el cuento de los generales - márquz
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7/25/2019 El Cuento de Los Generales - Mrquz
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El cuento de los generales que se creyeron su
propio cuento
Por Gabriel Garca Mrquez
Cuando el general Charles de Gaulle perdi su ltimo plebiscito, en 1969, un caricaturista
espaol lo dibuj frente a un general Francisco Franco minsculo y ladino ue le dec!a, con un
tono de abuelo" #$so te pasa por preguntn%& 'l d!a siguiente, el ue fuera el hombre
pro(idencial de Francia estaba asando castaas en su retiro de Colombey)les)deu*)$glises,
donde poco despu+s hab!a de morirse de repente y slo mientras esperaba las noticias frente
a la tele(isin& $l periodista Claude auriac, ue estu(o muy cerca de +l, describi las ltimas
horas de su (ida y su poder en un libro magistral, cuya re(elacin m-s sorprendente es ue el(iejo general estaba seguro de perder la consulta popular& $n efecto, desde la semana
anterior hab!a hecho sacar sus papeles personales de la residencia presidencial y los hab!a
mandado en (arias cajas a unas oficinas ue ten!a aluiladas de antemano& -s an" algunos
de sus allegados piensan ahora ue .e Gaulle hab!a con(ocado auel plebiscito innecesario
slo para darles a los franceses la oportunidad ue uer!an de decirle ue ya no m-s, general,
ue el tiempo de los gobernados es m-s lento e insidioso ue el del poder, y ue era (enido el
tiempo de irse, general, muchas gracias& /u (ecino, el general Francisco Franco, no tu(o la
dignidad de preguntarles lo mismo a los espaoles, y poco antes de su mala muerte con(oc
a los periodistas ue su propio r+gimen mantu(o amorda0ados durante cuarenta aos y
tambi+n a los ue su propio r+gimen pagaba para ue lo adularan, y los sorprendi con unadeclaracin fant-stica" #o puedo uejarme de la forma en ue siempre me ha tratado la
2rensa%&2or preguntones acaba de ocurrirles lo mismo ue a .e Gaulle a los militares turbios
y sin gloria ue gobiernan con mano de hierro a 3ruguay& 2ero lo ue m-s intriga de este
descalabro impre(isto es porue ten!an ue preguntar nada en un momento en ue parec!an
dueos de todo su poder, con la 2rensa comprada, los partidos pol!ticos prohibidos, la
acti(idad uni(ersitaria y sindical suprimida y con media oposicin en la c-rcel o asesinada por
ellos mismos, y nada menos ue la uinta parte de la poblacin nacional dispersa por medio
mundo& 4os analistas, acostumbrados a echarle la culpa de todo al imperialismo, no slo de lo
malo, sino tambi+n de lo bueno, piensan ue los gorilas uruguayos tu(ieron ue ceder a la
presin de los organismos internacionales de cr+dito para mejorar la imagen de su r+gimen&
5tros, an m-s retricos, dicen ue es la resistencia popular silenciosa, ue, tarde o
temprano, terminar- por soca(ar la tiran!a& o hay menos de (einte especulaciones distintas,
y es natural ue algunas de ellas sean factores reales& 2ero hay una ue corre el riesgo de
parecer simplista, y ue a lo mejor es la m-s pr*ima de la (erdad" los gorilas uruguayos )al
igual ue el general Franco y al contrario del general .e Gaulle) terminaron por creerse su
propio cuento&
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$s la trampa del poder absoluto& 'bsortos en su propio perfume, los gorilas uruguayos
debieron pensar ue la par-lisis del terror era la pa0, ue los editoriales de la 2rensa (endida
eran la (o0 del pueblo y, por consiguiente, la (o0 de .ios, ue las declaraciones pblicas ue
ellos mismos hac!an eran la (erdad re(elada, y ue todo eso, reunido y amarrado con un la0o
de seda, era de (eras la democracia& 4o nico ue les faltaba entonces, por supuesto, era la
consagracin popular, y para conseguirla se metieron como mansos conejos en la trampa
diablica del sistema electoral uruguayo& $s una m-uina infernal tan complicada ue los
propios uruguayos no acaban de entenderla muy bien, y es tan rigurosa y fatal ue, una (e0
puesta en marcha )como ocurri el domingo pasado), no hay manera de detenerla ni de
cambiar su rumbo&
/in embargo, lo m-s importante de esta pia militar no es ue el pueblo haya dicho ue no,
sino la claridad con ue ha re(elado la peculiaridad incomparable de la situacin uruguaya& $n
realidad, la represin de la dictadura ha sido fero0, y no ha habido una ley humana ni di(ina
ue los militares no (iolaran ni un abuso ue no cometieran& 2ero en camino se encuentran
dando (ueltas en el c!rculo (icioso de su propia 2reocupacin legalista& $s decir" ni ellosmismos han podido escapar de una manera de ser del pa!s y de un modo de ser de los
uruguayos, ue tal (e0 no se pare0can a los de ningn otro pa!s de 'm+rica 4atina& 'unue
sea por un detalle sobrenatural" 3ruguay es el nico donde los presos tienen ue pagar la
comida ue se comen y el uniforme ue se ponen, y hasta el aluiler de la celda
$n realidad, cuando irrumpieron contra el poder ci(il, en 197, los gorilasuruguayos no dieron
un golpe simple, como 2inochet o 8idela, sino ue se enredaron en el formalismo bobo de
dejar un presidente de fachada& $n 196, cuando a este se le acab el per!odo formal,
buscaron otra frmula retorcida para ue el poder armado pareciera legal durante otros cinco
aos& 'hora trataban de buscar una nue(a legalidad, ficticia con este plebiscito pro(idencialue les sali por la culata& $s como si la costumbre de la democracia representati(a )ue es
casi un modo de ser natural de la nacin uruguaya) se les hubiera con(ertido en un fantasma
ue no les permite hacer con las bayonetas otra cosa ue sentarse en ellas&