elecciones en colombia 2014: ¿apuesta por la paz?una transicin a la democracia o de cerrarle el...

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laquo ActuAlidAd lAtinoAmericAnA raquo

Diaacutelogo Poliacutetico 2 | 2014

Elecciones en colombia 2014

iquestapuesta por la paz

lt Joseacute Alejandro Cepeda

Bogotaacute 19 4 Periodista

Politoacutelogo Pontifcia

universidad Javeriana

magiacutester en Anaacutelisis de

Problemas Poliacuteticos

Econoacutemicos e internacionales

universidad Pariacutes iii Sorbonne

nouvelle y universidad

Externado de colombia

En ocasiones las elecciones juegan un papel ex-traordinario aun en paiacuteses acostumbrados al jue-go electoral o donde rige teacutecnicamente el Estado de derecho Como si la democracia quisiera de-mostrar su capacidad de convocatoria y defnicioacuten de rumbos en algunos casos la alta polarizacioacuten e incluso la violencia solo se resuelven dentro de la competencia entre ideas iquestPodriacuteamos afrmar que los comicios presidenciales celebrados en Co-lombia en 2014 bajo un sistema a dos rondas o de balotaje en los que fue reelecto el presidente Juan Manuel Santos entran en esa categoriacutea

Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Juriacutedica Virtual del Instituto de Investigaciones Juriacutedicas de la UNAM wwwjuridicasunammx httpbibliojuridicasunammxbjv

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ELEccionEs En coLombiA 2014 iquestApuEstA por LA pAz Joseacute Ale jandro cepeda


Antes de dar respuesta debemos recordar que Ameacuterica Latina en las pasadas deacutecadas en medio de la tercera ola democratizadora como la denominoacute Samuel Huntington (1991) experimentoacute transiciones a la democracia y procesos de paz innovadores donde las elecciones ad-quirieron una importancia que no en pocas ocasiones ha sido olvidada Se trataba nada menos que de la recuperacioacuten central de la represen-tacioacuten poliacutetica como ha insistido el politoacutelogo alemaacuten Dieter Nohlen (19952011) Por su parte su colega brasilentildeo Boliacutevar Lamounier (1984) acertadamente denominoacute el papel renovado de los comicios como elec-ciones de apertura cuando paiacuteses tan disiacutemiles como Brasil Uruguay o Nicaragua paulatinamente aceptaron de manera revalorada la com-petitividad electoral como viacutea para relegitimar el poder y dejar atraacutes el autoritarismo Se tratoacute entonces de un deshielo poliacutetico y un paso vital que si fue llevado correctamente dentro de un marco de continuidad permitioacute avanzar en la consolidacioacuten democraacutetica

Dentro del singular papel que pueden alcanzar los procesos electo-rales maacutes allaacute de elegir jefes de gobierno congresistas gobernadores o alcaldes otra variante la constituyen momentos claves para defnir el futuro Asiacute sucedioacute por ejemplo con el plebiscito nacional de Chile en 1988 que terminoacute por decidir la no continuidad de Augusto Pinochet en el poder condensar el periodo de la concertacioacuten entre las alterna-tivas partidistas opositoras y la apertura democraacutetica del paiacutes austral De esta forma el caso particular de Colombia en 2014 nos plantea pre-guntas pertinentes pues si bien efectivamente no se tratoacute de consolidar una transicioacuten a la democracia o de cerrarle el paso a un dictador siacute tuvo como elemento central de debate y aglutinacioacuten el apoyo o re-chazo de la sociedad al proceso de diaacutelogo en Cuba que sostiene el gobierno con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc) con la ilusioacuten de alcanzar la paz

las presidenciales y sus protagonistas

Nos centraremos aquiacute en las elecciones presidenciales colombianas que el 25 de mayo y el 15 de junio en primera y segunda vuelta defnieron la continuidad del presidente nuacutemero 59 en la historia del paiacutes Este dato no es menor pues se trata en efecto de una de las naciones con mayor estabilidad en el relevo democraacutetico del poder en la regioacuten ajena en liacuteneas generales a golpes de Estado y dictaduras maacutes allaacute de las afecta-ciones que impone sobre la competitividad electoral un difiacutecil contexto donde en cambio las amenazas al Estado de derecho y a la seguridad por guerrillas grupos de narcotrafcantes y paramilitares en las uacuteltimas deacutecadas desataron a la vez una profunda crisis de derechos humanos




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Los protagonistas principales de la eleccioacuten presidencial de 2014 constituyen justamente dos visiones contrapuestas de coacutemo resolver esa crisis acumulada a lo largo de maacutes de medio siglo la apuesta por el diaacutelogo con las farc del presidente en ejercicio Juan Manuel Santos (2010-2014) y la propuesta de la continuidad de la lucha infexible al terrorismo del expresidente Aacutelvaro Uribe Veacutelez (2002-2010) Este cis-ma entre dos de los hombres maacutes poderosos de Colombia no es nuevo ha venido escalando durante los uacuteltimos cuatro antildeos en los cuales San-tos el heredero al poder de Uribe mdashelegido ciertamente con el apoyo de los electores de estemdash se desmarcoacute y asumioacute un talante propio que desatoacute la furia de su antiguo mentor Es decir se trata de una divisioacuten profunda en el rengloacuten centroderecha del espectro poliacutetico que en una rentildeida segunda vuelta obligoacute a las restantes fuerzas partidistas a asumir posiciones a favor o en contra

iquestCoacutemo se llegoacute a ello Debemos sentildealar que tras doscientos antildeos de experiencia republicana la longevidad y estabilidad de las institu-ciones democraacuteticas colombianas (algo que le ha costado reconocer tradicionalmente a los intelectuales locales comenzando por el recieacuten desaparecido premio nobel de literatura Gabriel Garciacutea Maacuterquez) se ha visto empantildeada por la persistencia de una violencia poliacutetica vergon-zante que seguacuten las cifras del informe iexclBasta ya del Grupo de Memo-ria Histoacuterica (2013) ha arrojado cerca de 220000 muertes en el uacuteltimo cuarto de siglo en la que la mayoriacutea de viacutectimas son civiles sin contar los millones de desplazados y despojados de sus tierras Este panora-ma que no es nuevo intentoacute conciliarse con la desmovilizacioacuten del grupo guerrillero m-19 la Constitucioacuten de 1991 que se concentroacute en recuperar el lenguaje de los derechos humanos la paz y la reorganiza-cioacuten de un Estado social de derecho mientras se enfrentaban las con-diciones del Consenso de Washington y la guerra friacutea llegaba a su fn Y son precisamente los comicios para elegir el cuerpo constituyente en 1990 en Colombia los que maacutes recientemente se acercan al tipo de def-nicioacuten particular de elecciones singulares que aquiacute se propone pues se tratoacute del rompimiento defnitivo del sistema bipartidista predominante desde el siglo xix y de una revolucioacuten retoacuterica participativista que en medio de un marco violento teniacutea en ese momento al capo Pablo Esco-bar como principal amenaza

Pero los uacuteltimos antildeos de Colombia se parecen a ese fn de la historia de Francis Fukuyama (1992) que en realidad no ocurrioacute ante el fracaso de extender la paz la fragmentacioacuten subsiguiente del sistema de par-tidos y la volatilidad (producto de una clase poliacutetica que no estuvo a la altura de las circunstancias y abusoacute de las generosas reglas de juego del sistema electoral) la fgura del expresidente Aacutelvaro Uribe signifcoacute la




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buacutesqueda de imponer orden desde un discurso de derecha basado en la seguridad que lo llevoacute a ser reelegido gracias a una coyuntural reforma constitucional a su favor Producto de la clase terrateniente antioquentildea y viacutectima de la violencia habiacutea ejercido como alcalde de Medelliacuten go-bernador de su departamento y senador en una carrera meteoacuterica en la que ofrecioacute un liderazgo feacuterreo frente a la crisis violenta Lograriacutea asiacute (al no poder sus seguidores concretar una absurda y peligrosa segunda reeleccioacuten que poniacutea una vez maacutes en riesgo el equilibrio de la arquitec-tura constitucional y la separacioacuten de poderes a favor del Ejecutivo) dejar en el poder a su ministro de Defensa estrella Juan Manuel Santos quien una vez presidente trai- laquotodos los cionoacute su legado y optoacute por un proceso de paz dis-creto pero funcional en La Habana con las farc colombianos desean la la guerrilla maacutes vieja del mundo Asiacute convertidos paz pero auacuten no estaacuten en enemigos con la reeleccioacuten de Santos en una de acuerdo en coacutemo polarizada segunda vuelta en que derrotoacute al candi-dato uribista Oacutescar Zuluaga mdasha quien se acusoacute de debe lograrse raquo ser un mero peoacuten de Uribemdash y donde el principal tema de campantildea fue el dilema entre la paz o la guerra la mayoriacutea de colombianos votaron por la continuidad del diaacutelogo en Cuba en una especie de plebiscito por su futuro

La fuerza versus el diaacutelogo

En la uacuteltima deacutecada la confictividad en Colombia cambioacute como lo registroacute Caster Wieland (2008) comentando diez tesis en las que ex-poniacutea el proceso sui geacuteneris en el que el paiacutes habiacutea avanzado hacia un posconficto en medio del conficto Seguacuten Wieland se trataba de un mejor equilibro del ejercicio de la seguridad a favor de la recuperacioacuten de la presencia del Estado obligando a las farc a replegarse al tiem-po que se adelantaron negociaciones con grupos paramilitares (lo que recuerda que Uribe no ha sido ajeno a diaacutelogos y acuerdos con actores armados no estatales) Los eacutexitos logrados por Aacutelvaro Uribe respondie-ron asiacute a reversar el fracaso de las negociaciones de paz previas soste-nidas por el gobierno de Andreacutes Pastrana (1998-2002) que terminaron en desplante de la guerrilla en respuesta a un giro de la opinioacuten puacuteblica a favor de la mano dura

Sin embargo como lo han sentildealado diversos observadores y lo re-conocioacute el actual gobierno el hecho de que en el presente Juan Manuel Santos haya podido embarcar al paiacutes en un proceso de negociacioacuten con las farc solo ha sido posible por los logros en el combate a la guerri-




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lla que se dieron durante los dos periodos de Uribe (2002-2010) Por entonces el propio Santos fue responsable de las maacutes importantes ope-raciones como ministro de Defensa frente a la insurgencia Jaque y la liberacioacuten de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt la poleacutemi-ca intervencioacuten en territorio ecuatoriano en que murioacute el comandante Rauacutel Reyes o ya bajo su mandato la caiacuteda del temible Mono Jojoy y la de Alfonso Cano De aquiacute que la divisioacuten discursiva del centrode-recha en Colombia hiciera que sus votantes se sintieran inicialmente confundidos y luego altamente polarizados con miras a las elecciones de 2014 y ello arrastrara al resto de los partidos a esta dicotomiacutea pues los sectores de Uribe y Santos reuniendo entre ambos la mayor convo-catoria electoral convirtieron la paz en el tema central de campantildea en una jugada arriesgada en la que Santos empentildeaba su credibilidad y su futuro Existe asiacute una conclusioacuten previa todos los colombianos desean la paz pero auacuten no estaacuten de acuerdo en coacutemo debe lograrse

El actual proceso de paz ha puesto en el tapete situaciones novedo-sas como el desarrollo de una Ley de Viacutectimas un debate sobre justicia transicional el rol de las viacutectimas su reparacioacuten la importancia de la memoria histoacuterica y la funcioacuten de un eventual perdoacuten1 Este proceso de ajuste reconciliacioacuten revaloracioacuten humanista y reencuentro del proyecto nacional infortunadamente sin la participacioacuten decidida de la diezmada guerrilla del Ejeacutercito de Liberacioacuten Nacional (eln) y de la bancada uribista mdashque posee cerca de ocho millones de votantesmdash seriacutea una paz incompleta Una paz en la que parte de la clase poliacutetica (como lo ha sentildealado el mundo acadeacutemico desde hace antildeos) ha acepta-do puacuteblicamente mdashpor primera vez y siguiendo los conceptos de estu-

1 El apoyo que ha recibido la presente buacutesqueda de la paz en Colombia en la comunidad internacional ha sido importante abarcando desde el signifcativo respaldo inicial del fallecido presidente venezolano Hugo Chaacutevez y una ronda de diaacutelogos con las farc en Noruega hasta declaraciones maacutes recientes de los mandatarios de Estados Unidos Barack Obama y Rusia Vladimir Putin En el caso puntual diplomaacutetico y de cooperacioacuten de la Repuacuteblica Federal de Alemania por medio de su embajada en Bogotaacute y las fundaciones Konrad Adenauer Hanns Seidel y Friedrich Ebert por ejemplo se han realizado en labor conjunta con instituciones acadeacutemicas y periodiacutesticas dos foros colomboalemanes denominados laquoReconciliacioacuten responsabilidad y memoria Expectativas alemanas y perspectivas colombianasraquo donde el aprendizaje histoacuterico es un elemento central como lo ejemplifca la experiencia germana tras las dos guerras mundiales y su proceso de reunifcacioacuten una vez caiacutedo el muro de Berliacuten hace 25 antildeos Ademaacutes tras la visita ofcial de Juan Manuel Santos en noviembre de 2014 a Alemania Angela Merkel invitoacute a la Unioacuten Europea a sumarse a la causa y ofcializoacute un aporte de 75 millones de euros anuales hasta 2016 como fondo fnanciero a disposicioacuten de Colombia para la construccioacuten de la paz y la reconciliacioacuten




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diosos de los confictos como Johan Galtung (1969)mdash que un acuerdo con las farc implicariacutea un importante avance pero se limitariacutea a una paz negativa en el sentido de que fniquitar la violencia armada es la puerta para avanzar en el posconficto donde habriacutea que trabajar a fa-vor de una paz positiva en que esteacuten garantizadas estructuralmente las condiciones miacutenimas de desarrollo y justicia para la mayoriacutea de colombianos

En cualquier caso en La Habana se acordoacute en contraviacutea al espec-taacuteculo mediaacutetico y previa desmilitarizacioacuten de la zona del Caguaacuten en el sur del paiacutes durante la presidencia de Andreacutes Pastrana una discreta agenda de negociacioacuten sin alto al fuego con las farc en torno a cin-co puntos invariables de los cuales se ha logrado avanzar con cierta concrecioacuten en tres (desarrollo agrario participacioacuten poliacutetica y drogas iliacutecitas) que se interpretaron como escalonados guintildeos de la guerrilla a la eventual continuidad de Santos en el poder Si se tienen en cuenta laquoampliar la democraciaraquo y construir laquobases soacutelidas para la pazraquo estos puntos son 1 Poliacutetica de desarrollo rural para el 46 de los once mi-llones de campesinos que se calculan en situacioacuten de pobreza (reforma agraria con buacutesqueda de propiedad y seguridad alimentaria) 2 Parti-cipacioacuten poliacutetica se buscaraacute incentivar laquomayor participacioacuten en la po-liacutetica nacional regional y local para todos los sectores especialmente los maacutes vulnerablesraquo y laquoacceso a los medios de comunicacioacutenraquo para los eventuales movimientos que surgieran de un eventual proceso de paz exitoso 3 Fin del conficto laquocese al fuego y de hostilidades bilateral y defnitivoraquo laquodejacioacuten de armas y reincorporacioacuten de las farc a la vida civil en lo econoacutemico lo social y lo poliacutetico de acuerdo con sus inte-resesraquo intensifcar el combate de las laquoorganizaciones criminales y sus redes de apoyoraquo asiacute como esclarecer los reales alcances del fenoacutemeno paramilitar en el paiacutes 4 Drogas iliacutecitas laquosustitucioacuten con planes de de-sarrolloraquo laquosolucioacuten del fenoacutemeno de produccioacuten y comercializacioacuten de narcoacuteticosraquo 5 Viacutectimas aclarar el destino y los responsables de las muertes violentas y las violaciones de derechos humanos en el confic-to (El Tiempo 2012)

Sobre cada uno de esos puntos las distintas opciones presidencia-les tuvieron que tomar posiciones ante la ciudadaniacutea como se observa a continuacioacuten

Juan Manuel Santos Partido Unidad Nacional El denomina-do Partido de la U sufrioacute una crisis de identidad no del todo resuel-ta pues inicialmente se fundoacute para canalizar la fuerza electoral entorno a Aacutelvaro Uribe pero tras la eleccioacuten de Santos y su distancia-miento con el expresidente durante un tiempo parecioacute caer en cierta




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orfandad incluso se rumoroacute que Santos estariacutea dispuesto a regresar y reunifcar el Partido Liberal el que otrora tambieacuten fuera la casa de Uribe Desclasifcado de la derecha radical2 la bandera de la U al ser-vir de plataforma para la reeleccioacuten de Santos fue ayudar a laquovenderraquo el proceso de paz con las farc Obtuvo el segundo lugar con 2569 de votacioacuten en primera vuelta y el triunfo con 5095 en la segunda El Santos que antes de ministro brillante del uribismo construyoacute su carrera como uno de los representantes tradicionales del estableci-miento colombiano y se moviacutea con comodidad entre el periodismo como miembro de la familia que fue propietaria del perioacutedico de ma-yor infuencia nacional (El Tiempo) el Partido Liberal y como liacuteder visible en gremios econoacutemicos vio poco a poco afectada la imagen de la segunda parte de su primer gobierno Ello sumado a una campantildea monotemaacutetica en torno al proceso de paz hizo que esta inicialmente no fuera contundente Su foacutermula vicepresidencial fue Germaacuten Var-gas Lleras liberal tradicional quien tambieacuten escoroacute de ser un alfl del uribismo a candidato presidencial por cuenta propia en 2010 bajo el partido Cambio Radical para despueacutes convertirse en la mano dere-cha de Santos

La apuesta de Santos como se dijo fue arriesgada pues aunque la economiacutea colombiana ha mantenido un crecimiento aceptable (del 43 en 2013 dentro de las proyecciones del mercado y del gobierno mientras que el producto interno bruto fue superior al 4 registrado en 2012) y se realizoacute una inversioacuten importante en vivienda popular gra-tuita y planes de desarrollo (encabezada por Vargas) el candidato-pre-sidente optoacute por no resaltar los logros de su mandato concentrado en

2 Hay que recordar que una vez reelegido Santos retomoacute incluso su visioacuten de lo que seriacutea el centro poliacutetico Ya a fnales de la deacutecada de 1990 habiacutea frmado un libro junto al ex primer ministro del Reino Unido Tony Blair titulado La tercera viacutea una alternativa para Colombia Con la presencia de los exgobernantes Fernando Henrique Cardoso Bill Clinton Tony Blair Ricardo Lagos y Felipe Gonzaacutelez ademaacutes del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo envioacute desde Cartagena un mensaje claro al respecto Santos aspira a avanzar en un estilo de gobierno liberal-progresista que desea ver como la plataforma para una Colombia posconficto Se trata de retomar una vez maacutes el eslogan de Tony Blair de una tercera viacutea es decir la buacutesqueda de un equilibrio entre economiacutea abierta y proteccioacuten social que Santos ha resumido con la frase laquotanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesarioraquo Ante las criacuteticas del uribismo de que un posible arreglo con las farc abririacutea las puertas del castrochavismo se puede plantear que teacutecnicamente Santos por ahora no busca otra cosa que la defensa de un mercado y a la vez un intervencionismo redistribuidor que estaacute dispuesto a hacer coalicioacuten con otros sectores poliacuteticos que apoya el crecimiento econoacutemico como clave para disminuir la pobreza y que su poliacutetica exterior estaacute basada en el diaacutelogo y no en la confrontacioacuten




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la paz mientras las criacuteticas desde los sectores de izquierda y derecha no se hicieron esperar en torno a temas como la educacioacuten los desastres ambientales que ha traiacutedo la mineriacutea (tanto la legal como la ilegal) y los retrocesos en materia de seguridad que fueron el caballo de batalla del discurso radical de derecha encabezado por Uribe Como reaccioacuten la actitud de Santos desde el inicio de su mandato ha sido la de evitar cualquier confrontacioacuten con Uribe un libreto del que ha tenido que salirse forzadamente en ocasiones y que en la uacuteltima campantildea reba-soacute sin perder el tono institucional que lo caracteriza como heredero y representante tradicional del establecimiento colombiano La peacuterdida de soberaniacutea en aguas territoriales frente a Nicaragua en torno al ar-chipieacutelago de San Andreacutes y Providencia en el Caribe es de los pocos temas que no le pasaron factura durante los comicios y que aunque habiacutea afectado su imagen no podiacutea cobraacutersele por ser un asunto de vieja data y con responsabilidades laquoEl candidato-presidenciales previas presidente optoacute por

no resaltar los logros Oacutescar Ivaacuten Zuluaga Centro Democraacutetico El ex ministro de Hacienda caldense es uno de los de su mandato servidores puacuteblicos de raiacutez conservadora que se concentrado en la paz decantaron en feles servidores del proyecto uri- mientras las criacuteticas bista Alcanzoacute su posicioacuten de candidato tras ganar

desde los sectores de en la convencioacuten interna de su partido contra el exvicepresidente Francisco Santos quien a pesar izquierda y derecha no de su reconocimiento puacuteblico como poliacutetico y pe- se hicieron esperar raquo riodista al ser primo del presidente creaba una imagen de renovacioacuten negativa que el propio Uribe no tardoacute en so-pesar Por su parte a Zuluaga le costoacute construir una imagen propia pues en un comienzo fue visto como un simple avatar de Aacutelvaro Uribe y convocaba escaso puacuteblico en su campantildea poliacutetica a lo largo del paiacutes Esto se produjo tras los tercos esfuerzos de su jefe para que el nom-bre e imagen del partido fueran los suyos por encima de la identidad de la propia candidatura de Zuluaga algo que la autoridad electoral se empentildeoacute en prohibir siguiendo las normatividades vigentes Esto se corregiriacutea solo hasta la segunda vuelta cuando Zuluaga se convertiriacutea poco a poco en candidato por meacuterito propio aunque quedoacute en el aire la bucoacutelica idea de apellidar al partido de Uribe como de centro cuando directa e indirectamente sus valores representaron y representan una derecha radical

La pobre visibilidad y el discurso del candidato emergieron fnal-mente a medida que la campantildea de Santos tampoco despegaba Los ataques de Zuluaga a Santos nunca alcanzaron el nivel de amarillismo




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mediaacutetico que desarrolloacute en los uacuteltimos antildeos Uribe a traveacutes de su cuen-ta de Twitter y es considerable como un hombre mucho maacutes prudente y de credenciales respetables donde la ecuanimidad no estaacute mal vista En cualquier caso el laquomantraraquo de Zuluaga se limitoacute a repetir las criacuteti-cas de Uribe a una eventual entrega del paiacutes a las farc y llegoacute a ser el uacutenico candidato por diferenciarse que no temioacute proponer la supre-sioacuten de los diaacutelogos de La Habana en caso de alcanzar al poder una posicioacuten osada en un paiacutes en el que el grueso de la poblacioacuten de una u otra forma anhela la paz Aunque fel al pensamiento uribista moderoacute y corrigioacute su posicioacuten entre la primera y segunda vuelta cuando con-dicionoacute su discurso guerrerista a una real voluntad de negociacioacuten y alto al fuego de la guerrilla Y cuando ademaacutes obtuvo el respaldo de la candidata del Partido Conservador Marta Luciacutea Ramiacuterez quien no se presentoacute como enemiga de una eventual salida al conficto por medio del diaacutelogo

Ante la pobre campantildea de Santos y la no existencia auacuten de un jue-go de coalicioacuten o apoyo de las terceras fuerzas en contienda Zuluaga sorprendioacute al ganar la primera vuelta con 2925 de los votos pero no le alcanzoacute el impulso en la segunda en la que se quedoacute con el 45 Una derrota que Uribe se negoacute a aceptar llegando a denunciar posi-bles fraudes del santismo mientras su candidato gallardo reconocioacute la victoria del presidente Sin embargo sobre todo tras la primaciacutea me-diaacutetica de la seleccioacuten colombiana de fuacutetbol en el Mundial de Brasil la presencia de Zuluaga desaparecioacute praacutecticamente por completo de los medios de comunicacioacuten aunque se anunciara que asumioacute el liderazgo del Centro Democraacutetico No se puede decir lo mismo de Uribe quien elegido de nuevo como congresista ha sido uno de los animadores cen-trales de la coyuntura poliacutetica mdashincluyendo un sonado debate en su contra por sus posibles viacutenculos con el paramilitarismo entre otros liderado por el izquierdista Ivaacuten Cepeda del Polo Democraacuteticomdash y es el principal y criacutetico aceacuterrimo del segundo periodo de Santos

Marta Luciacutea Ramiacuterez Partido Conservador La candidatura de la ex ministra conservadora merece aplaudirse por lo meritorio de su esfuerzo ante la adversidad y los resultados obtenidos El Partido Con-servador junto al Liberal uno de los pilares histoacutericos en la dinaacutemica partidista en Colombia ha sufrido en los uacuteltimos antildeos el dilema de servir al uribismo para sobrevivir o renovar su liderazgo La segunda opcioacuten sin duda la maacutes sugerente ha sido aceptada solo retoacutericamen-te y se visualizoacute en la convencioacuten interna donde Ramiacuterez aunque ele-gida candidata no contoacute inicialmente con el apoyo de su partido y tuvo que librar una lucha burocraacutetica frente al sector maacutes clientelista de su




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colectividad sensible a la denominada laquomermeladaraquo o reparticioacuten de prebendas por el gobierno de Santos aun sin ser parte ofcial de la Uni-dad Nacional que ha respaldado el gobierno de este desde el Congreso en una coalicioacuten del Partido de la U Partido Liberal y Cambio Radical Ramiacuterez vio con estupefaccioacuten coacutemo se entablaba un proceso de de-manda ante el Consejo Nacional Electoral en su contra que concluyoacute a su favor y dejoacute la legalidad de la Convencioacuten en manos del Directorio Nacional Conservador Esta lucha interna fue el punto de partida a una loable campantildea

Los resultados basados en un discurso coherente fueron la obten-cioacuten del 1552 de la votacioacuten la tercera en la primera vuelta lo que la convirtioacute en la aliada maacutes buscada del uribismo en la segunda del que ha sido cercana en el pasado (militoacute en el Partido de la U hasta 2009) Sin embargo Marta Luciacutea Ramiacuterez imprimioacute un caraacutecter particular al endosar sus votos a Oacutescar Ivaacuten Zuluaga pues se mostroacute prudente en la idea de que no necesariamente estaba a favor de concluir los diaacutelogos con las farc sino de condicionarlos con hechos claros de paz idea que fnalmente Zuluaga adoptoacute La posicioacuten de Ramiacuterez ademaacutes de hones-ta no deja de tener importancia al ser ella la primera y uacutenica mujer que ha desempentildeado el Ministerio de Defensa en Colombia justamente bajo el gobierno de Uribe entre 2002 y 2003 Posteriormente a la elec-cioacuten aunque Zuluaga no alcanzoacute la presidencia el impulso que recibioacute su candidatura con el apoyo de Ramiacuterez fue importante y signifcoacute una alianza natural entre los sectores de centroderecha Claro auacuten estaacute en manos del Partido Conservador consolidar de nuevo su rumbo

Clara Loacutepez Polo Democraacutetico Alternativo La ex alcaldesa en-cargada de Bogotaacute tambieacuten protagonizoacute una destacada campantildea y ob-tuvo el 1523 de la votacioacuten en primera vuelta apenas un poco por debajo de Marta Luciacutea Ramiacuterez Es meritorio que dos mujeres hayan realizado dos campantildeas bien planteadas y con buenos resultados que lograron conectar parte del electorado en el caso de Loacutepez desde el cen-troizquierda Y auacuten maacutes importante el mensaje de unidad de izquierda que convocoacute y que no se limitoacute a oxigenar la imagen y presencia del Polo Democraacutetico Alternativo (pda) tras la debacle de la alcaldiacutea de Bogotaacute en manos de Samuel Moreno mdashque terminoacute en escaacutendalo por corrupcioacuten pleitos judiciales y sin concluirsemdash sino que tuvo como foacutermula vicepresidencial a Aida Avella de la Unioacuten Patrioacutetica (up) Re-cordemos la up fue la plataforma poliacutetica frustrada tras los intentos de negociacioacuten de paz de las farc en la deacutecada de 1980 que terminoacute en una persecucioacuten poliacutetica que costoacute la vida a miles de sus militantes por re-presentantes de la extrema derecha Meses antes la up habiacutea recuperado




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su personeriacutea juriacutedica como partido poliacutetico y Avella regresado de un largo exilio en Europa por lo que fue muy signifcativa la suma de estas dos mujeres representantes de la izquierda civil favorables a un proce-so de paz y criacuteticas feacuterreas tanto del uribismo como del santismo

Aunque la up no funciona como plataforma de las farc mdasha pesar de las acusaciones y amenazas que auacuten recibemdash es importante destacar que las candidaturas de Loacutepez y Avella respaldaron con coherencia la candidatura de Santos en la segunda vuelta debido a su apuesta por una salida negociada al conficto armado la consecucioacuten de la paz y la consolidacioacuten de una izquierda democraacutetica lo que le costoacute a Clara Loacutepez dentro del Polo Democraacutetico serios enfrentamientos con el sec-tor del senador Jorge Robledo quien ha preferido mantener una liacutenea de oposicioacuten y distancia frme hacia el gobierno por lo cual la posicioacuten de Loacutepez no representoacute a la del partido Anteriormente por problemas de disciplina de partido la propia faccioacuten del Partido Comunista habiacutea sido expulsada De esta forma aunque la izquierda tradicionalmente ha tendido a la fragmentacioacuten por razones poliacuteticas personales ideoloacutegi-cas y praacutecticas el hecho de que el pda y la up hayan convergido es una muestra positiva de labor conjunta que en todo caso asume el reto de hasta en queacute medida puede llegar a tener cercaniacuteas con las posiciones que asuma una eventual labor poliacutetica de las farc en tiempos de paz

Enrique Pentildealosa Partido Alianza Verde El exalcalde de Bogotaacute es uno de los poliacuteticos con mayor prestigio a nivel de administracioacuten puacuteblica por haber sido uno de los liacutederes en la positiva renovacioacuten urbaniacutestica y cultural que vivencioacute la capital en los uacuteltimos lustros mdashy que lamentablemente entroacute en una espiral de retrocesomdash Sin embar-go Pentildealosa de manera ambivalente se ha destacado tambieacuten por ju-gar a dos bandas entre la comodidad de obtener respaldos partidistas militando a tiempo parcial grupal frente a la continua buacutesqueda del voto de opinioacuten personalista basado en su imagen Esta dualidad pasoacute su cuenta de cobro cuando para las elecciones presidenciales de 2010 tras haber sido integrante del Partido Verde mdashque respaldoacute junto a Luis Garzoacuten y Sergio Fajardo la campantildea de otro exalcalde de prestigio Antanas Mockusmdash se produjo su salida de este que lo llevoacute de mane-ra contradictoria a acercarse a Aacutelvaro Uribe a quien se supone habiacutea enfrentado a traveacutes de su entonces candidato Juan Manuel Santos Des-perdiciando su capital poliacutetico su segundo intento de regresar a la al-caldiacutea de Bogotaacute se frustroacute luego debido a una constante indefnicioacuten entre ser opositor o cercano de la derecha

Esta inmadurez en teacuterminos ideoloacutegicos ha llevado a Pentildealosa a despreciar puacuteblicamente la vida partidista en un discurso que busca




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defender el ideal de los laquoantipoliacuteticosraquo surgidos en la deacutecada de 1990 que a pesar de dedicarse al ofcio poliacutetico parecieran minusvalorar una verdadera renovacioacuten colectiva puacuteblica que pasa por los partidos y los alcances de su nacionalizacioacuten para desarrollar formas de verdadera gobernabilidad A pesar de estas contradicciones Enrique Pentildealosa tras imponerse con comodidad en una consulta interna frente a Camilo Romero y John Sudarsky realizoacute una campantildea con contenidos innova-dores en materia de desarrollo transporte puacuteblico y modelos de gestioacuten efciente que pueden llegar a aportar a la Colombia en posconficto Su candidatura de hecho respaldoacute la continuidad de los diaacutelogos en Cuba con las farc con algunas sugerencias pero al igual que el resto de opo-sitores a Santos mdashcon excepcioacuten de Zuluaga y en un grado menor la campantildea de Clara Loacutepez en cuanto a un enfoque criacutetico frente a la eco-nomiacutea libre mercadomdash su diferenciacioacuten con el actual gobierno no fue radical De alliacute que su campantildea no logroacute ofrecer propuestas defnitivas y no conectoacute con el electorado que le otorgoacute al dubitativo verde (tan solo de nombre pues al igual que el predecesor Partido Verde cualquier contenido central ecoloacutegico real y cercano a como se entienden estos partidos estaacute ausente siendo el color verde y unos trazos de amarillo solo una fachada) tan solo 828 en la primera vuelta

Poleacutemica y apatiacutea

Dos importantes cuestiones emergieron a la superfcie y afectaron los comicios presidenciales la poleacutemica y la apatiacutea La primera se dio por la alta polarizacioacuten entre las campantildeas de Juan Manuel Santos yOacutescar Ivaacuten Zuluaga que llegoacute a desatar lecturas y ataques de suma cero en una guerra sucia entre quienes defendiacutean el proceso de paz y la reeleccioacuten del presidente y los que veiacutean la negociacioacuten con las farc como la claudicacioacuten ante el terrorismo y la entrega del paiacutes al llamado castrochavismo No obstante el lado maacutes banal se dio con la entrada y salida del reconocido venezolano J J Rendoacuten opositor del reacutegimen chavista asesor de diferentes campantildeas ganadoras en paiacuteses como Honduras o Panamaacute y por haber sido artiacutefce de la estrategia de Santos en 2010 que incorporoacute teacutecnicas de propaganda negra En esta ocasioacuten paradoacutejicamente la propaganda negra fue utilizada por el uribismo en contra de Rendoacuten exaltando el escaacutendalo de supuestos ingresos de dineros ilegales de narcotrafcantes a sus cuentas lo que aunque negado terminoacute con la salida del psicoacutelogo y experto en mar-keting poliacutetico de la campantildea santista Quedoacute fotando el absurdo de que los mismos actuales uribistas que protestaron por la presencia de




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Rendoacuten fueron sus benefciados y quienes alabaron su contratacioacuten y teacutecnicas hace cuatro antildeos

Por otro lado la abstencioacuten alcanzoacute a 60 en la eleccioacuten presiden-cial un dato preocupante en un paiacutes que por su aacutelgida agenda deberiacutea contar con mayor respuesta ciudadana y que tradicionalmente ha sido el uacutenico de Ameacuterica Latina en no introducir el penoso voto obligato-rio algo que ha llegado a proponerse intermitentemente dentro de una reforma poliacutetica maacutes amplia Con 599 en primera vuelta y 403 en segunda el voto en blanco llegoacute a esbozarse como el caballo de ba-talla de los inconformes pero en todo caso cedioacute ante la urgencia de posicionarse en la segunda vuelta y sin alcanzar una mayoriacutea absolu-ta condicioacuten para forzar nueva ronda electoral A pesar de la legiacutetima expresioacuten democraacutetica que signifca votar en blanco y la amenaza de convertirse en un movimiento ciudadano transitorio en teacuterminos de protesta ante la clase poliacutetica tradicional la inmadurez de algunos de quienes intentaron impulsarlo de modo populista hizo que recayera en una vaciacutea propuesta pseudopartidista que no prosperoacute que aspiraba incluso a obtener reposicioacuten de ingresos por votos de las autoridades electorales

Elecciones legislativas y sistema de partidos

Los resultados previos de los comicios legislativos realizados el 9 de marzo alentaron el escenario de polarizacioacuten posterior de la campa-ntildea presidencial que auacuten envuelve al gobierno de Juan Manuel Santos Aunque este ha invitado a que sea el Congreso de la paz continuando la actitud y labor legislativa favorable hacia un posconficto que ya se habiacutea emprendido en el calendario previo no se respira precisamente tranquilidad en su interior Y esto en mayor parte se debe a la presencia de Aacutelvaro Uribe quien en un comportamiento atiacutepico mdashque recuerda al siglo xix en el cual los expresidentes colombianos auacuten eran pro-pensos a regresar a la arena poliacutetica en la rama legislativamdash lidera la coalicioacuten de derecha del Centro Democraacutetico y enfrenta con vehemen-cia todas las posiciones de Santos como presidente y el desarrollo del proceso de paz con las farc

Se insistioacute en que seriacutea un segundo gobierno de Santos deacutebil sin respaldos sufcientes a nivel de bancada Pero aunque el uribismo al-canzoacute la segunda posicioacuten de votos los apoyos sumados del Partido de la U el Partido Liberal y Cambio Radical mantienen vivos los princi-




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pios de la coalicioacuten presente desde su primer periodo3 Auacuten maacutes parte del conservatismo como se dijo es indefnido pero sensible a las pre-bendas y acuerdos santistas especialmente en el bloque costentildeo del norte del paiacutes lo que aunque plantea posibles acuerdos con el Centro Democraacutetico de Uribe no son faacuteciles de materializarse A pesar de que el otro gran eje opositor lo constituye el ala liderada por Jorge Robledo del Polo Democraacutetico no se puede afrmar que Juan Manuel Santos cuente con un Legislativo en su contra ya que en lo fundamental en lo elegido como se ha insistido en torno al tema de la paz logroacute mejorar su imagen y consiguioacute los apoyos vigentes que auacuten lo alientan Incluso el efecto del uribismo recalcitrante mdashcomo se vio en el debate en torno a su liacutedermdash es el de posicionar al resto de las fuerzas en contra de la derecha

Esta nueva confguracioacuten del sistema de partidos colombiano no es del todo sorpresiva sino que es resultado natural de la evolucioacuten de las variables institucionales y los actores poliacuteticos en los uacuteltimos antildeos En efecto resultoacute que los partidos poliacuteticos en Colombia despueacutes de todo son importantes A pesar del desprestigio como instituciones que sirven de puentes entre la sociedad civil y el Estado no han perdi-do su justifcacioacuten teoacuterica y esto ha provocado una tendencia a volver a estudiarlos y entenderlos Maacutes allaacute de aciertos o errores parece reva-lorarse el que para toda democracia representativa no sean por com-pleto descartables Dentro de esta corriente Francisco Gutieacuterrez (2007) refexionoacute sobre la relacioacuten entre partidos y democracia desde 1958 a 2002 es decir desde el Frente Nacional (1958-1974) hasta la aparicioacuten de la era Uribe en un esfuerzo por abordar una perspectiva maacutes am-plia que no necesariamente estancara el anaacutelisis causal a la alternancia bipartidista pactada del pasado o tuviera que partir una vez maacutes de la violencia poliacutetica de mitad de siglo xx Mejor pretendioacute aprovechar ese pasado para entender el paiacutes que se decantoacute en el nuevo milenio en el que un vertiginoso huracaacuten de cambios sociales a lo largo de cuatro deacutecadas arrancoacute de cuajo a la Colombia tradicional y abrioacute el sistema de partidos

3 El resultado en porcentejas de la eleccioacuten de los 102 senadores y 166 repre-sentantes a la Caacutemara fueron Partido de la U (189 ) Centro Democraacutetico (1734 ) Partido Conservador (1621 ) Partido Liberal (1454 ) Cambio Radical (827 ) Alianza Verde (465 ) Polo Democraacutetico (443 ) Opcioacuten Ciudadana (440 ) mira (266 ) Veacutease Registraduriacutea Nacional del Estado Civil lsaquohttpwwwregistraduriagovcorsaquo




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Maacutes allaacute de la criacutetica implica aceptar que por encima del ideal los partidos han existido Esto obliga a revisar primero los presupuestos teoacutericos de autores como Maurice Duverger Giovanni Sartori o Klaus von Beyme para quienes los partidos cumplen la funcioacuten de agregar in-tereses ciudadanos En el caso colombiano el sistema de partidos una vez abierto con el impulso del proceso de paz maacutes importante conse-guido frente a un grupo armado mdashel de la guerrilla del m-19 en 1990mdash tuvo una hiperfragmentacioacuten tras la Constitucioacuten de 1991 cuando al pretenderse la mayor representacioacuten posible y limitar el bipartidismo tradicional heredado del siglo xix se hizo posible por viacutea electoral la emergencia de partidos pasajeros listas dispersas y las mal llamadas fguras laquoantipoliacuteticasraquo que como todo poliacutetico mdashaun sin partidomdash han perseguido el poder Esta situacioacuten se corrigioacute parcialmente con la reforma poliacutetica de 2003 recalcando lo que Sartori llamariacutea un sistema de partidos fuido es decir uno nuevo auacuten no institucionalizado

En este contexto fue que Aacutelvaro Uribe proveniente de los partidos tradicionales pudo triunfar con y sin ellos condicionando a la vez la supervivencia de las fuerzas liberal y conservadora al centro Asomoacute entonces una nueva cara en el espectro ideoloacutegico la tan anhelada iz-quierda democraacutetica representada por el Polo Democraacutetico Alterna-tivo una vez el m-19 fracasoacute en su intento Este sistema no ha logrado institucionalizar unos partidos fuertes o al menos mejores alrededor de un pluripartidismo moderado pero se advierte al menos una ma-yor claridad ideoloacutegica para un escenario representativo en una etapa posconficto Ahiacute reside el desafiacuteo porque maacutes allaacute de un sistema pre-sidencial o de una arquitectura institucional que tendiese a un modelo parlamentario los partidos seguiraacuten siendo necesarios Una pregunta decisiva es entonces iquestcuaacutel seriacutea el modelo de insercioacuten poliacutetica a seguir de las farc tras una eventual consolidacioacuten del proceso de paz

En esa medida las farc seguacuten experiencias de paz e inclusioacuten po-liacutetica en la regioacuten de antiguos grupos guerrilleros como en Uruguay (mln-t) El Salvador (fmln) o el propio m-19 en Colombia tendriacutea tres opciones baacutesicas (Cepeda 2009) 1 liderar su propio partido poliacutetico 2 fomentar una multicoalicioacuten de izquierda 3 buscar un modelo de alianzas moderadas que permitan incluso recurrir a fguras externas apostando al mediano y largo plazo Y no son pocos los retos para la so-ciedad civil en la medida que la nacioacuten deberiacutea aprender del momento histoacuterico que atraviesa y abandonar cierta pasividad El complemento teoacuterico de una democracia participativa y el papel de las organizaciones que no persiguen el voto existe (Cepeda 2011) Pero ya lo deciacutea Leslie Lipson para bien o para mal en 1969 laquoLos partidos son en un Estado democraacutetico el punto donde convergen todas las fuerzas poliacuteticasraquo




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Conclusioacuten la trascendencia de unas elecciones que no son de apertura

Una caracteriacutestica que es necesario recordar del actual proceso de diaacute-logo del gobierno con la terca y longeva guerrilla de las farc es que en la eventualidad de superarse la agenda de negociacioacuten y frmar un acuerdo defnitivo la ciudadaniacutea deberaacute mediante un plebiscito o con-sulta popular dar su aprobacioacuten fnal De alliacute que el presidente Juan Manuel Santos a modo de defensa ante los criacuteticos que dicen que se es-tariacutea negociando un acuerdo a espaldas del paiacutes haya repetido laquonada estaacute acordado mientras no esteacute acordado todoraquo

Pero se hace necesario retomar la pregunta inicial iquestse podriacutean con-siderar los comicios presidenciales de 2014 en Colombia como unas elecciones de apertura Teacutecnicamente tendriacuteamos que decir que no Colombia a pesar del esfuerzo laquoEste sistema no ha por alcanzar la paz tras un largo y difiacutecil cami- logrado institucionalizarno en un proceso que avanza como lo sentildealaron Gehring y Cuervo (2013) laquoentre la esperanza y el unos partidos fuertes escepticismoraquo no es un paiacutes que esteacute saliendo de o al menos mejores una dictadura o viviendo una transicioacuten democraacute- alrededor de un tica desde un sistema autoritario Por el contario pluripartidismose encuentra afrmando las reglas del Estado de de-recho y la democracia liberal constitucional bajo moderado raquo las que se ha esforzado por suscribirse mdasha pesar de todos sus problemasmdash desde su independencia de Espantildea iniciada en 1810 como ya lo confrmoacute en el proceso constituyente que produjo la Constitucioacuten de 1991

Hay que sentildealar que tampoco la reeleccioacuten de Juan Manuel Santos como presidente se tratoacute teacutecnicamente de un plebiscito como el que justamente podriacutea llegar a refrendar el propio acuerdo con las farc Sin embargo en cualquier caso siacute podemos aceptar que fue un termoacute-metro y un respaldo democraacutetico activo sobre el rumbo que la mayoriacutea de electores quieren para el paiacutes el tipo de alianzas que los liacutederes y los partidos poliacuteticos vigentes estaacuten dispuestos a asumir y fnalmente una redefnicioacuten mucho maacutes clara del espectro ideoloacutegico y de lo que seriacutea deseable o no aceptable en teacuterminos de alcanzar la paz y la superacioacuten del conficto armado interno por maacutes de cinco deacutecadas

Asiacute los comicios de manera correspondiente se dividieron en dos momentos primero cuando el electorado tendioacute a votar en primera vuelta por el candidato el partido o la propuesta que en realidad con-sideraba la maacutes indicada y segundo cuando en segunda vuelta la elec-cioacuten tendioacute a ser estrateacutegica y Santos trasladoacute votos a su favor mdashdirecta




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o indirectamente y en contraste a las posiciones del uribismomdash de ciu-dadanos que incluso en otras condiciones jamaacutes hubieran votado por eacutel La eleccioacuten fnal de la paz maacutes que la del presidente demuestra que los colombianos desean llenar de contenido un mandato de conviven-cia que es constitucional y hacer que su democracia vaya maacutes allaacute del plano formal

Las preguntas que quedan por resolverse son entonces si Colombia alcanzaraacute la paz y si seraacute capaz de detener el conficto armado con las farc durante el gobierno de Santos Y si ademaacutes de no dejar por fuera a la segunda guerrilla persistente el eln internamente las fuerzas po-liacuteticas comenzando por el centroderecha en manos de Santos y Uribe estaacuten dispuestas a apoyarse en un proceso conjunto de reconciliacioacuten nacional Solo de esta manera una paz tanto centriacutepeta como centriacutefu-ga podraacute sentar las bases del tan anhelado escenario de posconficto una reconstruccioacuten que podraacute durar tanto o maacutes que la presente guerra en Colombia

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Antes de dar respuesta debemos recordar que Ameacuterica Latina en las pasadas deacutecadas en medio de la tercera ola democratizadora como la denominoacute Samuel Huntington (1991) experimentoacute transiciones a la democracia y procesos de paz innovadores donde las elecciones ad-quirieron una importancia que no en pocas ocasiones ha sido olvidada Se trataba nada menos que de la recuperacioacuten central de la represen-tacioacuten poliacutetica como ha insistido el politoacutelogo alemaacuten Dieter Nohlen (19952011) Por su parte su colega brasilentildeo Boliacutevar Lamounier (1984) acertadamente denominoacute el papel renovado de los comicios como elec-ciones de apertura cuando paiacuteses tan disiacutemiles como Brasil Uruguay o Nicaragua paulatinamente aceptaron de manera revalorada la com-petitividad electoral como viacutea para relegitimar el poder y dejar atraacutes el autoritarismo Se tratoacute entonces de un deshielo poliacutetico y un paso vital que si fue llevado correctamente dentro de un marco de continuidad permitioacute avanzar en la consolidacioacuten democraacutetica

Dentro del singular papel que pueden alcanzar los procesos electo-rales maacutes allaacute de elegir jefes de gobierno congresistas gobernadores o alcaldes otra variante la constituyen momentos claves para defnir el futuro Asiacute sucedioacute por ejemplo con el plebiscito nacional de Chile en 1988 que terminoacute por decidir la no continuidad de Augusto Pinochet en el poder condensar el periodo de la concertacioacuten entre las alterna-tivas partidistas opositoras y la apertura democraacutetica del paiacutes austral De esta forma el caso particular de Colombia en 2014 nos plantea pre-guntas pertinentes pues si bien efectivamente no se tratoacute de consolidar una transicioacuten a la democracia o de cerrarle el paso a un dictador siacute tuvo como elemento central de debate y aglutinacioacuten el apoyo o re-chazo de la sociedad al proceso de diaacutelogo en Cuba que sostiene el gobierno con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc) con la ilusioacuten de alcanzar la paz

las presidenciales y sus protagonistas

Nos centraremos aquiacute en las elecciones presidenciales colombianas que el 25 de mayo y el 15 de junio en primera y segunda vuelta defnieron la continuidad del presidente nuacutemero 59 en la historia del paiacutes Este dato no es menor pues se trata en efecto de una de las naciones con mayor estabilidad en el relevo democraacutetico del poder en la regioacuten ajena en liacuteneas generales a golpes de Estado y dictaduras maacutes allaacute de las afecta-ciones que impone sobre la competitividad electoral un difiacutecil contexto donde en cambio las amenazas al Estado de derecho y a la seguridad por guerrillas grupos de narcotrafcantes y paramilitares en las uacuteltimas deacutecadas desataron a la vez una profunda crisis de derechos humanos




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elecciones en colombia 2014: ¿apuesta por la paz?una transicin a la democracia o de cerrarle el...

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