el origen de los pecados: la violencia de dios en el siglo xviii
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El origen de los pecados:
La violencia de dios en el siglo XVIII
La evangelización una antifaz de la realidad
creada con el propósito del poder
La ira de dios cae sobre
todos nosotros
La evangelización llega con la Conquista,
usando como instrumento la iglesia para la
destrucción de creencias prehispánicas
Juan de Zumárraga a su llegada
declara
El Diablo, “...se había refugiado en las
Indias donde reinaba como dueño
absoluto...” (citado por Echeverry Pérez, 2004,
p. 9)
Fray Gerónimo Mendieta
relata que
"había cielo allá en lo alto, lugar de
gloria y bienaventuranza ... y que había
infierno, lugar de fuego y de infinitas
penas y tormentos increíbles, y morada
de aquellos que sus padres tenían por
dioses, donde iban los que en este siglo
los adoraban y obedecían, y ellos
mismos en pago de sus servicios los
atormentaban" (Von Wobeser, 2011)
Montando santos para desplazar a los Dioses
Prehispánicos denominados como encarnación del
Diablo
Cuerpo Alma
La expulsión de los
jesuitas 1767,
suplantándolos los
filipenses
El Concilio de Trento filipenses
Jesuitas
Monarquía inca
Vestimentas
y
fiestas
Perú
Moctezuma
Oficio de la Santa
Inquisición
Universo Infernal
El purgatorio
La tierra
El cielo
El Infierno El Diablo
Alegoría de la iglesiaPerú, siglo XVIII
oleo de tela
Un niño Jesucristo justiciero en compañía de su Madre María esta sentado
sobre un bello tapiz virreinal en medio de una explanada andina con
montañas rocosas. A un lado, el demonio lanza a un jesuita por los aires
para que caiga y arda en un caldero de fuego infernal, mientras que al otro
lado un Ángel de la Guarda guía directamente a una mujer indígena a su
redentor. La pintura consta la pureza de la fe indígena con la falsedad de los
vicarios cristianos, simbolizado por la iglesia que se derrumban al fondo.
Análisis de la imagen
Niño
Jesús
María 1. Ángel
2. Diablo
3. Sacerdote
1. Ángel
2. Indígena
inca
Poder
divino
CastigoCamino
del bien
La importancia del la iglesia y la olla
La expulsión de
los jesuitas
La tortura
de hervir
los pecados
serpiente
El Diablo
prometía
salud,
riqueza,
prosperidad
y
abundantes
cosechas
Conclusiones
Benedicto XVI
infierno como ”la condenación eterna de todos
aquellos que mueren, por libre elección, en
pecado mortal”, la de purgatorio “el estado de
los que mueren en amistad con Dios pero,
aunque están seguros de su salvación eterna,
necesitan aún de purificación para entrar a la
eterna bienaventuranza”, y la del cielo como ”el
estado de felicidad suprema y definitiva”.