el submarino peral

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En 1887 comenzó en el Arsenal de La Carraca la construcción del primer torpedero submarino del mundo propulsado por baterías eléctricas, una nave singular para la época, ideada por un oficial de la Armada Española.

El teniente de navio Isaac Peral y Caballero nació en Cartagena el 1

de junio de 1851. A la edad de 32 años se

hizo cargo de la cátedra de Física Matemática en la

Escuela de Ampliación de Estudios de la

Armada. Gracias al apoyo del Ministro de

Marina, almirante Pezuela, y de la Reina Regente, pudo iniciar la construcción de su proyectado torpedero

submarino.

Meses después de iniciados aquellos trabajos, en los que hubo que salvar infinidad de obstáculos de toda índole, el 8 de septiembre de 1888 era finalmente botado, en el arsenal gaditano, en un acto de gran solemnidad.

El teniente de navío Peral lograba ver su ingenio flotando sobre las tranquilas aguas de los caños de La Carraca. Con ello hacía realidad no solo su particular sueño, sino también el de muchos españoles que habían depositado en él toda su confianza.

Tras la euforia de la botadura, evento que se convertiría en uno de los acontecimientos más importantes en la España del último tercio del siglo XIX, llegaría la terminación a flote y, acto seguido, las pruebas de puerto, las de mar, las primeras inmersiones y el primer lanzamiento del mundo de un torpedo desde un buque totalmente sumergido.

Planos del submarino firmados por su inventor.

Características principales

Estos eran los miembros de la primera dotación del submarino.

La admiración hacia Isaac Peral y su invento duró dos años, pero en otoño de 1890 empezaron a surgir los primeros detractores. Las alabanzas se tornaron en críticas y en solo unos meses se pasó de la euforia al desencanto y, finalmente, al abandono del proyecto.

Isaac Peral y su familia

Una Real Orden de noviembre de 1890 dispuso: "Por acuerdo del Consejo de Ministros y de conformidad con lo informado por la Superioridad de Marina, no solo se rechazan sus proposiciones para construir un nuevo submarino, sino que se le ordena que entregue, bajo inventario, todo el material que, en relación con su submarino, exista en el arsenal de La Carraca".

El submarino fue varado poco después a escasos metros del lugar donde solo un par de años antes había sido botado. Comenzó así un periodo de abandono que condujo paulatinamente al más absoluto e incomprensible de los olvidos.

Peral, confuso y amargado, pidió primero la licencia

absoluta y, poco después, su baja en la Armada, que

le fue concedida el 3 de enero de 1891. A partir de

entonces rehusó las ofertas de trabajo de

diversos astilleros extranjeros, bajo el pretexto de que "el

submarino ya no es mío, se lo he dado a mi Patria", y se

dedicó principalmente a montar centrales eléctricas

en diferentes ciudades españolas.

Comenzó entonces el proceso de desmantelamiento del buque, del que el inventor ya no quería ni oír hablar. Lo que sabemos, a través de la prensa de la época, es que fueron muy pocas las piezas del barco que quedaron a salvo. Al parecer, algunas fueron llevadas a los EE.UU y no hay evidencia de que regresaran jamás.

Transcurrió el tiempo y Peral, que había logrado sacar adelante a su familia con una frenética actividad laboral, sufrió una grave dolencia que le obligó a desplazarse a Berlín para someterse a una delicada intervención quirúrgica. A consecuencia de esta operación falleció el 1 de mayo de 1895, siendo enterrado en el cemeterio de la Almudena, en Madrid.

Durante los años siguientes el casco del submarino siguió arrumbado, ya vacío, en La Carraca y, al comenzar el siglo XX, su estado era deplorable. En esos años, España lamentaba no haber continuado con el proyecto de Peral, pues se supo que el almirante Dewey, jefe de la fuerza naval que destruyó a la escuadra española en Santiago de Cuba, había escrito en sus memorias: "Si España hubiese tenido allí un solo submarino como el inventado por el señor Peral, reconozco que yo no habría podido mantener el bloqueo ni 24 horas".

En noviembre de 1927, el féretro de Isaac Peral fué trasladado a un nuevo mausoleo en su ciudad natal.

Se dieron cita en el cementerio cartagenero los hijos del inventor, quienes manifestaron a las autoridades la conveniencia de tomar medidas para preservar lo que quedaba del submarino y traerlo a la ciudad donde nació su inventor. No hubo respuesta.

Por otro lado, el primer jefe de la entonces bisoña Arma Submarina española, el capitán de navío Mateo García de los Reyes, fue ascendido a contralmirante y nombrado Ministro de Marina. En septiembre de 1929 realizó una visita a Cartagena donde, durante un agasajo, se le sugirió la conveniencia de que el casco del submarino fuese trasladado a Cartagena.

Cuando el ministro regresó a Madrid dio las órdenes oportunas para que el submarino fuese llevado a Cartagena. La maniobra de remolque la realizó el "Cíclope" y finalizó el 27 de noviembre de 1929, entregando el buque a la Estación de Submarinos.

El casco inerte del submarino "Peral" quedó a la espera de que se acondicionase el basamento que habría de soportarlo. Finalmente, el 15 de marzo de 1930, quedó instalado en los jardines de la Estación de Submarinos.

En marzo de 1964, el delegado local del Ministerio de lnformación y Turismo en Cartagena, Vicente Ros Cánovas, previa consulta a los dirigentes municipales y a los responsables de la Junta de Obras del Puerto, decidió solicitar oficialmente a la Armada que el submarino fuese trasladado al muelle de Alfonso XII, donde se convertiría en un gran aliciente turístico.

El traslado se realizó en noviembre de 1965. Ante la precariedad de los medios disponibles se optó por cortar el casco en tres trozos.

Finalmente, el 12 de diciembre, en un acto multitudinario presidido por el Ministro de Marina, almirante Nieto Antúnez, el monumento fue solemnemente inaugurado, convirtiéndose en un icono para la ciudad.

Parecía que ya no volvería a moverse, pero en 1991 sufre un nuevo traslado, esta vez con carácter temporal. Viaja por carretera hasta Sevilla, donde sería la estrella de la "Expo 92", no solo del pabellón de Murcia, sino de todo el recinto.

Tras finalizar la exposición volvió a ocupar su emplazamiento en Cartagena. Desde entonces ostenta el curioso récord de ser el único submarino del mundo que ha recorrido más kilómetros por tierra que millas náuticas por mar.

Pasados otros diez años, fue reubicado, a causa de las obras de reforma de los viales del muelle de Alfonso XII, en otro lugar del mismo muelle en el que parece dar la bienvenida a los cruceros cargados de turistas.

Quedó instalado sobre un estanque con fuentes y se pensó que esta sería la última vez que se trasladaría el submarino después de tan azarosa vida.

Recientemente se ha llevado a cabo una inspección del interior del casco encontrándose que ha sufrido un gran deterioro tras tantos años a la intemperie sin obra alguna de mantenimiento.

El estado general del submarino es lamentable.

El 8 de septiembre de 2013 se cumplirán 125 años de la botadura del "Peral". La Armada tiene intención de hacer coincidir esta efeméride con la botadura del primer submarino de la "Clase 80" que, en homenaje al insigne marino e inventor, llevará su nombre.

Al mismo tiempo se inaugurará la nueva sede del Museo Naval de Cartagena, en el edificio de la antigua calderería del Arsenal, cuya "estrella" podríá ser, sin duda, el submarino "Peral".

Se piensa, por ello, trasladarlo a este nuevo museo donde, después de los trabajos de reparación necesarios, quedaría a cubierto y protegido de la corrosión.

Se pretende que el submarino recupere su aspecto original, a falta de ciertos elementos externos, como la torre óptica, que se desmontó cuando se abandonó el proyecto y de la que nunca se colocó una réplica.

Una arcada acristalada de casi 90 metros permitiría ver el submarino desde la calle. El casco del “Peral” permanecería iluminado durante la noche .

Recordemos, por último, que la Armada ha honrado la memoria del teniente de navío Isaac Peral bautizando con su nombre a los siguientes submarinos:

Submarino “Peral”, de la clase “Holland”, construido en los EE.UU.

Submarino “Isaac Peral” (C-1), primero de la clase “C”, construido en Cartagena.

Submarino “Isaac Peral” (S-32), de la clase “Guppy”, construido en los EE.UU.