el estudiante proletario nº2

Upload: wutangmember

Post on 30-May-2018

224 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/9/2019 El Estudiante Proletario n2

    1/4

    Qu buenas son las mon-

    jas, qu buenas son que

    nos llevan de excursin.

    Albergamos an la ligeraesperanza de que no fuera

    sta la actitud adoptadapor los miles de trabajado-res que participaron en laHuelga General de EuskalHerria el 29 de junio convo-cada por las centrales sin-dicales nacionalistas ELA,LAB, ESK, STEE-ELIAS,EHNE e Hiru; junto con lacentral vasca de Comisio-nes Obreras y el apoyo deCGT y CNT. En un mo-mento en el que el movi-miento obrero empieza denuevo a resurgir, un hlito

    de desesperacin recorre ala izquierda; que, tras aosde postracin, pretende so-lucionar en un da todos losfracasos acumulados deantao. Una especie deoportunismo izquierdistaest fermentando, queviene a sumarse al obre-rismo cerril, al servilismohediondo y a una crtica es-tril que no encuentra ex-presin de principios en laactuacin en la lucha delos trabajadores.

    La Huelga General de 24horas tuvo un seguimientodesigual, aunque se lleg avalores del 70% en zonascomo Bilbao. Ello no des-anim a los lderes de las

    organizaciones convocan-tes, que no dudaron en va-lorar muy positivamente la jornada de lucha que seestaba viviendo aunque al-

    gunos tuvieran la decenciade declamar por unaHuelga general estatal quesupusiera un punto de in-flexin en cuanto al retro-ceso en las conquistasobreras. Porque, pese atodo, la movilizacin conmayor seguimiento en Eus-kal Herria desde el adveni-miento de la democraciano tuvo consecuencias tan-gibles en cuanto a las con-diciones de lostrabajadores. No porque

    los objetivos no hubieransido defendidos con verda-dero ahnco, sino porquelos ataques no se centrannicamente en la clase tra-bajadora vasca; que ade-ms ha sido desviadaoportunistamente en susreivindicaciones por el ca-llejn sin salida del nacio-nalismo chovinista.

    Una movilizacin tan fo-calizada como la que vivi-mos el otro da no puedetener otro sentido que el de

    pretender ser un ejerciciode fuerza estril como lofue la convocatoria del 8 dejunio en la Huelga de fun-cionarios. A pesar de quelos nimos puedan estar

    exultantes para muchosante una declaracin de in-tenciones tal, la burguesay el Gobierno no estn he-ridos, por lo que la jornada

    se resume en un nuevopaseo militar a la bsqueda

    de absolutamente nada.Aunque de inmediato no sepueda lograr tirar un Plande Ajuste como el que est

    sobre la mesa, el que yallevemos dos Huelgas ge-nerales y que an no sehaya logrado avanzar unpice viene a postrar al tra-bajador de nuevo en la in-defensin aprendida queesas centrales sindicalesque ahora se vanagloriande su capacidad de convo-catoria cuando no es sinooportunismo lo que su ac-cin, a cada paso, expre-san.

    Los trabajadores estn vi-viendo momentos de abso-

    luto desconcierto ante losmovimientos de tablero deajedrez que la izquierdaest desarrollando a da dehoy. Primero, fueron lossindicatos nacionalistas los

    que rehusaron participar enla movilizacin de CCOO-UGT del 8 de junio. Luego,convocan por su propiacuenta una movilizacin de

    tintes independentistasmediante la cual pretendendistanciarse del resto detrabajadores del Estado es-paol, enfrentando intere-ses cuando la clase obreratiene, actualmente, unnico inters: recuperar losderechos perdidos y avan-zar en las conquistas delas conquistas polticas ysociales de la clase obrera.Yendo por separado, nues-tras fuerzas se debilitan.Cuando las siglas entran

    en juego, el desconciertose apodera de cada actode movilizacin y as no lo-gramos avanzar.

    Si la alternativa es partici-par en las movilizaciones asabiendas que nada se lo-grar o ir a trabajar paraconvertirte en un esquiroles que algo no se est ha-ciendo correctamente. Lasuperacin de la concep-cin del frente nico sindi-cal que muchos andefienden por un verda-

    dero frente nico obreroes el nico camino que nospuede llevar hacia una de-fensa de los derechos delos trabajadores. ste debeestar basado en la articu-

    lacin orgnica de las lu-chas conforme a los verda-deros intereses de la claseobrera expresados en susmximos rganos de re-

    presentacin: los consejoso asambleas obreras. Esms, la combinacin dia-lctica de este ejercicio au-toorganizativo y laformacin poltica necesa-ria es la nica garanta queposee la clase trabajadorapara lograr su suprema vic-toria frente a las condicio-nes de vida que le imponeel sistema capitalista y elorden poltico y social bur-gus.

    Este es el camino quedesde el CREE defende-mos por ser el nico queentrega a la clase obrera elpoder de decidir por smisma qu desea hacer.Pero an queda trabajo pordelante para lograr un talproceso de cambio poltico,y nuestra primera reivindi-cacin debe ser la del fo-mento de las asambleas detrabajadores en las distin-tas ramas ajenas a la crea-cin sindical, sino fruto delhermanamiento obrero

    como expresin de unascondiciones de vida simila-res y que est por encimade cualquier central sindicao partido al que se perte-nezca.

    El trabajador vasco

    ha sido desviado

    hacia el callejn

    sin salida

    del nacionalismo

    chovinista

    El Estudiante ProletarioPublicacin mensual del Colectivo RevolucionarioEspartaquista Estudiantil-CREE

    N2, julio de 2010

    Puedes ponerte en contacto con nosotros en:[email protected]

    Tambin nos encontrars en laFacultad de Comunicacin de laUniversidad de Sevilla

    Pantomimas nacionalistasCREE. Jan

  • 8/9/2019 El Estudiante Proletario n2

    2/4

    Mitos antifascistas

    No. Ciertamente, los grises no estnde vuelta; aunque pudiera parecer lo

    contrario despus del circo meditico ypoltico que hemos vivido en los ltimosmeses con el encausamiento de Gar-zn por parte del Tribunal Supremoante su investigacin sobre los desapa-recidos durante la dictadura franquista.Investigacin que, no olvidemos, nofueron llevadas adelante porque el pro-pio Juez Garzn se declar incapaci-tado para ello.

    En cualquier caso, los grupsculosde extrema-derecha que an se mue-

    ven fuera de las filas de militancia delPP (que ha ido absorbiendo a su ma-yora) no dudaron en acusar ante laJusticia al Juez por prevaricacin en lainvestigacin de las desapariciones du-rante el Franquismo. Manos Limpias,

    pseudo-sindicato fascistoide,Falange de la JONS (el par-tido del Generalsimo) y Li-bertad e Identidad pidieron20 aos de inahibilitacin

    para un Juez que quiso cu-brirse de gloria ante la ciuda-dana de izquierdas, con unejercicio digno del mayor in-ters y oportunismo.

    Aunque Falange fue apar-tada del proceso por elsesgo ideolgico que impri-mi a la formulacin de suacusacin por el Tribunal Su-

    premo; el proceso ha continuado, y suresultado inmediato ha sido una bus-

    cada polarizacin de la opinin pblicaentre aquellos a favor y en contra dela causa de Garzn; que pareciera msespartaco en la sublevacin de los es-clavos que un Juez que trabajaba en unTribunal heredero del sistema judicialfranquista y que no dud en iniciar losprocesamientos contra la IzquierdaAbertzale identificndola directamentecon ETA.

    Una muy preocupante falta de me-moria histrica en la poblacin en ge-

    neral y en los obreros en particular seconvierte en caldo de cultivo de estosespectculos circenses con los que senos pretende vender que existe unaburguesa buena y una burguesamala; cuando toda la clase burguesa

    est cortada por el mismo patrn.No es ya solamente una cuestin de

    conocer quin cay en las garras delfascismo durante el periodo de post-guerra; sino de establecer una correcta

    delimitacin de los elementos y circuns-tancias que nos llevaron a una Guerracivil presentada como oposicin (abso-lutamente falaz) entre democracia yfascismo. La recuperacin de la me-moria histrica de la clase obrera, em-pezando por esclarecer los hechosacaecidos durante la Revolucin espa-ola de 1931-37 y la Guerra Civil, es elpaso previo y necesario que debemosde lograr como forma de no dejarnosarrastrar por los elementos republica-nos burgueses a manifestaciones de

    apoyo a favor de elementos del ene-migo burgus, por mi justa que sea sucausa.

    As pues, no podemos permitir quefantoches a la altura del Gran Wyo-ming, los Bardem, Pedro Almodvar ydems se apropien de unas reivindica-ciones que nos corresponden a nos-otros como clase obrera revolucionariaque somos. No podemos permitir queesa casposa izquierda republicanahaga suyos aquellos elementos de

    identidad histrica que como clase noscorresponde slo a nosotros. De noimpedirlo, el circo meditico continuary la historia de nuestra clase se ver denuevo condenada a pernoctar entre lanebulosa de la Historia.

    Un fantasma harecorrido este curso

    acadmico los insti-tutos de educacinsecundaria obligato-ria y de bachillerato,el fantasma de Bo-lonia. Los cambiosintroducidos du-rante el presenteao no son ms quelos prolegmenosde la radical re-

    forma educativaque se implantar elcurso prximo en laUniversidad, y si poralgo se caracteriza

    la situacin generalde la conciencia es-

    tudiantil aqu en Ali-cante es por suinexistencia mayori-taria. Las dos con-v o c a t o r i a shuelgusticas se sal-daron con aproxi-m a d a m e n t edoscientas perso-nas en la primera ycien en la segunda.

    Esta cifra paup-rrima de estudian-tes se puedeexplicar fcilmente,

    basndonos entreotros motivos en la

    oposicin de loscentros concertadosy privados a la asis-tencia del alum-nado, amenazandocon sanciones si al-guien acuda ampa-rndose en esanimiedad que esdefender sus dere-chos.

    Asimismo, si algose puede dilucidardel presente curso,es que la moviliza-

    cin de los futurosperjudicados por

    Bolonia es mnima,y que sus conoci-mientos de los cam-bios que sesucedern es toda-va inferior. Las con-vocatorias deorganizaciones pro-pias, como el Forode Estudiantes deAlicante, caen en

    saco roto ante la pa-sividad manifiestadel alumnado, elmovimiento univer-sitario se despreo-

    cupa de sus futurosintegrantes, en

    lugar de promoveruna necesaria unifi-cacin de ambos; yas, el fantasma delos cambios que sesucedern el aoque viene adquiereformas cada vezms visibles y gro-tescas, que un granporcentaje de los

    estudiantes no vis-lumbrarn hastaque se den de bru-ces contra ellos.

    El momento de las luchas estudiantiles. Contribucin de un camaradaPablo L. R. Alicante

    CREE. Sevilla

  • 8/9/2019 El Estudiante Proletario n2

    3/4

    Qu somos y ququeremos es la pre-

    gunta que nos hici-mos desde el CREEel mismo da en queste fue fundado. Unnuevo partido siem-pre necesita partirde un profundo an-lisis de la situacinen la que se inscribepara poder orientarsu estrategia y tc-tica revolucionarias.

    Y si nosotros dijra-mos simplementeque la Universidadpara el hijo del traba-

    jadorestaramos re-citando un lugarcomn que nosigualara a otras co-rrientes y partidos deizquierdas que tra-bajan en la Universi-dad.

    Qu aportamosnuevo, pues? Lo pri-mero, la denfesaacrrima de la nece-sidad de la autoor-ganizacin colectivaa la vez que inde-pendiente de las ins-tituciones de losestudiantes. Enten-demos por autoorga-nizacin laformacin de Asam-bleas (de Facultad,de clase, etc.), queson el mximo orga-nismo de democra-cia estudiantil. Perohay que distanciarsemuy bien de la con-cepcin de asam-blea que tenemos

    en la actualidad,como aquella reu-nin de amigotesque se convoca decuando en cuando

    en la Facultad y enla que se planteanreivindicaciones quenuestros represen-tantes llevarn amorir a la orilla de lanegociacin burro-crtica con las ins-t a n c i a s

    universitarias en lasque trabajan.

    Reivindicamos,pues, la necesidadde fomentar activa-mente la convocato-ria de estasasambleas, organi-zadas por los pro-pios estudiantes yno por un sector mi-

    noritario que dice re-presentarnos. Porsupuesto, no pode-mos caer en la idea-lizacin de lasfuerzas que en laUniversidad actual-mente vienen a con-verger. Vivimos en elda a da de las cla-ses que nosotroscursamos; y sabe-

    mos que el varapalode Bolonia se ha en-contrado con unaabsoluta y total des-movilizacin en los

    sectores de los pri-meros cursos quenos plantea un pa-norama muy negroen cuanto a luchasreivindicativas.

    Ante esta situa-cin, nuestro partido

    considera imperanteel trabajo de agita-cin de la verdaderaarma de la revolu-cin: la formacin te- r i c o - p o l t i c a .Rechazamos sernosotros los porta-dores de una ver-dad, ya que laformacin terica nose adquiere ms

    que en la prcticarevolucionaria. Perola inexistencia (porel momento) de estaltima, conmina a unresuelto sector delos estudiantes a tra-bajar para estimularel desarrollo de laconciencia revolu-cionaria. El debateen los ms diversos

    aspectos de la reali-dad poltica, social yeconmica; el des-arrollo de grupos detrabajo de simpati-

    zantes; la propa-ganda de nuestra or-ganizacin, etc. sontodos ellos peque-os pasos que de-bemos dar conformeal objetivo que per-seguimos. En espe-cial, hacer sonar

    nuestra particularvoz en el seno de lasAsambleas (seandel tipo que sean),planteando nuestrapropia perspectiva ydando a conocer elcamino que nos pa-rece ms decidido(ante situaciones ra-dicales, actos radi-

    cales) y propicio en

    cada situacin;siendo la Asambleala que decida si es-tamos en lo cierto onuestra proposicinqueda rechazada.Recogemos as,pues, las tcticas deintervencin en elmovimiento estu-diantil y obrero queya empezaron a uti-

    lizarse desde la fun-dacin del KAPD(Partido ComunistaObrero de Alemania)y continuadas por

    nuestro partido her-mano, Corriente Co-

    m u n i s t aInternacional.Por qu adopta-

    mos esta estrategia?Porque somos losestudiantes los quedebemos decidir qucamino tomar encada situacin. ElCREE acepta estocomo su mxima, ysiempre respetar

    las decisiones toma-das porque no es re-clutamiento lo quenosotros pretende-mos; sino ser unaminora que intenteorientar la actuacindel movimiento estu-diantil a sabiendasque la formacin te-rica de nuestros mi-litantes puede

    ayudar a lograr plan-tear el camino mspropicio; fundandoigualmente nuestraintervencin en eldebate y la contras-tacin de pareceresque nos ayude atodos a perfilar posi-ciones y a tomar de-cisiones. Encualquier caso, nosomos lderes aprioride nada ni denadie; y eso es algoque debe quedarbien claro.

    Por otro lado, esprecisamente esaformacin terica dela que gozamos (na-cida de la cristaliza-

    cin de las luchasque hemos desarro-llado, pues cadamiembro provienede una determinada

    Hay necesidad de otro partido ms?Declaracin de intenciones del Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil

    CREE

  • 8/9/2019 El Estudiante Proletario n2

    4/4

    militancia) la quenos permite saberque todo movimientoestudiantil tendr unalcance parcialhasta que no se arti-cule orgnicamentecon las luchas obre-ras. Si Bolonia fra-cas fue, en parte,porque al ascensoen las luchas estu-diantiles no le co-rrespondi unascenso en las lu-chas obreras; y ser

    el momento en queambas vengan a in-terconectarse bajo elmutuo entendi-miento de los proble-mas y necesidadesde cada uno cuandopodamos afirmar, sinnimo de duda, quela Universidad para

    el hijo del obrero. Ladestruccin delpoder poltico es elpaso previo al derro-camiento del sis-tema de enseanza

    burgus.

    Hasta ese mo-mento, nuestro tra-bajo debe de irorientado hacia el in-tentar despertar enaquellos sectores enlos que no est des-pierta, la concienciade que la alieana-cin del trabajadoren su puesto es an-loga a nuestra for-macin burguesa yborreguil. El orden

    social burgus im-pone la enajenacindel trabajo humanoal tiempo que nosforma para estar, enun futuro, mejor pre-parados para sermejor explotados.

    Socialismo o bar-

    barie son las dosnicas posibilidadesque tiene ahoramismo el ser hu-mano. Ante el co-lapso final del

    sistema que esta-mos viviendo, la res-puesta obrera es lanica salida posible.Y el estudiante debede estar a su lado enla barricada. Decumplirse esto, po-dramos afirmar muyorgullosamente queel CREE ha cum-plido su objetivo.

    Carta de apoyo de los camaradas de Corriente ComunistaInternacionalEstimados compaeros:

    Hemos recibido el primer n-mero de vuestra publicacin ELESTUDIANTE PROLETARIO, yante todo queremos saludar vues-tro trabajo que, como decs, reflejaclaramente un esfuerzo de luchapor la unidad del proletariado:Somos un partido poltico, ungrupo revolucionario estudiantilque defiende la necesidad de arti-

    cular las reivindicaciones de losestudiantes con las de los trabaja-dores sobre la base de una mutuacomprensin de los problemas yuna accin conjunta y radical.Hemos visto en estos ltimos aosno slo en Espaa, sino tambin anivel internacional, como las lu-chas de los estudiantes tienden aconfluir con la de la clase trabaja-dora, siendo esto reflejo de que un

    porcentaje mayoritario de estu-diantes forman parte del proleta-riado y sufren y sufrirn todas laspenurias y ataques brutales del ca-pitalismo moribundo y en descom-posicin.

    Sobre el anlisis que hacis dela Huelga del 8 de junio estamosbsicamente de acuerdo. Los sin-dicatos (que desde la PrimeraGuerra Mundial forman parte delestado capitalista, desde los ma-yoritarios hasta los ms radicales)han maniobrado para plantear unahuelga a los funcionarios en elaislamiento que no sirve paranada, o bien que se queden en su

    rincn, rumiando su indignacin.Adems han sembrado la semillade la divisin dejando solos a lostrabajadores pblicos tratando deenfrentarlos al resto de la clase tra-bajadora. Como decs estamos vi-viendo los ataques ms brutales alas condiciones de vida y trabajode los trabajadores de los ltimoscincuenta aos, y en el seno de laclase obrera se desarrolla una

    toma de conciencia, que aunquedifcil y dolorosa, va cristalizandoque la nica salida verdadera a labarbarie a la que nos lleva esta so-ciedad moribunda es la revolucincomunista. Estas reflexiones si

    bien todava son minoritarias ex-presan sin embargo una toma deconciencia ms profunda, y quecomo la historia ha demostrado esel germen de luchas ms masivasy la huelga de masas (as lo ana-liz Rosa Luxemburgo en su estu-dio sobre la Revolucin Rusa de1.905: Huelga de masas, partidoy sindicatos).

    Dado el inters que a nuestro

    juicio tienen vuestros anlisis, convuestro permiso vamos a publicaren nuestra pgina web el artculoAnlisis sobre la Huelga del 8 dejunio.

    Esperamos que sigis con vues-tra publicacin y saquis muchosms nmeros para contribuir a lareflexin y al debate tan necesariopara el desarrollo de la toma de

    conciencia, tanto entre las mino-ras politizadas como de forma ge-neral en la clase obrera.

    SALUDOS COMUNISTAS. CCI

    Somos un partido poltico, un grupo revolucionarioestudiantil que defiende la necesidad de articular lasreivindicaciones obreras y estudiantiles sobre labase de una mutua comprensin de los problemas

    y una accin conjunta, decidida y radical.Somos herederos de las grandes luchas obrerasy estudiantiles de la Historia, tomando frente a ellasuna postura crtica que nos permite aprender de susaciertos y sus errores. Desde la Comuna de Parshasta las movilizaciones contra Bolonia, todo lo que

    consideramos herencia genuina de la lucha obrera.

    Somos revolucionarios que pese a la escasez n-merica de sus fuerzas no se consideran ni una sectani un grupsculo. La solidez de nuestra posicin esnuestra mayor arma, por ello no pedimos que nadiemilite con nosotros; pero s que todos participemos

    en los verdaderos rganos de poder obrero y estu-diantil: los consejos o asambleas.

    Participamos en las asambleas y consejos apor-tando nuestro enfoque, fomentamos su creacin.Estos rganos son la antesala de la futura gestin

    poltica y social de la sociedad comunista, as comoexpresin del verdadero ejercicio de la democraciacomunista.

    Somos marxistas revolucionarios antiautoritarios.Comunistas, espartaquistas. Trabajadores y estu-diantes dispuestos a todo por la emancipacin

    obrera internacional. Somos radicales en la medidaen que situaciones radicales exigen actuaciones fir-mes y decididas.

    Reconocemos el frente nico obrero como expre-sin superior de la organizacin obrera; basada, pre-cisamente, en los consejos obreros y asambleas.

    QU SOMOS?