el estado de naturaleza . - red de revistas científicas ... · el estado de naturaleza. la...

Click here to load reader

Upload: truongthuy

Post on 24-Sep-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Utopa y Praxis Latinoamericana

    ISSN: 1315-5216

    [email protected]

    Universidad del Zulia

    Venezuela

    Castilla Urbano, Francisco

    El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    Utopa y Praxis Latinoamericana, vol. 6, nm. 13, junio, 2001, pp. 86-106

    Universidad del Zulia

    Maracaibo, Venezuela

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27901305

    Cmo citar el artculo

    Nmero completo

    Ms informacin del artculo

    Pgina de la revista en redalyc.org

    Sistema de Informacin Cientfica

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/revista.oa?id=279http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27901305http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=27901305http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=279&numero=880http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27901305http://www.redalyc.org/revista.oa?id=279http://www.redalyc.org

  • El Estado de naturaleza.

    La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    The State of Nature.

    The Primitive Community of Marxist Philosophy

    Francisco CASTILLA URBANO

    Universidad de Alcal de Henares. Madrid, Espaa

    ARTCULOS Y ENSAYOS

    Utopa y Praxis Latinoamericana Ao 6. N 13 (Junio, 2001). Pp. 86-106

    Recibido: 23-01-2001 Aceptado: 07-04-2001

    RESUMEN

    Marx llev a cabo un tratamiento del esta-do originario de la humanidad que contina la tra-dicin ilustrada y utpica, pero con un cambio enlos contenidos asignados al mismo; de su anlisisdesaparece la concepcin del hombre como seraislado, la escasa atencin a la produccin mate-rial y la visin empobrecedora que la economapoltica tena del ser humano. El resultado es unaantropologa filosfica en la que la denuncia de laenajenacin del trabajo y la explotacin comoproducto del capitalismo deja entrever lo que se-ran las relaciones del hombre con otros hombresy con la naturaleza se si dieran, superando su sim-plismo e ingenuidad, las condiciones del comu-nismo primitivo.Palabras clave: Marx, estado de naturaleza, an-tropologa filosfica.

    ABSTRACT

    Marx carried out a treatment of the origi-nal state of humanity which follows the illustra-ted and utopian tradition, but including a changein the contents assigned to it; the idea of the manas a isolated being, the small attention to materialproduction and the poor view economy hadabout the human being disappear in his analysis.As a result of this a philosophical anthropologyin which the denunciation of work alienation andexplotation as a product of capitalism allows toguess what the relationship among humans andbetween humans and nature would be like if,overcoming its simplicity and ingenousness, theconditions of early communism existed.Key words: Marx, state of nature, philosophicalanthropology.

  • 1. LA TRADICIN DEL ESTADO DE NATURALEZA HASTA MARX

    La idea segn la cual, al principio de los tiempos, existi un estado de naturaleza enel que todos los seres humanos eran iguales en posicin y riqueza, un estado en el que nadieera explotador ni explotado, y en el que la autosuficiencia, la comunidad de bienes y la ayudamutua eran caractersticos, hunde sus races en la Antigedad clsica. Tanto la literatura grie-ga (Platn, los estoicos), como la latina (Ovidio, Virgilio, Luciano, Sneca, etc.), se han he-cho eco a menudo de las maravillas de las que gozaron los hombres en aquella edad de oro.

    El cristianismo adopt esta ficcin, que se apresur a conciliar con el mito de la ca-da; en los pensadores escolsticos este compromiso se puso al servicio de una teora de lasociedad en la que cualquier cambio en la vida cotidiana era visto como una perturbacin y,por tanto, era observado con desconfianza1. Slo a partir del siglo XVII, se modificara laconsideracin del estado de naturaleza bien para negar su excelencia, como en el caso deHobbes, bien para reconvertirlo en un estado del que en cualquier caso era deseable salir,como ocurra en el pensamiento de Locke2.

    Tal vez la distinta valoracin y contenidos atribuidos al estado de naturaleza por par-te de Hobbes, Locke, Rousseau, etc., fuera definitiva para determinar su destino. Hume cri-ticar tanto su uso, como el contrato al que da lugar3, y laFilosofa del derecho de Hegel re-probar sus supuestos y consecuencias: la igualdad es un ideal moral que difcilmente sepuede conciliar con la realidad4, el contrato social es una ficcin que no puede dar lugar al

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 87

    1 F. Castilla Urbano, El concepto de estado de naturaleza en la escolstica espaola de los siglos XVI yXVII, en Anuario de Filosofa del Derecho (Madrid), XII, 1995, pp. 425-445.

    2 F. Castilla Urbano, Una teora del origen y desarrollo de la sociedad: el estado de naturaleza en John Locke,en S. Vegas, dir. (Seminario de Actualizacin Filosfica), En torno al Segundo Tratado del Gobierno Civilde John Locke. MEC-CEP. Alcal de Henares, 1994, pp. 135-163.

    3 D. Hume, Del contrato original, en Ensayos polticos. Estudio preliminar de J. M. Colomer. Trad. de C. A.Gmez. Tecnos. Madrid, 1987.

    4 G. F. Hegel, Filosofa del Derecho. U.N.A.M., Mxico, 1975, Primera parte, parg. 49, pp. 69-70: La exi-gencia a veces planteada de la igualdad en la distribucin de la tierra o, tambin, de toda riqueza existente, esun concepto intelectualista, tanto ms vaco y superficial en cuanto que en esta particularidad se reintroduceno slo la contingencia externa, natural, sino tambin toda la amplitud de la naturaleza espiritual en su infinitasingularidad, como en su razn desenvuelta como organismo.No se puede hablar de injusticia de la naturaleza en la desigual reparticin de la posesin y de la riqueza,puesto que la naturaleza no es libre y, en consecuencia, no es ni injusta ni justa. Que todos los hombres debentener lo necesario para sus necesidades es, en parte, un deseo moral y, expresado con esa indeterminacin,ciertamente bien intencionada; pero, como la simple buena intencin en general, nada objetivo; y, en parte, lonecesario es algo distinto de la posesin y pertenece a otra esfera: la Sociedad Civil".

  • Estado ni explicar el poder del prncipe5, y en el estado de naturaleza no se puede conside-rar que exista la autntica libertad6.

    Aunque no puede negarse validez a muchas de estas crticas, no es menos cierto quealgunas de ellas parecen en exceso unilaterales. Por lo pronto, para rechazar lo que preten-da ser el centro de sus ataques, debera bastar con recordar que no todos los que hablarondel estado de naturaleza creyeron en su realidad7. Pero, adems, lo que se quiso sealar conesta idea en la mayor parte de las ocasiones fue, primero, la posibilidad de soar la utopa,aquello que, sin ser ahora, fue o pudo haber sido y, en consecuencia, podra llegar a ser denuevo. En segundo lugar, y tal vez ms importante, la idea tena el suficiente carcter nor-mativo como para legitimar cualquier modo de vida posterior, de ah las distintas formasque adopta segn quien la utilice. En cualquier caso, una constante de la idea de estado denaturaleza es que todo lo que ha de ser est prefigurado en el mismo: la maldad o la bondadde los hombres, la de la sociedad y la de sus tendencias e ideales, as como la configuracinque ha de adoptar el estado y la distribucin del poder en funcin de aquellos. Desde estepunto de vista, el estado de naturaleza es en muchas ocasiones sinnimo de estado desea-ble, justo y antiguo, pero sobre todo es fundamento de cuanto viene despus8.

    La estrategia de situarlo en el pasado obedece tambin a la propia forma de la persua-sin poltica que busca beneficiarse de la autoridad de lo que fue, del prestigio de los orge-nes. En la misma medida que muchos movimientos dentro de la Iglesia buscan presentarsecomo un retorno al cristianismo primitivo, o la Revolucin Francesa quiso ser una recupe-racin del espritu romano y de algunas de las virtudes republicanas, ciertas concepcionesdel estado de naturaleza buscaban mostrar un comunismo en el que la ausencia de propie-dad privada y el trabajo social fueran la base de una nueva forma de vida.

    Francisco CASTILLA URBANO88 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    5 Ibdem, parg. 75, pp. 91-92: Bajo el concepto del contrato, por consiguiente no puede ser colocado elmatrimonio;...[...]... Tanto menos la naturaleza del Estado queda dentro de la relacin contractual, o sea el Es-tado considerado como un contrato de todos con todos, o como un contrato de esos todos con el gobierno ocon el prncipe. La intromisin de estas cuestiones, como tambin de las referentes a la propiedad privada engeneral en la relacin estatal, ha producido en el Derecho Pblico y en la realidad las ms grandes confusio-nes. Como en los perodos primitivos, los derechos y los deberes del Estado han sido considerados y afirma-dos como inmediata propiedad privada de individuos particulares, frente al derecho del prncipe y del Estado;as, en una poca reciente, los derechos del prncipe y del Estado han sido considerados como objetos de con-trato y fundados sobre l, como cosa simplemente comn de la voluntad y como un algo derivante del albe-dro de los asociados en un Estado. Si, de una parte, los dos puntos de vista son distintos, tienen de comn elhaber transportado las determinaciones de la propiedad privada a una esfera que por su naturaleza es comple-tamente diversa y ms elevada. Vase, asimismo, el parg. 258 de la Tercera parte.

    6 Ibdem, Tercera parte, parg. 194, pp. 202-3: La concepcin por la cual el hombre vivira en libertad respec-to a las necesidades en un llamado estado de naturaleza, en el cual slo tuviese las llamadas meras necesida-des naturales y aprovechase para su satisfaccin los medios slo como se los concede directamente una natu-raleza accidental (an sin tener en cuenta el momento de la deliberacin que reside en el trabajo), es una opi-nin falsa; porque la necesidad natural como tal y su inmediata satisfaccin sera solamente el estado de la es-piritualidad sumergida en la naturaleza; en consecuencia, de la ignorancia y de la no libertad; y la libertad re-side nicamente en la reflexin de lo espiritual en s, en su distincin de lo natural y en su reflexin sobreesto.

    7 J. J. Rousseau, Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. Tecnos. Ma-drid, 1995, p. 111: no es empresa ligera la de separar lo que hay de original y de artificial en la actual natura-leza del hombre y conocer bien un estado que ya no existe, que quiz no ha existido, que probablemente noexistir jams y del cual, sin embargo, es necesario tener nociones ajustadas a fin de juzgar con exacti tud denuestro estado presente.

    8 P.-F. Moreau, Naturaleza, cultura, historia, en F. Chtelet y G. Mairet (Eds.), Historia de las ideologas. Delos faraones a Mao. Akal. Madrid, 1989, p. 442.

  • Esta alternativa es la que adoptaron algunos igualitaristas de finales del siglo XVIII,como Babeuf, y los llamados socialistas utpicos del siglo XIX. A diferencia de los prime-ros, muchos de estos ltimos adquirieron conciencia de la inevitabilidad de los cambios in-troducidos por el desarrollo tcnico; en consecuencia, en vez de idealizar el regreso a unaArcadia feliz y primitiva, se apresuraron a separar la expansin industrial de la explotacineconmica y de los privilegios que implicaba. Su objetivo era conseguir una sociedad msjusta y feliz mediante el incremento de la produccin y el reparto de la riqueza resultante delindustrialismo9.

    Hombres como Robert Owen en Inglaterra y Claude Henri de Saint-Simon en Fran-cia buscaron subordinar el nuevo sistema industrial al inters general de la sociedad. Suoposicin al capitalismo ms o menos salvaje de la poca no fue obstculo para que admi-tieran las ventajas asociadas a la industria como base del nuevo modo de produccin10. Enesta misma lnea de reflexin sobre el crecimiento de la industria se encontraban otros so-cialistas utpicos como Fourier y Cabet. Este ltimo, por ejemplo, defenda la colectiviza-cin de la tierra como base fundamental de su nuevo cristianismo, en el que basaba su Ica-ria; pero, a diferencia de los soadores ilustrados que le precedieron, su comunismo no eraajeno al maquinismo: propona la creacin de grandes fbricas y la amplia utilizacin demaquinaria11.

    En este contexto hemos de situar a Marx; ste concibi la historia como el paso deuna sociedad sin clases a una sociedad dividida en clases, que el comunismo vendra, a suvez, a derribar. Desde esta perspectiva, supo ver en la idea de estado de naturaleza lo quehaba de intento de recuperar y recrear las virtudes primitivas, a la vez que, como pensadorposterior en el tiempo e intelectualmente superior a los ilustrados y utopistas, era conscien-te de la ingenuidad implcita en la idea:

    Una ficcin corriente del siglo XVIII vea el estado natural como el verdadero es-tado de la naturaleza humana. Los hombres deseaban ver la idea del hombre consus propios ojos, y por lo tanto crearon los hombres naturales, Papagenos, cuyamisma piel emplumada expresaba su candor. En las ltimas dcadas del sigloXVIII se sospech que los pueblos primitivos posean la sabidura original, y sepoda or a los cazadores de aves imitar por todas partes la cancin del iroqus odel indio, en la creencia de que por esos medios sera posible capturar a las avesmismas. Todas estas excentricidades se basaban en la idea correcta de que las con-diciones groseras son retratos ingenuos, por as decirlo a la manera holandesa, decondiciones verdaderas12.

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 89

    9 G. Babeuf, H. de Saint-Simon y otros, Socialismo premarxista. Ed. de P. Bravo Gala. Tecnos. Madrid, 1998.

    10 F. E. Manuel y F. P. Manuel, El pensamiento utpico en el mundo occidental. III. La utopa revolucionaria yel crepsculo de las utopas (siglo XIX-XX). Taurus. Madrid, 1981, caps. 25 y 28.

    11 A. L. Morton, Las utopas socialistas. Ed. Martnez Roca. Barcelona, 1970, p. 135.

    12 K. Marx, Manifiesto filosfico de la escuela histrica del Derecho (1842). Tomo la cita de la introduccin deE. J. Hobsbawm a K. Marx, Formaciones econmicas precapitalistas. S. XXI. Mxico, 1992, p. 49 nota.

  • La actitud de Marx hacia ese estado primigenio no fue, sin embargo, unvoca. Poruna parte, siempre dio por supuesta la existencia de un comunismo primitivo; por otra par-te, no era partidario de equipararlo con el comunismo futuro que defenda en sus escritos.De un lado, critic lo que haba de envidia y falta de reflexin en la concepcin igualitariadel comunismo; de otro lado, apreci lo que consider restos del comunismo originario enalgunas formas productivas de su tiempo porque podan constituir un punto de apoyo paraanticipar la revolucin. Tambin reproch a los socialistas utpicos la ingenuidad de susplanteamientos, pero sus escasas descripciones de la futura situacin del hombre bajo el co-munismo no revelan menos candor. Por ltimo, pero no menos importante, a pesar de sucriticismo hacia los que, segn l, pretendan instaurar el comunismo primitivo en su po-ca, dedic partes importantes de sus escritos a tratar del origen, caractersticas y desarrollode las sociedades primitivas y, durante los ltimos aos de su vida, se dedic a leer yacumular informacin sobre ellas.

    2. EL ESTADO DE NATURALEZA EN LOS MANUSCRITOS

    Tal vez convendra comenzar a analizar estos planteamientos a partir de los Manus-critos de economa y filosofa (1844), inditos en vida de su autor. Marx critica en ellos laconcepcin del trabajo y de la propiedad privada de Proudhon, Fourier, Saint-Simon, Ca-bet, etc. Su opinin es que estos autores vieron en la propiedad privada el origen de los ma-les que afectaban al trabajador. Alguno de ellos, como Proudhon, equipar la propiedadprivada al capital, de manera que puso la solucin de los males del proletariado en la supe-racin de aqul. Otros, como Fourier y Saint-Simon, insistieron en la existencia del trabajono libre como la consecuencia nociva ms importante de la propiedad privada; bastara, portanto, con modificar la forma que adopta el trabajo para que mejorara la situacin del traba-jador. Como se declarar en El manifiesto comunista, para conseguir sus objetivos, estossocialistas burgueses y utpicos, entre los que cabe contar a los economistas, a los filn-tropos, a los humanitarios, a los promotores de la mejora de la situacin de las clases traba-jadoras, a los organizadores de la beneficencia, a los miembros de la sociedad protectora deanimales, fundadores de asociaciones en pro de la frugalidad y a los ms pintorescos refor-madores de va estrecha, pero que Marx ejemplificar en la Filosofa de la miseria deProudhon13, recurrieron a soluciones parciales, poniendo sus esperanzas en reformas ad-ministrativas o acciones filantrpicas en las que la buena voluntad de las clases poltica oeconmicamente privilegiadas deba desempear un papel fundamental.

    Sin embargo, la crtica que ms nos interesa de las que se llevan a cabo en los Manus-critos, es la del comunismo de los que, como Cabet, pretenden una vuelta al supuesto igua-litarismo primitivo. Marx identifica este comunismo con la propiedad privada general;considera que, lejos de contribuir a desarrollar la personalidad del hombre, la niega. Dosson las causas fundamentales de esta negacin: por una parte, la dependencia de este comu-nismo de la propiedad material, que le hace desconfiar y rechazar lo que, como el talento ylas habilidades personales, no puede ser compartido y sometido a la posesin fsica inme-diata. Por otra parte, su insistencia en hacer de la propiedad privada una propiedad generalconduce a este comunismo a una comprensin degradada de las relaciones humanas; statiene su mejor expresin en su propuesta de sustituir el matrimonio por la comunidad de las

    Francisco CASTILLA URBANO90 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    13 K. Marx y F. Engels, El manifiesto comunista . Ed. de A. Sanjun. Alhambra. Madrid, 1997, pp. 93-94.

  • mujeres. En ambos casos, el comunismo grosero e irreflexivo muestra sus limitaciones ha-ciendo de la envidia general y el deseo de nivelacin14, el sustitutivo de la competencia ca-pitalista. Desde estas premisas es fcil comprender que en esta forma de comunismo hayms de degradante y de alienacin generalizada que de liberacin. La contradiccin entreeste comunismo y el intento marxista de eliminar la alienacin, queda bien reflejada en laspropias palabras de Marx:

    Lo poco que esta superacin de la propiedad privada tiene de verdadera apropia-cin lo prueba justamente la negacin abstracta de todo el mundo de la educaciny de la civilizacin, el regreso a la antinatural simplicidad del hombre pobre y sinnecesidades, que no slo no ha superado la propiedad privada, sino que ni siquieraha llegado hasta ella15.

    Por tanto, los Manuscritos ponen de manifiesto una crtica del estado de naturalezaentendido como comunismo originario. La reivindicacin que llevan a cabo los partidariosde este comunismo se considera ajena al hombre real (con su educacin y su grado de civili-zacin); pretenden sustituir sus necesidades reales, fruto de una situacin concreta, por unser que carece de las mismas, y que por ello mismo resulta abstracto y situado en unas con-diciones de vida irreales. Una superacin de la propiedad privada basada en estas caracte-rsticas slo puede ofrecer pobreza y limitaciones.

    Frente a este comunismo grosero, Marx propone un comunismo capaz de superar lapropiedad privada no por s misma, sino en cuanto consecuencia de la alienacin del hom-bre; no en vano, aunque la propiedad privada aparece como fundamento, como causa deltrabajo enajenado, es ms bien una consecuencia del mismo16. Para superar la alienacindel hombre es necesario dejar de lado el primitivismo caracterstico de este estado origina-rio, que Marx considera una abstraccin de las autnticas condiciones de vida del hombre,y asumir toda la riqueza de la evolucin humana hasta el presente17. El objetivo marxistano se centra en conseguir la nivelacin general, el comunismo es la forma necesaria y elprincipio dinmico del prximo futuro, pero el comunismo en s no es la finalidad deldesarrollo humano, la forma de la sociedad humana18; lo que se trata de lograr es la apro-piacin de la esencia humana, convirtiendo al hombre en un autntico ser social.

    Marx identifica esta situacin en la que efectivamente se producir la superacin posi-tiva de la propiedad privada y de la autoalienacin del hombre como una reconciliacin delhombre con la naturaleza. Lo que quiere expresar con ello es que en la sociedad donde tengalugar este acontecimiento, la conducta natural del hombre se hace humana, mientras que la

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 91

    14 De hecho, la indiferencia era la actitud de Marx ante la igualdad. Vase, A. Wood, Marx and equality, en J.Roemer, ed.,Analytical Marxism.C.U.P./Editions de la Maison des Sciences de lHomme. Cambridge/Pars,1986, p. 284: Pienso que es bastante dudoso que Marx considerase la igualdad social como algo bueno odeseable para su propia causa.

    15 K. Marx, Manuscritos: economa y filosofa. Ed. de F. Rubio Llorente. Alianza Ed., Madrid, 1995, pp. 141-142.

    16 Ibdem, p. 116.

    17 Ibdem, p. 143.

    18 Ibdem, p. 156.

  • expresin de su naturaleza (humana) adquiere carcter natural. As entendido, el comunis-mo resuelve el conflicto entre el hombre y el hombre, entre esencia y existencia, entre obje-tivacin y autoafirmacin, entre libertad y necesidad, entre el individuo y la especie.

    La superacin positiva de la propiedad privada supone la superacin de cualquiertipo de enajenacin, de manera que el hombre recobrar su existencia humana, y por esomismo, social. Este retorno a la autntica humanidad del hombre es fruto de un proceso realque tiene, a la vez, su resultado y punto de partida en la accin humana19. En este proceso,la propiedad privada es considerada por Marx como una necesidad histrica que ha cum-plido la funcin que le corresponda: la vida humana necesitaba de la propiedad privadapara su realizacin como ahora necesita la supresin y superacin de la propiedad priva-da20. La necesidad de la propiedad privada la asocia Marx a la creacin de riqueza quepropicia, y su superacin permitir el disfrute general de la misma: El sentido de la propie-dad privada -desembarazada de su enajenacin- es la existencia de los objetos esencialespara el hombre, tanto como objeto de goce cuanto como objeto de actividad21. Desde estasituacin, la esencia y la vida humanas dejarn de ser concebidas exclusivamente en elsentido de laposesin, del tener22. Al igual que la propiedad privada, tambin la industriay las ciencias naturales han cumplido su finalidad histrica: ambas han servido para com-pletar la deshumanizacin del hombre pero, al transformar la vida humana, han preparadoel camino para su emancipacin23.

    En definitiva, el panorama que nos muestran los Manuscritos es el de una sociedaden la que la armona del hombre con la naturaleza y con su devenir debern permitir susti-tuir lariqueza y la miseria que legitima la Economa Poltica por el hombre rico y la ricanecesidad humana24. Por las declaraciones de Marx podemos suponer que en esa socie-dad autntica la satisfaccin de las necesidades humanas sera total, hasta el punto de con-vertir el sufrimiento del hombre, humanamente entendido, en un goce propio del hom-bre25; asimismo, desapareceran los conflictos humanos, tanto los sociales como los indi-viduales, y la efectividad de los vnculos sociales garantizara el placer a todos los hombres.Este placer, por otra parte, ser distinto del que obtiene el capitalista mientras impera la in-dustria burguesa26; no estar dado en trminos econmicos, ni ser un placer calculado,sino un goce integral. Desde esta perspectiva, se puede decir que la perfeccin moral de los

    Francisco CASTILLA URBANO92 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    19 Podemos ver una ejemplificacin de este proceso en los propios Manuscritos (ed. cit., p. 165): Cuando losobreros comunistas se asocian, su finalidad es inicialmente la doctrina, la propaganda, etc. Pero al mismotiempo adquieren con ello una nueva necesidad, la necesidad de la sociedad, y lo que pareca medio se ha con-vertido en fin. Se puede contemplar este movimiento prctico en sus ms brillantes resultados cuando se venreunidos a los obreros socialistas franceses. No necesitan ya medios de unin o pretextos de reunin como elfumar, el beber, el comer, etc. La sociedad, la asociacin, la charla, que a su vez tienen la sociedad como fin,les bastan. Entre ellos la fraternidad de los hombres no es una frase, sino una verdad, y la nobleza del hombrebrilla en los rostros endurecidos por el trabajo.

    20 Ibdem, p. 175.

    21 Ibdem, p. 177.

    22 Ibdem, p. 147.

    23 Ibdem, pp. 151-152.

    24 Ibdem, p. 153.

    25 Ibdem, p. 148.

    26 Ibdem, p. 168.

  • hombres en el estado de naturaleza que tanto reproch haber imaginado a los autores del si-glo XVIII es proyectada por Marx en el futuro prximo.

    As, el humanismo de Marx en los Manuscritos puede ser entendido como el resulta-do de una antropologa filosfica cuyo supuesto principal, la alienacin del hombre, es ana-lizado en las condiciones que se dan dentro de la economa capitalista27. Marx pretende conello denunciar la idea del hombre, la filosofa, implcita en la Economa Poltica (esa Eco-noma Poltica que parte del hecho de la propiedad privada, pero no lo explica28). Noobstante, los orgenes de esta alienacin parecen darse por supuestos por Marx y no son ob-jeto de un examen detallado. Hay que esforzarse en entresacar algunos breves prrafos parapoder aproximarnos a lo que parece ser una intuicin bsica: la alienacin no existi hastaque se produce la dominacin de la tierra como un poder extrao sobre los hombres29,que en los Manuscritos se ejemplifica en el orden feudal. Antes de esa desposesin, el hom-bre no se siente alienado: El salvaje en su caverna (este elemento natural que se le ofreceespontneamente para su goce y proteccin) no se siente extrao, o mejor dicho, se sientetan a gusto como un pez en el agua30. Slo en una sociedad organizada sobre la base de lapropiedad privada y un trabajo deshumanizado y deshumanizador, el hombre siente esa ca-verna como un elemento hostil; a esa situacin corresponde la sociedad civilde los econo-mistas en la que el hombre slo es concebido como conjunto de necesidades y como mediopara el resto de los hombres31.

    No hay, por tanto, en Marx rechazo del estado originario del hombre como un estadode cierta, aunque no plena, felicidad. Cuando rechaza el estado de naturaleza su crtica sedirige, por una parte, hacia quienes lo manipulan, hacia los tericos de la Economa Polti-ca, que se sirven del mismo como origen y fundamento de una forma de vida acorde con suideologa. Marx es concluyente al respecto:

    No nos coloquemos, como el economista cuando quiere explicar algo, en unaimaginaria situacin primitiva. Tal situacin primitiva no explica nada, simple-mente traslada la cuestin a una lejana nebulosa y griscea. Supone como hecho,como acontecimiento, lo que debera deducir, esto es, la relacin necesaria entredos cosas, por ejemplo, entre divisin del trabajo e intercambio32.

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 93

    27 Ibdem, pp. 47-48: en el presente escrito slo se toca la conexin de la Economa Poltica con el Estado, elDerecho, la Moral, la Vida civil, etc., en la medida en que la Economa Poltica misma, ex profeso, toca estascuestiones.

    28 Ibdem, p. 104.

    29 Ibdem, p. 98; asimismo, p. 139: la propiedad territorial es la primera forma de la propiedad privada.

    30 Ibdem, pp. 165-166; ms radical en el ejemplo del samoyedo, pp. 60-61: El samoyedo, reducido a su aceitede pescado y a sus pescados rancios, no es pobre porque en su cerrada sociedad todos tienen las mismas nece-sidades. Pero en un estado que va hacia delanteque, por ejemplo, en un decenio ha aumentado su produccintotal en relacin a la sociedad en un tercio, el obrero que gana ahora lo mismo que hace diez aos no est ni si-quiera tan acomodado como antes, sino que se ha empobrecido en una tercera parte.

    31 Ibdem, p. 169; la consideracin negativa de la sociedad civil, como lugar donde se produce la alienacin delhombre, probable fruto de la influencia hegeliana (Filosofa del derecho, parg. 182 y ss.), se mantiene en losElementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse): vase la cita de la Introduc-cin reproducida ms adelante.

    32 Ibdem, p. 105.

  • Por otra parte, reprocha a los socialistas utpicos la cada en el anacronismo, la con-versin de esta forma de vida originaria en un ideal vlido para su poca, haciendo abstrac-cin de las nuevas condiciones existentes. Por el contrario, Marx concibe la historia de lahumanidad desde el estado de naturaleza primitivo hasta su tiempo, como un proceso de de-gradacin moral y social de la especie humana. Desde los tiempos de la comunidad primiti-va, los hombres han ido perdiendo su propio ser. El punto ms bajo de este proceso lo cons-tituye la sociedad capitalista. Sin embargo, esta negacin de la humanidad del hombre es-conde la semilla de su futura humanizacin, que no supondr una vuelta al principio de lostiempos, sino que tendr lugar en condiciones mucho ms favorables que en ninguna otrapoca de la historia porque se beneficiar de la riqueza generada por el capitalismo.

    3. El ESTADO DE NATURALEZA HASTA LOS GRUNDRISSE

    Con distinta terminologa, profundizando en algunas ideas y desarrollando formasde anlisis mucho ms precisas, la enajenacin del hombre bajo el capitalismo ocuparsiempre el centro de la atencin de Marx, pero slo en escritos posteriores a los Manuscri-tosdedicar mayor atencin al proceso por el que esta alienacin tiene lugar originalmente;asimismo, tratar de vincular las distintas formas que adopta la propiedad con la divisindel trabajo que se produce en cada sociedad. As, enLa ideologa alemana (1845-46) se es-tablece una primera forma de propiedad comunal, de la tribu, que corresponde a la fase in-cipiente de la produccin en que un pueblo vive de la caza y la pesca, de la ganadera o, a losumo, de la agricultura33, en cuyo caso es necesario que exista una gran cantidad de tierrassin cultivar. La familia es la base productiva de esta sociedad, de forma que la divisin deltrabajo no es ms que la prolongacin de la existente en la misma; la estructura social cons-tituye tambin la ampliacin de aqulla: a la cabeza de la tribu figuran los patriarcas, des-pus los miembros de la tribu y finalmente los esclavos. La esclavitud, por otra parte, va au-mentando conforme se incrementan la poblacin, las necesidades, el intercambio exterior ylas guerras.

    Tras esta forma primitiva se distinguen el mundo antiguo con propiedad comunal yestatal; el feudalismo caracterizado por los estamentos, la existencia de gremios y la pro-piedad de la tierra y, finalmente, el capitalismo. Todas estas formas de sociedad tienen suorigen en la capacidad productiva de la que dispona la especie humana en cada etapa. Loque nos interesa no es su desarrollo a partir de la comunidad tribal, sino que, a diferencia delasocial estado de naturaleza de los pensadores burgueses, Marx y Engels no dejan de subra-yar el carcter social de los individuos: es en la familia y sometidos a relaciones comunita-rias, donde los hombres desarrollan su existencia. Slo con la mejora de los instrumentosde produccin se acenta la divisin del trabajo, base fundamental de la desigualdad encada tipo de sociedad. All donde la divisin del trabajo es menor, por ejemplo en la pocaprimitiva, tampoco aparece en sentido estricto su alter ego, la propiedad privada; por elcontrario, cuando la sociedad patriarcal se hace ms compleja por efecto de la divisin deltrabajo, las jerarquas acaban imponindose, y la explotacin -no slo en forma de esclavi-tud- se convierte en norma.

    Francisco CASTILLA URBANO94 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    33 K. Marx y F. Engels, La ideologa alemana. LEina ed., Barcelona, 1988, p. 13.

  • La clebre frase segn la cual la historia de toda sociedad ha sido hasta el presente lahistoria de la lucha de clases, que figura en la primera seccin de El manifiesto comunista(1848), anticipa con claridad la concepcin evolutiva que impera en esta obra. EnEl mani-fiestoMarx y Engels no se ocupan de la sociedad comunal primitiva y hablan de la sociedadesclavista de la Antigedad y del feudalismo slo porque sirven de base a la sociedad bur-guesa34. Es la historia escrita, no sus antecedentes, lo que les atrae. Si no hay en esta obra eldetalle en la descripcin de los tipos de sociedad que aparece en La ideologa alemana, talvez sea porque, a diferencia de este texto, que no fue publicado en vida de sus autores, Marxy Engels saban que El manifiesto comunista iba a ser ledo por miles de personas. Con suredaccin, slo pretendan mostrar a un pblico no acadmico que la sociedad burguesasurgi de las ruinas de la sociedad feudal, despus de transformar sus modos de produccine intercambio; por eso, careca de importancia remontarse a una prehistoria de difcil com-prensin. La sencillez expositiva de El manifiesto, su voluntaria limitacin a la poca con-tempornea y alguna referencia al feudalismo o a la Edad Moderna, deben atribuirse, contoda seguridad, al predominio que otorga a lo propagandstico sobre la exactitud y el detallehistricos. No obstante, no debe pasar desapercibida la crtica de los distintos tipos de so-cialismo que llevan a cabo en esta obra. Como en losManuscritos, tambin en El manifies-to la pretensin de ignorar las condiciones materiales y la insuficiente organizacin y con-ciencia del proletariado conducen al fracaso. En su afn reformador, el socialismo utpicocae en un tosco igualitarismo, que no puede ser confundido con el comunismo futuro: Laliteratura revolucionaria surgida de estos primeros movimientos del proletariado tiene ne-cesariamente, por lo que respecta a su contenido, un carcter reaccionario. Preconiza un as-cetismo universal y un burdo igualitarismo35.

    4. LA COMUNIDAD PRIMITVA EN LOS GRUNDISSE

    Hay que fijarse en los Grundrisse o Elementos fundamentales para la crtica de laeconoma poltica (1857-58) para encontrar un tratamiento ms amplio y profundo deltema que en cualquier otro escrito de Marx. En esta obra, que tampoco fue publicada envida de su autor, se parte de una crtica de las concepciones contractualistas por suponerque los individuos existen o existieron en algn momento de la historia al margen de la so-ciedad. Para Marx la consideracin del cazador o del pescador solos y aislados como iniciodel proceso evolutivo son el fruto de lo que llama robinsonadas dieciochescas36. stas,ms que una reaccin frente al excesivo refinamiento de la poca ilustrada, como han inter-pretado algunos historiadores de la civilizacin, suponen una manera incorrecta de enten-der la naturaleza humana. A fuerza de conformar al hombre a la naturaleza quieren presen-tarlo como fruto de sta, cuando en realidad es un producto de la historia. En la misma lneade la denuncia ya formulada en losManuscritos contra los tericos de la Economa Poltica,para Marx lo que hay detrs de esta concepcin es, ms bien, un intento de retrotraer rasgosde la sociedad actual al pasado:

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 95

    34 K. Marx y F. Engels, El manifiesto comunista , ed. cit., p. 50.

    35 Ibdem, p. 96.

    36 K. Marx, Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse) 1857-1858. SigloXXI ed., Mxico, 1989, Introduccin, p. 3. La expresin se repite en El capital. Crtica de la economapoltica. FCE. Mxico, 1978, 3 vols.; vol. I, p. 41: ya que la economa poltica gusta tanto de las robinsona-das, observemos ante todo a Robinson en su isla.

  • En realidad, se trata ms bien de una anticipacin de la sociedad civil que sepreparaba desde el siglo XVI y que en el siglo XVIII marchaba a pasos de gigantehacia su madurez. En esta sociedad de libre competencia cada individuo aparececomo desprendido de los lazos naturales, etc., que en las pocas histricas prece-dentes hacen de l una parte integrante de un conglomerado humano determinadoy circunscrito. A los profetas del siglo XVIII, sobre cuyos hombros an se apoyantotalmente Smith y Ricardo, este individuo del siglo XVIII -que es el producto,por un lado, de la disolucin de las formas de sociedad feudales y, por el otro, delas nuevas fuerzas productivas desarrolladas a partir del siglo XVI- se les aparececomo un ideal cuya existencia habra pertenecido al pasado. No como un resulta-do histrico, sino como punto de partida de la historia37.

    De esta forma se ignora el carcter social del individuo y su produccin. Para Marx,el individuo slo puede individualizarse en la sociedad y, en consecuencia, aparece siem-pre integrado dentro de un todo mayor, sea la familia, la tribu o la comunidad. Slo dentrode la sociedad civil desarrollada en el siglo XVIII, la poca en la que paradjicamente secree que las relaciones sociales se han universalizado en mayor medida que en ningunaotra, se concibe al hombre aislado y perseguidor de unos fines tan particulares que las rela-ciones con los dems slo son consideradas como medios.

    Asimismo, la produccin no existe en abstracto, sino en un estadio determinadodel desarrollo social. Cada poca histrica posee sus propias caractersticas, aunquecomparte con el resto ciertos rasgos. Si se quiere llevar a cabo un anlisis correcto de laproduccin hay que advertir desde el comienzo ante qu poca de la produccin esta-mos. De lo contrario se corre el riesgo de caer en el error que Marx reprocha a los econo-mistas de su poca: el de introducir subrepticiamente las relaciones burguesas comoleyes naturales inmutables de la sociedad in abstracto38. Desde esta perspectiva se en-tiende que tomen el capital como una relacin natural, universal y eterna y la propie-dad privada (frente a lano-propiedad) como la forma por excelencia de la apropiacin,ignorando -dice Marx- no slo el papel importante que durante largo tiempo ha jugadola propiedad comn, sino que sta es la forma primigenia de propiedad. En definitiva,como toda forma de produccin engendra sus propias instituciones jurdicas, su propiaforma de gobierno, etc., es necesario estudiar las distintas formas de produccin exis-tentes para poder comprender la evolucin histrica.

    Por este motivo, adems de las numerosas referencias aisladas que existen en losGrundrisse, Marx va a dedicar un captulo especfico de los mismos al anlisis de las for-mas que preceden a la produccin capitalista. La relevancia de este apartado no debe ser ig-norada, pues de losGrundrisse no se puede decir, como se ha dicho de los Manuscritos, quese trata de una obra de juventud; por el contrario, corresponden a la madurez de Marx, soninmediatamente anteriores a la redaccin de El capital durante la dcada de 1860. Aunqueel objetivo especfico de losGrundrisse es analizar la moderna produccin burguesa39, y

    Francisco CASTILLA URBANO96 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    37 Ibdem, pp. 3-4.

    38 Ibdem, p. 7.

    39 Ibdem, p. 5.

  • precisamente por ello, Marx desea mostrar cmo sta es slo una de las formas que haadoptado a lo largo de la historia el hombre para producir. En la medida en que es un resul-tado histrico y no una determinacin natural, es posible esperar o provocar su transforma-cin, y Marx explica el camino que ha de adoptar sta.

    En segundo lugar, los Grundrisse muestran la influencia de Hegel en Marx. Tratn-dose de una obra de madurez, este detalle dista de resultar anecdtico. Pero, adems, en estaobra se mezclan sin dificultad la economa, la filosofa, la sociologa y la poltica, lo cualdemuestra que no es posible abordar el trabajo de Marx, ni siquiera el del Marx maduro, almargen de su formacin filosfica juvenil y sin tener muy presentes conceptos que ya apa-recan en obras como los Manuscritos40.

    En tercer lugar, y centrndonos en lo que es el objeto de estas lneas, en los Grundris-se aparece el tratamiento ms sistemtico, amplio y positivo del comunismo primitivo quees posible localizar en los escritos de Marx; pero, adems, se introduce una novedad signi-ficativa respecto de sus textos anteriores: entre el modo de produccin que determina la tri-bu y el capitalismo se distinguen varias formas de produccin, apareciendo el sistema asi-tico u oriental junto con el antiguo y el germnico. Marx tambin alude al sistema eslavo,que parece compartir caractersticas bsicas con el asitico, aunque sin caer en sus formasdespticas.

    Dos rasgos fundamentales de la produccin capitalista son la subordinacin del tra-bajo al dinero y la separacin del trabajo de las condiciones objetivas de su realizacin, esdecir, respecto al medio de trabajo y al material de trabajo. Estas condiciones alienantes noexisten cuando el trabajador tiene una existencia objetiva, independiente del trabajo, demanera que se produce la unidad del trabajo con sus supuestos materiales. Esto es, que eltrabajador se siente consigo mismo como seor de las condiciones de su realidad. El requi-sito para que se d esta situacin es la propiedad de la tierra. Cuando el individuo participade sta junto con otros, no se siente trabajador sino propietario o copropietario. En estascondiciones, su trabajo no se encamina a la creacin de valor, sino que tiene por finalidad sumantenimiento y el de su familia, as como el de la comunidad de la que forma parte41.

    Tal y como Marx lo narra, este proceso ocurre de la siguiente forma: el comunismoprimitivo tendra como base la familia o la reunin de varias familias en una tribu. Estas tri-bus llevaran una forma de vida nmada hasta que se asientan en un lugar determinado y pa-san a explotar la tierra de una manera colectiva. Surge as la horda o comunidad de sangre,de idioma, de costumbres, etc. Esta entidad comunitaria es el primer supuesto de la apro-piacin de las condiciones objetivasde su vida y de la actividad de auto reproduccin y deobjetivacin de sta42, que se expresa en la actividad de los hombres como pastores, caza-

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 97

    40 M. Nicolaus, El Marx desconocido, en K. Marx, Elementos fundamentales para la crtica de la economapoltica (Grundrisse) 1857-1858, ed. cit., pp. XXXVII-XXXVIII: Los entusiastas de Hegel y los partidariosde Ricardo tambin encontrarn estimulante el trabajo o, a la inversa, igualmente frustrante, ya que los Grun-drisse son, por as decirlo, la glndula pineal a travs de la cual estos dos grandes antecedentes de Marx se en-tregan a una smosis recproca...[...] Pese a que no hemos examinado este problema en detalle, el lector de losGrundrisse encontrar una lnea directa de continuidad que se remonta a muchas de las ideas de los Ma-nuscritos de 1844.

    41 K. Marx, Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse) 1857-1858, ed. cit.,pp. 433-434.

    42 Ibdem, p. 434.

  • dores, agricultores, etc. En esta situacin, la tierra aparece no slo como el lugar en que seasienta la horda, sino como un gigantesco taller que proporciona al hombre los medios ymateriales de trabajo. Nada tiene de extrao, pues, que los hombres, en tanto que miembrosde la comunidad, se sientan propietarios. El contractualismo, sobre todo en su versinlockeana, haba atribuido al trabajo la creacin de propiedad43. Marx va a refutar esta vi-sin que se encuentra en la base de la ideologa del individualismo posesivo burgus44; se-gn Marx no es el individuo el que crea, a travs del trabajo, la propiedad, sino que sta esparte de una sociedad en la que se integra como miembro (propietario) y que al mismo tiem-po trabaja.

    Sin embargo, el cambio en las formas de produccin, incluyendo dentro de stas lapropia reproduccin de los individuos, hace que la propiedad comunitaria evolucione dediversas formas. En el sistema asitico u oriental, donde es producto de una combinacinde manufactura y agricultura dentro de la pequea comunidad, que de este modo se vuelveenteramente autosuficiente45, puede adoptar dos maneras. En la primera, puede mantener-se la propiedad comunitaria con individuos que trabajan independientemente dentro de es-tas comunidades, junto con su familia, en las tierras que les han sido asignadas; esta es laforma que adoptan las comunidades eslavas, las rumanas, etc. En la segunda, la unidad dela comunidad se extiende hasta incluir el carcter colectivo del propio trabajo; ste es elcaso de Mxico, Per, los antiguos celtas o algunas tribus de la India. Marx considera queeste segundo sistema de produccin y propiedad colectiva es una forma secundaria que seproduce a partir de la conquista de tribus que conocieron la propiedad comn y la produc-cin colectiva en la forma antigua y ms simple46.

    Tal vez no sea irrelevante sealar que, mientras que la forma eslava puede evolucio-nar hacia la prestacin personal, la forma asitica propiamente dicha es necesariamente laque se mantiene con mayor persistencia y duracin47, presentndose integrada dentro deuna unidad mayor, a la que dedica parte de su excedente para fines econmicos, sociales,militares, etc., y que suele adoptar el despotismo como forma de gobierno.

    La segunda forma o forma antigua, es producto de una vida histrica ms dinmica quelas anteriores. Tiene tambin como supuesto la entidad comunitaria, pero los individuos noson meros accidentes o componentes naturales de la misma. Aqu la ciudad es la sede de loscampesinos-propietarios de la tierra, que aparece como territorio de la ciudad, no como la al-dea que era accesorio de la tierra. En este sistema existe la propiedad privada de la tierra porparte del individuo, aunque ste slo puede ser propietario en tanto que miembro de la comu-

    Francisco CASTILLA URBANO98 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    43 J. Locke, Dos ensayos sobre el gobierno civil. Ed. J. Abelln. Espasa-Calpe. Madrid, 1991, Segundo Ensayo,pargrafo 27: Aunque la tierra y todas las criaturas inferiores pertenezcan a todos los hombres en comn,con todo, cada hombre es propietario de su propia persona, sobre la cual nadie, excepto l mismo, tiene nin-gn derecho. Podemos aadir a lo anterior que el trabajode su cuerpo y la laborde sus manos son tambin su-yos. Luego siempre que coja algo o lo cambie del estado en que lo dej la naturaleza, ha mezclado su trabajocon l y le ha aadido algo que le pertenece, con lo cual, lo convierte en propiedad suya.

    44 C. B. Macpherson, La teora poltica del individualismo posesivo. De Hobbes a Locke. Fontanella.Barcelona, 1970.

    45 K. Marx, Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse) 1857-1858, ed. cit.,p. 435.

    46 Ibdem, p. 451.

    47 Ibdem, p. 446.

  • nidad que es la que conquista y garantiza como reunin de propietarios, el mantenimientode las propiedades individuales. Los individuos mantienen sus vnculos organizndose mi-litarmente, y esto genera diferenciaciones que se manifiestan en la forma de linajes supe-riores e inferiores, aumentando a su vez por la mezcla con tribus sojuzgadas.

    La tercera forma es la germnica. El ncleo bsico de sta no es la comunidad comopropietario efectivo, ni la pertenencia a la ciudad como requisito de la propiedad privada,sino que el todo econmico est contenido en cada casa individual, la cual constituye paras un centro autnomo de la produccin (manufactura slo como ocupacin domstica ac-cesoria de las mujeres, etc.)48. Las viviendas aisladas se asocian ocasionalmente con lasque pertenecen a la misma tribu para la guerra, la religin, la resolucin de problemas lega-les y, en definitiva, para garantizar la seguridad mutua. El dinamismo de este sistema quedapatente en las continuas comparaciones que Marx establece con los otros modos de produc-cin, as, por ejemplo:

    La historia antigua clsica es historia urbana, pero de ciudades basadas sobre lapropiedad de la tierra y la agricultura; la historia asitica es una especie de unidadindiferente de ciudad y campo (en este caso las ciudades verdaderamente grandesdeben ser consideradas meramente como campamento seorial, como una superfe-tacin sobre la estructura propiamente econmica); la Edad Media (poca germni-ca) surge de la tierra como sede de la historia, historia cuyo desarrollo posterior seconvierte luego en una contraposicin entre ciudad y campo; la historia moderna esurbanizacin del campo, no, como entre los antiguos, ruralizacin de la ciudad49.

    En los Grundrisse, estas formas que surgen a partir de la comunidad primitiva no sonsucesivas; pueden coexistir unas con otras, como es el caso de la forma asitica. Tambinalguna de ellas, como el desarrollo de la forma germnica que llamamos feudalismo, puededar origen al capitalismo. Lo importante desde el punto de vista que aqu interesa es que enmayor o menor medida en todas estas formas que preceden al capitalismo hay, por una par-te, una apropiacin de la condicin natural del trabajo, es decir, el individuo ve el trabajocomo algo suyo, como naturaleza, en la misma medida que su piel, sus rganos y sentidos,etc.; por otra parte, el comportamiento que implica esta forma natural de entender el trabajoest mediado por la existencia del individuo como miembro de una comunidad. A este res-pecto, Marx advierte que as como un individuo aislado no podra tener lenguaje, tampocopodra tener propiedad del suelo50.

    El trabajo como interaccin del hombre con la naturaleza exige la apropiacin de latierra pero, contra lo que ha dado por supuesto la economa burguesa, esa apropiacin no essinnimo de propiedad privada. Por el contrario, que la propiedad aparezca o no como pro-piedad colectiva depende del mantenimiento de las condiciones objetivas de cada sistema:la produccin misma, el progreso de la poblacin (la cual tambin pertenece al mbito dela produccin) suprimen gradual y necesariamente estas condiciones; las destruyen en vez

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 99

    48 Ibdem, p. 443.

    49 Ibdem, p. 442.

    50 Ibdem, p. 445.

  • de reproducirlas, etc., y de ese modo se desintegra la entidad comunitaria junto con las rela-ciones de propiedad en que estaba basada51.

    El hombre se asla, pues, a travs del proceso histrico. Este proceso llega a su culmi-nacin con la relacin entre trabajo asalariado y capital52. Bajo la economa burguesa, elobrero slo est presente de una manera subjetiva, ha perdido su propiedad y las relacionescon el medio natural que sta impona. Lo que eran las condiciones objetivas de produccin(suelo, material en bruto, medios de subsistencia, instrumento de trabajo, etc.) a las que seencontraba ligado el trabajador se separan de ste y pasan a existir, contrapuestas a l, bajola forma de capital. Todo el proceso tiene lugar no porque el capital cree las condiciones ob-jetivas de la produccin y las brinde a los trabajadores despojados de ellas; ms bien, lo queocurre es que a partir de la creacin y acumulacin de dinero que da origen al capital se des-poja de estas condiciones a los individuos. Un ejemplo del propio Marx bastar para enten-der el proceso: el mercader

    hace trabajar para s ms tejedores e hilanderos, que hasta ese momento trabajabanen el tejido y el hilado como actividad accesoria de la agricultura, de tal modo queconvierte su actividad accesoria en ocupacin central; pero de ah en adelante estms seguro de ellos y los ha convertido en trabajadores asalariados bajo su imperio.Mudarlos entonces de sus lugares de origen y reunirlos en una casa de trabajo es unpaso posterior. En este simple proceso se ve claramente que el capitalista no ha pre-parado material en bruto, ni instrumento, ni medios de subsistencia para los tejedo-res e hilanderos. Todo lo que l ha hecho es limitarlos cada vez ms a un tipo de tra-bajo, en el cual se vuelven dependientes de la venta, del comprador, del comercian-te y finalmente slo producen para y por intermedio de l. Originariamente steslo compraba trabajo a travs de la compra del producto: no bien los trabajadoresse han limitado a la produccin de este valor de cambio y, por consiguiente, debenproducir valor de cambio inmediato, intercambiar todo su trabajo por dinero parapoder seguir existiendo, caen bajo el imperio del comerciante y finalmente desapa-rece tambin la apariencia de que ellos le vendan a l sus productos53.

    Marx considera que el hombre aparece originariamente como un ser genrico, unser tribal, un animal gregario, pero no como un sujeto poltico54. Con ello quiere indicarque en los perodos donde se dan formas comunitarias de vida, el individuo aparece comopropietario, con una existencia objetiva, pero sometido a la entidad comunitaria y carentede autonoma55. Por tanto, hay que entender estas viejas formas de vida como naturales fru-tos del proceso histrico que, al ser producto de un desarrollo limitado de las fuerzas pro-

    Francisco CASTILLA URBANO100 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    51 Ibdem, p. 446.

    52 Ibdem, p. 449.

    53 Ibdem, p. 471.

    54 Ibdem, p. 457.

    55 S. Avineri,El pensamiento social y poltico de Carlos Marx . CEC. Madrid, 1983, p. 166: la propiedad tribal, ensu forma comunal y cooperadora, es un factor socialmente limitante, que frena el poder individual a desentendersede la generalidad de la sociedad y a establecerse como inters egosta distinto del inters social general.

  • ductivas, dan origen a formas restrictivas de la personalidad. No hay en ellas un desarrollolibre y pleno del individuo ni de la sociedad. El desarrollo de las fuerzas productivas al di-solver estas comunidades disuelve la existencia objetiva del ser humano, pero simultnea-mente pone las bases para su reconocimiento como sujeto poltico.

    El estado natural que constituye la comunidad primitiva, no es objeto de idealizacinpor parte de Marx; no hay propiedad privada, no hay una consideracin del hombre comoobjeto, pero s hay conciencia del insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas y de lafalta de capacidad poltica del individuo. Slo el relativo mal que supone el desarrollo delas fuerzas productivas dentro de la sociedad burguesa pondr las bases para una nueva for-ma de produccin en la que el individuo alcanzar su plena capacidad poltica56.

    Como ocurra en los Manuscritos, tambin en los Grundrisse la historia de la huma-nidad es interpretada como un proceso en el que la especie humana se ve progresivamentecondenada a sufrir dosis mayores de explotacin. Pero, este proceso de negacin, cuyopunto de inflexin mximo es el capitalismo, ser negado en s mismo y superado. La supe-racin no ser una simple vuelta al estado de naturaleza, sino que representar la asuncinde lo que de valioso hay en el mismo (la forma del trabajo) sin sus limitaciones, esto es, jun-to con la riqueza material generada bajo las nuevas formas de produccin. En estas condi-ciones, el hombre desarrollar plenamente su personalidad, sin gregarismos de ningn tipo.Marx lo expresa con claridad:

    la concepcin antigua segn la cual el hombre, cualquiera que sea la limitada deter-minacin nacional, religiosa, o poltica en que se presente, aparece siempre, igual-mente, como objetivo de la produccin, parece muy excelsa frente al mundo modernodonde la produccin aparece como objetivo del hombre y la riqueza como objetivo dela produccin. Pero, in fact, si se despoja a la riqueza de su limitada forma burguesa,qu es la riqueza sino la universalidad de las necesidades, capacidades, goces,fuerzas productivas, etc., de los individuos, creada en el intercambio universal?[Qu, sino] el desarrollo pleno del dominio humano sobre las fuerzas naturales, tantosobre las de la as llamada naturaleza como sobre su propia naturaleza? [Qu, sino] laelaboracin absoluta de sus disposiciones creadoras sin otro presupuesto que el desa-rrollo histrico previo, que convierte en objetivo a esta plenitud total del desarrollo, esdecir al desarrollo de todas las fuerzas humanas en cuanto tales, no medida con un pa-trn preestablecido? [Qu, sino una elaboracin como resultado de] la cual el hom-bre no se reproduce en su carcter determinado sino que produce su plenitud total?[Como resultado de] la cual no busca permanecer como algo devenido sino que esten el movimiento absoluto del devenir? En la economa burguesa -y en la poca de laproduccin que a ella corresponde- esta elaboracin plena de lo interno, aparececomo vaciamiento pleno, esta objetivacin universal, como enajenacin total, y la

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 101

    56 F. Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Planeta. Barcelona, 1992, p. 176, insistiren esta cuestin: La tribu era la frontera del hombre, lo mismo contra los extraos que para s mismo: la tribu,la gens, y sus instituciones eran sagradas e inviolables, constitua un poder superior dado por la naturaleza, alcual cada individuo quedaba sometido sin reserva en sus sentimientos, ideas y actos. Por ms imponentes quenos parecen los hombres de esa poca, apenas si se diferenciaban unos de otros; estaban an sujetos, comodice Marx, al cordn umbilical de la comunidad primitiva.

  • destruccin de todos los objetivos unilaterales determinados, como sacrificio delobjetivo propio frente a un objetivo completamente externo. Por eso el infantilmundo antiguo aparece, por un lado, como superior. Por otro lado, lo es en todoaquello en que se busque configuracin cerrada, forma y limitacin dada. Es satis-faccin desde un punto de vista limitado, mientras que el [mundo] moderno dejainsatisfecho o all donde aparece satisfecho consigo mismo es vulgar57.

    5. LTIMOS CAMBIOS EN EL ESTADO DE NATURALEZA MARXISTA

    Las mismas formas que se estudian en los Grundrisse aparecen citadas en el Prlogode laContribucin a la crtica de la economa poltica (1859), donde Marx alude a que en laformacin econmica de la sociedad se distinguen varias pocas de progreso, que son elmodo de produccin asitico, el antiguo, el feudal y el moderno burgus58.

    Tambin en El capital volver a analizar la evolucin de las sociedades, repitiendoafirmaciones ya vistas; as, la cooperacin entre los miembros de la tribu, su propiedad co-lectiva y la ausencia de individualismo aparecen como los rasgos de la comunidad primiti-va, frente a la forma de produccin capitalista59. Su comunismo elemental60 finaliza conla progresiva divisin del trabajo que se produce dentro de la familia, que conduce a la va-riacin de su modo de produccin, forma de vida y productos61. A partir de esta diversidadcomienza el intercambio de mercancas, verdadero punto final de la comunidad62.

    Sin embargo, el inters de Marx por el comunismo primitivo despus de publica-do el Libro I de El capital en 1867 fue en aumento, y se puede asociar con su dedicacina la historia de Rusia y las posibilidades de una revolucin en este pas. Por tanto, hayque relacionarlo, primero, con el modo de produccin asitico, esto es, con la supervi-vencia de formas de produccin comunitarias bajo el control y supervisin de dspotasque hacen las veces de estado y, segundo, con un potencial elemento de apoyo a la revo-lucin all donde la inexistencia de industria haca improbable el paso a una sociedadcomunista: Rusia y Oriente.

    Desde esta perspectiva, en Rusia bsicamente se tratara de lo siguiente: la comuni-dad aldeana rusa, el mir o la obshchina, era la base de una discusin entre populistas (naro-dnikio narodniks) y marxistas. Los primeros crean que la comuna rural podra ser el ger-men de un futuro socialismo que hiciera innecesario el paso por el capitalismo (que Marxen varias cartas a autores rusos consider condicin no universal, sino vlida slo para Eu-ropa occidental63); la opinin de Marx (hay que insistir en que expresada slo en cartas pri-

    Francisco CASTILLA URBANO102 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    57 K. Marx, Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse) 1857-1858, ed. cit.,pp. 447-448.

    58 K. Marx y F. Engels, Obras escogidas. Progreso. Mosc, 1973, 3 vols.; vol. I, p. 518.

    59 C. Marx, El capital. Crtica de la economa poltica, ed. cit., vol. I, p. 270.

    60 Ibdem, vol. III, p. 769.

    61 Ibdem, vol. I, p. 286.

    62 Ibdem, vol. I, p. 51.

    63 F. J. Martnez Martnez, Las concepciones antropolgicas de Marx y Engels, en Papeles de la F.I.M., 1,1994, p. 114. Tambin N. Levine, Dialectical Materialism and the mir, en Berkeley Journal of Sociology,18, 1973-4, p. 102.

  • vadas) no fue compartida por los marxistas rusos, ni por Engels, que tras haberla aceptadoinicialmente, se desdijo en un escrito posterior (1894). Marx consideraba que elmir podaservir como fuente de regeneracin social a una Rusia que, debido a su atraso, era un lugarprivilegiado tanto social como tecnolgicamente. Igual que poda adoptar las tcnicas occi-dentales desarrolladas durante largos perodos de tiempo sin pasar por las etapas que hansido necesarias en Occidente, en el campo de la evolucin social poda evitar los horroresdel capitalismo y desarrollar la comuna rural como sistema productivo universal64. El su-puesto de que elmir era una forma de comunismo primitivo demostr ser, sin embargo, ungran error y, dado el desarrollo imparable del capitalismo, hacia finales del siglo XIX lacuestin haba dejado de ser significativa.

    No obstante, fuera por el inters que despertaba la situacin rusa o por perfilar los es-tadios primeros de evolucin de la humanidad, lo cierto es que Marx se haba preocupadode estudiar y comentar numerosos libros de antroplogos e historiadores antiguos que fue-ron publicados desde 1870 hasta su muerte en 1883. En concreto, son conocidas y existennumerosos comentarios, resmenes y cuadernos de notas sobre las obra de Maurer, Phear,Maine, Lubbock, Kovalevsky y otros etnlogos evolucionistas, pero es, sobre todo, LewisHenry Morgan, el autor deLa sociedad primitiva, el que ms le atrajo y en el que crey veruna confirmacin de sus tesis.

    El contenido de los extractos realizados por Marx sobre la obra de Morgan y los otrosautores era conocido por el uso que Engels le dio en El origen de la familia. De los elogiosvertidos en esta obra al texto de Morgan deriva la extraordinario consideracin en que la tu-vieron los comunistas, y que se expresa en la forma de ediciones mltiples de su obra, suconsideracin como clsico del pensamiento cientfico, las peregrinaciones a su tumba enRochester (Estado de Nueva York), etc.65. Aunque, segn Engels, Marx se dispona a ex-poner personalmente los resultados de las investigaciones de Morgan en relacin con lasconclusiones de su (hasta cierto punto, puedo llamarlo nuestro) anlisis materialista de lahistoria, para esclarecer as, y slo as, todo su alcance66, es ms que probable a la luz delas numerosas lecturas y resmenes realizados a lo largo de sus ltimos aos que quisiera irms all del libro de Morgan, fuera para escribir una obra sobre los orgenes primitivos dela humanidad o para integrar ese material en un libro sobre otro tema; nada definitivo puedeestablecerse al respecto, pero lo cierto es que Marx trataba de buscar en estas lecturas la evi-dencia de una comunidad donde la explotacin estaba ausente. Su idea era que los escritosde estos antroplogos proporcionaban evidencias cientficas, no ideolgicas o ingenuas,sobre el modo de sociedad que existi en las tribus primitivas. En este contexto hay que si-tuar su atencin a la obra de Morgan.

    Al igual que Marx, tambin Morgan pensaba que el hombre reconstruira el modelocomunitario una vez que superara la deformacin a la que lo haba sometido el estado de ci-vilizacin. Marx, sin embargo, se diferencia de Morgan en que considera que este proceso

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 103

    64 L. Kolakowski, Las principales corrientes del marxismo. II. La edad de oro. Alianza Ed., Madrid, 1985, pp.319-320.

    65 C. Lisn Tolosana, Prlogo a L. H. Morgan, La sociedad primitiva. Ed. Ayuso/Ed. Pluma. Madrid/Bogot,1980, pp. 58-59.

    66 F. Engels, Prefacio a la primera edicin (1884) de El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado,ed. cit., p. 27.

  • se realizar a otro nivel que en la sociedad primitiva67. En este sentido, Morgan vendra amantener una posicin similar a la de los socialistas utpicos, imaginando un retorno a for-mas sociales propias del pasado; Marx, por el contrario, mantendra hasta su muerte unaconcepcin ms dinmica de la sociedad, segn la cual los antagonismos sociales no vuel-ven a manifestarse bajo la misma forma. Desde este punto de vista segua siendo vlida,casi cuarenta aos despus, la crtica que haba realizado en los Manuscritos y en El mani-fiesto comunista al comunismo grosero e irreflexivo de los socialistas utpicos; un co-munismo que, como hemos visto, consideraba que poda ser visto ms como la expresinde la envidia general que como un intento de devolver al hombre su personalidad.

    Dicho sea de paso, aunque su obra no carece de importancia, Engels es en gran parteresponsable de un cmulo de errores en torno a la consideracin de la obra de Marx sobrelas sociedades precapitalistas. En primer lugar, equipar las aportaciones de Marx y las deMorgan sobre estas sociedades, al utilizar en El origen de la familia, la propiedad privada yel Estadoexpresiones como En Amrica, Morgan descubri de nuevo, y a su modo, la teo-ra materialista de la historia, descubierta por Marx cuarenta aos antes, y, guindose deella, lleg, al contraponer la barbarie y la civilizacin, a los mismos resultados esencialesque Marx68; sin embargo, Morgan distaba de ser un materialista, y su teora estaba plaga-da de supuestos idealistas. En segundo lugar, hizo desaparecer el modo asitico de produc-cin de las formas de evolucin social que seal enEl origen de la familia, con lo que, entercer lugar, dio pie a su olvido por parte de la ortodoxia sovitica a partir de finales de losaos veinte. Stalin no lo cita en su Materialismo dialctico e histrico (1938), la Biblia delmarxismo sovitico, porque a) era incompatible con su esquema de evolucin unilineal delas sociedades que pretenda tener validez universal; b) porque con su supuesto estanca-miento rompa con la idea de progreso necesario de la humanidad, y c) porque tal y comoera descrito por Marx, esconda sospechosos paralelismos con el tipo de estado despticoque estaba construyendo el propio Stalin. Slo a partir de los aos cincuenta, coincidiendocon la publicacin de los Grundrisse, el debate sobre el modo de produccin asitico volve-ra a ser planteado sin cortapisas69. Existen, por tanto, buenas razones para afirmar, comose ha hecho70, que al menos en cuanto guarda relacin con las sociedades precapitalistas,Marx y Engels representan interpretaciones diferentes.

    Si volvemos al propio Marx, creo que estamos en condiciones de sostener que stefue desarrollando una antropologa filosfica ms o menos explcita desde sus primeros es-critos (el Marx juvenil); en sus trabajos posteriores intent establecer los fundamentos deesta antropologa sobre bases materiales (la produccin social, el modo de produccin,etc.); por ltimo, durante los ltimos aos de su vida, busc dar confirmacin cientfica a

    Francisco CASTILLA URBANO104 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    67 L. Krader, Introduccin a Los apuntes etnolgicos de Karl Marx. Ed. Pablo Iglesias/Siglo XXI. Madrid,1988, p. 22.

    68 F. Engels, Prefacio a la primera edicin (1884) de El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado,ed. cit., p. 27.

    69 M. Godelier, Teora marxista de las sociedades precapitalistas. Laia. Barcelona, 1975, y Esquemas de evo-lucin de las sociedades. M. Castellote editor. Madrid, 1972; de especial relevancia sobre este tema, el cap.noveno de K. A. Wittfogel, Despotismo oriental. Estudio comparativo del poder totalitario. Guadarrama.Madrid, 1966.

    70 N. Levine, Anthropology in the Thought of Marx and Engels, en Studies in Comparative Communism, 6,1973, p. 9.

  • esta antropologa sobre la base que le proporcionan las obras de los etnlogos evolucionis-tas ms importantes de la poca (aqu se inscriben los cuadernos de notas no publicados ensu poca y aprovechados por Engels para El origen de la familia). Lo importante, encualquier caso, es que el intento de dotar a la antropologa filosfica originaria de elemen-tos empricos se realiza conservando las posiciones iniciales. Tal vez quepa ver en esta acti-tud un reflejo de esa mezcla de voluntarismo y cientifismo que se da en el marxismo y que,dicho sea de paso, permitira explicar el cambio de postura ilgico a favor de una revolu-cin en Rusia sin una base proletaria que fuera capaz de llevarla a cabo71.

    6. CONCLUSIN: EL ESTADO DE NATURALEZA EN MARX

    Hay, pues, en Marx un tratamiento del estado originario de la humanidad que conti-na la tradicin ilustrada y utpica, pero con un cambio en los contenidos asignados al mis-mo. El estado de naturaleza marxiano coincide con el tratamiento de sus predecesores enser fundamento y gua de cuanto ha de venir; en este sentido, todo est en la comunidad pri-mitiva, incluso las condiciones para su superacin. Pero, lo que est en el estado de natura-leza no anticipa la sociedad actual, sino la sociedad ideal: el comunismo que habr de venirno es sino un estado de naturaleza idealizado que reproduce las condiciones favorables queaquel tuvo y se supone que las mejorar a su vez. De aqu procede el juego de paralelismosen los contenidos que enuncian tanto la semejanza como la diferencia: el trabajo volver aser gozoso, pero respetar la individualidad del hombre; la produccin ser de nuevo til,pero mayor que nunca; los vnculos humanos se estrecharn, pero sin llegar a atenazar; etc.En definitiva, la compleja consideracin marxista del estado de naturaleza que representa-ba el comunismo primitivo se puede achacar a varias causas:1. El estado de naturaleza marxiano o comunismo primitivo daba sentido a la enajena-

    cin del trabajo y la explotacin del hombre; Marx necesitaba presuponer una prehis-toria de la humanidad en la que el hombre no se viera privado de su ser autntico. Estaforma de vida sirve de fundamento a la crtica de las condiciones actuales, pero a lavez, Marx no deja de reconocer que las necesidades materiales del hombre se satisfa-cen mejor bajo los supuestos productivos introducidos por el capitalismo.

    2. El arcasmo implcito en la idea de vuelta al estado de naturaleza; el antiindustrialismocon el que algunos de los predecesores de Marx concibieron el estado ideal de la huma-nidad, le llev no slo a criticar su forma de entenderlo, sino, sobre todo, a exagerar elalcance de sus desavenencias. Sin embargo, ya hemos visto que algunos socialistasutpicos fueron conscientes de la necesidad de aprovechar el progreso tecnolgicopara favorecer a la clase obrera.

    3. Marx se distancia tambin de las hiptesis dieciochescas (las robinsonadas) del esta-do de naturaleza. Su reparo a las mismas se basa fundamentalmente en tres factores: a)conciben al hombre como un ser aislado; b) prestan escasa o nula atencin a la produc-cin material, y c) son utilizadas de forma espuria por parte de los tericos de la Econo-ma Poltica. Esta visin crtica del estado originario de la humanidad tal y como haba

    Utopa y Praxis Latinoamericana. Ao 6, No. 13 (2001), pp. 86-106 105

    71 A. Gouldner, Los dos marxismos. Contradicciones y anomalas en el desarrollo de la teora. Alianza Ed.,Madrid, p. 265: La presin de la revolucin en Rusia hizo que Marx y Engels quitasen el cerrojo pero noabrieran realmente- a la puerta para un marxismo totalmente voluntarista y crtico que volviese la espalda alos severos requisitos estructurales de su propio marxismo cientfico.

  • sido imaginado por los pensadores ilustrados le servir como punto de partida de supropia concepcin; la comunidad primitiva marxiana se caracterizar por estar consti-tuida por hombres viviendo en la sociedad que constituye su familia, produciendo conlos medios que estn a su alcance en esa poca, y preocupados exclusivamente porsatisfacer las necesidades de su comunidad, no por enriquecerse.

    4. El trabajo es algo ms que una forma de apropiacin o supervivencia; desde el punto devista de Marx, el trabajo es una forma de relacin y confraternidad del hombre conotros hombres de su tribu o comunidad, y del hombre con la naturaleza. Esta concep-cin le permite mostrar que la despersonalizacin del trabajo y del trabajador en la so-ciedad capitalista, denunciada tempranamente en los Manuscritos, no es un fenmenonatural ni originario, sino producto de las circunstancias histricas.

    5. Tambin la propiedad privada se ve afectada por la consideracin marxista del pasado,que la relega a una forma de organizacin social no originaria, ni necesaria.

    6. Una de las razones para la creciente atencin marxista hacia las formas de vida comu-nitarias era su posible supervivencia en pocas posteriores. La hiptesis del comunis-mo primitivo supuestamente materializado en algunas instituciones contemporneas,como el mir ruso, permiti a Marx y sus seguidores suponer que era posible quemaretapas en la transicin al socialismo.

    7. Marx postulaba una vuelta al comunismo primitivo, pero superando su simplismo e in-genuidad: la sociedad sin poltica. Sin embargo, basta recordar el tantas veces citadopasaje de La ideologa alemana 72, para apreciar que esta sociedad era algo muy pare-cido, si no igual, al comunismo primitivo. Mas, por otra parte, el comunismo que lle-gar con la terminacin de la sociedad de clases estar construido sobre un desarrolloprevio refinado y complejo. Es claro que no toda la divisin y articulacin de la activi-dad ser abolida por la abolicin de la propiedad de los medios de produccin. Marx nopuede creer esto, porque entonces el comunismo sera una regresin antes que un pro-greso. En otras palabras, parece probable que algunos aspectos de la divisin del traba-jo sobrevivirn en la sociedad comunista73; en consecuencia, se hace difcil aclarar sila alienacin ser definitivamente superada bajo el nuevo comunismo.

    Francisco CASTILLA URBANO106 El Estado de naturaleza. La comunidad primitiva y el pensamiento de Marx

    72 K. Marx y F. Engels, La ideologa alemana, ed. cit., p. 30: La divisin del trabajo nos brinda ya el primerejemplo de que, mientras los hombres viven en una sociedad formada espontneamente, mientras se da, portanto, una separacin entre el inters particular y el inters comn, mientras las actividades no aparecendivididas voluntariamente, sino por modo espontneo, los actos propios del hombre se erigen ante l en unpoder ajeno y hostil, que le sojuzga, en vez de ser l quien los domine. En efecto, a partir del momento en quecomienza a dividirse el trabajo, cada cual se mueve en un determinado crculo exclusivo de actividades, quele viene impuesto y del que no puede salirse; el hombre es cazador, pescador, pastor o crtico, y no tiene msremedio que seguirlo siendo, si no quiere verse privado de los medios de vida; al paso que en la sociedad co-munista, donde cada individuo no tiene acotado un crculo exclusivo de actividades, sino que puede desarro-llar sus aptitudes en la rama que mejor le parezca, la sociedad se encarga de regular la produccin general, conlo que hace cabalmente posible que yo pueda dedicarme hoy a esto y maana a aquello, que pueda por la ma-ana cazar, por la tarde pescar y por la noche apacentar el ganado, y despus de comer, si me place, dedicarmea criticar, sin necesidad de ser exclusivamente cazador, pescador, pastor o crtico, segn los casos.

    73 J. M. Maguire, Marx y su teora de la poltica . FCE. Mxico, 1984, p. 254.