el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

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DESGASTE PROFESIONAL Y LA SALUD DE LOS PROFESIONALES MÉDICOS: REVISIÓN Y PROPUESTAS PREVENTIVAS 2004, Medicina Clínica, 123, 07, 265-270. (Índice de impacto, 1,01) (Burnout and the health of the medical professionals: Review and preventive offers) Mingote Adan, J.C., Unidad de Psiquiatría. Hospital 12 de Octubre Madrid. Moreno Jiménez, B. Centro Universitario de Salud Pública. Madrid. España Galvez Herrer, M. Centro Universitario de Salud Pública. Madrid. España Resumen: La relevancia del estrés sobre la salud es una constatación creciente, como lo es el aumento del estrés laboral en general y específicamente del estrés laboral médico. Una consecuencia de ello ha sido el incremento del burnout o desgaste profesional médico. Aunque las tasas de desgaste profesional pueden variar en función de contextos organizacionales y poblaciones específicas, todos los datos indican tasas altas de prevalencia en la población médica. Las consecuencias del síndrome son amplias e importantes y afectan a la salud mental, a la salud física, a la calidad de vida y a la eficacia profesional del médico. Esta situación planteal la necesidad de desarrollar programas de prevención e intervención que ayuden a controlar y paliar tales efectos siguiendo las sugerencias a tales efectos de la U.E. Abstract: The relevancy of the stress on the health is an increasing verification, as it is the increase of the job stress in general and specifically of the medical job stress. A consequence of it has been the increase of the burnout or professional medical weariness. Though the rates of burnout can change depending on organizational contexts and specific populations, all the information indicates high rates of prevalencia in the medical population. The consequences of the syndrome are wide and important and concern the mental health, the physical health, the quality of life and the medical efficiency. This situation raises the need to develop programs of prevention and intervention that help to control and to relieve such effects following the suggestions of the U.E. Palabras clave: estrés médico, desgaste profesional médico, salud física y mental del medico. Key words: physician’s stress, medical burnout, physical and mental medical health 1

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Page 1: el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

DESGASTE PROFESIONAL Y LA SALUD DE LOS PROFESIONALES MÉDICOS: REVISIÓN Y PROPUESTAS PREVENTIVAS

2004, Medicina Clínica, 123, 07, 265-270. (Índice de impacto, 1,01)

(Burnout and the health of the medical professionals: Review and preventive offers)

Mingote Adan, J.C., Unidad de Psiquiatría. Hospital 12 de Octubre Madrid. Moreno Jiménez, B. Centro Universitario de Salud Pública. Madrid. España

Galvez Herrer, M. Centro Universitario de Salud Pública. Madrid. España

Resumen: La relevancia del estrés sobre la salud es una constatación creciente, como lo es el aumento del estrés laboral en general y específicamente del estrés laboral médico. Una consecuencia de ello ha sido el incremento del burnout o desgaste profesional médico. Aunque las tasas de desgaste profesional pueden variar en función de contextos organizacionales y poblaciones específicas, todos los datos indican tasas altas de prevalencia en la población médica. Las consecuencias del síndrome son amplias e importantes y afectan a la salud mental, a la salud física, a la calidad de vida y a la eficacia profesional del médico. Esta situación planteal la necesidad de desarrollar programas de prevención e intervención que ayuden a controlar y paliar tales efectos siguiendo las sugerencias a tales efectos de la U.E.

Abstract: The relevancy of the stress on the health is an increasing verification, as it is the increase of the job stress in general and specifically of the medical job stress. A consequence of it has been the increase of the burnout or professional medical weariness. Though the rates of burnout can change depending on organizational contexts and specific populations, all the information indicates high rates of prevalencia in the medical population. The consequences of the syndrome are wide and important and concern the mental health, the physical health, the quality of life and the medical efficiency. This situation raises the need to develop programs of prevention and intervention that help to control and to relieve such effects following the suggestions of the U.E. Palabras clave: estrés médico, desgaste profesional médico, salud física y mental del medico. Key words: physician’s stress, medical burnout, physical and mental medical health

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El desgaste profesional: desarrollo y consecuencias

El paso a una perspectiva biopsicosocial de la salud ha supuesto, en los últimos

años, una mayor apreciación de la relevancia del estrés laboral. El campo del estrés

laboral se ha ampliado y, concretamente, en el caso de los profesionales de la salud su

presencia se ha hecho más patente e insistente. Vinculados al ámbito laboral sanitario y

a los estresores laborales, se han señalado tres grupos principales de transformaciones

socio-laborales como especialmente relevantes para la salud médica1: a) una mayor

sobrecarga en la atención a pacientes, lo que ha derivado en el aumento de la carga

emocional y mental; b) mayores exigencias macroeconómicas, que han implicado un

incremento de las exigencias de adaptación de los trabajadores sanitarios y c) un

empeoramiento de las condiciones laborales actuales, lo que ha supuesto incrementos en

los turnos de trabajo, escasa promoción, movilidad descendente o forzosa, cambios de

oficio o profesión, desempleo eventual y prejubilaciones sin causas relacionadas con la

enfermedad. Como consecuencia conjunta de todo ello se ha producido un aumento de

la tasa del Desgaste profesional o síndrome de “burnout” en la profesión médica.

Si bien no existe una definición unánimemente aceptada del Desgaste

Profesional o “burnout”, si existe consenso en considerarlo como una respuesta al estrés

laboral crónico con connotaciones negativas debido a que implica consecuencias

nocivas para el individuo y para la organización que lo padece. Entre las diversas

conceptualizaciones, una de las más utilizadas y operativas ha sido la de Maslach y

Jackson2;3 mediante el cuestionario “Maslach Burnout Inventory” (MBI) que

caracteriza al síndrome por agotamiento emocional o pérdida de recursos emocionales

para enfrentarse al trabajo, despersonalización o desarrollo de actitudes negativas, de

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insensibilidad y cinismo hacia los receptores del servicio prestado y falta de realización

personal, o tendencia a evaluar el propio trabajo de forma negativa, con sentimientos y

apreciaciones de baja autoestima profesional. Los tres factores del síndrome tienden a

presentarse especialmente entre profesionales que trabajan asistencialmente con

personas. En la tercera edición del MBI4, los autores han sustituido la dimensión de

despersonalización por la de cinismo, extendiendo así el síndrome a todo tipo de

profesiones y no solo a las asistenciales, de forma que la frialdad en el trato al paciente

se formula ahora como una actitud cínica acerca del alcance del valor del propio trabajo

y críticas generalizadas a la organización o institución a la que se pertenece.

Las diferentes aproximaciones teóricas mencionan cuatro ámbitos en los que se

enmarcan las posibles consecuencias sintomatológicas del burnout: emocionales,

cognitivas, conductuales y sociales5,6. La extensión de la sintomatología incluida

patentiza el alcance de las consecuencias del desgaste profesional y pone de manifiesto

sus amplias repercusiones sobre el funcionamiento global de la persona y del

organismo. Mucho menor es el número de estudios que tratan de precisar los

mecanismos o procesos por los que se establece esta relación. No pocos de los trabajos

sobre desgaste profesional y su relación con problemas de salud parecen indicar que el

agotamiento emocional es el componente con mayor peso en su relación con los

problemas de salud7,8,9,10,11.

Las evaluaciones habituales del desgaste profesional, en las que se ha utilizado

preferentemente el MBI, han proporcionado información relevante sobre la asociación

entre diversas variables y los niveles del síndrome, pero este enfoque no ha tenido

suficientemente en cuenta otros factores del proceso (antecedentes, consecuentes y

moduladores). Complementariamente, en los estudios con otros instrumentos que parten

de un modelo transaccional de burnout como proceso, se han observado asociaciones

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positivas entre los antecedentes y el síndrome de burnout, así como entre antecedentes y

las consecuencias individuales y organizacionales12,13. Estos datos indican claramente

que los factores o elementos del proceso de burnout, y no sólo el síndrome como tal,

deben ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar las consecuencias del desgaste

profesional sobre la salud de los profesionales de la medicina, especialmente en la

elaboración de programas preventivos e interventivos.

La salud de los profesionales de la salud: el estrés médico y el desgaste

profesional médico

Los profesionales de la salud no están exentos de padecer trastornos físicos y

psicológicos. Incluso no pocos autores han indicado tasas de alcoholismo, adicción a

drogas, trastornos psiquiátricos, depresión y suicidio superiores a las de la población en

general14,15. En general, los datos parecen estimar que entre un 10–12 % de los médicos

en ejercicio pueden sufrir en el transcurso de su vida profesional uno o más episodios de

problemas psíquicos y/o conductas adictivas al alcohol, a otras drogas o a los

psicofármacos16. Según la literatura científica disponible tan solo se detecta un 60% de

esos casos para su tratamiento posterior17. Un porcentaje de esta sintomatología

probablemente pueda estar asociada al estrés laboral, y específicamente al síndrome del

burnout o desgaste profesional.

Determinadas características estresantes de las condiciones de trabajo médicas

están frecuentemente relacionadas con un amplio rango de síntomas físicos y psíquicos

que repercuten en la salud del profesional médico, en la propia organización, en la

satisfacción laboral, y en la calidad asistencial prestada18,19,20,21,22,23,24,25,26,27,28. Entre

ellas pueden citarse la relación con los pacientes y sus familiares, el contacto diario con

la muerte y el dolor, la responsabilidad sobre la salud de terceros, el trabajo a turnos y

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nocturno, la presión asistencial y la carga de trabajo, la presión social, el enfrentamiento

a situaciones de emergencia, el desajuste de expectativas y situaciones organizacionales

como la falta de promoción, la inequidad en el trato o los problemas con supervisores.

Las consecuencias de ese estrés laboral médico son amplias29. Cuando se

estudian las diferencias de género, parece que en el caso de las mujeres médicos, el

mayor porcentaje de la varianza de la sintomatología proveniente del estrés (70%) se

relaciona con los niveles de apoyo recibido de los compañeros, mientras que en

hombres el 42% de varianza se explica por el estilo de vida, la salud mental, el apoyo en

momentos de estrés y la carga de trabajo30.

La respuesta a esas situaciones crónicas de estrés puede llevar al desarrollo del

desgaste profesional, síndrome que alcanza una alta extensión en la profesión médica

aunque existen diferencias en la bibliografía sobre los porcentajes de médicos afectados

por el mismo. Algunas estimaciones oscilan entre el 30 a 40%31, otras revisiones lo

elevan al 50 % de los médicos en algún momento de su carrera profesional32, y en

población médica española, se han señalado prevalencias que oscilan desde el 25% a

casi el 70%33.

Tal como se ha expuesto, el síndrome puede manifestarse en el ámbito clínico de

formas diferentes: con problemas de salud mental, conductas ansiosas o depresivas, o

con una mezcla de ambos, o con conductas no saludables como el consumo de

substancias y la aparición de adicciones, (abuso de bebidas alcohólicas, sustancias

tóxicas, etc.), alteraciones cardiovasculares, aparición de estilos de vida nocivos o con

cambios en la actuación profesional (absentismo, mala praxis, etc.) 34. Los efectos

suelen ser igualmente notorios en la calidad y eficiencia profesional.

Desgaste Profesional Médico y Salud Mental:

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Son diversas las alteraciones que puede generar el desgaste profesional sobre la

salud mental de la persona tales como incapacidad de concentración, ansiedad,

depresión, disfunción social, insomnio, irritabilidad, incremento del consumo de

alcohol, o drogas y depresión35.

Un gran número de trabajos que han analizado estrés laboral, desgaste profesional y

salud laboral con problemas de salud mental lo han hecho utilizando el General Health

Questionnaire (GHQ)36 como indicador de “salud general” o “bienestar”. Salud general,

salud mental y bienestar personal han sido globalizados como forma de registrar los

efectos del trabajo sobre la salud. Desde la perspectiva de la psicología organizacional

son frecuentes los estudios que analizan de manera conjunta desgaste profesional y

“bienestar”, junto con otros factores laborales como la satisfacción en el trabajo. Por

ejemplo, García Izquierdo y cols.35 en un trabajo sobre profesionales asistenciales en la

salud mental han encontrado relaciones significativas negativas en el sentido de que

aquellos sujetos con puntuaciones altas en desgaste profesional manifiestan menor

satisfacción laboral y un nivel de bienestar más bajo. En el caso concreto de los médicos

encontraron niveles medios-altos de desgaste profesional en un 50% de su muestra y

muy altos en un 8%; y utilizando el GHQ detectaron un 20% de la muestra de probables

casos patológicos. Según los resultados de este trabajo, la satisfacción laboral es mayor

en las profesiones con mayor cualificación profesional, como es el caso de los médicos,

pero esta satisfacción no evita la existencia de porcentajes considerables de burnout en

los mismos y su relación con problemas somáticos, de ansiedad y disfunción social.

Los datos en España parecen confirmar los resultados de otros países. En un

estudio de desgaste profesional y morbilidad en médicos de atención primaria de un

área sanitaria de Madrid37, los autores señalan una elevada prevalencia de burnout

(69,2%) ligeramente superior a otros estudios nacionales y con una prevalencia de

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patología psiquiátrica muy superior a la obtenida en estudios sobre la población general.

Ambas variables se relacionan entre sí de forma directamente proporcional,

observándose mayor prevalencia de morbilidad psiquiátrica a mayor número de

dimensiones con puntuaciones altas en desgaste profesional. También se confirma la

asociación entre desgaste profesional y mayor consumo de analgésicos, antidepresivos y

ansiolíticos, así como un porcentaje superior de bajas laborales de origen psiquiátrico.

Respecto a la comparación entre diversas especialidades médicas, parece clara la

presencia de mayores índices de desgaste profesional entre profesionales con amplio

contacto directo con los pacientes, tales como atención primaria o especialidades de

salud mental, sin embargo los resultados varían en función de las variables

organizacionales, de la tarea, individuales o sociolaborales que se incluyan. Así en un

estudio en hospitales en personal de Unidades de Enfermedades Infecciosas y Unidades

de Hemofilia, comparándolos con personal de Oncología y de Medicina Interna38, se

han encontrado algunas diferencias significativas en desgaste profesional y en

alteraciones de salud mental en función de variables laborales tales como la elección

voluntaria del puesto y la percepción de equilibrio entre el ámbito laboral y el social/ de

ocio. Otros estudios parecen confirmar esos datos señalando que la morbilidad

psiquiátrica se predice principalmente por factores como la sobrecarga laboral y el

estrés percibido, ambas relacionadas positivamente con agotamiento emocional,

mientras que la satisfacción con el contenido del trabajo actuaría como un moderador39.

Olmedo Montes y cols.40, analizando el desgaste profesional entre personal sanitario del

Servicio de Salud Mental, de Atención Primaria y de Atención Especializada, han

encontrado diferencias significativas entre los tres grupos, de forma que los dos

primeros (salud mental y atención primaria) obtienen mayores puntuaciones en

agotamiento emocional y despersonalización. Los autores explican los resultados en

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función de las características organizacionales diferenciadoras que suponen en Atención

Especializada un mayor nivel de seguridad a la hora de abordar tratamientos, más

tiempo de dedicación para cada paciente así como más medios para hacer frente a las

demandas laborales. Los profesionales de Salud Mental y Atención Primaria, por el

contrario, se enfrentan a una menor planificación y coordinación del trabajo en equipo,

mayor incertidumbre acerca de la adecuación de los tratamientos y a una mayor presión

temporal (por la presión asistencial en Atención Primaria y por la mayor demanda

temporal por parte del paciente psiquiátrico en Salud Mental). Respecto a la relación

entre el desgaste profesional y psicopatología o sintomatología psíquica, evaluada

mediante el SCL-90-R de Derogatis41, los autores han encontrado una mayor asociación

de la dimensión de agotamiento emocional con problemas de salud mental como

depresión (r= 0,392), obsesión-compulsión (r= 0,273), sensibilidad interpersional (r=

0,242), ansiedad (r= 0,222), hostilidad (r= 0,294) e ideación paranoide (r=0,262).

Despersonalización aparece relacionada significativamente con hostilidad (r= 0,262),

ideación paranoide (r= 0,266) y psicoticismo (r= 0,233), factores que pueden estar

relacionados con conductas de frialdad y distanciamiento. Finalmente, la dimensión de

realización personal presenta ausencia de relaciones significativas con la sintomatología

psicopatológica.

Los riesgos psicosociales del trabajo médico que pueden influir sobre la

aparición del desgaste profesional parecen incidir en la salud mental de los

profesionales desde los primeros contactos de éstos con la realidad asistencial. Una

revisión de la bibliografía sobre médicos residentes señala que la depresión y el

incremento de la irritabilidad son frecuentes en médicos ya desde el periodo de

entrenamiento y aprendizaje42 e incluso pueden aparecer signos de conductas obsesivo-

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compulsivas43, problemas de aprendizaje, emocionales, depresión y desorden bipolar44.

En el caso de los psiquiatras, se ha estudiado además el denominado “síndrome del

psiquiatra principiante” haciendo referencia al conjunto de síntomas neuróticos

transitorios y psicosomáticos relacionados con una sobreimplicación con los

pacientes45. También se ha relacionado el periodo de residencia con el desgaste

profesional, abuso del alcohol y depresión y su influencia en el cuidado y actitudes

hacia los pacientes46.

El impacto de la “cultura médica” es otra variable que la bibliografía ha

analizado en relación con la salud mental de los médicos y con el mantenimiento de

situaciones de estrés crónico, con el consiguiente riesgo de desgaste profesional26,47.

Una cierta cultura médica puede implicar pautas perfeccionistas y de adicción al trabajo

como normas rectoras de la rutina diaria e influir en los propios procesos de aprendizaje

de los médicos, de forma que conlleve la generalización de mecanismos de defensa que

dificultan la petición de ayuda en los profesionales48.

En los diferentes estudios sobre vulnerabilidad o sensibilidad en los médicos

ante problemas de salud mental se han señalado como determinantes algunos factores de

personalidad. McCrainie y Brandsma49 en 440 estudiantes de medicina que contestaron

al Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI) encontraron correlaciones de

factores como las escalas de baja autoestima, sentimientos de inadecuación, disforia,

preocupación obsesiva, pasividad, ansiedad social y aislamiento con altos índices de

burnout 25 años después. Otros factores estudiados son el perfeccionismo, la

competitividad y la respuesta individual de distrés ante los errores médicos50. La

autocrítica y la empatía también se han analizado en relación con la salud mental de los

médicos en estudios longitudinales, encontrando sobre todo efectos a largo plazo sobre

el estrés y depresión para la autocrítica51. En población española y sobre una muestra de

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427 médicos de familia, Cebriá y cols.52 encuentran que las variables relacionadas con

la ansiedad parecen estar relacionadas principalmente con el cansancio emocional y la

despersonalización, mientras que variables como afabilidad, estabilidad y atrevimiento

correlacionan con realización personal.

Desde una perspectiva salutogénica, buscando predictores del bienestar y calidad

de vida entre profesionales médicos, se ha encontrado que factores como la singularidad

dentro de la familia (entendida como la habilidad de mantener la identidad individual

entre los miembros de la familia) y el apoyo social son altos predictores de salud mental

y se relacionan con un nivel bajo de estrés53. Otro factor ampliamente estudiado por su

capacidad de modulación sobre los trastornos somáticos y/o psicológicos asociados al

estrés y el burnout es la personalidad resistente (hardiness). Así lo demuestran trabajos

como el de Kash y cols.54 sobre personal de servicios de oncología, incluidos médicos

oncólogos, en el que evaluaron estresores, variables de personalidad, burnout, síntomas

físicos y psicológicos, estrategias de afrontamiento y apoyo social encontrando que si

bien esta población presentaba elevados niveles de agotamiento emocional,

despersonalización y baja realización profesional, dichos resultados eran

significativamente menores en aquellas personas que puntuaban alto en personalidad

resistente.

Abuso de sustancias y adicciones.

La utilización de alcohol, tranquilizantes, barbitúricos o drogas ilícitas para

reducir la tensión producida por el desgaste emocional es una de sus consecuencias

conductuales. Los datos actuales sobre la prevalencia del consumo de alcohol y otras

sustancias adictivas en médicos indican porcentajes similares a los de la población

general pero con un mayor riesgo en estos profesionales por la facilidad para la auto-

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prescripción de drogas, siendo los tranquilizantes procedentes de la benzodiacepina y

los opiáceos los de mayor utilización48,55,56. Estos datos parecen confirmarse para la

población española57 señalando un consumo de riesgo de manera especial en las mujeres

de profesión médica.

En un estudio con profesionales sanitarios de un hospital general en España19 se

evaluó desgaste profesional (MBI), estado de salud general (GHQ-28) y datos

sociodemográficos, se ha encontrado relación entre el grado de desgaste profesional, la

salud general y el consumo de tabaco, analgésicos y tranquilizantes. Los autores han

encontrado resultados estadísticamente significativos para la dimensión de realización

personal del MBI en relación con el consumo de alcohol. Según el estudio, los

sanitarios que consumen analgésicos y tranquilizantes presentan mayor agotamiento

emocional, así como peor salud general. En cuanto al consumo de tabaco, las tasas altas

de consumo (más de 20 cigarrillos/día) se asocian con conductas de despersonalización,

encontrándose estos problemas de forma más acentuada entre los profesionales hombres

que en las mujeres profesionales.

Alteraciones cardiovasculares.

Así como la relación entre el estrés, las situaciones laborales de carga de trabajo

y las alteraciones cardiovasculares parece establecida, la relación entre el desgaste

profesional y los problemas cardiovasculares no está suficientemente investigada,

faltando estudios que aclaren las relaciones entre ambos aspectos.

Appels y Pazo Alvarez58, califican como “agotamiento vital” al conjunto de

síntomas tales como el cansancio, la depresión, la fatiga física prolongada, los

problemas de sueño, la sensación de agotamiento, de falta de aliento y otras alteraciones

fisiológicas que preceden habitualmente a síndromes coronarios agudos tales como el

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infarto de miocardio, la angina de pecho inestable y la muerte cardiaca súbita. Por otro

lado, existen pruebas de que ese estado de agotamiento vital supone un incremento del

riesgo de padecimiento de un síndrome coronario agudo como el infarto de miocardio59.

Tales datos sugieren que debe existir una correlación entre desgaste profesional, más

específicamente en su dimensión de agotamiento emocional, y las alteraciones

cardiovasculares, por ejemplo asociadas a problemas de hipertensión. Sin embargo los

estudios sobre esta posible relación son escasos y poco consistentes, probablemente

debido a su misma naturaleza multicausal, a las diferencias metodológicas en la

elección de las variables de estudio y al tipo de tratamiento estadístico utilizado.

En un estudio longitudinal sobre 3877 sujetos, Appels y Schouten60 encontraron

que una tercera parte de aquellas personas que habían sufrido agotamiento antes de un

infarto de miocardio señalaban haber sufrido burnout en algún periodo de sus vidas

(X2= 7.09 y p<.01). Estos resultados parecen indicar que el estado de agotamiento que

se produce con anterioridad a los infartos de miocardio puede ser una reacción ante los

continuos fallos de adaptación al estrés crónico. El burnout en sí sería, según los

autores, un factor de predicción de infarto de miocardio agudo.

En una investigación sobre una muestra de 104 trabajadores sin alteraciones

cardiovasculares61, los autores se plantearon analizar la relación entre desgaste

profesional definido como fatiga física, desgaste emocional y cansancio cognitivo en

dos de sus componentes (tensión-apatía) y riesgos cardiovasculares. Controlando otras

variables como edad, peso relativo, consumo de alcohol, de tabaco y actividad

deportiva, los autores encontraron que puntuaciones altas en desgaste profesional y

tensión se asocian a problemas de colesterol, índices de glucosa, triglicéridos, ácido

úrico y ligeras anomalías en ECG, lo que les lleva a concluir sobre la necesidad de

incrementar los estudios sobre el desgaste profesional como predictor de morbilidad y

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Page 13: el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Algunos de estos datos se confirman en

un estudio prospectivo posterior62 en el que se analizan los efectos de la sobrecarga

objetiva y subjetiva sobre el desgaste profesional en sus características físicas y

emocionales, y relación de éste con niveles de colesterol y triglicéridos 2 y 3 años

después, diferenciando los efectos en hombres y mujeres. Los autores encuentran que en

las mujeres trabajadoras, el aumento de los lípidos de suero se predice positivamente

por el componente emocional del burnout y negativamente por la fatiga física. En los

hombres, tanto el aspecto físico como el emocional del burnout predicen aumentos en

los niveles de colesterol.

Estilos y hábitos de vida.

Las condiciones laborales de los profesionales de la medicina implican trabajo a

turnos y nocturno, realización de guardias, horarios prolongados de trabajo y otras

condiciones ergonómicas que pueden incidir directamente en hábitos de salud como las

horas de sueño o los estilos de alimentación. Estas condiciones laborales son además en

ocasiones difíciles de conciliar con una vida familiar, social y de ocio satisfactoria, lo

que puede actuar como un factor de riesgo más en procesos de estrés o desgaste

profesional. A pesar de esta premisa, son escasos los trabajos encontrados que analicen

la relación entre hábitos de vida y desgaste profesional en los profesionales de la

medicina.

En un estudio en el que se analizan las diferentes perspectivas sobre lo que

proporciona bienestar y calidad de vida a médicos británicos y australianos63 se señalan

como especialmente relevantes aspectos como la alimentación, el sueño y el ejercicio

físico.

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Page 14: el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

Respecto al sueño, diferentes estudios coinciden en destacar el riesgo que

supone la deprivación del mismo para la salud del profesional, para su desgaste

emocional, para el incremento del riesgo de accidentes laborales y, en definitiva, para la

calidad del trabajo asistencial y del trato a los pacientes,51,47,64,65,66.

Las investigaciones sobre estrés médico y tiempo de sueño establecen una

relación inversa entre horas trabajadas y horas de sueño, señalando el trabajo como la

causa principal de la deprivación. Pero no sólo es importante la cantidad de horas de

sueño, la calidad del mismo también parece guardar relación con aspectos laborales, y

en este aspecto se señalan diferentes variables como elementos de influencia, tales como

la relación con compañeros y con supervisores, así como el feedback o

retroalimentación sobre el trabajo que se reciba de los mismos. Según estos datos, las

líneas de intervención se deberían centrar sobre la gestión y organización temporal del

trabajo y su incidencia en los equipos de trabajo, la supervisión, coordinación y reparto

de responsabilidades67,68.

Probablemente debido a esa relación entre la carga de trabajo y las horas

empleadas en ella, la mayoría de los estudios encontrados en la población de médicos se

refiere a residentes. Por ejemplo en un estudio sobre 4510 médicos residentes de

obstetricia y ginecología se relacionan altos índices de fatiga con prolongadas jornadas

de trabajo y pocas horas de sueño69. Estas dos variables se han confirmado en médicos

anestesistas no residentes señalándose como básica el control del proceso de estrés, que

si se cronifica puede desembocar en una situación de desgaste profesional70. También

en un análisis del trabajo de los médicos americanos de emergencias se señalan

antecedentes organizacionales que según los autores implican horarios de trabajo

incompatibles con la vida social, deprivación de sueño, baja satisfacción laboral y

burnout71.

14

Page 15: el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

Da Silva Sobral, y cols.19 señalan en su investigación que el ocio diario está

relacionado con el grado de desgaste profesional y con el estado de salud general de los

sanitarios, de tal forma que los profesionales que disfrutan de más de cuatro y menos de

dos horas de ocio al día sufren un mayor nivel de despersonalización. Además, un

período diario de dos o a cuatro horas de ocio se correlaciona con una salud general

mejor. Ese tiempo de ocio está en ocasiones también delimitado por el difícil equilibrio

entre las actividades domésticas y el trabajo asistencial. Este factor ha sido estudiado

principalmente en las mujeres profesionales médicas ya que aparece como un indicador

de riesgo añadido que las diferencia de sus colegas hombres15,72.

El desgaste profesional también tiene influencia en el ámbito socio-familiar del

médico, deteriorando las relaciones y aumentando los conflictos. Son frecuentes los

problemas en la familia por dificultades de comunicación, irritabilidad, hostilidad y

rupturas familiares, así como un progresivo aislamiento social y un enfriamiento de las

relaciones interpersonales2,73,74,75.

Conclusiones y futuras líneas de prevención e intervención.

La profesión médica se encuentra sujeta a una necesidad constante de

actualización y a las dificultades propias de la tarea desempeñada, que supone toma de

decisiones sobre la salud y bienestar de terceras personas. La relación con los pacientes

y sus familiares no siempre es fácil y las expectativas de los mismos en ocasiones son

difícilmente alcanzables para el profesional. Las propias expectativas con las que el

médico comienza el desarrollo de la profesión resultan, con la práctica diaria, frustradas

y todo ello en ocasiones en un entorno de presión asistencial, social y de sensación de

desamparo por parte de la Administración. Según Ferrer75, uno de los elementos básicos

a tener en cuenta es que estamos hablando de personas altamente motivadas, y tener en

15

Page 16: el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

cuenta este factor es determinante cuando se quiera prevenir e intervenir sobre el

desgaste profesional. Estas características parecen comunes en los diferentes trabajos

analizados en el presente artículo, independientemente de las puntuales diferencias de

los países de referencia, especialidades médicas analizadas y variables

sociodemográficas tenidas en cuenta. Todo ello facilita la aparición del desgaste

profesional que suele tener consecuencias que afectan, como se ha visto, a su salud

física, mental y a su bienestar y calidad de vida en general.

Ante esto, cuando el problema del desgaste profesional se encuentra ya presente

en las vidas de los profesionales, la intervención se hace necesaria. La intervención

suele centrarse principalmente en el tratamiento de los consecuentes anteriormente

revisados, pero cuando el trabajador afectado es un miembro de la profesión médica

existen una serie de elementos que dificultan la prevención y tratamiento. El miedo a ser

identificados como médicos que han fracasado en su carrera profesional, el temor a la

estigmatización que conllevan las patologías psiquiátricas, el miedo a perder la

credibilidad como profesionales de la salud entre los colegas y entre los pacientes, la

percepción de falta de confidencialidad de los servicios públicos, la ocultación del

problema por parte de los familiares y de los colegas, el hábitat inadecuado de los

servicios públicos de hospitalización psiquiátrica, los problemas económicos para

recibir tratamientos hospitalarios privados y el temor a perder el trabajo o a ser

inhabilitados para el ejercicio de la profesión17 suelen ser todos ellos factores que

obstaculizan la intervención, el tratamiento e incluso el autocuidado más básico. Por

todos esos motivos, la realización de programas de intervención específicos para

profesionales médicos afectados por desgaste profesional se presenta como una vía para

el tratamiento y reincorporación laboral temprana de los sujetos más afectados por sus

consecuencias.

16

Page 17: el desgaste profesional y la salud de los profesionales mdicos

Son igualmente necesarios programas de prevención centrados en los distintos

elementos antecedentes y moduladores del proceso. Por ese motivo, no sólo es básico el

diagnóstico de los riesgos psicosociales en el entorno laboral, sino también de los

factores que incrementan la sensibilidad ante el riesgo75,76, así como los factores

protectores y potenciadores de afrontamientos positivos tales como la competencia

emocional, la resiliencia y otros factores positivos que pueden aumentar los recursos de

la persona.77. Desde esta perspectiva, las intervenciones preventivas deberán también

dar al médico un papel activo en el desarrollo de sus competencias y recursos personales

para el afrontamiento del desgaste profesional.

La Comisión de las Comunidades Europeas en su Comunicación sobre “Cómo

adaptarse a los cambios en la sociedad y en el mundo del trabajo: una nueva estrategia

comunitaria de salud y seguridad (2002-2006)”78 promulga reforzar la cultura de

prevención mediante la educación, sensibilización y anticipación ante los nuevos

riesgos emergentes asociados tanto a las innovaciones técnicas como a la evolución

social. Este marco promueve un enfoque global del bienestar en el trabajo que incluye la

prevención de riesgos sociales como el estrés, el acoso, la depresión, la ansiedad y los

riesgos asociados a la dependencia del alcohol, las drogas o los medicamentos. Para ello

es básica la participación de los profesionales implicados, su sensibilización ante el

tema, sus actitudes y su actuación en la prevención de tales riesgos. Es primordial la

participación del profesional médico en la detección de los problemas que los riesgos

psicosociales le estén originando. Si oculta sus carencias de bienestar y sus alteraciones

de salud, difícilmente se podrán diagnosticar situaciones de riesgo y establecer los

adecuados programas de prevención.

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