el gato en marruecos

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EL GATO EN MARRUECOS En la montaña, en la playa, en las medinas, en las casas, en los mercados, en los zocos, en las tiendas, en los restaurantes, en los hoteles, en las gasolineras, en los bancos, en el aeropuerto, en las comisarías, en las fronteras, en las aduanas, en las estafetas de correos, en los cajeros automáticos, dentro de cajas, entre babuchas, encima de alfombras y que quizás acabarán en el salón de tu casa, a tus pies mientras comes o en tu falda mientras saboreas un té, en la jaima, encima de la mula………ahí y en los lugares más insospechados, encontrarás gatos en Marruecos. Contrariamente a lo que le ocurre a su enemigo natural, el perro, que es considerado como un animal impuro, el gato en el Islam, está considerado como todo lo contrario. Son muchas las fabulas y leyendas que hay sobre ello, como también es bastante normal y dejándonos de romanticismos, que en muchas casas, el gato, cumpla una función, como es la caza y la busca y captura de elementos “extraños” ratas, cucarachas, escorpiones, etc. , pero centrémonos en la visión más romántica, un toque gatuno siempre va bien Según la leyenda más escuchada, Mahoma tenía una gata llamada Muezza, es bien sabido el amor que tenía el Profeta hacia los felinos. Hay un cuento muy popular que narra: "Al profeta Mahoma le encantaban los gatos. Cuenta una leyenda que en una ocasión en la que su gata favorita, llamada Muezza, se quedó dormida en sus brazos, Mahoma prefirió sacrificar su túnica, cortando la manga en la que reposaba su gata, antes que despertarla para salir. A su regreso, Muezza le agradeció el gesto que había tenido con una inclinación de cabeza y el profeta, complacido, le concedió a ella y al resto de gatos el poder de caer siempre de pie."

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EL GATO EN MARRUECOS

En la montaña, en la playa, en las medinas, en las casas, en los mercados, en los zocos, en las tiendas, en los restaurantes, en los hoteles, en las gasolineras, en los bancos, en el aeropuerto, en las comisarías, en las fronteras, en las aduanas, en las estafetas de correos, en los cajeros automáticos, dentro de cajas, entre babuchas, encima de alfombras y que quizás acabarán en el salón de tu casa, a tus pies mientras comes o en tu falda mientras saboreas un té, en la jaima, encima de la mula………ahí y en los lugares más insospechados, encontrarás gatos en Marruecos.

Contrariamente a lo que le ocurre a su enemigo natural, el perro, que es considerado como un animal impuro, el gato en el Islam, está considerado como todo lo contrario.

Son muchas las fabulas y leyendas que hay sobre ello, como también es bastante normal y dejándonos de romanticismos, que en muchas casas, el gato, cumpla una función, como es la caza y la busca y captura de elementos “extraños” ratas, cucarachas, escorpiones, etc. , pero centrémonos en la visión más romántica, un toque gatuno siempre va bien

Según la leyenda más escuchada, Mahoma tenía una gata llamada Muezza, es bien sabido el amor que tenía el Profeta hacia los felinos.

Hay un cuento muy popular que narra:

"Al profeta Mahoma le encantaban los gatos. Cuenta una leyenda que en una ocasión en la que su gata favorita, llamada Muezza, se quedó dormida en sus brazos, Mahoma prefirió sacrificar su túnica, cortando la manga en la que reposaba su gata, antes que despertarla para salir. A su regreso, Muezza le agradeció el gesto que había tenido con una inclinación de cabeza y el profeta, complacido, le concedió a ella y al resto de gatos el poder de caer siempre de pie."