad enpoco más de dos años (las llamadas 27-F, 4-F y 27-N), parecieran corroborar lapertinencia de tal idea-fuerza.

En su parte diagnóstica, la tesis esglobalmente aceptable salvando detallesy excepciones, ella sintetiza con crudasindéresis una parte preponderante de lahistoria eufemísticamente llamada repu-blicana. En cuanto pronóstico y receta,ella es políticamente engañosa y ética-mente mala, por dos razones:

En lo político: porque, en el casopresente, el poder a reemplazar por lafuerza no es ni una dictadura ni unasemi-democracia de grandes electoressin unción popular, sino una verdaderademocracia representativa salida de unlimpio sufragio universal. Es cierto quequienes hoy gobiernan, y nuestro actualpresidente en primer lugar, nosescondieron durante su campaña elec-toral la carta neoliberal que teníanguardada en la manga. Era una cartaque no se puede jugar alegremente en elTercer Mundo sin correr el riesgo de con-ferir carácter estructural al empobre-cimiento y el saqueo, y de reducir el paísa un protectorado de tacto, que himnos yliquiliquis ya no alcanzan a disfrazar.Pero es igualmente cierto que al no

disponer los venezolanos de mecanis-mos parlamentarios del tipo "voto deconfianza", que le permitirían alCongreso cambiar de gobierno en unasentada, sólo nos quedan cinco recursosposibles para salir de un gobierno repu-diado por las mayorías:

1o. criticarlo muy duramente y obli-garlo a rectificar (la Comisión consultiva,entre otros, lo hizo sin éxito alguno);

2o. modificar la Constitución pararecortar el período presidencial (recursoya ponderado y descartado por elCongreso);

3o., inhabilitar al Presidente por lavía legal ("a la brasilera"; pero la fórmulano parece repetible en Venezuela);

4o. esperar pacientemente el términodel mandato presidencial, para bregar uncambio radical por la vía del voto, y

5o. dar un golpe y tomar el poder porla fuerza; en nombre, como siempre, deun porvenir mejor.

Aun en su variante cívico-militar másincruenta, esta última y extremosa alter-nativa ya perdió sin embargo el derechode recurso a los solemnes justificativoshistóricos antes citados. Los Páez,Monagas, Guzmán, Gómez, y hasta losLópez Contreras, Medina y PérezJiménez, quedaron para los manuales dehistoria. Desde Betancourt y la adopción

del voto universal, las reglas del juego enVenezuela son, quiérase o no, las detoda moderna democracia representati-va. Seis sucesivas elecciones quinque-nales, todas ellas limpias, constituyen unpatrimonio democrático, una acumu-lación de hábitos republicanos, que seriasuicida quemar en la hoguera de unaasonada. Este temple de ánimo debemantenerse, aunque nos sintamos hoytraicionados por quienes confiscaron eltérmino "democracia" para medrar enprovecho propio. Si retrocedemos habre-mos de recomenzar desde cero; siaguantamos, tenemos muchos chancesde aprender a ejercer de veras unademocracia siempre más participativa, anegociar y supervisar los grandes con-tratos sociales que definen a todasociedad auténticamente democrática.

Descartados pues los recursos algolpe, al recorte del mandato y al¡mpeachment, solo nos queda: a)emplazar al poder con una critica aúnmás fuertemente demoledora, que loconstriña a rectificar, y b) preparar a con-ciencia cambios de substancia, paracuando nos toque votar.

En lo ético: el recordatorio históricoes éticamente malo por determinista yfatalista. Es una manera de decirle alpaís que estaríamos eternamente conde-

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nados al círculo vicioso del cambio depoder con violencia que el Bolívar deSanta Marta tuvo razón per saeculasaeculorum. Algo así como afirmar quetal familia es de alcohólicos crónicos,que todos sus nacimientos, matrimoniosy muertes han sido accidentes de beo-dos, que así será siempre y que nohabrá vastago que la rescate. La tesis esrechazable por negar toda posibilidad depoder hacer limpieza a fondo en lademocracia, desde la propia democracia(es la única limpieza duradera); por olvi-dar, además, que todas las democraciasde cepa cesarista tienen los pies de ar-cilla.

Comunicaciones al mejor postor

Durante las tres sublevaciones antescitadas, a los medios de comunicaciónles ha correspondido un rol creciente deprotagonistas: desde el 27-F (en que latelevisión retrató a la generación por ellaeducada aplicándose en ejercicios realesde violencia y saqueo), hasta el 4-F (conel presidente dirigiéndose al país desdeel bunker de un teledifusor privado), y el27-N (cuyos graves sucesos comenta-mos luego). Pero eso no es todo.

Durante el período presidencial encurso (antes, las comunicaciones sólodaban para breves debates coincidentescon cambios de gobierno), tres otrosacontecimientos han mantenido el temaen la escena: 1o. el intento gubernamen-tal de privatizar sus servicios públicos detelevisión; 2o. la cesión de las telecomu-nicaciones del país a las multinacionales,y 3o. la grande e inédita denuncia dechantaje y abuso de poder lanzada con-tra los medios por el Congreso de laRepública, con ocasión de un proyectode reforma constitucional que los propiosmedios, con intolerable intervenciónextranjera, lograron sabotear y engave-tar, so pretexto de que institucionalizabael "derecho de réplica". Se necesitaronpues cambios dramáticos en la políticaeconómica, y tres intentos de tumbar elgobierno, para que los últimos SantoTomás del país se enteraran de que granparte del poder pasa hoy por las comuni-caciones.

Las comunicaciones y el 2dogobierno de CAP

José Rafael Pocaterra, un persegui-do político de la dictadura gomecista,excelente escritor y Ministro de Comuni-

TV: ARMA DE IA DEMOCRACIAJOSÉ ANTONIO RIAI

No sé si se ha dicho con todas sus letras, pero aunque se hayaseñalado, es necesario apuntarlo para la historia, que el Canal WatTV fue, en la madrugada del 27 de noviembre, el develador del

golpe y orientador seguro de los que se despertaban, confundidos oasustados, por el cruzar de aviones de guerra. Ese Canal 10, que los rebeldes,en su atolondramiento, dejaron sin tomar, el de la antena en El Cuño, fueelemento básico en la defensa de la democracia. Y demostró lo que ni lospolíticos veteranos consideran -quizá por veteranos no lo entienden- que lainformación integrada, la que procura con voz e imagen, la electrónica, es tanpoderosa y de mayor efecto que ametralladoras y cañones.

La guardia que montaron Rodolfo Schmidt y el locutor de la estación en iatrágica hora del madrugonazo, les probó a los caraqueños que el Presidenteestaba en su puesto, lo vieron y oyeron. Eduardo Fernández, queoportunamente llegó el primero a hacerse presente en la defensa, a cuerpolimpio, del sistema, y daba la cara, cuando en lo alto rugían los motores deunos aparatos que lanzaban bombas, mientras los líderes políticos de lospartidas -los que comparecieron- no estaban "enconchados", sino acudiendoa un lugar de riesgo, fueron un argumento decisivo contra la llamada torpe delos revoltosos. Y es subrayable que si los bombarderos y ametralladores noatacaron al canal, fue, de seguro, porque el mal organizado, elestratégicamente torpe cuartelazo, no tuvo en cuenta, como debiera, cuáleshabían de ser sus objetivos primeros. La televisión, ya se demostró en febrero,con el Canal 4, como en la débilísima democracia española cuando el"Tejerazo", es el medio más eficaz que hoy existe para desmontar la alevosíacontra un sistema legal, contra un poder que se ha dado el voto, pues latelevisión señala, acusa, registra en vivo la verdad y deshace el peligrosoelemento de sorpresa y engaño, de oscuridad y asechanza, que son trampaspara el triunfo de los conspiradores, de los complotistas, de los pocos contralos muchos.

En el gris proceloso de aquella madrugada, luego del mensaje de lospatibularios, a través de las emisoras que pudieron piratear pero que nosupieron poner en marcha, manejar -el asalto sangriento al Canal 8, fue unamuestra de odio a todo lo que signifique cultura, difusión del saber y laverdad, una venganza que prueba la intención pisoteadura de los alzados yde sus tropas, otro "¡nuera la inteligencia"-, la vigilia, la guardia valiente delpersonal del canal 10 aparecía como luz de faro, lanzando sus destellos guíassobre el tempestuoso mar de la confusión y de la alarma de los telefonazos.

Por segunda vez la televisión, es decir, la información recogida porperiodistas valientes, directamente de la realidad peligrosa de la calle y de lasvoces de los líderes auténticos, que llegaban a asomarse a aquella ventanaluminosa en la cerrazón de la lucha de aire y tierra, fue el firme baluarte de lademocracia, servida, no por soldados sino por periodistas, técnicos, locutores,que acudieron a socorrer, con noticias auténticas, creíbles, a la angustiadaciudadanía. Y ésta supo que la verdad estaba allí y no en los torpes mensajesdel enemigo. Pero que aprenda el poder, que censura y acalla a este aliadoseguro de los días aciagos, que es la prensa, a respetar su dignidad. ¡Que lecompense así su lealtad, su heroísmo y su augusto derecho a la crítica!

Publicado en El Nacional de Caracas el 9 de diciembre de 1992



Barriada caraqueña,San Agustín del Sur

L

caciones casi por accidente (suya es laLey venezolana de telecomunicacionesde 1940 aún vigente), sigue siendo, cin-cuenta años después, la más descollantefigura del cuadro comunicacional vene-zolano. De él para acá, la historia delsector no registra más que degrada-ciones, con la notable excepción de laCompañía Anónima Nacional Teléfonosde Venezuela, CANTV, nacionalizada en1965 (el concesionario privado anteriorsólo tenía instaladas en el país para esafecha 163 mil líneas), la cual fue, en suprimera etapa, una progresista, pujante ybien administrada empresa del sectorpúblico (aun en el estado de degradaciónen que fue reprivatizada en 1991, pudoentregar al concesionario cerca de 2 mi-llones de líneas).

En comunicaciones, el segundo go-bierno de Carlos Andrés Pérez pasará ala historia como el más desastroso detodos. Por algo tuvo que cambiar cincoveces el Ministro de Transportes yComunicaciones en poco más de tresaños.

El servicio postal-telegráfico seencuentra colapsado (3 piezas año porhabitante), se salvó in extremis de la pri-vatización, pero es actualmente objetode un segundo y cauteloso intento, mien-tras los couriers internacionales se hanprácticamente adueñado del negocio.Radio Nacional de Venezuela estáreducida a la insignificancia: transmiteunas 17 mil horas al año con un pre-supuesto de 0,7 millones de dólares. Elproyecto Voz de Venezuela (para él setrajo al país una emisora de 1.000 Kw),está archivado por no decir enterrado.De los dos canales públicos de tele-visión, el Canal 5 está fuera del aire des-de enero de 1992, con sus estructurascanibalizadas por su gemelo el Canal 8.Este último transmite 6.570 horasanuales con el equivalente de 10 mi-llones de dólares (la radiotelevisión públi-ca francesa, por simple comparación,ejecuta presupuestos del orden de los2,000 millones de dólares anuales).Sigue además bajo la vigilancia delFondo de Inversiones de Venezuela (unaentidad creada por el primer CarlosAndrés Pérez para placear el excedentepetrolero, pero convertida ahora en su-bastadora de bienes públicos), con unsector privado de la televisión que movi-liza unos 500 millones de dólaresanuales, y al que le agradaría sobre-

manera quedarse con los canales públi-cos.

Todas las telecomunicaciones nacio-nales han sido cedidas a las transna-cionales (su venta representa aún hoy el86% de todo lo que Venezuela privatizó).Fue una venta exitosa, y con mucharazón. Para la nación fue el peor negociodel siglo. Las tarifas son ahora inde-xadas trimestralmente, y el concesiona-rio calcula un ingreso bruto, entre 1992 yel 2000, de 19 mil millones de dólares,con ganancias netas de 6 mil quinientosmillones aún en los años más costososde la expansión. Al estado le quedará el5.5% del ingreso bruto. El país está inva-dido además por empresas norteameri-canas del descuento telefónico.

La Agencia de noticias VENPRESSInternacional está desbaratada y en li-quidación. El proyecto de satélite andinoCóndor, como todos saben, fue aplazadoal año 2010, y las agencias regionalesALASEI (prensa) y ULCRA (radiotele-visión) han pasado a mejor vida.

El control del Ministerio deTransporte y Comunicaciones sobre lasoperaciones de las concesionarias estácasi en cero. No hablamos de controlesde calidad en programas que fueronvolados, sino de cosas más concretas:en Maiquetía, el principal aeropuerto delpaís , hubo hace poco una entera sema-na de alarma roja, por interferenciasindetectables de un emisor privado. Unafrecuencia estratégica del ejército hasido cedida a una concesionaria de tele-fonía celular.

El gigantesco proyecto Uverito, demiles de millones de dólares (500 milhectáreas de pino caribe sembradoshace treinta años, para autoabaste-cimiento y exportación de 200 miltoneladas anuales de papel periódico),fue recientemente rematado a una multi-nacional del papel que se proponellevárselo en astillas a Canadá, para quese las recompremos con su valor agre-gado. Así ha subastado el gobierno ac-tual de Venezuela este trozo estratégicode la soberanía nacional.

Complicidades y equilibrismos bi-zantinos con y entre los grandes conce-sionarios de frecuencias y ningunaatención al usuario adulto o menor. Nigrandes y buenos servicios públicos, nicontroles de calidad sobre los privados.Ningún esfuerzo por remodelar, demo-cratizar y recalificar el panorama comuni-



cacional del país, ante un mercado pu-blicitario en crecimiento del 50% intera-nual, que la televisión se lleva casi el60% (un caso aberrante si se piensa queen los propios Estados Unidos la TVapenas absorbe un cuarto del mercadopublicitario). Tremendas presiones pri-vadas para quedarse con los canalespúblicos y evacuar ese supervit de pu-blicidad que ya no cabe en los saturadoscanales comerciales. Guerras deinteligencia, psicológicas y de dineroalrededor de los medios. Un ambientedemocráticamente malsano, foco detodas las manipulaciones, en que sis-temáticamente amanece el censor, laintervención policial, el periodista muer-to. Con la afortunada excepción de unaparte importante de la prensa -que sigueasegurando buena información y plurali-dad de criterios- en nuestro panoramacomunicacional predomina hoy la pérdi-da de soberanía, el sometimiento apoderosos intereses de grupo y la debili-dad de un Estado que ni presta serviciospúblicos y no-gubernamentales de cali-dad, ni ejerce funciones reguladoras enbeneficio del usuario.

El conflicto Congreso-Medios-Ejecutivo

Es en este cuadro de dramáticasdebilidades y errores públicos, y demuchas intemperancias privadas, dondeestalla el doble conflicto Congreso-Medios y Ejecutivo-Medios, (en el que notodos los medios, desde luego, estu-vieron envueltos). Es en el mismo caldode cultivo de recíprocas acusaciones, enque brota la confusa, bárbara e incom-prensible violencia del 27 de noviembrepasado.

Lo esencial, en el campo de lascomunicaciones, fue la violenta ocu-pación, por unas cuatro horas, del Canal8 de servicio público, desde el cual losinsurrectos lanzaron repetidamente susmodestas proclamas al país, en buscade un apoyo popular que no se les dio.Hemos ingresado a la edad de la indife-rencia, y Arturo Sosa tiene razón cuandoconstata que el pueblo no salió ni paraapoyar a los insurrectos ni en defensa dela democracia. Hijos de una televisiónabsolutamente desconectante, trasla-damos a lo político nuestra inducidapasividad de televidentes.

El relato que sigue no es necesaria-mente fidedigno ni completo; demasia-

Barrendero de la Intendencia Municipalde Montevideo.

das interrogantes quedan aún por con-testar. Hacia las 5 de la madrugada, eledificio frente al Canal es ocupado pormilitares insurrectos, pero la operaciónde comando es ejecutada esencial-mente por civiles, algunos de ellos pro-bablemente ex-funcionarios de la plantay conocedores de comunicaciones. El 4de febrero (4-F) pasado un intento anál-ogo había abortado por inexperiencia delos "tomistas". El mensaje era claro: enotro eventual intento, no habría titubeose inexperiencias; cualquier insurrecto denuestra época necesita ocupar el espa-cio hertziano para un rápido efectomediático. De manera muy difícilmenteexplicable y seguramente culposa, elgobierno instala desde febrero un dis-positivo de defensa del Canal público,compuesto de cuatro guardias nacio-nales. La madrugada del 27-N, dos de

ellos son inmediatamente acribillados porunas cuatro docenas de asaltantes; losotros dos gravemente heridos. Dosinocentes vigilantes, cincuentos y desar-mados: Ricardo Rueda y Manuel Vega,son asesinados de manera tan cruelcuanto innecesaria (paz a sus restos). Loque los insurrectos logran transmitir esconocido de todos; pero se comienzaahora a sospechar que la parte civil de lainsurrección adelantó su fecha, y que losmensajes convenidos y preparados nofueron los que salieron al aire.

Otro grupo había tomado LosMecedores, la protuberancia del Avilacon las antenas de los Canales 2, 4 y 8,donde funciona además la consola quecomanda las transmisiones en cadena.Cuando el ejército logra cortarles la co-rriente, saben operar inmediatamente laplanta de emergencia. Pero los alzadosolvidan extrañamente ocupar o destruir,un poco más abajo, la antena del Cuñoque difunde la señal del Canal 10, el cualqueda así en el aire sin interferencias.Los asaltantes del Canal 8 tambiénsaben de comunicaciones. Muchos desus mensajes que han podido serescuchados lo confirman. Su interés vitalhubiera sido de mantener intactos todoslos equipos para darles uso. Pero, otraextrañeza, no sucede así: destruyen aráfagas de fusil automático todo lo queencuentran: cámaras, osciloscopios,grabadoras, cerraduras de puertas abier-tas, hasta los archivos de cáseles. Elproducto final y objetivo de esaoperación comando: mensajes deimpacto contrario al buscado, asesinatosgratuitos y destrucción de equipo porellos mismos necesitado, se presta atodas las hipótesis interpetativas.Cuando a las nueve de la mañana lasfuerzas leales al gobierno retoman elCanal 8, desplegando una violencia casiigual a la de sus adversarios, los golpis-tas dejan en el suelo al menos cincomuertos. Muchos son apresados, varioslogran esconderse hasta en los duelosde aire, de donde la GN saca el séptimocuatro días después, la tarde del 30 denoviembre.

Hasta ahora, sólo habíamos podidohablar figuradamente de los "héroes" delos servicios radiotelevisivos públicos,por su capacidad de mantenerse en elaire y de programas con miserablesrecursos. Ahora, esos servicios tienenmártires sin comillas, gente que ha muer-



to en cumplimiento de un deber comuni-cacional, grande o pequeño, hacia lacolectividad. El país, el Congreso y losgobiernos que vendrán no habrán deolvidarlo.

El otro hecho de importanciaconcierne la cadena radial Rumbos, pri-vada, que venía informando de loshechos con la consabida gritería y sen-sacionalismo. Sus estudios son violenta-mente allanados por la DISIP, lo queaumenta aún más, aunque parezca difícillograrlo, la excitada gritería de sus locu-tores. El gobierno envía inmediatamenteembajadores de buena voluntad aexcusarse ante los micrófonos. Mientrastanto, en un episodio de la confusísima"guerra aérea" que libraron sobremuchas de nuestras cabezas Tucanos,F-16, helicópteros y Broncos con bom-bas que en parte -y afortunadamente- noexplotaron por viejas (guerra que alguienhabrá de contarnos algún día al detalle),un avión -no identificado por el momen-to- destruye la antena transmisora de100 kw. de Radio Rumbos, en Villa deCura. Según las últimas hipótesis recogi-das el miércoles 2 de diciembre, laoperación seria imputable a las fuerzassublevadas. De ser cierto, Radío Rum-bos pasaría a convertirse en el símbolonacional del codiciado poder de lascomunicaciones: simultáneamente alla-nada por el gobierno y bombardeada porla oposición armada.

Hoy, el divorcio entre el país civiliza-do y gran parte de sus medios continúa.El 27-N sólo lo exacerbó una vez más.Las graves debilidades y complicidadesdel estado en esta materia, su demisióncomo comunicador público, regulador depluralismo y protector del usuario, hanfacilitado el clima de violencia yenfrentamientos que sacude el mundode la comunicación social. Una vez más,fue un bien público el que se llevó lapeor parte; las inversiones necesariaspara recuperarlo serán más elevadas,argumento que el economicismo neoli-beral no dejará de explotar para reforzarsu intento privatizador. En materia decomunicaciones sociales, estamos con-frontados en Venezuela a un grave pro-blema de democracia y de cultura quegente honesta habrá de resolver; a unode los grandes contratos sociales que elpaís debe replantearse a fondo, sin laspayasadas de los "códigos de ética" niruido de botas. *

LA TUMULTUOSA DESPEDIDADE CARLOS ANDRÉS PÉREZ

La evolución de la política venezolana es demasiado compleja y rápida comopara que Chasqui pueda cerrar una edición con datos que siganactualizados cuando nuestros lectores accedan a ellos. Sin embargo,

algunos hechos sucedidos a mediados de marzo y los análisis de nuestros amigos ycorresponsales nos hacen pensar que lo que queda por decidir allá es la forma delalejamiento definitivo del Presidente. Al margen de sus aciertos, cambios de rumboy gruesos errores, Carlos Andrés Pérez ha sido uno de los dirigentes másimportantes de América Latina de las últimas décadas. En estas semanas parecedecidirse la forma de su alejamiento del poder, y buena parte de la imagen queperdurará en la historia de Venezuela y el continente.

Hacia el 12 de marzo el Ministro de Defensa, General Ivan Darío Jiménez,admitió que las Fuerzas Armadas no estaban en capacidad de garantizar que nohaya un tercer intento de golpe militar en el país. El movimiento de oficialesrebeldes parece estar lejos de haber sido desarticulado como pretenden las fuentesoficiales allegadas a la presidencia.

Días antes el Fiscal General de la República, Ramón Escovar presentó unasolicitud a la Corte Suprema de Justicia para determinar si hay mérito para abrir unjuicio al Presidente por presunto peculado en el manejo de fondos discrecionariosde una partida secreta para gastos de seguridad en 1989. La acción del Fiscal logróya el efecto de caldear nuevamente la crisis interna que ya alimentó los dosintentos de golpe de Estado durante 1992.

El máximo tribunal del país dictaminó la nulidad del proceso castrense sumarioseguido a los golpistas que el 27 de noviembre intentaron derrocar por segunda vezen menos de diez meses al gobierno constitucional. LIn juicio civil de los oficialesrebeldes podría resultar en su reivindicación ante la sociedad.

Paralelamente, cunden los rumores en los más contradictorios sentidos. Elnuevo levantamiento militar ya está en curso. El Presidente abandonó el país.Renunció tal o cual ministro. Son los clásicos rumores que anteceden y acompañantodas las crisis políticas profundas en cualquier país latinoamericano.

Caracas y otras ciudades del país eran sacudidas por protestas de algunosplanteles de educación media que durante una semana resultaron en 3 muertos. ElMinistro de Defensa dijo: "Cuando existe la inestabilidad que tenemos en estosmomentos nada garantiza nada. La misma inestabilidad puede hacer que seejecuten acciones no convenientes". Mientras tanto el Presidente se refiere a "juegosmalévolos" para explicar el encadenamiento de acciones en su contra.

Mientras el Parlamento aún estudia las implicancias legales de las acusacionescontra el Presidente, la Controlaría General procede con el inicio del juicio porpeculado. La Corte Suprema atiende con hermetismo la solicitud del fiscal de lacausa. Partidos y personalidades del país se unen exhortando a la Corte Suprema adecidir con urgencia si hay méritos para abrir juicio al Presidente.

El llamado Grupo de Notables, dirigido por el escritor Arturo Uslar Pietri, noestá desvinculado de los tejidos legales. Uslar Pietri dijo: "No somos conspiradores ybuscamos una salida constitucional en nombre de la Venezuela decente".

Entre complejas gambetas políticas el partido social cristiano de oposiciónCOPEI, el gobernante Acción Democrática, el Movimietno al Socialismo y otrasfuerzas menores de oposición debaten a puertas cerradas y también abiertamentelas posibilidades de adelantar tas elecciones previstas constitucionalmente paradiciembre próximo, la anticipada renuncia del Presidente, la constitución de ungobierno interino o la continuación a cualquier costo del esquema constitucionalhacia una transición del poder dentro de las reglas del juego.

Comentario editorial basado en los informes de Estrella Gutiérrez de ínter Press Service ycolaboradores de Chasqui.


entre la debilidad y la violencia

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