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El romanticismo
Se considera el inicio de su desarrollo temporal a partir de 1814, con motivo del
Congreso de Viena. Era un movimiento que surge en base a la tendencia
antirrevolucionaria, donde se define el modelo nación, la autonomía de cada pueblo y la
NO predominancia de ninguna nación en Europa.
El arte romántico no existe en la arquitectura, sino en el historicismo, que aflora
en cada país en función de sus tradiciones para identificarse con el pasado. La escultura
romántica es difícil de definir, es una escultura oficial y pública, para adornar espacios
públicos, dentro de la tradición, que no busca evolución de ningún tipo, escultores
formados en las academias, una escultura plenamente académica. La diferencia está en el
tema a definir frente al neoclasicismo. Hay algunos pintores románticos que trabajan la
escultura y la revolucionan, que hacen también pintura. Con la pintura hay otro problema,
debido a la diversidad de estilos por artista. Decían que el único capaz de criticar una obra
es el mismo artista. La pintura es un arte libre con tantos lenguajes visuales como pintores,
aunque están definidas en escuelas por países. Otra característica es el rechazo a la
academia, y con ello a sus normas para pintar. Quieren hacer pintura rápida, boceto,
rechazan las composiciones de las tradición, el terminado liso de la pintura y propugnan
la manipulación de la obra (pigmentos en pegotes, manchar, espátula, etc.), y otro el tema,
rechazan el gran género y el formato grande para el tema histórico. Incluyen la naturaleza
con fuerza, el paisaje tiene un mensaje. Otro tema es el exotismo, la pintura orientalista.
Introducen el tema de la muerte, lo fantástico el erotismo, la crueldad, el sadismo, pero
fundamentalmente naturaleza y rechazo a las normas académicas.
HARTT F. (1985): Arte, historia de la pintura, escultura y arquitectura, Akal
A diferencia del Neoclasicismo, que es fácilmente reconocible, el Romanticismo
es un estilo totalmente indefinido. Las peculiaridades propias del Romanticismo y sus
artistas son tan numerosos como los escritores que se han ocupado del tema. El término
romántico parece tener su origen en el género narrativo del medievo tardío, cuando las
aventuras de héroes legendarios tuvieron un enorme alcance. Desde un principio, el
Romanticismo presentaba connotaciones de irrealidad y distancia en el tiempo, en el
espacio o en ambos. El gótico de Walpole, que se manifiesta en arquitectura en la Colina
de Straberry y el la literatura en la novela gótica El castillo de Otranto (1764), fue a
menudo considerado romántico, aunque parece más acertado utilizar el término
prerromántico. Hacia mediados del siglo XVIII, el término romántico fue aplicado a los
jardines ingleses “naturales”, con tortuosos paseos, estanques y arboledas. Así, a los
elementos literarios de lo exótico y lo remoto se añadió el ingrediente de lo natural, que
encuentra su soporte filosófico en los escritos de Rousseau.
El aspecto culminante del romanticismo es el interés por lo sublime como algo
distinto de la belleza, derivado de la tradición que tuvo su origen en el tratado De lo
sublime, atribuido a Longinus, filósofo griego platónico del siglo III d.C. Lo sublime, que
contiene elementos de terror, dolor, majestad y miedo por lo desconocido y lo
irreconocible, constituye un fuerte componente del arte antiguo durante el período
helenístico, en contraste con los criterios clásicos, claramente definidos, de belleza
predominantes en el arte griego del siglo V a.C. Lo sublime fue objeto de meditación para
el crítico francés Boileau en el siglo XVII, y, aun en contra de su voluntad, para el
racionalista Voltaire, quien tuvo problemas con la grandeza de Shakespeare en cuando a
su violación de las reglas clásicas “un salvaje que puede escribir”.
Aunque gran parte de los elementos del Romanticismo ya existían en el siglo
XVIII, se consideraban como una pose elegante de la sociedad refinada al igual que el
clasicismo; de hecho, las dos actitudes podían fácilmente coexistir. Fue tras la Revolución
Francesa cuando el Romanticismo se extendió a toda la sociedad y caló en obras de arte
de primer orden. Los principios estructurales del siglo XVIII fueron sustituidos por una
nueva emotividad que creó sus propias formas. Al igual que el Neoclasicismo, el
Romanticismo se convirtió en una forma de vida que no sólo afectaba al arte, sino también
al comportamiento, y que elevaba la emoción por encima del intelecto, el contenido por
encima de la forma, el color por encima de la línea, la intuición y la pasión por encima
del juicio, surgiendo un nuevo ideal de héroe. Mientras el Neoclasicismo exaltaba a
Poussin, Raphael y a los “clásicos” (arte clásico visto por los romanos), el Romanticismo
encomiaba lo barroco, especialmente a Rubens y Rembrandt, Miguel Ángel, lo medieval
y o oriental.
El Neoclasicismo en Inglaterra era relativamente pobre, excepto en arquitectura:
incluso la arquitectura neoclásica inglesa afortunadamente podía realizarse en los estilos
clásico, gótico u oriental. En Francia, sin embargo, el Romanticismo, que había surgido
en el estudio de David sin que él lo supiera, se declaró en su contra y en contra de todo el
movimiento neoclásico. Los románticos eran leales al sueño napoleónico de una Europa
unida. Después de la caída de Napoleón, los románticos se volvieron afines a nuevos
movimientos revolucionarios, y sin embargo, la última fase del Neoclasicismo de Ingress
se asociaba a la restaurada monarquía borbónica, después del Segundo Imperio, y las
fuerzas represivas de la Academia.
La actitud romántica hacia la vida, aunque fue gratificante por la liberación de los
rígidos moldes del Neoclasicismo, no podía continuar con toda su fuerza durante mucho
tiempo. Se convirtió en una pose, adoptada por los artistas que querían escapar de la
sociedad burguesa del siglo XIX. Lo lejano, lo extraño, lo nuevo, siempre atraerá a los
espíritus aventureros. El Romanticismo, por consiguiente, tuvo innumerables hijos entre
los movimientos artísticos de finales del siglo XIX y del siglo XX. Los románticos
abrieron paso a un mundo de recuerdos extraídos del arte medieval e incluso de artes no
europeas, que los neoclasicistas habían excluido. Además, la exploración romántica de la
naturaleza y los recursos del color condujeron directamente a los más brillantes
descubrimientos del Impresionismo,
ESCULTURA
ARTT F. (1985): Arte: historia de la pintura, escultura y arquitectura, Akal
La escultura romántica nunca estuvo a la altura de la pintura. No hubo genios
como Goya o Delacroix. Sin embargo se realizaron importantes y correctos trabajos a
gran escala en importantes edificios parisienses.
François Rude (1784-1855)
Es un escultor formado en academia, partidario de Napoleón, exiliado en Bélgica,
regresa en 1827 a París.
El pescador napolitano (1830-1833). El tema está sacado de la pintura popular
italiana, un muchacho desnudo jugando con una tortuga, con un gorro como única prenda.
Es un acabado académico perfecto, pero es un tema cotidiano, no un héroe o tema
destacado, en contra de los principios del arte contemporáneo. Está observado
realistamente, no idealizada, se olvida la belleza formal y se toma lo vulgar. Hay un toque
de humor, el muchacho lleva un gorro de lana que simula el famoso gorro frigio, recuerdo
vago del pasado revolucionario.
La marcha de los voluntarios de 1792 (la marsellesa), 1835-1836. Adorna uno de
los pilares del Arco de la Estrella de París (de Jean François Chalgrin, 1806), que forma
parte de la remodelación urbanística de Napoleón. Arco de propaganda política pero
inacabado. Durante el reinado de Luis Felipe I (1830-1848) se le aplican cuatro grandes
relieves que representan acciones gloriosas del pueblo. A Rude se le propone el tema del
gobierno de Luis Felipe, en el sentido del levantamiento del pueblo en contra del
extranjero, pero Rude representa un hecho histórico del 5 de julio de 1792, donde un
grupo de marselleses inician una marcha hacia París para defender la revolución, y en el
viaje cantan La marsellesa, canción declarada nacional en 1879. El grupo escultórico está
adosado sobre el muro (no es un relieve), lleno de referencias clásicas. Grupo de guerreros
bajo un genio alado que se identifica como la libertad. Esta composición se ve en el cuadro
de Delacroix. Los supuestos voluntarios van a la moda antigua, con una influencia del
Altar de Pérgamo y sus relieves. El hecho del desnudo vulgar de un joven en calcetines y
el expresionismo de los rostros y los gestos, con su exaltación patriótica, le da un carácter
romántico.
Napoleón despertando a la inmortalidad (1845-1847). Lo hizo por un encargo de
un antiguo comandante para conmemorar el traslado de los restos mortales de Napoleón
a París. Se levante en un parque
público de Dijon, ciudad natal de
Rude. Monumento de bronce sobre
un pedestal de mármol. Se puede ver
a Napoleón, retirándose con el
uniforme de general mientras se
quita el sudario, junto a un águila
(símbolo imperial) que muere, como
una entrada de Napoleón a la
inmortalidad. Escultura pública, que
se levanta sobre un pedestal de
mármol. La naturaleza toma mucha
carta en el entorno, gracias al lugar
donde es situada la escultura así
como en sus formas.
PINTURA
Alemania
Caspar David FRIEDERICH (1774-1840)
Nace en una localidad del mar báltico, fue educado en el arte académico y se
formó en Copenhage. Se traslada a Dresde, donde vive hasta su muerte, aquejado de una
grava enfermedad mental. Muy introvertido, solitario, problemático con la religión, muy
rígidamente educado en la religión protestante.
Pintura fundamentalmente de paisaje. Tenía muchos amigos filosóficos, y la
filosofía romántica alemana era panteísta (relación divina de la naturaleza). Influido,
considera que su trabajo debe alabar la grandeza de Dios, trabajando paisajes donde se ve
lo hecho por Dios, y se ve por tanto a Dios mismo, su huella. Crea una teología religiosa
que levantó mucha polémica. Los protestantes, al ser iconoclastas, él se crea una
iconografía religiosa en contra de esta normal. Todas sus obras tienen un mensaje
religioso. La figura humana de espaldas, observando el paisaje, sublimizado, tratando de
manifestar a Dios en él. Su pintura sí puede catalogarse como sublime.
Monje junto al mar (1808-1810). Fue comprado por Guillermo II de Prusia en
1810, se encuentra en Berlín. Cuadro de gran formato, paisaje marítimo, donde en un
lateral aparece una figura diminuta y solitaria, que contempla la inmensidad del mar.
Tiene un desarrollo horizontal en franjas, la tierra, el mar y el celaje. En la pintura el cielo
toma carta de la naturaleza, con el principal protagonismo. La sensación de horizontalidad
rompe con la profundidad, y el hombre queda dominado, un elemento minúsculo de la
naturaleza, único elemento vertical. La naturaleza se hace la dominante. Se destruye el
antropocentrismo, frente a la naturaleza (Dios). Este cuadro creó polémica al ser expuesto
a causa de la falta de costumbre por el público ante una obra de estas características.
Abadía en el robledal (1809-1810). Grupo de monjes penetran en el interior de la
ruina de un monasterio para enterrar a un hermano muerto. El paisaje envuelto en la niebla
de invierno, con nieve y árboles secos. Destacan en el horizonte el monasterio y los robles,
ambos secos y ruinosos, que representan la ruina de la iglesia católica. Mensaje político
de decadencia y modificación de los territorios que cree una nación alemana. Frente a
este panorama se sitúa un pajarito sobre el monasterio, que anuncia la esperanza de la
primavera. El cielo es crepuscular, con la luna representando a Jesucristo. Composición
horizontal mediante franjas. Es un paisaje basado en un lugar real, incluso el monasterio
existía.
Caminante frente a la niebla (1818).
Difícil de interpretar. No hay primer
plano, sobre un montículo el viajero que
contempla un paisaje invadido por la
niebla que nos hace desconocer que hay
debajo. Está vuelto de espaldas, nos
introduce dentro del cuadro. Va vestido
a la moda del momento, que obedece a
un movimiento político prusiano que
reclamaba la unidad jurídica de los
estados alemanes, la eliminación de
privilegios de la nobleza, la libertad de
prensa, etc.
Rocas calcáreas en Rügen (1818). Consecuencia
de su viaje de luna de miel. En el cuadro aparece
su mujer a la izquierda. Se van de viaje a la isla de
Rügen, con acantilados pintorescos. Pinta la visita
que su mujer y él le hicieron. Tiene un problema
de interpretación: hay dos caballeros a parte de la
mujer. Se piensa que el hombre joven es el
hermano del pintor, pero otra teoría es que los dos
personajes son el pintor, representado en dos
etapas de su vida, el joven que mira esperanzado
el horizonte y los barcos (paso de la vida), y el
viejo él en la actualidad sumiso a la mujer. A ambos lados dos árboles forman un espacio
ocupado por el mar y el paisaje en forma de corazón. El mar aparece pintado en luz
rosada/amarillenta, adelantando una observación directa de la naturaleza. Liz componente
de la pintura.
Salida de la luna a la orilla del mar (1822). Personaje masculino vestido a la moda
tradicional, los veleros que representan el paso de la vida, la Luna (Jesucristo), la
naturaleza como protagonista (Dios), composición en horizontal, etc.
Mar de hielo o El naufragio de la Esperanza (1823-1824). Refleja una tragedia,
el naufragio de un barco llamado La Esperanza, y la calma que sigue al naufragio. Los
bloques de huelo que crean puntos de fuga, han provocado el naufragio del barco. Paisaje
sublime, junto a la fantasía y la imaginación. Las cosas se expresan con más fuerza
mediante su ausencia, por eso no se muestra el naufragio, sino lo que queda después, que
nos hace imaginar con temor lo que pasó. De alguna manera rememora cómo el hermano
menor del pintor murió paulatinamente patinando sobre hielo delante de él. Hay quien
también interpreta un mensaje de la llegada de un invierno alemán difícil y sin esperanzas.
Pintura romántica inglesa
Joseph Mallord William Turner (1775-1851)
Es considerado como uno de los pintores revolucionarios, el primero capaz de
abandonar el tema. En una pintura, lo más importante es el color y la materia, no sólo el
tema, una idea revolucionaria entonces. Una pintura no tiene por qué representar nada.
Nace en Londres, no estudió pero fue aprendiendo sólo. En Inglaterra había un problema,
el nivel del habla, que diferencia socialmente según el acento y la escasez de lenguaje
culto. Le produjo un complejo terrible, que le dio unos modales groseros. Él vivía con su
padre, que le ayudaba en las pinturas. Tuvo una relación con la criada de su casa, y
posteriormente con una viuda, nunca se casó. Pese a su grosería, pudo maniobrar
socialmente y tuvo éxito con sus pinturas. Primero vendía y luego compraba sus obras,
para luego cederlas al gobierno inglés. No pinta igual a lo largo de su vida, pero hay una
selección de sus obras.
La capilla de San Erasmo, abadía de
Westminster (1796). Pintura de acuarela. Se
usaría la cámara oscura para captar los
detaller arquitectónicos y el paisaje con más
facilidad, para captar detalles difíciles de
observar. Su importancia está en que Turner
introduce el trabajo con un lápiz de color,
para pintar sobre la acuarela cubierta de
aguada de color, aplicándose unos tonos
más oscuros, creándose capas de diferentes
colores, raspando y sacando los colores que
se consideren. Esa es la manipulación en
acuarela Había muchas pinturas de este tipo,
se vendían a buen precio. Esta obra sería un
ejemplo de pintura pintoresca.
Dido construyendo Cartago (1815). Comienza el período académico, quiere el
reconocimiento de la academia. Pinta cuadros de gran tamaño, e intenta recrear las obras
de los grandes maestros, demostrar sus cualidades comparables, como en esta obra
inspirada en El desembarco de la reina de Saba (1648). Este cuadro lo expuso en la
academia, al lado del anterior, para que comparen. Está inspirado en unos versos del libro
de la Eneida. Habla de la reina Dido, que mandaría construir la ciudad de Cartago. Tiene
un mensaje político, en un momento de derrota napoleónica, hace una analogía entre
Cartago y Roma, y Reino Unido y Francia, respectivamente. Es una pintura bellísima,
representa el puerto cartaginés con un sol crepuscular, que lanza rayos dorados que se
reflejan en el agua. En la naturaleza no hay líneas, y existe una contaminación visual y
lumínica, y los objetos se perciben en función de la luz. Tiene una composición barroca,
el eje central es la legua de mar que se adelanta, hay una arquitectura utópica, que nunca
existió, eran inspiradas e inventadas en base a ruinas. Las más lejanas se diluyen en la
bruma, perdiendo detalle. La pintura está hecho con un gusto en la aplicación del color,
con una atmósfera percibida, que facilita un contacto visual.
El Naufragio (1805), paisaje sublime, se aprovechan las huellas de la pintura y la
espátula para el oleaje, libertad de artista romántico.
Tramas de color (1819). Realiza una imagen inspirada en un viaje a Italia, al
Benetto. Él llevaba unos cuadernos para pintar y en esos álbumes empieza a pintar esta
imagen de Colours benning, estudios que hace en estos cuadernos donde dispone franjas
una encima de otra, con una idea clara, representar el espacio y bastedad de la naturaleza.
Experimenta que colocando una franja de marrón y otra azul en transición tonal, se
aprecia intelectualmente la tierra, el mar y el cielo, aunque no se representen en detalle,
con sólo una mancha de color vemos un paisaje o figura, pero no hay nada dibujado, sólo
pintado. Un efecto parecido hay en Lista hacia oriente desde la Giudecca: en la
madrugara (1819), con paisaje y una ciudad de fondo, Venecia. Dependiendo de la luz
del día los objetos se perciben de manera diferente, como se puede ver en sus paisajes
crepusculares. El artista pide participación en la creación de la obra.
Venecia (1819). Otra acuarela, vista al atardecer con un horizonte partido por el
paisaje, duplica la imagen horizontal en el reflejo del agua.
Concierto en Petworth (1835). Es un paisaje interior
en una casa de campo, donde se reunía con un amigo.
Se representa una velada musical, donde una mujer
misteriosa toca el piano, adivinada muy elegante,
posiblemente una dama de la que Turner estuviese
enamorado, flanqueada por dos caballeros. Escasean las
líneas, sólo están las del cuello de la mujer, todo lo
demás se hace con manchas de color.
El buque Temerario remolcado a su último destino (1839). La pintura representa
una escena de la que el propio Turner fue testigo en 1838: el destino final del HMS
Temeraire, en el momento en el que fue remolcado desde la base de la flota, Sheerness,
en la desembocadura del Támesis, hasta su destino final: el desguace. Es una obra extraña,
fascinantemente romántica y repleta de significado. Bajo la superficie se encuentra una
nostálgica reflexión sobre ese buque tan antiguo y chatarrero, de cómo los días de gloria
ya han pasado y el que fuera uno de los mayores símbolos del poder de la Marina Real
Británica, navega rumbo a su muerte: los astilleros de la flota, donde será desarmado. El
ocaso del sol coincidiendo con el ocaso del navío... El cuadro también sugiere una
reflexión sobre la suplantación de la vejez por la juventud así como el enfrentamiento de
valores entre la modernidad de la máquina de vapor (rápida, técnica, eficaz... pero sin
gloria) y la tradición ya pasada de la navegación a vela (grande, gloriosa, hermosa, noble),
que representada en el cuadro por el Temeraire se ve humillantemente remolcada hacia
la muerte por una máquina de vapor.
Lluvia, vapor y velocidad (1844). Está pintado a consecuencia de una experiencia
personal. En 1848 una compañía termina un puente férreo de hierro sobre el Támesis, a
Turner le gustaba mucho coger el tren, y se inspira para el cuadro, que refleja el cambio
de época. El puente principal de hierro nuevo se contrapone a uno antiguo pequeño de
piedra, lo nuevo frente a lo viejo, cambio de época. Entre los juncos, personas que
descansan, placidez tradicional del campo mezclado con la modernidad. Mensaje de la
ideología del momento. El cuadro está pintado de una manera peculiar, atmosférica, de
luz que crea los volúmenes y los contrastes lumínicos.
John CONSTABLE (1776-1837)
Contemporáneo de Turner, pero estilo diferente. Aparentemente Turner es más
revolucionario, pero la de Constable es más difícil y revolucionaria. Pertenecía a una
familia rural cerca de Londres, que tenía un río
canalizado. Tordas sus pinturas prácticamente son el
paisaje del entorno de su casa.
Retrato de María Bicknell (1816), a su
prometida. Extraordinaria calidad pictórica,
demuestra su maestría. Pintura retrato con fondo
neutro, rostro delicado, y con una blusa muy
detallada y conseguida. Utiliza tonos puros de blanco
con la paleta, “La nueve de Constable”, lo que le
identifica. La pintura tiene grietas, traquelado, el óleo
se quiebra mucho en la pintura del XIX, porque empieza a fallar el cuidado del cuadro,
como rebeldía ante la academia, no aplicándose la protección pictórica por ejemplo.
Escena de un río navegable (1817), perteneciente a la serie Six-Footers, siempre
paisajes agrícolas de los alrededores de la casa de Constable, entre 1817 y 1825. Paisaje
domesticado, que le dio mucha fama y dinero, con una técnica muy refinada, llena de
detalles naturalista, buscando el equilibrio de la composición. Revolucionario que
observa las hojas de los árboles, verdes pero que reflejan el color del reflejo, como el
marrón de un tronco. Observa un suelo verde, pero por zonas azules como el agua, o los
troncos con zonas blancas, es una composición complicada, que quiere representar la
naturaleza con todo su color, colores no planos sino compuestos por trazos de muchos
colores que lo formen. Escena que muestra una cotidianeidad del entorno.
El carro de heno, mediodía (1821), otro cuadro de la serie. Tiene un boceto previo.
Tuvieron una preparación exhaustiva al mismo tamaño que el cuadro, donde se ve mejor
la creatividad del artista sin convencionalismos ni las normas de mercado. Para la
demanda de su venta, se realizaba el cuadro definitivo. Era la casa de campo de un amigo,
habitada como se demuestra en el humo de la chimenea. Cuadro apacible, pintoresco y
todo bullendo de vida. Gente pescando, peces saltando, perro observando, ramas
moviéndose, junto a una agradable tranquilidad.
La catedral de Salisbury vista desde los campos del obispo (1823). Basado en un
boceto previo del artista de 1811. Pintura pintoresca, donde aparecen viajeros que
observan la catedral rodeada de las tierras del obispo.
La catedral de Salisbury desde los prados (1834-1835). Se oponía a la pérdida de
poder de la iglesia, y como protesta realiza esta pintura, la iglesia oscura, amenazara por
la sombre de un cielo tormentoso, con un elemento de esperanza representado en un
arcoíris. Utiliza recursos que ya había aplicado previamente (un carro, un perro curioso,
etc.).
Estudio de nubes (1821-1822). Serie de bocetos sobre nubes en base a cada hora,
día y lugar. Los usaba para basarse en ellos en la realización de sus obras que
representasen celajes.
Cenotafio de Joshua Reynolds (1836). Cuadro que hace en los jardines de una casa
de campo de un lord protector de sir Joshua, donde pinta este cenotafio funerario. A
ambos lados dos esculturas, representados Rafael y Miguel Ángel. Delante del cenotafio,
un bellísimo ciervo, representando la belleza de la naturaleza y del arte. Cuadro
melancólico de aspecto dorado, plácido, de difícil tratamiento.
Pintura romántica francesa
Théodore GÉRICAULT (1791-1824)
La Balsa de La Medusa (1819). Dio lugar a un debate político intenso. El 2 de
julio de 1816, una fragata francesa se contrató para llevar colonos a la colonia de Senegal,
pero naufragó frente a las costas argelinas. El capitán huyó del barco con su personal,
pero dejó a la deriva a hombres en una balsa que estuvieron 13 días din rumbo, pero
fueron rescatados por un velero. Realizó muchos bocetos previos por cada detalle, pero
eligió el instante en que se ve un barco en el horizonte y renace la esperanza en los
hombres. Coge estructura en pirámide, puntos de fuga con la vela de la barca y el otro el
muchacho que llama la atención del velero. Los cuerpos de los muertos, espléndidos
anatómicamente con técnica de academia. El cuadro está pintado a la manera académica,
pero es romántico, por el tema, por la desesperación y por la presencia de ua desnudez no
heroica, rostros de moribundos, el gusto por lo cruel y el sadismo.
La loca (s/f). Se fue un tiempo a Italia para realizar pinturas, en especial de
caballos. Una serie de retratos de locos encargados por un psiquiatra, que consideraba la
locura como enfermedad, no trastorno, y se podían clasificar según el rostro de la persona.
Para el estudio, mandó al artista hacer retratos para presentarlos a un congreso. Los
cuadros son de tamaño mediano, de medio cuerpo sobre un fondo neutro. El personaje se
retrata con todo el realismo posible, él respeta mucho a estas personas, atormentadas
psíquicamente. No interesa una representación brillante, es muy sobria, austera, opaca,
no preciosista. La loca se sabe que había asesinado a un niño, y por lo cual estaba
internada. Va pobremente vestida, y la prenda blanca se usa para iluminar el rostro, un
rostro realizado con mucho realismo y detallismo. Ocurre lo mismo con el Retrato de una
loca, con la misma mirada perdida.
Eugène DELACROIX (1798-1863)
Pertenecía a la burguesía francesa, lo que le facilitó una formación cultural y
sólida, también en literatura y música. Era romántico en su gusto por todas las artes. Fue
amigo y seguidor de Géricault, y su inmensa mayoría de obras están influidas por él.
ARTT F. (1985): Arte: historia de la pintura, escultura y arquitectura, Akal
Es la expresión del arquetipo romántico-solitario, serio, de inagotable imaginación
y sentimientos profundos. Escribió en su Diario el documento más completo que tenemos
sobre los pensamientos y sentimientos de este gran artista, que siempre tenía una ligera
fiebre. A diferencia de Géricault vivió una existencia marcada por pocos acontecimientos
externos. Aunque admiraba el arte italiano y dijo que quería ir a Italia, la realidad es que
nunca fue. Viajó a Inglaterra, Bélgica, Holanda, España y de norte de África, y excepto
alguna que otra aventura juvenil, no se le conocen relaciones amorosas, y nunca se casó.
Tenía una actitud altanera con otros artistas. Su rica vida interior se reflejaba en sus
lienzos. Una vez escribió: “¿Qué es lo más real de mí? Son las ilusiones creadas por mis
pinturas, el resto son arenas movedizas”. A lo largo de toda su vida pintó miles de óleos
y acuarelas, y realizó innumerables dibujos. No mucho antes de su muerte se expresó en
estos términos: “En cuanto a composiciones, tengo suficientes para llevar dos vidas
enteras en cuanto a proyectos, tengo para cuatrocientos años”.
Al principio Delacroix escribía en su Diario una lista de temas sobre los que quería
trabajar y que invariablemente trataban de escenas de violencia física y emocional. Más
tarde descubrió que el primer impulso creativo quedaba disipado al poner los títulos con
anterioridad, por lo que abandonó esta práctica. Escogía sus temas de la poesía inglesa,
sobre todo de Shakespeare y Byron, y utilizaba también la historia medieval. Le encantaba
la música. Conocía a Chopin personalmente y analizaba sus composiciones con fina
intuición, consciente de su belleza y también de sus limitaciones. Al principio admiró a
Beethoven, pero más tarde encontró su música ruidosa y exagerada. Desde su juventud
su único ídolo en música fue “el divino Mozart”, lo que nos dice mucho acerca de la
disciplina del arte de Delacroix, siempre bajo un firme control intelectual a pesar de su
aparente impetuosidad. De joven fue introducido en la pintura de Miguel Ángel, cuyos
cuadros conocía sólo a través de grabados y de lo que le ensañaba su mentor Géricault.
Pero en EL Delacroix madura la influencia del gran florentino disminuyó, así como la de
su difunto amigo, fortaleciéndose, por el contra, durante toda su vida la lealtad a los
maestros venecianos y a Rubens, apóstoles del colorismo, constantemente reforzado.
La matanza de Quíos (1823-1824). Tema romántico, alude a la lucha del pueblo
griego contra los turcos. La isla de Quíos fue atacada durante la guerra, el ejército turco
arrasó a la población de la isla. Cuando la noticia llegó a Europa occidental, hubo
indignación general. Delacroix pinta este cuadro en base a este episodio y opinión en
Europa, en homenaje a esta población, a favor de la liberación griega. La composición es
en friso, donde se divide en dos partes idénticas. La parte inferior es ocupada por
personajes principales, la superior es ocupada por el paisaje y el celaje. Es un paisaje
habitado, que ocupa la práctica totalidad del cuadro. Aparentemente desordenada, pero
realmente es muy ordenada. Hay un huevo en el centro que hace dirigir la mirada al fondo.
Vemos dos grupos, compuestos por soldados turcos, y habitantes castigados. Colores muy
luminosos, que dan un toque muy sensual, apelando al color de oriente. El dramatismo
está muy presenta, así como el erotismo. Debajo del todo, las mujeres y madres
humilladas, dominadas, encima los turcos procediendo a la represión, impasibles.
La muerte de Sardanápalo (1827). Se encuentra en el museo del Louvre.
Sardanápalo, rey asirio del s. VII a.C., que decidió suicidarse después de ser derrotado,
pero antes decidió destruir todo lo que le dio placer en vida. En 1821 Byron hizo un poema
sobre la historia, se tradujo al francés y se realizó una obra de teatro, en al cual se inspira
el artista para el cuadro. Es una estructura en pirámide, donde en la cima, el rey recostado
en un enorme lecho, observa la muerte de todo lo que le dio placer, impasible y arrogante,
para que no pudieran producirle placer a sus conquistadores. Se forma una composición
de grupos, ordenados, con composiciones ordenadas, pero al estar fragmentado en grupos
da una sensación de desorden, pero con una serie de espacio que los separan. El color es
cálido, fundamental en el cuadro, el cual aboga por el sentido, la pasión poco razonada.
Pintura rápida, abofetada, pero con gusto en el detalle, con gran deleite. Los desnudos de
Delacroix son de tipo arabesco, de curva contra curva, que apela a la sensualidad, junto a
la crueldad expresada en el rostro del esbirro, aunque la muerte produce aquí morbosidad.
La libertad guiando al pueblo (1830-1831). El 28 de julio de 1830, el descontento
popular contra Carlos X produjo una violenta insurrección en París, controlada por Luis
Felipe, primo de Carlos V, a quien coronaron rey en la “monarquía de Julio·,
instaurándose una nueva etapa. Se le manda a Delacroix inmortalizar el momento, e hizo
este cuadro en memoria del momento. Es deudor de “La Balsa de la Medusa”. Se narra el
momento final de la revuelta, un grupo de ciudadanos que marcha hacia el espectador. En
el centro, la famosa Marian semidesnuda, deriva del genio de la libertad, que lleva la
bandera de Francia, se convierte en el símbolo de la libertad. París al fondo en llamas,
producto de la revuelta. La mujer representa a la humanidad, el vestido significa la
opresión, y aflora el principio de la naturaleza, mostrando sus pechos sin opresión. Al
fondo, obreros y hasta burgueses, manifiesta la participación de todo el mundo, hasta
niños, como el del primer plano, invitando a la unión del espectador. El cielo es nebuloso
a causa del humo del fuego parisino, importantísimo porque se usa como recurso para la
sensación de fondo, parecida a la perspectiva aérea, constituyendo el espacio físico del
cuadro.
Mujeres en Argel (1834). Toma un giro en su carrera. En 1832 se va a visitar
mundo. Viaja a España y la zona norte de África, donde gracias a sus contactos viaja con
el séquito del embajador francés ante el sultán de Marruecos, así como a Argelia.
Apuntaba en su cuaderno todo lo que iba encontrando, y cuando vuelve a Francia su
pintura se tiño de orientalismo. Este cuadro es un ejemplo. Lo pinta por una experiencia
propia. Un empleado del puerto argelino le permitió visitar su casa y ver a sus mujeres,
viendo dónde se situaba este pequeño harén. No es una pintura literaria, es realista. Un
grupo de mujeres, en un espacio pequeño y opresivo de donde no pueden salir, amueblado
con un cierto lujo. Sentadas en el suelo, conversan y están vestidas. Tienen algunos
elementos como las pipas de agua, se representa el mundo monótono y aburrido de estas
mujeres, con un toque de sensualidad, con una mujer mirando directamente al cuadro. En
el centro, la pipa de agua con un tubo curvo (arabesco), es otro elemento oriental. Se
aplica color y manchas de luz. Las pinceladas de color blanco sobre la blusa de la mujer,
adivina una pintura muy etérea del momento. Es pequeño de dimensiones, puesto que no
narra ningún episodio histórico reconocido, pero de muy buena composición.
Jean-Baptiste COROT (1796-1875)
Fue un artista parisino, poco conocido entre el gran público. Fue muy
independiente, que no se acogió dentro de un movimiento en concreto. Ese problema de
colocación hizo que su nombre no apareciera en manuales, no queda su memoria
historiográfica. Hace 15 años se celebró una exposición, y muchos especialistas lo vieron
como artista romántico, pero su pintura no es romántica, es naturalista, realista, pero no
romántica. Fue un artista independiente, no se sometió a una educación tradicional, y
empezó a ver que la pintura era luz, y había que hacerla al aire libre, y abre el camino a
la pintura impresionista de finales del XIX, peor no es pre-impresionista como tal.
Estudio del Coliseo de Roma (1826). Forma parte de un pequeño grupo de estudios
que pintó durante su primera estancia en esa ciudad. Pintura de paisaje, donde una vista
destaca restos de la antigüedad romana, una recuperación de los mitos perdidos. Para
romper la frialdad de esa imagen, un árbol crea una panorámica más centrada. Un día
muy tranquilo, con detalles en gran nitidez, sin sensación atmosférica, con una enorme
sensibilidad técnica, un dibujo muy sólido y compacto. Utiliza colores terrosos,
característica de él, no tiene capa de barniz que brille.
Agar en el desierto (1835).Pertenece a un período que se llama Paisajes arcadios.
Cuenta la historia de Agar, sirvienta de Sara (mujer de Abraham), que fue llevada ante
Abraham para
tener un hijo,
puesto que su
esposa no podía
dárselo. Y una
vez que lo tuvo,
fue expulsada al
desierto junto a
él (Isamel), hijo
de Abraham y
del que
descienden los
musulmanes del desierto, frente a los otros descendientes judeocristianos. En el cuadro,
la madre y el hijo desesperados en la sobriedad del paisaje sublime, son sólo un pequeño
elemento en el paisaje. Un ángel en el cielo aparece para dar esperanza. La luz que baña
el cuadro es muy blanquecina.
La odalisca romana, Marietta (1834). Modelo que sirve al pintor, desnudo que
recuerda al de Ingress, referente a anteriores pintores. Gran modernidad para el público
privado. Tiene una aguada rosa donde va aplicando más colores. Ese color rojo/marrón
le da más sensualidad. Ambigüedad espacial, no hay profundidad, ni perspectiva. Franjas
de colores en horizontal, no hay muebles, sólo colores, separados por cambios bruscos
del tono. Demuestra una destreza en la innovación absoluta.
La mujer de la perla (1858-1868).
No es un retrato, sino una propuesta en
homenaje a pinturas renacentistas, como la
Gioconda. Se representa una campesina
francesa que vive en Italia. Va vestida con
el traje regional, propio de la zona del Lago
Albano. Lleva sobre la cabeza una corona
vegetal, donde sobresale una hoja en la
frente que le da el nombre de “mujer de la
perla”. No hay nada que distraiga al
espectador, la mujer no lo mira, actitud
tímida típica de la juventud. Se trata de
hacer ver un habitante de la región, sin
engrandecerlo, ni darle una elegancia
absoluta, aunque manifiesta cierta simpatía
del pintor hacia la muchacha, con un estatismo que le da tranquilidad.
El estanque a través del follaje (1870). Paisaje de ensoñación, pintura de estudio
sobre bocetos tomados al aire libre. Interesa la climatología, donde las hijas y la
nubosidad hacen ver los objetos de una forma, pintura empastada, pre-impresionista. Luz
argéntea y plateada típica de la época final del pintor. Una de las preocupaciones
impresionistas era captar la naturaleza, el pintor hace lo mismo pero por técnica distinta,
aunque la captación atmosférica de la naturaleza lo comparte con el impresionismo.
La dama de azul (1874). Modelo que servía al pintor, aparece con un vestido azul,
sin manga, en contra de la moda general. Considerado indecoroso, aunque consigue una
imagen elegante. Es frágil, aparentemente inacabada, el color se aplica con pincel y
espátula, y los cambios de tono dan volumen, todo se construye en base a color, no dibujo.
No hay ningún elemento que llame la
atención, pero crea un ambiente
culto, íntimo, elegante.