el guardabarrera the signal-man el guardavías charles...el guardavías de charles dickens tr. de...

21
1 Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 THE SIGNAL-MAN by Charles Dickens HALLOA! Below there!” When he heard a voice thus calling to him, he was standing at the door of his box, with a flag in his hand, furled round its short pole. One would have thought, considering the nature of the ground, that he could not have doubted from what quarter the voice came; but instead of looking up to where I stood on the top of the steep cutting nearly over his head, he turned himself about, and looked down the Line. There was something remarkable in his manner of doing so, though I could not have said for my life what. But I know it was remarkable enough to attract my notice, even though his figure was foreshortened and shadowed, down in the deep trench, and mine was high above him, so steeped in the glow of an angry sunset, that I had shaded my eyes with my hand before I saw him at al l. Halloa! Below!” From looking down the Line, he turned himself about again, and, raising his eyes, saw my figure high above him. “Is there any path by which I can come down and speak to you?” He looked up at me without replying, and I looked down at him without pressing him too soon with a repetition of El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡ Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó una voz que le llamaba de esa manera estaba de pie en la puerta de la caseta, con una bandera en la mano enr ollada alre- dedor de un palo corto. Teniendo en cuenta la naturaleza del terreno, cual- quiera hubiera pensado que no po- día dudar con respecto al lugar del que procedía la voz; pero en lugar de mirar hacia arriba, donde estaba yo, de pie sobre un empinado desmonte situado justo encima de su cabeza, se dio la vuelta y miró _____ ha- cia la vía. Había algo especial en la forma en que lo hizo, aunque yo no pudiera captar de que se trataba exac- tamente. Lo que sí se es que fue lo bastante notable como para llamar mi atención, a pesar de que su figu- ra, situada abajo, en la profunda zan- ja, se encontraba un tanto lejana y ensombrecida, y yo me hallaba muy por encima de él, tan de cara al resplandor de un furioso ocaso que tuve que protegerme los ojos con la mano antes de poder verlo. —¡ Hola, ahí abajo! Él seguía mirando______ la vía, pero volvió a darse la vuelta y, al levantar la vista, me vio allí arriba._____________ —¿Hay algún camino por el que pueda bajar para hablar con usted? Miró hacia arriba sin res- ponder y yo le contempl é sin querer presionarle _______ r e p i t i e n d o m i X The bellowing echo sound is lost in the Spanish tranlation. Also the capital letters Al seguir mirando la vía X X X X X X El guardabarrera (The Signal-Man-1866) de Charles Dickens -¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo! Cuando oyó la voz que así le lla- maba se encontraba de pie en la puerta de su caseta, empuñando una bandera, enrollada a un corto palo. Cualquiera hubiera pensado, tenien- do en cuenta la naturaleza del terre- no, que no cabía duda alguna sobre la procedencia de la voz; pero en lugar de mirar hacia arriba, hacia donde yo me encontraba, sobre un escarpado terraplén situado casi di- rectamente encima de su cabeza, el hombre se volvió y miró hacia la vía. Hubo algo especial en su manera de hacerlo, pero, aunque me hubiera ido en ello la vida, no habría sabido ex- plicar en qué consistía, mas sé que fue lo bastante especial como para llamarme la atención, a pesar de que su figura se veía empequeñecida y en sombras, allá abajo en la profun- da zanja, y de que yo estaba muy por encima de él, tan deslumbrado por el resplandor del r ojo crepúsculo que sólo tras cubrirme los ojos con las manos, logré verlo. -¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo! Dejó entonces de mirar a la vía, se volvió nuevamente y, alzando los ojos, vio mi silueta muy por encima de él. -¿Hay algún camino para bajar y hablar con usted? Él me miró sin replicar y yo le devolví la mirada sin agobiarle con una repetición demasiado precipitada de mi LE SIGNALEUR (1886) de Charles Dickens Édition du groupe « Ebooks libres et gratuits » – Hé ! Vous, là-bas ! Quand il entendit une voix l’interpeller de la sorte, il était debout à la porte de sa cabine ; il avait à la main un drapeau enroulé autour de sa courte hampe. À première vue, on aurait cru, étant donné la disposition des lieux, qu’il ne pouvait avoir aucune hésitation quant à la provenance de cette voix ; mais au lieu de lever les yeux vers la route où je me trouvais, au bord de la tranchée du chemin de fer, il se tourna de l’autre côté et son regard suivit la voie. Il y avait dans son geste quelque chose de frappant, encore que j’eusse été bien en peine de dire quoi. Je sais seulement qu’il était assez frappant pour attirer mon attention ; et pourtant la silhouette de cet homme paraissait raccourcie par la distance, tout en bas, au fond de la tranchée, bien au- dessous de moi et baigné dans la lumière du soleil qui se couchait en un ciel orageux, à tel point que j’avais dû m’abriter les yeux avec la main pour réussir à le voir. – Hé ! Là-bas ! Cessant de r egarder la voie, il se retourna et, levant les yeux, m’aperçut très haut au-dessus de lui. –Y a-t-il un chemin pour aller vous retrouver ? Je voudrais vous parler. Il leva les yeux vers moi sans répondre, et je baissai les miens vers lui sans oser répéter aussitôt cette question X X

Upload: others

Post on 09-Sep-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

1

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

THE SIGNAL-MAN

by

Charles Dickens

“HALLOA! Below there!”

When he heard a voice thuscalling to him, he was standingat the door of his box, with a flagin his hand, furled round itsshor t pole . One would havethought, considering the natureof the ground, that he could nothave doubted from what quarterthe voice came; but instead oflooking up to where I stood onthe top of the s teep cuttingnearly over his head, he turnedhimself about, and looked downthe Line. There was somethingremarkable in his manner ofdoing so, though I could nothave said for my life what. But Iknow it was remarkable enoughto attract my notice, even thoughhis figure was foreshortened andshadowed, down in the deeptrench, and mine was high abovehim, so steeped in the glow ofan angry sunset , that I hadshaded my eyes with my handbefore I saw him at all.

“Halloa! Below!”

F r o m l o o k i n g d o w n t h eL ine , he t u rned h imse l f abou ta g a i n , a n d , r a i s i n g h i s e y e s ,saw my figure high above him.

“Is there any path by which Ican come down and speak toyou?”

He looked up at me withoutreplying, and I looked downat him without pressing himtoo soon wi th a repet i t ion of

El guardavías

de

Charles Dickens

tr. de Rafael Lasaleta

Valdemar, Madrid 1993

—¡Hola, el de ahí abajo!

Cuando escuchó una voz que lellamaba de esa manera estaba de pieen la puerta de la caseta, con unabandera en la mano enrollada alre-dedor de un palo corto. Teniendo encuenta la naturaleza del terreno, cual-quiera hubiera pensado que no po-día dudar con respecto al lugar delque procedía la voz; pero en lugarde mirar hacia arriba, donde estaba yo,de pie sobre un empinado desmontesituado justo encima de su cabeza,se dio la vuelta y miró _____ ha-cia la vía. Había algo especial en laforma en que lo hizo, aunque yo nopudiera captar de que se trataba exac-tamente. Lo que sí se es que fue lobastante notable como para llamarmi atención, a pesar de que su figu-ra, situada abajo, en la profunda zan-ja, se encontraba un tanto lejana yensombrecida, y yo me hallaba muypor encima de él, tan de cara alresplandor de un furioso ocaso quetuve que protegerme los ojos con lamano antes de poder verlo.

—¡Hola, ahí abajo!

Él segu ía mirando______la vía, pero volvió a darse lavuelta y, al levantar la vista, mevio allí arriba._____________

—¿Hay algún camino por elque pueda bajar para hablar conusted?

Miró hac ia a r r iba s in r e s -p o n d e r y y o l e c o n t e m p l és i n q u e r e r p r e s i o n a r l e_______ r e p i t i e n d o m i

XThe bellowing echo sound is lost in theSpanish tranlation. Also the capital letters

Al seguir mirando la vía

X

X

X

X

X

X

El guardabarrera(The Signal-Man-1866)

de

Charles Dickens

-¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo!

Cuando oyó la voz que así le lla-maba se encontraba de pie en lapuerta de su caseta, empuñando unabandera, enrollada a un corto palo.Cualquiera hubiera pensado, tenien-do en cuenta la naturaleza del terre-no, que no cabía duda alguna sobrela procedencia de la voz; pero enlugar de mirar hacia arriba, haciadonde yo me encontraba, sobre unescarpado terraplén situado casi di-rectamente encima de su cabeza, elhombre se volvió y miró hacia la vía.Hubo algo especial en su manera dehacerlo, pero, aunque me hubiera idoen ello la vida, no habría sabido ex-plicar en qué consistía, mas sé quefue lo bastante especial como parallamarme la atención, a pesar de quesu figura se veía empequeñecida yen sombras, allá abajo en la profun-da zanja, y de que yo estaba muy porencima de él, tan deslumbrado porel resplandor del rojo crepúsculo quesólo tras cubrirme los ojos con lasmanos, logré verlo.

-¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo!

Dejó entonces de mirar a la vía,se volvió nuevamente y, alzandolos ojos, vio mi silueta muy porencima de él.

- ¿ H a y a l g ú n c a m i n op a r a b a j a r y h a b l a r c o nu s t e d ?

É l m e m i r ó s i n r e p l ica ry yo le devolv í l a mirada sinagobiarle con una repeticiónd e m a s i ado precipitada de mi

LE SIGNALEUR(1886)

de

Charles Dickens

Édition du groupe « Ebooks libres etgratuits »

– Hé ! Vous, là-bas !

Quand il entendit une voixl’interpeller de la sorte, il était deboutà la porte de sa cabine ; il avait à lamain un drapeau enroulé autour de sacourte hampe. À première vue, onaurait cru, étant donné la dispositiondes lieux, qu’il ne pouvait avoir aucunehésitation quant à la provenance decette voix ; mais au lieu de lever lesyeux vers la route où je me trouvais,au bord de la tranchée du cheminde fer, il se tourna de l’autrecôté et son regard suivit la voie.Il y avait dans son geste quelque chosede frappant, encore que j’eusse étébien en peine de dire quoi. Je saisseulement qu’il était assez frappantpour attirer mon attention ; et pourtantla silhouette de cet homme paraissaitraccourcie par la distance, tout en bas,au fond de la tranchée, bien au-dessous de moi et baigné dans lalumière du soleil qui se couchait enun ciel orageux, à tel point que j’avaisdû m’abriter les yeux avec la mainpour réussir à le voir.

– Hé ! Là-bas !

C e s s a n t d e r e g a r d e r l avoie , i l se re tourna e t , levantles yeux, m’aperçut t rès hautau-dessus de lu i .

–Y a-t-il un chemin pour allervous retrouver ? Je voudrais vousparler.

Il leva les yeux vers moi sansrép o n d r e , e t j e b a i s s a i l e sm i e n s v e r s l u i s a n s o s e rrépéter aussitôt cette question

X

X

Page 2: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

2

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

my idle q u e s t i o n . J u s t t h e nt h e r e c a m e a v a g u ev i b r a t i o n i n t h e e a r t h a n da i r, q u i c k l y c h a n g i n g i n t o av i o l e n t p u l s a t i o n , a n d a noncoming rush tha t causedme to s tar t back, as though i thad force to draw me down.When such vapour as rose tomy height from this rapid trainh a d p a s s e d m e , a n d w a ss k i m m i n g a w a y o v e r t h el a n d s c a p e , I l o o k e d d o w nagain, and saw him refur l ingthe f lag he had shown whilethe t ra in went by.

I repeated my inquiry. Aftera p a u s e , d u r i n g w h i c h h es e e m e d t o r e g a r d m e w i t hfixed at tention, he motionedwith his rolled-up flag towardsa point on my level , some twoor three hundred yards distant.I c a l l e d d o w n t o h i m ,“ A l l r i g h t ! ” a n d m a d ef or that point. There, by dint ofl o o k i n g c l o s e l y a b o u t m e ,I f o u n d a r o u g h z i g z a gd e s c e n d i n g p a t hn o t c h e d o u t , w h i c h If o l l o w e d .

T h e c u t t i n g w a se x t r e m e l y d e e p , a n du n u s u a l l y p re c i p i t a t e . I tw a s m a d e t h r o u g h ac l a m m y s t o n e , t h a t b e c a m eo o z i e r and wetter as I wentd o w n . F o r t h e s e r e a s o n s , Ifound the way long enough tog i v e m e t i m e t o r e c a l l asingular air of reluctance orc o m p u l s i o n w i t h w h i c h h ehad pointed out the path .

When I came down lowenough upon the zigzag descentto see him again, I saw that hewas standing between the railson the way by which the trainhad lately passed, in an attitudeas if he were waiting for me toappear. He had his left hand athis chin, and that left elbowr e s t e d o n h i s r i g h t h a n d ,

t o n t a p r e gunta. En ese preci-so momento se produjo una vagavibración en la tierra y el aire,que se convirtió rápidamente enuna pulsación violenta y en unaembestida que me obligó a re-troceder para no caer abajo.Cuando se deshizo e l vaporque se había elevado hasta mialtura desde el tren que p a s óv e l o z m e n t e , y e m p e z ó ad e s v a n e c e r s e e n e l p a i s a j e,vo lv í a mirar hacia abajo ypude verle enrollar en el palo labandera que había extendido du-rante el paso del tren.

Repetí la pregunta. Tras unapausa durante la cual pareciócontemplarme con gran aten-c ión , seña ló con la banderaenrollada hacia un punto situa-do a mi nivel, a unos doscientoso trescientos metros de distancia.

—¡Entendido! —le grité diri-giéndome h a c i a e s e l u g a r .Allí, a fuerza de examinar cuida-dosamente la zona, encontré untosco camino que descendía enz i gzag, en e l que habíanexcavado una especie de es-calones, y bajé por él.

L a z a n j a e r aex t remadamente p rofunda ei n u s u a l m e n t e i n c l i n a d a .Había s ido excavada en unapiedra viscosa que se iba volviendomás rezumante y húmeda con-forme bajaba. Por ese motivo elcamino se me hizo lo bastantel a r g o p a r a r e c o r d a r l asensación singular de desgana yobligación con la que me habíaindicado donde estaba_____.

C u a n d o b a j é p o r e l c a m i -n o e n z i g z a g l o s u f i c i e n t e ,___________ v i q u e e s t a b ad e p i e e n t r e l o s r a í l e s_____________ p o r l o s q u ea c a b a b a d e p a s a r e l t r e n , e na c t i t u d d e e s t a r a g u a r d a n d om i a p a r i c ión . Con l a manoizquierda se tocaba la barbillay descansaba el codo de ese brazo

idle inútil, vana, ociosa X

X

X

X

[ E n c o n t r é u n c a m i n o

ex c a v a d o y e x c a b r o s o

q u e d e s c e n d í a e n z i g z a g

y s e g u í p o r é l ]

XThe cutting El corte

X

X

X

precipitate en picado

X

[para verle otra vez] X

X

X

ociosa pregunta. Justo en ese instanteel aire y la tierra se vieron estremeci-dos por una vaga vibración transforma-da rápidamente en la violent a s a c u -d i d a d e u n t r e n q u e p a s a b aa toda máquina y que me sobresaltóhasta el punto de hacerme saltar hacia atrás,como si quisiera arrastrarme tras él.Cuand o t o d o e l v a p o r q u ec o n s i g u i ó l l e g a r a m ia l t u r a h u b o p a s a d o ys e d i l u í a y a e n e lpaisaje, volví a mirar hacia abajoy lo vi volviendo a enrollar l ab a n d e r a q u e h a b í a a g i t a d oa l p a s o d e l t r e n .

R e p e t í l a p r e g u n t a . Tr a su n a p a u s a , e n l a q u e p a r e -c i ó e s t u d i a r m e c o n s u m aa t e n c i ó n , s e ñ a l ó c o n l ab a n d e r a enrollada h a c i a u np u n t o s i t u a d o a m i n i v e l , au n a s d o s o t r e s y a r d a s d ed i s t a n c i a . « M u y b i e n » , l eg r i t é , y m e d i r i g í h a c i aa q u e l l u g a r. A l l í , a b a s e d em i r a r a t e n t a m e n t e a m i a l -r e d e d o r, e n c o n t r é u n t o s c oy z i g z a g u e a n t e c a m i n o d eb a j a d a e x c a v a d o e n l a r o c ay l o s e g u í .

El terraplén era extremada-m e n t e p r o f u n d o yan o r m a l m e n t e e s c a r p a d o .E s t a b a h e c h o e n u n a r o c apegajosa , que se volvía máshúmeda y rezumante a medida quedescendía. Por dicha razón, me en-contré con que el camino era lo bas-tante largo como para permitirme re-cordar el extraño ademán de indecisióno coacción con que me había seña-lado el sendero.

C u a n d o h u b e d e s c e n d i d ol o s u f i c i e n t e p a r a v o l v e r l ea v e r, o b s e r v é q u e e s t a b ad e p i e e n t r e l o s r a í l e s p o rl o s q u e a c a b a b a d e p a s a r e lt r e n , e n a c t i t u d d e e s t a re s p e r á n d o m e . T e n í a l am a n o i z q u i e r d a b a j o l ab a r b i l l a y e l c o d o d e s c a n -s a n d o e n l a d e r e c h a , q u e

un peu futile. À l’instant même,la terre et l’air furent parcouruspar une vibration confuse qui setransforma bientôt en pulsationbrutale ; puis surgit une masse lancéeà vive allure qui me fit reculer d’unbond, comme si j’avais à redouterd’être entraîné dans sa course. Unnuage de vapeur s’éleva de ce trainrapide jusqu’à moi, puis s’éloigna enrasant le sol ; quand il se f u tdissipé, je plongeai de nouveaumon regard dans la tranchée, et jerevis l’homme en train de roulerle drapeau qu’il avait déployé aupassage du train.

Je répétai ma question. Aprèsun intervalle pendant lequel ilparut me regarder avec uneattention soutenue, il me désignadu bout de son drapeau roulé unpoint situé au même niveau quemoi, à quelque deux ou troiscents mètres de là. Je lui criai :« D’accord » et me dirigeai versce point. Arrivé là, j’examinaisoigneusement le terrain et finispar découvri r qu’un vaguechemin en lacets avai t é tégross ièrement ta i l lé dans lapente : je suivis ce chemin.

L a tranchée é t a i te x t r ê m e m e n t p r o f o n d e e tparticulièrement abrupte . Elleétait creusée dans une rochegluante qui devenait de plus en plushumide à mesure que j’approchaisdu fond. C’est pourquoi le trajet meparut assez long, et j’eus ainsi toutloisir de songer à l’airsingulièrement contraint etréticent avec lequel l’hommem’avait indiqué ce chemin.

Quand je fus arrivé assez baspour l’apercevoir de nouveau, jele vis debout entre les deux railsde l a vo ie que vena i td ’emprunte r l e t ra in ; sonattitude semblait indiquer qu’ilattendait mon apparition. Il setenai t le menton de la maingauche, le coude gauche appuyésur la main droite, le bras droit

Page 3: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

3

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

crossed over his breast . Hisa t t i t u d e w a s o n e o f s u c hexpectation and watchfulnesst h a t I s t o p p e d a m o m e n t ,wondering at it.

I resumed my downward way,and stepping out upon the level ofthe railroad, and drawing nearer tohim, saw that he was a dark, sallowman, with a dark beard and ratherheavy eyebrows. H i s p o s tw a s i n a s s o l i t a r y a n dd i s m a l a p l a c e a s e v e rI s a w . On e i t he r s i de , adripping-wet wall of jaggeds t o n e , e x c l u d i n g a l lv i e w b u t a s t r i p of sky;the perspect ive one way onlya c r o o k e d p r o l o n g a t i o n o ft h i s g r e a t d u n g e o n ; t h es h o r t e r p e r s p e c t i v e i n t h eo t h e r d i r e c t i o n t e r m i n a t i n gi n a g l o o m y r e d l i g h t , a n dt h e g l o o m i e r e n t r a n c e t o ab l a c k t u n n e l , i n w h o s em a s s i v e a r c h i t e c t u r et h e r e w a s a b a r b a r o u s ,d epress ing , and forbiddinga i r. So l i t t l e sun l ight eve rfound i t s way t o t h i s spo t ,that i t had an ear thy, deadlysmell ; and so much cold windr u s h e d t h r o u g h i t , t h a t i ts t ruck chi l l to m e , a s i f Ih a d l e f t t h e n a t u r a lw o r l d .

Before he s t i rred , I wasnear enough to h im to havetouched him. Not even thenremoving his eyes from mine,he stepped back one step, andlifted his hand.

T h i s w a s a l o n e s o m e p o s tt o o c c u p y ( I s a i d ) , a n d i th a d r i v e t e d m y a t t e n t i o nwhen I looked down f rom upy o n d e r . A v i s i t o r w a s ara r i ty, I shou ld suppose ; no ta n u n w e l c o m e r a r i t y , Ih o p e d ? * I n m e , h e m e r e l ys a w a m a n w h o h a db e e n s h u t u p w i t h i nn a r ro w l i m i t s a l l h i s l i f e ,

sobre su mano derecha, cruzadajunto al pecho. Su actitud me pa-reció tan expectante y vigilanteque me detuve un momento, ex-trañado.

R e a n u d é m i a v a n c e ,llegué a la altura de la vía y alacercarme más a él vi que eraun hombre de tez pálida y pelooscuro, de barba negra y cejasbastante pobladas. Su puesto se en-contraba en el lugar más solitario ytriste que yo hubiera contem-plado nunca. A ambos lados, unmuro hecho de piedra mellada quegoteaba humedad, impedía todavista salvo la de una franja de cielo;por un lado, la perspectiva sóloera una prolongación curva dea q u e l c a l a b o z o e n o r m e ; l aperspectiva por la otra direc-ción, mas corta, terminaba enuna sombría luz rojiza y en laentrada, todavía más s o m b r í a ,d e u n t ú n e l n e g r o , c u y a a r-q u i t e c t u r a m a c i z a c r e a b au n a a t m ó s f e r a b á r b a r a ,d e p r i m en t e y r e p u l s i v a .E r a t a n escasa la luz del sol q u el l e g a b a h a s t a a l l í q u e pro-ducía un olor terroso y letal, ytan to e l f r í o v i e n t o q u e c o -r r ía por la zanja que l legué aes t remecerme, como si hubie-ra abandonado el mundo na-tural.

Me acerqué hasta él lo sufi-ciente para tocarle antes deque se moviera . Ni siquieraentonces apartó su vista de lamía, pero dio un paso atrás ylevantó una mano.

L e d i j e q u e o c u p a b a u npues to bas tan te so l i t a r io , yque había l lamado mi a ten-ción cuando le vi desde alláarriba. Añadí que suponía que leresultaría raro tener visitantes,pero esperaba no obstante serbienvenido. Que en mí debía versimplemente a un hombre que ha-biendo estado toda su vida encerra-do en unos límites estrechos, y

dungeon foso, mazmorra

[mi descenso y encontrandome y en la vía]

X

X

X

sallow macilento

* se pierde el punto de vista falible delnarrador que marca la interrogativa

X

X

X

forbidding amenazante, imponente

dismal (sitio) lúgubre, (persona) triste

jagged , tallada, picuda

m a n t e n í a c r u z a d a s o b r e e lp e c h o . S u a c t i t u d d e n o t a b at a l e x p e c t a c i ó n y a n s i e d a dq u e p o r u n i n s t a n t e m e d e -t u v e , a s o m b r a d o .

Reanudé el descenso y, a ll l egar a l a a l tu ra de la v ía yacercarme a é l , pude ver queera un hombre moreno y ce-tr ino, de barba oscura y cejasbastante anchas. Su caseta es-taba en el lugar más sombríoy solitario que yo hubiera vis-to en mi vida. A ambos lados, seelevaba un muro pedregoso yrezumante que bloqueaba cualquiervista salvo la de una angosta franjade cielo; la perspectiva por un ladoera una prolongación distorsionadade aquel gran calabozo; e l o t rolado, m á s c o r t o , t e r m i n a -b a e n l a t e n e b r o s a l u zr o j a s i t u a d a s o b r e l a e n -t r a d a , a ú n m á s t e n e b r o s a ,a u n n e g r o t ú n e l d e c u y am a c i z a e s t r u c t u r a s e d e s -p r e n d í a u n a s p e c t o r u d o ,d e p r i m e n t e y a m e n a z a d o r.E r a t a n o s c u r o a q u e ll u g a r q u e e l o l o r_________a tierra lo traspasabatodo, y circulaba un viento tanhelado que su frío me penetróhasta lo más hondo, como si hu-biera abandonado el mundo de loreal.

Antes de que él hiciese el me-nor movimiento me encontrabatan cerca que hubiese podido to-carle. Sin quitarme los ojos deencima ni aun entonces, dio unpaso atrás y levantó la mano.

Aqué l e r a un pues to s o l i -t a r i o , d i j e , y m e h a b í al l a m a d o l a a t e n c i ó n c u a n d ol o v i d e s d e a l l á a r r i b a . U n av i s i t a s e r í a u n a r a r e z a , s u -pon ía ; pe ro e spe raba que nof u e r a u n a r a r e z a m a l r e c i b i -d a y l e r o g a b a q u e v i e s e e nm í s i m p l e m e n t e a u n h o m -b r e q u e , c o n f i n a d o t o d a s uv i d a e n t r e e s t r e c h o s l í m i t e s

placé en travers de la poitrine.Ce t te a t t i tude donna i tl’impression d’une attente tellementvigilante que je m’arrêtai uninstant, stupéfait.

Je repris ma descente et parvins au niveaude la ligne de chemin de fer ; je m’avançaialors vers lui et, en m’approchant, je constataique c’était un homme au teint jaunâtre etqu’il avait une barbe noire et des sourcilsépais. Son poste était situé dans l’un desendroits les plus solitaires et les pluslugubres que j’eusse jamais vus.D e chaque cô té une paro iruisselante de pierre tailladée qui,pour tout paysage, ne laissait voirqu’une étroite bande de ciel ; laperspective à une extrémité n’étaitqu’une prolongation tortueuse de cevaste cachot ; dans l’autre directionla perspect ive é ta i t moinsétendue ; elle se terminait par unm o r n e s i g n a l r o u g e e t p a rl’entrée, plus morne encore,d ’ u n t u n n e l n o i r d o n tl’architecture m a s s i v e ava i tu n a s p e c t p r i m i t i f ,r é b a r b a t i f e t a c c a b l a n t . Lesoleil avait tant de peine à se glisserjusqu’à ce lieu qu’il y flottait une odeurm o r t e l l e d e t e r r e h u m i d e ;d ’ a u t r e p a r t u n v e n t f r o i d ysoufflait si vigoureusement que jem e s e n t i s g l a c é t o u t à c o u p ,comme si je venais de quitter lemonde des vivants.

J e m ’ a p p r o c h a i d e l u i ,p resque à l e toucher, avan tqu’il fît un mouvement. Mêmealors, i l ne me quitta pas duregard, mais recula d’un paset leva la main.

Je lui dis quelques mots : ceposte qu’il occupait n’était-il pasbien solitaire ? Il s’était imposé àmon attention dès que je l’avaisaperçu de là-haut. Les visiteursdevaient y être rares. Pouvais-jeespérer qu’ils n’y étaient pasimportuns ? Il voyait en moi, luidis-je, tout simplement un hommequi avait passé sa vie entièreenfermé dans d’étroites limites

X

X

Page 4: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

4

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

a n d w h o , b e i n g a t l a s t s e tf r e e , h a d a n e w l y -a w a k e n e d i n t e r e s t i nt h e se g re a t w o r k s . To s u c hp u r p o s e I s p o k e t o h i m ;b u t I a m f a r f r o m s u r e o ft h e t e r m s I u s e d ; f o r ,b e s i d e s t h a t I a m n o th a p p y i n o p e n i n g a n yc o n v e r s a t i o n , t h e r e w a ss o m e t h i n g i n t h e m a n t h a td a u n t e d m e .

He directed a most curiouslook towards the red light nearthe tunnel’s mouth, and lookedall about i t , as i f somethingwere missing from it, and thenlooked at me.

That l ight was part of hischarge? Was it not?

He answered in a low voice,—“Don’t you know it is?”

T h e m o n s t r o u st h o u g h t c a m e i n t o m ym i n d , a s I p e r u s e d t h ef ixed eyes and the saturnineface , tha t th i s was a spir i t ,not a man. I have sp e c u l a t e ds i n c e , w h e t h e r t h e r e m a yh a v e b e e n i n f e c t i o n in h i smind .

In my turn, I stepped back.But in making the ac t ion , Id e t e c t e d i n h i s e y e s s o m elatent fear of me . This put themonstrous thought to flight.

“You look at me,” I sa id ,forcing a smile, “as if you hada dread of me.”

“ I w a s d o u b t f u l , ” h ereturned, “whether I had seenyou before .”

“Where?”

He pointed to the red light hehad looked at.

“There?” I said.

___________ s in t iéndose l ib rep o r f i n , s e l e h a b í ad e s p e r t a d o recientemente elinterés por las grandes obras.Le hablé en ese sentido, aunqueestoy lejos de encontrarme se-guro de que fueran ésos los tér-minos utilizados; pues aparte deque no se me da muy bien ini-ciar una conversación, había enaque l hombre a lgo que meintimidaba.

Dirigió una curiosísima miradahacia la luz roja situada cerca dela boca del túnel, permaneció conla vista fija en ella durante un rato,como si le faltara algo, y despuésvolvió a mirarme.

Le pregunté que si la luz formabaparte de sus obligaciones.

—¿Acaso no lo sabe? —me res-pondió en voz baja.

C o n t e m p l a n d o s u m i r a d af i j a y a q u e l r o s t r o me-lancólico pasó por mi mente elpensamiento monstruoso de quese trataba de un espíritu, y node un hombre. Desde entonceshe pensado muchas veces si nohabría algún problema en sumente.

En ese momento fui yo el queretrocedió, pero al hacerlo detec-té en su mirada un miedo latentehacia mí y con él desapareció mipensamiento monstruoso.

—Me está mirando como si metuviera miedo —le dije, obligán-dome a sonreír.

— E s t a b a p e n s a n d o s il o h a b í a v i s t o a n t e s —r e p l i c ó é l .

—¿Dónde?

Señaló hacia la luz roja que ha-bía estado mirando.

—¿Allí? —volví a preguntar yo.

X

X

X

X

* se pierde el punto de vista falibleque marcan las interrogativas

y f i n a l m e n t e e n l i b e r -t a d , s e n t í a d e s p e r t a rs u i n t e r é s p o r a q u e l l agran insta lac ión . Más o me-nos é s tos fue ron lo s t é rmi -nos que empleé , aunque noes toy nada seguro de l a s pa -l ab ra s exac t a s po rque , ade -más de que no me gus ta se ryo e l que in i c i e una conve r-sac ión , hab ía a lgo en aque lhombre que me cohib ía .

D i r i g i ó u n a c u r i o s í s i m am i r a d a a l a l u z r o j a p r ó x i -m a a l a b o c a d e a q u e l t ú -n e l y a t o d o s u e n t o r n o ,c o m o s i f a l t a s e a l g o a l l í ,y l u e g o m e m i r ó .

-¿Aquel la luz es taba a sucargo, no era así?

-¿Acaso no lo s abe? -merespondió en voz baja.

Al contemplar sus ojos f i -jos y su rostro saturnino, measaltó la extravagante idea deq u e e r a u n e s p í r i t u , n o u nhombre . Desde en tonces , a lrecordarlo, he especulado conla posibi l idad de que su men-t e e s t u v i e r a s u f r i e n d o u n aalucinación.

Esta vez fui yo quien dio unpaso atrás . Pero, al hacerlo,noté en sus ojos una especie detemor latente hacia mí. Estoanuló la extravagante idea.

- M e m i r a - d i j e c o n s o n -r i s a f o r z a d a - c o m o s i m et e m i e r a .

-No estaba seguro -me res-pondió- de s i le había vis toantes .

-¿Dónde?

Señaló la luz roja que habíaestado mirando.

-¿Allí? -dije.

e t q u i , e n f i n l i b é r é ,p o r t a i t a u x g randesentreprises ferroviaire s unintérêt tout nouveau. Telle fut lasubstance de mes propos, maisje ne suis nullement certain deste rmes que j ’employa i , ca r,outre le fait que je ne suis guèread ro i t dans l ’ a r t de l i e rconversation, il y avait en cethomme que lque chose qu im’intimidait.

Il jeta un regard fort étrange vers lefeu rouge placé près de l’orifice dutunnel et en examina tout le voisinagecomme s’il avait l’impression qu’il ymanquait quelque chose, puis tournales yeux vers moi.

Je lui demandai si la surveillance de ce signalrouge ne faisait pas partie de ses fonctions.

Il me répondit d’une voix sourde :– Vous savez bien que oui.

Une idée monstrueuse mevint à l’esprit ; en observant sonregard fixe et son visage fermé,je songeai que je n’avais pas enface de moi un homme, mais unspectre. Je me suis demandédepuis si je n’avais pas subiplus ou moins la contagion deses pensées.

À mon tour, je reculai. Mais, cefaisant, je découvris dans ses yeuxl’effroi indéfini que je lui inspirais.Cette découverte réduisit à néantmon idée monstrueuse.

– Vous me regardez, lui dis-je enme forçant à sourire, comme si vousaviez peur de moi !

– J e m e d e m a n d a i s ,r é p o n d i t - i l , s i j e n e v o u savais pas déjà vu.

– Où ?

Il me montra du doigt le signalrouge vers lequel il s’était tourné.

– Là ? dis-je.

X

Page 5: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

5

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

I n t e n t l y w a t c h f u l o fm e , h e r e p l i e d ( b u tw i t h o u t s o u n d ) , “ Ye s . ”

“ M y g o o d f e l l o w, w h a tshould I do there? However, betha t a s i t may, I never wasthere, you may swear.”

“I think I may,” he rejoined.“Yes; I am sure I may.”

H i s m a n n e r c l e a re d , l i k em y o w n . H e r e p l i e d t o m yr e m a r k s w i t h r e a d i n e s s ,a n d i n w e l l - c h o s e n w o r d s .H a d h e m u c h t o d o t h e r e ?Ye s ; t h a t w a s t o s a y , h eh a d e n o u g h r e s p o n s i b i l i t yt o b e a r ; but exactness andwatchfulness were what wasrequired of him, and of actualwork—manual labour—he hadnext to none. To change thats ignal , to t r im those l ights ,and to turn this i ron handlenow and then, was all he hadt o d o u n d e r t h a t h e a d .Regard ing those many longand lonely hours of which Iseemed to make so much, hec o u l d o n l y s a y t h a t t h eroutine of his life ha d s h a p e di t s e l f i n t o t h a t f o r m , a n dh e h a d g r o w n u s e d t o i t . Heh a d t a u g h t h i m s e l f al a n g u a g e d o w n h e r e , — i fo n l y to know it by sight, and to haveformed his own crude ideas o fi t s p ronunc ia t ion , cou ld beca l l ed l ea rn ing i t . H e h a da l s o w o r k e d a tf r a c t i o n s a n d d e c i m a l s ,a n d t r i e d a l i t t l e a l g e b r a ;b u t h e w a s , a n d h a d b e e na s a b o y , a p o o r h a n d a tf i g u r e s . Wa s i t n e c e s s a r yf o r h i m w h e n o n d u t ya l w a y s t o r e m a i n i n t h a tc h a n n e l o f d a m p a i r , a n dc o u l d h e n e v e r r i s e i n t ot h e s u n s h i n e f r o mb e t w e e n t h o s e h igh stonew a l l s ? W h y, t h a t d e p e n d e du p o n t i m e s and c i r c u m -

Respondió afirmativamente (aun-que sin emitir sonido alguno) mien-tras me miraba con intensidad.

—Mi buen amigo, ¿qué podíahacer yo allí? No obstante, puedojurarle en cualquier caso que nun-ca he estado en ese lugar.

—Así lo creo —replicó él. —Sí, estoy seguro.

Su actitud se volvió entonces más tranquila,lo mismo que la mía. Contestó a misobservaciones con prontitud ycon palab ra s b i en e l eg ida s .¿Tenía mucho trabajo al l í? Sí ;bueno, era una forma de decirlo, teníadesde luego una gran responsabilidad______; pero lo que se requeríade él era exactitud y vigilancia,mientras que trabajo de ver-dad, es decir, trabajo manual,apenas existía. Lo ún ico queten ía que hace r e r a cambia rl a s eña l, a r r e g l a r l a s l u c e sy g i r a r l a m a n i v e l a d e h i e -r r o d e v e z e n c u a n d o . C o nr e s p e c t o a l a s l a rg a s y s o -l i t a r i a s h o r a s q u e t a n p e s a -d a s m e p a rec ían a mí só lopodía decirme que se h a b í aa d a p t a d o a l a r u t i n a d ee s a v i d a y s e h a b í aa c o s t u m b r a d o a e l l a .A l l í a b a j o h a b í a _______aprendido una lengua, a u n q u es ó l o a l e e r l a , h a c i é n d o s ealguna idea aproximada desu pronunciación, si es que aeso podía l lamarse aprenderlenguas. Había trabajado tam-bién en fracciones y decimalesy probado un poco con el álge-bra, pero era, igual que habíasido de niño, bastante torpepara las cifras. ¿Cuando estabade servicio era necesario quepermaneciera siempre en aquelcanal de aire húmedo y no po-día subir nunca hasta donde lu-cía el sol, por encima de aque-llos elevados muros de p i e -dra? Bueno , eso dependía del o s m o m e n t o s y l a s c i r -

X

X

X

readiness con buena disposición

M i r á n d o m e f i j a m e n t er e s p o n d i ó ( s i n p a l a -b r a s ) , « s í » .

-Mi querido amigo ¿qué podríahaber estado haciendo yo allí? De to-dos modos, sea como fuere, nunca heestado allí, puede usted jurarlo.

-Creo que sí -asintió- , s í ,creo que puedo.

Su actitud, lo mismo que la mía,volvió a la normalidad, y contestó amis comentarios con celeridad y sol-tura. ¿Tenía mucho que hacerall í? Sí, es decir, tenía sufi-ciente responsabil idad sobresus hombros; pero lo que másse requería de él era exactitudy vigilancia, más que trabajop r o p i a m e n t e d i c h o ; t r a b a j omanual no hacía prácticamen-te n inguno: cambia r a lgunaseñal, vigilar las luces y darla vuel ta a una manivela dehierro de vez en cuando eratodo cuanto tenía que hacer enese sentido. Respecto a todasaquellas largas y solitarias horasque a mí me parecían tan difíci-les de soportar, sólo podía de-c i r que se había adaptado aaquella rutina y estaba acos-t u m b r a d o a e l l a . H a b í aaprendido una lengua él soloal lá abajo -s i se podía l lamaraprenderla a reconocer la es-cri ta y a haberse formado unaidea aproximada de su pro-nunc iac ión- . También hab íat r a b a j a d o c o n q u e b r a d o s ydecimales , y había intentadoh a c e r u n p o c o d e á l g e b r a .Pero tenía , y s iempre la ha-bía tenido, mala cabeza paralos números. ¿Estaba obl iga-do a permanecer en aquel lac o r r i e n t e d e a i r e h ú m e d omientras es taba de servicio?¿No podía salir nunca a la luzdel sol de entre aquel las a l -tas paredes de piedra? Bueno,eso dependía de la hora y del a s c i r c u n s t a n c i a s .

Tout en me dévisageant avec uneattention soutenue, il acquiesça ensilence.

– Mais, mon pauvre ami, qu’aurais-je été faire en cet endroit ? En tout étatde cause, je n’y ai jamais mis les pieds,vous pouvez en être certain.

– Je crois que oui, répliqua-t-il.Oui, je peux en être certain.

Il parut plus à son aise, et moiaussi. Il répondit à mes questionsavec empressement, s’exprimantavec in te l l igence. Avai t - i lbeaucoup à faire ? Oui ; à vraidire, i l avait d’assez lourdesresponsabilités, mais il lui fallaitsurtout de la ponctualité et de lavigi lance ; comme t ravai lproprement dit – comme travailmanuel, – il n’avait presque rien àfaire. Actionner tel ou tel signal,moucher les lampes, pousser tel outel levier métallique de temps àautre, voilà en quoi consistaient sesbesognes matérielles. Quant à ceslongues heures de solitude quiparaissaient me faire tantd’impression, il n’avait qu’unechose à dire à ce sujet : sa viequotidienne ayant prisrégulièrement cette tournureparticulière, il s’y était accoutumé.Il avait appris une langue étrangèreen cet endroit, ou du moins il s’étaitexercé à la lire, et s’était formé uneidée personnelle et approximativede sa prononciation ; on ne pouvaitpas véritablement dire qu’il l’eûtapprise. Il avait aussi étudié lesfractions et les nombres décimaux ;il s’était attaqué aux rudiments del’algèbre ; mais il n’était guère douépour le calcul ; il ne l’avait jamaisété depuis son enfance. Était-iltoujours obligé, quand il était deservice, de rester dans ce fosséhumide et venteux, ou bien pouvait-il parfois monter vers les régionsensoleillées et s’évader de ceshautes mura i l les ? Eh b ien !cela dépendait des moments.I l n ’ y a v a i t p a s t o u j o u r s

Page 6: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

6

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

s t a n c e s . U n d e r s o m ec o n d i t i o n s t h e r e w o u l d b eless upon the Line than undero t h e r s , a n d t h e s a m e h e l dgood as to ce r ta in hours o fthe day and night . In br ightw e a t h e r , h e d i d c h o o s eoccasions for get t ing a l i t t leabove these lower shadows;but , being at a l l t imes l iableto be ca l l ed by h i s e lec t r i cb e l l , a n d a t s u c h t i m e sl i s t e n i n g f o r i t w i t hredoubled anxiety, the re l iefw a s l e s s t h a n I w o u l dsuppose.

He took me in to h is box,where there was a fire , a deskfor an off ic ia l book in whichh e h a d t o m a k e c e r t a i ne n t r i e s , a t e l e g r a p h i cinstrument with i ts dial , face,a n d n e e d l e s , a n d t h e l i t t l ebel l of which he had spoken.On my trust ing that he wouldexcuse the remark that he hadb e e n well educated , a n d ( Ih o p e d I m i g h t s a y w i t h o u to f f e n c e ) p e r h a p s e d u c a t e dabove that s tation, he observedthat ins tances of s l ightincongruity in such wise wouldrarely be found wanting amonglarge bodies of men; that he hadheard it was so in workhouses, inthe police force, even in that lastdesperate resource, the a r m y ;a n d t h a t h e k n e w i t w a s s o ,m o re o r l e s s , i n a n y g r e a tr a i l w a y staff . He had been,when young (if I could believei t , s i t t i n g i n t h a t h u t , — h escarcely could), a student ofnatural philosophy, a n d h a da t t e n d e d l e c t u r e s ;b u t h e h a d r u n w i l d ,m i s u s e d h i so p p o r t u n i t i e s , g o n e d o w n ,a n d n e v e r r i s e n a g a i n . H eh a d n o c o m p l a i n t t o o f f e ra b o u t t h a t . H e h a dm a d e h i s b ed , a n d h e l a yu pon it . I t was far too la te tomake another.

c u n s t a n c i a s . E n c i e r t a so c a s i o n e s h a b í a m e n o sm o v i m i e n t o e n l a v í a q u ee n o t r a s , y l o m i s m o p o -d í a d e c i r s e d e c i e r t a s h o -r a s d e l d í a y d e l a n o c h e .Cuando e l tiempo era bueno,elegía esos momentos para ele-varse un poco por encima de lassombras inferiores, pero como encualquier momento podían llamarlecon la campana eléctrica, y en esasocasiones prestaba atención para es-cucharla con renovada ansiedad, elalivio que obtenía era menor del queyo podía suponer.

Me condujo hasta su caseta,donde había una chimenea, unamesa para un libro oficial en elque tenía que anotar determina-das entradas, un instrumento te-legráfico con su dial, cristal yagujas, y la pequeña campana dela que había hablado. Al confiarleyo, rogándole que me excusara elcomentario, que me había pare-cido muy bien educado, y quizás(y esperaba decirlo sin ofenderle),educado por encima de su posi-ción, observó que no era raro en-contrar ejemplos de ligeras incon-gruencias en ese aspecto dentro delos grandes grupos humanos; quehabía oído que así sucedía en lostalleres, en las fuerzas de policía,a incluso en el último recurso delos desesperados, el ejército; yque sabía que también sucedía así,en mayor o menor medida, encualquier importante estación deferrocarril. De joven había sidoestudiante de filosofía natural yhabía asistido a conferencias (sipodía yo creerle al verlo sentadoen aquella cabaña, pues él apenaspodía); pero se había desencade-nado, había utilizado mal susoportunidades, y había caídopara no volverse a levantar denuevo. No tenía queja alguna alrespecto. Él mismo había hechola cama sobre la que se habíaacostado, y era ya demasiado tar-de para hacer otra.

«fire» tiene connotaciones simbólicas X

Xredoubled mayor, más intensa

A l g u n a s v e c e s h a b í am e n o s t r á f i c o e n l a l í -n e a q u e o t r a s , y l o m i s -m o o c u r r í a a c i e r t a s h o -r a s d e l d ía y de la noche.Cuando había buen t iempo s íque procuraba subi r un pocopor enc ima de l a s t in ieb lasinfer iores ; pero como le po-dían l lamar en cualquier mo-m e n t o p o r l a c a m p a n i l l aeléctr ica, cuando lo hacía es-t a b a p e n d i e n t e d e e l l a c o nre d o b l a d a a n s i e d a d , y p o re l lo e l a l iv io era menor de loque yo suponía .

Me llevó a su caseta, dondehabía una chimenea , un escri-torio para un libro oficial en elque tenía que registrar ciertasentradas, un telégrafo con susindicadores y sus agujas, y lacampanilla a la que se había re-ferido. Confiando en que dis-culpara mi comentario de quehabía recibido una buena edu-cac ión (esperaba que no seofendiera por mis palabras) ,quizá muy superior a su presen-te oficio, comentó que ejem-plos de pequeñas incongruen-cias de este tipo rara vez fal-taban en las grandes agrupa-c i o n e s h u m a n a s ; q u e h a b í aoído que así ocurría en los asi-los, en la policía e incluso enel ejército, ese último recursodesesperado; y que sabía quepasaba más o menos lo mismoen la plantilla de cualquier granferrocarril. De joven había sido(si podía creérmelo, sentado enaquella cabaña -él apenas sipodía-) estudiante de filosofíanatural y había asist ido a launiversidad; pero se había de-dicado a la buena vida, habíadesaprovechado sus oportuni-dades, había caído y nunca ha-bía vuelto a levantarse de nue-vo. Pero no se quejaba de nada.Él mismo se lo había buscadoy ya era demasiado tarde paralamentarlo.

au tan t de c i rcu la t ion sur l al i g n e ; c e l a v a r i a i ta v e c l e s h e u r e s e t a v e cl e s c i r c o n s t a n c e s . Pa rt r è s b e a u t e m p s i ld é c i d a i t p a r f o i s d e s ep r o m e n e r a u - d e s s u s d e l azone d’ombre ; mais comme ilr isquait à tout instant d’êtrer a p p e l é p a r s a s o n n e r i eélectrique, et devait redoublerd’a t t en t i on pou r l ’ en t end req u a n d i l s ’ é l o i g n a i t , s e sp romenades lu i p rocura i en tmoins de soulagement que jen’aurais pu le croire.

Il me fit entrer dans sa cabine où setrouvaient un poêle, un pupitre portantun registre officiel sur lequel il devaitnoter certains renseignements, uneinstallation de télégraphe munie d’uncadran avec plusieurs aiguilles, et lapetite sonnerie dont il m’avait parlé.Je crus pouvoir me permettre de luidire que j ’avais remarqué sabonne éducation, une éducation(osais-je dire, espérant qu’il nes’en formal isera i t pas) sansdoute supérieure à son présentniveau social ; il me réponditque des exemples analoguesd’ inadapta t ion n’é ta ient pasrares en général dans les grandsg r o u p e s s o c i a u x ; i l a v a i tentendu dire que c’était le cas dans lesasiles, dans la Police, et même dansl’Armée, cette dernière ressource desratés ; il savait pertinemment qu’il enétait ainsi, jusqu’à un certain point, dansle personnel de toutes les grandescompagnies ferroviaires. Dans sajeunesse, il avait étudié les sciencesnaturelles (sans doute cela ne meparaîtrait guère croyable, à le voirinstallé dans cette malheureuse cabane ;lui-même avait peine à le croire) ; ilavait suivi des cours ; mais il avait menéune existence dissipée, il avait laissépasser sa chance, il avait descendu lapente et n’avait jamais pu la remonter.Il n’avait pas le droit de s’en plaindre.Ayant tiré son vin, il n’avait plus qu’àle boire. Il était beaucoup trop tard pouren tirer d’autre.

X

Page 7: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

7

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

A l l t h a t I h a v e h e r econdensed he said in a quietmanner, with his grave, darkregards divided between meand the f i re . He threw in thew o r d , “ S i r , ” f r o m t i m e t ot ime, and especial ly when her e f e r r e d t o h i s y o u t h , — a st h o u g h t o r e q u e s t m e t ounderstand that he claimed tob e n o t h i n g b u t w h a t If o u n d h i m . He was severaltimes interrupted by the littlebe l l , and had to read of fmessages , and send rep l ies .Once he had to stand without thedoor, and display a flag as a trainpassed, and make some verbalcommunication to the driver. Inthe discharge of his duties, Iobserved him to be remarkablyexact and vigilant, breaking offhis discourse at a syllable, andremaining silent until what hehad to do was done.

In a word , I shou ld haveset this man down as one oft h e s a f e s t o f m e n t o b ee m p l o y e d i n t h a t c a p a c i t y,but for the c i rcumstance thatwhile he was speaking to meh e t w i c e b r o k e o f f w i t h afallen colour, turned his facetowards the little bell when itdid NOT ring, opened the doorof the hu t (which was kep tshut to exclude the unhealthydamp), and looked out towardsthe red light near the mouth of thetunnel . On both of thoseoccasions, he came back to thefire with the inexplicable airupon him which I had remarked,without being able to define, whenwe were so far asunder.

Said I, when I rose to leaveh im, “You a lmos t make methink that I have met with acontented man.”

( I a m a f r a i d I m u s tacknowledge that I said it tolead him on.)

Todo lo que acabo de conden-sar lo explicó de una manera tran-quila, repartiendo por igual entreel fuego y mi persona unas mira-das oscuras y graves. De vez encuando dejaba caer la palabra«señor», y especialmente cuandose refería a su juventud, como sime pidiera que entendiera que élno reivindicaba ser otra cosa quee l h o m b r e a l q u e e n c o n t r éen aquella cabaña. En variasocasiones le interrumpió la cam-panilla y tuvo que leer mensajesy enviar respuestas. En una oca-sión tuvo que salir para mostraruna bandera a un tren que pasabay comunicar algo verbalmente almaquinista. Observé que en elcumplimiento de sus deberes eraespecialmente exacto y vigilan-te, interrumpiendo su discursoen una sílaba si era preciso ymanteniendo silencio hasta quehubiera cumplido su deber.

En resumen, habría conside-rado que era el hombre que conmayor seguridad podía ejerci-tar ese cargo de no ser por lac i rcunstancia de que en dosocasiones, mientras me estabahablando, perdió el color, vol-vió el rostro hacia la campa-nilla cuando ésta NO habíasonado, abr ió la puer ta de lacabaña (que e s t aba ce r r adap a r a q u e n o p e n e t r a r a l ainsa lubre h u m e d a d ) y m i r óh a c i a l a l u z r o j a c e r c a n a al a b o c a d e l t ú n e l . E n ambaso c a s i o n e s r e g r e s ó ________ con la act i tud inexplicableque ya había observado yo, sin sercapaz de definirla, cuando nos vimospor primera vez desde lejos.

—Casi me hace pensar quehe encontrado a un hombre fe-liz —le dije cuando me levan-taba para despedirme.

(Me temo que he de reconocerque se lo dije para impulsarle a quesiguiera hablando).

X

X

X

X

X

Todo lo que he resumidoaquí lo d i jo muy t ranqui la -mente, con su atención pues-ta a un t iempo en el fuego yen mí. De vez en cuando in-tercalaba la palabra «señor»,sobre todo cuando se referíaa su juventud, como para dar-me a entender que no preten-día ser más de lo que era. Va-r ias veces fue in te r rumpidopor la campanilla y tuvo quetransmitir mensajes y enviarrespuestas. Una vez tuvo quesalir a la puerta y desplegar labandera al paso de un tren ydarle alguna información ver-ba l a l conductor. Comprobéque era ext remadamente es-c rupu loso y v ig i l an te en e lcumplimiento de sus deberes,interrumpiéndose súbitamenteen mitad de una frase y per-maneciendo en si lencio hastaque cumplía su cometido.

En una palabra, hubiera cali-ficado a este hombre como unode los más capacitados para des-empeñar su profesión si no fue-ra porque, mientras estaba ha-blando conmigo, en dos ocasio-nes se detuvo de pronto y, páli-do, volvió el rostro hacia lacampanilla cuando no estabasonando, abrió la puerta de lacaseta (que mantenía cerradapara c o m b a t i r l a m a l s a n ah u m e d a d ) y m i r ó h a c i a l al u z r o j a p r óxima a la boca deltúnel. En ambas ocas iones re -g r e s ó j u n t o al fuego con lainexplicable expresión que yohabía notado, sin ser capaz dedefinirla, cuando los dos nosmirábamos desde tan lejos.

Al levantarme para irme dije:-Cas i me ha hecho us t ed

pensar que es un hombre satis-fecho consigo mismo.

( D e b o c o n f e s a r q u el o h i c e p a r a t i r a r l e d el a l e n g u a . )

Tous les renseignements que jeviens de résumer m’avaient étédonnés avec calme ; ses yeux noirs,qui avaient une expression sérieuse,se posaient alternativement sur le feuet sur ma personne. De temps à autreil plaçait au milieu d’une phrase un« Monsieur » respectueux, enparticulier quand il me parlait de sajeunesse : comme s’il avait voulu mefaire comprendre qu’il ne prétendaitpas être supérieur à ses apparences.Il fut plusieurs fois interrompu par lapetite sonnerie et dut alors déchiffrerdes messages et y répondre. À unmoment donné, il fut obligé de se tenirsur le pas de la porte, pour agiter undrapeau au passage d’un train et faireau mécanicien une communicationverbale. Dans l’accomplissement deses fonctions, je remarquai qu’il étaitétonnamment précis et vigilant : ils’interrompait au milieu d’un mot,et restait silencieux jusqu’à lafin de sa besogne.

Bref, j’eusse considéré cethomme comme l’un des plussûrs et des plus aptes à remplirson emplo i , s i j e n ’ ava i sobservé ce qui sui t . À deuxreprises, tandis qu’il me parlait,je le vis s’interrompre, pâlir, setourner vers la petite sonneriequi n’avait pas retenti, ouvrir laporte de la cabine (qu’il tenaitf e rmée pou r ne pas l a i s s e rentrer l’humidité malsaine del’extérieur) et diriger son regardve r s l e f eu rouge p l acé àl’entrée du tunnel. Les deuxfois , quand i l revint vers lepoê le , i l ava i t c e t a spec tmys t é r i eux que j ’ ava i sr emarqué s ans pouvo i r l edéfinir, en le voyant de loin.

En me levant pour prendre congé de lui, je lui dis :– J’ai l’impression que j’ai

enfin trouvé en vous un hommecontent de son sort !

(J’ai un peu honte d’avouer quej’avais dit cela pour l’amener à mefaire des confidences.)

Page 8: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

8

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

“I believe I used to be so,”he rejoined, in the low voice inwhich he had first spoken; “butI a m t ro u b l e d , s i r , I a mtroubled .”

He would have recalled thewords if he could. He had saidthem, however, and I took themup quickly.

“With what? What is yourtrouble?”

“ I t i s v e r y d i f f i c u l t t oimpart , s i r. I t i s very, verydifficult to speak of. If ever youmake me another visit, I willtry to tell you.”

“But I expressly intend tomake you another visit. Say ,when shall it be?”

“ I go o ff ear ly i n t hemorning, and I shall be on againat ten to-morrow night, sir.”

“I will come at eleven.”

H e t h a n k e d m e , a n d w e n to u t a t t h e d o o r w i t h m e .“I ’ l l s h o w m y w h i t e l i g h t ,s i r, ” he sa id , in h i s pecul ia rl o w vo i c e , “ t i l l y o u h a v ef o u n d t h e w a y u p . W h e ny o u h a v e f o u n d i t , d o n ’ tcal l out! And when you a rea t the top , don’t cal l out ! ”

His manner seemed to makethe place strike colder to me, butI said no more than, “Very well.”

“And when you come down to-morrow night, don’t call out!Le t me a sk you a pa r t i ngquestion. What made you cry,‘Halloa! Below there!’ to-night?”

“Heaven knows,” said I. “I criedsomething to that effect—”

“Not to that effect, sir. Thosewere the very words. I knowthem well.”

—Creo que solía serlo —repli-có con la voz baja con la que mehabló por primera vez.. —Perome siento atribulado, señor, mesiento atribulado.

Habría borrado esas palabrasde haber podido hacerlo. Pero yaestaban dichas y me referí a ellasinmediatamente.

—¿Por qué? ¿Cuál es su pro-blema?

— E s m u y d i f í c i l d eexplicar, señor. Es verdadera-mente dif íci l hablar de el lo.Pero si vuelve a visitarme, in-tentaré contárselo.

—Me comprometo expresa-mente a visitarle de nuevo. _____¿Cuándo podré hacerlo?

—Salgo _____ de servicio porla mañana y volveré a entrar maña-na por la noche a las diez, señor.

—Vendré entonces a las once.

M e d i o l a s g r a c i a s y s a -l i ó d e l a c a b a ñ a c o n m i g o .

—Le iluminaré con mi linter-na, señor, hasta que haya encon-trado el camino de ascenso —medijo con su peculiar voz baja. —Pero cuando lo haya encontrado,¡no grite para decírmelo! Y cuan-do esté ya arriba, ¡no me llame!

Aquella actitud me pareció bas-tante fría, pero me limité a respon-derle un «de acuerdo».

—Y cuando venga mañanapor la noche, ¡no me llame! Per-mítame una pregunta antes departir: ¿por que esta noche gritó«¡hola, ahí abajo!»?

—Quién sabe —respondí yo. —Debí gritar algo parecido...

—No algo parecido, señor.Exactamente esas mismas pala-bras. Las conozco muy bien.

X

X

X

troubled preocupado

X

X

X

XSay Dígame

X

-Creo que solía serlo -asin-tió en el tono bajo con el quehabía hablado a l pr incipio- .Pero estoy preocupado, señor,estoy preocupado.

Hubiera retirado sus palabrasde haber sido posible. Pero yalas había pronunciado, y yo meagarré a ellas rápidamente.

-¿Por qué? ¿Qué es lo quele preocupa?

- E s m u y d i f í c i l d ee x p l i c a r , s eño r. Es muy,muy difícil hablar de ello. Sime vue lve a v i s i t a r en o t raocasión, intentaré hacerlo.

- P u e s d e s e o v i s i t a r l e d enuevo . Dígame , ¿cuándo l eparece?

- M a ñ a n a s a l g o t e m p r a -n o y r e g r e s o a l a s d i e zd e l a n o c h e , s e ñ o r .

-Vendré a las once.

M e d i o l a s g r a c i a s y m eacompañó a la puerta.

- E n c e n d e r é l a l u z b l a n -c a h a s t a q u e e n c u e n t r e e lc a m i n o , s e ñ o r - d i j o e n s up e c u l i a r v o z b a j a - . C u a n -d o l o e n c u e n t r e ¡ n o m el l a m e ! Y c u a n d o l l e g u ea r r i b a ¡ n o m e l l a m e !

Su actitud hizo que el lugarme pareciera aún más gélido,pero sólo dije «muy bien».

-Y cuando baje mañana ¡nome llame! Permítame hacerleuna pregunta para conclu i r :¿qué le hizo gritar «¡Eh, oiga!¡Ahí abajo!» esta noche?

-Dios sabe -dije-, grité algoparecido...

-No parecido, señor. Fueronexactamente ésas sus palabras.Las conozco bien.

– Je crois que j’étais content de monsort autrefois, répondit-il, de la même voixsourde que j’avais entendue au début denotre entrevue ; mais je suis bien troublé,monsieur, je suis bien troublé.

Je vis qu’il regrettait amèrementd’avoir prononcé ces mots. Mais illes avait prononcés cependant, et jeles relevai aussitôt.

– Et pourquoi ? Pourquoi êtes-vous troublé ?

– C’est bien difficile àexpliquer, monsieur. C’est très,très difficile à dire. Si jamais vousrevenez me voir, je m’efforcerai devous en parler.

– Mais je suis absolument décidéà revenir vous voir. Dites-moi, quandpuis-je venir ?

– Je m’en vais demain matin debonne heure, mais je serai de service àpartir de dix heures du soir, monsieur.

– Je viendrai à onze heures.

Il me remercia et sortit avec moide la cabine.

– Je vais vous éclairer avec malanterne, monsieur, me dit-il de savoix étrangement sourde, jusqu’à ceque vous ayez retrouvé le sentier.Quand vous l’aurez trouvé, ne criezpas, et quand vous arriverez là-haut,ne criez pas non plus !

En entendant ces paroles, j’eus lasensation qu’il faisait tout à coup plusfroid, mais je répondis simplement :

– D’accord.– Et ne criez pas quand vous

redescendrez demain soir ! Laissez-moi vous poser encore une question.Pourquoi donc, ce soir, avez-vouscrié : « Hé ! Vous, là-bas ! »

– Diable ! je n’en sais trop rien, lui dis-je. J’aidû crier quelque chose de ce genre en effet...

– Non, monsieur, pas « quelquechose de ce genre ». Exactement cesmots-là. Je les connais bien.

Page 9: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

9

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

“Admit those were the verywords. I said them, no doubt,because I saw you below.”

“For no other reason?”

“What other reason could Ipossibly have?”

“You had no feeling that theywere conveyed to you in anysupernatural way?”

“No.”

He wished me good-night,and held up his light. I walkedby the side of the down Line ofrails (with a very disagreeablesensa t ion of a t ra in comingbehind me) until I found thepath. I t was easier to mountthan to descend, and I got backt o m y i n n w i t h o u t a n yadventure.

- - -

P u n c t u a l t o m yappointment, I placed my footon the first notch of the zigzagn e x t n i g h t , a s t h e d i s t a n tclocks were s tr iking eleven.He was waiting for me at thebottom, with his white light on.“I h a v e n o t c a l l e d o u t , ” Is a i d , w h e n w e c a m e c l o s etogether; “may I speak now?”

“ B y a l l m e a n s , s i r . ”“ G o o d - n i g h t , t h e n , a n d

h e r e ’s m y h a n d . ”“ G o o d - n i g h t , s i r , a n d

h e r e ’ s m i n e . ” W i t h t h a tw e w a l k e d s i d e b y s i d e t oh i s b o x , e n t e r e d i t ,c l o s e d t h e d o o r , a n d s a td o w n b y t h e f i r e .

“I have made up my mind,s i r , ” h e b e g a n , b e n d i n gforward as soon as we wereseated, and speaking in a tonebut a l i t t le above a whisper,“that you shall not have to askme twice what troubles me. I

—Admito que fueran esas mis-mas palabras. Sin duda las dijeporque le vi a usted aquí abajo.

—¿Por ningún otro motivo?

—¿Qué otra razón podría habertenido?

—¿No tuvo la sensación de quele eran transmitidas de una mane-ra sobrenatural?

—En absoluto.

Me deseó buenas noches ymantuvo en alto su linterna. Ca-miné junto a la vía del ferroca-rril (con la sensación muy des-agradable de que venía un trena mis espaldas) hasta que en-contré el camino. La subida fuemás fácil que la bajada, y lle-gué a mi posada sin mayoresaventuras.

- - -

Puntual a mi ci ta , cuandounos relojes dis tantes dabanlas once a la noche siguiente puseel pie en el primer escalón d el a b a j a d a e n z i g z a g .É l m e a guardaba abajo con lalinterna blanca encendida.

—No he llamado —le dije encuanto estuvimos juntos. —¿Pue-do hablar ahora?

—Por supuesto que sí, señor.—Buenas noches, y aquí está mi

mano.—Buenas noches , señor, y

aqu í e s t á l a mía .Tras esa introducción camina-

mos uno junto a otro hasta su ca-seta, entramos, cerramos la puertay nos sentamos junto al fuego.

—Señor, he decidido que notenga que preguntarme dos ve-ces que es lo que me preocupa–dijo nada más sentarse, incli-nándose hacia delante y hablán-dome en un tono que apenas eramás elevado que un susurro. —

X

X

-Admitamos que lo fueran.Las dije, sin duda, porque le viahí abajo.

-¿Por ninguna otra razón?

- ¿ Q u é o t r a r a z ó n p o d r í at e n e r ?

-¿No tuvo la sensación deque le fueron inspiradas de al-guna manera sobrenatural?

-No.

M e d i o l a s b u e n a s n o c h e sy sos tuvo en a l t o l a l uz . Ca -m i n é a l o l a rg o d e l o s r a í l e s( con l a de sag radab l e impre -s i ó n d e q u e m e s e g u í a u nt r e n ) h a s t a q u e e n c o n t r é e ls e n d e r o . E r a m á s f á c i l d es u b i r q u e d e b a j a r y r e g r e s éa m i p e n s i ó n s i n n i n g ú np r o b l e m a .

A la noche siguiente, fiel ami cita, puse el pie en el pri-m e r p e l d a ñ o d e l z i g z a g ,j u s t o c u a n d o l o s l e j a n o sr e l o j e s d a b a n l a s o n c e . Elguardavía me esperaba abajo,con la luz blanca encendida.

-No he llamado -dije cuan-do estábamos ya cerca-. ¿Pue-do hablar ahora?

-Por supuesto señor.-Buenas noches y aquí tie-

ne mi mano.-Buenas noches , señor, y

aquí tiene la mía.Tras lo cual anduvimos el uno

junto al otro hasta llegar a su case-ta, entramos, cerramos la puerta ynos sentamos junto al fuego.

-He decidido, señor -empe-zó a decir inclinándose haciadelante tan pronto estuvimoss e n t a d o s y h a b l a n d o e n u ntono apenas superior a un su-surro-, que no tendrá que pre-guntarme por segunda vez lo

– Mettons que j’aie dit exactement cesmots-là. Je les ai dits sans aucun douteparce que je vous voyais là, en bas.

– Vous n’aviez pas d’autre raison ?

– Quelle autre raison aurais-jebien pu avoir ?

– Vous n’avez pas eu la sensationque ces mots vous étaient dictés parune influence surnaturelle ?

– Non.

Il me souhaita le bonsoir etleva sa lanterne. Je partis, enlongeant les rai ls de la voiedescendante (avec l’impressiontrès désagréable qu’un t ra inarrivait derrière moi) jusqu’aumoment où je trouvai le sentier.Il était plus facile à monter qu’àdescendre e t je rent ra i sansencombre à mon auberge.

F idè le à ma promesse , j em’engageai dans le premierlacet du sentier le lendemain soir, àl’instant précis où les horlogessonnaient onze heures dans lelointain. Il m’attendait au bas duchemin, sa lanterne à la main.

– Je n’ai rien crié, lui dis-je quandje l’eus rejoint, ai-je le droit de parlermaintenant ?

– Je vous en prie, monsieur.– Alors, bonsoir, et je lui tendis

la main.– Bonsoir, monsieur, me dit-il en

me donnant la sienne.Là-dessus, nous allâmes côte à

côte jusqu’à sa cabine ; nous yentrâmes, il en ferma la porte, et nousnous assîmes auprès du feu.

– Je suis maintenant résolu,monsieur, commença-t-il en sepenchant vers moi dès que nousfûmes installés et me parlantpresque à voix basse, à ne pas vouslaisser me demander une secondefois la cause de mon trouble. Je

X

Page 10: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

10

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

took you for some one e l sey e s t e r d a y e v e n i n g . T h a ttroubles me.”

“That mistake?”

“No. That some one else .”

“Who is it?”

“I don’t know.”

“Like me?”

“I don’t know. I never sawthe face. The left arm is acrossthe face, and the right arm iswaved,—violently waved. Thisway.”

I fo l lowed h is ac t ion wi thm y e y e s , a n d i t w a s t h ea c t i o n o f a n a r mg e s t i c u l a t i n g , w i t h t h eu t m o s t p a s s i o n a n dvehemence, “For God’s sake,c lear the way!”

“One moonlight night,” saidthe man, “I was sitting here,w h e n I h e a r d a v o i c e c r y,‘Halloa! Below there!’ I startedup, looked from that door, ands a w t h i s S o m e o n e e l s estanding by the red light nearthe tunnel , waving as I justnow showed you. The voiceseemed hoarse with shouting,and it cried, ‘Look out! Lookout!’ And then again, ‘Ha l lo a !B e l o w t h e r e ! L o o k o u t ! ’ Ic a u g h t u p m y l a m p ,t u r n e d i t o n r e d , a n d r a ntowards the f igure , ca l l ing ,‘What ’s wrong? What hashappened? Where?’ It stoodjust outside the blackness ofthe tunnel. I advanced so closeupon it that I wondered at itskeeping the sleeve across itseyes. I ran right up at it, andhad my hand stretched out topull the sleeve away, when itwas gone.”

“Into the tunnel?” said I.

Ayer por la noche le confundícon otro. Eso es lo que me con-turba.

—¿Ese error?

—No. Ese Otro.

—¿De quién se trata?

—No lo sé.

—¿Se parece a mí?

—Tampoco sé eso. Nuncale vi el rostro. Se cubre la caracon el brazo izquierdo y mue-ve el derecho... lo agita vio-lentamente, así.

Seguí sus movimientos conatención y me pareció la gesticu-lación de un brazo con el máximode pasión y vehemencia, querien-do expresar este significado: ¡ennombre de Dios, despeje el cami-no!

—Una noche estaba senta-do aquí, bajo la luz de la luna,cuando oí una voz que grita-ba: « ¡Hola, ahí abajo!» Melevanté, miré desde la puertay vi a ese Otro de pie junto a laluz roja que hay cerca del túnel,moviendo el brazo de la maneraque le acabo de explicar. La vozparecía áspera pero sin estriden-cias, y gritaba: «¡Cuidado! ¡Cuida-do!» ______ _______ __________________ ____________ _____________ Cog í l a l ámpara , l apuse en luz ro j a y co r r í ha -c i a l a f i gu r a p r e g u n t á n d o l eque qué pasaba, qué habíasucedido, dónde. Estaba l ige -r a m e n t e f u e r a __________del túnel. Avancé hasta acercar-me tanto que pensé que iba achocar con la manga de su brazo _______. Cor r í ha s t a a l l í y ya ha -b ía ex tend ido mi mano paraa p a r t a r l e e l b r a z o c u a n d odesaparec ió .

—¿Se metió en el túnel? —pregunté.

X

X

X

X

X

X

que me preocupa. Ayer tarde leconfundí con otra persona. Esoes lo que me preocupa.

-¿Esa equivocación?

-No. Esa otra persona.

-¿Quién es?

-No lo sé.

-¿Se parece a mí?

- N o l o s é . N u n c a l e h ev i s to l a ca ra . Se t apa l a ca rac o n e l b r a z o i z q u i e r d o ya g i t a e l d e r e c h o v i o l e n t a -m e n t e . A s í .

S e g u í s u g e s t o c o n l am i r a d a y e r a e l g e s t o d eu n b r a z o q u e e x p r e s a b ac o n l a m a y o r p a s i ó n y v e -h e m e n c i a a l g o a s í c o m o« p o r D i o s s a n t o , a p á r t e s ed e l a v í a » .

-Una noche de luna -dijo elhombre-, estaba sentado aquícuando oí una voz que gritaba«¡Eh, o iga! ¡Ahí abajo!» . Mes o b r e s a l t é , m i r é d e s d e e s apuerta y vi a esa persona de piejunto a la luz roja cerca deltúnel, agitando el brazo , comoacabo de most r a r l e . L a v o zsonaba ronca de t an to g r i t a ry r e p e t í a « ¡ C u i d a d o ! ¡ C u i -d a d o ! » y d e n u e v o « ¡ E h ,o i g a ! ¡ A h í a b a j o ! ¡ C u i d a -do!» . Cog í e l f a ro l , l o puseen ro jo y cor r í hac ia l a f igu-r a g r i t a n d o « ¿ Q u é p a s a ?¿ Q u é h a o c u r r i d o ? ¿ D ó n -de?» . Es t aba ju s to a l a s a l i -d a d e l a b o c a _____ d e l t ú -n e l . E s t a b a t a n c e r c a d e é lq u e m e e x t r a ñ ó q u e c o n t i -nuase con la mano sobre loso jos . Me aproximé aún másy ten ía ya la mano extendidapara tirarle de la manga cuan-do desapareció.

-¿Dentro del túnel? -pregunté.

vous ai pris hier soir pourquelqu’un d’autre. C’est là ce quime trouble.

– Cette confusion ?

– Non. Cette autre personne.

– Qui est-ce ?

– Je n’en sais rien.

– Quelqu’un qui me ressemble ?

– Je l’ignore. Je n’ai jamais vuson visage, qu’il cache toujoursavec son bras gauche, tandis qu’ilagite le bras droit. Il l’agiteviolemment. Comme ceci.

Je suivis des yeux sonmouvement. C’étai t lemouvement d’un bras gesticulantavec une véhémence et uneintensité extrêmes, comme pourdire : « Pour l’amour du ciel,écartez-vous ! »

– Un soir, au temps de la pleinelune, me dit notre homme, j’étais assisdans ce coin, quand j’entendis unevoix s’écrier : « Hé ! Vous là-bas ! » Jeme levai d’un bond, je regardai dehors,et je vis cette autre personne debout sousle signal rouge qui est près du tunnel :son bras était agité du mouvement queje viens de vous montrer. Sa voixsemblait rauque à force d’avoir crié,et elle hurlait : « Attention !Attention ! » puis de nouveau : « Hé !Vous, là-bas ! Attention ! » Je ramassaima lanterne, la tournant du côté duverre rouge, et m’élançai vers cettepersonne en criant : « Que se passe-t-il ? Qu’est-il arrivé ? Où est le danger ? »La personne se tenait juste à l’entréedu tunnel obscur . E nm ’ a p p r o c h a n t j e m ’ é t o n n a iqu’e l le pers i s tâ t à se cacherl e s y e ux avec son bras . Jec o u r u s j u s q u ’ à e l l e , e tj’étendais la main pour la saisirpar la manche et lui découvrirle visage quand elle disparut.

– Dans le tunnel ? demandai-je.

X

X

Page 11: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

11

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

“No. I ran on into the tunnel,five hundred yards. I stopped,and held my lamp above myhead, and saw the figures of themeasured distance, and saw thewet stains stealing down thewalls and trickling through thearch. I ran out again faster thanI had run in (for I had a mortalabhorrence of the place uponme), and I looked all round thered light with my own red light,and I went up the iron ladderto the gallery atop of it, and Icame down again, and ran backhere. I telegraphed both ways,‘An alarm has been given. Isanything wrong?’ The answ e rc a m e b a c k , b o t h w a y s ,‘All well.’ ”

Resisting the slow touch ofa frozen f inger tracing outmy spine , I showed him howt h a t t h i s f i g u r e m u s t b e ad e c e p t i o n o f h i s s e n s e o fsight ; and how tha t f i gu res ,o r ig ina t ing in d i sease o f thede l ica te nerves tha t min is te rto t he func t ions o f t he eye ,w e r e k n o w n t o h a v e o f t e nt r o u b l e d p a t i e n t s , s o m e o fwhom had become consc iouso f t h e n a t u r e o f t h e i ra f f l i c t i o n , a n d h a d e v e np r o v e d i t b y e x p e r i m e n t su p o n t h e m s e l v e s .“As t o a n i m a g i n a r y c r y, ”sa id I , “do bu t l i s t en fo r amoment to the wind in th i su n n a t u r a l v a l l e y w h i l e w espeak so low, and to the wildh a r p i t m a k e s o f t h ete legraph wi res.”

T h a t w a s a l l v e r y w e l l ,h e r e t u r n e d , a f t e r w e h a ds a t l i s t e n i n g f o r a w h i l e ,a n d h e o u g h t t o k n o ws o m e t h i n g o f t h e w i n d a n dt h e w i r e s , — h e w h o s oo f t e n p a s s e d l o n g w i n t e rn i g h t s t h e r e , a l o n e a n dw a t c h i n g . B u t h e w o u l db e g t o r e m a r k t h a t h e h a d

—No. Fui yo el que entró corrien-do en el túnel, hasta casi quinientosmetros. Me detuve, levanté la lámpa-ra por encima de la cabeza pero sólovi las cifras que indican la distancia ylas manchas de humedad que se desli-zaban por las paredes y goteaban des-de el arco. Salí corriendo a mayor ve-locidad de la que había entrado (puesme sentía sobrecogido por un horrormortal) y miré por todas partes jun-to a la luz roja con mi propia lám-para, subí por la escalera de hierrohasta la galería que hay encima,volví a bajar y regrese aquí corrien-do. Telegrafié en ambas di-recciones: «He recibido una alar-ma. ¿Hay algún problema?» Des-de ambas llegó la misma respues-ta: «Todo está bien».

Venciendo la sensación deque un dedo helado estaba re-corriendo lentamente mi colum-na vertebral, le dije que aquellafigura debió de ser un engaño desu vista; y que es bien sabido queesas figuras, cuyo origen está enla enfermedad de los delicadosnervios que rigen el funciona-miento de los ojos, a menudohan inquietado a los pacientes,algunos de los cuales han toma-do conciencia de la naturalezade su aflicción a incluso se lohan demostrado a sí mismos pormedio de experimentos.

—En cuanto a lo del grito ima-ginario —seguí diciéndole, —es-cuche por un momento el viento eneste valle artificial mientras habla-mos en voz tan baja, y el _____sonido que provocan los cables deltelégrafo.

Me contestó que todo aquelloestaba muy bien, después de quehubiéramos estado sentados untiempo en silencio y escuchando,pero que él debía saber algo sobreel viento y los cables, pues con fre-cuencia había pasado allí largasnoches de invierno a solas y vigi-lante. Añadió que me rogaba quetuviera en cuenta que no había ter-

wild agudo X

X

-No. Seguí corr iendo has-ta e l in ter ior del túnel , unasquinientas yardas . Me detu-ve, levanté e l farol sobre lacabeza y vi los números quem a r c a n l a s d i s t a n c i a s , l a smanchas de humedad en laspa redes y e l a r co . Sa l í co -rr iendo más rápido aún de loq u e h a b í a e n t r a d o ( p o r q u es e n t í a u n a a v e r s i ó n m o r t a lhacia aquel lugar) y miré a l -rededor de la luz roja con mipropia luz roja , y subí las es-c a l e r a s h a s t a l a g a l e r í a d earriba y volví a bajar y regre-sé aquí . Telegraf ié en las dosd i r e c c i o n e s « ¿ P a s a a l g o ? » .La respuesta fue la misma enambas: «Sin novedad».

R e s i s t i e n d o e l h e l a d o e s -c a l o f r í o q u e m e r e c o r r i ól en tamen te l a e sp ina do r sa l ,l e h i c e v e r q u e e s t a f i g u r ad e b í a s e r u n a i l u s i ó n ó p t i -ca y que s e s ab í a que d i chasf i g u r a s , o r i g i n a d a s p o r u n ae n f e r m e d a d d e l o s d e l i c a -dos ne rv ios que con t ro lan e lo j o , h a b í a n p r e o c u p a d o am e n u d o a l o s e n f e r m o s , ya l g u n o s h a b í a n c a í d o e n l ac u e n t a d e l a n a t u r a l e z a d es u m a l e i n c l u s o l o h a b í a np r o b a d o c o n e x p e r i m e n t o ss o b r e s í m i s m o s .

Y respecto al grito imagina-rio, dije, no tiene sino que es-cuchar un momento al vientoen este valle artificial mientrashablamos tan bajo y los extrañossonidos que hace en los hilostelegráficos.

To d o e s t o e s t a b a m u ybien , respondió , después deescuchar duran te un ra to , yé l t en ía mot ivos para sabera lgo de l v ien to y de los h i -l o s , é l , que con f r ecuenc i apasaba a l l í l a rgas noches dei n v i e r n o , s o l o y v i g i l a n d o .Pero me hac ía no ta r humi l -demente que todavía no ha-

– Non. Je poursuivis ma course, etavançai de cinq cents mètres encore, dansle tunnel. Je m’arrêtai alors et, élevant malanterne au-dessus de ma tête, je pus voirsur les parois les chiffres qui indiquentles distances ; je distinguai les tachesd’humidité et les gouttes d’eau quisuintent et coulent de la voûte. Je ressortisen courant plus vite encore qu’à l’aller(car ce lieu m’inspirait une horreurinsurmontable) et j’examinai tous lesalentours du signal rouge à l’aide de malanterne rouge portative ; je montai parl’échelle de fer à la galerie qui lesurplombe, puis je redescendis et revinsici en courant toujours. J’envoyai unmessage télégraphique aux deux postesles plus voisins : « J’ai été alerté. Y a-t-ilquelque chose d’anormal ? » Des deux côtéson me répondit : « Tout va bien. »

Ce récit me donna l’impressionqu’un doigt de glace me parcouraitl’échine. Je luttai contre cette sensationet m’efforçai de lui démontrer quel’apparition était l’effet d’une illusiond’optique ; je lui déclarai que de tellesapparitions, provoquées par uneaffection des nerfs délicats qui assurentle fonctionnement de l’œil, troublaientfréquemment certains malades ; quec’était là un fait bien connu et queplusieurs de ces malades avaientfini par comprendre la nature de leurmal, et avaient même pu l’établir ense livrant à des expériences surleur propre personne.

– Quan t aux c r i s imag ina i r e s ,ajoutai- je , écoutez, ne fût-ce qu’uninstant , le brui t du vent dans cet teva l l ée a r t i f i c i e l l e t and i s que nouscausons à mi-voix, les airs étrangesqu’il fait jouer aux fils télégraphiques,comme aux cordes d’une harpe !

Nous prêtâmes l’oreille ensi lence pendant quelquesinstants, puis il répliqua quej’avais beau dire, qu’il savait fortbien à quoi s’en tenir sur le ventet les fils télégraphiques, lui quipassait souvent toute la nuit danscet endroit, en plein hiver, seul,et sans dormir. Et il se permit deme faire remarquer qu’il n’avait

Page 12: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

12

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

n o t f i n i s h e d .

I asked his pardon, and hes l o w l y a d d e d t h e s e w o r d s ,touching my arm,—

“Within six hours after theAppearance , the memorablea c c i d e n t o n t h i s L i n ehappened, and within ten hoursthe dead and wounded wereb r o u g h t a l o n g t h r o u g h t h etunnel over the spot where thefigure had stood.”

A d i s a g r e e a b l e s h u d d e rcrept over me, but I did my bestaga ins t i t . I t was no t to bedenied, I rejoined, that this wasa remarkable co inc idence ,calculated deeply to impressh i s m i n d . B u t i t w a sunquestionable that remarkablecoincidences did continuallyoccur, and they must be takeninto account in dealing withsuch a subject. Though to besure I must admit, I added (forI thought I saw that he was goingto bring the objection to bear uponme), me n o f c o m m o n s e n s ed i d n o t a l l o w m u c h f o rc o i n c i d e n c e s i n m a k i n g t h eo r d i n a r y c a l c u l a t i o n s o fl i f e .

H e a g a i n b e g g e d t or e m a r k t h a t h e h a d n o tf i n i s h e d .

I again begged his pardon forbeing betrayed into interruptions.

“ T h i s , ” h e s a i d , a g a i nlaying his hand upon my arm,a n d g l a n c i n g o v e r h i sshou lde r wi th hol low eyes ,“was just a year ago. Six orseven months passed , and Ih a d r e c o v e r e d f r o m t h esurprise and shock, when onem o r n i n g , a s t h e d a y w a sbreaking , I , s tanding a t thedoor, looked towards the redlight, and saw the spectre again.”He stopped, with a fixed look

minado su historia.

Le pedí excusas y lentamente,tocándome el brazo, añadió estaspalabras:

—Seis horas después de laAparición sucedió el conoci-do acc iden te de e s t a v ía , ydiez horas más tarde sacabanlos muer tos y los her idos at ravés del túnel por e l lugaren donde había es tado la f i-gura .

Me recorrió un desagradable es-tremecimiento, pero hice los mayo-res esfuerzos para sobreponerme.Repliqué que no podía negar que setrataba de una coincidencia notable,bien calculada para impresio-narme. Pero era incuesti o n a -b l e q u e c o n t i n u a m e n t e s ep r o d u c e n n o t a b l e s c o i n c i -d e n c i a s y q u e d e b e n t e n e r s ee n c u e n t a a l t r a t a r t e m a ss e m e j a n t e s. A u n q u e d e bíaadmitir a buen seguro, añadí(pu e s c r e í v e r q u e i b aa o p o n e r m e e s a o b j e -c i ó n ), que l o s h o m b r e s c o ns e n t i d o c o m ú n n o t i e n e n e nc u e n t a e s a s c o i n c i d e n c i a sa l a n a l i z a r d e m a n e r a o r d i -n a r i a l a v i d a .

De nuevo me hizo cortésmentela observación de que no había ter-minado.

Por segunda vez le supliqué queme perdonara por la interrupción.

—Esto sucedió hace exacta-mente un año —dijo poniendode nuevo la mano en mi brazo,y mirando por encima de suhombro con ojos huecos . —Pasaron seis o siete meses, y yame había recuperado de la sor-presa y el shock cuando unamañana, al despuntar el día,me encont raba de p ie en l apuerta mirando hacia la luzroja y vi de nuevo al espectro.

Se detuvo ahí y permaneció mi-

X

X

bía te rminado.

Le pedí perdón y lentamen-te añadió estas palabras, to-cándome el brazo:

-Unas seis horas después dela aparición, ocurrió el memo-rable accidente de esta línea,y a l cabo de d iez horas losmue r to s y l o s he r i dos e r antransportados por el túnel, pore l mismo s i t io donde hab íadesaparecido la figura.

Sent í un desagradable es-tremecimiento , pe ro h i c e l op o s i b l e p o r d o m i n a r l o . N os e p o d í a n e g a r , a s e n t í ,q u e e r a u na no t ab l e co inc i -d e ncia, muy adecuada para im-presionar profundamente su mente .P e r o e r a i n d i s c u t i b l e q u ees t a c l a se de co inc idenc ia sno tab le s ocu r r í an a menudoy d e b í a n s e r t e n i d a s e nc u e n t a a l t r a t a r e l t e m a .Aunque , c i e r t amen te , deb íaadmi t i r, añad í (pues me pa -r e c i ó q u e i b a a p o n é r m e l oc o m o o b j e c i ó n ) , q u e l o sh o m b r e s d e s e n t i d o c o m ú nno t en í an mucho en cuen t ae s t a s c o i n c i d e n c i a s e n l av ida o rd ina r i a .

D e n u e v o m e h i z o n o -t a r q u e a ú n n o h a b í at e r m i n a d o ,

y d e n u e v o m e d i s c u l p é p o rm i s i n t e r r u p c i o n e s .

- E s t o - d i j o , p o n i é n d o m eot ra vez la mano en e l b razoy mirando por enc ima de suhombro con los o jos vacíos-fue hace jus to un año . Pasa-ron se i s o s ie te meses y yam e h a b í a r e c u p e r a d o d e l as o r p r e s a y d e l a i m p r e s i ó ncuando una mañana , a l rom-per e l d ía , es tando de p ie enla puer ta , mi ré hac ia la luzroja y vi a l espectro otra vez .

Y aquí se detuvo, mirándome

pas fini son récit.

Je m’excusai de l’avoir interrompu ;il me mit alors la main sur le bras, etajouta ces mots, d’une voix lente :

– Moins de six heures aprèsl ’apparit ion , un mémorableaccident eut lieu sur la ligne, etmoins de quatre heures plus tard,on apporta par le tunnel les corpsdes blessés et des morts ; et ilsdurent franchir l’endroit précisoù j’avais vu cet homme.

Un pénible frisson me parcourut lecorps. Je me ressaisis de mon mieux.

– On ne peu t n ie r, d i s - j ea lo r s , qu ’ i l y a i t l à unecoïncidence remarquable et dena tu re à vous l a i s s e r uneimpression profonde. Mais il estégalement incontestable que descoïncidences tout aussiremarquables surviennentcouramment, et il importe de s’ensouvenir quand on examine un casde ce genre. Bien entendu, jereconnais volontiers, ajoutai-je,croyant prévenir l’objection qu’ilsemblait prêt à m’opposer, que lesgens les plus sensés ne tiennentguère compte de ces coïncidencesdans leurs prévisions pour la viecourante.

Derechef il se permit de mefaire remarquer qu’il n’avaitpas fini son récit.

Derechef je lui demandai pardonde m’être laissé aller à l’interrompre.

– Ces événements, dit-il enme mettant de nouveau la mainsur le bras, et après avoir jetéderrière lui un regard de ses yeuxcaves, se passaient il y a toutjuste un an. Six ou sept moiss’écoulèrent, et j’étais remis demon émotion et de ma surprise,quand, un matin au point du jour,me trouvant devant cette porte,je dirigeai mon regard vers le feuet revis le spectre.

I l s e t u t e t me r ega rda

* se pierde el punto de vista falibleque marcan las interrogativas

Page 13: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

13

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

at me.

“Did it cry out?”

“No. It was silent.”

“Did it wave its arm?”

“No. I t leaned against theshaft of the light, with both handsbefore the face. Like this.”

Once more I followed hisaction with my eyes. It was anaction of mourning. I have seens u c h a n a t t i t u d e i n s t o n efigures on tombs.

“Did you go up to it?”

“I came in and sa t down,partly to collect my thoughts,partly because it had turned mefaint . When I went to the dooragain, daylight was above me,and the ghost was gone.”

“ B u t n o t h i n g f o l l o w e d ?N o t h i n g c a m e o f t h i s ? ”

He touched me on the arm withhis forefinger twice or thricegiving a ghastly nod each time:—

“That very day, as a trainc a m e o u t o f t h e t u n n e l , Inoticed, at a carriage windowon my side, what looked likea c o n f u s i o n o f h a n d s a n dh e a d s , a n d s o m e t h i n gwaved . I s aw i t j u s t i n t imet o s i g n a l t h e d r i v e r, St o p !H e s h u t o f f , a n d p u t h i sb r a k e o n , b u t t h e t r a i ndr i f t ed pas t he re a hundredand f i f ty yards or more. I ranaf ter i t , and, as I went a long,h e a r d t e r r i b l e s c r e a m sa n d c r i e s . A b e a u t i f u ly o u n g l a d y h a d d i e di n s t a n t a n e o u s l y i n o n e o ft h e c o m p a r t m e n t s , a n d w asb r o u g h t i n h e r e , a n d l a i dd o w n o n t h i s f l o o r b e t w e e nu s . ”

rándome fijamente.

—¿Gritó algo?

—No. Guardaba silencio.

—¿Movía el brazo?

—No. Estaba apoyado sobre elhaz de luz, con las dos manos anteel rostro, puestas así.

_________ Seguí sus movi-mientos con la mirada y vi unaacción de dolor. Ya había vistoesa acti tud en las esculturasque hay sobre las tumbas.

—¿Subió hasta allí?

—Entré y me senté, en partepara pensar en ello, pero tam-bién en parte porque me sentíadébil. Cuando volví a salir, laluz del día lo iluminaba todo y elfantasma había desaparecido.

—¿Y no pasó nada? ¿La apari-ción no tuvo consecuencias?

Me tocó el brazo con el dedoíndice dos o tres veces asintiendofúnebremente cada vez:

—Aque l mismo d ía , cuan-d o u n t r e n s a l í a d e l t ú n e lm e d i c u e n t a a l m i r a r haciauna ventanilla que en el inter i o rh a b í a u n a c o n f u s i ó n d e m a -n o s y c a b e z a s , y que algo semovía. Lo vi durante el tiempo necesario parapedir al maquinista que se detuviera.___________ P u s o e l f r e n o ,pe ro e l t r en se des l i zó has t au n o s c i e n t o c i n c u e n t a m e -t r o s d e a q u í , o m á s . C o r r íh a s t a a l l í y a l l l e g a r e s -c u c h é t e r r i b l e s g r i t o sy l a m e n t o s . U n a m u j e rj o ven y hermosa había muer-to instantáneamente en uno delos compartimentos y la traje-ron hasta aquí, colocándola eneste suelo que hay ahora entrenosotros.

Xwave saludar agitando la mano

X

X

X

X

Xfaint mareado

He shut off Apagó la máquinaX

fijamente.

-¿Le llamó?

-No, estaba callado.

-¿Agitaba el brazo?

-No. Estaba apoyado contrael poste de la luz, con las ma-nos delante de la cara. Así.

Una vez más seguí su gestocon los ojos. Era una actitudde duelo. He visto tales pos-turas en las figuras de piedrade los sepulcros.

-¿Se acercó usted a él?

-Entré y me senté, en partepara ordenar mis ideas, en parteporque me sentía al borde deldesmayo. Cuando volví a la puer-ta, la luz del día caía sobre mí yel fantasma se había ido.

-¿Pero no ocurrió nada más?¿No pasó nada después?

Me tocó en el brazo con la punta del dedodos o tres veces, asintiendo con la cabeza ydejándome horrorizado a cada una de ellas:

- E s e m i s m o d í a , a l s a l i re l t r e n d e l t ú n e l , n o t é e n l av e n t a n a d e u n o d e l o s v a -g o n e s l o q u e p a r e c í a u n ac o n f u s i ó n d e m a n o s y d ec a b e z a s y a l g o q u e s e a g i -t a b a . L o v i j u s t o a t i e m p od e d a r l a s e ñ a l d e p a r a d a a lc o n d u c t o r. P a r ó e l m o t o r yp i s ó e l f r e n o , p e r o e l t r e ns i g u i ó a n d a n d o u n a s c i e n -t o c i n c u e n t a y a r d a s m á s .C o r r í t r a s é l y a l l l e g a r o íg r i t o s y l a m e n t o s h o r r i -b l e s . U n a h e r m o s a j o v e nh a b í a m u e r t o i n s t a n t á n e a -m e n t e e n u n o d e l o scompar t imentos . La t ra je ronaquí y la tendieron en e l sue-lo , en e l mismo s i t io dondees tamos nosot ros .

fixement.

– Est-ce qu’il criait ?

– Non. Il resta silencieux.

– Agita-t-il le bras ?

– Non. Il était appuyé contre lesupport du signal, et il se cachait le visageavec les deux mains. Comme ceci.

Pour la seconde fois, je suivis desyeux sa pantomime. C’était unepantomime funèbre. J’ai vu destombeaux ornés de statues auxquelles lesculpteur avait donné la même attitude.

– Êtes-vous allé vers lui ?

– Je suis rentré ici, et me suis assis,en partie pour reprendre mon sang-froid, en partie parce que cette visionm’avait presque fait défaillir. Quandje suis ressorti, le jour était levé et lefantôme avait disparu.

– Et il ne s’est rien produit d’autre ?Aucun événement n’a suivi ?

Il me toucha les bras deux ou troisfois de son index en inclinant chaquefois la tête d’un air lugubre :

– Le jour même, un train sortitdu tunnel ; au moment où il passaitdevant moi, je vis confusément ungrand nombre de têtes et de brasrassemblés à la portière d’unwagon ; je remarquai que cesvoyageurs agitaient quelque chose.Je m’en aperçus juste à temps pouractionner le signal d’arrêt. Lemécanicien coupa la vapeur etfreina, mais le train roula encorejusqu’à quelque cent cinquantemètres d’ici. Je courus derrière et,tout en courant, j’entendis des criset des appels terrifiants. Une trèsbelle jeune femme v e n a i t d emour i r sub i t emen t dans sonc o m p a r t i m e n t ; o n a p p o r t ason co rps i c i , e t on l e posas u r l e p l a n c h e r , l à , e n t r evous e t moi.

Page 14: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

14

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

Involuntari ly I pushed mychair back, as I looked from theboards at which he pointed tohimself.

“ T r u e , s i r. T r u e .P r e c i s e l y a s i t h a p p e n e d , s oI t e l l i t y o u . ”

I could think of nothing to say,to any purpose, and my mouthwas very dry. The wind and thewires took up the story with along lamenting wail.

H e r e s u m e d . “ N o w ,s i r , m a r k t h i s , a n d j u d g eh o w m y m i n d i st r o u b l e d . The spectre cameback a week ago . Ever since,i t ha s been t he r e , now andagain, by fits and starts.”

“At the light?”

“At the Danger-light.”

“What does it seem to do?”

He repeated, if possible withi n c r e a s e d p a s s i o n a n dv e h e m e n c e , t h a t f o r m e rg e s t i c u l a t i o n o f , “ F o rGod’s sake, clear the way!”

T h e n h e w e n t o n .“ I h ave no peace or rest fori t . I t ca l l s to me , fo r manym i n u t e s t o g e t h e r , i n a na g o n i s e d m a n n e r , ‘ B e l o wthere! Look out! Look out!’I t s t a n d s w a v i n g t o m e . I tr ings my l i t t le bel l—”

I c a u g h t a t t h a t .“ D i d i t r i n g y ou r b e l ly e s t e r d a y e v e n i n g w h e n Iw a s h e r e , a n d y o u w e n t t othe door?”

“Twice.”

“Why, see ,” sa id I , “howyour imagination misleads you.M y e y e s w e r e o n t h e b e l l ,a n d m y e a r s w e r e o p e n t o

I n v o l u n t a r i a m e n t e ,e c h é h a c i a a t r á s m i s i l l ay m i r é l a s t a b l a s q u e é lm e s e ñ a l a b a .

—Así fue, señor. Ciertamente.Sucedió exactamente tal como selo cuento.

No se me ocurría nada que de-cir, en ningún sentido, y tenía laboca muy seca. El viento y los ca-bles siguieron la historia con ungemido prolongado.

—Y ahora, señor, —siguió di-ciéndome —medite en ello y juzguehasta qué punto está conturbadami mente. El espectro regresóhace una semana. Desde entoncesha aparecido allí, una y otra vez,sin seguir pauta alguna.

—¿Junto a la luz?

—Junto a la luz de peligro.

—¿Y qué es lo que parece hacer?

Repitió, si ello es posible conmayor pasión y vehemencia, lamisma gesticulación cuyo significa-do había interpretado como: «¡PorDios, despejen el camino!»

Y luego siguió hablando.—Por eso no tengo ni paz ni

descanso. Durante muchos mi-nutos seguidos, y de una mane-ra dolorosa, me grita: « ¡ C u i -d a d o a h í a b a j o ! »Y sigue haciéndome señas. Haceque suene la campanilla...

Esa última frase me hizo pensar algo.—¿Sonó la campanilla ayer

por la noche cuando yo esta-ba aquí y usted salió hasta lapuerta?

—Por dos veces.

—Bien, ya veo que su imagi-nación le está desorientando.Yo tenía la vista fija en la cam-panilla, y los oídos bien abier-

X

X

XCréame, señor. Créame

Involuntar iamente empujéla si l la hacia atrás, mientrasdesviaba la mirada de las ta-blas que señalaba.

-Es la verdad, señor, la pura verdad.Se lo cuento tal y como suce-dió.

No supe qué decir, ni en un sentido nien otro y sentí una gran sequedad de boca.El viento y los hilos telegráficos hicieroneco a la historia con un largo gemido que-jumbroso. Mi interlocutor prosiguió:

-Ahora, señor, preste aten-ción y verá por qué está tur-bada mi mente. El espectro re-gresó hace una semana. Des-d e e n t o n c e s h a e s t a d o a h í ,más o menos continuamente,un instante sí y otro no .

-¿Junto a la luz?

-Junto a la luz de peligro.

-¿Y qué hace?

El guardav ía rep i t ió , conmayor pas ión y vehemenciaaún si cabe, su anterior gestode «¡Por Dios santo, apártesede la vía!». Luego continuó:

- N o h a l l o t r e g u a n id e s c a n s o a c a u s a d ee l l o . M e l l a m a d u r a n t el a r g o s m i n u t o s , c o n v o za g o n i z a n t e , a h í a b a j o ,« ¡ C u i d a d o ! ¡ C u i d a d o ! » .M e h a c e s e ñ a s . H a c e s o -n a r l a c a m p a n i l l a .

Me agarré a esto último:-¿Hizo sonar la campanilla

ayer tarde, cuando yo estabaaqu í y se ace rcó us ted a l apuerta?

-Por dos veces.

- B u e n o , v e a - d i j e -c ó m o l e e n g a ñ a s u i m a -g i nación. Mis ojos estaban fijosen la campanilla y mis oídos

Je reculai involontairement machaise ; et je levai les yeux du coinde plancher qu’il me désignait pourregarder son visage.

– Tout cela est vrai, monsieur. Tout celaest vrai. Je vous raconte ces événementsexactement tels qu’ils se sont produits.

Je ne trouvai rien à dire, riend’approprié ; j’avais la gorge sèche.Le vent dans les fils télégraphiquescommenta le récit par un longgémissement lamentable.

Il reprit :– Et maintenant, monsieur,

écoutez-moi bien, et vous allezvoir à quel point j’ai l’esprittroublé. Le spectre est revenuil y a une semaine. Depuis lorsil s’est montré irrégulièrementde temps à autre.

– Près du feu rouge ?

– Près du signal rouge avertisseur.

– Quels mouvements fait-il ?

Il reproduisit avec plus encored’impatience et d’intensité, sipossible, que la première fois le gestequi m’avait paru signifier : « Pourl’amour du ciel, écartez-vous ! »

Puis il poursuivit :– Il ne me laisse plus aucun

répit, plus aucune tranquillité.Il me crie, pendant des minutesentières, sur un ton angoissé :« Vous ! Là-bas ! Attention !At ten t ion ! » I l me fa i t dessignes. I l actionne ma petitesonnerie.

Saisissant l’occasion, je l’arrêtai aussitôt.– Avait-il actionné votre sonnerie

hier soir pendant ma visite, quandvous vous êtes levé pour aller à laporte ?

– Oui. Deux fois.

– Eh bien ! lui dis-je, voyez à quelpoint votre imagination vous égare.J ’avais les yeux f ixés sur lasonnerie et l’oreille tendue. Or,

Page 15: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

15

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

t h e b e l l , a n d i f I a m al i v i n g m a n , i t d i d N O Tring at those times. No, nor atany other time, except when itwas rung in the natural courseof physical things by the stationcommunicating with you.”

He shook his head. “I havenever made a mis take as tot h a t y e t , s i r . I h a v e n e v e rconfused the spec t r e ’s r ingwith the man’s. The ghost’sring is a strange vibrationi n t h e b e l l t h a t i t d e r i v e sfrom nothing else, and I havenot asserted that the bel l s t i rst o t h e e y e . I d o n ’ t w o n d e rthat you fai led to hear i t . ButI heard it.”

“And did the spectre seem tob e t h e r e , w h e n y o u l o o k e dout?”

“It WAS there.”

“Both times?”

He repeated firmly: “Bothtimes.”

“Will you come to the doorwith me, and look for it now?”

H e b i t h i s u n d e r l i p a sthough he were somewhatu n w i l l i n g , b u t a r o s e . Io p e n e d t h e d o o r , a n ds t o o d o n t h e s t e p , w h i l eh e s t o o d i n t h ed o o r w a y . There was theDanger- l ight . There was thedismal mouth of the tunnel .There were the high, wet stonewalls of the cutting. There werethe stars above them.

“Do you see it?” I asked him,taking part icular note of hisface. His eyes were prominentand s tra ined , bu t no t ve rymuch more so, perhaps, thanmy own had been when I hadd i r e c t e d t h e m e a r n e s t l ytowards the same spot.

tos a su sonido, y tan segurocomo de que estoy vivo que NOsonó en esas ocasiones. No, nien ningún otro momento, salvodentro del curso natural de lascosas físicas, cuando la estacióncomunicaba con usted.

—Todavía no he cometido nun-ca un error, señor, —añadió agitan-do la cabeza —jamás he confundi-do la llamada del espectro con ladel hombre. La llamada del fan-tasma es una extraña vibraciónen la campana que no viene departe alguna, y no he afirmadoque la campana se mueva de-lante de los ojos. No me extra-ña que usted no la oyera. Peroyo sí la escuché.

— ¿ Y e s t a b a e l e s -p e c t r o a l l í c u a n d om i r ó ?

—Allí estaba.

—¿Las dos veces?

—Las dos —repitió con firme-za.

—¿Querr ía venir conmigohasta la puerta y mirar ahora?

Se mordió el labio inferior,como s i lo que yo le habíap ro p u e s t o l e d e s a g r a d a r a ,pero se levantó. Abrí la puer-ta y salí hasta el primer esca-lón, mient ras é l permanecíaen el umbral . Estaba al l í laluz de pe l ig ro . Tamb i é n l ab o c a t e n e b r o s a d e l t ú n e l ._______Los altos muros de pie-dra húmeda de la zanja.______Y por encima, las estrellas.

—¿Lo ve? —le pregunte fi-jándome especialmente en surostro. Sus ojos estaban ___________ t e n s o s, pe ro no muchomás , qu izá , de lo que habríanestado los míos de haber losd i r ig i d o t a n a n s i o s a m e n t ehac i a e se l uga r.

X

XX

X

X

X

X

estaban abiertos a su sonido y,c o m o q u e e s t o y v i v o , n os o n ó e n t o n c e s , n i e nn i n g ú n o t r o m o m e n -t o s a l v o c u a n d o l oh i z o a l c o m u n i c a r l ae s t a c i ó n c o n u s t e d .

Negó con la cabeza.-Todavía nunca he cometido una

equivocación respecto a eso, señor.Nunca he confundido la llamadadel espectro con la de los huma-nos. La llamada del espectro esuna extraña vibración de la cam-panilla que no procede de parte al-guna y no he dicho que la campa-nilla hiciese algún movimiento vi-sible. No me extraña que no la oye-se. Pero yo sí que la oí.

- ¿ Y e s t a b a e l e s p e c t r oa l l í c u a n d o s a l i ó a m i -r a r ?

-Estaba allí.

-¿Las dos veces?

-Las dos veces -repitió confirmeza.

-¿Quiere venir a la puertaconmigo y buscarlo ahora?

S e m o r d i ó e l l a b i o i n f e -r i o r c o m o s i s e s i n t i e r aa l g o r e a c i o , p e r o s e p u s oe n p i e . A b r í l a p u e r t a y m ed e t u v e e n e l e s c a l ó n ,m i e n t r a s é l l o h a c í a e n e lu m b r a l . A l l í e s t a b a n l a l u zd e p e l i g r o , l a s o m b r í a b o c ad e l t ú n e l y l a s a l t a s y h ú -m e d a s p a r e d e s d e l t e r r a -p l é n , c o n l a s e s t r e l l a s b r i -l l a n d o s o b r e e l l a s .

-¿Lo ve? -le pregunté, prestandouna atención especial a su rostro.

Sus ojos se le salían ligeramentede las órbitas por la tensión , peroquizá no mucho más de lo que lo ha-bían hecho los míos cuando los habíadirigido con ansiedad hacia ese mis-mo punto un instante antes.

aussi vrai que je suis ici devantvous, elle n’a pas re ten t i cesdeux fois-là. Non. Ni à aucuna u t r e m o m e n t , s a u f q u a n del le é ta i t normalement m i s ee n b r a n l e p a r l a g a r e q u ic o m m u n i q u e a v e c v o u s .

Il hocha la tête.– Je ne m’y suis encore jamais

trompé, monsieur. Je n’ai jamaisconfondu le coup de sonnette duspectre avec celui d’un employé.Le coup de sonnette du fantôme consisteen une vibration très particulière dutimbre, qui n’est due à aucune autre cause ; jen’ai pas pu me rendre compte si le mouvementest perceptible à l’œil. Je ne suis pas surprisque vous n’ayez pas entendu cette vibration.Mais moi, je l’ai entendue.

– Et vous avez eu l’impression quele spectre était là-bas, quand vous avezregardé dehors ?

– Le spectre était là-bas.

– Les deux fois ?

Il répéta, d’un ton énergique :– Les deux fois.

– Voulez-vous que nous allions ensemble jusqu’à laporte et que nous regardions s’il y est en ce moment ?

Il se mordit la lèvre et paruth é s i t e r, m a i s i l s e l e v a .J’ouvris la porte et m’avançaia u - d e h o r s , t a n d i s q u e l u i -m ê m e s e p l a ç a i t d a n sl ’ e m b r a s u r e . O n v o y a i t l es ignal rouge avert isseur. Onv o y a i t l ’ o r i f i c e l u g u b r e d utunnel. On voyait les grandesparois rocheuses et humides del a t r a n c h é e . O n v o y a i t l e sétoiles dans le ciel.

– Le voyez-vous ? lui demandai-je enexaminait très attentivement son visage.

I l a v a i t l e s y e u x u n p e uexorbités et le regard tendu ,mais sans doute pas tel lementp l u s q u e m o i , q u a n d j em ’ é t a i s d ’ a b o r d t o u r n éanxieusement de ce côté .

X

X

X

Page 16: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

16

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

“No,” he answered. “It is notthere.”

“Agreed,” said I.

We went in again, shut thedoor, and resumed our seats. Iw a s t h i n k i n g h o w b e s t t oimprove this advantage, if i tmight be called one, when hetook up the conversa t ion insuch a matter-of-course way, soassuming that there could be nos e r i o u s q u e s t i o n o f f a c tbetween us, that I felt myselfp l a c e d i n t h e w e a k e s t o fpositions.

“By this time you will fullyunderstand, sir,” he said, “thatwhat troubles me so dreadfullyis the question, What does thespectre mean?”

I was not sure, I told him,that I did fully understand.

“What i s i t s warning against?” he sa id , ruminat ing ,w i t h h i s e y e s o n t h e f i re ,and only by t imes turningthem on me. “What i s thed a n g e r ? W h e r e i s t h ed a n g e r ? T h e r e i s d a n g e roverhanging somewhere ont h e L i n e . S o m e d r e a d f u lcalamity wi l l happen. I t i snot to be doubted this thirdt ime , a f t er what has gonebefore . But sure ly th is i s acruel haunt ing of me . Whatcan I do?”

H e p u l l e d o u t h i sh a n d k e r c h i e f , a n dw i p e d t h e d r o p s f r o m h i sheated forehead.

“ I f I t e l e g r a p hD a n g e r , o n e i t h e rs i d e o f m e , o r o nb o t h , I c a n g i v e n or e a s o n f o r i t , ” h ew e n t o n , w i p i n g t h ep a l m s o f h i s h a n d s .

—No –respondió —No estáallí.

—Estamos de acuerdo —repliqué yo.

Volvimos a entrar, cerré lapuer ta y ocupamos nuest rosasientos. Me concentré en en-contrar el mejor modo de apro-vechar aquella ventaja, si asípodía llamársele, cuando él re-anudó la conversación de unamanera casual, como suponien-do que no podía existir entre no-sotros ninguna cuestión seria,hasta el punto de que me sentíen la posición más débil.

—Ahora ya habrá entendidoplenamente, señor, que lo queme turba de un modo tan terri-ble es la cuestión de cuál es elsignificado del espectro.

Le contesté que no estaba se-guro de entenderle plenamente.

—¿Contra qué advierte? —dijo él pensativamente, con lamirada puesta en el fuego , ym i r á n d o m e s ó l o d e v e z e ncuando. —¿Cuál es el peligro?¿Dónde está? Sé que hay peli-gro en algún lugar de la vía.Que va a suceder alguna cala-midad terrible. No puedo du-dar de ello en esta tercera oca-sión, después de lo que ha su-cedido con anterioridad. Peroseguramente se trata de algúncruel aviso dirigido a mí. ¿Quépuedo hacer ____?

S a c ó s u p a ñ u e l o d eb o l s i l l o y s e l i m p i ól a s g o t a s d e s u d o r q u ecubrían su frente.

— S i t e l e g r a f í o d i c i e n d oq u e h a y p e l i g r o e n a l g u n ad e l a s d i r e c c i o n e s , o e na m b a s , n o p u e d o e x p l i c a re l m o t i v o — s i g u i ó d i c i e n -d o a l t i e m p o q u e s e s e c a -b a l a s p a l m a s d e l a s m a -

X

fire chimenea

X

Xheated sudorosa

X

- N o - c o n t e s t ó - , n o e s t áa l l í .

-De acuerdo -dije yo.

Entramos de nuevo, cerramosla puerta y volvimos a nuestrosasientos. Estaba pensando encómo aprovechar mi ventaja, sipodía llamarse así, cuando vol-vió a reanudar la conversacióncon un aire tan natural, dandopor sentado que no podía haberentre nosotros ningún tipo dedesacuerdo serio sobre los he-chos, que me encontré en la po-sición más débil.

-A estas alturas comprenderáusted, señor -dijo-, que lo queme preocupa tan terriblementees la pregunta «¿Qué quieredecir el espectro?».

No estaba seguro, le dije, deque lo entendiese del todo.

- ¿De qué nos e s t á p rev i -niendo? -dijo, meditando, consus ojos fijos en el fuego , vol-v iéndolos hacia mí tan sólode vez en cuando- . ¿En quéconsis te e l pe l igro? ¿Dóndeestá? Hay un pel igro que secierne sobre la l ínea en algúnsit io. Va a ocurrir alguna des-g rac i a t e r r ib l e . Después detodo lo que ha pasado antes ,es ta tercera vez no cabe dudaalguna. Pero es muy cruel e latormentarme a mí ¿qué pue-do hacer yo?

S e s a c ó e l p a ñ u e l od e l b o l s i l l o y s e l i m -p i ó e l s u d o r d e l af r e n t e ________.

-S i e n v í o l a s e ñ a l d e p e -l i g r o e n c u a l q u i e r a d e l a sd o s d i r e c c i o n e s , o e n a m -b a s , n o p u e d o d a r n i n g u n ae x p l i c a c i ó n - c o n t i n u ó , s e -c á n d o s e l a s m a n o s - . M emete r í a en un l ío y no reso l -

– Non, répondit-i l ; i l n’estpas là .

– D’accord, dis-je.

Nous rentrâmes, je fermai la porteet nous nous rassîmes. Je medemandais comment tirer le meilleurparti possible de l’avantage que jevenais de remporter, si c’en était un,quand il reprit la conversation sur unton parfaitement naturel ; il n’avaitpas l’air de penser que nous étionsréellement en désaccord sur unequestion de fait, si bien que je mesentis placé dans une positionextrêmement faible.

– Maintenant, monsieur, vousdevez avoir pleinement compris, dit-il, que ce qui me tourmente à ce point,c’est la question suivante : que meveut le spectre ?

Je lui avouai alors que je n’étais passûr d’avoir parfaitement compris.

– De quoi veut-il m’avertir ? reprit-il, les yeux fixés méditat ivementsur le feu , et ne regardant demo n c ô t é q u e d e t e m p s àa u t r e . Q u e l e s t l ed a n g e r ? O ù e s t l e danger ?Un danger plane quelque parts u r l a l i g n e . U n t e r r i b l em a l h e u r e s t s u r l e p o i n td’arriver. Je n’ai pas le droitd’en douter cette fois, après lesdeux aventures précédentes .Mais n’est-il pas horrible pourmoi d’être hanté de la sorte ?Que puis-je faire ?

I l s o r t i t s o nm o u c h o i r e t s ’ é p o n g e al e f r o n t . I l é t a i tf i é v r e u x .

– Si j’envoyais un messaged’alarme par le télégraphe d’uncôté ou de l’autre, ou des deuxcôtés, je n’aurais aucune raison àdonner, poursuivit- i l , ens’essuyant les mains sur sonmouchoir. Je m’attirerais des

Page 17: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

17

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

“ I should get into trouble, anddo no good. They would thinkI was mad. This i s the wayi t w o u l d w o r k , — M e s s a g e :‘ D a n g e r ! Ta k e c a r e ! ’A n s w e r : ‘ W h a t D a n g e r ?W h e r e ? ’ M e s s a g e : ‘ D o n ’ tknow. But, for God’s sake, t akecare!’ They would displace me.What else could they do?”

His pain of mind was mostpit iable to see . I t w a s t h em e n t a l t o r t u r e o f ac o n s c i e n t i o u s m a n ,o ppressed beyond enduranceb y a n u n i n t e l l i g i b l er e s p o n s i b i l i t y i n v o l v i n gl i f e .

“When i t f i rs t s tood undert h e D a n g e r - l i g h t , ” h e w e n ton, putt ing his dark hair backfrom his head , and drawinghis hands outward across anda c r o s s h i s t e m p l e s i n a nextremity of feverish distress,“why not te l l me where thatacc ident was to happen ,—ifi t must happen? Why not te l lm e h o w i t c o u l d b ea v e r t e d , — i f i t c o u l d h a v eb e e n a v e r t e d ? W h e n o n i t ss e c o n d c o m i n g i t h i d i t sf a c e , w h y n o t t e l l m e ,ins tead , ‘She i s going to d ie .Le t them keep her a t home’?I f i t c a m e , o n t h o s e t w ooccas ions , on ly to show metha t i t s warn ings were t rue ,and so to prepare me for thet h i r d , w h y n o t w a r n m eplainly now? And I, Lord helpme! A mere poor signal-manon this soli tary station! Whyn o t g o t o s o m e b o d y w i t hc red i t to be be l i eved , andpower to act?”

W h e n I s a w h i m i n t h i ss ta te , I saw that for the poorman’s sake, as wel l as for thepubl ic safety, what I had tod o f o r t h e t i m e w a s t oc o m p o s e h i s m i n d .Therefore , sett ing as ide al l

n o s . —Tendría problemas y noserviría de nada. __________ ___ _ ___ _____Las cosas suced e -r í a n a s í : M e n s a j e : « ¡ P e l i -g r o ! ¡Tengan cuidado!» Res-puesta: «¿Qué peligro? ¿Dón-de?» Mensaje: « No lo sé, peropor el amor de Dios, ¡tenganc u i d a d o ! » Me despedir ían .¿Qué otra cosa podrían hacer?

Sentí una enorme piedadante su do lor. Era la torturamenta l de un hombre cons -ciente oprimido más allá de loque era capaz de soportar poruna responsabil idad ininteli-g ible que s ignif icaba r iesgopara alguna vida.

—Cuando apareció por pri-mera vez bajo la luz de peligro—siguió diciendo al tiempo quese echaba hacia atrás los cabe-llos oscuros y se frotaba las sie-nes con las manos, con la agita-ción del dolor enfebrecido —:¿por qué no me dijo dónde ibaa producirse ese accidente... siiba a producirse? ¿Por qué nome dijo cómo podía evitarse...si es que podía evitarse? Cuan-do en la segunda ocasión ocul-tó el rostro, ¿por qué en lugarde hacer eso no me dijo que ellaiba a morir y que les dejáramosllevarla a casa? Si en aquellasdos ocasiones sólo vino paramostrarme que sus advertenciaseran ciertas, y prepararme asípara la tercera, ¿por qué no meadv ie r t e aho ra c l a r amen te?¡Que el Señor me ayude! ¡Sólosoy un pobre guardavías en estepuesto solitario! ¿Por qué noadvierte a alguien que puedaser creído y tenga capacidadde actuar?

C u a n d o l e v i e n a q u e le s t a d o e n t e n d í q u e p o r s up r o p i o b i e n , y p o r l a s e g u -r i d a d p ú b l i c a , e s t a b a o b l i -g a d o p o r e l m o m e n t o at r a n q u i l i z a r l e ______. P o rello, dejando a un lado toda

X* se cambia el punto de vista

dsplace remplazar, sustituir

X

v e r í a n a d a . P e n s a r í a n q u ee s t o y l o c o . E s t o e s l oq u e o c u r r i r í a : M e n s a j e :« ¡Pe l ig ro ! ¡Cu idado!» . Res -p u e s t a : « ¿ Q u é p e l i g r o ?¿ D ó n d e ? » . M e n s a j e : « N o l os é . P e r o , p o r D i o s s a n t o ,t e n g a n c u i d a d o » . M erelevarían de mi puesto. ¿Quéotra cosa podrían hacer?

E l t o rmen to de su men teera penoso de ver. Era la tor-tura mental de un hombre res-ponsable , a tormentado hastael l ímite por una responsabi-l i d a d i n c o m p r e n s i b l e e n l aq u e p o d r í a n e s t a r e n j u e g ovidas humanas.

-Cuando apareció por prime-ra vez junto a la luz de peligro -continuó, echándose hacia atrásel oscuro cabello y pasándoseuna y otra vez las manos por lassienes en un gesto de extremaday enfebrecida desesperación-,¿por qué no me dijo dónde iba asuceder el accidente, si era in-evitable que sucediera? ¿porqué, si hubiera podido evitarse,no me dijo cómo impedirlo?Cuando durante su segunda apa-rición escondió el rostro, ¿porqué no me dijo en lugar de eso:«alguien va a morir. Haga que nosalga de casa». Si apareció en lasdos ocasiones sólo para demos-trarme que las advertencias eranverdad y así prepararme para latercera, ¿por qué no me advierteclaramente ahora? ¿Y por qué amí, Dios me ayude, un pobreguardavía en esta solitaria esta-ción? ¿Por qué no se lo adviertea alguien con el prestigio sufi-ciente para ser creído y el podersuficiente para actuar?

Cuando lo vi en aquel esta-do, comprendí que, por el biendel pobre hombre y la seguri-dad de los viajeros, lo que te-nía que hacer en aquellos mo-mentos era tranquilizarle . Asíque, dejando a un lado cual-

ennuis sans rendre aucun service.On me croirai t fou. Voicicomment cela se passerait :Premier message : « Attention !Danger ! » Réponse : « Danger dequoi ? Et où ? » Deuxièmemessage : « Je n’en sais rien, maisje vous en supplie, faitesattention ! » On me mettrait à pied.Que pourrait-on faire d’autre ?

S a s o u f f r a n c e f a i s a i tp e i n e à v o i r . C ’ é t a i t l et o u r m e n t d ’ u n e s p r i tc o n s c i e n c i e u x ,i n d i c i b l e m e n t t o r t u r é p a ru n e r e s p o n s a b i l i t éincompréhens ib le concevantdes v i e s humaines .

– La première fois que je l’ai vusous le signal avertisseur,continua-t-il après avoir rejeté sescheveux noirs en arrière, et tout ense passant les mains sur le front àplusieurs reprises, dans un accèsd’angoisse fiévreuse, pourquoi nem’a-t-il pas dit où l’accident allaitse produire, – s’il fallait vraimentqu’il se produisît ? Pourquoi nem’a-t-il pas dit comment faire pourl’éviter, – si au contraire on pouvaitl’éviter ? pourquoi, la deuxièmefois, s’est-il caché le visage au lieude me dire : « Cette jeune fille vamourir. Il faut qu’elle reste chezelle » ? Et si, ces deux premières fois,il a paru seulement pour me prouverque ses avertissements étaient fondés,et me préparer à sa troisième venue,pourquoi ne pas m’avertir clairementmaintenant ? Et pourquoi moi, monDieu ? Moi qui ne suis qu’un pauvresignaleur perdu dans ce postesolitaire ! Pourquoi ne pass’adresser à quelqu’un de hautplacé, en qui on aurait confiance etqui pourrait agir ?

En le voyant dans cet état, jecompris que, dans l’intérêt de cemalheureux aussi bien que dansl’intérêt général, ce que j’avais demieux à faire pour le moment, c’étaitde lui donner des apaisements.C’est pourquoi, laissant

Page 18: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

18

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

q u e s t i o n o f r e a l i t y o ru n r e a l i t y b e t w e e n u s , Ir e p r e s e n t e d t o h i m t h a tw h o e v e r t h o r o u g h l ydischarged his duty must dowell , and that a t least i t wash i s c o m f o r t t h a t h eunders tood his duty, thoughhe did not unders tand thesec o n f o u n d i n g A p p e a r a n c e s .In this effor t I succeeded farbet ter than in the a t tempt tor e a s o n h i m o u t o f h i sconvict ion. He became calm;the occupat ions incidental tohis post as the night advancedb e g a n t o m a k e l a r g e rdemands on his attention: andI l e f t h i m a t t w o i n t h emorning. I had offered to stayt h r o u g h t h e n i g h t , b u t h ewould not hear of i t .

That I more than once lookedba c k a t t h e r e d l i g h ta s I a s c e n d e d t h epathway, that I did not like thered light, and that I should haveslept but poorly if my bed hadbeen under it, I see no reason toconceal. Nor did I like the twosequences of the accident and thedead girl . I see no reason toconceal that either.

But what ran mos t in myt h o u g h t s w a s t h econsiderat ion how ought I toa c t , h a v i n g b e c o m e t h erecipient of this disclosure?I had proved the man to bei n t e l l i g e n t , v i g i l a n t ,painstaking, and exact ; buthow long might he remain so,in his s ta te of mind? Thoughi n a s ub o r d i n a t e p o s i t i o n ,s t i l l h e h e l d a m o s timpor t an t t ru s t , and wou ld I( for instance) l ike to s takemy own life on the chances ofhis cont inuing to execute i twi th precis ion?

Unable to overcome a feelingthat there would be somethingtreacherous in my communicating

cuestión de realidad o irreali-dad que hubiera entre noso-t ros , le manifes té que cual -quiera que cumpliera plena-mente con su deber tenía quehacerlo bien por fuerza, y queal menos tenía el consuelo deque entendía cuál era su deber,aunque no pudiera en tenderaquellas confusas apariciones. Eneste sentido tuve más éxito queen el intento de razonar con élpara que abandonara sus con-vicciones. Se tranquilizó; lasocupaciones de su cargo empe-zaron a exigir más su atenciónconforme avanzaba la noche, ylo abandoné a las dos de la ma-ñana. Me había ofrecido a per-manecer con él la noche ente-ra, pero no quiso ni oír hablarde ello.

No veo razón alguna para ocultar queen más de una ocasión me volvípara mirar la luz roja mientrassubía las escaleras, que no megustaba esa luz roja, y que ha-bría dormido muy mal de habertenido mi cama debajo de ella.Tampoco me gustaban las dossecuencias del accidente y de lajoven muerta. No veo razón tam-poco para ocultar ese hecho.

Pero lo que más ocupaba mipensamiento era la considera-ción de cómo debería actuaruna vez que hab ía r ec ib idot a l e s r e v e l a c i o n e s . Te n í apruebas de que aquel hombree r a i n t e l i g e n t e , v i g i l a n t e ,laborioso y exacto, pero ¿cuán-to tiempo seguiría siéndolo enaquel estado mental? Aunque suposición fuera subordinada, seguíaconfiándosele una importantísimaresponsabilidad, ¿y me gustaría amí, por ejemplo, que mi vida es-tuviera sometida a la posibilidad deque siguiera cumpliendo su debercon precisión?

I n c a p a z d e s u p e r a r l as e n s a c i ó n d e q u e h a b r í aa l g o d e t r a i c i ó n s i c o m u -

X

quier discusión entre ambossobre la realidad o irrealidadde los hechos, le hice ver quecualquiera que cumpliera consu deber a conciencia actuabacorrectamente y que, por lomenos, le quedaba el consuelode que él comprendía su deber,aunque no entendiese aquellasdesconcertantes apariciones .En esta ocasión tuve más éxi-to que cuando intentaba disua-dirle de la realidad del aviso.Se tranquilizó; las ocupacio-nes propias de su puesto em-pezaron a reclamar su atencióncada vez más conforme avan-zaba la noche. Le dejé solo alas dos de la madrugada. Meh a b í a o f r e c i d o a q u e d a r m etoda la noche pero no quiso nioír hablar de ello.

No me avergüenza confesarque me volví más de una vez amirar la luz roja mientras su-bía por el sendero, y que no megustaba esa luz roja, y que hu-biera dormido mal si mi camahubiera estado debajo de ella.Ta m p o c o v e o m o t i v o p a r aocultar que no me gustaban lasdos coincidencias del acciden-te y de la muerte de la joven .

Pero lo que fundamentalmen-te ocupaba mi mente era el pro-blema de cómo debía yo actuar,una vez convertido en confiden-te de esta revelación. Habíacomprobado que el hombre erainteligente, vigilante, concien-zudo y exacto. ¿Pero durantecuánto tiempo podía seguir asíen su estado de ánimo? A pesarde lo humilde de su cargo teníauna importantísima responsabi-lidad. ¿Me gustaría a mí, porejemplo, arriesgar mi propiavida confiando en la posibilidadde que continuase ejerciendo sulabor con precisión?

I n c a p a z d e n o s e n t i rq u e s e r í a u n a e s p e c i e d et r a i c i ó n s i i n f o r m a s e a

entièrement de côté notredifférend relatif à la réalité ou àl’irréalité de ses visions, je luireprésentai que quiconque faisaitconsciencieusement son devoirétait dans le droit chemin, et qu’ildevait se sentir soutenu par le faitqu’il voyait clair au moins dansson devoir, sinon dans cesapparitions déconcertantes.J’obtins plus de succès dans cenouvel effort que dans mes précédentestentatives pour lui prouver qu’il étaitdans l’erreur. Il se calma ; sesoccupations professionnellesexigeaient de lui une attention de plusen plus soutenue à mesure que la nuits’écoulait ; et je le quittai à deuxheures du matin. Je lui avaisoffert de rester avec lui toute lanuit, mais il n’avait pas voulu enentendre parler.

Pourquoi ne pas avouer queje regardai plusieurs fois le feurouge en montant par le sentier,que je ne le trouvai guère à mongoût et que j’eusse bien maldormi si mon lit avait été placédes sous ? J e n ’a ima i s pa sbeaucoup non plus l’histoire del’accident, ni celle de la mort dela jeune fille . Pourquoi ne pasavouer cela aussi ?

Mais ce qui me préoccupait leplus, c’était l’attitude que jedevais prendre, en qualité dedépositaire de ces confidences.Assurément, l’homme étaitintelligent, vibrant, appliqué etponctuel ; mais pour combien detemps en serait-il ainsi, comptetenu de son état d’esprit actuel ?Bien qu’il eût une fonctionsubalterne, il portait cependant degrosses responsabilités. Me serais-je personnellement senti disposé àrisquer ma vie entre ses mains,dans un cas où ma sécurité auraittenu à l’exécution précise par luid’une besogne quelconque ?

Je ne pouva i s me dé fa i r ed e l ’ i d é e q u ’ i l y a u r a i t e uque lque pe r f id i e de ma pa r t

Page 19: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

19

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

what he had told me to his superiorsin the Company, wi thout f i r s tbeing plain with himself andproposing a middle course tohim, I ul t imately resolved too f f e r t o a c c o m p a n y h i m(otherwise keeping his secretfor the present) to the wisestmed ica l p r a c t i t i o n e r w ec o u l d h e a r o f i n t h o s ep a r t s , a n d t o t a k e h i so p i n i o n . A c h a n g e i n h i st i m e o f d u t y w o u l d c o m er o u n d n e x t n i g h t , h e h a da p p r i s e d m e , a n d h ew o u l d b e o f f a n h o u ro r t w o a f t e r s u n r i s e ,a n d o n a g a i n s o o na f t e r s u n s e t . I h a da p p o i n t e d t o r e t u r na c c o r d i n g l y .

Next evening was a lovelyevening, and I walked out earlyto enjoy it. The sun was not yetquite down when I traversedthe field-path near the top oft h e d e e p c u t t i n g . I w o u l dextend my walk for an hour, Isaid to myself , half an hour onand half an hour back, and itwould then be time to go to mysignal-man’s box.

Before pursuing my s t ro l l ,I s t epped to t he b r ink , andmechan ica l ly l ooked down ,f rom the po in t f rom which Ihad f i r s t s een h im. I cannotd e s c r i b e t h e t h r i l l t h a tseized upon me, when, c loseat the mouth of the tunnel ,I saw the appearance of am a n , w i t h h i s l e f t s l e e v eacross his eyes, passionatelywaving his r ight arm.

The nameless horror thatoppressed me passed in a moment,for in a moment I saw that thisappearance of a man was a manindeed, and that there was a littlegroup of other men, standing at ashort distance, to whom he seemedto be rehearsing the gesture hemade. The D a n g e r - l i g h t w a s

n icaba a sus super iores de lacompañ ía f e r rov ia r i a l o q u ee l g u a r d avías me había dicho,sin habérselo aclarado a él pri-mero, proponiéndole otra sali-da, finalmente decidí ofrecer-me a acompañarle (guardandoel secreto por el momento) almédico que supiéramos de me-jor reputac ión q u e e j e r c í ae n a q u e l l a z o n a p a r a c o -n o c e r s u o p i n i ó n . A l an o c h e s i g u i e n t e i b a a t e r -m i n a r s u g u a r d i a , t a lc o m o m e h a b í a d i c h o , yestar ía l ibre una o dos horasd e s p u é s d e l a m a n e c e r , t e -n i e n d o q u e r e a n u d a r l a p o c od e s p u é s d e l o c a s o . Dec id ípor e l lo regresar en ese mo-mento.

A la noche siguiente el tiempoera muy bueno y salí a pasear tem-prano para disfrutarlo. El sol no es-taba todavía demasiado bajo cuan-do crucé el campo cercano a la par-te superior de la profunda zanja.Decidí ampliar el paseo durante unahora, ___ __ __ media hora enuna dirección y otra media de re-greso, para llegar a tiempo a lacaseta del guardavías.

Antes de proseguir el paseo, meapoyé en el borde y miré mecáni-camente hacia abajo situado en elmismo lugar desde el que lo ha-bía visto por primera vez. No pue-do describir la conmoción quesentí cuando vi que cerca dela boca del túnel aparecía unhombre que s e tapaba lo sojos con la manga izquierday agitaba vehementemente elbrazo derecho.

El horror inexpresable queme oprimió pasó en un momen-to, pues enseguida vi que setrataba realmente de un hombrey que a su alrededor había unpequeño grupo de personas, aescasa distancia, a las que elprimero estaba haciendo aquelgesto. Todavía no se había en-

X

s u s s u p e r i o r e s d e l o q u em e h a b í a d i c h o s i n a n t e sh a b l a r c l a r a m e n t e c o n é lp a r a p r o p o n e r l e u n a p o s -t u r a i n t e r m e d i a , r e s o l v íp o r f i n o f r e c e r m e p a r aa c o m p a ñ a r l e ( c o n s e r v a n -d o d e m o m e n t o e l s e c r e t o )a l m e j o r m é d i c o q u e p u -d i é r a m o s e n c o n t r a r p o ra q u e l l o s a l r e d e d o r e s y p e -d i r l e c o n s e j o . M e h a b í aa d v e r t i d o q u e l a n o c h e s i -g u i e n t e t e n d r í a u n c a m b i od e t u r n o , y s a l d r í a u n ah o r a o d o s d e s p u é s d e la m a n e c e r , p a r a e m p e z a rd e n u e v o d e s p u é s d e a n o -c h e c e r . Yo h a b í a q u e d a d oe n r e g r e s a r d e a c u e r d oc o n e s t e h o r a r i o .

La tarde siguiente fue una tardemaravillosa y salí temprano para dis-frutarla. El sol no se había puesto deltodo cuando ya caminaba por el sen-dero cercano a la cima del profundoterraplén. «Seguiré paseando duran-te una hora -me dije a mí mismo-, me-dia hora hacia un lado y media horahacia el otro, y así haré tiempo hastael momento de ir a la caseta de miamigo el guardavía.»

An tes de segu i r e l paseome asomé al borde y miré me-cánicamente hacia abajo, des-de el punto en que lo vi porpr imera vez. No pude descr i -bir la excitación que me in-vadió cuando, cerca de la en-t rada de l túnel , v i la apar i -c i ó n d e u n h o m b r e , c o n l am a n o i z q u i e r d a s o b r e l o sojos , agi tando el brazo dere-cho apasionadamente.

El inconcebible horror queme sobrecogió pasó al punto,porque enseguida vi que estaaparición era en verdad un hom-bre y que, de pie y a corta dis-tancia, había un pequeño grupode otros hombres para quienesparecía estar destinado el gestoque había hecho. La luz de pe-

à c o m m u n i q u e r à s e ssupé r i eu r s ce qu ’ i l m’ava i td i t , s a n s m ’ ê t r e d ’ a b o r douve r t à l u i de ce pro je t e td e l u i a v o i r p r o p o s é u n es o r t e d e c o m p r o m i s ; j ed é c i d a i f i n a l e m e n t d e l u io ff r i r d ’a l l e r avec lu i chezl e m e i l l e u r m é d e c i n q u enous pourrions trouver dans larégion, et de lui demander sonavis (momentanément j e nelivrerais son secret à personned’autre). Ses heures de servicedevaient changer, m’avait-il dit,le lendemain soir ; i l devai tquitter le travail une heure oudeux après le lever du soleil, etle reprendre à la tombée de lanuit. Je lui avais annoncé que jereviendrais à ce moment-là.

Le lendemain soir, il faisait un tempsdélicieux et je sortis de bonne heure pour enprofiter. Le soleil n’avait pas encorecomplètement disparu quand je traversai unchemin de terre tout proche de la grandetranchée. Je me dis que j’allais poursuivrema promenade pendant une demi-heureencore ; il me faudrait une demi-heure pourrevenir, ce qui ferait une heure en tout, et ilserait temps alors de descendre jusqu’à lacabine de mon signaleur.

Avant de continuer ma route, jem’avançai au bord de la tranchée et jejetai un regard machinal vers le fond, metrouvant au même endroit que le jour oùje l’avais aperçu pour la première fois. Jene saurais décrire le frémissement quim e s a i s i t q u a n d j e v i s , àl ’ e n t r é e d u t u n n e l , u n eappari t ion à forme humaine,qui avait le bras gauche devantles yeux et qui agitait le brasdroit avec véhémence.

L’indicible horreur qui s’étaitemparée de moi fut de courte durée,car je me rendis compte au bout d’uninstant que cette apparition à formehumaine était bel et bien un homme,et qu’il y avait un petit groupe d’autreshommes à quelques pas de lui ; j’eusl’impression qu’il répétait son gestepour le montrer à ces derniers. Le

Page 20: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

20

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

n o t y e t l i g h t e d . Against itss h a f t , a l i t t l e l o w h u t ,e n t i r e l y n e w t o m e , h a db e e n m a d e o f s o m ew o o d e n s u p p o r t s a n dt a r p a u l i n . I t l o o k e d n ob i g g e r t h a n a b e d .

With an i r res is t ib le sensethat something was wrong,—with a flashing self-reproachfulfear that fatal mischief hadcome of my leaving the manthere, and causing no one tobe sent to overlook or correctwhat he did ,—I descended thenotched path with all the speedI could make.

“ W h a t i s t h e m a t t e r ? ” Iasked the men.

“S i g n a l - m a n k i l l e d t h i smorning, sir.”

“Not the man belonging tothat box?”

“Yes, sir.”

“ N o t t h e m a n Ik n o w ? ”

“You wi l l r ecognise h im,sir, if you knew him,” said theman who spoke for the others,solemnly uncovering his ownhead, and raising an end of thet a r p a u l i n , “ f o r h i s f a c e i squite composed.”

“O, how did th is happen,how did this happen?” I asked,turning from one to another ast h e h u t c l o s e d i na g a i n .

“He was cut down by ane n g i n e , s i r . N o m a n i nE n g l a n d k n e w h i s w o r kb e t t e r . B u t s o m e h o whe was not clear of the outerrail . I t was just at broad day.He had struck the l ight , andhad the lamp in his hand. Asthe eng ine came ou t o f the

cendido la luz de peligro. Juntoal palo que la sujetaba habíacomo una cabaña pequeña ybaja, que no había visto antes,hecha con soportes de maderay lienzo encerado. No era másgrande que una cama.

Con una sensación irresisti-ble de que algo iba mal, acusán-dome y reprochándome por unmomento que había cometidouna acción fatal al dejar soloallí a aquel hombre, sin enviara nadie que vigilara o corrigie-ra lo que él hacía, bajé por laescalera a toda la velocidad dela que fui capaz.

—¿Qué sucede? —pregunté alos hombres.

—El guardavías murió estamañana, señor.

—¿No será el hombre que vivíaen esa caseta?

—Así es, señor.

—¿Pero no el hombre al que yoconozco?

—Podrá reconocerlo si lo havisto antes, señor, —dijo el hom-bre que hablaba en nombre delos demás, quitándose con so-lemnidad el sombrero y levan-tando un extremo del lienzo —pues su rostro está entero.

—¡Ay! ¿Y como sucedió esto?__________________ —preguntécambiando mi mirada de uno aotro m i e n t r a s v o l v í a n a c u -b r i r l o .

—Fue atropellado por unamáquina, señor. Ningún hombre enInglaterra conocía mejor su trabajo.Pero, aunque no sabemos por qué,no s e a p a r t ó d e l r a í l e x -t e r i o r . Era a p lena luz de ldía. Había apagado la lámpa-ra y la l l evaba en la mano.Cuando la máquina salió del

X

killed resultó muerto

X

X

X

X

Xtarpaulin lona

ligro no estaba encendida aún.Apoyada en su poste, y utilizan-do unos soportes de madera ylona, había una tienda pequeñay baja que me resultaba total-mente nueva. No parecía mayorque una cama.

Con l a i nequ ívoca s ensac ión deque a lgo i ba ma l - y e l r epen t i no ycu lpab l e t emor de que a lguna de s -g r a c i a f a t a l h u b i e r a o c u r r i d o p o rh a b e r d e j a d o a l h o m b r e a l l í y n oh a b e r h e c h o q u e e n v i a r a n a a l -gu i en a v ig i l a r o a co r r eg i r l o queh i c i e r a - d e s c e n d í e l s e n d e r oexcavado en l a r oca a t oda l a ve -l oc idad de l a que fu i c apaz .

-¿Qué pasa? -pregunté a loshombres.

-Ha muerto un guardavíaesta mañana, señor.

-¿No sería el que trabajabaen esa caseta?

-Sí, señor.

- ¿ N o e l q u e y o c o -n o z c o ?

-Lo reconocerá s i l e cono-c í a , s e ñ o r - d i j o e l h o m b r eque l levaba la voz can tan te ,descubriéndose solemnemen-te y levantando la punta del a l o n a - , p o r q u e e l r o s t r oes tá bas tan te en te ro .

- P e r o ¿ c ó m o o c u r r i ó ?¿ c ó m o o c u r r i ó ? - p r e g u n -t é , v o l v i é n d o m e d e u n o ao t r o m i e n t r a s l a l o n a b a -j a b a d e n u e v o .

- L o a r ro l l ó l a m á q u i n a ,señor. No había nadie en In-gla terra que conociese su tra-bajo mejor que é l . Pero pora lgún mot ivo es t aba den t rode lo s r a í l e s . Fue en p l enodía. Había encendido la luz yt e n í a e l f a r o l e n l a m a n o .Cuando la máquina sa l ió de l

signal rouge avertisseur n’était pasencore allumé. Au-dessous on avaitdressé une sorte de petite tente trèsbasse à l’aide de quelques piquets etd’une bàche ; cette tente ne paraissait guèreplus grande qu’un lit, et c’était la premièrefois que je la voyais en cet endroit.

Avec le pressentimentirrésistible de quelque accident,avec la crainte instantanée etmêlée de remords d’avoir causé unmalheur irréparable en laissant lesignaleur à son poste, et ennégligeant de faire surveiller sesgestes et contrôler son travail, jedescendis le plus vite possible parle sentier en lacets.

– Que se passe-t-il ? demandai-jeaux hommes qui se trouvaient là.

– C’est le signaleur qui a été tuéce matin, monsieur.

– Celui qui travaillait dans cettecabine-là ?

– Oui, monsieur.

– C e l u i q u e j ec o n n a i s s a i s ?

– Si vous le connaissez, vousallez pouvoir le reconnaître, me ditl’homme qui avait pris l’initiative derépondre à mes questions, en sedécouvrant avec recueillement poursoulever un coin de la bàche [lona],sa figure n’est pas changée.

– Oh ! Comment... Commentce l a s ’ e s t - i l p rodu i t ?demandai-je en regardant ceshommes tour à tour, tandis quela bàche [lona] retombait.

– Il a été renversé par unelocomotive, monsieur. Ilconnaissait son métier comme pasun. Mais il était resté trop près desrails. Ça s’est passé juste au leverdu jour. Il venait d’éteindre lesignal et il avait la lampe à la main.Quand la machine est sortie dutunnel, il lui tournait le dos, et il a

Page 21: El guardabarrera THE SIGNAL-MAN El guardavías Charles...El guardavías de Charles Dickens tr. de Rafael Lasaleta Valdemar, Madrid 1993 —¡Hola, el de ahí abajo! Cuando escuchó

21

Notas tr. de R. Lasaleta Dickens’ Signalman

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

tunnel, his back was towardsher, and she cu t h im down.That man drove her, and wass h o w i n g h o w i t h a p p e n e d .Show the gentleman, Tom.”

T h e m a n , w h o w o r ea r o u g h d a r k d r e s s ,s t e p p e d b a c k t o h i s f o r m e rp l a c e a t t h e m o u t h o f t h et u n n e l .

“Coming round the curve inthe tunnel, sir,” he said, “I sawhim at the end, like as if I sawhim down a perspective-glass.There was no t ime to checkspeed, and I knew him to be verycareful. As he didn’t seem totake heed of the whistle, I shutit off when we were runningdown upon him, and called tohim as loud as I could call.”

“What did you say?”

“I said, ‘Below there! Lookout! Look out! For God’s sake,clear the way!’ ”

I started.

“Ah! it was a dreadful time,sir. I never left off call ing tohim. I put this arm before myeyes not to see, and I wavedthis arm to the last; but i t wasno use.”

Wi t h o u t p r o l o n g i n g t h enarrative to dwell on any oneof i ts curious circumstancesmore than on any other, I may,in c los ing i t , po in t ou t thecoincidence that the warning ofthe Engine-Driver included, noton ly the words which theunfor tuna te S igna l -man hadrepeated to me as haunting him,but also the words which Imyself—not he—had attached,and that only in my own mind,to the ges t i cu la t ion he hadimitated.

túnel, le estaba dando la es-palda, y la máquina le atrope-lló. Aquel hombre la conducíay podrá decirle cómo sucedió.Cuéntaselo al caballero, Tom.

E l h o m b r e , v e s t i d o c o nu n a r r u g a d o t r a j e o s c u r o ,se acercó al lugar que ocupabaanteriormente junto a la boca deltúnel.

— A l c o g e r l a c u r v ad e l t ú n e l , s e ñ o r , l e v ia l f i n a l , c o m o a t r a v é s d eu n a s gafas para ver de lejos.No tenía tiempo para cambiarla velocidad, pero sabía que élera muy cuidadoso. Como noparecía prestar atención al sil-bato, dejé de pitar cuando nosabalanzábamos sobre él y gri-té tan fuerte como pude.

—¿Y qué le dijo?

—Le dije: «¡El de ahí abajo!____ _¡ C u i d a d o ! ¡Por Dios,despeje el camino!»

Me sobresalté.

—¡Ay! Fue un momento te-rr ible , señor. No dejé de gr i -tar le . Me l levé e l brazo antelos ojos para no ver lo y agi teel ot ro hasta e l f inal , pero nosirvió de nada.

Sin prolongar la narración_______ en ninguna de sus cu-riosas circunstancias más que enotra, antes de terminar debo sinembargo señalar la coincidenciade que la advertencia del con-ductor de la máquina no sólo in-cluía las palabras que el desafor-tunado guardavías me había re-petido que le acosaban, sinotambién las palabras que yo mis-mo, no sólo él, había asociado,y eso en mi propia mente, a losgestos que el guardavías ha-bía imitado.

X

X

X

X

túne l es taba vue l to de espa l -das y le a r ro l ló . Ese hombrela conducía y nos estaba con-tando cómo ocurr ió . Cuénta-se lo a l caba l le ro , Tom.

E l h o m b r e , q u e v e s t í au n b u r d o t r a j e o s c u r o ,re g re s ó a l l u g a r q u e o c u -p a r a a n t e r i o r m e n t e e n l ab o c a d e l t ú n e l :

-Al dar la vuelta a la curvadel túnel, señor -dijo-, lo vi alfondo, como si lo viera por unc a t a l e j o . N o h a b í a t i e m p opara reduc i r l a ve loc idad ysabía que él era muy cuidado-so. Como no pareció que hi-ciera caso del si lbato, lo dejéde tocar cuando nos echába-mos encima de él y lo l lamétan alto como pude.

-¿Qué dijo usted?

- ¡ E h , o i g a ! ¡ A h í a b a j o !¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡Por Diossanto, apártese de la vía!

Me sobresalté.

-Oh, fue horroroso, señor. Nodejé de llamarle ni un segundo. Mepuse el brazo delante de los ojospara no verlo y le hice señales conel brazo hasta el último momento;pero no sirvió de nada.

Sin ánimo de prolongar mirelato para ahondar en algunade las curiosas circunstanciasque lo rodean, quiero no obs-tante, para terminar, señalar lacoincidencia de que la adver-tencia del conductor no sólo in-cluía las palabras que el des-afortunado guardavía me habíad icho que l e a to rmen taban ,sino también las palabras conlas que yo mismo -no él- habíaacompañado -y tan sólo en mimente- los gestos que él habíarepresentado.

été projeté en avant. C’est ce gars-là qui conduisait la loco, etjustement il nous faisait voircomment ça s’était passé. Faisdonc voir à Monsieur, Tom.

L’homme auquel il s’adressaitétait très simplement habillé d’unvêtement foncé ; il alla de nouveause p l a c e r à l ’ e n t r é e d ut u n n e l e t d i t :

– J’avais passé le dernier tournantdu tunnel, monsieur, quand je l’aiaperçu à l’autre bout, comme si je levoyais au bout d’une lorgnette. Jen’avais pas le temps de ralentire t j e s ava i s qu ’ i l é t a i t t r è sprudent. Comme il n’avait pasl’air de faire attention au sifflet,je l’ai arrêté au moment où onarrivait sur lui, et j’ai crié detoutes mes forces.

– Qu’avez-vous crié ?

– Je disais : « Hé ! Vous, là-bas !Attention ! Attention ! Pour l’amourdu ciel, écartez-vous ! »

Je sursautai.

– Ah ! J’ai passé un sale moment,monsieur. Je n’ai pas arrêté de crier.J’ai mis mon bras gauche devantmes yeux pour ne rien voir, etjusqu’à la fin j’ai agité l’autre bras.Mais ça n’a servi à rien.

Je ne voudrais pas prolonger cerécit en insistant particulièrementsur l’une quelconque descirconstances étranges qu’il contient,mais pour conclure, je tiens àsouligner une coïncidence : les crislancés par le conducteur reprenaientnon seulement les paroles que lemalheureux signaleur m’avaitrépétées en me disant qu’elles lehantaient, mais aussi la phrase quim’avait semblé (à moi, et non à lui,et seulement dans ma pensée)correspondre au geste qu’il avaitmimé devant moi.