el grabado como manifestación artística en la prehistoria peninsular

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Cuadernos de Arle R up eslre• umera 1• o P ilg inllS 25-SS El grabado como manifestación artística en la Prehistoria peninsular luan A. mez -B ar re ra - RESUMEN En 1992 se celeb ró en rida el l COllgrés tntemacíonaí GIlll'll ts Rupestres i Murals y es opinión del autor que, co mo aco nteci m iento científico e historiográ fi co, marcó el punt o de inflexi ón del estudio reciente del gra- bado como manifestación artística en la Prehistoria peninsula r. En la exposición qu e sigue, se parte del conte nido de aquel para centrarse des- pués, de f orm a breve, en el análisis de los recientes descub rimientos del grabado paleolítico al aire libre, del grabado y el arte megalítico, de los grabados gallegos y su imp licación en la arqueología espacial, y, sin o lvi- dar los grabados rupestres post-paleolíticos, comentar el libro Arte Rupest re de l!pocll l1 ¡érica de J .1. Royo. Yesto es así pues todos ellos son considerados, a día de hoy, como una man ifestación propia, compleja y precisa del arte rupestre peninsular. PAlABRAS ClAVE Arte rupestre, grabados paleolíticos, grabados post-paleolíticos. ABsTRA8 In 1992 the I CO llgré.< Illtemll OI ltIl GIlll'Il/S Rupestres í lv/umls was hold in Lérid a. Accord ing to thc autho r of this issue, this scientific and histo- riographic event set a landmark in the modern research on engravings as an artistic mani festation in the Pre-history of the Pen ínsu la . The follo- wing pages refer firstly to the contents of that Congress ami later, they focus briefly on the analysis of recent discoveries dealing with open-air paleolithic engravings, megalithic art and engravings, Calician engra- vings and their implication in the space archaeology. Finally, regarding post-paleolithic cave engravings, the autho r also makes a comme nt on the book Arte Rupestre de Época Ibérica by J .1. Royo. In this way this issue looks through the essential studies which lead to consider engravings as an irn po rtan t mani festation of cave art in the Peninsula. KEY WOR DS Cave art, paleolithic engravings, post-paleolithic engravings. el Alrnazan, 3 - 2" C. 42 004 , Soria. [email protected]om

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Texto científico en el que se analiza el aspecto artístico de los grabados prehistóricos.

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  • Cuadernos deArle Rupeslre !umera 1 Ao200~ Pilg inllS 25-SS

    El grabado como manifestacinartstica en la Prehistoria peninsular

    luan A. Gmez-Barrera -

    RESUMENEn 1992 se celeb r en Lrida el l COllgrs tntemacona GIlll'll ts Rupestres

    i Murals y es opinin del autor qu e, como acontecimiento cientfico ehistoriogrfico, marc el punto de inflexin del estud io reciente del gra-bado como mani festacin artstica en la Preh istoria peninsular. En laexposicin qu e sigue, se parte del conte nido de aquel para centrarse des-pus, de forma breve, en el anlisis de los recientes descub rimientos delgrabado paleolti co al aire libre, del grabado y el arte megaltico, de losgrabados gallegos y su imp licacin en la arqu eologa espacial, y, sin o lvi-dar los grabados rup estres post-paleo lticos, come ntar el libro ArteRupestre de l!pocll l1rica de J.1. Royo. Y esto es as pues tod os ellos sonconsiderados, a d a de hoy, co mo una man ifestacin propia, com pleja yprecisa del arte rupestre peninsular.

    PAlABRAS ClAVEArte rupestre, grabados paleolticos, grabados post-paleol ticos.

    ABsTRA8In 1992 the I COllgr.< IlltemllCOI ltIl GIlll'Il/S Rupestres lv/umls was hold

    in Lrid a. Accord ing to thc autho r of th is issue, this scientific and histo-riographic event set a land mark in the mod ern research o n engravingsas an artistic mani festation in the Pre-h istory of the Pen nsu la.The follo-wing pages refer firstly to the co ntents of that Co ngress ami later, theyfocus briefly on the analysis o f recent d iscoveries dealing with open-airpaleo lith ic engravings, megalithic art and engravings, Calician engra-vings and their implicat ion in the space archaeo logy. Finally, regard ingpost-paleolithic cave engravings, the autho r also makes a com me nt o nthe book Arte Rupestre de poca Ibrica by J.1. Royo . In th is way this issuelooks th rough the essential stud ies which lead to conside r engravings asan irn po rtan t mani festat ion of cave art in the Peninsula.

    KEY WORDSCave art, pa leo lithic engravings, post-pa leolith ic engravings.

    el Alrn aza n, 3 - 2" C. 42 004 , So ria. ja--llbarrcra @hotm ail.com

  • 1. Introduccin

    En la histo ria reciente de la investiga ci n del arte rupestre peninsu-lar hay un hecho qu e a nu est ro juicio nos parece trascendental y que,sin embargo, sea por la ta rda nza en su publicacin o por su desco-nocimi ento, ha pasado desapercibido al men os hasta hoy. Nos refe-rimo s al 1 Congrs llltemaciollal de Gra l'll1S Rupestres i Mllrals que, enhomenaje a don Ll u s Dez-CoroneL tuvo lugar en la ciudad del.leida entre el 23 y el 27 de Noviembre de 1992. Su publicacin, ungrueso vo lume n de 992 pg inas, se retras hasta abr il de 2003, edi-tndose, no obstante, el co nte nido de las pon en cias, co municacio-nes y deba tes tal y como se presentaron o produjeron en el momen -to de su celebracin.

    Amn de otros hechos q ue a lo largo de esta exposicin irn sur-giendo, e! inters de! acontecimi ento aho ra reco rda do radic, y a nrad ica en qu e, por vez prim era en la histori a de la invest igacin delarte rupes tre, e! grabado sera e! protago nista esencial. no suped ita-do ni a la belleza de! mo delad o ni al carcter ms llam ativo de lapintura . El grabado, tcnica simple donde la haya, ha venido siendoestud iado en relacin con la pint ura, en la mayora de los casos, oco mo parte activa del modelad o del arte muebl e, y si bien el uso deun a tcni ca u o tra no determ ina en absoluto la fun cional idad arts-tica, significa tiva o interp retat iva de la o bra, no es menos cierto quee! grabado siemp re se ha visto como una tcni ca secundaria o, cua n-to menos, complementar ia. Por el co nt rario, en e! 1 COllgrsllltemaciollal de Gral'll1s Rupestres ,I,llI rals el grabado fue o bjeto demxim a atencin, ora como tcnica individual o co mp leme ntaria,ora como eleme nto artstico bsico, o ra como un a grafa prehist ri -ca o hist rica necesitad a de! estud io exhaustivo de sus formas, al serstas tan t iles como las de la pintura y escultu ra a la ho ra de con-tribuir al conocimiento de nuestra Histori a, en genera l, y de nu estraPrehistoria, en parti cular.

    Pocos das antes del comienzo del Co ngreso, sala de imprent anu estra Tesis Doctora l qu e, bajo el ttu lo especfico de GrabadosRupestres Post-paleolticos del Alto Ollero y e! anlisis de stos, escondala prime ra sntes is de un amp lio con junto de grabados, en cuevas y alaire libre, atribuidos, sin ms, a la Edad del Bron ce pero sumergidosen una amplia problemti ca de identificacin, autent icidad y validez .El 1 COllgrs llltemaciollal de Gl"ill'i/ts Rupestres j Mllrals admi ti un parde comu nicaciones sobre nu est ro trabajo y fue para ste el marco ade-cuado de presentacin.

    Aqu tambin, en este congreso de Lleida . Sergio Ripo ll, LucianoMunirio, Ra mn Lpez Moreno y Juan A. Martas d ieron noticia, porvez primera, del descubrimiento, en el verano qu e acababa de con-

    26 ; lCG~

  • clu ir, de un am plio co n junto de estacio nes al aire libre co n grabadosrupestres pa leolticos situadas alrededor del Cerro de San Isid ro, enDom ingo Carca (Segovia). Poco antes, en 1991, se hab an dad o aconocer los grabados ru pestres pa leo lticos al aire lib re de Siega Verde(Villar de Arga n. Salamanca ), descubiertos a fina les de 1988. Y,co mo es de sobra co nocido, el Proyecto de Elect ricidad de Portugalcentrado en el Vale do Coa y su correspond iente Estud io de ImpactoAmbiental permiti localizar, tambin en 1992, los pri meros graba-dos rupestres paleo lt icos de la Ca ada del In fi ern o, en Vila Nova deFoz Coa. Obviamente nada se supo en Lleida de este l tim o hall azgo,pero , a parti r de entonces, las info rmaciones so bre los co nstantes des-cubrim ientos se iran suced iendo y ha cia 1997 todo el mu ndo eraco nsciente ya de la importancia de este nuevo n cleo de arte ru pestrepa leoltico al aire lib re, cla ramente em parentado co n las estacioneshispanas de Siega Verd e y Domingo Carca .

    Y, en fin, en el 1COI lgr IlIl el"llll,.ioll ll de CI"IIl'IIISRupestres i /vl l1 rll /s seanunci, co n un peque o avance, la inmed iata pub licacin del estu-dio definitivo de los grabados, pleistocenos y holorenos. de La Griega(Ped raza, Segovia); se puso de mani fi esto la necesidad de publicar deforma co rrecta los nu evos, y an los viejos, hallazgos de grabadospost-pa leo lticos; se insinu la importan cia que habra de ten er lainvest igaci n del arte megaltico; y, ent re o tras muchas cuest io nes quemencionarem os en su lugar, se aven tur la ob ligatoriedad de rcrupe-rar para la ciencia cuantos graba dos o grafitos rup estres y murales seconozcan en adelante. sean o no de cronologa prehistrica.

    Es evide nte, pu es, que pa ra nosot ros 1992, co mo fecha cro no lgica,y el 1 COIlgr ll l/em llciol lll / de CI"III't I/S Rupestres i Mll ra/s, co mo aco rue-cim iento cientfico e histori ogrfi co, marcan el pu nto de inflexin delestud io reciente del grabado co mo manifestaci n artstica en laPrehistoria y, au n, en la Historia. En nuest ra exposicin arrancaremosde su co nten ido pa ra cent rarnos despus, si quiera brevemente, en loscinco h itos que a da de hoy nos pa recen esenc iales para mos trar algrabado no s lo co mo un a tcni ca ms sino, y so b re todo, co mo u naman ifesta ci n propia, com pleja y precisa del arte rupest re peninsular.Estos hi tos a los que nos referimos responden a los siguientes epgra-fes: Arte Rupestre Paleoltico al aire libre; Graba dos y Arte Megaltico:los graba dos gallegos y la Arqueo loga Espacial; Grabad os RupestresPost-pa leolticos; y Arte Rupestre de poca ibrica.

    2. El I Congrs Internacional de Gravats Rupestres i Murals

    O rgan izado po r el Servicio de Arqueo loga y el Depa rtamento deGeografa e I lis toria de la Fundacin Pblica del Institu t d 'EstudisIlerd en cs y coord ina do po r loan-Ramon Go nz lez Prez. el 1COllgr

    J .\ Ga:":lt! 27

  • I ( 6n9rs,lntern(d('in(1,,~.e (,r(v(ts. .

    ~estres .1 MLA r(ls' \ . . .

    Figura 1. Portada del libro querecoge los actas del I CongrsInternaciona fde Gravats RupestresiMurals (segn diseo de INOReproducciones, S.A. sobre motivosde Mas de N'O/ives, Torrebla nco,lleido, calcados po r l. Diez-Coronel).

    /llIem llcioll ll / de C/"ill'llts Hupes/res i Mutnls se celeb r, como ya se dijo,en tre los d as 23 y 27 de noviembre de 1992 , si b ien sus aetas, en cui-dada edici n, no apareciero n publ icadas hasta abril de 2003 (fig . 1l.

    Se articu l en diez sesiones - Historia de la Investi gacin,Grabados Paleol tico s, Geoarq ueo loga, Graba dos Post-pa leo lt icos ,Grabados Alp inos, G ra bados Ga la icos, Grabados Pirenai cos,Grabados Medi eva les, Grabados Modern os y una lti ma sesi nhomen aje a do n l.Iu s Dez-Co ro nel i Mo utu ll-, im part indose o trastantas ponencia s - d ictadas por invest igado res de la ta lla y el presti-gio de A. Beltr n , J. Clo ttes, /. L. Pe a y C. Sanc ho , A. Alo nso , E.Ana t i, t\. de la Pe lla , J. Abela ne t, A. Casanovas y /. Re vira, l. L. Mayay E. Ripo ll- y leyndose un to ta l de cua ren ta y cua tro co m un icacio-nes.

    Independi entemente lo trat ado , q ue con breved ad analizaremosa continuaci n, el inte rs y la releva ncia de l congreso viene dado ,adems de por la presencia del grabado medieval y modern o , por ela lto nmero de co m u n icaciones so bre e l grabado post-pal eoltico- u n 32% del total del Co ngreso- y frente a su escasa presenc ia, po re l co n tra rio, en las reu ni o nes especficas de arte rupestre ce leb radasen Espa a, d esd e la reunin de Barcelona en 19GG hasta e l 1Co ng reso In te rn acio na l de Arte Rupest re de Cas pe, en 1985 . Losdatos, cla ramente expuestos por M. a D. Mo neva en la prim era

  • comunicacin del co ngreso (61 -69) , no ofrecen dudas: las co muni-caciones sobre este tipo de manifestaciones rupestres no alcanzaronms de un 7,3% del total de las intervenciones en el Sympos iumInternacional de Arte Rupestre de Barcelona, un 10% en el Co ngresode Altamira de 1979, un 40,25% en el de Salamanca de 1982 -deberecordarse aqu que ste fue exclusivo de arte esquemtico- y un25,09% en Caspe. Ni que decir tiene que estos da tos an seran msrelevantes si el estudio se realizara sobre las co municacio nes habid asen ellos relat ivas a grabados medievales y modern os.

    Pese al carcter int ernacio nal. la to talidad de las comunicacionesgiraron en torno a cuestio nes qu e afectaba n al grabado peninsu lar.Beltrn, como primer ponent e, esboz la historia y vicisitudes de lainvestigacin del grabado preh ist rico hispan o y plante la dudasobre cienos grabados atribuidos al arte levantino: el caballo y elciervo del Barran co de la Fuente del Cabrerizo (Albarracn) y elsupuesto bvid o de l Barranco de Casulla (Castelln), lo qu e no leim pidi determ inar que el grabado en esta zona y en este arte escompleme nta rio de la pintura y aparece, en un bu en nmero de oca-siones, pe rfilando tint as o reforzando trazos (35-60) . MartnezCarda sistem atiz la problem tica del grabado rup est re en so portesmegalticos (71 -88) . Corchn Rodrguez estableci conside racionesmetodolgicas y de crono loga con respecto a los grabados paleol-ticos de la Meseta Norte (107-1 25). Pe a Monn y Sancho Mareeninformaron sobre los mecani smos de alteraci n de la roca y suimplicacin en el deterioro de los grabados rup estres (207-241). Elmism o Pe a Morm , Conz lez P rez y Rodrguez Duq ue nos advir-tiero n de la coexistencia de formas grabadas naturales y antr picas(243-261). Alonso Tejada y Crima l determinaron, tras un minucio-so estudio, lo inaceptable, pese a lo dicho por A. Beltrn, del proce-so artstico del grabado en el Arte Levantino (273-314) . Lpez Plazacuestion, en algn caso, el carcter prehi st rico de las cazo letas y,en o tros, las asoci al mundo megal tico (379-387) . De la Pe aSantos plante ya la dimensin espacial del arte rup estre en el grupogala ico (516-523). Y ent re Corch n Rodrguez ( 107-125) , Mart nezCarda (71-88) , C rnez-Barrera (89-106), Al onso Te jada (273-305) ,Sevillano San Jos (389-400) , De la Pea Santos (495-540 ) yCasanova Rom eu y Rovira Port (637-684 y 789 -83 1) se ofreci un avisin global de la grafa grabada desd e los inicios preh istricoshasta el mundo post -medieval.

    Pero es qu e ade ms este 1 e Ol lgr Illlemllcio/lIl{ de Crtlllll lSRupestres i MI/mis, como suele ser habitua l en este lipa de reunionesy como ya se ha sealado, ofreci a la comunidad cientfica en lreu nida el conoc im iento y d ifusin de nuevos y grandes descubri-mientos co mo seran los grabados pa leo lticos de la Cueva de la

  • ~ CUADERNOS DE ARCE RUPESTREFuent e del Trucho (Asque, Iluesca), de Cueva de Ambrosio (Vlez-Blan co, Almera ), Cueva del Tajo de las Figuras (C diz) . DomingoCa rda (Segovia) y Cueva del Regucril lo (Patones, Madrid) , puesco mo descubrimiento hay q ue tratar la recuperacin del materialgrfico de este yacim iento. Mucha s e im portan tes fueron , tambi n,las noticias sobre hallazgos de graba dos po st-paleo lticos, as los deCueva Maja (Cabrejas del Pina r, Se ria ). Req uijad a (Santiuste dePed raza. Segovia ), La Villeta de los Azuq uenes (Tru jillo, Cce res) yPinoso (Alican te] . Y, en fin, de novedosas por desconoc idas puedencons ide rarse todas las referencias, y so n mucha s para ser citadasaq u, de graba dos med ievales y modernos.

    Co n lo d icho, espero qu ed e demostrado el inter s que para eles tud io de l grabado como mani festacin art stica de nuestraPrehi storia tuvo, tiene y ha de ten er este I Congrs Internacional deGml'ats Rupestres i Mumls y lo conveniente, puesto que han pasadodoce anos ya desde su celebrac in, de qu e en breve alguien asuma lapues ta en marcha de un segundo co ngreso .

    3. Arte Rupestre Paleoltico al aire Ibre

    "El desc ubrimiento de rep resentaciones pa leolticas [grab ad as] alaire lib re es, sin duda, el ms im port ante avance en el estud io de laiconografa paleo lt ica desde q ue se produjo la autentificac i n delarte rup estre..." escrib ieron Sergio Ripoll L pez y Lucian o MunicioConzlez en la Int rodu ccin a su esp lnd ido trab ajo sobre Dom ingoCa rda ( 1999: 11), Yeste es un ju icio, si se nos perm ite, que com-part imos en su tot alidad . Co n la apa rici n de grafas pa leo lticas alaire lib re se aba ndo naron antiq usimas ideas sobre las cuevas , suespacio oscuro y oculto y la magia tenebrosa de la religiosidad pale-o ltica y, lo q ue es ms im portan te, perm iti el su rgimiento de unnu evo conce pto del arte prehi st rico (fig. 2).

    La h isto ria de ese cambio, b ien narrada po r Ripoll y Municio,arranca de 1970 co n el descubrimiento del caba llo piqueteado deestilo paleo lt ico de Dom ingo Ca rda. Ms tarde, en 1981, fue ro niden tificadas y pu blicadas las figuras p icada s - un quido y un pa r decuad rpedos incom pletos- de Mazo uco (Freixo de Es pada--Cinta},lo qu e no im pidi que se presentaran co mo las primeras muest rasde arte pa leo ltico al aire libre conocidas en Europa (Jorge el all,1982; Carvallo et alii, 1996 : 20 ). En los primero s meses de 1983 setuvo noti cia de las figuras de trazo fino de Fornols-Ilau t (Carn p me,Francia) (Sacchi el alii, 1986-1987). Y no mucho desp us, en la pri-mavera de 1987, Mart nez Carda descub ra el caballo piquetead o dePied ras Blan cas (Esc llar. Almena ), co n lo qu e el arte rup est re pale-o lt ico al aire libre, picad o o inciso, era ya una rea lidad y apa reca ,

  • 2 ~... .

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    Figura 2. Gra ba das rupestres pa leolticas al ai re libre: 1: Caballa del descubrimiento de Siega Verde , endibo jc de M. Morolln; 2: Domingo Gorda: caballo piqueteodo del panel Bde la Roca 12 (Ripolly Munido);3: Detalle de la figura nm. 3 (quido) de l pa nel C de lo Roca 37e (segn Ripolly Munid o); 4: Foz CO : secoter central de la Roca 11' de Conada do Inferno (Zilho); y 5: Fa z Co: Roca 1 de Rego da Vide [Zilh o].

  • "fJ CiJ;'.DERNOS DE ARTE RiJRESTRta islado, por toda la geogra fa peninsular. Y la co n fir maci n abso -luta de se m ejante novedad no se hara es pe ra r: a fin es d e 1988 ya lo largo de 1989 , M. San to u ja, R. P rez, R. de Balb n, P. Buenoy J. Alco lea d ie ro n co n el extrao rd ina rio co n ju nt o paleol ti co d efiguras in cisas y pi cad as, grabadas sob re las superfi cies vert icales yhori zontal es d e esq u isto, e n las orillas d el ro Agued a, en tierrasmuni cipal es d e Villar de la Yegua, Villa r d e Arga na n y Castille jo d eMart n Vie jo (Salaman ca) , en to rno al puente d e Siega Verde(Balbn e l alii, 1991) . Y poco m s tarde, co mo si d e una ca rrerapor el descub rim iento ms im po rta n te se trat ase, se d escubre, enagost o d e 19 92 , que el caba llo piquet eado d e esti lo paleolti co deDomingo Ca rca es t aco m pa ado d e 11 5 m otivos -en su m ayo -ra q u idos, crvidos, bvid os y ca p rinos-. que o cu pan 41 ro casgrabadas, repartidas por los siete ncl eos art st ico s advert idos enla co marca segovia na d e Sant a Mara la Real d e Nieva. Y en elm ism o a o , y en la mi sm a cuenc a del Du ero s lo que en tierraspo rtuguesas , apa recen los p rimeros gra bados d el Valle de Co a(Reb a nda, 1995; Baptista y Co mes, 1995; Ca rva lho el aiii, 19 96 ;Ripoll Y Zilh ao , 1999).

    Puede im aginar el lector q u e es te en caden am iento de hal laz-gos d e graba dos paleolticos al aire lib re cam b i rad ica lm ente elco ncepto a rt st ico , socia l y cu ltural del a rte prehist rico peninsu -lar. Y es q ue, co mo bi en se alaron en su da Ripo ll y Mun icio(19 99 : 23 6 ), Do m ingo Carera. Siega Verd e y Foz Coa no s habland e una unidad cu ltura l en la cuen ca d el Duero a fin ales delPleisto cen o, refl ejo d e su po b lami ento y de un a posible va d eco m u n icac i n e ntre la costa a tl ntica y la Meseta . Por lo dem s, ysta tambin es un a co n clus i n im p o rta nt e ap o rta da por esto sauto res, tan in te resan tes y notabl es d escubrimi entos d e arterupest re pal eo lti co al ai re libre d em uestran que una gran parted el arte Cuate rn ario se prod ucira en este m edi o y no slo en cue-vas co mo hasta hace bi en po co se cre a .

    4 . Grabad os y Arte Megaltico

    La presencia d e grabados - y pi ntu ras- so b re los d iferentes ele-m ent os ptreos que co n fo rm a n las co ns trucc io nes m ega lt icas esalgo bi en co noc id o desd e an tiguo. Co n fu nd amento puede decir-se q ue la grafa m egalti ca co me nz a d o cum enta rse en m omen-tos p rxim os al d escubrimiento de Alta rn ira (Bu eno y Ba lbn,2003: 2 93 ) Yqu e muy poco d esp us ap arecieron los primeros tra-b a jos recopilat orios en el m b ito portugu s, de jando claro co nello la existenc ia, en la Prehi stori a reciente, d e un as m ani festaci o -nes de ca rc ter fu nera rio . Pea T, e l dolm en d e Sa n ta Cruz y la

    32 1lDO~

  • pied ra de Pa la de Allande, en Astur ias, so n, segn P. Bueno y R. deBalb n, los co n junto s qu e articu lan esa idea en el terr itori o hispa-no.

    Entre 1933 y 1935, Breuil incorpor, a su monumental corpusde la pintura esquem tica peninsular, todos los grabados hastaento nces co noc idos, inclu yendo, ent re ellos, los trazados so bresopo rtes megalticos, co n lo que consigui as la pr imera visi n deco njunto de estas grafas y el qu e se les otorgara una cro no log a pre-histri ca. Este hecho fue de term ina nte para que, en lo suces ivo,cuantos hallazgos rup estres con muestras grabadas tuvieran ciertoparecido co n las insculturas en dlmenes o menhi res resultaran deinmediato aso ciadas a la simbologa y datacin de stos. Mart inezGarca denunci, co n buen a documentacin y cierta racio na lidad,estos "de term inismos" en el I COllgrs Illlem llcioll ll l de GraPll esRupestres i Murals ta ntas veces citado, si bien ya se les haba empe-zado a po ner trabas a os atrs con el correcto estud io arqueolgicodel monumento megalt ico y de sus muestras grficas ( Piiin yBueno, 1983; Beltrn , 1986; Delibes y Roj o, 1989; Ba lbn y Bueno,1989).

    Se empez a crea r as un ambi ent e de estud io y ren ovacin yenl pronto surgi la idea del Arte Megal ico co mo un sistema grfi-co co nocido en toda la Pennsu la y reali zado so bre arqu itecturasdiversas, donde la pintura y el grabado se habran realizado en elmism o moment o, tomar an part e del mism o hecho cultura l y, den-tro de la arq uitectura monu mental, poseeran un valo r significativoy claramente simblico (fig. 3) . El grabado cobrara aq u un papelfunda mental, al igual que la pi ntura, y los mot ivos de un o y otradaran forma a un cdigo grfico y co nceptua l tan antiguo co mo lapropia co nstruccin del monu mento (Bueno y Ba lbn, 1998: 53) .

    y en ese sentido hay qu e decir qu e, desde medi ados de losoc hent a, P. Bueno - siguiendo la este la abi erta por ella mism a, EPin ( 1983,1 985) YJ. Pere ira ( 1983) - y R. de Balbn viene n ocu-p ndose, de fo rma exhaustiva, del Arte Megalui co, ya sea en el an -lisis individual y pa rticula r de las grafas de un monumento co n-creto -Huerta de Las Monjas (1 989) , Portillo de Las Co rtes ( 1994 ),Granja de Toni uelo (1997) , Alber ite (1999 ) o Alcnta ra (1 999b,2000a)-, ya en el estud io de sus fi guraciones y temt ica ( 1993;1995; 1998) o, en fin, en sus visiones de co njunto co nceptua l(199 7c, 200 0c) o terr itori al (1 992 , 1994, 1997b, d y e; 1998,2000b ).

    Quizs, ante semejante volumen de info rmacin, sea el momen-to de exigir del buen hacer de estos investigadores un a sntesis, regio-nal, co nceptua l y te rica, que pormeno rice de una vez por todas elvalo r grfi co, sign ificativo y social del Arte Megaltico.

  • "''ITl>croOMon'05

    ..... .

    i1 i

    Figuro 3. Arte Megolitico. Arribo : Ca lcos y distribucin de los grabados de Maimn 2lAlcntoro, Cceresl.segn Bueno et a /jj, 1999 . Abajo: Cuad ro comparativo de tipos y temas entre los grabados de los dlme-nes de Alcntara , 105 aparecidos al a ire libre en el Tajo portugus y los motivos pintados en 10 5 abrigos delo Extremadura espaola , readaptado o part ir de las figuras confeccionadas por Bueno, Bclbn, Barroso,Aldecoo y Casado, 1999.

  • 5. Los grabados gallegos y la arqueologa espacal

    Desd e q ue en 1935 R. Sobrino Buh igas pub lica ra su Corpusf'elrog/,pl lOrll1l1 Gll l/llecitle, e l co m ple jo mundo de grabados rupestresa l aire lib re del No roeste de la Pennsula Ib rica no s lo es co noc i-do por la co m un id ad cien tfica in te rnac io nal s ino q ue ha sido o b je-to de nu mero sos es tud ios tanto por investigado res for neo s (Ana ti.196 8) como nacionales, fun damentalm ente gallegos. Han sid o stos(. Carc a Alen, A. de la Pe a San tos, J. ,'vI. Vzq uez Varela, E l.Costas Coberna, J. M. Rey Carera, en tre o tros m uchos) los q ue, a tra-vs de sus p ros pecciones siste m t icas, sus cata logac io nes exhaust ivasy sus co ns ta ntes int ern os de sn tes is, ca racterizaro n el grupo art sticogala ico defi ni ndo lo en su di strib uci n geogr fica, en su temtica,en su cro nologa e in terpretaci n e, in cluso, en su grado de co nse r-vaci n y pr eocupacin por su "puesta en va lo r". Mas, superad a lapoca de in ven tari o y descripcin ge nera l, surge, a co m ienzos de laltim a dcada del pasad o siglo , una honda p reocupacin en tre losinvestigado res gallegos po r la inter pretacin del pa isaj e, atrados porlas teoras de la Arq ueo loga Espacia l, po r los trabajos de R. Brad leyen las Is las Britni cas y por los propi os es tu d ios so bre e l es pacio d ela representaci n d el a rte rupestre ga la ico de A. de la Pe a San tos yJ. M. Carera Rey ini ciados ya en 198 1.

    En trminos general es se vie ne se ala ndo una expa ns i n te rrito -ria l del fen me no rupestre ga la ico que no parece so brepasa r un reageogr fica marcada, a l po ni ente, po r el Oca no Atln tico , a l norte,por el Mar Cantb rico, y a l es te por un a lnea ter ica q ue en laza ra,en di agonal, las d esem bocaduras de los ro s Ea y Mo ndego . Aqu , enun espac io d ot ado co n unas ca ractersticas clim ticas, geo mo rfo l -gicas y ed afo lgicas peculiar es, p ropias de u n zo na atln t ica y, enco ncreto , de la co m arca de las Ras Baixas, aparece u na de las m ues-tras grfi cas ms sign ificativas e interesantes de la Prehistoria penin-su lar.

    Por precisa r en la temtica pu ed e decirse que el rep ertori o figu -rati vo de los grabados ga llegos ha quedado d ividido en dos grandesb loques: e l in tegrado por los di se os geo mtricos (puntos, co m b i-naciones de crcu los co ncn tricos, esp ira les y motivos laber nt iros).de escasas posibi lidades de inter pret acin; y e l de las figuras ms omen os natura listas (crv idos, q u idos, an tropo mo rfos, a rmas e "do-los-cili nd ro "), a cam ino entre la es tilizaci n y el esquematismo,pero que pued en se r iden t ificadas co n cierta clar id ad .

    Estos grabados se ran e l resu ltad o, en lo q ue a tcnica se refie re,del uso de la percusin ind irecta, co n inst ru menta l ltico , siendo elaspecto actua l de sus surcos producto de la acc i n en el tiempo delos agentes e rosivos.

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  • Por ltimo, A de la Pe a Sant os, pr incipal gua de estas notas,co ns idera que el grupo de art e rupestre gallego es ob ra de alguna oa lgunas de las co m unidades hum an as asentadas en este lugard uran te la tran sicin entre el IJI y el ll mil enio a. C; peri odo que,por lo dems, sera co inc ide nte co n el fin a l del megal itism o y conel desarro llo inicial de la metalu rgia (Pe a y Vzq uez, 19 79; Pe ay Rey, 1981, 2001; Pe a, 1999) .

    Quede as ca racterizad o este ncleo de grabados rupestre s yquede as tambin esboz ada la im portan cia de la grafa rupestrega laica en el co ntexto gene ra l de la Prehi stori a peninsul ar (fig. 4) .Sin em bargo , lo traemos a co laci n no tanto por la importanciaque tien e en s mi sm o cua nto po r el pap el princip al que, en ladcad a de los noven ta, han jugad o a la hora de aplicar el sign ifica-do y la metodol oga de la Arque o loga Espac ial as mismos y,desde ellos, a todas las muestras artsticas peninsu lares. El tema esen s co m p lejo y no es este el lugar par a su exposici n monogrfi -ca . El lecto r pu ed e acud ir a la b ib liog ra fa espe cializa da, algunosde cuyos trab ajos citaremos, o b ien a la ap licac i n que nosotroshicim os en relacin co n las p inturas de Valo nsadero (Gmez-Barrera, 200 1: 185-23 7) .

    Co n todo , queremos se a la r que fren te a la dim en sin fun-cio ua lista del espac io, co mo fuente de recursos y de co nstan terecur rencia, la arq ueo loga del pa isaj e vend ra a intro d ucir unanu eva co ncepc i n de aqul a ad i ndole una dimen sin soc iocu l-tur al (Santos, 1995: 16 ) y, por lo mismo, una significacin hist -rica.

    Estas ideas goza n de un a larga tradicin en pa ses a nglos a jo-nes y escand inavos , ap licada s a megali tos, asentam ientos fortifi-cados y elle/asures de la Edad de l Bronce. Bradl ey so brepuso su fr-mu la al arte mega lt ico (1 98 9 a; 1989 b) y a los grabados rupes-tres britn icos (1 9 91) Ymuy pronto alca nz el mundo de los gra-bad os gallegos, a los q ue co nc ib i , junto co n sus co laborad oresgalleg os, co mo hi to s espacia les en la co ns trucc i n de un tip oespec fico d e pai sa je o co m o sistem as de ap ro p iaci n del espacio(Brad ley, Criado y Fb regas, 199 4; Villoch, 199 5; Santo s, 1995,1996) . Pero su xito, sin duda, es q ue tales id eas se exte nd iero n ala par a las este las deco radas del sudoes te peninsul ar (Ru iz yGa l n, 1991 ; Ga l n, 1993) , a los grabados al aire libr e y artemegalti co co mo ya se ha ind icado, a la pintura esq ue mtica[Mart nez, 1998; G mez-Ba rrera, 2001: 185-237) , y se es t em pe-za ndo a co ns id erar, y co n gra n fue rza , en la pintura levantina(Fair en , 20 02 ; Ma teo , 200 3 ).

  • Figuro 4 . Grobodos del grup o golo ico segn A. de lo Peo Sontos: 1: Oute iro do Cogo ludo (Compolomeiro,Pontevedro); 2: loxe dos Sombrios de Tourn (Ponteco ldelos, Pontevedro); y 3: lo xe dos Bolos (Coldos,Pontevedro).

  • 6. Grabados Rupestres Post-paleolticos

    Cuando a m edi ad os de la dcada de los oche nta, tras el an lisis de lap in tura rupestre esq ue mt ica so riana, esbozamos nuestra TesisDoct ora l observarnos que los grabados ru pestres de igua l ca rcte r, pesea q ue su descubrimi ento se haba gene ralizado en la Pennsula Ibricadesd e principi os de siglo al tiem po que la pi ntura, an carec an de u nestud io de co njunto a estilo o manera como se haba hech o co n sta(Breu il. 1933-35; Acosta, 1968). Es cierto q ue, desde la pers pectiva par-ticular del an lisis de un hall azgo co nc reto (Royo , 1986-198 7) o deuna zona determinada (Balbn, 1989) , se haban dad o serios intentosde breves sntesis de estas grafas, enunciado, adems, los problemasque planteab an a la ciencia pre h ist rica.

    IAl asociacin que de esto s gra bados se ven a haciendo co n relacina la pintura rupestre esque mtica y la existencia en la p rovin cia deSo ria. m bito de nuestra investigacin, de un am plio ele nco de stas(anego, 1951; C mez-Barrera . 1982, 1984-1985) Y de un nutridogrupo grabado co nocido desd e la primera dcada del siglo (Cabr,191 2-1 916, 191 5, 194 1) h izo q ue nos ocupramos de ellos adentrn-donos en su estud io .

    Apreciamos, pronto, su d iversificacin caracterol gica en tre grafasen cuevas o en superficies o ab rigos al ai re libre. Q ue aq u llas, las exis-tentes en las cavernas Mayor y l\ lenor de San Barto lorn de li cero(Breu il y Obermaier, 1913; Careta-Soto y Maure, 1984 ), Cova rrub ias deCiria (anego, 1969 ) y Cueva Ma ja, por entonces recin descub ierta,em parentaba n, en su uni formidad gr fica y en su asociaci n co n elyacim ien to m aterial en la mayora de ellas co nten ido, co n muestrasgrabadas de ms brill o co mo las existe ntes en Atapuerca (Gal era delSlex, a la que debemos a adir ah ora las recientemen te estud iadas, porCarr a Diez el o/ii 2000, del Sal n del Coro, Ga lera del Silo, GaleraBaja, Ga lera de las Estatuas y Cueva del Silo ), O jo C uare a (Cu eva deSan Bernab , Kaite 11 , Ga lera Ch ip icho ndo, Sala de la Fuente, Sa laCart n, Sala Keimada, Galera de los Grabados, Galera Macarrn,Cueva Ku b a]. Losada de Pirn (La Vaquera) , Pr dena (LosEne bralejos ) y Ped raza (La Griega ).

    y adven imos que los grabados en supe rficies o abrigos al a ire lib re,como los de la cueva de LaSanta Cruz de Conq uez ue la (Taracena, 1941:57; O rtega, 1936 ), Barranco de la Mata, Tierrnes-Sotillos de Caracena,Valle del Ro x ta nza nares. Valvened izo, Castro, Ca ada del Monte yBar ran co del Cuento del Cerro en Retonillo de Seria, Cueva Gra nde deO teruelos (anego, 1974 ) Ylos yacim ientos aislados y no bien precisosde Torrevicente, Lumias, San tarnera, Cihuela-Deza, Ca nos, Duruelo dela Sierra, Ca lde rue la, El Royo, Der ro adas, Cova lcda, Langosto y IAlCue rda del Pozo, carecia n de co ntexto arqueolgico alguno -o, a l

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  • menos, claro-, conte nan evide ntes m uestras de mod ernidad en sus tra-zados - ya fuesen stos grafas o inscripcio nes medievales o modernaso repasos contemporneos- y participaban sus lugares de cierta sacrali-zacin o perdurac in en el tiem po lo qu e, en bu ena parte, pudo deter-minar la cont inu idad en el grabado y su complejidad actual.

    Los primeros, los grabados en cuevas, nos mostraban un a tem ticams cerca de la abstraccin y estilizacin lineal y geomtrica que delesquematismo cognoscib le, y sus trazos, generalm ente incisos, nospusieron pronto de man ifiesto los mltiples paralelos existentes entrelas cavernas sorian as y aquellas otras qu e se abren por la zo na nor-o rien tal y oriental de los rebordes montaosos de la xteseta No rte y suprol ongacin por el extremo oriental de la regin cantb rica. Se dise-aba, as, una "provincia artst ica" q ue se desarrollar a en el cent ro-norte de la Pennsula, engloba ra un am plio nmero de yacimientos encuevas d ispersos por las provincias de Segovia, Soria, Burgos, Navarra,lava, Vizcaya y Cantabria y cuyo elemento definitivo en su sistemati-

    zacin, aparte las afi nidades artsticas, sera la constatacin , en muchasde ellas, de yacimiento arqueo lgico propi o del Calco ltico-Bronceantiguo .

    Los segundos, los grabados al aire libre, los relacion am os de inm e-diato -dada su ub icacin geogrfica, su temtica variada y abundanteen motivos figurad os y geomtricos y el predominio de tcnicas derepiquetead o- con los de Picu Berrubia (Asturia s), Bra a de los Pastoresy Covacho de la l'e ona (Cantabria], Covacha del Molino Giriego,Domingo Garca y co marca de Santa I\lara de Nieva (Segovia) , Sierrade Guadarrama y Muogalindo (Avla), El Pedroso (Zamora ), Yecla deYeltes (Salamanca), Pella del Cuarto (Navarra) , L1S Pe etas, Barrancode Val Mayor, de La Plan a y de Carn pells (Zaragoza), R dena s,Alrno ha ja. Pozond n, Alba rracm y Alcaiz (Teru el ). La Gran jad'Escarp, Mas de N'Olives, Arati y Sant Miquel [Lrida), L1 Roca de LesBruixes de Prats y El Sola de Puy de la Massana (Andorra) , Savassona(Barcelo na ), Roca de Las Ferradurcs, Co ll de la Mola, Co lI de Creus,Roca de Rogerals, Pujol Rod y Pla de la Guard ia (Tarragona), 1 ~1 PellaEscrita, Cueva del Robusto y LA1 Lastra (Cuadalajara). Mart inete y 1 ~1Nava de Ricomalillo (Toledo) , Las Hurdes (Cceres) , Valle del Tajo, L1STierras y Los Aulagares (Huelva}, Laja de los Hierros (Cdiz), Arquill ode los Porqueros (Mlaga) , Cerro de la Mina (Gran ada) , Ba rranco deEstoril, LaTinaja, L1S Piedras lluecas, IA1 Espa ola y Poyo de en Mediode la Cimbarra (Jan) , Pied ra de la Cera, Tahal , Sorbas, Olula de Castro,Li jar, Che rcos y Nacimiento (Almena). L1 Tinaja y Cuisaero (Albacete},Monte Arab (Murcia), y Barran c de l.'Aguila. Barran c de la Fi ta y LaSerrade ta (Co munida d Valenciana) . En todos ellos, como en los soria-nos, encontrbamos caractersticas particulares que los alejaban, engran medida, de los grabados en cuevas, del sentido y la cro no loga de

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  • la pint ura esq uemtica y, desde luego, de los grabados gala icos, pero lesponan en relaci n d irecta entre s, de term ina ndo, si no un estilo o unaprovincia artstica d iferen te, s un gru po marginal de arte ru pestre queera preciso valorar y tratar de forma espec fica.

    A esta am plia relacin de estaciones grficas - cuyas notas biblio-grficas pued en encontrarse en C mez-Barrera ( 1992: 299-328 )- cabea ad ir los posteriores hallazgos y aque llos ejem plos que, aun siendodescubiertos con an terioridad a nu estro estud io, resultaban desconoci-dos pa ra la bib liografa espec ializada (fig. 5) . Nuestro trabajo (Bueno,1993; Ma rtin ez, 1993; Mas, 1996 ) abri el cami no, fue el comienzo, oal men os coi ncidi con una mayor valo racin de estas manifestacio -nes, surgiendo nu evas e importantes sntesis. Baste sealar el completo(O rp 1l5 valenciano o frecido por ,\ lesado O liver, Vician o Agram um( 1994) Y l lem ndez P rez ( 1995), el cntabro (Abrigo del Cubular;Co llado de Sejos, Los Co rros, Hoyo de la Gnda ra, Cabrojo, Ruanalesy Cueva del Moro ) estud iado por Daz Casado (1993) , el asturiano(Mllliiz, 2000 ), el aragons (Royo y C rnez, 1996; Casanovas el alli,2002 ), e l extreme o (Conz lez, 2000 ) o, en fin, las estacio nes aisla-da s de La Ca lde ro na en Palen cia (Rincn, 1993 ), La Hinojosa enCue nca (Bue no el tlll i, 1998 ), las sorianas de Las Salinas (C mcz-

    Figura 5. Reproduccinde la partada del libra de J. A. G rnez-BcrrercGrabados Rupeslres Postpa/eolilicosdel Allo Duero (diseo de v. Garcial zaro sobre fotografo directa dela ma ra a del Grupo O de CuevaMaja y sobreimpresin de un moti-va esteliforme de lo Cerrado de loSolano, Soti llos de Caracena , enSeria, calcado por el autor).

  • Barrera, 1999) , Los Castillejos de Monte jo de Tiermes (Garrido el a/fi,2000), las an indi tas de Fuent etoba y Amb rona y, por no hacer msextensa la lista, la representacin esp iralifo rme del Fondo delAiguarnoll, en Lrida (Garca el all, 2003 ).

    Co n todo, y frente al carcter ms o menos preciso de las grafas encuevas, la valoracin cultura l y crono lgica de estos graba do s al airelibre ofrece muchas dudas y plantea grandes problemas . lord (1978:148) quiso ver en ellos una difusin tard a de las inscu lturas galaico-portuguesas; Ripo ll (1968: 190) dej constancia de la necesidad depo nerlos en relacin con los graba dos del noroeste peninsular y Acosta( 1986: 290 -291) mostraba su gran variabilidad tem tica y su ada pta-cin a una trip le agrupacin segn se acercasen o alejasen de la tem -tica de la pintura esque m tica, de los grabados galaico-portugueses ode ambos, estableciendo, asimis mo, una cronologa am plia entre elprimer mi lenio antes de Cristo y la poca histrica. Los estud ios poste-riores, por lo dem s, han avanzado en la relacin de estos grabados alai re lib re con los contextos funerarios megalticos (Balbn y Bueno,2000), su sign ificado y funcio nes (Balbn y Bueno, 2000) y, de maneraespecial y reiterativa cua l si esto no se hubiera tenido nun ca en cuenta,el encuadre med ieval y mod ern o de muchos de estos grabados(Martnez, 1995; Rodrguez y Snchez, 2000; Paz, 2000).

    Y, en fin, a gran parte de estas mu estras plsticas, fueran grabadosal aire libre o en cuevas, se les viene situa ndo en un mundo arqueo l-gico dolmnico co mo ya hemos visto.

    En el Alto Valle de l Duero , pudimos concretar que la diferenciacinentre la pintura esq uem tica y el grabado no s lo se ma nifiesta en lasdiversas tcnicas usadas en sus trazados y en la distinta d istr ibucinzo nal de sus yacimientos si no, tambin, en una serie de particularida-des relacion adas con la tem tica y su reiteracin , aspectos, por lodem s, ten idos siempre co mo defi nitivos en sus asoc iaciones. Los tresciclos artsticos reco nocidos en territorio so riano fueron so metidos aun an lisis tip olgico compara do a travs de l cua l quedaro n en evi-dencia los escasos contactos existentes entre grabados al aire libre ygrabados en cuevas, se determin un a notab le co incidencia ent re estosltim os y la pintura esquem tica -si bien limit ada a la redu cida varie-dad temtica de las cavida des- y, po r lti mo, se co nfi rm un a am plia yaparen te semejanza ent re la pintura y los grabados al aire lib re qu erepi ten, en ml tip les variantes, los tipos p ict ricos esquemticos a lavez que se desligan de su trad icin con la presencia de mot ivos extre-mos (figuras humanas realistas, cruciformes, jinetes y eleme ntos geo-mtricos) de larga pervivencia. qu e b ien podra ser hasta tiempos his-tricos.

    La probl em tica del grabado rupestre pos t-pa leo ltico (o esquem-tico) no est en modo alguno resuelta. Es preciso trab ajar mucho ms

  • en su corpus gr fico y arqueo lgico. Se hace necesario una puesta encomn de los investigadores cada un nmero reducido de aos, al esti-lo de los congresos o reuniones que o tras materias convocan tan amenudo. Y, desde mi modesto pu nto de vista, es menester un cambiode actitud del investigador ante estas manifestacion es de cara, sobretodo, a su registro final.

    Figuro 6. Arriba: Galera del Slex: Planto y algunos de los ejemplos grficos ms caracte-rsticos de su contenido artstico y arqueolgico. 1: Panel XXV; 2: Panel XXVII; 3: reticuladopintada en negra del Panel XXXVI; 4: recuadro 6 del Panel XXII -XXIV; 5: Detalledel Panel X;y 6: vaso (- 12 (eloborocin propio o partir de Apellniz y Uriborri, 1976 y Apellniz yDomingo, 1987). Aba jo: La 5010 de lo Fuente: Planto topogrfica segn G. E. E. Ycalcos delos pa neles 11 , IV (motivos 8-121y VII (motivas 7171tomados por el Equipo de Investigacindel arte rupestre de Ojo Guarea.

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    Figura 7 . Grabados rupestres esquemticos de la provincia de Jan : 1: Barra nco del Estoril; 2: Poyo de enMedio y 3: Las Pied ras Hueca s, segn cclcos de Serie Lerma y Lpez Payer, en los dos primeros , y F. J. Forteaen el tercero.

  • 7. Arte Rupestre de poca ibrica

    Bajo este ttulo, al que a ade el epgrafe explicativo Crabados COII repre-Se/llaciOlles eel/es/res, acaba de pub licar l. 1. Royo Gu illn (2004) unimportante y brillante libro (fig. 8 ), co n nuevos caicos y nu evo estudiomonogrfico de las grafas al aire libre del Puntal del To Cart illas, enPozo nd n (T eruel).

    Como es bien co nocido por los especialistas, el con junto grabadode la losa horizontal de Pozond n fue descubierto por Manuel Berges,a co mienzos de la dcada de los oc he nta, mientras llevaba a cabo exca-vacio nes arqueo lgicas en el poblado ibrico del mismo nombre ylugar. El arquelogo d io a conocer los resu ltados de su trabajo (Berges, 98 1) Y E. Ripoll (1981) , men cio nando a ste, hizo pblico, segn supropi o entende r, un croquis de caico de los grabados y su estud io pre-limi nar. Ambos, croquis y estudio prelim ina r, se convirtiero n en clsi-cos de la bibliografa especializada, sin que na die reparase en lo que elpropio investigador hab a dejad o claro: era preciso u n caico y un estu-dio ms riguroso y sistem tico de stos y de otros grabados d ispersospor los alrededo res.

    l loy, veinti trs alias despus, contamos con esta extraord inariamonografa de Royo Cuill n, auto r, po r lo dem s, habitual entre losanal istas de este tip o de mani festaciones, un tanto atern porales, tanden ostadas po r los "puristas" del arte preh istrico .

    En buen a lgica, la probl em tica de los grabados de la losa delPuntal del To Garrillas est recog ida en el apartado de los Grabadosrupestres posl-paleolticos esbozado en pginas anteriores. Sin embargo, elplantea m iento de J. 1. Royo es novedoso por valiente, po r atreverse aformular co mo tesis lo que otros tan s lo habamos formulado comohiptesis; adem s, y ese es o tro argu mento por el que deseamos incluir-lo en nuest ra com unicacin, la visi n de Royo Cuill n da explicaci na otros muchos grabados que salen as del "caj n de sastre" de la Edaddel Bronce - o de ese o tro m s ter rible, por despectivo, de "h ist rico" ode la Edad Media- para ocupar su espacio, en la protoh istoria h ispa na,y recuperar su identi dad .

    Como bien dice F. Gusi i len er en el prlogo de esta publicacin,no so n muy ab undantes las referencias bibliogr fi cas que relacionanman ifestacio nes ru pest res fechab les dentro del pri mer mi len io antes denuest ra Era, pero no s lo en las tierras o rientales de la Pennsula, co mol d ice, sino en toda su extensi n. Royo Cuill n, po r el co ntrario. nosdocumenta ahora, co n todo tipo de detalles, un a serie de manifesta-ciones en este momento cro no lgico y abre las puertas para que, almenos en aq uellos casos que plantean dud as, se revisen sus grafas, suscontextos arqueolgicos y, por q u no decirlo, las o piniones de autoremblemtico, tanto ms difciles de rectifi ca r.

  • Figura 8. Portada de Arte Rupestre de poca Ibrica, de J. 1. RayaGuillen lean diseo de Bernc t Callaoy SIAP en lomo o una imagen delos motivos centra les del Puntal del To Garrillas, en Pozo nd n. Ieruel].

    El trabajo de Royo Guilln arranca pues de un convencim iento : lanecesid ad de revisar los viejos ha llazgos. Y esta necesid ad surge notanto de las carencias de los estudios que les aco m pa aron cuanto delmayor cono cim iento actual, al que ellos mismos han cont ribu ido .

    La perd uracin -de trad icin y co ntinuidad hab lbam os nosotrosno hace mucho tiem po (C mez-Bar rcra, 1993 )- en poca ibrica degrafas esquemticas haba sido de nunciad a por o tros auto res a partirde la convivencia en un mismo pa nel pintado o grabado de estos mot i-vos de traza y aspecto esque mtico (Castillo de Mo ntfrage, en Cce res,citado por el auto r es un buen ejemp lo ) o levantinos (en la sin par Roendeis Moros de Cogul. Lleid a) con inscripciones ru pestres en alfabetosibrico, celtib rico o tart sico: pero, como bien seala el auto r en suPresentacin, nadi e la hab a aborda do en todas sus consec ue ncias.Royo Gu illn, em pe ro, es lo que hace: analizar, ten iendo co mo base losnu evos calcos y la revisin en su to talidad de la losa grabada del Puntaldel To Ca ni llas, los d iferentes conjuntos peninsulares co n arte rupes-tre que contengan escenas de equitacin asoc iadas a determinad os ele-ment os cronolg icos como seran el uso de lanzas, espadas o riendas(fi g, 9). Es el caso del Pun tal del To Ca rtillas, cierto, pero tambin eldel Barranc de l'Aguila (Xtiva-Valencia) , el de Piedra Labra (Chercos

  • ~ CUADERNOS DE~RTE RUPESTREViejo, Almena ). los del Cerro de San Isidro (Domingo Carda, Segovia),los signifi cativos del castro salmantino de Yecla de Yeltes, los enigmti-cos de la Sierra de Cuadarrarna o, en fi n, los so rianos del Barranco dela Mata. Tiermes-Sotillos de Caracena, Va lle del ro Manzanares yCa ada del Monte de Retortillo. sin olvida r Pe a del Cua rto (Learza,Navarra ) y las num erosfsimas escenas de equitacin grabadas en elgrupo galaico.

    El estud io de estos yacimientos, y an otros de la pintura levantinay esquemtica, y la contextualizacin arqueo lgica de varios yacimien-tos - co rn o el propio Punt al del To Cart illas- le permite al auto r aso-ciar a la cultura ibrica un nmero importante de grabados co n repre-sentacio nes ecuestres, al co nside rar qu e el desarroll o de aq ue lla nofue el fin de la plstica rupestre sino , en to do caso, la causa nte desutiles cambios en la mentalidad de los "art istas" rupes tres q ue, pesea ellos y con ellos, sigu iero n graba ndo o pintando, o ra en viejos san -tuarios prehist ricos otra vez ut ilizados, o ra en espacios nu evos.

    8. Final a modo de conclusin

    Los datos hasta aqu expues tos, con no ser exhaustivos - nunca lopodran ser en el marco de una exposicin como sta- son lo suficien-temente explcitos como para qu e todo el mundo pueda hacerse unaidea del valor, documen tal. histrico y artstico, de las man ifestacion esgrabadas rupestres de la Prehistor ia pen insular. No es este el lugar parahablar de horizontes, tcnicas, temticas o simb o logas. Menos anpara determina r autent icidad es crono lgicas. Se trataba de ofrecer unavisin general del grabado rupestre como manifestacin del arte pre-histrico de la Pennsula Ibrica y lejos de ofrecer un estado de la cues-ti n de cada uno de los horizon tes artsticos do nde apa rece represen-tado el grabado, nos ha parecido ms adecuado vertebrar la import an-cia que ste ha ten ido en los ltimo s diez aos de la investigaci narqueolgica peninsular. Con todo, en esta rp ida excurs in por loshitos elegidos , han queda do cuestiones impo rtantes sin aparecer qu ebien pueden achacar a la incapacidad de qui en escribe. Pero, en nues-tra defensa, cabe alegar qu e resulta imposible concretar todo cuanto ento rno al arte rupestre, en general. y al grabado, en particular, se hadicho y escrito con conoc im iento de causa .

    Un modo de so lventar esta ltima cuesti n, el que quedasen en eltintero aspectos impo rtantes po r constatar, ha querido ser minimizadopresent ando un ampl io captu lo bibliogrfico. De l puede dedu cirsela am plia produccin del llam ado Arte Megaltico, donde el grabadotiene tan impo rtante papel, deb ido sobre todo al equipo de investiga-cin de la Un iversidad de Alcal de l len ares que dirigen los profesoresBueno y Balbn. Puede extraerse, asimismo, la relevan cia de l grabado

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  • paleo ltico al aire libre, del que ya co ntamos con excele ntes monograf-as sobre Do mingo Ca rca y Foz Ca y esperamos, de un momen to ao tro, la del extraord ina rio con junto salmantino de Siega Verde. Y, en fi n,el predominio, en lo que a grab ados holocenos se refiere, del grupogalaico, elemento singu lar sin duda, muy bien estud iado en sus man i-festaciones artsticas y, como esperamos haber reflejado, punto de infl e-xin en la aplicacin del an lisis espacial a la interp retac in y explica-cin del arte rupestre en general. En medio, ent re unos y o tros y sin qu epor ello pierda catego ra arqueolgica, los grabados post-pa leo lticos oesq uemticos al ai re libre, de los que nos sentimos especialmentedefenso res; son grabados que no presentan auto ras ni cro no logas fia-bles, n i contextos arqueolgicos precisos, ni siquiera emplea n tcni casrefinadas en su ejecuci n y s, por el co ntrario, to rpes, co n pred ominiodel repiquetead o, de las incisi ones profundas y de las abrasio nes reite-radas, muchas veces recientes. Son, lo hemos dicho en algu na ocasi n,los "patitos feos " del arte rupestre y sin emba rgo, en los ltimos a os,vienen llamando la atenci n de u n gran nmero de investigad ores que,co rno nosot ros, pien san que han de ser cata logados y, si lo precisa n,estud iados de la for ma ms co rrecta posible.

    Los graba dos, co mo activida d grfica del homb re, perviven en gru-pos y co mu nidades marginales ganaderas y agropecuarias durante laprot ohistoria, co mo bien ha demostrado Royo Cuill n co n su ltimotrabajo aqu rese ado: en las soc iedades ms desar roll as de laAnt igedad Tarda, tal y co rno prueb a el estud io co lectivo de la Cuevade La Camareta (Agra m n, Hel ln -Albacete ]: ya lo largo de la EdadMed ia y buen a part e de la modernidad . En Seria, el pas to r y carab i-nero lul i n Prez l' rez, de Oce nilla. grab la co nocida Pe a del Cantodel Duro o Pe a Escrita de Oceni lla en 1878 y 1921, en un lugar sig-ni fi cativo por cuanto a poco ms de un kilmetro se encue nt ran laspintura esque m ticas de Oteruelos y a unos cua tro las de Valo nsadero .Y, por ms referencias, a ll por los ali a s cuarenta del siglo pasado co n-taba el Abad don Santiago Cmez Santacruz co rno vio grabar a pas-to res y zagales, en los muros romnicos de la erm ita de Los Mrtiresde Carray, al pie m ismo de la in mo rta l Nu rnancia, motivos simi laresa los descu b iertos por Juan Cab r por las tierras del su roeste so riano.

    Perviven cias y significados so n cuestio nes q ue envuelven lasrazones de ser de a lgunas de estas mani festaciones grabadas y q uegeneran estud ios y esfue rzos denodad os por su sign ificac i n, mas, esposibl e, que a veces no existan en ella s o tra trascendental cue sti nque la co m un icac i n, que el deseo de decir a sus convecinos queaqu, en este vall e o en esta ca ad a, estuvo un pastor co n su gana dom ientras lejos, en su cas a, su co m pa era tra a un nuevo ser almundo sin que ni el uno n i la o tra sup ieran nad a del culto a lafecundidad ni del mito del eterno reto rno .

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    Figura 9. Gra badas rupestres de poca ibrica , segn J. 1. Raya Gvillen: 1 y 2: Calcas de la s paneles I y11 del Puntal del Ta Gorrillas [Pczondn, Ie rvel]. segn Raya Gu illn . En las recua dras de la izquierda :panel I lA) y 11 [B] de las grabadas de la Cava del Barra nc de l'guila [Xtivc-Volencic] , segn M. S.Hernndez, P. Ferrer y E. C lala.

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