el centro de bogotÁ como espacio...
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EL CENTRO DE BOGOTÁ COMO ESPACIO CRÍTICO.
PLAN PARCIAL DE RENOVACIÓN URBANA: „ESTACIÓN CENTRAL‟
JUAN CAMILO ÁLVAREZ NARANJO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS
SOCIALES.
BOGOTÁ
2017
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EL CENTRO DE BOGOTÁ COMO ESPACIO CRÍTICO.
PLAN PARCIAL DE RENOVACIÓN URBANA: „ESTACIÓN CENTRAL‟
JUAN CAMILO ÁLVAREZ NARANJO
20112155157
Trabajo de grado presentado como requisito para optar por el título de licenciado en
educación básica con énfasis en ciencias sociales
NUBIA MORENO LACHE
Directora
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS
SOCIALES.
BOGOTÁ
2017
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TABLA DE CONTENIDOS
1. CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN. ............................................................................ 9
1.1. RECUPERACIÓN DEL CENTRO DE BOGOTÁ: INICIATIVA DE DESARROLLO .............................. 9
1.2. LA RECUPRACIÓN URBANA COMO PROYECTO DE DESARROLLO .............................................. 9
1.3. DINÁMICAS ECONÓMICOSOCIALES EN LA REALIDAD DEL ESPACIO EN RENOVACIÓN ..... 10
1.4. RENOVACIÓN DEL CENTRO DE BOGOTA. REFLEJO DE DINÁMICAS CAPITALÍSTAS
CONTEMPORÁNEAS EN EL ESPACIO URBANO. ...................................................................................... 12
1.5. ESTACIÓN CENTRAL DE BOGOTÁ, ¿UN PROBLEMA COMO PRODUCCIÓN SOCIAL DEL
ESPACIO? ......................................................................................................................................................... 14
2. CAPÍTULO II: ESTADO DEL ARTE.................................................................................................................... 16
2.1. PLANEACIÓN, ORGANIZACIÓN Y RACIONALIZACIÓN DEL ESPACIO URBANO. ..................... 16
2.2. BOGOTÁ, ORDENAMIENTO DEL ESPACIO PARA LA PLANIFICACIÓN URBANA. .................... 19
2.3. AREAS CENTRALES, BOGOTÁ UN CENTRO OBSOLETO. ............................................................... 21
2.4. RENOVACIÓN URBANA Y PLANES PARCIALES DE RENOVACIÓN EN EL CENTRO DE
BOGOTÁ. .......................................................................................................................................................... 30
2.5. PLAN PARCIAL DE RENOVACIÓN URBANA „ESTACIÓN CENTRAL‟. .......................................... 36
2.5.1. El PZCB y la ciudadanía: La relación social con su construcción de espacio. ......................................... 38
3. CAPÍTULO III. MARCO TEÓRICO. ................................................................................................................... 43
3.1. COMPONENTES BASES DEL SOPORTE TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN. ........................................ 43
3.2. ESPACIO Y PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO. .................................................................................... 44
3.2.1. Producción social del espacio, una ruptura epistemológica. ..................................................................... 44
3.3. ACUMULACIÓN, UNA FORMA DE PRODUCCIÓN DE ESPACIO. ............................................................ 48
3.3.1. Acumulación, sobreacumulación y estructuras de espacios geográficos. ................................................. 48
3.3.2. Relación entre la Teoría de la acumulación con la producción de estructuras espaciales. ....................... 50
3.4. ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN: Una alternativa para la expansión geográfica. .................................. 52
3.5. ESPACIO URBANO Y PLANIFICACIÓN URBANA. ..................................................................................... 54
3.5.1. Conceptos y crítica de la planificación urbana: Debilidades y aportes. .................................................... 56
3.6. RENOVACIÓN URBANA Y PLAN PARCIAL: RENOVACIÓN EN LA CIUDAD. ...................................... 60
3.6.1. Norma y definición de la renovación urbana. ........................................................................................... 61
3.6.2. Definiciones de plan parcial. .................................................................................................................... 64
3.6.3. Renovación urbana y planes parciales, una mirada crítica. ...................................................................... 67
4. CAPÍTULO IV: MÉTODO, METODOLOGÍA Y RESULTADOS. ...................................................................... 69
4.1. DISPOSICIONES METODOLÓGICAS. ............................................................................................................ 69
4.1.1. Método alternativo y método concreto abstracto concreto ................................................................................ 69
4.2. TÉCNICAS, INSTRUMENTOS Y FORMA DE SISTEMATIZACIÓN. ........................................................... 72
4.2.1. Revisión documental, observación y elaboración cartográfica. ......................................................................... 75
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4.2.2. Encuesta, entrevista y observación. El asalto cualitativo. ................................................................................. 76
4.3. ANÁLISIS DE LA RENOVACIÓN URBANA EN „ESTACIÓN CENTRAL‟. ................................................ 77
4.3.1. CARACTERIZACIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO. ................................................................................... 77
4.3.1.2. Localización, orientación, situación, ubicación y emplazamiento. Santa Fe y Los Mártires. ........................ 78
4.3.1.3. Caracterización área de estudio. Barrios La Alameda y Santa Fe. ................................................................. 83
4.3.2. IDENTIFICACIÓN DE PROCESOS DE RENOVACIÓN URBANA. ........................................................... 90
4.3.4. COMPRENSIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO EN
„ESTACIÓN CENTRAL‟. .......................................................................................................................................... 99
4.3.4.1. Encuesta: Identificación y representaciones del plan parcial „Estación central‟. ........................................... 99
4.3.4.1. Entrevista: interpretación del espacio urbano plan parcial “Estación Central”. ................................... 109
5. CAPÍTULO V: APORTES INVESTIGATIVOS Y CONSIDERACIONES FINALES ...................................... 114
5.1. Aportes de la investigación al objeto. ................................................................................................................. 114
5.2. Aportes de la investigación a la zona de estudio. ............................................................................................... 115
5.3. Aportes a la formación como investigadores...................................................................................................... 117
5.4. Aportes de la investigación a la pedagogía. ....................................................................................................... 118
BIBLIOGRAFÍA Y CIBERGRAFÍA. ...................................................................................................................... 120
ANEXOS. .................................................................................................................................................................. 126
LISTA DE TABLAS
Tabla 1. Técnicas, instrumentos y sistematización…………………………………………….73
Tabla 2. Cuadro de síntesis: Área y población de las localidades……………………………..83
Tabla 3. Inmuebles en conservación…………………………………………………………...89
Tabla 4. Barrios y habitantes del proyecto……………………………………………………..90
Tabla 5. Uso de suelo del año 2012…………………………………………………………….95
LISTA DE MAPAS
Mapa 1. Localización Estación Central en Bogotá……………………………………………..79
Mapa 2. Área plan parcial “Estación Central”………………………………………………….84
Mapa 3. Proyección de usos proyecto “Estación Central”……………………………………...93
Mapa 4. Usos de suelo actuales en la zona (Re categorizados)…………………....……………96
LISTA DE IMÁGENES.
Imagen 1. Calle 25 con carrera 13……………………………………………………………...87
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Imagen 2. Calle 24 con carrera 13……………………………………………………………...87
Imagen 3. Trasversal 14 y calle 26 con Av. Caracas…………………………………………...94
Imagen 4. Carrera 13 con calle 24 y calle 22…………………………………………………...94
LISTA DE GRÁFICAS (ENCUESTAS)
Gráfica 1. Rangos de edad……………………………………………………………………..101
Gráfica 2. Desempeño de actividades económicas en la zona………………………………....101
Gráfica 3. Frecuencia de tránsito en la zona de estudio………………………………………..102
Gráfica 4. Frecuencia de tránsito en el centro de Bogotá………………………………………102
Gráfica 5. Actividades en la zona………………………………………………………………103
Gráfica 6. Residencia en la zona………………………………………………………………..104
Gráfica 7. Percepción de seguridad y espacio público…………………………………………104
Gráfica 8. Conocimiento de renovación urbana……………………………………………….105
Gráfica 9. Conocimiento del plan parcial de renovación urbana „Estación Central‟………….106
Gráfica 10. Favorecimiento del proyecto de renovación urbana „Estación Central‟………….107
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INTRODUCCIÓN
En el marco del tema que nos convoca, a saber, las dinámicas contemporáneas del espacio
urbano, la universidad y particularmente las carreras de ciencias sociales, en su quehacer se
aferran a la necesidad de la explicación de los fenómenos urbanos en nuestros tiempos. A su vez
en la formación propuesta desde la perspectiva curricular de la Licenciatura en Educación Básica
con Énfasis en Ciencias Sociales, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, se emplea
un sistema interdisciplinar en la formación de sus estudiantes, con el fin de generar una visión
holística, interpretativa y comprensiva de los temas específicos de su trabajo, pero de igual
forma, con la pretensión de un ejercicio docente e investigativo junto con una integridad
pedagógica.
Por tanto, en la reflexión del fenómeno urbano que ha sido históricamente dinámico, es
necesario que desde la línea de investigación abierta para este análisis, los estudiantes generen
propuestas investigativas que den cuenta de dinámicas que han de discutirse en los debates
académicos necesarios en nuestra realidad concreta y particular, estas a partir de la idea
interdisciplinar en conjunción con referentes que se encuentran en estudios geográficos y
espaciales.
Es en esa lógica que el presente trabajo, se enmarca en una apertura por el análisis de los planes
de renovación urbana y su impacto en la ciudadanía con respecto a las ciudades contemporáneas,
para nuestro caso Bogotá. A su vez, y asumiendo que esta estrategia se permite como un
elemento de contención de la expansión urbana, es necesario hacer el balance en un espacio
concreto. Es así que tanto para la teoría urbana, como para los análisis espaciales, se plantea (la
renovación) para las ciudades, debido al ensanchamiento y por el cual han sufrido procesos de
obsolescencia en sus zonas céntricas, obteniendo así espacios poco dinámicos a pesar de estar
enclaustrado en zonas de vital relevancia para las ciudades.
Debido a esto, es que el centro de Bogotá –que presenta esas características- inicia con una
propuesta que está de la mano con la expansión del capital a nivel mundial, con la cual, la
inversión inmobiliaria es por un lado un „motor de desarrollo‟ pero al mismo tiempo, genera y
despliega una nueva forma de entender, interpretar y comprender nuestras ciudades. En ese
orden de ideas, la investigación obtiene –en ese laboratorio social- elementos importantes sobre
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los cuales generará el análisis del plan zonal del centro de Bogotá como estrategia de
consolidación de un centro dinámico y funcional.
Visto en esa perspectiva, cabe convenir que dicho análisis se debe aterrizar propiamente a un
espacio concreto en el cual, al desplegarse tal fenómeno, se obtengan algunas direcciones sobre
las cuales la comprensión y la interpretación de tales efectos abastecerán a la investigación de
una validez certera y estructural. Es así como entonces se pretende analizar puntualmente el plan
parcial de renovación urbana „Estación Central‟ en dos órdenes que tienen en sí mismos una
implicación sintética. Por un lado, desde la postura oficial, en la cual encontraremos los planes
como una estructura funcional y sistémica de la organización de la ciudad en diferentes escalas
de acuerdo a sus usos y utilidades –comercial, residencial, de transito urbano, etc.- y por otro
lado, cómo se plantea esta mirada a los ojos de los residentes del sector y los ciudadanos de la
capital que se desplazan allí para desarrollar alguna actividad.
Es en ese escenario en donde la participación teórica y metodológica de la investigación refleja
el carácter crítico de la misma, puesto que por un lado, encontramos un elemento instrumental
necesario para la racionalización de nuestra ciudad, pero de la misma forma, la tensión que en
términos sociales se despliega también es algo a lo cual se debe atender. Por tanto, son los
aportes de la escuela de geografía radical y el método alternativo de investigación en conjunción
con el método concreto-abstracto-concreto de la epistemología marxista, los que darán luces con
el fin de llegar en última instancia a inferir una comprensión holística del fenómeno en cuestión.
Con el fin de determinar los elementos teóricos y concretos a la luz de los resultados de la
investigación, afianzamos como líneas analíticas los elementos socio-histórico-espaciales del
centro de Bogotá y de la zona de estudio en particular, con el fin de proyectar una indagación
plena de estos elementos, por lo tanto, tales líneas se abren a la luz de categorías de análisis:
obsolescencia de áreas centrales, acumulación por desposesión y producción social del espacio.
Estas se deben entender en dirección jerárquica para la exposición, sin embargo, las tres
encuentran una síntesis en el espacio concreto, en donde, como el lector podrá comprobar, cada
una entiende y complementa a la otra a la hora de indicar tanto el examen de la planeación
oficial, como también al observar la recapitulación que los habitantes hacen de su ciudad,
ejerciendo un derecho en su construcción y producción.
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Esta secuencia implica observar un panorama geohistorico de la ciudad en función de las
dinámicas sociales, políticas, culturales y de participación a la cual cada sujeto está determinado
a ofrecer, de una forma u otra, una visión sobre el centro como problema y síntesis de la historia
de la ciudad, pero a su vez en el perfil que socialmente le dotamos a dicho espacio, con el fin de
proyectar las formas en las cuales tanto la planeación como la renovación de la misma tiene y
ofrece sus implicaciones en el espacio concreto.
Así pues el texto presentado estará divido en cinco capítulos en donde se desplegará la
indagación en ese horizonte. En el primero, encontraremos el planteamiento investigativo, en
donde se pone al descubierto el problema del centro de Bogotá y las tensiones presentes a la hora
de evidenciar cómo se lleva a cabo la planeación urbana en dicho espacio, además de obtener la
pregunta problema y los objetivos de la indagación. El capítulo II, determina qué se ha escrito en
función de la planeación urbana y el instrumento del plan parcial y qué implicaciones ha tenido
la misma, tanto para la ciudad –entendida conceptualmente hablando-, como también para la
ciudad de Bogotá en el caso particular, así como para la zona de estudio. En ese sentido se indica
cual es el aspecto innovador de la presente investigación y qué líneas podría abrir para la
posterior disertación. El capítulo número III, presenta el marco teórico en el cual la investigación
se sostendrá; a su vez, se despliegan con mayor propiedad elementos asociados a las categorías
ya anunciadas y la validez que cada una adquiere para el presente estudio.
El criterio metodológico, que se desarrolla en el capítulo IV, se extiende en función de los
alcances que pretende la indagación, para posteriormente entrar a vincular todo lo propuesto en
función de los objetivos investigativos propuestos y reflejados a manera de resultados. Por
último, el capítulo V indica las conclusiones de la investigación desplegada en aportes tanto para
el tema, como para el objeto de estudio. Además de indicar también contribuciones como
investigador y como docente del área de ciencias sociales. Finalmente, se encontrarán los anexos
de la investigación, que ilustraran aún más las vías y resultados. Por último, este trabajo ha sido
socializado en espacios como el I encuentro distrital de ciencias sociales y el espacio académico
de ciclo de investigación, con el fin de adelantar los espacios de socialización pertinentes.
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1. CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN.
1.1. RECUPERACIÓN DEL CENTRO DE BOGOTÁ: INICIATIVA DE DESARROLLO
La necesidad de plantear un tema de investigación, como parte inicial de cualquier ejercicio del
mismo orden, nos pone a la tarea de identificar un hecho o iniciativa que sea susceptible de ser
examinada bajo una óptica analítica y que suscite en el investigador una gran atracción. Así pues,
partiendo de la delimitación de la línea de investigación dinámicas contemporáneas del espacio
urbano, lo que aquí cabe indicar es que la iniciativa y preocupación para efectos de la
investigación parte de un análisis, en principio, sobre renovación urbana, y el plan ordenamiento
territorial en la ciudad de Bogotá, –estipulado en el decreto 364 de 26 de agosto del 2013: por el
cual se modifican excepcionalmente las normas urbanísticas del plan de ordenamiento territorial
de Bogotá D.C., adoptado mediante el decreto distrital 619 del 2000, revisado por el decreto
distrital 469 de 2003 y compilado por el decreto distrital 190 de 2004- y particularmente en el
centro de la misma. Pero con el fin de delimitar el trabajo investigativo, se partirá del proyecto
de renovación urbana bajo la institución conocida como plan parcial que comprende el Decreto
Distrital 492 de 2007 y por el cual se adoptó "(...) la Operación Estratégica del Centro de
Bogotá, el Plan Zonal del Centro — PZCB — y las fichas normativas para las Unidades de
Planeamiento Zonal — UPZ 91 Sagrado Corazón, 92 La Macarena, 93 Las Nieves, 94 La
Candelaria, 95 Las Cruces y 101 Teusaquillo" (Resolución No. 1422, 20 de noviembre del
2013). Éste aplica en un nivel macro, que es sin duda el Plan Zonal del Centro, pero en la
particularidad de la llamada “Estación Central” ubicada en la localidad de Santa fe y Los
Mártires.
1.2. LA RECUPRACIÓN URBANA COMO PROYECTO DE DESARROLLO
Los profesores José Espinoza y Óscar Sánchez (2002) argumentan la importancia del
ordenamiento territorial en la integración, la competitividad y el desarrollo de un país, y como
punto de referencia se toma el nuestro. En esa medida, su investigación indica cómo y cuáles son
los criterios a tener en cuenta en las estructuras de renovación urbana y por supuesto, qué efectos
positivos se obtienen de tales proyectos. Ahora bien, cuando se obtienen tales resultados con los
cuales se evidencian precisos desarrollos de carácter económico, político, administrativo, cultural
y ecológico, hay también consecuencias de orden social en el espacio que deben ser expuestas.
La geografía en particular, y ésta en diálogo con otras disciplinas de la ciencia social, nos pueden
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otorgar una posición crítica de los efectos propios del llamado “desarrollo” no sólo de la nación,
sino de la zona de la investigación, que como componente es parte del proyecto de Estado. Por
ello, esta propuesta plantea un enfoque reflexivo del plan de renovación urbana en el centro de
Bogotá, ya que éste genera sin duda impactos en el desarrollo que se pueden evaluar en primera
medida como positivos, pero paralelamente también genera conflictos por el uso del suelo, el
espacio público y privado, el derecho a la propiedad y que, trasladado al ámbito urbano, propicia
una nueva lucha en las relaciones sociales por la producción misma del espacio urbano. A su vez
ésta, además de ser una obra que genera afectaciones para Bogotá, también está enmarcado en
una proyección que supone un impacto directo para la nación en materia de innovación,
desarrollo económico y administrativo, propiciando características organizativas y funcionales al
espacio urbano; sin embargo, lo que cabe analizar, es la forma como los ciudadanos directa o
indirectamente asumen el proyecto, puesto que éste incrementa el efecto directo en la
apropiación y producción del espacio, lo puede generar conflictos de clase con los proyectos de
esta naturaleza.
Por ello, es importante y justificable establecer una postura reflexiva, analítica y crítica a este
tipo de proyecciones de renovación urbana, con el fin de establecer unos criterios y argumentos
esenciales de lo que realmente puede generar esta iniciativa a mediano y largo plazo en el
entorno espacial concreto.
1.3. DINÁMICAS ECONÓMICOSOCIALES EN LA REALIDAD DEL ESPACIO EN
RENOVACIÓN
Con el fin de fundar un marco contextual de esta problemática, se deben establecer ciertos
puntos de carácter histórico; pero más concretamente y citando al profesor Ovidio Delgado
(2002), se puede manifestar que esta petición de un contexto de la problemática hace evidente
una explicación del abordaje epistemológico de esta investigación. Delgado (2002) asume que:
[…] el espacio geográfico no es un ente natural, sino un subproducto social del modo de
producción y que su comprensión solo es posible a partir de una geohistoria que implica el
conocimiento de los procesos involucrados en su producción, lo que hará de la geografía una
especie de “economía política” de la producción del espacio (p. 48-49).
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De tal manera, se establece que la problemática del espacio urbano que es susceptible a la
renovación, debe ser asumida por una comprensión no sólo histórica, sino geo-histórica, con
ánimos a instaurar qué se cierne en la producción de este espacio. Al constituir estos criterios
se logra manifestar que Colombia se extiende como un sector competitivo con miras al
desarrollo de la nación. Estas dinámicas de desarrollo son entendidas en el marco territorial
como, según lo anuncian los profesores José Espinoza y Oscar Sánchez (2002), la forma de
organización territorial que debe estar preparada en gestión y formación para aprovechar sus
ventajas, además, debe servir como base para la renta económica de los distintos sectores
productivos del país, dinamizando la oferta de mercancías, explotando así el factor
geográfico, físico y humano lo que a su vez posibilita la competitividad del país en beneficio
de la sociedad colombiana.
Esto acaece una serie de problemáticas, relacionadas a la contradicción concreta entre clases
sociales por una parte y a los derechos de los ciudadanos a las zonas urbanas por otra; ya que
según el diario El Tiempo (2014) esta zona tendrá distintos usos. Otro problema es el carácter
dinámico del capitalismo en medio de su fase “globalizadora” que se entiende como el factor
económico, político y cultural de una organización con dimensiones de flujos globales que
incrementan el marco de competitividad entre compañías, naciones e individuos, pero que a
su vez, como lo anuncia el presidente del Banco Mundial –citado por Espinoza y Sánchez
(2002, p. 460)- James D. Wolfensohn, arrastra con factores de beneficio social –en materia de
salud y educación-, político –implementando el modelo democrático en el mundo- y por
supuesto humano, generando así un desarrollo holístico para el siglo XXI. Esta visión
romántica dista un poco de Colombia ya que al entrar en los modelos económicos de la
“globalización” y el “neoliberalismo”, entendido este último como el factor de libre mercado
en todas las dimensiones y desarrollo de la propiedad privada, se genera así un incremento de
la brecha social en detrimento de la libertad económica aumentando sin duda el espectro de la
enajenación del trabajo; el país al emplear políticas económicas implícitas a este modelo,
determina la producción de su espacio a este tipo de capitalismo, generando así más
segregación y expansión –no sólo en el panorama urbano sino en toda la estructura de
acumulación de capital- y por supuesto, a raíz de esto, se agravan las contradicciones y luchas
que no están al margen de la sociedad. De tal suerte que, desde una perspectiva crítica, se
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puede denotar un cúmulo de problemáticas, que a lo largo de la investigación serán palpables
en el marco de la indagación, teniendo en cuenta la naturaleza del proyecto.
1.4. RENOVACIÓN DEL CENTRO DE BOGOTA. REFLEJO DE DINÁMICAS
CAPITALÍSTAS CONTEMPORÁNEAS EN EL ESPACIO URBANO.
La zona de estudio promete ser un área en la cual la renovación urbana podría tener
importantes impactos para el desarrollo de la ciudad de Bogotá. Al estar establecida contigua
al centro internacional, esta funge como vital proyecto cuya renovación tendrá grandes
cambios en la forma de ver, vivir, movilizarse y habitar la ciudad. En primer lugar, este punto
trata de erigirse como gran enclave en el corazón de Bogotá siendo además, según las
instituciones político-administrativas del Distrito, un proyecto importante en la dinámica de
recuperación del centro, generando así espacios públicos, complejos habitacionales y función
primordial para el sector terciario de la economía; pero además éste constituye un punto clave
de conexión en los desplazamientos, asimismo se plantea como un factor céntrico en la
movilidad de flujos de mercancías, personas, información y de bienes y servicios. Según el
diario El Tiempo en su edición del 16 noviembre 2014, el proyecto tendrá las siguientes
características:
La Estación Central, cuya construcción tardaría más de 10 años, es un proyecto clave para la
movilidad del centro: conectará las troncales de la carrera 10.ª, la calle 26 y la Caracas y
movilizaría cerca de 6.500 pasajeros por hora por sentido.
Además, se articularía con el metro pesado y la posible línea del tranvía en la carrera 7. ª
propuesta por esta Administración. La estación será subterránea y en superficie tendrá 234.000
metros cuadrados de viviendas, oficinas, locales comerciales y equipamientos, además de
17.000 metros cuadrados de espacio público y 18.000 metros cuadrados para vías locales.
Se construirá en tres etapas: la primera, cuya obra durará 10 años, está entre la avenida
Caracas y la carrera 13 A, con un área bruta de 57.121 metros cuadrados; la segunda, entre las
carreras 13 A y 13 entre las calles 24 y 26, con 28.498 metros cuadrados; y la tercera, entre la
Caracas y la carrera 17 entre calles 24 y 25, con un área de 22.208 metros cuadrados.
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Ahora bien, cotejándolo con el mapa cartográfico del Plan de Ordenamiento Zonal del
Centro1, se observa que dentro de las áreas señaladas para la construcción de la “Estación
Central” hay usos de suelo que serán renovados, ya que en estas zonas operan entre otras,
algunos establecimientos residenciales y negocios pertenecientes a la zona de tolerancia del
barrio Santa Fe. Esto evidencia el tipo de relación económica que se gesta y se asemeja a la
llamada “Acumulación por desposesión” teorizada por David Harvey (2005)2. Así pues, el
panorama real en el cual se hará el estudio investigativo es complejo.
A su vez la norma posibilita asumir una posición jurídica que caracteriza la zona en marcos
generales a través del plan zonal del centro de Bogotá (PZCB), y una específica del proyecto de
la “estación central”. Entre ellos se encuentran, el decreto 492 de 2007 fechado el 26 de octubre,
modificado parcialmente por el Decreto Distrital 172 del 2010 y corregido parcialmente por el
Decreto Distrital 591 de 2014, “Por el cual se adopta la Operación Estratégica del Centro de
Bogotá, el Plan Zonal del Centro -PZCB- y las Fichas Normativas para las Unidades de
Planeamiento Zonal -UPZ- 91 Sagrado Corazón, 92 La Macarena, 93 Las Nieves, 94 La
Candelaria, 95 Las Cruces y 101 Teusaquillo.”
Esto busca entre otras consideraciones, “consolidar el centro como un espacio económico,
social, cultural, hospitalario, de servicios y universitario de la región y el país. Para ello se
deberá promover la concentración de inversión en su área y la utilización de los instrumentos
de gestión previstos en la ley y en el Plan de Ordenamiento Territorial” (artículo 63 del
Decreto Distrital 190 de 2004). Así pues despliega toda una estrategia para este fin, siendo la
resolución 1422 de 2013 fechada el 20 de noviembre, y “Por la cual se determina y delimita la
zona de reserva para la ejecución de la Etapa No. 3 del Plan Parcial de Renovación Urbana
denominado "Estación Central" ubicado en las Localidades de Santa Fe y Los Mártires de
esta ciudad", dentro de las cuales se evidencia que el sector en primera medida se delimita de
la siguiente forma en un plano espacial cartográfico y de coordenadas: “Por el oriente, la
Carrera 13 Por el sur, la Calle 24 Por el Occidente Transversal 17 y Por el Norte, la calle
26.”. Por tanto, y advirtiendo a las coordenadas dadas por la resolución, encontramos que el
1 Observar los documentos oficiales acá citados, como el documento de soporte técnico (2012, E.R.U).
2 Este concepto será fundamental en el desarrollo de la investigación, por tanto su planteamiento teórico se
desplegará con mayor propiedad en el capítulo III, particularmente en el apartado 3.4.
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sector es altamente deprimido, ya que su función social y económica, está entre otros,
determinada por la presencia de población flotante, impregnando a la zona un fuerte elemento
de inseguridad. Además, dentro de las actividades productivas del sitio, se encuentra la
prostitución – zona de tolerancia- y el marcado consumo de psicoactivos.
1.5. ESTACIÓN CENTRAL DE BOGOTÁ, ¿UN PROBLEMA COMO PRODUCCIÓN
SOCIAL DEL ESPACIO?
Como problema de investigación se erige la renovación urbana y la planeación urbana
enmarcada en el Plan Zonal del Centro de Bogotá específicamente en el proyecto del plan
parcial “Estación Central”. Este panorama permite deliberar sobre ¿Cómo la implementación
del plan parcial „Estación central‟ en el centro de Bogotá, en el marco de las políticas de
renovación urbana, propicia desigualdades y conflictos sociales en la zona?, a su vez es
relevante comprender los impactos del proceso de renovación urbana en la zona de estudio y
en la ciudad en general. Para tal efecto, la investigación asume la figuración conflictiva con
respecto a la zona de estudio y analizará si estos discursos del desarrollo, expresados en las
ventajas competitivas que concibe un marco de renovación en la ciudad, generan exclusiones
y enajenación del ciudadano respecto a su ciudad, como también si alcanzan un impacto
positivo en las relaciones sociales que se manifiestan en esta zona, y en general en Bogotá; lo
anterior al asumir que estos planes formalizan una perspectiva de „modernización‟ de la
ciudad en su componente ciudad-región.
Así pues, el objetivo central de esta investigación es analizar el plan zonal del centro de
Bogotá particularmente el plan parcial „Estación Central‟ como política de renovación
urbana y sus alcances y limitaciones en la producción social del espacio en la ciudad.
En ese orden de ideas, interesa a la investigación a) caracterizar el centro de Bogotá, en
particular la zona de estudio; b) identificar los procesos de renovación urbana que existen el
área que es objeto de investigación; c) comprender el proceso de renovación urbana existente
en dicho lugar y, por último, d) interpretar la producción social del espacio en la zona de
estudio.
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Desde la epistemología, la investigación sustenta su trabajo en la teoría crítica del espacio
urbano desde la corriente de la geografía radical. Y es por fuerza de éste panorama
epistemológico que se logra revaluar una postura asociada a los análisis político-
administrativos, en paralelo directo con el desarrollo financiero y de flujos de capital en su
nueva fase neoliberal. Así pues, los aportes retomados por el Profesor Henri Lefebvre (1978;
2013) acudiendo a la crítica del crecimiento urbano desigual y jerarquizado siendo éste,
reflejo del modelo capitalista; de igual forma la vigencia hacia la privatización de los
servicios urbanos y del uso del suelo se expresan en el escenario social una producción del
espacio altamente exclusiva –para el sector más alto en la estructura de clases, como también
para el capitalismo financiero bajo la plataforma inmobiliaria- y excluyente –hacia los
moradores de la zona de investigación y los ciudadanos de Bogotá-. De igual forma, el
profesor David Harvey (1977; 1994; 2005; 2007; 2013; 2014) apelando al paradigma
marxista y haciendo énfasis en la teoría de acumulación de capital, aporta a la investigación
un valioso marco de análisis, puesto que se imprime el aspecto de la acumulación en un
espacio geográfico, y por ende generando un desarrollo desigual que se analiza desde la
perspectiva de clases propias de la teoría de Marx. Con este autor, se argumentan las
interpretaciones marxistas sobre la característica del capital en el Estado, y su producción
social, efecto que dentro del área de estudio tiene consecuencias valiosas. Para el resultado
sociológico es valioso rescatar el posicionamiento del profesor Castells3 puesto que la ciudad
bajo determinadas conductas y valores apropian una adscripción social a la producción del
espacio.
Partiendo de estos referentes teóricos, se puede organizar las categorías propias para la
investigación, siendo estas, la renovación urbana, los planes parciales, geo-historia,
producción social del espacio y acumulación por desposesión. Ello se abordará con mayor
detalle en el capítulo III, de igual forma respecto a la metodología considerada, se afianzará
en el capítulo IV, en donde se desplegará el enfoque y el tipo de método usado en la
investigación, así como algunas disposiciones que le son especiales a la investigación.
3 En: Luis Lezama (2010).
16
2. CAPÍTULO II: ESTADO DEL ARTE.
2.1. PLANEACIÓN, ORGANIZACIÓN Y RACIONALIZACIÓN DEL ESPACIO
URBANO.
Las implicaciones sobre el orden de las cosas es un debate que se remonta históricamente
muchos siglos atrás. En efecto, la vida humana ha tendido siempre a la relación por
organización y esto incide en la naturaleza social que los seres humanos hemos construido.
Remontarse hasta las más antiguas organizaciones triviales refleja la forma por la cual el ser
humano ha tendido una relación no solo con el „otro‟, sino también con el espacio. Esto se ha
desarrollado en formas mucho más complejas, más aún desde que el hombre ha extendido
hilos de nociones que incurren en la forma de vivir y de correlacionarse; en el orden de las
cosas aparece entonces una idea de cómo cada entidad en el universo ocupa su lugar en el
espacio. Con la razón, aparece en el hombre la justificación ya no solo de efecto sensible de
percepción de esas cosas, sino que también el ser humano intenta transformarla, explicarla,
comprenderla, interpretarla y, en mejor medida, otorgarle un orden.
En el espacio tangible, el hombre ha trasgredido esa frontera y ha propuesto a fuerza de las
necesidades humanas una forma de relación que lleva a los individuos a unirse, no en
armonía, sino en relaciones marcadas por profundas contradicciones. Históricamente la
construcción de un espacio de relación ha sido el entorno urbano, y el hombre ha intentado
efectivamente organizarlo de acuerdo a sus necesidades. Por tanto, la planeación para efectos
de lo urbano, deviene de una simple lógica de uso racional del espacio.
Cada sociedad apegada a sus lógicas históricas, culturales, sociales, políticas y económicas,
ha encontrado una forma fidedigna de organizarse en el espacio urbano. La modernidad a
base de sus propias y muy complejas necesidades, ha visto cómo este proceso –el de la
planificación urbana- ha configurado y ha sido configurador de sus realidades más concretas.
Uno de los fenómenos y punto de partida de la necesidad de planeación, es el fenómeno del
crecimiento esporádico de la población humana, puntualmente en la llamada ciudad
17
industrial. Haciendo énfasis en Europa, particularmente en Francia e Inglaterra, el proceso de
renovación nace, según Hall (1996)4, a partir de los procesos de re densificación que estas
ciudades sufrían. Se hizo necesario entonces intervenir no solo en materia urbanística, sino
con ello también las relaciones sociales, políticas, económicas de estos grupos humanos que
sufrían grandes cambios; las ciudades fueron espacios donde en el marco del desarrollo
complejo del proyecto capitalista liberal se garantizaban los derechos de las personas quienes
las habitaban. Ese crecimiento fue quien ocasionó condiciones degradantes en la vida urbana,
ya que éste no se planeó de forma ordenada, poniendo a la luz algunos espacios con una
deficiente higiene, sumado al hacinamiento, segregación y crisis en la prestación de servicios.
Bajo estas condiciones, las ciudades necesitan una nueva proyección de la vida urbana.
Así pues, es necesario encontrar mecanismos que catalicen la ciudad como un entramado de
relaciones que no solo pasan por decisiones político-técnicas –como se suele creer cuando se
habla de planeación-, sino esencialmente, sobre las implicaciones sociales que hacen parte de
las posibilidades teóricas y conceptuales en materia de planeación. Con ello, Llache Olaya
(2014) determina que esta condición teórica, se abre a la luz de las necesidades de un estudio
entre la formación del espacio y la proyección de planes que en su conjunto revitalicen el
tejido social evidentemente deteriorado por las condiciones de crecimiento desregularizado.
Bajo esta condición, se abre paso la reflexión de la vida urbana en nuestras ciudades, estas a
su vez guardan una regularidad y particularidad en su configuración.
La ciudad en América Latina, según Lizarazo (2015), alberga al 80% de los habitantes de
los países de la región, resultado de los rápidos y repentinos procesos de urbanización que han
formulado un fenómeno social de características urbanas que se manifiestan en doble vía; por
un lado tenemos la gravitación de la sociedad en las áreas urbanas, puesto que estas ofrecen
oportunidad de desarrollo, empleo, educación, prestación de servicios, etc.; y en
contraposición, tenemos las condiciones que se dan en el espacio urbano y particularmente en
las ciudades a causa de la falta de garantías para todos.
4 Citado por Llache Olaya, 2014, p.14.
18
Existe para Colombia y para nuestras ciudades una disposición hacia los planes de
ordenamiento y para las dinámicas de planeación urbana. Esto tiene una materialidad en el
ámbito de lo jurídico:
La Ley 388 de 1997 define al ordenamiento territorial municipal y distrital como el proceso
que comprende un conjunto de acciones político-administrativas y de planificación física
concertados, en ejercicio de la función pública que les compete [...] en orden a disponer de
instrumentos eficientes para orientar el desarrollo del territorio bajo su jurisdicción y regular
la utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de
desarrollo socioeconómico y en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y
culturales (Botero, 2013, p. 5)
Ello quiere decir que la tutela del Estado en la concepción de organización y planeación
territorial queda relegada a los municipios y distritos –como es el caso de Bogotá- lo cual
hace latente la poca participación del Estado, y éste solo fungiría como veedor de tal
organización. Ante esta situación, Hopfgartner y Vidosa (2014) suman a esta concepción otro
análisis, puesto que a pesar de ser cierta, la misma esconde el carácter descentralizado del
Estado Nacional en los asuntos de ordenamiento ya que estas dinámicas corresponden a un
modelo inequívoco de implementación de políticas de orden neoliberal, con las cuales
aseguran intervenciones urbanas que buscan principalmente una atracción de sectores de los
más altos ingresos y que la producción de espacio público está avocada a esta empresa. El
panorama de la globalización bajo la tutela de la doctrina neoliberal, alza una perspectiva que
revalúa la economía y las relaciones sociales; al ya no ser el Estado el benefactor e
interventor, es la privatización y la desregulación del mercado quien determina el ritmo de
vida de la población. Esto indica dos factores, uno de incidencia interna, donde el discurso es
que el Estado no alcanza a abarcar las prestaciones de las personas en su territorio, y otro de
carácter externo, en donde se denota que es el impulso de la globalización quien determina el
ritmo de vida. Allí es entonces donde se relaciona el neoliberalismo de acumulación y la
configuración territorial (urbano-rural). Esta descentralización y desregulación reduce la labor
misma del Estado y la entrega a las ciudades y gobiernos locales que ahora tienen la
responsabilidad económica y social de su población.
19
Aun así, el soporte técnico y los planes de desarrollo en esencia, afirma Lizarazo (2015),
“son ante todo un documento político que plantea lo que se quiere para la ciudad, y el
compromiso gubernamental por hacer realidad sus propuestas.” (p. 139). Lo anterior debate
entonces a Botero (2013) y a Hopfgartner y Vidosa, (2014), quienes afirman que los planes de
ordenamiento quedan exclusivamente en desarrollo de los municipios y las ciudades. Por su
parte Lizarazo (2015) asevera contundentemente que:
Este instrumento de planificación no es autónomo, sino que está inscrito en un contexto
nacional, de tal manera que los lineamientos del orden nacional inciden en el alcance de los
planes municipales o distritales y, por tanto, en el desarrollo urbano de la ciudad (Lizarazo, p.
140).
Estas discusiones se suman en torno a cómo se dan a partir de la organización y la planeación
los modelos de desarrollo racional del espacio. Es en este punto donde la investigación se
vuelca por completo al espacio concreto la ciudad de Bogotá y más particularmente a
abordaje de las zonas céntricas, en donde se concentra un aporte teórico, pero al mismo
tiempo controversial.
2.2. BOGOTÁ, ORDENAMIENTO DEL ESPACIO PARA LA PLANIFICACIÓN
URBANA.
La ciudad moderna tiene un efecto de acumulación en todo su espectro, esto logra ser un
escenario de disputas, tensiones, interacciones y producción, ya que es allí donde se ubican
los sectores económicos, políticos, sociales, culturales, etc. Esta relación compleja no escapa
a nuestra realidad puesto que es en la plataforma urbana donde las decisiones administrativas,
políticas y económicas reflejan lo que se proyecta hacia la sociedad en general y a su
producción cultural (Melo, 2014).
Bogotá no escapa a estos atributos. Históricamente la ciudad ha sufrido un proceso
desregulado de crecimiento y al igual que muchas ciudades latinoamericanas, dentro de las
múltiples características se pueden enunciar algunos atributos que le son comunes a otras
ciudades. Esto se podría avisar como un fenómeno dialéctico puesto que por un lado tenemos
un crecimiento de los niveles de desarrollo y confort, y por el otro, encontramos segregación
social, inseguridad, pobreza, servicios públicos incompletos, que se suman a la gama de
20
problemáticas profundas que aquejan a la ciudad y que por necesidad de los mismos, se busca
acceder a un sistema de organización sensata que articule una estructura de soluciones
concretas con el ánimo de satisfacer la funcionalidad de las relaciones que se producen en la
ciudad (Lizarazo, 2015).
En efecto, estas garantías las intenta ofrecer el Estado, las administraciones locales y
regionales – que para el caso de Bogotá son de orden Distrital-, por ello se hace efectiva una
propuesta normativa que logre condensar los aspectos organizativos y de planeación, pero
además que articule una oferta de espacio acorde con las necesidades propias de la ciudad.
2.2.1. Plan de Ordenamiento Territorial.
Buscando una plena racionalización del espacio, que se entiende a partir de la integralidad y
funcionalidad del mismo para efectos de la vida urbana, sumado a ello las necesidades que se
reflejan en el entorno urbano de la ciudad y las vinculaciones de tipo histórico, social,
político, económico y administrativo, Bogotá indaga herramientas de gestión y planeación
con el fin de garantizar un pleno equilibrio de todos los factores ya mencionados.
Adicionalmente se intenta fortalecer la mitigación de la expansión con el fin de responder
plenamente a los efectos de cambio climático y cuidado ecológico, que al día de hoy se alza
como un discurso importante y necesario para la proyección de la ciudad.
García (2014) afirma que, sobre la base de todas estas problemáticas, en el año 2000 el
Distrito Capital adoptó un modelo para el ordenamiento territorial generando unos objetivos a
realizarse en el corto, mediano y largo plazo, y que a la fecha han originado pocas acciones
sobre el territorio. El Plan de Ordenamiento Territorial (POT), -formulado para Bogotá-
compilado por el Decreto 190 de 2004, identifica al Distrito Capital como centro de una red
de ciudades a nivel regional, propendiendo por la consolidación de la estructura urbana que
implica resguardarla de la conurbación hacia municipios vecinos, mediante la protección de
los bordes del perímetro urbano. Se infiere entonces que es en el POT donde se estructura una
base programática desde el año 2000, toma todas las necesidades de la ciudad y las futuras
proyecciones que el gobierno nacional, distrital y administraciones locales catalizan en un
solo documento. Además, se objetiva a partir del Decreto Nacional 2181 del 2006 y del
21
Decreto Distrital 436 del 2006 cuáles son derroteros para establecer en propiedad y cuáles son
los aspectos a analizar con el fin de vincular la organización y la racionalización del espacio.
Bogotá, dentro de los planteamientos del Plan de Ordenamiento Territorial, establece que:
[…] El Distrito Capital tendrá como objetivo detener los procesos de conurbación mediante el
control de la expansión urbana, un manejo concertado de los usos del suelo en el Distrito y la
Región en áreas periféricas a los nodos urbanos, a las zonas de influencia del sistema
movilidad, y mediante la articulación de las políticas y proyectos de servicios públicos a las
directrices de planificación regional. Se promoverá el uso eficiente del suelo disponible tanto
en el área de expansión, como al interior del suelo urbano, en particular en el centro de la
ciudad, con el fin de contribuir a mitigar suelos productivos de la región y los elementos de la
estructura ecológica regional y del Distrito Capital [...]5 (Mayorga, 2012, p. 12).
Así pues, la consolidación de una estructura urbana debe su ordenamiento normativo a
partir de la compactación, evitando no solo la expansión sino re-conservando la utilidad
previa de zonas que logran ser habitables, además de ello, esto funge como barrera ecológica,
permitiendo que no haya una invasión de zonas rurales y forestales que implica crecimiento
de las actividades humanas.
Aun así, la organización y reprogramación de aspectos esenciales como los vinculados a los
usos de suelo en la ciudad, las actividades económicas, los planes de gestión, las garantías
para las poblaciones vulnerables, las prestaciones de servicios, etc., son materia de debate en
las diferentes administraciones, y el POT aún no se ha consolidado plenamente sobre una
base concreta, sino que su configuración ha sido dinámica.
2.3. AREAS CENTRALES, BOGOTÁ UN CENTRO OBSOLETO.
Dada la problemática de la inevitable expansión urbana en la ciudad es preciso pensar la
forma en la cual la articulación de las necesidades urbanas se condense, evitando así el
desborde de equipamientos urbanos fuera del perímetro establecido. Es así como se piensa en
5 Alcaldía Mayor de Bogotá, D.C. Plan de Ordenamiento Territorial del Distrito de Bogotá, D.C. Decreto 190 de
2004 (Por medio del cual se compilan las disposiciones contenidas en los Decretos Distritales 619 de 2000 y 469
de 2003).
22
„volver al centro‟, para este fin se alzan dificultades de tipo técnico, de gestión, de planeación,
etc., que se intentan solucionar bajo múltiples estrategias.
2.3.1. El centro de Bogotá, un problema histórico.
La centralidad se expresa conceptualmente como una localización de características
modales o interregionales que se determina principalmente por la cantidad de servicios que
éste es capaz de ofrecer (Botero, 2013). Entre otros atributos podrían también obedecer a la
capacidad de inversión, la agrupación de funciones, accesibilidad y equipamientos que
permiten ser un espacio de concentración urbana diversificada y económicamente rentable.
A su vez:
El concepto de centralidad, ha sido tratado también en el marco normativo del Distrito
Capital -Decreto 469 de 2003- que estableció una estrategia de ordenamiento territorial para
Bogotá constituida por tres estructuras: la estructura ecológica principal, la estructura
funcional y de servicios, y la estructura socioeconómica y espacial constituida por el centro y
la red de centralidades que concentran actividades y de servicios (Botero, 2013, p. 7).
Existe una jerarquización de centralidades que están estipuladas por los marcos normativos
del Distrito particularmente el decreto anteriormente citado, el cual menciona las siguientes
características como atributos influyentes para las nuevas centralidades6:
1. Centralidades de integración nacional e internacional –Allí se encuentra el centro
internacional y la zona de estudio de la presente investigación-
2. Centralidades de interacción interregional –Corabastos-
3. Centralidades de integración urbana.
El problema del centro de Bogotá tropieza con aristas dinámicas, y así mismo, encuentra
múltiples posibilidades de análisis. Remontándose al siglo pasado hallamos que, en Bogotá,
basados en los planes de desarrollo territorial y los censos, durante poco más de 30 años
(1964-1999), se estimó que el crecimiento exponencial de la población residente en la ciudad
iba a tener para el año de 1999 un promedio cercano a los 8,5 millones de habitantes. Los
planes de gobierno del momento, dispusieron tomar un carácter compacto de la construcción
6 Referencia tomada de Botero (2013)
23
de grandes complejos habitacionales en detrimento de una estructura pública de ciudad, es
decir, la ciudad se proyectó desde las necesidades inmediatas, olvidando entonces la
construcción de equipamientos, espacios públicos, complejos viales de grandes magnitudes e
infraestructura de flujos eficiente (Sarmiento 1999).
Jaramillo (1982) por su parte enuncia un diagnóstico previo de la posibilidad de recogerse
en aspectos esenciales como la sub-urbanización del área céntrica de la ciudad, lo cual genera
una brecha socioeconómica mucho más real y concreta. Se parte de la posibilidad de analizar
un núcleo histórico en el cual se retoman substancialmente aspectos del momento cuando
inicia un proceso formal de análisis del tema urbano en Bogotá, así pues, el autor afirma que
para la década de los treinta del siglo XX fue el punto de inicio, mientras que paralelamente a
esto, hay un cambio estructural en la figura clásica del centro de Bogotá. Ya para la década de
los cincuenta, se inicia con una estrategia de estratificación social, a partir de la actividad
terciaria de la economía, mientras que las áreas circundantes eran complejos habitacionales de
los sectores populares y trabajadores industriales. Pero las transformaciones ideológicas de la
población marcaron un cambio de la estructura urbana existente, pasó de una donde era
altamente densa en su área céntrica, a una de explosión demográfica en sus áreas circundantes
y lejanas del casco urbano de la ciudad.
Para la década de los ochenta la revista de la Cámara y Comercio de Bogotá –N° 40-41-,
en colaboración con el Banco Mundial, hacen en conjunto una publicación sobre el “Estudio
Urbano” y “La ciudad” en el centro de Bogotá. Esto con el fin de darle un tratamiento técnico
al centro de la ciudad. Estas ilustraciones indican que en esencia el centro de Bogotá confirma
la decadencia vital del mismo (Jaramillo, 1982). Este estudio establece variables como la
desvalorización de los precios del suelo en contraste con el crecimiento del valor en otras
áreas de la ciudad; la pérdida de dinamismo entre el sector social y económico con referencia
al nivel global; y la constatación de que el centro pierde cada vez más número de habitantes,
así pues, el autor manifiesta que: “Mientras la ciudad como un todo pasa de 1‟538.000 h. en
1964 a 2‟878.000 en 1973 y a 3‟900.000 (estimado) en 1977, el centro desciende
respectivamente en estas fechas de 86.000 habitantes a 73.000 y finalmente 68.000 en el
último año mencionado” (Jaramillo, 1982, p. 4). Lo que implica una baja considerable en la
zona del centro respecto al crecimiento de la ciudad en su conjunto. Ello es preocupante ya
24
que, no hay solo una pérdida de la capacidad residencial en la zona, sino también una pérdida
en el sector productivo industrial, con lo cual se evidencia la disminución de empleos.
Dentro de la construcción histórica, se manifiestan algunas distinciones entre autores como
Manrique (2015), Jaramillo, (1982), Rubiano (2010) y Sarmiento (1999) -quien presenta unas
delimitaciones temporales en distintos órdenes; desde el siglo XIX hasta principios del siglo
XX; posteriormente en la décadas de los veinte, treinta y cuarenta del siglo XX –donde se
establecen los primeros suburbios-; más adelante, la décadas de 1950, 1960 y 1970 –donde se
establecen los barrios consolidados-; y por último, en las dos últimas décadas del siglo XX,
donde se establecen los barrios en renovación-.
Asumiendo el centro como lugar y punto focal de la expansión capitalina que se remonta
desde la colonia, hasta el siglo XXI, estos autores básicamente reflexionan de manera similar
estas etapas históricas sobre la consolidación de la ciudad, las cuales encuentran como
características comunes, el crecimiento poblacional en la segunda mitad del siglo XIX –como
fenómeno inusual-, el cambio de la morfología urbana a principios del siglo XX por las
nacientes industrias, la capacidad habitacional del centro que para los primeros años de la
década de los cuarenta desplazan a los grupos sociales acaudalados hacia el norte y occidente
de la ciudad, la creación de barrios obreros en el centro y sur de la ciudad y, la configuración
de barrios aislados e ilegales a fuerza del desplazamiento a lo largo de la segunda mitad del
siglo XX. Pero además de esas consideraciones funcionales se vinculan también los espacios
históricamente constituidos en la producción cultural e histórica de la ciudad, siendo estos de
uso del suelo residencial y construcciones con un entramado simbólico para la nación y la
ciudad. Empero existen como la distribución espacial, la consolidación de sectores, etc., y que
Lizarazo (2015) describe puesto que se escapan de otras reflexiones. Un aspecto importante
es afirmar que:
(…) durante buena parte del siglo XX se encontraban vacíos a manera de grandes potreros
dentro de la ciudad: los llamados lotes de engorde. La ciudad no fue creciendo a través de
piezas de manera continua, sino en fragmentos sueltos concentrados en la vivienda. Al no
contar con un modelo de desarrollo planificado y en anillos a partir del Centro Tradicional, la
dispersión y el quiebre de la continuidad impactó considerablemente el dinamismo del centro
25
e implicó enormes inversiones para extender las redes de servicios públicos y la construcción
y atención de infraestructuras sociales (Lizarazo, 2015, p. 124).
Cabe anotar que la autora encuentra una forma distinta de evidenciar el crecimiento de la
ciudad puesto que dilucida una fragmentación continua en la desconcentración residencial que
el resto de autores no retoman. Es decir que Lizarazo (2015) logra sintetizar con mayor
propiedad el atributo de la fragmentación no solo en la dinámica económica y social, como lo
manifiestan los demás autores, sino también de forma física, lo cual nos otorga mejores
indicios del proceso de crecimiento de la ciudad de Bogotá.
2.3.2. Obsolescencia del centro de Bogotá.
Bajo estas características se encuentra que el centro de Bogotá, a raíz de la expansión y
densificación espontanea por fenómenos diversos –históricamente asociados a la violencia en
buena parte-, entró en un proceso de decadencia y desvaloración de su localización. Este
proceso tiene su origen en una etapa histórica que se manifestó en diferentes escalas; a su vez,
este mismo fenómeno es el que da pie para centrarnos en los planes de renovación urbana y
más específicamente en el plan parcial de renovación urbana „Estación central‟, enmarcado en
el proyecto del Plan Zonal del Centro de Bogotá –PZCB-.
Arazo (2011) evalúa el fenómeno de obsolescencia de las áreas centrales de ciudades a la
luz de sus propias dinámicas. Complejos sistemas de relaciones confirman el hecho de que las
áreas centrales entran en un proceso de deterioro a medida que la ciudad se va expandiendo.
Dentro de las características de la obsolescencia del espacio, encontramos que las áreas
centrales, son densamente ocupadas, pero paradójicamente son ligeramente pobladas, lo cual
sienta el proceso de deterioro de la calidad de vida, de los equipamientos urbanos y de las
estructuras físicas allí establecidas. En efecto, el bajo valor del suelo, por el abandono,
representa también para Rubiano (2015) una mala utilización de los equipamientos urbanos y
el espacio público. Ejemplo de ello, es el cambio de actividades en los suelos y
construcciones las cuales, fueron en un momento construidas con un fin y que, con el proceso
de degradación, se fueron adecuando para acciones distintas. Manrique (2013) afirma que este
fenómeno cobro fuerza cuando un flujo de personas provenientes de las zonas rurales
configuró nuevas centralidades generando un proceso paulatino de pérdida de funcionalidad
26
económica y física a las áreas centrales tradicionales, y es fácil observar que este fenómeno
hizo que la infraestructura anteriormente residencial de familias acaudaladas se convirtiera en
inquilinatos de familias menos solventes, también la infraestructura se prestó para talleres,
bodegas, almacenes, etc. Esta descapitalización hizo que los sectores altos crearan nuevos
espacios urbanos para salir de las zonas con tendencia a un bajo valor.
Jaramillo (1982) a su vez, evidencia un deterioro del centro de la ciudad, ya que la baja
densidad habitacional no conservó los hitos de restauración continua de su espacio.
Paralelamente, las poblaciones flotantes empezaron a situarse en la zona, y con ello se
evidencian fenómenos como el de la prostitución, la venta de drogas, la indigencia y el crimen
que generan una sensación de inseguridad en el centro de la ciudad. El autor afirma que el
centro de Bogotá anuncia un lento dinamismo a su vez que la inversión en la zona para
algunos es innecesaria y poco deseable, a este fenómeno lo llama “la muerte social del
centro” ya que si bien existe una asociación de los habitantes de Bogotá con esa área esta
misma sensación es de aversión y molestia hacia la zona. Todas estas características llevan
entonces a una situación de segregación, exclusión, ineficiencia, etc., con los ciudadanos. Tal
y como lo ilustra Corredor (2012) en las experiencias demuestran que en efecto existe una
vinculación entre estos atributos, y las necesidades de una reestructuración y regeneración de
la zona, un así estas siguen estando estancadas por la poca apertura a la participación.
En ese orden de ideas, el atributo principal es la parcial desarticulación de la ciudad de
Bogotá, de sus servicios y bienes que se concentraron en el centro de la ciudad, pero que, al
encontrar un albergue residencial en las periferias, iban perdiendo valor los inmuebles y en
general toda la zona localizada en este punto de la capital; este aspecto es importante de
referenciarlo, puesto que las implicaciones a largo plazo son palpables hasta hoy. Otro criterio
a atender es el traslado de centros administrativos y universitarios que históricamente se
sentaban en el centro y que ahora se proyectan lejos de ese espacio. La construcción del
Centro Administrativo Nacional y el campus de la Universidad Nacional de Colombia al
occidente de la ciudad, reflejan nuevos servicios que dotan a ese sector de otros privilegios
que el centro tradicional e histórico dejó de ostentar (Lizarazo, 2015). Pero este mismo
fenómeno se repite hacia el norte, con mayor incidencia en el área de Chapinero, en donde se
concentran servicios universitarios y financieros de gran envergadura.
27
La obsolescencia no simplemente se produce en el espacio físico, sino en el tejido y en las
relaciones sociales de producción de todo tipo, ya sean económicas (mercancías), políticas
(participación ciudadana), culturales (simbólicas), y que, en consecuencia, contraen la
capacidad social de desarrollo. Estos factores sumados evidencian que el contenido del centro
como espacio donde se generan esencialmente todas las actividades humanas urbanas, vistas
en el tratamiento con el “otro”, la capacidad de encuentro, las diligencias burocráticas y la
concentración del poder político, no son suficientes para ofrecer un dinamismo congruente
con su estructura, por ello, se fragmentan estas actividades y se desplazan otros sectores de la
ciudad, donde por ejemplo el motor financiero y de prestación de bienes y servicios lo
encontramos al norte de la ciudad –obviando el centro internacional, que introdujo el proceso
de renovación en la segunda mitad del siglo XX-, las centrales de comercio se encuentran
dispersas a partir de las necesidades de abastecimiento a los distintos sectores de la ciudad –
Corabastos es ejemplo de ello al igual que los resientes centros comerciales-, y solo se
mantiene en el centro aún el sector político –aunque hay ministerios fuera de la zona céntrica
tradicional-, algunas prestaciones de servicios –como lo es la educación- y gran parte de las
expresiones históricas y culturales, la cual se encuentran ubicadas en una zona exclusiva del
centro tradicional –la zona de la Candelaria-, pero que a su vez dista de lo que es el centro en
su totalidad.
Ahora bien, existe otro factor que contribuye no directamente, pero si de una forma
incidente al deterioro del centro y que, además, está íntimamente ligada al factor del
crecimiento exponencial de la ciudad: la generación de nuevas centralidades.
2.3.3. Policentralidades o nuevas centralidades.
El crecimiento y la expansión de la ciudad, ha configurado recorridos en donde desplazarse
hacia al centro de Bogotá se convierte en un acto evidentemente engorroso. La dinámica de
flujos hace que el centro se transforme en un espacio abarrotado por una gran cantidad de
población flotante que desarrolla sus actividades en esa localización. Aun así, como se expuso
anteriormente, la actividad residencial no se concentra proporcionalmente en esa zona,
haciendo que solo sean actividades terciarias, comerciales, culturales y administrativas las que
sean propias del centro de la capital colombiana. Para evitar el desplazamiento en mayor
28
medida, las estrategias de planeación han ubicado otras centralidades con el fin de disminuir
la capacidad de flujos en una sola concentración y así poder distribuirlos por todo el
entramado urbano. Alice (2009) afirma que el efecto metropolitano tardío, sumado a la poca
planeación en la ciudad, hizo necesaria la intervención en la oferta cultural –parques de gran
envergadura, „Malls‟, entre otros-, administrativa –Ministerios, Embajadas-, y la económica –
bancos y centros financieros- que ahora se localizan fuera del perímetro del centro. Aun así,
estas áreas, al ser nuevo germen de concentración, inician un proceso propio de centralidad,
descargando así la concentración del centro tradicional. Asimismo, la transformación de los
modos de producción, la redistribución comercial a partir de los nuevos equipamientos, las
nuevas tecnologías de la comunicación y la información, tienen un factor social determinado,
siendo éste la consolidación y ascenso de la clase media que produce una nueva configuración
del territorio ya que se accede a los carros como medio de movilidad predilecto y la propiedad
unifamiliar qué extiende a los suburbios (Alice, 2009, p. 1).
Estas mismas consideraciones desdibujan aún más las clases sociales menos favorecidas no
solo socioeconómicamente sino también espacialmente, puesto se evidencia una expansión
que generan espacios periféricos pericentrales o centrales que son altamente denigrados,
creando lugares desconectados del entorno urbano. En efecto, los planes de renovación y
desarrollo urbano, afirman Alice (2009), aumentan aún más la segregación en estos sectores
que no son considerados ya que no comparten una solvencia económica con la cual se
integren a la producción de un espacio exclusivo, esto produce entonces, practicas asociadas a
la gentrificación y la discriminación. Estos atributos pueden cambiar, a partir de las categorías
llamadas centralidades de flujos –Castells y Borja (1997)- que son productos de sitios
céntricos de negocios y capital de mercancías, información y personas; y Centralidades de
lugares, referidas a la reorganización sectorial que redefine unas nuevas prácticas frente al
territorio, haciendo regular, el uso de centros barriales que inciden en un desarrollo
económico e integración de la comunidad barrial. Estas apreciaciones parten de la literatura
de Lefebvre (1978) que anuncia el derecho a la ciudad como la garantía de la centralidad y a
la libertad de su uso, así como también afianza el multiuso de la vida cotidiana referida a la
multiplicidad más allá de lo abstracto y funcional.
29
El POT plantea, teniendo en cuenta las dimensiones enunciadas, unas consideraciones para
lograr mantener un equilibrio y además una estructura de equidad territorial en pro del
desarrollo, no simplemente de unas u otras clases sociales sino de la integridad territorial que
mediante una propuesta de policentralidades configura una red espacial. Ante esto, Alice
(2009) asevera:
El Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (2000, revisado en 2003 y en curso de revisión
en 2009) presenta esta característica en la medida en qué propone un modelo territorial de
ciudad policéntrica para “lograr un mejor equilibrio del territorio” y pretende articular los
objetivos de competitividad y de equidad territorial. Claramente, escoge la segunda opción
para implementar justicia espacial en el territorio basándose sobre la definición de una “red de
centralidades urbanas” (p. 3).
Esta propuesta que el mismo Alice (2009) considera como utópica encuentra su contrapeso
con las autoras (Hopfgartner y Vidosa, (2014), para quienes “el objetivo es reconfigurar
ciudades económicamente productivas. Para ello, se busca el mejoramiento del factor de
localización de estas a través de la atracción de visitantes e inversionistas. Con ello, se da el
paso de una lógica de gobernanza urbano gerencial a «la ciudad empresarial»” (p. 21) Esto
lleva a la alineación de un planteamiento de nuevas centralidades concentrando unos
equipamientos y un espacio único de uso y consumo exclusivo de los sectores más prestantes,
lo cual genera una ciudad evidentemente fragmentada y parcializada, y que a su vez crea
tensiones entre cómo y quiénes pueden habitar y consumir el espacio. Manrique (2013) de
igual forma sale al paso a este debate argumentando que las nuevas centralidades marcan un
proceso paulatino de pérdida de funcionalidad económica y física a las áreas centrales
tradicionales, puesto que las nuevas centralidades concentran estos atributos.
Pues bien, con todo este cúmulo de argumentos es que se alza la renovación urbana y los
planes parciales de renovación urbana en el centro de Bogotá, con el fin de transitar entre la
racionalización del espacio, el aprovechamiento de las estructuras establecidas, participar en
los nuevos retos de un mundo competitivo y globalizado y las tensiones que se abren paso a
partir de la apuesta pública y privada, ciudadana y popular.
30
2.4. RENOVACIÓN URBANA Y PLANES PARCIALES DE RENOVACIÓN EN EL
CENTRO DE BOGOTÁ.
Para efectos de este punto, inicio con la siguiente afirmación: “La renovación urbana en
áreas centrales, implica la rehabilitación de zonas que han perdido valor histórico, económico
y funcional, además de ser inoperantes en tanto elementos de identidad y cohesión social, por
lo que significa el centro de ciudad” (Melo, 2014, p.4). En consecuencia, la contundencia con
la cual se manifiesta este apartado, logra sintetizar de una forma u otra el contenido de lo que
significa la renovación urbana en las áreas centrales, y más particularmente el área que
comprende esta investigación. El análisis aquí planteado, logra acercar desde diferentes
puntos argumentativos las dinámicas que mueven y concentran los esfuerzos de las relaciones
sociales existentes en el espacio, por intentar cambiar las condiciones de su realidad,
motivadas estas por intereses sociales, económicos, políticos y culturales.
En efecto, Lizarazo (2015) propone una división y caracterización de lo que es el centro
tradicional. Este corresponde básicamente al delimitado por el Plan Zonal del Centro de
Bogotá (PZCB). Para efecto de las discusiones de esta investigación se tomará la delimitación
del llamado centro tradicional que además contempla el mismo centro histórico. Su límite al
norte lo marca la calle 39 y al sur la calle 1; al oriente el borde de los cerros orientales y al
occidente la avenida Carrera 30 o avenida ciudad de Quito. Con el fin de determinar los
procesos existentes en esta área, con lo cual posteriormente se hará la plena identificación del
Plan Parcial de Renovación Urbana „Estación Central‟.
2.4.1. Algunas definiciones de renovación urbana.
La rigurosidad conceptual que establece el análisis, interviene de manera puntual con su
propio su desarrollo teórico, así entonces nos plantea la posibilidad de distinción entre
renovación, que ha tenido cambios constantes en la forma que esta noción se entiende, puesto
que el desarrollo histórico lo mantuvo dentro de una plataforma negativa y exclusiva del
capital privado y la clase burguesa (Cabrera, 2013). Con el paso de los años y a partir de la
década de los setentas del siglo pasado, teniendo en cuenta la apropiación de políticas
públicas el concepto se hizo más “digerible” y con un teórico viraje más positivo hacia la
sociedad en general. Una de las definiciones propicias lo define como:
31
[…] aquellas acciones orientadas a dotar de nueva estructura a un determinado sector, pero
adecuando la subdivisión de suelo existente a la propuesta integral para radicar nuevas
actividades urbanas y generar nuevas modalidades de ocupación de suelo, pues se trata de
zonas con alta obsolescencia física, con usos de suelo inadecuados para las actuales demandas
económicas y de una alta valoración social para el desarrollo urbano (Cabrera, 2013, p. 2)7.
Esto entonces distingue el concepto de renovación urbana de lo que es la regeneración
urbana, que apropiando la definición de López (2010) éste sería uno por el cual conviene un
proceso de transformación y recuperación del espacio urbano, ya sea vía saneamiento, mejora,
preservación y recualificación del entorno urbano (Cabrera, 2013). Un término muy similar
usa ésta autora para referirse a la rehabilitación urbana, en éste hace referencia a la
concentración y mantenimiento de las zonas urbanas céntricas en respuesta al creciente
desplazamiento urbano hacia las periferias de las ciudades contemporáneas; así pues, la
rehabilitación se solventa en la recuperación de los espacios urbanos dejados al momento del
desplazamiento, o también se usa al momento de recuperación de zonas que sufren un
detrimento por el uso de tiempo habitado.
En el sentido de la revitalización, otra categoría similar, pero con atributos distintos, se
concentra dotarle una mayor fuerza al entramado social, puesto que manifiesta un hecho vital;
es decir que propende por “atender a los espacios de relación y a la calidad del espacio
público, contemplando la diversidad social y de usos, la percepción de libertad, el sentimiento
de comunidad, el carácter y la identidad, la escala de proximidad y las actividades de barrio.
Poner en valor, bajo estos conceptos, tanto las condiciones físicas como sociales del entorno”
(Cabrera, 2013, p.7).
Teniendo en cuenta la complejidad de una conceptualización, surgen propuestas con las
cuales existe una diversidad de análisis sobre las distinciones de la renovación en áreas
céntricas. Así pues:
La transformación de la ciudad construida aparece como el camino a seguir en momentos de
crisis. El auge que hemos visto darse en los discursos de las intervenciones “R” (reciclar,
recuperar, reformar, rehabilitar, reordenar, renovar, revitalizar…) no es novedoso, si miramos
7 Esta definición la usa parafraseando a López (2010)
32
lo que está sucediendo desde la crisis financiera desatada en 2008. La crisis cultural,
económica y urbana de los años setenta derivadas de la crisis energética de 1973, también
condujo, como lo explica Secchi (1984), a un obligado cambio en el discurso urbanístico sobre
la ciudad existente. Se aceptó desde entonces que la ciudad “ya estaba hecha” y, por tanto,
afrontar la reconstrucción y la reutilización de lo existente, al tiempo que se evidenciaba un
potencial crecimiento de las ciudades desde “adentro” que se contraponía al crecimiento
exterior o por expansión, el cual había predominado como reflexión y como acción durante
tres cuartas partes del siglo XX, especialmente durante la vigencia del proyecto moderno
(Arteaga y Escallón, 2012, p.58).
Acá observamos que el entramado teórico retoma análisis sobre el efecto de concreción de
la renovación urbana siendo de características multivariadas. Dependiendo de las condiciones
de deterioro del área céntrica, se logra aplicar un concepto que va más allá de lo técnico y que
extiende una mirada más compleja a la ya confusa realidad. Sobre ello se quiere catalizar de
forma acertada el proceso directo que le puede imponer al área, con el fin de lograr un mayor
desarrollo dependiendo de las necesidades de la sociedad y de las relaciones o actividades que
se asumen en este territorio.
2.4.2. Formas y casos de renovación urbana en el centro tradicional de Bogotá.
En Bogotá ésta se presenta en dos formas: por reedificación predio a predio y por
reurbanización a través del proyecto urbano planeado (SDP, 2012, citado por Montenegro,
2012).
Montenegro (2012) presenta el estudio formal usando instrumentos cartográficos. El
panorama esconde la producción del espacio en proyectos que buscan la compactación de la
ciudad. Esto trae según él, como consecuencia una saturación del espacio urbano,
transformada por los procesos de reedificación. Al entender los conceptos de reedificación y
reurbanización, son dos aspectos de la renovación urbana encaminados a la búsqueda de
recuperar el espacio urbano y más puntualmente establecer un mayor número de habitantes
por metros cuadrados. Siendo así, en Bogotá prevalece un desequilibrio inclinado hacia la
reedificación, con lo que Montenegro (2012) nos muestra cómo en áreas céntricas de la
33
ciudad, se usa un espacio de mayor vida útil y con un efecto de planeación de largo plazo para
reedificar las zonas predio por predio.
La hipótesis del autor está marcada por el desarrollo inmobiliario que representa la
reedificación, además en términos de facilidad jurídica, de planeación y de una mayor
inyección de capital privado, que en ultimas representa una mejor opción en contra referencia
a la proyección por reurbanización que sin duda demora más tiempo en el proceso jurídico,
exige una intervención de capital público y demanda más estudios de planeación. El autor
justifica la investigación cuestionando sobre:
[…] El doble papel de la renovación urbana, entre la reedificación y la reurbanización
planeada, frente a dos hechos contradictorios: por un lado, la necesaria compactación del
centro, y por otro, la saturación de la estructura funcional y de servicios con los respectivos
efectos en el deterioro ambiental y de calidad de vida de los ciudadanos. A partir de esto, la
ponencia presenta un análisis comparativo de dos casos: primero, el proyecto BD Bacatá,
operación inmobiliaria de iniciativa privada aprobada por norma en curaduría, que remplaza
un edificio de 12 pisos por otro de 66 pisos. Y segundo, el Plan Parcial Estación Central,
exponente del proyecto planeado de reurbanización, una iniciativa pública sobre la necesidad
de actualizar la infraestructura de transporte, que se aún espera encontrar operadores privados
para el desarrollo inmobiliario (Montenegro, 2012, p. 2).
En términos generales, se determina por reedificación el reemplazo de edificaciones en
urbanizaciones previamente establecidas, que cuenten con normas de demolición y
consolidación urbanística. Por reurbanización se entiende como actos sobre un proyecto
urbano planeado, con patrones estándares de espacio público, servicios, ocupación,
edificabilidad que responden al crecimiento de la densidad. En tanto compactación se
denomina a la estrategia de redensificación del centro urbano agotado por la expansión del
suelo, teniendo claro que es con el fin de mitigar el maltrato ecológico a las zonas
circundantes. Por último, la saturación refleja la congestión de edificios construidos y que
son irreversibles y sobredimensionados en ocupación y área, además, representan una carga
para la ciudad en la estructura funcional de la misma (Montenegro, 2012, p. 3-4). (Énfasis
agregado en palabras con negrilla).
34
Ahora bien, bajo la perspectiva histórica hubo proyectos de renovación urbana en
inmediaciones del plan parcial „Estación Central‟, Cabrera (2013) reseña el siguiente aspecto:
Hacia los años 50 se emprende el proyecto del “Centro Internacional”, que se puede
considerar como de renovación urbana ya que implicó la demolición del edificio de la escuela
militar para construir el Hotel Tequendama (1951-1953) y más adelante se consolida como el
éxodo de actividades financieras y de oficinas del centro histórico al nuevo “centro
internacional”. Su consolidación se da con la construcción de residencias Tequendama y del
condominio Bavaria, en el mismo sector, que preveía mezclas de oficinas y viviendas (…), la
mezcla de usos se lleva al interior de los edificios para vivienda: comercio en los pisos bajos,
parqueaderos en los sótanos, servicios comunales en la terraza de la plataforma y vivienda en
los pisos superiores. Con el posterior traslado de la antigua fábrica de cerveza ubicada en el
área de influencia del anterior proyecto, se motiva una nueva intervención de renovación
urbana denominada “Parque Central Bavaria”, iniciada a finales de los 80, la cual se desarrolla
en varias etapas, la primera de ellas concluida en 1995 con la terminación de los primeros
edificios de 12 pisos para vivienda, el área de comercio mezclada con viviendas tipo “town-
house” y un edificio de 20 pisos para oficinas. Es el primer proyecto en el cual la iniciativa
privada fue pieza clave para su ejecución (Cabrera, 2013, p.10).8
En ese sentido Mayorga (2012) ilustra hitos emblemáticos de revitalización de espacios
como los del centro histórico, el Parque Tercer Milenio, La Sabana, La Favorita. De todas
estas iniciativas, solo una se ha llevado a cabo (a la fecha), lo cual habla de la baja capacidad
de concreción de los planes establecidos, entre otras, por la baja calidad de funcionarios
existentes tanto en el distrito, como en el sector privado. A su vez, Mayorga (2012) refleja
una serie de comparaciones entre los proyectos de renovación urbana empezando por “Nueva
Santa Fe Banco hipotecario” en el año de 1986. Además, evidencia el proceso de renovación
en la plaza de San Victorino que se inaugura en el año 2000 después de un proceso que inicia
en 1990 para la rehabilitación del espacio público y los sectores comerciales. También
desarrolla el proceso en el Parque Tercer Milenio y que constituye otro avance en renovación
urbana, aunque sus efectos en las relaciones socio-espaciales, son aún cuestionadas ya que en
1997 empieza el seguimiento de la zona y no es sino hasta el 2006 que se logra restaurar la
8 Apartes de esta cita pertenecen a Rincón, Patricia. Bogotá y sus modalidades de ocupación del uso del suelo.
Análisis y procesos de redensificación. 2006.
35
zona, pero esta restauración de espacios físicos, no necesariamente produjo una restauración
del tejido social en ese punto de la ciudad, puesto que en este sector aún existe un gran
problema de degradación social vinculados con dos sectores de profundas problemáticas, el
sector conocido como „El Bronx‟, hacia el occidente del parque, y el sector del barrio San
Bernardo, hacia el sur. Estas ubicaciones son altamente influenciadas por el tráfico y consumo
de drogas y armas, prostitución, ventas ilegales de autopartes, etc.
Dentro de las proyecciones, en los planes de recuperación urbana del centro de Bogotá se
busca crear un escenario protagónico de la ciudad a partir de la intervención pública, donde se
logre generar una atracción del sector privado en torno a la concepción de equipamientos e
infraestructura con el fin de consolidar una dinámica de bienes encaminado a la generación de
sectores exclusivos de carácter educativo y cultural en la zona de Las Nieves. Pero esto va en
detrimento con la definición del patrimonio cultural de la zona por el valor que tiene la misma
en sus inmuebles, con el fin de posibilitar una zona de transformación en los flujos, los
servicios y cambios de uso del suelo (Rubiano, 2010). Para Fernando Carrión (2005. Citado
por Rubiano, 2010) la recuperación de los centros históricos no debe proyectarse
aisladamente en una visión monumental de calles y plazas únicamente, sino también con
aspectos políticos más que técnicos. Es importante considerar aspectos mucho más claves
como el significado público, integración social, identidad colectiva y construcción de
heterogeneidad, pero ello, también está enmarcado en la estrategia de mercado que la ciudad
contemporánea asume. Por tanto, no es solo un factor político sino también un sistema
cultural que encamina a la conservación del argumento físico en tanto estructuras de
“museificación” y una conservación patrimonial. Así mismo muy cerca de esta zona:
[…] el proceso de revitalización funcional de La Candelaria, (…) implementó una serie de
estrategias de planeación urbana a gran escala, que incluyeron la participación del sector
privado y de los operadores inmobiliarios, con unos beneficios previamente reconocidos,
como el incremento de ingresos fiscales, la generación de empleos, la recuperación de
funciones urbanas, el incremento de competitividades y la mejora en la calidad de vida de los
ciudadanos (Manrique, 2013, p. 217).
Bajo esta dinámica, empieza un proceso de recuperación, principalmente de los bienes
culturales, históricos y simbólicos de esta zona, puesto que ellos representan el más alto nivel
36
de competitividad y particularidad que se logra explotar de una forma concreta, sacando así su
valor útil, incrementando el valor del suelo y por supuesto, dinamizando la ventaja
comparativa que representa con respecto a otros sectores de la ciudad que no ofrecen esta
infraestructura para el consumo, representada en bares, restaurantes, cultura e historia, además
de ser el sector de Egipto y las Aguas, dentro de esta localidad, quienes más concentran
actividad residencial en todo el centro tradicional de la ciudad de Bogotá (Manrique, 2013).
2.5. PLAN PARCIAL DE RENOVACIÓN URBANA „ESTACIÓN CENTRAL‟.
Cabrera (2013) menciona que en Bogotá se han evaluado tres posibilidades de planes
parciales, uno ya ha sido aprobado (para la época) bajo el cual se plantea valorar su desarrollo
y analizar su estado actual, el segundo un plan parcial con un contenido de capacidad social
inmanente y el tercero a portas de ser aprobado, comprende una solución de gran impacto en
materia de movilidad. Éste último es el plan parcial „Estación Central‟, es decir, el centro de
ésta investigación. Para tener mejor claridad sobre la cronología García (2012) revisa las
etapas de formulación del proyecto, las cuales transcurren en el periodo 2009-2012, es decir
que la formulación del proyecto tardó tres años y nueve meses. En la primera etapa –Año
2009- el proyecto desarrolla su Documento Técnico de Soporte (DTS); la segunda etapa –año
2010- la Empresa de Renovación Urbana (ERU) radica el DTS ante la Secretaria de
Planeación (SDP); en el tercer periodo -2011- la SPD hace observaciones a la formulación,
que son saneadas por el ERU un mes después; en ese mismo año, se realizan jornadas
informativas por parte del SPD a la comunidad; por último, -en el año 2012- el SPD emite
nuevas observaciones al ERU sobre la formulación del proyecto, así se expide la resolución
1833 de 2012 dando viabilidad al plan parcial. Posteriormente se adopta el Plan Parcial
mediante el Decreto 213 del año 2013. (García, 2014). Aun así, la autora afirma que el
proyecto dadas las dinámicas estructurales, arquitectónicas y de gestión, aún es susceptible de
ser modificado.
En el aspecto físico del proyecto plan parcial „Estación Central‟ Cabrera (2013) logra
evidenciar la localización plena del proyecto:
[…] se ubica entre los barrios Alameda y Santa Fe de las localidades de Los Mártires y Santa
Fe, respectivamente, entre las carreras 13 y transversal 17 y las calles 24 a 26, se desarrolla
37
gracias a la iniciativa pública entre la Alcaldía Mayor de Bogotá; Transmilenio; la Empresa de
Renovación Urbana de Bogotá, empresa vinculada a la Secretaria de Hábitat; Secretaria de
Planeación y el IDU. Se origina como consecuencia de la implementación de la estación
central del sistema de transporte Transmilenio, la cual tienen como fin integrar funcional y
operacionalmente las troncales del centro de la ciudad, estas son: Troncal Av. Caracas,
Troncal Calle 26 y Troncal carrera 10ª (p. 25).
El proyecto examina un área a intervenir, función del proyecto, caracterización de la zona,
impacto urbano, aprovechamiento a nivel comercial y en movilidad, producto inmobiliario,
metros cuadrados en venta, estructura de operación, etc. Sobre ello agrega:
El proyecto contempla nuevos esquemas de participación, pues incorpora la inclusión de los
propietarios residentes en el proyecto, contiene un alto porcentaje de viviendas de interés
prioritario, aproximadamente 220, en una zona céntrica con usos complementarios y servicios,
además, garantiza la preservación de los bienes más importantes del área.
Aspectos importantes del proyecto:
• El área bruta del proyecto es de 10.7 ha., de las cuales 18.000 m2 se destinan a espacio
público, 26.000 m2 a malla vial arterial, 18.000 m2 a malla vial local, y 35.000 m2 de áreas útiles.
• Integra el intercambiador modal al desarrollo inmobiliario y garantiza la permanencia de los
usos dotacionales, como es el caso de la Universidad Incca y la clínica de Saludcoop, generando las
condiciones para que las mismas se puedan ampliar y consolidar dentro del plan parcial.
• Se generan cerca de 205.000 m2 vendibles, que como producto inmobiliario corresponden
aproximadamente a 740.000 millones de pesos (valores 2012) (Cabrera, 2013, p. 25 y 26).
Este texto es fundamental ya que logra retomar grandes avances técnicos en materia de
planeación, aun así, deja de lado el factor social de la zona de intervención. Ahora bien, el
proyecto se instaura como primordial, puesto que se viabiliza en materia de gestión. Sobre
ello agrega:
Desde el punto de vista urbano y con el fin de aprovechar al máximo su impacto como eje, se
selecciona la ubicación de la estación central para lograr desencadenar procesos de renovación
sobre el barrio la Alameda y Santa Fe, mediante la conformación de un nodo que permita
38
atraer hacia el costado sur los usos y actividades del centro internacional, y genere la
integración funcional y urbana a ambos costados de la calle 26 (Cabrera, 2013, p. 26).
Dentro de los objetivos del plan parcial, se rescata que:
Se deberá formular un Plan Parcial de renovación que disponga una nueva norma para el
sector, y posibilite nuevos desarrollos inmobiliarios, para habilitar el potencial de desarrollo
inmobiliario sobre el equipamiento de movilidad de la Estación Central del Sistema
Transmilenio, y poder captar para la ciudad los beneficios económicos, sociales y urbanos9
(Citado por García, 2014).
La aplicación del proyecto estará instaurada en tres fases, la primera va desde la Carrera 13
hasta la Av. Caracas entre calles 24 y 26. Allí está estipulada la construcción de la Estación de
Transmilenio, oficinas y un sector comercial; el financiamiento estará a cargo del ERU y
Transmilenio S.A. La segunda etapa, está comprendida entre la Cr. 13ª y Cr.13 entre calles 24
y 26, estas están contempladas para el sector comercio, un hotel, el edificio de FONADE y
una universidad; el financiamiento será de Transmilenio S.A, propietarios de predios, y la
Universidad Incca. La etapa tres se está estipulada entre la Av. Caracas y Transversal 17 y las
calles 24 y 25, estas contarían con vivienda de interés social e interés prioritario, comercio
zonal asociado a las viviendas y una clínica; aún acá no se definen los actores de inversión
(Garcia, 2014, p. 60).10
En efecto aquí no se fija la relación existente entre la proyección económica, inmobiliaria y
competitiva, sobre las complejidades sociales que presenta la zona y que Munrad (2015)
abiertamente retoma afirmando que: “la complejidad social de nuestras ciudades conduce a
que numerosos grupos con diversas motivaciones y necesidades espaciales deban coexistir,
convivir y compartir el espacio urbano” (p. 36).
2.5.1. El PZCB y la ciudadanía: La relación social con su construcción de espacio.
Bajo esta relación, como afirma Manrique (2013), estos planes sentencian: “el
desplazamiento paulatino de grupos de altos ingresos a un espacio central urbano deteriorado,
9 E.R.U. Documento Técnico de Soporte para la Formulación del plan parcial Estación Central. Junio de 2012. P.
18 10
Sobre estos aspectos volveremos con mayor propiedad en el capítulo IV.
39
con la intención de mejorar sus condiciones físicas, sociales y económicas; lo que, en
paralelo, desencadena impactos urbanísticos, como la salida de la población residente de
bajos ingresos, y el surgimiento de problemáticas de segregación social.” (p. 213). El autor
evidencia el fenómeno que suele ocurrir en zonas urbanas anteriormente deterioradas y que a
causa de la renovación se conforma un nuevo planteamiento poblacional por estructura de
clase social.
Por tanto, el decreto Distrital 296 del 2006 y el Decreto Distrital 329 del 2006, fija las
acciones de mitigación de los impactos sociales y económicos en el marco de obras públicas,
por tanto, es el IDU quien plantea esquemas de compensación a aquellas personas que se vean
afectadas por proyectos de esta naturaleza. Siendo así, en el caso particular de Estación
central, al momento de socializar el proyecto, solo se tiene en cuenta a los propietarios
residentes, propietarios no residentes y algunos arrendatarios. Esto hace que el mecanismo de
participación sea desarticulado de la realidad de la zona, que encuentra, entre otros, población
flotante y sectores económicos no articulados en materia habitacional, pero si con unos
intereses particulares (Corredor, 2012).
Bajo estas circunstancias, Aguirre (2012) analiza las manifestaciones que tienen los sectores
urbanos bajo la figura de colectivos, sobre el plan zonal del centro de Bogotá como propuesta
de renovación urbana en el territorio donde estos desarrollan diferentes actividades. Las
organizaciones que allí convergen no solo han logrado un nivel de cohesión, sino también un
acercamiento en donde han alcanzado una serie de iniciativas de diálogo con la
administración distrital, y así, en conjunto se han desarrollado propuestas para la intervención
blindándolos de aspectos negativos y participando en algunas decisiones.
Aguirre (2012) tiene como finalidad arrojar conclusiones que conduzcan a una relación
amplia entre los planes de renovación –frente al PZCB- y los tejidos humanos que se
establecen en las zonas de intervención. Para ello, la autora se vale de revisión documental y
entrevistas a líderes de los colectivos urbanos y funcionarios del Distrito que alzan sus
miradas frente a las tensiones que se generan en el territorio por causa de estos procesos.
Sobre esta base, “se hizo una lectura del Plan y su impacto en el territorio a través del análisis
de los grupos ciudadanos que surgen en tanto movimientos sociales urbanos, buscando
40
reivindicar sus necesidades frente a su territorio.” (Aguirre, 2012, p. 6). Teniendo en cuenta
la localización física –la establecida por el PZCB- se desarrolla el aspecto social, que
involucra reconocer diversidad de actores, el dinamismo social, político, cultural y
económico. La población tiene una mayor concentración en áreas como Lourdes, Santa Isabel
y la Sabana, aun así, la tasa de crecimiento poblacional en la zona es mínima y los procesos
de redensificación aún son inapreciables.
Bajo la dinámica de estratificación, Aguirre (2012) afirma que el centro prepondera en el
estrato tres, al que le corresponde el 39,9 %. Al estrato dos, 27%, y el 15, 7% vive en estado
de pobreza o miseria. Sumado a este último dato: “según el censo del IDIPRON y DANE
para habitantes de calle, el 44,8% de dicha población tienen el “parche” ubicado en el Centro,
y el 49,9% realizan allí sus actividades cotidianas. Además, en esta zona se encuentra el 72%
de la prostitución ejercida en la ciudad.” (Aguirre, 2012, p. 11). Entre otros datos, se
encuentran los asociados a salud y educación, los cuales representan una dinámica
importante. En el panorama económico, el principal uso del suelo es de carácter residencial,
en segundo lugar, dotacional; y el 21% lo ocupan industria y comercio. Como es sabido, esta
última ocupa la más importante y dinámica estructura económica del centro de Bogotá. Aun
así, existe una gran escalada de otros sectores, como los del sector turístico e inmobiliario:
Con respecto al sector inmobiliario, se ha encontrado que la crisis de la economía y del sector
inmobiliario, dada entre 1996 y el 2001, genero el inicio de la acción del Distrito para la
recuperación del Centro de la Ciudad con acciones que promovieron en la recuperación de la
actividad edificadora (Aguirre, 2012, p. 12).
Dentro de las manifestaciones colectivas del PZCB la comunidad declara los problemas
asociados a un agregado de factores, como la pertenencia al lugar, las actividades
económicas, el derecho a la propiedad y el bajo precio del predio al momento de la compra,
los cuales son elemento de análisis. Se encuentran tres grupos catalogados por Aguirre (2012)
de carácter cívico y comunitario. Estos tres son: Comité Cívico Popular, Comité Interlocal y
Veeduría ciudadana para el Plan Centro.
El primero - Comité Cívico Popular - está asociado a un proyecto de resistencia hacia la
venta de predios que fueron empobrecidos históricamente y que, por la desvalorización del
41
suelo, el Estado y las empresas privadas, pretenden comprarlos en un precio bajo. Dentro de
las proclamas, se suma el análisis de la zona en propiedad, puesto que es en el centro de
Bogotá donde se hace más latente la condición de desplazamiento, pobreza y extrema
pobreza; por tanto, algunos sectores políticos inician un proceso de acompañamiento a este
comité, pues las renovaciones urbanísticas no solo afectan a la comunidad, sino a toda la
ciudad y el país, pues es el centro un reflejo de la situación social de Colombia. Es así, como
dentro de los mandatos que hace la comunidad en una asamblea se exaltan los siguientes:
1) real participación decisoria de propietarios, poseedores y arrendatarios del Centro en planes
y proyectos de renovación urbana, 2) el interés general de la ciudad no puede ir en detrimento
de las comunidades, así como la gestión del territorio debe garantizar la permanencia de los
residentes y el mejoramiento de la calidad de vida de los sectores populares afectados por
proyectos urbanísticos, 3) fortalecer la educación popular, la organización colectiva, y
restauración de ecosistemas y del patrimonio histórico cultural del territorio, 4) la
interlocución y negociación directa, y 5) actuación con urgencia ante la crisis humanitaria del
Centro (Asamblea Cívico-Popular de Sectores, Veredas y Barrios afectados por el Plan
Centro, 2010) (Citado por Aguirre, 2012, p. 32).
El comité Interlocal del centro se nutre con las propuestas locales, en el marco de la
resistencia que se dio en el sector del Barrio Santa Inés - demolido para hacer el Parque
Tercer Milenio - y parte del proyecto de la Av. Comuneros en la calle sexta. Además, han
apoyado procesos en barrios cercanos a la avenida circunvalar como el barrio Eduardo
Santos. Esta organización, además de la resistencia, ha colaborado a la población con apoyo
teórico para generar argumentos sobre los planes que en muchas ocasiones se han llevado a
cabo por imposición bajo la perspectiva del plan centro y han participado en audiencias para
la discusión de proyectos en el marco del PZCB.
Por último, el comité de veeduría ciudadana para el plan centro se compone de los
residentes de las localidades afectadas por el plan. Estos buscan acercarse a los procesos
desarrollados por los otros comités, pero con métodos distintos; asociándose en una red de
veedurías ciudadanas que dé frente a las discusiones desarrolladas en el PZCB y cuáles sus
implicaciones sobre el territorio. Así la red “parece con la idea de dar vocerías o apoyos a las
organizaciones populares y a los pobladores del Centro de Bogotá ante la propuesta de
42
renovación urbana” (Aguirre, 2012, p. 41). En el área del plan parcial „Estación Central‟, la
veeduría ha hecho acercamientos en la localidad de Los Mártires, sobre la carrera 17 en donde
se piensa construir un eje articulador con la AV. Caracas. Además, está “Constituido por una
alianza entre residentes del barrio y la asociación de fabricantes y comerciantes de la
localidad cuyo objetivo es fomentar su organización e ir buscando la forma de presentar una
propuesta para el sector, como centro piloto de revitalización urbana” (Aguirre, 2012, p. 45).
Como vemos entonces, existen múltiples resultados alrededor de las investigaciones
consultadas y citadas. Muchas de ellas, evidencian la importancia de la renovación urbana
como motor de desarrollo y competitividad; otras concentran sus esfuerzos en describir el
proceso de cambio de la forma de organización urbana que es necesaria para Bogotá, con el
fin de evitar la expansión horizontal e ir de nuevo a las áreas céntricas y así se logre
aprovechar y reutilizar los espacios ya constituidos pero que han sido olvidados y
paulatinamente se han ido degradando. En efecto, existen acercamientos certeros a las
tensiones entre ciudadanos y proyectos, que hablan de las dificultades que han tenido los
planes para vincular democráticamente a todos los ciudadanos para ejercer el derecho a la
ciudad, particularmente, no se tienen conjeturas - más allá de la enunciación- de cómo la
comunidad participa en la construcción social del espacio en la zona de esta investigación, por
lo cual el objetivo entonces de ésta es profundizar y aportar sobre el desarrollo actual que
tiene el proceso.
43
3. CAPÍTULO III. MARCO TEÓRICO.
3.1. COMPONENTES BASES DEL SOPORTE TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN.
Como ya se ha visto a lo largo del presente documento, las ideas sobre las cuales gira la
propuesta son desde la simultaneidad de problemas de la vida urbana de la ciudad moderna, y
en particular de un proceso en el que se involucran una serie de complejidades de orden
analítico que impregnan a la ciudad latinoamericana y en particular a la ciudad de Bogotá
como un ejemplo indicativo de las características propias de las dinámicas contemporáneas
del espacio urbano. En ese orden de ideas, esta investigación propone una lectura teórica
sobre la cual se sienta ese soporte analítico imprescindible a la hora de jerarquizar los
problemas que pretende develar. Como se enunció en las primeras páginas, esta apuesta tiene
un fuerte componente derivado de la teoría social del espacio, y más particularmente de la
teoría crítica en geografía. Esta emana sus propuestas en un orden interdisciplinar, en donde
la geografía nace como base del conocimiento espacial, pero aun así se re-direcciona en
elementos de la economía política, la sociología, la antropología, el urbanismo, la
arquitectura, la historia, entre otras disciplinas, para lograr una delimitación epistemológica y
metodológica plena, aportando elementos más allá de los meros análisis físicos y humanos.
En ese sentido, la siguiente parte del programa investigativo ofrecerá una serie de conceptos
teóricos que van en vía directa con la formulación del proyecto, reflexionando un desarrollo
integral en el conjunto de categorías de análisis que permitirán avalar la indagación. Este
cúmulo categórico, tiene un orden jerárquico que, sin embargo, ofrece una función
relacionalmente mancomunada entre una y otra, es decir, que bajo la estructura de lectura
brinda una comprensión holística del fenómeno y además indaga por los factores
relacionados, con el fin de proponer una base catalizada del proceso de investigación. Además
de ello, también se toman conceptos traídos desde el campo jurídico de los planes
urbanísticos, de desarrollo y de renovación de áreas centrales, con el fin de ver el sustrato
técnico/formal del tratamiento del problema, así como los soportes teóricos que debaten estas
posturas a su vez que las reflejan en el campo de lo relacional. La totalidad de las categorías
44
son: producción social del espacio, acumulación por desposesión, planificación urbana y
renovación urbana.
3.2. ESPACIO Y PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO.
Nominalmente se podría decir que todas las cosas que ocurren, los fenómenos tanto
naturales como sociales, suceden en un espacio. Tanto las ciencias, como la filosofía y otro
tipo de saberes, se han interrogado sobre la realidad del espacio. Aun así, el espacio sigue
siendo un concepto que día a día se revalúa por estos conocimientos adquiridos, y que ha sido
históricamente construido, ahondando en una diversidad de discursos que toman variables
cada vez más complejas y difíciles de analizar.
David Harvey (1994) afirma que la geografía “como disciplina debe entenderse a sí misma,
trabajando con los tres conceptos de manera simultánea, y con cada uno de ellos relacionados
entre sí; cualquier intento de empujar la disciplina a uno u otro rincón acaba limitando sus
alcances, o la lleva completamente al fracaso” (p, 1). Los conceptos a los que se refiere el
autor son: espacio, lugar y ambiente. El espacio entonces, se convierte en un eje fundamental,
ya que, según este autor, en la disciplina geográfica lo importante es evidenciar cómo éste
llega a hacerse fenómeno dentro del conocimiento humano, formando una ontología del
espacio que se cuestiona bajo qué métodos se pueden potenciar las investigaciones que lo
comprendan en sus complejidades y momentos. Así entendemos que cuando el autor anuncia:
“una ontología es una teoría de lo que existe. Por consiguiente, decir que algo tiene un
estatuto ontológico es decir que existe” (Harvey 1977 p, 303), lanza una propuesta
metodológicamente aceptable para llegar a una construcción teórica del espacio.
De acuerdo con ello este estatuto ontológico, presenta una propuesta teórica y metodológica
para el entendimiento del espacio. Por tanto, un autor como Henri Lefebvre (2013) basado en
esos presupuestos ontológicos y teóricos entiende al espacio como una producción social.
3.2.1. Producción social del espacio, una ruptura epistemológica.
Bajo este estatuto ontológico, se enseña que Lefebvre (2013) acude a autores clásicos para
nominar aspectos fundamentales en su construcción teórica, por tanto, hay que mostrar qué se
entiende, en primer lugar, por producción. Así pues:
45
En el hegelianismo, la producción tiene una importancia determinante. La Idea (absoluta)
produce el mundo; después, la naturaleza produce el ser humano, el cual, a su vez, produce
mediante sus luchas y su trabajo, simultáneamente, la historia, el conocimiento y la con-
ciencia de sí, esto es, el Espíritu que reproduce la Idea inicial y final. En el pensamiento de
Marx y Engels, el concepto de «producción» no abandona esa ambigüedad que conforma de
hecho su riqueza. Posee dos acepciones, una amplia y otra restringida y precisa. En la
acepción amplia, los hombres, en tanto que seres sociales, producen su vida, su historia, su
conciencia, su mundo. […] La producción, en sentido lato, comprende pues una multiplicidad
de obras y formas diversas, incluso si esas formas no portan la marca de los productores y del
proceso de producción (como en el caso de la forma lógica, la de la abstracción que pasa
fácilmente por atemporal y no-producida, es decir, metafísica) Lefebvre (2013, p. 125).
Esto determina en un primer momento lo que ofrece el sentido de la palabra, ligado
profundamente al campo humano, como característica innata de los hombres, a la vez que
refleja que la producción como concepto se mantiene como una abstracción. Marx y Engels,
afirman que “[…] La producción, el producto, el trabajo, conceptos que emergen
simultáneamente y permiten la fundación de la economía política, constituyen abstracciones
privilegiadas, abstracciones concretas que hacen posible el análisis de las relaciones de
producción” (Lefebvre, 2013, p. 126), con lo cual se logra establecer que todas estas fuerzas
en el orden de la intermediación no solo aplican para la abstracción sino, y principalmente, a
la producción como un producto. Este producto se haya en el campo de las relaciones sociales
puesto que el autor hace particular hincapié en que la naturaleza es capaz de crear, no
obstante, no es capaz de producir, y aunque algunas cosas para los hombres pueden ser
productos de la naturaleza, a ésta le es indiferente su proceso de producción, mientras que el
hombre, por el contrario, produce y despliega tanto fuerzas productivas, como relaciones de
producción. Así, el hombre al ser un ser social –valga la redundancia-, contundentemente
genera relaciones sociales de producción.
Con ello logramos observar que el “«hombre», esto es, la práctica social, crea obras y
produce cosas. En ambos casos se precisa trabajo, pero en lo concerniente a la obra, el rol del
trabajo (y el del creador en tanto que trabajador) se antoja secundario, mientras que domina
en el plano de la fabricación de los productos” (Lefebre, 2013, p, 127). Ello inclina la balanza
46
sobre las fuerzas históricas que median hacia los procesos sobre los cuales el hombre,
desplegando sus características sociales y productivas llega al terreno de la actividad. Esto
ofrece un elemento de análisis amplio. Aun así, aquello manifiesta el carácter del hombre
racional que abstrae de los elementos de la naturaleza para satisfacer sus necesidades, siendo
los primeros los que ordenan los objetos conforme a los indicios físicos propios de la
naturaleza, y los segundos los intelectivos en el campo de las ideas. Ambos elementos se
contraponen y configuran una visión más allá de lo instrumental, acogiéndose a una
„dialógica‟ de la organización y la actividad social.
Ahora bien, el profesor Lefebvre (2013) agrega que “[…] El espacio (social) no es una cosa
entre las cosas, un producto cualquiera entre los productos: más bien envuelve a las cosas
producidas y comprende sus relaciones en su coexistencia y simultaneidad: en su orden y/o
desorden (relativos)” (p, 127), con lo cual demuestra la complejidad de las relaciones que se
gestan y que se producen en el espacio. Pero hay que también indicar que no solo las acciones
humanas se producen en el espacio, sino que, dependiendo del modo de producción de cada
sociedad, el espacio va siendo producido por el orden de las relaciones que se generan en él,
es decir, que el mismo espacio está siendo producto y productor. Esta relación dialéctica se
explica en la forma con la cual la razón ha alcanzado límites de interpelación con el fin de
generar un horizonte de análisis en los asuntos del espacio. En un momento específico de la
historia, las fuerzas de producción bajo estructuras determinadas, van creando espacios y
enterrando otros a fuerza de las causas concluyentes de los procesos de crisis económicas y
sociales de tales modelos. El producto de la crisis del modelo de producción primitivo tuvo
como resultado los primeros asentamientos humanos –como urbes-, creando así las ciudades
antiguas; una crisis en este modelo tuvo como producto el siguiente modelo de espacio siendo
el de la ciudad feudal; y una crisis en dicho modelo produce el espacio para el desarrollo de
las relaciones de producción mercantiles; a su vez una crisis en el último modelo produce los
espacios del capital. Este constante proceso histórico marcado por crisis y productos de la
vida social, lleva a revelar que la sociedad construye relaciones de producción que a su vez
producen espacio.
Sin embargo Lefebvre (2013) indica que esto no es solo en un proceso ascendente y
unidimensional, sino que por el contrario, se encuentra enmarcado en un proceso dialéctico en
47
donde no hay relaciones sociales sin espacio y no hay espacio sin relaciones sociales. Así
pues, el resultado de estas relaciones produce el espacio, pero el espacio por sí mismo es
quien produce las relaciones sociales. Harvey (1994) afirma que:
[…] las sociedades tienen que cambiar, y cambian. Tales cambios han sido siempre asociados
con las mudanzas en los modos en que el espacio y el tiempo se constituyen. Y ello plantea el
problema no sólo de documentar las diferentes formas históricas y geográficas en que el
espacio y el tiempo se han conformado, sino también la comprensión exacta de cómo tales
cambios tienen lugar (p, 4).
Esos cambios los analiza en dos órdenes, una en donde una clase dominante impone su
concepción de espacio y tiempo a otra clase que es sometida; y la otra, en donde pueden tener
lugar los segundos. Esto quiere decir que la primera es donde hay una dialéctica convencida
de la producción al orden del espacio, expandido por las relaciones de producción y la
ideología de una clase por encima de otra; y la segunda es donde se levanta una protesta
dentro de la sociedad, observando que la misma no es homogénea sino heterogénea y las
condiciones objetivas de la construcción social del espacio demandan inmediatez en la
obtención de la producción.
Lo cierto es que mediante esas concepciones entendemos que el espacio está en constante
construcción, que es fuente de una dinámica de producción sobre la cual –valga la
redundancia- se producen nuevas expresiones que se levantan en el seno de las
contradicciones y superaciones de la realidad modelada por la sociedad, la economía y el
espacio, pero que, como Harvey (1994) nos muestra más detalladamente, también contrae la
lógica del tiempo, que no puede ser separada de ninguna manera del espacio en constante
producción. Esto es importante de recalcar ya que, dependiendo de las dinámicas temporales,
hay una expansión o concentración en la producción propia del espacio, a la vez que estas
responden a lo que sus expresiones demandan en un proceso dialéctico (lógico) e histórico
(temporal).
En conclusión se refleja que el espacio es una construcción social, que obedece a las fuerzas
de producción que se dan en distintos niveles, siendo el primero la actividad del hombre sobre
la naturaleza y sobre el tiempo, así las cosas, las constantes crisis en los sistemas económicos
48
(en principio vitalicios y que van a generar valores de uso) se expanden, y su contradicción
genera nuevas formas de expansión no solo económica y productiva, sino geográfica. Así
pues, cabe señalar que estas tensiones además de generar un nuevo modelo productivo,
también inician formas más sofisticadas de producción de espacio y por ende de sentido, ya
que, las condiciones sociales y materiales de existencia condicionan al hombre a producir
conforme a la dinámica de inputs y outputs, con lo cual las formas de la naturaleza se recrean
conforme se asalten en sus posibilidades y cambios correlaciónales.
3.3. ACUMULACIÓN, UNA FORMA DE PRODUCCIÓN DE ESPACIO.
Como se afirmó anteriormente, cada sociedad produce un espacio determinado. Así las
cosas, y como asevera Lefebvre (2013) el capitalismo produce espacio urbano11
. Esta lógica
permite entre otras, la forma de cómo se produce en dicho sistema, ya que el capitalismo
propende a la realización de centros fabriles, industriales, centrales de abastecimiento,
centrales de distribución y de vivienda que logren catalizar el orden racional de las
necesidades humanas en el momento en que se desplieguen las fuerzas de producción y las
relaciones sociales de producción. Conforme con esto, una serie de análisis confieren a la
investigación un soporte en el cual se indicará en qué medida la producción obedece
principalmente al esquema de acumulación y sobreacumulación de capital, y por supuesto
cómo estas formas de acumulación ofrecen una producción sistemática y estructural del
espacio urbano.
3.3.1. Acumulación, sobreacumulación y estructuras de espacios geográficos.
Harvey (2005; 2007) afirma que la comprensión de la estructura espacial obedece
principalmente a la naturaleza del capital, así pues, la estructura de acumulación demuestra
cómo se producen espacios geográficos y distintos tipos de localización respecto al
crecimiento económico en las relaciones espaciales. Es en la teoría de Marx en donde se
indica que “[…] el crecimiento en el capitalismo sitúa la acumulación de capital en el centro
de las cosas. La acumulación es el motor que mueve el crecimiento bajo el modo de
producción capitalista. El sistema capitalista es, por consiguiente, fuertemente dinámico y
11
El autor afirma que no es que otro tipo de sistemas de producción no lo hayan hecho, sino que en el capitalismo
existe una profunda inclinación hacía la producción de espacio principalmente urbano.
49
expansivo; forma una fuerza permanentemente revolucionaria que de manera continua y
constante remodela el mundo en que vivimos” (Harvey, 2007, p, 256). Es allí en donde el
espacio-tiempo garantiza que la clase dominante indique la forma de producir las estructuras
del espacio puesto que hay una „acumulación por acumulación‟ y una „producción por
producción, que es la fórmula histórica de la burguesía‟ Harvey (2007).
El autor, manifiesta entonces que para que exista una crisis del capital debe haber:
a. „Existencia de un excedente de trabajo‟, materializado en un ejército de trabajadores de
reserva.
b. „Existencia de cantidades de medios de producción para la reinversión‟
c. „Existencia de un mercado que absorba las crecientes cantidades de mercancías producidas‟.12
Así pues las fases de producción quedan completas en el momento de distribución, consumo
y reinversión. Esta crisis interna del capital genera un problema de sobreacumulación en la
producción y una gran ventaja de beneficios para el capitalista, disminuyendo salarios con lo
cual la capacidad de compra de la masa social no obtiene un costo/beneficio alto, no obstante
el capitalista acumula para sí un gran excedente. “Las crisis periódicas deben en general tener
el efecto de ampliar la capacidad productiva y renovar las condiciones para una nueva
acumulación” (Harvey, 2007, p, 259). Esto tiene un carácter dialéctico, puesto que habría una
acumulación que dibuja un nuevo comportamiento en la dinámica interna del capital, ya que
las crisis por acumulación obligan a poner en circulación el capital excedente buscando la
forma de que sea más productivo. En ese escenario se observa que hay:
a. Una productividad mejorada de trabadores a partir de la mejora técnica de capital fijo.
b. Reducción del costo del trabajo, por tanto, habría un excedente en la acumulación.
c. Nuevas líneas de capital excedente invertidas que elevan la rentabilidad.
d. Aumento de la demanda para los productos. Primero en la industria de bienes- después en
toda mercancía.
Esto lleva sin duda a la diversificación de las estructuras capitalistas preexistentes a nuevos
escenarios de producción, ya que crea nuevas necesidades sociales, porque se generan nuevas
12
Parafraseado de Harvey (2007, p, 257).
50
líneas de producción-mercancía-consumo, una acumulación en la población y, por último –y
por ello, toda esta explicación- una expansión geográfica. El autor afirma que las primeras
tres están en la esfera de la actividad social continua que renueva la acumulación y, las dos
últimas, llevan al “tema de la organización espacial y la expansión geográfica como producto
necesario del proceso de acumulación” (Harvey, 2007, p. 260). Estas primeras etapas tienen el
nombre de intensificación, mientras que, las dos últimas reciben el nombre de expansión
espacial. Así entonces “[…] entre más se dificulta la intensificación, más importancia
adquiere la expansión geográfica para sostener la acumulación de capital” (Harvey, 2007, p.
260).
3.3.2. Relación entre la Teoría de la acumulación con la producción de estructuras espaciales.
Para esta parte debemos entender que la “circulación de capital realiza el valor, mientras
que el trabajo vivo crea valor” (Marx, citado por Harvey 2007, p. 261). Hay dos tipos de
aspectos en el valor que circula, el físico del movimiento de las mercancías que va del punto
de producción al consumo directo, y el costo real derivado del tiempo empleado y mediciones
sociales -cadenas de flujos- necesarios para que las mercancías lleguen al usuario. Marx
afirma que el primero al ser parte del proceso de producción, produce valor. Los segundos son
costes de valor necesarios que no producen ningún valor, así pues es un plusvalor, porque el
capitalismo no paga por ellos (Harvey 2007, p.261).
Harvey (2007) afirma que cuando se vende la localización es producto de valor, ya que
pertenece a la producción puesto que la mercancía está totalmente terminada cuando llega al
mercado. En la lógica de transporte, existe un capital fijo –carreteras e infraestructura-, que se
produce bajo algunas excepciones y es el Estado quien lo monopoliza, es allí bajo ésta
pretensión, que los mercados se expanden, por tanto, hay una ampliación del mercado
geográfico como un factor estratégico. Así entonces este marco de comunicación, que
expande el mercado, también expande y produce las realidades geográficas para el
intercambio de mercancías. Este aspecto es importante de analizar puesto que integra una
doble relación: la primera, construye nuevos espacios para la acumulación de capital cuando
después de una crisis, existe ese excedente que debe ser reinvertido –expansión geográfica-; y
por otra, existe una producción de espacios urbanos centrales –es decir, concentrados-, que se
51
gestan en torno a la producción y las fuerzas desplegadas, generando centrales urbanas y
conglomeraciones industriales que reproducen las relaciones sociales. Allí inicia una
racionalización geográfica que depende de la estructura del transporte, de la demanda de la
materia prima y la comercialización de la industria (Harvey, 2007).
Este aspecto de la doble relación intenta esbozar formas sobre las cuales se maximizan los
gastos de inversión del capital excedente en espacios geográficos determinados por su gran
factor estratégico, no obstante, ante algunas resistencias sociales gestadas en el seno de éstos
espacios, el capital maximiza su capacidad de inversión (muchas veces con deuda pública),
para que éstas tensiones disminuyan puesto que la economía experimenta de nuevo vicios de
salud financiera y social. Con ello se abre la posibilidad de construcción de proyectos
urbanísticos, absorbiendo no solo la capacidad de mano de obra, sino también con el fin de
estimular otros gremios productivos (no únicamente trabajadores de las obras, sino
trabajadores en materias primas, insumos de construcción, creación de parques industriales,
etc.) que superan la expectativa del tiempo sobre el obstáculo que representa el espacio. Este
capital fijo e inmóvil, representa en términos de durabilidad una estela de brillo, que con una
nueva crisis de sobreacumulación debe de nuevo ser destruida, subutilizada y re-producida.
Harvey (2005) lo concluye de la siguiente manera:
[…] el capital, en su proceso de expansión geográfica y desplazamiento temporal que resuelve
las crisis de sobreacumulación a la que es proclive, crea necesariamente un paisaje físico a su
propia imagen y semejanza en un momento, para destruirlo luego. Esta es la historia de la
destrucción creativa (con todas sus consecuencias sociales y ambientales negativas) inscripta
en la evolución del paisaje físico y social del capitalismo (p, 103).
Al generarse una nueva etapa de crisis, marcada por voraz desarrollo expansivo geográfico
que agota las posibilidades de una mayor expansión geográfica de orden físico, puesto que en
ese proceso dialéctico, se agota necesariamente el espacio (físico), el capital debe idear
nuevas formas de acumular y así expandir mercados, necesidades y productos. Es en este
proceso, en donde se resuelve ir hacia las áreas ya consolidadas para volverlas a re-producir.13
13
Esta „destrucción negativa‟ precisamente es la que acoge la obsolescencia de las áreas urbanas centrales en la
urbe latinoamericana, y particularmente en Bogotá en la zona de estudio, ya que la depresión de ese entramado
52
3.4. ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN: Una alternativa para la expansión geográfica.
Se entiende por acumulación por desposesión a una forma alternativa de acumulación que
usa métodos no convencionales que variando las intenciones logran ser internos o externos a
la lógica del capital. Harvey (2005), explica que Marx en su teoría de acumulación atiende a
los valores intencionados del liberalismo clásico, como la competitividad, la propiedad
privada, la acumulación con base en la generación de mercancías, etc. Sin embargo, también
habla de modelos primitivos de acumulación que son asociados a los medios de desigualdad
social, rapiña capitalista y por supuesto el uso violento para la extracción de valor de fórmulas
primigenias de propiedad. En ese orden Marx confirma que este esquema de acumulación se
da por criterios internos de los modos de producción. Sin embargo, Rosa de Luxemburgo,
cuestiona que estas son formas externas de acumulación por parte del capital, usando métodos
de violencia colonialista, que generan nuevos mercados para la subsistencia y apertura de
nuevos focos de expansión mercantil en el sistema capitalista. Harvey (2005) afirma que ante
la imposibilidad de llamar a esto un capitalismo primigenio o primitivo, lo llama
acumulación por desposesión.
En el campo geográfico, esto se traduce en:
[…] la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones
campesinas; la conversión de diversas formas de derechos de propiedad – común, colectiva,
estatal ,etc.– en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes
comunes ; la transformación de la fuerza de trabajo en mercancía y la supresión de formas de
producción y consumo alternativas ; los procesos coloniales, neocoloniales e imperiales de
apropiación de activos ,incluyendo los recursos naturales; la monetización de los intercambios
y la recaudación de impuestos, particularmente de la tierra; el tráfico de esclavos; y la usura, la
deuda pública y, finalmente, el sistema de crédito (Harvey, 2005, p. 113).
En la contemporaneidad, esta fórmula de acumulación tiene dos instituciones como ejes
centrales: el Estado y el sistema financiero. El primero puesto que con el monopolio de
violencia y las definiciones de legalidad, obtiene el suficiente poder para respaldar y
físico obedece a un momento de creación de otros espacios, sin embargo, al entrar en crisis, se debe re-producir
este espacio con intereses de circulación de capital en espacios denigrados y que deben ser construidos a falta de
otros espacios. Este aspecto fue tomado en el capítulo anterior.
53
promover procesos de esta naturaleza. Este curso se logra ver en la geografía histórica en los
procedimientos de desarrollo capitalista en donde los derechos de propiedad eran
transgredidos para así, fragmentar las posesiones geográficas de un grupo humano, y expandir
los mercados, acumulando capitales fijos. El capital financiero bajo el sistema crediticio,
propicia de forma abierta la depredación, el fraude y el robo. Además:
Las promociones bursátiles, los esquemas de Ponzi, la destrucción estructurada de activos a
través de la inflación, el vaciamiento a través de fusiones y adquisiciones, la promoción de
niveles de endeudamiento que aun en los países capitalistas avanzados reducen a la
servidumbre por deudas a poblaciones enteras, por no mencionar el fraude corporativo, la
desposesión de activos (el ataque de los fondos de pensión y su liquidación por los colapsos
accionarios y corporativos) mediante la manipulación de crédito y acciones, todos estos son
rasgos centrales de lo que es el capitalismo contemporáneo (Harvey, 2005, p. 114).
Con esto podemos ver que no solo los bienes materiales, sino también los inmateriales son
despojados de esta forma, ya que, el sistema de patentes y la iliquidez de algunos sistemas
financieros, logran privar y despojar a las personas (en condición masificada) de sus derechos
de propiedad, y por tanto de su capital inicial. En ese orden, multinacionales y grupos
empresariales encuentran en esta forma de acumulación una forma alternativa para manejar
de forma alterada, tanto estructuras de patentes (pertenecientes al capital cognitivo e
intelectual), como yacimientos mineros y fuentes hidrográficas, de tal forma que asalta dos
tipos de espacios: el físico geográfico y el del pensamiento. Un ejemplo de estas nuevas
dinámicas de desposesión, se suelen ver por un lado en el capital cultural, donde la música,
artículos de internet, entre otros, cuentan con permisos para su uso. Pero en el marco de lo
que nos convoca en esta investigación, lo podemos ver en la privatización y corporativización
de servicios de saneamiento, servicios de agua, cercamiento de áreas comunes en espacios
anteriormente de uso público, esto en el marco del uso mancomunado de estas dos fuerzas
institucionales.
Esto se da en el campo de lo urbano, en la medida que, como ya se vio, la producción social
del espacio en tiempos del capital, propende sin ninguna duda a la creación de espacios y
áreas urbanas, así entonces, se logra asegurar que estas áreas cuentan con un fenómeno
importante de acumulación, sobre todo para proyectos de alto impacto, que implican una gran
54
inversión so pena de la misma sobreacumulación en el sistema capitalista. Hay que decir
además, que el Estado, auspicia estos proyectos, no solo con el aparataje jurídico y del
monopolio de la fuerza, sino además con el endeudamiento de gasto público, por tanto, para
un proyecto como „Estación Central‟, el Estado promueve un fuerte endeudamiento fiscal,
con el fin último de lograr no únicamente una „reacomodación especifica de las áreas
urbanas‟, sino también estimular formas de expansión de capital, producción de capital fijo en
torno a las dinámicas de transporte que imprimen una usual tendencia a la concentración e
incorporando iniciativas de producción que se acumulan en las ciudades (para el caso
específico Bogotá) con el fin de una expansión mercantil, en doble función con la
acumulación de espacios de capital fijo, además de interactuar con los flujos de información.
Entonces, allí es cuando la acumulación por desposesión (tanto violenta –en el caso de
habitantes de calle-, como financiera y destructora de espacios por subutilización, además de
las disposiciones legales que se alzan) es una alternativa válida, para generar nuevos paisajes
urbanos, con los cuales, se tiende a la corporativización y privatización de la vida urbana, la
generación de sectores exclusivos y la valorización del suelo, a costa de una menor inversión
por terreno –área construida-. Es decir, que la desposesión logra convertir un terreno con un
valor relativamente bajo, en uno cuya proyección es alta, sin necesidad de invertir grandes
cantidades de capital en la compra de terrenos, además de aprovechar la ya instaurada
estructura urbana en los procesos de racionalización del mismo.
Ahora bien, ya nos hemos concentrado en las formas de acumulación del capital para la
producción del espacio, por tanto, es menester pasar a lo que indica la planificación urbana,
teniendo como antecedente tanto el cómo se produce espacio en sistemas capitalistas
(haciendo una abstracción) y bajo qué circunstancias de producción se gestan de forma
concreta, bajo los procesos de acumulación.
3.5. ESPACIO URBANO Y PLANIFICACIÓN URBANA.
Para el profesor Harvey (1977), las expresiones espaciales logran tener unas características
importantes a la hora de evaluar el espacio desde lo que es, lo que habita en él y las relaciones
que se gestan allí. Las relaciones sociales en el espacio bajo el sistema capitalista, encuentran
modos y formas de explicarse, aunque la comprensión de las mismas logra ser demasiado
55
intrincadas a la hora de exponer una sola relación. Sin embargo al momento de formular una
teoría, él afirma que, “la verificación se lleva a cabo por medio de la práctica, lo que significa
que la teoría es práctica en un sentido muy importante. Cuando la teoría se convierte en
práctica a través de su uso, entonces y sólo entonces se puede decir que realmente ha sido
verificada” (Harvey, 1977. p. 5). Por tanto, a la hora de evaluar los asuntos urbanos es
importante encontrar nociones que estén pasadas por el ejercicio práctico de las elaboraciones
conceptuales propuestas anteriormente. Así pues, esta investigación propende por entender a
lo urbano y sus conceptualizaciones bajo la siguiente observación:
Inicialmente, el urbanismo es considerado como una «cosa en sí» que puede ser entendida
como tal (en el su-puesto de que podamos superar las barreras que, con respecto a su análisis,
han sido puestas por la fragmentación disciplinaria y el imperialismo académico). […] el
urbanismo aparece como un punto panorámico desde el que podemos captar algunos rasgos
sobresalientes de los procesos sociales que operan en la totalidad de la sociedad, es decir, se
convierte, como si dijéramos, en un espejo en el que se reflejan otros aspectos de la sociedad.
[…] La supresión de la diferencia entre producción y distribución influye también sobre el
modo de plantear el estudio del urbanismo. Así pues, la preocupaci6n inicial por el urbanismo
como «cosa en sí» va transformándose en una preocupación por todas las facetas del hombre,
la sociedad, la naturaleza, el pensamiento, la ideología, la producción, etc., construidas
alrededor del concepto de un urbanismo definido de modo relacional. Así pues, el urbanismo
nos proporciona un lazo de unión entre problemas importantes pero aparentemente dispares.
La complejidad del urbanismo no debe ser atribuida a una complejidad inherente a los
fenómenos que estudia, ya que refleja simplemente nuestra capacidad para tejer una intrincada
trama de argumentos alrededor del concepto de urbanismo (Harvey, 1977. p, 9).
Así pues tenemos una tarea importante, la de develar el espacio urbano no simplemente
como concepción, sino también como una preocupación de la vida contemporánea, de las
relaciones intrínsecas en él y por tanto los objetos de su valor relacional.
Sí se sigue la linealidad hasta ahora propuesta, encontramos que el espacio urbano, es por
así decirlo, la producción social planeada racionalmente por el capital para la vida en la
contemporaneidad. Se señala esto con el fin de enfrentarnos a conceptos mucho más
elaborados e inicialmente más provistos de sentido. Sin embargo, al señalar esto, se debe
56
decir que lo urbano es complejo, y que una sola denominación sería un despropósito teórico.
Pero al indicar un rasgo denominador común se podría seguir ese trazo con el fin de
determinar, de la manera más argumentativa y holística, qué se entiende por esto. Este rasgo
característico es el de una tendencia productiva previa al espacio constituido, es decir, la
planeación como marco referencial de lo que puede instituirse como un proyecto urbano. Así
entonces comenzaremos por ello.
3.5.1. Conceptos y crítica de la planificación urbana: Debilidades y aportes.
Harvey (1977) afirma que la capacidad de lograr un conocimiento mediado no solo por la
ciencia, sino también por la experiencia está denotada por el manejo de lo que él denomina
como conciencia espacial o geografía imaginaria. Esta, interpela por el conocimiento entre
los sujetos y la realidad socio espacial que los separa, pero a su vez, los congrega. Con ella, se
indica el factor pleno de las relaciones en y con el espacio, acogiendo no solo los valores
morales consientes plenos de la ideología dominante dentro del sistema de producción, sino
también, los esquemas inconscientes que son capaces de atribuir con fuerza las nociones
proporcionadas a su estructura histórica, social, cultural, psicológica y antropológica. El autor
afirma entonces que:
Esta imaginación permite al individuo comprender el papel que tienen el espacio y el lugar en
su propia biografía, relacionarse con los espacios que ve a su alrededor y darse cuenta de la
medida en que las transacciones entre individuos y organizaciones son afectadas por el espacio
que los separa. Esto le permite conocer la relación que existe entre él y su vecindad, su zona o,
utilizando el lenguaje de las bandas callejeras, su «territorio». Le permite juzgar sobre las
importancia de acontecimientos que suceden en otros lugares (en el «territorio>> de otros
pueblos), juzgar si son importantes o no para él, dondequiera que se encuentre, los avances del
comunismo en Vietnam, Tailandia o Laos (p, 17).
Esta conciencia espacial o imaginación geográfica, es parte integral de toda teoría general
de ciudad y para la construcción de una planeación urbana, puesto que, busca interpelar por
un profundo método educativo, en primer lugar, e investigativo en segundo, lo cual refleja el
carácter disciplinar (referida a la geografía) e interdisciplinar (diligenciada por disciplinas
como el urbanismo, la sociología, la arquitectura y la historia), lo cual permite navegar sobre
los procesos y estructuras sociales que producen sentido, respecto a la ideal y concreción de
57
ciudad. Aun así Harvey (1977) sienta una crítica puesto que a pesar de estos elementos, los de
la imaginación geografía y la conciencia espacial que están presentes en las disciplinas vistas,
la sociología se comprueba como artificial a la hora de evaluar y producir la estructura de
ciudad. No obstante, el autor refleja la importancia de autores como Piaget, Lynch, Doxiadis,
Howard, entre otros14
, que contribuyen desde distintas disciplinas, a la forma en la cual se
construye el sentido complejo de las relaciones sociales y la conciencia espacial, que a su vez
esquematizan y ahondan en métodos de comprensión de esta realidad, sujetas a fenómenos
como el de la conciencia, las etapas de desarrollo, la psicología, la naturaleza social, regional
y urbana, y, por consiguiente, establecen parámetros metodológicos de investigación valiosos
para la comprensión de la ciudad.
Estas variables del entendimiento de la ciudad como núcleo, pero de los asuntos urbanos
como una parte de la estructura, no solo refleja el carácter liado de la configuración teórica,
sino también, expresa las múltiples nociones conceptuales que aparecen –o aparecieron en su
momento- con el fin de trazar una línea aprensiva de la clasificación y estudio de las
realidades presentes. Harvey (1977) expresa que en un primer momento, las formas espaciales
eran entendidas simplemente en el organigrama trazado para la construcción de plataformas
económicas, donde el espacio encerraba el eje contenedor de las relaciones en los procesos de
producción. Es así como:
El espacio era simplemente una variable más dentro del sistema conceptual creado
originalmente para análisis económicos que no tenían en cuenta el espacio. Los especialistas
en temas regionales y, sobretodo en la economía regional todavía muestran una cierta
predilección por la economía en detrimento del espacio. Sin embargo, la planificación urbana,
que siempre ha estado dominada por el primario elemento de trabajo que es la mesa de dibujo
y, en particular, por el proceso de copiar dibujos de los mapas (instrumento decepcionante
como ninguno). Se encontraba completamente inmersa en los detalles de la organización
espacial humana referentes a la utilización del terreno (Harvey, 1977. p, 19).
Harvey (1977) es mucho más contundente en su crítica, al indicar que hasta el momento, el
pensamiento en torno a la planificación urbana adolecía tanto de una conciencia espacial que,
al momento de conjugar situaciones elementales de la vida social, los planeadores urbanos
14
Ver urbanismo y desigualdad social, Harvey (1977, p, 18) para observar las referencias bibliográficas.
58
(muchas veces presionados por situaciones políticas) pasaban por alto el hecho de que
existían condiciones sociales que debían suscitar una mayor atención. Así pues, y citando la
obra de Webber, invita a tomar “[…] tomar una mayor conciencia de los procesos sociales.
Considera vital que el planificador renuncie a <<cierta doctrina profundamente arraigada que
busca su método en modelos extraídos a partir de mapas, cuando, por el contrario, éste se
esconde dentro de una organización social extremadamente compleja >> (Harvey, 1977. p,
19). Así pues, la idoneidad de los proyectos sobre el campo de lo urbano, están mediados por
la capacidad de pensar, releer, comprender e interpretar la estructura urbana solo bajo las
necesidades propias de unas relaciones sociales. Harvey (1977), y así se concluye con esta
parte, afirma que: “toda estrategia que quiera tener éxito debe tener en cuenta que la forma
espacial y los procesos sociales son diferentes modos de pensar acerca de una misma cosa.
Por consiguiente, debemos armonizar nuestro pensamiento acerca de ellas, o, por el contrario,
continuaremos creando estrategias contradictorias para solucionar los problemas urbanos.” (p,
20), y se debe agregar que con el fin de evidenciar un marco conceptual claro el autor dice:
“El tema central debe quedar claro: el único marco conceptual adecuado para comprender los
fenómenos urbanos es aquel que toma sus fundamentos tanto de la imaginación sociológica
como de la geográfica” (p, 20).
Así pues, se logra concluir con varias apuestas para los análisis en proyección en el espacio
urbano (particularmente) y de la ciudad, con lo cual, la apuesta está en obtener los valores
requeridos no solo desde una linealidad demarcada por la lógica superficial de algunos
elementos específicos, sino que, por el contrario, se puede ahondar en todos aquellos saberes
que técnicos o no, despejan la mirada hacia una construcción estructural del espacio, en
donde, se fije en las relaciones productivas, las relaciones sociales, la conciencia espacial, la
virtud interdisciplinar, y los conceptos que escapan a las inferencias convencionales. Esto con
el fin no solo de problematizar las relaciones en la producción del espacio, sino también
afinar esta construcción con las necesidades básicas del ser humano y su entorno como
totalidad convencional.
59
Castells15
, basado en los análisis de Lezama (2010) confiere además de lo ya mencionado,
unas características propias a la planeación urbana, siendo estas las del orden ideológico,
jurídico y simbólico. Al ser el espacio urbano un producto histórico, le concede a la estructura
urbana la proyección y la extensión de la estructura social misma, así entonces en el interior
de lo social se reflejan aspectos marcados de una intención jurídico-política, en donde, el
ordenamiento social, transforma las formas de proyección urbana a partir de todo un aparataje
de planificación urbana, que es en sí mismo el sistema de prácticas sociales –acción de clases
sociales y agentes urbanos- en el seno mismo del sistema de proyección. Estos asuntos se
vinculan mucho más a lo que Castells, cataloga como una matriz estructural y una de orden
político, donde la primera responde a una lógica de determinación y la otra a una de orden
coyuntural –atravesada por una lucha de clases-. Aun así Castells encuentra una deficiencia al
indicar que para entrar en asuntos de planeación urbana, primero se debe entender
analíticamente que es lo político y la acción política. Esto vinculado a la planeación urbana en
un primer momento, y a los movimientos sociales en el segundo, en el interior de las
dinámicas del Estado.
Esta matriz infiere un comportamiento que debe ser validado por las corrientes de las
ideologías en la sociedad, es así como, el autor, levanta un criterio triado entre la política, la
ideología y la comunicación para ofrecer un sentido espacial urbano, en donde el símbolo se
convierte en una fuerza productora de sentido, pero además “el espacio urbano aparece como
una pantalla reestructurada permanentemente por una cambiante simbólica; dichos cambios
operan por las transformaciones que tienen lugar en los contenidos ideológicos que, a su vez,
resultan de las prácticas sociales que ocurren en lo urbano” (Lezama, J.L. 2010, p, 266) con lo
cual se explaya un nuevo horizonte de producción que se escapa a las formas nominales de la
historia, la geografía, la sociología, etc., y que se recuperan en las prácticas mismas de orden
social. Eso lleva a Castells a indagar entonces una definición del sistema urbano.
Para integrar esta búsqueda conforme a la planificación urbana, habría que decir que
Castells, no solo busca conciliar los elementos políticos, ideológicos, sociales (elevados al
orden institucional) y comunitarios, sino también hace una contribución importante que es la
15
Toda vez que se hable de Castells en este trabajo, se asocia a la lectura hecha por Lezama (2010) de la obra del
autor francés.
60
anexión de la técnica. Este autor llama a reflexionar para entender que en lo urbano se debe ir
de lo general a lo particular, y ello produce elementos de especialización estructural
específicos sobre las relaciones sociales (Lezama, JL. 2010, p, 267). Así entonces, una
intención es ver lo económico, lo jurídico-político y lo ideológico en unidad misma de la
estructura social.
Entonces, cuando accedemos a la técnica, es cuando los niveles del Estado, se alzan en
presencia de llevar a instancias administrativas problemas de orden global en la forma de la
planificación urbana, es decir, en donde se ve la conjunción estructural. Castells (Citado por
Lezama, JL, 2010, p. 276), afirma que las contradicciones en presencia del Estado entre esta
triada, convergen como un „ordenador de la vida cotidiana‟, esto bajo una forma
predeterminada del espacio. Entonces, la gestión y el sistema de planificación urbana,
convergen respecto a los diseños de planificación que se suscriben, y ello lleva a conflictos
inevitables.
En conclusión, “la planificación aparece, así, como gestora del cambio social. Pero la
planificación urbana no es un elemento de cambio social, sino de dominación, de regulación
de las contradicciones” (Castells 1977. Citado por Lezama, JL, 2010, p. 276). Como se puede
ver entonces, la triada converge no para indicar un carácter de síntesis al problema sino para
establecer una crítica de los elementos que se catalizan en el estado racional de las cosas en
materia espacial y urbana, y más aún en tratar de encubrirla con una forma neutra y técnica al
fenómeno. Por tanto la siguiente parte de este capítulo, logra establecer un entendimiento de
qué es la Renovación Urbana desde la técnica, y de igual forma establecer unos elementos
críticos.
3.6. RENOVACIÓN URBANA Y PLAN PARCIAL: RENOVACIÓN EN LA CIUDAD.
Tanto como existen definiciones sobre espacio urbano, existen definiciones de ciudad. Por
ello, esta investigación hará uso de dos definiciones que logran sintetizar lo que en la
propuesta integra, no sin que estas mismas definiciones logren contraponerse, sino por el
contrario, logran un balance y complementariedad. La primera la abstraemos de Castells, en
donde, “la ciudad, […] aparece como un producto histórico, no sólo en su materialidad física,
sino también en su significado cultural” (Lezama, JL, 2010, p. 276). Es así como existe una
61
apuesta a la forma espacial expresa de una sociedad „históricamente definida‟. Por otro lado,
también se retoma la definición citada por Harvey (2013) al sociólogo Park en el que afirma
que,
La ciudad es el intento más coherente y en general más logrado del hombre por rehacer el
mundo en el que vive de acuerdo con sus deseos más profundos. Pero si la ciudad es el mundo
creado por el hombre, también es el mundo en el que está desde entonces condenado a vivir.
Así pues, indirectamente y sin ninguna conciencia clara de la naturaleza de su tarea, al crear la
ciudad el hombre se ha creado a sí mismo (p, 19-20).
Esta definición es pertinente hacerla en este punto, ya que es en la ciudad donde se
materializan la planeación urbana, es decir, donde la creación coherente del hombre se
estructura, se construye conforme su historia, sus relaciones y su autoconciencia en juego con
la razón. Además, la enunciación esclarece un punto fundamental y es que, como
materialización, la ciudad logra bajo el proceso social mantener y orientar el sentido
económico, político, religioso, tecnológico, etc., es decir, es la instrumentalización misma de
la dinámica estructura social. En ese sentido y abogando por ello, se concentran algunas
definiciones de renovación urbana en la ciudad, haciendo manejo de las fuentes oficiales de
ordenamiento jurídico como también de quienes legitiman tales aportes, y de igual forma,
algunas consideraciones críticas respecto a las mismas.
3.6.1. Norma y definición de la renovación urbana.
El ejercicio de revisión normativa atraviesa una de las variables en donde se logra definir en
propiedad y para efectos legislativos, administrativos y judiciales, además de los
característicos por el soporte técnico, con los cuales se puede actuar en derecho. Así pues la
ley 9 de 1989 en su artículo 39 define la renovación urbana como:
(…) aquéllos dirigidos a introducir modificaciones sustanciales al uso de la tierra y de las
construcciones, para detener los procesos de deterioro físico y ambiental de los centros
urbanos, a fin de lograr, entre otros, el mejoramiento del nivel de vida de los moradores de las
áreas de renovación, el aprovechamiento intensivo de la estructura establecida de servicios, la
densificación racional del área de vivienda y servicios, la descongestión del tráfico urbano o la
conveniente rehabilitación de bienes históricos y culturales, todo con miras a una utilización
62
más eficiente de inmuebles urbanos y con mayor beneficio para la comunidad (Ley Nacional 9
de 1989)16
.
A su vez, el Distrito, apropia en normatividad algunas consideraciones puntuales teniendo
en cuenta las particularidades de su gestión, las necesidades de su territorio y sus propias
características económicas, sociales, culturales, políticas, etc., el artículo 373 del decreto 190
del 2004, define la renovación urbana como:
(…) aquel que busca la transformación de zonas desarrolladas de la ciudad que tienen
condiciones de subutilización de las estructuras físicas existentes, para aprovechar al máximo
su potencial de desarrollo, zonas que se encuentran en una de las siguientes situaciones:
deterioro ambiental, físico, o social; conflicto funcional interno o con el sector inmediato;
potencial estratégico de desarrollo de conformidad con el modelo de ordenamiento adoptado
por este Plan17
(Decreto Distrital 190 del 2004).
Esto, recalca Corredor (2012), abre un cúmulo de posibilidades en donde se ejerce un
proyecto de renovación urbana. Aun así la ley Nacional 388 de 1997 manifiesta que los
espacios de renovación urbana son objetivos en tanto sea propicio el proyecto observando las
características de potencial, allí caben aquellos que sean susceptible de nuevos equipamientos,
sistema de transporte masivo, planeación, malla vial, etc. Sin duda es indispensable también
observar que: “de acuerdo con esta directriz, el Plan de Ordenamiento Territorial, Decreto 190
(compilado de los Decretos Distritales 619 de 2000 y 469 de 2003), define la renovación
urbana en tres niveles: como política, programa y tratamiento; establece en su Art. 374 las
modalidades de aplicación del método, que son el redesarrollo y la reactivación” (Corredor,
2012).18
Esto se enfrasca a unas metas de emprendimiento con valor ordenativo de la configuración
urbana, en efecto si bien las zonas son obsoletas, muchas de ellas suelen estar ubicadas en
puntos estratégicos de la ciudad. Ante esta posibilidad, Arazo (2011) nos dice que:
16
Citado por Corredor, 2012, p. 2. 17
Citado por Corredor, 2012, p. 3. 18
Para efectos de profundización, ver el decreto Nacional 2181, Art 4. Donde se disponen etapas: Formulación y
revisión, concertación, consulta y adopción. Ver: Presentación del plan parcial Estación Central 2012. www.
Sdp.gov.co.
63
Sin embargo, la dinámica de crecimiento periférico y la tendencia de los mercados
inmobiliarios no promueven de manera espontánea la renovación y aprovechamiento de estas
áreas de la ciudad; por su parte, la administración pública carece de iniciativa, políticas claras
e instrumentos precisos, que incentiven y garanticen la ejecución de programas de renovación
urbana o control y seguimiento de las tendencias de mercado para promover nuevas dinámicas
antes que se dé el fenómeno de obsolescencia (p. 23)
Por otro lado observamos programas de ejecución y creación de proyectos exitosos en
materia de renovación. Por esto Arazo (2011) habla de una práctica efectiva para la
renovación urbana, ésta contempla la coordinación y planeación en las actuaciones y que
logren extenderse en el tiempo. La responsabilidad del sector público está en crear programas
de ejecución y coordinación del proyecto, además de ser el supervisor del mismo. Este sector
a su vez, se compromete con programas que eviten la obsolescencia del suelo, que garantice
los consensos y la participación democrática, además de la estabilidad social igualmente de
atraer a la inversión privada y que cualifique el entorno urbano. Por su parte el sector privado
funge como el principal inversionista de los planes, garantiza la rentabilidad económica
generando que se acabe (o regule) la especulación en el conjunto inmobiliario. El diseño será
el catalizador del espacio físico urbano y las relaciones que se cumplirán allí, por tanto éste
será quien determine la estrategia de gestión de una ciudad consolidada. Así pues lo
económico será base de la sustentación de la renovación urbana según Arazo (2011),
puesto que las propuestas de marketing en el sector privado reactivan el mercado y el valor
inmobiliario en las estrategias de gestión. Así pues se crean nuevas necesidades que la
masificación del mercado y la puesta en escena de reconstrucción en sectores reactivados
económicamente, harán de la localización antes obsoleta, un centro de crecimiento de las
actividades económicas ahora con un carácter cualificado. Esto se garantiza a partir de
subsidios a la inversión:
Uno de los principales obstáculos a la inversión privada en áreas de renovación urbana, es el
mayor riesgo (real o percibido) que enfrentan los inversores interesados en ellas. Ese
obstáculo se ha superado modificando el perfil de riesgo-retorno de las inversiones privadas, a
través de Las áreas centrales mecanismos de política económica y fiscal como incentivos
tributarios o subsidios directos, y la promoción de la acción concertada de los actores públicos
y privados (Potter, M 1999. Citado por, Arazo, 2011, p, 28 y 29).
64
Al ser esta una investigación que indaga en específico un plan parcial de renovación urbana,
cabe la pena aclarar que se entiende por este, así pues, se define de igual forma desde la
norma y algunos autores que se entiende por esto.
3.6.2. Definiciones de plan parcial.
En efecto, existen estrategias puntuales sobre las cuales se llevan a cabo procesos de
renovación urbana. Por supuesto, la renovación urbana para efectos de gestión,
administración y planeación es un concepto bastante amplio de aplicar, con lo cual para
delimitar a sitios puntuales de las áreas y proyectos susceptibles a renovaciones y cambios, se
puntualiza en la figura de planes parciales de renovación urbana. Estos, cuentan con
herramientas técnicas y tecnológicas, de gestión y administración, de política pública y capital
privado y por supuesto de una serie de protocolos. Una de las definiciones propuestas es la
vinculada a:
[…] aquellas acciones orientadas a dotar de nueva estructura a un determinado sector, pero
adecuando la subdivisión de suelo existente a la propuesta integral para radicar nuevas
actividades urbanas y generar nuevas modalidades de ocupación de suelo, pues se trata de
zonas con alta obsolescencia física, con usos de suelo inadecuados para las actuales demandas
económicas y de una alta valoración social para el desarrollo urbano (Cabrera, 2013, p. 2)19
.
Esta cita abarca no la totalidad de la renovación como un todo, sino que va acompañada de
divisiones que permiten ser concretos al momento de intervenir en el territorio.
Dentro de las definiciones en el plano jurídico, vale la pena enunciar algunas que nos darán
un análisis más sustancial en la medida que aterrice su marco formal a uno más concreto.
Estas son: los artículos 51, 58, 67, 72, 79, 82 y 334 de la Constitución Política de Colombia,
entre los cuales se ratifica el derecho a la propiedad privada, la vivienda digna, ambiente
sano, los derechos culturales y el uso del suelo regulado. También el documento del
ministerio de medio ambiente, vivienda y desarrollo territorial, en un escrito del año 2005,
reafirma la autoridad del Estado para reconocer derechos de propiedad y de construcción, con
esto se blinda a los sectores Estado, sociedad civil y empresa de unos derechos sobre la
tenencia de la tierra y su carácter social. Así mismo, otro marco jurídico que es perentorio
19
Esta definición la usa parafraseando a López (2010).
65
para la enunciación, es el artículo 39 de la ley 9 de 1989, quien define los proyectos de
renovación urbana y sus planes parciales. En el marco de las trasformaciones para las zonas
desarrolladas es importante el artículo 313 del decreto 190 de 1994, que busca transformar
estas zonas, que están subutilizadas de las estructuras físicas que allí existen. Por último, la
E.R.U –Empresa de Renovación Urbana- del 2012, con lo cual se refiere al “[…]
reordenamiento de la estructura urbana estratégicamente ubicada que han perdido
funcionalidad, calidad habitacional, deterioro de sus actividades o degrado del espacio
libre o edificado” (Acosta, 2014. p, 8) (Negrita puesta en resalto).
El autor sugiere una perspectiva conceptual que da cuenta de un aspecto jurídico sobre qué
es un plan parcial:
(…) el instrumento más importante del sistema urbanístico colombiano: concentra la
articulación entre la planeación y la gestión del suelo; y constituye la base para la gestión aso
ciada de terrenos y la definición de mecanismos concretos de financiación con base en el suelo
Maldonado Copello, Pinilla Pineda, Rodríguez Vitta y Valencia Dávila (2006, p. 79.Citados
por Acosta, 2014, p. 8)
Pero para efectos de la norma, la ley, el establecimiento de parámetros formales, el autor se
rige por el artículo 31 del decreto distrital 190 de 2004, en su título III “Estrategia integral de
aplicación de instrumentos de gestión del suelo previstos en las leyes 9 de 1989 y 338 de
1997” donde se establecen los soportes para la generación de nuevos usos urbanos o
transformación de los mismos previamente existentes, con el fin de garantizar condiciones de
habitabilidad y protección de la estructura ecológica previniendo y confrontándolos con el
Plan de ordenamiento territorial (Acosta, 2014).
El plan de ordenamiento territorial nos define la institución del plan parcial como,
“instrumentos mediante los cuales se desarrollan y completan las disposiciones de los planes
de ordenamiento, para áreas determinadas del suelo urbano y para áreas incluidas en el suelo
de la expansión urbana, macro proyectos u otras operaciones urbanas especiales de acuerdo
con las autorizaciones emanadas de las normas urbanísticas generales en términos previstos
de la presente ley.” En Bogotá el marco normativo Distrital, también manifiesta en el artículo
31 del Decreto Distrital 190 de 2004 establece que:
66
Los planes parciales son los instrumentos que articulan de manera específica los objetivos de
ordenamiento territorial con los de gestión del suelo concretando las condiciones técnicas,
jurídicas, económico-financieras y de diseño urbanístico que permiten la generación de los
soportes necesarios para nuevos usos urbanos o para la transformación de los espacios urbanos
previamente existentes, asegurando condiciones de habitabilidad y de protección de la
Estructura Ecológica Principal, de conformidad con las previsiones y políticas del Plan de
Ordenamiento Territorial.
Con esto, se delimita una serie de elementos formales que dan cuenta algunas referencias
para la elaboración de proyectos con un carácter integral respecto a su contenido e
implementación. Acosta (2014) afirma que la más acertada dentro de estas definiciones es la
del Decreto Distrital, ya que logra cobijar una interpretación de la norma de manera más
concreta.
Las características del plan parcial son tres; actores involucrados, que a su vez se dividen
en tres; en primer lugar un proponente que es el que tiene la iniciativa de presentar el proyecto
y ser ponentes en el proceso de planeación en las comunidades, en segundo lugar, las
entidades estatales, que intervienen en los criterios de delimitación en estos se encuentran
algunas instituciones puntuales, y en tercer lugar los propietarios y vecinos; espacio físico,
corresponde al área de construcción en la delimitación del espacio urbano donde se va a
desarrollar el proyecto, esto tiene un marco de análisis en el artículo 19 de la ley 388 de 1997;
financiamiento, esto comprende los dineros para la financiación del plan por tanto vincula la
intervención de inversión de capitales públicos y privados dirigidos a la obtención de un plus
valor para la adquisición de mejor calidad de vida. Así pues, se establecen dos momentos uno
anterior al plan, donde hay un capital privado y público, y otro posterior donde entran los
agentes de compra del proyecto en predios y arrendamiento en el sector comercial. De igual
forma, vecinos y propietarios del predio que pueden intervenir en la financiación del
proyecto.
Allí se ve la posición dialéctica de la relación entre proponente y propietario puesto que se
evidencia que el primero es un agente de expropiación del segundo. La financiación se piensa
a partir de estudios de rentabilidad en la zona donde se proyecta el plan parcial. Ello produce
un efecto en la gentrificación que a partir del diccionario de geografía humana se define
67
como: “asentamientos de clase media en propiedades renovadas o reconstruidas, ubicados en
antiguos distritos al interior de la ciudad, anteriormente ocupados por una población de
menores ingresos.”20
.
3.6.3. Renovación urbana y planes parciales, una mirada crítica.
Como se anunció en el capítulo anterior, la debilitación de las áreas centrales obedece a un
proceso de obsolescencia de los espacios que anteriormente ostentaron una importancia vital
para la vida de las ciudades, Harvey (2007; 2005) critica que esta posición se deba a un
elemento natural de las ciudades y la vida urbana, sino que, como ya se ha visto, el capital al
generar sus propias contradicciones y crisis, evidencia en las áreas centrales de las ciudades
nuevas formas de expansión del capital. La acumulación se hace más importante en la medida
que la forma de adquisición del capital fijo (predios, infraestructura, etc.) se hace de forma
violenta o aduciendo a artimañas jurídicas. Esto lo evidencia Rojas (2004) cuando afirma que
es la renovación urbana una forma de expandir y vincular nuevas fuerzas de trabajo, además
de estimular el la inversión internacional en ciertos complejos urbanos.
Rojas (2004), que escribe para el Banco Interamericano de Desarrollo anuncia que existen
varios ejemplos de cómo la renovación urbana en efecto, llego a un buen término en ciudades
como Paris –en Europa-, Quito, Buenos Aires, entre otras ciudades de Latinoamérica. No
obstante, se desdibuja el hecho de cómo se adquiere validez sobre la cual la estructura social
moviliza sus fuerzas de producción, en donde (muchas veces por despojo o especulación
sobre el valor del suelo) se limita al aspecto técnico del proyecto, pasando por alto la
problemática social y el derecho de los ciudadanos a esos espacios. Uno de los valores sobre
los cuales el autor anuncia que es importante los procesos de renovación, es que sin duda es
un factor de crecimiento de toda índole, a saber: económico –en la medida en que se sientan
nuevas posibilidades de mercado respecto al predio, el valor de uso, y el capital fijo, de flujos
–permitiendo una apertura hacia la movilidad y renovación de infraestructura- paisajístico –ya
que se embellecen las zonas anteriormente denigradas. Pero la cuestión es ¿a qué costo?
Algunos autores de la escuela radical evidencian que a un costo social importante, ya que,
no solamente existe un despojo del valor, sino también una desintegración del tejido social
20
Citado por Acosta, 2014, P, 12.
68
establecido en las zonas de renovación. A su vez, la obsolescencia presente no solo renueva el
capital físico, sino que genera zonas de exclusión en torno a la especulación misma del suelo.
Así al momento de la inversión, queda en entredicho si de verdad el factor de renovación y
embellecimiento del entramado urbano (para este caso en áreas centrales) genera ciertamente
un equilibrio social y cultural en las zonas donde se lleva a cabo tales proyectos. El periodo
de acumulación fácilmente queda para un consumo determinado, siendo las clases medias
quienes pagan esta oferta, mientras que el capitalista sigue –a fuerza del ciclo crisis bonanza
crisis- sobre-acumulando. Por su parte, las capas inferiores de la sociedad deben desplazarse,
generando procesos de gentrificación, cambio de las actividades productivas y por último,
pauperización de su consecuencia vital.
Finalmente, hay que expresar que las causas teóricas sobre las cuales se establecen estas
dinámicas, obedecen no a una idea conspirativa sobre la cual se fijan en muchas
oportunidades las ideas sobre la producción capitalista de espacio urbano, concentrado en
proyectos urbanísticos de esta envergadura, sino que aducen a la forma sobre la cual el mismo
sistema se encarga de asimilar y solventar sus crisis. En ello se encuentra, que una posición
crítica es saber qué límites en la producción de espacio se deben establecer entre el hombre y
la naturaleza, entonces allí, la necesidad de volver a las áreas centrales es imperativa. No
obstante existen dilemas que se sientan y complejizan aún más el debate entre unas posiciones
y otras.
69
4. CAPÍTULO IV: MÉTODO, METODOLOGÍA Y RESULTADOS.
4.1. DISPOSICIONES METODOLÓGICAS.
Este apartado presenta las disposiciones metodológicas las cuales ordenan la investigación en
uno de los criterios más importantes para cualquier ejercicio de indagación. Bajo esa consigna,
se asumen aquellos elementos que de forma sistemática presentan un balance del quehacer
científico para este caso enmarcado en la investigación social, con un fuerte componente de la
disciplina geográfica en el análisis urbano, sumado a los elementos epistemológicos y teóricos
abordados en el capítulo anterior. Por tanto se presenta el diagnóstico y la ruta metodológica que
alimenta la investigación.
4.1.1. Método alternativo y método concreto abstracto concreto
Metódicamente, la investigación se entiende como el proceso de carácter científico
convencional que soporta su dominio a partir del conocimiento histórico y conceptual; así pues,
la sistematicidad y la disposición metodológica apunta a asumir un horizonte crítico en la
comprensión e interpretación del proceso de renovación urbana en el centro de Bogotá,
especialmente en el marco del plan parcial “Estación Central”, siendo ésta reflejo de la realidad a
investigar. Con el fin de llegar a la cualificación de ese escenario, el fenómeno social que se
hace evidente aquí es fundamental para entender el, análisis, interpretación y comprensión del
mismo. En consecuencia, la investigación será de corte cualitativo exploratorio interpretativo, en
el que“[…] captar el conocimiento, el significado y las interpretaciones que comparten los
individuos sobre la realidad social que se estudia y es definida como producto histórico, es decir,
validada y trasformada por los mismos sujetos” (Bonilla y Rodríguez, 1997, p. 52); Asimismo,
con el fin de generar un orden sistémico, se interpela por unos niveles, siendo estos a) uno
exploratorio e interpretativo, b) uno de significado social, c) sujeto a los cánones de
comprensión, d) de carácter inductivo, e) estructural y no estructural, f) ideográfica, g)
socialmente construida por los miembros de la sociedad, g) Textual y detallada (Bonilla y
Rodríguez, 1997, p. 51).
Sin embargo, la investigación también toma algunas técnicas que pueden llegar a ser
catalogados como cuantitativas, ya que su uso refiere a especificar en términos de cantidad,
sistematicidad y variabilidad algunos datos que le son importantes y esenciales a la indagación.
70
En ese sentido, debe entenderse que según como lo explican los profesores Páramo y Otálvaro
(2006) las distinciones entre métodos son en dados casos nocivas a la hora de exponer un criterio
investigativo, de lo que se sigue, que toda la validez se debe soportar en la postura
epistemológica que le es imperante a la indagación. Para ello, Páramo y Otálvaro (2006)
establecen que:
[…] al centrarse en las técnicas de recolección y análisis de la información, más que en los
supuestos epistemológicos, se oscurece el aspecto central de la confrontación entre paradigmas de
investigación. Se acepta que los métodos de recolección de datos no están necesariamente ligados
con un tipo particular de paradigma y, por consiguiente, se ha visto recientemente en las ciencias
sociales un movimiento hacia una aproximación ecléctica en el uso de los métodos que tiende a
rechazar su estrecha relación con los paradigmas, a favor de una más amplia cantidad de
información que puede obtenerse mediante el uso de diversos métodos de recolección de
información (p. 1).
Bajo esta premisa, los autores consideran que las ciencias sociales han encontrado en las
distinciones -muchas veces equivocadas entre lo cualitativo y lo cuantitativo-, una presunción
por manejar datos en un orden dado, dando preponderancia en la mayoría de las veces al
primero, ignorando “[…] que muchas veces se confunde una estrategia investigativa con un
instrumento o técnica de recolección de información” (Páramo y Otálvaro, 2006, p. 2). En ese
orden de ideas, se precisa entonces que la distinción que hay para la de recolección de
información cualitativa y cuantitativa encuentra un error conceptual en sí mismas, al observarse
en sí como formas inequívocas de método, por tanto, la dicotomía entre una y otra es total.
Así pues, partiendo del hecho que tanto lo cualitativo, como lo cuantitativo, en realidad no es
más que un medio para la recolección de información, las precisas y verdaderas distinciones se
dan, según el autor, en la forma en cómo se analiza la información recabada. Para ello se precisa
un el estatuto epistemológico que encuentra la real distinción. Páramo y Otálvaro (2006) afirman
que:
Para el investigador es importante reconocer que las técnicas, tanto cualitativas como
cuantitativas, pueden usarse conjuntamente con el argumento que el uso combinado de
técnicas de recolección y análisis de información aumenta su validez, concepto no exclusivo
71
de la investigación tradicional, y contribuye además a la solución de problemas, cuando se
trata de investigación orientada a la transformación de la realidad (p, 4).
Además, como lo manifiestan los autores, es importante observar que todos los datos
cuantitativos están a juicio del investigador, por lo tanto, el principio axiológico de los datos
está permeado por la mirada de quien desarrolla el ejercicio de indagación. Asimismo,
cualquier dato cualitativo logra encontrar una sistematicidad matemática, con lo cual, se
logra mejorar los análisis. (Páramo y Otálvaro, 2006). En síntesis a la hora de observar este
argumento, se sostiene que:
[…] la interpretación de los datos es siempre cualitativa, así se tengan datos numéricos o
estadísticos, y lo cualitativo no existe en esencia, en la medida en que la información
recolectada igualmente debe ser categorizada de alguna manera para su interpretación y, allí,
la separación entre hechos y juicios valorativos resulta un artificio simplista. Adicionalmente,
esta división tiende a desaparecer en la medida que el software que se ha desarrollado
recientemente, por ejemplo, combina datos cualitativos con cuantitativos; tal es el caso de las
Escalas Multidimensionales MSA, SSA (Páramo y Otálvaro, 2006, p. 4).
En ese orden de ideas, la investigación presentada, supera esa dicotomía al proponer
estrategias que retoman ambos criterios para la recolección de información, es decir, que en
términos de los autores, se puede denominar que la investigación aduce a un método
„alternativo‟ de investigación. No obstante, como éstos señalan el método no depende de lo
instrumental –es decir de la forma en la que se adquiere la información y su posterior
sistematicidad-, sino que depende de la postura epistemológica de los paradigmas o posturas
filosóficas. En ese caso, quien definirá esencialmente la postura metodológica de la
investigación es la epistemología usada en la misma, con el fin de ordenar su análisis.
Así que lo anteriormente dicho, Páramo y Otálvaro (2006), asumen que la distinción
epistemológica u ontológica es la que enfrenta al sujeto y su capacidad de conocer. Es donde
encontramos que se levantan algunas disposiciones críticas respecto a un paradigma
integrador, sin por ello, construir un propio criterio de cómo se ha de construir ciencia de
manera análoga a como lo hizo el positivismo. En ese sentido, Marx, Kuhn, Lakatos, Popper,
etc., ofrecen una crítica a la forma en cómo se construye el conocimiento científico, mientras
72
que, por ejemplo la teoría crítica observa el carácter ideológico y social de la construcción de
ese saber.
Entonces encontramos en lo último mencionado la forma cómo se erige el método que será
aplicado en la investigación, es decir, más allá de la técnica y el instrumento, el método se
resuelve en la identificación epistemológica. De este modo la investigación opta por “el
método que va de lo abstracto a lo concreto”, en el que "las abstracciones conducen a la
reproducción de lo concreto por la vía del pensamiento" es definido por Marx como "el
método científico correcto". Es un método específico que "sólo es para el pensamiento la
manera de apropiarse del concreto, de reproducirlo bajo la forma de pensamiento concreto"
(n.a, s.f., p, 6). Esto otorga una fiabilidad crítica con respecto a la investigación tradicional, ya
que en síntesis, de lo que se ocupa es de la esencia del fenómeno referido a las razones
sociohistóricas de su producción, es decir, del objetivo analítico de la producción social del
espacio para el presente caso. Para ello es importante ofrecer una referencia del método
concreto-abstracto-concreto, ofertado por la teoría marxista, en donde:
[…] el pensamiento avanza de lo concreto a lo abstracto, lo cual no significa un
alejamiento del objeto, sino un acercamiento al mismo. En esa medida, las
abstracciones científicas "reflejan la naturaleza de la sociedad en forma más profunda,
completa y veraz. De la percepción vivida al pensamiento abstracto y de éste a la
práctica: Tal es el camino dialéctico del conocimiento de la realidad" (n.a., s.f, p. 7).
Como conclusión, la parte de la concreción queda reflejada en el concreto-pensado, toda
vez que se dilucida la reconstrucción teórica manifestada en donde la definición y
comprensión del fenómeno queda resuelta, es decir, la forma sobre la cual se presenta la
producción social del espacio a la luz de las complejidades espaciales e históricas presentes
en la zona de estudio.
4.2. TÉCNICAS, INSTRUMENTOS Y FORMA DE SISTEMATIZACIÓN.
Con el fin de recoger los fines de la investigación asociados a cada uno de los objetivos
específicos de la misma, se ha diseñado el siguiente cuadro con dichos elementos.
73
Tabla 1. Técnicas instrumentos y sistematización.
Objetivos Específicos Técnica Propósito Instrumentos Sistematización
1. 1. Caracterizar el centro
de Bogotá, en particular
la zona de estudio.
• Revisión
documental.
(Particularmente los
documentos de
soporte técnico del
proyecto).
Decreto 325 de
1992: “por medio
del cual se dictan
disposiciones
generales sobre los
usos urbanos, las
condiciones de su
funcionamiento en
los
establecimientos, la
clasificación de las
actividades según
los distintos grupos
y clases de usos.”
• Levantamiento de
uso de suelo.
Observación
• no participante.
Estos tres
instrumentos están
encaminados
en tres ejes: el
primero, presentar
la proyección
logística y de
planeación; la
segunda, confirmar
la información y
levantar nuevos
datos sobre el
estado actual del
terreno, usos y
flujos; y, por
último, observar y
reconocer los
sujetos en el área de
estudio, para su
comportamiento y
comprensión.
• Tabla de
clasificación y
establecimiento
para uso del
suelo urbano. • Estructura de
diario de campo.
• • Observación
selectiva y
enfocada de la
morfología
urbana.
• Elaboración
cartográfica (Mapas
complementarios a
los oficiales, con
información
recolectada por
medio de las tablas
de clasificación y
establecimiento s
para uso del suelo
urbano).
2. Identificar
procesos de
renovación
urbana que
existen en el
área objeto de
investigación.
• Observación no
participante. (Estos serán de
soporte técnico
cruzados con
análisis de
documentos
investigativos
científicos).
• • Fotografía.
• • Revisión
documental.
En este espacio, se
vinculan las tres
técnicas con el fin
de sistematizar la
información en
donde, en primer
lugar, los
documentos de
soporte técnico
reflejan la
perspectiva del
Distrito con
respecto a la
renovación, la
segunda detalla la
estructura
• Diario de Campo.
• Observación
selectiva y
enfocada en
relaciones
poblacionales y
económicas
presentes en el
área de estudio Cámara. Matriz de
selección de
información socio
espacial. Esta será
transversal al
Matriz de
análisis.
Ficheros
fotográficos.
74
vinculante de la
observación, y la
tercera compara los
alcances del
proyecto y el estado
actual del mismo.
ejercicio de
observación.
3. Comprender el
proceso de
renovación
existente en el
lugar de
estudio.
Encuesta.
Entrevista
semiestructurada
Bajo este objetivo,
indican tres factores
de potencial
información; en el
primero, analizar
como el proyecto en
su estructura técnica
entiende el
contenido social. El segundo analizar
como el contenido
social entiende al
proyecto. Vincular miradas
especializadas al
proceso dentro del
espectro Proyecto
sociedad civil.
• Cuestionario de
preguntas de
selecciones
múltiples y
abiertas.
(Esta tendrá el
énfasis a
transeúntes y
personas que
realizan sus
actividades
laborales como
estudiantiles en la
zona de
investigación)
• Protocolos de
entrevista.
(Residente del
área de
investigación y
trabajador de la
zona).
Tabulación de
encuestas.
Transcripción de
la grabación de
audio.
4. Interpretar la
producción
social del espacio en la
zona de
estudio.
Análisis
multivariado del
método cualitativo
de investigación.
(Crítico)
El propósito
del informe
final es sistematizar
e interpretar la
información teórica
y de campo,
logrando concretar
los aspectos
referentes a la
proyección social
que tienen los planes
parciales, y más
particularmente el
plan parcial Estación
Central, instaurado
en el Plan Zonal del
Centro de Bogotá.
• Graficas
descriptivas del
desarrollo de la
información. • Documento
formal final.
Documento.
75
En ese sentido, retomar las estructuras metodológicas fundamentales para la investigación,
reflejan el carácter objetivo y teórico que la misma ofrece, por tanto, los sistemas de alcance
veraz logran un nivel de verificabilidad en relación con los objetivos anteriormente
propuestos.
4.2.1. Revisión documental, observación y elaboración cartográfica.
Con el fin de alcanzar al primer objetivo, la investigación hace uso de distintos instrumentos
para lograr la caracterización de la zona de estudio. En primer lugar, la revisión documental ha
sido un denominador común a lo largo de toda la investigación, de éste se desprende el capítulo
dos que funge como balance de investigaciones asociadas al tema desarrollado, al igual que el
planteamiento teórico. No obstante, en lo que concierne a la caracterización del centro de Bogotá
y en particular a la zona de estudio, la investigación se enfocó en documentos de soporte técnico
y documentos normativos que han aportado una visión formal de la planeación urbana.21
Además se suma a ello la observación, que está dada en dos niveles, el primero obedece
íntimamente a la implicación morfológica y de flujos en la zona, asociada a panoramas físicos,
como por ejemplo, cambios en la dinámica de sentidos vehiculares, adelantos en las obra, tanto
al interior como contiguas al área de investigación, etc. Para ello se hace uso de dos formatos
con dichas especificidades, y que a la luz de tales balances, encuentran un aspecto que logra
construir nuevos datos a la hora de caracterizar la zona.22
En un tercer momento, el apoyo cartográfico sirve no sólo como una ayuda visual para
localizar la zona de estudio, sino para ofertar análisis válidos con los cuales se instauran
elementos asociados a la acumulación, dinámicas socio-espaciales, la construcción y producción
social en el espacio. Allí se hace uso de los Sistemas de Información Geográfica y los datos del
2016 del IDECA, con el fin de obtener de esa base de datos una caracterización y posterior
compresión propicia de la realidad respecto a los planes. Además, el uso de las SIG se plantea de
manera análoga y paralela a la formalidad de la norma, esto con el fin de evidenciar una
posibilidad crítica, uniforme y certera de la renovación urbana. Ésta se verá reproducida a lo
largo de los resultados y se divisará en conjunción con dichos análisis.
21
Para consultar la totalidad de decretos, leyes, acuerdos y resoluciones correspondientes a este esfuerzo, observar el
anexo 1. 22
Observar el anexo 2.
76
4.2.2. Encuesta, entrevista y observación. El asalto cualitativo.
En efecto la observación –al igual que la documentación- es un ejercicio permanente en campo
y transversal a las distintas etapas de la investigación. No obstante, este proceso en las dos
primeras fases investigativas debe llevar un orden y procedimiento. En ese sentido la
investigación se ha inclinado por la llamada observación sistemática, ella “se fundamenta en
procesos estandarizados para obtener datos y donde generalmente se requiere definir categorías y
unidades de conducta que van a ser observadas y desarrollar estrategias de medición” (Páramo,
2013, p. 171). Dicha técnica representa una ventaja importante dado el carácter de la
investigación, puesto que extiende el campo de acción no sólo a los objetos enclaustrados en el
espacio (variables físicas), sino a las conductas de quienes desarrollan actividades y sobretodo,
producen espacio. Es en ese horizonte donde la observación se focaliza en aspectos socio-
económicos de la zona de estudio.23
Acompañado de este ejercicio y vinculado con la observación, la investigación hace uso de una
herramienta denominada como tabla de uso de suelos urbanos, esta permite desplegarse en
medida del levantamiento de suelos en la zona, sin embargo allí se juega con la norma, puesto
que por el Decreto 325 de 1992 se dictan disposiciones generales sobre los usos urbanos, además
se clasifican y reglamentan actividades según los grupos o usos que se le den a los lugares, así se
logra una distinción más idónea de la zona según el enclave y los servicios que prestan.24
Posteriormente, el ejercicio que demandó un análisis significativo desde la recolección de
información cualitativa y cuantitativa, ha sido la encuesta. Ella está desarrollada en tres niveles,
como lo muestra el formato de consentimiento25
, en primer lugar se inicia con preguntas que
incluyen información demográfica, en segundo lugar, se cuestiona sobre el tránsito y actividades
en el centro de Bogotá y más particularmente en la zona de estudio, además se interroga si la
persona reside en el sector que comprende el área. Con ello se busca observar las frecuencias de
flujos en el centro y particularmente las actividades que las personas desarrollan. Además se
evidencia sí existe un conocimiento de lo que es o implica un plan parcial de renovación urbana,
y sí conocen el de “Estación Central”, ello con el fin de evidenciar un análisis cualitativo que
será visible en la fase de resultados.
23
Ver Anexo 3. 24
Ver Anexo 4. 25
Ver Anexo 5.
77
Finalmente respecto a la entrevista, como argumenta Sanmartin (2003) en el texto observar,
escuchar, compra, escribir: la práctica de la investigación cualitativa, funge como un proceso
que necesita algunos elementos asociados al tipo de informantes de los cuales se requiere la
información, a su vez, es fundamental entender el área (realidad) en la cual los sujetos
entrevistados se mueven. Así entonces, los actores allí presentes están diferenciados por unos
roles, que presentan un panorama social diferente al del entrevistador, así pues el entendimiento
de estas incidencias, reflejan y posibilitan una fase de preparación de la información que se toma
sin viciar la misma. En ese sentido, un primer momento es el descubrimiento de una posición de
necesidades enmarcadas en un espacio concreto, lo que involucra entonces establecer qué
preguntar. Ello está mediado por una interacción social que representa una posición entre el
entrevistado, el entrevistador y la pregunta, la última como mediadora. Para dicho fin, Sanmartin
(2003), propone una fase de preparación, porque no solo supone las preguntas, sino integra al
entrevistado y el escenario, que también se debe preparar. Adicionalmente, se encuentra en esta
fase, un formato de consentimiento26
(firmado sólo por una entrevistada, otros dos sujetos, a
pesar de conceder entrevista, dispusieron resistencia tanto a la grabación de voz como a la
firma). Además se establece una guía de preguntas que sirvió como derrotero para la preparación
de la información que era necesaria para la investigación.
Por último, cabe destacar que estos recursos serán de nuevo abordados en la fase de
sistematización de la información con el fin de fijar qué resultados se generaron. También, este
apartado da cuenta de la forma en que método y metodología encuentran una simetría para el
alcance de los objetivos, para posteriormente, llegar a conclusiones certeras sobre la producción
social del espacio y la afección critica que supone un desarrollo social de la mano de los planes
de renovación urbana, basados en la desposesión en el área objeto de estudio, particularmente del
lugar que comprende “Estación Central”.
4.3. ANÁLISIS DE LA RENOVACIÓN URBANA EN „ESTACIÓN CENTRAL‟.
4.3.1. CARACTERIZACIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO.
La siguiente caracterización se aplica con el fin de tener una visión holística de la zona de
estudio. En ella, la investigación tendrá en cuenta factores elementales, como lo son: la
localización, la orientación, la situación y el emplazamiento de la zona de estudio. Para ello, la
26
Ver anexo 6.
78
disertación se vale de herramientas como los sistemas de información geográfica, como también
se tiene en cuenta en gran medida la observación, y los documentos que condensan algunas
disposiciones históricas, y particularmente para la zona de estudio en la cual se encuentra
enclaustrado el proyecto de “Estación Central”, se tendrá en cuenta el documento de soporte
técnico del mismo.
4.3.1.2. Localización, orientación, situación, ubicación y emplazamiento. Santa Fe y Los
Mártires.
La zona se encuentra ubicada como ya se ha manifestado en las localidades de Santa Fe y Los
Mártires27
. Así pues, permitiremos en un primer momento un paneo sobre ambas localidades, ya
que estas no solo determinan las disposiciones técnicas y administrativas del plan, sino que
generan una visión geográfica propicia de la zona.
En primer lugar, la localidad de Santa Fe – es la que más dispone suelo para la ejecución del
plan-, se encuentra ubicada en el centro de la ciudad, limita al norte con la localidad de
Chapinero, al sur con las localidades de San Cristóbal y Antonio Nariño, al oriente con el
municipio de Choachí y al occidente con las localidades de Teusaquillo y Los Mártires.
(Secretaria de planeación, 2009, p. 14). Esta localidad, cuenta con una extensión total de 4.517
hectáreas (ha), de las cuales 3.820 ha. están catalogadas como área protegidas, y 697 ha.
pertenecen a suelo urbano. (Ibídem). Así entonces, encontramos que esta localidad es una de las
que más presenta suelo protegido, ubicados al oriente de la ciudad, correspondiendo a los „cerros
orientales‟.
Conforme a lo anteriormente dicho, la localidad de Santa Fe cuenta con dos unidades de
elevación: al occidente, denominada zona baja o plana, y al oriente, la cadena montañosa,
compuesta por formaciones sedimentarias de rocas arenosas, duras y resistentes a la erosión y
por rocas arcillosas y blandas. Además, en la localidad se encuentra una fuente hídrica
importante la ciudad, que nace desde las zonas altas del oriente, y al caer hacia el occidente
conforman ríos como lo son Teusacá, el Arzobispo y el San Francisco. Además, las
microcuencas que allí se encuentran ofrecen en la zona alta de los cerros orientales un paisaje
húmedo, siendo este producto de la condensación de agua del bosque de niebla en las zonas altas
27 Ver Mapa 1. Ubicación de las localidades: Plan Parcial Estación Central. Coordenadas 74° 3‟ 50” W 4° 37‟ 35” N.
79
de la localidad que están por encima de los 3.200 msnm. (Secretaria de planeación, 2009, p. 16).
Ésta parte alta, refiere básicamente al área protegida.
Mapa 1. Localización Estación Central en Bogotá.
Fuente: Elaboración propia, usando el software ARCGIS versión 10.3.1 y datos de IDECA 2016.
Con respecto a su zona urbana –por defecto la zona baja- se observa un uso de suelo
principalmente residencial en la parte oriental (barrios como la Macarena, la Perseverancia, las
Cruces, Egipto, son muestra de ello) mientras que en la parte occidental, hay una prevalencia por
el uso comercial (como lo es el caso de la zona de estudio). Además, en la zona céntrica, se
ubican gran una alta concentración de edificios de instituciones administrativas, culturales y
educativas.
80
Históricamente, la localidad de Santa Fe adquiere un importante valor a la hora de efectuar un
análisis de la ciudad de Bogotá. Ya que es en éste sector encierra gran parte de la historia de la
ciudad, así mismo, también fue eje dinamizador de la expansión urbana. En efecto, se afirma
que:
Su historia se remonta a la época de la Colonia en la que se construyeron casas y viviendas de
estilo rústico-español que configuraron los primeros asentamientos en el centro de la ciudad: en
Santa Bárbara, Las Cruces, Las Aguas, La Veracruz, La Capuchina, Las Nieves, Santa Inés, San
Bernardo. Se destaca el surgimiento del primer barrio obrero, La Perseverancia (Secretaria de
planeación, 2009, p. 8).
Reconstruyendo esta génesis, encontramos que la localidad recibe su nombre debido a una
ciudad en España de igual nombre, tierra de procedencia del primer conquistador en pisar estás
tierras, Gonzalo Jiménez de Quesada. Además:
Cada capitán, al pasar por la isla La Española, recibía un modelo o croquis para la fundación de
poblados, denominado “cuadrícula”, el cual era entregado por don Nicolás de Obando, con
instrucciones sobre las características de las ciudades, las cuales debían crecer alrededor de la
plaza mayor, en donde confluían la iglesia, la casa de gobierno, el cabildo y las residencias de los
notables. La expansión se producía por el sistema calles igualmente distanciadas y cruzadas en
ángulo recto para formar así manzanas cuadradas, llamadas cuadras; lamentablemente, no se
conoce el plano original de esta ciudad; quizás porque don Gonzalo nunca se detuvo en La
Española; razón de más para entender el planeamiento desordenado, un tanto al margen de la
“cuadrícula” de Obando. Lo que sí tuvo el fundador fue claridad para hacer una ciudad
“mesopotámica”, es decir, en medio de dos ríos: el San Francisco y el San Agustín. La
organización de los tybines o residencias indígenas influyó mucho en la distribución de la tierra
de encomenderos que rodeaba la ciudad, la cual, según norma, establecía como requisito que la
colectividad debía tener buena provisión de agua, tierra de labranza, bosques y aire. La
importancia de sus habitantes estaba directamente relacionada con su proximidad a la plaza
mayor. Las primeras modificaciones urbanísticas se produjeron en 1541 con la aplicación de las
técnicas europeas de construcción traídas por Gregorio López; la primera casa de tapia pisada
perteneció a Antonio de Olaya. Un tercer avance se produjo con el techo de teja implantado por
Pedro Colmenares. (Secretaria de planeación, 2009, p. 9).
81
Esto muestra groso modo las particularidades morfológicas de las construcciones que se
asientan en la zona, al trasegar en años posteriores, encontramos entonces que “los barrios que
hoy día hacen parte de la localidad se fueron formando en los años posteriores a este primer
crecimiento urbanístico, y fueron asiento, años después, de bohemios, poetas, hippies y
pintores.” (Secretaria de planeación, 2009, p. 9). Es sobre esta base que se inicia un crecimiento
que como vimos en el capítulo II¸ en el siglo XIX y XX tiene un crecimiento exponencial debido
a las lógicas de industrialización y poblamiento debido a factores asociados a la violencia en las
áreas rurales del país.
Respecto a la localidad de Los Mártires -que alberga una menor cantidad de suelo disponible
para los fines del proyecto, pero que sí recibe un alto impacto respecto a su área de influencia-,
está ubicada en la zona céntrica28
de la ciudad. Limita al norte con la localidad de Teusaquillo, al
sur con la localidad de Antonio Nariño, al oriente con la localidad de Santa Fe, y al occidente
con la localidad de Puente Aranda (Secretaria de Hacienda, 2004, p. 11). Con respecto al número
de hectáreas, la localidad de Los Mártires ostenta un número mucho menor que la de Santa Fe,
teniendo la primera 654, 58 h. Donde sólo el 8, 83 es suelo protegido, además de no contar con
áreas de expansión urbana, ni suelo rural, con lo que se puede afirmar que el uso de suelo de ésta
localidad ya está desarrollado. Con respecto a Santa Fe, la localidad de Los Mártires no tiene
elevaciones montañosas, por lo tanto su suelo es plano y con pequeñas ondulaciones.
Históricamente Los Mártires, recibe su nombre a aquellos próceres que mueren en el periodo
de la independencia y qué fueron puestos al fuego español por parte del pacificador Pablo
Morillo y el Virrey Sámano. Como se afirma en los documentos oficiales:
Estos hombres y mujeres fueron abatidos en la Huerta de Jaime, hoy conocida como parque de
Los Mártires. Allí se honra, entre otros, a Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos, Camilo Torres y
Antonio José de Caldas. En su memoria fue erigido en 1850 un obelisco en el que se lee: “Es
dulce morir por la patria” (Secretaria de hacienda, 2004, p. 9)
Además de ello para el año de 1825, se crea por disposición de las autoridades nacionales y
el cabildo de la ciudad el Cementerio Central ubicado en esta localidad y que en principio, fue
utilizado como centro de sepulcro para los ingleses como reconocimiento a la legión británica
28
Nótese que aquí no se habla propiamente de la zona central de la ciudad, sino de un área céntrica, es decir,
contigua al centro tradicional de Bogotá.
82
que apoyó las luchas de independencia. Adicional a ello, el cementerio se convierte en fuerte
dinamizador en la zona del barrio Santa Fe de la localidad de Los Mártires, puesto que formó
puestos de empleo debido al panorama urbanizador que se generó entradas las primeras décadas
del siglo XX. Dentro de los hitos no sólo arquitectónicos sino también históricos de esta
localidad, se encuentra el parque Los Mártires que fue centro de la vida “señorial, pueblerina y
pintoresca” (Secretaria de Hacienda, 2004, p. 9). Al costado sur de la misma, la iglesia del Voto
Nacional, que fue un terreno privado en su construcción en el año de 1891 y ahora pertenece a la
orden de los claretianos. También en ese sector, se encuentra el edificio en el que funcionó la
Facultad de medicina de la Universidad Nacional antes del proyecto de ciudad universitaria, y el
batallón de guardia presidencial. También en la localidad hay hitos como la Estación de la
Sabana, construido entre 1913 y 1919 y que fungió como el principal conector intermunicipal de
la Bogotá moderna de principios del siglo XX; Plaza España, muestra del comercio mayorista de
la capital debido a la cercanía de la Estación; Paloquemao como centro de abastecimiento
agrícola y colegios que son valiosos históricamente para la localidad, como el Agustín Nieto
Caballero.
Al evaluar ambas localidades de acuerdo a estas características, encontramos no solo
diferencias en el tamaño de la zona, y su situación respecto al lugar que ocupan en la ciudad,
sino también elementos que les son afines. Para ello, enunciaremos algunos de los más
sustanciales con el fin de indicar aspectos sociales y económicos que están en estrecha relación
con las dinámicas geográficas y la ocupación que ellas confieren al espacio concreto, esto en aras
de determinar similitudes que en últimas, nos darán una finalidad comprensiva a la hora de
alimentar las interpretaciones en el espacio específico de Estación Central.
En efecto, la localidad de Santa Fe tiene una densidad muy alta de tráfico diario debido a que
en su suelo concentra una cantidad importante de atributos, en donde la prestación de servicios –
tercer círculo económico- es sin duda el más dinamizador. Aun así, y como se mencionó en el
capítulo dos, su población residente es mínima con respecto a la totalidad de habitantes de la
ciudad de Bogotá. Así pues, el documento Conociendo la localidad de Santa Fe (2009), afirma que
“la población de Bogotá para 2009 es de 7.259.597 personas y la de Santa Fe es de 109.882, que
representan el 1.5% de los habitantes del Distrito Capital, de acuerdo a las proyecciones de
población del Censo General 2005” (p. 49).
83
De igual forma, en Los Mártires, la tasa que se presenta no dista demasiado de la que se
proyectó en la localidad contigua, es decir que para este caso, con número igual de habitantes en
la ciudad como una totalidad (7.259.597 para el año 2009), pero con la proyección para el 2007,
la localidad tiene 94.944 habitantes, representando así el 1.3% de habitantes de la ciudad de
Bogotá.29
Al ver ambas perspectivas, entendemos que las dos localidades tienen un número muy
aproximado de habitantes, con la diferencia en que el área total de Santa Fe es más grande que la
de Los Mártires. No obstante, el área urbana de la segunda es respecto de su totalidad, mucho
más amplia.
Tabla 2. Cuadro de síntesis: Área y población en las localidades.
Localidades
Área
Total
Suelo
Urbano
Área
Protegid
a
Total
Urbana
Suelo
rural
Área
protegid
a
Población
(%)
Población
Santa Fe 4.517 h. 625 h. 72 h. 697 h. 0 3820 h. 109.882
(2009)
1,50%
Los
Mártires
655 h. 654 h. 9 h. 655 h. 0 0 94.944
(2007)
1,30%
Elaboración propia a partir de documentos de la Alcaldía Mayor de Bogotá.
Finalmente, este panorama, permite evidenciar una caracterización más plena del área objeto
de investigación, ubicado en éstas localidades presentadas anteriormente, con lo cual efectúa un
elemento más próximo a la interpretación de elementos socio espacial.
4.3.1.3. Caracterización área de estudio. Barrios La Alameda y Santa Fe.
La zona de estudio, está ubicada entre los barrios Alameda de la localidad de Santa Fe y Santa
Fe de la localidad de Los Mártires. Como lo referencia el Documento de soporte técnico. Plan
parcial de renovación urbana “Estación Central”, el proyecto comprende los siguientes límites:
Por el oriente, la Carrera 13; por el sur, la Calle 24; por el occidente, la Transversal 17 y por el
Norte, la Calle 26. (E.R.U, 2012). Además, el área que será intervenida contempla una extensión
29
Vale aclarar, que esta cifra es un aproximado, ya que no se cuenta con la totalidad de la población de Bogotá para
el año de 2007, con lo cual, se hace el cálculo con la totalidad de la población del año 2009. No obstante, esta
invariabilidad con respecto del año 2002, es sólo del 0,14%. Es decir, que en el año 2002 la localidad de Los
Mártires ostentaba el 1,44% de toda la población de Bogotá, con unos 95.541habitantes.
84
Mapa 2. Área plan parcial “Estación Central”.
Fuente: Elaboración propia, usando el software ARCGIS versión 10.3.1 y datos de IDECA 2016.
de 10,7 hectáreas –es decir 107045,88 m2-; de esta área bruta, el plan contempla que el área neta
urbanizable será de 73.503,05 m2 y las afecciones del espacio público será de 28.130,13 m2 –
como vemos el espacio público será significativamente inferior, poco más de una cuarta parte-
.La superficie del plan está distribuida por once (11) manzanas en donde siete (7) de ellas
pertenecen al barrio Alameda de la localidad de Santa Fe y las cuatro (4) restantes obedecen al
barrio Santa Fe de la localidad de Los Mártires. Estos dos barrios y sus respectivas localidades,
están divididas por la Avenida Caracas, así entonces al occidente de la avenida está Santa Fe y al
oriente el barrio Alameda.
No obstante, el área de investigación presenta a su vez, un área de influencia que proyecta
espacialmente una mirada sobre la afectación que tendrá el proyecto no sólo en términos
85
afianzados a la obra, sino también a la amalgama de posibilidades y cambios tanto físicos como
sociales que se despliegan en dicha zona30
. Para tal efecto, las instituciones a cargo de la obra
(Secretaría de Planeación y E.R.U) han insistido en que el área de influencia se va a beneficiar
del enclave del plan en esa zona, ya que representa un cambio en las actividades en los suelos,
flujos, rehabilitación y re-densificación de la estructura urbana. En ese orden de ideas, tanto el
documento de soporte técnico, como las distintas resoluciones especialmente la No. 1116 del 1
de junio de 2009, “por la cual de adoptan las determinantes para la formulación del plan parcial
de renovación urbana “Estación Central” ubicado en las localidades de Santa Fe y Los Mártires”,
y la No. 1883 del 27 de diciembre del 2012, “por el cual se decide sobre la viabilidad del
proyecto plan parcial de Renovación urbana “Estación Central”, permite inferir panorama amplio
por el cual la proyección tendrá un valor sui generis en la ambición de éste criterio de re-
desarrollo. Así pues se despliega el área de influencia de la siguiente forma.
La „zona 1‟ comprende los barrios San Diego y Centro Internacional –al costado norte de la
Calle 26- siendo éste un sector de negocios y comercial consolidado y con un alto valor en su
suelo. Allí se ven hitos como el antiguo Hotel Tequendama, el Centro Empresarial Bavaria,
además como agrega el documento de soporte técnico, ostenta un uso mixto para oficinas y
vivienda, con una ocupación del 60% que indica una buena demanda para el sector inmobiliario
(Documento de soporte técnico, 2012, p. 14).
La „Zona 2‟, la comprende el barrio Santa Fe, que tiene dos usos normativos, uno de acto
impacto - esto se puede analizar como sector de contención bajo el Decreto 188 de 2002 que
definió las condiciones de localización y funcionamiento de los establecimientos de comercio
destinados al trabajo sexual y otras actividades ligadas a éste y definió la necesidad de contar, en
las zonas definidas para ello, con un plan de acción que articule la intervención de las entidades
distritales en dichos territorios - , y el otro, residencial. Además, del barrio La Favorita, asociado
al cementerio central, y su actividad altamente comercial „cualificada‟ dado el ligamiento con
establecimientos de mármol y artículos florales.
La „zona 3‟, responde a la delimitación del plan parcial, dada principalmente por el suelo que
compone el barrio la Alameda y que constituye lo que el documento de soporte técnico llama “la
puerta del centro” (E.R.U, 2012 p. 15), ya que está rodeado por grandes e importantes corredores
30
Ver mapa de estratificación e influencia del proyecto Estación Central: Anexo 7.
86
viales de la ciudad, como lo son la carrera. 10, la Cr. 13, la Av. Caracas, la Calle 26 y la Calle
19. “El sector se caracteriza por la presencia significativa de inmuebles con potencial de rehúso,
y también un buen porcentaje de lotes y/o parqueaderos que se constituyen en vacíos urbanos”
(E.R.U, 2012 p. 15).
La „zona 4‟, lo comprende el barrio Las Nieves, en donde existe un sector comercial
consolidado asociado a actividades de venta de artefactos eléctricos principalmente seguido de
actividades mixtas. La „Zona 5‟, por su parte, ostenta los Barrios Veracruz y la Capuchina –al
costado sur de la Calle 19- las cuales son altamente dinamizados por actividades comerciales
asociadas a la venta de gafas, gastronomía, además de ser un sector hotelero. También esta zona
representa un flujo importante y un núcleo de concentración para el transporte público.31
En efecto, la zona de estudio en su aspecto morfológico de orden físico, está indicando una
transición entre la zona baja y las altas, con pocas corrientes de agua, y con algunas ondulaciones
en su viaje hacia el oriente, ya que allí como vimos están presentes las zonas de bosque húmedo
alto. También la morfología urbana presenta en su criterio antrópico unas particularidades
asociadas al proceso de degradación y obsolescencia del área como ha quedado explícito en el
capítulo II. Así podemos ver una serie de construcciones sobre la zona de la calle 24 y 25 entre la
carrera 13 y la Av. Caracas que están completamente abandonadas y degradadas, de tal suerte
que han servido como refugio para habitantes de calle y en ese mismo sentido, en esas zonas se
administraban y concentraban algunos expendios para la venta y consumo de sustancias
psicoactivas.32
Cómo podemos observar –Foto N°1-, la zona en efecto contiene una cantidad de parqueaderos
considerables que sugiere no solo una condición de satisfacción de la demanda dado el alto flujo
que se concentra en la zona y que requiere de estos sitios con el fin de llevar a cabo labores
comerciales y de tramites, sino también que éstos incurren en lo que los planes y el urbanismo
nomina “vacios urbanos”.
31
Ver en el análisis, el mapa correspondiente al levantamiento de uso de suelo y el área de influencia del sector. 32
Esto se verá con más detalle en el análisis dado tanto por las encuestas como por las entrevistas en la zona.
87
Imagen 1. Fuente propia tomada en la observación en la zona del día sábado 22 de octubre del 2016, 1:41 P.M.
Calle 25 con Cr. 13
Imagen 2. Elaboración: Fuente propia33
Además, acá se puede observar el tipo de construcción que es común denominador en el barrio
Alameda, ya que existen casas de finales del siglo XIX y principios del XX con un amplio
espacio dentro de las mismas, además de los múltiples palimpsestos en la zona, puesto que existe
una continuidad del tipo de construcción existente, debido a que por un lado encontramos
viviendas construidas bajo un estilo republicano que responde a la arquitectura de la segunda
mitad del siglo XIX, como también edificios de propiedad horizontal mayores a tres pisos,
33
tomada en la observación en la zona el día sábado 22 de octubre del 2016, 1:22 P.M. Calle 24 con Cr. 13 a.
88
producto del proceso de modernización y condensación de habitantes de la ciudad de Bogotá,
que tienen su punto máximo en la primera mitad del siglo XX.
Para evidenciar mejor estos elementos antrópicos, es menester hacer una breve reseña histórica
del sector que muestre el punto sobre el cual, las huellas históricas dejaron mella desde su punto
máximo de expresión, hasta ahora, en donde la construcción social de éste espacio pasa por un
proceso de degradación. Dadas las expresiones históricas asentadas en el espacio, es imperante
enunciar que dentro del desarrollo de la ciudad, estos lugares se dinamizaron respecto al hito de
la Iglesia de San Diego construida en 1608 a lo que en aquel tiempo eran las afueras de Bogotá y
que fungía como lugar de paso en el trayecto hacia la ciudad de Tunja. En 1884 esta iglesia fue
ampliada por el arquitecto Julián Lombana, y además, “este edificio luego de ser sede del asilo y
más tarde del Colegio del Sagrado Corazón fue ocupado junto con las demás edificaciones por la
Escuela Militar y de Suboficiales. En estos terrenos adquiridos por la caja de Sueldos de Retiro
del Ejército, se construiría más tarde, en 1952 el Hotel Tequendama” (E.R.U, 2012, p. 20).
Además el sector, en su costado occidental, también evidenció un proceso dinámico debido
principalmente a la construcción del Cementerio Central, y la urbanización del costado oriental
del barrio Santa Fe, que a principios del siglo XX, “fue morada de importantes familias de la
localidad, principalmente de inmigrantes judíos. Actualmente, con el crecimiento de la ciudad,
los habitantes de antaño se desplazaron hacia el norte y el barrio fue ocupado principalmente por
inquilinatos y casas de prostitución” (Recorriendo los Mártires, 2004, p. 9). Además de ello,
podemos evidenciar que para la zona, un elemento importante fue el Panóptico Nacional (hoy
Museo Nacional) y la fábrica de Bavaria que para la época de su construcción, tenían la intensión
ofertar un modelo de ciudad racional y moderna, y ahora han sido profundamente resinificadas.
Por último, pero no menos importante, el sector recibe su más fuerte dinamizador urbano a raíz
del establecimiento del Centro Internacional en la zona, que se caracterizó en su momento, como
principal ofertante de servicios asociados a los flujos financieros en la ciudad de Bogotá, así
como también, centro de sostenimiento de los principales negocios de orden internacional,
siendo análogo al sector de la 72 al norte de la capital.
Bajo esta óptica mencionada anteriormente se pone en escena algunos elementos que se
guardan a la hora de plantear un diagnóstico sobre la zona y que por disposiciones normativas,
89
asociadas principalmente a esta reseña histórica, efectúan algunas conservaciones en ciertos
predios que no deben ser cambiados ya que tienen un importante valor patrimonial para la
ciudad. El documento de soporte técnico nos ofrece un dato bastante negativo y que se puede
analizar en dos horizontes. En efecto, los bienes que están allí en la zona, en su mayoría guardan
un valor patrimonial no monumental para la ciudad, no obstante, dadas las agresivas
modificaciones y el deterioro en la zona, muchos de estos predios pueden ser demolidos por su
poca funcionalidad en el espacio. Cabe analizar, si esta conducta en efecto tiene ese
comportamiento, o simplemente está asociada a predios que guardan más importancia
estratégica que cultural para el plan. Aun así, el documento afirma que existe una conservación
en el siguiente orden:
Tabla 3. Inmuebles en conservación.
Número de casas Tipo de conservación
4 Conservación Integral
13 Conservación Tipológica
1 Restitución Total
Fuente propia a partir de datos del E.R.U. 2012. Documento de soporte técnico.
Finalmente con respecto a la caracterización de la zona, es importante ofrecer un panorama
demográfico de la misma, respondiendo a las dinámicas que reflejan la pérdida de dinamismo
del sector como propio y del centro como un todo. Respondiendo a uno de los planteamientos
más comunes relacionados a este proyecto, encontramos una correlación directamente
proporcional de los barrios con respecto a sus localidades. Esto indica entonces, que el área de
investigación con respecto a otros puntos enclaves de la ciudad –y si se quiere, en comparación
con otras áreas del centro- es muy poco poblada en sugerencia de la extensión de su zona, es
decir, que el área logra ser idónea para ostentar una mayor cantidad de habitantes por metro
cuadrado de la que actualmente tiene, desaprovechando el área urbana actual y las ventajas
infraestructurales que despliega.
En uno de los datos presentados por el documento de soporte técnico del E.R.U (2012), se
establece que para el año 2008, el barrio Alameda tenía una población de 3.036 habitantes, y un
90
número de hogares de 1404 e igual número de viviendas. Por su parte el barrio Santa Fe, tiene
una población mayor, ya que tenía 10.140 con un número de hogares de 3.580 y además 3.404
viviendas. Cabe destacar, que estos datos pueden haber sido modificados sustancial o
fundamentalmente, debido a que en la zona del barrio Alameda, hay para el año 2016 un
adelanto importante en el proceso de degradación del área, además de los cambios morfológicos
que obedecen al avance de la obra en su fase de demolición, lo que indicaría un desplazamiento
de los anteriores habitantes del barrio. No obstante, estos datos nos sirven de base para
evidenciar un análisis posterior que puede identificar los procesos de renovación urbana en el
área de estudio.
También el documento, indica cómo se soportaba la estructura demográfica en la zona
contigua al área de estudio y que particularmente, observa cómo era la distribución de la
población en los barrios que están influenciados por el proyecto.
Tabla 4. Barrios y habitantes del proyecto.
Fuente E.R.U. 2012, p. 72. Elaborado por Base Catastral E.R.U. 2008
Finalmente esta caracterización espacial y poblacional nos da pie para identificar el proceso de
renovación urbano actual, y posteriormente, cómo se interpreta y comprende el mismo en
función de la producción social del espacio.
4.3.2. IDENTIFICACIÓN DE PROCESOS DE RENOVACIÓN URBANA.
Los resultados que se desprenden de la caracterización de la zona de estudio están vinculados
resueltamente con la identificación de los procesos de renovación urbana en el sector, esto se
debe principalmente a que el espacio como contenedor y contenido en una relación dialéctica,
91
refleja los intereses y las relaciones sociales cohesionadas por un sistema complejo de formación
urbana.
Como se manifestó anteriormente, esta identificación está mediada por la recolección de datos
en el ejercicio de observación buscando así su sistematicidad en la tabla de suelos urbanos. Con
dicha información, la investigación dialoga en aspectos socioeconómicos que vinculados a la
zona y conforme a sus usos, dinamizan socialmente el área de estudio. Pero además, este proceso
identifica los cambios que ha tenido la zona con la demolición de algunos predios que responden
al lento avance de la obra, y a su vez, analiza la forma en que ésta acción tiene un efecto causal
en el desarrollo de actividades asociadas al uso de suelo en el sector, con lo cual los parámetros
de conducta y de producciones en el espacio de los sujetos tienen un cambio significativo.
Bajo ese horizonte, cabe entonces identificar en primera medida los hitos y el desarrollo de la
vida urbana ubicada en ese sector. Si bien es cierto, este primer punto de análisis podría ir en la
caracterización de la zona de estudio, la intención es observar en paralelo cómo los cambios
estructurales del sector también están ligados y condicionados al proceso de renovación urbana.
En ese orden de ideas, encontramos tres fuentes importantes para exponer este aspecto, la
primera es la posición formal y normativa del distrito, en segundo, son los sistemas de
información geográfica que junto a datos de la Infraestructura de Datos Espaciales para el
Distrito Capital – IDECA, contienen una base de datos de orden catastral para el año 2016 que
revela información importante referida a los cambios en la zona, y en tercer lugar la observación
desarrollada en el ejercicio en campo. Cabe aclarar que estos sistemas, enfrentan tensiones
dinamizadas por la correlación entre los mismos, que a su vez, propician un balance
enriquecedor.
La zona está fuertemente influenciada por una zona comercial y de prestación de servicios en la
que se resalta tanto el sector de educación –basado en el enclave de la Universidad Incca de
Colombia-, como el de tramites institucionales –donde encontramos en sector nororiental del
trazado edificios como el Departamento Nacional de Planeación y la Superintendencia de
Notariado y Registro-. Esto implica una fuerte dinámica de flujos que se concentra sobre la
carrera 13 –donde se ubica la universidad- y la calle 26 –ubicación de los edificios ya
mencionados-. En la senda que conduce hacia al sur desde la calle 26, hasta la calle 24 en su
costado occidental –que cumple las veces de límite de la etapa dos (II) del proyecto-, se
92
encuentra un trayecto de locales minoritarios que prestan los servicios de parqueaderos,
papelerías y restaurantes principalmente, además sobre el sentido norte, se encuentra la estación
de San Diego de Transmilenio. Sobre esa senda, se agrupa una población flotante importante que
de manera intermitente, cubre otras necesidades –referidas principalmente al comercio informal-,
y que es un denominador común en la zona, ya que funge como complemento de los servicios
prestados por los locales comerciales.
La dinámica de esta senda es importante, congestionada –principalmente en ciertas horas del
día, supeditadas a las horas pico de transporte, es decir, entre 7 Am a 9 Am, de 12 M a 2 Pm y de
4:30 Pm a 6:30 Pm- y fluctuante. Por eso, encontramos que el sector de servicios comerciales
asociados a ciertas demandas funciona hasta las 5 Pm, de allí en adelante, el sector se vuelca
únicamente al transporte. Para ello, se han restaurado algunos accesos viales que son importantes
pero que por el deterioro de la zona, habían complicado el tránsito, este es el caso de la Calle 22
y la Calle 24 entre Av. Caracas y carrera 1034
. Respecto a la calle 24 –límite sur del proyecto-,
este tiene como función simplemente encausar los flujos que existen entre la Av. Caracas y la
Calle 13, donde se ubican los centros de concentración, es decir, que se convierte en un lugar de
paso donde existen algunos locales comerciales pequeños, que sin embargo tiene una
funcionalidad de bajo impacto, debido a su alta degradación. Sobre la Av. Caracas, la senda se
convierte en un sector que genera la percepción de inseguridad más alta, ya que allí está
concentrada la mayor población habitante de calle, esta recurrencia se extiende hasta la Cr. 13 A
esa demarcación comprende a la etapa uno (I) del proyecto y en la cual se construirá la estación
de Transmilenio, es allí en donde se genera un fuerte proceso de degradación y que imprimen al
espacio una segregación.
En tercer término, encontramos la senda que conduce desde la Av. Caracas al occidente, hasta
la transversal 17, un sector con una obsolescencia de menor impacto a la anteriormente descrita.
Allí se establece como principal punto dinamizador la Fundación Universitaria San Mateo, que si
bien no entra en las especificidades del proyecto, sí se convierte en un punto de afección;
además, también se encuentran unos centros de comercio propuestos por la Alcaldía para
organizar el trabajo de los vendedores de arreglos florales del cementerio central. En el
suroccidente de éste sitio, se encuentra un sector principalmente de uso residencial, no obstante,
34
Restauradas a mediados del año 2016 aproximadamente según la observación.
93
se divisan varios establecimientos de residencia temporal asociados a servicios sexuales
extendidos de la zona de contención (o zona de tolerancia) de Santa Fe, toda esta área es a su vez
la etapa tres (III) del proyecto.
Mapa 3. Proyección de usos de suelo del proyecto “Estación Central”.
Fuente: Elaboración propia, usando el software ARCGIS versión 10.3.1 y datos de IDECA.
94
Imagen 3. Fuente: Elaboración propia, tomadas en la observación del día 03 de Febrero del 2017.
La foto izquierda refleja la situación de la Tv. 17 con calle 25. Como se puede ver, es un
sector con una degradación menor, siendo propicio para el sector inmobiliario, allí se extiende la
etapa (III) del plan, proyectado para uso residencial con vivienda VIP, al fondo vemos un
edificio que funciona como residencia. La de la derecha, corresponde a la A.V. Caracas con calle
26, el edificio está abandonado, profundizando el proceso de degradación, al fondo encontramos
el lote de la etapa I.
Imagen 4. Fuente: Elaboración propia (Izquierda) tomada el día 03 de Febrero del 2017 y Google Street view
(derecha).
95
La foto izquierda delimita el plan hacia el norte por la calle 24 entre carrera. 13 y A.V. Caracas,
donde se ve una recuperación del andén (igual que en la Calle 22) debido a obras llevadas a cabo
a mediados del año 2016, este es un sector de paso de transeúntes que van desde y hacia la
estación de la calle 22 con av. Caracas de Transmilenio. Además se observa que los principales
establecimientos comerciales son parqueaderos. La de la derecha, refleja el alto dinamismo de la
carrera 13 entre calles 26 y 24. Al fondo se divisa la universidad Incca (edificio de ladrillos) en
una de sus sedes sobre la calle 25, hacia el norte encontramos al fondo de la imagen el “lote”
producto de la demolición de predios para la etapa (I) que comprende la Estación de TM.
Basado en lo dicho, la investigación permite entender la tensión existente entre la norma, la
realidad del estado actual del Plan Parcial en términos funcionales, y la disposición de los suelos
proyectados, todos ellos vinculados a la producción espacial y la acumulación por desposesión
presentes,35
para analizar esto, se debe asociar los usos proyectados para el plan conforme el
avance temporal del mismo. Esa apreciación según el documento de soporte técnico, refleja la
siguiente situación para el año 2012.
Tabla 5. Usos del suelo año 2012.
Fuente: E.R.U. (2012, p. 38). Base catastral E.R.U. 2008.
Como podemos ver, las gráficas mostradas determinan los usos que en dicho momento -2008-
tenía la zona, de tal suerte, que era importante recrear una proyección que lograra renovar y
rehabilitar un sector que tiene un enorme valor estratégico, pero que sin embargo, debido a
procesos socio-espaciales estaba paralizado.
No obstante, al observar el siguiente mapa, vemos que la situación no ha mejorado, y más aún,
el proceso de demolición en la etapa uno (I) refleja un transcurso mucho más complejo debido a
35
Para ver ello, es importante referirse a los tiempos de la obra que, como en muchas obras públicas de nuestro país,
no avanzan y se genera más segregación a una zona de por sí ya muy degradada social y físicamente. Mirar Anexo
8, Anexo 9 y Anexo 10.
96
la baja oferta en el uso residencial. Eso quiere decir, que ante la demolición de gran parte del
área de la primera etapa, se crea un vacío urbano muy superior del que se quería sanear. Ello trae
como consecuencia una pérdida mayor de dinamismo en el sector que como se refleja en la
observación y el diálogo con la comunidad –soportada en información mantenida en el ejercicio
de encuesta-, se ve quebrantado el tejido social y dinámico de la zona, puesto que se le imprime
un aspecto más peligroso al lugar y, como consecuencia, se genera una desarticulación de los
distintos estamentos ciudadanos (población flotante, trabajadores, residentes, comerciantes, etc.)
que desarrollan actividades en la zona.
Mapa 4. Mapa de usos de suelos actuales en la zona (Re categorizados).
Fuete: Juan Camilo Álvarez y John Fredy Valbuena. Datos IDECA mapa base Ortofotomapa 2009.36
36
Dado que el mapa base es del 2009 y la información corresponde al 2016, se puede observar aún las
construcciones en etapa uno del plan. Sin embargo cabe aclarar que esa zona ha sido demolida, de tal suerte que no
presenta ningún uso. Además, la superposición de ambos datos, da cuenta de cómo era la zona antes de la
intervención y la demolición de predios con respecto al levantamiento catastral reciente. Un segundo análisis
conveniente, es el que manifiesta el comportamiento de uso de suelos que para el 2016, conserva sólo un uso
institucional y comercial minoritario, mientras que el factor residencial pierde de nuevo funcionalidad y dinamismo
97
Además, esto refleja lo que Harvey (2007; 2005) anuncia, y es que el capitalismo al generar
sus propias crisis, re-produce un capital en el sector inmobiliario que proyecta un proceso más
alto de degradación con el fin de conseguir una devaluación del precio del suelo favoreciendo
principalmente a los inversionistas privados. En consecuencia, también vale resaltar un dato que
evidencia lo anteriormente mencionado. En esa información se sostiene que el valor por metro
cuadrado en los predios aún existentes, están profundamente distorsionados respecto al valor por
metro cuadrado proyectado posterior a la puesta en marcha del proceso de renovación. Si bien es
cierto que trasladar esos costos del 2009 (momento del estudio de mercadeo: estudio sobre la
demanda efectiva del proyecto), nos representaría una variabilidad alta respecto al mercado
inmobiliario en los últimos años, sí es cierto que la desproporción entre metro cuadrado
proyectado y metro cuadrado gravado es muy alta a favor de la primera. Para reflejar este asunto
con mayor propiedad, cabe citar dichos factores que lo que proponen es una brecha importante
entre el valor actual del suelo y el valor proyectado. En primer lugar encontramos en el
documento de soporte técnico el valor que tenía la zona para el 2009 por metro cuadrado así pues
se afirma lo siguiente:
De conformidad con el análisis realizado a los avalúos de referencia del sector, podemos observar
que, la mayoría de los inmuebles (40%) se encuentran en el rango de valor entre 320.000 y
430.000 pesos el M2, comportamiento similar al encontrado en el ámbito de actuación, donde un
51% de los predios se encuentran ubicados en dicho rango de valor. Por otra parte, el valor del
suelo resultado de los avalúos de referencia, difiere en aproximadamente un 30% a los valores
catastrales del suelo, en donde un 58.4% de los predios se encuentran en un rango de valor entre
177.369 -229.536 pesos M2 (E.R.U. 2012, P. 103).
En un segundo momento encontramos el valor proyectado, este se sugiere de la siguiente
forma:
[…] los análisis del mercado inmobiliario en Bogotá, en lo relativo al contraste de los precios de
la demanda y de la oferta, permite formular las siguientes recomendaciones:
debido a la demolición de una zona que consolidaba formalmente el suelo residencial. Además se denota lo
importante que resulta para el sector la permanencia de la Universidad INCCA, el sector institucional y el número
parqueaderos y depósitos, que si bien demarca una mixtura importante, también reflejan los “huecos urbanos” en la
zona.
98
En el caso de vivienda, se identifica un techo establecido por el rango de precios del orden de
$400.000.000 a $600.000.000, y un precio medio por metro cuadrado de $3.500.000. • Respecto
de oficinas, se identifica un techo establecido por el rango de precios del orden de $3.150.000 a
$3.800.000 metro cuadrado, y un precio medio de $3.600.000. • Con relación a locales
comerciales, se identifica un techo establecido por el rango de precios del orden de $3.400.000 a
$4.800.000 metro cuadrado, y un precio medio de $4.700.000 (E.R.U, 2012, p.106).
Ahora bien, basado en esos datos, podemos observar que el valor de inversión solo en la
adquisición de predios es muy ínfimo con respecto al valor proyectado del precio de venta.
Entonces, si ponemos esos valores en especulación (como suele ocurrir en el mercado
inmobiliario), la puesta en escena de la demolición llevada a cabo entre septiembre y
principalmente octubre del 201637
puede presentar un criterio desestabilizador para el propietario
de algún predio en la zona, ya que debido a un factor más marcado de degradación, se establece
que la inversión privada podría ser aún más baja, con lo cual el capital financiero e inmobiliario
encontrará una posición positiva para la adquisición de predios, asegurando una renta muy alta
en proporción a la compra de los mismos. Es decir, se confirmaría la tesis de Harvey (2005;
2007) en la cual la acumulación por desposesión se presenta bajo esos criterios (mercado
inmobiliario, financiero y Estado) y más aún cuando por la resolución 1883 de 2012, por el cual
se da viabilidad al plan, se fijan esas tarifas por efecto normativo.
Finalmente, esta identificación del proceso de renovación urbana existente en el área objeto de
investigación pone al descubierto tensiones, como quedó manifiesto, no solo generando
conflictos de clase con los propietarios de los predios, sino también con sectores comerciales
pequeños debido a los alcances del plan. Estos sujetos últimos entran en un periodo de
incertidumbre por cómo se van a ver afectados. No obstante, quienes hasta ahora han sufrido las
mayores consecuencias de la obra, han sido los pocos residentes del sector, para ello se
desprende el análisis posterior que refleja cómo asume, tanto la ciudadanía en general, como los
habitantes de la zona, el plan parcial con el fin de vincular una productividad en el espacio
urbano.
37
Como lo refleja la observación en campo. Además ver Anexo 9, este es muy importante para entender dicho
análisis.
99
4.3.4. COMPRENSIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA PRODUCCIÓN SOCIAL DEL
ESPACIO EN „ESTACIÓN CENTRAL‟.
4.3.4.1. Encuesta: Identificación y representaciones del plan parcial „Estación central‟.
Dada la identificación de la renovación urbana en esta zona del centro de Bogotá, David
Harvey (2014) describe en su libro Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo que en
efecto este no es un fenómeno único de nuestra realidad sino que afecta a otras latitudes del
mundo, con lo cual, la transformación de los espacios físicos asociados a procesos de las crisis
del capitalismo, encuentran una capacidad de absorción ejemplar en la producción de espacios –
para este caso urbanos-. Sin embargo, la salvedad que hace el autor y que es importante para la
siguiente afirmación es:
[…] lo más llamativo de las crisis no es tanto la trasformación total de los espacios físicos, sino
los cambios espectaculares que se producen en los modos de pensamiento y de comprensión, en
las instituciones y en las ideologías dominantes, en las alianzas y en los procesos políticos, en las
subjetividades políticas, en las tecnologías y las formas organizativas, en las relaciones sociales,
en las costumbres y los gustos culturales que conforman la vida cotidiana. Las crisis sacuden
hasta la médula nuestras concepciones mentales y nuestra posición en el mundo (Harvey, 2014, p.
11)
En efecto, este planteamiento del autor nos propone una contemplación social que integra no
solo el pensamiento de quienes residen en la zona, sino también a toda la ciudadanía capitalina
que se ve afectada (dado que el proyecto se plantea en un primer momento para la mejora de los
flujos de transporte en la capital), con el fin de entender el dinamismo en que las formas
organizativas en el sector y en las conciencias cambian respecto a renovación y las implicaciones
de las mismas.
Para poner en manifiesto esta apreciación, la investigación plantea un ejercicio de encuesta con
el fin de caracterizar el tipo de población (heterogénea) que hace uso del sector, y además
afianza su mirada sobre el mismo. En ese orden de ideas, y como se planteó en la metodología,
la encuesta refleja no sólo un marco cuantitativo, sino también unas preguntas abiertas que
permiten al encuestado entregar información valiosa con respecto al centro de Bogotá. También
logra suministrar datos que consiguen abastecer una interpretación más puntual y válida para el
100
análisis atributivo de la zona de estudio.38
Cabe además afirmar, que la sistematización de dicha
información responde a parámetros estadísticos formales, que a su vez, le dan un soporte
efectivo a tal información. Para dicho fin se usa el muestreo probabilístico que son “aquellos en
los que todos los individuos tienen la misma probabilidad de ser elegidos para formar parte de
una muestra y, consiguientemente, todas las posibles muestras de tamaño n tienen la misma
probabilidad de ser elegidas.” (Gómez, 2011). Dentro de esta posibilidad, la investigación
decidió aplicar el método de muestreo aleatorio simple39
. Aun así, el tamaño de la muestra
asume un error considerable con el fin de clasificar los datos de manera aproximada, sin
embargo, lo que intenta hacer la encuesta es revelar un diagnóstico sobre cómo los transeúntes,
trabajadores, comerciantes, estudiantes, residentes, etc., asumen el plan.
Con el objeto de validarlo, se establece un número de sesenta (60) encuestas, para caracterizar
el tipo de población que hace uso de dicho lugar, además de evidenciar una comparación con el
centro de la ciudad como un todo y por último observar qué tanto la ciudadanía está al tanto del
proyecto de renovación urbana en la zona, identificando los cambios y apreciaciones del plan.
En ese sentido, se analiza el criterio por el cual cabe una comprensión del fenómeno en la
construcción que la ciudadanía le confiere a tal espacio, además, de establecer las críticas al
espacio concebido al que se refiere Lefebvre (2013), en donde, “[…] pretende reducir lo vivido a
lo visible, a lo legible. Se produce así lo que podríamos calificar como la falacia de la
«transparencia espacial».”(p. 22), además de indicar que en efecto este se convierte en un
espacio “proyectado, espacio especializado (fundamentalmente por y para el consumo) que
exigirá la adaptación de los usos a la forma y a la norma impuestas” (p. 22).
La encuesta40
indaga sobre los géneros y rangos de edad presentes, en donde el 70% (42
personas) de los encuestados son mujeres y 30% (18 personas) son hombres. Esta tendencia se
marca entre otras variaciones, a que las encuestas se desarrollaron en cercanías del área donde
funciona el programa de psicología de la universidad INCCA y dadas estas características, se
mostraba un número alto de estudiantes mujeres, además, los establecimientos comerciales eran
38
Ver Anexo 11. Allí está puesto el formato de encuesta utilizado. 39
Aplicando una fórmula matemática se toma el tamaño de la muestra. 40
Ver tabla general de resultados en el Anexo 12
101
atendidos principalmente por mujeres. En segundo término, tenemos los siguientes rangos de
edad:
Gráfico 1. Rangos de edad.
Fuente: Elaboración propia sistematizado en googledocs, en la función “formularios”.
Como se logra inferir, los principales dinamizadores de la zona es la población joven
teniendo los mayores repuntes en los rangos entre 18 a 20 y 20 a 25, esto confirma la tesis que es
la universidad y sus estudiantes, son quienes generan un gran flujo de personas, además de ser
ellos mismos y sus necesidades, quienes intensifican un tipo de producción en el espacio. Esto se
expresa en el gráfico de desempeño de actividades económicas en la zona, en donde:
Grafico 2. Desempeño de actividades económicas en la zona.
El fenómeno que se proyecta en esta pregunta, implica también observar que las actividades
comerciales explicitas en la zona devienen de una oferta abierta, sobre todo en la actividad de
venta de comidas y locales comerciales asociados a papelerías, misceláneas, café internet, etc.
Además encontramos una diversidad espacial en donde, el dinamismo sobre la Cr. 13 es
inversamente proporcional a la obsolescencia espacial de la Cr. 13 A y la Av. Caracas, que si
102
bien mantienen una dinámica de flujos importante en el último caso, ella es consecuencia del
tránsito en Transmilenio, con lo cual, la afectación socio espacial sólo queda reflejada como
lugar de paso. Esta proyección, está ligada con las frecuencias tanto en el centro de Bogotá
como un todo, como también con la zona de estudio, en donde encontramos un balance
importante de visitas. Esta distribución se presenta de la siguiente forma:
Gráfico 3. Frecuencia de tránsito en la zona de estudio.
Gráfico 4. Frecuencia de transito en el centro de Bogotá.
No obstante, se encuentra un porcentaje mayor de visitas al centro de Bogotá en su conjunto.
Además, esta desavenencia también indica que un 5% (3 personas) afirman que nunca visitan la
zona de estudio, ello sucede principalmente porque la oferta de servicios y comercio, no
corresponde a las necesidades que ellos buscan, además, porque según estos, fácilmente la
103
encuentran en otros escenarios de la ciudad. Con ello se manifiesta un traslado de servicios
asociados no solo al centro tradicional, sino a la policentralidades (tratadas en el capítulo 2) en
el cual los desplazamientos que implican tramites ya se logran hacer por “internet” o “yendo al
SuperCade”. Esto se expresa de igual forma en la siguiente grafica en donde:
Gráfico 5. Actividades en la zona de estudio.
Encontramos un mínimo uso de las entidades administrativas y de trámite en lo que
corresponde a la zona de la calle 26 hacia el sur, caso contrario ocurre al costado norte de dicha
avenida, puesto que allí la apuesta por trámites es el más fuerte dinamizador del mencionado
espacio. Sin embargo, también cabe otro análisis, y es que las personas encuestadas advierten
que edificios como el de DNP y Notariado y registro son más una “extensión” del centro
internacional, mientras que de la Estación de San Diego hacia el sur, es otro espacio, donde el
dinamizador de las relaciones sociales está mediado principalmente por la Universidad Incca, de
tal suerte que se encuentren en tercer y cuarto lugar actividades como las culturales y recreativas
con un porcentaje importante, puesto que la universidad juega un papel importante, tanto para el
esparcimiento, como por las actividades culturales desarrolladas en su interior.
Esto produce una síntesis interesante, y es que en el espacio investigado existen dos fuerzas
que se correlacionan inconscientemente, con lo cual las dinámicas ofrecen no sólo una variedad
heterogénea de actividades en el espacio, sino que corresponden a un mundo de representaciones
sociales disimiles y marcadas por su función en la productividad espacial cotidiana (Lefebvre,
1978). Es decir, que las representaciones presentes en aquellos espacios están mediadas por su
nivel de productividad y funcionalidad, marginando así explicaciones orientadas a un espacio
urbano integral. Por tanto las percepciones negativas sobre el mismo son las más comunes, y
104
esto genera una fetichización del espacio correspondiente al área de investigación, en donde las
personas solo desarrollan un tipo de trabajo y encuentran una oferta de servicios, pero el espacio
en sí mismo no genera un sentimiento de apropiación, sino más bien de ocupación. Esto se
expresa de igual forma en la baja actividad residencial en la zona y de esa misma manera en el
elevado nivel de percepción de inseguridad asociado al espacio público –principalmente en la
población no residente-. Esto se expresa en las siguientes gráficas:
Gráfico 6. Residencia en la zona de estudio.
Gráfico 7. Percepción de seguridad en la zona de estudio.
En efecto, es esta marcada contradicción entre la falta de habitabilidad de los espacios
residenciales (privados) y la percepción de un espacio público congestionado pero inseguro, el
que pone de manifiesto una diatriba alienada y enajenada de espacio. Es decir, el ciudadano
plantea que dicho espacio no les pertenece, que sólo es de paso. Esta prevención se pone se
desarrolla principalmente al asociar el área simplemente como funcional para llevar a cabo
actividades inmediatas (trabajo, comercio, estudio, etc.) y dejarlo. Con lo cual la residencia juega
un papel importante para reforzar esa percepción, ya que se asume como un espacio tierra de
105
nadie, donde la habitabilidad está relegada solo a las capas más bajas de la sociedad. Esa
conciencia alimenta aún más los prejuicios y la especulación sobre la comprensión que tiene la
ciudadanía de dicho espacio, con lo cual, se hace necesaria la intervención. No obstante, como lo
veremos en la parte de entrevistas, es otra visión la que tienen los residentes.
Aunque muchos de los encuestados cuando se les cuestionó la parte de seguridad, manifestaron
–de manera informal- que la zona debía ser intervenida puesto que esta para ellos era la parte
más grave del problema que sufre el centro de la ciudad, algunas obviaban lo que implica como
instrumento urbanístico el plan de renovación urbana. Muestra de ello es la siguiente gráfica:
Gráfico 8. Conocimiento de renovación urbana.
Dada esa pregunta, y ante la imposibilidad de seguir cuestionando nominalmente a los que no
sabían de las implicaciones del plan, metodológicamente se decide terminar la encuesta para
ellos. No obstante, a los que la conocen, se les cuestiona sí en el centro de la ciudad los planes
que ellos conocen han sido eficaces a lo que el 66,7% contestan que no lo son, mientras el 33,3%
afirman que han sido eficaces. La inestabilidad presente se asocia principalmente a que en efecto
los problemas de inseguridad persisten, las zonas están mucho más degradadas y un fenómeno
determinante fue el desalojo del „Bronx‟, con lo cual, las personas afirmaban que los planes no
son suficientes si la estructura social seguía siendo la misma. Esta comprensión se asocia
principalmente a las manifestaciones proferidas por los encuestados, por la cual, asociaban a los
planes con formas de disminución de la peligrosidad, además del cambio físico del paisaje
urbano. Muchas de estas interpretaciones estaban asociadas a “creación de empleo” y “cambios
106
en Transmilenio” lo cual evalúan como “positivo”, pero ellos deben ir de la mano en la
transformación de la percepción de seguridad41
.
También a las personas encuestadas, se les interroga si tienen un tipo de conocimiento certero
sobre el plan parcial de renovación urbana: “Estación central” que funge en la zona, y además,
se acerca a una posible solución de algunos problemas que afrentan.
Las respuestas fueron las siguientes:
Gráfico 9. Conocimiento del plan parcial de renovación urbana „Estación Central‟.
Ante tal contestación, se asume que existe un conocimiento importante del plan, no obstante, y
debido a la respuesta anterior, al no conocerse en la mayoría de la muestra lo que implica un plan
de renovación urbana, se puede inferir que tanto la administración, como las empresas que están
a cargo del plan, no han desarrollado una estrategia de información en la comunidad que
repercuta e informe de forma integral las implicaciones del plan para la ciudad. Esto interesa a la
investigación debido a que si bien en los documentos se muestra la importancia del proyecto
para la ciudad, parece ser no es de importancia para los ciudadanos. Acá en efecto hay una
negación del derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978) en donde la simultaneidad, la convergencia,
la información-comunicación, y el reconocimiento-confrontación quedan limitados debido a que
la “ciudad y lo urbano se perfilan como objetos virtuales, como proyectos de una reconstrucción
sintética. El análisis crítico constata el fracaso de un pensamiento analítico y no crítico” en
donde solo se entienden “[…] aspectos, elementos, fragmentos. Bajo los ojos, exhibe el espectro,
el análisis espectral de la ciudad.” (p. 117). Es decir que aterrizándolo a nuestro caso, los
41
Ver en el Anexo 12 las respuestas asociadas a las preguntas abiertas, allí se manifiestan estos criterios.
107
planeadores urbanos analizan dichos fragmentos, y se divisa una ciudad espectral, en donde las
convergencias se plantean en términos de relaciones frías, así mismo son sus interpretaciones y
proyecciones, de tal suerte que la organización social, como cifra, se refleja y mantiene en una
tensión entre ambas formas de entender la ciudad, así pues, es que se niega la capacidad de
participación de los ciudadanos en las decisiones políticas y públicas, entonces esa inferencia
lleva a una información precaria para las personas que construyen esos espacios.
Ahora bien, a la población se le cuestiona si en efecto, existen unos favorecimientos
particulares al sector. Construyendo la forma en la cual tanto la administración planteó el
proyecto, se toman los más relevantes con el entender la proyección que los mismos ciudadanos
interpretaban de dicho espacio, la gráfica muestra42
que:
Gráfico 10. Favorecimiento del proyecto de renovación urbana „Estación Central‟.
Observamos entonces, que los encuestados en un 100% asumen que la obra sí va a favorecer la
movilidad del sector, esto va en la misma vía en la cual los planeadores asumen el proyecto
puesto que el primer impacto del mismo, es favorecer los tiempos de desplazamiento entre flujos
que vienen del norte, sur y occidente de Bogotá en su paso hacia el oriente, y creando así un
corredor ágil y funcional. El fortalecimiento del sector inmobiliario se da en dos órdenes, el
primero, en la creación de empleo, lo cual se evalúa dentro del dialogo como positivo, pero de
igual forma, se increpa ya que las personas afirman que esto genera exclusividad y valoración
del sector, entonces vemos como ambas gráficas encuentran simetría en ese asunto. Respecto a la
42
Para entender la gráfica, la columna en color azul da como respuesta SI, mientras que la de color rojo muestra un
NO.
108
seguridad, la opinión es favorable al mejoramiento no obstante, es la opinión más dividida, ya
que existe un pesimismo al mejoramiento de condiciones de seguridad de todo el centro de
Bogotá, y no sólo de la zona.
Finalmente sobre el planteamiento de preguntas cerradas, tenemos la identificación-
comprensión del cambio que ha sufrido la zona y que por parte de los ciudadanos, es un
elemento sustancial, más aún en la medida en la cual hayan establecido un tiempo más extendido
en el conocimiento de dicho espacio. Tal efecto se refleja en diálogos sostenidos en la aplicación
del ejercicio, en el cual, las personas establecen miradas más profundas de los cambios físicos y
sociales en el sector. Así pues tenemos que el 87,5% de las respuestas de un total de 16
personas43
, identificaron una transformación en la zona. Cabe la pena mencionar que aun así,
esta identificación es muy corta, puesto que ni los comerciantes de los establecimientos, ni los
transeúntes, ni los estudiantes lograron una identificación profunda, quieres denotaron esos
cambios, fueron principalmente trabajadores informales de la zona. Estos atendieron a elementos
sobre la inseguridad, la demolición de predios y la ocupación de habitantes de calle en la zona
demolida, lo cual asociaban inmediatamente con un indicador de inseguridad. La mayoría de
estas identificaciones (como se puede ver en el anexo 12) están asociadas a los problemas de
seguridad, no obstante algunos se refirieron a la mejora debido al desalojo de algunas ollas de
tráfico de droga, al igual que el mejoramiento de la malla vial en la calle 22 y el andén de la 24.
Sin embargo se presenta un cruce contradictorio, mientras que para algunos residentes del sector
la seguridad mantiene un equilibrio, para los estudiantes y comerciantes (por ejemplo), si ha
existido una degradación aún mayor de la zona.
En conclusión, los datos que nos revela la encuesta nos presentan un panorama reflejado del
espacio, en cuyo caso intervienen no solo las conciencias arrojadas a un espacio, como lo
manifiesta Harvey (2014) al inicio de esta reflexión, sino también las representaciones asociadas
a la simbología e ideología que imprimen una visión tensa entre la sociedad y el plan en sí
mismo, tal y como lo refleja Castells (Citado por Lezama, JL, 2010) donde aparece la renovación
y su representación como un elemento de canalización y contención de las contradicciones
presentes en la sociedad, de la cual, son estas mismas las que construyen su espacio.
43
Si tenemos el total de 60 personas, entonces 16 personas son sólo es el 26,6% de la totalidad de los encuestados.
Lo cual es una cifra mínima.
109
4.3.4.1. Entrevista: interpretación del espacio urbano plan parcial “Estación Central”.
No basta sin embargo en señalar los criterios mediados por una recolección cuantificada (que a
su vez proyecta elementos de cualidad) para salvar del plan parcial „Estación central‟, que como
vimos anteriormente refleja una serie de posiciones heterogéneas que contenidas en valoraciones
estructurales presentan similitudes y preocupaciones identificables, dadas ellas por las tensiones
sociales presentes. También hace falta tener una referencia más holística y trascendente a la hora
de facilitar un esquema de interpretación de cómo se asume la producción social del espacio en
la zona de investigación. Para ello, la entrevista, en este caso semi-estructurada44
, propició un
diálogo abierto con tres tipos de sujetos que logran condensar un conocimiento de la zona más
amplio. Esto principalmente al tiempo en el cual éstos han vivido en la misma. Un arrendatario,
un dueño de establecimiento comercial (informal) y un dueño de establecimiento comercial fijo.
La inclinación de esta interpretación obedece principalmente a la experiencia en la zona, sobre
la cual los sujetos entrevistados asocian los comportamientos del espacio a algunas condiciones
sociales que los planes no tienen en cuenta a la hora de desarrollar sus proyecciones, y que
generan en la práctica tensiones en el espacio debido a que los funcionarios no persiguen un bien
de la mano de la creación de tejido social, sino que, por el contrario, se excluye a la población de
las decisiones sobre su espacio con lo cual, la construcción del mismo queda relegada a la
espontaneidad y contingencia.
Basado en ello, vemos como antecedente más próximo la jornada de información pública
celebrada el 21 de mayo del 2011 y que queda plasmado en la resolución 1883 del 27 de
diciembre del 2012 “por la cual se decide la viabilidad del proyecto Plan Parcial de Renovación
urbana „Estación central‟”. Allí observamos, que existen algunas quejas debido a cómo se
celebró dicho evento, más aún, se manifiesta que:
La socialización fue un fracaso, no dejaron entrar a la gente. Perdimos el tiempo. Mal la logística,
que falta de respeto, hubo improvisación. […] no se convocó a toda la comunidad afectada, se
limitó la entrada la gente. La información no fue clara ni concreta. Mi sentimiento es que no
quiero (no queremos) salir de nuestro (s) predios. Hemos sido irrespetados en la entrada. No
queremos que nos dividan. Queremos una reunión en bloque con todos los afectados, queremos
reposición, queremos que nuestro sentimiento quede radicado. La reunión fue un fracaso. (p. 7)
44
Ver Anexo 13 con el cual se planteó el guión de entrevista
110
Ese sentimiento a lo largo de los años, parece que no ha sido satisfecho, ya que la poca
información ha sido una constante a lo largo de la socialización del proyecto, en la entrevista
realizada el 6 de abril de 2017 indica que ante el cuestionamiento sobre el acompañamiento de
los funcionarios ha sido:
[…] muy poco o casi nulo. Porque nos enteramos fue cuando ya estaba encima. No nos enteramos
nunca que era un proyecto de planeación, nunca nos enteramos formalmente que el distrito
presentara eso, ni a los vecinos de ahí. Y pues tampoco a la población de Bogotá en general.
Porque yo cuando me enteré, pregunté a gente que vive en Bosa, en otras localidades y es gente
que no sabe, […]. Entonces eso, o sea, diría que es más bien nulo el acompañamiento del Distrito,
porque no ha habido un asesoramiento, ni ha habido tampoco el acompañamiento en el sentido de
informar en los cambios que van a pasar. (Entrevista I)
Además, en la reunión del 2011 se afirma que uno de los problemas fundamentales fueron los
del desplazamiento y que para el 2017 persisten con un menor impacto debido a que ya muchos
habitantes se han desplazado. En ese caso, son dos personas que afirman situaciones como la
edad y las implicaciones que el desplazamiento de sus hogares -o hábitats como diría Lefebvre
(1978)- se verían fuertemente perjudicados, para ilustrar ese caso encontramos lo siguiente: “no
queremos ser desplazados. No me quedo claro todo lo planeado en la reunión ya que no hubo
planos concretos para saber que va a pasar con cada predio, y tampoco hubo claridad sobre las
etapas del proyecto” (Resolución 1883 del 2012, p. 7). También se puede hallar situaciones
como la que acá se afirma: “soy una persona mayor de edad y no estoy de acuerdo con que me
desplacen de mi vivienda. No me quiero ir. […] Por favor no me perjudiquen”. Esta situación
lejos de ser simplemente dramática, se sigue padeciendo después de los años en el sector, ya que
tanto las entrevistas desarrolladas en marzo del 2017, como en abril del mismo año afirman que
existe un riesgo de ser desalojados (no con el uso de la fuerza, sino mediante presión burocrática
o venta del predio) de sus lugares de habitación. En efecto se considera que:
Entonces lo que nos afecta directamente, es que la dueña del edificio posiblemente venda el
predio, pues porque esto también está en riesgo de o venderlo o perderlo totalmente porque los
sacan. O le quitan literalmente la escritura, ¿sí? O sea algún modo, porque pues el Estado
entonces pues, va a pasar. Entonces eso es una afectación directa e indirecta, porque pues,
tendremos que trasladarnos, todo el proceso que implica buscar otro hogar, además que, es una
ubicación muy central. (Entrevista I).
111
En efecto, plantear esta situación también evidencia un problema social de fondo y es el
desarraigo. Este lo padecen no sólo los residentes propietarios del sector, sino también –como en
el caso de la entrevista I- también lo sufren quienes viven en arriendo. Según la entrevista, sólo
en este edificio, “son tres apartamentos por piso, y son seis pisos. No sé más o menos cuantos
sean”. Al igual que la persona en cuestión, existen 18 familias aproximadamente que viven en el
edificio bajo la modalidad de arriendo, y en ese sentido, las condiciones de las mismas son de
incertidumbre respecto a lo que vaya a suceder con el edificio en el cual viven.
Esta tensión no la solventa, ni trata de remediarla el Distrito, tampoco el E.R.U., ya que como
manifestaron los entrevistados, en los tres casos, el acompañamiento no ha sido ideal, -como se
ha venido enunciando- y más aún, la información que circula en la comunidad –y que obedece de
una forma u otra a una producción espacial común en ambientes donde se manifiesta la
especulación-, es informal y se ajusta más bien a lo que “han oído decir” del plan. En ese sentido
encontramos que:
Una cosa que adicional, sería por ejemplo el impuesto predial que se tiene que pagar. Entonces, al
estar allí un proyecto de urbanización como sucede, entonces el pago que uno tiene que hacer por
vivir ahí, o sea tiene que pagar unos tributos que llaman, ese comentario, o sea, esa información sí
es de fuente directa; que uno sabe que tiene que pagar un tributo, y pues obviamente si el tributo
aumenta para la persona que nos arrienda, va a aumentar el precio también del arriendo
(Entrevista I)
Aunque se afirme que la fuente es directa, existe una especulación real sobre la base del
gravamen que se paga por el proyecto, y se manifiesta en información “de pasillo” en la que en
efecto, las afecciones sufridas son direccionadas hacia los propietarios.
Esas contradicciones entre arrendatarios, propietarios y el plan, también se trasladan al ámbito
comercial, en donde la incertidumbre se refleja cuando por ejemplo se manifiesta que “existen
muchas preguntas sin respuestas, los establecimientos comerciales que están en arrendamiento
no hay acompañamiento social” (Resolución 1883 del 2012), de igual forma en la entrevista II se
insinúa una situación muy parecida, no obstante, esta se refleja en el espacio público, ya que el
entrevistado es un trabajador ambulante. La situación para ellos, es bastante compleja debido al
limbo al que están expuestos, y que pone en peligro su trabajo, ya no su residencia.
112
En materia de seguridad, que es un punto bastante álgido, se encuentra en el informe de la
resolución varios aspectos que vinculan el peligro que para éstos representan el sector de
tolerancia. En ese sentido, la entrevista I repite esa misma inquietud, puesto que se afirma que:
La seguridad es bien interesante, porque detrás está la universidad Incca, y por ese lado siempre
hay estudiantes y pues siempre hay policía, siempre hay presencia de policía. Pero más hacia la
22, después de las caracas, más hacia al […] occidente, está una zona que es la zona de tolerancia,
que es donde está toda la cuestión de los prostíbulos, los, bueno, todo ese mundo. Entonces más
hacia el occidente después de la Caracas es ¡muy muy peligroso! Pero más hacia dónde está mi
casa, ya no siento peligro, yo puedo llegar a las 10 de la noche y no pasa nada.
De igual forma, en un foro en virtual llamado ESTACIÓN CENTRAL DE BOGOTÁ, ¿PARA
CUÁNDO? (COLOMBIA) auspiciado por la página de Word Office Fórum, escribe un
participante y afirma que:
Hablamos en ERU y la nueva adm nos dijeron que lo iban a estudiar, es decir se suspendió, han
derribado unos predios en especial una olla calle 24 y 25 cra 13 A a caracas, manzana que no han
terminado de demoler, las otras están derribadas y cercadas pero tomadas por los habitantes de
calle e inseguridad, desaseo, es un basurero no obstante tener celadores. Las perspectivas de que
avance y menos se termine son muy escasas, la adm termina en 3 años 4 meses y no harán mucho
por este proyecto. (Parra, C. 2012)45
Ello confirma aún más la tesis mencionada en los resultados de la identificación del plan, en
donde la denigración de la zona que deviene a su vez de la demolición y los habitantes de calle
que imprimen una percepción de inseguridad, genera una infravaloración del suelo en ese punto
de la ciudad. Además de ello, y como afirma Lefebvre (1978) el balance no se agota únicamente
en las contradicciones ya mencionadas del plan, sino que, subsisten en la experiencia práctica
que muestra que “[…] puede haber crecimiento sin desarrollo social (crecimiento cuantitativo,
sin desarrollo cualitativo)”. (p. 165). Es decir, que la crítica se plantea en la forma en la cual se
orientan los planes, en donde se divisa una mirada ajena a la realidad social, que responde a
intereses funcionales de una organización racional del espacio, basado en un modelo de ciudad
45
Ver http://worldofficeforum.com/colombia-estacion-central-bogota-cuando/ “CARLOS PARRA,
SOBREVIVIENTE DE LA ZONA”
113
gerencial. Además, en síntesis quienes más sufren esta tipo de planificación es el proletariado, -
reflejado en habitantes y trabajadores de la zona, como también el lumpen proletariado- debido a
que “una nueva miseria se extiende […] la miseria del hábitat, la del hombre sometido a una
cotidianidad organizada (en y por la sociedad burocrática de consumo dirigida)” (Lefebvre 1978,
p. 166-167).
Finalmente, las soluciones si bien parecen lejanas en términos concretos, lo cierto es que existe
una forma de presionar ese derecho a la ciudad a la que el autor francés refiere, ya que “el
derecho a la ciudad se manifiesta como forma superior de los derechos: el derecho a la libertad, a
la individualización en la socialización, al hábitat y al habitar. El derecho a la obra (a la actividad
participante) y el derecho a la apropiación (muy diferente del derecho la propiedad) están
imbricados al derecho a la ciudad” (Lefebvre, 1978, p. 159). Además este mismo requiere “la
realización de la sociedad urbana […] que reclama una planificación orientada hacia necesidades
sociales, las de la sociedad urbana” (p, 166). En suma, evidencia una revolución ciudadana y
cultural que permitan el control democrático y definitivo –en acciones de participación- de los
espacios urbanos para la transformación.
114
5. CAPÍTULO V: APORTES INVESTIGATIVOS Y CONSIDERACIONES FINALES
A la luz de todo este largo camino trazado desde el punto de vista científico, teórico,
metodológico y aplicado a la reflexión social, la investigación se permite hacer una serie de
conclusiones que evocan el trabajo realizado hasta este punto, permitiendo así cerrar la
proyección hasta aquí trazada a los elementos indagados.
5.1. Aportes de la investigación al objeto.
Sobre los aportes que le deja la investigación al objeto de estudio, cabe retomar los menudos y
muy serios debates académicos a la renovación urbana y que engloba necesariamente aspectos
tanto administrativos, como políticos, económicos, culturales, sociales, históricos y geográficos.
Es en estos últimos tres, en donde la investigación emplea los más fuertes esfuerzos con el fin de
evidenciar, comprender e interpretar de forma certera, el perfil en la cual se entiende una ciudad
como Bogotá la renovación urbana. En ese sentido se afianza la capacidad de acumular al debate,
aspectos que quizá fueron tocados tenuemente en la bibliografía encontrada y recabada, en donde
se privilegiaba alguno de los aspectos mencionados, muchos de ellos entendiendo que la
capacidad holística de los mismos debía ser un elemento trasgresor y no evidente dentro del
panorama de investigación sobre el tema. Es decir, que si bien algunos compendios enjuiciaban
únicamente el panorama jurídico de los instrumentos normativos nomos, este iba en
desproporción del telos social asociado a los fines y objetivos para encontrar una virtud que
enjuiciará los elementos antrópicos allí expuestos, y viceversa.
Además la investigación elabora, basado en referentes teóricos y un tipo de razonamiento
inductivo, la forma en cómo los habitantes naturalmente sienten e interpretan este tipo de planes.
Ello es valioso debido a que en múltiples lecturas del fenómeno, las críticas nacen simplemente
de la forma en la cual la literatura teórica deslumbra el tema en tensión con la forma en la cual la
planeación urbana hace mella en la ciudad moderna y particularmente en la ciudad
latinoamericana. En efecto, si bien estas tensiones son válidas, es importante aterrizarlas a los
sujetos, a esos seres humanos que habitan y construyen lugares, observar y arriesgar en la
tensión, tener elementos que en muchos momentos revalúan el trabajo investigativo mismo, lo
que evidencia el enfrentamiento de la ciencia con las realidades que éste pretende estudiar.
115
A su vez, esta lectura que se evidencia abre una nueva forma de entender tales fenómenos. En
donde las personas (como agentes de información y movilización) encuentran también una
visión de las problemáticas que los aqueja, y que lejos de ser ésta una visión permeada y obtusa,
gana validez en la medida en la cual resisten a los procesos en el espacio del cual hacen defensa,
y que si bien se encuentran situaciones negativas, también comprueban elementos propositivos
para las soluciones de los múltiples problemas que prevalecen. Para ello, y es el camino a seguir,
se debe entender que la planeación se debe hacer con y para la gente, „renovando‟ también el
tejido urbano desde lo social, desde la anexión democrática de todos los estamentos que se
desarrollan y producen espacio social, con el fin de canalizar –en lo más mínimo- los conflictos.
En ese mismo horizonte, la inserción del lenguaje cartográfico, le permite a la investigación
afianzar elementos de análisis valiosos a la luz de interacciones representativas del espacio, pero
que en términos concretos, ofrecen aspectos que logran divisar comportamientos y tendencias
espaciales, que a su vez, reflejan una conducta urbana dada en las áreas centrales, que también se
podrían aplicar a otros espacios como bien lo hace la epistemología positivista. Sin embargo,
para esta propuesta metodológica y epistemológica, la cartografía y su análisis es significativo en
la medida que posibilita análisis multi-escalares en función de observar pautas urbanas y su
representación, no sólo en la medida de la interacción física, sino también en la capacidad
espacial de proyectar una serie de planteamientos sociales que se logran establecer en el efecto
cartográfico.
Finalmente, la investigación aporta elementos que tienen una profundidad en el diagnóstico de
los planes de renovación urbana –desde la ciudadanía- pero queda el trabajo para desarrollarse en
la proposición, en la inmersión total de la cual la sociedad debe emplear sus esfuerzos máximos
para crear aquello que los autores llaman derecho a la ciudad. Alcanzar un nivel de conciencia
mayor de la ciencia con el fin de elaborar propuestas ciudadanas que nivelen los conflictos y en
paralelo construyan una estrategia de planeación que satisfaga las necesidades de una ciudad de
y para los ciudadanos.
5.2. Aportes de la investigación a la zona de estudio.
Los aportes que deja la investigación a la zona de estudio, es confiar una mirada geo histórica
del centro de la ciudad, con ello se evidencia no sólo que este espacio es lugar de alta
sensibilidad social, sino que también refleja un aspecto de la construcción de conciencia que
116
hemos elaborado del centro como ciudadanos. A saber, el centro es parte esencial de la dinámica
urbana de Bogotá. Sin embargo, el problema socio histórico del mismo –presente en el trabajo-
ha demostrado que existe un encubrimiento del mismo. Por tanto, observamos el centro de
nuestra ciudad como un receptáculo de actividades, funciones, estructuras, pero en ese sentido,
olvidamos como sociedad –de forma arbitraria- que el centro contiene nuestra historia. Una
historia que debe ser desligada de la museificación del centro, puesto que este simplemente
funge como otro elemento más de consumo. Por tanto el rescate de este espacio no debe ser
únicamente físico y de traslado de capitales que elevan la condición social del mismo, sino que
dicho espacio debe ser re-valuado desde la experiencia con el mismo. Su rescate social entonces,
debe ir de la mano con los planes de renovación urbana, pero incluyendo a los sujetos históricos
del centro.
Se ha demostrado además, que las condiciones sociales de la zona responden a un proceso
histórico del cual deviene en sí mismo una forma de apropiación –por parte de residentes y
trabajadores- de la zona, y una desapropiación –por parte de la gran mayoría de habitantes de
Bogotá – de su centro. Este caso de forma estructural se demuestra en la forma en que los
ciudadanos interpretan el centro como un espacio de propiedad sin apropiación. La vida
cotidiana de aquellos quienes son usuarios del espacio, suma niveles de percepción negativos
hacia el espacio mediado en muchos casos por los prejuicios o por el abandono del que es
víctima el espacio. La investigación aporta además, un elemento que es interesante de analizar en
la zona y es como se „vuelve al centro‟ por medio de los planes de renovación urbana en Bogotá,
sin que ello evidencie un modelo de „volver a las personas del centro‟. Es decir, el abandono
administrativo y político del centro sigue estando presente muy a pesar de que exista un modelo
de renovación con el cual se quiera rescatar la zona. El centro de Bogotá y particularmente el de
la zona de estudio marca la pauta de varios tipos de abandono social al cual parece condenado.
Esto se debe a que la configuración de espacios físicos renovados por sí solos no le devuelven
dinamismo a una zona; por lo tanto un aporte a al lugar de estudio es la creación de un
diagnostico geográfico, histórico y social vinculado a planes que son necesarios, pero que deben
ir en vía de una caracterización de su gente más allá del aspecto cuantitativo.
Finalmente la investigación plantea y aporta un diagnostico socio-espacial basado en el análisis
de la teoría de acumulación y expansión de áreas urbanas por vía de la desposesión del centro de
117
Bogotá y principalmente de la zona de estudio, cuyas tensiones y conflictos son complejos y
cargados de múltiples problemas, sin embargo dejan lugar a próximas apreciaciones sobre las
cuales podamos asumir una postura que involucre tomar decisiones sobre la ciudad a la medida
de nuestras necesidades. Lo que hace que logre un debate amplio y democrático para alcanzar
dicho fin. En ese horizonte, debemos afrontar la alteridad –el reconocimiento del otro- que
evidencie la capacidad de acción ciudadana por una construcción urbana democrática en la zona
de estudio, y de toda nuestra ciudad, debido a que el impacto del proyecto lo cobija.
5.3. Aportes a la formación como investigadores.
La investigación aporta en la formación como investigadores en la medida en que asumió el
reto de afianzar una mirada crítica a un comportamiento social que pasa por los lentes de la
indagación y la preocupación por lo urbano. En efecto, se encuentra dentro de las ciencias una
amalgama de problemas dentro del entramado urbano que, sin embargo, no observan como estos
mismos crean un espacio de esa naturaleza. Así entonces, la investigación aporta miradas
innovadoras sobre las cuales los aspectos urbanos producidos por relaciones sociales, también se
analizan en términos de tensiones por el espacio a la luz de nuevas experiencias de los sujetos en
el espacio.
El investigador debe estar atento no sólo a la posibilidad de analizar lo social y lo histórico,
sino también cómo estos dos elementos constituyen un tipo de espacio en perspectiva y
proyección de sus necesidades. Todo ello, al tiempo que las degrada –de forma estructural- con
el fin de encontrar nuevos espacios de producción, reconocimiento, ideología y conciencia
trazadas por la renovación. Es decir, la investigación implica formarse en la mirada, con el fin de
captar estos elementos dentro de las probabilidades sociales que son siempre dinámicas y
complejas. Así entonces, estamos ante una oportunidad de ver la investigación como una
herramienta de formación social y política, que arranca de la duda y acaba con la especulación.
Es en ese sentido que ésta investigación afianza una mirada crítica del fenómeno presentado, ya
que en el proceso alcanzó metas que estaban en el campo de la especulación y logró situarlas en
alternativas analíticas claras, lo cual refleja la capacidad de acción de la cual el
docente/investigador, puede partir para la comprensión y explicación de su –o sus- realidades.
118
5.4. Aportes de la investigación a la pedagogía.
Muy de la mano de los aportes de la investigación a la formación como investigadores, se
asume esta reflexión sobre los aportes de la misma a la pedagogía. Si bien al abordar las páginas
de esta monografía, encontramos pocos elementos pedagógicos, sí se reflexionó constantemente
en qué de esta pesquisa proyectaría una deliberación sobre la forma en la cual se forma el
docente de ciencias sociales. En efecto, se logra evidenciar que los docentes del área de ciencias
sociales logran establecer elementos analíticos asociados a los temas que le son de su reflexión
constante, es decir, la indagación por aspectos sociales vinculados a la producción de las
relaciones en espacios determinados.
Aun así, se asume que el elemento más importante está en la investigación de las realidades que
le convergen con el fin de llevarlos a la educación. Es decir, que la labor pedagógica no se agota
simplemente con aspectos asociados a la tradición instructiva, sino que va desde los aspectos
disciplinares y trans e inter disciplinares, y hacen mella en los análisis espaciales que luego
asisten al escenario de enseñanza-aprendizaje, en donde el docente se desenvuelve. Además, la
investigación de la ciudad logra a su vez, validar elementos que luego servirán para las
reflexiones sobre la enseñanza de la ciudad. Es decir, que la enseñanza se asuma en primer lugar
desde la investigación, ya que, el docente logra ser vehículo de transformación social y quien
más idóneo para asumir los retos que implican las mismas temáticas de su trabajo. De tal suerte
que este sujeto histórico llamado profesor logre ser quien por medio de la investigación,
clarifique y cree categorías de análisis que pueden ser puestas a exposición y debate en las aulas,
los espacios de formación y la educación en general. Para ello no hay que simplemente
evidenciar que el docente puede ser creador de temáticas de desarrollo, sino que, puede y debe
crear elementos para visibilizar a la comunidad científica social, no sólo como receptáculo de
conocimiento, sino como productor del mismo.
En efecto, un elemento que ha sido innovador en torno al aporte pedagógico, supone la
inserción del lenguaje cartográfico a las reflexiones tanto investigativas como educativas. Estas
deben ser expuestas no simplemente como una herramienta de la cual se basen las proyecciones
con el fin de enseñar el panorama espacial en el marco de las políticas de renovación urbana,
sino también, para invitar a los docentes en ciencias sociales a construir sus propios análisis
cartográficos, con los cuales, se podrá hacer en niveles escalares y variados, reflexiones
119
importantes en áreas de conocimiento antes poco exploradas y jugando siempre con un balance
holístico dentro de la amalgama de interacciones y funciones sociales.
Adicionalmente de las reflexiones pedagógicas que pretende dar la investigación, está
vinculada la capacidad de encontrar en el espacio urbano un médium de enseñanza de los
fenómenos sociales que afectan a la sociedad contemporánea. Esto con el fin de llevarlo a los
espacios de educación con ejemplos claros y sobre todo próximos a nuestras realidades, ya que la
mejor forma de introducir elementos teóricos y metodológicos a los espacios de enseñanza, es
mediante la caracterización de las realidades más inmediatas. No obstante esto implica una
reflexión pedagógica mucho más amplia, dado que también esta debe estar mediada por la
didáctica, un modelo propicio de enseñanza y sobretodo la prestación para elementos de
aprendizaje, basadas en las lecturas que se logren alzar al momento de inclinar el pensamiento a
reflexiones sobre la ciudad y lo urbano. Finalmente tenemos por labor la comprensión y análisis
de fenómenos que nos son próximos, como el barrio y sus problemáticas, los atributos propios de
la ciudad y el entramado urbano, ello con el fin de considerarlos en plenitud a la hora de realizar
procesos de enseñanza-aprendizaje y cuyo fin es, hacer a estos mismos elementos de la vida
urbana, campo y objeto de solidez en la educación en ciencias sociales. Ello con el fin de
consolidar una educación espacial que recupere entre otros elementos, el derecho a la ciudad.
120
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Resolución 1422 del 2013. "Por la cual se determina y delimita la zona de reserva para la
ejecución de la Etapa No. 3 del Plan Parcial de Renovación Urbana denominado
"Estación Central" ubicado en las Localidades de Santa Fe y Los Mártires de esta
ciudad".
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126
ANEXOS. Anexo 1.
Función Título
Clasificación
urbana
Decreto 325 de 1992: por medio del cual se dictan disposiciones generales sobre los usos
urbanos, las condiciones de su funcionamiento, la clasificación de las actividades según
los distintos grupos y clases de usos.
Estación
Central
Resolución No. 1883 de 2012. Por el cual se decide sobre la viabilidad del proyecto del
plan parcial de renovación urbana „Estación Central‟
Planes de
desarrollo
Ley 9 de 1989: Por el cual se dictan normas sobre planes de desarrollo municipal,
compraventa y expropiación de bienes y se dictan otras disposiciones.
Modificación Ley 388 de 1997: Por la cual se modifica la ley 9 de 1989 y la ley 2 de 1991 y se dictan
otras disposiciones.
P.O.T Decreto 364 de 2013. Por el cual se modifican excepcionalmente las normas urbanísticas
del plan de ordenamiento territorial de Bogotá D.C, adoptado mediante el decreto distrital
619 del 2000, revisado por el decreto distrital 469 de 2003 y compilado por el decreto
distrital 190 de 2004.
Plan zonal
centro de
Bogotá
Decreto 492 de 2007. Por el cual se adopta la operación estratégica del centro de Bogotá,
plan zonal del centro de Bogotá –PZCB- y las fichas normativas para las unidades de
planeamiento zonal –UPZ- 91 Sagrado Corazón, 92 La Macarena, 93 Las Nieves, 95 Las
Cruces y 101, Teusaquillo.
Plan Parcial Decretos nacionales: 2181 de 2006 y 4300 de 2007.
Plan Parcial Resolución 1116 de 1 de junio de 2009. Secretaria de planeación define determinantes y
fija aspectos a tener en cuenta por parte del interesado en la formación del plan parcial de
renovación urbana
Económico-
social
Acuerdo 489 de 2012. Por el cual se adopta el plan de desarrollo económico, social,
ambiental y obras públicas para Bogotá D.C 2012-2016 Bogotá Humana
Económico-
social
Decreto 296 de 2003 y decreto 392 de 2006: Lineamientos sociales y económicos para
sopesar proyectos u obras públicas.
Delimitación
plan parcial
Resolución 1422 de 2013. Por el cual se determina y delimita la zona de reserva para la
ejecución de la etapa N° 3 del plan parcial de renovación urbana denominado “Estación
central” ubicado en las localidades de Santa fe y Los Mártires.
Delimitación
plan parcial
Resolución 0414 de 10 de marzo de 2009. Por el cual se determina un área de reserva
para el proyecto de renovación urbana “Estación Central”.
Adopción del
plan parcial
Decreto 213 de 2013: por medio del cual se adopta el plan parcial de renovación urbana
“Estación Central”, ubicado en la localidad de Santa Fe y los Mártires y se dictan otras
disposiciones.
127
Anexo 2. (Formato minimizado)
Diario de campo: Observación selectiva y enfocada.
Hora: Fecha: Senda o Área de observación:
Descripción detallada de la zona: Entre 50 a 100 palabras
Avance de la obra (Primera Fase): Entre 40 a 50 palabras.
Cambios Morfológicos: Entre 20 a 40 palabras.
Cambios en los flujos de tránsito (Peatonal o vehicular): 20 a 40 palabras.
Cambios en actividades económicas: 40 a 50 palabras
Observaciones: Entre 20 y 40 palabras (Tendencias en la morfología urbana o cambios
sugerentes respecto a observaciones anteriormente anotadas en pasadas sesiones de
trabajo).
Anexo 3. (Formato minimizado)
Segundo objetivo específico de investigación.
Hora: Fecha: Senda o Área de observación: Estrato:
Descripción Poblacional Fija: Entre 50 a 100 palabras.
Descripción poblacional fluctuante: Entre 50 a 100 palabras.
Actividades económicas fijas: Entre 40 a 50 palabras.
Actividades económicas fluctuantes: Entre 40 a 50 palabras.
Cambios en actividades económicas: 40 a 50 palabras.
Observaciones: Entre 20 y 40 palabras.
128
Anexo 4.
TABLA N°. 1.
CLASIFICACIÓN DE EDIFICACIONESYESTABLECIMIENTOSPARAUSOS
DELSUELOURBANO.46
A partir de la observación en campo, se establecen los siguientes usos de suelo en el área
objeto de estudio, sin embargo, está se coteja, con los usos de suelo encontrados en catastro
distrital y correlacionados con el software ARGIS versión 10.3.1
CLASIFICACIÓNDELASEDIFICACIONES
CLASIFICACIÓNDEESTABLECIMIENTOS
Encontrados
Área objeto de estudio.
Categoría A:
Uso Institucional.
Grupo1(A1):
Sector Administración y
Seguridad.
Edificio Departamento de
Planeación Nacional.
Superintendencia de notariado y
registro. Edificio DNP. Notaria 18
Grupo2(A2):
Sector Servicios Sociales y
Comunitarios.
Universidad Innca de Colombia
Salón comunal del barrio Alameda
Grupo3(A3):
Sector de Servicios Públicos.
Según el criterio que establecen esas
actividades, no existe.
Categoría B:
Uso Comercial y de servicios.
Grupo1 (B1):
Comercio Minorista y
Prestación de Servicios
Profesionales.
Tiendas, Misceláneas.
Hoteles, Restaurantes.
Oficinas, Consultorios.
Grupo2 (B2):
Comercio Mayorista y
Prestación de Servicios
Especiales.
Bodegas.
Parqueaderos.
46
Este documento fue extraído de las tablas de clasificación para el Municipio de Paez, México.
http://documents.mx/documents/tablas-uso-del-suelo-urbano
129
Grupo3(B3):
Comercio y Prestación de
Servicios de Alta Peligrosidad.
No
existe
en la
zona
de
estudio
Se obvia la categoría C, ya que no existe propiedad con actividad Industrial.
Categoría D:
Uso Residencial.
Grupo
1 (D1):
Unifam
iliar
puntual
Una Casa por lote
independiente.
Grupo2(D2):
Unifamiliar
Agrupada.
No existe en la zona
Grupo3 (D3):
Multifamiliar
Puntual.
Edificios de dos o más
apartamentos por un
lote individual.
(Prepondera en la
zona)
130
Anexo 5.
FORMATO DE CONSENTIMIENTO
(Encuesta)
Mi nombre es Juan Camilo Álvarez Naranjo. Soy estudiante con código 20112155157 de la
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias y
Educación, adscrita a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. En este momento me
encuentro realizando el proyecto titulado: “El centro de Bogotá como espacio crítico: Plan
parcial „Estación Central‟”. Este es un trabajo de investigación académica, tiene por objetivo
identificar los planes de renovación urbana en el centro de Bogotá, y en particular el de „Estación
Central‟, con el fin de interpretar y comprender cómo los ciudadanos asumen este tipo de
proyectos en el centro de la ciudad.
Después de hacer algunas preguntas que incluyen información demográfica como la edad,
género, frecuencia de visita a la zona del Centro de Bogotá y particularmente de la zona de
estudio, se le solicitará que conteste algunas preguntas respecto a sus actividades en la zona, así
como el conocimiento de lo que implica un plan de renovación urbana.
Su participación es voluntaria en este estudio, la cual tendrá una duración entre 5 a 10 minutos.
Para proteger su confidencialidad y anonimato, el estudio lo identificará mediante un código
numérico en lugar de utilizar su nombre. Toda la información será recogida de manera
confidencial. Usted puede rehusarse a contestar cualquier pregunta o terminar su participación en
este estudio en cualquier momento. Los resultados de este estudio serán discutidos en un
documento académico sin mencionar nombres o algún detalle que lo identifique. Si usted desea
algún informe del cual pueda tener la certeza de la forma de sistematización de la información o
le interesa la investigación, se la enviaré. Si tiene alguna pregunta o comentario acerca de esta
investigación, me puede llamar al teléfono 320 268 6475, enviarme un email a:
[email protected] o, puede contactar a la profesora Nubia Moreno, en la Facultad de
Ciencias y Educación, proyecto curricular de la Licenciatura en educación básica con énfasis en
ciencias sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Nombre y Apellidos Firma
131
Anexo 6.
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS
SOCIALES.
FORMATO DE CONSENTIMIENTO
(Entrevista)
Fecha: _________________________________. Hora: ____________________________.
Mi nombre es Juan Camilo Álvarez Naranjo. Soy estudiante con código 20112155157 de la
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias y
Educación, adscrita a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. En este momento me
encuentro realizando el proyecto titulado: “El centro de Bogotá como espacio crítico: Plan
parcial „Estación Central‟”. Este es un trabajo de investigación académica, tiene por objetivo
identificar los planes de renovación urbana en el centro de Bogotá, y en particular el de „Estación
Central‟, con el fin de interpretar y comprender cómo los ciudadanos asumen este tipo de
proyectos en el centro de la ciudad.
Después de hacer algunas preguntas que incluyen información demográfica como la edad,
género, residencia en la zona del Centro de Bogotá y particularmente de la zona de estudio, se le
solicitará que conteste algunas preguntas respecto a sus actividades en la zona, así como el
conocimiento de lo que implica el plan parcial de renovación urbana „Estación Central‟.
Su participación es voluntaria en este estudio, la cual tendrá una duración entre 15 a 20 minutos.
Para proteger su confidencialidad y anonimato, el estudio lo identificará mediante un código
numérico en lugar de utilizar su nombre. Toda la información será recogida de manera
confidencial. Usted puede rehusarse a contestar cualquier pregunta o terminar su participación en
este ejercicio en cualquier momento. Los resultados de este estudio serán discutidos en un
documento académico sin mencionar nombres o algún detalle que lo identifique. Si usted desea
algún informe del cual pueda tener la certeza de la forma de sistematización de la información o
le interesa la investigación, se la enviaré. Si tiene alguna pregunta o comentario acerca de esta
132
investigación, me puede llamar al teléfono 320 268 6475, enviarme un email a:
[email protected] o, puede contactar a la profesora Nubia Moreno, en la Facultad de
Ciencias y Educación, proyecto curricular de la Licenciatura en educación básica con énfasis en
ciencias sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Nombre: ____________________________________________________________
Firma: ______________________________________________________________
Anexo 7.
133
Anexo 8.
Fuente: Elaboración propia, tomada el 22 de octubre de 2016. Allí se afirma que el plazo de ejecución de la
demolición del polígono 8 iba a tomar 3 meses, no obstante, tomó un tiempo considerablemente mayor.
Anexo 9.
Fuente: Elaboración propia, tomada el 22 de octubre del 2016, a la 1:33 pm posterior a la semana de demolición de
predios que comprenden la manzana de la calle 25 y la calle 24 entre carreras 13 A y Av. Caracas. En dialogo con
un celador del proyecto, sobre esos dos predios (ya demolidos), se había establecido una “olla” de expendio de
sustancias psicoactivas, con lo cual, la policía tuvo que desalojar ese predio. Esto se confirma con dos de las
entrevistas llevadas a cabo por la investigación.
134
Anexo 10.
135
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES.
DINÁMICAS CONTEMPORÁNEAS DEL ESPACIO URBANO.
PROYECTO: EL CENTRO DE BOGOTÁ COMO ESPACIO CRÍTICO. PLAN PARCIAL DE RENOVACIÓN
URBANA: „ESTACIÓN CENTRAL‟.
Esta encuesta se formula bajo un ejercicio de investigación de carácter académico. Por tanto, se
reserva el derecho de publicar la información suministrada en cualquier texto de orden científico,
(revistas, informes monográficos, textos virtuales, etc.). De antemano gracias por su
colaboración y disposición.47
¿Acepta usted los términos en los cuales se formula la presente encuesta?
Las siguientes dos (2) preguntas tienen como fin caracterizar el tipo de población bajo los ítems
de género y rangos de edad.
Género:
Rangos de Edad:
18 a 20 20 a 25 25 a30 30 a 40 40 a 50 50 a 60 60 o más
Las siguientes preguntas informan sobre el tránsito y las actividades en el centro de Bogotá.
1) ¿Con qué frecuencia transita usted la zona del centro de Bogotá en el área comprendida entre la
Calle 1° y la Calle 32, y la Avenida circunvalar y la Cr. 30?
a. Frecuentemente (4 a 6 días por semana)
b. Esporádicamente (3 a 4 días por semana)
c. Pocas veces (1 a 2 días por semana)
2) En una escala 1 (uno) a 6 (seis), donde 6 (seis) es el mayor agrado y 1 (uno) el menor, evalué las
siguientes localizaciones del centro de Bogotá según su gusto y agrado.
a. La carrera séptima (entre calles 10 y 26)
b. El centro internacional (entre calles 26 y 32)
c. La Candelaria.
d. El eje ambiental.
e. Parque Tercer Milenio.
f. La calle 19 (entre carreras tercera y séptima).
1 Al tener cualquier duda con respecto al carácter de la investigación, o a la encuesta misma, no dude en informarlo
al encargado del ejercicio.
Si No
Masculino Femenino
136
Las siguientes preguntas cuestionan el tránsito, actividades, residencia y uso de un sector
específico del centro de Bogotá. (Carreras 13 y 17 entre las calles 24 a la 26, barrios Alameda y
Santa Fe ubicados en las localidades de Santa Fe y Los Mártires).
3) ¿Con qué frecuencia transita la zona comprendida entre las carreras 13 y 17, entre calles 24 a la
26? (Barrios la Alameda y Santa Fe ubicados en las localidades de Santa fe y Mártires).
a. Frecuentemente (4 a 6 días por semana)
b. Esporádicamente (3 a 4 días por semana)
c. Pocas veces (1 a 2 días por semana)
d. Nunca
4) ¿Reside usted en la zona?
5) ¿Desempeña alguna de las siguientes actividades económicas en esta zona?
a. Comercial (compra y/o venta)
b. Educación superior
c. Prestación de servicios -trabajador(a)-.
d. Arrendamiento
e. No desempeña ninguna actividad económica en la zona
6) De las siguientes actividades, ¿Cuáles desarrolla principalmente en esta zona?
a. Culturales (teatro, visita de monumentos, etc.)
b. Administrativas (Trámites en notariado, fiscalía, etc.)
c. Recreativas (consumo de alcohol en establecimientos, baile, etc.)
d. Ninguna de las anteriores.
7) Considera usted la zona de la Cr. 13 hasta la Cr. 17 entre calles 24 a 26 como:
a. Insegura, con poco espacio público.
b. Insegura, con abundante espacio público.
c. Segura, con poco espacio público.
d. Segura, con abundante espacio público.
8) ¿Sabe usted qué es un plan de renovación urbana?
a. Si
b. No
Si su respuesta es negativa, no responda las siguientes preguntas. Gracias por su tiempo.
Si No
137
9) Considera usted que los planes de renovación urbana en el centro de Bogotá son:
a. Eficaces.
b. Insuficientes.
10) ¿Conoce usted el plan parcial de renovación urbana: „Estación central‟ ubicado en las Cr. 13 a 17
entre calles 24 a 26?
a. Si
b. No
Si su respuesta es negativa, no responda las siguientes preguntas. Gracias por su tiempo.
11) Cree usted que el plan parcial de renovación urbana: „Estación central‟. (Puede tomar más de
una opción).
a. Favorece la movilidad de la zona.
b. Favorece la seguridad en la zona.
c. Fortalece la inversión inmobiliaria en la zona
d. Genera sectores exclusivos en la zona
12) ¿Se ha fijado usted en la transformación que ha tenido la zona en el último año?
a. Si
b. No.
En caso afirmativo ¿Qué cambios puede identificar?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________.
Gracias por su atención y colaboración.
Si No
138
Anexo 12.
Tabla General de Resultados.
N° de encuestados 60 Personas 100%
Género Masculino: 18/30% Femenino: 42/60%
Rangos de
edad
18 a 20: 22/36,7% 21 a 25: 17/28,3% 26 a 30: 3/5% 31 a 40: 2/3,3%
41 a 50: 11/18,3% 51 a 60: 2/3,3% 60 o más: 2/3,3% Total: 60/100%
Frecuencia de tránsito por el centro de Bogotá. (días por semana)
Frecuentemente
(4 a 6 días)
Esporádicamente
(3 a 5 días)
Pocas veces
(1 a 2 días)
40/66,7% 14/23,3% 6/10%
Escalas de gustos-agrado (donde 6 es el mayor gusto y 1 el menor)
N° de personas.
Escala 1 2 3 4 5 6
Cr. Séptima 0/0,0% 0/0,0% 6/10% 17/28,3% 12/20% 25/41,7%
Centro Internacional 1/1,6% 4/6,7% 7/11,7% 16/26,7% 19/31,6% 13/21,7%
La Candelaria 2/3,3% 2/3,3% 12/20% 14/23,3% 20/33,4% 10/16,7%
Eje Ambiental 4/6,6% 13/21,7% 19/31,7% 10/16,7% 5/8,3% 9/15%
Parque Tercer Milenio 35/58,4% 17/28,4 4/6,% 1/1,6% 2/3,3% 1/1,6%
Calle 19 18/30% 25/41,7% 10/16,7% 2/3,3% 3/5% 2/3,3%
Frecuencia de transito por la zona de estudio
Frecuentemente
(4 a 6 días)
Esporádicamente
(3 a 5 días)
Pocas veces
(1 a 2 días)
Nunca
34/ 56,7% 8/13,3% 15/ 25% 3/ 5%
Residencia de las personas en la zona de estudio.
Si 7 personas: 11,% No 53 personas: 88,3%
Actividades Económicas desarrolladas en la zona
Comercio (compra o venta) 14 personas 23,3 %
Educación Superior 22 personas 36,7%
Prestación de Servicios (Trabajadores) 11 personas 18,3%
Arrendamiento (Residencial) 1 personas 1,7%
No desempeña 12 personas 12%
Actividades urbanas
Culturales (Teatro-Monumentos) 11 personas 18, 3%
Administrativa (Tramites en notariados etc.) 5 personas 8,3%
Recreativas (Baile, consumo, deportes). 16 personas 26,7%
Ninguna 28 personas 46,7%
Percepción de seguridad en la zona
139
Insegura, abundante espacio público 28 personas 46,7%
Insegura, poco espacio público 25 personas 41,7%
Segura, abundante espacio público 7 personas 11,7%
Segura, poco espacio público. 0 personas 0,0%
Conocimiento de renovación urbana
Conoce: 27 personas 45% No conoce: 33 personas 55%
Eficacia de los planes de renovación urbana en el centro
Basado en una totalidad del 27 personas (100%)
Eficaces: 9 personas 33,3% Insuficientes: 18 personas 66,7%
Conocimiento del plan parcial
Basado en una totalidad del 27 personas (100%)
Conoce: 16 personas 59,3% No conoce: 11 personas 40,7%
Consideración sobre „Estación Central‟
Basado en una totalidad de 16 personas (100%)
Si No
Favorece la movilidad 16 personas 100% 0 personas 0,0%
Favorece la seguridad 10 personas 62,5% 6 personas 37,5%
Fortalece la inversión inmobiliaria 13 personas 81,3% 3 personas 18,7%
Genera Sector exclusivo 12 personas 75% 4 personas 25%
Fijación de las transformaciones
Basado en una totalidad de 16 personas (100%)
Si: 14 personas 87,5% No: 2 personas 12,5%
Respecto a los cambios que las personas han identificado de la zona, se hará una sistematización
que están en el sentido de las respuestas otorgadas, pero que, por cuestiones de redacción serán
cambiadas sustancialmente, puesto que la transcripción literal en algunos casos carece de orden,
o sólo mencionan aspectos sustanciales, mientras que, en la oralidad, se expresaron mucho más
profundas.
1) La zona tiene “más mugre” está “más sola” y el “J23 se desvía por ahí”.
2) Ha habido una “ampliación de las aceras en esa parte” allí se refiere a la calle 24
según él encuestado señala, además afirma, que también ha habido una
“demolición de esas casas” que son las que se ubicaban en el actual lote sobre la
140
calle 25 con Cr. 13 a, de igual forma con esta demolición se evidencia que
“acabaron con las ollas que había por ahí, esas eran bravas”.
3) Sobre esta tercera, se identifica la complicación de la zona en términos de
seguridad, el encuestado afirma que “más complicado”, porque se percibe un clima
de inseguridad generalizada sobre la carrera 13 y que proviene principalmente del
lugar en donde se demolió.
4) Para el encuestado existe una transformación vial en donde “han hecho mejoras en
la vía” allí hay una “reestructuración” respecto a las obras en la Calle 22, también
afirma que “han abierto más negocios van a haber muchos más con ese plan” lo
cual refleja el cambio en la estructura de uso de suelo. La persona evidencia que
este cambio es “positivo para la zona, porque va a haber más trabajo para las
personas, en las obras y también mejoras en la movilidad, en todo”.
5) Esta persona señala que “tumbaron casas en las cuales habían ollas, eso ahí vendían
drogas.” Además también se refleja que existe un “mayor espacio público” y “ha
cambiado mucho” el paisaje de la zona respecto a “casas y edificios que habían
pero eso lo tumbaron y ha cambiado”.
6) Esta persona lo único que señala es: “lo único que he identificado es que han
demolido predios allá”, en referencia a la zona donde irá la etapa I del plan.
7) La persona que aquí escribe y afirma, es que “ha mejorado la seguridad” en tanto
que su percepción es mucho más positiva de lo que era antes, además, “ha
mejorado la clase en el sector” esto referido principalmente a las personas que allí
desarrollan sus actividades en esta área.
8) Para este caso se escribirá literalmente lo respondido: “En la parte cerca a la A.V.
Caracas por la calle 24 aproximadamente tumbaron dos edificios que han ayudado
a disminuir la presencia y conservación de habitantes de calle”.
9) En esta encuesta se confirman “los cambios en las estructuras, cerca a la Caracas”
también se observan “el cambio de andenes de la Caracas con 22 hasta la 13”
10) Aquí se marca que se “hacen nuevos edificios en esa parte” en la que se señala el
centro internacional que el encuestado llama “oficinas de garantías” aunque esta
denominación se hace no de una forma no muy segura en la respuesta. Además
afirma que hay “nuevos cambios en Transmilenio” y por último se dice que “en la
parte de atrás de acá” es decir, en la parte posterior al edificio del DNP, hay un
“derrumbe de casas y predios”.
11) Esta respuesta ofrece la visión en torno a una “mejora del sector con la
demolición, quitaron los moteles de allá” en referencia a los ubicados en la Cr. 13 a
así mismo, afirma que “en los lotes desolados hay habitantes de calle”, aunque en
términos generales “se ve más segura” la zona.
12) Está se afirma literalmente: “sigue inseguro, después de la demolición todo se
puso peor. Se ha bajado los niveles de venta. En seguridad todo ha empeorado.
Falta que tumben esos dos edificios” que son los ubicados en la calle 24. Además
141
afirma que “falta información sobre lo que van a hacer acá”
13) En esta encuesta se observa literalmente: “A manera visual, la zona está tomando
un aire más clasista y busca mostrar una ciudad más limpia y ordenada. Para poder
dar una respuesta más clara, aun hay que ver que los proyectos presentes en el
sector avanzan más, para poder definir si se acopla de manera adecuada en la zona.
14) Esta encuesta revela que “desde que quitaron el Bronx todos se han venido para
acá” esto referido a los habitantes de calle que se ubican tanto en el separador de
Transmilenio en la caracas, como en la intersección de la calle 26 y las áreas
circundantes, además, “no han dado ninguna información de lo que van a hacer, y
que va a pasar con nosotros”.
142
Anexo 13.
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES.
El CENTRO DE BOGOTÁ COMO ESPACIO CRÍTICO: PLAN PARCIAL DE RENOVACIÓN URBANA
„ESTACIÓN CENTRAL‟
ENTREVISTA (guion).
Esta entrevista tiene como objetivo, responder a la comprensión de elementos vinculados a la
producción social del espacio, además, de identificar la forma de habitar e interpretar la vivencia
en el espacio de „Estación Central‟, visto para éste momento como un periodo de transición en el
cual aún el proyecto se encuentra en una etapa de construcción (demolición) de predios.
1) Identificación de la personas (según el contexto dado para éste ejercicio, ésta pregunta
funge como filtro diagnóstico entre la disposición del entrevistado y la oralidad presente).
2) ¿Hace cuánto tiempo reside usted en el barrio?
3) ¿Qué tipo de residencia tiene usted en el barrio, cómo arrendatario, propietario? ¿Otro?
4) ¿Qué cambios puede identificar en esta zona desde el momento en el que empezó a
residir hasta ahora?
5) ¿Cómo es la seguridad en la zona?
6) ¿Ha sentido alguna afectación por la realidad del proyecto? ¿En qué términos?
7) ¿Cómo ha sido la información que usted ha recibido por parte de las entidades a cargo del
proyecto?
8) ¿Qué alternativas les ha ofrecido las entidades a cargo del proyecto?
9) ¿Qué información ha circulado de parte de sus vecinos u otros residentes en la zona que
usted conozca referidas al proyecto?
10) Cómo evalúa el proyecto en términos sociales, ¿favorece, desfavorece a la comunidad?