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  • 3

    El chico del piano

    Josu Figueroa Palma

  • 4

  • 5

    Para todos aquellos que creyeron en m, y en especial para aquellos

    que no lo hicieron, por ustedes y para ustedes este es el resultado

  • 6

  • 7

    ndice

    Captulo 1. Verano, Madre, Sofa.......10

    Capitulo 2.Seales, ngeles, Realidad...27

    Capitulo 3.Amigo, Partitura, Corazn..42

    Capitulo 4.- Regreso, Casa, Ohana55

    Capitulo 5.- Olvidar, perdonar, padre67

    Epilogo....84

  • 8

    Haba sido un largo da, pesado, odioso y lleno de

    sorpresas pero ms de tristeza. Me recost en mi

    cama, l entro y se sent en la silla del escritorio,

    solo me observaba.

    Me miraba fijamente como si supiera lo que

    pensaba, el chico del piano levanto la vista hacia

    el techo y una lgrima rodo desde su mejilla hasta

    su mentn, ella se haba ido.

    Aos atrs.

  • 9

    Captulo 1. Verano, Madre, Sofa.

  • 10

    Comenzaba el verano y haca mucho calor, la pequea

    ciudad con sus sonidos: pequeos nios riendo y gente

    trabajando. Y en esta pequea ciudad donde los das son

    siempre iguales una historia dara comienzo, la historia que

    ser leyenda, m leyenda. Yo estaba sentado en una banca

    del parque cerca del cementerio, era uno de esos das que

    pap haba llegado a casa raro y balancendose de un lado a

    otro, mi madre me pido que saliera al parque a jugar, as

    que yo acced.

    El parque estaba vaco, impensadamente alguien se

    sent a mi lado, yo la observe de manera curiosa; era una

    chica muy delgada, de cabellos rojos enredados estropeada

    mente en lo que parecan dos trenzas, pecas en su piel de la

    cara, ojos azules y abiertos de par en par.

    Estaba en el columpio de al lado, miraba sus pies como

    si fueran algo extrao. Entonces dijo: - Tengo los pies muy

    grandes, y mis tobillos muy pequeos. Sin pensarlo esbozo

    una furtiva sonrisa a mi direccin. Quin lo dira que con

    esa mirada dulce, tierna y animada, llenara mi corazn de

    pasin en este mundo obscuro. Solo pensaba en lo bonito

    de sus ojos y que sus pies no eran para nada grandes.

    -Hola!, me llamo Sofa, y t?- preguntaba sin ningn

    rasgo de timidez.

    -Ma Marco- conteste sorprendido y en voz baja

    llevando m mirada al suelo.

    Se levant del columpio, se acerc y tomo mis manos

    entre las suyas en forma de saludo, sacudi nuestras manos

    unidas. Mucho gusto Marco!, sonrea animosamente.

    Su sonrisa era picara, y me contagio, vi en esa sonrisa

    algo que no entenda hasta ese momento: el amor y placer

  • 11

    de vivir. Ahora que lo recuerdo ese fue el primer momento

    que recuerdo con ella, platicamos de muchas cosas, la

    imaginacin de un nio es grande e infinita, yo segua sus

    historias con juegos y canciones que mis abuelos me haban

    enseado. Quedamos de vernos ah temprano para hacer

    una pequea excursin al rio que se encontraba a las orillas

    del bosque detrs del cementerio.

    Al regresar a casa, yo quera contarle todo a mi madre,

    que haba conocido a alguien especial, una muy buena

    amiga, tena que preparar todo, mi mochila de viaje y

    pedirle a mam que me preparara algunos emparedados

    para compartir con Sofa. Pero al regresar a casa, una

    ambulancia y varias patrullas estaban afuera de ella, mi

    padre sali por la puerta principal esposado con las manos

    cubiertas de sangre y un montonal de gente alrededor de l,

    su mirada estaba perdida, triste y con lgrimas ya secas en

    sus mejillas, sus ojos rojos y llenos de furia. Al entrar la

    vecina Nora me repeta, entre sollozos:

    -Debes de ser fuerte, hijito!

    Un polica me detuvo y no me permiti entrar a la sala

    de la casa, estaba todo revuelto y las ventanas del comedor

    rotas por una silla y muchos retratos en el suelo con

    cristales por todo el piso. Pasaron algunos minutos, me

    sentaron en una silla de la cocina, una doctora muy joven y

    bonita de ojos verdes me pidi que esperar, ella me

    ofreci una paleta de caramelo sabor uva, eran mis

    favoritas, cuando perdieron la atencin sobre m por unos

    instantes, me aparte de ellos a toda prisa, corr por toda la

    casa y al llegar a la sala nicamente encontr la pulsera de

    plata que era la preferida de mam en medio de un charco

    de sangre, ah entend que mi madre se haba ido.

  • 12

    Estaba atnito ante la escena, solo permanec ah con los

    ojos bien abiertos, recuerdo que todo se nublo y perd la

    conciencia, pero a pesar de estar desmayado sent que

    alguien me tomo entre brazos y me llevo fuera de ah. En la

    comisaria, poco despus de despertar me llevaron a una sala

    enorme con un mucha de gente, el polica me dijo que

    esperara a mis abuelos, que no tardaran. Todo el mundo

    me miraba, escuchaba muchas voces al mismo tiempo,

    todas lamentndose, en sus ojos percib mucha lstima y

    dolor. Algunas horas despus mis abuelos cruzaron la

    puerta de entrada, yo al verlos corr hacia ellos, me tomaron

    entre sus brazos y me llevaron a su casa.

    _______________________________________

    Al pasar el tiempo, fue muy extrao, yo no poda

    dormir; as fueron muchas noches de insomnio y de un

    llanto que no poda controlar, pero mis abuelos nunca me

    dejaron solo, se turnaban para cuidarme y platicaban

    mucho conmigo. Pero ms que dolor, senta odio contra l,

    la persona que me haba arrebatado al ser ms bueno de

    este mundo.

    Recuerdo que en repetidas ocasiones en las cuales no

    poda controlar mi dolor, gritaba y maldeca a mi padre, mi

    abuela solamente me abrazaba y me peda que no hablara

    as de l.

    -l es tu padre despus de todo- repeta con lgrimas en

    los ojos y cubrindome con su frgil cuerpo.

    -Pero cmo es posible abuela?- Replique incesante

    mente.

    Ella permaneci en silencio, l nos arrebato a la persona

    que ms ambamos, solo repeta que los perdonar por mi

  • 13

    bien. Yo era un nio y no entendera estas palabras hasta

    aos ms adelante. Fueron largos das y noches en vela.

    Una madrugada mi abuelo me llevo a la sala y

    desempolvo un viejo piano que tena desde haca ya

    muchos aos. Mi abuela estaba ah, tambin llego Ramiro el

    ayudante de mi abuelo con un estuche de flauta,

    comenzaron a tocar y a cantar la meloda que mi madre

    me entonaba por las noches antes de dormir. Su voz de

    mam era dulce y agradable, un ngel que cantaba para m

    todas las noches.

    Al sonido de sus voces la noche palideci y sus rostros

    se iluminaban con la luz. Las canas plateadas de mi abuela

    relucan al contrastar con la blanca tonalidad de uno de sus

    vestidos especiales. Mi abuelo con su cola de caballo repleta

    de destellos blancos que se agitaba de un lado a otro, al

    moverse de esa manera, pareca que el violn bailaba con l.

    Ramiro y su flauta, flauta y su Ramiro; descuadraban en el

    marco con su cabello corto, rostro juvenil y ojos curiosos y

    juguetones. Pero, cada sonido que emerga de aquellas seis

    manos no resultaba ser ms que un agudo dolor que

    arremeta de lado a lado de mi alma y mi corazn. De un

    momento a otro mi abuelo se detuvo, se acerc y beso mi

    frente. Coloc su mano suavemente en mi pecho, fueron

    sus palabras las que me llevaron de regreso a esa habitacin

    nocturna y llena de luz.

    - Marco, Tu corazn es de un nio!, y como tal la

    msica est en tu interior, nunca permitas que esa msica

    desaparezca jams.

    Una vez logrado su objetivo, mi atencin estaba puesta

    en sus labios y luego en sus ojos que guardaban lagrimas

  • 14

    que dejo caer en la rosa del esmoquin. Se limpio el rostro,

    dio unos golpes con un ritmo muy enrgico y de nuevo

    empez

    Al escuchar la meloda, solo record todos los

    momentos con mi madre, los buenos momentos, paseos a

    pie por el parque, los cuentos antes de dormir y tambin un

    tiempo en que ella sonrea mucho ms que antes, me

    contaba que mi padre era un cantante extraordinario y se

    emocionaba mucho al decirlo, era un poco difcil de creer,

    mi padre era muy robusto y grande, era ms alto que mi

    madre por mucho y trabajaba en una fbrica de cargador y

    chofer.

    As sent que desde mi interior algo surga, una inmensa

    necesidad de cantar, en esos momentos desgarre los

    sollozos del silencio que embargaban mi corazn, con cada

    estrofa que brotaba desde el fondo de m ser y haca que

    todo ese dolor que haba acumulado en ese tiempo se

    desvaneciera por unos instantes. Entre silencio de cada

    pisada del piano percib algo parecido a un suspiro, un

    tmido y largo suspiro que provena de las sombras de

    aquellos marcos y fotos en un estante cercano y ms an

    del silencio, percib los sonidos de la casa, esos sonidos

    que asustan a los nios pequeos por las noches, pareca

    que tambin la casa se lamentada a su manera y sollozaba

    bajo, muy bajo. Al sentir las pisadas del piano, me

    recordaba la casa en primavera, ya que despus de haberla

    limpiado permaneca reluciente y llena de vida.

    Repetimos esto mismo dos noches ms, a la tercer

    maana estaba tan cansado y lleno de paz que por fin me

    quede dormido. Al despertar era tanta la paz que sent, que

    el silencio no era tan malo en la casa de los abuelos, ya que

  • 15

    este silencio estaba repleto de muchos recuerdos llenos de

    amor.

    Mi abuelo tena un taller donde reparaba cualquier

    instrumento musical, desde trompetas hasta pianos, violines

    y guitarras, junto con mi abuelo siempre estaba Ramiro un

    joven de 24 aos que le encantaba poder ayudarle, aprenda

    a reparar y a tocar muchos de ellos, l me entretena con

    sus increbles historias sobre los buenos tiempos y sus

    aventuras de loca juventud. Poco tiempo despus, al sacar

    la basura escuche una voz amistosa, agradable y muy

    conocida.

    -Ya no regresaste al parque!, te esperaba para nuestro

    viaje- comentaba alegre mientras una sonrisa con pecas se

    iluminaba al otro lado de la cerca.

    Yo no poda contener mi tristeza; ella bajo de la cerca,

    miro mi rostro, y repuso:-No te preocupes!, dice pap que

    tu mam est en el cielo, junto a la ma. Lo supimos por

    televisin. Pero sabes, no es tan malo, digo no tener mama.

    Mira, yo vivo con papa y los pollos, los alimentamos muy

    temprano en las maana y pap los prepara muy sabroso

    para las cenas de navidad.- Me llevo a conocer a su pap,

    era una persona algo delgada, con la ropa llena de polvo y la

    frente con sudor de un largo da de trabajo, era propietario

    de su propia granja con pollos, una vaca y doce ovejas.

    Sofa empez a tomar clases de canto y piano con mis

    abuelos. En ese tiempo ella vena a comer, jugar y platicar

    mucho conmigo. Me invitaba al parque y a ver el atardecer

    en la montaa detrs del cementerio; con su ternura y

    encanto mi sonrisa regreso poco a poco, ella comenz a

    contarme muchas cosas de su vida, como era su padre con

  • 16

    ella y como fue lo de su madre. Al hablar sobre su madre

    sus ojos se llenaron de lgrimas, aunque deca que le haba

    entrado una basurita en su ojo, al ver esto me promet a m

    mismo nunca volver a verla triste de nuevo.

    En una ocasin en la montaa cuando venamos

    bajando tras ver un atardecer, ella me pregunto: -Por qu

    no me hablas de tu papa?

    -Porque no me agrado nunca, y mucho menos ahora-

    respond arrogantemente.

    - Pero no crees que sera bueno perdonarlo y olvidar lo

    sucedido? mi papa dice que el perdn es bueno para el alma

    y el corazn.

    -No, yo no lo creo, ya que l es una persona horrible que

    me quito a mi madre.- Esa fue mi respuesta, estaba molesto

    y quera acabar con la conversacin.

    Ella me tomo por la espalda y me abrazo, susurro a mi

    odo:

    -Qu te pasa?- tranquilo, solo olvida y perdona, Vale?

    -No, no quiero!, el me quito a mi madre, nunca lo

    perdonare.- Grite fuertemente tan alto y claro que creo se

    escuch por todo el valle.

    Mi tono fue de mucha molestia, ella me abrazo ms

    fuerte, de repente con el silencio de la montaa y el

    atardecer, ella solo musito muy bajito.

    - Han pasado ya 5 aos, desde que mam se fue y no ha

    pasado un solo da que no piense en ella. Sabes, t tienes

    algo que me recuerda mucho a ella, no me gusta ver que

    tengas esos sentimientos; yo solo te quiero pedir algo

    Marco: No me dejes nunca sola, por favor.

  • 17

    Me voltee a verla, estaba llorando, yo tome sus manos.

    - Te lo prometo!, nunca te dejare Sofa.

    Ella esbozo una enorme sonrisa, yo le sonre y repuse:

    - Bueno, pensare un poco eso de perdonar a pap-

    respond, mientras mi mirada la apartaba a un lado.

    Un da me levante temprano y baje al taller del abuelo, l

    me conto que a mi madre le gustaba su trabajo, pero le

    apasionaba ms el canto al igual que la abuela.

    -Supongo que lo llevan en la sangre- me deca mientras

    afinaba un violn antes de entregarlo.

    Las personas que me vean en la tienda me felicitaban y

    me decan que me empeara para algn da heredar el don

    de mi abuelo, ese mismo da le pregunte:

    - A que se refieren con un don?, Qu don tienes

    abuelo?

    -Me mir fijamente y esbozo una gran sonrisa - El don

    de escuchar y de luchar con mis demonios.

    -Y vaya que lo hace muy bien- repuso Ramiro mientras

    sonrea al entrar por la puerta trasera y colocar una caja con

    piezas de madera en el piso.

    De inmediato me puse plido, y l al notar mi susto

    solt una sonora carcajada.

    -No te preocupes, hijo, no son esos demonios como los

    de tus cuentos, yo me refiero a mis demonios como mis

    problemas, los problemas de la gente comn, algn da lo

    entenders.

    Esa tarde Sofa llego para tomar su clase de canto,

    cuando Sofa cantaba lo haca con tanto entusiasmo y

  • 18

    pasin que los viejos cristales de las estanteras de la abuela

    se estremecan con el tono agudo de su voz. Al poco

    tiempo decid aprender a cantar tambin para agradarle

    ms a Sofa y estar ms tiempo con ella.

    Fuimos creciendo entre canciones y una amistad que

    creca cada da ms, casi como hermanos, inseparables y

    unidos. Pero haba algo muy en el fondo de mi corazn que

    me deca cudala, amala y vive por ella el resto de t vida.

    Una tarde de abril, ella me platico sobre uno de sus

    sueos, el de formar una banda para que el mundo

    conociera su hermosa voz, viajar por el mundo y conocer

    mucha gente, as que comenzamos a practicar con algunas

    pistas, pero nos dimos cuenta que faltaba mucho por

    avanzar y aprender.

    Al da siguiente me presento a Laura, una chica extraa;

    vesta toda de negro, tena los labios pintados de negro, ella

    tocaba la batera. Al poco tiempo, me presento a un par de

    gemelos, ngel y Gato, el primero sabia tocar la guitarra y

    el otro el bajo y la flauta. Ambos muy talentosos, eran de

    mi misma edad, un ao ms que Laura y Sofa, con un

    carro ltimo modelo y vestan al ltimo grito de la moda a

    pesar de su corta edad.

    En el verano empezamos a practicar, ngel y Gato

    queran sobresalir con tonadas muy melodiosas, Laura

    estremeca todo el garaje de mi casa con sus achaques de la

    batera.

    En un ensayo Sofa levanto las manos y todos se

    detuvieron, ella replico.

    -No, no y no, debemos hacerlo en armona con corazn,

    Como decirlo? con alma. Qu les parece si

  • 19

    comenzamos con algo sencillo?, -todos asintieron con la

    cabeza.

    Al cabo de un par de meses ya nos habamos acoplado,

    pero a pesar de todo, Sofa pensaba que algo nos faltaba.

    En una ocasin se present en mi garaje una pequea

    nia de escasos 15 aos, llevaba un pequeo estuche negro

    bajo el brazo y me pregunto por Sofa, la invite a pasar

    para esperarla, mi abuela la miro y le dijo:

    -Eres muy grande para que empieces a tomar clases de

    canto, hijita. Pero est bien, Cundo comenzamos?

    La nia en un tono molesto replico:

    -No seora, yo no vengo por las clases de canto, yo toco

    el violn y no lo cambiara por nada, ya que el violn es

    mejor que la voz del mejor cantante del mundo.

    Mi abuela un tanto indignada, se acerc a la pequea y

    comenz a observarla de arriba hacia abajo, ella repuso:

    -Pues si dices que eres tan buena con tu violn, Por qu

    no lo tocas? , anda. Apuesto que mi marido es mucho

    mejor que t- deca mientras agitaba las manos con

    desesperacin. Se acomod en la silla cercana mirando a la

    pequea con furia y una sonrisa.

    La nia coloco el estuche en la mesa de la sala y saco un

    violn de una tonalidad un tanto extraa, era de un color

    rojo intenso. Comenz a tocar, lo haca con tal delicadeza

    y encanto, que mi abuela coloco su mano sobre la cabeza

    de la pequea y la miro fijamente a los ojos dicindole:

    -Eres muy buena pequea, sigue as y no te enamores de

    mi nieto, l ya es para alguien muy especial.

  • 20

    Mi abuela se fue y al siguiente instante entro Sofa por la

    puerta de la cocina.

    -Fue increble Beln, ahora ya conoces a Marco y a su

    abuela, vamos para que conozcas a los dems.

    Con la pequea Beln acompaando algunas de nuestras

    canciones, el grupo adquiri cierto reconocimiento. En las

    afueras de la ciudad, haba un pequeo Bar al cual nos

    permitan ir y tocar algunos viernes por la noche.

    Al cabo de casi 6 meses, ya tenamos invitacin de tocar

    en diversos clubes y centros nocturnos por toda la ciudad.

    Una tarde, Sofa no se present al ensayo, as que fuimos a

    buscarla. Al llegar a la estacin de trenes ella estaba con un

    chico muy alto, plido y delgado, llevaba un gorro muy

    peculiar de lana que le cubran completamente los odos.

    Al vernos, Sofa nos comento que era un amigo que ella

    no vea desde hace mucho tiempo y que no haba asistido al

    ensayo por qu haba venido a recogerlo a la estacin de

    trenes.

    El tipo no hablaba nada, solo asenta con la cabeza y sus

    ojos no se apartaban de Sofa. No pude contener mis celos

    y respond.

    -Mucho gusto, pero No es hora de que nos vayamos

    Sofa?

    Sofa y el resto me miraron exaltados.

    -Irnos?, Qu te pasa?, si l es el nuevo pianista del

    grupo- Repuso Sofa.

    El chico del piano como lo habamos apodado, era muy

    bueno, interpretaba melodas muy complicadas e inclusive

    poda leer partituras sin ninguna dificultad. Recuerdo que el

  • 21

    da que llego al taller de mi abuelo, mi abuelo le reconoci y

    le pregunto por su madre y su hermana, el chico del piano

    solo asinti con la cabeza en forma de agradecimiento.

    Entonces busco un piano en el taller y se sent a tocar, era

    la meloda que mi abuelo enseo a mi madre.

    -Aun la recuerdas, Verdad?, eso me alegra- fue la

    respuesta de mi abuelo al escuchar la meloda.

    Mi abuelo nos conto que lo conoca desde que el chico

    del piano era nio, que se haba ido a estudiar msica al

    extranjero y que su padre haba muerto haca muchos aos,

    quedndose a cargo de su hermana y su madre.

    Pero, por ms que lo intentramos l era muy reservado,

    ya que con Sofa era con la nica con la que hablaba, en

    respuesta Sofa en una ocasin nos comento.

    - No le den mucha importancia, es muy tmido, eso es

    todo.

    Al pasar algunos meses, Sofa casi no se percataba de

    mis celos, ella y yo solamos conversar por mucho tiempo,

    pero ahora siempre que la buscaba, estaba con ese chico.

    Un da, al salir de la escuela busque al chico del piano, lo

    lleve al patio trasero de la escuela y le dije:

    -Qu es lo quieres con Sofa?, Te gusta verdad?, Solo

    una cosa te dir, no permitir que le hagas dao, y si lo que

    quieres es pelear por ella, adelante.

    Tire mi mochila al suelo, y me puse en guardia, tena que

    dejarle en claro que Sofa era para m. l me miro un tanto

    sorprendido, bajo la mirada, esbozo una sonrisa y me tomo

    de los hombros; se acerc y me dijo muy bajo al odo:

  • 22

    -Ella te te quiere a ti, solo no tardes mucho en

    decrselo, Est bien?

    Despus l sigui su camino, yo no entenda: Ella te

    quiere a ti?, Qu no tardara?, haba muchas dudas en mi

    cabeza y en mi corazn, pero solo una cosa estaba clara, l

    no deseaba pelear por ella.

    Con el tiempo, Sofa comenz a faltar ms y ms a los

    ensayos, sala con unas amigas que haba conocido en el

    club de teatro de la escuela. Tambin comenz a salir con

    algunos chicos que frecuentaban los bares donde

    tocbamos. Se comenz a vestir un poco ms atrevida,

    maquillarse un poco ms que antes. En cierta ocasin, ya

    era muy tarde y escuche a un auto tocar frente a su casa,

    ella sali y se meti en el auto. Una noche, despus de tocar

    en un bar del centro de la ciudad ella estaba afuera con un

    tipo alto, definitivamente de mucha ms edad que ella, l le

    gritaba muchas cosas y le dio una bofetada.

    Al ver esto me enardec y arremet contra l, el resto de

    los chicos me seguan, este tipo solo me levanto y me

    empez a golpear.

    -Qu?, Piensas defender a esta golfa, nio?

    Era tanta mi furia, que solo poda pensar en la forma de

    asestar el siguiente golpe, ella se levanto y me dijo:

    -Detente!, Marco Qu no vez que solo est jugando?

    Sus palabras me detuvieron en seco, ella lo ayudo a

    levantarse y le pregunto: Ests bien mi amor?

    -Lrgate de aqu, perra.- Contesto l insolente.

    Ella se acerc a m y me dio una bofetada, despus se

    alej sin ms ni ms.

  • 23

    El chico del piano me tomo del brazo y me llevo de

    vuelta a casa.

    A la maana siguiente no quera levantarme de la cama,

    solo quera quedarme ah, recostado. Al entrar la abuela a

    mi cuarto, abri las ventanas.

    -Es hora de irse, l ya vino por ti.

    -Vino por mi?, Quin? fue mi respuesta.

    - Pues tu amigo el chico del sombrero gracioso; por

    cierto, tiene mucho que no veo a Sofa por aqu, Qu ha

    pasado con ella?

    -Nada- conteste retirando la mirada a la ventana.

    Al mirar mi rostro con un disgusto muy marcado, mi

    abuela me tomo del rostro y comento:

    -No te preocupes, estn hechos el uno para el otro, ella

    regresar, te lo aseguro.

    Al regresar de la escuela, ella estaba sentada en la puerta

    de mi casa. Al verla yo solo la ignore e intente entrar a la

    casa, el chico del piano que llego detrs de m, me tomo

    con fuerza pero sin lastimarme. Yo opuse resistencia, pero

    fue gracioso ya que l era ms alto que yo, as que sin

    mucho trabajo me llevo dentro del garaje.

    - Habla con ella- dijo Beln cuando entramos al garaje.

    -Solo escchala- dijo Laura cuando me vio, intente

    volver a salir.

    La mire, ella haba llorado mucho, tena sus ojos muy

    hinchados y la pintura del maquillaje manchaba sus

    mejillas.

    -Perdona

  • 24

    -No espera- la interrump- el que te debe una disculpa

    soy yo. La verdad es que no debo de meterme en tus

    asuntos, ya eres lo suficientemente grande para cuidarte

    sola. Y

    - No, no lo soy la verdad, soy una mocosa tonta, que

    no sabe nada y solo necesita que los dems la cuiden

    siempre- interrumpi Sofa enrgicamente al borde del

    llanto.

    - Pero- ella mantuvo silencio un momento, me miro y

    agrego:

    - Yo solo quera conocer a otras personas, y buscar el

    amor, buscar a m

    - A tu prncipe azul- interrump con arrogancia.

    -Si, a mi prncipe, pero sabes creo que ya lo encontr-

    ella lanzo una mirada furtiva al chico del piano.

    -Siendo as, me retiro!, los dejo estar solos- repuse en un

    tono insolente.

    El chico del piano me tomo del brazo, su mirada era de

    enojo claramente, entonces me llevo hasta el lugar enfrente

    de Sofa e hizo una sea extraa.

    - SoSofa- replico el chico del piano en un tono

    molesto.

    Ella me tomo del brazo, l se dio la vuelta y se llevo a

    Beln y Laura, cerraron la puerta del garaje y ahora solo

    escuchbamos el silencio.

    Sofa segua con la mirada al piso, viendo sus pies.

    -Recuerdas?, as fue como nos conocimos, yo

    observando mis pies como si fueran algo extrao.-Yo no

  • 25

    saba lo que haca estaba muy borracha, no me di cuenta,

    hasta el da de hoy que l fue a buscarme.

    -l?- pregunte.

    -S, el chico del piano como ustedes le dicen; l fue, se

    molesto conmigo y me dijo que eso no se le haca a un

    amigo, ni mucho menos a quien se.

    Se detuvo un momento, se dio cuenta que no la

    observaba, me tomo de un brazo y empez a cantar. Era

    una meloda nueva, pero solo reflejaba el dolor.

    -No deb de haber hecho eso Marco, Perdname!, es

    que yo, yo

    -Lo siento!- empez a llorar, nunca antes la haba visto

    as, nunca.

    De repente, record las palabras del chico del piano, l

    haba dicho que no tardara mucho. Tome a Sofa entre mis

    brazos por la espalda, abrazndola y le dije al odo:

    -Lo que pasa es que hay alguien ms: la msica, ella es

    mi pasin y tu eres mi amor, entre los tres seamos una

    hermosa y eterna cancin, Qu dices, Sofa?

    Ella volteo con una mirada de asombro y nos besamos,

    nuestros labios se cruzaron como si fuera la ltima vez que

    fueran a tocarse, la puerta del garaje abri de golpe y los

    muchachos que estaban detrs de ella escuchando, cayeron

    al piso.

    Laura grito: Yahoo!, mientras el resto sonreamos.

  • 26

    Capitulo 2.Seales, ngeles, Realidad.

  • 27

    Despus todo haba vuelto a la normalidad, fueron

    tiempos maravillosos, cuando estbamos a solas la pasin

    se desbordaba por todos los rincones del lugar.

    En cierta ocasin mientras ensaybamos, me percate que

    el chico del piano nos observaba de una manera muy

    peculiar. Por lo regular miraba las manos de ngel, Gato,

    Beln y Laura, a m o Sofa siempre nos observaba al

    rostro viendo nuestros labios. Al transcurrir los ensayos y

    presentaciones, l hacia algunas indicaciones a Sofa y ella

    nos comentaba mediante seas la siguiente cancin a

    interpretar.

    De acuerdo a lo que Sofa me cont alguna vez, el chico

    del piano tena el don de sentir la vibracin del pblico y as

    entenda que meloda interpretar en el momento adecuado,

    en general realmente no entendamos bien pero

    confibamos en ellos, adems a eso le sumbamos que

    haba estado en una escuela de msica clsica, as que

    integraba arreglos a las canciones ms sonadas y aada

    arreglos para ajustarlas a nuestro propio estilo. El truco nos

    funcion bastante bien, en cada presentacin era como si

    furamos una gran orquesta ordenada y dirigida por el

    chico del piano. En cierta ocasin antes del ensayo de esa

    tarde, Sofa y yo fuimos a caminar; al regresar ya se

    encontraban ngel, Gato y Beln rodeando al chico del

    piano mientras l sostena su gorro como un nio asustado

    cuidando su juguete nuevo.

    -Qutatelo! - grito Beln muy enrgica y en un tono

    molesto.

    -No!- fue la respuesta del chico del piano mientras se

    perfilaba hacia la puerta del garaje.

  • 28

    -Sofa, pdele que se lo quite, queremos ganar la apuesta-

    Coment ngel al mirarnos entrar.

    -Cul apuesta?- pregunt con mucha expectacin.

    Gato respondi: Beln dice que esta calvo por eso

    siempre usa la gorra y ngel y yo solo decimos que solo

    tiene el cabello muy corto. T qu opinas?, Marco.

    -Bueno yo pienso que quiz tenga rizos o el cabello

    pintado de verde o rosa quiz- contest sonriendo.

    -Djenlo en paz!- grito Sofa al notar el tono burln de

    nuestros comentarios, nos miro con una mirada

    reprobadora.

    -Si l no quiere quitarse el gorro, es porque es un regalo

    de Ema su hermana pequea y le agrada mucho usarlo, eso

    es todo. El chico del piano asinti aliviado.

    -Entonces, Por qu no se lo quita?, Vamos!- Replic

    ngel.

    Nos acercamos al chico del piano mientras ngel y Gato

    lo sostuvieron de los brazos, Beln y yo tratamos de

    quitarle el sombrero. l se solt fcilmente, era mucho ms

    alto y fuerte que nosotros, nos dejo fuera de combate y en

    el piso con mucha facilidad. Despus se recost con

    nosotros en el piso y comento:

    -No pueden! -Y solt una sonora carcajada. El resto

    sonremos con l.

    Sofa agrego: En efecto, No pueden!- Se recost a mi

    lado y nos abrazamos.

    Esa tarde ah recostados todos nos quedamos dormidos,

    hasta que Laura llego y nos despert con el sonido de su

    batera. Al levantar la mirada solo nos comento:

  • 29

    -Qu?- mientras levantaba las manos con sus baquetas.

    Todos comenzamos a sonrer y ah el mundo no era

    importante. Recuerdo que ese da, Sofa nos comento que

    el chico del piano nos tena un regalo, era una cancin que

    tocara con ella; se acomod en su posicin habitual y

    comenz.

    Sus dedos rozaban el aire con delicadeza, las teclas

    vibraban con un agudo sonar de algo viejo y delicado, sus

    ojos reflejaban mucha concentracin. Sofa lo sostuvo del

    hombro derecho, era una meloda complicada con muchos

    matices y sobre todo requera de mucha precisin, ya que

    pareci que si cometa en error le costara la vida. El se

    entregaba con todo en ese momento, despus nos

    enteraramos que l llevaba ms de dos aos practicndola y

    esa maana por fin haba logrado interpretarla completa. La

    voz de Sofa se torno diferente y distante, un poco triste y

    melanclica tal vez. El sonido brotaba desde su garganta y

    desde lo ms profundo de su vientre, era como si tuviera

    mucho que decir y a la vez nada que pudiera terminar con

    este sentimiento, era un estado sin igual, lo habamos

    sentido inadvertidamente antes, pero nunca haba brotado

    de esa manera.

    Eran recuerdos, alegras y sobre todo una forma de vida

    nica, siempre pensando en tener algo para ser feliz,

    buscando un sueo, pero en realidad, Eso es ser feliz?

    Cumplir un sueo?, me extrae de mis pensamientos, pero

    Laura se sent en su lugar e hizo un golpeteo continuo y

    rtmico; la sonrisa de Sofa haba desaparecido, solo le

    quedaba esa mirada de xtasis, esa mirada que yo solo vea

    cuando cantaba: Era dolor, amor y sobre todo mucha

    pasin. Me deje llevar por ese sonido agudo, cerr los ojos

  • 30

    y vi muchas cosas al mismo tiempo: mi madre, mi padre,

    mis abuelos y todos esos momentos con ella. Como

    consecuencia sent un abrazo de Sofa y que ella me cantaba

    al odo, al abrir los ojos sent lagrimas como si la lluvia

    baara mi rostro al claro sonido de aquellos dedos delgados

    y esos labios de tono rojizo esos ojos hermosos, muy

    hermosos. Yo agradec a dios por ese momento y le ped

    que nunca terminara.

    Una tarde lluviosa se acercaba en el horizonte, Sofa y yo

    estbamos en mi cuarto recostados escuchando nuestras

    canciones favoritas. Mi abuela entro al cuarto muy agitada,

    en cuanto recupero el aliento nos dijo muy preocupada:

    -Sofa!, tu padre.

    -Qu le paso a mi pap?- pregunt Sofa levantndose

    de un salto.

    Todo el camino hasta el hospital fue duro y pesado,

    record el da en la comisaria, por el ambiente tenso. Al

    entrar nos informaron que el papa de Sofa estaba grave,

    haba chocado con una camioneta, los chicos de la

    camioneta estaban ebrios pero salieron ilesos, la peor parte

    se la haba llevado el convertible del papa de Sofa. Entro

    en un estado de coma por varios das, as que

    necesitbamos esperar a que despertara. Al entrar a verlo

    Sofa se sent a un costado de l y sostuvo sus mano por

    no s cunto tiempo. El resto de los chicos llegaron una par

    de horas despus.

    -Todo ir bien y se repondr pronto- coment Laura al

    entrar.

    -Es muy fuerte, es tu padre despus de todo- dijo ngel

    mientras Gato asenta.

  • 31

    -A nimo Sofa!- Fueron las palabras del chico del

    piano.

    Sofa ya un poco ms aliviada nos respondi:

    -Tienen razn chicos, gracias.

    Se quedo al lado de su padre por muchos das, ella lo

    visitaba y platicaba mucho con l. Yo le llevaba el almuerzo,

    aunque claro no pasbamos mucho tiempo juntos.

    Llova de nuevo, era extrao por la poca del ao. Se

    escucho el telfono mientras cenbamos, mi abuela se

    levanto de la mesa y atendi la llamada. Al voltear a verme

    su rostro estaba frio y me comento que el pap de Sofa

    haba despertado, pero que no le quedaba mucho tiempo.

    Ya de regreso en el hospital en efecto, estaba despierto

    pero su piel era plida y tena los pmulos muy hinchados.

    Al entrar me dirigi algunas palabras con mucha dificultad:

    -Marco, muchacho, un gusto verte.

    -Gracias seor el gusto es mo, Cmo est?- respond.

    -He estado mejor- repuso antes de toser fuertemente.

    Sofa temblaba, estaba muy preocupada; tena los ojos

    rojizos, haba llorado mucho y no haba dormido bien en

    algn tiempo.

    - Marco, quiero pedirte un favor- Tomo mis manos

    entre las suyas, estaban muy fras.

    - Promete, promteme que cuidaras de mi nena, eres

    como de la familia as que

    - Se lo prometo- respond apretando un poco sus manos

    con las mas. - Se lo prometo por mi vida.

  • 32

    En ese instante se le vino un colapso que su corazn no

    resisti, y ah con mis manos entre las de l, el pap de

    Sofa muri.

    Mis abuelos y yo nos hicimos cargo de los preparativos y

    de todo el proceso para el funeral; Sofa por otra parte

    lloraba mucho por las noches y dorma durante casi todo el

    da, no hablaba con nadie, ni conmigo, ya no sala de casa.

    Yo no saba qu hacer, as que record la promesa que le

    hice algunos aos atrs. Una madrugada llame al resto de

    los chicos y acomodamos los instrumentos frente a la casa

    de Sofa. Sacamos la batera y el piano del garaje, ella abri

    la puerta, estaba ms delgada que de costumbre y sus ojos

    con unas ojeras enormes. Solo se paro frente al portal con

    la mirada prdida hacia las nubes.

    ngel y Gato tocaban con sus guitarras siendo

    acompaados por Laura, era una cancin algo triste pero

    servira, pens para mis adentros. Los vecinos comenzaron

    a salir por el ruido, todo se torno en silencio. Mis palabras

    brotaban desde lo ms profundo, la pequea Belem al

    continuar con su parte no resisti y unas lgrimas plateadas

    rodaron sobre sus mejillas. Yo al cantar senta que cada

    palabra provena desde mi interior, solo deseaba que todo

    el dolor saliera, en forma de grito. Un grito desesperado

    que se desprendi de mi garganta, un grito ahogado como

    un grito de batalla.- Vamos Sofa!, levntate amor mo.-

    - No lo entienden, Verdad?- Nos grit desde la entrada.

    - Mi pap se ha ido, me he quedado sola y ustedes solo

    piensan en tocar esas estpidas canciones- estaba realmente

    molesta.

  • 33

    - Pero es para ti.- Contest Beln poco antes de que ella

    tambin estallara en llanto nuevamente.

    Beln se acomod en el pecho de Gato, este le abrazo

    fuertemente, entre tanto ngel contest:

    -Qu te pasa Sofa?, solo fue una cancin, tu favorita,

    por eso estamos aqu porque nos preocupamos por ti- l

    apretaba sus puos y contena su coraje para no explotar.

    - Si Sofa, entindenos te queremos- le replico Laura.

    El chico del piano se acerc a ella, su mirada era severa

    pero llena de preocupacin y compasin.

    - No lo entienden!, ustedes tienen a sus familias, en

    cambio yo me he quedado sola- dijo mientras cubra su

    rostro y se sobresalto en un llanto profundo y muy

    doloroso.

    - Te entiendo perfectamente Sofa, cuando fue lo de mi

    madre tu estuviste ah. Te hice una promesa que tengo

    presente y ahora te lo recuerdo: no te dejare sola.

    - Nadie te nadie te dejara- dijo el chico del piano casi

    en forma de susurro- pero de manera muy profunda y

    honesta.

    Todos nos acercamos a Sofa y la abrazamos, todos ah

    pusimos nuestra esperanza en que lo superara, que sera

    fuerte, cual equivocados estbamos.

    Despus de esto la lleve a vivir a la casa de los abuelos,

    dorma en mi cuarto y yo en l cuarto de huspedes, as

    seguimos adelante o por lo menos eso pensaba yo.

    Una maana de primavera, recibimos la visita de una

    persona que se presento como representante de un festival

    artstico que se llevara a cabo dentro de poco en el teatro

  • 34

    de la ciudad, nos invito a participar as que todos

    accedimos. Nos encontrbamos muy emocionados con la

    idea del festival, as que nos preparamos y ensayamos

    algunos temas nuevos.

    Hubo en particular una meloda de un grupo espaol,

    Sofa se desahogaba cantando dicha cancin y me

    recordaba a cierto nio que hizo lo mismo, sobre todo

    porque de su corazn brotaba una vibra fuera de este

    mundo. Pero haba algo en sus ojos, algo que se borraba la

    nostalgia no se apartaba de ella, extraaba a sus padres y

    ante eso no podamos hacer casi nada, solo animarla,

    cuidarle y luchar para no perdiera la esperanza, para que se

    iluminara su sonrisa nuevamente.

    Sofa haba cambiado, ya no cantaba con la misma

    intensidad que antes, solo serva de coros mientras yo

    cantaba y la mayora del tiempo se distraa, todos nosotros

    solo guardamos silencio ante su mirada perdida y llena de

    dolor. Pensbamos que quiz con el tiempo se ira ese

    sentimiento. Una maana toco a la puerta de mi casa una

    mujer muy bien vestida y que buscaba a Sofa. Mi abuelo la

    llevo a la sala y le pregunto que pretenda con Sofa, ya que

    ella era como de la familia.

    -Bueno, no pretendo tenerlo a la expectativa, yo soy la

    madre de Sofa y me la quiero llevar ahora que su padre no

    est- Ella extendi su mano con un papel, era el acta de

    nacimiento de Sofa y su licencia de conducir, en efecto, era

    su madre.

    La seora nos comento que abandono a su marido y su

    hija por buscar fortuna como diseadora y ahora que la

    haba encontrado venia por Sofa, pero no contaba con que

  • 35

    su esposo haba muerto meses atrs. Sofa bajo las

    escaleras, saludo amablemente a todos en la sala.

    La seora cruzo la habitacin muy emocionada y

    replico.

    -Mi nia, mi nia te prometo nunca ms nos volveremos

    a separar, Pero mrate!, ya eres toda una seorita.

    Sofa no entenda nada, la seora la sent en el sof y

    comenz a contarle que haba pasado en realidad. Al

    terminar de escuchar Sofa solo bajo la mirada y dijo:

    -Mi madre est muerta al igual que mi padre, as que no

    venga a querer engaarme.

    -As que eso te dijo tu padre?, supongo que fue mejor

    que decirte que le deje por qu no me acostumbre a la vida

    de granjero criando y alimentado pollos.- fue la respuesta.

    Mi abuela se enfureci, y saco a la mam de Sofa entre

    gritos y empujones.- Como se atreve?, usted no es la

    madre de esta nia!, ella y su padre son grandes personas y

    alguien como usted no merece nada. Largo!-

    La seora un tanto indignada solo replico que las cosas

    no se quedaran as. Al regresar a lo nuestro, Sofa estaba un

    tanto preocupada, tena muchas dudas de por qu su padre

    la haba engaado por tantos aos. Durante el periodo de

    ensayos nos unimos aun mas, practicbamos casi todo el

    da y parte de la noche. Todos sentamos la tristeza de

    Sofa, pero ella no nos deca de nada al respecto.

    Un da antes del festival habamos acordado descansar y

    pasar un tiempo con nuestras familias, Sofa fue al

    cementerio a visitar la tumba de su padre, yo le dije que la

    acompaaba, ella se neg, deseaba ir sola. Tena ganas de

  • 36

    dejar todo eso atrs, yo pensaba que por fin haba logrado

    eliminar esa tristeza y que todo sera como antes.

    Mi abuelo me haba mandado a entregar unos violines a

    la secundaria cercana de la estacin de trenes, como eran

    muchas le ped al chico del piano que me acompaara, al

    regresar notamos que estaba una luz prendida en el cuarto

    de Sofa, decidimos entrar al pensar que eran ladrones o

    algo as, ya que nadie entraba a excepcin de Sofa que iba

    por sus cosas. Al subir las escaleras, solo escuchamos un

    fuerte golpe. Al llegar a la habitacin no lo podamos

    creer, estaba colgada por el cuello con una soga, y a un

    costado estaba la silla tirada en el suelo. Yo quede atnito y

    el chico del piano reacciono de inmediato, entre ambos la

    descolgamos lo ms rpido que pudimos, el chico del piano

    le dio respiracin de boca a boca e intento hacer que

    reaccionara, al pasar algunos minutos nada. Al parecer del

    golpe al caer se haba roto el cuello, al llegar mi abuelo solo

    pude abrazarlo y el resto de los chicos estaban llorando. Al

    siguiente da nadie ira al festival, todos tenamos que ir a

    un funeral.

    Al terminar el funeral no quera regresar a casa, as que

    decid pasar a la tumba del papa de Sofa, ah se encontraba

    su madre, al verme solamente dijo:

    -Comet muchos errores, nunca deb haber regresado a

    la vida de Sofa, por mi culpa ella se fue- Estaba ebria y

    llevaba una botella de whisky en la mano.

    -No- respond- no solo usted tiene la culpa, yo tambin

    por no entender que ella se senta sola, por no cuidarla bien

    y no ayudarla. Ella se levanto, coloco la botella de whisky

    en mi mano y se marcho.

  • 37

    Al tomar el primer trago, fue amargo pero despus

    empec a olvidar algunas cosas y a reconfortar mi corazn.

    Cuando despert estaba recostado sobre la tumba de Sofa,

    el velador me despert y dijo que si no era muy joven para

    beber de esa manera, ya no me importaba, ella se haba ido.

    Al regresar a casa, mis abuelos me replicaron por haber

    llegado en esas condiciones, yo no dije nada, solo tome algo

    ms de dinero y fui a la primer cantina que encontr. Ped

    otra botella de whisky y me perd de nuevo en ese mundo

    en el cual Marco estaba bien, Marco era feliz y en que

    Marco poda ayudar. Al salir de las cantinas, la mayora de

    veces el chico del piano me encontraba y me llevaba a casa,

    sin decirme nada. Al pasar el tiempo el alcohol ya no era

    suficiente, alguien me dio drogas y tambin el sexo se me

    hizo algo comn y muy recurrente, pero muy a pesar de

    estar en las peores condiciones, el chico del piano me

    buscaba y me llevaba casi arrastrando a casa; fue as durante

    mucho tiempo, mis abuelos y amigos ya no importaban, ya

    que Sofa no estaba a mi lado, yo la necesitaba para seguir

    adelante, ella era mi todo y se me desvaneci de las manos,

    ahora era solo un recuerdo frio y sombro que mi corazn

    ebrio solo permita salir en los pocos momentos de lucidez.

    Una ocasin estaba tan ebrio que apenas lo recuerdo, el

    chico del piano me encontr como de costumbre en la

    mesa tumbado a las cuatro de la maana, al levantarme para

    ir a casa, me detuve, vomite un poco, lo mire y le dije:

    -Qu demonios haces aqu?, No lo entiendes?, ya no

    tengo nada ni a nadie. No me puedes dejar en paz?, niato

    de sombrero ridculo.

  • 38

    Mi amigo me miraba apaciblemente, solo suspiro un

    poco, me di cuenta que tena su rostro un poco demacrado

    y lleno de cansancio, pareca que el hecho de buscarme

    todas las noches le estaba afectando mucho. Me intento

    tomar del brazo nuevamente, yo me interpuse y me enfade.

    Cmo era posible que el no entendiera?, yo lo que quera

    era morir, desaparecer, dejar de causar dolor y pena.

    -No entiendes, verdad?, tendr que hacerte entender-

    Intente darle un golpe, l lo esquivo con suma facilidad.

    Con mucho esfuerzo me puse en guardia, estaba furioso

    pero ms ebrio y casi pierdo el equilibrio, el me miro, en

    sus ojos haba lagrimas; bajo las manos y suspiro

    nuevamente. Al darle el primer golpe, el no replico nada, al

    continuar yo solo vea como l no se defenda a pesar del

    dolor que deba de estar sintiendo.

    -Defindete, perdedor Qu te pasa?, Tienes miedo?

    El solamente asinti, yo tome una botella de vidrio que

    haba en el suelo y se la romp en la cabeza, el cay al suelo

    y despus se levanto con la cabeza sangrando.

    -Terminaste?- fue su respuesta mientras limpiaba un

    poco de sangre que surgi sobre su frente.

    Estaba realmente furioso, sent un gran mareo y una

    nausea extrema. Tropec con una piedra y ca, el solamente

    me levanto y me llevo a casa. Al siguiente da estaba seguro

    que no lo volvera a ver, yo haba perdido a la nica

    persona que se preocupaba por m o eso pens en ese

    momento. Ese da fue muy habitual, comenc con mi

    botella de whisky, despus fui con el tipo que venda droga

    y me dio lo habitual. l me presento a unas chicas que

    necesitaban compaa, bailamos y platicamos un poco esa

  • 39

    noche, hice el amor con dos de ellas y me marche a una

    vieja construccin abandonada, vi un pequeo hueco as

    que entre.

    Todo se tena que terminar, sub hasta el ltimo piso de

    la construccin; as me senta yo, como un edificio sin

    terminar y a medio morir, y Por qu hacer esto?, era mejor

    morir y reunirme con el amor de mi vida. La luna era

    enorme en el firmamento, se poda ver toda la ciudad,

    desde el cementerio hasta la estacin de trenes. Solo

    necesitaba un paso un paso ms, pronto amanecera y Cul

    sera la sorpresa?, que una persona normal como yo

    acabara estrellada en el pavimento. Mucha gente pensara

    que me lo mereca, otros no siquiera les importara, pero,

    Qu pasara con mis abuelos y amigos?, todos ellos

    haban sido realmente buenos conmigo. Empezaba a

    amanecer, el sol me hizo levantar la mirada y solo ah pude

    verlo, un letrero algo viejo y rodo por las lluvias de una

    marca de zapatos ya desaparecida, casi no se perciban bien

    las letras, pero pude leerlo.

    Solo los ngeles pueden pisar la orilla, porque ellos no

    tienen miedo a caer.

    S, yo haba conocido algunos ngeles, saba

    perfectamente que todos tenemos demonios dentro de

    nosotros, esperando salir y devastar todo a nuestro

    alrededor, pero siempre hay una fuerza, algo que se opone

    a ellos. Mi madre, mis abuelos, Sofa; todo ellos haban sido

    mis ngeles guardianes, que con sus alas de amor me haban

    devuelto la sonrisa, el sueo y la vida y adems me

    protegieron del dolor de este mundo frio. Al estar en la

    orilla, me sent en el centro del universo, de mi universo.

    Mi madre siempre me cuido, mis abuelos me ayudaron

  • 40

    cuando mas necesite de alguien y Sofa me devolvi mi

    sonrisa. Esos ngeles que no necesitan un motivo para

    ayudar, que solo se dejan llevar por sus almas y corazones y

    se entregan con todo por mejorar un poco la vida de los

    dems, pero haba algo, algo que haba olvidado un joven

    ngel, algo ms grande que yo, alguien a quien yo haba

    hecho dao. Necesitaba cambiar, necesitaba seguir adelante

    ya que esos ngeles lo han dado todo, todo por m y yo no

    he hecho nada, solo hacer dao y convertirme en un ser

    frio y loco, ambicioso de olvido y perdn. Deseaba luchar e

    iba a luchar por ellos, por m, por mis ngeles. Todo eso se

    fraguaba en el fulgor de esos colores, grandes e intensos,

    ese azul de nubes y amarrillo del sol, que solo un amanecer

    nos puede brindar. Todo palpitaba dentro de mi cabeza y

    mi corazn.

  • 41

    Capitulo 3.Amigo, Partitura, Corazn.

  • 42

    Al despertar senta una gran molestia, pero a pesar de

    todo me pude incorporar, ah decid ya no hacer dao a los

    dems, decid irme y en el camino pensara que sera de mi

    vida. A veces uno necesita estar solo para recorrer sus

    caminos y yo necesitaba luchar contra mis demonios. Les

    deje una nota a mis abuelos, tome mis cosas y las met en

    una mochila. Tome el primer tren fuera de la ciudad y me

    pase recorriendo diversos lugares, en especial buscaba bares

    para poder cantar y conseguir algo de dinero para comer y

    tomar algo despus de un largo da, viva desastrosamente

    cantando en las estaciones del tren subterrneo y en los

    bares de las ciudades que recorra. As pase algn tiempo,

    pero me iba dando cuenta que la gente cada vez buscaba

    pequeos trozos de felicidad en alcohol y en aquellos

    pequeos momentos empapados de soledad.

    Recuerdo que al visitar una pequea isla encontr a un

    conocido, tena una fiesta en su yate, as que asist a cantar

    un poco ya que me lo haba pedido, pero al llegar escuche a

    un tipo enormemente obeso, pareca nativo de la isla, era

    curioso escucharlo ya que solo llevaba su pequeo ukulele.

    Era una cancin tradicional de la isla pero de alguna

    extraa forma me envolva llenando mi mente, mi alma y

    mi corazn de paz, de esperanza y de mucho amor.

    Hablaba de un lugar donde el dolor no existe, donde los

    sueos se hacen realidad, donde es posible llegar a una

    estrella y mirar el arcoris sin temor, sin dolor. Al terminar

    la cancin no entend porque tena lagrimas en mi rostro,

    una mesera se acerc y me extendi un pauelo para

    limpiarme, yo le agradec el gesto.

    -Se llama Israel, aqu lo llamamos IZ de cario- me

    coment mientras se alejaba.

  • 43

    Al terminar de tocar le costaba mucho trabajo

    levantarse, as que entre 5 personas le ayudaron a

    incorporarse. Era mi turno, el tipo de la fiesta se acerc y

    me indic que cancin interpretar as que me prepare y

    cante una cancin amena y melanclica. Al terminar el tipo

    del ukulele se acerco

    -Qu tal?, Cmo te llamas, joven amigo?-Comentaba

    mientras extenda ambas manos hacia m.

    -Marco- respond mientras l envolva mis manos con

    las suyas, eran enormes realmente.

    -Yo me llamo Israel, puedes llamarme IZ, Tienes

    donde quedarte?

    -No- negu con la cabeza.

    -Bueno ya es muy tarde, encontrar un hotel ser muy

    difcil, Te gustara quedarte en mi casa?, mi esposa prepar

    algo delicioso para cenar- esbozo una enorme sonrisa que

    enmarcaban sus mejillas, era curioso, sus ojos me

    recordaban a mi abuelo.

    Al llegar me presento a su esposa y su hermosa hija. Al

    poner un poco de atencin me percate que IZ era conocido

    en toda la isla y toda la gente le trataba muy bien ya que era

    un gran cantante, al pasar el tiempo fui conociendo mas y

    mas de su vida, sobre su familia y de su enfermedad que le

    haca estar muy obeso. Recuerdo que antes de dormir l

    cantaba afuera de su choza una cancin muy antigua para

    arrullar a su pequea, l me contaba que esa cancin haba

    pasado de generacin en generacin en su familia y que

    haba mejorado un poco para agrado de la gente joven.

    Cada maana me levantaba e iba a trabajar a la playa de

  • 44

    pescador, as consegua dinero, cierta maana IZ se

    levanto conmigo y antes de partir me comento:

    -No es necesario que hagas esto, eres mi invitado.

    -Claro que si IZ, deseo agradecer un poco tu tan buena

    voluntad y la de tu familia.

    -Bueno est bien, de alguna manera me recuerdas a un

    viejo y gran amigo. Alguien que al igual que tu ya forman

    parte de mi Ohana.

    -Ohana?- era la primera vez que lo escuchaba.

    -En esta regin la Ohana o familia es lo ms importante,

    no es necesario tener algn parentesco de sangre, solo s

    que tengo una gran Ohana al igual que t. Una hermosa

    Ohana que te espera en casa, o me equivoco?-Si tienes

    razn- sonre junto con l.

    -Al darme la vuelta, IZ me sostuvo y me dio un fuerte

    abrazo por la espalda, tal y como lo haca Sofa.

    -No lo olvides pequeo gran amigo, la familia nunca se

    abandona ni se olvida.

    Al vivir con IZ entend algo importante, no importa los

    muchos golpes que te de la vida, siempre hay que levantarse

    con una gran sonrisa en los labios y un corazn lleno de

    amor, por ti y por tu Ohana. Algn tiempo despus me

    enseo a tocar el ukulele y la cancin que cantaba a su hija.

    Siempre sonrea y ayudaba a mucha gente, as entraba en

    sus corazones no solo con la msica sino tambin con su

    enorme sonrisa que iluminaba todo a sus grandes pasos.

    Recuerdo una maana en la que decid continuar con mi

    viaje, IZ me hizo jurarle algo:

  • 45

    -Vive para ti y para tu Ohana, busca tu lugar en el

    arcoris y no olvides hacer ms y ms grande tu Ohana,

    como yo -fueron sus palabras, antes de partir l llamo a su

    hija y ella me entrego un ukulele envuelto en una manta

    color arena.

    -Toca de vez en cuando y recuerda a tu Ohana de esta

    isla.

    -Lo hare, IZ. Gracias.

    Al salir de la isla y mirarla en todo su esplendor de la

    maana no me haba percatado de algo, IZ nunca me

    pregunto nada sobre m. Mi nombre, mi pasado, no le

    importaban, l solo viva el momento y la compaa de los

    que estaban a su alrededor por el presente, claro ahora que

    lo pienso suena muy sencillo pero en realidad me cost

    mucho entender, es ms fcil escribir que aprender.

    _______________________________________

    Al finalizar el verano, el festival de otoo era el ms

    grande acontecimiento en las ciudades del norte, mucha

    gente de todo el mundo se presenta por una pequea

    oportunidad.

    -No todo el mundo tiene nuestra suerte, joven amigo.

    Me deca el ms alto del do que tocaran antes que yo

    en el festival cultural de la ciudad cercana a la baha. Tena

    la piel obscura como la noche y unas manos enormes y

    pies largos. Venia de frica al festival todos los aos.

    Siempre resultaba que la gente no entenda su msica y

    terminaban abuchendolos y arrojndoles objetos, eso me

    contaba su compaero ms joven y parecido al primero,

    deba ser su hermano.

  • 46

    -Pero este ao ser diferente.- Repeta el hermano

    mayor mientras sus ojos se iluminaban y observaba al

    infinito.

    Los llamaron al escenario, tom su guitarra y el

    hermano menor su bong que le serva de asiento. Al

    colocar un pie en un escaln antes del escenario, levanto su

    guitarra hasta su mentn, le dio un beso y despus hizo una

    reverencia colocando un trecho de la guitarra sobre su

    frente. Este acto, dejo al public en un silencio total, algo

    asombroso sucedera.

    Se acomodaron en sus banquillos iluminados por una

    tenue luz violeta. Entre los bordes del silencio los acordes

    de la guitarra brotaban y fluan, unos tras otro y un cambio

    repentino de ritmo nos despabilaron, fue como si algo

    interno, algo desde el fondo de nuestro ser surgiera y se

    mantuviera en cada latido, en cada respiracin.

    La letra era confusa, en un idioma desconocido, pero el

    ritmo hizo que olvidara todo, me transporto a una historia

    que brotaba, una historia antigua y nueva, una leyenda y

    una serie de imgenes que provenan de aquel conjunto de

    golpes, cuerda y aliento. La gente comenz a aplaudir al

    compas y a sonrer inexplicablemente, dos chicos de mi

    edad imitaban los pasos del chico del bongo que momentos

    antes se haba levantado a bailar de manera enrgica, juntos

    lograron una coreografa fresca y llena de sonoras

    carcajadas.

    Yo tras el escenario no poda detener mis pies y

    hombros as que me deje llevar. La voz de aquel hombre

    desprenda tanta pasin, como una hermosura que en cada

    rincn de mi dejo huella, una huella tan profunda que

  • 47

    olvide mi pasado, mi futuro y solo mi presente exista por el

    latido de mi corazn que vibraba con cada golpe y una voz

    que en mi alma se extenda y creca alto, muy alto,

    alcanzando el sol.

    Al finalizar todo el mundo estaba extasiado. El tipo se

    levant, mientras me perfilaba a felicitarlo, se arrodillo

    frente a todo el mundo, lagrimas claras surgan de sus

    penetrantes ojos que se iluminaban con su mirada.

    -Mi familia!, Ellos comern bien esta noche!

    Su hermano menor se arrodillo a su lado y juntos

    lloraron. Ellos lo haban logrado.

    _______________________________________

    Viajaba hacia el sur, cerca de la estacin de trenes haba

    un pequeo pueblo, tan pequeo que se poda recorrer en

    apenas un par de horas. Haba una zona totalmente en

    ruinas, al cruzar frente a la oficina postal estaba un pequeo

    bar.

    Era de noche as que estaba muy animado, al entrar

    haba mucha gente, por lo menos ms de la que esperaba,

    todos muy animados.

    -Eres nuevo por aqu?, Verdad nio?- Pregunto el

    cantinero mientras me serva un vaso de agua.

    -Si disculpe, Es usted el dueo del lugar?- el cantinero

    asinti con la cabeza.

    -Me puede permitir cantar algo, no le cobrare mucho.

  • 48

    -Puedes intentar, esta gente solo le aplauden al grupo

    local, solo que si no logras ni un solo plauso no te pago

    nada, Ests de acuerdo?

    -Asent y avance hacia lo que pareca un pequeo

    escenario, tom una guitarra colocada en el piso y comenc.

    El cantinero no menta, en verdad eran un pblico

    difcil, nadie volteaba mucho, menos me prestaban

    atencin. Al terminar mi segunda cancin, solo una chica

    rubia aplauda en la entrada de la cantina, al entrar ella y sus

    amigos saludaron a todos en el lugar.

    -Buena cancin amigo, pero a esta gente le gusta algo

    menos actual- me guio el ojo y sac de un estuche que

    traa consigo un violn. El resto de muchachos se

    acomodaron en los dems instrumentos del escenario.

    Subieron al escenario, la gente en especial los ms viejos

    se acomodaron para observar mejor al grupo, al acercarme

    a la barra, el cantinero dejo todo y me extendi un par de

    billetes.

    -Lo prometido es deuda, Sam aplaudi as que aqu

    tienes.

    Este pequeo grupo, tocaron algunas canciones

    instrumentales, despus cantaron algunas canciones muy

    viejas, tanto que ni yo las conoca, me preguntaba si mis

    abuelos las conoceran. Ya casi al llegar a la media noche,

    alguien del pblico pidi la cancin del pueblo.

    Sam, asinti. Comenzaron a tocar una cancin

    instrumental, pero por alguna razn estaba tan llena de

    emotividad que brotaron lgrimas de los ojos del cantinero.

  • 49

    Sam y su grupo se acercaron a la barra y el cantinero

    extendi un pequeo paquete.

    -Cmo est tu madre, Sam?- pregunto el cantinero

    mientras entregaba el paquete.

    -Mucho mejor Zacaras, gracias. Quin es el forastero?

    -Me llamo Marco, mucho gusto.

    -El gusto es mo, Marco. Tienes donde quedarte?, Te

    quieres quedar conmigo?

    No me dio tiempo de responder solo me tomo del brazo

    y me llevo a una casa muy bonita casi a las afueras del

    pueblo, Sam me presento a su madre y padre. Los cuales

    me recibieron muy amablemente.

    -Puedes quedarte el tiempo que quieras, deca Sam

    mientras acomodaba algunas almohadas en la cama del

    cuarto de visitas.

    -Gracias Sam, oye la cancin de hace rato Tu la hiciste?

    -No, es del grupo de mi abuelito.

    Sam me cont que hace mucho tiempo, antes del

    periodo de guerra que haba pasado en esa regin, su

    abuelo fue violinista de un gran grupo. El pueblo era un

    lugar muy conocido en esa poca gracias a aquellos jvenes

    que haban impuesto un gran triunfo para sus lugareos

    con su fama de msicos.

    -Recuerdo que de pequea mi abuelo me platicaba

    mucho sobre los buenos tiempos, pero despus de la guerra

    todo cambio, la gente se fue del pueblo por tantas ruinas en

    la parte norte del pueblo, algn tiempo despus mi abuelo

    me platic que el cantante del grupo se haba ido a buscar

    fortuna en otro lugar. Antes de irse, hizo una cancin

  • 50

    dedicada al pueblo y solo la haban tocado una sola vez,

    despus se fue.

    Sam, me mostro algunas partituras de canciones las

    cuales su abuelo le haba dejado. Esa meloda que Sam

    interpret la noche anterior no tena letra, Sam me

    comento que la letra la escribi el cantante del grupo de su

    abuelo y nadie ms la recordaba por completo ya que solo

    la haban escuchado una sola vez.

    Sam me mostro las ruinas, ah se encontraba una

    persona joven bien vestida, llevaba un traje reluciente y

    zapatos brillantes.

    -Hola, Sam Cmo ests?- el joven esbozo una sonrisa.

    -Muy bien gracias, Todava sigues por aqu?, eres muy

    persistente Sabes?- Sam mostraba un poco de disgusto.

    -Yo solo quiero mejorar este lugar.

    -Si claro, hacer centros comerciales y destruir este

    pueblo, No?

    Sam se fue furiosa, yo me quede.

    -Es verdad?- Deseas destruir este pueblo?- pregunte

    colocando mis ojos fijamente en los suyos.

    -No, claro que no, yo solo deseo tomar el

    consentimiento de los lugareos para poder reconstruir este

    sitio, ya est todo listo solo faltan las firmas.

    -No entiendo, Para qu revivir un lugar muerto?

    -No est muerto, solo necesita ayuda, por eso vine para

    cumplir una promesa- fue su respuesta.

    -Cmo te llamas?- pregunte con expectacin

    -Ronn, es un placer y t?

  • 51

    -Marco y el gusto tambin es mo, conteste antes de

    irme.

    Al pasar los das, me percate que el joven de zapatos

    brillantes, muy a pesar de traer su ropa elegante y el intenso

    calor del lugar, estaba a plena luz del da repartiendo

    volantes y hablando con la gente sobre los beneficios que

    traera la reconstruccin de la zona norte del pueblo. La

    gente pasaba y no le prestaban atencin.

    Cierta ocasin al llegar a la cantina frente a la oficina

    postal, escuche algunos gritos as que entre.

    -Ya te dije que te fueras nio. Qu no entiendes?-

    gritaba el cantinero mientras empujaba a Ronn fuera del

    lugar.

    -Ya le dije, solo trato de mejorar las cosas aqu, necesito

    solo sus firmas eso es todo.

    -Mientras viva aqu no dejare que nadie destruya este

    lugar.

    Al incorporarse, se dirigi hacia las afueras de la ciudad,

    yo le segu. Llego justo frente a la casa de Sam, llamo a la

    puerta y ella sali.

    -Qu deseas?- pregunto Sam con arrogancia.

    -Necesito tu ayuda, solo a ti los viejos te escuchan, por

    favor.

    -No, Qu ganara yo?- se acerc a la puerta y se coloco

    detrs de ella.

    -Conoc a tu abuelo John, l y mi abuelo eran grandes

    amigos.

    -Es eso verdad? pregunte mientras me acercaba.

  • 52

    -S, mi abuelo amaba mucho este pueblo. Tanto que fue

    a otra ciudad para volverse rico y reconstruir esta ciudad,

    pero enferm y muri hace poco. Ronn se arrodillo y l

    comenz a llorar. -l tena ese sueo y es mi deber

    cumplirlo.- Ronn empez a cantar una hermosa cancin

    que de alguna forma me era familiar. Sam sali, lo abraz y

    pregunt.- Cmo conoces esa cancin?- sus ojos se

    cruzaron con los de l.

    -No ha pasado un solo da que no recuerde a mi abuelo

    y cante su cancin favorita- deca Ronn mientras limpiaba

    su rostro con su mano. Sam tambin empez a llorar y dijo-

    Yo pens que nunca la escuchara.-

    Por la noche todos estaban en la cantina como de

    costumbre, esperando a que Sam y su grupo cantaran. Al

    llegar, Ronn subi con ellos al pequeo escenario y tomo el

    micrfono.-S muy bien que no me conocen, pero

    conocieron a mi abuelo...-

    Alguien arrojo una botella, hubo gritos y un gran

    alboroto, Sam se cruzo para protegerlo.-Solo escchenlo,

    amigos

    La gente segua gritando, Ronn tomo el micrfono y

    Sam comenz a tocar. Era la meloda sin letra de aquella

    partitura vieja, los ms viejos fueron los primeros en

    detener los gritos. El cantinero que ya tena una escoba en

    la mano y se acercaba amenazadoramente al escenario, se

    detuvo de inmediato. Ellos seguan tocando y el ms

    anciano de todos, comenz a cantar con l.

    La cancin hablaba de los mejores tiempos, de una

    forma de vida nica y maravillosa. Tambin haba

    recuerdos y muchos relatos de aquel pueblo, al mirar la

  • 53

    entrada de la cantina percib el movimiento de algunas

    personas que salan de ella, uno de ellos llevaba una boina

    roja.

    As el cantinero se acerc y pregunto.- Cul es tu

    nombre, hijo? - Ronnie como mi abuelo- asinti el chico.-

    Est bien Ronnie, Dnde firmo?

    Al pasar algunos das ya toda la gente haba firmado la

    propuesta, yo me desped de Sam no sin antes pedirle que

    me mostrar una foto de su abuelo.

    -Ah est mi abuelo tambin- coment Ronn al ver la

    foto.

    -Quin?- pregunto algn chico detrs de ellos.

    -Est ah al frente, es el de la boina roja, siempre la

    llevaba, an antes de morir.

  • 54

    Capitulo 4.- Regreso, Casa, Ohana.

  • 55

    De regreso a casa, nada haba cambiado, fue como si

    nunca me hubiera ido. Antes del llegar a casa visite un viejo

    bar del centro, al llegar ah estaba el tipo con el que pelee

    por Sofa, hace algn tiempo.

    -Qu paso con tu golfa amiguito?, Te dejo?, Comento

    arrogantemente antes de besar despotricada mente a la

    chica que tena al lado. Al siguiente instante, solo recuerdo

    estar en un callejn siendo apaleado por l y otros 5 tipos

    ms. El chico del piano llego e hizo frente a ellos. Al

    regresar, estaba muy confundido, Como era posible que

    despus de golpearlo aquel da para desahogarme, l me

    haba protegido nuevamente?

    No me haba percatado que l tena la mano vendada y

    le dije.

    -No entiendo, a pesar de haberte golpeado, por qu me

    sigues buscando?

    l se mantena en silenci y empez a llorar cuando

    cruzbamos un parque en el que un nio tmido conoci a

    una linda nia de pies grandes y tobillos pequeos.

    -Yo la conoc despus de que mi padre mato a mi

    madre, cuando ms necesite de alguien ella me ayudo y me

    cuido. Yo promet nunca dejarla sola y se fue. No entend

    que ella me necesitaba, que ella quera irse con su pap.

    El solo me miraba contemplando el amanecer sentado

    en un columpio a mi lado, solo escuchaba, yo continu.-

    Ella era todo para m, y mis abuelos, ellos han hecho tanto

    por m yo les pago de esta manera, soy un bastardo.-

    Mis palabras solo desbordaron un poco de mi dolor, yo

    necesitaba algo ms, algo que desprendiera de mi corazn

  • 56

    todo ese dolor y odio que senta conmigo mismo. Al llegar

    a casa de mis abuelo, entramos por el taller del abuelo hasta

    el garaje, ah me tumbe en el suelo, ya no quera saber nada,

    solo quera dormir.

    Me levanto del piso y me sent en cerca de unos botes

    de pintura, ah donde estaban el piano y la batera, l me

    miro con severidad, se sent en el piano y comenz

    Tuvo que reiniciar en tres ocasiones la meloda, yo la

    conoca era mi favorita y la de Sofa. Me incorpore, vea el

    reflejo de la luna, mi amigo tocando mientras yo segua en

    el suelo sentado como un nio pequeo, esperando mi

    turno para seguir con la meloda. Cerca de la entrada se

    escucho un violn, era la pequea Beln con su pijama

    morada tocando un fino y hermoso acompaamiento del

    chico del piano. Desde un rincn del garaje, un par de

    guitarras: Gato y ngel dndose la espalda sentados en

    unos botes de pintura con sus pijamas blancas. En ese

    momento lo vi todo tan claramente, vi a Sofa preocupada

    por mis cambios y por mi manera de odiarme a m mismo,

    tambin record todos los aos de juegos y canciones, la

    tarde cerca del cementerio y los amaneceres juntos donde

    yo comenc mi vida de nuevo. Record que adems del

    dolor que compartamos, el cantar era nuestra pasin, lo

    que nos liberaba y una en este mundo lleno de lgrimas y

    dolor, pero tambin de amor.

    En el fondo, Laura tomo sus baquetas y comenz a

    tocar, con la luna como testigo tocamos juntos de nuevo,

    todos con el corazn herido, pero cada uno con la certeza

    que era el momento de olvidar y continuar, momento de

    dar el siguiente pas y comenzar de nuevo. ngel en

    especial toc como siempre intrpido y arrogante pero muy

  • 57

    increble, sacando el llanto de esa guitara, como si su alma

    se desprendiera en pequeos trozos de dolor y brotarn en

    el sonido, todos lo hacan desde el fondo de s mismos y lo

    daban todo. Este era mi deber, el cumplir el mismo sueo

    que ella tena. Tocar con el corazn, llegar lejos y ser feliz.

    Al terminar, detrs de la puerta cerrada del garaje se

    escucharon aplausos y algunas voces, los padres de Beln,

    los de Gato y ngel y los padres de Laura tambin. Mis

    abuelos, la madre y la hermana del chico del piano. Ahora

    es tiempo de comenzar, todava nos falta mucho por andar.

    Todos sonrieron y Laura contesto con su tpico Yahoo!

    A la maana siguiente fue extrao, mi abuela segua

    disgustada conmigo, pero mi abuelo me recibi con los

    brazos abiertos, comenc a involucrarme mucho con l y a

    ponerme al tanto de lo que me perd, en tanto de andar de

    parranda como deca Ramiro. Comenc a trabajar en el

    taller del abuelo, Ramiro se acaba de casar y me presento a

    su esposa que era muy hermosa. Al cabo de unos das, mi

    abuelo volvi a hablarme y tambin me insista que invitara

    al chico del piano y su familia a cenar cada noche.

    Eran noches bastante agradables, nos quedbamos a

    platicar todos juntos, en una ocasin la mam del chico del

    piano nos platico que su esposo haba muerto en un

    accidente aos atrs y que su hijo era muy trabajador, por

    eso su familia no tena ningn problema. Recuerdo una

    noche en la cual mis abuelos nos dejaron al chico del piano

    y su hermanita Ana en la casa, l y yo nos quedamos en el

    garaje, su hermana entro arrastrando una almohada,- Tengo

    sueo hermanito, Me tocas la cancin? Mientras l se

    acomodaba, fui al cuarto de visitas por un sweater para

    Ana. Al entrar al cuarto, sbitamente sent una gran

  • 58

    nostalgia y me recost un momento en la cama, todo estaba

    igual que cuando ella estaba aqu. Mientras a lo lejos se

    escuchaba una meloda que pareca una cancin de cuna me

    di cuenta que debajo de la almohada haba un pedazo de

    papel, era para m, era de Sofa.

    Querido Marco

    S que cuando leas esto yo ya no estar a tu lado. Te

    escribo estas palabras porque quiero que sepas algo...yo en

    verdad fui muy feliz contigo y con los chicos. Es mi

    decisin irme de esta manera. Quiero que sepas que yo

    extrao mucho a mi papa, el lo era todo para mi,

    simplemente sin el mi vida se ha vuelto obscura y fra.

    Odio a mi madre, s que esto no est bien, despus de

    que yo misma te he insistido en alejar ese sentimiento con

    tu padre, al final supongo que se dar consejos, pero no se

    aplicarlos en mi propia vida.

    Cuando te escucho cantar, simplemente siento que algo

    brota muy dentro de m, algo maravilloso y difcil de

    explicar, el tenerte a mi lado cambia todo. El amor y la

    pasin que salen de tu gran corazn son tan importantes

    para m, es por eso que te escribo estas palabras, para

    pedirte algo en nombre de todo esto que me hiciste sentir.

    Nunca, pero de verdad nunca olvides que cuando entras

    en la vida de las personas y tocas sus almas, ellos no te

    olvidan. Hay ciertos lmites en esta vida, pero nunca hay

    que temer, ya que el mayor limite que tenemos los seres

    humanos es la muerte. Por eso no hay que temer el hacer

  • 59

    las cosas, la reaccin de la gente o las consecuencias. Todo

    nos lleva a un fin, todo tiene sus tropiezos y sus problemas,

    todo tiene sus ventajas, alegras y recompensas, pero piensa

    que todo ese conjunto de cosas son las que nos hacen vivir

    de verdad.

    Yo en verdad creo que todos tenemos ngeles que

    nunca se apartan de nuestro lado, que nos cuidan y nos

    orientan. Yo descubr que con la msica es posible

    ponernos en contacto con ellos...yo...yo vi a mi papa una

    vez mientras cantaba junto a ustedes.

    T me enseaste a no caer, a luchar, a disfrutar la vida y

    sus pequeas cosas...pero aun as no aprend bien la leccin,

    no encontr mi camino a pesar de que yo saba que

    quedaba tanto por andar.

    Quizs ahora solo te pueda ver en tus sueos o en mi

    realidad, lo nico de lo que estoy segura es que siempre voy

    a estar a tu lado.

    Camina, sonre y lucha por ti, por m y por todos...

    Besos Sofa

  • 60

    Al terminar de leer la nota, regrese al garaje y le pregunte

    a mi amigo como se llamaba la cancin, el me contesto con

    una gran sonrisa -Lullaby.

    _______________________________________

    Una tarde, mi abuelo recibi una carta, ese da

    simplemente me dijo que un gran amigo de l acaba de

    fallecer. Me comento que preparara todo para ir al funeral.

    Le comente a mi abuelo si podan ir todos mis amigos, el

    accedi. Me pidi que llevara mi ukulele y as partimos en la

    camioneta de Ramiro, junto a Laura, Belem, ngel, Gato, el

    chico del piano y mi abuela. Al llegar la isla se me hizo

    conocida, al llegar a la casa de IZ, la esposa de Israel se

    acerc a mi abuelo y le dio un gran abrazo.-Gracias por

    haber venido-

    -No hay ningn problema, l es y ser siempre mi

    Ohana- , fue la respuesta de mi abuelo al tomar sus manos.

    Ese mismo da incineraron a IZ e hicieron un ritual para

    esparcir sus cenizas en el mar.

    Haba mucha gente para el ritual, la hija y esposa de IZ

    subieron a un bote y antes de que esparcieran sus cenizas

    mi abuelo me pidi que sacara mi ukulele y tambin se

    dirigi a ngel para pedir prestada su guitarra que llevaba

    con l, as mi abuelo empez a tocar una cancin rtmica, la

    cancin que IZ tocaba todas las noches. En ese momento

    todo se detuvo, la isla se mantuvo en silencio y solo se

    escuchaban el sonido de la guitarra y el ukulele.

    Mi abuelo se giro hacia m y dijo:

    -Conoces la cancin, hijo?- con una enorme sonrisa,

    sus ojos sin embargo llenos de lagrimas estaban. Yo asent

    con la cabeza.

  • 61

    Le acompae con el ukulele y el resto de la gente que se

    encontraba en la playa con nosotros empez a aplaudir y a

    corear la cancin. Gato saco una flauta muy pequea de su

    bolsillo y empez a hacer un tranquilo acompaamiento,

    fue como si el alma de IZ me poseyera en ese momento

    para cantar y despedirse del mundo- de su Ohana- pens,

    pero fue como si dentro de mi brotaran las palabras tal

    como l las deca y encontrar mi lugar sobre el arcoris

    dentro del cielo y las nubes y ah es donde encontrara a

    nuestro amigo, una persona enorme que me permiti tomar

    prestada algo de su pasin para cantarle a l y su isla.

    El mundo volvi a la normalidad, percib que el aire

    soplaba fuerte y acariciaba mi rostro, como si IZ sonriera

    para nosotros, aquella isla tambin se despeda a su manera

    del ms grande de sus hijos. Esa tarde a pesar del calor

    intenso se percibi una suave brisa de paz. IZ como un

    miembro de nuestra Ohana, vivir por siempre en nuestros

    corazones.

    Cuando el ritual termino y la esposa e hija de IZ se

    disponan a regresar a casa, un hombre con pocas canas en

    el cabello bien vestido, apenas rozaba los 40 aos, se acerc

    y le extendi un paquete a la esposa de IZ, lo mismo

    hicieron otras 10 personas ms que se acercaron a ella.

    -l nos ayudo demasiado, deseo devolver una pequea

    parte, creo yo no es nada en comparacin de lo que hizo

    por mi- Comento el hombre bien vestido.

    La esposa de IZ estaba estupefacta contemplando el

    paquete. Lo tomo y se lo regreso de inmediato.

    -Mi esposo fue grande y l me dijo que algo as

    ocurrira, saben cul era su deseo?: no olviden sonrer,

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    porque l ya sonri demasiado para todo el mundo, as que

    yo pienso que es tiempo de sonrer para l- Hizo una

    pequea pausa y antes de dar la vuelta repuso- El dinero va

    y viene, mejor seamos amigos Vale?

    El hombre tena el rostro lleno de lgrimas, agradeci y

    se retiro. Desde ese da por lo menos una persona visita la

    casa de IZ diariamente.

    Nos despedimos de la esposa de IZ y su hija, al llegar al

    a carretera en las afueras de las costa record algo, una

    promesa. Les insist a mis abuelos que hiciramos una

    parada en un lugar no muy lejano, era una promesa, que yo

    tena que cumplir, regresar, ellos accedieron ya que tena

    mucho tiempo que no tomaban unas vacaciones.

    _______________________________________

    Al llegar a un pueblo cercano, les platique sobre una

    fiesta que se celebrara en la ciudad, el festival del hermano

    mayor.

    Hace no mucho tiempo, el mdico regional era una gran

    persona. Cada maana se levantaba y tocaba su trompeta

    para despertar a todos sus vecinos. Cada maana caminaba

    por la calle con su trompeta bajo el brazo y se acercaba a

    una fuente cerca de la plaza central del pueblo, donde ahora

    est la iglesia, ah se preparaba, tomaba un gran aliento y

    tocaba su trompeta con gran maestra. No conforme con

    eso era una persona siempre empeada en ayudar y cuidar

    a su gente. Ofreca consultas gratis a la gente con pocos

    recursos y la mayor parte del dinero que obtena lo ofreca a

    la iglesia. Su casa siempre estuvo llena, ya que su familia a

    pesar de ser numerosa albergaba a mucha gente, por lo

    regular indigentes en recuperacin o gente anciana. Toda la

  • 63

    gente que le conoca coincida que era como un santo, ya

    que segn lo que contaban, fue capaz de curarlo todo ya

    que sanaba el cuerpo con medicinas y el alma con su

    trompeta. Mucha gente presenci muchas de sus grandes

    hazaas, desde curar con solo tocar a una persona hasta dar

    de comer a toda la gente de su casa con solo un poco de

    sopa, claro la mayora de estas cosas no fueron

    comprobadas, pero fueron suficientes para que edificarn

    una iglesia en su honor y le dieran el ttulo de santo, aunque

    la gente lo llamara siempre el hermano mayor.

    Al llegar tuve que prepararme en muy poco tiempo,

    haba mucha gente no solo para observar la celebracin

    sino tambin para participar. Las reglas eran sencillas, los

    msicos se repartan en 7 plazas diferentes y durante 7 das

    completos tenan que tocar tomando turnos. El objetivo es

    que en el lugar no debe de haber ningn silencio en estos 7

    das. Al enterarse ngel y Gato accedieron a participar

    conmigo

    Las festividades comenzaron, a Gato y a m nos toc en

    una plaza cercana al centro, mientras que a ngel lo

    enviaron a una plaza a unas calles de ah. Fue realmente

    agotador estar cantando y tocando alrededor de ms de 7

    horas continas cada uno. Pero la gente que asista como

    espectadores aplaudan mucho y nos animaban

    solicitndonos canciones. Mis abuelos y el resto de nuestros

    amigos se turnaban para ir a ver las dems plazas y a ngel.

    En nuestro grupo haba una joven de escasos 12 aos, la

    pequea tocaba el violn, pero al comenzar su segundo

    turno, a la tercer hora se desmay, hubo un silenci

  • 64

    bastante penetrante, yo estaba comiendo y de repente me

    levante y comenc a cantar y a aplaudir, me acerque hacia

    la pequea , hacia seas a Gato para que me ayudara en el

    escenario, el resto de chicos junto con el dueo del lugar

    nos ayudaron a colocarla en una silla cercana, cuando

    despert solo afirmo que tena un poco de hambre as que

    comi algo ligero y cuando subi al escenario de nuevo la

    gente la recibi con un fuerte aplauso en reconocimiento

    del esfuerzo tan grande de la pequea.

    As pasaron los 7 das y en la noche del sptimo da, un

    organizador entro al lugar y nos dijo que todos nos

    reuniramos en la iglesia del hermano mayor.

    Todos a pesar de estar agotados asistimos, bamos por la

    calle tocando y riendo en forma de peregrinacin,

    estbamos llenos de energa, tanta que no sentamos el

    cansancio de la labor hecha hasta ese momento.

    Al llegar nos sentaron en las filas de frente al altar, el

    sacerdote dirigi unas palabras:

    -El gran hermano vive dentro de cada sonido del mundo

    y as es como terminaremos esta festividad, la familia del

    hermano tiene un regalo para todos aquellos que lograron

    cumplir con la meta de cada ao y con esperanza llenaron

    cada rincn de este pueblo.

    Le explique a Beln que todos los msicos que ahora

    estaban en el altar, eran de la familia del hermano mayor y

    cada uno aprenda a tocar un instrumento para no perder la

    tradicin, pero que pusiera atencin al ms joven.

    Al centro haba un nio de escasos 5 o 6 aos, llevaba

    una pequea trompeta que pareca de juguete, el pequeo

    nio al ver tanta gente en la iglesia se ocultaba detrs del

  • 65

    sacerdote y cuando la orquesta quedo el silenci, el

    pequeo nio comenz a tocar con su trompeta con una

    gran maestra, era la tradicin que el ms joven de la familia

    aprendiera esa meloda, que era la misma con la que el

    hermano mayor despertaba el pueblo. Despus el pequeo

    nio se acerc a una mujer no muy joven ni muy grande, al

    perecer era su madre, y el pequeo nio se recost sobre

    ella y sigui tocando, Beln se me acerc y me pregunto

    que haba sido lo que yo le haba pedido al gran hermano,

    yo solo le ped volver con mi familia. Al terminar el padre

    nos ofreci sus bendiciones y salimos poco a poco del

    pueblo del gran hermano mayor.

  • 66

    Capitulo 5.- Olvidar, perdonar, padre.

  • 67

    En el invierno, decid ir al cementerio y llevar algunas

    flores a la tumba de mam, el chico del piano y Beln me

    acompaaron, al llegar a la entrada se poda escuchar la voz

    de una persona cantando algo que no podamos distinguir,

    de repente la pequea Beln grito:

    - Es la cancin de la isla, es en japons, Vamos a ver!

    -Se mostraba muy entusiasmada.

    Al llegar cerca de la tumba de mi madre se encontraba

    un seor muy alto, robusto y con una gran gabardina color

    caf oscuro, cantaba con mucha fuerza, llevaba un ramo de

    flores en la mano, el cual coloco muy cuidadosamente en la

    tumba de mi madre. Al percatarse que estbamos ah, se

    limpio el rostro y abandono el lugar lo mas rpido posible.

    -Quin era? Lo conoces Marco?, pregunto Beln

    girndose hacia m.

    -No tengo idea- fue mi respuesta.

    Al regresar a casa, haba mucho alboroto, el tipo de la

    gabardina estaba hincado frente a mi abuelo, lo observaba

    de una manera que no entenda, mi abuela por otro lado

    estaba detrs de mi abuelo con una escoba en la mano.

    -Vete de aqu!- replicaba mi abuela.

    -Lo siento, solo quiero ver a mi hijo, por favor.

    -No lo entiendes, Verdad?, no permitir que le hagas

    mas dao a esta familia- mi abuelo estaba furioso, lo tomo

    del cuello y lo trato de empujar sin mucho resultado.

    -Qu est pasando abuelo?- pregunte casi de inmediato.

    -Marco, hijo no!- fue su expresin antes de dirigir su

    mirada hacia a m, al verme, fue como si se desvaneciera de

  • 68

    repente, se le vino un colapso y cayo frente a los brazos del

    hombre.

    Me acerque apresuradamente hacia l, el tipo de la

    gabardina fue ms rpido, tomo a m abuelo en sus brazos y

    lo levanto con mucha facilidad, mi abuela rompi la escoba

    en la espalda del tipo enorme. El solo se dio la vuelta,

    corri hacia su auto al otro lado de la calle, le seguimos en

    la camioneta de Ramiro. Al llegar el auto ya estaba aparcado

    frente al hospital. Mi abuelo estuvo en estado de coma por

    3 das, el seor de la gabardina esperaba afuera de su

    habitacin, no nos diriga la palabra y mi abuela se

    mostraba muy disgustada con l.

    A la maana del cuarto da, mi abuelo despert y fuimos

    a verlo.

    - Me permiten verlo y hablar con l?- pregunto el

    seor de la gabardina.

    Mi abuelo hizo una seal que le dejaran pasar.

    -Qu deseas?- pregunt mi abuelo a manera de suspiro

    mientras se acomodaba para incorporarse.

    -Deseo pedir perdn, aunque s que no sirve de mucho.

    Deseo poder ayudarlo con la crianza de mi hijo.

    Mi abuelo permaneci en silencio un tiempo, despus

    repuso:

    -No soy yo quien debe de tomar esa decisin, Marco

    acrcate por favor.

    Di un paso hacia adelante, estaba temblando sin darme

    cuenta. Mi abuelo extendi su mano, yo la sostuve

    suavemente pero con firmeza.

  • 69

    -Hijo, no soy yo quien debe de decidir si darle otra

    oportunidad, l es tu padre. No te pido tomes una decisin

    ahora, vamos a hacer algo- deca mi abuelo mirndome

    directamente a los ojos, con su mirada llena de ternura y

    determinacin.

    -Le daremos un mes, que te ayude en el negocio ya que