el sendero de ladrillos amarillos

12
El sendero de ladrillos amarillos Herman Bustos P.

Upload: herman-bustos

Post on 08-Mar-2016

213 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Breve cuento de época que orienta sobre las estrategias actuales.

TRANSCRIPT

Page 1: El sendero de ladrillos amarillos

El sendero de

ladrillos amarillos

Herman Bustos P.

Page 2: El sendero de ladrillos amarillos

Ya faltan algunos meses para el tiempo de cosechas y ha llegado tiempo de

comenzar a prepararse; Lek, la fea reina madrastra, desfigurada en la mitad

de su cara porque una vez la pateó un caballo, mira el paisaje desde lo alto

del castillo, dónde está ubicada la alcoba del rey Ner y piensa que

nuevamente se viene una época difícil, pues en años anteriores los

resultados obtenidos en la cosecha y venta posterior a los pobladores no

habían sido buenos y el rey la culpaba a ella de su poca capacidad de

decisión y de sus constantes cambios de humor lo que influía en dirigir la

cosecha. Al rey Ner, un pequeño hombre no muy inteligente, lo único que

le interesaba era tener cosechas muy buenas para vender sus productos a

los plebeyos a precios muy altos y así seguir llenando de monedas de oro

un gigantesco baúl que ocultaba en un oscuro sótano del castillo del cual

sólo él poseía la llave para entrar.

El rey Ner había heredado de su padre ese castillo que era el más grande y

seis castillos más pequeños que eran cuidados por sus amigos, de quiénes

desconfiaba y siempre estaba atento a que ellos velaran por sus intereses

aún a costa de sus vidas. Vivían con mucho temor ya una vez les amenazó

con cortarles la cabeza y dársela a los puercos sino cuidaban bien sus

dominios y pertenencias.

La reina Lek no sabía qué hacer para no defraudar al malvado rey. Si no

cumplía con sus designios podría ser castigada con la indiferencia y el rey

no le hablaría durante los próximos años, como ya había ocurrido en épocas

pretéritas. Se paseaba de un lado a otro pensando como satisfacer los

deseos del rey. Hasta que en un momento de lucidez recordó que un

mensajero real alguna vez le había comentado que en unas lejanas

comarcas vivía un bufón viejo y sabio llamado Rutn que siempre lograba

las mejore cosechas generando la admiración de los pobladores que corrían

a comprar sus frutos.

- Excusadme mi rey…tengo deberes que cumplir – dijo de improviso.

Sin pensarlo bajo corriendo las escaleras y llamó a gritos a los sirvientes

para que ubicaran al mensajero que conocía del lugar donde ubicar al

cosechador llamado Rutn.

Cuando el hombre le dio la información que necesitaba, la reina escribió

un mensaje y le encomendó llevárselo a la brevedad.

- Si demoráis más tiempo del debido seréis castigado con las iras del

cielo y los dioses – dijo ella.

Page 3: El sendero de ladrillos amarillos

El viejo bufón Rutn se encontraba tocando el laúd en la puerta de su casa

mientras miraba hacia el cielo, intentando saber cómo y cuándo serían las

lluvias que harían germinar sus famosas plantaciones. Cuando bajo la vista

hacia el horizonte vio que delante de una gran nube de polvo cabalgaba un

jinete que raudo se aproximaba hacia él. El jinete presuroso y transpirado

bajó de su cabalgadura:

- ¿Eres Rutn, el que realiza las mejores cosechas del mundo?

Rutn lo miró y le preguntó:

- ¿Quién sois, extranjero, que osa pronunciar mi nombre?

El mensajero un poco consternado por la respuesta, le arrojó una bolsa de

monedas a sus pies y dijo:

- Si sois Rutn, el afamado cosechero grandioso, esta bolsa de monedas

de oro son para ti. Te las envía la reina Lek para que hagáis crecer

sus cosechas y para que sean productivas como las tuyas.

Rutn contestó:

- Decid a vuestra reina que ni mil bolsas de monedas de oro harán que

yo le diga mi secreto productivo. Devolved esas monedas a vuestra

ama y dile que no estoy interesado en sus deseos.

El mensajero que pensativo un rato porque sabía que si no lograba su

cometido sería decapitado tan pronto volviera con las malas nuevas. Se

sentó junto al bufón y se puso a llorar desesperadamente. Rutn siguió

tocando el laúd con indiferencia, como si estuviera solo, mientras el

hombre golpeaba el suelo con sus manos con un llanto que desgarraba a

quién le escuchara.

Pasaban los días y el mensajero no dejaba de llorar a gritos en la puerta del

viejo bufón sabio quién seguía con sus labores sin prestarle la más mínima

atención. Una semana estuvo el hombre llorando, hasta que un atardecer

Rutn le tocó el hombro:

Page 4: El sendero de ladrillos amarillos

- Habéis cumplido el primer requisito como son la constancia, el tesón

y el esfuerzo para lograr tus objetivos. Ahora debéis volver al castillo

y decir a la reina que lo pensaré. Meditaré si ella alguna vez será

obediente y seguirá mis instrucciones en detalle; en ese caso un día

quizás llegue al castillo mencionado. Si nunca voy significa que su

soberbia ha llegado a mis oídos.

El mensajero volvió al palacio real con las noticias. La reina Lek, astuta

como era, durante los siguientes días se comportó con una humildad

desconocida en ella que incluso sorprendió a sus vasallos y también al rey

que la observaba curioso. Esta buena nueva llegó a oídos de Rutn.

Es así como un día, después de muchas horas de extenuante viaje, el viejo

bufón golpeaba las grandes puertas del castillo:

- ¡Abrid las puertas que ha llegado Rutn, el cosechero, y la reina Lek

espera por mi…no os demoréis, que el cansancio podría abrumar mis

ideas!

Una vez que ingresó al palacio y mientras seguía a la princesa Mixe por

las escaleras, vociferaba con una voz rebotaba que rebotaba en los

ladrillos del castillo:

- ¡Preparad un dulce vino para calmar mi sed y maten un lechón para

saciar mi hambre…solo así lograré pensar con la claridad de la luz y

la velocidad del rayo eterno.

El bufón Rutn no adolecía justamente de humildad ya que sus dotes eran

alabadas en todas las comarcas del mundo. Era un viejo sagaz que no

respetaba ni a reyes ni plebeyos. Por ello, cuando estuvo frente a la reina ni

siquiera hizo el ademán de una reverencia para comprobar si su humildad

era genuina. La reina intuyendo que la estaba probando, ignoro el desaire y

le comentó de sus desgracias. Rutn contestó, con voz distraída:

- Veré que puedo hacer. ¿Seréis obediente y haréis lo que yo os diga?

¿Seguiréis mis designios como lo indica el oráculo? ¿Creeréis en lo

que yo diga? Recordad que las mejores cosechas del mundo y sus

alrededores son las mías. Y debéis considerar que aunque yo os diga

cómo se hace nunca igualaréis mi conocimiento. Espero que no

queráis igualar mi sabiduría – afirmó con seguridad.

- Así lo haré honorable cosechero de fama mundial – dijo la reina

simulando humildad…seguidme ahora por este pasillo.

Page 5: El sendero de ladrillos amarillos

Lentamente subieron las escaleras que conducían al aposento del rey Ner.

Este se encontraba sentado en su trono mirando unos dibujos y al entrar con

la reina miró a Rutn con indiferencia, lo observó de arriba abajo. Dijole la

reina:

- Amado esposo y rey mío…este hombre nos ayudará a tener las

cosechas más grandiosas que hayamos podido soñar en mucho

tiempo.

Al rey no le gustaba que un extranjero le dijera como tenía que llevar sus

negocios agrícolas y lo miró con severidad y desconfianza.

- Veremos si eres capaz de lograr lo que prometéis, hombre cosechero

venido de tierras lejanas, – le dijo con displicencia y desprecio.

Mirando a la reina, manifestó:

- Y respecto a usted, reina Lek, sois responsable que este hombrecito

pudiere cumplir con su promesa y que en los próximos años

tengamos mucha prosperidad, sino seréis recluida a la más sombría

celda del castillo que yo pueda encontrar en mis dominios…ahora,

ambos retiraos, que estoy consultando el futuro.

La reina madrastra Lek junto a su más cercana consejera, la noble Rizz y la

juvenil princesa Mixe, tuvieron largas conversaciones con Rutn quién con

paciencia les iba explicando como se hacía para tener grandiosas cosechas.

Rutn decía, cuando reflexionaba en voz alta, ante la mirada ávida de sus

interlocutores que intentaban captar su sabiduría:

- Mi reina, si deseáis ser la gran cosechadora, la más grande de aquí a

las estrellas y complacer al rey llenando sus arcas de monedas de oro

tenéis que atreverte a existir como la gran cosechadora y ser

diferente a todos los que habitan las tierras en la forma de preparar

los almácigos, ni os preocupéis de las malas palabras que muchos

otros dirán…es la envidia de reyes y plebeyos que siempre existirá

por la vida de la vida. Sólo tendrás una gran cosecha cuando te

convenzas de que lo puedes hacer. Antes no. Y si olvidas mis sabias

palabras el gran designio de la negación caerá sobre ti.

Page 6: El sendero de ladrillos amarillos

Continuó, con su habitual mirada perpicaz:

- Seguid el ejemplo del león, del águila y no hagáis escuchas de los

lamentos de los corderos. Tenéis la libertad de equivocarte las veces

que queráis. Y no creáis que estar los días de los días mirando el

cielo esperando por la lluvia se solucionarán vuestros problemas para

siempre. El destino de las cosechas grandiosas lo hacéis tú y nadie

más tú. Olvidaos del pasado de las malas cosechas, no os centréis

nunca más en el los tiempos idos y que ya no existen, después de

escucharme debéis pensar sólo en lo que pasará en el futuro, que

llegará a llenar de gozo vuestro corazón y que generará admiración

en vuestro amado rey.

El sabio bufón seguía con sus parlamentos:

- Quizás en la primera cosecha a partir de este día no será lo que

esperáis, quizás será buena, pero el tiempo os dará la experiencia

necesaria para volver a intentarlo las veces que los designios lo

determinen. Las grandes cosechas y los más hermosos frutos no se

consiguen con palabras vacías en el espacio, sino con la práctica de

las situaciones que os brinda la vida y que cambian tanto como el

tiempo.

Sigue hablando mientras mira hacia lo alto:

- Lo que hagáis de aquí en adelante debe ser tu acción de todos los

días, estaréis siempre en todos los minúsculos y gigantes detalles

que existen en preparar una cosecha y también, como obligación,

debéis estaros atenta a los cambios que os ofrece la naturaleza con

su desdén y desprecio por los pequeños seres humanos. Recordad, la

naturaleza no respeta ni reyes ni plebeyos. Estad siempre atenta,

reina mía. La gran cosecha se escribe con las realidades que te

rodean, en cada día que abres tus ojos. Pero, debéis con humildad,

adquirir primero las destrezas y competencias que requieren las

grandes cosechas. No lo olvidéis jamás de los jamases.

Las conversaciones fueron generando el interés de nobles y vasallos

quiénes, invitados por la reina se acercaron a escucharlo, quiénes alababan

con calor las habilidades demostradas por el anciano bufón y sabio de la

naturaleza en sus profundas disertaciones. Hasta que llegó el día de partir.

Page 7: El sendero de ladrillos amarillos

- Os haremos caso y conciencia de cada palabra que dijisteis, noble

hombre, y seguiremos los pasos indicados como si fuera la palabra

de los mismos dioses – dijo la reina simulando humildad.

- Ya sabéis, gran reina, que primero hay que traer los mejores

esclavos que encontréis en los alrededores, una vez bien

recompensados, decidle como se prepara la tierra para que sea

fructífera y elegid un grupo de los mejores para que preparen los

almácigos con dedicación y que cuando yo vuelva procedamos a

ponerlos en las comarcas más aptas para la germinación. Esa labor

requiere de mucho conocimiento ya que es el secreto para tener una

gran cosecha. No penséis ni por un tiempo pequeño que porque me

escuchasteis con mucha atención ya conocéis el secreto de la gran

cosecha –manifestó Rutn, mirando fijamente a la reina a los ojos.

Rutn continuó con sus indicaciones:

- Los consejos a seguir son importantes para lograr los resultados

esperados. Equivocar las sendas del conocimiento de la naturaleza

los llevará, de seguro, a no conseguir lo que queréis con tantas

ansias. Pero también debéis preparar el espíritu para que alguna

cosecha no sea la esperada. Ese fracaso os dará fuerzas y

conocimiento para volver a intentarlo y así alcanzar el Olimpo

definitivamente. Tenéis que vivir el momento de estar ahí siempre

con constancia. Todo tiene sus plazos y sus tiempos, no os apuréis.

Apoyad el esfuerzo con el máximo pensamiento positivo. Observad

lo que ocurre a vuestro alrededor y sacad sabias conclusiones, ahí

está la gran ventaja del futuro y no miréis lo que hacen otros…seguid

vuestros caminos con confianza, los que has elegido con la

conciencia límpida y precisa. Antes de terminar mi labor les confiaré

algo:

- Los resultados de las grandes cosechas se logran utilizando bien los

recursos que os poseéis en el granero. Mirad que tenéis y pensad

como todo lo que existe puede servir. Si tenéis dudas sentaos a mirar,

a pensar, a reflexionar, el tiempo que sea necesario, sobre lo que os

rodea. Siempre habrá algo que no habéis visto. El que yo haya

venido a contarles mi sabiduría no significa que lograrán lo que yo

logré. Sólo han escuchado las palabras que el viento se hace dueño.

Vosotros sois los únicos gestores de vuestro destino, desarrollo y

futuro. Como crecen los frutos, creceréis tú también, honorable reina.

Page 8: El sendero de ladrillos amarillos

Mientras la reina acompañaba al ex bufón y hoy gran sembrador y

cosechador por las escalinatas del castillo hacia su coche tirado por un

brioso corcel, éste siguió aconsejándole:

- Nunca os fijéis lo que hacen los otros, tened siempre vuestras

propias ideas y concepciones de cómo se hace lo que hay que hacer.

Vuestra ventaja no está en la cantidad de semillas que le dais a la

tierra sino en la calidad de ellas. Lo único que os debe importar es el

resultado final. Todo es posible si sabéis lo que queréis. Si hacéis las

cosas mal, tendréis que hacerla dos veces y no existe el tiempo

necesario para eso.

Continuó:

- Si queréis lograr el mejor resultado con la menor cantidad de

monedas de oro, debéis optimizar los recursos con los que contáis.

Cuando siembras y queréis vender tus cosechas debéis pensar en

cumplir los deseos de los ciudadanos compradores porque las cosas

hechas hablarán con sus propios frutos. Tenéis que pensar en cómo

hacer que vuestra idea de una gran cosecha sea ganancia para los

dominios del rey. Que es posible crear algo de la nada cuando tenéis

el gran convencimiento de que lo podéis hacer.

Se hizo una pregunta en voz alta, mirándola de reojo:

- ¿Sabéis por qué soy un ex bufón con gran fama de cosechero?

Y se respondió sin esperar lo que dijera la reina:

- Porque no hice del pasado mi centro sino que pensé en lo que iba a

pasar en el futuro, en forma práctica y con visión de sabio. Miré

mucho, aprendí más y luego hice lo imposible. Esa perspectiva me la

dieron los dioses una noche oscura de truenos de miedo y tormentosa

lluvia que cubría el universo.

Finalmente dijo:

- Una voz venida de algún lugar recóndito del universo me dijo: “si

queréis ser un gran cosechero que haga olvidar al bufón pobre y

ridículo, lo que vais a hacer con la tierra lo tenéis que demostrar

todos los días, sin descanso, y para ello tenéis que estar en todos los

detalles de las siembras y pendiente de cualquier cambio que os

traiga la vida, vuestra ganancia estará en las realidades que te rodean

Page 9: El sendero de ladrillos amarillos

sin confiar en nada ni nadie. Tu adaptabilidad a la naturaleza que te

rodea será vuestro gran capital. Si os descuidáis alguien tomará lo

que ya era vuestro y ya no lo será jamás.

- Así lo haremos - dijo la reina – os mantendremos informado y

enviaremos noticias de los caminos seguidos para honrar vuestra

presencia en este reino.

Rutn contestó:

- Ya sabéis, altísima reina, ahora debéis hacer lo que quieres, ya te he

habilitado con las herramientas necesarias para que decidáis que

hacer en el momento oportuno de las cosechas, porque siempre ha

sido así por los tiempos de los tiempos. Pero recordad que la vida es

mas turbia de lo que pensáis. Más todo es posible en esta vida misma

si sabéis lo que hacéis. Solamente seguir los consejos adecuados y

hacer las materias indicadas, cambiará las cosechas hasta como

fueron ahora. En caso contrario podríais seguir sumida en el caos.

El sabio bufón se retiró hacia su comarca con su laúd en la espalda y en el

mismo coche en que llegó al castillo. Su sabiduría le decía que la

desobediencia real sería causa de malas cosechas y que no bastaba sólo con

escucharle, sino que la gran cosecha se aprende cuando se prepara bien la

tierra apropiada y con los esclavos apropiados, se tienen buenos abonos

para hacerlas crecer bien, se organizan los almácigos con extremo cuidado

y precaución y al llevarlos a la tierra madre se cuidarán día a día hasta que

crezcan sanos y fuertes, siendo capaces de soportar el más terrible viento o

nieve y también se confía en que la naturaleza hará el resto en el momento

justo.

Reflexiona en voz alta, Rutn, el bufón:

- Escucha fiel corcel que me lleva de vuelta al hogar, sé que la reina

sólo hará lo que pueda, lo que nunca es suficiente, con eso no le va a

bastar, no es suficiente que haga sólo lo que se pueda. Ella debe

hacer lo que se debe, pero como es desobediente, no va a ir más allá

de lo que se puede como debe ser. Será poco, mezquino y cómodo

para ella. No hará un esfuerzo extra para conseguir su gran cosecha,

nada que la moleste y nada que la haga salirse de la comodidad de su

rutina real. Pero bueno, ella tuvo sus consejos y yo la bolsa de

monedas de oro. Estamos iguales. Si ella no es capaz de solucionar

su problema…mejor, quédate callado viejo Rutn… ¡Arreee, caballo!

Page 10: El sendero de ladrillos amarillos

Una vez que el bufón se marchó hacia su comarca, la reina llamó a sus

aposentos privados a la consejera Rizz y a la juvenil princesa Mixe y les

dijo:

- No gastaremos monedas de oro en esclavos. Valen mucho. Buscad

sólo cuatro enanos callejeros y a ellos pondremos a trabajar y yo les

diré como tienen que hacerlo…tengo algunas ideas propias de mi

sabiduría.

La consejera Rizz y la princesa Mixe trataron de recordarle a la reina las

palabras de Rutn pero ella, furiosa, las expulsó de su aposento real con

soberbia y ligereza. Las dos bajaron las largas y oscuras escaleras de

palacio molestas y comentando:

- Ella siempre cree que lo sabe todo – dijo la hijastra princesa Mixe

- Veremos que hace – afirmó Rizz – no podemos contradecirla porque

su furia sería inmensa y hablaría con el rey para decapitarnos.

- Creo que si mi madrastra no es capaz ni siquiera de entender lo que

ella dice y se contradice siempre, menos va a comprender lo que

escuchó de las palabras del sabio hombre de las cosechas –dijo Mixe.

- La reina no entiende que esta es su oportunidad de realizar la gran

cosecha ¿Qué irá a hacer para obtenerla? – reflexiona Rizz.

- Duro es modificar una práctica real ya enraizada en su alma y que es

dominada por la ignorancia y la miopía que es propia de mi

madrastra –dice Mixe.

- Veremos qué pasa, princesa, pero no esperemos mucho –dijo Rizz,

con sabiduría – y siguió su camino.

Al llegar el sabio bufón, a la casa de su comarca, es recibido por su regente

y protector de las cosechas:

- Bienvenido, honorable amo, mirad como se ven nuestras

plantaciones…cada día mejores, tendremos una gran cosecha este

año ¿Y cómo os fue en la visita al castillo de la reina?

- Permitidme reír con ansias, estimado regente – dijo Rutn – deberíais

saber que quiénes ocupan las posiciones reales son los más

miserables, los abruma el acomodo, el consuelo de la rutina y la

Page 11: El sendero de ladrillos amarillos

costumbre. La reina simulaba obediencia al escuchar mis palabras,

pero yo sé que hará muy poco de lo aprendido. Tiene las pobres

virtudes de la cautela y la prudencia más que las habilidades de la

audacia y la imaginación creativa. Es una mujer de negligencia

perezosa, de pasividad invencible e inamovible en sus convicciones.

Sus palabras banales no preceden su acción sino que la sustituye.

Con ese temperamento más dado al reposo que a la acción nunca

tendrá las grandes cosechas que espera, mi estimado amigo. Mi

razón me dice que no la volveré a ver ni tendrá las cosechas más

hermosas de su reino. Habrá otros que la superarán,

Pasó el tiempo. Efectivamente, la reina nunca llamó al bufón Rutn e hizo

las cosas como ella creía que tenían que ser, dando contradictorias órdenes

a los negligentes enanos esclavos que, con humildad, no contradecían sus

órdenes reales por miedo. Aunque ella, a todos quienes querían escucharla,

manifestaba que seguía cabalmente las sabias instrucciones entregadas por

el buen cosechero. La reina siempre pensó que con haberlo escuchado

bastaba para tener la mejor cosecha de todos los reinos. Siguió pasando el

tiempo, prepararon la tierra, hicieron los almácigos y sembraron la tierra.

Después de las lluvias, la reina madrastra Lek se asomó ansiosa al balcón

del castillo a ver el esfuerzo de su imperfecto trabajo y lo que vio

realmente no le gustó. Todo había sido igual que en épocas pretéritas, no

obtuvo la gran cosecha que ella esperaba. Como no siguió los consejos

recibidos por el sabio bufón y como en su soberbia pensó que ya lo sabía

todo, ahora su única gran cosecha es la frustración y darse cuenta que si no

hubiera sido así como fue y hubiera seguido los consejos del consejero no

estaría lamentándose ahora. En su espíritu ya sabe lo que el futuro le

depara.

La reina Lek se lamentó durante tantos días y noches por su soberbia que

una mañana desesperada y con gran dolor subió apresurada por el estrecho

sendero de ladrillos amarillos del castillo y se lanzó desde lo más alto que

pudo. Ya no debería seguir viviendo más. Se lo merecía. Sabía que el rey la

mandaría a buscar para enviarla eternamente al más oscuro calabozo del

castillo en castigo porque nuevamente no iba a poder tener todas las

monedas de oro que soñaba para seguir incrementando sus arcas reales.

FIN

Page 12: El sendero de ladrillos amarillos

Autor

Herman Bustos P.

Publicista. Académico. Relator y consultor internacional. Especialista en Marketing

Educacional.

Inscripción Registro de Propiedad Intelectual. Derechos reservados. Prohibida la

reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio, sin permiso del autor.

Mail: [email protected]

Santiago de Chile. 2012.