el amor jubileo de la dia por bandera valladolid toda castilla y león. 4 / septiembre 2015...

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Revista de la Familia Franciscana Conventual

Nº 40. SEPTIEMBRE 2015

El amor por bandera

Jubileo de la

Misericordia

2 / septiembre 2015 ConventualAntena

La iglesia de San Juan de los Reyes, en Toledo, detrás de una escultura en forma

de mano.

eDITORIAL Miel sobre hojuelas. 3eN FAMILIA Una bonita experiencia educativa. Juan A. Hidalgo 4PROYeCTO PASTORAL Soñar, volar, amar. Juan Antonio Adánez 5eDuCACIóNBocata solidario y fiesta para todos. Bernardino Román 6eNTRe COMILLAS Va por ellas Asunta Utande 7veRANO 2015Cuenta conmigo. Teresa Martínez 8La belleza del Evangelio. Susana López 10La esperanza es joven. Elvira Pardo 12CONveNTuALeSResilientes ante las pérdidas en el camino. Redacción 14CONCOMITANCIAS Una habitación propia. Isabel Español 15MISIONeS Colombia: Difícil de olvidar. Luis E. Larra Lomas 16eNTRevISTAFr. Antonio Royo: “Mi sacerdocio es una radicalización en mi adhesión a Jesús”. Luis E. Larra Lomas 20FRANCISCANISMOVivir la vocación con dignidad. Javier Ortega 22ASÍS DIReCTO Camino hacia la gloria (2). Abel García-Cezón 23HISTORIA Y vIDA Comienzos de la OFS en Granollers. Sergio Barredo 24eNTRe LIbROS Teresa de Jesús, siempre. Pepe Trívez 26De CINe Un día perfecto. Javier Gutiérrez 27DeSDe LA PALAbRA Jesús, la perenne novedad de Dios. Juan Miguel Vicente 28MIRADAS Hacer sitio. César Marcos 29PASTORAL JuveNIL vOCACIONAL Mucho más que una virtud. Juan Cormenzana 30

director: Luis E. Larra Lomas.

coNseJo de redAcciÓN: Bernardino Román • Sergio Barredo • Juan Miguel Vicente • Abel García-Cezón. coNseJo Asesor: Juan Antonio Adánez (pastoral) • Bernardino Hos-pital (Formación) • Roberto Llorente (centros educativos) • Juan Luis Cormenzana (pastoral Juve-nil Vocacional) • Jordi Alcaraz (misiones-Justicia y paz) • Antolín Mayo (orden Franciscana seglar) • Gonzalo Fernández-Gallardo (milicia de la inmaculada).

AdmiNistrAdor: Julián Pascual. diseño y mAquetAciÓN: Diego Tapia.

redAcciÓN y AdmiNistrAciÓN: C./ El Greco 16 (Batán). 28011 Madrid.teléfono 91 526 71 61 - Fax 91 526 11 16correo electrónico: [email protected] - pagina web: www.pazybien.org

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editA: Provincia Ntra. Sra. de Montserrat - Franciscanos Conventuales (España).

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depósito legal: b-26306-05. imprime: Gráficas dehon. 28850 torrejón de Ardoz (madrid).© No se permite la reproducción total o parcial de artículos y fotografías sin una autorización expresa de la dirección de la revista, que se publica trimestralmente en marzo, junio, septiembre y diciembre.

eN PORTADAJóvenes españoles participantes en el encuentro internacional Giovani verso Assisi el pasado agosto.

La iglesia de San Juan de los Reyes, en Toledo, detrás de una escultura en forma

de mano.

sumario

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Miel sobre hojuelasHa sido la Providencia o al menos una coincidencia providen-

cial. La Comisión de Pastoral de la Provincia tenía previsto tra-bajar durante el nuevo curso bajo el lema “Tú eres amor”, tomado, como en los cursos anteriores, de las Alabanzas al Dios altísimo de san Francisco. Lo que no podíamos sospechar es que otro Francisco, el Papa, iba a convocar un Jubileo extraordinario de la Misericordia del 8 de diciembre de este año al 22 de noviembre del próximo, de la solemnidad de la Inmaculada Concepción a la fiesta de Cristo Rey. Miel sobre hojuelas.

La convocatoria de este Año Santo de la Misericordia ha te-nido lugar a través de una bula, Misericordiae Vultus, que por su extensión y características más bien parece una mini encíclica. La tentación es llenar esta página de citas magistrales y magisteriales de un texto que no tiene desperdicio. Evitaremos la tentación a medias, al citar algunas frases célebres, mientras recomendamos vivamente su lectura. Ahí va la primera cita: “Misericordia es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado” (MV 2). Justamente lo que dice Francisco, el santo, el que practicó con los leprosos la misericordia: si Dios es amor, la caridad (AlD 4), todos los hijos debemos salir al Padre.

No cabe duda de que el amor, la misericordia, la caridad han teñido las actividades que se han desarrollado a lo largo del verano y que fundamentalmente tienen que ver con la Pastoral Juvenil y Vocacional. En estas páginas, como cada número de septiem-bre, damos cumplida cuenta de ellas: el Campamento urbano de Barcelona, el Taller Bíblico Porciúncula de Palencia y el encuentro Giovani verso Assisi en la tierra del Poverello. La crónica de lo visto y lo vivido en la Custodia de Colombia, el testimonio de la gracia del sacramento del orden sacerdotal recibida años después de la profesión solemne y otras noticias e informaciones completan las páginas de este primer número del nuevo curso.

Pero si justo y necesario es echar la vista atrás para recordar el pa-sado inmediato y la huella de la misericordia de Dios en él, no me-nos necesario y justo es mirar hacia adelante para vivir cada día con la promesa del que siempre estará con nosotros. Los grandes hitos del nuevo curso y los pequeños mojones necesitan ser vividos con muchas dosis de misericordia si no queremos morir en el intento.

Se trata de ser misericordiosos como el Padre, como pide el Papa Francisco al señalar el lema del Año Santo: “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo” (MV 10). Donde pone Iglesia añadamos Provincia y ya podemos empezar el nuevo curso.

editorial

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Cartas de los

lectores

Sergio –personaje encarnado por Álvaro Herrera–, acompañado de sus amigos, desenmascara al mago y a su ayudante su aviesa intención, dándoles su merecido castigo: limpiar la jaula de las fieras hasta que aprendan la lección de portarse bien y no perjudicar a sus compañeros.

La tradición sigue adelante y cre-ciendo, ya que el curso pasado pudimos disfrutar de un bonito proyecto que un profesor del colegio, codirector del grupo de Teatro infantil, ha llevado a cabo con su tutoría. La iniciativa surgió como una actividad interna que a lo largo del curso ha ido creciendo y desarrollándose hasta convertirse en una entrañable represen-tación en la que han participado los 22 niños y niñas de 4º A de Primaria.

Un buen día, dos hermanos que viven en un orfanato se cuelan en el sótano donde se guarda material escolar que ya no se usa y descubren una bola del mundo. A partir de ahí y de las preguntas que se hacen, recorren casi todo el globo conociendo canguros, pingüinos, esqui-males… gente de paz que les ofrecen su ayuda y su colaboración en la aventura de estos simpáticos niños que descubren las particularidades de todo el mundo.

Una muy bonita experiencia que los alumnos tardarán en olvidar. El teatro une, hace vivir experiencias nuevas, mo-tiva, desarrolla la responsabilidad, la dis-ciplina, el compañerismo, la creatividad, el valor, la memoria… valores humanos y positivos que, al fin y al cabo, educan.

en familia

Una bonita experiencia

educativa

Teatro infantil en el colegio San Francisco de Asís de Valladolid

La prueba de este éxito es que año tras año este grupo arrasa allá donde va, llevándose múl-tiples premios en cada certamen en el que participa. Este año han obtenido los siguientes premios en el certamen del colegio San Viator, un centro vecino que cada año organiza un impor-tante certamen de teatro infantil a nivel regional: Primer Premio al mejor grupo, Premio a la mejor dirección y Premio al mejor decorado.

En Mingorría, un pueblecito de la provincia de Ávila, que anualmente organiza un exitoso certamen de teatro infantil, el

grupo obtuvo los siguientes premios: Segundo Premio al mejor grupo y Premio al mejor actor para Álvaro Herrera. A estas men-ciones hay que añadir otros premios y galardones que ha obteni-do en diversas muestras teatrales de nuestra provincia y de otras provincias limítrofes en las que hemos participado.

Divertidas y con mucho mensajeLas representaciones del grupo de teatro (coloristas, dinámicas y muy divertidas) tienen siempre un mensaje. El curso pasado la trama se desarrollaba en un circo, donde un mago malva-do echaba una maldición a todos los artistas, que no podían realizar sus números circenses. El hijo de los dueños del circo,

Que el colegio san Francisco de Asís de Valladolid tiene una gran tradición teatral es algo conocido por todos. Quizá lo que no sabíamos es que está considerado como uno de los mejores grupos de teatro infantil de toda Castilla y León. Juan a. Hidalgo Valladolid


Soñar, volar, amar

pastoralproyecto

No lo olvidemos: estamos llamados a volar, a soñar, a “misericordiosear”, a amar sin límites… pero con Dios. Enamorados de Jesús, como Francisco de Asís. Con pasión, con fuerza.

He visitado recientemente el valle de los templos en Agrigento (Sicilia). Allí, en medio de columnas erguidas y caídas, en medio de templos antiquí-simos y preciosos, en medio de pinos y de un calor sofocante, como tirado en el suelo está la bellísima escultura de bronce de Ícaro con sus alas rotas, pero, sobre todo, con sus sueños rotos. Es obra del escultor polaco-alemán Igor Mitoraj.

¿Os acordáis? En la mitología griega, Dédalo construye unas alas a su hijo Ícaro para escapar de la isla que con-trolaba Minos. Igualmente le enseñó cómo volar y le advirtió que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera con la que estaban pe-gadas sus alas, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Pero Ícaro quiso volar, sur-car los cielos, ser como Dios. Y sucedió que, según iba ascendiendo y acercándo-se al sol, la cera se fue derritiendo e Ícaro cayó. Se derrumbaron todos sus suelos y todas sus aspiraciones…

“Tú eres amor”Hablo así porque estamos al inicio del nuevo curso. El lema que nos acompa-ñará es: “Tú eres amor, misericordia”. Nos quedan nueve meses por delante para sentir y potenciar el amor de Dios y su misericordia sin límites, infinita. Además, en el Adviento comenzará el

Año Santo de la Misericordia, un regalo del Papa Francisco para la Iglesia y la humanidad.

También al inicio del Adviento, el 5 de diciembre, beatifi-carán a nuestros hermanos franciscanos conventuales Miguel Tomaszek y Zbigniew Stralkowski, que fueron asesinados por Sendero Luminoso en Pariacoto (Perú), el 9 de agosto de 1991. Ahora la Iglesia nos los devuelve mártires.

Un curso, pues, lleno de cosas preciosas y santas. Y ese es el deseo que quiero transmitir en estas líneas: que nuestro amor, nuestra misericordia no estén sujetas con “ceras” que se derriten, sino con los lazos que el Espíritu Santo crea en nuestras vidas. Ojalá que nuestros sueños y proyectos sean aquellos que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Corazón apasionadoEl nuevo curso es una oportunidad para ejercitarnos juntos en el amor recíproco y en la misericordia. Es un regalo para tejer y entretejer los hilos de nuestra vida con los de nuestros hermanos y crear esa “ecología humana y franciscana” que tanto necesita nuestra sociedad y nuestra Iglesia.

Nosotros, frailes, y vosotros, laicos, que compartís con no-sotros esta tarea emocionante de la transmisión del carisma franciscano, estamos llamados a estar en la frontera, a gritar nuestra pasión y nuestra fe, esa que nos hace más humanos y más fraternos.

“Laudato sii” es el grito de Francisco fascinado por la grandeza del Creador. Es el grito de un corazón enamorado y apasionado. Dejémonos también nosotros atrapar en este vuelo de la alaban-za y pongamos alas a nuestro corazón.

Juan antonio adánez barcelona

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alumnos. Más tarde hubo exhibiciones de gimna-sia rítmica, kárate, carrera y partido de hockey. Los de 4º de ESO realizaron un artístico y gimnástico montaje y jugaron un partido de baloncesto y fút-bol con zancos. La mañana finalizó con una clase de zumba y la entrega de premios. Por la tarde hubo castillos hinchables, fiesta de la espuma y baile de graduación para los de 4º de ESO.

El domingo 21, alum-nos, profesores y padres asistieron a la eucaristía, muy bien preparada, que tuvo lugar en el templo parroquial; después hubo un concierto del coro del colegio, juegos en el patio y un concurso de dibujo. Los padres asistieron a una clase de bailes de salón y los que se apun-

taron participaron en una paella que se sirvió en el patio. Por la tarde, organizados por la AMPA, se colocaron de nuevo los castillos hinchables.

Parajes y monumentosEl lunes 22 fue el día dedicado a las excursiones. Los de la guardería se trasladaron a la kanguroteca de La Cistérniga; los de Educación Infantil, a la Granja Escuela “Las Cortas de Blas”, en Villalba de los Alcores; los de Primer Ciclo de Primaria al “Ecomuseo” de Valoria del Alcor; los de Tercer Ciclo, a Cuéllar; y los de ESO a Zamora y Tiedra. Aunque amaneció lloviendo, luego hizo un día soleado y todos disfrutaron con la contemplación de los diferentes parajes y monumentos.

Finalmente, el martes 23, Día Europeo de la Música, hubo talleres organizados por el grupo de rock vallisoletano “Happening” para los di-versos cursos y secciones, y un concierto de rock en el salón de actos; además, los alumnos de Primaria asistieron a la proyección de una película. Alumnos, profesores y padres disfrutaron de estas fiestas haciendo que resultaran un rotundo éxito.

Carrera o bocata. Este año tocaba bocata, por-que el año pasado fue el turno de la carrera. Con esta iniciativa solidaria los alumnos del colegio San Francisco de Asís de Valladolid celebraron el 10 de junio pasado un acto en favor de los pro-yectos de Misiones Franciscanas Conventuales en Colombia, que incluyen los apadrinamientos en Medellín y Bogotá y el apoyo escolar y el co-medor social para niños y personas mayores en Corozal, en el Caribe co-lombiano.

En el acto, que se ce-lebró bajo el lema “Dar y recibir: ¡qué belleza!” y fue precedido la semana anterior por una tutoría preparatoria, un corazón, una cinta y un bocata simbolizaron el mensaje solidario entre ambos países (España y Colombia), junto a una hucha donde se recogieron las aporta-ciones de los alumnos.

Por su parte, el colegio celebró sus fiestas del 19 al 23 de junio con diversas actividades, en las que también participaron los padres. El día 19 los alumnos de 2º Ciclo de Primaria se trasladaron al “Valle de los seis sentidos”, en Renedo, cerca de Valladolid. Por la mañana, los demás asistieron a diversos talleres y a una representación de los alumnos de Música de 4º de ESO, denominada Camp Rock 2: The SanFran Jam, una adaptación libre de la película “Camp Rock 2: The Final Jam”. Por la tarde participaron en una Gymkana que or-ganizó el AMPA en el patio, donde también hubo bailes, diversas actuaciones y una verbena popular.

Deporte y másEl día 20 se organizaron en el patio competiciones deportivas: fútbol sala, baloncesto, minibasket, voleibol, ping-pong, pruebas atléticas, salto de altura y lanzamiento de peso, y un partido de fút-bol entre padres, profesores, alumnos y antiguos

educación

Colegio San Francisco de Asís de Valladolid

El final de curso pasado estuvo marcado por la celebración del bocata solidario por Colombia y las fiestas del colegio durante cinco días, en las que participaron alumnos, profesores y padres.

Bocata solidario y fiesta para todosBernardino román Valladolid


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Entre comillas

Cuando les lleguen mis palabras supongo que el verano habrá terminado, al menos

el oficial, ya que la climatología se nos ha mani-festado como una alumna rebelde, algo díscola y con ganas de llevar la contraria. Se acabó el tiempo de las no-rutinas; y los meses que nos esperan llevan asociadas ciertas “liturgias laicas”. Por cierto, recuérdenme que pregunte por ahí si esto de las “liturgias laicas” es un oxímoron, que lo usan mucho últimamente en los artículos de opinión y una quiere estar a la altura.

A lo que iba, hay liturgias públicas: vuelta al trabajo, vuelta al cole, días cada vez más cortos, empezar a sacar la “rebequita”, y otras más priva-das: mi cumpleaños, semana de cine, San Fran-cisco, Santa Teresa. Sí, el 15 de octubre celebro Santa Teresa y no porque sea una oportunista religiosa sino porque en esto de los carismas me confieso mestiza. Tengo un pasado teresiano

que, por casualidades de la vida (si es que exis-ten), ha salido a mi encuentro en estos últimos meses.

Me eduqué entre mujeres que tomaron a San-ta Teresa como ejemplo de vida y justo este año que se celebra el V Centenario del nacimiento de la Santa me he reencontrado con algunas de

ellas. Así que, con permiso de la línea editorial de esta revista, permítanme aportar mi granito de arena a esta celebración. No se me retiren, que no les voy a teorizar sobre Santa Teresa, que para eso “doctores tiene la Santa Madre Iglesia”, pero déjenme contarles un poco de lo que a mí me llegó de su legado.

Como la climatología, fui una alumna un poco rebelde, algo díscola y con ganas de llevar la con-traria. Y si ustedes piensan que les voy a contar cómo me corrigieron este carácter a veces un poco imposible, se equivocan. No solo lo acepta-ron sino que lo pusieron en valor y me enseñaron a valorarlo a mí también. Ahora los psicólogos lo llaman “fomentar la autoestima”, pero no creo que ellas lo hicieran por eso.

Como tampoco creo que fueran expertas en la igualdad de género, pero me educaron de modo que a lo largo de los años no he sentido que mi género contara como argumento a favor, pero tampoco en contra. Me enseñaron además que en esto de la fe, como en la vida, no hay una única manera de ser mujer o cristiana, de modo que podemos optar por la candidez, el vestido azul y la mano lánguida… o no.

Con ellas aprendí el valor de la hondura, de mirar hacia dentro, de tener un espacio íntimo y propio donde establecer la morada y donde hablar con Él. Aprendí a llenar mis palabras de verdad. A sentir que la palabra dicha me com-promete. Algo que por genética o por ejemplo he debido pasar a M., que con sus cuatro años ya me responde: “Lo que se dice, no se retira”. También me enseñaron que la paciencia todo lo alcanza, pero me temo que esto no lo aprendí muy bien.

Ellas tienen nombre: Margarita, Montse, Felisa, Concha… pero sobre todo son las Te-resas de mi vida, las que con su vida y pala-bra me transmitieron el espíritu de la Santa. Y como hace tiempo que aprendí que el pasado que uno tiene, su historia, no solo es importante aceptarlo sino celebrarlo, aquí estoy celebrando este pasado, esta historia. Va por ellas.

Va por ellas

asunta utande

y salida al parque de atracciones del Tibidabo. Aunque los dos grupos funcionaban de manera autónoma, uno de los días nos juntamos para realizar una gran gymkana. El tema elegido fue los piratas y tanto los niños como nosotros dis-frutamos mucho de todos los juegos, terminando con unos trucos de magia que hizo Dani, uno de los alumnos de Valladolid, y que nos dejó a todos con la boca abierta.

El tercer grupo participó en un taller de cocina junto con otros chicos de su edad. Se trata de un modo nuevo de hacer voluntariado donde prima la relación y la creación de vínculos entre los jóvenes. Esta actividad resultó muy interesante ya que los jóvenes aprendieron no solo diversas recetas sino que pudieron descubrir lo divertido que es cocinar.

Ocio y fraternidadPero no todo ha sido trabajo. Por las tardes, y ya en clave de ocio y fraternidad, tuvimos la oportunidad de hacer muchas cosas. El lunes y el jueves estuvimos en la playa, donde pudimos disfrutar del mar y del sol. También tuvimos

Unidos por el lema “Cuenta conmigo”, veinte alumnos de 4º de ESO y 1º de Bachillerato de los colegios San Buenaventura (Madrid) y San Francisco de Asís (Valladolid), junto con seis monitores, viajamos hasta Barcelona para vivir una experiencia inolvidable: colaborar como vo-luntarios en la Asociación Sao Prat, un proyecto integral de atención a la infancia más necesitada en San Cosme, uno de los barrios más deteriora-dos de El Prat de Llobregat.

El voluntariado estaba pensado de lunes a viernes, de 9 de la mañana a las 4 de la tarde, y para ello nos dividimos en tres grupos. El primer grupo se encargó de los niños más pequeños, de cuatro a ocho años, un total de cuarenta niños. Con ellos realizamos un taller de cocina fría, un dragón con cartones de huevos e infinidad de juegos adaptados a su edad. Además, pasamos una mañana en la playa y visitamos el parque de bomberos, que hizo las delicias de los más pequeños.

El segundo grupo estuvo con treinta niños de nueve a doce años. Dada su edad, las actividades fueron más dinámicas: playa, piscina, rocódromo

Del 12 al 19 de julio en El Prat de Llobregat

Una de las actividades propuestas por la Comisión de Pastoral Juvenil para este verano ha sido el Campamento urbano, que tuvo lugar en Barcelona del 12 al 19 de julio.

Cuenta conmigoteresa martínez Valladolid


Campamento urbano en BarcelonaVerano

Cuenta conmigo

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la suerte de conocer la obra del genial arqui-tecto Antonio Gaudí en el Parque Güell y en el templo de la Sagrada Familia, donde el día de san Buenaventura, 15 de julio, celebramos la eucaristía en la crip-ta. Otra de las tardes la dedicamos a conocer el centro de Barcelona.

Una de las noches tuvimos la ocasión de compartir una cena con los hermanos de la comunidad de Barcelona, que durante esta semana nos acogió fraternamente en su casa. En ella estuvieron presentes varios miembros de la comunidad eclesial que, después de la cena, compartieron con nosotros algunos de los proyectos sociales que llevan adelante a favor de los más pobres del barrio.

Al terminar cada jornada teníamos un mo-mento de oración, un tiempo de silencio para en-contrarnos con nosotros mismos y con Dios. A cada joven se le entregó un cuaderno de bitácora en el que cada noche apuntaba los sentimientos que había experimentado a lo largo del día. Era un momento muy especial porque nos ayudaba a repasar todo lo vivido durante el día, a tomar conciencia de lo afortunados que éramos y a des-cubrir toda la belleza que Dios nos había regalado por medio de las risas y los abrazos de los niños, el sol, el mar, el poder disfrutar todos juntos...

Un momento especial fue la oración del jueves por la noche, en la que Fr. Juan Antonio Adánez nos ayudó a orar con nuestras manos, tomando conciencia del valor que tienen para hacer el bien y bendecir.

Peregrinos a MontserratEl sábado fue un día distinto desde el princi-pio. Peregrinamos hasta Montserrat. Según nos acercábamos, ya nos quedamos impresionados por la majestuosidad del paisaje. Pero lo más im-portante estaba por venir. Tuvimos la suerte de poder estar solos en el camarín de la Virgen; allí, todos juntos, aprendimos a rezar el Rosario. Fue un momento emotivo y muy participativo ya que fuimos ofreciendo cada misterio por personas cercanas a nosotros a las que queríamos pre-

sentar ante nuestra Madre de Montserrat para pedir su amparo y protección.

Por la tarde tu-vimos un encuen-tro con uno de los monjes benedictinos del monasterio, que compartió con noso-tros el proceso de su vocación y cómo es su vida en la actua-lidad, un testimonio precioso que suscitó

muchas preguntas y curiosidades en los jóvenes. Al caer la tarde fuimos a Granollers, el primer convento de la Provincia después de la restaura-ción de la Orden en España, donde los hermanos nos acogieron con los brazos abiertos. Después de invitarnos a cenar en el patio, habían prepara-do para nosotros una vigilia de oración y alabanza en la que pudimos dar gracias a Dios por tantas vivencias como nos había regalado a lo largo de todo el campamento.

Han sido días intensos en todos los senti-dos. Queremos dar gracias a todos los que nos han acogido y acompañado durante esa semana. Hemos aprendido mucho de todos ellos. Y, sobre todo, hemos experimentado que, aunque can-sados, estos días de fraternidad nos han hecho realmente felices. Hemos podido sentir entre no-sotros la presencia de Dios, que nos quiere y nos cuida, y hemos podido ver todo lo bello que nos regala en cada momento.

Jóvenes participantes

en el campamento en el taller de

cocina. Debajo, durante la

gymkana de los piratas. En la otra

página, tras el encuentro con un monje

benedictino en Montserrat.

Profundizamos en la etimología del término y la formación de los textos, los géneros literarios, los estilos, las características, y en los mensajes centrales de Mateo, Marcos, Lucas y Juan en referencia al contexto de la sociedad de Jesús y a nuestra propia vida, a nuestra relación con Dios. Y, como el Pobre de Asís, le pedimos a Fr. Francesco que nos explicara la Palabra detenida-mente para saber qué es lo que queremos, lo que buscamos, lo que anhela nuestro corazón y lo que Dios quiere de nosotros.

Buena noticia provocadoraLas jornadas comenzaron con una larga y mi-mada introducción para entender, de un modo más amplio, la palabra “evangelio”, que significa “buen anuncio”. Es la buena noticia que no deja indiferente al receptor sino que provoca cambios en su vida. Y Jesús es esa Buena Noticia que en el Evangelio nos interpela y que provoca el encuentro personal con Él, la escucha atenta de su Palabra y la entrega para anunciar su mensaje.

Como san Francisco de Asís al terminar de restaurar la ermita de San Damián, volvi-mos a Palencia a una nueva experiencia lla-mada Porciúncula. De la mano de la Comisión de Pastoral Juvenil, y animados por Fr. Juan Cormenzana, llegamos al colegio Santa Clara de Asís con la maleta cargada de ilusión: la Biblia preparada para ser reflexionada; el cuaderno abierto, deseoso de cargarse de tinta; y nuestro corazón dispuesto a encontrarse con los herma-nos y con Dios.

Las hermanas clarisas franciscanas misioneras del Santísimo Sacramento nos acogieron con una alegría especial pues participaba también con nosotros un grupo de junioras (profesas) procedentes de Italia que continuaban, en el tiempo estival, su formación. Allí, guiados un año más por Fr. Francesco Cocco, profesor de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia Urbaniana de Roma y, sobre todo, buen comuni-cador, gran hermano y persona, comenzamos a conocer el Evangelio.

Del 24 al 29 de julio en Palencia

Del 24 al 29 de julio tuvo lugar en Palencia el III Taller Bíblico Porciúncula. Procedentes de diversos lugares de España e Italia, compartimos cinco días de encuentro, fraternidad, oración, aprendizaje y comunión a la luz del Evangelio.

La belleza del Evangeliosusana lÓPez madrid

Taller Bíblico PorciúnculaVerano


Del 24 al 29 de julio en Palencia

En la redacción de los textos evangélicos, el núcleo que da sentido y hace eterno este mensaje es el kerygma, el anuncio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Este anuncio fundamental vertebra también la predicación de Jesús y los relatos de su vida.

Reflexionamos sobre la dinamicidad del Evangelio, sobre cómo la Palabra de Dios nos descoloca, nos saca de nuestros planes y cues-tiona nuestros proyectos, nuestra vida. Y, como todas las relaciones, conlleva la necesidad de po-nernos en juego y de establecer un vínculo per-sonal con Él. Dios entra en relación directa con nosotros, con los hombres a través de Jesucristo para que pueda hablar, tocar, compartir, sufrir,

amar, escuchar… hacerse carne como uno de nosotros.

Por eso, como la primera comunidad y como nos indica una de las fases de formación de los textos evangélicos, la transmisión oral, hoy nos encontramos con la Palabra viva en primer lugar a través de la liturgia, celebrando y haciendo memorial de la cena de Jesús; en segundo lugar, en la catequesis, conociendo y comprendien-do lo que se está celebrando, planteándonos la necesidad de ofrecer una respuesta personal al Señor, haciendo experiencia de fe; y por último, en la misión, sintiéndonos enviados a anunciar la buena noticia siendo testigos de Jesús resu-citado. También hablamos de Evangelio como

género literario en el que se establece un fuerte vínculo entre la historicidad de Jesús y el Cristo de la fe, el anuncio de la salvación.

En la urdimbre del corazónDurante estos cinco días se nos remo-vió el corazón. Nos encontramos con la Palabra, con el Evangelio que nos habla a cada uno de nosotros situándonos en nuestra propia realidad. Tras las claves que Fr. Francesco nos dio, y la lectio divina de cada día, hemos continuado tejiendo la urdimbre que cuida nuestra relación con Dios y le pone a Él en el centro de nuestra vida, haciéndonos sentir, a pesar de nuestras debilidades y fragilidades, su presencia. Nuestros oídos no están sordos: la escucha de la Palabra no nos deja indiferentes, nos cambia el corazón.

Volvimos a casa contentos, emocio-nados y asombrados porque Dios busca nuestro rostro y nos invita a volvernos a Él en nuestro camino. Y también agradecidos por el cariño y el encuentro con los hermanos, por la ilusión con la que Fr. Juan nos ha invitado a participar en el taller; por la acogida de los hermanos de la comunidad de Palencia y las religiosas en su casa; por los detalles de Fr. Miguel Ángel Marcos; por la compañía del vicario provincial, Fr. Ángel Mariano Guzmán, y por la delicadeza con la que Fr. Francesco nos ha mostrado a Dios. Y, sobre todo, agradecidos a Dios porque, aun sintiéndo-nos ignorantes y pobres, nos ama y nos envía a nuestras comunidades a anunciar que Cristo ha resucitado.

Dinámica de grupo durante el taller bíblico.

Debajo, oración en la

capilla. Al lado, foto de los

participantes frente a la parroquia

María Reina.

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peregrinación a la ermita de San Damián, donde Fr. Abel nos explicó las experiencias vividas por san Francisco y santa Clara en ese lugar.

Más tarde, de camino a la basílica de Santa Clara, y tras disfrutar de nuestro primer gelato, oramos ante la cruz original de San Damián y visitamos la tumba de santa Clara. Impresionante ver a tanta gente rezando. A continuación cele-bramos la eucaristía en la catedral de San Rufino, donde el obispo de Asís, Mons. Domenico, nos dio la bienvenida en nombre de toda la diócesis.

El martes por la mañana peregrinamos a Rivotorto, cuna de la Orden, donde algunos frai-les nos hicieron una representación de lo que sucedió en aquel lugar: la llegada de los primeros compañeros. Fue una actuación muy especial y entretenida. Después de comer viajamos a Roma. Nada más llegar, algunos hicieron un voluntaria-do con los pobres y los demás tuvimos una vigi-lia de oración para orar por ellos con exposición del Santísimo en plena naturaleza.

Audiencia con el PapaEl miércoles era el día esperado, y no por el ma-

De España fuimos más de cincuenta chicos y chicas. Hasta Asís viajamos en autobús, un viaje largo, veintiocho horas. Pero aprovechamos para charlar, reír, cantar, rezar, dormir, e incluso hubo alguna interrupción inesperada del viaje… Así hi-cimos comunidad y nos sentimos una gran familia.

Llegamos a Asís el domingo 2 de agosto, nos instalamos en el camping y celebramos la eucaristía en la iglesia de Santa María, donde Francisco se despojó de sus ropas y fue acogido por el obispo Guido. Al terminar la eucaristía nos acercamos a la Basílica Superior de San Francisco, donde tuvo lugar la vigilia de bienvenida, presi-dida por Fr. Mauro Gambetti, custodio del Sacro Convento. Al finalizar bajamos por grupos lin-güísticos a la tumba de san Francisco.

El lunes empezó con una divertida caza del te-soro en la que nos dividimos en grupos mezclados de todos los países. Teníamos dos objetivos: visi-tar cuatro lugares emblemáticos de la vida de san Francisco en Asís y hacernos en cada una de ellos una foto original que actualizase lo que allí ocurrió. Ganaban los que llegaran primeros y se hicieran la foto más graciosa. Después de comer fuimos en

Del 1 al 10 de agosto en Asís

Los diez primeros días de agosto jóvenes de varios países participamos en el encuentro internacional “Giovani verso Assisi”, bajo el lema “La esperanza es joven”.

La esperanza es jovenelvira Pardo madrid

Verano Giovani verso Assisi


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Del 1 al 10 de agosto en Asís

La esperanza es joven

drugón que nos pegamos, sino por la audiencia con el Papa, que pronunció unas preciosas pa-labras llenas de sabiduría y humildad. Y, como siempre, el Papa atento con los enfermos y los necesitados; en fin, un crack. Ocho de los jóve-nes que participaron en el encuentro tuvieron la oportunidad de saludar personalmente al Papa, siendo uno de ellos Dani, de nuestro grupo de españoles. Tras la audiencia visitamos varios de los monumentos más emblemáticos de la ciudad eterna. Terminamos el día celebrando la eucaristía en la basílica de los Santos Apóstoles, sede de la Curia General de los Franciscanos Conventuales.

El jueves por la mañana, los que no habíamos hecho voluntariado con los pobres participamos en una experiencia de nueva evangelización por las calles de Roma. A los españoles nos tocó ir a la Plaza de España. Mientras unos cantaban, otros bailaban y otros hablaban con la gente que pasaba y nos podía entender chapurreando inglés, francés, alemán, portugués, lenguaje de signos o lo que hiciera falta.

Al principio estábamos preocupados por las posibles reacciones de la gente, te crees que va a ser incómodo, te van a mirar mal o no vas a saber qué decir, pero lo curioso es que es mucho más fácil de lo que te esperas, la mayor parte de la gente está encantada de oírte y una vez que em-piezas a hablar sale solo. Anunciar el Evangelio no es tan difícil, no tienes que ser ni el que más sabe ni el que más reza, solo necesitas darte cuenta de que cuando algo te hace feliz deseas compartirlo para que llegue a todos.

Después de comer celebramos la eucaristía en la abadía cisterciense de Tre Fontane, donde, según la tradición, fue martirizado el apóstol san Pablo. Por la noche, y ya de vuelta en Asís, tuvimos adoración eucarística toda la noche. Los españoles elegimos el turno de las 5 de la maña-na; somos así de duros.

Rezo y confesiónEl viernes por la mañana estaba destinado a los talleres. Podías elegir entre oración, lectio divina, música, poesía, periodismo, vídeo o ir al mejor, ultimate frisbee. Después de comer peregrinamos a la basílica de Santa María de los Ángeles donde visitamos la pequeña iglesia de la Porciúncula. Más tarde, después de cenar, tuvimos una ce-lebración penitencial presidida magistralmente por Fr. Francesco Cocco: qué genial es ver a tanta gente joven rezando y confesándose.

El sábado por la mañana visitamos la basílica de San Francisco. Fr. Abel nos explicó las repre-sentaciones de Giotto combinándolo con una catequesis preciosa. Por la tarde celebramos la eucaristía en la Basílica superior, cenamos en la plaza de San Francisco y ya de noche cada país hizo una representación de algo típico. Los espa-ñoles fuimos los más divertidos.

Y llegó el domingo, qué pena, nuestro últi-mo día, qué rápido había pasado todo. Emotiva eucaristía de despedida en la Basílica inferior presidida por Fr. Marco Tasca, ministro general, quien al concluir la celebración nos regaló a cada participante un frisbee que recibimos con mucha solemnidad. Nos despedimos de san Francisco, comimos y de nuevo vuelta a casa en autocar.

Y así acaba esta experiencia tan extraordina-ria. Te transforma, te sientes agradecido y te das cuenta de que realmente la esperanza es joven y que es mucho más fácil vivir la fe en comunidad. Si me tengo que quedar con una sola frase del encuentro, sería: “Merece la pena ser cristiano”.

Interior de la Basílica Superior.

Arriba, frente a San Damián. En la otra página, delante de la Basílica de San

Francisco.

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término técnico de resiliencia, que es el otro extremo del victimismo y la rigidez. Se trata de “una metáfora generativa que construye futuros posibles sobre la espe-ranza humana y la consecución de la felicidad ante los sufrimientos, los traumas y el dolor padecido”. Ante situaciones adversas, el fraile puede estar herido, pero no vencido.

De la poda a la alegríaLa clave evangélica para entender esta realidad humana es la parábola de la vid y los sarmientos que Jesús narra en el evangelio de Juan (15, 1-17). Esa es la clave para afrontar la pérdida y superar el duelo, pasar de la poda a la alegría, aprovechar las circunstancias adversas para

Formación en inteligencia emocional y espiritual

Un total de 54 frailes de la Provincia participaron en dos tandas, el 23 y 26 de junio pasado, en un encuentro de formación permanente sobre inteligencia emocional y espiritual en la vida consagrada.

Resilientes ante las pérdidas en el caminoredacciÓn madrid

Vivir el pasado con agradecimiento, el presente con pasión y el futuro con espe-ranza es el triple reto que el Papa Francisco ha pedido a los religiosos en el Año de la Vida Consagrada. Pero los consagrados no están exentos de afrontar los cambios que se producen en la vida por razón de la edad o de otras circunstancias. Ante las pérdi-das en el camino vocacional, se impone ser emocionalmente inteligentes.

Ese fue el trasfondo del curso de for-mación sobre etapas de la vida celebrado en el colegio San Buenaventura de Madrid y dirigido por los profesores José Carlos Bermejo, religioso, y Valentín Rodil, laico, del Centro de Humanización de la Salud, en manos de los Religiosos Camilos. El ob-jetivo del curso era “vivir en clave creyente y creativa los cambios personales y comu-nitarios” y caminar “hacia un momento presente provechoso y saludable”.

Apoyados en exposiciones teóricas y en varios ejercicios prácticos, los ponentes abordaron algunas “patologías más allá del médico” propias de la vida fraterna en comunidad, además de referirse a temas como asumir la vulnerabilidad, la capaci-dad de posponer la gratificación y manejar la frustración, la integración de las propias sombras, madurar a partir de la elaboración de la pérdida, respuestas empáticas para mejorar las relaciones humanas.

La posibilidad de crecer en situaciones adversas, difíciles de crisis se define con el

conventuales


crecer y madurar. “La pérdida es la dinámica del creci-miento de la persona. En la vida no hay pérdidas, hay cambios”, indicó Rodil, experto en el acompañamiento y la escucha en el duelo.

Ante la pérdida, es el momento de dejar tareas pero no la misión, porque “la consagración es la misión”, añadió Rodil. Sea como fuere, para afrontar la pérdida es necesario aceptar lo que ha pasado, dar cauce a las emo-ciones (que muchas veces favorecen la superación del duelo), acomodar conductualmente la vida a la nueva realidad, convertir la pérdida en una forma de supera-ción y cambiar los esquemas existenciales y religiosos. En definitiva, la resiliencia es “un canto a la libertad contra el determinismo”.

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Concomitancias

Cada verano, los prados y arboledas que ro-dean el Palacio de la Magdalena de San-

tander se pueblan de estudiantes y profesores de todo el mundo que acuden a los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Extasiados, contemplan la bahía desde el pro-montorio, transportados a otra dimensión, en un particular peregrinaje a los templos del saber. To-dos buscan. La oferta es amplia y variada, y se dan las condiciones para que aflore la creatividad, que suele ser hija del lujo, o sea, de lo que no es estrictamente necesario o urgente para subsistir, por ejemplo: el disfrute del tiempo y del espacio.

Espacio tenían poco algunas mujeres de mo-desta clase media, que serían, sin saberlo, pre-cursoras de la novela realista inglesa hace dos siglos. Cambiaron la aguja de coser por la plu-ma para ayudar a sus familias escribiendo un género cómodo de cultivar desde su puesto: la sala de estar. Allí recibían visitas, escuchaban y observaban en las oscuras tertulias de lluvia ámbar, entre continuas interrupciones por temas domésticos. Quizás se habrían dedicado a conducir su propia vida –y no la de sus per-sonajes– si hubieran tenido una habitación propia, como dice Vir-ginia Wolf en el ensayo que lleva este nombre.

Las mujeres que trabajamos dentro y fuera de casa creemos gestionar muy bien el tiempo por-que somos capaces de meter en un día montones de cosas diver-sas, una tras otra y varias a la vez. Tanta competencia, ¿no tendrá trampa? Ser tan activas en lo genérico (como madres, empleadas, profesionales...) a veces nos impide atender esa tarea personal e intransferible de construirnos a nosotras mismas. Si no nos tomamos el tiem-po y la distancia para observar lo que hacemos y preguntarnos por qué lo hacemos, las tramas de las vidas de los demás pueden con nuestro personaje.

¿Qué relatos inspiraremos en el futuro las mu-jeres de hoy y de aquí? ¿En qué habremos sido

ejemplo a seguir? La ejemplaridad no es una etiqueta moral sino una trayectoria, un estilo que se va gestando poco a poco, no de una manera artificiosa sino fruto de experiencias y decisiones más o menos acertadas. Es algo más que un re-ferente, que podría reducirse a “lo notorio” o “lo célebre”. Es una propuesta de superación que ilumina un camino y moviliza las fuentes del entu-siasmo personal, como ha dicho un filósofo estos días. Y aquí la velocidad no es un valor añadido.

Al final, la aceleración acaba produciendo atasco y paralización. El ritmo no fluye si no pone-mos intervalos vacíos, umbrales, puntos y aparte; si no ordenamos los párrafos con una intención. La cantidad de sucesos no genera de por sí tensión narrativa y calidad de la novela. Pueden “suceder” muchas cosas sin que verdaderamen-te “acontezca” nada. Del mismo modo, una vida plena, “cumplida” no es una vida más larga ni más

llena ni más exitosa. Es una vida que se despliega atravesada de sentido, que destila una fragancia reconocible.

Por cierto, el olfato es el sentido del recuerdo y del despertar, quizás porque el aroma tarda en crearse y prender. Pero perdura, sobrevive a las personas. El tiempo-espacio no es una línea, la sacrificada cuerda de tender que soporta el exce-sivo peso de ropa que le colgamos. Es también el aire amable que la orea, que la seca y la perfuma. Deberíamos mejorar nuestra relación con él.

Una habitación propia

isaBel esPañol

misiones

Bogotá, Medellín, Corozal, Cartagena de Indias, Cali, Filandia… Lo que sigue es la crónica de una estancia de 23 días difícil de olvidar por parte de la dilatada y ancha tierra colombiana.

La primera vez que oí hablar de Colombia en relación con la Orden fue en el lejano octu-bre de 1979. Entonces tenía 15 años, estudiaba segundo curso del extinto BUP en el seminario de Granollers y despedía con mis compañeros desde la ven-tana de la clase al que durante

por parte de la dilatada y ancha tierra “labrantía” colombiana.

Todo empezó el 7 de julio pasado, cuando embarqué hacia Bogotá con la compañía Avianca. El avión llegó puntual, tras diez horas de vuelo. En el aeropuerto de la capital colombiana me es-peraba Fr. José Andrés y César, un postulante. En coche recorri-mos toda la ciudad, pues el con-vento-seminario San Antonio de Padua se encuentra en la parte opuesta al aeródromo de El Dorado. Atravesar la capital es toda una odisea y un auténtico ejercicio de paciencia francisca-na, pues el tráfico produce un caos monumental.

Llegar al convento, saludar, tomar algo, instalarse en la habi-tación y empezar a trabajar. Esa misma tarde, cuando todavía no había hecho mella la diferencia horaria, tuve el primer encuen-

luis e. larra lomas madrid

el último año había sido uno de mis profesores y formadores. Fr. Antonino Jarabo salía como misionero hacia el país latino-americano en la incipiente pre-sencia de la Orden a través de la Provincia de España.

Treinta y seis años después he podido conocer de primera mano aquello de lo que tanto he oído hablar en estas más de tres décadas de presencia francis-cana conventual en Colombia, una realidad que hoy llamamos Custodia San Francisco de Asís, presente en cinco localidades y formada por seis fraternida-des donde desarrollan su misión más de dos decenas de frailes conventuales colombianos, a los que hay que sumar cinco profe-sos temporales, tres novicios y doce postulantes.

Lo que sigue es la crónica de una estancia de 23 días de julio


Difícil de olvidarColombia

Vista de una de las calles

empinadas del barrio El Pinal,

con la parroquia Hermano

Francisco al fondo (y a la izquierda). En la otra página, niños y mayores

en Corozal.

tro con los siete postulantes de segundo año. Hubo preguntas, respuestas, testimonios voca-cionales, momentos para com-partir. Jóvenes alegres que rezan, estudian y trabajan en las tareas domésticas.

Al día siguiente tuve la suerte de acercarme con Fr. Alex, su madre y otro postulante a dos lugares cercanos a Bogotá: la mi-na de sal de Zipaquirá y el san-tuario mariano de Chiquinquirá, donde se venera a la patrona de Colombia. El 9 de julio visita-mos el centro de Bogotá y sus monumentos más representa-tivos. Al regresar al convento tuve un nuevo encuentro con

los postulantes de segundo año, esta vez en torno a la figura de san Francisco, y después nos acercamos a celebrar la fiesta de la patrona de Colombia a la vecina parroquia de San Luis de Tolosa, regida por los frailes.

En la mañana del día 10 ini-ciamos el primer viaje largo en carro (coche). Ir de Bogotá a Medellín es un trayecto pesa-do, pero merece la pena por la espectacular belleza del paisaje. Llegamos a Medellín de noche. Al atravesar la ciudad de punta a punta para llegar a Itagüí, en el área metropolitana, donde se encuentra el convento-semina-rio San Maximiliano Kolbe, solo

pudimos ver las lucecitas que prendían en las humildes casas que se asientan en las laderas de las colinas.

Eterna primaveraA la mañana siguiente pude comprobar lo que la noche an-terior había vislumbrado en claroscuro. En compañía de Fr. Fabián, profeso temporal, nos acercamos al centro de la ciudad. Lo hicimos en Metro. La prime-ra gran diferencia con Bogotá. La capital colombiana no tiene Metro, y Medellín sí, aunque en superficie. La segunda es que en Bogotá hace bastante frío, por encontrarse a 2.600 metros so-bre el nivel del mar, y Medellín es la ciudad de la eterna prima-vera, por su temperatura siem-pre apacible.

De vuelta a casa, un jugo (zumo) natural reconfortan-te da paso al encuentro con los novicios. Son cinco en to-tal, aunque dos proceden de la Custodia de Centroamérica (uno de Nicaragua y otro de Costa Rica) y los tres restantes son colombianos. De nuevo, como

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Difícil de olvidar


Me dicen que en el entorno de la parroquia ya no hay tanta violencia como hace unos años e intuyo que es un buen lugar para realizar una bonita pastoral franciscana. El barrio se va a ver favorecido por la puesta en mar-cha del tercer Metro cable (tele-férico) de Medellín, quedando una de las estaciones muy cerca de la parroquia.

Con esta buena impresión regresamos al seminario, atra-vesando esta vez la parte más rica de la ciudad, los barrios ex-clusivos de El Poblado, Envigado y Sabaneta. Allí hay bonitas vi-viendas, lujosos hoteles, buenos restaurantes y zonas de recreo y diversión para gente bien, justo lo contrario que en El Pinal.

En la tarde del domingo 12 nos trasladamos a la Casa de Espiritualidad La montañita, di-rigida por las religiosas salesia-nas. La finca, situada en un cerro de La Estrella, con la ciudad de Medellín a los pies, reúne to-das las condiciones para hacer Ejercicios Espirituales, objetivo principal de mi viaje. Durante cinco días acompaño a más de una veintena de frailes colom-bianos en los retiros anuales que programa la Custodia. Con el hilo

conductor del evangelio de Juan, compartimos los sentimientos de Jesús en diversos encuentros con varias personas. Detrás de esta contemplación evangélica está este deseo: “Señor, haz con-migo lo que un día hiciste con Francisco de Asís”.

Paisaje espectacularEl sábado 18 salimos en coche hacia Corozal. Otras diez horas de viaje, entre puertos, bosques, curvas y adelantamientos suce-sivos al compás de la paciencia. Pero también de paisaje espec-tacular. Las vistas son impre-sionantes y los pueblos y aldeas tiñen de belleza el panorama na-tural. A mitad de camino, antes del descenso a la llanura coste-ña, tomo el primer sancocho de mi vida. Es de gallina, con un

ocurrió con los postulantes en Bogotá, una ocasión para com-partir vivencias, experiencias y testimonios. La vocación fran-ciscana que crece en medio de certezas y búsquedas.

En este momento, Medellín es el único lugar de la Custodia con dos fraternidades, la del semina-rio, en el área metropolitana, y la de la parroquia, en el barrio de El Pinal, uno de tantos de inva-sión de la ciudad. Su titular es el Hermano Francisco y es vecina de otras dos que atendieron an-teriormente los frailes, algunos de ellos españoles a los que aún recuerdan: la de San Francisco de Asís, en La Planta, y la de Nuestra Señora de Torcoroma, en Villatina, ambas hoy en ma-nos del clero diocesano.

Cinco eucarísticas se celebran los domingos en la parroquia, tres por la mañana y dos por la tarde. Presido la de las 12:00 ho-ras, después de recorrer con Fr. Edison algunas calles empinadas que constituyen uno de los su-perpoblados barrios de invasión de Medellín, formados por ca-sas humildes levantadas sobre las laderas de los cerros donde viven hacinadas familias enteras en condiciones muy precarias.

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caldo sabroso preparado al fue-go. Riquísimo.

Y por fin, Corozal. Allí, en medio de un calor sofocante propio del Caribe (donde incluso los ventiladores se han mimeti-zado con las altas temperaturas y ya no mueven el aire caliente, solo hacen ruido), trabaja una comunidad que desarrolla una importante actividad pastoral y social a las afueras del núcleo urbano, donde vive la gente más pobre. Su labor se extiende más allá del barrio y de la parroquia Santa Clara de Asís y llega a varios corregimientos y veredas, una especie de aldeas y caseríos.

Omar, uno de los monagui-llos, me dice que en Corozal cir-cula este dicho: “Fácil de visitar, difícil de olvidar”. Corozal es di-fícil de olvidar por la tarea social

y educativa que desde hace va-rios años realizan los frailes con niños y mayores. Educadores, cocineras y voluntarios, coordi-nados por Fr. Daniel, colaboran para saciar el hambre de pan y de cultura de pequeños y grandes.

Con pena, aunque con el mis-mo calor sofocante y húmedo, dejamos Corozal para dedicar un día al turismo. Sería una pe-na estar tan cerca y no visitar Cartagena de Indias, posible-mente la ciudad más turística y visitada de Colombia, sin duda por su pasado colonial, que con-serva casi intacto en un extenso casco antiguo.

En el eje cafeteroLos días de estancia en Cali y Filandia, las dos presencias restantes de la Custodia, fue-ron pocos pero muy intensos. En Cali la parroquia tiene como titular a María Misionera y está enclavada en un barrio populoso. La mayoría de las casas fueron viviendas de protección para las

clases humildes y por eso apro-vecharon el terreno al máximo. Hay calles más o menos anchas, pero la mayoría vive en largos callejones donde la separación entre una vivienda y otra apenas es de un metro. La masificación campa a sus anchas y la intimi-dad brilla por su ausencia.

El templo es amplio y allí ce-lebro la eucaristía del domingo 26 antes de tomar el autobús que me llevaría a Filandia, pa-sando por Armenia, la capital de Quindío, el departamento más pequeño de Colombia, pero fa-moso por concentrar en su te-rritorio el eje cafetero. Filandia no es la capital, pero desde ha-ce unos años se ha convertido en una localidad muy turística. Como sucede en Corozal, la pa-rroquia atiende también varios corregimientos y veredas.

Me despido de Filandia con un funeral de cuerpo presente. Voy en autobús a Pereira pa-ra coger el avión hasta Bogotá, apenas media hora de vuelo. En el aeropuerto de El Dorado deci-do utilizar el transporte público y atravesar de nuevo la capital colombiana. Aquí se conoce co-mo Transmilenio, un autobús articulado que circula por un carril exclusivo. Hasta que cons-truyan el prometido Metro, es lo mejor y lo único que hay.

Me quedaba el último día en Colombia, antes de salir por la noche de regreso a Madrid. Lo aproveché para encontrarme con los cinco postulantes de primer año que no había visto a la lle-gada por hallarse de vacaciones. También fue un encuentro boni-to, lleno de preguntas e interés, y de respuestas y propuestas. Hasta que embarqué de nuevo en Avianca. Mientras intentaba dormir en el avión, recordaba la frase de Omar: difícil de olvidar.

Fr. Pacho visita un callejón de la

parroquia de Cali. A la derecha, fachada del

templo parroquial. A la izquierda,

niños comiendo en Corozal. En la otra página, Fr. Alex sonríe con dos novicios, en

Medellín.


¿Qué te llevó a pedir ser ordenado sacerdote a los 54 años y después de más de 25 años de emitir la profesión solemne?Como no puede ser de otra ma-nera, el rendirme a la llamada que el Señor insistía en hacerme desde hace tiempo, pero so-lo ahora reconocida y aceptada. Siempre dije que mi vocación, al hilo de la de san Francisco, era de hermano no sacerdote, pero no estaba totalmente cerrado a la opción del sacerdocio si un día descubría esa llamada.

El paso de los años, mi parti-cipación en el Proyecto Grano-llers, el discernimiento personal y el acompañamiento espiritual me han hecho ver que la per-sistencia de aquella duda po-día significar una vocación; la necesidad de sacerdotes en el momento actual de la Iglesia, los

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retos de una nueva evangeliza-ción, la dignidad de una condi-ción que perdura eternamente y la valoración humilde, refrenda-da por mis hermanos de comu-nidad, de estar en condiciones de prestar al pueblo de Dios los servicios propios del ministerio sacerdotal, han hecho el resto.

Precisamente ahora que ser sacerdote no tiene ningún reco-nocimiento social y ser cristiano es considerado como algo del pasado y digno de ser desecha-do es cuando doy este paso; a pesar de mi edad –o quizás precisamente por ello–, quiero reivindicar el valor de lo que la Iglesia enseña y transmite a lo largo de los siglos. Me adhiero a su doctrina y deseo transmitirla y servirla de todo corazón.

¿cómo viviste los preparativos de la ordenación y la misma ceremonia? Los cinco días de retiro que tuve en el santuario de Nuestra Se-ñora de Lord fueron de gran paz y mucha alegría, un auténtico regalo del Señor. El don de mis hermanos de comunidad, que me han arropado en todo mo-mento y han estado pendien-tes de muchos detalles, es algo impagable. La disponibilidad y

acogida de los hermanos de Za-ragoza, en medio de la alteración del ritmo de vida normal de la comunidad a causa de las obras de envergadura que se están llevando a cabo en el convento, han sido también dignas de to-do reconocimiento. Y la tensión entre organizar algo sencillo y, por otro lado, no poder dejar de invitar a tanta gente que me aprecia, la he resuelto como he podido: algunos lo supieron por correo, otros en persona y algunos otros por Facebook. Mi

Fr. Antonio Royo fue ordenado sacerdote el pasado 4 de julio en la parroquia San Francisco Javier de Zaragoza por la imposición de manos de Mons. Vicente Jiménez, arzobispo de la diócesis. Al menos dos detalles concurren en esta buena noticia: hacía seis años que no era ordenado presbítero un fraile de la Provincia y el nuevo sacerdote recibió este don tras más de 25 años de vida consagrada. Otros detalles gozosos pertenecen al ámbito más personal y familiar, especialmente materno.

“Mi sacerdocio es una radicalización en mi adhesión a Jesús”

Fr. Antonio Royo:

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familia, y de modo especial mi madre y mi tía Carmen, han contribuido a hacer de esos días algo muy especial.

a nivel de identidad, ¿qué aporta tu ser sacerdote a tu vida consagrada como franciscano conventual?Entiendo que sobre todo mi sacerdocio redunda en beneficio de los seglares a quienes estoy comenzando a servir ministe-rialmente. Creo que mi vida consagrada no se ve alterada sustancialmente, aunque es ver-dad que mi sacerdocio es ex-presión también de una cierta radicalización en mi adhesión a nuestro Señor Jesucristo. Quie-ro decir ahora, como sacerdote, que estoy más implicado en lo que ya era mi vida consagrada: un deseo de perseverar hasta el fin en dejar que sea Cristo quien viva en mí.

dentro del ministerio, en estos mo-mentos que lo inicias, ¿qué te resulta más atractivo y qué más costoso?Quizás es demasiado pronto pa-ra responder a esa pregunta. Todavía no he administrado una Unción de enfermos, por ejem-

plo. De todas formas, me resulta de lo más estimulante el poder comentar la Palabra de Dios y el vehicular el perdón de Dios en el sacramento de la confesión. Por otro lado, dado que soy bastante amigo de rutinas, creo que me va a costar especialmente ser dócil a la acción del Espíritu Santo, que es “como el viento que no sabes de dónde viene ni a dónde va”.

En cualquier caso, experi-mento esta nueva condición de sacerdote como un gran regalo que Dios me hace y, por medio de mí, a todos los hombres, desde el más alejado, ante quien quiero testimoniar la insondable riqueza de nuestra fe, hasta el feligrés de Misa diaria, al que estoy dispuesto a suministrar el Pan y la Palabra que alimentan cotidianamente nuestra relación con Dios.

¿cómo quieres que trascurra tu vida consagrada a partir de ahora en ra-zón del ministerio recibido?Más de un seglar, de entre los menos enterados de nuestras dinámicas frailunas, me ha pre-guntado que si, al ser ordenado

sacerdote, me iban a dar un nue-vo destino. Como ves, no tenían mucha idea; y es que, en resu-midas cuentas, no cambia para nada mi perspectiva de fondo. No deseo más que ser un buen hermano franciscano, ahora con la posibilidad de prestar unos servicios espirituales que antes no podía, pero en definitiva mi horizonte es el mismo.

¿tienes algún modelo de sacerdote al que te gustaría imitar o parecerte?La verdad es que no me había planteado nunca esta pregunta; sin embargo, tomo pie de ella para confesar mi admiración por varios de mis hermanos sacer-dotes actuales en la Orden y más concretamente en nuestra Provincia. Debería, como se na-rra en las primeras biografías de san Francisco, señalar cualidades de varios hermanos sacerdotes para completar el verdadero sa-cerdote franciscano.

Por otro lado, están los mo-delos “cien por cien seguros”, o sea, los santos; y qué duda cabe que hermanos como san Maximiliano María Kolbe, san Pío de Pietrelcina, san Antonio de Padua o los próximos beatos Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski son para mí, jun-to a tantos otros franciscanos conventuales que han vivido su sacerdocio desde la minoridad y la cercanía fraterna, un fuerte estímulo y modelos de auténti-cos hermanos menores.

Sigo enamorado de san Fran-cisco como cuando, allá por el lejano año de noviciado, le des-cubrí con toda su fuerza seduc-tora, pero quiero seguirle no en la imitación más externa, sino en el impulso del Espíritu que me ha hecho ver cuánto bien se puede hacer también distribu-yendo gracias sacramentales.

Fr. Antonio Royo durante su ordenación sacerdotal en Zaragoza. En la otra página, en el momento de la oración de consagración.


franciscanismo

mundo. Así, trabajaron sobre la vocación a la luz del Evangelio, la especificidad de la llamada de san Francis-co y el papel de la familia en la Iglesia en el contexto de la nueva evangelización.

También hubo espacio para compartir experiencias de cada fraternidad nacional, así como proyectos de misión y acción social, y reforzar los lazos de unión entre los hermanos jóvenes de la Jufra y la Primera y Tercera Or-den Regular y la OFS. Por encima de las diferencias cul-turales o idiomáticas, lo que se respiraba en el ambiente era una gran fraternidad.

El programa se completó con visitas a distintos rin-cones de la ciudad y otros lugares, como la ciudad de Sarajevo o la región de Herzegovina, para conocer la hermosura de estos sitios y, a la vez, los problemas que permanecen latentes por cuestiones étnicas o religiosas varios años después de finalizada la guerra.

Del 17 al 23 de agosto cerca de un centenar de hermanos de la Orden Franciscana Seglar (OFS) y la Juventud Franciscana (Jufra), y frailes de las distintas obediencias que asisten espiritualmente a la Jufra y la OFS, se encontraron en Mostar (Bosnia-Herzegovina) para compartir en fraternidad el II Congreso Europeo OFS-Jufra.

Vivir la vocación con dignidadJavier ortega madrid

La elección del lugar del II Congreso Europeo OFS-Jufra (continuación del que tuvo lugar hace tres años en Lisieux, Fran-cia) estuvo cargada de significación, ya que permanece vivo el recuerdo de la guerra que no hace mucho asoló esta región. El puente viejo de la ciudad, destruido y re-construido después de la contienda, sirvió como símbolo del encuentro. Cada país presentó al resto un puente representativo de su lugar de origen. El grupo de España llevó una imagen del puente romano de Córdoba, que ha unido a través de la his-toria culturas y pueblos.

El congreso –en el que participaron cuatro jóvenes hermanos españoles– con-tó con la presencia de Tibor Kauser, minis-tro general de la OFS, así como numerosos miembros del Consejo Internacional de la Orden. La Misa inaugural tuvo lugar en la catedral de la ciudad y fue presidida por Mons. Ratko Peric, obispo de Mostar.

Presencia activaA través de distintas ponencias, trabajos en grupo y testimonios, los franciscanos seglares europeos pudieron profundizar en lo específico de su vocación como laicos franciscanos con presencia activa en el

La Misa de clausura, que sirvió para dar gracias al Señor por tanto bien recibido y poner en sus manos la vida de nuestras fraternidades, tuvo lugar en la iglesia franciscana de San Pedro y San Pablo y estuvo presidida por Fr. Milijenko Šteko, ministro provincial OFM de Herzegovina.

Nuevas ministrasPor otra parte, en junio pasado hubo visita pastoral fra-terna y elecciones en las fraternidades locales de la OFS de Tarancón (Cuenca) y Madrid-Rosario. En Tarancón fue elegida Mª Luisa Alcázar como hermana ministra de la fraternidad San Maximiliano Kolbe, y en la fra-ternidad de Nuestra Señora del Rosario de Madrid la elección recayó en Consuelo Arranz.

II CONGRESO EUROPEO OFS-JUFRA

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Asís directo

La segunda escena se desarrolla en cam-po abierto, entre dos zonas montañosas:

sobre la colina de la izquierda identificamos la ciudad de Asís y sobre la de la derecha quizás un pequeño monasterio. Con esta di-visión, ¿hace referencia Giotto a dos mundos o a dos maneras de entender la vida? Es po-sible. Lo cierto es que Francisco en su Tes-tamento dirá que hubo un momento en su camino de conversión en el que decidió “salir del siglo”, es decir, abandonar un modo de entender la vida para abrazar otro totalmente distinto. De pertenecerse a sí mismo y a un orden social bien definido, comenzó a perte-necer al “altísimo y buen Señor” en compañía de los leprosos, buscando conformar su vida al Evangelio de Cristo, vivido con sencillez y sin descuentos.

Francisco aparece junto a su caballo (no está montado sobre él), del que más adelan-te se desprenderá. El gesto del animal insi-núa rendición (cabeza agachada), como si estuviera preanunciando los fracasos, el año de cárcel y la enfermedad que golpearán du-ramente a Francisco, cuarteando definitiva-mente sus sueños de grandeza para abrirse a la grandeza de un sueño: el que Dios tenía preparado para él. Junto a Francisco vemos a un caballero empobrecido hacia el que siente compasión, dándole el manto.

El joven Francisco se había encontrado muchas veces con personas empobrecidas e incluso había tenido gestos de caridad ha-cia ellas, dándoles limosna. Sin embargo, en esta escena parece vislumbrarse algo mu-cho más profundo: una identificación solida-ria, compasiva con su suerte. No es casuali-dad que Giotto haya colocado la ciudad de Asís en lo alto de un monte, como queriendo remarcar el camino de “bajada” que Francis-co comienza a recorrer y que le llevará en muy poco tiempo a lo más bajo: la compañía de los leprosos con los que practicará la mi-sericordia que le sanará.

Y es que solo cuando el hijo de Pedro Bernardone deje, conducido por Dios, las

alturas de Asís para iniciar un verdadero ca-mino de “abajamiento”, de “descendimiento” (como el de Cristo, según la carta a los Fi-lipenses), para entrar así en otro mundo (el de los leprosos y el del Cristo de la ermita de san Damián), solo entonces empezará a comprender el verdadero sentido de su vida. En este camino de “descentramiento” el jo-ven Francisco, que hasta entonces había hecho de sí mismo el centro del mundo en una búsqueda obsesiva de su propia gloria, sale de sí mismo, se abaja para abrazar una nueva lógica. Pero aún queda mucho camino por recorrer para llegar a ese punto.

Podemos imaginarnos la pregunta que le inquieta sin cesar en ese momento: Y ahora, ¿qué hacer? Un gran vacío se apoderó de él, a pesar de tener aparentemente todo en sus manos. Francisco tiene sed de otra cosa. Pero, ¿de qué? «Lleno de un nuevo y singular espíritu, oraba en lo íntimo a su Padre... Sos-tenía en su alma una tremenda lucha... Uno tras otro se sucedían en su mente los más variados pensamientos» (1C 6).

aBel garcía-cezÓn

Camino hacia la gloria (2)

Historia y vida

La OFS antes de 1905Cuando los franciscanos conventuales llegan en 1905, la VOT ya existe y su asistente era el párroco de Granollers. Esto no es extraño, pues se trataba de continuar la obra de los francis-canos capuchinos, que estuvieron en la loca-lidad hasta la desamortización de Mendizábal (1835). El lugar de encuentro era la iglesia de los conventuales y en ocasiones la de los mí-nimos de san Francisco de Paula. A veces se habla del noviciado y profesiones a finales del siglo XIX; se menciona a Dolors Artigas, viuda

sergio Barredo garcía barcelona

La Venerable Orden Tercera (VOT), hoy Orden Franciscana Seglar (OFS), si no tiene a Francisco de Asís por fundador sí que le debe la revitalización evangélica que dio a los grupos ya existentes de hermanos y hermanas de la penitencia en el siglo XIII; y le debe el estilo franciscano que recibió en el siglo XIX. Un nuevo impulso supuso también el Concilio Vaticano II. Las líneas que siguen se centran en la zona de Granollers (con Çerdanyola y Ripollet).

Comunidad y seminaristas con el ministro general,

P. Alfonso Orlich, en el centro, en mayo de 1928.

Comienzos de la Orden Franciscana Seglar en Granollers

de Josep Anglada, también terciario, secretario y colaborador de “El Mensajero de San Antonio”.

Algunas de las obras sociales de la VOT quedan reflejadas en la “Obra del Pan de San Antonio” o “Pan de los Pobres”. También existió una Mutua de San Antonio. Es curiosa la publi-cación en Granollers, al acabar el siglo XIX, de la Vida y Mila-gros del Glorioso San Antonio de Padua por la imprenta de la Inmaculada Concepción.

Por otra parte, es un deber reseñar la existencia de los cordí-geros como semillero de los terciarios. La prensa local habla de una “velada franciscana” en 1941 en la sala antoniana de los conventuales con la intervención de los benjamines de Acción Católica y de las cordígeras de San Francisco, interpretando “La Filla del Xuclà” y los cantos “Las Ferias” y “Los Nogmos”. El “anuario eclesiástico” de la editorial Subirana de 1916 refiere que está en trámite la erección de la archicofradía (“de la Cuer-da” o “Cordón de San Francisco de Asís”), agregada a la basílica de San Francisco en Asís.


Federación de la OFS de Catalunya y visita del generalSe trata de dos eventos relevantes. Esta Fe-deración fomentó y canalizó el espíritu y di-namismo de las fraternidades locales. Nacida en 1911, la coordinaban las tres familias fran-ciscanas. El P. Ángel, asistente de la OFS de Granollers, fue miembro de la comisión ejecu-tiva. El primer acto constitutivo fue la romería a Montserrat en 1911: asistieron unas 5.000 personas; en los trabajos preparativos intervino aquél, del que El Correo Catalán afirmaba que se dirigió a más de 2.000 peregrinos, “quienes han sido enfervorizados por la elocuente pláti-ca del P. Ángel Salvador, de los Menores Con-ventuales”. Con el tiempo serán frecuentes las peregrinaciones a Vic y al santuario de Nuria.

El otro evento lo constituyó la venida a Es-paña en 1928 del ministro general conventual Alfonso Orlich, el primero tras la supresión de la Orden por Felipe II; constituyó un hito signifi-cativo para los hermanos laicos y religiosos. La prensa local dejó constancia del acontecimien-to con notable relieve. En 1954 vino el también general P. Vittorio Costantini, quien “agradeció a los terciarios todo cuanto hacen por los reli-giosos” y por la sociedad.

Domingos “reglamentarios” y fiestas franciscanasSon momentos clave de la fraternidad local tanto en la convivencia como en la dimensión espiritual. Antes de la guerra civil se celebraban

el primer domingo o “reglamentario”, que después pasó al cuar-to. Enmarcadas dentro del mes, algunas festividades revestían un gran relieve; así, en la fiesta de san Francisco de 1942 lee-mos que se “celebrará en su iglesia y a las 7,30 horas en honor a su fundador una Misa y Comunión General con plática pre-paratoria a cargo del Rvdo. Lorenzo Castro”. Otros actos eran la absolución general y el beso de la reliquia. No solía faltar el recuerdo a los hermanos difuntos.

Uno de los momentos claves del quehacer y de la espiri-tualidad en Granollers fue la celebración específica de algunas fiestas: santa Isabel de Hungría y san Luis, rey de Francia, los patronos de la OFS, san Francisco de Asís y san Antonio de Pa-dua, la Porciúncula, la Virgen de Montserrat. Y al pie del cañón estaba casi siempre la escolanía antoniana del seminario será-fico. El protagonismo queda reflejado también en el semanario Vallés, aludiendo a dicha fiesta en 1947: “A continuación, ben-dición de la estatua de Santa Teresita y San Rafael Arcángel, que serán colocadas en el altar del Rosario”.

Apostolado y medios de comunicaciónUna noticia referente al domingo reglamentario del 18 de marzo de 1945, después de decir que la plática la dirigirá el P. Jaime Gurrado, habla del “Cine Verdaguer”, sito en el “aula antoniana” de los conventuales. Y un suelto de 1961 añade: “Procuren los terciarios llevar siempre la Medalla, el Cordón franciscano y el Escapulario en las funciones religiosas…; rezar juntos los 12 Padrenuestros… No solo se puede ejercer el Apostolado yendo a las misiones… Hay otras posibilidades: viviendo como corresponde a un buen Terciario y haciendo vivir este mismo espíritu a todos los que nos rodean. ¡Terciarios! ¡Haced conocer la Tercera Orden entre vuestras amistades! ¡Sed entusiastas del ideal franciscano!”.

En 1951 la OFS de Granollers estaba formada por 290 her-manos/as. Una constante de su apostolado era la atención a los enfermos y los pobres. En una carta del P. Ángel Salvador al ministro general en 1909 le informa que la VOT se cuida del altar de san Francisco, como botón de muestra de lo mucho que atiende al culto. La VOT colabora en “El Mensajero de San Antonio”, publicado en Granollers por los conventuales (1917-1963); a él se abonan y en alguna ocasión hacían de redacto-res y dibujantes, como Balbina Busquets; y buscan suscriptores. En dicha publicación fue importante la “Página del Terciario” o de la “Venerable Orden Tercera”; y el “Catecismo del Terciario”.

Paralelamente hay que mencionar el Mensajero Festivo, un suelto dedicado exclusivamente a la OFS. Y no se olvide la edición de la Regla de la Vble. Orden Tercera del Patriarca San Francisco, publicada en Granollers en octubre de 1939. El año 1924 había visto la luz “El Mensajero de San Antonio de Padua (Órgano VOT de Granollers)”, un suelto mensual. Acabando coloquialmente: todos somos grandes deudores a la VOT, que ha estado siempre al pie del cañón, “en las duras y en las maduras”.

Comunidad y seminaristas con el ministro general,

P. Alfonso Orlich, en el centro, en mayo de 1928.

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Procesión del Corpus

Christi en Granollers, hacia

1945. Al lado, postal de la

plaza Jacinto Verdaguer a

comienzos del siglo XX.

entre libros

El próximo mes terminan las celebraciones del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa. También la literatura se ha hecho eco del esperado evento. Muchos han sido los libros que en torno a la vida y la obra de la Santa han visto la luz a lo largo de este año. Y bastan-tes las novelas que han tomado co-mo excusa, como inspiración o co-mo núcleo la persona y el personaje de Teresa para urdir sus historias. Propongo dos. Dispares, diferentes, opuestas en algún momento.

Por un lado, la novela histórica de un consagrado del género, Sánchez Adalid: Y de repente, Teresa. Como señala el escritor, una novela enmar-cada en el centenario pero no supe-ditada a la celebración: “No debía ser una novela biográfica, ni una historia novelada. Sería una novela histórica pura: un relato de ficción insertado en un escenario histórico que se percibiese como real y que tuviese detrás, aunque de manera poco per-ceptible, una seria investigación”.

El proceso que la Inquisición em-prendió contra la vida y las obras de Santa Teresa, las vicisitudes de los inquisidores (ficticios) que se encar-garon de escrutar la información, de reunir pruebas, de tomar testimonio y, de fondo, los avatares del manuscrito del Libro de la vida consiguen cons-truir una historia que atrapa al lector, que lo pasea por la España de Felipe II y que trata de desvelar los claros-curos de una institución tantas veces simplificada como fue la Inquisición.

El título se ajusta al contenido. Solo al final de la novela encontrare-mos la presencia de la Santa de Ávi-la. Pero su carácter, su fortaleza, las polémicas que rodearon su mística y su mensaje atraviesan una novela

Y de repente, TeresaJesúsSánchez AdalizEdiciones B

Teresa de Jesús, siemprePePe trívez

histórica al uso que hará las delicias de los aficionados al género.

Nada convencionalPor otro lado, una novela “nada con-vencional”. Bajo la premisa de “po-nerse en la piel de la santa”, Cristina Morales recupera el lado más huma-no de Teresa. La expresión también es un tópico. Morales es una joven escritora, feminista, activista, irreve-rente y hasta brutal en sus declara-ciones. Pero es también una crea-dora llena de talento y sensibilidad que ha sabido atrapar el “espíritu de Teresa”.

Malas palabras finge ser el ver-dadero relato del citado Libro de la vida, el diario de la monja fundadora enfrentada a los suyos y bajo sos-pecha. En un momento trascenden-tal para la vida de la Santa toma la palabra la mujer, sin desprenderse de lo esencial, sin renunciar a la cen-tralidad de su experiencia de Dios y con Dios.

Malas palabras recrea con liber-tad y frescura lo que Teresa tuvo que enfrentar por ser mujer, lectora, escritora, fundadora y santa. Malas palabras se acerca a la verdad a tra-vés de la fantasía, pero tal vez recoja así la tensión más auténtica, la per-sonalidad dura, irónica, sagaz y de andar por casa de la mujer y la santa.

Malas palabrasCristina MoralesLumen


¿Por qué leer? En novela histórica o en recreación intimista y personal,la vida de la Santa de Ávila tiene todos los elementos para construir un relato que atrapa por sí mismo. No hacen falta razones para releer la vida y las obras de Teresa, pero seguro que los lectores disfrutarán de estas dos novelas.

Porque se acercan a Teresa con respeto pero sin pudor. Con determinación, pero amablemente, tratan de iluminar la vida de una mujer excepcional con distintos enfoques pero la misma admiración.

Porque el mensaje de Teresa está aún vigente. En el fondo y en las formas. De ambas cosas hablan estas novelas. Del papel fundamental de Teresa en su época, pero también de sus peculiares y humanas maneras, de su fortaleza, de su pasión.

de cine

Al contemplar la esperada película de Fernando León de Aranoa, uno se pregunta cómo es posible llevar a buen tér-mino una coproducción de estas características en los tiempos actuales, caracterizados por las restricciones en las subvencio-nes, la escasez de apoyos institucionales y la ausencia de riesgo por parte de las productoras en los nuevos proyectos cinema-tográficos.

El propio realizador tenía sus dudas al plantearse la labor de convencimiento a terceros en torno a la necesidad de rodar un filme ambientado en el conflicto de Kosovo, que tuvo lugar durante los años 90 del siglo pasado y que desembo-caría en la guerra de Bosnia. Se trata de un capítulo fun-damental en nuestra historia reciente y por tanto uno de los primeros que ha sido os-tensiblemente cubierto por los medios de comunicación. No obstante, León de Aranoa sentía que había una parte de esa historia que aún no se había contado, la de los coo-perantes y los trabajadores sociales en ese país durante el estallido de las hostilidades.

El guión se desarrolla a partir de una mera anécdota que va generando el conflicto principal. Este se desgrana a lo largo de la película a medida que se ramifica y se extiende entre los diversos conflictos surgidos en las complicadas relaciones que se establecen tanto en los distin-tos estamentos pertenecientes a la misión de los cascos azules como entre las personas con las que conviven.

Humor en el dramaLlama poderosamente la atención el uso del humor dentro de situaciones tan dramáticas como las que viven los personajes. Quizás fuera necesario descargar parte de la tensión acumula-da en el lugar y el momento que viven los personajes con estas notas cómicas. Incluso este aspecto desentraña las principales credenciales a la hora de elaborar un guión con aspiraciones más innovadoras: el sentido del humor de cada uno de los personajes es característico de su propia personalidad y lo define, ya que se

Un día perfectotrata de una película de personajes más que de situaciones. Ante todo nos halla-mos frente a un estudio sociológico, ante una pintura de tipos más que de ambien-tes, donde se trata de sacar el máximo partido a cada una de las personalidades descritas.

La incorporación de los temas y can-ciones en la banda sonora ofrece también un interesante contrapunto en medio del dra-ma que viven todos ellos. Es algo necesario incluso para su supervivencia en medio del caos que había supues-to aquella conflagración. La presencia de la música como elemento propio de la creati-vidad, que puede elevar a las personas sobre sus “egos” y hacerlas compartir momen-tos inolvidables, supone a su vez la reinvención de un “mo-dus vivendi”: una manera de afrontar la existencia en las circunstancias más adversas y extremas a las que puede so-meterse un ser humano.

Los protagonistas, encabe-zados por Benicio del Toro y Tim Robbins, se encuentran

abocados a salvar a la población por la contaminación de un pozo del que depen-de todo un pueblo o a asumir las órdenes de sus propios jefes al mando de un des-tacamento de cascos azules. Se trata del eterno dilema entre la decisión de actuar según sus conciencias, impidiendo en este caso la condena segura de toda una población a perecer por falta de agua, o la ciega sumisión que representa el acata-miento de unas órdenes que implican un contrasentido incluso en la propia forma de proceder. Este dilema o disyuntiva se resuelve sutilmente, teniendo en cuenta los diversos puntos de vista en litigio.

Javier gutiérrez

Conventual Antena


28 / diciembre 2014 ConventualAntena

Como los profetas de Israel, Jesús tuvo que afrontar también el rechazo y la hostilidad de sus contemporáneos. Es un hecho que aparece reflejado en numerosas ocasiones en los cuatro evangelios. Jesús experimentó, por ejemplo, el desdén y la incomprensión de sus conciudadanos de Nazaret e in-cluso de sus propios familiares, los cuales, ante sus palabras y obras, se preguntan extrañados y escandalizados: «¿De dónde saca éste todo eso? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María?» (Mc 6,2-3).

Jesús es rechazado por quienes creen conocerlo bien y saberlo todo acerca de él. Lo tienen bien encasillado, y a esa imagen que se han forjado de él le han colocado una eti-queta que no están dispuestos a cambiar: para ellos Jesús es “el carpintero” y difícilmente podrán aceptar cualquier cosa que se salga de esos esque-mas. La imagen que tienen del Mesías no es compatible con los antecedentes familiares y profesionales de Jesús. Los prejuicios han podido más que los hechos y, encadenados por la rutina, instalados en su manera de ha-cer y de pensar, han cerrado las puertas del corazón ante Jesús. No están dispuestos, en definitiva, a dejarse sorprender por él. Sin duda alguna, fue una experiencia dolorosa para Je-sús, como revelan su reacción y sus palabras: «A un profeta lo desprecian solo en su patria, entre sus parientes y en su casa… Y se ma-ravilló de su falta de fe» (Mc 6,4-6).

Nosotros, cristianos, miembros de la co-munidad de creyentes en Jesucristo, no esta-mos exentos de esos riesgos y actitudes que mostraron los contemporáneos de Jesús. No lo estamos porque los seres humanos somos así y tendemos a endurecernos, a instalarnos

Juan miguel vicente romaDesde la Palabra

en nuestras maneras de hacer y ver las cosas. Nos gusta te-ner respuestas prefabricadas para todo, como en un recetario. En nuestra relación con los demás, por ejemplo, tendemos casi espontáneamente a encasillar a las personas y a col-garles una etiqueta. Creemos saberlo todo de ellas, creemos conocer sus virtudes y –sobre todo– sus límites, defectos y

debilidades. Y somos sumamente reacios a modificar la imagen y el concepto que tenemos de una de-terminada persona, olvidando que las personas somos seres capaces de evolucionar, cambiar, madurar y crecer. Toda persona es un miste-rio hecho de luces y sombras, y si nos acercamos a ella con corazón abierto, dispuesto a la acogida y al diálogo, puede revelarnos siempre dimensiones nuevas y rincones des-conocidos hasta entonces.

Eso que sucede en las relaciones humanas puede ocurrir también en nuestra vida de fe. Puede llegar un

momento en el que Dios ya no nos sorprenda: en nuestra vida ya no hay lugar para la admiración, la sorpresa, el Misterio; todo nos resulta repetitivo, ya visto, oído y sabido. El amor de Dios, su palabra, su buena noticia, que son lo más creativo y no-vedoso, nos dejan quizás indiferentes. Nuestra existencia de creyentes se convierte entonces en algo rutinario y gris.

La palabra de Dios, en cambio, es una realidad viva, no una pieza de museo. Va dirigida a personas vivas, a situaciones siempre cambiantes. Por eso a nosotros se nos pide, como a los contemporáneos de Jesús, un corazón dócil y abierto a su palabra, un corazón dispuesto a dejarse sorprender por el amor siempre nuevo de Dios.

Jesús, la perenne novedad de Dios

Toda persona es un misterio hecho de luces y sombras, y si nos acercamos a ella con corazón abierto puede revelarnos dimensiones nuevas y rincones desconocidos.


Miradas

césar marcos

Tierra, grieta, muro. Hierba, grano, paja. Pie-dra, tronco, polvo... Son todo, son poco,

son parte, son nada. Tronco es viga, muro es casa, grieta fue agua, paja fue hierba, grano fue espiga, hierba fue grano, piedras son cantos, el polvo es todo hecho nada y la tierra es vientre de vida.

Como un cuaderno nuevo, así arranca el nue-vo curso. ¿Vacío? No, para nada. Todos los cua-dernos tienen un fondo, unos son blancos, otros de colores, lisos, con cuadros, pentagramas o simplemente rayas. Son las texturas que nos acompañan. También en la vida necesitamos espacio para que las cosas ocurran. Sin espacio, nos asfixiamos. Necesitamos silencio para que las cosas ocurran en nuestro interior, nos ocu-rran a nosotros.

Con esa filosofía capitalista del “máximo be-neficio con el mínimo coste”, parece que hasta en el ámbito personal tendemos a llenarnos de objetivos, de logros que esperamos alcanzar como una meta. Y el proyecto personal de vida pasa a ser el manantial de la frustración. Pues bien, en época de no parar, reivindico el parar. En época de poderse comunicar en todo momento, reivindico callar; en tiempo de ruido, venga a no-sotros el silencio.

Vivir sin objetivos a “perseguir”. Dejemos que el camino nos regale su parte. Que la felicidad no va delante, está donde estamos, y a veces ya se quedó atrás. Nos la hemos pasado al ir tan rápido.

Permitirnos tiempos sin tener que conseguir, lograr o alcanzar nada. Concedernos tiempos solo para digerir, para saborear, para escuchar qué está sonando y no vivir programado, para aprender de lo que no hemos hecho adecuada-mente. Tiempos para reparar, para pedir perdón, para retroceder, para descansar.

Los objetivos son tan geniales como eso que ponían a los burros para no ver a los lados. Decía un maestro zen: “No sigas las huellas de los anti-guos, busca lo que ellos buscaron”. La vida no es una imitación, es una transformación que tiene que ver más con la mirada que con el acumular esfuerzos.

Somos más grandes por lo que dejamos ha-cer, por lo que podemos llegar a recibir que por

lo que personalmente podemos hacer. Dejemos al camino regalarnos su parte, su música, quizás va por ahí lo de hacernos instrumentos de paz.

No hay que esperar a que lleguen las cosas extraordinarias, es hacer de lo que tenemos, vivi-mos, somos algo extraordinario. Porque si no la insatisfacción nos mata. Si vivimos a un nivel de quererlo todo, lo que tenemos se nos esfuma al ver lo mucho que podría haber sido.

Acabo con una anécdota que me pasó este verano. Una señora me “vio” perdidillo a las afue-ras de una pequeña ciudad remota de un país lejano y me llevó a donde yo quería ir, al centro. Fuimos andando ligerito, atajando por parques. Ella sin saber nada de inglés, ni de nada que se parezca al castellano, yo sin entender una pala-bra de su idioma. Al llegar la invité a un café en la plaza, en silencio, al sol los dos. Le enseñé fotos

de viajes, le dije las dos únicas palabras que sé en su lengua: “hola” y “gracias”. Al despedirnos nos dimos un abrazo.

Hay idiomas que no se estudian en las aca-demias, que no están en los libros, que se apren-den por los caminos, y todos los entendemos. Va bien no llevarlo todo preparado. Lo mejor sucede cuando menos te lo esperas. Quizás no solo me llevó al centro. Tal vez me acercó un poco más a lo central. Ver al que está a nuestro lado. Hay lugares donde el GPS aún no sabe llegar. Solo con ojos abiertos se va.

Hacer sitio

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Pastoral Ju

venil

Vocacional

Juan cormenzana madridComo cada año por estas fechas os presento el lema que nos acompañará durante el nuevo curso pastoral. En los últimos tres años, e inspirados en las Alabanzas al Dios Altísimo, hemos profundizado en la experiencia espiritual de san Francisco. Tras “Tú eres nuestra fe”, “Tú eres alegría” y “Tú eres belleza”, estaba previsto que el lema del último año del cuatrienio fuera “Tú eres amor”.

Pese a encontrarnos ante el núcleo fundamental de la revelación, Dios es amor (1Jn 4,8), confieso mi miedo a que una expresión tan manida, conocida por todos y quizás un tanto gastada, perdiera fuerza o presentara la imagen de un Dios abstracto, lejano y carente de toda concreción, precisamente lo contrario que vivió san Francisco al descubrir el amor de Dios en lo concreto. Sin embargo, mis dudas se disiparon cuando el Papa Francisco convocó el Año Santo de la Misericordia, invitándonos a poner el acento en un aspecto concreto del amor de Dios, su misericordia.

A diferencia de lo que sucedió a aquel hombre que llegó al cielo sin ninguna herida, es fácil que todos tengamos más de una herida en nuestro cuerpo (o en nuestro espíritu). Quien se toma la vida en serio, quien es capaz de arriesgar, quien no se contenta con lo superficial, quien abre los ojos y se entrega de todo corazón, experimentará, antes o después, la herida desgarradora de la impotencia, la finitud, la fragilidad, la traición y también del pecado, heridas profundas que rasgan el corazón.

En un mundo obsesionado con la perfección, donde parece obligatorio mostrar siempre

nuestra mejor cara y en el que invertimos tantas energías en aparecer perfectos e invulnerables, la misericordia de Dios actúa de manera sorprendente: Dios quiere implicarse en nuestras miserias, acercarse a nuestras heridas y curarlas con sus propias manos. El amor de Dios se hace tan concreto en su Hijo Jesús, Buen Pastor, que toca en profundidad la carne del hombre herido con un amor capaz de cambiarle la vida: Él sana los corazones destrozados y venda sus heridas (Sal 147,3).

Un modo de vivir y de mirarUna vez que experimentas la misericordia de Dios en tu vida y descubres que el amor con el que Dios te ama no es de compromiso, ni pasajero, ni depende de tu respuesta, no puedes hacer otra cosa que vivir lleno de agradecimiento por tal derroche de amor y fidelidad. Es entonces cuando la misericordia deja de ser una virtud más para convertirse en un modo de vida, un modo de mirar el mundo como lo mira Dios y sentir a las personas como las siente Dios.

Qué bien entendieron esto nuestros hermanos misioneros polacos Zbigniew y Miguel asesinados el 9 de agosto de 1991 en Pariacoto (Perú) por encender una luz de esperanza y consuelo en el pueblo andino. Su inminente beatificación el próximo 5 de diciembre los convertirá en Testigos de esperanza para todos los creyentes, invitándonos a ser misericordiosos como el Padre, amando sin medida y perdonando hasta el extremo, sin juzgar ni condenar.

Creo que el Hermano Francisco no se enfadará porque a su invocación de “Tú eres amor” hayamos añadido la palabra misericordia que,

El escritor francés Charles Péguy narra la historia de un hombre que muere y va al cielo. Al encontrarse

con el ángel que registra las acciones buenas y malas de las personas, este le pide: “Enséñame tus heridas”. Y el hombre le

contesta: “¿Qué heridas? No tengo ninguna herida”. Y el ángel le replica: “¿Jamás se te pasó por la cabeza que pudiera

haber algo por lo que mereciera la pena luchar?”.

Mucho más que una virtud


como no se cansa de repetir el Papa Francisco, es la palabra-resumen del Evangelio. Ojalá que más que una palabra sea una experiencia fundante.

En este año serán muchas las oportunidades que tendremos para experimentar la misericordia de Dios en nuestra vida. También los jóvenes podremos vivir de manera intensa la experiencia

Mucho más que una virtud

del Jubileo participando en la JMJ que, bajo el lema Dichosos los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia (Mt 5,7), se celebrará en Cracovia a finales de julio, precisamente la ciudad donde san Juan Pablo II encomendó el mundo a la Divina Misericordia. Nosotros nos apuntamos. Tú, ¿te apuntas?

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