INTRODUCCIÓNUna campesina llamada Teresa, vivía en un pequeño y pobre

pueblo de Escocia. Era bailarina y en una de sus actuaciones, se enamoró y se casó con un joven apuesto campesino llamado Felipe.

Un año después, tuvieron dos gemelas llamadas Clara y Laura. Cuando las niñas tuvieron quince años, sus padres alquilaron un piso en la playa para que las niñas se divirtieran.

Aunque físicamente las gemelas eran iguales y nadie las distinguía más que sus padres, en realidad eran muy distintas. A Clara le gustaba levantarse tarde y acostarse muy tarde y a Laura todo lo contrario, le gustaba levantarse temprano y acostarse muy temprano. A Clara la asignatura que más le gustaba era la música y a Laura la historia del arte y la física. Clara era muy aficionada al tenis y Laura era muy aficionada a esquiar. Una de las pocas cosas que tenían en común, eran las comidas, por ejemplo: a ninguna de las dos les gustaba las lentejas y a las dos les gustaban las tartas de chocolate. Otra de las cosas que tenían en común era que a las dos les gustaba mucho dibujar y bailar (porque su madre era bailarina y les había enseñado a bailar muy bien).

CLARA TERESA LAURA

Clara y Laura iban al colegio “Run and run” y cuando cumplieron los trece años, sus padres no podían pagar la matrícula para el año siguiente y tuvieron que irse del colegio y matricularse en el instituto “Rainbow”. Allí hicieron muchos amigos y Clara tuvo su primer novio que era un chico rico llamado Alejandro.

TERESA SE MARCHA A AUSTRALIATeresa tuvo que irse un año a Australia, para comerciar con la

gente de allí. Su barco salía a las nueve de la mañana. Felipe, Clara y Laura estuvieron allí para despedirla. La abrazaron y la besaron. Un rato después vieron cómo se alejaba el barco que iba hacia Australia.

No hay nada peor que perder a una madre un año entero. Se escribían y se llamaban todos los meses pero aun así la echaban mucho de menos.

Un año después llegó una carta a Felipe diciendo :

Unos bárbaros extranjeros han invadido el norte de Australia, por lo tanto, los visitantes españoles tendrán que esperar para llegar a sus hogares, mientras tanto, permanecerán acogidos en la Mayor Central Seguridad de Australia (M.C.S). No podrán salir hasta que no se hayan echado a los bárbaros. Esperemos que puedan volver pronto a sus hogares.

Saludos :

Alexander Robinson Habba Presidente de Australia

Al leer esto, se asustaron mucho y rápidamente llamaron al teléfono de su madre. No contestaba. Todos estaban muy nerviosos y asustados. No sabían qué hacer. Felipe le dio un penique a Laura y le mandó a por un sobre y un sello a correos, le dio otro a Clara y le mandó que fuera a la tienda de al lado de su casa a por algunos papeles en blanco para enviarle una carta a su madre.

Clara volvió a los cinco minutos, no había podido comprar los papeles porque habían subido su precio, pero, diez minutos después volvió Laura, que, con más suerte que Clara había comprado un sobre junto con un sello de 78 peniques.

-¿Cuánto valen los papeles, Clara?-pregunto Felipe a su hija.

-Dos peniques cada paquete-le contestó Clara.-Toma y ve lo más rápido que puedas a la tienda más cercana y

compra un paquete de papeles-dijo Felipe bastante intranquilo.

Clara se llevo una gran desilusión cuando se encontró la tienda cerrada. Fue corriendo a la ciudad y una vez allí preguntó a una señora si sabía dónde había una papelería. La señora le dijo que si le daba un penique le diría dónde había una papelería. A Clara esto le pareció muy injusto y no le dio nada a la señora. Muy desilusionada empezó a buscar por todas partes una papelería.

Se hizo de noche y Felipe se extrañó mucho de que Clara no volviera, no entendía cómo podía tardar tanto en bajar un momento a la tienda de al lado.

UNA CARTA PARA TERESADe repente Clara se encontró en el suelo un papel en blanco y

llena de alegría fue corriendo a su casa. Cuando llegó se encontró a su padre llamando a la policía. Clara estaba muy cansada y un poco resfriada. Su padre al verla colgó el teléfono y la abrazó. Le cogió el papel de la mano y a toda prisa fue a su escritorio a escribir la carta. Cuando estuvo terminada decía así:

Querida Teresa:

Espero que estés bien, te echo mucho de menos, al igual que las niñas. Espero que vuelvas pronto y que te cuides mucho. Te quiero mucho y te mando muchos besos de parte de las niñas. Por favor cuídate mucho y ten mucho cuidado. Mañana es el cumpleaños de las niñas y no sé qué regalarles, estoy acostumbrado a que tu tengas siempre las mejores ideas. Clara está un poco constipada pero no te preocupes, yo me ocupo de ella. Lo importante es que vuelvas pronto.

Muchos besos y abrazos:

Felipe Castro Cortés

La releyó y la metió en un sobre. Acto seguido lo cerro y le pegó el sello de 78 peniques.

Fue a la cocina y vio que las niñas ya habían preparado la cena. Habían hecho un puchero acompañado por unos panecillos y pescado.

-Mañana iré a correos a entregar la carta, vosotras podéis ir a dar una vuelta si cuando llegáis todavía no he vuelto.-les dijo Felipe a sus dos hijas.

-Sí, papá.-le contestaron éstas.-¿Podemos llevarnos algo para merendar mañana por la tarde?

-Sí, coged un paquete de galletas cada una.-les contestó su padre.

Después de cenar el padre les dio dos besos a cada una y se fueron a la cama. Felipe no pudo dormir en toda la noche pensando en el regreso de su esposa.

CUMPLEAÑOS FELIZ

Al día siguiente, las dos niñas se fueron al instituto muy temprano, era lunes y estaban muy cansadas. Como ese día era el cumpleaños de las dos, su padre les había dejado invitar a un amigo o amiga a cada una. Clara había invitado a Alejandro (su novio) y Laura a Megane (una chica nueva amiga de Laura).

Después de salir del instituto las dos se dirigieron a la clase de baile. Daban clases de baile gratis en un local muy cerca del instituto, la modalidad que más le gustaban a las gemelas era el ballet.

Cuando acabaron sus clases, fueron a casa y al abrir la puerta

vieron que todo estaba lleno de globos y encima de la mesa una gran tarta con dieciséis velitas y tres regalos en el suelo. Vieron a su padre asomar la cabeza por la puerta y corrieron a abrazarlo.

-Muchísimas gracias papá-dijeron las dos al unísono.

-De nada, os lo merecéis, ¿es que no vais a abrir los regalos?-preguntó su padre.

-Ahora mismo-dijo Clara.

Primero abrieron un regalo de su padre que era para las dos, dentro había dos trajes de color azul turquesa. En uno venía bordada la letra “C” y en el otro la letra “L”.Las niñas fueron a darle otro abrazo a su padre.

Luego abrieron cada una un regalo individual. En el de Laura había un viejo violín de su padre y en el de Clara un escenario y unas marionetas para hacer teatros.

Las dos gemelas volvieron a abrazar a su padre. Llamaron a la puerta y Clara abrió, era Megane que había traído dos regalos. Uno era para Clara y otro para Laura. Laura abrió el suyo y dentro había un álbum lleno de fotos de animales. En el de Clara había otro álbum pero con fotos de plantas y del medio ambiente.

LEÓN GARZA CABALLO RANA

HOJA COPOS SOL ÁRBOL

Cada una le dio un beso a Megane y empezaron a mirar las fotos.

Esperaron a que llegara Alejandro, pero, como no llegaba empezaron a cantar “Cumpleaños Feliz”. Al final de la canción, las dos

gemelas pidieron rápidamente un deseo y soplaron las velas a la vez. Las dos pensaron que habían pedido el mismo deseo pero estaban equivocadas.

Clara había pedido que su madre regresase muy pronto y Laura había pedido poder ir a Australia para estar con su madre.

Justo después de que soplaran las velas, llamaron a la puerta. Era Alejandro que había traído una caja muy grande que llevaban dos mozos. Las niñas esperaban un gran regalo porque Alejandro era rico y tenía mucho dinero.

Hola-les saludó-aquí está vuestro regalo.

Lo abrieron entre las dos y se asombraron mucho cuando vieron que dentro había un perro. A Laura al principio le pareció una crueldad tratar así a un animal, metiéndolo en una caja pero era tan mono que se le olvidó rápidamente.

Laura se pasó todo el cumpleaños jugando con el perro y con Megane. Por lo contrario Clara estuvo enseñándole la casa a Alejandro y viendo las fotografías que le había regalado Megane.

A las niñas les hubiera gustado recibir algún regalo de su madre y que ella estuviera con las dos disfrutando su cumpleaños.

EL REGALO DE SU MADRESe hizo tarde y Alejandro y Megane tuvieron que irse. Ya se iba

acercando la hora exacta de su nacimiento. Nacieron a las 00:00 y eran las 23:59. De repente llamaron a la puerta, era el cartero.

-Traigo una carta urgente para las señoritas Clara y Laura Castro Flores-dijo el cartero. Acto seguido se fue.

Felipe fue a darles la carta a las niñas. Las niñas las abrieron con mucha curiosidad justo a las 00:00. Era de su madre y decía:

Queridas hijas:

Soy vuestra madre, espero que estéis bien. Quería mandaros esta carta para felicitaros a las dos. Os he traído unos regalos que están en el fondo pegados al sobre. Espero que os gusten mucho.

Yo estoy bien pero la comida aquí (en el M.C.S) es escasa y bastante mala. No tenéis que preocuparos por mi pero por favor escribidme pronto.

Bueno no quiero distraeros más daros prisa y abrid vuestros regalos.

Un beso y un abrazo:

Teresa Flores Cabello

Las niñas se quedaron emocionadas al leer la carta y vieron que, efectivamente al fondo del sobre había dos pequeños paquetes, en uno ponía que era para Laura y en otro ponía que era para Clara. Las dos abrieron los regalos a la vez. Eran dos colgantes, uno con el nombre de Laura y otro con el nombre de Clara. Se los pusieron y se durmieron, cuando su padre entró a ver que era ya estaban dormidas y no quiso despertarlas.

HALLOWEEN Y EL PIE DE LAURA

Al día siguiente las niñas contaron a su padre lo que decía en la carta de su madre y el magnífico regalo que les había hecho por su cumpleaños. Era la fiesta de Halloween y las niñas iban a quedarse en casa de algunos amigos por la tarde.

Durante la fiesta, Laura se lo pasó en bomba pero Clara se aburrió bastante porque no tenía con quien jugar (que fuera amigo suyo), echaba de menos a Alejandro que no había sido invitado. Jugaron al fútbol, al tenis y contaron historias de miedo.

Cuando volvieron de la fiesta a Laura le dolía mucho el pie derecho porque se había caído jugando al fútbol y se había hecho mucho daño.

Laura se pasó todo el día en la cama y su padre, al final, tuvo que llamar al doctor del pueblo para que viniera a ver qué le pasaba a Laura en el pie.

-Tiene el pie roto, tiene que ir al hospital ahora mismo-dijo el médico sólo ver el pie de Laura.

-Lo siento, no puedo llevarla, no tengo suficiente dinero-le contestó Felipe.

-Diga que viene en mi nombre y le dejarán entrar-repuso el doctor.

Lo siento mucho pero no puedo-replicó Felipe.

Por favor, hágalo-le pidió el doctor.

Al final el doctor convenció a Felipe y llevó a Laura al hospital. No podía ir al instituto ni a las clases de baile, tenía que quedarse en el hospital y como mucho podía andar un poco con muletas en el pasillo del hospital.

Mientras tanto, Clara y Felipe llevaban su vida habitual, pero todas las tardes cuando Clara llegaba del instituto, iban al hospital a ver a Laura. A veces le llevaban bombones y flores.

Poco a poco Laura se iba recuperando de su caída y empezaba a andar sin muletas. Muy pronto empezó a ir al instituto y regresó a

su casa. Estaba muy emocionada al igual que Clara porque dentro de tres días tendrían una excursión con el instituto.

LA EXCURSIÓNLlegó el día de la excursión y las niñas estaban haciendo sus

maletas en sus habitaciones.

-¿Qué tal vais?-preguntó Felipe.

-Muy bien papá-contestó Clara-ya sólo nos queda meter en las maletas nuestros neceseres.

-Daros prisa o llegareis tarde a la excursión-les advirtió Felipe.

-Ya vamos papá- contestaron las dos.

Al llegar al instituto, encontraron que todos los alumnos ya se habían subido al autocar que los llevaría directamente al bosque. Se subieron rápidamente y sacaron sus bocadillos.

El viaje duró dos horas pero a las niñas les pareció eterno. Al llegar al bosque se pusieron en grupos de cinco y cada grupo se puso manos a la obra a construir sus cabañas. Clara y Laura se pusieron juntas con Alejandro, Megane y Cloe (una chica que, aunque a ninguna de las gemelas les caía muy bien, era bastante simpática y la más lista de la clase de las gemelas).

Durante el día hicieron muchas actividades (jugaron al fútbol americano, al béisbol, fueron en canoa...). Cuando llegó la noche hicieron orientación en la oscuridad, era en parejas y Clara y Alejandro se pusieron juntas.

Cuando terminaron la orientación nocturna, cada grupo se fue a su cabaña y cenaron allí. Laura se asombró mucho cuando, al entrar en la cabaña n vio a Clara por ninguna parte. Preguntó a todos sus

compañeros de la cabaña si la habían visto, pero nadie la había visto desde que empezaron las actividades nocturnas.

Poco después, Laura se dio cuenta de que también faltaba Alejandro.

-¿Dónde estarán los dos? - se preguntó Laura.

-Nosotras no los hemos visto desde que empezaron las actividades nocturnas - dijeron Cloe y Megane a la vez - tal vez les haya pasado algo.

Laura estuvo esperádoles despierta dos horas `pero no volvían. Fue a llamar a su maestra, llamó a la puerta de su cabaña y:

-¡Ahhhh!¡Socorro!-gritó su maestra.

-No se asuste maestra soy Laura-le tranquilizó Laura.UNA NOCHE MUY ROMÁNTICA BAJO LA LUNA-¡Laura, qué susto me has dado! ¿qué ocurre, por qué me

despiertas? Creo que me debes una explicación.

-No sé dónde está mi hermana Clara, no ha venido a la cabaña a cenar, tampoco ha venido Alejandro-le explicó Laura.

Mientras tanto, en el puerto, muy cerca de allí...

-No he podido dejar una nota a mi hermana diciendo que no voy a ir hasta muy tarde a la cabaña, estará preocupada. Espero que no avise a la maestra. ¡Qué bonitas están hoy las estrellas y qué brillantes!-exclamó Clara. Alejandro estaba a su lado.

-Tienes razón, pero, a mi me gusta más la luna-repuso Alejandro.

-Me gustan mucho los faros. Tal vez porque son como la estrella polar, indican el camino en la oscuridad, hacia el puerto, hacia la seguridad. Son como algunas personas realmente especiales, que no todos tienen la suerte de conocer, personas que aunque tardes mucho en verlas es como si las hubieras visto el día anterior, personas que son como agradables certezas. Clara, no me atreví a decírtelo antes pero eso es lo que siento cuando pienso en ti.-Alejandro dijo esto con voz muy suave.

Clara sonrió cariñosamente. Acto seguido se fueron aproximando uno al otro, estaban a punto de besarse cuando...

-¡Clara, Alejandro os hemos buscado por todas partes, he estado a punto de llamar a vuestros padres y a la policía!-era la voz de la maestra. A su lado estaba Laura.

Clara lanzó una mirada asesina a Laura y después añadió:

-Lo siento mucho maestra, es que salimos a dar una vuelta y no nos dimos cuenta de la hora.

-Ahora mismo volved todos a vuestras cabañas inmediatamente-dijo la maestra, y dirigiéndose hacia Clara y Alejandro añadió-con vosotros ya hablaré mañana.

Clara no le dirigió la palabra a Laura durante toda la noche y por la mañana Clara y Alejandro fueron a hablar con la maestra.