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Behavioral Psychology / Psicología Conductual, Vol. 18, Nº 2, 2010, pp. 403-422 REGULACIÓN EMOCIONAL COMO MODERADORA DE LA RELACION ESTRÉS-SALUD EN DESEMPLEADOS VENEZOLANOS 1 Víctor E. Sojo Monzón 1 y Leticia R. Guarino 2 1 Universidad Central de Venezuela; 2 Universidad Simón Bolívar (Venezuela) Resumen El objetivo de la investigación fue evaluar el papel moderador de la regulación emocional en la relación entre el periodo de desempleo y la salud física y mental percibida de los desempleados venezolanos. Se aplicaron instrumentos de autoin- forme para cada una de las variables a 328 desempleados residentes de Caracas, Venezuela. Las regresiones jerárquicas indican que, la regulación de las propias emo- ciones modera la relación entre el período de desempleo y el funcionamiento social, actuando así como factor protector en esta relación, mientras que la regulación de las emociones de otras personas actúa como un factor de riesgo para el funcionamiento social de estos individuos en periodos de desempleo prolongado. En general, la dura- ción del desempleo está asociada con un deterioro en la salud global, mientras que la regulación de las propias emociones predice mayor bienestar para todos los indi- cadores de salud evaluados (ansiedad, depresión, somatización y disfunción social). PALABRAS CLAVE: desempleo, salud, regulación emocional. Abstract This research aimed to assess the moderating role of emotional regulation in the relationship between length of unemployment and perceived physical and mental health of Venezuelan unemployed people. To do so, self-report instruments measuring each variable were applied to 328 unemployed residents in Caracas, Venezuela. Hierarchical regressions suggest that a longer period of unemployment is associated with a deterioration of the global health status, while regulating own emotions predicts a greater well-being for all the health indexes (anxiety, depression, somatization and social dysfunction). Additionally, regulating own emotions moderates the relationship between the period of unemployment and social functioning, acting as a protective factor. On the contrary, regulating others’ emotions works as risk factor for the social functioning of these individuals experiencing longer periods of unemployment. KEY WORDS: unemployment, health, emotional regulation. Correspondencia: Víctor Sojo, Escuela de Psicología, Edificio de la Facultad de Humanidades y Educación, Ciudad Universitaria de Caracas, Los Chaguaramos, 1051 Caracas (Venezuela). E-mail: victor. [email protected]

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Behavioral Psychology / Psicología Conductual, Vol. 18, Nº 2, 2010, pp. 403-422

REGULACIÓN EMOCIONAL COMO MODERADORA DE LA RELACION ESTRÉS-SALUD EN DESEMPLEADOS VENEZOLANOS1

Víctor E. Sojo Monzón1 y Leticia R. Guarino2

1Universidad Central de Venezuela; 2Universidad Simón Bolívar (Venezuela)

ResumenEl objetivo de la investigación fue evaluar el papel moderador de la regulación

emocional en la relación entre el periodo de desempleo y la salud física y mental percibida de los desempleados venezolanos. Se aplicaron instrumentos de autoin-forme para cada una de las variables a 328 desempleados residentes de Caracas, Venezuela. Las regresiones jerárquicas indican que, la regulación de las propias emo-ciones modera la relación entre el período de desempleo y el funcionamiento social, actuando así como factor protector en esta relación, mientras que la regulación de las emociones de otras personas actúa como un factor de riesgo para el funcionamiento social de estos individuos en periodos de desempleo prolongado. En general, la dura-ción del desempleo está asociada con un deterioro en la salud global, mientras que la regulación de las propias emociones predice mayor bienestar para todos los indi-cadores de salud evaluados (ansiedad, depresión, somatización y disfunción social).Palabras clave: desempleo, salud, regulación emocional.

AbstractThis research aimed to assess the moderating role of emotional regulation

in the relationship between length of unemployment and perceived physical and mental health of Venezuelan unemployed people. To do so, self-report instruments measuring each variable were applied to 328 unemployed residents in Caracas, Venezuela. Hierarchical regressions suggest that a longer period of unemployment is associated with a deterioration of the global health status, while regulating own emotions predicts a greater well-being for all the health indexes (anxiety, depression, somatization and social dysfunction). Additionally, regulating own emotions moderates the relationship between the period of unemployment and social functioning, acting as a protective factor. On the contrary, regulating others’ emotions works as risk factor for the social functioning of these individuals experiencing longer periods of unemployment.

Key words: unemployment, health, emotional regulation.

Correspondencia: Víctor Sojo, Escuela de Psicología, Edificio de la Facultad de Humanidades y Educación, Ciudad Universitaria de Caracas, Los Chaguaramos, 1051 Caracas (Venezuela). E-mail: [email protected]

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404 sojo Monzón y Guarino

Introducción

El trabajo es un factor central en la estructuración del autoconcepto, provee de una identidad, una actividad con la que las personas pueden identificarse, metas y propósitos que llegan a trascenderle y un conjunto de personas con quien rela-cionarse (Creed y Macintyre, 2001; De Jesús y Ordaz, 2006). Asimismo, suministra los medios necesarios para poder subsistir, acceder a educación, salud y recreación y les permite a las personas estar activas física y mentalmente (Álvaro, 1992). Por esto mismo pueden entenderse los efectos negativos debidos a la interrupción de muchas de las funciones que cumple el trabajo (Reynolds y Gilbert, 1991).

Estar sin trabajo por tiempo prolongado puede resultar un evento estresante mayor (McKee-Ryan, Song, Wanberg y Kinicki, 2005). Kulik (2001) observó que la duración del periodo de desempleo se relacionaba de forma negativa con la fre-cuencia y tiempo invertido en la búsqueda de empleo. Por su parte, Álvaro (1992) expone que existe una relación entre el tiempo desempleado y el funcionamiento cognitivo, de tal manera que las personas desempleadas por períodos más prolon-gados necesitan más tiempo para realizar las mismas cosas, concentrarse y hacerlas con la misma habilidad que con anterioridad. Asimismo, expresan tener más dificul-tades en comenzar alguna tarea, mantenerse mentalmente activos, recordar cosas, tomar decisiones y comprender con rapidez lo que otras personas dicen.

Sin embargo, en el estudio de Artazcoz, Benach, Borrell y Cortes (2004) no se encontró una asociación significativa entre el tiempo desempleado y la salud mental, siendo el tiempo de desempleo de 1 a 24 meses y midiendo la salud con la versión de 12 ítems del “Cuestionario de salud general” (General Health Questionnaire, GHQ; Goldberg, 1972). Considerando las inconsistencias informa-das en la literatura, pareciera compleja la relación entre esta variable y la salud física y mental de los desempleados, de aquí la pertinencia de ahondar en el estudio de la misma y los posibles factores que la afectan.

Si el período de desempleo se concibe como un evento o experiencia estre-sante, es lógico suponer que su compleja relación con la salud física y mental de los individuos en condición de desempleo se deba al efecto moderador de algunos factores personales que intervienen en la misma y que pueden resultar protectores o de riesgo dependiendo de las circunstancias (Gatt, 2005). En este sentido, una de las variables que mayor atención ha tenido como posible factor moderador de la relación entre eventos estresantes y salud en poblaciones adultas es la regulación o manejo emocional.

La regulación emocional se puede entender como un recurso que permite al individuo valorar los estados afectivos, de tal forma que pueda identificar y discri-minar cuáles deben ser mantenidos y cuáles modificados o eliminados, así como emplear estrategias adaptativas para cambiar o conservar las emociones que así lo requieran, tanto en él mismo como en otras personas (Salovey y Mayer, 1990; Sojo y Guarino, 2006). La regulación emocional, tanto de las propias emociones como de las emociones de otros, ha sido definida como una subdimensión del constructo de inteligencia emocional, descrito inicialmente por Salovey y Mayer (1990) y sus colaboradores (Mayer, Caruso y Salovey, 1999; Mayer, Perkins, Caruso, y Salovey,

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405Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

2001; Mayer, Salovey, Caruso, y Sitarenios, 2001) y medido a través del “Inventario de inteligencia emocional de Sojo y Steinkopf - revisado” (IIESS-R, Sojo y Guarino, 2006) para población hispana.

El interés en medir este constructo se debe al énfasis que diferentes inves-tigaciones han dado a la regulación emocional como un factor protector de la salud en diversos grupos (p. ej., Akerjordet y Severinsson, 2007; Schutte, Malouff, Thorsteinsson, Bhullar y Rooke, 2007), como pacientes con cáncer (Schmidt y Andrykowski, 2004), adolescentes con ideación e intentos suicidas (Cha y Nock, 2009), o en muestras normales de estudiantes y trabajadores (Greven, Chamorro-Premuzic, Arteche y Furnham, 2008; Montes-Berges y Augusto, 2007; Tsaousis y Nikolaou, 2005).

Del mismo modo, se ha hablado de la regulación emocional como facilitador de un desempeño exitoso (Brief y Weiss, 2002; George, 2000; Gohm, 2003; Law, Wong y Song, 2004; Tucker, Sojka, Barone y McCarthy, 2000), indicando que esta característica de personalidad podría permitir a los individuos adaptarse a situacio-nes nuevas o amenazantes, motivarse a sí mismos, aceptar retos y mantener rela-ciones interpersonales eficaces.

La regulación emocional ha sido conceptualizada como un recurso que se puede usar para modificar los propios estados afectivos, así como los de otros individuos. En el caso específico de la regulación de las propias emociones, las investigaciones apuntan a que es un factor protector de la salud y que impacta positivamente en el desempeño del individuo en su vida cotidiana (Akerjordet y Severinsson, 2007; Schutte et al., 2007).

Sin embargo, Petrides y Furnham (2003) encontraron que individuos con mayo-res recursos para reconocer los estados afectivos (un elemento central para poder regular las emociones de acuerdo a Mayer et al., 2001), reaccionaron con mayor intensidad a procedimientos de inducción de afecto, inclusive ante la inducción de afecto negativo. Se ha encontrado que reaccionar de esa manera puede llevar a algunas personas a experimentar mayor estrés cuando afrontan situaciones difíciles (Guarino y Roger, 2005).

Los resultados de Petrides y Furnham (2003) deben conducir a un análisis de las implicaciones de sobreinvolucrarse en la regulación de los estados afectivos de otras personas. Por ejemplo, Brown, Nesse, Vinokur y Smith (2003) encontraron un índice de mortalidad más bajo en adultos mayores que escuchaban las preocupaciones de sus parejas y los hicieron sentir amados y atendidos. Sin embargo, Liang, Krause y Bennett (2001) no encontraron efecto alguno de prestar apoyo social emocional a otras perso-nas sobre los síntomas depresivos de los individuos que suministran el apoyo.

Intentando dar cuenta de esos resultados, Strazdins y Broom (2007) plantean que el apoyo social es igual a un trabajo emocional (emotional labor). En tal sen-tido, requiere de la disposición de recursos afectivos propios para colocarlos al servicio de otras personas. Según los mismos autores, el apoyo social puede ser un trabajo de acompañamiento o de ayuda. El acompañamiento está orientado a reducir el aislamiento social, la soledad y a construir el sentido de pertenencia, feli-cidad y cercanía de la persona que lo recibe, por lo que está basado en emociones positivas y en ese estudio correlacionó negativamente con síntomas depresivos. Por

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406 sojo Monzón y Guarino

otro lado, la ayuda y el apoyo regulatorio, orientados al estrés y a detener conduc-tas destructivas, pretenden asistir a otras personas en la regulación de la rabia y el estrés, para llevarlos de nuevo a un equilibrio emocional, por lo que básicamente la persona que presta ayuda está lidiando con emociones negativas. En la investiga-ción citada, este último tipo de apoyo correlacionó positivamente con depresión en la persona que presta ayuda.

Otro planteamiento que da cuenta de esta relación, basado en una variable teóricamente similar a la regulación emocional, es el de Guarino (2004), quien como parte del constructo de Sensibilidad emocional, describió la subdimensión de Sensibilidad interpersonal positiva como aquella capacidad de los individuos para identificar fácilmente emociones en otros y mostrar alta disposición para prestar ayuda y apoyo a aquellos que atraviesan circunstancias difíciles (véase Guarino, 2004, 2005; Guarino y Roger, 2005). Sin embargo, la autora advirtió que en con-textos altamente estresantes esta característica individual podría perjudicar, en vez de favorecer, la salud del individuo que presta apoyo, si tal condición no se acom-paña de formas de afrontamiento adecuadas, como el desapego o distanciamiento emocional (véase Guarino, Sojo y Bethelmy, 2007), que protejan al individuo de un involucramiento excesivo en las emociones negativas de los otros, haciendo que éste experimente en cierta forma el “estrés” de aquellos a los que intenta ayudar. El efecto protector de la sensibilidad interpersonal positiva conjuntamente con formas de afrontamiento por desapego fue probada en estudios con jóvenes universitarios (Guarino, 2004) y con médicos especialistas (Bethelmy, 2006).

Asimismo, otros estudios que han investigado la relación entre empatía y depre-sión, específicamente en profesionales como enfermeros, asesores y trabajado-res sociales, han encontrado que esta característica de personalidad puede actuar como factor de riesgo para la depresión cuando estos profesionales tienen recursos personales débiles, como por ejemplo baja autoestima, bajo apoyo social o bajo nivel educativo (Gawronski y Privette, 1997; Schieman y Turner, 2001).

El desempleo usualmente implica sentimientos de vergüenza, rabia y tristeza (Song, Wanberg, Niu y Xie, 2006) que deben regularse exitosamente para proteger la propia salud y poder conseguir empleo nuevamente, por lo que resulta particular-mente relevante evaluar el impacto de la regulación emocional bajo esta circunstan-cia. Creed, King, Hood y McKenzie (2009) encontraron una relación positiva entre la intensidad de búsqueda de empleo y estrategias de control emocional, usadas para modificar emociones perturbadoras cuando se afronta una tarea y también estrategias de control motivacional empleadas para mantener los objetivos y los esfuerzos cuando se persiguen metas a pesar de la insatisfacción con los logros alcanzados (ambos aspectos considerados en la medida de manejo de las propias emociones desarrollada por Sojo y Guarino, 2006). Sin embargo, en dicha inves-tigación no se evaluó el impacto de las estrategias emocionales y motivacionales sobre la salud de los desempleados y tampoco se consideró la situación del control de las emociones de otras personas.

Así mismo, el desempleo afecta negativamente no sólo al desempleado sino tam-bién a las personas que lo rodean (Chiu y Ho, 2006). En personas casadas el desempleo en uno de los miembros de la pareja puede inducir depresión en ambos, mediante el

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407Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

compartir de la misma situación económica, incrementando sentimientos de tristeza, rabia y hostilidad en los dos, creando conflictos en la relación marital (Howe, Levy y Caplan, 2004). Igualmente, el estrés producto del desempleo usualmente lleva al retiro del apoyo social dentro del matrimonio, reduciendo la satisfacción con el mismo y reforzando síntomas depresivos en ambas partes (Vinokur, Price y Caplan, 1996).

Por otro lado, las presiones económicas (comunes ante largos periodos de des-empleo) están asociadas a más conflicto marital, conflictos con hijos adolescentes por razones económicas y síntomas depresivos y ansiosos en estos últimos (Conger, Ge, Elder, Lorenz y Simons, 1994). De tal manera que las personas desempleadas no solamente deben regular eficazmente sus propias emociones, sino los estados afec-tivos de los individuos que los rodean, los cuales se ven afectados por la situación de desempleo. Esto hace aun más importante evaluar el posible papel de la regulación de las emociones de otras personas sobre la propia salud del desempleado.

Hasta ahora, pareciera existir evidencia sobre el efecto benéfico que tiene en la salud individual poder regular las propias emociones, reparando estados afectivos negativos. Por el contrario, los estudios sugieren que involucrarse en prestar ayuda a otras personas, sobre todo cuando no se tienen los recursos personales apropia-dos, puede devenir en el deterioro de la propia salud. El efecto de prestar apoyo emocional a terceros sobre la salud de la persona que provee dicho apoyo requiere ser comprobado específicamente considerando el impacto de experiencias estresan-tes vividas por la propia persona que presta ayuda, en este caso el desempleado.

En esta investigación el objetivo fundamental fue evaluar la interacción de la regulación de las propias emociones y las emociones de otras personas con la dura-ción del periodo de desempleo, como un factor estresante, en el efecto que tienen sobre la salud. En este sentido, se intentó determinar si la regulación emocional funciona como variable moderadora de la relación entre el estrés asociado a la condición de desempleo y la salud de estos individuos. Se trabajó con varios indi-cadores de salud, como la percepción de síntomas depresivos, de ansiedad, soma-tización y disfunción social, en un extremo del continuo, hasta una salud mejor que lo habitual en las mismas cuatro áreas en el otro extremo, sobre todo porque el desempleo puede tener un impacto en muchas esferas de la vida cotidiana, de tal manera que se debe tener una visión más comprehensiva del efecto del mismo sobre los diversos factores que pueden definir el bienestar individual.

Método

Participantes

Los voluntarios que colaboraron con esta investigación son considerados desem-pleados, específicamente personas que para el momento del estudio: no tenían un empleo asalariado o un empleo independiente, estaban disponibles para trabajar en un empleo, habían tomado medidas concretas para buscar un empleo en un período reciente especificado y estaban sin ingreso económico por concepto de trabajo.

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408 sojo Monzón y Guarino

Los 328 participantes eran residentes del Distrito Capital de Venezuela, distribui-dos en 50,6% hombres (n= 166) y 49,4% mujeres (n= 162), con edad media de 31 años (rango de edad entre 18 y 65 años; DT= 9,43) y tenían una media de des-empleo de un año (DT= 1,57; mediana= 5 meses; rango: entre un mes y 11 años).

Instrumentos

a) Datos sociodemográficos: se realizó un apartado de datos como la edad, el sexo y el tiempo de desempleo (en meses), la cantidad de años trabajando antes de quedar desempleado y el número de personas que dependen eco-nómicamente del desempleado.

b) Subescala de Manejo emocional del “Inventario de inteligencia emocional de Sojo y Steinkopf - Revisado” (IIESS-R; Sojo y Guarino, 2006). Se tomaron las respuestas de los participantes a los 12 ítems de la subescala de Manejo emocional (escala que conceptual y operacionalmente evalúa regulación emocional) y se sometieron a un análisis de componentes principales con rotación oblicua. La prueba de Esfericidad de Bartlett arrojó un c2= 1258, p< 0,0001. Considerando los valores propios mayores que 1 y el gráfico de sedimentación (Grimm y Yarnold, 2002) se extrajeron dos factores que expli-caban el 51,72% de la varianza de la subescala. Los seis ítems que evalúan el manejo de las propias emociones correlacionaron con el primer factor con cargas superiores a r= 0,400 en el primer factor y los seis que evalúan el manejo de las emociones de otras personas cargaron en el segundo factor con cargas superiores a r= 0,300. Dos ítems de manejo de las emociones de otras personas presentaron cargas dobles, pero se mantuvieron en este factor por su consistencia teórica (véase Apéndice). En ambos factores las puntuaciones más altas reflejan que la persona se involucra en esfuerzos sis-temáticos por modificar o regular estado afectivos negativos, ya sea en ellos mismos o en otras personas, con un rango de valores entre 1 (Totalmente en desacuerdo) y 4 (Totalmente de acuerdo). Los índices de consistencia interna resultaron bastante aceptables para los dos factores: 1) manejo de las pro-pias emociones (α de Cronbach= 0,791) y 2) manejo de las emociones de otras personas (α= 0,741).

c) “Cuestionario de salud general” (General Health Questionnaire, GHQ; Goldberg, 1972) versión hispana de Molina y Andrade (2002). Esta escala está compuesta por 28 ítems que describen síntomas de ansiedad, depre-sión, somatización y disfunción social, respecto a los cuales los partici-pantes deben indicar la frecuencia relativa con la que los han padecido en las últimas semanas, con un rango de posibilidades desde 0= Mucho más que lo habitual hasta 3= No, en lo absoluto. Las puntuaciones más altas reflejan una mejor salud. Los índices de consistencia interna (α de Cronbach) resultaron óptimos para todas las dimensiones del GHQ en la muestra de estudio, oscilando entre 0,80 y 0,93, y con un α= 0,93 para la escala completa.

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409Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

Procedimiento

Se desarrolló un estudio por cuestionarios de tipo transversal, recolectando información durante seis meses, contactando a los participantes directamente en la sala de espera de dos agencias de empleo del Ministerio del Trabajo y una organiza-ción no gubernamental sin fines de lucro, ambas instituciones situadas en Caracas, Venezuela, y destinadas a asesorar, entrenar y ubicar personas en trabajos. El mues-treo fue no probabilístico (Kerlinger y Lee, 2002), dos psicólogos clínicos en calidad de asistentes de investigación solicitaron a los desempleados que asistieron a estas agencias que respondieran los instrumentos en el mismo orden en el que fueron presentados en este artículo en la sección de instrumentos, explicándoles la natura-leza del estudio y que su participación era completamente voluntaria y no vinculada con los servicios de las instituciones donde se les contactó.

Resultados

En todas las pruebas estadísticas a ser presentadas se emplea como nivel de sig-nificación alfa de 0,05, igualmente todas las pruebas se hicieron con significación bilateral. Una breve revisión de los factores sociodemográficos indicó que en esta muestra la cantidad de años trabajando antes de quedar desempleado y el número de personas que dependen económicamente del desempleado no presentaron rela-ciones significativas con ninguna de las variables estudiadas, por lo que dichos resultados se excluyeron. Igualmente, no se encontraron diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la edad, pero sí en relación con la duración del periodo de desempleo (t [303]= 2,09; p< 0,05; d= 0,24). Específicamente, los hombres tuvie-ron un tiempo promedio de desempleo de nueve meses y medio y las mujeres de 14 meses. Al relacionar la edad y la duración del desempleo se encontró que en esta muestra los participantes de mayor edad llevan mucho más tiempo sin trabajo que los jóvenes (r [303]= 0,250; p< 0,001).

Se promediaron las respuestas de los participantes a los ítems de las subescalas de los instrumentos de manejo emocional y salud general por separado, de tal manera que los estadísticos descriptivos y bivariados están en la misma escala que emplearon los participantes al responder dichos instrumentos. En la tabla 1, las medias de los participantes en las dimensiones de regulación emocional indican qué tanto la regu-lación de las propias emociones como las emociones de otras personas son altas en esta muestra. En cuanto a los indicadores de salud, el hecho de que todas las medias estén por encima de la puntuación de 2 en este instrumento indica que los participan-tes se han sentido bastante mejor de lo habitual física, emocional y socialmente, sin embargo, la puntuación más baja se encuentra en el funcionamiento social.

Al comparar los tipos de regulación emocional dependiendo del sexo (tabla 1), se aprecia que los hombres tienen una mayor regulación de las propias emociones que las mujeres. En cuanto a los indicadores de salud, las mujeres manifestaron, de forma significativa, más sintomatología somática, ansiosa y disfunción social que los hombres.

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410 sojo Monzón y Guarino

Por otro lado, tanto la edad como la duración del periodo de desempleo se encontraron correlacionadas negativamente con la disfunción social y salud gene-ral. Las personas de mayor edad y con más tiempo desempleadas manifiestan más disfunción social y peor salud general que las personas jóvenes y con menos tiempo desempleadas. Sin embargo en todos los casos las correlaciones son muy bajas (tabla 1).

Tabla 1Pruebas t de student y d de Cohen’s para diferencias de sexo y correlaciones biva-

riadas de edad y duración del desempleo con las variables estudiadas

VariablesM (DT) total

M (DT) mujeres

M (DT) hombres

t sexod

sexorxy edad rxy DD

Manejo emocional (IIESS-R)

Regulación de emociones propias

3,21 (0,58)

3,14 (0,60)

3,29 (0,54)

-2,202* -0,24 0,031 0,001

Regulación de emociones de otros

3,16 (0,57)

3,11 (0,58)

3,21 (0,56)

-1.566 -0,17 0,073 -0,057

Salud (GHQ)

Somatización2,27 (0,63)

2,19 (0,66)

2,36 (0,60)

2,430* 0,27 -0,065 -0,071

Ansiedad2,31 (0,69)

2,23 (0,70)

2,39 (0,67)

2,065* 0,23 -0,106 -0,056

Disfunción social2,25 (0,49)

2,19 (0,51)

2,31 (0,48)

2,132* 0,24 -0,188** -0,156**

Depresión2,77 (0,49)

2,78 (0,48)

2,76 (0,50)

0,353 0,04 -0,028 -0,059

Salud general2,40 (0,46)

2,35 (0,47)

2,45 (0,47)

1,847 0,21 -0,158** -0,155**

Notas: **p< 0,01; *p< 0,05.IIESS-R= Inventario de inteligencia emocional de Sojo y Steinkopf - Revisado; GHQ= Cuestionario de salud general; DD= Duración del desempleo.

Considerando los resultados en torno al sexo y la edad como variables asociadas a la regulación emocional y la salud, se decidió controlar las mismas en los análisis de regresión jerárquica para evaluar el efecto moderador de la regulación emocio-nal en la relación entre la duración del desempleo y la presencia de síntomas en las cuatro dimensiones del GHQ.

Siguiendo las recomendaciones de Aiken y West (1991) y Baron y Kenny (1986) para el cálculo de interacciones entre variables empleando regresión múl-tiple para evaluar efectos de moderación, se procedió a la transformación de los

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411Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

valores obtenidos por los participantes en todas las escalas empleadas, en edad y duración del periodo de desempleo a puntuaciones estandarizadas z, y el sexo en una variable dummy (Mujeres= 0, Hombres= 1), creando posteriormente los términos de interacción entre los dos tipos de regulación emocional y duración del desempleo. En los resultados se muestran y analizan los coeficientes b no estandarizados.

De esta manera, en un primer paso de las regresiones para predecir cada uno de los indicadores de salud del GHQ se incluyó el sexo y la edad de los participantes, en un segundo paso la duración del periodo de desempleo, en el tercer paso los dos factores de regulación emocional (propias y de otras personas), y en un último paso los términos de interacción de regulación de las emociones (propias y de otras personas) con la duración del periodo de desempleo.

La tabla 2 muestra el modelo resumido para la predicción de la Salud general. En el análisis por pasos se observa que la edad hace una contribución significativa, específicamente las personas de mayor edad manifiestan más deterioro en su salud general (b= -0,156; p< 0,01). Igualmente, la duración del periodo de desempleo está asociado negativamente con la salud (b= -0,132; p< 0,05). La regulación de las propias emociones presenta una relación significativa con la salud general (b= 0,240; p< 0,001), revelando en este caso que a mayor regulación de las propias emociones mayor bienestar general en los desempleados. Sin embargo, para la puntuación de salud global la interacción no resultó significativa, por lo que se des-carta la hipótesis de moderación para este indicador.

Tabla 2Modelo de regresión jerárquica para la predicción de la Salud general

Modelo bR2

corregidaCambio en R2

Cambio en F

1

Paso 1 0,018 0,028 4,172*

Sexo 0,116

Edad -0,156**

2Paso 2 0,028 0,014 4,181*

Duración del desempleo -0,132*

3

Paso 3 0,075 0,053 8,361**

Regulación de emociones propias 0,240**

Regulación de emociones de otros -0,018

4

Paso 4 0,084 0,015 2,343

Regulación de emociones propias x Duración del desempleo

0,037

Regulación de emociones de otros x Duración del desempleo

-0,144

Nota: **p< 0,01; *p< 0,05.

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412 sojo Monzón y Guarino

En la tabla 3 se puede apreciar que de todas las variables estudiadas en la pre-dicción de la Depresión, sólo la regulación de las propias emociones mantiene una relación significativa con ésta (b= 0,237; p< 0,001), revelando en este caso que a mayor regulación de las propias emociones los desempleados presentan menos sintomatología depresiva.

Tabla 3Modelo de regresión jerárquica para la predicción de la Depresión

Modelo bR2

corregidaCambio en R2

Cambio en F

1Paso 1 0,002 0,002 0,343Sexo -0,070Edad -0,004

2Paso 2 0,007 0,004 1,198

Duración del desempleo -0,073

3Paso 3 0,047 0,060 9,209**Regulación de emociones propias 0,237**Regulación de emociones de otros 0,014

4

Paso 4 0,050 0,010 1,463Regulación de emociones propias x Duración del desempleo

0,072

Regulación de emociones de otros x Duración del desempleo

-0,135

Nota: **p< 0,01; *p< 0,05.

En el modelo creado para predecir la Somatización (tabla 4) se observa que entre las variables controladas, sólo el sexo hace una contribución significativa (b= 0,170; p< 0,05), revelando que las mujeres presentan más sintomatología somática. Nuevamente, sólo la regulación de las propias emociones mantiene una relación significativa con la somatización (b= 0,187; p< 0,05), por lo que a mayor regulación de las propias emociones, mejor salud física por parte de los desempleados.

En la predicción de la Ansiedad (tabla 5), de nuevo sólo la regulación de las propias emociones mantiene una relación significativa con este indicador de salud (b= 0,239; p< 0,001), de manera que a mayor regulación de las propias emociones, menor presencia de síntomas de ansiedad en los desempleados.

En la predicción de la Disfunción social (tabla 6) se observa que las personas de mayor edad manifiestan más desajuste social (b= -0,214; p< 0,001). La regulación de las propias emociones también es un predictor significativo del funcionamiento social (b= 0,198; p< 0,001), por lo que las personas que manejan sus propias emo-ciones expresan un mejor ajuste social. Adicionalmente, se encontraron dos inte-racciones significativas de la regulación de las propias emociones y la regulación de

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413Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

las emociones de otras personas con la duración del periodo de desempleo en su efecto sobre la disfunción social, sugiriendo que la regulación emocional modera la relación entre el estrés del desempleo y la presencia de disfunción social en sentidos inversos, protector para el primero y de riesgo para el segundo.

Tabla 4Modelo de regresión jerárquica para la predicción de la Somatización

Modelo bR2

corregidaCambio en R2

Cambio en F

1Paso 1 0,006 0,016 2,365Sexo 0,170*Edad -0,058

2Paso 2 0,005 0,002 0,682

Duración del desempleo -0,053

3Paso 3 0,032 0,034 5,120**Regulación de emociones propias 0,187*

Regulación de emociones de otros -0,009

4

Paso 4 0,029 0,003 0,508Regulación de emociones propias x Duración del desempleo

-0,035

Regulación de emociones de otros x Duración del desempleo

-0,031

Nota: **p< 0,01; *p< 0,05.

Tabla 5Modelo de regresión jerárquica para la predicción de la Ansiedad

Modelo bR2

corregidaCambio en R2

Cambio en F

1Paso 1 0,009 0,019 2,793Sexo 0,160Edad -0,092

2Paso 2 0,006 0,001 0,197

Duración del desempleo -0,029

3Paso 3 0,034 0,034 5,216**Regulación de emociones propias 0,239**

Regulación de emociones de otros -0,125

4

Paso 4 0,038 0,011 1,626Regulación de emociones propias x Duración del desempleo

-0,044

Regulación de emociones de otros x Duración del desempleo

-0,074

Nota: **p< 0,01; *p< 0,05.

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414 sojo Monzón y Guarino

Tabla 6Modelo de regresión jerárquica para la predicción de la Disfunción social

Modelo bR2

corregidaCambio en R2

Cambio en F

1

Paso 1 0,043 0,052 7,959**

Sexo 0,159

Edad -0,214**

2Paso 2 0,050 0,011 3,389

Duración del desempleo -0,119

3

Paso 3 0,119 0,074 12,325**

Regulación de emociones propias 0,198**

Regulación de emociones de otros 0,101

4

Paso 4 0,138 0,024 4,050*

Regulación de emociones propias x Duración del desempleo

0,217**

Regulación de emociones de otros x Duración del desempleo

-0,181*

Nota: **p< 0,01; *p< 0,05.

Calculando las pendientes simples para la interacción de la regulación de las propias emociones y la duración del periodo de desempleo (Preacher, Curran y Bauer, 2006), se observó que las personas con alta regulación de las propias emo-ciones (M + 1 DT) presentan un mejor ajuste social que los demás participantes sin importar el tiempo de desempleo (b= 0,068; p=0,458). Sin embargo, en el caso de los individuos con una baja o pobre regulación de las propias emociones (M - 1 DT), un mayor tiempo de desempleo implica un mayor deterioro en su funcionamiento social (b= -0,366; p< 0,001). Esta relación está ilustrada en la figura 1.

Un resultado aun más interesante se encuentra en la interacción de la regu-lación de las emociones de otras personas y la duración del periodo de desem-pleo, en su efecto sobre la disfunción social. En este caso, los individuos con una baja regulación de las emociones de otras personas (M - 1 DT) informan de un peor funcionamiento social, cuando tienen poco tiempo desempleado manteniéndose este indicador de bienestar al mismo nivel cuando el tiempo de desempleo aumenta (b= 0,031; p= 0,72). Por su parte, las personas con una alta regulación de las emociones de otras personas (M + 1 DT) presentan un mejor funcionamiento social que el resto de los participantes cuando llevan poco tiempo desempleados, pero mientras más tiempo llevan desempleados hay un mayor deterioro en su funcionamiento social (b= -0,329; p< 0,01), como se ilustra en la figura 2.

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415Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

Figura 1Interacción entre la regulación de las emociones propias y la duración del

desempleo en su efecto sobre la disfunción social

Figura 2Interacción entre la regulación de las emociones de otros y la duración del

desempleo en su efecto sobre la disfunción social

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416 sojo Monzón y Guarino

Discusión

El objetivo de este estudio ha sido evaluar el posible rol moderador de la regu-lación emocional en la relación entre el estrés del desempleado y su salud. En este trabajo se ha asumido el tiempo o duración del desempleo como el evento o estí-mulo estresante que formaría parte del modelo de moderación.

Los resultados indican que los hombres desempleados tienen un menor deterioro físico y psicológico que las mujeres en esta condición. Estos resultados contradicen el conocimiento común según el cual el desempleo es más dañino para la salud mental de los hombres. McKee-Ryan et al. (2005) mantienen dos hipótesis alterna-tivas para explicarlo, primero puede ser que la diferencia entre sexos solamente esté mostrando los hallazgos generales según los cuales las mujeres manifiestan mayor depresión y peor salud mental que los hombres, lo cual se ha encontrado con ante-rioridad en la población venezolana (Eblen, Vivas y García, 1990).

Una explicación un poco más compleja se basa en investigaciones recientes que sugieren que los cambios en los roles de género han permitido que el trabajo tenga un papel más central en la vida e identidad de las mujeres trabajadoras (Lee y Owens, 2002; Waters y Moore, 2002). Sin embargo, es necesario hacer más investigaciones para indagar los factores que contribuyen al deterioro diferencial en la salud de los hombres y las mujeres desempleados, considerando por ejemplo la identificación con el trabajo como un factor moderador (Brown, 1996).

Por otro lado, se debe destacar que en esta muestra las mujeres tienen perio-dos de desempleo más largos que los hombres. Adicionalmente, en Venezuela, tal como señala el Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2009) para el periodo en el que se estaba recogiendo la información de esta investigación, la tasa de desocupa-ción de las mujeres (13,0%) era mayor que la de los hombres (10,5%). La tendencia anterior ha permanecido así en todos los datos disponibles en línea en la página web oficial del INE (desde 1999 hasta febrero de 2009), de tal manera que pare-ciera más difícil para las mujeres desempleadas venezolanas encontrar un trabajo, por lo que los resultados anteriores no deben sorprender.

Posiblemente producto del agotamiento psicológico generado por esta situa-ción sostenida, las mujeres pueden estar presentando más síntomas que los hom-bres. Adicionalmente, las mujeres manifiestan una peor regulación emocional en comparación con los hombres, factor que según estos resultados y otros estudios (Akerjordet y Severinsson, 2007; Cha y Nock, 2009; Greven et al., 2008; Montes-Berges y Augusto, 2007; Schmidt y Andrykowski, 2004; Schutte et al., 2007; Tsaousis y Nikolaou, 2005) puede ser protector, teniendo como consecuencia para ellas un mayor deterioro en su salud.

La edad también es una variable relevante y se encuentra asociada negativa-mente con la salud general y con el funcionamiento social en esta muestra de des-empleados. Estos resultados son congruentes con los presentados por Kulik (2001), quien encontró que las personas entre los 36 y 52 años tuvieron un mayor deterioro en su salud percibida que los más jóvenes.

Muy probablemente, la explicación a dicho fenómeno se encuentra en el hecho de que las personas de edad media (35 a 50 años) se encuentran en el periodo

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417Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

más productivo de su vida, están en un momento en el que deben mantener el hogar, criar hijos y ser útiles para la sociedad, en comparación con los más jóvenes, que usualmente no tienen dichas responsabilidades ni las presiones sociales para adquirirlas. Así, es muy probable que el funcionamiento social, entendido como la medida en la que la persona se ha podido mantener activa, tomando decisiones importantes y preservando las relaciones de su vida cotidiana, se vea más afectado en personas de mayor edad que están desempleadas.

Con respecto a los resultados de la evaluación de la hipótesis de moderación para la regulación emocional, los mismos indicaron que las subdimensiones de esta variable (regulación de las propias emociones y de las emociones de los otros) actúan como moderadoras sólo en la relación entre la duración del desempleo y la disfunción social, como indicador de salud. Es decir, la regulación emocional no parece moderar la relación entre la duración del desempleo y la salud de los des-empleados para indicadores de bienestar como ansiedad, depresión, somatización y la salud general. Igualmente, en el caso de los indicadores de salud mencionados la regulación de las propias emociones funcionó como un predictor directo de una mejor salud, tal como se ha visto en investigaciones anteriores (p. ej., Akerjordet y Severinsson, 2007; Schutte et al., 2007; Sojo y Guarino, 2006).

Lo más interesante de estos resultados fue la dirección o modalidad de inte-racción encontrada entre la duración del desempleo y los dos factores de regula-ción emocional en su impacto sobre el funcionamiento social. La regulación de las propias emociones moderó la relación en un sentido positivo y protector, de tal manera que las personas con mayor tiempo desempleados que reparan sus propias emociones negativas se mantienen funcionando socialmente (mantenerse activo, hacer las tareas cotidianas apropiadamente, tomar decisiones importantes, sentirse satisfecho y disfrutar de las actividades cotidianas), a diferencia de los que no hacen este proceso de reparación, los cuales se deterioran con el tiempo. Los resultados de este estudio coinciden con los encontrados por Akerjordet y Severinsson (2007) y Schutte et al. (2007), que además han sido observados en diversas poblaciones y más específicamente en grupos de estudiantes y trabajadores (Greven et al., 2008; Montes-Berges y Augusto, 2007; Tsaousis y Nikolaou, 2005).

Por su parte, la regulación de las emociones en los otros, aún siendo una dimen-sión del constructo de inteligencia emocional, modera en un sentido negativo, actuando como un factor de riesgo. Específicamente, los desempleados que, frente al alto estrés generado por un prolongado período de desempleo, se ocupan más por tratar de manejar o regular las emociones de los otros, ven su funcionamiento social más deteriorado que aquellos que, frente a la misma circunstancia, no se ocupan de regular las emociones de otras personas. Pareciera, entonces, que la experiencia estresante del desempleo requiriera más de los recursos personales del individuo para disminuir su propia sobrecarga emocional, que el utilizar estos recur-sos para regular las emociones negativas de quienes le rodean.

El hecho de que la regulación de las emociones de los otros actúe como factor de riesgo para los desempleados podría estar asociado con la carencia de otros recursos personales y sociales que facilitarían la tarea de entender a los otros y apo-yarles en sus necesidades, así como a las tensiones interpersonales que se pueden

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418 sojo Monzón y Guarino

producir con los individuos próximos debido a periodos de desempleo prolongado (Conger et al., 1994; Howe et al., 2004; Vinokur et al., 1996).

Este fenómeno coincide de manera importante con el descrito por algunos auto-res con respecto al impacto de la empatía (p. ej., Bonino y Giordanengo, 1993; Gawronski y Privette, 1997; Schieman y Turner, 2001), la sensibilidad interpersonal positiva (p. ej., Guarino, 2004; 2005) y el apoyo social de ayuda (p. ej., Strazdins y Broom, 2007) sobre la salud, cuando los individuos que intentan dar apoyo emocio-nal a los otros no cuentan con adecuados recursos de afrontamiento u otras carac-terísticas personales como alta autoestima, locus de control interno o adecuado nivel educativo, para evitar la sobre implicación o involucramiento excesivo en el estrés de los demás.

En este sentido, el intentar regular las emociones de otros cuando se atravie-san experiencias estresantes y cuando no se cuenta con los recursos personales de protección, acarrea un riesgo para el bienestar, al menos en lo que se refiere al funcionamiento social. Aún más, estos indicios deberían conducir al análisis y reflexión acerca de las propiedades de la inteligencia emocional, como característica personal, para enfrentar el estrés y en qué circunstancias beneficia más al individuo poseer esta cualidad. Una posterior y más profunda indagación sobre este tema también debería conducir a la evaluación conjunta de los efectos interactivos de la regulación emocional en circunstancias estresantes, con las estrategias de afron-tamiento empleadas por el individuo como resultado de su intención de control emocional, facilitando esto una mejor comprensión del efecto moderador de la regulación emocional.

En conclusión, este trabajo muestra que los efectos de la regulación emocional pueden ser diferenciales en función de que se intente regular las propias emociones o las emociones de los otros bajo circunstancias estresantes, como la experiencia de desempleo, en su moderación sobre el bienestar de este grupo de personas. Este efecto diferencial podría ser atribuido a la carencia de ciertos recursos personales y sociales fundamentales en aquellos individuos que se prestan a regular las emocio-nes negativas de sus personas cercanas y brindarles apoyo y soporte, cuando ellos mismos están atravesando una situación estresante.

Tal suposición obliga a desarrollar más profundamente esta línea de investiga-ción, por un lado planteando como objetivo la evaluación de la hipótesis de una interacción entre la regulación de las emociones de otras personas y factores como el afrontamiento, la autoestima y el locus de control, así como evaluando la posible interacción entre el estrés y un trabajo emocional de acompañamiento, más que de ayuda o reparación de emociones negativas, como fue descrito por Strazdins y Broom (2007), sobre la salud de la persona que suministra dicho apoyo, empleado medidas de salud no solo de autoinforme, como la que se usó en este estudio, sino también indicadores objetivos de salud, y aun más interesante haciendo una eva-luación longitudinal de esta variable dependiente. Por otra parte, los resultados de la presente investigación permiten sugerir que el diseño y aplicación de programas de intervención basados en el enfoque cognitivo-conductual (Freeman y Dattilio, 2007; Salazar, Caballo y González, 2007), facilitarían a este grupo de personas que viven la experiencia del desempleo adquirir habilidades y destrezas para identificar y

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419Regulación emocional, estrés y salud en desempleados

controlar las propias emociones en estas circunstancias, pudiendo estos programas ser promovidos desde las organizaciones en sus procesos de desvinculación asistida o en las instituciones gubernamentales y no gubernamentales que asisten a los desempleados.

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422 sojo Monzón y Guarino

ApéndiceAnálisis de componentes principales con rotación oblicua para la

subescala de Manejo emocional del Inventario de Inteligencia Emocional de Sojo y Steinkopf - Revisado (IIESS-R)

ÍtemsComponente

MPE MEO

6. Cuando estoy molesto por algo me tomo el tiempo necesario para calmarme y pensar en la mejor acción a tomar

0,843

8. Generalmente logro ser paciente 0,821

10. Cuando estoy en una discusión que se torna fuerte me calmo antes de seguir

0,659

9. Me resulta fácil deshacerme de pensamientos desagradables 0,657

1. Ante una emergencia intento calmarme para ver las acciones más adecuadas

0,528

4. Aunque las cosas estén saliendo mal, intento ser entusiasta sobre el futuro

0,517

5. Cuando hay mucho trabajo ánimo a mis compañeros a seguir adelante

0,479 0,324

11. Cuando discuto con otras personas y éstas se alteran las calmo antes de seguir argumentando

0,404 0,382

2. Cuando mis amigos están molestos yo logro calmarlos 0,807

3. Cuando mis padres están alterados yo logro calmarlos 0,789

12. Cuando las cosas salen mal en mi casa soy yo quien anima a mi familia a seguir adelante

0,732

7. Cuando se presenta una emergencia soy quien calma a las demás personas

0,578

Nota: MPE= Manejo de las propias emociones; MEO= Manejo de las emociones de otros.

recibido: 4 de mayo de 2009acePtado: 17 de noviembre de 2009