el rencor [padre sofian (boghiu)]

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Como consecuencia de la cólera, si no llegamos areconciliarnos el mismo día con aquel con quien nos hemos peleado, una pasión muy peligrosa se instala en nosotros: el rencor (Padre Sofian Boghiu)

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  • El Rencor esun cancer espiritual*

    Padre Sofian Boghiu (1912-2002)

    Traduccin del frances, adaptacin y re-edicion en PDF por J.F. - Jul.2014

    ndice1 Pequea biografia del Padre Sofian 12 El rencor es un cancer espiritual 23 9o Discurso (o escaln): de la Memoria de las Injurias 5

    1 pequea biografia del padre sofianEl archimandrita Sofian Boghiu, llamado Serge en el santo Bautismo, na-

    ci en 1912 en el seno de una familia de piadosos cristianos que vivian en eldistrito de Balti en Moldavia. A la edad de 14 aos, entr en el skite de Rugi,en el distrito de Soroca, y permaneci all once aos como novicio.

    En 1932, entr en la escuela monstica del monasterio de Cernica, cercade Bucarest. En 1937, tom sus votos monsticos; en 1939, fu ordenado

    * Fuente: orthodoxologie.blogspot.com.es/2014/07/pere-sofian-boghiu-la-rancune-est-un.html (traduccin al francs del texto original ruso en: www.pravoslavie.ru/put/52443.htm).

    1

  • el rencor es un cancer espiritual 2dicono. De 1940 a 1945, estudi en la Academia de Bellas Artes de Bucarest,de 1942 a 1945, en la facultad teolgica de la misma ciudad.

    Ordenado sacerdote en el monasterio Antim de Bucarest, se convirti ensu higmeno y, en 1954, fu nombrado higmeno del monasterio de Plum-buita, igualmente en Bucarest. En 1958, fu arrestado y condenado a 15aos de trabajos forzados por haber participado en el movimiento espiritualZarza Ardiente (Rugul Aprins).

    Despus de seis aos, fue liberado en una amnista general declarada porel rgimen. Liberado, es sin embargo vigilado estrechamente por los servi-cios secretos. Icongrafo Profesional, adorn 25 iglesias y monasterios enRumania y tambin el monasterio de Deir El Harf, en el Lbano, la Cate-dral de Homs y la iglesia de Hama en Siria. El padre Sofian fue uno de losrenombrados padres espirituales rumanos y fue llamado el apstol de Bu-carest. Se durmi en el Seor el 14 de septiembre de 2002 en el Monasteriode Caldarusani, a la edad de 90 aos.

    2 el rencor es un cancer espiritualNos encontramos, con la ayuda de Dios, al final de la tercera semana de

    Cuaresma. Los santos Padres y nosotros seguimos sus enseanzas nosrecuerdan constantemente que la Cuaresma no solo significa abstenerse dealimentos grasos, carne y productos lcteos.

    Ciertos creyentes observan muy estrictamente la cuaresma, y es buenoque lo hagan, pero esto no es suficiente. A la cuaresma fsica a saber, laabstinencia de alimento debemos siempre aadir lo que constituye su otroaspecto, lo que es lo ms importante en ella: la abstinencia del mal. Hayque ayunar con todo el ser, con el fin de que los ojos, la mente, la boca, lasmanos y las piernas, todo se abstenga de hacer el mal.

    Si conseguimos unir esta cuaresma del alma a la del cuerpo, eso serlo que Dios quiere de nosotros. Pero si observamos solamente el ayunocorporal, y no nos nos preocupamos del otro a saber, el del alma nuestroayuno se vuelve entonces intil: penamos, pero no recibimos recompensa.

    Debemos reflexionar bien sobre esto, porque cada uno de nosotros tienenecesidad de Dios. En la vida existen determinadas circunstancias en lasque los hombres realmente no pueden ayudarnos, y nos volvemos entonces,en espritu y en corazn, hacia el cielo y gritamos: "Seor, aydanos!". YDios nos ayuda si nos mantenemos en Su camino. Pero si seguimos nuestrapropia voluntad y no hacemos mas que el mal, si decimos aquello que no esnecesario, y no realizamos mas que el mal, entonces Dios no escucha nues-tras oraciones, como dice el santo apstol Santiago1. No conseguis ayuday permaneceis insatisfechos porque orais mal, pedis lo que en realidad noos es de utilidad, o le pedis a Aquel que habeis despreciado hasta el lti-mo momento. Cuando lo necesitas, imploras a Dios en la oracin, y luegoregresas a tu vida habitual, la mayora de las veces una vida en el pecado.

    Tambin sera bueno volver nuestra atencin sobre las pasiones que re-vuelven y enturbian nuestra vida interior. Al estar turbados nosotros mis-mos, turbamos tambin a los que nos rodean, y nuestra vida se transformaa menudo en un infierno: toda nuestra vida terrenal con escndalos en lafamilia, en el trabajo, por todas partes, con todos los conflictos posibles de-bido a la ambicin, a la clera, a los nervios destrozados, etc. Por esta razn,ser bueno, en estos das de cuaresma, que el que pueda observar el ayuno

    1 Peds y no recibs, porque peds mal, con el fin de satisfacer vuestras pasiones (Santiago 4:3).

  • el rencor es un cancer espiritual 3corporal lo acompae del ayuno del alma, de la prudencia hacia todo lo queenturbia nuestra vida interior y exterior.

    Una de las pasiones que hace estragos constantemente en nuestra vida esla clera y, cogidas de la mano con ella, las disputas, los conflictos, que aveces llegan muy lejos. Como consecuencia de la clera, si no llegamos areconciliarnos el mismo da con aquel con quien nos hemos peleado, unapasin muy peligrosa se instala en nosotros: el rencor.

    Y guardas en ti este rencor, no puedes orar, la mente se queda en undilogo constante con aquel con el que reiste. De hecho, el otro tambintiene algo contra ti y tambin siente clera. Aparta sus ojos de ti, le pesa ole es desagradable mirarte, porque t lo ofendiste, y t tambin [te sientesofendido].

    Esta pasin, llamada rencor, es la fruta diablica de la clera. Quiero lee-ros lo que escribi sobre esto San Juan Climaco2. Este gran psiclogo espiri-tual, este monje, vivi entre el siglo VI y el VII, y analiz el alma y la personahumana, como ningn psiquiatra en nuestros das lo ha hecho, cogiendo losmatices sutiles de la vida de los hombres, y por esta razn, se detuvo sobrela pasin de la que hablamos ahora: el rencor. Dijo lo que sigue al principiode su 9o discurso (o escaln):

    Las virtudes santas se parecen a la escala de Jacob, y los viciosopuestos a la santidad, a las cadenas de las que fue liberado Pe-dro, el corifeo3 de los Apstoles. Porque las virtudes, conducien-do cada una a la siguiente, llevan a aquel que las escoge hastael cielo; pero es de la naturaleza de los vicios el engendrarse ysostenerse unos a otros.

    Porque haces dao, engaas, odias, robas, llevas a cabo muchas otras pa-siones, luego ellas te oprimen, como cadenas, y acabas pareciendote a unverdadero esclavo.

    Si haces el bien, si cumples las virtudes, entonces, como dicen los santosPadres, tu interior es liberado de este veneno de las pasiones, cada vezeres ms radiante, te vuelves ms tranquilo y sientes que oras, sientes queAlguien te protege, sientes que tienes un Maestro que en todo tiempo puedeayudarte.

    Y ya que acabamos de escuchar a la estpida clera decirnos que elresentimiento es su propio retoo, es sin duda oportuno decir ahora algosobre eso (cap. 1). El resentimiento es el fin al cual lleva la clera, es elfruto de la clera, el guardin de los pecados, el odio de la justicia, y esoportuno decir ahora algo sobre eso (cap. 2) porque, como el cncer devoralas clulas de nuestro cuerpo, del mismo modo el rencor devora las virtudes,las buenas obras, tanto las nuestras como las de otros.

    . . . El odio de la justicia, la ruina de las virtudes, el veneno del alma,el gusano roedor del intelecto, la vergenza de la oracin. Por qu lavergenza? Porque rezas con el fin de que Dios te perdone, y t mismo,t, no perdonas! Y debe ser vergonzoso para ti pedir que Dios te perdone,cuando t mismo estas enfadado con tu prjimo.

    . . . La desecacin de la splica . . . , porque cuando rezas, pides que Diosenjuague tu splica. No tienes derecho a ser perdonado, si t mismo noperdonas.

    2 Las citas de San Juan Climaco estn sacadas de la traduccin de La Escala Espiritual por elArchimandrita Placide Deseille.

    3 corifeo: (del lat. coryphaeus, y este del gr. korufaisol, jefe). 1. m. Persona que es seguida de otrasen una opinin, ideologa o partido. 2. m. Director del coro en las tragedias antiguas griegas yromanas (fuente: RAE).

  • el rencor es un cancer espiritual 4. . . La alienacin del amor; es un clavo hundido en el alma, un sentimien-

    to desagradable amado en la dulzura de la amargura, un pecado continuo,una iniquidad siempre alerta, una malicia de cada hora (cap. 2). Esto quieredecir que el resentimiento es una pasin sombra y triste, es uno de estosvicios engendrados por otro, pero que no tienen ellos mismos progenitura.Es por eso que no tenemos la intencin de extendernos largamente sobreeste tema (cap. 3).

    El que ha aplacado la clera ha apagado el resentimiento; porque losnios pueden nacer slo si su padre est vivo (cap. 4). Mientras la cle-ra habite en nosotros, el resentimiento contina. Tambin, junto a los otrossantos Padres, San Juan Climaco dice en otro lugar: En un conflicto, cuan-do ests furioso contra alguien, no des a tu voluntad la primera palabra,gurdala.

    Si ests furioso y exasperado y dices la primera palabra, dirs otra, toda-va aadirs una ms mala, y el conflicto estallar como un fuego, como unincendio, y ser ya difcil de apagarlo. El conflicto ser cada vez ms agudo,quemar, y esta clera, esta disputa y este odio continuarn, y no podrsreparar lo que ha sido hecho el mismo da.

    Si te pasa que, despus de muchas luchas, eres incapaz todava de ex-traer esta espina (la del resentimiento), prostrnate ante tu enemigo, aun-que sea slo de palabra. Posiblemente, ms tarde, tendrs vergenza de tularga hipocresa respecto a l, y logrars, estimulado por la quemazn de tuconciencia, amarlo con perfecta caridad (cap. 11).

    Sabrs que ests totalmente libre de esta infeccin, no simplemente sirezas por aqul que te ofendi, ni si intercambias obsequios con l, ni si lconviene a tu mesa, sino solamente si, sabiendo que cay en alguna desgra-cia espiritual o corporal, tu sufres y lloras por l como por ti mismo (cap.12). Es el atributo del amor, del que habla el apstol Pablo en el captulo 13de la primera epstola a los Corintios: sufrir con los que sufren, aunque seantus enemigos. Si sufres con l y rezas por l mientras que l padece una grandesgracia, t mismo te curars y l.

    El hesicasta rencoroso es una vbora, escondida en un hoyo y que llevadentro de ella misma un veneno mortal (cap. 13).

    La memoria de los sufrimientos de Jess cura el alma del resentimiento,por la extrema confusin en que la pone el ejemplo de Su mansedumbre(cap. 14).

    Los gusanos nacen en el bosque podrido, y el resentimiento se instala enla casa de aquellos que son dulces y apacibles slo en apariencia (cap. 14).

    Te comportas bien, sonres, pero te acuerdas del mal, que penetra tu inte-rior. El salmista dice: enternecen sus palabras ms que el aceite, mas ellasson cuchillos (Salmos 55 (54):21). As, esta paz mentirosa en tu alma, es dehecho slo una cortesa cualquiera . . . Sonres, pero siempre ests dispuestoa hundir el pual en el corazn del otro.

    El que lo ha rechazado (el resentimiento), ha encontrado el perdn, peroel que se aferra a el es excluido de toda compasin (de Dios). Algunos, paraobtener el perdn, se entregan con ardor a los trabajos y a los sudores, peroel hombre que olvida las ofensas los sobrepasa. Porque es verdadera, estapalabra: perdona prontamente, y sers abundantemente perdonado (cf. Mateo6:14-15).

    As, el secreto se encierra en lo que sigue: reconciliarse con su enemigo elmismo da. Qu no se ponga el sol sobre vuestra clera nos aconseja laSanta Escritura (Efesios 4:26). Qu no se ponga el sol sobre nuestra clera, y

  • 9o discurso (o escaln): de la memoria de las injurias 5entonces el resentimiento ser expulsado de nosotros y las relaciones entretu y yo y los dems sern puestas en orden.

    El olvido de las ofensas es el indicio de una penitencia sincera. Pero elque guarda la enemistad y cree que se arrepiente es semejante a un hom-bre que duerme y suea que corre (ch.17). Posiblemente habeis tenido ta-les sueos: os visteis corriendo a toda velocidad, asustados por algo, y, aldespertaros estabais en vuestra cama. De la misma manera el que quiereguardar en l el dao que le hicieron: parece que se ha arrepentido, y enapariencia se ha vuelto dulce, pero mantiene la enemistad en l. Se pareceal que tiene la impresin de correr durante su sueo.

    Vi hombres llenos de resentimiento exhortar otros al olvido de las ofen-sas, y, confundidos por sus propios discursos, liberarse de su pasin (ch.18). Es ms fcil hablar que hacer.

    Qu nadie vea este vicio sombro como una pasin inofensiva, porque amenudo gana incluso a los hombres espirituales (Ch. 19).

    Y el ltimo prrafo, en pocas palabras: Este fu el noveno grado (o esca-ln). Quin lo ha alcanzado puede pedirle en lo sucesivo con confianza alDios salvador el perdn de sus pecados.

    Amen.Agradecemos la traduccin (del ruso) de Bernard Le Caro

    3 9o discurso (o escaln):de la memoria de las injuriasEscalon nono, de la memoria de las injurias4

    1. Con mucha razon se compran las virtudes a aquella escalera que vioJacob (Genesis 28:12); y los vicios con aquella cadena que cay de lasmanos de San Pedro (Hechos 12:7). Pues las virtudes enlazadas la unacon la otra (por razon de una casualidad y consequencia natural quetienen entre s) hacen una perfecta escalera que nos sube hasta el cielo;mas los vicios trabados entre s como eslabones, por esta misma ordeny consequencia que ay en ellos, hacen una espiritual cadena que tienelos hombres presos en el peccado, y los lleva hasta el infierno. Por loqual aviendo ya declarado como el furor tiene por hija a la memoriade las injurias, es razon que tratemos agora della.

    2. Memoria de las injurias es accrescentamiento del furor, guarda delos peccados, odio de la justicia, destruccion de las virtudes, venenodel anima, gusano que siempre muerde, confusion de la oracion, per-dimiento de la charidad, clavo hincado en el corazon, dolor agudo,amargura voluntaria, peccado perpetuo, maldad que nunca duerme, ymalicia que todas las horas se comete.

    3. Este escuro y molestissimo vicio es de la orden de los que engendranotros vicios, y son engendrados de otros (como ya diximos) y por essotratermos mas brevemente dl.

    4 Fuente (con el texto completo de La Escala Espiritual de San Juan Climaco): www.clerus.org/clerus/dati/2004-06/23-15/patscale.html. Traducido y comentado por Fray Luis de Grana-da, escritor dominico espaol (Granada, 1504 - Lisboa, 31 de diciembre de 1581)

  • 9o discurso (o escaln): de la memoria de las injurias 64. El que desterr de su anima la ira, desterr tambien la memoria de

    las injurias, que procede della; mas si el padre estuviere vivo, nuncadexar de engendrar tales hijos.

    5. Por otra pasrte el que conservare la charidad desterrar la ira; mas elque quisiere sustentar enemistades, a muy grandes trabajos nos obliga.

    6. La mesa y combite caritativamente offrescido muchas veces reconcililos desavenidos; y las ddivas y presentes ablandan el corazon. Lamesa curisamente aparejada sirve para grangear amistad; mas muchasveces por la ventana de la charidad se entr la hartura del viente; porlo qual de tal manera avemos de procurar los bienes, que no abramosla puerta para los males.

    7. Not una vez que la passion del odio fue bastante para apartar unosque estaban amancebados de muchos dias; de manera que la memoriade las injurias (fuera de todo lo que se podia esperar) quebr este tanfuerte vinculo de la fornicacion; y maravillme de vr como un demo-nio curaba a otro demonio: aunque esto mas fue por dispensacion deDios (que por todas las vias encamina nuestro bien) que por obra deldemonio.

    8. Muy lexos est la memoria de las injurias del grande, y verdadero, ynatural amor; mas no lo est la fornicacion; porque muchas veces esteamor (aunque limpio) viene a degenerar y desvarar en amor no limpio.Y por esso quando la condicion de las personas es sospechosa, siemprese sede el hombre zelar aun deste amor; porque muchas veces destamanera se caza la paloma, quando el amor sencillo y natural viene ahacerse sensual.

    9. A quien muerde la memoria de las injurias, acuerdese de las que eldemonio le ha hecho, y embravezcase contra l; y el que quiere travarenemistades, tavelas con su cuerpo, que es un enemigo falso y enga-oso, y mientras ms se regala, mas nos daa.

    10. Suelen los que tienen memoria de las injurias favorescerse con la auto-ridad de las escripturas, torciendolas a su sentido, y pretendiendo conellas socolor de zelo deffender su mal proposito. Baste para confundira estos la oracion que el Salvador nos ense (Mateo 6:7-13) ; la qualno podremos decir si tuvieremos memoria de las injurias.

    11. Si despues de mucho trabajo no pudieres del todo desterrar esta pas-sion de tu animo, a lo menos trabaja con las palabras y con el rostropor mostrar a tu enemigo que te pesa de lo hecho; para que siquierapor aver tenido esta manera de dissimulacion con l, ayas verguenzade no tenerle el amor que le debes; accusandote y remordiendote conesto la propia conciencia.

    12. Y entonces te has de tener por libre dessa enfermedad, no quandorogares por tu enemigo, no quando le ofrescieres ddivas y presentes,no quando le traxeres a comer a tu mesa; sino quando viendole enalguna calamidad espiritual o corporal, assi te compadezcas dl, y assila sientas, como si tu mismo la padeciesses.

    13. El Monje solitario que dentro de su anima guarda la memoria de lasinjurias, es como un basilisco que est dentro de su cueva, el qualdoquiera que v lleva consigo su ponzoa.

  • 9o discurso (o escaln): de la memoria de las injurias 714. Gran remedio es para desterrar esta memoria, la memoria de los do-

    lores de Jesus, quando el hombre considerando aquella tan grandeclemencia y paciencia, ha verguenza de verse tal.

    15. En el madero podrido se engendran gusanos: y muchas vezes en loshombres que parescen mansos y amadores de una falsa quietud, estencerrada la ira. El que esta memoria desterr de s, alcanzar perdn;mas el que la retiene y sustenta, indigno se hace de la divina miseri-cordia.

    16. Muy buen medio es el trabajo y la aspereza de la vida para alcanzarperdon de los peccados; mas mucho mejor es el perdon de las injurias,porque escripto est (Lucas 6:37): Perdonad, y sereis perdonados.

    17. Por donde uno de los grandes argumentos indicios de la verdaderapenitencia es el olvido de las injurias: mas el que guardando las ene-mistades piensa que hace penitencia, semejante es a aquel que estandodurmiendo suea que corre.

    18. Alguna vez me aconteci ver a unos que saludablemente exortaban aotros al perdon de las injurias; y teniendo ellos tambien que perdonar;de tal manera se movieron y avergonzaron con sus mismas palabras,que vinieron a perdonar y a curar su propia enfermedad con el reme-dio de la agena.

    19. Ninguno tenga esta ciega passion por simple y pequeo vicio; porquemuchas vezes llega a alterar a los espirituales varones.

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