el continuo nuñes

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El "Continuo" y la "Abominacin Asoladora" de Daniel 12:11Por Samuel Nuez En el libro de Daniel hay dos expresiones clticas que tratar de interpretar de acuerdo al contexto en que aparecen. La primera es la "abominacin desoladora" (shiqqusim meshomem, hashshiqqus meshomem y shiqqus shomem) de Daniel 9:27; 11:31 y 12:11. La segunda es 'el continuo' (tamid) que se encuentra en Daniel 8:11-13; 11:31 y 12:11. Probablemente si uno logra interpretar correctamente estas dos expresiones de Daniel 8:11-13; 9:27 y 11:31, en su debido contexto, gramatical e histrico, tambin pueda interpretar correctamente las dos expresiones clticas idnticas que aparecen en Daniel 12:11. Estoy consciente de la historia exegtica de estas dos expresiones clticas dentro de nuestra iglesia. Tambin estoy consciente de que en el ao 1908 la sierva de Dios se vio en la necesidad de escribir a dos lderes de la Iglesia Adventista que tenan opiniones contrarias sobre la interpretacin del "continuo" de Daniel 8:11-13, dicindoles que no tena luz especial sobre el punto en discusin y que adems no vea la necesidad de discutirlo (carta al pastor W. Prescott). Tambin agreg, entre otras cosas, que en ese momento histrico de la iglesia no debera tocarse el tema, y que en lo que pudiera decirse en favor de cada posicin, el silencio era elocuencia (carta al pastor S. N. Haskell). Alguien podra preguntar, si a la sierva de Dios no se le concedi luz especial sobre estas dos expresiones clticas, y que en 1908 el silencio era elocuencia en relacin al tema, por qu dedicar tiempo ahora a estudiar esas dos expresiones? Por qu habra de ser importante comprenderlas en nuestros das? Sin adelantarme a la exposicin de mi tema, me concretar a decir que la importancia de estas dos expresiones radica en que estn muy relacionadas con los eventos de los ltimos das de la historia de nuestro mundo y que es nuestro deber saber en qu momento de la historia nos encontramos. La seora White, al comentar sobre los lderes de Jud que vivieron en el tiempo de nacimiento de Cristo, escribi: "'Cuando se produjo el primer advenimiento de Cristo los sacerdotes y fariseos de la ciudad santa, a quienes fueran confiados los orculos de Dios, habran podido discernir las seales de los tiempos y proclamar la venida del Mesas prometido. La profeca de Miqueas sealaba el lugar de su nacimiento (Miq. 5:2). Daniel especificaba el tiempo de su nacimiento (Dan. 9:25).

Dios haba encomendado estas profecas a los caudillos de Israel; no tenan, pues, excusa, por no saber que el Mesas estaba a punto de llegar, y por no habrselo dicho al pueblo. Su ignorancia era el resultado de su descuido. Los judos estaban levantando monumentos a los profetas de Dios que haban sido muertos, mientras que con la deferencia con que trataban a los grandes de la tierra estaban rindiendo homenaje a los siervos de Satans. Absortos en sus luchas ambiciosas por los honores mundanos y el poder, perdieron de vista los honores divinos que el Rey de los cielos les haba ofrecido" (El conflicto de los siglos, pgs. 358, 359. En lo sucesivo el ttulo de este libro se abreviar CS). Pocos prrafos ms adelante aade: "Oh, qu leccin ensea esta maravillosa historia de Beln! Qu reconvencin para nuestra incredulidad, nuestro orgullo y amor propio! Cmo nos amonesta a que tengamos cuidado, no sea que por nuestra criminal indiferencia, nosotros tambin dejemos de discernir las seales de los tiempos, y no conozcamos el da de nuestra visitacin!" (Id., pg. 360. El nfasis es nuestro). La misma autora declar: 'No debe interpretarse una declaracin del Salvador en forma tal que venga a anular otra. Aunque nadie sepa el da ni la hora de su venida, se nos exhorta y se requiere de nosotros que sepamos cundo est cerca. Se nos ensea, adems, que menospreciar su aviso y negarse a averiguar cundo su advenimiento est cercano, ser tan fatal para nosotros como lo fue para los que viviendo en das de No no supieron cundo vendra el diluvio' (Id., pgs. 420, 421. El nfasis es de la autora). Como se nota en la ltima cita, "se requiere de nosotros que sepamos cun cerca est" nuestro Seor, ya que "negarse a averiguar cundo su advenimiento est cercano" puede ser tan fatal para nuestra iglesia o para nosotros como lo fue para los antediluvianos. La abominacin desoladora. Con estos pensamientos en mente comencemos nuestro estudio tratando de entender, en primer lugar, la expresin "abominacin desoladora". Pero antes de continuar deseara que quedara bien claro que esta interpretacin es tentativa. La presento con el ardiente deseo de estimular la investigacin y el estudio de la Palabra de Dios que es la antorcha que alumbra en la oscuridad, hasta que el da amanezca. Lo primero que quiero hacer notar es que nuestro Seor Jesucristo hizo referencia a la "abominacin desoladora" anunciada por el profeta Daniel, en su sermn escatolgico (Mal. 24:15; Mar. 13:14; cf. Luc. 21:20), que tena que ver con el fin de la nacin juda como pueblo de Dios, incluyendo a la ciudad de Jerusaln y el santuario, y que tambin tiene que ver con el fin del mundo.

En otras palabras, el sermn del Seor Jess en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 tiene un doble cumplimiento. El primero ya tuvo lugar en los eventos que culminaron con la destruccin de Jerusaln y del santuario en el ao 70 d. C. El segundo tendr lugar en los eventos que van a culminar con la destruccin del mundo. Estas dos grandes crisis fueron predichas por nuestro Seor Jess para contestar las dos preguntas que le hicieron sus discpulos. La primera tena que ver con el tiempo de la destruccin del templo: "Cundo sucedern estas cosas?" Y la segunda tiene que ver con eventos indicadores de la segunda venida de Jess: "Cul ser la seal de tu venida y del fin del mundo?" La seora White, al comentar sobre el sermn escatolgico del Seor Jess, declar: "La profeca del Seor entraaba un doble significado; al par que anunciaba la ruina de Jerusaln, presagiaba tambin los horrores del gran da final" (CS., pg. 28). La misma autora, en otro de sus libros, escribi: "En su amonestacin a sus discpulos, Jess no consider por separado la destruccin de Jerusaln y el gran da de su venida. Combin la descripcin de estos dos acontecimientos. Si hubiese revelado a sus discpulos los acontecimientos futuros como los contemplaba l, no habran podido soportar la visin. Por misericordia hacia ellos, fusion la descripcin de las dos grandes crisis, dejando a los discpulos estudiar por s mismos el significado. Cuando se refiri a la destruccin de Jerusaln, sus palabras profticas llegaron ms all de este acontecimiento hasta la conflagracin final de aquel da en que el Seor se levantar de su lugar para castigar al mundo por su impiedad, cuando la tierra revelar sus sangres y no encubrir ms sus muertos. Este discurso entero no fue dado solamente para los discpulos, sino tambin para aquellos que iban a vivir en medio de las ltimas escenas de la historia de esta tierra" (El Deseado de todas las gentes, pgs. 581, 582). Est claro, pues, que el sermn proftico tiene doble cumplimiento. Ahora tratemos de ver cul es el significado de la expresin "abominacin desoladora" de Daniel 9:27, a la cual se refiri nuestro Seor Jess en su sermn escatolgico. Para lograr este objetivo debemos descubrir primero cmo utilizaron los autores del Antiguo Testamento o la Biblia Hebrea, la palabra "abominacin" (shiqqus). Aqu cabe mencionar que en el idioma hebreo hay tres palabras que se traducen al espaol como "abominacin". La primera de ellas es ebah, que se utiliza en el rea de la tica moral. La segunda es sheqes que, por lo general, se usa en relacin a las comidas no limpias o inmundas (Lev. 11:13, 20, 23; 41, 42. La tercera y ltima es shiqqus que siempre se utiliza en conexin

con prcticas idoltricas, ya sea que se refiera al dolo en s (Jer. 16:18) o a alguna otra cosa relacionada con el ritual idoltrico. De estas tres palabras hebreas que se traducen como "abominacin", la que ms nos interesa comprender es shiqqus, porque ese es el trmino que se utiliza en los versculos de Daniel 9:27; 11:31; 12:11. Para confirmar este punto de vista veamos algunos ejemplos del uso del trmino shiqqus en el Antiguo Testamento. En 1 Reyes 1 1:5 dice: "Porque Salomn sigui a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, dolo abominable (shiqqus) de los amonitas". Tambin. en el versculo 7 dice: "Entonces edific Salomn un lugar alto a Quemos, dolo abominable de Moab, en el monte que est enfrente de Jerusa-ln, y a Moloc, dolo abominable (shiqqus) de los hijos de Amn" (vase tambin 2 Rey. 23:13). Es muy claro en estos dos pasajes que shiqqus tiene que ver con un dolo pagano. En Ezequiel 11:18 la misma palabra, aunque en plural, se relaciona con la idolatra: "Y volvern all, y quitarn de ella todas sus idolatras y todas sus abominaciones" (shiqqusim). Lo mismo ocurre en 11:21: "Mas aquellos cuyo corazn anda tras el deseo de sus idolatras y de sus abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehov el Seor". A la luz de estos ejemplos se puede ver que las palabras "abominacin" shiqqus y "abominaciones" shiqqusim estn ligadas a un dolo o dolos u otra cosa relacionada con el ritual idoltrico. Ahora surge la pregunta, qu es entonces la "abominacin desoladora" de Daniel 9:27, referida por nuestro Seor en su sermn escatolgico? La respuesta no puede ser otra que esa "abomi-nacin" tiene que referirse a los dolos de Roma o a algn otro elemento de Roma relacionado con el culto idoltrico. Si alguno pregunta, por qu Roma? Respondemos, porque ese es el poder que destruye el santuario en Daniel 8 y 9. Esta respuesta concuerda con el siguiente comentario de la seora White: "Y el Salvador advirti a sus discpulos: 'Por tanto, cuando viereis la abominacin del asolamiento, que fue dicha por Daniel, profeta, que estar en el lugar santo (el que lee, entienda), entonces los que estn en Judea huyan a los montes' (Mat. 24:15, 16; Luc. 21:20). Tan pronto como los estandartes del ejrcito romano idlatra fuesen clavados en el suelo sagrado, que se extenda varios estadios ms all de los muros, los creyentes en Cristo deban huir a un lugar seguro. Al ver la seal preventiva, todos los que quisieran escapar deban hacerlo sin tardar" (CS., pgs. 28, 29).

Queda establecido, entonces, que la "abominacin desoladora", de la cual habl nuestro Seor Jess tiene que ver, en su primer cumplimiento, con "los estandartes idoltricos del ejrcito romano" clavados en el suelo sagrado alrededor de la ciudad de Jerusaln. Pero, qu haremos con la interpretacin de san Lucas que intercambia la expresin "abominacin desoladora" por "un ejrcito"? (Luc. 21:20). El problema se resuelve si tomamos en cuenta que ese ejrcito tena estandartes idoltricos que eran el smbolo de la autoridad romana. Esta interpretacin est en armona con el uso de la palabra shiqqus (abominacin) en el Antiguo Testamento. Antes de ver qu ser la "abominacin desoladora" del segundo cumplimiento o del tiempo del fin, tratemos de descubrir el significado probable de la palabra 'continuo'. El continuo Las palabras "continuo", "continuamente" y "perpetuo" son los trminos utilizados en espaol para traducir la voz hebrea tamid. Sin embargo, esta misma palabra ha sido traducida en Daniel 8:1113;11:31; y 12:11 como "continuo sacrificio". Es al "continuo sacrificio" que se refiere tamid en el libro de Daniel? Antes de contestar esta pregunta es necesario que veamos cmo se usa la palabra tamid en el Antiguo Testamento. A continuacin presento algu-nos ejemplos: Exodo 25:30: "Y pondrs sobre la mesa el pan de la proposicin delante de m continuamente" (tamid). Exodo 29:38: "Esto es lo que ofrecers sobre el altar: dos corderos de un ao cada da continua-mente" (tamid). Exodo 30:8: "Y cuando Aarn encienda las lmparas al anochecer, quemar el incienso; rito perpetuo (tamid) delante de Jehov por vuestras generaciones". Levtico 24:2: "Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lmparas continuamente" (tamid). Nmeros 28:3: "Y les dirs: Esta es la ofrenda encendida que ofreceris a Jehov: dos corderos sin tacha, de un ao, cada da, ser el holocausto continuo" (tamid). Es claro que la palabra hebrea tamid no se utiliza slo en relacin al sacrificio diario del templo judo, sino tambin en relacin a las lmparas, los panes de la proposicin y el altar del incienso del santuario de Dios. Por eso me parece ms apropiado interpretar la

palabra tamid de los versculos de Daniel, dependiendo del contexto en que aparezca, como el culto o servicio del santuario en Jerusaln o simple-mente el culto del verdadero Dios. Si esta interpretacin es correcta, entonces el "continuo" de Daniel 8:11-13, que fue quitado por el "cuerno pequeo", se refiere al servicio del santuario de Jerusaln que fue descontinuado por el ejrcito romano cuando literalmente ech por tierra el templo de Jerusaln. Tambin puede referirse el continuo del mismo pasaje al culto del verdadero Dios que fue sustituido por un culto pagano o semipagano en la Edad Media. La abominacin desoladora del tiempo del fin Ahora veamos el significado de la "abominacin desoladora" del tiempo del fin o de los ltimos das. Comenzamos nuestra argumentacin diciendo que nuestro Seor Jess hizo referencia a la "abominacin desoladora" en su sermn escatolgico. Tambin dijimos que dicho sermn tiene doble cumplimiento. Que el primero tuvo lugar en el pasado y que el segundo lo tendr en el futuro. Vimos tambin que la "abominacin desoladora" del primer cumplimiento tuvo que ver con los estandartes idoltricos del ejrcito romano que eran el smbolo de la autoridad del imperio romano pagano. Ahora nos toca investigar el significado de la "abominacin desoladora" del tiempo del fin. Todo estudioso sincero y diligente del libro de Daniel encontrar en las profecas de dicho libro que Dios revel al profeta toda la historia de nuestro mundo, desde su tiempo hasta la venida de nuestro Seor en gloria y majestad. Tambin encontrar en dichas profecas que en el transcurso de esa historia se levantaran cuatro grandes imperios: Babilonia, MedoPersia, Grecia y Roma (Dan. 2). Hallar, adems, que el cuarto o ltimo imperio sera dividido y que de ese reino saldra un "cuerno pequeo" que dominara por "tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo" (Dan. 7:25). Segn la interpretacin de la mayora de nuestros eruditos, ese "cuerno pequeo" simboliza a la Roma papal que, en una forma u otra, impuso su poder sobre los "santos del Altsimo" desde el ao 538 hasta 1798 d. C. Este mismo poder, a nuestra manera de ver, est representado por el "rey" de Daniel 1 1:36-45, por el "hombre de pecado" de 2 Tesalonicenses 2:1-12 y por la "bestia" que sube del mar de Apocalipsis 13:1-10. Es en el capitulo 13 de Apocalipsis donde encontramos que esa

potencia recibira una herida de muerte, pero que sta se curara (Apoc. 13:3). Este simbolismo de herida y sanamiento nos indica que aunque ese poder recibi una herida de muerte en 1798, cuando le quitaron su podero, tambin resur-gira de nuevo con el mismo poder, o an mayor, a tal punto que los habitantes de la tierra, maravilla-dos, le rendiran culto (Apoc. 13:3, 4). Si esta interpretacin es correcta, entonces ese poder poltco-religioso que est representado por el "cuerno pequeo" de Daniel 7:24-26 y por el "rey" de Daniel 11:36-45 existir cuando se levante Miguel y el mundo sea sumido en una angustia tal que jams hombre alguno haya conocido (Dan. 12:1). En otras palabras, ese poder poltico-religioso estar activo en el "tiempo del fin" (et qes) o en la ltima parte de la historia de nuestro mundo. Segn Daniel 11:40-45, es en el "tiempo del fin" cuando ese poder entrara "a la tierra gloriosa". Es en ese tiempo cuando se apoderara "de los tesoros de oro y plata". Es en ese tiempo cuando "noticias del oriente y del norte lo atemorizarn, y saldr con gran ira para destruir y matar a muchos". Es en ese tiempo cuando "plantar las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo". Es tambin en ese "tiempo del fin" cuando Miguel se levantar, cuando ocurrir el tiempo de angustia y la resurreccin especial (Dan. 12:1-3). De paso, es esta porcin de Daniel 11:40 al 12:3 que se le dijo al profeta que sellara hasta el "tiempo del fin" (et qes, Dan. 12:4). La expresin temporal "tiempo del fin" (et qes), es exclusiva del libro de Daniel (Dan. 8:17; 11.-35, 40; 12:4, g). Sin embargo, la palabra qes (fin) por s sola aparece en otros libros del Antiguo Testamento; y por el uso que se le da en esa seccin de la Biblia, se puede concluir que ese trmino tiene un significado escatolgico. Por ejemplo, en Ams 8:2 qes indica el fin del reino de Israel del norte; y en Ezequiel 7:2, 6 qes indica el fin del reino de Jud (vase tambin Habacuc 2:3). En base a estos ejemplos, y al contexto de la visin de Daniel 8, me inclino a pensar que en Daniel 8:17 la expresin "tiempo del fin" puede referirse al fin de la nacin juda como pueblo de Dios y tambin al perodo final de la historia de nuestro mundo. En cambio, en otros contextos la expresin "tiempo del fin" no puede referirse ms que al perodo final de la historia humana que ha sido determinado por Dios (Dan. 11:40-12:4). De acuerdo a la seora White "el tiempo del fin" de Daniel 12:4 comenz en 1798. Notemos sus palabras: "Pero la parte de su profeca que se refera a los ltimos das, deba Daniel cerrarla y sellarla 'hasta el tiempo del fin'" (C&, pgs. 404, 405). Y pocas lneas ms adelante, aadi: "Pero desde 1798 el libro de Daniel ha sido desfilado, la ciencia

de las profecas ha aumentado y muchos han proclamado el solemne mensaje del juicio cercano" (Ibd). Al llegar a esta parte de nuestro estudio es muy importante notar que el profeta Daniel, antes de concluir su libro, nos comenta que oy a uno que estaba en la orilla del ro preguntarle "al varn vestido de lino que estaba sobre las aguas del ro: Cundo ser el fin (qes) de estas maravillas?" (Dan. 12:6). A lo cual respondi el "varn vestido de lino" que ser "por tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo" (Dan. 12:7). La pregunta del ngel dirigida al "varn vestido de lino" se puede entender de dos maneras. Dependiendo del contexto, la expresin hebrea ad matay puede significar "hasta cundo" o "cunto tiempo". Por la forma gramatical de la respuesta que le dio "el varn vestido de lino" al ngel, me parece que la pregunta de ste fue la siguiente: Cunto tiempo ser el fin de estas maravillas?, y la respuesta del "varn vestido de lino" fue: "Por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo" (Dan. 12:7). Si mi interpretacin es correcta, las maravillas de la pregunta del ngel son las maravillas de "el fin" (qes) del "tiempo del fin" (et qes). Sin embargo, Daniel declara que l oy pero no entendi. De all que l mismo se atrevi a preguntar: "Cul ser el fin (aharit) de estas cosas?" (Dan. 12.8). En otras palabras, qu evento ocurrir en la "parte final" (aharit) correspondiente a las maravillas? A pesar de que le dijeron a Daniel que estas cosas estaban cerradas y selladas hasta el tiempo del fin" (Dan. 12:9), le dieron una respuesta: "Muchos sern limpios, y emblanquecidos y purificados..." (Dan. 12:10). Adems, siendo que Daniel pregunt por un evento, el "varn vestido de lino" aadi: "Desde el momento que sea quitado el continuo (tamid) y se establezca la abominacin desoladora (shiqqus shomem) habr mil doscientos noventa das" (Dan. 12:11). Es en este contexto de la visin de la historia que debemos entender la "abominacin desoladora" y el "continuo" de Daniel 12:11. En otras palabras, este "continuo" y esta "abominacin desoladora" todava van a tener su cumplimiento en la "parte final" (aharit) del "tiempo del fin" (et qes). Como ya hemos comentado anteriormente, la palabra "abominacin" (shiqqus) tiene que ver con la idolatra, ya sea que se refiera a los dolos o a alguna otra cosa ligada con el culto pagano. Por lo tanto, la "abominacin desoladora" de Daniel 12:11 tambin tiene que referirse a un dolo o dolos o a alguna otra cosa ligada con el culto idoltrico. Por lo tanto, la "abominacin desoladora" de Daniel 12:11 tambin tiene que referirse a un dolo o dolos o alguna otra cosa relacionada con la idolatra. Por el contexto de la visin, es muy probable que esta

"abominacin" de Daniel 12:11 tenga algo o mucho que ver con el "rey" de Daniel 11:40-45, que es el mismo poder de Apocalipsis 13. Si esto es as, entonces la "abominacin" de Daniel 12:11 se refiere a un da que est relacionado con la idolatra, o sea el da domingo, que es el signo o marca de la autoridad de la Roma Papal. Esta conclusin concuerda con la siguiente declaracin de la seora White: "As como el sitio de Jerusaln por los ejrcitos romanos fue la seal para que huyesen los cristianos de Judea, as la asuncin del poder de parte de nuestra nacin, con el decreto que imponga el da de descanso papal, ser para nosotros una amonestacin. Entonces ser tiempo de abandonar las grandes ciudades, y prepararnos para abandonar las menores en busca de hogares retrados en lugares apartados entre las montaas" (Servicio cristiano, pg. 200). El continuo de Daniel 12:11 Si la imposicin del da de descanso papal (domingo) tiene que ver con la "abominacin desola-dora" de Daniel 12:11, a qu se refiere el "continuo" que ser quitado? Como ya hemos visto anteriormente, el "continuo", dependiendo del contexto donde aparezca en las profecas de Daniel, tiene que ver con el servicio del santuario de Jerusaln o simplemente con el culto del Dios verdadero. Siendo que en el "tiempo del fin" ya no existe el templo de Jerusaln, ni la nacin juda es ya el pueblo escogido de Dios, entonces el "continuo" de Daniel 12:11 tendr que ver con el culto del Dios verdadero, establecido por l mismo en su Santa Palabra, o con el servicio del Santuario celestial. En otras palabras, Daniel 12:11 presenta el ltimo drama del conflicto entre el bien y el mal y su duracin. Es el conflicto entre el Dios verdadero, Creador del cielo y de la tierra, y su da que lo identifica como Creador; y un dios falso y su da, que es el signo de su autoridad. De acuerdo a la seora White, "la importancia del sbado, como institucin conmemorativa de la creacin, consiste en que recuerda siempre la verdadera razn por la cual se debe "adorar a Dios", porque l es el Creador y nosotros somos sus criaturas. Por consiguiente, el sbado forma parte del fundamento mismo del culto divino, pues ensea esta gran verdad del modo ms contundente, como no lo hace ninguna otra institucin" (CS., pg. 490). Si el "continuo" tiene que ver con el culto del Dios verdadero, y "el sbado forma parte del fundamento mismo del culto divino", entonces es muy probable que el sbado como da de reposo del Dios verdadero est en juego en Daniel 12:11.

Conclusin En resumen, propongo tentativamente que Daniel 12:11 predice que cuando se ponga a un lado el culto del Dios verdadero, representado en el sbado como "parte del fundamento mismo del culto divino" para establecer el signo de la autoridad papal o el da domingo, que es un da relacionado con el culto idoltrico, "habr 1,290 das" (Dan. 12:1 l). "Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco das" (Dan. 12:12). Estos das, en el contexto de la visin y de la historia, no pueden ser otra cosa que das literales. Con esta interpretacin de Daniel 12:11 en mente, reflexionemos en las siguientes dos citas de la seora Elena G. de White: "Durante seis mil aos, la obra de la rebelin de Satans 'hizo temblar la tierra. El convirti el mundo en un desierto, y destruy sus ciudades; y a sus prisioneros nunca los soltaba para que volviesen a casa. Durante seis mil aos, su prisin (la tumba) ha recibido al pueblo de Dios, y lo habra tenido cautivo para siempre, si Cristo no hubiese roto sus cadenas y libertado a los que tena presos" (Id., pgs. 717, 718). "La obra de destruccin de Satans ha terminado para siempre. Durante seis mil aos obr a su gusto, llenando la tierra de dolor y causando penas por todo el universo. Toda la tierra gimi y sufri en angustia. Ahora las criaturas de Dios han sido libradas para siempre de su presencia y de sus tentaciones" (Id., pgs. 731, 732). Si la interpretacin de Daniel 12:11 que hemos presentado es correcta, y las ltimas dos citas de la seora White sealan el tiempo que Dios ha determinado para toda la historia de la humanidad, entonces el tiempo disponible que tiene la iglesia del Dios vivo para prepararse y predicar el Evangelio antes del decreto dominical, es corto. Quiera el Dios del cielo ayudamos a entender en -qu momento de la historia nos encontramos. Ojal que en esta etapa crucial de la historia no caigamos en el legalismo del pueblo judo que pretenda amar la ley de Dios pero rechaz al Mesas. Ojal que tampoco caigamos en el libertinaje del pueblo "cristiano" que pretende amar al Seor Jess pero pisotea la santa ley de Dios. Recordemos: "Aqu est la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jess" (Apoc. 14:12). Nota: Las conclusiones de este artculo no reflejan necesariamente la posicin tradicional de la iglesia en cuanto a la interpretacin de este aspecto particular del texto. Tampoco representa la posicin de esta revista. Lo publicamos para que, como el autor mismo espera, sirva de

estmulo a mayores reflexiones y estudios que, a su vez, puedan conducirnos a una mayor comprensin de la brevedad del tiempo. El autor de este artculo es el pastor Samuel Nuez, publicado por la Revista Ministerio Adventista en el nmero de Septiembre-Octubre de 1992.

Los 1290 y los 1335 das de Daniel 12Por Dr. Alberto R. Timm La interpretacin de los 1.290 y los 1.335 das de Daniel 12:11 y 12 respectivamente como 1.290 y 1.335 aos se puede encontrar ya entre los expositores judos del siglo VIII d. JC. Esa interpretacin, que se basa en el principio del da-ao (vase Nm. 14:34 y Eze. 4:6, 7), continu siendo defendida por los seguidores de Joaqun de Fiore (1130-1202), como asimismo por varios otros expositores durante el perodo anterior a la Reforma y la Reforma misma, y fue incorporada a la tradicin protestante posterior a ella.1 Guillermo Miller (1782-1849), por su parte, crea (1) que tanto los 1.290 como los 1.335 aos haban comenzado en el ao 508, cuando Clodoveo obtuvo su victoria sobre los ostrogodos arrianos, paso decisivo en la unin de los poderes poltico y eclesistico para castigar a los "herejes" por parte del catolicismo medioeval; (2) que los 1.290 aos se haban cumplido en 1798, con la detencin del papa Po VI por parte del ejrcito francs; y (3) que los 1.335 aos se extendieron otros 45 aos ms hasta la conclusin de los 2.300 aos de Daniel 8:14 en 1843/1844.2 Los primeros adventistas observadores del sbado conservaron esa interpretacin, 3 y as se convirti en la posicin histrica de la Iglesia Adventista hasta el da de hoy.4 No obstante, en aos recientes algunos predicadores independientes han comenzado a propagar una "nueva luz" acerca de los 1.290 y 1.335 das de Daniel 12. Apartndose de la tradicional interpretacin adventista, esas personas alegan que ambos perodos constituyen das "literales" (y no das que representan "aos") que deben cumplirse todava en el futuro. Algunos de ellos sugieren que los dos perodos comenzarn con el futuro decreto dominical; que los 1.290 das "literales" es el perodo reservado para que el pueblo de Dios salga de las ciudades; y que al final de los 1.335 das "literales" se oir la voz de

Dios que anunciar "el da y la hora" del regreso de Cristo.5 Por ms interesantes que puedan parecer estas teoras, existen por lo menos cinco razones bsicas que nos impiden aceptarlas. Esta teora se basa en una lectura parcial y tendenciosa del Espritu de Profeca. Uno de los argumentos empleados para justificar el cumplimiento futuro de los 1.290 y los 1.335 das es la falsa suposicin de que Elena de White consideraba errneo el concepto de que los 1.335 das se haban cumplido en el pasado. Se menciona su carta "a la iglesia que est en la casa del Hno. Hastings", con fecha del 7 de noviembre de 1850, en la que se mencionan algunos problemas relacionados con el Hno. O. Hewit, de Dead River. En el texto original en ingls de esa carta aparece la siguiente declaracin: "We told him of some of his errors of the past, that the 1335 days were ended and numerous errors of his".6 Esta sentencia se debera traducir sencillamente de la siguiente manera: "Le mencionamos algunos de sus errores del pasado, que los 1.335 das se haban cumplido y muchos de sus errores". Pero algunos de los defensores de la "nueva luz" proftica prefieren reemplazar la conjuncin "que" ("that" en ingls) por la expresin "tales como" ("such as" en ingls), con lo que se altera el sentido del texto. De esta manera intentan conseguir que la sentencia diga que entre los errores defendidos por Hewit se encontraba la idea de que "los 1.335 das se haban cumplido". Si la intencin de la Hna. White consista realmente en corregir al Hno. Hewit por creer que los 1.335 das ya se haban cumplido, surgen una cantidad de interrogantes: Por qu Elena de White se limit a corregir en 1850 en forma parcial y tendenciosa lo que habra sido slo una posicin personal de este hermano, sin dirigir la ms mnima reprensin a los dems dirigentes del movimiento adventista que tambin crean que ese perodo proftico ya se haba cumplido en 1844? Por qu no reprendi a su propio esposo (Jaime White) por afirmar en la Review, en 1857, que "los 1.335 das terminaron junto con los 2.300, con el clamor de media noche en 1844"?7 Por qu no lo reprendi por seguir publicando en la Review diversos artculos de otros autores que defendan la misma idea?8 Ms an, cmo podra haber declarado Elena de White en 1891 que "el Seor me mostr que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues ste no ser nunca ms una prueba",9 si el cumplimiento de los 1.290 y los 1.335 das todava estuviera en el futuro? Las evidencias de que Elena de White crea que esos perodos ya se haban cumplido en sus das se pueden encontrar tambin en

declaraciones suyas que se refieren a que Daniel ya estaba por recibir su heredad desde el comienzo del tiempo del fin.10 Creemos, por consiguiente, que el Dr. Gerard Damsteegt, profesor del Seminario Teolgico de la Universidad Andrews, estaba en lo cierto al declarar que "ya en 1850 Elena G. de White haba escrito que los 1.335 das se haban cumplido, sin especificar el momento de ese cumplimiento".11 Esta teora vulnera el paralelismo proftico-literario del libro de Daniel Para justificar el supuesto cumplimiento futuro de los 1.290 y los 1.335 das, los abogados de esta "nueva luz" proftica alegan sin la menor preocupacin que el contenido de Daniel 12:5-13, donde aparecen estos perodos, no forma parte de la cadena proftica de Daniel 11. Pero un anlisis ms detenido del libro de Daniel no confirma esta teora. El Dr. William H. Shea aclara que en el libro de Daniel cada perodo proftico (1.260, 1.290, 1.335 y 2.300 das) aparece como un apndice regulador del cuerpo bsico de la profeca que le corresponde. Por ejemplo, la visin del captulo 7 est descrita en los versculos 1 al 14, pero el tiempo que se relaciona con ella aparece recin en el versculo 25. En el captulo 8 el cuerpo de la visin se encuentra en los versculos 1 al 12, pero el tiempo correspondiente recin figura en el versculo 14. De la misma manera, los tiempos profticos relacionados con la visin del captulo 11 se mencionan en el captulo 12.12 Este paralelismo comprueba que los 1.290 das y los 1.335 das de Daniel 12:11 y 12 participan de la misma naturaleza profticoapocalptica que el "tiempo, tiempos y medio tiempo" de Daniel 7:25, y las 2.300 tardes y maanas de Daniel 8:14. Por lo tanto, si aplicamos el principio de da por ao a los perodos profticos de Daniel 7 y 8, tambin lo debemos aplicar a los perodos de Daniel 12, por que todos estos perodos estn relacionados de alguna manera entre s, y la descripcin de cada visin indica un solo cumplimiento para el perodo proftico que le corresponde. Adems, la alusin de Daniel 12:11 al "continuo sacrificio" y a la "abominacin desoladora", conecta los 1.290 y los 1.335 das no slo con el contenido de la visin de Daniel 11 (vase Daniel 11:31), sino tambin con las 2.300 tardes y maanas de Daniel 8:14 (vase Dan. 8:13; 9:27). El mismo poder apstata que establecera la "abominacin desoladora" en lugar del "continuo sacrificio" se describe en Daniel 7 y 8 como el "cuerno pequeo", y en Daniel 11 como el "rey del Norte". Por lo tanto, la tentativa de interpretar algunos perodos profticos de Daniel (70 semanas, 2.300 tardes y maanas) como das que simbolizan aos, y otros (1.290 y 1.335 das) como meros das literales, desentona totalmente con el paralelismo proftico-literario

del libro de Daniel. Esta teora se basa en una interpretacin anti bblica de la palabra hebrea tamid ("diario", "continuo") La teora de que tanto los 1.290 como los 1.335 das comienzan con el futuro decreto dominical, se basa en la suposicin de que en Daniel 12:11 las expresiones "continuo sacrificio" y "abominacin desoladora" significan respectivamente sbado y domingo. Esa suposicin tambin carece de base bblica. La expresin "continuo sacrificio" es la traduccin del trmino hebreo tamid, que significa "diario" o "continuo", al cual se le aadi la palabra "sacrificio" que no aparece en el texto original de Daniel 8:13 y 12:11. Ese trmino (tamid) se usa en las Escrituras en relacin no slo con el sacrificio diario del santuario terrenal (vase Exo. 29:38, 42) sino tambin con varios otros aspectos de la ministracin permanente de ese santuario (vase Exo. 25:30; 27:20; 28:28, 38; 30:8; 1 Crn. 16:6). En el libro de Daniel el trmino se refiere, obviamente, al continuo ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario/templo celestial (vase Dan. 8:9-14). Ya la expresin "abominacin desoladora" implica el amplio sistema de falsificacin de ese ministerio, basado en las teoras anti bblicas de la inmortalidad natural del alma, la mediacin de los santos, el confesionario, el sacrificio de la misa, etc. No podemos estar de acuerdo con la teora de que en Daniel 12 el "diario" representa el sbado y la "abominacin desoladora" el domingo. Para creer esto, tendramos que vaciar esas expresiones del amplio significado que poseen, dado tanto por el propio contexto bblico en el cual aparecen, como asimismo por el consenso general de las Escrituras. Esta teora refleja la interpretacin jesutico futurista de la Contra Reforma catlica Los defensores de la interpretacin literal y futurista de los 1.290 y los 1.335 das alegan que su posicin es genuinamente adventista y que est plenamente sancionada por el Espritu de Profeca. Pero si analizamos ms detenidamente el asunto a la luz de la historia, descubrimos que esta teora rechaza el historicismo y el principio del da-ao, de tradicin protestante, para alinearse abiertamente con el futurismo literalista de la Contra Reforma catlica. Los reformadores protestantes del siglo XVI identificaban el "cuerno pequeo" con el papado, que dara origen a la "abominacin desoladora" acerca de la cual habla Daniel.13 Con el propsito de defender al papado de esas acusaciones, el cardenal italiano Roberto

Bellarmino (1542-1621), el ms capaz y renombrado de todos los polemistas jesuitas, sugiri que el "cuerno pequeo" era solo un rey, y que los 1.260, 1.290 y 1.335 das eran das literales, que se cumpliran recin en el perodo anterior al fin del mundo.14 De esta manera el papado de aquel tiempo no podra ser identificado ms con el "cuerno pequeo" o con el "rey del Norte" y, por consiguiente, no se lo podra responsabilizar de la "abominacin desoladora". Muchos de los defensores contemporneos de la interpretacin futurista de los 1.290 y 1.335 das desconocen la relacin que existe entre esa teora y el futurismo de la Contra Reforma catlica. Pero an as, estos individuos deberan reconocer por lo menos que "esas propuestas futuristas reposan, esencialmente, sobre una comprensin equivocada de los patrones de pensamiento de la poesa hebrea", y que "representan una lectura del idioma hebreo con ojos occidentales".15 Esta teora no toma en cuenta las advertencias del Espritu de Profeca que se opone a la tentativa de extender el cumplimiento de toda profeca de tiempo ms all de 1844 Si esta teora fuera correcta, con la mera promulgacin del decreto dominical ya sabramos con anticipacin cundo se cerrara la puerta de la gracia y cundo sera la segunda venida de Cristo. Es, por lo tanto, una forma sutil y capciosa de establecer fechas para los eventos finales. Por ms originales y creativas que puedan parecer, esas tentativas no pasan de ser propuestas especulativas, que desconocen e inclusive desprecian, en nombre del Espritu de Profeca, las propias advertencias del Espritu de Profeca acerca de este asunto. Ya en 1850 Elena de White advirti: "El Seor me mostr que el TIEMPO no ha sido motivo de prueba desde 1844, y que nunca ms lo ser".16 Posteriormente aadi que "nunca ms habr para el pueblo de Dios un mensaje basado en el tiempo". "El Seor me mostr que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, porque el tiempo nunca ms ser una prueba". "Dios no nos revel el tiempo cuando este mensaje concluir, o cundo terminar el tiempo de gracia".17 Solamente despus de la terminacin del tiempo de gracia, y poco antes de la Segunda Venida, declarar Dios a los salvos "el da y la hora de la venida de Jess".18 En su comentario acerca de Apocalipsis 10:6, que segn la versin inglesa del rey Jaime reza: "no habr ms tiempo", Elena de White asever lo siguiente en 1900: "Este tiempo, que el ngel declar con solemne juramento, no es el fin de la historia de este mundo, ni del tiempo de prueba, sino del tiempo proftico, que debe preceder al advenimiento del Seor. Es decir, el pueblo no tendr otro mensaje

basado en un tiempo definido. Despus de este perodo de tiempo, que se extiende desde 1842 a 1844, no puede haber clculo definido del tiempo proftico".19 Si este es el caso, por qu algunos profesos adventistas insisten en aplicar al futuro los 1.290 y los 1.335 das de Daniel 12? Slo Dios puede juzgar el grado de sinceridad de esas personas; pero una cosa es cierta: "La fe en una mentira no ejercer influencia santificadora sobre la vida o el carcter. Ningn error es verdad, ni se puede convertir en verdad por la repeticin o porque se tenga fe en l. . . Puedo ser perfectamente sincera al seguir un camino equivocado, pero eso no convierte en correcto ese camino, ni me llevar al lugar donde quiero llegar".20 Conclusin Es evidente, por lo tanto, que la teora del cumplimiento futuro de los 1.290 y los 1.335 das (1) se basa en una lectura parcial y tendenciosa del Espritu de Profeca; (2) vulnera el paralelismo proftico-literario del libro de Daniel; (3) se basa en una interpretacin no bblica del trmino hebreo tamid ("diario", "continuo"); (4) refleja la interpretacin jesutico-futurista de la Contra Reforma catlica; y (5) pasa por alto las advertencias del Espritu de Profeca contra la tentativa de extender el cumplimiento de toda profeca de tiempo ms all de 1844. En una poca cuando los vientos de las falsas doctrinas estn soplando con mucha intensidad (vase Efe. 4:14), "de tal manera que engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mat. 24:24), slo estaremos seguros si nos encontramos fundados sobre la clara e inamovible Palabra de Dios. Toda "nueva luz", para que sea verdadera, debe estar en perfecta armona con el contexto general de las Sagradas Escrituras y de los escritos inspirados de Elena G. de White.21 Los atalayas del pueblo de Dios jams deberan permitir que las conjeturas y las especulaciones humanas les impidan darle a la trompeta un sonido certero. (Vase Eze. 33:1-9; 1 Cor. 14:8). Referencias 1Le Roy E. Froom, The Prophectic Faith of our Fathers (Washington DC: Review and Herald, 1954), tomo 4, 205, 206. 2William Miller, Evidences from Scriptures and History of the Second Coming of Christ about the Year A.D. 1843, and of His Personal Reign of 1000 Years (Evidencias basadas en las Escrituras y en la historia acerca de que la segunda venida de Cristo se producir en torno del ao 1843, y de su reino personal de mil aos, Brandon, VT: Vermont Telegraph Office, 1833), 31; Idem, Evidence from Scripture and History of the Second Coming of Christ, about the Year 1843; Exhibited in a

Course of Lectures (Evidencias basadas en las Escrituras y la historia acerca de que la segunda venida de Cristo se producir en torno del ao 1843, expuestas en una serie de conferencias, Boston: Joshua V. Himes, 1842), 95-104, 296, 297; idem, "Synopsis of Miller's Views" (Sinopsis de las opiniones de Miller), Signs of the Times (Las seales de los tiempos), 25 de enero de 1843, 148, 149. 3Vase P. Gerard Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist Message and Mission (Fundamentos del mensaje y la misin de los adventistas del sptimo da, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1977), 168-179. 4Vase, por ejemplo, Uras Smith, "Synopsis of the Present Truth, No. 12" (Sinopsis de la verdad presente, No. 12), Review and Herald, 28 de enero de 1858, 92, 93; Stephen N. Haskell, The Story of Daniel the Prophet (La historia de Daniel, el profeta, Berrien Springs, MI: Advocate Publishing Company, 1903), 263-265; J.N. Loughborough, "The Thirteen Hundred and Thirty-Five Days" (Los mil trescientos treinta y cinco das), Review and Herald, 4 de abril de 1907, 9-10; Uras Smith, The Prophecies of Daniel and Revelation (Las profecas de Daniel y el Apocalipsis), edicin revisada (Washington, D.C.: Review and Herald, 1944), 330,331; George M. Price, The Greatest of the Prophets: a New Commentary on the Book of Daniel (El ms grande de los profetas: un comentario acerca del libro de Daniel, Mountain View, CA: Pacific Press, 1955), 337-342; Araceli S. Melo, Testemunhos Histricos das Profecias de Daniel (Testimonios histricos de las profecas de Daniel, Ro de Janeiro: Laemmert, 1968), 727-728; Francis D. Nichol, editor, The Seventh-day Adventist Bible Commentary (El comentario bblico adventista, edicin revisada, Washington, D.C.:Review and Herald, 1977) tomo 4, 880, 881; Vilmar E. Gonzlez, "Os 1290 e 1335 dias em Daniel 12" (Los 1.290 y los 1.335 das en Daniel 12), Revista Adventista, septiembre de 1982, 43-45; Jacques B. Doukhan, Daniel: the Vision of the End (Daniel: la visin del fin, edicin revisada, Berrien Springs, MI: Imprenta de la Univerdidad Andrews, 1989), 153; William H. Shea, "Time Prophecies of Daniel 12 and Revelation 12-13" (Profecas relativas al tiempo en Daniel 12 y Apocalipsis 12 y 13), en Frank B. Holbrook, editor, Symposium on Revelation -Book 1 (Simposio acerca de Apocalipsis - Tomo 1), Serie producida por la Comisin acerca de Daniel y Apocalipsis, tomo 6 (Silver Spring, Maryland, Instituto de Invetigacin Bblica de la Asociacin General de los Adventistas del Sptimo Da, 1992), 327-360; William H. Shea, Daniel 7-12: Prophecies of the End Time (Daniel 7 al 12, profecas relativas al tiempo del fin; El Amplificador de la Vida Bblica Abundante, Boise, Indiana: Pacific Press Publishing Association, 1996), 217-233. 5Un importante anlisis crtico de varias teoras ms recientes acerca del cumplimiento de los 1.260, 1.290 y los 1.335 das se puede

encontrar en la obra de Victor Michaelson, Delayed Time-Setting Heresies Exposed (Denuncia de ciertas herejas relativas a una tarda fijacin de fechas, Payson, Arizona: Leaves-of-Automn, 1989). 6E.G. de White, "To the Church of Bro. Hastings House" (A la iglesia de la casa del Hno. Hastings), 7 de noviembre de 1850 (carta H-28, 1850). Vuelta a publicar en idem, Manuscripts Releases (Manuscritos puestos en circulacin), tomo 5, 203; ibidem, tomo 6, 251, ibidem, tomo 16, 208. 7White, James, "The Judgment" (El juicio), Review and Herald, 29 de enero de 1857, 100. 8Vase, por ejemplo, J.N. Loughborough, "The Hour of His Judgment is Come" (La hora de su juicio ha venido), Review and Herald, 14 de febrero de 1854, 30; Uras Smith, "Short Interviews with Correspondents" (Cortas entrevistas con corresponsales), Review and Herald, 24 de febrero de 1863, 100. Idem, "The Sanctuary" (El santuario), Review and Herald, 8 de septiembre de 1863, 116. 9Elena G. de White, Testimonios Selectos, tomo 1, 220, 221. 10Idem. "Temperance" (Temperancia), Manuscrito No. 50, 1893 (publicado en idem, Sermons and Talks (Sermones y charlas), tomo 1, 225, 226), en idem, Testimonios para los Ministros, 115, en portugus); idem, "Diary" (Diario), Manuscrito 176, del 4 de noviembre de 1899 (publicado en Comentario bblico adventista,tomo 4, 1174); idem. "Help to be Given to our Schools" (La ayuda que se debe prestar a nuestras escuelas), Manuscrito 10, 1900 (publicado en el Comentario bblico adventista, tomo 7, 949); idem, "To Our Church Members in Australasia" (A nuestros miembros de iglesia en Australasia), Carta B6, del 17 de enero de 1907 (publicada en el Union Conference Record (Boletn de la Unin -- Australasiana), 11 de marzo de 1907, 1, 2). 11Damsteegt, 169. 12Shea, Daniel 7-12, 217-218. 13Vase Froom, tomo 2, 241-243 y siguientes. 14Vase ibid., 495-502. 15(Frank B. Holbrook), "Editorial Synopsis" (Sinopsis editorial) al artculo de W.H. Shea, "Time Prophecies of Daniel 12 and Revelation 12-13" (Las profecas relativas a tiempo en Daniel 12 y Apocalipsis 12 y 13), en Holbrook, editor, Symposium on Revelation (Simposio acerca del Apocalipsis), tomo 1, 327. 16E.G. de White, "Dear Brethren and Sisters" (Queridos hermanos y

hermanas), Present Truth (La verdad presente), noviembre de 1850, 87. Vase tambin Primeros Escritos, 75. 17Idem, Mensajes Selectos, tomo 1, 188, 191. (En portugus). 18Idem, El Conflicto de los Siglos, 840. (En portugus). 19Comentario de Elena G. de White en el Seventh-day Adventist Commentary (Comentario bblico adventista), tomo 7, 971. 20Idem, Mensajes Selectos, tomo 1, 56. (En portugus). 21Vase idem, Counsels to Writers and Editors (Consejos a escritores y redactores), 33-51. Publicado por la revista Logos 3/2 septiembre 1999 pgina 20

ARMAGEDN: Su ubicacin y significadoPor William H. Shea A causa de que la sexta plaga de Apocalipsis 16:12-16 contiene referencias especficas a determinados sitios geogrficos -Eufrates y Armagedn-, se le concedi mayor atencin que a las plagas precedentes que se refieren de un modo ms general a las lceras, la sangre, el calor y la oscuridad. Ante el gran inters en estas referencias geogrficas, se debiera examinar con mayor detalle la ubicacin y la imaginera veterotestamentaria de la que surgen. La Bablionia histrica y el Eufrates El ro Eufrates, mencionado en el versculo 12, es bien conocido y no hay problemas en identificar lo que representa. El curso del ro nos conduce a la ciudad de Babilonia, y la referencia al secamiento de sus aguas nos remonta a un evento histrico en los tiempos del Antiguo Testamento, cuando la sbita reduccin de su caudal contribuy a la cada militar de Babilonia. Los ejrcitos de Media y de Persia, en el este, marcharon para conquistar Babilonia en el mes de Tisri (Octubre) del ao 539 AC, e ingresaron a la ciudad caminando por el lecho del Eufrates. Segn Herodoto (Los nueve libros de la historia, Madrid, Hyspamrica, 1982 , pgs. 72-74), los persas desviaron el Eufrates en canales que haban cavado y, de este modo, consiguieron entrar a la ciudad por el lecho del ro. Si bien los persas posiblemente pudieron controlar la

ciudad de Babilonia por este medio, es improbable que hubieran desarrollado el gran proyecto de ingeniera hidrulica que describe Herodoto. Las fechas de la Crnica de Nabonido arguyen en contra de un proyecto de esta magnitud. Ciro atac al ejrcito babilonio en Opis, en el Tigris, a principios de Tisri (acerca de la descripcin, vase A. L. Oppen heim, "Babyionian and Assyrian and Historical Texts", ANET [ Ancient Near Eastern Texts], pg. 306). Luego cay Sippar, el 14 de Tisri, y dos das despus una divisin de las tropas de Ciro conquist Sabilonia. No slo las fechas vinculadas con esta campaa indican que los persas no se preocuparon por desarrollar un esquema tan elaborado como el que pinta Herodoto, sino que el mes en que ocurri demuestra que tal estratagema era innecesaria. La corriente del Eufrates est en su mayor reflujo en Tisri, por lo que la misma naturaleza prepar la ruta del ro para que los persas ingresaran en la ciudad. De este modo, un rey del este - Ciro - penetr victorioso en Babilonia gracias a la bajante de las aguas del Eufrates. Este episodio condujo a la liberacin del pueblo de Dios, porque Ciro fue, el que permiti que los judos en el exilio regresaran a su tierra (Esd. 1-2). Todos estos eventos fueron descriptos profticamente en Isaias 44: 2445: 6. En estos textos, Yahwh habl a las aguas y benefici a Ciro: "Scate! Yo desecar tus ros" (Isa. 44: 27, BJ). Por lo tanto, la cada no se produjo gracias a la ingeniera persa, sino por el decreto del Dios que ejerce la soberana sobre la naturaleza. En estos eventos Ciro actu como agente de Yahwh, y por esta razn se design como el pastor ungido por Yahwh. Dios tambin prometi "abrir delante de l las puertas, y las puertas no se cerrarn... quebrantar puertas de bronce, y cerrojos de hierro har pedazos" (Isa. 45: 1, 2). Nunca se determin cmo se abrieron las puertas que daban al ro. A causa de que Nabonido era un rey impopular en Babilonia, se conjetur que hubo conspiradores dentro de la ciudad que abrieron las puertas a los conquistadores. Otra posibilidad puede ser la perspectiva que se ofrece en lsaas 45: 1, 2, por lo que el interrogante podra ser si la misma mano que escribi en la pared del palacio, en la misma noche que cay Babilonia (Dan. 5: 5, 25), abri las puertas de la ciudad a los persas. Cuando se considera la analoga de Apocalipsis 16: 12 con el histrico secamiento del ro Eufrates, aparece un hecho medular: la fraseologa de Apocalipsis se refiere a la venida de una figura mesinica que, en virtud de su victoria, liberar al pueblo de Dios. Las "aguas de Meguido" y el "monte de Meguido" El pasaje que se refiere a la sexta plaga no describe una batalla, slo

los preparativos para ella. En los aprestos para la prxima batalla del "gran da del Dios Todopoderoso" (Apoc. 16:14), se renen las fuerzas de una triple coalisin maligna en el lugar que en hebreo se llama Armagedn" (Apoc. 16: 16). En el pasaje que se refiere al comienzo de la plaga, debe observarse la diferencia entre la figura revelada aqu y la que se emplea en el caso del secamiento del Eufrates. El ro que desciende por el valle de Jezreel y pasa junto a Meguido hacia el mar, no es el Eufrates, sino el Cisn. A su vez, es Babilonia, y no Meguido, la ciudad que est ubicada junto al Eufrates en Mesopotamia. Esta mezcla de metforas histricas pareciera ser intencional, y debera comunicarnos algo acerca de la naturaleza de la batalla del gran da del Dios Todopoderoso que sigue a esta plaga. Esto mismo debera advertir al comentador contra el excesivo literalismo de interpretar estas referencias en un marco de entidades polticas actuales en el Medio Oriente o en otra parte. La analoga proftica o la leccin que se extrae de este marco histrico del Armagedn slo puede determinarse luego de que se precise cul es el lugar al que se refiere. Lamentablemente, esto no ha sido fcil, y hubo grandes discrepancias entre los comentadores bblicos, como lo dice G. E. Ladd: "El vocablo 'Armagedn' es difcil de interpretar; el equivalente hebreo sera har-megidon -el monte de Meguido-. El problema es que Meguido no es un monte, sino una llanura ubicada entre el Mar de Galilea y el Mediterrneo, es parte del Valle de Jezreel (Esdraeln). Fue un famoso campo de batalla en la historia de Israel. En Meguido, Dbora y Barak derrotaron al cananeo Jabin (Jue. 5: 19); Jeh mat a Ocozas (2 Rey. 8: 27; vase adems 2 Rey. 23: 29; 2 Crn. 35: 22). No es claro por qu Juan se refiere al Monte Meguido. R. H. Charles dice que en la literatura hebrea no hay una interpretacin convincente que aclare esta frase... Pero cualquiera sea la procedencia del nombre, lo evidente es que Juan menciona con el nombre de Armagedn el lugar de la batalla final entre los poderes del mal y del reino de Dios" (G. E. Ladd, A. Commentary on the Revelatin of John, [Grand Rapids, Mich., 1972], pg. 216) Una atencin ms estrecha a la geografa de Palestina hubiera ayudado a evitar la trampa en la que cayeron Lad y otros comentadores. Si bien Meguido no era un monte ni tampoco una planicie, era una ciudad. Como tal, estaba ubicada en la llanura o en el valle denorrrinado Jezreel o Esdraeln. La ciudad no es la que da el nombre al valle, y tampoco recibe su nombre por el valle en que est ubicada. Sin embargo, es posible identificar diferentes aspectos de la topografa de los alrededores de las ciudades antiguas denominndolas segn el nombre de la ciudad -prctica muy comn en hebreo-, y cuando se lo hace se emplea una construccin lingstica concatenada expresada por un genitivo posesivo. Este es el caso de

Jueces 5: 19, que ubica el campo de batalla donde las fuerzas de Jabin y Ssera encontraron a las de Dbora y Barak en la vecindad de las "aguas de Meguido". Cules son las "aguas de Meguido"? Un vistazo fugaz a la topografa del Valle de Jezreel y una lectura al canto de Dbora, es suficiente para identificarlos. Meguido estaba ubicada en el sector sur de la llanura de Esdraeln, y el curso de agua que recorra el valle, y tambin Meguido, era el Wadi Cisn. En verdad, la identificacin del "torrente de Cisn" con "las aguas de Meguido" se establece claramente en Cantico de Dbora (compare Jue. 5: 21 con 5: 19). El punto aqu es que Yawh, el Dios que lo controla todo y emplea los elementos de la naturaleza para que sirvan a sus propsitos, trajo la tormenta de lluvia que aneg el Cisn y lo desbord. La lluvia y el ro desbordado transformaron el valle de Jezreel en un lodazal donde los carros cananeos se empantanaron y no pudieron maniobrar. De este modo, Dios le dio a su pueblo una gran victoria junto a las "aguas de Meguido". Por analoga con este marco histrico y con la cadena constructiva del genitivo posesivo, "las aguas de Meguido" y el "monte de Meguido" debieran estar cerca de la ciudad. Meguido estaba ubicada al pie de la falda norte de la zona a la que los gegrafos modernos de Palestina denominan comnmente como la cadena montaosa del Carmelo. Sinembargo, la Biblia no utiliza jams esta terminologa especfica. La referencia al Carmelo aparece veinte veces en el Antiguo Testamento, y en diecisis de ellas aparece como un nombre de lugar sin estar conectado con un determinativo como "monte" o "montaas". En tres de las diecisis veces se lo compara poticamente con Basn y Transjordania (Isa. 33: 9; Jer. 50:1 9 y Neh. 1: 4), y en una ocasin se lo compara con Sarn, la planicie que se extiende hacia el sur (Isa. 35: 2). En cuatro ocasiones se identifica al Carmelo con determinativos, que siempre estn en singular: "el monte de Carmeio" o "Monte Carrnelo" (nunca "los montes de Carmelo"). Dos de estas referencias relatan la experiencia de Elas (1 Rey. 18: 19, 20), y otras dos surgen de la narracin referente a Ellas (2 Rey. 2: 25; 4: 25). As como la expresin "las aguas de Meguido" se refiere al ro que corre junto a Meguido, pero al que se lo conoce con otro nombre - Wadi Cisn-, tambin el "monte de Meguido", bien podra identificarse con la montaa vecina a Meguido, aunque se la conoce con otro nombre: el Monte Carmelo. Sobre la base de esta proximidad geogrfica, as como la analoga histrica y textual, "el monte de Meguid(n)" en Apocalipsis 16: 16 puede identificarse con el Monte Carmelo. La antigua batalla en el monte de Meguido y la analoga con

Apocalipsis 16:16 El monte de Meguido, en Apocalipsis 16: 16, no slo podra identificarse con el Monte Carmelo desde una perspectiva geogrfica, sino que tambin se podra establecer una conexin histrica. As como la imagen del secamiento del Eufrates se extrae de una batalla histrica en tiempos de Ciro, por la que se conquist Babilonia, y as como la batalla junto a las aguas de Meguido se refiere a una batalla especfica y famosa en el valle de Jezreel, as tambin el Monte Carmelo fue el sitio de otra batalla histrica famosa en la Escritura: la batalla entre Elias y los profetas de Baal (1 Rey. 18). Esta batalla no se libr empleando la fuerza de las armas, sino que, por el contrario, fue un conflicto intensamente espiritual. Esta es la batalla de la que puede extraerse la imagen de la cual depende "la batalla de Armagedn" en Apocalipsis. Todos los principales elementos posteriores tienen un paralelismo con 1 Reyes 18 en una forma histrica concreta. Si el dragn de Apocalipsis 16: 13 representa el poder del estado civil de un modo u otro, entonces ese poder lo represent Acab en el conflicto del Monte Carmelo. Si la bestia de Apocalipsis 16: 13 est vinculada con la de Apocalipsis 13 y con la mujer impura de Apocalipsis 17, 18 como una manifestacin de religin apstata, entonces ese elemento lo represent Jezabel en el encuentro en el monte Carmelo (vase adems la referencia a Jezabel en Apoc. 2: 20). Por supuesto, se admite que Jezabel, de acuerdo con 1 Reyes 1 9: 1, no estuvo presente en la lucha, aunque fue ella la que, como princesa fenicia y reina de Israel, inculc el culto a Baal en la urdimbre y la trama de la vida del reino del norte. El tercer elemento que une sus fuerzas al monte Meguido, segn Apocalipsis 16: 13, sera el falso profeta. Esta es la primera vez que la expresin "falso profeta" aparece en el libro de Apocalipsis. Los falsos profetas fueron claramente representados en el monte Carmelo, all haba 850 de ellos (1 Rey. 18: 19). (Elas, como puede notarse, sali del este, desde Tisbe en Gaiaad.) Finalmente, el fuego que descendi de Dios y consumi el sacrificio de Elias y todo lo que lo rodeaba, termin con la contienda sobre el Monte Carmelo. Los profetas de Baal fueron pasados por la espada en el Wadi Cisn. Una vez ms, debe enfatizarse que la sexta plaga no describe la lucha real de una batalla, slo los preparativos para la contienda. El dragn, la bestia y el falso profeta llaman a todos sus seguidores a reunirse en el Monte de Meguido, as como Elas cit a Acab y a todo Israel en el monte Carmelo para librar la contienda. Sin embargo, la batalla que se prepara en el transcurso de la sexta plaga se libra en Apocalipsis 19: 11-21. Esta es la batalla de Armagedn, o ms apropiadamente, la "batalla del gran da del Dios Todopoderoso" (Apoc. 16: 14). Esta batalla se pelear cuando Cristo venga del cielo como Rey de Reyes y Seor de Seores junto con su ejrcito de

huestes celestiales. Y la victoria se alcanzar de un modo similar, por el fuego que caer y consumir a la bestia y al falso profeta (Apoc. 19: 21), y por la espada que terminar con sus seguidores (vers. 21). Esta espada utilizada como en los tiempos de Elas, es la espada que sale de la boca del Rey de Reyes (vers. 15, 21). Conclusin Sobre la base de la analoga con el marco histrico del Antiguo Testamento que proporcionan las imgenes de Apocalipsis 16: 16, este conflicto final debiera ser fundamental y esencialmente un conflicto espiritual, en el que los principales contendientes son seres sobrenaturales: Cristo y su archienemigo, "el gran dragn, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satans, el cual engaa al mundo entero" (Apoc. 12: 9). El desafo para el pueblo de Dios en ese tiempo ser el que confront Elas cuando or ante la asamblea: "Jehov Dios de Abrahn, de lsaac y de Israel, sea hoy manifiesto que t eres Dios en Israel,... para que conozca este pueblo que t, oh Jehov, eres el Dios, y que t vuelves a ti el corazn de ellos" (1 Rey. 36, 37). Y la respuesta de fidelidad en ese tiempo encontrar una expresin adecuada en la aclamacin de la asamblea reunida en el Carmelo: "Jehov es el Dios, Jehov es el Dios!" (vers. 39). Williarn H. Shea es profesor de Teologia en la Universidad Andrews, Michigan, Estados Unidos. El autor nos ofrece una perspectiva bblicamente fundamentada, de uno de los temas que siempre fue objeto de la especulacin y de la reflexin teolgica respecto de sus posibles significados. 1

El "continuo", los "1335 das", y las profecas de tiempo posteriores a 1844.L.B. 5/1/1998 Es pertinente colocar en el futuro el cumplimiento de profecas de tiempo, particularmente con respecto a los 1335 das de Daniel 12? Cul es la importancia de interpretar de una u otra manera el "continuo" de Daniel 8,11 y 12? Colocar en el futuro el cumplimiento de profecas de tiempo, guarda antagonismo directo con la preciosa luz que Dios nos dio en el mensaje y la historia de 1888. Posteriormente a la Asamblea de Minneapolis, la hermana White se entrevist en su tienda con uno de los delegados que era amigo personal de la profetisa, el pastor C.A. Washburn. (1) E. White le pregunt: Cul fue, en su opinin, el tema central en las reuniones

de Minneapolis? ste contest: la ley en Glatas, naturalmente!, a lo que ella replic: De ninguna manera, mi hermano. Fue la justificacin por la fe. El pastor Waggoner puede exponerla mejor de lo que yo misma puedo hacerlo En Minneapolis, el enemigo logr en gran medida que la atencin de los delegados se dirigiera hacia la interpretacin de la ley en Glatas (el "ayo", o "tutor"), y hacia la polmica respecto a si los Unos o los Alemanes formaban parte de los diez cuernos de Daniel 7. El verdadero mensaje de la justificacin por la fe, los encantos incomparables de Cristo, qued trgicamente velado para muchos, resultando en una prdida eterna. Hoy, cuando Dios en su gran misericordia vuelve a dirigir nuestra atencin hacia Cristo y su justicia, hay peligro de que volvamos a desviar nuestros ojos de Cristo, el nico protagonista de los libros de Daniel y Apocalipsis, para entregarnos a un tipo de investigacin que se opone a su enseanza, y contra la que nos ha advertido repetidamente mediante su Espritu de Profeca. Habramos de caer otra vez en una trampa similar? Una vez ms, resulta imprescindible el conocimiento del mensaje de 1888, y de su historia. Aunque con cierto desorden e improvisacin, expongo aqu material de E. White que quiz no estuviese anteriormente al alcance de algunos, y que creo ayudar a hacerse una idea ms objetiva, de la postura de ella sobre un tema que vuelve a resurgir hoy, pero que fue ya en sus das objeto de aguda polmica. Espero que esos prrafos, algunas veces traducidos, otras simplemente recopilados a partir de libros, revistas y folletos de E. White (ms algunos comentarios personales), ayuden a reconocer que tenemos abundante evidencia para guardarnos de aventurar profecas de tiempo posteriores a 1844, as como para abstenernos de reavivar viejas controversias en relacin con una particular interpretacin del "continuo" de Daniel 8:12 y 13 que es premisa necesaria para la interpretacin "futurista" de dichas profecas. I. El "continuo": Carta 226, dirigida al pastor W.W. Prescott, el 1 julio 1908. (2) "Querido hermano: Se me ha instruido que le diga que no debe haber agitacin en este tiempo en la Review que tienda a perturbar las mentes. Procuremos trabajar por el bien del alma. Humillmonos como pueblo ante

el Seor, y busqumosle en procura de verdadera conversin. Hay una obra por hacer en nuestros corazones y en nuestros hogares que muy pocos comprenden. Hay necesidad de mucha oracin, no de largas oraciones, sino oraciones de fe ofrecidas en humildad del alma. Resultar ser una gran equivocacin si agita usted en este tiempo la cuestin relativa al "continuo", que ha estado ocupando gran parte de su atencin ltimamente. Se me ha mostrado que el resultado de su [intento por] hacer prominente esa cuestin sera que las mentes de muchos seran dirigidas a una controversia innecesaria, y que la discusin y la confusin se desarrollaran en nuestras filas. No puede ver que si se agita esa cuestin ahora, las mentes sern desfavorablemente impresionadas, y que muchos que deberan estar buscando fervientemente la gracia de Cristo seran llevados a la controversia? Hay algunos que harn de ese tema algo capital, para apartar las almas de la verdad. Mi hermano, seamos lentos en suscitar cuestiones que sern una fuente de tentacin para nuestro pueblo. No tengo luz especial sobre el punto presentado a discusin, y no veo la necesidad de tal discusin. Sin em2 bargo, se me ha instruido que le diga que ese pequeo asunto sobre el que est concentrando su pensamiento, vendr a ser una gran montaa a menos que decida dejarlo en paz. Se me ha instruido que el Seor no ha puesto sobre usted la responsabilidad que se atribuye con respecto a ese asunto, y que no es bueno para usted el dedicar tanto tiempo y atencin a su consideracin. No est empleando sabiamente el tiempo que Dios le da, al dedicarlo de esa manera a tales jotas y tildes, cuando podra estar pronunciando palabras que confirmaran al pueblo de Dios en la fe que sostiene. Dios no ha puesto sobre ninguno de sus pastores la obra de sembrar semillas que producirn confusin e incredulidad. Usted supone que ha tenido lugar una equivocacin en el punto de vista mantenido por algunos con respecto al asunto del santuario. Han habido diferentes opiniones con respecto al continuo, y continuar habindolas. Si al Seor ha parecido bien dejar ese asunto descansando por tantos aos sin corregirlo, no ser sabidura por su parte el abstenerse de presentar sus opiniones acerca de mismo? Le aconsejo no presentar sus ideas ante las iglesias, sino dejar en paz el tema, puesto

que en este perodo de nuestra historia el enemigo se servira de cualquier ataque que se nos hiciera concerniente a nuestro desacuerdo sobre ese punto, en caso de darle protagonismo, lo que llevara a una situacin peor. Estudie el salmo 78; es digno de nuestra consideracin. Hay una obra solemne ante nosotros, y el pueblo de Dios debiera estar mucho ms avanzado de lo que est hoy en la comprensin de las realidades eternas. Lo que hoy necesitamos es pescadores de hombres. Despertemos como pueblo a nuestro deber de explicar las verdades de la Palabra a aquellos que no las conocen. Comience esfuerzos fervientes y sacrificados por aquellos que estn pereciendo en sus pecados. Los que siembran las semillas de verdad obtendrn una rica cosecha. Ninguna mente humana puede imaginar la cantidad de bien que el esfuerzo desprovisto de egosmo puede suponer" (White Estate, Washington, D.C. 6 ene 1983). La postura que el pastor Prescott pretenda corregir era la que interpreta al "continuo" como el paganismo, en favor de la que l crea correcta, esto es, que el "continuo" es el verdadero ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario celestial (el tamid). La primera (continuo = paganismo, o Roma pagana), era la postura mantenida por Uriah Smith en su libro sobre Daniel y Apocalipsis, as como la de William Miller y Stephen N. Haskell. La segunda fue la mantenida por James. S. White (esposo de E. White), O.R.L. Crosier, Daniells, Prescott y ms modernamente por Mervyn Maxwell y Clifford Goldstein. La hermana White no tena luz especfica sobre ese punto. En ningn momento se desprende la idea de que la correccin que el pastor Prescott propona hacer fuese teolgicamente errada (as como tampoco lo opuesto): Ella careca de luz especfica sobre ese punto. La advertencia de la hermana White se refiere a la inoportunidad de hacer correcciones en ese momento y situacin. Si ella hubiese sabido que la postura anterior era teolgicamente la correcta, y por consiguiente la correccin propuesta un error, podra haberse expresado en otros trminos bien distintos. Eso se desprende claramente de indicaciones como la que sigue, aparecida en una carta al pastor Daniells (por entonces presidente de la Asociacin General): "El enemigo de toda verdad

bien sabe que si es posible mantener ocupadas las mentes en ir a la bsqueda y dar amplia publicidad a imperfecciones en libros que han sido impresos y que han circulado ampliamente, una gran debilidad vendra sobre nuestra obra" (Carta 70, 1910, dirigida a Prescott y Daniells). Ella no neg la posibilidad de que algunos de nuestros buenos libros pudiesen precisar de ciertas correcciones en asuntos de importancia menor: "En algunos de nuestros libros importantes que han estado impresos desde hace aos, y que han trado a muchos al conocimiento de la verdad, quiz haya asuntos de menor importancia que demandan un cuidadoso estudio y correccin". (3) Muy probablemente E. White tena in mente el libro sobre Daniel y Apocalipsis de Uriah Smith. "Se me ha mostrado que el Seor no es el autor de la propuesta de hacer muchos cambios en los libros ya publicados". (4) "La obra de Satans fue desviar sus mentes [Prescott y Daniells] para que fuesen trados jotas y tildes que el Seor no les inspir a que trajeran. No eran esenciales Suponen que estaran haciendo una gran obra al corregir pequeas cosas en los libros escritos. Pero se me encarga decir: el silencio es elocuencia". (5) Era evidente la inoportunidad de entregarse a tal discusin sobre la correcta interpretacin del "continuo". Ser hoy menos inoportuno? La reprensin de E. White a quienes intentaban promover la posicin "nueva" ha hecho creer a quienes slo conocen esas declaraciones, que ella se inclinaba 3 por la otra posicin (la "vieja"), pero en su contexto, es evidente lo infundado de tal deduccin. El Manuscrito presentado a continuacin expone similares reprensiones, dirigidas esta vez a quienes intentaban promover la "vieja" posicin: Manuscrito 11, 1910, parcialmente reproducido en Mensajes Selectos, vol. I, p. 193-196. "Tengo palabras que presentar a mis hermanos de los cuatro puntos cardinales. Pido que mis escritos no sean usados para definir cuestiones sobre las cuales ahora hay mucha controversia. Ruego a los pastores Haskell, Loughborough y Smith (6) y otros de nuestros hermanos dirigentes que no hagan referencia a mis escritos para sostener sus puntos de vista sobre "el continuo". Se me ha presentado que no es un tema importante. Se

me ha instruido que nuestros hermanos estn cometiendo un error al magnificar la importancia de la diferencia en los puntos de vista que se sostienen. No puedo consentir que ninguno de mis escritos sea tomado para definir este asunto. El verdadero significado de "el continuo" no ha de convertirse en una piedra de toque. Ahora pido que mis hermanos del ministerio no usen mis escritos en sus argumentos en cuanto a esta cuestin [el continuo], pues no he recibido instruccin sobre este punto en discusin y no veo necesidad de la controversia. El silencio es elocuencia acerca de este asunto en las condiciones actuales. Se agrada al enemigo de nuestra obra cuando puede usarse un tema de menor importancia para distraer la mente de nuestros hermanos de las grandes cuestiones que debieran ser el corazn de nuestro mensaje. Como ste no es una piedra de toque, ruego a mis hermanos que no permitan que triunfe el enemigo al tratar el tema como si fuera importante En algunos de nuestros libros importantes que han estado impresos desde hace aos, y que han trado a muchos al conocimiento de la verdad, quiz haya asuntos de menor importancia que demandan un cuidadoso estudio y correccin Esos hermanos, nuestros colportores y nuestros ministros no magnifiquen esos asuntos en tal forma que disminuyan la influencia de esos buenos libros " El asunto del continuo "no es un tema de importancia vital". As le fue presentado a E. White. Cuando se le daba una importancia vital a ese tema, el gran beneficiado era Satans. En un solo corto fragmento, E. White pide hasta tres veces que no se utilicen sus escritos para definir ese asunto. Si ella no autoriz al mismo pastor Smith para que aludiese a sus escritos como evidencia de la supuesta correccin de la postura que l sostena, nos autorizara hoy a nosotros a hacer la misma cosa? Carta 62, 1910. Parcialmente reproducida en Mensajes Selectos, vol. I, p. 196-198 "Queridos compaeros en la Obra: Tengo palabras que dirigir a los hermanos Butler, Loughborough, Haskell, Smith, Gilbert, Daniells, Prescott, y a todos los que han sido activos en sostener con argumentos sus puntos de vista en cuanto al significado de "el continuo" de Daniel 8. No ha de hacerse de esto una cuestin

capital, (7) y ha sido muy desafortunada la agitacin que ha resultado de que se la tratara como tal. Como resultado ha habido confusin y la mente de algunos de nuestros hermanos ha sido apartada de la cuidadosa consideracin que se debiera haber dado a la obra que el Seor ha ordenado que debiera hacerse en este tiempo en nuestras ciudades. Esto ha sido halagador para el gran enemigo de nuestra obra La luz que se me ha dado es que no debiera hacerse nada para aumentar la agitacin en cuanto a esta cuestin. No se presente en nuestros discursos como un asunto de gran importancia ni se trate de ella como tal Este no es un tiempo para hacer resaltar puntos de diferencia que no son importantes El tema de "el continuo" no debiera producir los movimientos que ha creado. Como resultado de la forma en que ha sido tratado este tema por hombres de puntos de vista opuestos en esta cuestin, ha surgido controversia y ha habido confusin Mientras exista la actual diferencia de opiniones acerca de este tema, no se lo haga prominente. Cese toda contencin. En un tiempo como ste, el silencio es elocuencia. El deber de los siervos de Dios es predicar la Palabra en las ciudades " Obsrvese que la correccin va dirigida igualmente a quienes defendan la postura tomada por Uriah Smith. El resultado de "hacer resaltar puntos de diferencia que no son importantes" (el tema del continuo), era un 4 estado de confusin contrario a los planes de Dios, contrario a "predicar la palabra en las ciudades", y favorable al gran enemigo de nuestra obra. Como un ejemplo ms que ilustra por qu no podemos tomar fragmentos en los que E. White reprende a Daniells o a Prescott, para intentar demostrar que ella estaba pretendiendo defender la postura teolgica de Smith o de Haskell, veamos un fragmento de la Carta 250, que la hermana White dirigi en 1908 al pastor Haskell. (8) ste, creyndose apoyado por una declaracin de la hermana White en Primeros Escritos, haba intentado distribuir una copia del famoso diagrama proftico de 1843, al que aadi ciertas notas sobre el "continuo" que apoyaban la "vieja posicin" por l defendida. Cul fue la respuesta de E. White?: "Se me ha prevenido en relacin con la necesidad de

mantener un frente unido. Ese es un asunto importante para nosotros en este tiempo. Como individuos necesitamos actuar con la mayor precaucin. Escrib al pastor Prescott, dicindole que debe ser extremadamente cuidadoso y no introducir temas en la Review que pareciesen sealar defectos en nuestra experiencia pasada. Le dije que ese tema en el que l cree que se cometi un error no es una cuestin vital, y que si se le diese ahora prominencia, nuestros enemigos sacaran ventaja de ello, y haran una montaa de un grano de arena. A usted le digo igualmente que ese tema no debe ser agitado en este tiempo. Ahora, hermano mo, es mi sentir que en esta crisis en nuestra experiencia, ese diagrama (9) que usted ha vuelto a publicar, no debiera circular. Ha cometido un error en ese asunto. Satans est determinadamente en accin para suscitar temas que crearn confusin Pastor Haskell, soy incapaz de definir claramente los puntos cuestionados. No agitemos un tema que producir la impresin de que como pueblo sostenemos opiniones encontradas". II. Los 1335 das en la literatura de E. White: Carta 28, 1850. Dirigida "A la iglesia en la casa del hermano Hasting". "Hace una semana, el sbado pasado, tuvimos una reunin muy interesante. El hermano Hewit, de Dead River, estaba all. Vino con un mensaje al efecto de que la [doctrina de la] destruccin de los malvados y el sueo de los muertos eran una abominacin en una puerta cerrada, que haba introducido una mujer, una profetisa Jezabel , y l crea que yo era esa mujer. Le hablamos acerca de algunos de sus errores en el pasado, que los 1335 das haban terminado, y numerosos errores suyos. Sirvi de bien poco. Sus tinieblas se hicieron sentir en la reunin " (10) Se ha intentado argumentar que esa oscura declaracin, nica que cita los 1335 das en toda la literatura conocida de E. White, demuestra que el cumplimiento de esa profeca pertenece al futuro. Pero hay varios problemas, el principal, que no conocemos al hermano Hewit, no sabemos cules eran "sus errores en el pasado", ni en qu momento los present. Para comenzar, se puede entender que la frase, "que los 1335 das haban terminado" es una afirmacin de E. White, no una descripcin de uno de los errores del hermano Hewit, sino la constatacin de un hecho cierto,

a fin de demostrar la postura errnea de ste con respecto al hecho de haberse cumplido esa profeca. Imaginemos que uno de sus errores en el pasado hubiese consistido en anunciar un determinado acontecimiento al final de los 1335 das. Evidentemente, su profeca no se cumpli. Recurdese que la carta est escrita slo siete aos despus de 1843, fecha en la que Uriah Smith sita el cumplimiento de los 1335 das. La frase, entonces, podra perfectamente entenderse as: "Le hablamos acerca de sus errores en el pasado, que los 1335 das haban terminado , y numerosos errores suyos". No hay nada que nos haga pensar que ese haya de ser precisamente el caso, pero es una ilustracin de lo engaosa que puede ser la interpretacin de declaraciones cuyo contexto ignoramos. Ahora, suponiendo que la frase "que los 1335 das haban terminado" se debiera interpretar como una descripcin de uno de los errores del hermano Hewit, sucede que desconocemos cundo present ese punto de vista errneo. Solamente sabemos que fue "en el pasado". Veamos lo que sucede si ese "pasado" hubiese consistido en, digamos, unos ocho aos o ms (recordemos que la carta va fechada en 1850): Nos encontramos en el ao 1842. En ese ao, o en cualquier otro momento anterior, el hermano Hewit predica el error de que los 1335 das haban terminado. Segn los cmputos profticos expuestos por Uriah Smith, los 1335 das no se haban cumplido todava (su libro sita el cumplimiento en 1843). En tal caso, decir "que los 1335 das haban terminado" habra sido efectivamente un error, pero eso para nada sita el cumpli5 miento de ellos en nuestros das, o en el futuro, sino simplemente un ao ms tarde de cuando el hermano Hewit pretendi. Tampoco tenemos evidencias de que esa haya de ser la forma correcta de entender la declaracin, pero ilustra la imposibilidad de pretender apoyarse en ella para demostrar una cosa o la contraria, en relacin con los 1335 das. Es muy evidente que dilucidar tal cuestin no era el propsito de E. White en su carta. III. Interpretaciones profticas basadas en el tiempo, con posterioridad al ao 1844: Un terreno seguro? Mensajes Selectos, vol. I, p. 220 y 221.

"Vez tras vez se me ha amonestado acerca de fijar fechas. Nunca ms habr un mensaje para el pueblo de Dios que se base en el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido, ya sea del derramamiento del Espritu Santo o de la venida de Cristo El seor me mostr que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues ste no ser nunca ms una prueba. Vi que algunos estaban siendo objeto de una falsa excitacin provocada por predicar fechas, que el mensaje del tercer ngel puede permanecer sobre su propio fundamento y que no necesita de fechas para fortalecerse Jess ha dicho a sus discpulos que velen, pero no fijndose en una fecha definida". Mensajes Selectos, vol. II, p. 123. " Y el ngel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levant su mano al cielo, y jur por el que vive por los siglos de los siglos, que cre los cielos y las cosas que estn en l, y la tierra y las cosas que estn en ella, y el mar y las cosas que estn en l, que el tiempo no sera ms (Apoc. 10:5,6). Este mensaje anuncia el fin de los perodos profticos". Comentario Bblico Adventista (E. White), vol. VII, p. 982. "Esto se representa por medio del ngel que estaba parado con un pie en el mar, proclamando con un solemne juramento que el tiempo no sera ms. Este tiempo, el que el ngel declara con un solemne juramento, no es el fin de la historia del mundo ni del tiempo de gracia, sino del tiempo proftico que preceder al advenimiento de nuestro Seor; es decir, la gente [el pueblo] no tendr otro mensaje acerca de un tiempo definido. Despus de este lapso, que ahora abarca desde 1842 a 1844, no puede haber ningn cmputo definido de tiempo proftico. El clculo ms prolongado llega hasta el otoo de 1844". Mensajes Selectos, vol. II, p. 96. "Siempre habr en la iglesia movimientos espurios y fanticos realizados por personas que pretenden ser guiadas por Dios, por aquellos que corrern antes de ser enviados, y que establecern fechas para el cumplimiento de profecas que an no se han realizado. El enemigo se regocija con este proceder, porque sus repetidos fracasos y su desviacin de la atencin hacia puntos falsos provoca confusin e incredulidad". (11) Pocas cosas podran alegrar ms a nuestro enemigo,

que poder presentarnos ante el mundo como los "Adventistas del Sptimo Chasco". Mensajes Selectos, vol. II, p. 117-119. "Hay que estudiar diligentemente las profecas de Daniel y Juan Algunos tomarn la verdad que se aplica a su tiempo y la colocarn en el futuro. Acontecimientos de la secuencia proftica que se han cumplido en el pasado son colocados en el futuro, y as es como, a causa de estas teoras, se debilita la fe de algunas personas El peso de la advertencia que el pueblo de Dios debe recibir ahora, cerca y lejos, es el mensaje del tercer ngel". (12) El artculo ocupa tres pginas en el libro, y vale la pena leerlo in extenso. Testimonios para los ministros, p. 55 "Desconfen tos nuestros hermanos y hermanas de cualquiera que quisiera fijar una fecha en que el seor ha de cumplir su palabra con respecto a su venida, o con respecto a cualquier otra promesa de significado especial que haya hecho. 'No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola 6 potestad'. Pueden los falsos maestros parecer muy celosos por la obra de Dios, y gastar recursos en presentar sus teoras al mundo y a la iglesia; pero como mezclan el error con la verdad, su mensaje es engaoso, y extraviar las almas por senderos falsos. Es necesario hacerles frente y oponrseles, no porque sean hombres malos, sino porque ensean errores y procuran poner sobre la mentira el sello de la verdad" IV. Cmo comenz el problema: (13) "La cuestin del significado del "continuo" (Daniel 8:12 y 13) no era nada nuevo en la historia adventista. William Miller ense que se refera al paganismo, pero incluso antes del chasco, ese punto de vista era cuestionado. El clsico diagrama proftico diseado por Fitch, (14) y que empleaban todos los predicadores adventistas, (15) omita toda referencia al significado del continuo. En 1847 O.R.L. Crosier haba expresado la posicin de que el continuo se refiere al ministerio sumosacerdotal de Cristo en el santuario celestial. Uriah Smith, en 1854, hizo una breve exposicin de esa posicin (Review & Herald, 28 marzo 1854). Pero Smith, quien en seguida se destac como autor, en su libro

Thoughts on the Book of Daniel (edicin de 1873, p. 163, edicin 1944, p. 164, 165), volvi de nuevo a la posicin de William Miller. La posicin de Smith vino a ser la aceptada hasta el cambio de siglo, conocindose como la "vieja posicin". La posicin de Prescott era similar a la de Crosier, a pesar de lo cual se la conoci con dudosa propiedad (16) como la "nueva posicin". Ellen White no mencion el continuo en El Conflicto de los siglos, su volumen dedicado a la profeca. Su nica alusin al trmino se encuentra en Primeros Escritos, p. 74,75, donde se refiere a una visin tenida el 23 de setiembre de 1850 " (The Later Elmshaven Years, vol. VI, p. 247, Arthur L. White). Haskell fue uno de los defensores de la "vieja posicin", la misma que sostuvo Uriah Smith en su libro. Le pareca que en el nico lugar en el que E. White se refiri al "continuo" (en Primeros Escritos), haba un apoyo a la posicin que l sostena. sta es la cita: Primeros Escritos, p. 74 y 75. "Entonces vi en relacin con el "continuo" (Dan. 8:12) que la palabra "sacrificio" haba sido provista por la sabidura humana, y no pertenece al texto, y que el Seor dio el sentido correcto a los que proclamaron que haba llegado la hora del juicio. Mientras existi la unin, antes de 1844, casi todos aceptaban la opinin correcta acerca del "continuo"; pero en la confusin reinante desde 1844 se han aceptado otras opiniones, y como consecuencia han entrado tinieblas y confusin". Hoy se pretende algo similar a lo que Haskell pretendi, pero no podemos dejar de reconocer ciertos hechos: Tras el chasco de 1844, Hiram Edson, O. R. L. Crosier y F. B. Hahn, presentaron en el Day Star Extra del 7 de febrero de 1846 (p. 48) sus conclusiones a propsito de la purificacin del santuario. All se expresa el punto de vista que interpreta el continuo de Daniel 8:13 como el ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario celestial (es decir, la que se conocera ms tarde como la "nueva" posicin). (17) Si de la declaracin de E. White en las pginas 74 y 75 de Primeros Escritos se pudiese concluir que la "vieja" posicin es la correcta, entonces tambin se podra concluir, a partir de las pginas XVIII y XIX del mismo libro (!), que la posicin correcta es la "nueva", ya que la hermana White la recomend en trminos categricos:

"El Seor me mostr en visin, hace ms de un ao, que el Hno. Crosier tiene la luz verdadera acerca de la purificacin del santuario, etc., y que su voluntad [de Dios] es que el Hno. Crosier escriba en detalle la opinin que nos dio en el nmero especial del Day-Star del 7 de febrero, 1846. Me siento plenamente autorizada por el Seor para recomendar ese nmero especial a todos los santos". (18) E. White manifest claramente no tener luz especial sobre el significado del continuo. E. White prohibi repetida y categricamente recurrir a sus escritos como argumento para defender una u otra postura sobre el particular. Como siempre, el contexto es determinante: Tras dedicar horas al estudio del tema, esta fue la opinin de W.C. White: "Es evidente que la visin del 23 de setiembre de 1850, tal como aparece publicada en Primeros Escritos, p. 74-76, bajo el ttulo "El tiempo de reunin", fue 7 dada para corregir el error prevaleciente sobre el cmputo de tiempo, as como para corregir las doctrinas fanticas que se estaban enseando, con referencia al retorno de los judos a Jerusalem". (19) En cierto momento, un poco ms adelante en esa discusin, el mismo pastor Daniells, junto con W.C. White y C.C. Crisler, deseosos de saber lo que haba querido expresar en su declaracin de Primeros Escritos, fueron a ella llevndole el libro, as como el diagrama proftico de 1843. Daniells se sent al lado de la hermana White y le hizo muchas preguntas. As relata l mismo la entrevista, como tambin confirma W.C. White: La hermana White se explica: "Para empezar, le a la hermana White la declaracin de Primeros Escritos antes mencionada. Luego le expuse el diagrama proftico que emplearon nuestros pastores para presentar las profecas de Daniel y Apocalipsis. Llam su atencin al esquema del santuario y tambin al perodo de los 2.300 aos, tal como lo reflejaba el diagrama. Entonces le pregunt si poda recordar qu fue lo que se le mostr [en la visin] concerniente a ese tema. Por lo que recuerdo de su respuesta, comenz explicando cmo algunos de los que haban liderado el movimiento de 1844 se haban esforzado por encontrar

nuevas fechas para la terminacin del perodo de los 2.300 aos. Dicho esfuerzo consista en fijar nuevas fechas para la venida del Seor. Eso caus confusin entre los que estuvieron en el movimiento adventista. En esa confusin el Seor le revel dijo que la posicin que haba sido mantenida y presentada con respecto a las fechas era correcta, y que no habra otra fecha ni ningn otro mensaje de tiempo. Entonces le pregunt qu le haba sido revelado a propsito del resto del "continuo" el prncipe de la fortaleza, el ejrcito, el ser quitado el continuo y el ser echado por tierra el santuario. Replic que esas cosas no se le haban mostrado en visin, aunque s se le haba mostrado lo concerniente al tiempo. No querra dar explicacin alguna sobre esos puntos de la profeca. La entrevista caus una honda impresin en mi mente. Hablaba decididamente, sin dudar, con claridad, y lo hizo in extenso sobre el perodo de los 2.300 aos. Pero con respecto a la otra parte de la profeca, guard silencio. La nica conclusin a la que pude llegar tras su explicacin del tiempo, y su silencio en lo referente a quitar el "continuo" y echar por tierra el santuario, fue que la visin que se le dio concerna al tiempo, y que no recibi explicacin en cuanto a las otras partes de la profeca". (20) Lo que implica que a partir de esa cita no es posible deducir que la hermana White estuviese intentando sustentar una postura o la opuesta, con respecto al significado del "continuo". El problema era concerniente al tiempo. (21) Efectivamente, lo que sigue al citado prrafo de la pgina 75 de Primeros Escritos, concuerda perfectamente con el informe del pastor Daniells, adems de contener declaraciones extraordinariamente significativas: "La cuestin de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volver a ser una prueba. El Seor me ha mostrado que el mensaje del tercer ngel (22) debe progresar y ser proclamado a los hijos dispersos de Dios, pero no debe depender de una fecha. Vi que algunos estn creando una excitacin falsa al predicar fijando fechas; pero el mensaje del tercer ngel es ms poderoso de lo que puede serlo una fecha. Vi que este mensaje puede subsistir sobre su propio

fundamento y no necesita ser reforzado con fechas " V. Comentarios finales: Hay en esas frases una amante invitacin a apartar nuestros cansados ojos del calendario, y hallar reposo dirigindolos hacia el Calvario. El cielo est ansioso, no por ver avanzar las manetas de un supuesto reloj celestial, tampoco por ver ms terremotos, guerras, hambres, enfermedad ni degradacin. Tampoco est contando Papas. Est ansioso por ver a la Esposa preparada. Estar preparada significa apreciar al Esposo por lo que l es, no por los beneficios que le ha de reportar a su venida. "Cuando el carcter