el crimen sin castigo de rafael lugo

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68 GATOPARDO www.gatopardo.com AGENDA CULTURAL Libros Dedico este libro a la memoria del elefante asesinado por el rey Juan Carlos I. Hay una razón por la cual los animales no eligen reyes y es la misma por la que no disfrutan asesinando a otras especies”. Con esta dedicatoria, irónica y punzante como su pluma, Rafael Lugo Naranjo abre las 250 páginas de su última obra. Siete es un relato que nos invita a reflexionar sobre la existencia y el hastío. Íñigo, su protagonista, en un hombre salido del manicomio, cuya vida transcurre en función de la muerte. Según Lugo, este personaje “proviene de esa parte del cerebro que piensa en el extremo y siempre está parada en el filo del precipicio”. Una crítica social sin pelos en la lengua, fiel a su estilo políticamente incorrecto, alejado del barroco y desprovisto de maquillaje: “Esta historia es mi manera de decir que, por si acaso, ya me di cuenta de que todo esto es una mierda, que no es nada nuevo, que todos tenemos algo de este hijo EL CRIMEN SIN CASTIGO DE RAFAEL LUGO El escritor y abogado quiteño acaba de publicar su más reciente novela: Siete. En ésta nos cuenta la historia de un asesino que —absorto en sus delirios— encarna la impunidad y la decadencia humana. de puta del asesino… Que a los espejos no hay que tenerles miedo sino respeto y que vivimos como nunca en un mundo impune… Impune total”. Lugo es un pesimista por naturaleza. Para él, la historia de la humanidad es una caída libre en que la contaminación, las brechas económicas, la guerra y el hambre son persistentes y se agudizan en la medida que la sociedad se va haciendo compleja. Quizá por lo mismo prefiere reírse que llorar ante lo que descubren sus ojos. Dueño de un lenguaje crudo y directo, no rehúye al insulto en el momento de describir o adjetivar, porque las “malas palabras” son precisas, y “cuando son bien usadas, no es necesario aumentar nada más”. De hecho, él es uno de esos escritores que valoran sobremanera la capacidad de síntesis en una narración, razón por la que aplaude la prosa de autores como Fernando Vallejo, Hemingway o Charles Bukowski. Siete es una novela ambientada en Quito, ciudad en la que Rafael Lugo nació hace casi 40 años y por la que siente un gran apego: “Soy más quiteño que el panecillo”, dice. Así, su conocimiento del escenario le permite llevar el realismo al límite de lo imaginable. Es una interesante apuesta la que hace este abogado en ejercicio, que ha rechazado de plano la idea de redactar una sentencia para absolver o condenar a Íñigo por sus crímenes. El juicio final queda en manos del honorable lector. por jorge sánchez de n.

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AGENDA CULTURAL — Libros

Dedico este libro a la

memoria del elefante asesinado por el rey Juan Carlos I. Hay una razón por la cual los animales no eligen reyes y es la misma por la que no disfrutan asesinando a otras especies”. Con esta dedicatoria, irónica y punzante como su pluma, Rafael Lugo Naranjo abre las 250 páginas de su última obra.

Siete es un relato que nos invita a reflexionar sobre la existencia y el hastío. Íñigo, su protagonista, en un hombre salido del manicomio, cuya vida transcurre en función de la muerte. Según Lugo, este personaje “proviene de esa parte del cerebro que piensa en el extremo y siempre está parada en el filo del precipicio”. Una crítica social sin pelos en la lengua, fiel a su estilo políticamente incorrecto, alejado del barroco y desprovisto de maquillaje: “Esta historia es mi manera de decir que, por si acaso, ya me di cuenta de que todo esto es una mierda, que no es nada nuevo, que todos tenemos algo de este hijo

EL CRIMENSIN CASTIGO DE RAFAEL LUGOEl escritor y abogado quiteño acaba de publicar su más reciente novela: Siete. En ésta nos cuenta la historia de un asesino que —absorto en sus delirios— encarna la impunidad y la decadencia humana.

de puta del asesino… Que a los espejos no hay que tenerles miedo sino respeto y que vivimos como nunca en un mundo impune… Impune total”.

Lugo es un pesimista por naturaleza. Para él, la historia de la humanidad es una caída libre en que la contaminación, las brechas económicas, la guerra y el hambre son persistentes y se agudizan en la medida que la sociedad se va haciendo compleja. Quizá por lo mismo prefiere reírse que llorar ante lo que descubren sus ojos. Dueño de un lenguaje crudo y directo, no rehúye al insulto en el momento de describir o adjetivar, porque las “malas palabras” son precisas, y “cuando son bien usadas, no es necesario aumentar nada más”. De hecho, él es uno de esos escritores que valoran sobremanera la capacidad de síntesis en una narración, razón por la que aplaude la prosa de autores como Fernando Vallejo, Hemingway o Charles Bukowski.

Siete es una novela ambientada en Quito, ciudad en la que Rafael Lugo nació hace casi 40 años y por la que siente un gran apego: “Soy más quiteño que el panecillo”, dice. Así, su conocimiento del

escenario le permite llevar el realismo al límite de lo imaginable.

Es una interesante apuesta la que hace este abogado en ejercicio, que ha rechazado de plano

la idea de redactar una sentencia para absolver o condenar a Íñigo por sus crímenes. El juicio final queda en manos del honorable lector. — por jorge sánchez

de n.

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El escritor y compilador español

Jorge Carrión llevaba tiempo dándole vueltas al tema. Desde hace una década, pensaba, hay un gran despegue narrativo en los terrenos de la no ficción escrita en español. Los cronistas han sabido construir piezas a la altura de una realidad múltiple y cambiante. Y tras la última década, se retrató a los primeros testigos y a los intérpretes del nuevo siglo.

“Faltaba una antología que dé cuenta de este fenómeno en nuestra lengua”, le escribió Carrión en un e-mail al editor Jorge Herralde, quien aceptó la propuesta de inmediato. Muchas de las crónicas compiladas aquí las leyó durante sus viajes entre América Latina y Barcelona. Otras, las encontró contactando a los autores, navegando por internet o leyendo Soho, El Malpensante, Gatopardo, Etiqueta Negra, entre otras revistas que hoy significan para Hispanoamérica

que no dejan de sorprenderme, me interesa cómo siguen buscando historias en cada texto que publican. Es una búsqueda constante”, dice Carrión.

Cada uno tiene una mirada y una prosa diferenciadas. Hay una distancia saludable entre cada

texto, entre la crónica de Juan Villoro en su viaje a Japón, “el país del té de la hipermodernidad”; la de Alberto Salcedo Ramos y su espontaneidad para capturar a un hombre llamado Chivolito que cuenta chistes en funerales; la de Juan Pablo Meneses en su viaje a Estambul durante el atentado a las Torres Gemelas en 2001; la de Alberto Fuguet en su entrevista a un dealer chileno de películas piratas inéditas en dvd, o la de Gabriela Wiener, quien tuvo que hacer todo, al más puro estilo gonzo, para que

la dominatrix Lady Monique aceptara una entrevista —y por lo que le dieron varios latigazos en el trasero.Es un abanico plural. Las calles de Hispanoamérica se han vuelto el mejor baúl de tesoros que la ficción todavía no se ha puesto a inventar. Y leer este libro es una oportunidad para situar, debatir y hacer polémica sobre cuál es el quehacer del periodismo y la literatura que se está haciendo hoy en día en español, en el DF, en Santiago o en Barcelona.— por guillermo

sánchez cervantes

Desde crónicas por Estambul, Japón, Ciudad Juárez y la guerrilla colombiana hasta retratos de Fidel Castro, un vendedor de películas piratas y una dominatrix, la nueva antología de crónica de la editorial española Anagrama, Mejor que ficción, presenta 21 textos que definen la mirada periodística hispanoamericana actual.

La no ficciónen su esplendor

lo mismo que, The New Yorker para el periodismo estadounidense.“En las revistas encuentro que hay un gran margen de libertad, pero también tiene sus consignas implícitas”, dice el compilador.

Mejor que ficción pretende ser sólo una pequeña selección de una gran variedad de plumas del Cono Sur, América del Norte y España. Su compilador necesitaba que fuera representativa.Y buscó todos los géneros y tendencias posibles: desde la crónica política, de viaje y cultural hasta la sexual. Entre los nombres figuran Martín Caparrós, Rodrigo Fresán, Julio Villanueva Chang, Leila Guerriero, Jordi Costa, Juan Villoro, Juan Pablo Meneses, Alberto Salcedo Ramos, Gabriela Wiener, entre otros.

“Con esta antología descubrí el rigor latinoamericano, sobre todo a través de Martín Caparrós y de Edgardo Cozarinsky, que para mí es un precursor. Después de leerlos a todos ellos, puedo decir

Martín Caparrós