el troje purÉpecha

Upload: carlos-garcia-mora

Post on 04-Apr-2018

251 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    1/38

    E L T R O J EPURPECHA

    Carlos Garca Mora

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    2/38

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    3/38

    E L T R O J EPURPECHA

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    4/38

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    5/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 3

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    E L T R O J EPURPECHA

    Carlos Garca MoraDireccin de Etnohistoria

    Instituto Nacional de Antropologa e Historia

    TSIMRHUEstudio de etnlogos

    ASIENTO, GRANERO Y ORATORIO DEL

    GRUPO DOMSTICO1

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    6/38

    4 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    1 e di ci n e le ct r n ic a, 2 01 2Resumen y adaptaci n editorial del cap tulo La morada del libro El baluarte Pur pechade Carlos Garc a Mora (en preparaci n)

    Tsim rhu / Estudio de etn logos Derechos reservados por el autor

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    7/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 5

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    P arado frente a una construccin rectangular con un gran techa-do de paja, un funcionario de la ocupacin militar espaola enel siglo x , en los antiguos territorios de la confederacin taras-ca, no pudo menos que admirarse por lo elaborado del tejido deaquella techumbre con cuatro cadas de agua, realizado con tantahabilidad y belleza. En las regiones tarascas, que recorra dichoo icial, la palma le daba la apariencia caracterstica a los caseros.Existan varios tipos de construccin, pero por lo general techadoscon paja.2 Algunas edi icaciones seoriales tenan, por aadidura, alfrente o a un costado, un cobertizo para recibir visitantes y tomaracuerdos.3

    Al formarse el pueblo purpecha en ese siglo se experi-ment un cambio radical, tanto en el aspecto como en la concepcinde sus construcciones, pues adopt formas hispanas. Los nuevosgrupos domsticos se formaron con algunas normas antiguas,adaptadas a lo que era bsico para su establecimiento como ladisposicin de un granero pero, a la vez, con los principios reli-giosos que adoptaron por disposicin de los seores de su clan.

    * * *

    A n n

    i m a c a

    . 1 5 4 0 ( e n

    A l c a

    l 2

    0 0 1 : f . 2 0 v

    . , l m

    . 9 )

    Fig. 1. Fragmento de una pin-tura del sigloxvi , incluida en laRelacin de Michoacn, enel cual aparece el cuarto donde

    reciba y dispona el ircha oseor gobernante del waks irchekwa (seoro del clanguila). Obsrvese su techadode paja con el trenzado del copete o cresta que lo remata

    y el portal con piso de baldo-sas o tablas donde descansa el dignatario, adentro sus armas

    propias de jefe chichimeca gue-rrero.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    8/38

    6 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    En la antigua era tarasca, junto a cada vivienda pero aparte selevantaba sumrhita o granero de barro crudo en forma de pera in-vertida, semejante alcuezcomatl de los actuales estados de Morelos,Guerrero y Tlaxcala.4 Tena dos niveles: el de abajo, para guardargrano, y el de arriba, para guardar ropa y otros objetos:

    Las casas en que viven son buenas y grandes, con altos ybajos a su modo. Algunas piezas hacen redondas para sus despen-sas: tienen cuenco bajo y alto. En lo bajo, tienen sus semillas,que sirve de granero; en lo alto, sus cajas y ropas Estas piezasredondas se llaman en su lengua tarasca mritas. Cada casa deun vecino tiene una y, si son dos vecinos, tiene dos y, si son tres,tiene tres. Porque aunque todo lo dems est justo y todos duer-man en una pieza, esto que sirve de despensa ha de estar apartadoy cada uno ha de saber y guardar lo que tiene de sus cosechas ygranjeras. Las dems piezas son cuadradas, como las nuestras, ylo que van labrando ahora es a nuestro modo espaol, porque entodo nos van imitando5

    Gonzalo a guirre Beltr n ca. 1950 (en Aguirre Beltr n 1952: 296 frente

    Fig. 2. Vista panormica deuna seccin de Charapan en1949 o 1950, cuando an

    predominaban sus trojes te-chados de tejamanil. Obsrvesela ausencia de otros tipos deconstruccin y la cercana del bosque montuoso, con el que ar-monizaba pues el conjunto delos techados de tejamanil color caf, a cuatro aguas, guraba

    una agrupacin de pequeosmontes.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    9/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 7

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Tras ms de cuatro decenios bajo in lujo de culturashispanas, la vivienda se transform aunque por un tiempomantuvo los techados de palma. Algunas moradas eran deadobes de tierra; otras de piedras; algunas ms, de caasde maz y palos cubiertas de madera y paja larga.6

    * * *

    Tiempo despus, en poca indeterminada, se introdujo yadapt un troje de vigas de pino con cuatro lados planos,ensambladas de modo que la obra soportara terremotos ypudiera desmontarse para poder cambiarla de lugar. Estetroje se levantaba elevado un poco sobre el piso y eratechado a cuatro aguas con una estructura de maderos cu-biertos de tejamanil. Se construy en todo el pas purpechatransformando el aspecto de los poblados serranos: elconjunto de los techos de tejamanil, a cuatro aguas, armo-nizaban con el entorno, ya que su apariencia imitaba elagrupamiento de los cerros circundantes.7En alguna poca, el troje se desarmaba para seguir las siem-

    bras de ao y vez: un ao en un lugar y el siguiente en otro.8 Aprincipios del sigloxx, an se llamaba marito a quien cuidabala mrhita donde se guardaba el maz, lo cual sugiere que se dis-pona de una movible y ligera, que serva de almacn temporalen el campo, durante la cosecha, para guardar las mazorcas quese trasladaran al poblado. Desde su introduccin,la troje queslo funcion como granero se le consider unamrhita, siendoque en realidad la sustituy.9 Quiz luego evolucion para servirtambin de resguardo. O bien, desde un principio fue una cabaaliviana y desarmable con esa doble funcin.

    As que,el troxe o troje, sustantivo masculino en el espaolregional, nombraba algo diferente dela trox(e), troj(e) o troja, pa-labra femenina que, en el siglox , designaba slo al apartadizodonde se recogan los frutos, en especial los granos.10 En el siglox ,la mrhita haba sido una troxe de pan, es decir, un almacn de gra-nos pues an era aquella construccin antigua donde se guareca elmaz.11 De modo que una cosa fue el granero purpecha con apo-sento (el troje), la construccin ms grande del predio domstico, yotra el granero espaol (la trox, troj o troja).12 O para decirlo de otromodo, en la antigedad se nombrmrhita a un granero vasiformede barro; luego, a los diferentes tipos de graneros que se usaronen su lugar cuando dejaron de construirse los tarascos prehis-panos pero no se llam as al troje que, junto con la funcin degranero, tuvo otras complementarias.

    J u a n

    F e r n a n

    d o

    B o n e m o

    ( 1 9 9 5 :

    1 4 7

    , f i g

    . 1 a

    d a p t a

    d a

    )

    Fig. 3. Troje visto de frente y su respectiva planta, dibujados

    por el arquitecto Juan FernandoBontempo en el sigloxx . Lasmedidas slo son las de unejemplo al azar pues variaronsegn el caso. Obsrvese el por-tal con sus postes y el techo acuatro aguas.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    10/38

    8 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Como se desconoce un nombre purpecha del troje, se usasu designacin espaola, o bien, sustantivos purpechas genri-cos para referirse al asiento de la familia, al lugar sombreado o dedescanso, al techado o al lugar donde habita un grupo domstico;vocablos todos que sirven para nombrar diferentes tipos de cons-truccin, no slo al troje.13 Indicio lingstico de que ste vino defuera y, por ello, careca de nombre purpecha.

    * * *

    Su caracterstica bsica fue ser un granero evolucionado, perogranero al in. Ms que uno transformado en vivienda, uno queconserv su naturaleza primordial: ser habitado por el maz quesustentaba la vida.

    En los aos cuarenta del sigloxx, unos antroplogos esta-dounidenses se percataron que algunos miembros de la familia noingresaban al troje varios das seguidos, pues algunos dorman enla cocina.14 Por lo tanto, llamar casa en el sentido de viviendaal troje, era inadecuado ya que, ms bien, era un almacn de granos.Esta observacin fue un hallazgo bsico para la etnogra a histricadel troje que, hasta entonces, era vista por los fuereos como unacabaa habitable.

    Una comparacin con el pueblo mazahua permite percatarseque, el troje, marcaba la fundacin de un nuevo ncleo familiar. Enla segunda mitad del sigloxx , la poblacin mazahua de San Simnde la Laguna llamaba trojes a unos depsitos de mazorcas, hechoscon palos labrados con cuatro caras planas, sobrepuestos de mane-ra entrecruzada hasta formar un rectngulo. Cuando un hombre seiba a casar, haca una de esas trojitas para guardar mazorcas en elpredio domstico, donde se establecera la nueva familia.15

    Algo similar ocurri en el pueblo purpecha.El troje sustitu-y a la antiguamrhita que construa cada familia al fundarse, parausarla de granero y bodega.16 Slo que ste, en vez de levantarseapartado del aposento del cabeza de familia, lo incluy. El empleoque tuvo lo asemej tanto a la mrhita , con su divisin en altos ybajos; como al antiguo recibidor tarasco, con su portal.17 De hecho,fusion la funcin de ambos en una sola construccin.

    En la antigua era tarasca se construyeron graneros aisla-dos, dentro del recinto de los clanes seoriales, para garantizar elsustento de sus vasallos. En cambio, en la era purpecha, almacnde granos y asiento de los principales se unieron en el troje con-servando el recibidor abierto y sombreado. De esa manera, el trojeresult de la adopcin de una troja, adaptndola para funcionarcomomrhita y resguardo. Asimismo, el uso de techados exteriores

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    11/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 9

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    entre tarascos y de portales entre los purpechas, para la recepcinde visitantes, sigui teniendo funciones sociales y polticas.

    * * *

    El origen, la introduccin y la poca de difusin del troje son enig-mas etnogr icos. El uso de tejamanil para techar era conocido enla antigedad, pero el troje como tipo de granero fue nuevo, porms que algunos de sus rasgos se avinieron bien a los antiguosgraneros y a los recibidores tarascos, como a la divisin en altos ybajos de los primeros, y al techo a cuatro aguas y al prtico de lossegundos.

    Como este troje, tal como se desarroll, slo se le conocien el pas purpecha, parece ser adaptacin propia de una cabaa

    J u a n

    F e r n a n

    d o B o

    n t e m p o

    ( 1 9 9 5 : 1 5 2 , f g .

    4 a d a p t a

    d a ) y

    A n

    n

    i m a s c a

    . 1 5 4 0 ( e n

    a l c a l

    2 0 0 1 : f . 1 1 8 r . y

    1 1 6 r . ,

    l m s .

    3 1 y

    3 3 )

    Fig. 4. A la izquierda, altos y bajos de un troje, dibujado por el arquitecto Juan Fernando Bontempo en el sigloxx . Por aadidura, aqu se sugierela equivalencia funcional de los altos con la mrhita tarasca, y los bajos con el cobertizo seorial del sigloxvi . Arriba a la derecha, una mrhita

    vasiforme techada con paja y rematada por un breve copete o cresta. Abajo a la derecha, habitacin con una muy mesoamericana techumbretira sol o kumnchikwa de palma a cuatro aguas, donde reciba el ircha Tarakuri (fragmentos ambos de pinturas tomadas de la Relacin deMichoacn). Una interpretacin arquitectnica hipottica de la segunda pintura es que la kumnchikwa estaba adosada a una habitacin re-donda de uso incierto (tal vez un temazcal, una cocina, o un cuarto ritual o de armas); o acaso se trate de una sola construccin o de dos cercanas

    pero separadas, o de alguna otra disposicin dependiendo de cmo el karri o pintor represent la perspectiva.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    12/38

    10 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    de madera para guardar grano. Su estilo uniforme revela una im-plantacin homognea, proveniente de una sola fuente, que ejercifuerte y persistente presin cultural simultnea, en el transcursode unos aos, en todas las regiones purpechas, pues sus rasgosbsicos fueron los mismos en todas ellas, pese a sus diferenciasgeogr icas, a sus variados orgenes culturales y a que, en cadauna, haba materiales de construccin diversos y no siempre rbo-les para hacer vigas y tejamanil.18 Identi icar esa fuente capaz dearraigar rasgos culturales en extensos territorios de caractersticasdistintas es un problema fascinante.

    El reto de este enigma empieza por descubrir cul es la pre-gunta que debe responderse, no slo para develar la procedenciasino para conocer sus implicaciones histricas, considerando queestn involucrados ciclos agrcolas, con iguracin y estableci -miento de familias cristianizadas y organizacin sociopoltica derepblicas de naturales purpechas. Otra parte de la incgnita es laidentidad de quienes introdujeron el troje, quienes lo adaptaron yquienes lo desarrollaron. Lo cierto es que hablantes del purpecha

    c g m

    2 0 0 9 ( e n a c r l - c

    g m

    )

    Fig. 5. Portico del troje cha-rapanense heredado por el obrajero Moiss Reyes. Vase unacercamiento en la siguiente

    gura.

    Fig. 6. Puerta de madera la-brada del portal que apareceen la anterior gura, semejan-te a la publicada por RobertC. West en 1948 (lm. 3c).

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    13/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 11

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    14/38

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    15/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 13

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Por entonces, ya era un granero dividido en altos y bajos. A dife-rencia de la mrhita , en la que los segundos eran los que servancomo granero, en el troje lo fueron los primeros, lo cual no es unadiferencia arquitectnica menor.

    Los altos consistan en un tapanco donde se guardaba elmaz y los bajos en un cuarto. Tena cimientos de piedra, paredes devigas de pino colocadas en posicin horizontal y amachambradaso ensambladas en sus cuatro esquinas, piso de tabla elevado paraevitar el contacto con la tierra, techo de tejamanil a cuatro aguasy prtico enfrente con columnas talladas bellamente, al igual quela puerta de entrada. En total, se requeran entre 60 a 70 vigas, paraformar los muros y la estructura del techo, aparte de los bancos,amarres, morillos y fajillas, amn de numerosas piezas de tejamanilpara cubrir el exterior del techo.20

    Aunque el troje purpecha no incluye ventanas, se abrieronen algunos tal vez desde el siglox x . Varias an pueden apreciar-se en la actualidad.

    El troje pudo construirse gracias a los extensos bosquesdel entorno, con gruesos rboles de gran altura, al desarrollo de lacarpintera, al labrado de madera y a la disposicin de herramien-tas metlicas. Excepto el cimiento de piedra, todo fue de madera,

    Fig. 9. Gran troje, al parecer desaparecido, en Charapan,

    Mich.

    cgm 1973-4

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    16/38

    14 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    c g m

    2 0 0 9

    Fig. 11. Troje en esquina.

    c g m

    2 0 0 9

    c g m 1 9

    7 3 - 4

    Fig. 10. Esquina de un troje en el cruce de dos calles, junto a un muro de ad

    Fig. 12. Uno de los trojes ms grandes de Charapan, tomado desde el pa Aqu aparece con el portal cubierto parcialmente con tablas, pero enorigen debi lucir todo descubierto; asimismo, el patio est aqu techcon lminas translcidas, pero en un principio stas no existan.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    17/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 15

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    c g m

    2 0 0 9

    Fig. 13. Aspecto de un trojecharapanense restaurado, te-chado con lminas acanaladasen vez de estarlo con tejamanil,

    ya muy caro y difcil de con-seguir.

    c g m

    2 0 0 8 - 9

    Fig. 14. Ventanas abiertas entrojes charapanenses.

    a b c

    pero luego algunos propietarios le agregaron herrajes y cerradu-ras metlicas en las puertas, stas ltimas usadas a veces en lugarde chapas de madera que algunos ingeniosos carpinteros lograbanelaborar.

    * * *

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    18/38

    16 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    La ubicacin y la construccin de troje ibanacompaadas de religin, magia y facetasde la cosmovisin purpecha. La norma o,al menos, el ideal, era orientarlo para queel frente le diera la mejor vista: hacia eloriente, por donde nace el astro rey paraque, al abrirla inicialmente, las personasse persignaran para agradecer, al padreSol, la existencia, y posteriormente al pa-dre Creador de todas las cosas.21 Mientrasla cocina construida enfrente mirabahacia el Poniente quedando como cen-tro el patio, que se abra entre ambos.En los hechos, una proporcin impor-tante de los trojes que incluso pudo sermayor que el ideal tuvo otras orientaciones. sas otras, ms quecontradecir la ideal podan ser ajustes que, tal vez, slo seran com-prensibles mirando el conjunto de todos los trojes del poblado. Estoes, mientras unos miraban al oriente, otros podran mirar hacia otropunto por razones urbansticas, pero explicadas como arreglos dela orientacin fundadora del poblado, para considerar los otrospuntos cardinales que era preciso contemplar tambin. En efecto,las capillas de los barrios, por ejemplo, miraban cada una haciapuntos cardinales distintos. Si se analizara con detalle el complejode orientaciones, incluyendo el de los entierros, es posible que seaverige su sentido general.

    Lo cierto es que, los trojes orientados al Oriente, reciban laluz de los primeros rayos del Sol, de modo que, al abrir la puer-ta para salir, entraba su luz al altar familiar y se perciba desde elportal el nacimiento del astro rey tras la cocina. En cambio, stareciba los rayos de espaldas. Por ello, sta, con su sombra, proyec-taba sobre el patio el traslado del Sol en la bveda celeste hasta sucenit, cuando se produca una inversin en la que el troje, consu respectiva sombra, era el que tomaba el relevo para a proyectarsu traslado inal desde el cenit hasta que mora a sus espaldas. 22 Esto sealaba el trascurrir del tiempo: el diario traslado solarde Oriente a Poniente, de modo que la familia viva cotidianamente,en el predio, el nacimiento y la muerte del Sol y se serva del patiocomo su relog solar.

    El hecho de que el Sol muriera tras el troje haca conside-rarlo casa del Sol, donde ste se guardaba, mientras la cocina erala casa de la Luna, metfora sta segunda del vientre materno,donde renaca la vida, considerando que, tras morir el Sol al po-niente y transitar por el inframundo, volva a nacer a sus espadas.La complementariedad entre aurora y ocaso tena su correspon-

    J u s t

    i n L o c k e

    ( 1 9 5 2 a :

    5 3 3 ) / T h e N a t

    i o n a

    l G e o g r a p

    h i c

    M a g a z

    i n e

    Fig. 15. Vista de Charapan en1952, en la que se aprecia el traslado de tablones en burros

    pues an existan bosques cer-canos.

    Fig. 16. Motivos grabados enel alquitrabe de la Fig. 7: a) el Sol; b) una media Luna y, al

    parecer, Venus; y c) un venadode cola blanca, aqu algo exa-

    gerada.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    19/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 17

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    dencia con el gnero: el troje era un ente masculinoy la cocina uno femenino. Estos opuestos: Oriente-Poniente, troje-cocina, recreaban la pareja humanay su respectiva pareja celeste: el Sol y la Luna, queengendraron a Venus, adelantado y mensajero delprimero.23

    La identi icacin masculina del troje se en -tiende mejor sabiendo que ste era la sede delhombre cabeza de familia, heredable slo por lneapaterna. Asiento adonde las mujeres, que se casabancon los hijos varones, deban arrimarse para a

    partir de entonces rendir culto en el altar de su familia polti-ca, bajo cuyo cobijo vivira su nueva vida. Mientras, la cocina era elespacio de la mujer, esposa de quien encabezaba la familia, quienreciba a su nuera que all era entregada. A su vez, pasado un tiem-po, la nuera haca con sus manos un nuevo fogn, cuando su esposolevantaba aparte su propio troje.24

    Los partos se procuraban en el troje, pero la partera deba irhacia el Oriente, donde renace el Sol, para sembrarel cordn umbilical en el fogn, tras lo cual se espe-raba que el nio estuviera bien para empezar a vivir.La parturienta se mantena en el troje guardandocuarentena.25 Parece una contradiccin que el troje,siendo mbito masculino, fuera el lugar para parir,en vez de hacerlo en la cocina; pero es cierto queaquel era un lugar ms resguardado, donde cuidarmejor la salud de la parturienta y donde estaba el

    altar familiar con las imgenes de los santos bajo cuyo cuidadose acoga la familia. Como sea, en tanto se naca en el troje, en stetambin se procuraba morir llegado el momento.

    El Sol y la Luna plasmadas en las puerta o fachadas de capi-llas y templos, aludan a Jess y a Mara, mientras que las grabadasen las puertas del troje o en su alquitrabe, acaso representabantambin a la pareja humana, fundadora de la nueva familia. Tal vezpor ello, el astro lunar apareca en forma de Media Luna, es decir, en

    cuarto creciente hacia el plenilunio, ya que aluda ala doncella casadera; a diferencia de la Luna en cuar-to menguante, que aluda a la mujer envejecida.26

    * * *

    Previo o al inicio de la construccin, era necesa-rio tomar algunas precauciones, no slo tcnicas ode aprovisionamiento, sino prevenciones sociales,

    a

    b

    c

    c g m

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    20/38

    18 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    mgicas y religiosas. Sociales, porque se requera la participacinde familiares consanguneos, padrinos, compadres y amistades;mgicas; ya que necesitaba procurarse el bien, conjurar los malesy evitar castigos por infringir prohibiciones o incumplir con ritoso gestos; y religiosas, porque era preciso bendecir y consagrar ellugar y la construccin.

    Al decidirse la construccin del troje, los padrinos de bau-tizo y con irmacin del propietario, se encargan de supervisar eltrabajo. Durante las faenas se tena cuidado de evitar la muertedel propietario durante stas, a consecuencia de que se dejara dehacer la ofrenda inicial, que se omitiera el sacri icio de un animal enla bendicin del troje, o que se colocara la puerta de inmediato alterminar la obra sin guardar antes unos meses de abstencin. Elinicio de la construccin se festejaba con una comida con bebida yatole sin azcar, esto ltimo para signi icar pureza y propiciar la

    duracin del troje y de las personas que lo usaran.27En algunos casos, se enterraban en cada esquina jarros con

    monedas y otros objetos para asegurar el bienestar familiar. Enotros, una gran piedra se colocaba como parte de los cimientos,en la esquina exterior del troje, donde se cruzaban dos calles. Esapiedra, consideraba encantada, era su protectora, pese a que enla madrugada se converta en muchachas vestidas con traje ce-remonial para seducir a los hombres que transitaban por el lugar aesas horas.28 Esa roca haca salir voces del interior del troje, cuandoun intruso tocaba estando fuera la familia.

    El troje se desplantaba o elevaba sobre varias piedras: unaen cada punto cardinal, una en cada esquina y una ms, la princi-pal, al centro; formando as un quincunce. Al llegar la colocacindel tercer tabln, la familia haca una ofrenda de ropa masculinaen miniatura, monedas y objetos de oro, que se escondan en algnagujero disimulado en la madera, para asegurar la duracin del tro-je, tras lo cual se haca otra comida.29

    Cuando, por in, se iba a proceder con el techado, tena lugarun combate, es decir, un trabajo comunitario o de ayuda mutuapara que padrinos y familiares colocaran el tejamanil sobre una es-tructura de madera, luego de lo cual se serva comida y bebida alinal. Llegaban en procesin, con materiales, comida, bebidas, ci -garros y otros bastimentos, amn de panes con forma de conejo,smbolo de felicidad y fertilidad, para propiciar que nunca faltaranada, los cuales se les colgaban al carpintero y al propietario. Alterminar, el propietario mataba dentro del troje a un animal, fueraun venado o un chivo, cuya cabeza era cortada para colgrsela alcarpintero, quien todava hacia una cruz que su esposa adornabacon papel de china y listones de colores y la vesta con una camisa dehombre. Llevando esta cruz, el padrinos de velacin del propietario

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    21/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 19

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    y el propietario mismo, juntocon el carpintero y sus ayu-dantes, bailaban en torno deltroje en sentido contrario alas manecillas del reloj, escu-piendo buches de licor sobrelos muros, mientras los demsasistentes bailaban al son deun torito o al de la msicadel Corpus, tanto afuera comoadentro del troje, culminan-do en el patio. Al inal, elpadrino colocaba, en lo alto y

    al centro del troje, la cruz que anunciaba el in de la construcciny que la protega contra las tormentas.30

    Pasado el da del combate, el troje ya quedaba en condi-ciones de usarse, pero la puerta se colocaba varios meses despus,pues de lo contrario el dueo podra morir pronto. Una hiptesisexplicativa de esto puede ser que, en la medida en que todo el tro-je se levantaba con abundantes materiales trados del bosque, alcual se le haban sacri icado decenas de rboles, ste en sentidoigurado se trasladaba al interior del poblado, por lo que tenaque pasar por un perodo de transicin.31 Como fuera, tras levan-

    R o b e r t

    W e s t

    1 9 4 6 ( e n

    W e s t 1

    9 4 8 : l m .

    2 , f t . g )

    Fig. 17. Calle escalonada deCharapan delimitada por trojes

    en 1946, cuando an carecade energa elctrica.

    c g m c a

    . 1 9 7 3 ( e n a c r l - c

    g m

    1 9 7 3

    - )

    Fig. 18. Calle escalonada deCharapan en 1973, delimita-da por los trojes y las bardasde piedras encimadas, aos des-

    pus de haberse introducido laenerga elctrica.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    22/38

    20 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    tar el troje, aun faltaba acondicionarlo y, sobretodo, poner el altar familiar en su interior, lo cualdebi ir acompaado de algn rito por sencilloque fuera. Esto no slo no era algo secundario,sino primordial: un troje sin altar es un troje sinconsagrar.

    En el caso la cocina, cuando se terminabade levantar, se procuraba que la sangre del animalsacri icado salpicara sobre los muros, para favo -recer larga vida a los propietarios. Asimismo, sele pona en el techo una cruz, pero con un rebozocolgado como le corresponda por ser un recintofemenino.32

    c g m

    1 9 7 4 ( e n a c r l - c

    g m

    1 9 7 3

    - )

    Fig. 19. Florencia Galvn, en el ao 1974, descansa en el portal del her-moso troje quiz decimonnico de tat Cecilio Jernimo, en el barrio San

    Andrs de Charapan. Vanse acercamientos en las gs. 20-22.

    J u s t

    i n l o

    c k e

    ( 1 9 5 2 b : 5 2 9 ) / T h e N a t

    i o n a l

    G e o g r a p

    h i c

    M a g a z

    i n e

    Fig. 20. Cecilio Jernimo posando mientras simulaba desgranar mazorcas enuna olotera, vestido con camisa de manta y portando sombrero serrano. Estaespectacular fotografa, publicada a colores por The National GeographicMagazineen 1952, permite apreciar la belleza de esta puerta en mejor estadoque el actual.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    23/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 21

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    c g m

    1 9 7 4 ( e n a c r l - c

    g m

    1 9 7 3

    - )

    Fig. 21. Florencia Galvn, hermana de Indalecio Galvn, descansa en el portal del viejo troje de madera heredada por su marido Cecilio Jernimo (quien aparece en la anterior gura).

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    24/38

    22 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    A veces, el troje de cada familia se levantaba en las esqui-nas de sus solares para marcar, con su pared trasera, el trazo de lascalles que, en su inicio, debieron parecer ms bien veredas, ya queno se acostumbraba cercar los predios domsticos, ni menos hacerbanquetas.

    El pueblo purpecha le dio al troje su forma y su funciona-miento y un lugar en la cosmovisin regional, aun si aprendi aconstruirlos con maestros carpinteros venidos de fuera. Por ello,en el sigloxx, el troje se identi ic como elemento distintivo de sucultura material.33

    Los trojes le dieron a los poblados una apariencia preten-ciosa, considerando el tamao, el costo y la vistosidad de stos. Esosupone la presencia de un sector de seores con recursos abundan-tes.

    A la muerte del padre o el abuelo, el troje era una preciadaherencias familiar que, a su vez, se dejaba al descendiente respecti-vo. Vender un troje era para algunos algo deshonroso, inimaginable.Esto se apreciaba an en los aos setenta del sigloxx, cuandoalgunas familias construan casas de tabique en sus predios, argu-mentando el gasto y el esfuerzo que supona el mantenimiento desu viejo troje, pero lo mantenan en pie conservndolo con respe-to.34

    * * *

    Entre otros factores, el troje arraig porque, pese a sus diferencias conlas antiguas construcciones, se adapt a la organizacin de las fa-milias purpechas extensas con su cabeza de linaje, a sus prediosdomsticos y a sus concepciones agrcolas, religiosas y sociales.

    c g m

    2 0 0 9 ( e n a c r l - c

    g m

    )

    Fig. 22. Detalle del labradoque luca la puerta en el trojeque aparece en la gura ante-rior. Obsrvese el herraje.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    25/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 23

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Hay que tener presente que el pueblo purpecha result dela conversin cristiana de los clanes tarascos y sus respectivos li-najes. De modo que, la puesta en pie de cada troje, sealaba que enaquel lugar sentaba su sede una nueva familia cristiana. No en bal-de, dentro del troje se imparta instruccin moral a la prole, puesen ste:

    los padres de familia dieron los mejores consejos a sus hi-jos, invitndolos a que fueran siempre rectos, para que no el da

    de maana tuvieran de que avergonzarse de ellos, pues esto se-ra un gran desprestigio para la familia, por lo que se les peda quese abstuvieran de todo lo malo y que siguieran por el camino delbien.35

    Esto ocurra en la planta baja del troje, donde tena su lu-gar el altar familiar. La palabra troxe, en el espaol mismo, tieneuna acepcin metafrica con sentido religioso, para nombrar a lareligin de los ieles cristianos, o a la iglesia en que estn como

    cgm 2009

    Fig. 23. Altar domstico en el troje charapanense del com-

    positor de pirecuas Eduardo,Gualo, Reyes.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    26/38

    24 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    recogidos y guardados.36 Con certeza, el troje purpecha tuvo esesentido devoto para la familia, que se estableca bajo la proteccindivina, por lo que fue mucho ms que el desarrollo arquitectnicode un granero, con funcin simultnea de habitacin ocasional delos miembros principales de la familia.Desde el punto de vista arquitectnico, el troje fue un comple-jo de granero-portal-habitacin.37 Sin embargo, el altar domsticoque se pona en el cuarto de la planta baja, le dio una importanciams grande: convirti dicha habitacin en un espacio sagrado. Eltroje mismo pudo ser concebido como granero-oratorio, pues allse ofrendaba diariamente copal y flores silvestres a la Luna ytena lugar el culto domstico consuetudinario.38 A tal punto quees dado especular si, con independencia de sus funciones econmi-cas y prcticas, la religiosa presidi la mentalidad purpecha sobreel conjunto de la construccin.

    En esencia, el troje se levant como granero familiar en susaltos, encomendado al patronazgo religioso en el altar de los bajos.En consecuencia, ste era el centro donde se guardaba el sustentoprimordial de la familia purpecha: el maz, en torno al cual girabasu vida, puesta bajo la proteccin de los santos catlicos de su de-vocin. Despus de todo, el troje estaba encomendado a los seoresantiguos, presentes en forma detarhsi (antigua escultura con atri-butos mgicos) escondido en el tapanco, y a los patronos cristianospresentes en el altar de los bajos. Ese carcter de granero familiarconsagrado fue rasgo bsico en la concepcin purpecha del troje.As lo record un antroplogo de ese origen tnico:

    Anualmente, se le da gracias a este dios [Kwerjpiri, el Creador],despus de haber recogido los frutos de las milpas, generalmentepor el mes de diciembre, manifestndose en pequeas ceremo-nias caseras entre los miembros de la familia. Mi madre recogalas mejores mazorcas mientras se cosechaba el maz. Ya en casa,nos reuna a todos los hijos y, juntos con mi padre, pasbamos alinterior [del] troje. Sobre el altar se colocaban diez mazorcas.Todos nos hincbamos y mi madre empezaba a dar las gracias aKwerjpiri; rezaba en voz baja; nosotros, mirando al piso, perma-necamos silenciosos. Esta ceremonia duraba como media hora.39

    En resumen, entre los purpechas, el troje fue la construc-cin familiar que guardaba su sustento, funga como sede social ypoltica y era el recinto sagrado que marcaba su establecimientocomo cristianos purpechas. Esto es, desde el punto de vista eco-nmico, el troje fue un granero, tal como lo indicaba su tapanco.40 Desde el punto de vista social, ste fue la sede de la representacinfamiliar y poltica, tal como lo indicaba su prtico. Y desde el punto

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    27/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 25

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    de vista religioso, fue un oratorio, tal como lo indicaba su altar in-terior.

    * * *

    Por lo dems, el troje era parte de un todo: el hbitat familiar con-formado con dicho troje, un patio de distribucin para cultivode lores, artesana familiar y cra de animales domsticos, unacocina, unekwrhu dedicado a siembra de maz, frutales y horta-lizas y una fosa sptica.41 Un conjunto todo ste ligado, a su vez, ala milpa y al bosque. Asimismo, un agrupamiento de estas unidadesbsicas, de familias extensas de origen comn, conformaba un ba-rrio con su capilla donde alojaban a su santo patrn. A su turno,el conjunto de los barrios, que integraban el poblado de la repbli-ca, circundaban el templo que funga como casa del santo patrnde toda la repblica y sus barrios. Ya se ve entonces, la cadena queeslabonaba capilla familiar, capilla de barrio y templo de la co-munidad, en el ciclo agrario religioso de una red social sobre la quedescansaba un gobierno comunitario.

    Enfrente del troje, la indisociable cocina muy importanteen la cosmovisin regional se construa sencillamente con pare-des de tablas simples, techada con tejamanil. En la vida cotidiana,la familia pasaba el mayor tiempo en sta llevando a cabo diversasactividades, desde el entierro en el fogn del cordn umbilical alnacer los hijos, hasta la socializacin de los nios, el consumo delos alimentos, el uso como dormitorio y otras. En 1949, era descritaas:

    La cocina de la casa es el sitio de mayor importanciapues en ella se come, trabaja constantemente la mujer y, en algu-nas ocasiones, se duerme. Fundamentalmente di iere [del] trojeporque [ste] tiene una planta alta, dividida por un piso de ma-dera, que constituye el tapanco o bodega para guardar el maz.La cocina tiene la madera poco ensamblada para permitir la salidadel humo, y por no tener tapanco es ms baja que [el] troje. En elcentro de la cocina existe siempre una construccin de argamasade lodo, ladrillo y piedra que constituye el fogn, ste tiene casisiempre una hornilla construida por una reja de hojalata y al ladode sta, un comal o plato de barro, bajo el cual hay un espacio paraponer lea, que sirva para calentar las tortillas. Al lado del fogn,hay un espacio limitado por varias piedras denominadas paran-guas donde se coloca lea para calentarse y cocinar. A un costadodel fogn existe una construccin hecha, a veces, con un palo conramas cortadas en la punta donde se coloca una lmina acanalada,y otras con un metal con tres ramas que permiten la colocacin de

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    28/38

    26 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    la lmina acanalada donde se coloca el ocote para el alumbrado.En cualquier caso, esta construccin llamada churingoexiste en todas las cocinas, excepto en aquellas pertenecientesa familias de buena posicin econmica, que se alumbra[n] con

    quinqus que en Charapan se denominan aparatos.42

    La distribucin del predio y las caractersticas y funcio-nes de sus construcciones obedecan al costumbre, similar entodas las regiones del pas purpecha, pese a sus diferencias geo-gr icas y climticas, lo que responda a la lgica de las necesidadesy las normas econmicas, sociales y culturales comunitarias.43 En particular, a las de la agricultura campesina, a las de la organiza-cin del grupo domstico, a las del conjunto social del poblado y alas de la creencia.

    Tras alcanzar expresiones artsticas, el troje dej de cons-

    truirse, entre otros factores, por la disminucin dramtica degrandes rboles y bosques completos, el costo de su mantenimien-to y, sobre todo, por la transformacin del contexto histrico quele dio origen y desarrollo. El otrora poblado de madera empez acambiar, por uno semejante al de las colonias urbanas precaristasde las ciudades mexicanas. La posterior evolucin accidentada fueatestiguada con otras construcciones, que fueron huellas arqueo-lgicas de los diferentes pasados del poblado. Uno, en particular,cabe retenerlo en la memoria: la evidente in iltracin espaola trasdecretarse la desaparicin de la repblica purpecha.

    * * *

    Una de las signi icativa evidencias de esa transformacin, fue eldramtico cambio ocurrido en las cocinas. En stas se fueron ce-gando los hogares, liga antiqusima con el pasado tarasco y uno delos ejes del pensamiento purpecha. Las estufas de gas desplazaronel contacto sico de la mujer con el piso de tierra y el fuego dej deconvocar a la familia en torno suyo. La extincin del fuego fue unaexpresiva seal de que, la manera de vivir de aquellas familias queintegraron las repblicas purpechas, haba llegado a su in.

    Eplogo

    Lo que he procurado, al conocer expresiones culturales purpechas,materiales e intangibles, es usarlas como fuentes de conocimien-to histrico. Tan pronto como comprend que mi unidad de estudioera la repblica de naturales purpechas, fundada en el siglox con su poblado establecido como congregacin cristiana y comuni-

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    29/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 27

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    dad agraria, lo que indagu fueron sus resonancias en la etnogra acontempornea. Tal como ocurre cuando arrojamos una piedra enun lago que, al hacer salpicar el agua, produce ondas circulares quese extienden hacia todos los puntos cardinales, ntidas al principioe imperceptibles cuando tocan la orilla, los fenmenos culturales,por transformados que estn, an contienen vestigios de las ondasfundadoras.

    Con alguna paciencia, an careciendo de conocimiento es-pecializado para interpretar una danza, por ejemplo, al etnlogo lees posible obtener indicios. En este caso, el estudio del troje comotal est ms en manos de especialistas en la arquitectura verncu-la, en particular la de madera desarrollada en todas las regionesboscosas del mundo. Obtener esa especialidad suele estar fuera delo posible para un etnlogo, que tiene adems que consultar otrasmanifestaciones de ndole tan diferente como los ritos religiososy el ciclo agrcola que, a su vez, exigen habilidades, conocimientos ycapacitacin especiales.

    Pese a ello, para la etnologa histrica estudiar el fenme-no de las repblicas purpechas no puede restringirse slo a laconsulta de documentos y crnicas, como hacen muy bien loshistoriadores; al etnlogo le es posible ir al campo, llegar a los po-blados que fueron hace dos siglos asiento de dichas repblicas yde sus respectivos gobiernos de comunidad. A lo mejor, encuentraall algunos documentos desconocidos, pero tiene asimismo a sudisposicin el escenario geogr ico, el entramado social, los ciclosagrcola y religioso, la literatura oral, las leyendas y los testimo-nios y numerosos otros aspectos que son fuentes para conocer,adems del presente, el pasado.

    Tal ha sido el caso del troje, que permite deducir lo quefue el cimiento social de la repblica purpecha: la familia extensa,sin la cual no habra sido posible fundarla. Esa familia vivi con laplanta sagrada del maz, en torno a la cual giraba su vida; se enco-mendaba a sus santos, a los que renda culto familiar; y se rega porsu cabeza patriarcal, que la representaba. De eso y ms nos habla eltroje, no es poca cosa.

    Fuentes consultadas

    En el cap. 17, La morada, del libro El baluarte pur pecha. Con guraci n de un pueblo cristianoen la sierra de Michoac n, M xico (en preparaci n), puede consultarse con mayor detalle el aparatocr tico de este escrito. Aqu se enlistan las diversas fuentes consultadas.

    Fuentes orales

    Entrevistas realizadas con Jos Corona N ez (Morelia, 18 de mayo de1996), Catalina Hern ndez deSierra (M xico, 1 de julio de 1992), Lorenzo Murgu a ngeles (Uruapan, 18 de mayo y 24 de junio

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    30/38

    28 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    de 1974; en acrl -cgm 1973-4, lbta. 4: f. 1 v. y 87n en ff. sueltas), Juan Rodr guez Cort s (Charapan, 27de mayo de 1973; en acrl -cgm 1973-4, lbta. 1: f. 58 bis en f. suelta) y Tom s Salvador (M xico, 2000); y comunicaciones orales de Patricia Padilla Vald s (2007).

    Fuentes documentales

    a rchivo personal de c atalina r odr guez l azcano y c arlos g arc a mora ( M xico) ( acrl -cgm ):1973-4. Notas de campo de crl y cgm, Uruapan-Charapan, Mich., 4 lbtas. ms., 68 + 1 suel-ta-54 [desempastadas]-77-89 + 23 [sueltas] hh., gr fs., dbs.

    F aBi n F., Nicol s:2000 b. [Sobre espantos o aparecidos en Santa Fe de La Laguna] de Nicol sF aBi nF., SantaFe de La Laguna, Mich., 9 de septiembre, 2 hh. ms.

    g onz lez u rBinas , Benjam n:[1999]. As hablaron nuestras trojes, 3 hojas mecanogra adas.

    Fuentes impresas

    a guirre Belt r n , Gonzalo:1952. Problemas de la poblaci n ind gena de la cuenca del Tepalcatepec, ndice anal ticoSusana Uribe de Fern ndez de C rdoba, M xico, Instituto Nacional Indigenista, 363 pp.,tbls., mp. (Memorias,iii ).

    a lcal , Fr. Jer nimo de:2001. Relaci n de Michoac n. Relai n de laserimoniasy rrictos y poblai n y go -vernai n de los yndios de la provinia de Mechuacan hecha al yllustr simo se or don Antonio de Mendoa, virrey y governador desta Nueva Espa a por su Magestad, etc -tera (1540.ca ). c . iv .5. Original conservado en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorialde varios autores, comp. y trad , coord. de la ed., introd. y paleo. Armando Mauricio Escobar Olmedo, coord. editorial C sar Olmos Garc a Calamerte, pr l.Salvador Galv n Infante, palabras prel. Stella Ma. Gonz lez Cicero, estudios Ma. del CarmenHidalgo Brinquis, Vicenta Cort s Alonso, Benedict Warren, Francisco Miranda, Juan JosBatalla Rosado y Gerardo S nchez D az, ap ndice Alfonso Caso, 2 vols., Madrid, PatrimonioNacional [de Espa a]-Ayuntamiento de Morelia-Testimonio Compa a Editorial, 606 pp.,l ms., gs., mp. + 166 ff. f cs. ils. (Col. Thesaurus Americae, 3).

    a n n imo:1991. Diccionario grande de la lengua de Michoac n, 2 ts., introd., paleo. y n. J. Benedict Warren, Morelia, F max Publicistas, xxviii-704 pp., l ms. y iv -848 pp. (Col. Fuentes de lalengua tarasca o pur pecha,iv y v ).

    B arthelemy , Ricardo y Jeanmeyer :1987. La casa en el bosque. Las trojes de Michoac n, fts. Heidi Barthelemy, J. B. Colson,Rosa Pla, Michael Shoert y , dise o Natalia Rojas Nieto, M xico, El Colegio de Michoac n,106 pp.

    Beals , Ralph Larson:

    1993.Cher n: un pueblo de la Sierra Tarasca, pref. Julian H. Steward, trad. y pr l. Agust n Jacinto Zavala, Zamora, El Colegio de Michoac n-Instituto Michoacano de Cultura, 602 pp.,fts., gs., mps., tbls. (Col. Cl sicos). [1 ed. en ingl s: 1946.]

    Beals , Ralph Lars n, Pedroc arrasco pizana y Thomasm accorkle :1944. Houses and House Use of the Sierra Tarascans, introd. C. G. Abbot, pref. Julian H.Steward, Washington, Smithsonian Institution, Institute of Social Anthropology, x -37 pp.ils., 8 l ms. (Publ. 1).

    Bontempo , Juan Fernando:1995. Un an lisis del troje pur pecha. Hacia una antropolog a arquitect nica, comp.Mari-Jose Amerlinck, M xico, Universidad de Guadalajara, pp. 145-55 ils.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    31/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 29

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Fierro r amos, Isabel:2002. Diccionario de astronom a, 1 reimp., M xico, Fondo de Cultura Econ mica, 296pp., gs. (Secci n de obras de ciencia y tecnolog a).

    g endrop , Paul:1997. Diccionario de arquitectura mesoamericana, pr l. Juan Antonio Siller, M xico,Editorial Trillas, 240 pp. ils.

    g ilBerti , Fr. Maturino:1983. Diccionario de la lengua tarasca, n. prel. Jos Corona N ez, prol. Joaqu n Garc aIcazbalceta, Morelia, Balsal Editores, 522 pp.

    h ern ndez x olocotzi , Efra m:1985. Graneros de ma z en M xico. Xolocotzia, present. Comit Editorial de la Revista deGeograf a Agr cola, Chapingo, Universidad Aut noma Chapingo, Subdirecci n de CentrosRegionales, Direcci n de Difusi n Cultural, t.i, pp. 205-30, ils. (Revista de Geograf a Agr cola).

    l ocke , Justin:1952. Lost Kingdom in Indian Mexico.The National Geographic Magazine,texto y fts , Washington, The National Geographic Society, vol. 102, n m. 4, octubre, pp. 517-46 fts.,

    mp.m art nez de pis n, Eduardo:2001. Los Alpes. Monta a y cultura. The Alps: Mountain and Culture. Ronda Iberia Magazine, fts. Gonzalo Mart nez Azumendi, Madrid, L neas A reas de Espa a, marzo, pp.84-93 fts.

    medina p rez, Alberto y Jes s a lveano h ern ndez:2000.Vocabulario espa ol-purh pecha. Purh pecha-espa ol, fts. Gustavo Vega Pureko,M xico, Plaza y Vald s Editores, [6]-192 pp.

    medinilla a lvarado , Francisco de:1944. Relaci n de Xiquilpan y su Partido, 1579 (Xiquilpan, Chocandiran, Tarequato y Perivan).Tlalocan, escribano Gonalo Hern ndez, paleo., ed. y n. Robert H. Barlow,Sacramento, Cal., The House of Tlaloc, vol.i, n m. 4, pp. 278-306.

    montes de o ca , Pedro:1987. Tiripitio y Mechoacan. Relaciones geogr cas del siglo xvi : Michoac n, ed., introd. y nts. Ren Acu a, int rprete Ant n Awachu, informantes Juan de Villegas, Crist bal Kw n Juan Pats kwa, Juan Kwitseri, Crist bal Pirinda y Ant n Awacho y Juan de Villegas, M xicoUniversidad Nacional Aut noma de M xico, Instituto de Investigaciones Antropol gicas,pp. 339-69 il. (Serie antropol gica/Etnohistoria, 74).

    moya r uBio, V ctor Jos :1984. La vivienda ind gena de M xico y del mundo, 2 ed.., M xico, Universidad Nacional Aut noma de M xico, Coordinaci n de Humanidades, 242 pp. ils.

    murgu a ngeles , Lorenzo:1969. La formaci n de los pueblos.Gu a. Un semanario de ideas, Zamora, a o xvii, 23 defebrero, n m. 867, pp. 4 y 16, fts.

    p adilla v ald s, Patricia Olivia:

    [2004]. El espacio ind gena en Michoac n en el siglo xvi

    , tesis de maestr a en ciencias hu-manas especializada en el estudio de las tradiciones, dir. Her n P rez Mart nez, [Zamora],El Colegio de Michoac n, Centro de Estudios de las Tradiciones, [14]- pp., tabls., mps., ils.,fts., octubre.

    2007. La vivienda tradicional en la Sierra Purh pecha, C mo se vive en los trojes delmunicipio de Charapan,,, Michoac n, avances de investigaci n para elaborar tesis doc-toral, Zamora, Colegio de Michoac n, Programa de Doctorado en Ciencias Humanas,Especialidad Estudio de las Tradiciones, 81 hs. con fts. y tbls.

    2009. La troje pur pecha. Nadie sabe lo que tiene Centro Noroeste de Michoac n de varios autores, ed. e introd. lvaro Ochoa Serrano, Morelia, Gobierno del Estado de

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    32/38

    30 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Michoac n, Secretar a de Cultura-Fondo Editorial Morevallado, pp. 65-84 con fts. y dbs.isBn 978-607-424-103-7.

    p alacios l pez, Agust n:[1950]. Estudio antropol gico-social de Charapan, [tesis, M xico, Instituto Polit cnicoNacional, Escuela Superior de Medicina Rural], 210 hh. mimeo. + gr fs.

    r eal a cademia espa ola ( rae ):1984. Diccionario de autoridades. Edici n facs mil, reimp., 6 ts. en 3 vols., Madrid,Editorial Gredos, misma paginaci n que la original, 1 l m. (Biblioteca Rom nica Hisp nica/ Diccionarios, 3).

    s antamar a , Francisco J.:1974. Diccionario de mejicanismos. Razonado; comprobado con citas de autoridades;comparado con el de americanismos y con los vocabularios provinciales de los m s distinguidos hispanoamericanos, 2 ed., M xico, Editorial Porr a, xxiv -1208 pp.

    v arios autores :1985.Cosmos. Gran Atlas Salvat. Volumen 7. Cartograf ade varios autores, dir. JuanSalvat, dir. de la obra Joaqu n Navarro, dir. cient ca Jordi Camp y otros, colab. y equipoed. varios, Barcelona, Salvat Editores, lx -108-186pp., mps., fts. [1 ed. en alem n: Atlas

    International, G tersloh, Verlagsgruppe Bertelsmann, 1981.] v el squez g allardo , Pablo:1947. Dioses Tarascos de Charapan. Revista mexicana de estudios antropol gicos,M xico, Sociedad Mexicana de Antropolog a, t.ix , enero-diciembre, n ms. 1, 2 y 3, pp.79-106.

    1978. Diccionario de la lengua phorh pecha. Espa ol-porh pecha. Phorh pecha-espa ol,M xico, Fondo de Cultura Econ mica, 276 pp. (Secci n de obras de antropolog a).

    W est , Robert Cooper:1948.Cultural geography of the modern Tarascan area, Washington, United StatesGovernment Printing Of ce, 77 pp. ils., mps.

    W olF , Paul de:1991.Curso b sico del tarasco hablado, Zamora, El Colegio de Michoac n-Gobierno delEstado de Michoac n, 604 pp.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    33/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 31

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    n o t a s

    1 Resumen del cap tulo 17, titulado La morada, del libro El baluarte pur pecha, M xico(en preparaci n). Los datos etnogr cos aqu incluidos se re eren, sobre todo, al poblado de San Antonio Charapan de la sierra de Michoac n, aunque tambi n se incluyen de otros lugares.

    2 Como se aprecia en Alcal (1541 y 2001; por ej., en las l ms. 20, 21, 24, 27, 32, 33, 34 y 35,ff. 71 r., 77 r., 85 r., 96 v., 113 v., 116 r., 118 r. y 121 r., respectivamente; reprod. en 1977: 31, 47, 59, 74,82, 116, 121, 125 y 131, l ms.iii, iv , vii, ix , x , xv , xvi, xvii y xviii, respectivamente).

    3 Cons ltense detalles acerca de las antiguas edi caciones tarascas y su construcci n, y referencias de las pur pechas del siglo xvi en Padilla Vald s (2004).

    4 Dibujo y descripci n en Montes de Oca (1987: 359). V ase el dibujo de uno tlaxcaltecaen Gendrop (1997: 69, 1 col.). Cf. estudio acerca de los graneros de ma z en M xico de Hern ndez Xolocotzi (1985), el cual incluye fts. y representaciones en c dices del cuescomate en forma de vaso, muy parecido a lam rhitaque aparece en Alcal (2001: f. 118 r., l m. 34; y 1977: 125, l m. xvii ).

    5 Montes de Oca 1987: 359-60 (trans. modernizada). El doc. incluye un dib. de lam rhita (incluido en su publicaci n).

    6

    Medinilla Alvarado (1944: 286; y 1987: 415-6) y Galv n (1987: 327, respuesta 31). 7 Patricia Padilla Vald s (2007: com. oral). 8 Jos Corona N ez (com. oral, Morelia, 18 de mayo de 1996). 9 An nimo (1991,i: 685) y testimonio oral charapanense.10 rae (1984, vol. 3, t. 6 : 369, 1 col.).11 Gilberti (1983: 507).12 Como advirti Bontempo (1995: 146).13 An nimo (1991,i: 470 y ii: 107 y 122) y Medina P rez y Alveano Hern ndez (2000: 72).

    Cons ltese Vel squez Gallardo (1978: 95, 2 col., 152, 2 col. y 159, 2 col.) y Wolf (1991: 525).14 Beals y otros (1944: 28) y (1993: 524).15 Seg n c dula de ft. en una exposici n etnogr ca temporal en el Museo Nacional de

    Antropolog a (M xico).16 Cons ltese Montes de Oca (1987: 359-60).17 V ase Bontempo (1995: 154 y passim ).18 Palacios L pez 1950: 183.19 V ase c mo pudo lucir, visitando el conservado en la Sala Pur echerio del Museo Nacio-

    nal de Antropolog a (M xico), procedente de Charapan seg n testimonio de la charapanense BeatrizClemente.

    20 Murgu a ngeles (1969 e: 3 col.) y Gonz lez Urbina 1999: f. [1]. V ase descripci n arquitect nica en Bontempo (1995: 146-7 y ss.). Cf. Barthelemy y Meyer (1987: 90).

    21 Tom s Salvador 2000: com. oral, M xico y Gonz lez Urbina 1999: f. [1].22 Padilla Vald s 2007: 30-40.23 V ase Padilla Vald s 2007: 30-40.24 Padilla Vald s 2007: 30-40.25 Padilla Vald s 2007: 41-2.26

    Cf. Padilla Vald s 2007: 30-40.27 Padilla Vald s 2007: 41-2.28 Fabi n F. 2000: f. 1 r. y v.29 Padilla Vald s 2007: 41-2.30 Padilla Vald s 2007: 41-2.31 Padilla Vald s 2007: 41-2.32 Padilla Vald s 2007: 41-2.33 West 1948: 27, 1 col.34 Entrevistas a Juan Rodr guez Cort s (Charapan, 27 de mayo de 1973; en acrl -cgm 1973-4,

    lbta. 1: f. 58 bis en f. suelta) y atat Cecilio Jer nimo (Charapan, 23 de junio de 1974; en acrl -cgm

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    34/38

    32 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    1973-4, lbta. 4: f. 81i en las ff. sueltas). Una foto de dicho troje de Cecilio Jer nimo fue publicada por Locke (1952: 529).

    35 Gonz lez Urbina 1999: [2]. Puntuaci n corregida.36 rae 1984, vol. 3, t. 6 : 369, 1 y 2 cols.37 Cf. Bontempo (1995: 146), quien lo considera un conjunto de portal-cuarto-tapanco.38 Vel squez Gallardo 1947: 85.39 Vel squez Gallardo 1947: 82. Puntuaci n corregida.40 Por lo consiguiente, Beals (1993) tuvo raz n al concebirlo as .41 Palacios L pez 1950: 182-5.42 Palacios L pez 1950: 183-4. Puntuaci n corregida.43 Cf. Palacios L pez 1950: 183.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    35/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 33

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

    Esta publicaci n electr nica se terminde editar y formar el viernes 2 de no- viembre de 2012, en las inmediacionesdel pueblo de Tlalpan en la cuenca de

    M xico.

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    36/38

    34 e l t r o j e p u r p ec h a

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    37/38

    e l t r o j e p u r p ec h a 35

    http://carlosgarciamoraetnologo.blogspot.mx/2012/11/el-troje-purepecha.html

  • 7/31/2019 EL TROJE PURPECHA

    38/38

    36 e l t r o j e p u r p ec h a