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147 . LI EL PRINCIPIO DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES llesco: quien algo enseña, deberá enseñarlo co- rrectamente; incluyendo en esta corrección, si el discente sabe ya escribir, la ortográfica. Obje- to, palabra oral y palabra escrita correctamente deberán formar una totalidad firmemente tra- bada desde los primeros pasos de la enseñanza sistemática. ¡Tanto tiempo hace que asi lo pro- clamaron insignes pedagogos, que algunos pare- cen haberlo olvidado! Todavia queda por tocar el problema muy ac- tual de la exigencia de corrección ortográfica en el examen de ingreso a la Enseñanza media. Después de lo dicho ha debido dejar ya de serlo respecto a la exigibilidad de tal corrección en las palabras pertenecientes al léxico propio de un chico de diez años que haya dominado los programas escolares propios de su edad. Sólo queda graduar el valor de tal exigencia en rela- ción con la de otros conocimientos también exi- gibles. A nuestro juicio, son dos las considera- ciones que deben decidirlo: por una parte, el carácter instrumental que un dominio suficiente del propio idioma—junto con las cuatro opera- ciones matemáticas fundamentales—tiene para el estudio de todas las otras materias del Bachi- llerato; por otra parte, el plano en que debe desarrollarse la enseñanza de este grado. Por lo primero parece que la importancia de los otros conocimientos se quedan tan por bajo de los aludidos, que bien podría prescindirse de ellos, sobre todo si se tienen en cuenta que en totiq caso habrian de ser muy inconexos y fundamen- talmente informativos; quien no los tenga fá- cilmente podrá, luego adquirirlos, cosa que no podría decirse de los referenciados. Por ello casi sólo interesa examinar esos otros conocimientos noticiosos como indices que pueden ser de un nivel mental y de otros rasgos de comporta- miento. En cuanto a lo segundo, finalmente, debe te- nerse en cuenta que, si bien el logro de la co- rrección ortográfica no es difícil dentro de los limites precisados, sí es empresa larga; de suerte que difícilmente podrá subsanarse su insuficien- cia en el Bachillerato, que tiene su contenido propio y programas a desarrollar ineludiblemen- te; además de que la incorrección ortográfica en el Ingreso no debe considerarse como «mera ignorancia, sino como reflejo de hábitos defec- tuosos que aún harán más dificil su corrección, según hemos notado ya: el profesor de Enseñan- za media, a no ser en régimen de clase particu- lar, no puede —ni debe— de ordinario detenerse a subsanar tales deficiencias; su misión es hacer avanzar al preparado, no recuperar rezagados, a no ser en la medida en que ello sea compatible con el avance sostenido de cada día. Con un rigor que no se cumple en la Enseñanza prima- ria, en la Media «cada día tiene su inquietud» y no cabe detenerse. El Principio de Igualdad de Oportunidades en la coyuntura socioeconómica española JESUS LOPEZ MEDEL Diplomado en Estudios Sociales Profesor de Filosofía Jurídica I. UNA TAREA REVOLUCIONARIAMENTE CREADORA Se ha dicho repetidas veces —Antonio Tena Artigas, últimamente, en la conferencia sobre «Panorama de la educación en España», el día 27 de julio de 1962, en la Universidad Internacio- nal de Santander— que la educación es el pro- blema esencial de España. Y en esto se coincide con las preocupaciones internacionales todas, porque no puede darse progreso social ni pro- greso económico sin un progreso en la formación y educación, unas veces como causa general en el despegue de las estructuras socioeconómicas, y otras como efecto, como resultado, como cris- talización, en definitiva, de un auténtico, de un verdadero progreso. En mis dos libros dedicados al problema de la promoción social a través de la educación, El derecho al estudio y su rentabilidad económi- cosocial y Sistemas comparativos de ayuda al es- tudio (ambos Madrid, 1961), quedan dibujadas las bases y los esquemas comparativos de esa realidad y preocupación internacional. Y en la monografía que me fue encargada por la Direc-

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EL PRINCIPIO DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

llesco: quien algo enseña, deberá enseñarlo co-rrectamente; incluyendo en esta corrección, siel discente sabe ya escribir, la ortográfica. Obje-to, palabra oral y palabra escrita correctamentedeberán formar una totalidad firmemente tra-bada desde los primeros pasos de la enseñanzasistemática. ¡Tanto tiempo hace que asi lo pro-clamaron insignes pedagogos, que algunos pare-cen haberlo olvidado!

Todavia queda por tocar el problema muy ac-tual de la exigencia de corrección ortográfica enel examen de ingreso a la Enseñanza media.Después de lo dicho ha debido dejar ya de serlorespecto a la exigibilidad de tal corrección enlas palabras pertenecientes al léxico propio deun chico de diez años que haya dominado losprogramas escolares propios de su edad. Sóloqueda graduar el valor de tal exigencia en rela-ción con la de otros conocimientos también exi-gibles. A nuestro juicio, son dos las considera-ciones que deben decidirlo: por una parte, elcarácter instrumental que un dominio suficientedel propio idioma—junto con las cuatro opera-ciones matemáticas fundamentales—tiene parael estudio de todas las otras materias del Bachi-llerato; por otra parte, el plano en que debedesarrollarse la enseñanza de este grado. Porlo primero parece que la importancia de los otrosconocimientos se quedan tan por bajo de losaludidos, que bien podría prescindirse de ellos,

sobre todo si se tienen en cuenta que en totiqcaso habrian de ser muy inconexos y fundamen-talmente informativos; quien no los tenga fá-cilmente podrá, luego adquirirlos, cosa que nopodría decirse de los referenciados. Por ello casisólo interesa examinar esos otros conocimientosnoticiosos como indices que pueden ser de unnivel mental y de otros rasgos de comporta-miento.

En cuanto a lo segundo, finalmente, debe te-nerse en cuenta que, si bien el logro de la co-rrección ortográfica no es difícil dentro de loslimites precisados, sí es empresa larga; de suerteque difícilmente podrá subsanarse su insuficien-cia en el Bachillerato, que tiene su contenidopropio y programas a desarrollar ineludiblemen-te; además de que la incorrección ortográficaen el Ingreso no debe considerarse como «meraignorancia, sino como reflejo de hábitos defec-tuosos que aún harán más dificil su corrección,según hemos notado ya: el profesor de Enseñan-za media, a no ser en régimen de clase particu-lar, no puede —ni debe— de ordinario detenersea subsanar tales deficiencias; su misión es haceravanzar al preparado, no recuperar rezagados, ano ser en la medida en que ello sea compatiblecon el avance sostenido de cada día. Con unrigor que no se cumple en la Enseñanza prima-ria, en la Media «cada día tiene su inquietud»y no cabe detenerse.

El Principio de Igualdad de Oportunidadesen la coyuntura socioeconómica españolaJESUS LOPEZ MEDEL

Diplomado en Estudios SocialesProfesor de Filosofía Jurídica

I. UNA TAREAREVOLUCIONARIAMENTECREADORA

Se ha dicho repetidas veces —Antonio TenaArtigas, últimamente, en la conferencia sobre«Panorama de la educación en España», el día27 de julio de 1962, en la Universidad Internacio-nal de Santander— que la educación es el pro-blema esencial de España. Y en esto se coincidecon las preocupaciones internacionales todas,porque no puede darse progreso social ni pro-greso económico sin un progreso en la formación

y educación, unas veces como causa general enel despegue de las estructuras socioeconómicas,y otras como efecto, como resultado, como cris-talización, en definitiva, de un auténtico, de unverdadero progreso.

En mis dos libros dedicados al problema dela promoción social a través de la educación,El derecho al estudio y su rentabilidad económi-cosocial y Sistemas comparativos de ayuda al es-tudio (ambos Madrid, 1961), quedan dibujadaslas bases y los esquemas comparativos de esarealidad y preocupación internacional. Y en lamonografía que me fue encargada por la Direc-

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ción General de Enseñanza Universitaria (mar-zo de 1962), sobre la «Enseñanza superior en Es-paña», para formar parte del magno volumen IVde L'education dans le monde, interesado por laUnesco a todas las naciones, exponía cómo unade las tareas actuales de la enseñanza en nues-tro país se referían al desarrollo del Principiode la Igualdad de Oportunidades, que ahora enel curso del SEU (1962) en la Universidad Me-néndez Pelayo se va a abordar en toda su com-plejidad problemática.

Estos antecedentes van expuestos sin preten-siones dogmáticas, sino para mejor comprensiónde esta nueva aportación que se me pide porlos directores y camaradas de este curso, pro-curando no reiterar lo que en aquellos traba-jos —y aun otros— he expuesto sobre el par-ticular.

Más bien intentaré penetrar en lo que para míhan sido nuevos hallazgos o desvelos, o en lo quepara todos, en la experiencia escasa de un parde arios, hemos podido conocer.

Sólo me queda aquí en esta nota introduc-toria afirmar sin eufemismos que nos encontra-mos ante la tarea más seriamente revolucionariade nuestra hora española, y que sólo seremosdignos de ella si sabemos instrumentar el Prin-cipio de Igualdad de Oportunidades con eficien-cia, altura y responsabilidad. Es más, que es obrade urgencia, donde no cabe el ensayismo, ni lalenta experimentación, sino una puesta en mar-cha serena, suficiente y eficaz, porque cada ins-tante puede ser tropiezo, o despilfarro de esfuer-zos y energías. Quizá por esto mismo, huyendode toda demagogia e improvisación, yo me per-mito presentar, lo más abiertamente posible, lasperspectivas todas del problema, para que, aun-que resumidamente, queden perfilados los justoslímites de la anchurosa empresa que tenemosentre manos.

II. AXIOLOGIADEL PRINCIPIO DE IGUALDADDE OPORTUNIDADES

La denominación de Principio de Igualdad deOportunidades no es sino la transcripción mo-derna y actualizada de las ideas básicas que entorno al derecho a la vida, derecho a la perfec-ción, derecho a la libertad y derecho al trabajose han venido formulando desde distintas ver-tientes y que en la esfera intelectual han llegadoa cuajar en todo un humanismo del trabajo,bien en la esfera económica (Soakt,), bien enla sociopolítica (GtovArnvi GENTILE), bien en laespiritualista (BATAGGLIA), bien en la teológica(P. TODOLI). Ha habido momentos cruciales deci-sivos, en la historia del pensamiento y de larealización. Y aquí la gigantesca obra del santoJosé de Calasanz es fundamental, para mí unode nuestros grandes revolucionarios de todos los

tiempos; para Jesús Arellano y monseñor Escrivá,el pionero del derecho al estudio. (La remisióna la primera de mis obras citadas El derecho alestudio.., en este punto fundamental.)

Pero en la misma formulación actual creo quehay dos antecedentes muy importantes y preci-sos, como tal Principio de Igualdad de Oportu-nidades. Uno está en la obra de TAWNEY, Laigualdad, editado en 1931, con versión españolade 1945, que es —para estos y otros efectos— unarevelación, porque incluso al explicar la estra-tegia de la igualdad, afina minuciosamente lasugerencia: «No es (pág. 185) la división delingreso de la nación en once millones de frag-mentos, que serán distribuidos sin más ruido,como los pasteles en una fiesta escolar entre susonce millones de familias (se está refiriendo a lasociedad inglesa). Por el contrario la formaciónde un fondo común, con sus recursos excedentespor medio de impuestos, y uno de esos fondosobtenidos que haga accesible a todos —sin teneren cuenta sus ingresos, empleo o posición so-cial—, las condiciones de la civilización que, enausencia de tales medidas, serían gozadas única-mente por los ricos.»

El otro antecedente contemporáneo está en laobra de BURDEAU, La democracia (Bruselas, 1954,versión española en 1960), cuando la «igualdadde oportunidades» se ofrece como una maneraespecífica de la dinámica de la democracia so-cial.

Pero hay, además, un hecho fundamental queenhebra la axiología en torno al principio de laigualdad de oportunidades con la estructuracióncomparativo-actual, y con la coyuntura occiden-tal —en la que está la española--; es el que serefiere al impacto de las ideologías persistentesen la vida contemporánea, que nos darán losdiversos grados del principio de igualdad, o losdiversos escalones de las oportunidades.

Para la ideologia kantiana, germen de todoslos relativismos —menos en el propio Kant queen el neokantismo—, con esa subjetivación de laverdad, y un solo derecho natural, el de la liber-tad, hasta el punto de hacer al Derecho unaMera instrumentación de cómo hacer coexistiblela libertad de cada uno con la libertad de losdemás, el principio de igualdad de oportunida-des, al tomar su auténtica expresión decimonó-nica liberal, queda reducido a un principio delibertad individual, base de todas las oportuni-dades.

El segundo postulado revolucionario, «la igual-dad», es mera secuela del primero, la liber-tad. Más bien quedaría reducido a la igualdadde todos para la libertad. El derecho al estudioes un puro derecho a la libertad, pero nada más;realmente se desconoce incluso en su configura-ción constitucional como tal, porque le falta elenraizamiento en el derecho-deber social.

La tesis monista-materialista del marxismo,con la consiguiente reductibilidad económica dela educación, hace del derecho al estudio, dere-

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cho y deber del Estado en aras de la producti-vidad.

Por eso es en la Constitución soviética don-de más fuertemente está planteada al máxi-mo la gratuidad de la enseñanza y el accesode todos, sin distinción de clases, a la educa-ción.

No en función de la persona, sí en favor delEstado mismo. Aquí la tesis marxista no insisteen el principio de igualdad para la libertad inte-lectual, que se juzga como pura artimaña capi-talista, sino que profundiza en la oportunidad,Y el Estado las da y las brinda con creces.

La tesis existencialista, también fluyendo enla ideología contemporánea, haría de la educa-ción y formación una pura destinación personal,que sería la vida auténtica; en el momento enque a la educación como derecho le demos uncontenido o trascendencia social—que eso y nootra cosa es el principio de igualdad de oportu-nidades—, estaremos haciendo vida inauténticay no interesará.

Bajo esta trilogía ideológica podrían agruparsequizá todas las configuraciones modernas en tor-no a la educación, bien en la formulación utili-tarista, pragmática o tecnificista del interés o dela productividad, bien en el lado totalitario deun interés estatal, bien en el nihilista y desper-sonalizado, traducido más que en textos legalesen la fenomenología social, familiar, juvenil, in-telectual de algunas actitudes contemporáneas.

La tesis cristiana, redescubierta y actualizadapor José de Calasanz, coincidente con las orien-taciones pontificias presentes, creo podría con-cretarse así: derecho a la igualdad ante el estudioen razón de la persona humana, su dignidad y sutendencia innata a la perfección, al progresoy a la verdad; y socialización de las oportunida

-des en razón de que aquel derecho de la personase haga posible comunitariamente y trascendenteal bien común.

HL LA COYUNTURASOCIOECONOMICA ESPAÑOLA

La tesis anterior, a mi modo de ver, encajaplenamente en la ideología joseantoniana de lalibertad, la persona, la sociedad y la educación,en la versión total-comunitaria que él supo dara las fórmulas de convivencia que se entron-casen con el auténtico ser y existir del puebloespañol.

Hoy los textos constitucionales del Estado es-pañol son rotundos en materia del derecho alestudio, independientemente de los medios eco-nómicos, aunque ahora lo que preocupa no esla formulación teorética, sino la teleológica, esdecir, la del principio de igualdad de oportu-nidades en su desarrollo, algo así como postu-lado de la economía dinámica contemporánea.

Para subrayar esta coyuntura y esa importan-cia convendrá recordar tres cuestiones funda-mentales:

1.a SU ENGRANAJE EN LA HISTORIADE LAS IDEAS Y ESTRUCTURAS ESPAÑOLAS

Uno de los aspectos que más se resaltan coin-cidentemente de una historia de las ideas y es-tructuras sociales españolas, tales como nosexponen, por ejemplo, VICÉNS, MENEYTO, GÓMEZ

ARBOLEYA O AMBRICO CASTRO, entre otros, es laestructuración compartida, fraccionada, encasti-llada, de nuestras formas de vida. En el trabajoLa familia española como estructura social (Con-ferencia inaugural I Curso de Problemas Fami-liares, Universidad de Santander, 1962), tengo allirecogida una cita, cuyo texto íntegro recomien-do, pero que en la parte que aquí tiene su lugar,dice así: ... «De ahí viene que toda España estédividida en porciones y cuerpos aislados con fue-ro primitivo, con régimen distinto y hasta contrajes diferentes, siendo la resulta de esta segre-gación que el militar, el letrado, el colegial, elreligioso, el clérigo.., sólo son lo que su profesiónindica, pero jamás ciudadanos (OLAvinE, 1769).Pero lo grave —añadimos aquí nosotros— es quea esa profesión cualificadora, según OLAVIDE, delser de cada español en sociedad, mejor que laciudadanía, a esa profesión no se llegue conholgura. Sino que el cierre comienza previamen-te, es decir, en una estamentificación clasista,que acrecienta la gravedad de la cerrazón socialestructural misma. Nuestros teólogos del xvt ydel XVII pulsan la criteriología democrática enlos derechos del pueblo todo, sin que tales ideas—las tesis más sinceramente democráticas ycristianas— tuvieran oportunidad de cuajar, por-que el pueblo dinámico apenas tenía fuerzas yaun derechos. LUIS VIVES arremete con talanteleonbloyniano en la situación de los pobres; ySAAVEDRA increpa a los reyes sobre los bienes parael mejor régimen político que puede acarrear elderecho de todos, ricos y pobres, capacitados aparticipar en las tareas públicas.

No es de alegar aquí estudios recientementesobre el monopolio estructural, especialmente enlo económico, aunque sí de recordar —porque seha hecho público por sus formuladores y jerar-quía eclesiástica— que nuestra falta de sentidosocial general —el sentido social familiar acasosea el únicamente salvable, como apuntaba eldoctor MORALEJO recientemente— es la rémoramás grave a una espiritualidad y vivencia cris-tiana, en lo demás tan boyante.

El Principio de Igualdad de Oportunidadespuede cerrar ese capítulo de unos compartimien-tos estancos, tan fuertemente combatidos porJosé Antonio, que impiden el fruto de las confi-guraciones político-sociales más progresivas. Losmonopolios, los grupos de presión camuflados ono institucionalizados, terminarán por ausentar-se en aguas más clarificadas y menos turbias,cuando la puesta en forma de la igualdad deoportunidades haga hacer responsables a los deabajo de las tareas de los de arriba. Cuando laprofesión no sea lo supletorio de la ciudadanía,

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ni la llave que cierra las puertas del sepulcro delCid, sino un derecho y deber comunitario que nose quede en la profesión misma, sino que se pro-yecte solidariamente a todo el cuerpo social.

2. a LA JUSTICIA SOCIAL DOCENTE

Esa anterior consideración nos lleva de la ma-no a esta otra: el principio de la justicia socialdocente, formulado por el ex ministro de Educa-ción, señor Rubio y García Mina, merecedor deser recordado aquí por haber quemado y gastadosu salud justamente en esta idea.

La igualdad de oportunidades no es sino lavestimenta instrumental de una columna verte-bral básica, que es la justicia social docente. Lajusticia social—he mostrado en mis estudios deFilosofía Jurídica— no es cajón de sastre, no esformulación teorética, es la justicia misma enposición dinámica, es decir, cuando se institucio-naliza socialmente, como así se ha instituciona-lizado en la justicia social laboral, justicia socialfamiliar, o justicia social internacional.

Por eso la justicia social docente no operaesencialmente sobre la protección escolar gene-ral, sino que se manifiesta más agudamente allídonde surge más frígidamente la injusticia so-cial, o se hace más precisa la corrección y en-mienda social. Por ejemplo, cuando se trata deformar y dar profesión a los hijos del colonocuyos brazos sobran en la unidad de explotaciónagraria familiar, o cuando el acceso de estudiosintermedios a superiores representa un mayoresfuerzo, o cuando la necesidad del trabajo delos menores en la casa ha de salvarse con unasobrerretribución al cabeza de familia.

Llevando el problema más lejos diríamos quela reordenación de nuestras estructuras socia-les, según una criteriología social-cristiana, llevaconsigo una mayor justicia social docente; y lainversa, al planteamiento progresivo de ésta,hará cambiar el semblante sociológico y socio-/Métrico de esta querida Patria nuestra, hoy—como se dice— en vías de desarrollo. En resu-men, que en un Plan de Desarrollo económicodebe estar también calibrado lo más ajustada-mente posible un Plan de Desarrollo de la Igual-dad de Oportunidades.

3.a LA INTEGRACION EUROPEA

El gran mordiente —y la gran esperanza, comohan expuesto públicamente el P. SÁNCHEZ GIL yEMILIO FIGUEROA— de nueva reestructuración dela sociedad española está siendo la integracióneuropea. NICOLÄ CATALANO, JEAN DE SOTO, FRANCO

MARZIALE (Cr. Europa en el mundo actual, 1962)han expuesto en esta Universidad de Santanderla instrumentación técnico - jurídica y políticade la integración europea, que como igualmente

ha expuesto LARRAZ, implicará un acercamientode las estructuras sociales, y una integraciónsocial, con la que sea posible ciertamente lavariedad dentro de la unidad.

El estudio hace tiempo ha dejado de ser enEuropa patrimonio de ciertas clases, y los obs-táculos económicos no han sido óbice para laeducación y la formación. El índice de estudian-tes trabajadores implica dos cosas: que el estudiono es privilegio, y que las profesiones universi-tarias no terminan siendo bastiones inexorablescerrados, sino tan abiertos y generosos que sedesconoce prácticamente la patología familiarespañola de que nuestros hijos sean nada máscuatro o cinco cosas, esas que son muy rentables,esas que con frecuencia envuelven no pocos pri-vilegios.

España, ante la integración europea, necesitaabrir oportunidades a la juventud de forma tanpenetrante e intensa que no da tiempo a que laigualdad de oportunidades dé pie a agigantar elcoloso de pies de barro de una estructuraciónsocial clasista, que no se cimente en el trabajo,el esfuerzo, el sacrificio y ahorro, la capacidadintelectual y la voluntad.

IV. ESTRUCTURACION DINA1VIICADEL PRINCIPIODE IGUALDADDE OPORTUNIDADES

Es una tendencia de la Ciencia Social y Jurí-dica contemporánea elevar a la categoría deprincipio lo que a veces son meros lamentoso requisitos de las instituciones o realidades so-ciales. El ejemplo es bien palpable en la formu-lación de un don JERÓNIMO GONZÁLEZ en materiainmobiliaria o de un MESSNER en la cuestiónsocial. Pero sin entrar a discutir lo útil o loexagerado de esta preocupación científica, es locierto que la configuración como Principio de laIgualdad de Oportunidades representa un acier-to, siempre que no lo teoricemos en exceso o loconcretemos casuísticamente en demasía.

Lo que sí es fundamental es que a todo prin-cipio se le dote de una estructuración suficiente,enhebradora de realidades y aspiraciones. «Ins-trumentación técnico-jurídica de la justicia dis-tributiva» era el título de un trabajo mío publi-cado en Revista de la Facultad de Derecho(Madrid, 1961), en el que venia a resumir miestudio de la legislación ordenadora de propie-dad en Austria, país tremendamente social, tam-bién en materia de educación. Pero antes de esaestructuración, o instrumentación técnico-jurí-dica también de la igualdad de oportunidades,recordemos unas ideas fundamentales, paraahuyentar toda demagogia, y para hacer efi-ciente, sin exhaustividad, toda ulterior disquisi-ción.

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1. IDEAS FUNDAMENTALES

Partimos del concepto tomista de la igualdad,que en la interpretación del P. AZPIAZU no con-siste sino en tratar igual a los iguales y desiguala los desiguales. Hay una igualdad in natura,hay una desigualdad in acto. Esto es el gérmencreador y eficiente de un condicionamiento dela libertad y de la responsabilidad humana,acrecentadas por el trabajo, el ahorro y la ca-pacidad que Dios da y que los hombres mol-deamos.

La igualdad de oportunidades sólo podría te-ner substantividad, sobre un entendimiento dela igualdad no de manera absoluta, forzándolahasta el punto de doblegar a la oportunidad lamisma raíz metafísica de la igualdad. Es unaIgualdad que en la terminología iusnaturalistacontemporánea sería en razón de La naturalezade la cosa, es decir, con una entidad natural queno desborda la naturaleza misma, de suyo, comodiría RENARD, progresiva y creadora.

No es posible, por tanto, sostener a todo tranceuna igualdad socioecológica, que se dará fre-cuentemente. La familia afincada en Madrid estáen oportunidad de emplazar a sus hijos en laeducación mejor que la de una provincia peque-ña. La oportunidad la da el escenario socioló-gico mismo. Aunque no por eso sea preciso paliarlas aristas artificiosas, o las brusquedades queen materia de enseñanzas puedan darse, precisa-mente a través de una institucionalización de laigualdad de oportunidades, como luego veremos.

Tampoco es viable siempre una igualdad socio-sociológica-familiar, de tipo ambiental, indepen-dientemente de la patrimonial. (Mi padre erazapatero, que luego se hizo cartero. Mi predispo-sición al estudio —encontrada quizá en la ejem-plaridad de mi familia— no puede ser la mismaque la de mis hijos, que se entretienen hoy conmis libros, con mi máquina de escribir, como yolo hacía con los zapatos viejos que traían a coser,o las cartas que alguna vez tenia que repartirsupliendo a mi padre). El catedrático, el abogadodel Estado, el ingeniero, ambientarán, orienta-rán y se dedicarán a sus hijos estudiantes conmás posibilidades de éxito. Pero esto no impideque la igualdad de oportunidades, sin operar encifras absolutas, opere aquí correctoramente porInstituciones secundarias o complementarias.

Por último, tampoco es siempre incuestionableuna igualdad socioeconómica, aunque esto puededepender del valor que la Economía tenga enuna Sociedad organizada. En cualquier caso, aquíes donde opera más claramente el principio deigualdad de oportunidades, porque es donde másartificiosamente se presenta la limitación de laoportunidad cuando no puede darse por falta demedios económicos. Es quizá significativo que elcauce legislativo de tal Principio nos lo hayaseñalado el legislador fiscal, como supuesto con-creto de redistribución de riqueza y bienes, ads-cribiendo incluso, rompiendo los moldes cientí-

fico-tributarios normales, el impuesto de la rentaa esta atención.

Pero si hemos pasado de los 86.285.000 pesetasen becas en el curso 1960-61 (Cr. Datos y cifrasde la enseñanza en España. Madrid, 1961), a los1.600 millones en el actual ejercicio (según TENA

ARTIGAS en la conferencia citada), sin entrarahora a discernir sobre lo que la Ley de FondoNacional para el Fomento del Principio de Igual-dad de Oportunidades de 1960 representa comomodificación, complemento y, aun en ciertos ca-sos, derogación de la Ley de Protección Escolarde 1944, una vez clarificado el sentido nada abso-luto de tal pretendida igualdad de oportunidades,será oportuno que intentemos, sinceramente ysin dogmatismo, estructurar e instrumentar talprincipio, para que, equilibradamente, se puedatrazar lo que denomino.

2. INSTITUCIONALIZACION DE LA IGUALDADDE OPORTUNIDADES ANTE EL ESTUDIO

Lo haré con la máxima brevedad, porque acasoestos puntos serán los más objeto de discusión,y cualquiera de ellos daría lugar a una subpo-nencia.

a) DOTACIÓN SUFICIENTE DE BECAS

YA EXISTENTES

La primera manifestación —por lo demás lógi-ca— de la aplicación del Fondo de Igualdad delFomento de Oportunidades (el FNIO, le denomi-naremos en adelante) ha sido la de aumentar elnúmero de becas que, según la Ley de ProtecciónEscolar y presupuestos, quedaban adscritas alMinisterio de Educación. En esta primera fase—que acaso nos llevará varios cursos— era depresumir que la progresión geométrica en el cau-dal a repartir no fuera acompañada de otrasemejante en el número de aspirantes, de la no-che a la mañana convocados, y menos dispuestoso conocedores. Y aun con todos los elementosde la publicidad tan intensamente prodigados,se ha llegado a que de unas 30.000 becas rurales,solamente unas 10.000 hayan podido ser cu-biertas.

En cambio, en esta primera fase preparatoriasí que era, y es urgente primeramente dotar, demanera suficiente y plena, becas de talentos yaalumbrados o ayudados, y segundo, dedicar partedel FNIO a otras atenciones que predisponentambién la igualdad de oportunidades, como lue-go veremos.

b) BECAS PARA LOS QUE NO ESTUDIARÍAN

SIN ELLAS HASTA LOS 7:T'Ameos GRADOS

Es la modalidad iniciada y ensayada última-mente y de la que es de esperar si se sigue laexperiencia, grandes éxitos. El FNIO, planteadocomo justicia social docente, debe ser algo másque ayudar al que ya estudia—le den o no ayuda,

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aunque con ella, naturalmente, mejor—; debeconstituir obsesión el alumbramiento de talentos,y el de estimular la continuación de estudios alos que sin ellas los terminarían antes. Es éstauna tarea hermosa, que habría de dejarla enmanos no muy burocráticas, en manos de losapóstoles de la educación que son los maestrosrurales y los párrocos y directores de catequesis.No en vano José Antonio vió en la parroquia lapieza maestra de la dignificación de lo rural.

Yo —si se me permite la expresión— hasta lesdejaría caciquear, o presumir de órganos ejecu-tores de la ayuda al estudio. Siempre habríatiempo de graduar y medir su responsabilidad,que sería, además, fácil termómetro para suprestigio y moralidad. Hoy por hoy, está enbuenas manos. Y a lo sumo sí que cabría estruc-turar con gran agilidad los Patronatos localesdel FNIO en la fase de «presentadores» o de «pa-trocinadores» de las becas, sin grandes —y aveces graves— desplazamientos a las capitalespara exámenes y requisitos.

e) ESTUDIO DE LAS POSIBILIDADES

DE TRABAJO PARA LOS PROFE-

SIONALES

La igualdad de oportunidades no debe acabarcon la beca, la ayuda o el subsidio. La sociedadorganizada, es decir, el Estado, tiene la obliga-ción de ir abriendo zanjas de oportunidades, unasveces creando nuevos puestos de trabajo; otras,dotando suficientemente los puestos para evitaren lo posible la pulverización de las ocupaciones,fomentando las dedicaciones exclusivas. Siempre,desde luego, aplicando criterios semejantes paratodos o la mayor parte, sea en los cargos públicosoficiales, sea en los privados o profesionales. Estarea esta verdaderamente espinosa y compleja,que corresponderá quizá a una buena políticaadministrativa, con ejemplaridad y consecuencia,pero que no debe perderse de vista nunca. Ysobre todo, lo fundamental, es conocer las posi-bilidades de trabajo, las inmediatas y las previ-sibles. Si un Plan de Desarrollo concreto, paraun determinado período de tiempo, cinco añospor ejemplo, como los magníficos que están ha-ciendo los Consejos Económico-Sindicales pro-vinciales, detalla minuciosamente las inversionesy su forma, y los puestos de trabajo que surgirán,conviene saber los puestos de trabajo inmedia-tos que al poner en marcha el plan deben repre-sentar en titulados superiores o medios: inge-nieros, técnicos, abogados, etc. Y a la vista deello, poder aclarar o estimular mas las oportu-nidades que broten del FNIO, según las necesi-dades sociales. Así los cupos de «oportunidades»en un país en vías de desarrollo económico nopuede ser lo mismo para los aspirantes a Econó-micas que los que aspiren a leccionarse en Filo-logía francesa, pongo por caso. Estudio de nece-sidades, información y orientación, aceleran las«oportunidades».

d) MEJORA DE LOS SISTEMAS DE SELECCIÓN

PROFESIONAL Y DE ADSCRIPCIÓN DE VA-

CANTES

Ciertamente la igualdad de oportunidades debeterminar cuando al escolar promocionado se lecapacita jurídica y culturalmente para la pro-fesión. Y no debe ir mucho más allá, porque aquíentra ya mucho la responsabilidad, la voluntad,el sacrificio y la libertad. Pero la Sociedad y laAdministración deben ayudar a remontar algu-nos de los obstáculos artificiosos que desfasanlas oportunidades, justamente en la etapa en queéstas van a cristalizar en rentabilidad social,familiar y económica. Habiendo dedicado al pro-blema el libro El problema de las oposiciones(Madrid, 1957, prólogo de NAVARRO Rimo), pocohe de añadir en esta breve enumeración.

Lo que sí es grave, y, además, fácil de reme-diar, es atajar ese daño que se hace no sólo a lostitulados, sino a los servicios públicos, por laexistencia de numerosas plazas sin cubrir enespera de que se cumplan los preceptos regla-mentarios. Había que hacer una higienizaciónprevia, para ver las razones sociales serias y fun-dadas para que no se cubran con celeridad, tan-tas cátedras o notarías vacantes, por opositara «plazas determinadas», pese a que los Tribu-nales están viendo que hay aspirantes capaci-tados, con lo que luego, a veces, se prolonga lavacatio del servicio público, y hasta en ocasionesse produce, como en el caso de notarias que sedestrocen, que se paralicen para los posterioresprofesionales colocados.

Es decir, el graduado debe esperar el puestopúblico, y no el servicio público debe esperar alprofesional. De ahí que la creación en lo posiblede los Cuerpos de aspirantes—tales Registros,Judicatura, Abogados del Estado—, debe ser unarealidad para todas las tareas públicas, con loque se aceleraría la dinámica de las oportunida-des profesionales.

e) EL CONDICIONAMIENTO

DE LAS INFRAESTRUCTURAS CULTURALES

La igualdad de oportunidades implica un des-pertar embrionario de todos los estamentos ala cultura y la educación. Por eso la protecciónescolar no puede limitarse a una distribución—por más que se'a siempre equitativa y justa—,económica de unos fondos determinados paraaspirantes más o menos determinados. Hay unafase de ebullición interior, que prepara esta úl-tima tarea adjudicativa, y que consiste en remo-ver, extender y acelerar dinámicamente las in-fraestructuras socioculturales, como la labranzaairea la tarea para la semilla.

De aquí que todas aquellas tareas, de muydiversa índole —cátedras ambulantes, cursos ocampañas de formación, etc.— en los medios enlos que hay que abrir brecha, pueden y debenentrar —proporcionalmente a sus frutos— en la

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participación del Fondo Nacional, como avanza-dillas que son de las oportunidades que másadelante se concretan en las especificas de for-mación profesional y humana. Cabría aquí unrosario de sugerencias. Creo que aquí está lagran empresa que una Comisaria de ExtensiónCultural, conectada con la Comisaría de Protec-ción Escolar, puede tener en sus manos, comoplana mayor artillera del condicionamiento deaquellas infraestructuras culturales, que en laigualdad de oportunidad pueden encontrar suplenitud social. A su vez la Comisaría de Protec-ción Escolar, más que administradora de Fondos.sería Gestora de la Igualdad de Oportunidades.

f) MEJORA DE LAS INSTITUCIONES

EDUCATIVAS

Decimos que se dará siempre una desigualdadde oportunidades en razón de las circunstanciasecológicas de las familias y de los estudiantes.Esto sólo puede aminorarse convocando comodestinatarios de FNIO a los centros, institucio-nes que por su dispersión geográfica o por lolimitado de sus recursos se encuentran en des-ventaja para servir de «oportunidad» educativa.Habría que pensar en dotar instalaciones rurales,Institutos de segunda enseñanza o profesionales,tan cuantiosos, mejorar los instrumentos peda-gógicos de las modestas escuelas, procurar inter-nados económicos y cuanto, en definitiva, acercaa la educación y la eleva allí donde las educa ysus «circunstancias» impiden la puesta en formaeficiente de las oportunidades ante ella. Todoesto independientemente de las atenciones pre-supuestarias normales para estos cometidos pú-blicos, valiéndose de la agilidad y flexibilidad deeste Fondo Nacional. Y como supuestos concretos,que merecen punto y aparte, van otros dos.

g) LA MULTIPLICACIÓN

DE LOS COLEGIOS MAYORES

La «oportunidad» de ser alumno de ColegioMayor, matizadas considerablemente las posibili-dades de la formación y del estudio. Ningún be-neficiario del FNIO debiera dejar de ser alumnode Colegio Mayor. Es la gran conquista de la Leyde Ordenación Universitaria de 1943. Con ello sepaliarían las limitaciones en la igualdad socio-sociológico-familiar y socioeconómica a que an-tes hemos referido. Si apenas llegan a los 20.000estudiantes de los aproximadamente 120.000 quehoy llenan los claustros universitarios, y el idealsería que todos los universitarios residiesen en unColegio Mayor, al menos que no quedase ni unode los que no pueden tener la «oportunidad» deestar con su familia en el mismo lugar del Cen-tro Superior. El margen de recaudación crecien-te, en esta primera fase en la que escasean lospretendientes capaces a las ayudas, creo lo per-mitiera.

h) LAS ACADEMIAS NOCTURNAS DEL SEU

Por la misma razón, las academias del SEUy los Centros por correspondencia pueden me-recer igualmente la atención de FNIO, porquemultiplicadas, perfeccionadas, ayudadas, estasInstituciones seuístas no hacen sino ofrecer po-sibilidades y oportunidades, acercando los estu-dios a los hombres que trabajan y que no puedendedicar el día íntegramente al estudio.

EL ACCESO Y LA CONVALIDACIÓN

DE LOS ESTUDIOS

La igualdad de oportunidades exigirá previay consiguientemente una planificación seria enlas convalidaciones y acceso progresivo de losestudios medios a los superiores. Toda excesivarigidez administrativa o reglamentaria no hace,en realidad, sino recortar el jugoso capítulo deposibilidades estimulando el encuentro de lasoportunidades ante el estudio. No hay que pensarsólo en el supuesto excepcional del alumbramien-to de un talento oculto, sino que hay que estruc-turar con normalidad los diferentes supuestossociológicos en los que se da la enseñanza, comofórmula de promoción social.

j) EN LA CORRECCIÓN DE ESTRUCTURAS

El FNIO debe prestar singular atención a lossupuestos en que la corrección de las estructurassocioeconómicas y su formulación equilibradaponen en riesgo de perderse a los brazos e inte-ligencias afectados. La concentración parcelaria,y la puesta en marcha con todas sus consecuen-cias de la Ley de 14 de abril de 1962, sobreindivisibilidad de las explotaciones familiaresmínimas, al igual que la de los patrimonios fami-liares de colonización —entre otros casos—, de-ben de conceptuarse con una política de igual-dad de oportunidades, para hacer llegar a ellos,los primeros, las primeras ayudas, auxilios y eco-nómicas prestaciones, para que automáticamenteque se dé tal situación 'se entre en rápida solu-ción. De mi estudio directo de la experiencia dela reforma agraria italiana, puedo deducir queesta tarea se presenta como necesaria para lapropia estabilidad de unas estructuras cuya su-peración tantos esfuerzos ha costado.

k) LA ORDENACIÓN CREDITICIA

DE LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Una rápida ojeada a los sistemas comparativosextranjeros de ayuda al estudio nos lleva coin-cidente al hecho de que el más sólido acicate, elmás equilibrado y fecundo, es la configuracióndel estudio como negocio rentable, y, consiguien-temente, una tendencia a convertir la beca enun préstamo, con una parte como subvencióna fondo perdido, si se cumplen determinados re-quisitos de méritos o calificaciones, y otra, rein-tegrable a medio o largo plazo.

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Ya solamente con esta configuración de labeca, se permitirá acrecentar el patrimonio eco-nómico de la educación, pero sobre todo se daríamás responsabilidad y haría posible una mejormedida del esfuerzo, de la capacidad y de lavoluntad. Haciendo de la igualdad de oportuni-dades no algo de arriba abajo, sino también deabajo arriba.

Esto nos llevaría muy lejos, pero quizá a dossugerencias muy interesantes, que la experien-cia comparativa extranacional, la una, y nacio-nal, la otra, nos brinda. Me refiero a lo quepodría ser el Banco de la Educación, que —comoel colombiano— daría unidad orgánica a los dife-rentes supuestos oficiales o privados en que elpréstamo para el estudio con garantía en el ho-nor profesional—no muy lejanamente tan pro-ductivo a veces— se da. Y la otra afectaría a lacreación, por lo menos en el Instituto de Créditoa Medio y Largo Plazo de una Sección especialdedicada a los préstamos para el estudio.

Las importantes cantidades que progresiva-mente harán acrecentar el Patrimonio del FNIOpermitirían dotar —con otras aportaciones para-estatales o privadas— el capital fundacional de

aquel Banco Educativo o Instituto de Créditopara la Reconstrucción de la Educación Nacional—como gráficamente lo denominaría yo— o ser-vir de Partida-Haber en la dotación inicial de lospréstamos que podría conceder la Sección Espe-cial del Instituto de Crédito a Medio y LargoPlazo, recientemente creado.

Quedan no pocas cosas por decir, y muchasmas quizá por hacer. Insisto en la ausencia dedogmatismos o de exhaustividad en este pano-rama que trata de trazar en los postulados y enlas realizaciones la magna empresa del Principiode Igualdad de Oportunidades. Si a eso añadi-mos que acaso en la tesis personal-social de laeducación, para el caso y coyuntura española, seala mas conveniente aquella que pretende enca-recer la enseñanza superior muy cerca de sujusto costo, a medida que el desarrollo de laigualdad de oportunidades permita —al incre-mentarse la recaudación— ensancharlo y mejordotarlo, creo que estaremos en camino de que laeducación en España deje de ser problema paralos que lo merecen, que es tanto como decir pro-blema en la coyuntura socioeconóMica de Es-paña.