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abril-junio 2
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Cómo descubrir el propósito de Dios para tu vida
U E L U N I V E R S I T A R I O
abril-junio 2020
Hola:
personal y familiar con tu pastor o director
de publicaciones distrital.
Lección 8: Universitarios
8a SEMANA 1 inTro
Hechos para esto
La humanidad fue creada para vivir en comunidad. Este concepto tiene sus raíces en la Creación. Primero, fuimos creados a la imagen de un Dios triuno (tres per- sonas en una). «Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, confor- me a nuestra semejanza; tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gén. 1: 26-27, RV95). Aunque no podemos comprenderlo plenamente, el único Dios verdadero existe como una pluralidad, y podemos más o menos captar este concepto cuando consideramos la pluralidad de la humanidad que Dios creó a su imagen.
Es obvio, por tanto, que nuestra necesidad de pertenencia es inherente a nues- tro propio ser. No es de extrañar que en general, nuestra salud y bienestar estén tan ligados a nuestra experiencia comunitaria. Cuanto más se integre la persona a una comunidad sana, mayores serán sus probabilidades de gozar de buena salud.
La más íntima de las relaciones es la unión matrimonial. Cuando Dios declaró que «no es bueno que el hombre esté solo», indicó la necesidad humana de vivir en comunidad. Después, Dios procedió a satisfacer esa necesidad al establecer la fami- lia, basada en la unión matrimonial. Sin embargo, haría falta cierta estrechez de miras para limitar la declaración de Dios de esta necesidad humana exclusivamente al matrimonio. Aunque el texto tampoco apoyaría los argumentos de aquellos que excluyen el matrimonio, ya que este fue la respuesta inmediata de Dios a la situa- ción de soledad de Adán. Necesitamos vivir en comunidad y nuestra primera expe- riencia comunitaria es la familia, que inicia en el matrimonio.
Claramente, el matrimonio es parte del plan de Dios para la humanidad. Ade- más, como hemos dicho, nos ayuda a satisfacer la necesidad de comunidad con la que nacemos. En un mundo ideal, cada uno se casaría apropiadamente y educaría hijos piadosos, pero en el mundo pecaminoso en que vivimos, no todos se casan, ni tienen hijos. Aun así, todos necesitamos una comunidad.
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Escríbelo aquí
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üCopia de tu versión preferida de la Biblia Génesis 2: 15-25.
üPara abreviar puedes copiar únicamente los versículos 20 al 25.
üO si lo prefieres, puedes parafrasear el pasaje bíblico utilizando tus propias pa- labras, resumirlo o hacer un bosquejo.
O c
8a SEMANA 2 inTerioriza
La misión en el matrimonio
Contrario a alguna teología popular contemporánea, los capítulos primero y segundo de Génesis no son relatos contradictorios de la Creación. Más bien, Génesis 2 explica el día final de la Creación, y arroja mucha luz acerca del diseño original de Dios al crear a la humanidad.
A solas con Dios Tanto Adán como Eva pasaron tiempo con el Creador en ausencia del otro. Para Adán
esto fue antes de la creación de Eva y para Eva, fue mientras Adán dormía. Antes de jun- tarlos, Dios se aseguró de que ambos tuvieran una relación individual con él. Un profeso cristiano no tiene nada que hacer buscando un cónyuge si no ha invertido tiempo antes en su relación individual e íntima con Dios.
Esto también significa que no hay nada equivocado en permanecer solo. El hecho de que seamos creados para vivir en comunidad no implica que la soledad esté prohibida. ¡Al contrario! El tiempo a solas de Adán con Dios lo concientizó de su necesidad de compañía.
Misión individual Dios asignó un trabajo específico a Adán y podemos inferir que hizo lo mismo con
Eva. En Génesis 1: 28, vemos que Dios les dio a Adán y a Eva un mandato que ellos debían cumplir juntos, pero en el capítulo 2, le ordenó solo a Adán la tarea de poner nombre a los animales. Antes de encontrar cónyuge y unirse en la misión, el cristiano debe tener una tarea individual que realizar para Dios. El cristiano que no está haciendo algo para Dios no está listo para el matrimonio.
Además, fue mientras Adán estaba trabajando para Dios que se dio cuenta de su ne- cesidad de compañía. De hecho, la verdadera naturaleza de su necesidad se hizo eviden- te a la luz de su trabajo. Si no hubiera observado que el gallo y la gallina eran similares, pero diferentes, podría haberse confundido pensando que lo que él necesitaba era una compañía biológicamente idéntica a él. Dios revela lo que necesitamos en un cónyuge a través de nuestra labor cristiana.
Compañeros de ministerio La orden que Dios les dio a Adán y a Eva como pareja estaba separada de la respon-
sabilidad que les dio individualmente. Tenían un ministerio como pareja, que era poblar la tierra, y se necesitaban el uno al otro para cumplirlo. Se necesitaban mutuamente, en su inconfundible individualidad, para cumplir su misión como pareja. Así que un cristiano no puede asociarse con otro en el ministerio mientras no descubra quién es en Cristo. Es precisamente su singularidad lo que los hará buenos compañeros (su individualidad no será absorbida por el otro).
La otra deducción es que una pareja debe tener una misión. Cuando busca cónyuge, el cristiano no busca a alguien que lo complete, porque ambos están ya completos en Cristo. La relación no debe enfocarse solo hacia el interior, con el único propósito de complacerse el uno al otro. Una relación de pareja entre cristianos tiene una misión que se extiende mucho más allá de la relación misma. Un cristiano debe buscar un cónyuge con quien comprometerse en el ministerio.
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Escríbelo aquí
Regresa al texto que has copiado o parafraseado. Analízalo directamente y re- flexiona sobre su contenido con el máximo detenimiento.
üEncierra en un círculo las palabras, frases e ideas que se repiten.
üSubraya las palabras y frases que consideras más relevantes y que te resultan más significativas.
üUtiliza flechas para conectar algunas palabras y frases que se relacionan con otros conceptos similares.
————————————————————
Del pasaje, selecciona un versículo para memorizarlo.
Escríbelo varias veces con el fin de que te sea más fácil recordarlo.
ü ¿Te sientes cómodo estando solo, o te encuentras constantemente buscando distraerte de tus propios pensamientos de cualquier manera posible?
ü¿Cuál es la diferencia entre los matrimonios cristianos y los mundanos?
O c
8a SEMANA 3 inTerpreta
El sello de los hogares felices
Hollywood, la comercialización del Día de los Enamorados o las tarjetas pre- ciosas de felicitación han marcado nuestra percepción del romance y el matrimo- nio. La imagen realista de la pareja de ancianos gruñona de tu comunidad que lleva décadas casada ha sido sustituida por la imagen inalcanzable del caballero de brillante armadura y su perfecta princesa. Las ideas equivocadas en cuanto al matrimonio se han apoyado en prácticas distorsionadas del noviazgo. Los hom- bres se quieren casar con una princesa aunque ellos no sean caballeros; las muje- res esperan a un caballero aunque ellas no sean una princesa. En lugar de buscar a alguien de principios —a un hombre responsable— las mujeres se encuentran en la búsqueda de hombres que les compren flores. A su vez, los hombres que piensan en comprarles flores se convierten en los chicos perfectos.
En la cultura popular, los matrimonios giran alrededor de dos personas y su amor mutuo es supremo: nada más importa. Cuando el matrimonio se percibe así, también el noviazgo se enfoca así, de tal manera que los consejos de mentores cristianos se desatienden; por ejemplo, los consejos de los padres y de esas per- sonas que te quieren y que desean lo mejor para ti. La individualidad se sacrifica sobre el altar de una devoción mal orientada en esta forma de idolatría amplia- mente aceptada. La pasión remplaza a la razón, ya que es malinterpretada como amor.
Entonces, sucede lo siguiente: cuando la pasión muere —y eso es seguro que sucederá—, la pareja se queda sintiéndose como si se hubieran casado con la persona equivocada, porque «el verdadero amor nunca muere» (así que este no debe de ser el verdadero). Ya que fue por esta pasión (mal caracterizada como amor) que ellos se casaron, si la pasión no puede reavivarse en la relación, la pa- reja empieza a buscarla fuera del matrimonio, y antes de que se den cuenta, están cometiendo adulterio, divorciándose o resignándose a una existencia miserable por el resto de sus vidas.
En el ideal bíblico, el enfoque de la pareja casada es hacia fuera: el mundo debe ser un mejor lugar gracias a que ellos están casados. Su propósito no es tomar de su entorno lo que les agrade, sino llevar bendiciones a su entorno a través de cada una de sus interacciones sociales. Cuando eligen amarse el uno al otro día tras día, dan amor a quienes los rodean. Al ministrarse mutuamente y a los demás, encuentran la felicidad.
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Escríbelo aquí
Después que hayas repasado el texto que has copiado y resaltado,
ü¿Qué te parece lo que has marcado o subrayado y relacionado?
ü¿Qué preguntas te surgen después de haber estudiado dicho pasaje?
ü¿Cuáles son las partes del pasaje que te parecen más difíciles?
ü¿Qué otros principios y conclusiones puedes identificar en este texto bíblico?
ü¿De qué otras formas, además de tener niños, puede una pareja ser fructífera y multiplicarse?
O c
8a SEMANA 4 inVestiga
Escríbelo aquí
ü¿Qué relación consideras que tienen estos pasajes bíblicos con el texto clave?
ü¿Qué otros versículos o promesas te vienen a la mente en relación con Génesis 2: 1-25?
Éxodo 20: 1-17 Juan 2: 1-11 1 Corintios 13
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Un Salvador soltero
Aprendemos en Juan 1: 3 que «por medio de él [de Cristo], Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él». Así que, Jesús era el Creador en Génesis 1. Él puso a Adán a dormir (ver capítulo 2) y formó a Eva tan maravillosa que a Adán le nació una poesía (ver Gén. 2: 23). Él llevó a Eva ante Adán y realizó la primera ceremonia matrimonial. Más adelante, al comienzo de su ministerio terrenal, realizó su primer milagro en una fiesta de bodas (ver Juan 2: 1-11). ¡Clara- mente Jesús está a favor del matrimonio!
Sin embargo, al mismo tiempo, es reconfortante observar que él, que es nues- tro ejemplo a imitar en todo, nunca estuvo casado. Esto destaca el hecho de que si bien el matrimonio formaba parte del ideal de la creación de Dios, no es peca- do permanecer soltero, porque Jesús nunca pecó y era soltero. Simplemente, la singular misión de Jesús no era compatible con el matrimonio, y ese puede ser el caso de algunos de sus seguidores.
Jesús mencionó tres razones que pueden conducir a una vida de celibato (ver Mateo 19: 12).
1. Por elección: reconocer un llamado único a ministrar que sería incompatible con una vida familiar; en este caso, algunos pueden elegir permanecer sol- teros.
2. Por las circunstancias: debido a circunstancias que se salen de su control, algunas personas no pueden estar casadas.
3. Por una predisposición biológica: algunas personas, por naturaleza, son pro- clives a una vida de soltería.
Sea cual sea la razón por la que una persona esté soltera, el ejemplo de Cristo enseña que:
1. Ser soltero no significa no vivir en comunidad; Jesús tenía a los discípulos.
2. Ser soltero no significa que estés en contra del matrimonio; Jesús estaba a favor del matrimonio.
3. Ser soltero no es el fin de la vida; Jesús es la vida.
Si el perfecto ser humano, el Hijo de María, era soltero, entonces casarse no hace a nadie una mejor persona. Aunque de hecho, un matrimonio cristiano de verdad, sí nos ayuda grandemente a asemejarnos más al carácter de Cristo.
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ü¿Dónde ves a Jesús en Génesis 2: 15-25?
ü¿Cómo puede Jesús ser el modelo para las parejas casadas cuando él nunca es- tuvo casado?
ü¿En qué aspectos puedes ver a Jesús en forma diferente, o identificar algún rasgo nuevo de él, basándote en los versículos de hoy?
üPara meditar y orar: ¿Cómo respondes tú, al ver a Jesús de esa manera?
Escríbelo aquí
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8a SEMANA 6 imPlícate
Amor verdadero «Estamos viviendo en los postreros días, cuando la locura referente al matrimo-
nio constituye una de las señales de la próxima venida de Cristo. No se consulta a Dios en estos asuntos. La religión, el deber y los principios son sacrificados para seguir los impulsos del corazón no consagrado. No debiera haber mucha ostentación y regocijo por la unión de los cónyuges. Ni siquiera hay un matrimonio de cada cien que resulte feliz, que lleve la sanción de Dios y coloque a los cónyuges en una posición que les permita glorificarlo mejor. Las malas consecuencias de los casamientos mal concerta- dos son innumerables. Se contraen por impulso. Rara vez se piensa en considerar sin- ceramente el asunto y se tiene por anticuado consultar a los que tienen experiencia.
»En lugar del amor puro imperan el impulso y la pasión no santificada. Muchos ponen en peligro sus propias almas y atraen sobre sí la maldición de Dios al entablar relaciones matrimoniales simplemente para satisfacer su fantasía. Me han sido mos- trados los casos de algunos de los que profesan creer la verdad y han cometido el gran error de casarse con personas incrédulas. Tenían la esperanza de que el cónyuge incré- dulo aceptaría la verdad; pero este, después de alcanzar su objeto, se halla más lejos de la verdad que antes. Y luego empiezan los trabajos sutiles, los esfuerzos continuos del enemigo para apartar al creyente de la fe».— elena g. de White, Testimonios para la iglesia, t. 4 p. 495.
«El amor verdadero no es una pasión impetuosa, arrolladora y ardiente. Por el con- trario, es sereno y profundo. Mira más allá de lo externo, y es atraído solamente por las cualidades. Es prudente y capaz de discriminar y su devoción es real y permanente.
»“Ceñid los lomos de vuestro entendimiento”, dice el apóstol (1 Ped. 1: 13); luego gobiernen sus pensamientos, y no les den rienda suelta. Pueden guardar y dominar sus pensamientos mediante esfuerzos decididos. Piensen correctamente, y ejecutarán ac- ciones correctas. Tienen que guardar, pues, sus afectos y no dejarlos vagar y aferrarse de objetos impropios. Jesús los compró con su propia vida; le pertenecen; por lo tanto lo han de consultar en todo, como en lo referente al uso que deben dar a las facultades de su mente y a los afectos de su corazón».— elena g. de White, El hogar cristiano, cap. 7, pp. 48, 50.
Después de haber analizado el pasaje de esta semana y de haber repasado el versículo destacado que has aprendido de memoria:
ü ¿Qué aplicaciones personales te sientes motivado a realizar en tu vida?
ü ¿Qué aplicaciones prácticas consideras que deberías implementar en tu escue- la, tu lugar de trabajo, tu familia o tu iglesia?
ü ¿Cómo aplicarías a tu vida el versículo que has memorizado?
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8a SEMANA 7 inQuiere
Comparte con tu clase de Escuela Sabática, o con tu grupo de estudio de la Biblia, algunas ideas del versículo que has memorizado y del estudio de la Biblia de esta semana, así como cualquier otro dato, observaciones y preguntas.
Plantéate con el resto del grupo las siguientes reflexiones y cómo aplicarlas en la vida real:
F¿Cómo ministra tu iglesia local las necesidades sociales de los sol- teros de tu congregación?
FEnumera las cualidades a buscar en el tipo de cónyuge que sería un buen compañero en el ministerio.
F¿Qué espacio hay para la preferencia personal en la búsqueda de cónyuge?
F¿Pueden o deben un esposo y una esposa tener diferentes ministe- rios individuales?
F¿Cómo visualizas la vida cotidiana en un matrimonio ideal? ¿Hasta qué punto esta visualización está influenciada por los medios de comunicación?
F¿Deben los matrimonios cristianos ser románticos?
F¿En qué nivel de importancia se sitúa la atracción física a la hora de elegir cónyuge?
F¿Cómo podemos fomentar la comunidad de manera que no exclu- ya a los solteros?
FEnumera algunos ejemplos de tipos de personas que encajarían en alguna de las tres categorías de solteros que Jesús comentó (por ejemplo, un viudo sería soltero circunstancial).
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Para más información: WhatsApp: 313 854 6127
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Hasta la próxima semana
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Cómo descubrir el propósito de Dios para tu vida
U E L U N I V E R S I T A R I O
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Hola:
personal y familiar con tu pastor o director
de publicaciones distrital.
Lección 8: Universitarios
8a SEMANA 1 inTro
Hechos para esto
La humanidad fue creada para vivir en comunidad. Este concepto tiene sus raíces en la Creación. Primero, fuimos creados a la imagen de un Dios triuno (tres per- sonas en una). «Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, confor- me a nuestra semejanza; tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gén. 1: 26-27, RV95). Aunque no podemos comprenderlo plenamente, el único Dios verdadero existe como una pluralidad, y podemos más o menos captar este concepto cuando consideramos la pluralidad de la humanidad que Dios creó a su imagen.
Es obvio, por tanto, que nuestra necesidad de pertenencia es inherente a nues- tro propio ser. No es de extrañar que en general, nuestra salud y bienestar estén tan ligados a nuestra experiencia comunitaria. Cuanto más se integre la persona a una comunidad sana, mayores serán sus probabilidades de gozar de buena salud.
La más íntima de las relaciones es la unión matrimonial. Cuando Dios declaró que «no es bueno que el hombre esté solo», indicó la necesidad humana de vivir en comunidad. Después, Dios procedió a satisfacer esa necesidad al establecer la fami- lia, basada en la unión matrimonial. Sin embargo, haría falta cierta estrechez de miras para limitar la declaración de Dios de esta necesidad humana exclusivamente al matrimonio. Aunque el texto tampoco apoyaría los argumentos de aquellos que excluyen el matrimonio, ya que este fue la respuesta inmediata de Dios a la situa- ción de soledad de Adán. Necesitamos vivir en comunidad y nuestra primera expe- riencia comunitaria es la familia, que inicia en el matrimonio.
Claramente, el matrimonio es parte del plan de Dios para la humanidad. Ade- más, como hemos dicho, nos ayuda a satisfacer la necesidad de comunidad con la que nacemos. En un mundo ideal, cada uno se casaría apropiadamente y educaría hijos piadosos, pero en el mundo pecaminoso en que vivimos, no todos se casan, ni tienen hijos. Aun así, todos necesitamos una comunidad.
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üCopia de tu versión preferida de la Biblia Génesis 2: 15-25.
üPara abreviar puedes copiar únicamente los versículos 20 al 25.
üO si lo prefieres, puedes parafrasear el pasaje bíblico utilizando tus propias pa- labras, resumirlo o hacer un bosquejo.
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La misión en el matrimonio
Contrario a alguna teología popular contemporánea, los capítulos primero y segundo de Génesis no son relatos contradictorios de la Creación. Más bien, Génesis 2 explica el día final de la Creación, y arroja mucha luz acerca del diseño original de Dios al crear a la humanidad.
A solas con Dios Tanto Adán como Eva pasaron tiempo con el Creador en ausencia del otro. Para Adán
esto fue antes de la creación de Eva y para Eva, fue mientras Adán dormía. Antes de jun- tarlos, Dios se aseguró de que ambos tuvieran una relación individual con él. Un profeso cristiano no tiene nada que hacer buscando un cónyuge si no ha invertido tiempo antes en su relación individual e íntima con Dios.
Esto también significa que no hay nada equivocado en permanecer solo. El hecho de que seamos creados para vivir en comunidad no implica que la soledad esté prohibida. ¡Al contrario! El tiempo a solas de Adán con Dios lo concientizó de su necesidad de compañía.
Misión individual Dios asignó un trabajo específico a Adán y podemos inferir que hizo lo mismo con
Eva. En Génesis 1: 28, vemos que Dios les dio a Adán y a Eva un mandato que ellos debían cumplir juntos, pero en el capítulo 2, le ordenó solo a Adán la tarea de poner nombre a los animales. Antes de encontrar cónyuge y unirse en la misión, el cristiano debe tener una tarea individual que realizar para Dios. El cristiano que no está haciendo algo para Dios no está listo para el matrimonio.
Además, fue mientras Adán estaba trabajando para Dios que se dio cuenta de su ne- cesidad de compañía. De hecho, la verdadera naturaleza de su necesidad se hizo eviden- te a la luz de su trabajo. Si no hubiera observado que el gallo y la gallina eran similares, pero diferentes, podría haberse confundido pensando que lo que él necesitaba era una compañía biológicamente idéntica a él. Dios revela lo que necesitamos en un cónyuge a través de nuestra labor cristiana.
Compañeros de ministerio La orden que Dios les dio a Adán y a Eva como pareja estaba separada de la respon-
sabilidad que les dio individualmente. Tenían un ministerio como pareja, que era poblar la tierra, y se necesitaban el uno al otro para cumplirlo. Se necesitaban mutuamente, en su inconfundible individualidad, para cumplir su misión como pareja. Así que un cristiano no puede asociarse con otro en el ministerio mientras no descubra quién es en Cristo. Es precisamente su singularidad lo que los hará buenos compañeros (su individualidad no será absorbida por el otro).
La otra deducción es que una pareja debe tener una misión. Cuando busca cónyuge, el cristiano no busca a alguien que lo complete, porque ambos están ya completos en Cristo. La relación no debe enfocarse solo hacia el interior, con el único propósito de complacerse el uno al otro. Una relación de pareja entre cristianos tiene una misión que se extiende mucho más allá de la relación misma. Un cristiano debe buscar un cónyuge con quien comprometerse en el ministerio.
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Regresa al texto que has copiado o parafraseado. Analízalo directamente y re- flexiona sobre su contenido con el máximo detenimiento.
üEncierra en un círculo las palabras, frases e ideas que se repiten.
üSubraya las palabras y frases que consideras más relevantes y que te resultan más significativas.
üUtiliza flechas para conectar algunas palabras y frases que se relacionan con otros conceptos similares.
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Del pasaje, selecciona un versículo para memorizarlo.
Escríbelo varias veces con el fin de que te sea más fácil recordarlo.
ü ¿Te sientes cómodo estando solo, o te encuentras constantemente buscando distraerte de tus propios pensamientos de cualquier manera posible?
ü¿Cuál es la diferencia entre los matrimonios cristianos y los mundanos?
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El sello de los hogares felices
Hollywood, la comercialización del Día de los Enamorados o las tarjetas pre- ciosas de felicitación han marcado nuestra percepción del romance y el matrimo- nio. La imagen realista de la pareja de ancianos gruñona de tu comunidad que lleva décadas casada ha sido sustituida por la imagen inalcanzable del caballero de brillante armadura y su perfecta princesa. Las ideas equivocadas en cuanto al matrimonio se han apoyado en prácticas distorsionadas del noviazgo. Los hom- bres se quieren casar con una princesa aunque ellos no sean caballeros; las muje- res esperan a un caballero aunque ellas no sean una princesa. En lugar de buscar a alguien de principios —a un hombre responsable— las mujeres se encuentran en la búsqueda de hombres que les compren flores. A su vez, los hombres que piensan en comprarles flores se convierten en los chicos perfectos.
En la cultura popular, los matrimonios giran alrededor de dos personas y su amor mutuo es supremo: nada más importa. Cuando el matrimonio se percibe así, también el noviazgo se enfoca así, de tal manera que los consejos de mentores cristianos se desatienden; por ejemplo, los consejos de los padres y de esas per- sonas que te quieren y que desean lo mejor para ti. La individualidad se sacrifica sobre el altar de una devoción mal orientada en esta forma de idolatría amplia- mente aceptada. La pasión remplaza a la razón, ya que es malinterpretada como amor.
Entonces, sucede lo siguiente: cuando la pasión muere —y eso es seguro que sucederá—, la pareja se queda sintiéndose como si se hubieran casado con la persona equivocada, porque «el verdadero amor nunca muere» (así que este no debe de ser el verdadero). Ya que fue por esta pasión (mal caracterizada como amor) que ellos se casaron, si la pasión no puede reavivarse en la relación, la pa- reja empieza a buscarla fuera del matrimonio, y antes de que se den cuenta, están cometiendo adulterio, divorciándose o resignándose a una existencia miserable por el resto de sus vidas.
En el ideal bíblico, el enfoque de la pareja casada es hacia fuera: el mundo debe ser un mejor lugar gracias a que ellos están casados. Su propósito no es tomar de su entorno lo que les agrade, sino llevar bendiciones a su entorno a través de cada una de sus interacciones sociales. Cuando eligen amarse el uno al otro día tras día, dan amor a quienes los rodean. Al ministrarse mutuamente y a los demás, encuentran la felicidad.
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Después que hayas repasado el texto que has copiado y resaltado,
ü¿Qué te parece lo que has marcado o subrayado y relacionado?
ü¿Qué preguntas te surgen después de haber estudiado dicho pasaje?
ü¿Cuáles son las partes del pasaje que te parecen más difíciles?
ü¿Qué otros principios y conclusiones puedes identificar en este texto bíblico?
ü¿De qué otras formas, además de tener niños, puede una pareja ser fructífera y multiplicarse?
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ü¿Qué relación consideras que tienen estos pasajes bíblicos con el texto clave?
ü¿Qué otros versículos o promesas te vienen a la mente en relación con Génesis 2: 1-25?
Éxodo 20: 1-17 Juan 2: 1-11 1 Corintios 13
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Un Salvador soltero
Aprendemos en Juan 1: 3 que «por medio de él [de Cristo], Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él». Así que, Jesús era el Creador en Génesis 1. Él puso a Adán a dormir (ver capítulo 2) y formó a Eva tan maravillosa que a Adán le nació una poesía (ver Gén. 2: 23). Él llevó a Eva ante Adán y realizó la primera ceremonia matrimonial. Más adelante, al comienzo de su ministerio terrenal, realizó su primer milagro en una fiesta de bodas (ver Juan 2: 1-11). ¡Clara- mente Jesús está a favor del matrimonio!
Sin embargo, al mismo tiempo, es reconfortante observar que él, que es nues- tro ejemplo a imitar en todo, nunca estuvo casado. Esto destaca el hecho de que si bien el matrimonio formaba parte del ideal de la creación de Dios, no es peca- do permanecer soltero, porque Jesús nunca pecó y era soltero. Simplemente, la singular misión de Jesús no era compatible con el matrimonio, y ese puede ser el caso de algunos de sus seguidores.
Jesús mencionó tres razones que pueden conducir a una vida de celibato (ver Mateo 19: 12).
1. Por elección: reconocer un llamado único a ministrar que sería incompatible con una vida familiar; en este caso, algunos pueden elegir permanecer sol- teros.
2. Por las circunstancias: debido a circunstancias que se salen de su control, algunas personas no pueden estar casadas.
3. Por una predisposición biológica: algunas personas, por naturaleza, son pro- clives a una vida de soltería.
Sea cual sea la razón por la que una persona esté soltera, el ejemplo de Cristo enseña que:
1. Ser soltero no significa no vivir en comunidad; Jesús tenía a los discípulos.
2. Ser soltero no significa que estés en contra del matrimonio; Jesús estaba a favor del matrimonio.
3. Ser soltero no es el fin de la vida; Jesús es la vida.
Si el perfecto ser humano, el Hijo de María, era soltero, entonces casarse no hace a nadie una mejor persona. Aunque de hecho, un matrimonio cristiano de verdad, sí nos ayuda grandemente a asemejarnos más al carácter de Cristo.
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ü¿Cómo puede Jesús ser el modelo para las parejas casadas cuando él nunca es- tuvo casado?
ü¿En qué aspectos puedes ver a Jesús en forma diferente, o identificar algún rasgo nuevo de él, basándote en los versículos de hoy?
üPara meditar y orar: ¿Cómo respondes tú, al ver a Jesús de esa manera?
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Amor verdadero «Estamos viviendo en los postreros días, cuando la locura referente al matrimo-
nio constituye una de las señales de la próxima venida de Cristo. No se consulta a Dios en estos asuntos. La religión, el deber y los principios son sacrificados para seguir los impulsos del corazón no consagrado. No debiera haber mucha ostentación y regocijo por la unión de los cónyuges. Ni siquiera hay un matrimonio de cada cien que resulte feliz, que lleve la sanción de Dios y coloque a los cónyuges en una posición que les permita glorificarlo mejor. Las malas consecuencias de los casamientos mal concerta- dos son innumerables. Se contraen por impulso. Rara vez se piensa en considerar sin- ceramente el asunto y se tiene por anticuado consultar a los que tienen experiencia.
»En lugar del amor puro imperan el impulso y la pasión no santificada. Muchos ponen en peligro sus propias almas y atraen sobre sí la maldición de Dios al entablar relaciones matrimoniales simplemente para satisfacer su fantasía. Me han sido mos- trados los casos de algunos de los que profesan creer la verdad y han cometido el gran error de casarse con personas incrédulas. Tenían la esperanza de que el cónyuge incré- dulo aceptaría la verdad; pero este, después de alcanzar su objeto, se halla más lejos de la verdad que antes. Y luego empiezan los trabajos sutiles, los esfuerzos continuos del enemigo para apartar al creyente de la fe».— elena g. de White, Testimonios para la iglesia, t. 4 p. 495.
«El amor verdadero no es una pasión impetuosa, arrolladora y ardiente. Por el con- trario, es sereno y profundo. Mira más allá de lo externo, y es atraído solamente por las cualidades. Es prudente y capaz de discriminar y su devoción es real y permanente.
»“Ceñid los lomos de vuestro entendimiento”, dice el apóstol (1 Ped. 1: 13); luego gobiernen sus pensamientos, y no les den rienda suelta. Pueden guardar y dominar sus pensamientos mediante esfuerzos decididos. Piensen correctamente, y ejecutarán ac- ciones correctas. Tienen que guardar, pues, sus afectos y no dejarlos vagar y aferrarse de objetos impropios. Jesús los compró con su propia vida; le pertenecen; por lo tanto lo han de consultar en todo, como en lo referente al uso que deben dar a las facultades de su mente y a los afectos de su corazón».— elena g. de White, El hogar cristiano, cap. 7, pp. 48, 50.
Después de haber analizado el pasaje de esta semana y de haber repasado el versículo destacado que has aprendido de memoria:
ü ¿Qué aplicaciones personales te sientes motivado a realizar en tu vida?
ü ¿Qué aplicaciones prácticas consideras que deberías implementar en tu escue- la, tu lugar de trabajo, tu familia o tu iglesia?
ü ¿Cómo aplicarías a tu vida el versículo que has memorizado?
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Comparte con tu clase de Escuela Sabática, o con tu grupo de estudio de la Biblia, algunas ideas del versículo que has memorizado y del estudio de la Biblia de esta semana, así como cualquier otro dato, observaciones y preguntas.
Plantéate con el resto del grupo las siguientes reflexiones y cómo aplicarlas en la vida real:
F¿Cómo ministra tu iglesia local las necesidades sociales de los sol- teros de tu congregación?
FEnumera las cualidades a buscar en el tipo de cónyuge que sería un buen compañero en el ministerio.
F¿Qué espacio hay para la preferencia personal en la búsqueda de cónyuge?
F¿Pueden o deben un esposo y una esposa tener diferentes ministe- rios individuales?
F¿Cómo visualizas la vida cotidiana en un matrimonio ideal? ¿Hasta qué punto esta visualización está influenciada por los medios de comunicación?
F¿Deben los matrimonios cristianos ser románticos?
F¿En qué nivel de importancia se sitúa la atracción física a la hora de elegir cónyuge?
F¿Cómo podemos fomentar la comunidad de manera que no exclu- ya a los solteros?
FEnumera algunos ejemplos de tipos de personas que encajarían en alguna de las tres categorías de solteros que Jesús comentó (por ejemplo, un viudo sería soltero circunstancial).
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