en el nombre del pobre

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OTRAS OBRAS EN ESTA EDITORIAL

En el nombre del pobre

SERGIO CARRERAS La sagrada familia JORGE LONDERO Lo mejor de Don Boyero MARIANO SARAVIA Naciones secuestradas La sombra azul FERNANDO COLAUTTI CARLOS PAILLET El tercer atentado ESTEBAN DOMINA Historia mnima de Crdoba La misteriosa desaparicin de Martita Stutz LAURA RODRIGUEZ MACHADO MARIANO SARAVIA Fiestas populares de Crdoba ALICIA FRANCHISENA Verdugos y pilatos Esta es una historia que podra suceder en cualquier lugar de la Argentina donde existan polticos y pobres. Este libro demuestra, con datos y nombres precisos, cmo el clientelismo poltico sigue usando a su antojo los dineros del Estado para mantener como rehenes a miles de personas econmicamente necesitadas. Con una prosa atrapante y directa, En el nombre del pobre relata cmo una millonaria partida de subsidios que iba destinada a indigentes y ancianos pobres se transform en un apetecible botn poltico y termin involucrando, causa judicial de por medio, a allegados del gobernador Jos Manuel de la Sota y a funcionarios del presidente Carlos Menem. En esa operacin jug un papel preponderante la ex esposa del mandatario cordobs, Olga Riutort, desde la presidencia de una fundacin que se convirti en una aspiradora de subsidios nacionales destinados a ayudar, en especial, a la tercera edad. Qu pas con esos dineros? Quines fueron los verdaderos beneficiados? Contina esta sangra de las arcas pblicas? Las pginas de este libro son una invitacin, que nos involucra a todos, a encontrar y comprender las respuestas para estas preguntas urgentes.

En el nombre del pobreEdgardo Litvinoff naci en 1971 en la ciudad de Crdoba. Desde 1997 trabaja en La Voz del Interior, diario para el que cubri acontecimientos internacionales en Hong Kong, Colombia, Venezuela, Israel y El Lbano. Actualmente es co-editor de la seccin Sociedad y escribe la columna dominical Detrs de cmara, en la que apela a la irona y a una mirada descontracturada para retratar los temas sociales del momento. Sus artculos sobre el uso poltico de los subsidios para gente pobre, aparecieron en las pginas polticas del diario y luego se convirtieron en la base para este libro. Es licenciado en comunicacin social y se desempe en diversos medios radiales y grficos. Sebastin Salguero

Edgardo Litvinoff

Edgardo Litvinoff

La historia de los subsidios sociales que complica a Olga Riutort y a funcionarios de De la Sota y de Menem

En el nombre del pobre

Ediciones del Boulevard

El ex presidente Carlos Menem. Las denuncias sobre supuestas irregularidades en los subsidios entregados por la Secretara de Desarrollo Social corresponden a la ltima etapa de su mandato.

El 20 de noviembre de 1998, en plena campaa por la gobernacin de Crdoba, Jos Manuel de la Sota y Germn Kammerath fueron acompaados por Menem a varias localidades del interior. La jornada culmin en el Pajas Blancas Center, en un acto organizado por Funcavi.

Ramn Palito Ortega es uno de los cuatro ex secretarios de Desarrollo Social de la Nacin involucrados en la causa de los subsidios sociales.

Jos Manuel de la Sota y Olga Riutort cuando todava eran marido y esposa. Fueron otros tiempos.

Ancianos pobres de toda la provincia fueron llevados al Pajas Blancas Center de la ciudad de Crdoba, el 20 de noviembre de 1998, para escuchar al presidente Carlos Menem y recibir carnets del Plan Asoma Medicamentos. A esa movilizacin la pag Funcavi cuya presidenta era Olga Riutort con un subsidio de la Nacin de 80 mil pesos.

Adn Fernndez Limia y Olga Riutort fueron aliados polticos en el PJ capital. Olga Riutort fue la presidenta de Funcavi y la que firm los pedidos de subsidio que investig la Justicia.

El local del ex viceintendente de Crdoba, Adn Fernndez Limia, en Cerrito 2139. Los vecinos lo conocen como una unidad bsica peronista, y as se desprende del cartel pegado en su puerta. Despus de la publicacin de esta foto en La Voz del Interior, dicho cartel fue retirado. All se repartieron cajas del Plan Asoma, al menos entre 1998 y 1999.

La sede de Funcavi, cuando estaba en Corrientes 33, durante la distribucin de las cajas del Asoma.

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Edgardo Litvinoff

La historia de los subsidios sociales que complica a Olga Riutort y a funcionarios de De la Sota y de Menem.

Ediciones del Boulevard5

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Litvinoff, Edgardo En el nombre del pobre - 1 ed.Crdoba: Ediciones del Boulevard, 2005. 124 p.; 21x14 cm. ISBN: 987-556-089-8 I. Ttulo - 1. Periodismo

Coleccin dirigida por

Sergio Carreras 2005, Edgardo Litvinoff 2005, Compaa de Libros S.R.L. Ediciones del Boulevard Rosario de Santa Fe 535 5000 Crdoba Te/fax: (54-351) 425 8687 E-mail: [email protected]

ISBN: 987-556-089-8

Fotografas de tapa e interior: gentileza del diario La Voz del Interior.

Hecho el depsito que indica la ley 11.723 Impreso en Argentina

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A Tamar, David, Ingrid

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PRLOGO

La funcin de la prensa en las sociedades democrticas hasta fines del siglo 20 fue informar, formar y entretener. Despus del caso Watergate la investigacin del espionaje electrnico del ex presidente de los EE.UU. Richard Nixon sobre la oposicin, se sum la de fiscalizador, controlador o perro guardin del gobierno de turno. La investigacin de Edgardo Litvinoff sobre el clientelismo poltico en Crdoba iniciada en La Voz del Interior y ahora terminada en este libro es un excelente ejemplo del rol de la prensa como fiscalizador del poder. Durante la investigacin, Litvinoff soport presiones polticas y naveg con xito por el laberinto kafkiano de la burocracia cordobesa y portea para conseguir documentos que respaldaran sus sospechas. Denunci los puntos oscuros del manejo de fondos nacionales destinados a ancianos sin jubilacin, entre otros planes sociales usados ms para ganar elecciones que para reparar injusticias. Y demostr que el periodismo de investigacin no es un periodismo de escritorio, como recomienda el Nobel colombiano Gabriel Garca Mrquez, sino una indagacin en el lugar de los hechos al meterse en todos los rincones de los barrios pobres de Crdoba. No se trata slo de un libro documentado y una investigacin de campo, sino de una exquisita narracin que no cuenta una historia desde la poltica, como generalmente hace el periodismo tradicional, sino que tambin lo hace desde la voz de los pobres, las vctimas directas del clientelismo. Daniel Santoro Abril 2005Daniel Santoro es prosecretario de Redaccin y miembro del Equipo de Investigacin de Clarn. Obtuvo el Premio Rey de Espaa por sus investigaciones sobre el contrabando de armas desde Argentina hacia Croacia y Ecuador.

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INTRODUCCIN

El trabajo es la suprema dignidad del hombre. En la comunidad argentina no existe ms que una sola clase de hombres: la de los que trabajan. Una de las 20 verdades peronistas.

Pasaron ms de cinco dcadas desde que la hija de Josefa recibi aquella camiseta que, decan su madre y su padre y los altoparlantes de la camioneta que tiraba las prendas entre la multitud, entregaba la mismsima Evita. Evita estaba all, a 700 kilmetros, a toda una vida de distancia. Pero su corazn lata ac, en Crdoba, en barrio Villa Cabrera, por las venas de todos los que reciban las camisetas. Y, ms que su corazn, era la mano simblica de la abanderada de los humildesla mano que siempre acompaaba al General la que se estiraba hasta lo sobrenatural para que todos tuvieran abrigo ese invierno. Medio siglo despus, la imagen es smbolo, memoria y tradicin. Smbolo, para un partido Justicialista que la explot con aires de epopeya. Memoria, para la hija de Josefa que an hoy, en la soledad del kiosco que atiende en la ventana de su casa a pasos de la costanera del ro Suqua vive aquel momento como una llaga escondida bajo la piel. Tradicin, porque lejos de convertirse en historia, aquella prctica encarn una costumbre de la que mamaron todos los partidos y que, reinventada, sobrevive con nuevas formas y adaptaciones. La edad de oro del peronismo que recuerdan los que reciban las camisetas es un mundo paralelo que, como la Matrix, nunca se sabr si existi o fue un sueo necesario. Hay imgenes, hay sonidos11

y hasta olores. Pero quin puede decir que eso tuvo entidad, si es que hubo un eso y si es que tanta interpretacin no lo desmembr? Acaso sus miles de significados no disiparon el origen, el acontecimiento inicitico? Mucho se ha escrito sobre el clientelismo poltico en Argentina y seguramente su raz y sus manifestaciones son y sern motivo de debate permanente. Los especialistas politlogos o socilogos que se ocuparon del tema, coinciden en la imposibilidad de un anlisis simple, uniforme. Es decir, se niegan a reducir el fenmeno a una figura bipolar, aquella en la que de un lado hay un militante demonaco que reparte para obtener fidelidad y votos y, del otro extremo, un pobre infeliz que recibe el beneficio con pasividad. Detrs de esa fotografa preconstruida se esconde un proceso demasiado complejo, en el que se vuelve difcil detectar e identificar vctimas y victimarios. Ms bien subyace una maraa de relaciones que van y vienen, en diferentes niveles y distintos escalones de responsabilidad. All se entremezclan las relaciones de poder, las desigualdades de una sociedad cada vez ms empobrecida y la necesidad de esperanza en un futuro personal distinto, cuando distinto slo puede significar mejor. Conoce un puntero poltico el origen del dinero con el que se compran los bolsones o las entradas de teatro que debe repartir en su seccional? Puede que s, pero quizs eso no tenga la menor importancia para su concepcin del mundo y de la poltica. Ya en campo jurdico, se hace difcil juzgar a una persona cuando sta comete un delito sin saber que se trata de un acto ilegal. En especial porque el tiempo lo ha convertido en una sistematizacin: la fuerza de la poderosa costumbre instal una estructura tan slida que sus actores ya no se preguntan por la clase de columnas que la sostienen. El clientelismo tiene mucho de eso: la naturalidad con la que sus participantes desarrollan una prctica que se mueve en lmites difusos, aunque no tengan conciencia de esas ambigedades. Muchas de esas prcticas son ilegales, de acuerdo a su naturaleza y a su trasfondo. Pero muchas otras se mueven en una lnea12

delgadsima, en la que la tica pasa a ser el rbitro espontneo ante la falta de normas claras. Lo importante es que los bolsones se entregaron, es la frase ms recurrente de algunas de las personas que entrevist, seguros de que se trat de la menos peor de las opciones. El caso que aqu se cuenta nacido a partir de una serie de notas publicadas en La Voz del Interior * est siendo investigado por la Justicia Federal de Buenos Aires. Involucra a los ex secretarios de Desarrollo Social de la poca del ex presidente Carlos Menem: Eduardo Amadeo, Ramn Palito Ortega, Santiago de Estrada y Jos Figueroa. Tambin a personajes como el ex obispo castrense Antonio Baseotto y a numerosas instituciones que habran recibido dinero del Estado con llamativa facilidad, cuyo uso y destino comenz a ser investigado en 2001. Las denuncias tambin incluyen a Olga Riutort, a la fecha de esta edicin presidenta del Partido Justicialista (PJ) en la capital cordobesa y titular del Consejo Provincial de la Mujer, ex esposa del gobernador Jos Manuel de la Sota, ex Secretaria General de la Gobernacin de Crdoba y ex nmero uno de la Fundacin para una Mejor Calidad de Vida (Funcavi). Precisamente los hechos de los que aqu se dan cuenta ocurrieron mientras Riutort era la presidenta de Funcavi. Junto a ella figuran en la causa varios funcionarios, legisladores y ex funcionarios ligados a su crculo ms ntimo y al de De la Sota. Fue entre 1998 y 1999, cuando la fundacin de la hasta hace poco mujer fuerte del Gobierno cordobs recibi jugosos fondos de la Secretara de Desarrollo Social de la Nacin, durante el ltimo tramo de la presidencia de Menem. Eran tiempos de campaa, cuando faltaban pocos meses para que De la Sota alcanzara su primera gobernacin de Crdoba y Menem soaba con un tercer mandato presidencial, esperanzado con el apoyo de su compaero cordobs, entre otros.* Ediciones del 27 y 28 de octubre de 2003 y 20 de junio de 2004.

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En ese entonces, pocos imaginaban que el menemismo era desplomable. Y que Riutort y otros aliados de De la Sota quedaran involucrados en las sospechas y denuncias de manejo irregular de fondos a travs de Funcavi. Enfrentar cargos por malversacin de bienes pblicos, falsedad ideolgica o defraudacin al Estado era una posibilidad difcil de concebir. A medida que se fueron descifrando los pormenores de la denuncia judicial surgan ms y ms detalles que complementaban la historia. Que alimentaron las notas periodsticas primero y este libro despus. El encadenamiento de los hallazgos resulta poco menos que natural, y las relaciones entre ellos son tan claras que se infieren por decantacin. No hace falta ser Nostradamus o un analista de peso para presentir lo que la Justicia puede hacer con esta causa, que en noviembre de 2005 cumplir cuatro aos sin grandes progresos. Por lo tanto, puede que nunca se compruebe si hubo o no un delito. Entonces, si al cabo de dicha investigacin judicial no se encontraran culpables de usar irregularmente fondos del Estado (ms de diez millones de pesos/dlares) que, entre otras cosas, deban destinarse a la poblacin ms pobre, el inasible pero pertinaz juicio popular reemplazar al judicial. Entonces ser de tica la vara con la que se mida la historia. En ambos casos, este libro pretende ser un aporte.

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1. BOLSONES

EN LA UNIDAD BSICA

Se puede engaar a algunos todo el tiempo y a todos algn tiempo, pero no se puede engaar a todos todo el tiempo. Abraham Lincoln

Tenga cuidado, no pise ah que el gasista tuvo que romper todo el piso. Disculpe el desorden pero me agarr de sorpresa. Pase, pase, sintese ah que ahora le cuento. Resulta que ese bolsn era para los que no tenan absolutamente nada y yo no tena. Ah me daban tambin la tarjeta de medicamentos que no us. Lo fui a ver a Adn Limia porque lo conozco y bueno, me anotaron. De vez en cuando me los daban, tres o cuatro veces. Una vez voy y me dicen que no estoy anotada: cmo?, le digo. Hace 14 aos que estoy en el partido peronista y jams me dieron nada. Y ahora que pido una caja no me la dan? En qu quedamos? Me dicen no se la damos porque a usted le da el gobierno. Usted se cree, le digo a Fernndez Limia, que si a m me la diera el gobierno vendra a buscrsela a usted? Ms vale que no. Y me la dio, fue la ltima vez que me la dio. Lo que no cont es que muchas veces que pasaba por ah y estaba la puerta abierta haba cajas del Asoma hasta arriba del techo. Y las negaban. Haba hasta el techo, en la casa de la madre, al lado de la unidad bsica. Ese plan era bueno. Sigo sin poder conseguir la jubilacin pero mi hijo trabaja gracias a Dios y ahora me dan la caja del gobierno... esa... no s. Antes se hacan en ese lugar reuniones partidarias. Yo siempre iba pero cuando me dejaron de dar la caja no fui ms. Conozco a otra seora que va siempre y nunca le dieron nada pero a la hija s, a la hija le dieron trabajo. No me gust que en el diario pusieran mi edad, no ponga mi edad. Cuenta Rebeca Ledesma, ex beneficiaria del Plan Asoma.

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Dos de harina, dos de azcar El calor de barrio San Martn, en la capital de Crdoba, no es como el calor del resto de la ciudad. En otras zonas no hay calle Los Granaderos ni una penitenciara ni se inundan las veredas cada vez que caen tres gotas ni se llena el aire de mosquitos gracias al agua acumulada en los cordones ni el vapor y el esmog que vienen desde el centro avanzan con tanta enjundia. En otros barrios s, hay tres kioscos cada dos cuadras como en San Martn. Pero ninguno cierra tantas horas durante la siesta ni acumula tantos perros vagabundos en su vereda. Tambin hay cyber, muchos cyber que desentonan con la humildad del barrio. Como si esas computadoras alineadas en prolijos cubculos enfrentaran la pobreza con tecnologa. En los cyber de San Martn, cualquier chico con 50 centavos es, por media hora, un chico como cualquiera de los que se encuentra en el chat o en los juegos en red, all donde se igualan las clases, los sexos y las edades. En San Martn, a la vuelta y enfrente y al lado de esos cyber, tambin viven muchos ancianos. Es un barrio de gente mayor que camina si puede con la bolsa de las compras en la mano. Marchan despacio, saludan a Pablito el verdulero, se llevan dos papas, una banana, medio de cebolla para el resfro y vuelven a sentarse detrs de sus ventanas a ver pasar la gente. Resisten la soledad y el desamparo en sus viejas casas de 40, 50 60 aos. Algunas fachadas luchan por no perder su dignidad, trozada en pedazos de revoque. Otras tienen jardines bien regados, con plantas cuidadas al milmetro, seal de que la naturaleza no ha sido tan implacable como los aos. O como la vida, que se les pas sin que se cumplieran sus sueos y ellos ah, a esa altura, viendo pasar gente que ya no los saluda y peleando por un bolsn de mercadera para subsistir por unos das. Esa, se dicen, no era la historia que haban escrito en su juventud. Sin jubilaciones, sin pensiones y sin hijos que ayuden, comenzaron a recibir la caja del plan Asoma (Ayuda Solidaria a Mayores) en 1995.16

Otros, recin en 1998. El programa, financiado por la Nacin, estaba destinado a atender ancianos de ms de 60 aos, carecientes y sin obra social. Entonces se calculaba que haba en esas condiciones 400 mil argentinos cuya principal virtud no estaba escrita en las bases del programa: an podan votar. Dos kilos de harina y otros dos de azcar. Un kilo y medio de fideos soperos. Uno de arroz y uno de yerba. Un litro de leche en polvo y medio kilo de dulce de batata. Medio de mermelada y medio de maz blanco. Medio de polenta y un cuarto de galletitas. Dos latas de pur de tomate y dos de picadillo. Un budn y una caja con 25 saquitos de t. Eso tena la caja que Silvana Snchez, la hija de Antonia Roldn, retiraba para su madre durante 1998. Primero lo hizo en Funcavi en la vieja sede de la calle Corrientes, en el centro de la ciudad y luego en la unidad bsica de Adn Fernndez Limia, en la calle Cerrito de barrio San Martn, casi esquina Los Granaderos. En el mismo lugar que Rebeca Ledesma. Funcavi es la Fundacin para una Mejor Calidad de Vida, en ese entonces presidida por Olga Riutort, esposa de quien en aquel momento era candidato a gobernador de Crdoba, Jos Manuel de la Sota. Fernndez Limia msico y militante del PJ ligado a Olga Riutort comenzaba a imaginar la campaa que finalmente lo depositara en la viceintendencia de la ciudad, en la frmula de Unin por Crdoba (UPC), junto a Germn Kammerath*. La madre de Silvana sobrevive hoy gracias al apoyo de su familia. La estamos ayudando como podemos porque estamos hasta ac, dice, subiendo el dedo ndice hasta dejarlo perpendicular al cuello. Como si hiciera falta, aclara: Nos arreglamos como podemos. Cuenta que retir entre seis y siete veces cajas del Asoma. Despus* Germn Kammerath haba sido elegido vicegobernador en la frmula de UPC junto a Jos Manuel de la Sota, en diciembre de 1998. Pero renunci para ser el candidato en las elecciones para intendente de la ciudad de Crdoba. Gan esos comicios del 10 de octubre de 1999, con Fernndez Limia como vice. Asumieron el 10 de diciembre de ese ao.

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nunca ms. Se disculpa, retrocede, entorna la puerta porque los perros ladran demasiado y los chicos gritan y tiene que atender a todos. Saluda y cierra con llave. Fantasmas En Constituyente Salguero 425 se levanta un complejo de departamentos que se comenz a construir en 2002. Casi dos aos despus de finalizado el reparto de cajas del Asoma. Ningn vecino, incluso los que viven en la zona desde hace dcadas, recuerdan a Elsa Acevedo. Ella es una de las supuestas beneficiarias que figura en el padrn del Plan Asoma de Funcavi, con esa direccin. En ese lugar antes hubo un baldo, por aos, en el que vivi Benigno Ordez. Cuando le avisaron que no podra estar ms all, al menos le consiguieron trabajo de albail para la obra, que hoy se ve terminada. Benigno nunca escuch hablar de Elsa Acevedo ni le suena el apellido. Ni oyeron hablar del Asoma las personas que aparecen con ese nombre o similares en la gua telefnica. Sorpresa Las puertas de latn estn despintadas. La casa es grande, pero hace aos que no se cuida. Est sobre la calle Colombres. All habitan Elba Faras y su esposo. Ella tambin figura en el padrn, pero ambos negaron haber recibido alguna vez cajas del Asoma. Llevan 50 aos viviendo en el barrio. Elba dice haberse jubilado como empleada del Hospital Aeronutico en 1986, por lo que tcnicamente tampoco podra haber recibido esa ayuda, que estaba destinada a ancianos sin cobertura social. Les llama la atencin figurar en la lista. Contacto El 31 de octubre de 1998 muri Mara Julia Pintos, otra vecina de San Martn, en la calle Soldado Ruiz al 1.700. Hasta entonces, su18

sobrina Norma Benejan retiraba las cajas del Asoma en casa de un vecino. Las consiguieron gracias a una consuegra de Mara Julia que era peronista y trabajaba en una unidad bsica, cuenta Norma, tras la reja del garaje en donde vende artculos de limpieza, escobas y lquidos desinfectantes. Manotazos La hija de Josefa Reche atiende su kiosco a una cuadra de la costanera, en barrio Villa Cabrera. Es la misma casa en la que muri su madre, a los 101 aos. Antes de fallecer alcanz a recibir algunas cajas del Asoma. Pegaba manotazos de ahogado para conseguirle algn beneficio, dice. Josefa no tuvo una vida fcil. Problemas con su esposo, cuidar a su madre, atender a su hija... Cuenta que al trmite para recibir el bolsn se lo hizo una vecina que estaba con De la Sota y con Limia, y que varias veces debi retirar la mercadera en el local partidario de este ltimo. Est preocupada de que sus palabras perjudiquen a alguien (no se muerde la mano al que le da de comer) pero entiende muy bien cmo funciona la poltica. Suena el timbre del kiosco y le piden una Coca, una cerveza, un paquete de galletitas. Atiende. Es todo lo que hace, antes de despedirse. Por encargo Casi donde termina barrio Pueyrredn, cerca de la ruta 19 que conduce a San Francisco, los vecinos recuerdan que varias veces Josefina distribuy cajas del Asoma en su vivienda de la calle 87. Josefina, a su vez, mencion a Mara Aguilar y a Zulma Aguirre ambas militantes peronistas como los nexos que tuvieron que ver con su eleccin como centro de reparto. La primera era coordinadora de Funcavi y luego ingres al Ministerio de la Solidaridad. La segunda tena el cargo, en ese momento, de presidenta del subcircuito Pueyrredn del PJ.19

Un poco ms al sur, sobre calle Suipacha, Hayde Herrera cuenta que quien le pidi que repartiera las cajas del Asoma en su casa fue Ramn Snchez, otro militante del PJ, ex director de Administracin del Concejo Deliberante durante la gestin de Germn Kammerath y, a marzo de 2005, empleado del bloque de UPC, en el mismo lugar. En rigor, durante el relevamiento realizado al azar con el padrn de beneficiarios de Funcavi fueron muchos ms los casos en los que las cajas se entregaron que los que no. Pero en los que la mercadera lleg a sus destinatarios casi siempre hubo una intermediacin directa o indirecta de algn simpatizante, puntero o militante del PJ. Muchos de ellos no slo Fernndez Limia se convertiran en funcionarios provinciales y municipales durante el primer gobierno de Jos Manuel de la Sota. Y tambin en el segundo. No hay que ser quisquilloso Todos colaboramos de la mejor forma. No creo que haya que ser tan quisquilloso si las cosas se hacen bien. Adn Fernndez Limia intentaba argumentar por qu desde su local partidario se haban entregado bolsones que deba distribuir una fundacin como Funcavi, comprados con dinero de la Secretara de Desarrollo Social de la Nacin. Y por qu lo hizo, especialmente, en tiempos de la campaa electoral 1999 que luego lo depositara en la viceintendencia de Crdoba. Su reconocimiento del hecho, de haberse concretado antes, me hubiera ahorrado gran parte de la investigacin realizada en distintos barrios de la ciudad de Crdoba, en la que la gente cont cmo y dnde reciba las cajas del Asoma. Al momento de morir, el 12 de diciembre de 2004, Fernndez Limia era diputado nacional por Crdoba. Lleg al Congreso luego de triunfar en las elecciones de octubre de 2003. Atrs quedaba su paso por la viceintendencia de la capital mediterrnea, en una gestin junto a Germn Kammerath que ser recordada como una de las peores en la historia de la ciudad, si es que sus sucesores no se20

esmeran en imitarlos. Es ms: cuando la evidencia era inocultable y ya no haba alfombra que tapara los baches, las calles sin luces, los mnibus hechos pedazos y las cloacas desbordadas, el mismo Jos Manuel de la Sota debi pedir perdn a los vecinos por haber impulsado a la intendencia al ex Secretario de Comunicaciones de la Nacin y amigo personal de Carlos Menem*. Fernndez Limia fue entrevistado para la nota que apareci en La Voz del Interior el 28 de octubre de 2003, aunque all no se reflej la conversacin completa. Pocas veces es posible, o vale la pena, publicar un dilogo transcribindolo literalmente, sin ninguna edicin. Esta es una de esas ocasiones. Cuando son el telfono y la secretaria le pas el llamado, el funcionario atendi con confianza. No esper que le mencionaran lo que empez a escuchar. Recuerda el Plan Asoma, hace cuatro o cinco aos? S que ustedes lo repartan desde la unidad bsica que est en su casa. Se acuerda la fecha en la que se reparti? No creo. Est todo planillado. Si me das un ratito apelo a la memoria... Ese programa fue de la poca de Menem. S, entre el 98, 99... Quin le daba las cajas del Plan Asoma? Cmo que quin las daba? Tericamente no las tena que distribuir la Fundacin Para una Mejor Calidad de Vida (Funcavi)? ... En principio, entiendo que s. El Gobierno se las daba a Funcavi como una ONG. La pregunta es por qu se las reparta a travs de las unidades bsicas. Creo que todos colaboramos de la mejor forma. No hay que ser tan quisquilloso en algunas cosas si stas se hacen bien. Ahora, si se hacen mal, brbaro. Ese plan, que yo recuerde, ha sido uno de los ms correctamente implementados. Vos no podas incorporar a nadie. Eras como un comisionista que viene del interior y le piden lleve esta caja. Pero no se entregaban desde ah. Fue desde distintos lados.* La Voz del Interior, 1 de febrero de 2002. En Ro Cuarto, De la Sota hizo su primera declaracin en pblico sobre el distanciamiento con Germn Kammerath.

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Recuerdo la casa de un vecino que la prestaba. Se iban buscando sitios... Adems ese lugar nunca fue una unidad bsica, te aclaro. Cmo lo denominara? En ese local funcionan cosas actualmente, pero no es un lugar formal. Est el plan de inclusin familiar. Justamente es un requisito del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) que no sean locales partidarios. Usted fue miembro de Funcavi en alguna de las comisiones? S, trabajaba con ellos. Como miembro o colaborando? Colaborando y en algn momento formalmente.. pero despus ya no. Lo extrao es que si al plan lo tena que administrar Funcavi, se hiciera desde ese tipo de locales. S, lo extrao tambin es que cuatro aos despus nos ocupemos de esto. Es porque hay denuncias penales. Nunca funcion una unidad bsica ah. Sin embargo, hay carteles para pedir turno para atencin psicolgica, por ejemplo, y se lee aclarar que el turno se solicita para las unidades bsicas. A ver... qu quers saber? Simplemente eso. Que era un plan que tena que implementar Funcavi como ONG y se hizo a travs de unidades bsicas en los barrios. Pero bueno, usted dice que lo hizo colaborando... Como colaboramos con cuanta pelotudez nos pide quien sea. Cuando estaban los radicales, ya que te interesa tanto el tema, tambin colaboramos con la distribucin de los bolsones. Y no tenamos problemas. Qu me importaba que fueran radicales? Si la gente necesita que le llegue y puedo dar una mano, la doy. Qu te quiero decir con esto? La caja, le lleg al que le tena que llegar? Nos quedamos con alguna? Ese es el punto. Tomamos al azar un sector siguiendo el padrn del plan Asoma. Hubo gente que dice que nunca recibi nada. Es posible? O domicilios en los que no vivi quien figuraba ah.22

Imposible, porque no se entregaba a domicilio. Tenan una credencial. Es el plan que ms satisfaccin me ha dado. Muchas veces estuve personalmente entregndolo. Conozco bastante bien el tema. Haba que tener ms de 65 aos y no recibir otra atencin. Esos listados bajaban de la Nacin. Haba un formulario de alta que se remita. No era una decisin poltica a quin se lo daba. Lo que hacamos era contribuir con la distribucin de la caja. Que el tipo no tuviera que ir al centro. Lo entregbamos en distintos barrios. Debo tener archivado todo eso. Tenan un cdigo de barra, que haca ms controlable al asunto. Puede que una persona que figuraba en el padrn no viviera en ese domicilio? Lo que puede haber pasado es que figur en el DNI con una direccin pero se mud. Puede haber habido algn caso de esos. Al no entregarse en la casa, no se poda controlar que fuera ese el domicilio real. Este programa tena adems un plan mdico con alguna ventaja para la adquisicin de medicamentos. Fue uno de los mejor implementados. Mir que la Nacin, y en tiempos de Menem, no se caracterizaba por ser una cosa transparente, digamos. Pero ste en particular fue uno de los mejores. No lo molesto ms. No, es que me llama la atencin... en medio de una campaa electoral...* Le cuento que en la seccin Sociedad (La Voz del Interior) estbamos haciendo un informe sobre ONG y surgi que haba una denuncia penal en la Justicia Federal de Buenos Aires en Crdoba no se saba contra Funcavi, por el plan Asoma. Me acuerdo de la polmica con Critas. Nuestra colaboracin fue esa: ayudar a distribuir para que los ancianos no tuvieran que trasladarse demasiado. Pero guardo esa sensacin de plan bien instrumentado. Fue uno de los pocos planes serios que vi. Fernndez Limia, como casi todos los dirigentes que hablaron* Se avecinaban las elecciones del 5 de octubre de 2003, en las que Jos Manuel De la Sota triunfara para comenzar su segundo mandato en la gobernacin.

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sobre el tema muchos de ellos allegados a Riutort, temerosos de represalias si eran identificados demostraron una lgica de pensamiento similar: primero, tratar de descalificar la informacin sobre el mtodo de distribucin de las cajas. Luego, una vez expuestos los argumentos y las pruebas y disimuladamente rendidos ante la evidencia, apelaron al tradicional pero las cajas llegaron, eso es lo importante. El caso del ex viceintendente de Crdoba es ilustrativo. Algunas semanas despus de que apareciera la nota y la fotografa de la fachada del local en las pginas de La Voz del Interior, fue retirado el cartel que daba la pista de ese lugar como una unidad bsica. Al poco tiempo se agregaron sobre la vidriera unas letras de papel, cortadas a mano, en donde se lea CAB - Centro de Atencin Barrial: una curiosa nueva denominacin para este tipo de locales. El relevamiento tuvo lugar en los barrios San Martn, Pueyrredn, Villa Cabrera y Los Parasos, con similares resultados en cuanto a la forma de distribucin de las cajas Asoma. O el azar jug una pasada inexplicable, o el resto del padrn an tiene mucho ms para decir. A pesar de las palabras de Limia, oficialmente todava nadie acept ni explic por qu las cajas, al menos en los casos mencionados, se entregaron a travs de la estructura partidaria del PJ. Cajas que deba repartir una ONG, compradas con dinero del Estado.

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2. PUNTEROS

RADICALES

La poltica es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnstico falso y aplicar despus los remedios equivocados. Groucho Marx

De Cesaris es un puntero radical, igual que Nora Chiavassa. Al presidente de Critas Crdoba y a la integrante de la comisin directiva de esa institucin se les atragantaron las tostadas del desayuno. Se referan realmente a ellos? Era una broma pesada? Tomaron aire y volvieron a leer las noticias que aparecan en los diarios de aquel 13 de abril de 1998. Ambos tuvieron la misma sensacin; esa que empieza en el estmago, se irradia hacia los brazos y sube, como una ola caliente, primero a los pmulos y despus hacia el centro de la frente, en donde el rojo persiste por algunos segundos. La que tiraba con municin gruesa era Olga Riutort, entonces presidenta de la Fundacin para una Mejor Calidad de Vida (Funcavi). No. No haba ningn error. Ella hablaba de ellos. Cuando se recuperaron de la sorpresa, los acusados corrieron a sus autos casi al mismo tiempo, tomaron el camino hacia la esquina de Avenida Vlez Srsfield y San Luis y entraron hechos una furia al histrico edificio de Critas, en donde los esperaba la comisin directiva. Los ms cautos intentaban reflexionar y se preguntaban de qu se trataba todo. Los ms efusivos estrellaban las puntas de sus zapatos contra las paredes, en repeticiones sucesivas. Necesitaban descargar la bronca. La destinataria de la ira era, una vez ms en esa semana, la seora Riutort. Los cordobeses empezaban a conocerla.

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La seora Nadie me va a hacer creer que esto no est motorizado por la oposicin, dispar ella, antes de decir nada, como para dejar sentado cmo funcionan las mximas. Coqueta, bien peinada a pesar de haber trabajado y viajado por el interior todo el da, entr a la pequea sala como un huracn. Se sent con elegancia, clav los ojos hacia adelante y salud, como si nunca hubiera pronunciado lo que acababa de decir. Fue la primera y nica vez que estuvimos frente a frente, aunque a los cinco minutos parecamos conocernos de siglos. Es de esas mujeres con quien cualquiera compartira un asado, sin riesgo de aburrirse. Lanza las palabras y las frases y las despliega con toda su energa cintica. Ella maneja los tiempos y las sensaciones y hace que su interlocutor pase, en segundos, de sentirse halagado a pensar que es la peor basura. Va del elogio al insulto sin transiciones, aunque siempre con un tono que invita a seguir conversando, a crear empata y mantener el dilogo, que a veces se vuelve monlogo. Es una persona tenaz, intensa. Parece seguir al pie de la letra las enseanzas de aquella otra mujer omnipresente, que arengaba a sus admiradoras a empezar otra era: Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pblica y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numrico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboracin poltica de los destinos de su pas, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Ha llegado la hora de la mujer argentina, ntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compaera ocasional y colaboradora nfima...*. Entr en la sala aquel agosto de 2003, con una montaa de carpetas y papeles y padrones. Ac tens, quiero ver si investigs en serio, me desafi.* Discurso de Eva Pern del 12 de marzo de 1947. Pgina web del Ministerio de Educacin, Ciencia y Tecnologa (www.me.gov.ar).

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Era la primera vez que Olga Riutort de De la Sota ingresaba a la sede del diario La Voz del Interior, despus de la querella por injurias entablada en febrero de ese ao contra el diario y el periodista Sergio Carreras. La demanda se haba originado, dijo, al sentirse ofendida por la investigacin sobre sus gestiones para traer desde Chile 50 millones de pesos en bonos Lecor. La nota publicada el 24 de julio de 2002 echaba un manto de dudas sobre los motivos del viaje de la entonces poderosa secretaria general de la Gobernacin, en noviembre de 2001, as como sobre los supuestos inconvenientes que habra tenido en el aeropuerto de Santiago con la millonaria carga*. No fue la primera demanda por calumnias e injurias iniciada por Riutort: en agosto de 2001, un juez correccional conden al mdico Miguel Martnez Garca a dos aos de prisin en suspenso, al encontrarlo culpable de calumnias en perjuicio de la funcionaria. Ella haba iniciado la querella al enterarse de que el profesional, miembro de la Intergremial Mdica, haba aludido durante una asamblea a rumores sobre presuntas coimas que Riutort habra cobrado en la licitacin para el gerenciamiento del Ipam (Instituto Provincial de Atencin Mdica). En marzo de 2004, el Tribunal Superior de Justicia de Crdoba dej sin efecto la condena a Martnez Garca: consider que no se trataba de una calumnia sino de una injuria, aunque ratific la indemnizacin de 25 mil pesos. Como sea, all estaba ella, en la sede de avenida La Voz del Interior 6080, dando explicaciones. La escena no volvera a repetirse. Haban pasado ms de cinco aos desde la pelea con Critas, pero la causa judicial que involucraba a Funcavi en supuestas irregularidades con subsidios de la Secretara de Desarrollo Social durante la gestin menemista, la tena preocupada. Aunque ella haca lo posible por restarle importancia, por decir que nada de eso tena sentido.* En octubre de 2002, cuando la Justicia archiv la causa por el supuesto sobreprecio pagado por la Provincia en la confeccin de los bonos Lecor, el fiscal tambin consider que no hubo irregularidades en el viaje de Riutort a Chile.

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En ese momento haba dejado su puesto como funcionaria provincial, pero estaba al frente de la campaa de Unin por Crdoba* para las elecciones de octubre de 2003, en la que su esposo sera reelegido gobernador. Atrs quedaban aquellos aos en el Congreso de la Nacin, cuando se conocieron, hasta que se casaron un 28 de diciembre de 1989, el Da de los Santos Inocentes. Si de algo puede vanagloriarse la sanjuanina es de que nunca necesit marido para la poltica: su extenso currculum de militante comenz a los 17 aos, cuando se lanz a estudiar en la Universidad de San Luis, adonde se recibi de bioqumica. Fue presidenta del PJ de San Juan y dos veces diputada nacional, entre 1983 y 1987, y luego reelegida hasta 1991. An conserva su jubilacin como legisladora, por lo que afirma nunca cobr su sueldo como funcionaria provincial. Desde que jur como secretaria General de la Gobernacin de Crdoba, el 20 de julio de 1999, hasta que dej su cargo, el 26 de agosto de 2002, Riutort acumul un poder que ninguna mujer consigui en la historia poltica de la provincia. Tuvo bajo su rbita a los ministerios de Solidaridad, Salud y Obras Pblicas; las agencias Turismo, Ciencia, Cultura, Deportes y Ambiente, el servicio penitenciario, la Direccin de Personal y el estratgico Ocpif (Organismo de Coordinacin, Programacin de la Inversin y Financiamiento) cuya funcin era contactar a entidades de crdito para financiar la reforma del Estado que De la Sota propuso a inicios de su Gobierno**. Sus crticos la tildan de autoritaria. Ella les responde con 12 horas de trabajo al da que en sus tiempos de bonanza realizaba en un despacho contiguo al del gobernador.* UPC, una coalicin del PJ con partidos minoritarios creada para las elecciones de 1998. La integran, tambin, la Unin de Centro Democrtica y Accin para el Cambio, entre otros. ** Al quedar convertido por la Legislatura en agencia de Estado, el organismo qued eximido de presentar balances al Tribunal de Cuentas provincial.

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Parte de su buena estrella se desmoron a mediados de noviembre de 2004, cuando se hizo pblica su separacin, a punto de cumplir 15 aos de matrimonio. Aunque la tensin haba empezado mucho antes. La seora u Olguita, como le dicen sus allegados, ya no frecuentaba desde haca meses los pasillos de la Casa de Gobierno. Apenas retuvo el cargo de titular del Consejo Provincial de la Mujer, que depende del Poder Legislativo. El 24 de octubre de 2004 obtuvo un triunfo aplastante en la interna del justicialismo cordobs por la capital, demostrando que an poda reposicionarse en el escenario poltico local, junto a su ex marido. La poltica significa tener poder para solucionarle los problemas a la gente*, suele decir la otrora Dama de Hierro. Quienes la conocen de cerca no slo saben que es as, sino tambin que ella jams concebira esa frase sin algunos de sus elementos. Coincidencias El conflicto de Riutort con Critas Crdoba haba empezado el 6 de marzo de 1998, cuando la entidad de la Iglesia Catlica recibi un fax de la Secretara de Desarrollo Social de la Nacin (SDS). All se le comunicaba el corte del programa Asoma (Ayuda Solidaria a Mayores), un plan nacional destinado a distribuir cajas de alimentos entre ancianos carecientes de ms de 60 aos, sin obra social ni jubilacin. Ms que la decisin, lo que llam la atencin a los destinatarios del mensaje fueron los argumentos de esa medida, ya que se mencionaba una serie de irregularidades con la administracin de los fondos del programa (que utilizaba unos 80 mil pesos/dlares mensuales para alimentar a cuatro mil ancianos). Desde 1995 Critas implementaba el Asoma con una constancia regular. Aseguran que apenas tres meses antes del escndalo haban recibido una felicitacin de la SDS por la metodologa utilizada en Crdoba, as como por los resultados obtenidos en la promocin de esa franja tan vulnerable de la poblacin.* La Voz del Interior, 13 de enero de 2002.

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Sin embargo, algo no andaba bien. Ya el 17 de junio de 1997, el diario La Maana de Crdoba haba publicado un informe de la SDS que observaba ineficiencias y deficiencias en la administracin del Asoma por parte de Critas Crdoba, por falta de recepcin de beneficios entre personas registradas, entrega de bolsones a personas que no figuran en el padrn y problemas administrativos en las declaraciones juradas sobre las rendiciones de cuentas. Juan De Csaris y Nora Chiavassa se transformaron en los voceros de la entidad que aseguran sus autoridades en casi cinco dcadas de existencia jams haba recibido crticas de ese tenor. Esto hizo que sus dirigentes se movilizaran hasta Buenos Aires en busca de explicaciones ante el titular de la SDS, Eduardo Amadeo. All comenzaron a comprender lo que se estaba gestando. La primera sospecha lleg cuando brotaba abril, al enterarse de que la SDS haba adjudicado el Asoma a Funcavi. Era la primera vez que escuchaban hablar de la fundacin, pero no de su presidenta: Olga Riutort de De la Sota, entonces esposa del senador y aspirante a la gobernacin de Crdoba. Faltaban ocho meses para las elecciones provinciales que pondran al eterno candidato peronista, por primera vez, ahora s, al frente de la Casa de las Tejas. En un perodo electoral no es negocio que este plan est manejado por Critas. Nunca pensamos que se poda usar para fines polticos, pero evidentemente esta decisin tiene ese objetivo, dijo entonces Nora Chiavassa* sobre la medida de la SDS. Quien le contest a la vocera de Critas fue Dante Heredia, y no por casualidad: Heredia era el director de Programas de Funcavi, y con la llegada de De la Sota al poder pasara a desempearse en la agencia Crdoba Solidaria, un experimento del primer gobierno delasotista que derivara luego en el Ministerio de la Solidaridad. En esa rea se maneja, justamente, la distribucin de planes sociales. Con una particularidad: mientras tuvo estatus de agencia del Estado, no tena obligacin de presentar balances ni rendiciones al Tribunal de Cuentas de la Provincia.* La Nacin, 17 de abril de 1998.

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Heredia es miembro de la Legislatura cordobesa por el PJ, pero lo ms interesante de su currculum tiene que ver con el conflicto con Critas: adems de asesor de De la Sota en el Senado de la Nacin, Heredia fue director nacional en la SDS, tal como figuraba en su historial de la pgina web del Gobierno de Crdoba. Fuentes de la Gobernacin aseguran que desempe tales tareas durante el perodo de Eduardo Amadeo, pero Dante Heredia no quiso contestar esta ni otras preguntas relacionadas con el tema Funcavi. Los curiosos eslabones no terminan all. El mismo da en que La Voz del Interior public la declaracin de Heredia descartando cualquier vinculacin poltica de Funcavi (13 de abril de 1998), por la tarde se invitaba el lanzamiento del Asoma en la sede de Smata Crdoba, en la calle 27 de abril 863. La gacetilla de prensa invitando al acto tena el membrete de Jos Manuel De la Sota Senador de la Nacin Repblica Argentina. Y, para que no quedaron dudas, comenzaba diciendo: El Senador Nacional Jos Manuel de la Sota e integrantes de la Fundacin para una mejor Calidad de Vida (Funcavi) participarn del lanzamiento en nuestra ciudad del sub programa alimentario Asoma. Quiz no se trataba del mismo De la Sota. O de la misma Funcavi. Quiz hubiera una persona y una fundacin homnimos. O quiz nadie le haba avisado del acto a Heredia, al menos para que no hablara. Desechadas estas posibilidades, no sera la primera vez que marido y esposa, que senador y fundacin, se relacionaran de alguna manera a travs de sus allegados con los subsidios de la SDS. Ellos, nosotros Empez en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, ayudando a recuperar soldados presos, otorgando proteccin a los nios hurfanos y sirviendo de correo entre los combatientes encarcelados y los beligerantes. La experiencia de Critas Alemania Catlica reuniendo la ayuda internacional debe haber sido interesante, porque su eco31

hizo que la Iglesia de Roma decidiera, en 1947, manejar el proyecto de Critas Internacional. La iniciativa fue del polmico Po XII y del cardenal Giovanni Montini, futuro Papa Pablo VI. Fue as que en 1950 surgi la Confederacin que nuclea a las Critas del mundo. Siguiendo esos lineamientos, la Conferencia Episcopal Argentina cre en 1956 Critas Argentina, con el objeto de animar y coordinar la obra social y caritativa de la Iglesia, entre otros aspectos. Quiz sea una exageracin, pero en la filial cordobesa aseguran que nunca, en las casi cinco dcadas de la institucin, recuerdan un episodio como el de Asoma, Riutort y compaa. Veamos claramente una intencionalidad manifiesta para que se le cayera el programa a Critas. Cuando nos enteramos de que va a parar a Funcavi, se reafirman nuestras sospechas. Es as: en nuestro pas, cuando llegan las pocas de elecciones, todo lo que tiene que ver con la ayuda social se alborota, dice Sergio Sesma, integrante de la entidad catlica. Pasaron siete aos pero el recuerdo est intacto. Y la bronca, ya disimulada con pizcas de cinismo, sigue rondando por el edificio de Critas, en la calle San Luis. All, Sesma record aquellos das de 1998 con la serenidad que concede la distancia temporal. Sesma era coordinador de Critas Crdoba cuando estall el escndalo. Y contina en el mismo cargo. Qu sintieron cuando se enteraron de que a Critas le sacaban el Plan Asoma para drselo a Funcavi, y en medio de crticas por su gestin? Lo primero fue una seria sospecha de que ese no era el punto en cuestin. Primero, en diciembre anterior (1997) habamos recibido una carta del director del programa de la SDS felicitndonos por nuestra administracin, con una serie de loas hacia cmo lo habamos hecho. Es que la SDS armaba los bolsones en Buenos Aires. Pero como nosotros habamos tenido problemas con algunos productos que venan en la caja (como tomates podridos: debimos recoger todas las botellas de las parroquias que las distribuan), surgi la idea de armar nosotros las cajas, con proveedores propios. E incluso poder mejorarla. Con esta modalidad hacamos todo con proveedores de32

Crdoba, que nos daban muy buenos precios por ser Critas, incluso mejores que a la SDS. Con la misma plata con la que la SDS haca una caja de 17 productos, nosotros llegamos a hacer una de 24. Y de marcas de primera calidad. Trabajamos mucho tratando de conseguir mejores precios. Me acuerdo, por ejemplo, que con la yerba llegamos a tener ms de 10 presupuestos. Adems, en las parroquias pudieron generar otro tipo de contencin a esos ancianos. Estbamos muy contentos. A los meses siguientes aparece de golpe la seora Olga Riutort diciendo que por una mala administracin de Critas, la SDS le conceda a Funcavi el manejo del plan Asoma. A cuntos ancianos llegaban? A cuatro mil aproximadamente. Alguna vez tuvieron una experiencia semejante a la que les pas con el plan Asoma? Nunca. Adems, por ejemplo en el 89, en la poca de la hiperinflacin, cuando estall la crisis, Critas fue convocada por el Gobierno, los gremios, etctera. Entre ellos, nadie confiaba en nadie. Dijeron entonces pongamos a Critas como responsable de la ayuda. Ah surgieron histricamente nuestros comedores. Eso tuvo un proceso promocional hasta que, en 1994, el Gobierno los formaliz desde un programa. An hoy sostiene el alimento para los comedores. Critas sigue haciendo una tarea de promocin muy importante en esos espacios, incluso la mayora ya tiene guarderas maternales. Hoy existen 39 centros infantiles, aunque aspiramos a tener menos. Nunca hubo un solo problema o crtica relacionados con el desarrollo del programa. Al contrario, 15 aos de trabajo intenso en estos centros infantiles nos avalan. Por qu cree que surgi todo el conflicto en ese momento? Veamos claramente una intencionalidad manifiesta para que se le cayera el programa a Critas. Cuando nos enteramos de que va a parar a Funcavi, se reafirman nuestras sospechas. Es as: en nuestro pas, cuando llegan las pocas de elecciones, todo lo que tiene que ver con la ayuda social se alborota. Qu pas cuando se enteraron de las denuncias judiciales en las que se involucraba a Funcavi?33

Corroboramos todo lo que pensbamos y sabamos, aunque sin elementos contundentes en ese momento. Lo primero que tuvimos que hacer fue cuidar lo que habamos hecho. Tratar de cuidarnos ante tamao movimiento, incluso meditico. Hubo un medio local, La Maana de Crdoba, que nos pegaba muy duro. Nos dimos cuenta de que haba en la SDS un personaje (un arquitecto) que estaba moviendo todo en Buenos Aires. A tal punto que promovi un desbarajuste en el mismo Ministerio. En fin, vimos con nuestros propios ojos lo que un aparato partidario es capaz de hacer en poca de elecciones. En La Maana de Crdoba recibieron un fax de ese personaje. Cuando nos enteramos, planteamos la queja al Ministerio y nos mandaron a decir que haba sido un informe trucho; no saban de dnde haba salido. Cmo hacamos para desmentir eso? El mismo Amadeo nos dijo que no se trataba de un informe de ellos. A tal punto que posteriormente Amadeo tuvo alguna intencin de reponernos el programa, a lo que nos negamos terminantemente. Por supuesto que a nada de esto lo admiti pblicamente. Fue muy duro asumir un golpe de ese tipo, ms cuando veamos la realidad nuestra. Encima, en medio del problema, La Voz del Interior nos pidi una entrevista. La comisin directiva estaba efervescente, quera ser prudente y le dijimos que en ese momento no sabamos cmo y qu contestar. Ese da no podamos. El ttulo a la maana siguiente fue Critas no quiere explicar cmo manej los fondos del plan Asoma. A los dos das nos fuimos al diario con todas las carpetas y los nmeros... pero mediticamente ya era tarde. Cuando un ao y medio despus vi la investigacin de La Voz del Interior, confirm que era tal cual como pensbamos, con un montn de detalles que hubieran reafirmado esa situacin. Qu pas con esos ancianos? Algunas parroquias intentaron seguir asistiendo a los ancianos, sin querer participar con Funcavi. Cuando dejamos el programa muchos venan a quejarse y les explicbamos lo que pas. Los mandbamos a Funcavi. Lamentablemente se perdi un muy buen trabajo, que trascenda lo asistencial. Hacamos un seguimiento personalizado y cuando haba alguna duda, se visitaba personalmente34

al anciano. Hasta logramos armar un grupito de chicos sin trabajo que organizaba todo, era como una pequea fbrica en la que se armaban las cajas. Cundo fue la ltima vez que entregaron las cajas? Diciembre de 1997 aproximadamente. El problema surgi en los primeros meses de 1998 y el programa se cort automticamente. Como lo anticip el coordinador de Critas, la versin de Eduardo Amadeo contradice el relato de la entidad catlica. Al ex titular de la SDS le llev algunos segundos recordar el caso, a siete aos de aquel conflicto. Sin embargo seal que no hubo ningn informe falso, sino una auditora externa que determin que los fondos no se haban usado totalmente para bolsones, sino para otras cosas como, por ejemplo, arreglo de viviendas. En segundo lugar afirm que no se rindieron a tiempo las cuentas. Y tercero, no se presentaron padrones de beneficiarios, agreg. No quiero decir con esto que hayan robado, ni mucho menos. Pero el dinero no se us para los fines especificados, recalc varias veces el ex funcionario. Y dijo no recordar si Dante Heredia trabaj con l en la SDS en aquel momento, al menos en las primera y segunda lneas de funcionarios. Bien catlicos Cuando Olga Riutort respondi a las crticas de Critas acusando a Juan De Csaris y a Nora Chiavassa de ser punteros radicales, el escndalo alcanz a la cpula de la Iglesia. Por esos das, las autoridades eclesisticas realizaban explcitas crticas contra la corrupcin y el manejo de los planes sociales por parte del gobierno de Carlos Menem. Durante la 75 asamblea plenaria del Episcopado, el arzobispo de Paran y titular de la Iglesia, Estanislao Karlic, exhortaba a rechazar la injusticia y toda corrupcin moral, procurando el bien comn de la Nacin. En el mismo encuentro, el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo, fue el encargado de expresar la opinin sobre los intentos re-reeleccionistas, a los que vea como sin sentido. Adverta, adems,35

que muchas veces la ayuda social destinada a los ms necesitados no llega porque las polticas sociales pueden prestarse el manoseo poltico*. En ese contexto, y en una actitud desacostumbrada, el entonces arzobispo de Crdoba, Ral Primatesta, emiti un comunicado en el que defendi a los acusados por Riutort, dej establecida la absoluta imparcialidad poltica de la comisin directiva de Critas y oficializ el corte de relaciones entre esta entidad y el Estado nacional en cuanto al plan Asoma. El 20 de abril de ese ao (1998) la discusin pblica comenz a cerrarse con una carta de disculpas que Riutort dirigi a Primatesta, encabezada con un Querido cardenal. All pidi humildemente disculpas si en el fragor de la reciente discusin alguna expresin ma pueda haber ofendido o molestado a las personas o instituciones involucradas, lo que no ha sido mi intencin. La misiva tambin tena el objetivo de negar cualquier vinculacin con el Gobierno nacional o con las crticas a Critas, y tambin intentar aclarar una equvoca situacin... para testimoniar el afecto y respeto que sentimos por Ud. como miembros de la Iglesia Catlica que somos, todos los integrantes de Funcavi. Nadie supo si con esto ltimo intentaba componer o embarrar las cosas. Tampoco se sabe si Primatesta qued conforme con la actitud de Riutort, aunque no es difcil adivinarlo. Desde entonces las relaciones entre la Iglesia de Crdoba y el posterior Gobierno de De la Sota nunca fueron muy fluidas ni cordiales. No fue por algn reparto oficial de preservativos, por la discusin sobre la despenalizacin del aborto o por un debate sobre el rol de la Iglesia dentro del Estado. Tampoco se aprovech la ocasin para repensar las distintas formas de clientelismo (ya fuera poltico o parroquial). En este caso no hubo enfrentamiento ideolgico: la piedra de la discordia fueron los bolsones del plan Asoma. Bolsones de 15 pesos.* La Voz del Interior, 21 de abril de 1998.

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3. MI

AMIGO EL PRESIDENTE

Tras cualquier accin de un poltico se puede encontrar algo dicho por un intelectual quince aos atrs. John Maynard Keynes

Los mnibus empezaron a llegar despus del medioda. La mayora de los pasajeros era gente mayor, cansada y acalorada, de distintos barrios y localidades de Crdoba. Bajaban las escaleras de los vehculos despacio, con paciencia, algunos despus de un largo viaje, ayudados para no tropezar. Segn la crnica periodstica fueron alrededor de cinco mil, ese viernes por la tarde del 20 de noviembre de 1998, acomodados en el Pajas Blancas Center, en las cercanas del aeropuerto Ambrosio Tarabella. El entonces presidente Carlos Menem, acompaado por su secretario de Desarrollo Social Ramn Palito Ortega, dijo all que la Tercera Va de Tony Blair* era el camino que seguan Pern y Eva. Fue el ltimo de los actos de una serie maratnica que haba comenzado esa maana, en una jornada que los principales medios de Crdoba previeron y cubrieron como parte de la campaa electoral para los comicios que se avecinaran un mes despus, el 20 de diciembre. En esa fecha, Jos Manuel De la Sota y Germn Kammerath seran elegidos gobernador y vicegobernador de la provincia,* La Tercera Va fue la renovacin del laborismo que propuso el primer ministro britnico, Tony Blair, como un nuevo camino para la socialdemocracia que superara viejas dicotomas entre derechas e izquierdas. El proyecto es hoy un desvelo para los antroplogos, quienes intentan encontrar sus restos.

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respectivamente, por la coalicin Unin Por Crdoba (UPC). Y Menem, a pesar de que pblicamente negaba sus intentos rereeleccionistas para un tercer mandato, an contaba con los empujes de su entorno, que no se renda. La mezcla de actividad oficial con proselitismo del primer mandatario empez en Cura Brochero, sigui en Villa Dolores, luego en Villa Carlos Paz y, finalmente, en Crdoba. En el Pajas Blancas Center. En todos los actos el ex presidente estuvo acompaado por la frmula de UPC. Menem les ratific su pleno apoyo, vaticin la victoria en Crdoba y aplaudi la promesa de De la Sota que efectivamente cumplira de bajar el 30 por ciento los impuestos en caso de acceder al silln principal de la Casa de la Tejas. En Villa Dolores, el candidato a gobernador pronunci un aplaudido discurso de campaa, mientras que el pretendiente a la vicegobernacin reparti celulares a docentes rurales, en su entonces condicin de Secretario de Comunicaciones de la Nacin. Por la tarde, ya en el Pajas Blancas Center, el presidente Menem estuvo acompaado por los principales funcionarios de Funcavi cuando anunci que el plan Asoma se extendera para los medicamentos. Aquellos miles de ancianos (cinco mil, segn La Voz del Interior; 11 mil, segn Funcavi) que haca algunas horas bajaban de los colectivos eran como seal Olga Riutort beneficiarios del plan Asoma. Es decir, personas mayores de 60 aos, sin jubilacin ni obra social, con necesidades bsicas insatisfechas la mayora del interior de la provincia, que haban sido trasladadas a la capital cordobesa para escuchar el lanzamiento del programa y recibir el carnet correspondiente. Una visita que, segn sus organizadores, era necesaria. Ese traslado fue pagado por Funcavi. O, mejor dicho, por la Secretara de Desarrollo Social cuyo titular estaba en el escenario del Pajas Blancas Center, que en un trmite relmpago decidi otorgarle a la fundacin los 80 mil pesos/dlares necesarios para la38

movilizacin. La misma suma con la que Critas daba de comer a sus cuatro mil ancianos durante un mes. Ese hecho es uno entre varios de los que investig la Oficina Anticorrupcin de la Nacin (que vio detrs de este evento una intencionalidad netamente poltica), y por los que la Fiscala Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n 6 decidi pedir la indagatoria de Riutort y varios de los ex miembros de Funcavi. De la Sota tal vez intuy quin pagaba ese acto en particular, realizado en la ciudad de Crdoba, ya que haba sealado que no estara junto a Menem. Eso, para que el radicalismo no pensara que se trataba de una actitud electoralista, como declar el da anterior al diario La Maana de Crdoba*. Sin embargo, una fotgrafa de La Voz del Interior capt una ntida imagen de ese evento (ver fotografas), en el que aparecen sobre el escenario Carlos Menem, Germn Kammerath y... Jos Manuel de la Sota. La reportera grfica an recuerda bien los detalles de aquel da, as como la foto que fue publicada el 22 de noviembre de 1998. Alguno de sus asesores se distrajo y no le record la promesa? Habr sido un hermano mellizo? Diez veces ms Lo primero que me llam la atencin fue que Funcavi reciba diez veces ms dinero que el entonces gobierno de Ramn Mestre. La voz, mucho ms relajada que en sus tumultuosos das de funcionaria, es la de Graciela Fernndez Meijide. Ella fue la ministra de Desarrollo Social durante la primera parte del efmero gobierno de la Alianza, que en octubre de 1999 derrot al PJ de Eduardo Duhalde, con Fernando de la Ra y Carlos Chacho lvarez a la cabeza. Como todos los gobiernos de distinto sello que inician una gestin, el del presidente De la Ra tambin intent revisar el pasado ms reciente en cada rea sensible de la administracin pblica. Una de* La Maana de Crdoba, 20 de noviembre de 1998.

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ellas fue la Secretara de Desarrollo Social (SDS), desde donde la gestin menemista manej buena parte de la ayuda financiera a las provincias. Fernndez Meijide recuerda que se encontr con los informes de la Auditora General de la Nacin (AGN), a comienzos de 2001. All se tenda un manto de serias sospechas sobre la entrega de subsidios por parte de la SDS, en especial en el ltimo tramo de la gestin de Carlos Menem. Por tal motivo decidi elevarlos a la Oficina Anticorrupcin de la Nacin. La AGN sealaba lo que eran numerosas irregularidades en la entrega de subsidios a diferentes fundaciones y organizaciones del pas, la mayora de ellas desconocida: fondos entregados y utilizados sin demasiado control, rendiciones dudosas o inexistentes, escasez de requisitos legales, sobreprecios, aceptacin de un solo presupuesto, falta de constancias o utilizacin de dinero que no se condeca con la finalidad para la que haba sido solicitado. Las sospechas recaan sobre las fundaciones y sobre los funcionarios de la SDS, por su aparente facilidad para soltar grandes sumas sin pedir demasiadas explicaciones, ni antes ni despus de concederlas. El informe 40/01 de la AGN que despert la sorpresa de Fernndez Meijide analizaba una serie de expedientes sobre subsidios otorgados a asociaciones civiles de todo el pas, en relacin a diversos planes sociales que se encontraban en ejecucin. Mencionaba, por ejemplo, el caso de una fundacin que obtuvo 29.500 pesos para la compra de un cardiodesfibrilador, sin que existiera constancia de una intervencin quirrgica o de la implantacin del aparato. Otra asociacin recibi 100 mil pesos para un trasplante de mdula a realizarse en el exterior, pero en la cuenta del paciente aparecan ms de 60 mil pesos cuyo destino no se especificaba y que, al parecer, no haban sido gastados. Tambin detectaba la falta generalizada de controles para conocer la condicin de la poblacin con necesidades bsicas insatisfechas (NBI), ya que los subsidios slo podan ser utilizados en estos casos. Descubrieron, entre otras, a una fundacin que recibi 30 mil pesos para un programa de prevencin de cncer femenino y organiz una charla en el Alvear Palace Hotel, en Buenos Aires. En otro expediente40

se destinaban 86.400 pesos para financiar ayuda econmica a trabajadores de una empresa a quienes se adeudaba sueldos. O se concedan 10 mil pesos para honorarios a un profesional que dict una charla sobre Mercado y democracia. Tambin se usaron 15.440 pesos para pagar pasajes a Mxico a un grupo de delegados scouts. Uno de los expedientes ms llamativos es el que involucra a una fundacin cuyo titular era el entonces obispo de Aatuya, monseor Antonio Baseotto. Se trata de la misma persona que luego se transformara en el obispo castrense que sugiri tirar al mar al ministro de Salud, Gins Gonzlez Garca, por su posicin favorable a la despenalizacin del aborto. Estos son slo algunos de los casos que en esos aos se multiplicaron, sumando fortunas*. La investigacin judicial se relaciona con expedientes por ms de 10 millones de pesos (entonces dlares) en los que se habran detectado irregularidades. Casi una docena de ellos pertenece a Funcavi, por una suma cercana a los dos millones y medio de pesos. Al menos cuatro se relacionan con el plan Asoma. En cuntos quedamos? El informe de la AGN se elabor a finales de diciembre y se present a comienzos de 2001. Haca tiempo que se conocan las supuestas irregularidades. Un estudio de la Sindicatura General de la Nacin (Sigen) sobre el plan Asoma, realizado hasta setiembre de 2000, ya planteaba algunos interrogantes. Por ejemplo, describa al programa con una estructura de actividades que ni Critas ni Funcavi mencionaron haber desarrollado en forma completa: adems de lo estrictamente alimentario, relacionado con la entrega de bolsones, el plan prevea capacitacin en educacin alimentaria (con talleres participativos) e iniciativas sociales (participacin de organizaciones comunitarias y desarrollo de microemprendimientos), incluido el acceso a los medicamentos, que s se realiz.* Estos casos son descriptos con detalle en el ANEXO, al final del libro.

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Otra observacin fue que, mientras la prestacin alimentaria haba disminuido el 16,1 por ciento en el segundo trimestre de 2000, el gasto en bienes y servicios no personales se incrementaba en un 120 por ciento. Por otro lado se detect que la prestacin, que deba ser continua a lo largo del ao, era demasiado variable e irregular, lo que determinaba un impacto negativo para la poblacin objetivo del Asoma, caracterizada por un alto grado de vulnerabilidad. Mostraba cmo en Crdoba, por ejemplo, en el primer trimestre se haban distribuido 2.428 cajas, 7.777 en el segundo y 6.050 en el tercero. El promedio mensual 1.806 bolsones abarcaba al cuatro por ciento de la poblacin NBI de ms de 60 aos (unas 42.646 personas). Es decir, a menos de la mitad del promedio nacional, que fue del 10 por ciento. La Ongini, ex miembro de Funcavi, aclar en su oportunidad que en la ltima fase del plan hubo baches entre un convenio y otro, por lo que pudieron haber pasado algunos meses colgados sin poder distribuir los bolsones. De todas maneras la duda que surge en ese informe de la Sigen es, precisamente, la cifra de los 1.806 bolsones mensuales en Crdoba, al menos en ese ao. Es que Funcavi seal siempre que tena 11 mil beneficiarios en la provincia. Cuando al plan lo manejaba Critas Crdoba, se atenda a cuatro mil ancianos en su dicesis y casi seis mil en las del interior. Cuando surgi el conflicto con Funcavi, se dijo que se elaborara un nuevo padrn depurado con 1.500 nuevos nombres (en la ciudad de Crdoba?), pero nunca qued claro qu pas con los cuatro mil anteriores. Nadie quiso explicar esta confusin. La causa A partir de los informes de la AGN, la Oficina Anticorrupcin de la Nacin (OA) comenz a investigar por su cuenta y realiz una denuncia penal ante la fiscala de Carlos Stornelli, en los Tribunales de Retiro, Buenos Aires. Descubrieron que ese fiscal, junto a su par Eamon Mllen,42

investigaba los mismos hechos. Se decidi sumar ambos casos y unificarlos en una sola denuncia. La presentacin se hizo el 16 de noviembre de 2001 ante la Fiscala Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n 6, a cargo de Eduardo Freiler. All se continu con la investigacin, en especial con un peritaje encargado a la Administracin Federal de Ingresos Pblicos (Afip) para revisar si algunas de las facturas presentadas por las distintas fundaciones eran vlidas o haban sido dibujadas. El trabajo de la Fiscala 6 se centr especialmente en reconstruir la cadena por la que pasaron los subsidios, desde los funcionarios que los concedieron hasta los miembros de las entidades que los recibieron y utilizaron. Las conclusiones fueron elevadas al Juzgado Criminal y Correccional Federal n 3, en ese momento a cargo temporariamente de Rodolfo Canicoba Corral. En las mismas se pide la indagatoria a casi todos los involucrados en la denuncia original, en especial de los cuatro ex secretarios de Desarrollo Social: Eduardo Amadeo, Ramn Palito Ortega, Jos Figueroa y Santiago de Estrada. Por el lado de Funcavi, el pedido recay sobre Olga Riutort y reconocidos dirigentes del justicialismo cordobs, cercanos a Jos Manuel de la Sota: Domingo Angel Carbonetti (ex tesorero de la entidad y actual legislador en Crdoba), Jos Ignacio Rufeil (ex presidente de la fundacin), Mara del Carmen Ceballos (ex tesorera, esposa de Carbonetti), Mara Balvina de la Sota (ex consejera, sobrina del gobernador), Alicia Isabel Narducci (ex consejera, actual legisladora nacional y esposa del tambin diputado Carlos Caserio), y Mara La Ongini (ex consejera, esposa del ex ministro de la Solidaridad de Crdoba, Herman Olivero). Canicoba Corral se tom el caso con calma, y no decidi si aceptar o no el pedido de indagatoria de ninguno de los implicados. Sin embargo, antes de dejar la suplencia del juzgado n 3 dict el sobreseimiento de Eduardo Amadeo y Jos Figueroa (este ltimo perdi las elecciones para gobernador en Santiago de Estero, como candidato del Gobierno de Nstor Kirchner, en febrero de 2005). Esta medida fue apelada por la fiscala, por lo que la causa pas a la Cmara Nacional43

de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, tambin en Comodoro Py 2002 de la ciudad de Buenos Aires. El Juzgado Federal 3 ya tiene un nuevo titular: Daniel Rafecas, que tampoco podr decidir nada hasta tanto la cmara de apelaciones (Sala 1) resuelva qu hace finalmente con el sobreseimiento de Amadeo y Figueroa. Hasta entonces, la causa 20.051/01 que en noviembre de 2005 cumplir cuatro aos avanza a paso lento*. Para elegir Negociaciones incompatibles con la funcin pblica (artculo 265 del Cdigo Penal), peculado de caudales o efectos pblicos (artculo 261), malversacin de bienes equiparados (artculo 263), falsedad ideolgica (artculo 293) y defraudacin en perjuicio del Estado (artculos 173 y 174), es el frondoso listado de delitos que la Oficina Anticorrupcin mencion en la valoracin jurdica de su denuncia, de acuerdo a la entidad de la que se tratara. En algunos casos, muchas de las fundaciones y la misma SDS habran cometido ms de uno. En dicha investigacin se incluye la enumeracin de las supuestas irregularidades detectadas en conjunto: 1-Subsidios usados para un objeto distinto al que tena la institucin beneficiaria. 2-El objeto del subsidio no coincide con la finalidad de lucha contra la pobreza, expresamente previsto en el programa presupuestario de los planes. La resolucin 353/94 establece como causales para otorgar un subsidio la incapacidad econmica objetiva y debidamente comprobada para enfrentar una situacin relacionada con necesidades bsicas insatisfechas (NBI) y la urgencia en la atencin de una situacin individual o familiar no colectiva que se haya presentado abruptamente y que no sea posible prever o prevenir por el afectado. Esta resolucin tambin abre las puertas para objetar que muchos de los subsidios recibidos por fundaciones* En la cmara de apelaciones, la causa lleva el nmero 37.370.

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se usaron para ser redistribuidos por stas, a su vez, a otras entidades. 3-Vaguedad del subsidio, que impide saber para qu se estaba otorgando. 4-Subsidios otorgados sin cumplirse los requisitos y mecanismos establecidos. Por ejemplo, la presentacin de tres presupuestos que avalen la cifra que se solicita (resolucin 353/94). Otra curiosidad referida al plan Asoma es que la resolucin 1.531/95 de la SDS exiga entre 17 y 24 pasos administrativos para tramitar, dentro de la secretara, el pedido de fondos. Pese a esta regulacin extrema, muchos de los subsidios analizados se otorgaron arbitrariamente, en tiempo rcord o salteando pasos. 5-Falta de dictamen jurdico exigido por la ley 15.549. 6-Subsidios otorgados a pesar de deberse rendiciones de subsidios anteriores. 7-En algunos casos se detectaron importantes sobreprecios en los productos adquiridos con el subsidio. 8-Se otorgaron sumas superiores a las solicitadas. 9-El Estado se hizo cargo de todos los gastos generados por los proyectos de los respectivos subsidios. Las instituciones no efectuaron ningn aporte, lo que es contrario a la ley 11.672 (Ley Complementaria Permanente de Presupuesto) ya que el subsidio debera ser slo una ayuda (se exige al menos un 25 por ciento de recursos propios). Adems, si el Estado financiara todos los proyectos, no lo hara con el primero que se lo pidiera sino que debera llamar a licitacin. Si la institucin presenta un proyecto en el que todos sus componentes estn financiados por el Estado, su actuacin en el proyecto del subsidio no parecera estar movida por un inters pblico..., dice en su presentacin la Oficina Anticorrupcin. Adems de Funcavi, las fundaciones involucradas en la denuncia fueron, entre otras, la Asociacin Mutual de ptica Integral, Cooperativa de Trabajo Asuncin Ltda., Fundacin Monseor Jorge Gottau, Fundacin Calidad de Vida para Latinoamrica y Asociacin Civil Ramn Martos, entre otras. Tambin se investig un expediente de otra ONG cordobesa, la Fundacin Evita 2000, por un subsidio de 211.280 pesos (expediente 200.679/99).45

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4. ASOMA

UN PROBLEMA

Lanzarse a la poltica es como meter a una virgen en una casa de citas. H. L. Mencken

En relacin a Funcavi, existen 12 expedientes que investig la Fiscala Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n 6. Al menos cuatro de ellos tienen que ver con el plan Asoma. Uno de los que ms llam la atencin fue el pedido presentado por la entidad cordobesa el 13 de noviembre de 1998, firmado por Olga Riutort. All se solicit al ex secretario de Desarrollo Social Ramn Palito Ortega, los 80 mil pesos para financiar el traslado y atencin de 11 mil ancianos pobres del interior de la provincia hasta la capital, para ser recibidos por el presidente de la Nacin, Carlos Menem (ver captulo 3). Tres das despus, segn la denuncia, se elabor un informe tcnico que recomendaba la aprobacin del proyecto. La auditora interna n 37 seala que el informe no se bas en suficiente informacin para un adecuado examen de su procedencia y no se le requiri informacin al peticionante acerca de cmo se iba a usar el dinero. Tampoco se presentaron tres presupuestos. En otros dictmenes de las distintas direcciones de la SDS que aprobaron la solicitud, se detect que algunas resoluciones no posean fecha, nmero de registro o incluso firma. Sin embargo, el mismo 16 de noviembre en un tiempo rcord, inusual para estos trmites la Nacin otorg a Funcavi los 80 mil pesos. Para Anticorrupcin result altamente llamativo que se haya tramitado todo el expediente en un solo da, que se haya otorgado un subsidio que nada tena que ver con el objeto de la ex SDS, programa Asoma ya que, como se seal, el objetivo era llevar47

personas mayores de edad hacia la capital de Crdoba a fin de que saludasen a quien era presidente de la Nacin; es decir, se otorg un subsidio para fines netamente polticos. La denuncia agrega que, hasta fines de 2000, an estaba pendiente la rendicin completa de cuentas. Olga Riutort y Mara La Ongini dijeron en su oportunidad que el acto con la presencia de Menem tuvo por objeto el lanzamiento del plan Asoma Medicamentos. Agregaron que era muy importante que los beneficiarios estuvieran all, y que adems se entregaron los carnets de dicho programa. El dinero se pidi para pagar el traslado de 11 mil ancianos. Sede financiera Otro de los cuestionamientos de los denunciantes surgi por un pedido de Riutort el 13 de abril de 1998, para que Funcavi continuara con el Plan Asoma. Una asesora de la SDS, Alicia Lopresti, recomend entonces realizar un estudio de mercado a fin de conseguir mejores precios y aumentar el nmero y/o cantidad de alimentos. Riutort dira despus que Funcavi se neg a bajar la calidad de los productos de los bolsones. Finalmente, el monto solicitado (495 mil pesos) fue aprobado y se dispuso su depsito en la caja de ahorro 34.007/8 del Banco de la Nacin Argentina, pero en la sucursal Bell Ville. Ante la consulta sobre por qu Funcavi utilizaba una cuenta de una localidad ubicada a ms de 200 kilmetros de su sede, Riutort seal que ello se deba a que por entonces el tesorero de la entidad era nada menos que Domingo Angel Carbonetti, amigo y mano derecha del gobernador Jos Manuel de la Sota, en especial en lo relacionado con los asuntos partidarios. Ambos se conocen desde 1980. Carbonetti es hoy miembro de la legislatura cordobesa, precisamente en representacin del departamento Unin, cuya cabecera es Bell Ville, su ciudad natal. A lo largo de su carrera poltica y como funcionario, Carbonetti se vio envuelto en numerosos escndalos. Tuvo dos imputaciones judiciales en 1991 y 1997. La48

ltima le cost la desaforacin como diputado provincial. Una de ellas lo vincul con un robo de automviles y la otra con una falsa denuncia por un caso de injuria en la difusin de afiches. l siempre consider que se trataron de grandes injusticias. En ambas causas fue finalmente absuelto. Ya como fiscal de Estado en la administracin delasotista tuvo otros problemas: en junio de 2002 debi devolver a 80 mil deudores de la Direccin General de Rentas los dineros cobrados bajo el rubro honorarios, a su nombre y en calidad de procurador fiscal. La noticia sobre el cobro aparentemente irregular se conoci a travs de notas publicadas en La Voz del Interior ese mismo mes, as como las denuncias penales en su contra, que finalmente no prosperaron. Carbonetti explic que haba renunciado verbalmente al cobro de dichos honorarios el ao anterior. Mientras se desempe como fiscal de Estado del gobierno de De la Sota, enfrent otra polmica que lleg a los tribunales. Se lo imput por el traslado de plazos fijos oficiales del Banco de Crdoba desde una sucursal de la capital a, precisamente, Bell Ville. Se trataron de 19,2 millones de pesos. Carbonetti esgrimi que en esa localidad se otorgaban mejores intereses, y que por eso hizo los plazos fijos en ese lugar. Lo extrao es que los depositantes cordobeses no se hayan dado cuenta de esa situacin: si as fuera, Bell Ville podra recibir millones de pesos y convertirse en la Singapur argentina. Sobre las cuentas de Funcavi, el legislador explic que en aquel momento l tena registrada la firma en ese banco, por lo que era mucho ms simple la apertura de la cuenta. Neg que dichas cuentas estuvieran relacionadas con las de los plazos fijos de la Provincia, y agreg que las mismas despus se transfirieron a Crdoba. Nos pedan una serie de requisitos y bueno, en Bell Ville yo tena cuenta en ese banco. Era mucho ms simple, seal. Y dijo no tener conocimiento sobre cmo la fundacin distribuy las cajas del plan Asoma. Carbonetti es uno de los ex miembros de Funcavi a quienes la Fiscala Federal 6 pidi la indagatoria, aunque el juez de la causa an49

no decidi si la acepta. En este expediente la denuncia tambin seala que no existiran constancias de que los beneficiarios realmente hayan recibido los bolsones, entre otras supuestas irregularidades. En otro caso (exp. 1016/98), el 18 de febrero de ese ao tambin se solicitaron 45 mil pesos para comprar bolsones del Asoma y atender a 1.500 ancianos. La solicitud se autoriz y el dinero se deposit en la misma caja de ahorro. El expediente 6.274/99 es uno de los ms complejos. En ste, Funcavi formul un pedido para continuar con la prestacin del Asoma el 29 de julio de 1999. Con el argumento de que se trataba de atender a 11 mil personas, con bolsones a ser entregados por tres meses, se solicitaron 495 mil pesos. La Subsecretara de Proyectos Sociales constat que la fundacin an adeudaba rendiciones de cuentas de cinco subsidios anteriores, pero dicho memorando segn Anticorrupcin no se agreg al expediente citado. Al recibir esta comunicacin, Funcavi remiti una nota explicando las demoras: en algunos casos inform que las rendiciones llegaran pronto; en otros pidi una prrroga y en algunos dijo que ya se haban remitido. El 29 de setiembre de ese ao, sin ningn dictamen que analizara las respuestas de la entidad, Jos Figueroa, como titular de la SDS, firm la resolucin que asign los 495 mil pesos. Entre las rendiciones de cuentas se presentaron facturas a nombre de Servifood SRL, la empresa que arm las cajas del Asoma. En la denuncia se objeta un aparente aumento de precio en ese servicio con relacin a oportunidades anteriores, y se presume que habra existido una contratacin directa ilegtima. Mensajero en Buenos Aires Fueron 219 mil pesos los que se le decidieron otorgar a Funcavi a raz de su pedido formulado el 24 de noviembre de 1998, firmado tambin por Olga Riutort. En esta ocasin, el objeto del subsidio era reotorgrselo a otras ONG. Las auditoras internas (AI 48) y la50

posterior denuncia sealaron una serie de supuestas irregularidades, no muy diferentes a las de otros expedientes. Sin embargo, ste tuvo una particularidad: en un listado anexo a la solicitud aparecen fojas sin foliar con la firma y sello de Cnel. Alberto Luis Devoto coordinador de gestin del senador nacional Jos Manuel de la Sota. Esta curiosidad no est explicada en la denuncia, pero el mismo coronel se encarg de aclararla. El actual director general de Coordinacin y Hbitat Social del Gobierno de Crdoba seal que en aquella oportunidad, como asesor de De la Sota en el Senado, tramit miles de subsidios, incluso para clubes de ftbol, escuelas o todo aquel que lo necesitara. En definitiva, para todo cordobs que necesitaba un trmite en Buenos Aires. En este expediente se critica, tambin, la falta de descripcin del proyecto, la cantidad de beneficiarios o su localizacin y la dudosa intervencin de Asuntos Jurdicos de la SDS. La resolucin 3.457 del director Santiago de Estrada, que otorg los 219 mil pesos, fue duramente cuestionada en la auditora interna. Entre otras cosas, porque los beneficiarios del subsidio distribuido por Funcavi no reuniran el perfil de poblacin socioeconmica pauperizada o NBI. Y sealan a algunos de ellos: Gran Premio Rally Provincial, Damas Patricias o Liga Dolores de Ftbol, entre otros. Tambin se habran detectado gastos ajenos al objeto del subsidio como servicios de telfonos, Internet, honorarios profesionales, publicidad, afiliaciones a federaciones, etctera. Asimismo, se verific la entrega de subsidios personales, no contemplados en la resolucin. La denuncia hace hincapi en que la tercerizacin no est incluida en las normas de la SDS y, en consecuencia, este caso se habra tratado de delegacin sin fundamento normativo de la competencia del funcionario que administra los fondos. Es decir, mediante la apariencia de subsidio se encubri una contratacin directa ilegtima. Hubo demoras en las rendiciones de este subsidio, y una nueva extraeza: all se declararon facturas con fecha anterior a la solicitud del subsidio y a la fecha de la resolucin que lo aprobaba.51

Riutort asegur que esto se debi a que muchas ONG tenan necesidades urgentes y no podan esperar a que llegara la decisin o el dinero prometido desde Buenos Aires. En la denuncia, la Oficina Anticorrupcin (OA) ensay otra explicacin: Una posibilidad es pensar que se intent justificar en qu se haba invertido el dinero otorgado por la ex SDS a travs de gastos que nada tenan que ver con el objeto del subsidio; o podra entenderse que ellos tenan que ver con el subsidio, y que como tenan la certeza de que ste les sera otorgado, gastaron a cuenta. En el expediente 201.048/98 Funcavi solicit 97.800 pesos para financiar construccin, equipamiento, remodelacin y asistencia social a diversas entidades de bien pblico. En la denuncia se consigna que el informe tcnico no determina la lnea de accin, no se describe el proyecto, no sustenta el plazo de ejecucin ni cuantifica los potenciales beneficiarios. Tambin se duda de que los beneficiarios hayan cumplido con el perfil de poblacin socioeconmica pauperizada, y se detallan algunos como Club Caza y Pesca, Comisin Fiesta Nacional del Sorgo y Cosecha Gruesa o Asociacin Mutual Unidad Bsica, entre otros. Los fondos fueron depositados el 4 de diciembre de 1998. Segn las auditoras internas, faltan constancias de trasferencias a las entidades beneficiarias. Generosidad El expediente 9.073/98 es otro caso llamativo que ilustra el buen trato que tuvo Funcavi en materia de disponibilidad de fondos por parte de la SDS menemista. Para muchas ONG, conseguir un peso del Estado es una misin imposible que lleva tiempos interminables y kilos de papel en trmites. Sin embargo, en esta oportunidad la generosidad con dinero pblico excedi los cnones: no slo se le concedi a la entidad cordobesa lo que pidi, sino que casi se le duplic el monto, sin mediar un pedido expreso al respecto. La solicitud se realiz el 3 de setiembre de 1998, con la firma de52

Riutort, con el objeto de implementar el Programa de fortalecimiento juvenil. El 25 de ese mes el coordinador del Programa de Fortalecimiento del Desarrollo Juvenil de la SDS, Juan Curuchet, elev un informe tcnico en el que consider propicio destinar la suma de 69 mil pesos para implementar las acciones del programa. En ningn lugar de ese informe surgiran elementos que permitan entender por qu se fij ese monto y no otro. Llamativamente, el 4 de diciembre Santiago de Estrada firm la resolucin 3.375 que dispuso otorgarle a Funcavi... 90 mil pesos para ese proyecto. Es decir, 21 mil pesos ms que los solicitados en el informe tcnico. Finalmente, en el convenio firmado por Riutort y Jorge Capitanich (entonces subsecretario de Proyectos Sociales de la SDS) se acompa un nuevo informe tcnico, tambin realizado por Curuchet, segn el cual resulta oportuno destinar mayores recursos que los previstos originalmente (...), por lo que concluy: ...destnase la suma de 130.187 pesos para la implementacin de las acciones previstas en el convenio. Dicho dictamen no posee ni fecha ni nmero de providencia ni logo de la ex SDS. Tampoco se identifica en qu cuenta bancaria deba hacerse el depsito, seala la denuncia. Pero no todas fueron crticas para la fundacin: en la investigacin judicial tambin se incluy un expediente (el 1.016/98), en el que Funcavi pidi 45 mil pesos para continuar distribuyendo bolsones del plan Asoma, que no contiene irregularidades patentes. El motivo de dicha inclusin fue poder compararlo con todos los dems expedientes analizados, para destacar las diferencias entre uno y otros. En la conclusin sobre el captulo de Funcavi, y refirindose a los ex funcionarios de la SDS, la OA seala que, a su parecer, hubo un grave descuido del patrimonio estatal que no puede ser calificado como una mera negligencia. El encuentro Eran casi las ocho de la noche aquel 28 de agosto de 2003, cuando53

ella entr a la sede de La Voz del Interior, cansada por el trajn que llevaba como encargada de la campaa de su entonces esposo, el gobernador Jos Manuel de la Sota. Ambos trabajaban en busca de la reeleccin que finalmente l obtendra en los comicios del 5 de octubre de ese ao. A ella no le ira tan bien, como mujer fuerte del PJ en el distrito capital: la intendencia de la ciudad de Crdoba quedara para el temperamental Luis Juez antes amigo y despus archirrival de De la Sota con su Partido Nuevo. Ese da, en el diario (Ver captulo 2), la acompaaba Mara La Ongini de Olivero esposa del ex ministro de la Solidaridad, quien se haba desempeado como responsable administrativa de Funcavi en los aos cuestionados. Riutort estaba incmoda por tener que presentarse en un lugar en el que y aseguraba que nadie se lo sacara de su cabeza se hace todo en su contra. Las explicaciones sobre la forma de trabajar en ese diario no hicieron mella en su creencia, ni ablandaron su blindaje. En ese momento se mostr sorprendida por la informacin que se manejaba sobre la denuncia de los subsidios sociales, y asegur que se trataba de una maniobra poltica de cara a las elecciones del mes siguiente (en ese momento no lo saba, pero las notas periodsticas seran publicadas luego de los comicios). De todas maneras se mostr dispuesta a contestar las preguntas, y aport numerosa documentacin para mostrar que, segn ella, no se haba cometido ningn delito con los subsidios. En primer lugar seal que Funcavi cumpli con todas las normativas que se le exigan en ese momento, y que la ex Secretara de Desarrollo Social de la Nacin (SDS) tena la facultad de rechazar las solicitudes, si es que consideraba que existan irregularidades. Aport gran parte del padrn de beneficiarios (con las zonas capital, centro, oeste y norte de la provincia) que sumaban poco menos de siete mil inscriptos, y afirm que se trataba de personas con necesidades bsicas insatisfechas (NBI), si el subsidio as lo requera. En relacin con la obligacin de presentar tres presupuestos para la compra de productos, dijo que tal cosa no figuraba en los convenios54

firmados. Esto es cierto, pero las denuncias se apoyan en la resolucin 353/94 que estipula la informacin mnima con la que debe contar un pedido de subsidio: por ejemplo, tres presupuestos que avalen el monto solicitado. Riutort y Ongini sealaron entonces que se cumpli con el objeto de los programas, y aportaron algunos de los expedientes. Las facturas y las autorizaciones de cobro coinciden con lo que se afirma en la denuncia, aunque existe una clara diferencia de interpretacin entre lo que Funcavi califica como normal y lo que los denunciantes infieren. El atraso en las rendiciones de cuentas fue explicado por la lentitud de las entidades beneficiarias, que no se lo enviaban a Funcavi a tiempo. En este aspecto existen demoras de hasta un ao y medio, cuando el plazo mximo era de 60 das, aunque en algunos casos se autorizaron 90 das. Entre los papeles presentados figura una copia de la resolucin 3.492/95, firmada por Eduardo Amadeo, en la cual se establece cmo se debe presentar una rendicin de cuentas de subsidios. Esta informacin en nada cambia los trminos de la denuncia, puesto que se estipulan los mecanismos de presentacin, que no son los que se ponen en duda. Por ejemplo: la resolucin establece que se debe presentar una declaracin jurada asegurando que los fondos recibidos fueron empleados para el objeto solicitado. Tcnicamente esto se realiz, pero lo que est en cuestin en la investigacin judicial es la veracidad del contenido y la interpretacin de algunas de dichas presentaciones. En cuanto a los expedientes 201.249/98 y 201.048/98,