el cristianismo como un fenómeno cultural

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El cristianismo como un fenómeno cultural Cultura y Valores IP/CFT 2015

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Relato sobre la influencia del Cristianismo.

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El cristianismo como un fenmeno cultural

El cristianismo como un fenmeno culturalCultura y ValoresIP/CFT2015

.El judasmo y el cristianismo son dos religiones abrahmicas y monotestas, con varios puntos en comn y tambin con marcadas diferencias, tanto en la teologa como en la prctica.

Cada religin tiene su propio ethos y sus fundamentos. Y no existe ninguna religin que sea completamente monoltica. En cada una de ellas existen valiosas expresiones individuales de dilogo interreligioso establecido por los creyentes.

.Junto con el aporte grecorromano, aquello que puede denominarse judeocristianismo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilizacin occidental as como tambin un notable factor en la formacin del concepto "Europa" como entidad poltica, econmica y cultural.

Diferencias y Convergencias entre judaismo y cristianismo.Segn la Pontificia Comisin Bblica, el Nuevo Testamento es esencialmente una proclamacin del cumplimiento del designio de Dios en Jesucristo y debido a ello se encuentra en desacuerdo con la gran mayora del pueblo judo, que no cree en este cumplimiento.

La mencionada Comisin sostiene que el Nuevo Testamento simultneamente fidelidad a la revelacin del Antiguo Testamento y desacuerdo con la Sinagoga. Ese desacuerdo, sostiene, es a nivel de creencia, siendo asimismo fuente de controversias religiosas entre dos grupos humanos que comparten la misma fe de base en el Antiguo Testamento, pero luego se dividen en el modo de concebir el desarrollo ulterior de dicha fe.

.Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su eleccin se encuentran ya en los Patriarcas, en Moiss y los Profetas, conforme al misterio salvfico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham segn la fe, estn incluidos en la vocacin del mismo Patriarca y que la salvacin de la Iglesia est msticamente prefigurada en la salida del pueblo elegido de la tierra de esclavitud.

Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelacin del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dign establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles.

.La Iglesia tiene siempre ante sus ojos las palabras del Apstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, "a quienes pertenecen la adopcin y la gloria, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas; y tambin los Patriarcas, y de quienes procede Cristo segn la carne" (Rom., 9,4-5), hijo de la Virgen Mara.

Recuerda tambin que los Apstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judo, as como muchsimos de aquellos primeros discpulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo.

.Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual comn a cristianos y judos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bblicos y teolgicos y con el dilogo fraterno.

.El papa Juan Pablo II se esmer en mejorar las relaciones entre la Cristiandad y la Judeidad, siendo adems el primer pontfice catlico que hizo una visita oficial a la Sinagoga, donde oficialmente expres su apologa en nombre de la Iglesia catlica por su proceder contra los judos a lo largo de la historia. En tal ocasin se refiri al Judaismo como "el hermano mayor" del Cristianismo.

Benedicto XVI por su parte expres un punto de vista similar a aquel de los rabinos, dejando claro en un libro publicado en 2004 junto con Marcello Pera que el dilogo intercultural puede a menudo ser positivo, pero que el dilogo teolgico es prcticamente imposible y no siempre deseable.

.El Declogo en la Iglesia catlica:Los 10 mandamientos1 Amars a Dios sobre todas las cosas.

2083 Jess resumi los deberes del hombre para con Dios en estas palabras: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma y con toda tu mente (Mt 22, 37; cf Lc 10, 27: '...y con todas tus fuerzas'). Estas palabras siguen inmediatamente a la llamada solemne: Escucha, Israel: el Seor nuestro Dios es el nico Seor (Dt 6, 4).

Dios nos am primero. El amor del Dios nico es recordado en la primera de las diez palabras. Los mandamientos explicitan a continuacin la respuesta de amor que el hombre est llamado a dar a su Dios.

2 No dirs el nombre de Dios en vano.

Se dijo a los antepasados: No perjurars... Pues yo os digo que no juris en modo alguno (Mt 5, 33-34).

2142 El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Seor. Pertenece, como el primer mandamiento, a la virtud de la religin y regula ms particularmente el uso de nuestra palabra en las cosas santas.

3 Santificars las fiestas. (el da del Seor)

Recuerda el da del sbado para santificarlo. Seis das trabajars y hars todos tus trabajos, pero el da sptimo es da de descanso para el Seor, tu Dios. No hars ningn trabajo (Ex 20, 8-10; cf Dt 5, 12-15).

El sbado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sbado. De suerte que el Hijo del hombre tambin es Seor del sbado (Mc 2, 27-28). 4 Honrars a tu padre y a tu madre.

El Seor Jess record tambin la fuerza de este mandamiento de Dios (Mc 7, 8 -13). El apstol ensea: Hijos, obedeced a vuestros padres en el Seor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: para que aseas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra (Ef 6, 1-3; cf Dt 5 16).

2197 El cuarto mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que, despus de El, honrsemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha investido de su autoridad.5 No matars.

Habis odo que se dijo a los antepasados: No matars; y aquel que mate ser reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, ser reo ante el tribunal (Mt 5, 21-22).

2258 La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la accin creadora de Dios y permanece siempre en una especial relacin con el Creador, su nico fin. Slo Dios es Seor de la vida desde su comienzo hasta su trmino; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente (CDF, instr. "Donum vitae" intr. 5).

6 No cometers actos impuros. (adulterio)Habis odo que se dijo: No cometers adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer desendola, ya cometi adulterio con ella en su corazn (Mt 5, 27-28).

I Hombre y mujer los cre

2331 Dios es amor y vive en s mismo un misterio de comunin personal de amor. Crendola a su imagen... Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocacin, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunin (FC 11).

7 No robars.

2401 El sptimo mandamiento prohbe tomar o retener el bien del prjimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prjimo en sus bienes. Prescribe la justicia y la caridad en la gestin de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.

Con miras al bien comn exige el respeto del destino universal de los bienes y del derecho de propiedad privada. La vida cristiana se esfuerza por ordenar a Dios y a la caridad fraterna los bienes de este mundo.8 No dars falsos testimonios.

Se dijo a los antepasados: No perjurars, sino que cumplirs al Seor tus juramentos (Mt 5, 33).

2464 El octavo mandamiento prohbe falsear la verdad en las relaciones con el prjimo. Este precepto moral deriva de la vocacin del pueblo santo a ser testigo de su Dios, que es y que quiere la verdad. Las ofensas a la verdad expresan, mediante palabras o acciones, un rechazo a comprometerse con la rectitud moral: son infidelidades bsicas frente a Dios y, en este sentido, socavan las bases de la Alianza.

9 No consentirs pensamientos ni deseos impuros.

No codiciars la casa de tu prjimo, ni codiciars la mujer de tu prjimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prjimo (Ex 20, 17).

El que mira a una mujer desendola, ya cometi adulterio con ella en su corazn (Mt 5, 28).

2514 San Juan distingue tres especies de codicia o concupiscencia: la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida (cf 1 Jn 2, 16). Siguiendo la tradicin catequtica catlica, el noveno mandamiento prohbe la concupiscencia de la carne; el dcimo prohbe la codicia del bien ajeno.

10 No codiciars los bienes ajenos.

No desears... su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prjimo (Dt 5, 21).

2534 El dcimo mandamiento desdobla y completa el noveno, que versa sobre la concupiscencia de la carne. Prohbe la codicia del bien ajeno, raz del robo, de la rapia y del fraude, prohibidos por el sptimo mandamiento. La concupiscencia de los ojos (cf 1 Jn 2, 16) lleva a la violencia y la injusticia prohibidas por el quinto precepto (cf Mi 2, 2). La codicia tiene su origen, en la idolatra condenada en las tres primeras prescripciones de la ley (cf Sb 14, 12). El dcimo mandamiento se refiere a la intencin del corazn; resume, con el noveno, todos los preceptos de la Ley.Los 10 Mandamientos: Un gran "SI"Benedicto XVI, Mariazell, 13,IX,07.Si con Cristo y su Iglesia releemos de nuevo el Declogo del Sina (...) nos damos cuenta de que es (...) ante todo: -un s a un Dios que nos ama y nos gua (...) y sin embargo nos deja nuestra libertad entera (los tres primeros mandamientos).

-Es un s a la familia (cuarto mandamiento),

-a la vida (quinto mandamiento),

-a un amor responsable (sexto mandamiento),

-a la responsabilidad social y a la justicia (sptimo mandamiento),

-a la verdad (octavo mandamiento),

-al respeto de los otros y de lo que les pertenece (noveno y dcimo mandamientos).