el pensamiento social y la normalización de las relaciones entre estados unidos y cuba

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Problemas del pensamiento social cubano y la normalización de las relaciones con Estados Unidos. Autor: Ing. Juan Manuel Alvarez Tur Para la presente incursión científica, se propone comenzar por una definición básica de lo que se entiende por “pensamiento social”. Esta se toma de la mayúscula impronta que ha dejado el intelectual cubano Fernando Martínez Heredia en las ciencias sociales cubanas desde las tres décadas finales del siglo XX hasta la actualidad. Según Martínez Heredia (2010), el pensamiento social “está vinculado a las concepciones más generales que se tengan de la materia social, desde los modos de emprender su conocimiento y las normas, conceptos previos y fronteras que se ponen a esos procesos intelectuales, y las pertenencias ideológicas de los implicados… El pensamiento social también está vinculado a los cuerpos epistemológicos del conocimiento social o de los propios procesos intelectuales, que tienen como objetivo analizar, darle vehículo a las intuiciones, buscar interrogantes, conocimientos, comparaciones e incluso pronósticos, y exponer en síntesis coherentes y eficaces el material al que ha arribado y las ideas del autor”. O sea, Martínez Heredia sostiene que el pensamiento social está enlazado a las interpretaciones y análisis que los individuos hacen sobre las dinámicas sociales, que engloban las presiones políticas y morales a las que se ven sometidos, además de sus posiciones y acciones frente a ellas, que van tornando específicas estas percepciones sobre la materia social. El pensamiento social pasa por conformar una ideología, una tesis organizacional de la sociedad, que refiera los móviles que motivan las actuaciones de las personas. Para Burnham (1943), una ideología expresa “esperanzas, deseos, temores e ideales ”, y señala entre sus ejemplos a las doctrinas raciales nazis o al materialismo dialéctico marxista.

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Problemas del pensamiento social cubano ante el proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos.

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Problemas del pensamiento social cubano y la normalizacin de las relaciones con Estados Unidos.Autor: Ing. Juan Manuel Alvarez Tur

Para la presente incursin cientfica, se propone comenzar por una definicin bsica de lo que se entiende por pensamiento social. Esta se toma de la mayscula impronta que ha dejado el intelectual cubano Fernando Martnez Heredia en las ciencias sociales cubanas desde las tres dcadas finales del siglo XX hasta la actualidad. Segn Martnez Heredia (2010), el pensamiento social est vinculado a las concepciones ms generales que se tengan de la materia social, desde los modos de emprender su conocimiento y las normas, conceptos previos y fronteras que se ponen a esos procesos intelectuales, y las pertenencias ideolgicas de los implicados El pensamiento social tambin est vinculado a los cuerpos epistemolgicos del conocimiento social o de los propios procesos intelectuales, que tienen como objetivo analizar, darle vehculo a las intuiciones, buscar interrogantes, conocimientos, comparaciones e incluso pronsticos, y exponer en sntesis coherentes y eficaces el material al que ha arribado y las ideas del autor.O sea, Martnez Heredia sostiene que el pensamiento social est enlazado a las interpretaciones y anlisis que los individuos hacen sobre las dinmicas sociales, que engloban las presiones polticas y morales a las que se ven sometidos, adems de sus posiciones y acciones frente a ellas, que van tornando especficas estas percepciones sobre la materia social. El pensamiento social pasa por conformar una ideologa, una tesis organizacional de la sociedad, que refiera los mviles que motivan las actuaciones de las personas. Para Burnham (1943), una ideologa expresa esperanzas, deseos, temores e ideales, y seala entre sus ejemplos a las doctrinas raciales nazis o al materialismo dialctico marxista. Apunta tambin que las ideologas son susceptibles de influenciar a las grandes masas y merecer su aceptacin, son la argamasa verbal indispensable para cimentar y mantener la estructura de cualquier tipo de sociedad. El anlisis de las ideologas a travs de sus efectos prcticos demuestra que ordinariamente tienden a servir y favorecer los intereses de un determinado grupo o clase social.Las ideologas pretenden ser totalitarias cuando son presentadas, pero no pueden contener todas las expresiones sociales. Martnez Heredia (2009) observa que la diversidad social est contenida en toda nacin, pero que ella es disminuida, canalizada o articulada, subordinada, ocultada o reprimida y, en todo caso, puesta bajo el control de la nacin. Por ejemplo la unidad nacional se consigue, para Martnez Heredia, con el concurso de dos bases: la existencia de autoidentidades colectivas y el ejercicio del poder. Pero inmediatamente anota que el caso cubano aporta una especificidad: la identificacin de enemigos de la nacin es incluida en esa visin de unidad, alojndose en el pensamiento social. Para ello debe existir una sinergia previa entre el grupo que intenta aunar las identidades populares dentro de la diversidad (el poder), y una escrupulosa seleccin de los argumentos y medios que permiten, por ejemplo, sealar un enemigo comn, como ha sido el imperialismo norteamericano para Cuba. Ante los anuncios del 17 de diciembre de 2014, que se conectan al pensamiento social en su conjunto, trazando particulares lneas espirituales y materiales, el autor cree pertinente preguntarse: Cmo la realidad social est operando en el pensamiento de cubanos y cubanas respecto a las relaciones Estados Unidos - Cuba? Qu factores influyen en las percepciones asumidas por los individuos? Qu podra favorecer una concienciacin ms dirigida al sostenimiento del proyecto de la Revolucin Cubana dentro de la espesa zona de pensamiento y tiempo abierta despus del 17 de diciembre de 2014?Dos aspectos negativos del escenario poltico cubano actual.Existe un debate alrededor del trmino apoliticismo dentro de las ciencias sociales cubanas, que muestra dos posiciones que solo difieren en el trmino. Una de ellas lo utiliza para establecer la presencia de un sector (de magnitud no despreciable) de la poblacin cubana que no se interesa por los temas sociopolticos, por lo que vive al margen de la socializacin de criterios a favor o en contra del orden vigente. Esto est incidiendo en organizaciones polticas y de masas como tambin procesos. La otra posicin, solo introduce que la dinmica referida no es apoltica, sino que termina siendo una posicin poltica en s misma, algo as como un voto de castigo respecto a la sociedad que se construye. Como seala Martnez Heredia (CubaxDentro, 2014), su consecuencia poltica es negativa en tanto socava la imprescindible participacin poltica del pueblo, sin dar oportunidad de persuasin o de confrontacin de ideas. Esto es: hay una parte de la colectividad que estar ajena a la accin concientizadora del poder revolucionario, que no significa que no sea susceptible (y de hecho, lo es) a otro tipo de influencias. Pero lo fundamental es que el pensamiento social se debilita considerablemente, porque este es ms fuerte en tanto ms personas se involucran en l.Se propone como ejemplo del apoliticismo el proceso electoral cubano, registrando el porcentaje de asistencia en las ltimas convocatorias. El nmero de votantes que se ausentan a los comicios ha aumentado, y la tendencia es a que se sostenga este movimiento regresivo. En las elecciones de delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, el porciento de ciudadanos que votaron fue de 96.5 en 2007, 95.9 en 2010 y 94.2 en 2012 (ONEI, 2014). La movilidad de la poblacin no es un elemento que impacte notablemente en este sentido, teniendo en cuenta que existen hoy 40 circunscripciones especiales, habilitadas en la Ley No. 72 para los que residen permanentemente en unidades militares y excepcionalmente en internados escolares e, igualmente, para quienes por razn de la labor que realizan deban permanecer por tiempo prolongado en lugares del territorio nacional distintos al de su domicilio. (Asamblea Nacional del Poder Popular, 1992) En las elecciones para elegir los delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular, se descendi de un 96.9 % de asistencia en el proceso de 2008 hasta el 90.9 % de 2013. (ONEI, 2014) En el caso de las elecciones para elegir los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, de 96.89 % en 2008 se baj a 90.88 % en 2012. Por primera vez hubo provincias por debajo del 90 % (Matanzas, La Habana, Holgun y Granma), y solo dos rebasaron el 95 % (Mayabeque y Guantnamo), valor mnimo de anteriores procesos electorales generales. (ONEI, 2014)Esto alerta sobre una prdida del sentido de la necesidad de participar de modo activo en el sistema democrtico cubano. No se percibe ya tan importante el espacio de las elecciones, o la rendicin de cuentas del delegado a sus electores, o la presin social (que no se debe desestimar) ya no tiene una repercusin (que en ciertos casos era decisiva) a destacar en las personas. En cualquier caso, ser posible establecer mucho mejor la tendencia a partir de los resultados que arroje el proceso de elecciones parciales de 2015, pero ya se pueden ir develando problemas en la comunicacin poltica para que exista una participacin cvica y consciente, pero tambin, sin lugar a dudas, errores de funcionamiento del sistema actual. No se est planteando aqu que el error est en el sistema vigente, sino en la falta de control y responsabilidad de cuadros polticos, administrativos, as como de los intelectuales y las instituciones educativas (que ayudan a formar un individuo crtico, activo).El otro aspecto negativo que se desea destacar, es la conservatizacin social. Para Martnez Heredia (CubaxDentro, 2014), su papel radica en recuperar los usos, las normas, los comportamientos, las reacciones, los valores, las visiones de la vida y del mundo, que haba antes. Cuando la conservatizacin social se cruza con los intentos de introducir una plataforma de pensamiento neoliberal en el pas, proveniente (entre otras fuentes) de Estados Unidos de manera intencionada, a travs, por ejemplo, de prcticas de consumo cultural que se apoyan en el uso de las tecnologas de la informacin y las comunicaciones, el cuadro se torna mucho ms complejo y adverso al socialismo cubano y su futuro. La avalancha cultural nortea en ciertos casos est patrocinada por entidades polticas y en otros simplemente se irradia porque la educacin recibida (de corte esencialmente capitalista) ser hipnticamente retransmitida (a travs de los medios, Internet).Un problema en este tema, tambin de corte comunicativo, se encuentra en la ausencia de explicaciones alrededor de medidas y regulaciones que fueron tomadas en otras pocas del proceso revolucionario, y que hoy son modificadas. Y cuando se enfoca ms el asunto desde una mirada ms poltico-ideolgica, se iluminan manifestaciones opuestas a continuar un proceso socialista liberador en la sociedad. Si se toma como ejemplo la aprobacin a partir de 2010 de nuevas disposiciones para impulsar el sector no estatal, se tiene que la economa ha pasado a tener el foco principal de las autoridades polticas cubanas, descuidando la dimensin cultural imprescindible para construir una sociedad nueva, aspirando a que como principal muestra de un trabajo poltico-ideolgico eficiente est la consecucin de mejores resultados econmicos. Lo perjudicial para la idea de socialismo cubano que estimularon Ernesto Guevara y Fidel Castro (y que asume el autor como ineludible para construir un socialismo definitivamente real), son los resortes que se utilizan para promover y afianzar una economa sustentable en la actualidad. En el imaginario social cubano se incrusta con fuerza que solo la palanca del inters material podr llevar al pas a un escenario econmicamente superior, al menos tcitamente. Es una concepcin totalmente divorciada tanto del pensamiento del Che Guevara como del expuesto por Fidel.Luego, la utilizacin de otras formas de gestin en la actual fase de la construccin socialista cubana, transcurre sin la necesaria base ideolgica que podra garantizar que un individuo sea cuentapropista pero al mismo tiempo guiado por una conducta socialista que le permita promover mejor la liberacin y la creacin de servicios cada vez ms populares, y no se convierta simplemente en un actor que se inserta consciente o inconscientemente en nuevos terrenos de discriminacin que se van ampliando en el rea de acceso a bienes y servicios. La nueva poltica migratoria, como otro botn de muestra, no cuenta con un paquete cultural acompaante que vincule slidamente a los profesionales de Cuba con las necesidades ms urgentes de la nacin, que aspira a contar con su concurso para continuar creciendo. El lder histrico de la Revolucin Cubana (Castro Ruz, 1982), lleg a expresar que en el caso del joven comunista, este debe privarse de facilidades que las leyes permitan para que su conducta sea revolucionaria y comunista. Es un reto descomunal, en el que interviene un condicionamiento econmico que tanto el Che como Fidel asumieron deba someterse a la conciencia producida por el ideal de tomar parte de un parto doloroso, pero que traera ms luz a Cuba y el mundo.Las tensiones entre las ideologas capitalista y socialista, son mucho menos silentes que hace unos pocos aos, y las proposiciones de la primera, se camuflan con extraordinaria facilidad, con el concurso tambin de la ingenuidad de algunos portadores pasivos. Una ingenuidad hija de vacos ya muy pronunciados de la prcticamente nula actividad intencionada a desarrollar una conciencia socialista en la poblacin, la exhortacin a formar un pensamiento social crtico, que demande participar y revolucionar al que intenta concientizar, al proceso en su totalidad (s, se trata de un ciclo), optando siempre por el socialismo como partida, y por uno ms pleno y libre como idea de futuro. Como seala Martnez Heredia (2010), las ideas deben ser capaces de reproducir el orden vigente, de cuestionarlo y de ayudar a revolucionarlo, porque este no puede existir sin revolucionarse a s mismo una y otra vez. Deben ser capaces de ayudar y crear firmeza de convicciones, capacidad de sacrificio, disciplina,y, al mismo tiempo, deben ser capaces de crear rebelda, criterio propio, pensamiento realmente independiente en la ciudadana.Ante las carencias y debilidades sealadas, pero sin menoscabo a las reservas polticas de la poblacin favorables al ideario socialista (aunque en cierto modo tentado a incluir definitivamente prcticas del capitalismo), el 17 de diciembre de 2014 tiene mucho que decirle al futuro.El 17 de diciembre de 2014 y el futuro del socialismo en Cuba.A partir de la decisin del Presidente cubano de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejrcito Ral Castro Ruz, y el estadounidense Barack Obama, de restablecer las relaciones diplomticas (la mayor alegra de aquella fecha para el pueblo cubano fue el regreso de los tres Hroes de la Repblica de Cuba que cumplan injustas sanciones en Estados Unidos), se ha desarrollado mucho ms el debate desde el norte en relacin con Cuba, que no es nuevo. Lo nuevo es que tenga una tribuna ms visitada una vez que se tomaron por parte del ejecutivo norteamericano medidas que eliminaron ciertos aspectos del complicado aparato legislativo que contra Cuba se ha codificado desde all. Pero antes, a raz de las filtraciones sobre proyectos subversivos como Zunzuneo, financiado por la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en ingls), ya se visibilizaba una ola opuesta tanto a este tipo de tcticas (ms suaves) de subversin y a la poltica de aislamiento vigente.Este ncleo, que tiene en senadores como Patrick Leahy a uno de sus principales voceros, solo intenta avanzar los intereses estadounidenses, sin dejar de renegar del sistema poltico cubano actual. Para desmontarlo, sugieren el florecimiento del sector privado en Cuba como un fenmeno esperanzador, esgrimiendo que a partir de un vnculo ms estrecho entre el comercio estadounidense y este sector (y solo este sector), pueden operar cambios en las actitudes sociales de los cubanos, independientes del tutelaje estatal, o lo que es lo mismo, ser libres a la americana. Tambin opera en esta direccin la estrategia de polticos estadounidenses para remover la barrera legal que impide a los estadounidenses viajar a Cuba. La intencin es que en el encuentro entre dos culturas (la cubana, socialista, como se ha apuntado, con un grado de fortaleza disminuido) prevalezca la norteamericana, con todo lo que eso conlleva.Ha considerado Ud. expandirse en reas como el desarrollo del sector privado en Cuba?, le preguntaba Leahy (2012) al entonces administrador de la USAID, Rajiv Shah, en una audiencia del subcomit que presida en el Senado. El presidente de la Cmara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue (2014), en su conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, les habl a los presentes sobre la intencin de Cargill (gigante de la industria agrcola en el mundo) de trabajar con los agricultores privados cubanos para servir mejor a las necesidades del pas. Ms adelante apunt Donohue que su organizacin crea profundamente que los pases con sectores privados fuertes (libres de un excesivo control gubernamental) tendrn economas ms productivas y eficientes. Y as, toda la conferencia dictada por Donohue en la importante institucin cubana es una apologa a la propiedad privada, al emprendimiento privado, a las posibilidades magnficas que vendrn si se acelera (por parte del Estado) el otorgamiento de libertades y espacios a este sector. Tambin pas por China o Vietnam, como paladines de cmo con economas orientadas al mercado se pueden alcanzar mayores estndares de vida.

En su declaracin sobre la liberacin de Alan Gross (quien trabajaba en un proyecto ilegal de la USAID en Cuba) y el nuevo giro en las relaciones con Cuba dado por Obama el 17 de diciembre de 2014, Leahy (2014) expres: Todos queremos ver una Cuba libre donde los ciudadanos pueden escoger sus lderes, tienen acceso sin restricciones a la informacin, y critican su gobierno sin miedo. Pero como el Presidente Obama y la mayora de los Americanos, tengo un gran reconocimiento en que las sanciones unilaterales (se refiere a lo que ellos llaman embargo) han fallado completamente, y que el cambio democrtico ser ms posible a travs de de una poltica de relaciones diplomticas normales y una relacin directa con el pueblo cubano.El bloque que se opone vehementemente a la nueva poltica de la administracin hacia Cuba, expresa que Cuba debe cambiar (como plantean las leyes norteamericanas) su estilo de gobierno antes de realizar cualquier accin. Lideran este los senadores Marco Rubio y Robert Menndez, as como los representantes Ileana Ros-Lehtinen y Mario Daz-Balart. Estos polticos agresivamente contrarios al orden poltico cubano, que tergiversan constantemente la realidad interna, estn ubicados en puestos claves donde se define el futuro del bloqueo hacia Cuba, o el propio proceso de restablecimiento de las embajadas. Adems, los lderes de la mayora republicana en el Congreso (Mitch McConnell en el Senado, y John Boehner en la Cmara de Representantes) los presentan como sus principales asesores en el tema Cuba. Fue reconocido por Barack Obama que por este camino no se llega a ningn lugar.Mas, como responda el Secretario de Prensa de la Casa Blanca Josh Earnest (2015), solo se trata de un conflicto alrededor de la estrategia para confrontar a Cuba: El presidente (Obama) es optimista en que relacionndonos con Cuba y eliminando esta distraccin acerca de nuestras relaciones con otros pases en el hemisferio, podemos realmente enfocarnos ms en el fracaso del rgimen de Castro para satisfacer las demandas que tenemos de los gobiernos, particularmente en lo que respecta a los derechos humanos bsicos.Propuestas.Se sugiere que el trabajo poltico en Cuba se apoye en las siguientes propuestas, a la luz del enfoque que la nueva poltica le da al sector privado y al libre flujo de la informacin (a travs de la masificacin de las nuevas tecnologas, que el pas debe acometer sin temor, pero con un carcter proactivo), y las insuficiencias propias en la dinmica poltica interna (el apoliticismo, el conservatismo social): Se necesita ampliar (con carcter urgente) la participacin popular en la vida poltica del pas. El autor coincide con Guanche (2012) cuando afirma que la nica manera de defender el socialismo es profundizar la democracia. Entre muchos errores de funcionamiento se puede citar la escasa relacin diputado-electorado, y a raz de ella, la nula representacin real del diputado de aquellos que le han elegido en los espacios de decisin. Ello implica dinamizar el trabajo y la comunicacin en lo que a poltica se refiere, que impacte en todas las formas de organizacin y gestin de la sociedad, garantizando la permanencia de un pensamiento social abocado al ideario socialista cubano, con un predominio del legado de Ernesto Guevara y Fidel Castro. Explicar una y otra vez cul es la democracia cubana, cmo se piensa una democracia y otorgar espacios reales para cambiar la corriente (el ciclo, de socialismo a ms socialismo). Derechos humanos o la dinmica de enfrentamiento a las visiones opuestas al sistema poltico (las mercenarias o las que hoy se llaman leales), son otros asuntos a tratar. Desatar debates sobre la rica historia de la Revolucin Cubana, que llenen los silencios sobre sucesos y prcticas de las que muchas veces, solo se tiene la explicacin enemiga. Permitirles viajar sin oposicin puede ocasionar una reduccin de la fuerza moral de la Revolucin Cubana y de sus lderes. Esto es indispensable para arrostrar la avalancha de tergiversacin meditica que, en la medida que se ample el acceso a Internet y otros medios de comunicacin, tendr ms receptores, hoy no todos preparados culturalmente para tal encuentro. Explicar con crudeza el objetivo de la poltica norteamericana hacia Cuba. En ocasiones, los medios nacionales solo publican los planteamientos positivos de polticos norteamericanos como Leahy, o Amy Klobuchar, cuando no dejan de reafirmar el carcter eminentemente antisocialista y de exportar una visin sesgada del acontecer poltico cubano. Tambin ocurre lo mismo, por ejemplo, con las publicaciones sobre Cuba del diario The New York Times. Si se replican aquellas donde se ensalza la actitud de los mdicos cubanos y fustiga la poltica de robo de cerebros de Washington, por qu se eluden luego sus anlisis sobre asuntos tan neurlgicos como la desigualdad que est regenerando la actualizacin del modelo socioeconmico? Esto pasa por la necesidad tambin de que los medios nacionales no tengan vacos tan pronunciados en ese tema, la atencin a la pobreza o la discriminacin racial. Estos deben ser trabajados pronto, en los medios, organizaciones y estructuras de direccin poltica y gubernamental ms generales.Conclusiones.Si se habla de pensamiento social en la actualidad, como lo define Martnez Heredia, es preciso destacar que, de hecho, hay muchos cubanos que no estn pensando la sociedad, no participan de los procesos cvicos o que no la piensan en modo socialista. Es necesario para sostener el socialismo multiplicar otra vez el nmero de personas que piensan sobre cuestiones sociales y polticas con inters y entusiasmo.El 17 de diciembre, el gobierno norteamericano acord establecer una nueva estrategia de dominacin, que aspira, avivando el progreso de la propiedad privada en Cuba, a travs de la guerra meditica en las redes, y el contacto pueblo a pueblo, arrastrar al abismo el ideal de sociedad que el pas persigue desde 1959. Como amenaza, seala el autor que por primera vez nuestras propias polticas pueden ser funcionales a un enemigo que ahora le tiende su mano amiga a los cubanos y cubanas.La direccin poltica del pas debe guiar a la nacin a una mayor participacin en los procesos de toma de decisiones, promover la participacin y el pensamiento alrededor de la profundizacin de la democracia cubana y el ideario socialista, de modo que no sea una amenaza incontrolable la ausencia de una politizacin socialista (con una base terica que sea nueva, y al mismo tiempo marxista, fidelista y guevariana) en las dinmicas sociales. Y finalmente, no se puede soslayar ms el debate sobre temas y sucesos de toda la historia de la Revolucin Cubana (pensamiento social, creacin cultural, libertades civiles, flujo de informacin, o tratamiento de la oposicin en cualquiera de sus manifestaciones).Bibliografa

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