el centro en la politica. kauth

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  • 7/21/2019 El Centro en La Politica. KAUTH

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    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18400802

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    ngel Rodrguez KauthEl centro en poltica.

    Fundamentos en Humanidades, vol. IV, nm. 7-8, 2003, pp. 19-28,

    Universidad Nacional de San Luis

    Argentina

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Fundamentos en Humanidades,

    ISSN (Versin impresa): 1515-4467

    [email protected]

    Universidad Nacional de San Luis

    Argentina

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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    Fundamentos en humanidades

    Universidad Nacional de San Luis

    Ao IV - NI/II (7/8) 2003 / pp. 19-28

    El centro en poltica

    ngel Rodriguez Kauth (*)Universidad Nacional de San Luis

    e-mail: [email protected]

    ResumenEn geometra el concepto de centro es relativo, del mismo modo es relativo

    cuando se lo usa para evaluar posiciones polticas o ideolgicas. El centro es unaposicin poltica oportunista adoptada por aquellos que no quieren caer en los

    extremos de la izquierda o la derecha, aunque puede ser tan extremista comoaquellos en sus postulados segn sean los corrimientos que hayan sufrido susreferentes de ambas puntas de un continuum que, normalmente no es tal, comoocurre con la posicin centrista que ha adoptado el capitalismo globalizado.

    AbstractIn geometry the centers concept is relative, and it is also relative when it is

    used to assess political or ideological positions. The center is an opportunisticpolitical position which is adopted by people who do not want to be extreme, whe-

    ther left or right. I t can be as extremist as people in their basic principles accordingto the movements its followers have had, moving within both extremes in a conti-nuumwhich normally is not so, like in the center posit ion the global capitalism has

    adopted.

    Palabras clave: Centro, izquierda, derecha, poltica, ideologa.

    Key words: center, left, right, politics, ideology.

    (*) Profesor de Psicologa Social y Director del Proyecto de Investigacin Psicologa Polti ca, en laFacultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

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    Contemporneamente ha hecho su aparicin -con fuerza y ocupando un es-pacio sobresaliente en relacin a las ideologas tradicionales- un nuevo polo deatraccin poltica, cual es el centrismo poltico -que a veces transita con preten-siones de posicin ideolgica- que atrae las voluntades polticas del electorado.Es como que el elector prefiri adoptar el descompromiso con aquellas posicio-

    nes que puedan significar algn grado de participacin con los extremos, ya seanestos de izquierda o de derecha (Rodrguez Kauth, 2001).

    Tal fenmeno tiene implicancias sociales y polticas, ya que el anodino cen-tro no posee definicin ideolgica por s mismo, sino que la misma es relativa aotras posiciones del espectro poltico y, e l eventual corrimiento de estas en bs-

    queda de redefiniciones, implica necesariamente el corrimiento del centro aotras ubicaciones que en un tiempo histrico anterior pudieron haber sido consi-deradas como de izquierdas o de derechas, aunque en la actualidad resulte com-plejo poder manejar estos criterios -izquierda y derecha-adecuadamente (Bob-bio, 1995, Mouffe, 1993).

    En este lneas tratar de desentraar algunas implicancias del vocablo encuestin, que -particularmente en el mundo occidental- sirve de imn a la con-ducta electoral de grandes masas de votantes que se han sentido escaldadoscon las experiencias producidas tanto por la derecha como por la izquierda.

    Obvio es que los corrimientos ideolgicos suponen, en la actualidad, una mar-

    cha indisimulada hacia las clsicas posiciones de la derecha tradicional, espe-cialmente en el aspecto referido a polticas econmicas, dnde el centro sepresenta como el adalid del liberalismo econmico, importndole poco y nada lasconcepciones del tradicional -y olvidado- liberalismo poltico que fue el que dierapi a la Revolucin Francesa y a todos los movimientos sociales y polticos que

    se presentaron defendiendo la individualidad y protegiendo los derechos huma-

    nos1 . En consecuencia, ir avanzando por diferentes espacios a fin de conside-rar la palabra -y posible concepto- que aqu nos ocupa.

    a) Centro deriva del griego, donde significa punta fija del comps que traza

    un crculo. En su origen es un concepto de raz geomtrica: e l punto equidistantede todos los extremos. Se trata de un ente de razn que no se encuentra en larealidad ya que la idea de punto es una construccin euclidiana2 : cualquierpunto grfico, se transforma en un crculo a medida que indefinidamente se am-ple su imagen al microscopio. El centro -tanto geomtrico como poltico- tiene

    1O derecho de gentes, como se le conoci hasta la dcada del 40 del siglo pasado.2En la actualidad se le podra llamar virtual.

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    una caracterstica lgica fundamental, es una pura abstraccin intelectual. Elcentro de un cono o de una esfera es el polo de la recta impropia del plano -alinfinito del espacio- respecto al cono o al cuadrado (Varios, 1994).

    Si se trata de un territorio inmvil, estar en el centro depende de los lmites delrea arbitrariamente elegida, por ejemplo, el centro de la Ciudad de Buenos Aires

    es distinto del centro de la Argentina, y ambos son diferentes del centro de Am-rica. Y as sucesivamente se puede ampliar el permetro de referencia. Luego,estar en el centro no depende tanto del sujeto cuanto del objeto sobre el queconvencionalmente se ha situado. El centrismo geogrfico no es una indepen-dencia de ubicacin, sino solamente es una subordinacin a un entorno previa-

    mente definido.En cambio, si se trata de extremos mviles, el centrismo es una carrera conti-

    nua: el centrista es esclavo de los extremos; basta que uno se desplace paraobligar a rectificar la posicin. En el espacio fsico, el centrismo dinmico no es unlugar prefijado, es un movimiento constante y siempre dependiente de factores

    ajenos a l.El centrismo ideolgico es la equidistancia entre dos tesis propuestas, lo que

    -como es obvio- en innumerables casos es imposible de realizar. Cul sera elpunto medio entre el tesmo y el atesmo, entre lo finito y lo infinito?. Lgicamen-te, cuando dos nociones se excluyen mutuamente, no cabe la posibilidad del

    centrismo. Solamente se puede definir cuando entre dos afirmaciones cuantitati-vas existen diferentes niveles intermedios, entonces aparece la posibilidad deuna aproximacin a un centro plausible de ser pensado. La posicin del centristarepresenta a una media aritmtica supuesta o terica. Pero si uno de los puntosvara su posicin, el centrista tiene que moverse inmediatamente -por ejemplo en

    una escala trmica- hacia el fro, el calor, o hacia alguno de los puntos que ante-

    riormente representaban la extremosidad3 . Por lo cual el pretendido centrista -encuestiones polticas- no defiende un ideal, sino que se somete a las decisionestomadas por otros. El centrismo ideolgico no es una afirmacin poltica con de-

    finicin propia, en todo caso es una sumisin a las decisiones de otros de tipooportunista (Ferrater Mora, 1971).

    b) Segn el idealismo alemn clsico, la evolucin del pensamiento y de larealidad se realiza de una manera dialctica: a la presentacin de una tesis se

    3Al respecto, Prygogine y Stengers (1987) ilustr de manera fehaciente la irreversibilidad de los

    fenmenos fisicoqumicos al mezclar agua caliente y fra para luego vaciarlas en sus recipientes

    originales: solamente logr obtener agua tibia.

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    contrapone una anttesis, y del enfrentamiento entre ambas surge una sntesis.La experiencia demuestra que los hechos fcticos no siempre suceden de esamanera, puesto que existen innumerables testimonios de progresos, tanto en elplano conceptual como en el material, donde el mismo se produce por la simpleadicin de los elementos (tesis y anttesis). En cualquier caso, la elaboracin de

    una sntesis supone una superacin y la consecuente anulacin de las contradic-ciones previamente establecidas. El centrismo, en cambio, supone una equidis-tancia entre posiciones dismiles, las que continan sin ser superadas, a la vezque permanecen activas. La sntesis es un proceso que elimina la contradiccin,mientras que el centrismo se apoya en la contradiccin, ya que la necesita para

    tener sentido propio. El centrismo no es una sntesis, ni siquiera es un eclecticis-mo, ms bien, su talante es dubitativo: su verdad oscila segn las af irmacionesde los otros.

    c) Tampoco el centrismo es e l resultado de maniobras polticas por alcanzar laconvergencia entre las diversas ideologas presentes en el men electoral. Esto

    obedece a que no necesariamente se converge hacia el centro: por ejemplo, lared de ferrocarriles argentinos no convergen sobre el centro geogrfico del pas,sino que lo hacen sobre uno de sus mrgenes: la costa rioplatense que operacomo centro econmico y poltico del pas. Trasladado el ejemplo al mbito de lopoltico, convergencia es una tendencia a hacer coincidir las discrepancias en un

    lugar, pero ese punto no tiene razn alguna de ser el centro, el meollo, de ladisputa, en todo caso pueden llegar a ser solamente algunos aspectos del acuer-do a que se ha arribado, tanto desde una lectura antagonista como agonista delhecho en cuestin.

    d) El centrismo no es una afirmacin sustantiva en s, sino que se trata de un

    testimonio de escepticismo para la expresin poltica comprometida. Tanto el li-

    beralismo econmico como el socialismo, por ejemplo, presentan tesis en evolu-cin e, incluso actualmente, en intercambio recproco; pero, en cada momento,enarbolan el programa de sus verdades polticas. En cambio, el centrismo de-

    pende siempre de concepciones ajenas del mundo para -recin entonces- adop-tar una posicin intermedia entre aquellas propuestas.

    Con ciertos sistemas de escrutinio e lectoral4 , este escepticismo basal tiene laventaja tcita de poder dirigirse, en cada coyuntura, al supuesto voto mayoritarioy captar no slo a los ms o menos adictos a su postura, sino tambin a los

    indefinidos, los perplejos y a los parcial o totalmente frustrados por su decisin

    4Mayoras y minoras acceden solamente al Parlamento.

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    electoral tomada anteriormente. Termina por ser una indeterminacin que operacomo un seuelo electoral, juega como un truco para atraer a opiniones dispares,confundidas por el equvoco de la vaguedad. Es una estrategia de engao, hipo-cresa e irracionalidad (Rodrguez Kauth, 1993).

    e) Un postrero reducto argumental del pretendido centrismo es prescindir de

    los contenidos ideolgicos y slo compadecerse con un modelo: e l de la modera-cin. Al respecto, vale sealar que moderar es sinnimo de templar o mitigar. Talaccin de morigeracin supone la existencia de una situacin previa con caracte-rsticas de radicalizacin. Inmediatamente, la cuestin se desplaza hacia el fon-do: qu es lo que se va a moderar?, la expresin del mercantilismo -por ejem-

    plo, la del capitalismo salvaje5 o la del socialismo en su testimonio de la dictaduradel proletariado?. Ante tal desafo lgico, el moderado tiene que definirse con unprograma concreto y sustantivo y, en tal caso, automticamente se situar a laizquierda o la derecha de otras formaciones prximas, con lo que el declaradocentrismo se volatiliza, se esfuma. La moderacin no es una creencia en el sen-

    tido estricto de definirla, es un modo de procedimiento que requiere de materiaexterna para funcionar. En el espacio de las ideas, existen el realismo, el idealis-mo, el nominalismo, el ontologismo, el atesmo, el comunismo, etc,, todos ellospueden ser moderados; pero, en sentido de lgica estricta, no existe el mode-rantismo.

    Todas las posiciones que se asuman, ante la cosa pblica, son susceptiblesde moderarse y, el verbo en cuestin las matiza, pero no las expresa. Por ejem-plo, Gorbachov (1986) fue un marxista moderado y Blair es un moderado estatis-ta, pero no por eso cabe, lgicamente, ni tampoco ideolgicamente, considerar-los como correligionarios entre s y situarlos en un idntico y comn centro polti-

    co e ideolgico. La simple moderacin no es una categora taxonmica, es slo

    un modo semntico que en gran parte est vaca, que exige ser dotada de fuerzay valor para as cobrar rigurosa significacin poltica. El epteto moderado per-manece vago y flo tante mientras no se le adhiera un sustantivo al que referirse.

    Ciertos criterios de anlisis de que se refieren a lo formal, como moderacin,compromiso, etc. suscitan una inicial simpata por parte de los oyentes y suelenser tiles como incitaciones que apelan al plano de la afectividad, de lo emocio-

    5Lo cual supone que existe algn capitalismo que no sea salvaje. Pareciera ser que esta nuevaforma retrica ha sido inventada para mostrar que slo algunos capitalistas son salvajes, los otros -

    la mayora- son civilizados, es decir, buenos y, fundamentalmente, humanos; lo cual es a todasluces un ocultamiento de la realidad y una profundizacin de la falsa conciencia de las clases traba-

    jadores (Rodrguez Kauth, 2001b).

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    nal; pero cuando son analizados con un mnimo de rigor intelectual, terminan porrevelar su oquedad significativa y su condicin de comodines para posibles -ycasi seguras- maniobras e lectorales espurias.

    f) Aristteles acu la idea del justo medio. Entre la vanagloria y el autodesprecio, entre la osada y la cobarda, entre la anorexia y la gula, ubicaba a la

    virtud. Esta era -y es- una especie de punto intermedio entre los excesos y losdefectos. Pero en estos ejemplos, como en anlogos que puedan presentarse,no existe relativismo alguno, hay condena expresa de la vanidad, de la pusilani-midad y del suicidio6a la vez que se hace una elogiosa afirmacin de la pruden-cia y de la templanza. Adems, esa frmula presenta el grave inconveniente

    metodolgico y de aplicabilidad de que hay innumerables acciones, como porejemplo asesinar y odiar, que son malas en todos sus gradaciones y no permi-ten legitimar un supuesto punto intermedio entre odiar y amar, o matar slo unpoco, por ejemplo, en un cincuenta por ciento, lo cual es un soberano disparate.El justo medio no es, como el centrismo poltico, una bisectriz entre dos concre-

    tas opciones igualmente lcitas, sino algo distinto de lo que se consideran dosmales ideolgicos, ya sean por exceso o por defecto de sus contenidos.

    g) En la ltima dcada decimonnica se ha puesto de moda la llamada terce-ra va europea -que tiende a ser imitada e implementada por algunos polticoslatinoamericanos- que no es otra cosa que una expresin propagandstica que

    peridicamente ha sido lanzada desde ocasionales planteamientos polticos. His-tricamente, el primeroen utilizarla fue e l britnico dirigente conservador H. Mac-Millan; luego hubo una experiencia en el comunismo checoslovaco, encabezadapor O. Sik- sin mayores relevancias; y, el tercero, ha sido Blair con su program-tica -y pragmtica- propuesta desde el contemporneo gobierno laborista britni-

    co. La f rmula est recobrando actualidad simultnea entre los pragmticos diri-

    gentes de la derecha y de la izquierda. Pero la misma expresin ha significadoalgo distinto en cada uno de los tres ejemplos. El primero trataba de incorporar alconservadurismo algunas de las consignas y propuestas del socialismo, domi-

    nantes por entonces en la Gran Bretaa. A su vez, el doctrinario checoslovacointent insertar dentro del comunismo tradicional una forma peculiar de mercado,algo as como un socialismo de mercado. Y el poltico Blair -como sus portavo-ces-pretenden salvar la faz socialista del laborismo britnico dentro del esquemadel libre mercado (Rodrguez Kauth, 1999). Se trata de tres operaciones diver-

    6Debe recordarse que el suicidio tambin puede ser un testimonio altruista, segn bien lo presentara

    Durkheim (1948).

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    sas, aunque con el mismo objetivo. La tercera va, patrocinada por algunossocialistas actuales, tiene ms de medio siglo de una ineficaz ambigedad; yaque la misma ni es nueva, ni es nica y, para peores, ni siquiera ha funcionadoms all que como serviles obedientes a los mandatos de la belicosa derechanorteamericana. Se trata de un tro de terceras vas; pero pueden ser ms y todas

    ellas son potencialmente innumerables y de plural contenido; es un trmino ma-leable y sin rigor intelectivo. La metfora espacial de la tercera va confirma larelatividad y la constitucin equvoca del supuesto centro poltico.

    h) En resumen, la relatividad7 del centro poltico es una de las relatividadesms inestables que se puedan pensar, esto debido a que ante la cosa pblica los

    extremos son extraordinariamente mutables, cambiantes ante las modificacionescontextuales que se le presentan. Los supuestos centros han asumido esque-mas del ms variado contenido. Qu parecido existe entre los programas de losdiversos centros argentinos que operaron durante la ltima dictadura militardel Siglo XX y aquellos que se pusieron en marcha durante los perodos demo-

    crticos?. Todos ellos han sido dife rentes, porque el centro no es una doctrina oideologa poltica, sino solamente es el aprovechamiento oportunista de unacoyuntura derivada de otras posiciones polticas.

    Desde esta perspectiva y, aunque parezca paradjico, el centro poltico entredos extremos en la presencia electoral Argentina estara hoy en algn lugar del

    aggiornadoperonismo -en la expresin que le impusiera el menemismo gober-nante durante la ltima dcada- en su particular cruzamiento con el radicalismo yla coyuntural alianza de ste con sectores disidentes del peronismo original. Si seobserva con algn detenimiento, cuando se compara al centro con alguno de losextremos, ese centro se convierte rpidamente en otro extremo.

    Al recorrer las pginas de la historia del pensamiento poltico, se podr encon-

    trar que han existido tericos de distintas ideologas polticas, ta les como el anar-quismo, el comunismo, e l liberalismo, el nazismo, el conservadurismo, etc.; perono hay alguien que haya definido una presunta ideologa centrista, ni una filoso-

    fa, ni una economa, ni una sociologa, ni una moral que puedan ser definidascomo centristas. En consecuencia, resulta un imposible que tenga contenido pro-pio aquello que depende de posiciones exteriores a l, no es ms que la resultan-te ocasional y momentnea de definiciones doctrinales ajenas.

    7El concepto de relatividad que aqu se utili za, en nada debe confundirse con el Principio General yEspecial de la Relatividad que elaborara A. Einstein.

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    Espordicamente aparecen en el men de ofertas electorales posturas polti-cas que, siendo intrnsecamente liberales econmicas o socialistas, se autode-nominan centristas. Este fenmeno puede ser interpretado como la traduccinsemntica de un complejo de inferioridad poltico, o simplemente se trata de unardid de baja estofa para captar votos incautos o indefinidos, estos ltimos, los

    llamados indecisos por las modernas tcnicas de encuestas preelectorales. Yhay programas polticos que se suelen adornar con estilos simpticos para ganarvotos golondrinas, hoy los acompaan y maana los abandonan por otro queno haga esta particular metamorfosis camalenica8 . Tal forma de expresin dehacer o entender la accin poltica aporta muy poco a la teora sociopoltica, a la

    vez que contribuye de manera harto peligrosa a la perversin de la cultura polti-ca de la ciudadana.

    Todo esto debe entendrselo como la aparicin de una paranoica huida de losoriginarios liberales hacia un supuesto centro, como frmula til para escapar dela proscripcin verbal que viene dictada desde la izquierda. Una primera aproxi-

    macin a la definicin de la derecha sera aquella posicin poltica en la quenadie quiere ser situado ... aunque se participe de su ideario de propuestas. En-tonces, lo ptimo es ponerse la mscara de alguna posicin ms aceptable -quese corresponda con lo polticamente correcto- como es el centro. Est claro quesi esta fase dialctica concluyera con la total desaparicin de la derecha nominal,

    empezara otra similar contra el centrismo como derecha vergonzante o encu-bierta. Se trata de un testimonio de la humillacin que conduce a los cambios denombres, h ipocresas, enmascaramientos, concesiones y entregas a las que secondenan quienes padecen esto que se puede definir como complejo de inferio-ridad de identificacin poltica.

    8Con respecto a tales aprovechamientos oportunistas, en Argentina debimos sufr ir el de grupos de la

    ultra derecha originados en los sectores ms reaccionarios de la Iglesia Catlica (Palti, 1994), loscuales se mimetizaron en la organizacin armada Montoneros (Rodrguez Kauth, 1994) como una

    forma de colocarse una divisa ganadora -la del peronismo- aunque util izando tcticas y estrategias,

    tanto polti cas como militares, correspondientes a la extrema izquierda revolucionaria. Fue un pro-ceso de mimetizacin que dej tristes resultados para la historia del pas.

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