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El Glorioso Evangelio
Índice
Tu Palabra - 1 por Jack Davis
Reuniones De Adoración - 5 por Douglas Crook
Las Bienaventuranzas - 9 por Virgilio Crook
Él Es Lo Que Necesito - 13por Gordon Crook
Editores
Virgilio H. Crook y Douglas L. Crook4535 Wadsworth Blvd., Wheat Ridge CO, 80033
Impreso Mensualmente por EGE Ministries
Gratis - No Se Vende
Tu Palabra
por Jack Davis
“En mi corazón he guardado tus dichos (Tu Palabra,) Para no pecar contra ti.” Salmo 119:11
La Palabra De Dios - Publicación Sin Precio. No se puede medir el valor de su alcance, pues, es más allá de toda comparación de cualquier otra cosa escrita. No hay otra cosa como ella. Su valor especial está en expresar y revelar el corazón mismo de Dios. La Palabra de Dios es una proclamación incuestionable e innegable de Su grande amor.
Por Medio De Ella Dios Ha Hablado Y Sigue Hablando. Considere 2ª Pedro 1:21. “…sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo.” “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia.” 2ª Timoteo 3:16 ¿Qué otra publicación tiene el derecho de tales reclamos? La Palabra de Dios es su mismo comentario y mejor ilustrador. (1ª Corintios 10:1 al 11) Fue escrita para nuestra admonición, aún en este fin de las edades. No hay otra cosa escrita que se queda actualizada. Fue escrita para nuestro aprendizaje, para renovar y reavivar nuestra esperanza. “Porque las cosas que se escribieron antes, para
nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la
paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza.” Romanos 15:4 La Palabra de Dios es el registro de Sus dichos y expresiones verdaderas y fieles. “Y me dijo:
Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de
los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para
mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He
aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las
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palabras de la profecía de este libro.” Apocalipsis 22:6, 7 Es digna de toda aceptación. “Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” 1ª Timoteo 1:15 Aquellos que creen son altamente favorecidos de tener tal Palabra y son bendecidos ricamente en guardar los dichos fieles de Dios.
Ella Debe Ser Escuchada. Jesús dijo: “…haced que
os penetren bien en los oídos estas palabras…” Lucas 9:44 En Apocalipsis, capítulos dos y tres se repite la exhortación: “El que tiene oído, oiga…” “Así que la fe es por el oír, y el
oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17
Necesitamos Prestar Atención A Ella. “¿Con qué
limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra?”
Salmo 119:9 Somos sabios en prestar mucha atención a todo lo que nuestro Padre ha hablado. En el Salmo 45:10, leemos: “Oye, hija, y mira, e inclina tu oído…” Pedro escribió que hacemos bien en prestar atención. Hebreos 2:1 nos advierte: “…es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas
que hemos oído, no sea que nos deslicemos.” La buena semilla de la Palabra de Dios debe tomar un amplio lugar en el suelo fértil del corazón. Su Palabra nos frena con recuerdos espirituales, corrige nuestro curso, limpia nuestro camino y tiene efecto sobre nuestro andar y hablar.
Ella Debe Ser Escondida. Es tan importante oír y prestar atención y bueno para escudriñar y leer, pero especialmente debemos esconderla en nuestros corazones. Cuando comenzamos a reconocer su importancia, la daremos el lugar honrado. La daremos lugar por ser abiertos y receptivos. Es verdaderamente un privilegio grande reconocer su autoridad, someternos a sus preceptos y dar atención completa de lo que Él ha dicho. La Palabra no fue mandada
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para ser llevada puesta sobre el superficie, solamente para mostrarse, o desplegarla por citarla. Sino fue dada para ser aceptada en las profundidades de nuestro ser, llegando a ser una parte importante de nosotros. Sabiendo la voluntad de Dios, por sus pensamientos, llegamos a entender lo que Le agrada. “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo
oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis
llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e
inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del
Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena
obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con
todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda
paciencia y longanimidad.” Colosenses 1:9 al 11 Por permitir que la Palabra de Dios more en nosotros ricamente en todas sus riquezas, Su voluntad y placer llegan a ser nuestros. “La
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría,
cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con
salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis,
sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Colosenses 3:16, 17
Propósito Preservador De La Palabra. “En mi
corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.”
Salmo 119:11 Sólo por Su Palabra escondida en nuestros corazones, somos capaces de quedarnos en armonía completa con la voluntad de Dios. Ésta es comida para el hombre interior. Recibiendo la alimentación espiritual es una experiencia dulce amarga. “¡Cuán dulces son a mi paladar tus
palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he
adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino
de mentira.” Salmo 119:103, 104
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La Palabra Disfrutada y Usada. “Y fui al ángel,
diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y
cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce
como la miel.” Apocalipsis 10:9 Disfrutamos unos dulces momentos alimentándonos con la Palabra de Dios, pero cuando se cumpla o llegue hacer práctica, es duro para la carne y amarga. “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí;
y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón;
porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los
ejércitos.” Jeremías 15:16 “Del mandamiento de sus labios
nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi
comida.” Job 23:12 “Por lo cual también nosotros sin cesar
damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de
Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de
hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual
actúa en vosotros los creyentes.” 1ª Tesalonicenses 2:13 Nosotros, como Pablo, nos deleitamos en la ley o la voluntad de Dios según el hombre interior mientras Él escribe Su Palabra y Su voluntad en nuestros corazones. Gracias a Dios que Él hace esto por Su precioso Espíritu Santo, para judío y gentil de igual manera.
“Siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida
por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del
corazón.” 2ª Corintios 3:3 “Por lo cual, este es el pacto que
haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el
Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su
corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me
serán a mí por pueblo.” Hebreos 8:10 “Este es el pacto que
haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las
escribiré” Hebreos 10:16
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Las Reuniones De Adoración
por Douglas L. Crook
(parte 5)
“Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y
contaron todo lo que los principales sacerdotes y los
ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído,
alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano
Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el
mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu
siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los
pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la
tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor,
y contra su Cristo.” Hechos 4:23 al 26
Dice que alzaron unánimes la voz a Dios. Sin embargo, la oración registrada no podía haber sido ofrecida espontáneamente por cada uno al mismo tiempo. En otras palabras, alguien claramente guió en la oración, probablemente Pedro y el resto de los hermanos presentes estaban de acuerdo con la alabanza y las peticiones que fueron ofrecidas.
No creo que cada creyente es capacitado, llamado o que posee el don para guiar en la oración pública, pero podemos concordar todos juntos cuando la voluntad de Dios es pedida y cuando Dios es exaltado cuando un hermano o una hermana guía en la oración.
Hay muchas clases de necesidades por las cuales podemos y debemos orar cuando nos congregamos en el nombre de Jesús, incluso para necesidades físicas. En
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Hechos 12 los hermanos fueron reunidos para orar por la protección física de Pedro y por su liberación.
“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel;
pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” Hechos 12:5 “Y habiendo considerado esto, llegó a casa
de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre
Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.” Hechos 12:12
Santiago habla de la eficacia de la oración en Santiago 5. En el contexto de la carta de Santiago, él habla de la oración por sanidad cuando la enfermedad es el resultado de la disciplina de Dios por algún pecado y cuando el culpable se ha arrepentido y ha vuelto a la obediencia a la voluntad del Señor. Sin embargo, los principios de la importancia y la eficacia de la oración pública se aplican a todas necesidades de espíritu, alma y cuerpo.
“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga
oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está
alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de
la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el
nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y
el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le
serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a
otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La
oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre
sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la
tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo
dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. Hermanos, si
alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y
alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al
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pecador del error de su camino, salvará de muerte un
alma, y cubrirá multitud de pecados.” Santiago 5:13 al 20
Debemos orar por los enfermos, aun cuando no es el resultado de la disciplina de Dios.
“Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a
tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades
y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo
Jesús. Hechos 4:29, 30
La mayor necesidad que tenemos y que deberíamos preguntar al Señor, tanto en privado, como en público, es nuestra necesidad de ser espiritualmente fuerte y madura.
“Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros,
siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por
vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes,
perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.” Colosenses 4:12
Estoy seguro que Epafras oraba por los Colosenses fervorosamente en sus oraciones privadas, pero Pablo podría dar un testimonio personal de las oraciones de Epafras porque, sin duda, él había escuchado a Epafras orar por ellos en reuniones públicas.
“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se
pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera
cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está
en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18:19, 20
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Podemos tener la confianza que cuando nos congregamos en el nombre de Jesús y ofrecemos nuestras oraciones, estamos actuando en la voluntad de Dios y que tales oraciones, ofrecidas por la fe, estarán escuchadas y contestadas para la gloria de Dios. Qué privilegio tenemos de participar en lo que Dios está haciendo en las vidas de otros para la eternidad.
“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante
del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de
incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban
un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y
de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu
sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y
lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro
Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” Apocalipsis 5:8 al 10
Somos un reino de sacerdotes que tenemos el privilegio de interceder por otros y de ministrar a Dios. Las oraciones que ofrecemos en nuestros cultos de adoración públicos no son olvidadas, sino guardadas en los cielos como sacrificios agradables al Señor. No son oraciones olvidadas, sino oraciones contestadas cuando las ofrecemos por fe y dependencia de Su gracia.
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Las Bienaventuranzas
por Virgilio Crook (parte 2)
“Alzando los ojos hacia sus discípulos, decía:
Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el
reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis
hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que
ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados seréis
cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten
de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como
malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel
día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es
grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los
profetas.” Lucas 6:20 al 23
Vamos a notar el ejemplo de David en el Salmo 84:10. “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera
de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de
mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.” De este salmo es evidente que David preferiría estar encargado de la puerta en la casa del Señor que gozarse de cualquier cosa que el mundo ofrece. “Estar a la puerta,” significa: literalmente - esperar en el umbral.
La frase aparece sólo aquí en el Antiguo Testamento. Viene de la palabra hebrea, “umbral.” El significado puede ser “ser un portero en el templo. O, también pude significar, “yacer como mendigo en la entrado del templo.” Una versión lo traduce: “preferiría limpiar el piso de la casa de mi Dios.”
Concordancia: “El verbo viene de un sustantivo que significa: “el alféizar o el umbral,” Aquí parece que significa: “estar de pie sobre el umbral; estar en la puerta o
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en la entrada, sin el privilegio de entrar en la casa. Parece que David está diciendo: “yo preferiría ese lugar humilde a una residencia dentro de las moradas de los malvados. La idea no es, guardar la puerta, con la capacidad de un sacristán o un sexton o un siervo, sino ocupando el alféizar – o el umbral. Se refiere al privilegio de estar allí y mirando adentro, aun si él no fuera permitido entrar.”
Una paráfrasis lo traduce: “prefiero más bien fregar los pisos en la casa de mi Dios antes de ser honrado como un invitado en el palacio de pecado.” Una paráfrasis extrema, tal vez, pero no tan exagerada después de todo. “Prefiero más bien ser una alfombrilla de bienvenida de la casa del Señor. Que todo el mundo limpie sus pies sobre mí.”
Moisés, en Hebreos 11:24, 25 es otro ejemplo.
“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo
de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado
con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites
temporales del pecado.” El lugar más humilde, más despreciado en la voluntad de Dios, es más alto que el lugar más alto en el mundo.
Un comentario del Hermano Spurgeon: “Lo peor de Dios es mejor que lo mejor del Diablo.
El umbral de Dios es un descanso más feliz que los sofás cubiertos de vello dentro de los pabellones de los pecadores reales, aunque podríamos descasar allí para toda una vida de lujo.
Hay una canción que dice: “te necesito, cada hora te necesito. Te Necesito cada hora, en el gozo, o en el duelo, ven rápidamente y permanezcas o la vida es vana.” ¿Cada hora? Sí, cada hora de cada día, 24 horas por día, 365 días por año, toda la vida. Jesús aseguró a Sus discípulos: “sin me nada podáis hacer.” Esto debemos tomar en una manera muy literal. La bendición para los
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pobres de espíritu está en reconocer su constante necesidad de la ayuda del Altísimo Dios del universo.
Usted puede ser rico y puede tener cada comodidad de la vida y aun puede estar necesitado, sin saberlo. La parte más triste es que en esa condición no se da cuenta de su necesidad. Tales fueron los santos laodicenses. En su orgullo afirmaron: “Yo soy rico, y me he enriquecido y de
ninguna cosa tengo necesidad.” Apocalipsis 3:17 Que declaración de la boca de un hijo de Dios: “de ninguna
cosa tengo necesidad.” Es cierto que Dios suple todas nuestras necesidades y en este sentido no tenemos necesidad de nada, pero el significado aquí es, de su propio esfuerzo no tenían necesidad. Jesús les aseguró que tenían la necesidad más grande por su ignorancia y orgullo. Jesús trajo a luz su condición verdadera. Fueron: “desventurados, miserables, pobres, ciegos y
desnudos.” No experimentaron la bendición de Dios, porque no se dieron cuenta de su verdadero estado. No fueron “pobres de espíritu.”
Una traducción literal de la frase de Mateo “pobre
de espíritu,” puede ser mal entendida, puesto que se podría ser interpretado o significar, “o faltando del Espíritu Santo, o faltando de ambición o iniciativa.” Para indicar claramente que esta pobreza o esta necesidad está relacionada con las realidades espirituales, podría ser parafraseada: “felices son aquellos que reconocen su necesidad de Dios.”
“El levanta del polvo al pobre, Y del muladar
exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con
príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová
son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el
mundo. El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos
perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su
propia fuerza.” 1ª Samuel 2:8, 9
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“El corazón del hombre piensa su camino; Mas
Jehová endereza sus pasos.” Proverbios 16:9
“Mejor es el pobre que camina en integridad, Que
el de perversos labios y fatuo.” Proverbios 19:1
“Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas
cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es
pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.”
Isaías 66:2 Otra versión lo traduce: “estoy satisfecho con aquellos que son humildes y arrepentidos, quiénes me temen y me obedecen.” Otra lo traduce: “bendeciré a aquellos que tienen corazones humildes y contritos. Éste es aquel que yo estimo – para quien tengo aprecio o respeto. Les miro favorablemente, con quienes estoy agradecido.”
El testimonio de Pablo es un buen ejemplo para nosotros sobre el tema. Él escribió a los filipenses: “Sé
vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por
todo estoy enseñado, así para estar saciado como para
tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad.” Filipenses 4:12 Para Pablo, en la abundancia, tanto como en la
escasez, él reconoció su necesidad. Él fue pobre en espíritu en ambos casos fue bendecido, a pesar de las circunstancias externas de su vida.
Lo siguiente es otra afirmación muy importante que Pablo escribió a los mismos filipenses. “Mi Dios, pues,
suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19 Él reconoció su necesidad y a la vez, quien suplió esa necesidad.
“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”
Santiago 4:6 Los pobres de espíritu reciben mayor gracia y mayor bendición porque dependen de Dios.
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Él Es Todo Lo Que Necesito
por Gordon Crook
El canto es muy simple: “Él es todo lo que necesito, Él es todo lo que necesito. Jesús es todo lo que necesito.” Sin embargo, es muy profundo. En un mundo donde estamos constantemente inundados con propaganda por las muchas cosas que necesitamos, que ni nos dimos cuenta que las necesitábamos, que grande revelación de entender que Jesús es todo lo verdaderamente necesitamos.
Es verdad, que nosotros, como seres humanos, necesitamos ciertas cosas. Necesitamos agua y comida para sobrevivir. Necesitamos abrigo y ropa para protección. Sin embargo, más allá de todas las otras cosas, necesitamos a Jesús. Él es aquel que provee para nosotros todo lo que necesitamos.
Jesús hizo la declaración en Marcos 8:36: “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” Esta es una lección tan importante para aprender. Satanás quiere que gastemos nuestro tiempo y energía persiguiendo a toda clase de cosas en este mundo. Cosas que no tienen valor duradero. Cosas que nos distraen de nuestro Señor. ¿Qué ganancia habrá en eso.?
Pablo lo declara así: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” Filipenses 1:21 “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.” Filipenses 3:7 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Filipenses 4:13
Es algo tan simple y a la vez tan difícil. Él es todo lo que yo necesito. Cuando la vida va en contra de nuestras expectaciones, Él es todo lo que necesitamos. Cuando el doctor le da malas noticias, Él es todo lo que usted necesita. Cuando no podemos ver el horizonte y no podemos entender nada, Él es todo lo que usted necesita. Cuando usted ha perdido todo lo que es querido para usted, Él es todo lo que usted necesita. Cuán a menudo miramos a otra gente, lugares y cosas, cuando necesitamos estar mirando a Jesús.
Cuando llegamos a entender que Jesús es todo lo que necesitamos, nos trae a un lugar de gran libertad. Tan a menudo no nos damos cuenta cuando las cosas en nuestra vida nos controlan. Cuando entendemos que todo viene de nuestro Señor, las otras cosas pierden su control sobre nosotros. No hay más grande libertad que cuando llegamos al lugar donde verdaderamente entendemos y que creemos que Jesús es verdaderamente todo lo que necesitamos.
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El Glorioso Evangelio% Virgil Crook
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