EL PRIMER INTENTOManuel Filomeno de Miranda/ Divaldo Pereira Franco

Libro: TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS Y OBSESIVOS

El reloj anunciaba las dos de la mañana; no en tanto el movimiento espiritual en la clínica se hacía más intenso que cuando habíamos llegado. Si, por un lado, disminuyera el número de los visitantes y servidores encarnados, la presencia de entidades espirituales era mayor, semi desligados del cuerpo material también se agitaban, unos dominados por sus verdugos desencarnados, en situación deplorable, otros siendo asistidos por los afectos y por los benefactores, otros más en desdoblamientos parciales deambulando por los corredores.

Había un verdadero bullicio en el vaivén continuo de los espíritus.

Carcajadas ensordecedoras, infrenable gritería, protestas de venganza y las burlas se mezclaban en el aire, ahora más denso por las vibraciones deletéreas, en cuanto, del punto de vista físico, pairaba el silencio apenas interrumpido por los enfermos más agitados, en lucha contra las alucinaciones e interferencias de sus antagonistas...

Nos acercamos a la sala preparada para la reunión y pudimos notar que estaba guardada por devotados servidores desencarnados, que seguían orientaciones propuestas por el celoso Dr. Ignacio Ferreira, a fin de ser impedidas cualquier perturbación improcedente.

Al adentrarnos, observamos el aparato especializado que se encontraba colocado en puntos estratégicos del recinto bañado por suave claridad. Me eran familiares aquellos equipamientos muy delicados, que siempre se encuentran dispuestos en las salas de desobsesión de las instituciones espíritas serias y responsables para ser utilizados en momentos propios.

Poco a poco, fueron llegando los convidados. Nuestro grupo ya se encontraba en el local, mientras Jacques trajo al Dr. Norberto y algunos de sus auxiliares, directores y psiquiatras que administraban la clínica, en parcial desdoblamiento por el sometimiento espiritual.

Todos nos presentábamos circunspectos y mentalmente vinculados al Señor Jesus, en súplica silenciosa por los resultados exitosos de la hermosa labor psicoterapéuticos que sería intentada.

Organizada la mesa, que era constituida por las queridas médiums Sras. Matilde y Maria Modesto, por José Petitinga, nosotros otra, los amigos Bruno y Jacques y presidiéndola el emérito psiquiatra Uberabense.

El Dr. Juliano Moreira, porque su experiencia era menor en ese tipo de terapia, quedó en un sector reservado a los invitados.

Tras de la oración, que fue pronunciada con gran unción por nuestro director espiritual, la psicoesfera se hizo enriquecida por dulces vibraciones, cuando vimos una luz potente que venía de lo alto y en ella envuelto el Mentor espiritual de la clínica.

En el mismo instante, nuestra hermana Modesto comenzó a captar el psiquismo, transformándose en bella comunicación psicofoníco, que a todos nos sensibilizó profundamente. Con inmensa ternura, así se expresó el mensajero dedicado:

"Queridos hermanos, que Jesús nos guarde en Su dulce paz. Se nos prolongan los horizontes del entendimiento espiritual en torno de la vida y su complejidad ante la sublime luz de las enseñanzas de Jesús. À medida que el sufrimiento campea desenfrenado en todas partes, convidando a la reflexión es la renovación de los sentimientos, las criaturas, inadvertidamente, más se ahoga en el desespero que proviene de la inobservancia de las divinas leyes.

El espíritu está destinado a la gloria celeste, no en tanto, la inmensa trayectoria que debe recorrer, solamente depende de su libre arbitrio, cara a la conducta elegida que mejor le convenga. Señalado por los vicios ancestrales, predominando en él las herencias de los instintos vigorosos y de la voluntad desestructurada, prefiere aun las experiencias perturbadoras a las actividades de ennoblecimiento, porque las primeras ofrecen respuestas de placer inmediato, mientras las segundas exigen esfuerzo y renuncia, para después presentar los frutos óptimos de la realización.

Por más advertencias que viertan del mundo espiritual, con clamando al discernimiento y a la Razón, se permite la embriaguez de los sentidos en las pasiones groseras, cuando podría utilizarse del aprendizaje para la renovación de valores y el culto del deber centrado en el amor y en la caridad.

Reencarnando y desencarnando fijado en la ilusión, solamente la imposición del sufrimiento logra, en las expiaciones que le son impuestas para su propio beneficio, despertar para las responsabilidades que le dicen a respecto, con destaque para su evolución moral, indispensable para la conquista real de la felicidad.

Dejándose conducir por la alucinación momentánea, se compromete lamentablemente en relación a los estatutos divinos, sumergido en conflictos evitables, más que prefiere vivenciar, siendo conducido al sufrimiento reparador.

El libertinaje, la lascivia, la ambición desmedida, la prepotencia señalan con demora el curso del aprendizaje terrestre. No son pocos los ejemplos de renuncia y de dedicación, de amor y de caridad, que se encuentran modelares invitándolo al cambio de óptica en torno de la frágil y breve existencia física.

A pesar de eso, considera como débiles a los que son fuertes en el deber, maníacos aquellos que son saludables en la conducta, inferiores todos cuantos superan las vacuidades que permutan por sacrificios grandiosos y purificadores...

Como efecto, helo en la rueda continua de los repetidos renacimientos carnales entre sufrimientos y frustraciones, vinculado a los equívocos practicados y aquellos a los cuales perjudico. Es perfectamente comprensible, por tanto, que sean creadores de más cariño, más asistencia y más compasión, porque son enfermos que aun prefieren la enfermedad cuando podrían encontrarse en situación de salud integral."

El venerable comunicante silencio por breves segundos. Todos lo oíamos pesando sus palabras e procurando penetrar en su sentido profundo, por estar también incluidos en su contenido.

De inmediato, prosiguió: "Por diecinueve siglos, todos fuimos agraciados con el mensaje del Evangelio, aunque confundido con intereses inmediatistas, algunas veces alterada en su texto y en su significación, más innegable en su enseñanza profunda, que puede ser sintetizado en la frase modelar: no hacer a otro lo que no se desea que otra le haga.

Más recientemente llego a la Tierra el Consolador advirtiendo y confortando el sufrimiento, en cuanto propone su erradicación, a través de la legítima transformación moral del ser, confirmando la sobrevivencia espiritual al fenómeno de la muerte biológica, y, no obstante, no pocos de aquellos que están informados y confortados, continúan en el desear a que se acomodaron. El dolor, por tanto, es el más vigoroso proceso terapéutico para el despertamiento de esas consciencias equivocadas y temerosas.

Trastornos de conducta, alienaciones mentales, disturbios psicológicos de alta gravedad, se acumulan en la Tierra, al lado de

las enfermedades dilaceradoras y degenerativas, sin que los individuos se detengan un poco a pensar en las razones de esos fenómenos verdaderamente epidémicos.

La fuga para el placer desenfrenado, estimulada por los vehículos de comunicación de la masa, es espantosa.

Cada vez más aumentan la perversión y la insensatez, atrayendo a las nuevas generaciones que se dejan devorar por su magia mentirosa.

¡Tanta cultura y tan reducida cosecha de bendiciones!

Ciertamente, hay grandiosos ejemplos de realizaciones superiores, que no logran sensibilizar por más de algunos instantes a aquellos que toman conocimiento, prefiriendo el camino enfermizo por los sitios peligrosos por donde siguen. Vejamos las cuestiones pertinentes a la drogadicción, al alcoholismo, a la sexolatria, como fugas espectaculares a los enfrentamientos difluentes de la Ley de Causa y Efecto, postergando la salud moral y expresándose en trastorno de comportamiento bipolar, en síndrome del pánico, en alienaciones más graves, en obsesiones perversas...

La unión con los espíritus inferiores es cada vez más intenso y peligroso.

Aun mismo así, ante la multitud de los tristes y segados en la alegría, de los caminantes en agotamiento, aquellos que se encuentran en condición de salud se arrojan a los placeres desgastantes con voluptuosidad, encharcándose en el exceso de las pasiones desconcertantes...

Cara al compromiso que asumimos con el Incomparable Maestro, de vivenciar Sus lecciones luminosas, nos encontramos convidados al trabajo de liberación de conciencias a través del amor.

Ya no es posible odiar por más tiempo la vivencia del Evangelio en el pensamiento, en las palabras y en los actos. El mundo es indiferente a las propuestas verbales y gráficas de nobleza, aguardando más ejemplos de acción dignificante.

Una terrible onda de escepticismo barre la Tierra, y, cada día, aumenta más el descrédito en las criaturas, en sus proposiciones,

cuyas conductas desmienten las colocaciones y promesas por más bellas que se presenten.

Es necesario que fulgure el bien desinteresado por intermedio de nosotros, en ambos planos de la vida. La dedicación al trabajo de confortación y de esclarecimiento espiritual, muchas veces, exhaustivo, termina por ofrecer frutos sazonados, sino de inmediato, en el momento apropiado. Siendo así, jamáis nos cansemos de servir. Hoy, abrazando la contribución valiosa de la Ciencia en las áreas psíquicas, que mucho han ayudado a los pacientes psicológicos y mentales, ofrezcamos el valioso concurso espírita, trabajando las raíces de los disturbios en el ser, apartando los parásitos espirituales que los infelicitan y, lentamente, con más seguridad, estaremos instaurando, en la Tierra, el ansiado Reino de Dios.

Llevado adelante el compromiso de servir, ampliando el área de atendimiento espiritual a todos, obsesados o no, guardando la certeza de que el Divino Médico estará supervisando y ayudando vuestro emprendimiento libertador.

Que permanezca con vosotros, la alegría del bien y la felicidad del servicio con Jesús, vuestro amigo y servidor de siempre, Antonio.”

Cuando silencio, con la voz embargada, la cara de la médium transfigurada reflejaba la claridad inmensa de la elevación del Mentor, que a todos nos envolvió en su magia de amor, encorajándonos para el emprendimiento en inicio. Casi inmediatamente, la médium Sra. Matilde asumió una postura petulante y agresiva, expresándose con arrogancia: ¿"Al final, que pasa aquí? ¿Tendremos un nuevo Tribunal del Santo Oficio para juzgar aquellos que discrepan de sus postulados de fe y se permiten actuar por cuenta propia? ¿Hasta donde va la audacia de los seres humanos" (se refería a la condición de seres reencarnados), atreviéndose a penetrar en los umbrales del más allá de la muerte para limitar a los que se libraron del cuerpo a aceptar sus imposiciones? ¿Qué piensan que son? ¡Representantes de Jesus, el Crucificado, ciertamente, que se hizo crucificar! ¿Qué esperan de nosotros, los combatientes de los derechos robados, de la felicidad traída, del mérito de hacer justicia conforme a nuestros métodos?

¿No nos castigaran conforme les aprobó bajo el amparo y beneplácito de la fe religiosa o de la política perversa que practicaban? Esta, por tanto, es nuestra vez. ¿Qué pretenden?"

A expresión burlona y feroz traducía el nivel moral del comunicante. Se trataba de perverso antiguo inquisidor, que se presentaba en condición de víctima, como justificando el comportamiento infeliz.

Aunque inspirado para comprender la farsa, el noble adoctrinador, en el intervalo de los reproches, que se hizo natural, con inmensa tranquilidad y lógica, respondió: "El querido se encuentra equivocado en sus interrogaciones. No estamos aquí como representantes de ninguna entidad, especialmente del lamentable Santo Oficio, brazo vigoroso de la Santa Inquisición, cuya infeliz memoria nos aflige...

Igualmente, no estamos tomados de cualquier presunción para adentrarnos por las ciudades de los denominados muertos, procurando avergonzarlos, por saberlos vivos. No pensamos ser algo más allá de lo que nos encontramos. Representantes de Jesús, no, porque somos conscientes de nuestra condición de espíritus enfermos y necesitados, pero si sus discípulos y aprendices de su amor, eso sí. Lo que esperamos de aquellos que nos visitan, en la condición de corazones bienvenidos, son la amistad y la comprensión de los objetivos a que nos proponemos, nunca de juzgamientos arbitrarios, de aplicación de correctivos..."

- ¿Cuáles son esos objetivos que se hacen tan importantes, a punto de procurar romper la cortina que nos separa? - Demostrar que no existe cualquier separación entre nosotros, excepto el tránsito en campos vibratorios más o menos densos, por cuanto la vida se agita en todas partes, siendo siempre la misma.

¿Sería el caso de interrogar al amigo, a respecto de la razón que lo trajo a visitarnos, ya que no lo evocamos, siendo sorprendidos agradablemente con a su presenta?

- Debe ser irónica la pregunta, porque usted debe saber perfectamente que aquí me encuentro en nombre de algunos de los huéspedes locales, con el objetivo de enterarme de los propósitos

que los trajeron a invadir nuestra área, conforme sus palabras, nuestro campo vibratorios más densos. Esos, así lo son, porque en el nivel terrestre, permaneciendo imantados al Globo, lidiando con aquellos que, construidos de barro y lodo, son responsables por los sufrimientos que pasamos ahora superados, felizmente... –

Realmente, considerando la propuesta de Jesus a respecto de la solidaridad en forma de amor y caridad para con el prójimo, nos propusimos a intercambiar con los amigos desencarnados en sufrimiento, a fin de aminorarles las angustias, señalarles el rumbo a la felicidad y contribuir, de alguna forma, en favor de su paz.

- ¿Dice que somos sufridores y que somos infelices? - Exactamente. El desconocimiento de la verdad, la permanencia en el odio, en represalia, en la rebeldía de la locura, caracterizan sufrimiento de impar significación que los domina.

- ¿Y pretenden descubrirnos esos conocimientos y liberarnos de los derechos de justicia?

- Realmente, es nuestro propósito, esto porque, las situaciones penosas que experimentaron anteriormente, aunque no debiesen ser creadas por los livianos que las propiciaron, desde que ellos y todos nosotros somos deudores ante los divinos códigos, incursos, por tanto, en reparaciones intransferibles, sin condiciones de transformarnos en cobradores de los otros.

Cuando no llegan las propuestas de rehabilitación impuestas por las leyes soberanas, otros se hacen desdichados, indebidamente, mecanismos de su cumplimiento. Nadie tiene el derecho de afligir, diciéndose portador de la justicia real, porque no se encuentra en condición de aplicarla conforme se hace necesario.

- ¿Y cómo proceder entonces ante aquel que nos desgració y continua sonriendo, indiferente al mal que nos hizo?

- Perdonándolo, de modo a no incurrir en el mismo descalabro. Como no siempre es accesible al perdón, existe la sabiduría de entregar al verdugo a sí mismo, en cuya consciencia está inscrita en la Ley de Dios, y el tiempo se responsabilizará de hacer justicia... - "Pues sepa, que eso no forma parte de nuestro menú de alimentación moral. Mudemos de tema.

No hace mucho, fui elegido, en este hospicio, que se burló de mi nombre, pero sigue siendo el lugar para purgar los delincuentes recalcitrantes en la reparación severa, para dirigir a cierto grupo de justicieros.

Toda vez que llega un cliente nuevo, conducido por su justiciero, soy informado y, con él, estudiamos los procesos de ajustamiento para la recomposición, pasando a formar parte de nuestro equipo de vigilantes de la justicia.

Ahora, como estamos percibiendo agitación inusitada en nuestros dominios, tenemos interés de informarnos a respecto de lo que se pasa, por cuanto no permitiremos, es más no permitiremos aun mismo, que intrusos, beatos o salvadores penetren en nuestras murallas, en la condición de redentores"...

- Si, hay un gran equívoco en el que informa, en torno a nuestros objetivos. Inicialmente, el amigo y sus comparsas no son propietarios ni jefes de cosa alguna. En una elección partidista, los eludidos y amedrentados yerguen a un conductor tan ciego como ellos mismos, para conducirlos al abismo, conforme el valioso concepto de Jesús, sobre el ciego que dirige ciegos…

Entonces, estos son dominios para la salud, erguidas para albergar a los equivocados como el querido amigo, dándoles la oportunidad de rehabilitación. Además, no somos intrusos, porque nosotros estamos elaborando en el trabajo terapéutico en favor de los pacientes en tránsito por esta clínica…

El interlocutor respondió con sonora carcajada, deformando la cara de la delicada médium, que parecía experimentar inaudito malestar.

"Esa risa - elucidó el adoctrinador - no expresa más que desequilibrio, por cuanto, no vemos razón para la ironía o libertinaje, antes son su momento de iluminación, que usted no puede ni debe desconsiderar.

De ese modo, quede esclarecido que continuaremos trabajando en favor de los pacientes que por aquí transitan, confiados en el Divino Terapeuta, a quien tenemos la honra de servir. Sabemos que el amigo es portador de propósitos nefastos y que su visita, además,

por nosotros aguardada, solamente confirma el grave hecho obsesivo en relación a los enfermos diagnosticados de locura y otras patologías emocionales"...

- Usted y su tropa - protesto, ahora espumando de ira con los dientes cerrados - se lamentaron amargamente del intento. Mi visita se reviste de la finalidad para medir nuestras fuerzas para el futuro.

No crea que será tan fácil desbaratar nuestra organización especializada en recomposición de la justicia. Somos los justicieros y no permitiremos entrometimiento en nuestros objetivos. Me aparto de momento, más estaré cerca y volveré en la primera oportunidad, a fin de valorar el resultado de su atrevida invasión en el área prohibida... - Que el Señor de misericordia lo acompañe y lo traiga de vuelta - concluyó el lúcido esclarecedor.

Convulsionando a la médium, lo vimos apartarse murmurando con ferocidad y blasfemando rumbo al corredor donde se aglomeraban diversos miembros da su grey.

Solamente entonces me di cuenta que en torno de la sala había una barrera fluídica de aislamiento, tras la cual se encontraban decenas de espíritus, perturbados unos, obsesores otros, alucinados diversos... Una nueva barrera fue erguida, como si hubiese sido construido un recinto apenas de fluidos, dentro do cual habían aparatos de sonido, que transmitían las comunicadores de forma que fuesen oídas por todos los que se encontrasen en condiciones psíquicas de lograrlo en la parte exterior de la sala. Inmediatamente, doña Matilde comenzó a gemir dolorosamente y a emitir sonidos que parecían aullidos de lobos.

Observe que el ser en tentativa de comunicación, traído por dos auxiliares que el Dr. Ignacio destacara, se presentaba victimado por el fenómeno de la licantropía.

Recordé entonces de las leyendas en torno a los hombres lobo, muy comunes aun hoy en el Planeta.

La deformidad impuesta por el periespiritu era de tal manera típica, que difícilmente podríamos decir que se trataba de un espíritu que transitara en la faja de la humanidad. Ciertamente, sus

delitos fueran de tal forma y sus construcciones mentales hediondas de tal naturaleza que se le insculpió, molécula a molécula, la imagen interior cultivada, ahora presentada en esa apariencia. Asumiendo el control de la facultad psicofónica y consiguiendo un gran ajustamiento a los centros mediúmnicos de la abnegada médium, no podía exteriorizar más que sonidos terribles, en cuanto sus ojos brillaban de manera peculiar, amenazadores, dejando la baba fétida caerle de las mandíbulas abiertas sobre la boca del instrumento de que se utilizaba. Se contorcía, como si estuviese maniatado, lo que de hecho acontecía, exhalando energías deletéreas abundantes que empastaban el círculo de socorro mediúmnico. Imposibilitado de hablar, pasó a oír al orientador, explicándole:

- Usted es un espíritu humano, hipnotizado y mantenido en forma lupina por la propia mente y por inducción de otro. Es acreedor de la misericordia y de la compasión de Dios. Vino aquí por tener atenuadas sus aflicciones y poder recuperarse de los terribles éxitos a que se entregó en el cuerpo físico...

¡No tema! Sé que me oye, aunque hay dificultad de comprenderme. El amor de Dios llega siempre y este es su momento. Tranquilícese, serenando el pensamiento atormentado... A una señal, el hermano Petitinga se acercó a la médium y comenzó a aplicar pases en el enfermo espiritual, al mismo tiempo amparando la organización psíquica de la intermediaria, lo que se prolongó por algunos breves minutos, mientras el enfermo espiritual se retorcía, aullando. Luego después, el Dr. Ignacio se sirvió de un instrumento especial que se encontraba en la sala y lo aproximo a la médium, aplicando la parte superior del mismo sobre la cabeza del desencarnado que más se agitó, en dolorosa agonía. El adoctrinador, conmovido, exoró al auxilio de Jesús en beneficio del visitante, mientras le hablaba con bondad y compasión.

El aparato tenía como finalidad trabajar la construcción mental externa y diluirla, auxiliando el periespiritu a recuperar la forma, lo que ciertamente seria concluido, más tarde, cuando la reencarnación del calceta. Todos orábamos en unísono hasta que, lentamente, el comunicante se fue calmando, disminuyendo la emisión de los aullidos y aquietándose en sueño profundo, debido a

la voz del Dr. Ignacio que lo hipnotizaba, mediante el recurso de la emisión verbal tranquila, revestida de la inducción del amor fraternal y terapéutico.

Al ser desligado de la médium, fue acomodado en una cama portátil y retirada de la sala, para posterior traslado al Hospital Esperanza.

Diversas otras comunicaciones tuvieron lugar, algunas referentes a los internados, otras de socorro a los sufridores que deambulaban ociosos por la clínica y, por fin, la visita gratificante de Eurípides Barsanulfo, en solicitación del director de los trabajos.

El apóstol sacramentino entreteje consideraciones profundas a respecto de la desencarnación y de las consecuencias de las jornadas en desaliño, enfatizando la necesidad de real aprovechamiento de las horas, sea en el cuerpo físico o fuera de él, de modo a avanzar rumbo a la inmortalidad en paz y sin fijaciones en el pasado.

Para nosotros, fue una agradable sorpresa la presencia del amoroso Benefactor que tantos ejemplos de sacrificio por el Maestro viene ofreciendo a través de los últimos dos milenios.

Luego después, en conmovida oración proferida por Dr. Ignacio Ferreira, la reunión fue cerrada.

Traducido por: M. C. R