educaciÓn ambiental y sustentabilidad en mÉxico. munoz...en materia ambiental, para ello, partimos...
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EDUCACIÓN AMBIENTAL Y SUSTENTABILIDAD EN
MÉXICO. Una aproximación de sentidos y prospectivas desde el estado del conocimiento.
Graciela Muñoz Gutiérrez1
Jesús Soriano Fonseca2
Resumen
En México en las últimas tres décadas, el interés por el tema ambiental, la producción del
conocimiento, la investigación y propuestas en éste ámbito, ha crecido de forma acelerada.
Legislación, programas y proyectos se han producido en masa, sin embargo, no existe un
sistema de evaluación y seguimiento que dé cuenta del cumplimiento de sus objetivos y,
pese la existencia de éstos y la llamada educación ambiental no contamos con una cultura
sustentable, situación a la que subyacen varios supuestos. Por otro lado, existiendo en el
mundo como nunca antes, gran concentración de recursos económicos, de conocimientos y
avances científicos y tecnológicos, paradójicamente un gran porcentaje de la población del
mundo se encuentra entre pobreza económica, ignorancia y enfermedad, entre otros
problemas; de ahí los cuestionamientos y crítica a la función social de la escuela. El
presente trabajo tiene como objetivo, apuntar hacia la construcción de estrategias de
apropiación del conocimiento en general y del conocimiento eco-ambiental en particular, a
la delimitación de criterios de evaluación y seguimiento de la educación ambiental y, a la
revisión de lo que a nivel científico se conoce pero que es desconocido por los ciudadanos
en materia ambiental, para ello, partimos de la revisión del estado del conocimiento en
México sobre educación ambiental y sustentabilidad. Asimismo, nos enfocamos al análisis
sobre el acceso y procesamiento de información en individuos que cuentan con algún tipo
de educación, cuya conclusión nos lleva a sostener que las limitaciones en la alfabetización
científica funcional de los ciudadanos, la falacia de la transferencia del conocimiento, las
políticas públicas, así como la disposición y capacidad de los propios sujetos, impiden
comprender y resolver o al menos disminuir problemas sociales como el ambiental.
Palabras clave: educación ambiental, cultura sustentable, conocimiento eco-ambiental,
alfabetización científica, función social.
Abstract
In Mexico in the last three decades, interest in environmental issues, the production of the
knowledge, the investigation and proposals in this field, has grown of fast form.
Legislation, programs and projects have been mass produced, however, there is no system
of evaluation and monitoring on the its objectives and, weigh the existence of these and the
1Maestra en Ciencias de la Educación, adscrita a la subsecretaria de Educación Básica y Normal del Gobierno del Estado de México y Doctorante en Ciencias en Educación Agrícola Superior en la UACH. Correo electrónico: [email protected] 2 Dr. En Pedagogía. Profesor-investigador del Departamento de Sociología rural. UACH. Correo electrónico: [email protected]
so called environmental education we do not possess a sustainable culture, situation to
which several suppositions sublie. On the other hand, existing in the world as never before,
great concentration of economic resources, knowledge and scientific and technological
advances, paradoxically a great percentage of the population of the world is between
economic poverty, ignorance and disease, between other problems; of there the questioning
and critique that we do, to the social function of the school. The present work takes as an
aim, aims towards the construction of strategies appropriation of the knowledge in general
and of the knowledge environmental echo in particular, proposing criteria for evaluation
and monitoring of environmental education and the revision of what to scientific level is
known but unknown but the citizens, in enviromental matter, for it, we start with reviewing
the state of knowledge in Mexico on environmental education and sustainability. Likewise,
we focus on the analysis on the access and processing of information in individuals who
possess some type of education, whose conclution leads to argue that limitations in
scientific-functional literacy of citizens, the fallacy of the transfer of knowledge, the public
policies, as well as the disposition and capacity of the own subjects, prevent from
understanding and resolving or reduction of social problems such as the environmental one.
Keywords: environmental education, sustainable culture, eco - environmental knowledge,
scientific literacy, social function.
INTRODUCCIÓN
La educación es el avance de un hombre de
la ignorancia absolutamente segura hacia la
incertidumbre precavida.
Don Clark
En los últimos años el problema ambiental ha tomado relevancia y ocupado espacios de
discusión en la agenda política, científica y económica entre otras esferas, tanto a nivel
internacional como nacional. Ya sea que en la problemática ambiental se discuta sobre
contaminación del aire, del suelo, el agua, auditiva e incluso espacial, pese a los esfuerzos
internacionales y nacionales por incorporar a la cultura de cada nación la visión de la
dimensión ambiental y desarrollo, esto ha sido difícil de conseguir.
En nuestro país existen acciones encaminadas tanto a la generación de proyectos de
protección de espacios naturales, preservación del equilibrio ecológico y de los recursos
naturales, de desarrollo tecnológico y gestión ambiental, capacitación para el manejo de
residuos reciclables, así como proyectos de educación ambiental (EA), investigación en
materia ambiental y la oferta de licenciaturas y posgrados en el ámbito de la (EA) y el
desarrollo sustentable.
En el presente trabajo partimos del planteamiento de dos premisas básicas, por un lado,
identificamos insuficiente atención del problema en el ámbito educativo, acompañada de
una incipiente organización en la esfera de la investigación respecto al tema ambiental y de
sustentabilidad, por otro lado, consideramos que en nuestro país tanto en el gobierno como
en la sociedad, existe una escasa visión sobre la planeación de nuestro entorno, las
políticas públicas existentes carecen de soporte multidisciplinario que les de fundamento
epistémico, al mismo tiempo que falta voluntad política así como disposición y conciencia
social. Dadas estas razones, es que consideramos se produce la dificultad para concretar
resultados significativos en la construcción de una cultura ambiental sustentable, lo cual, se
origina a partir de las limitaciones en la alfabetización científica de los ciudadanos, las
características de la transferencia del conocimiento ambiental, la deficiencia de las políticas
públicas y en su caso, la poca disposición y capacidad de los propios sujetos que les
impide comprender y resolver o disminuir problemas sociales.
De manera complementaria, nos planteamos una serie de supuestos que incluyen lo que
ubicamos como la problematización del tema que nos ocupa y, que además se corresponden
de forma dialógica con las premisas expuestas. En lo que respecta al terreno educativo,
consideramos que nuestro sistema educativo no está integrando una cosmovisión de
equilibrio hombre-naturaleza, suponemos también que nuestro modelo educativo no genera
consciencia social, lo que redunda en conductas estereotipadas y acríticas en detrimento del
ambiente. En lo que concierne a la investigación en materia ambiental, podemos decir que
existe una vasta producción de conocimiento a través del trabajo de las instituciones de
investigación y las redes y cuerpos académicos ocupados en el tema, sin embargo, no existe
un ordenamiento ni directrices que den forma a este cuerpo de conocimientos. En cuanto a
las políticas públicas, sostenemos que si bien el conocimiento generado a partir de la
investigación es la materia relevante a partir de la cual debieran formularse, la transferencia
de conocimiento producido por diversos cuerpos académicos hacia las políticas que tienen
que ver con la EA y la sustentabilidad, es casi nula.
A partir de los planteamientos realizados en las premisas y demás supuestos, este artículo
tiene por objeto apuntar hacia la construcción de estrategias de apropiación del
conocimiento y a la delimitación de criterios de evaluación y seguimiento de la EA, de ahí
que la estructura del mismo, corresponde a dos ejes de análisis, el primero en relación al
estado del conocimiento en México sobre educación ambiental y sustentabilidad,
identificando los principales argumentos y las tendencias de las últimas investigaciones, así
como el análisis de las distintas fuentes de las que emanan los principios que predominan
en el tema que nos ocupa, el segundo, corresponde al análisis de las políticas públicas
ambientalistas, las cuales en México no han logrado contribuir a la construcción del
conocimiento ambiental, ni favorecer al menos el acceso y procesamiento de la información
por parte de la sociedad, a la cual se suma una condición de escasa disposición y capacidad
para resolver problemas sociales.
Tendencias, sentidos y prospectiva de la EA y la sustentabilidad desde el
estado del conocimiento.
Hace más de cinco décadas que el tema del deterioro ambiental y su relación con nuestro
modelo de desarrollo, han ocupado espacios en múltiples discusiones nacionales e
internacionales, entre la política, la academia y la economía ha sido tema de reflexión y
debate. Ya desde 1948, con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN) se generaba una insipiente preocupación ambiental, sin embargo, no es sino hasta
la década de los 70´s que a nivel mundial, se incrementa la investigación y por tanto la
producción de conocimiento en relación al tema ambiental y la sustentabilidad.
Pese a este incremento en la investigación y de la multiplicidad de propuestas en torno a la
situación ambiental en el planeta, dicho conocimiento al igual que el de cualquier área o
disciplina, presenta un problema que parece común, el de su apropiación por parte de la
sociedad y por tanto su uso práctico; más aún esta condición se hace todavía más compleja
en virtud de los diferentes enfoques, tendencias y controversia de sentidos de los
planteamientos realizados desde el terreno de la ciencia, lo que sin duda limita el consenso
para la acción política y social, pero principalmente la apropiación de conocimiento, la
conciencia y la actitud proactiva de los ciudadanos, redundando en la limitación de la
capacidad para resolver problemas sociales.
En un recorrido por el estado del conocimiento respecto a la EA y sustentabilidad en
México, identificamos distintos planteamientos teórico-metodológicos en diversas
investigaciones hasta el momento realizadas, las cuales consideran referentes conceptuales
que comparten pero que concluyen en planteamientos y propuestas distintas.
Por otro lado, hemos identificado también que existe una gran afluencia de trabajos
relacionados al tema ambiental y el desarrollo sustentable que parecen dispersos en un mar
de producción de conocimiento, esto es, que no existe un cuerpo ordenado, sistematizado y
con criterios definidos que concentre y de forma al conocimiento ambiental producto de las
investigaciones en este ámbito. A decir de González Gaudiano (2003), la educación
ambiental es un campo emergente de la pedagogía, que en América Latina y el Caribe
toma fuerza a partir de la década de los ochenta, lo que da cuenta de un proceso aun en
constitución, por lo que refiere que todavía no logra permear apropiadamente las
estructuras y prácticas de las instituciones educativas, que a diferencia de los países
industrializados está plenamente incorporado. Señala además, que el campo de la EA
presenta tal diversidad conceptual que favorece los antagonismos, los cuales identificamos
no solo a nivel conceptual, sino teórico y metodológico, cada uno de los cuales
abordaremos más adelante.
Por su parte, Bravo (2003, p. 32), indica que a pesar del crecimiento cualitativo y
cuantitativo en el campo de la educación ambiental en nuestro país, aún no se considera
como un campo consolidado, pues muestra baja autonomía y poco reconocimiento social,
debido principalmente a que “no existe una estrategia de formación, ni de acreditación que
reconozca formalmente a los investigadores de este campo, a que los procesos de
producción aún no están claramente delimitados, como no están bien situados los sujetos
que realizan investigación en este campo y a que la circulación de los productos de
investigación es restringida y tiene poca vinculación con la práctica, entre otros
problemas”.
Resulta evidente que el tema ambiental y de sustentabilidad ha sido de mayor interés y
relevancia a nivel internacional, ocupando espacios importantes en la agenda internacional
en temas de interés global en relación a la problemática ambiental y la generación de
propuestas sobre desarrollo sustentable, las cuales necesariamente involucran componentes
de tipo económico, educativo, cultural, ideológico, político, social, etc. Pioneros en la
realización de conferencias, congresos y cumbres han sido países como Estados Unidos,
Alemania, Irán, India, en el club de Roma, sumándose a los debates en las cumbres y
conferencias internacionales naciones como Canadá, Japón la Unión Europea y países
latinoamericanos. Incontables han sido las reuniones internacionales enfocadas a la
discusión y búsqueda de acuerdos en torno a la protección del ambiente y el desarrollo
sustentable, sin embargo, paradójicamente son las naciones más industrializadas y que
mayores índices de contaminantes emiten, las que no muestran compromiso y no realizan
acciones necesarias para el cambio político, social y cultural que el mundo necesita.
Actualmente, ideales como los planeados por el fundador del Club de Roma, Aurelio
Peccei, siguen siendo objetivos inalcanzables.
“El objetivo de estimular la investigación y la reflexión a fin de obtener una más profunda
comprensión de las funciones de los sistemas globales y el objetivo de aplicar el conocimiento
adquirido al fomento de nuevas políticas y estrategias, inspiradas por un nuevo humanismo y
capaces de encaminar a la humanidad por un cause más sano” (Peccei, en Oltmans 1975, p. 11).
Sin importar cuanto conocimiento ha producido el hombre, un malestar general en la
humanidad se hace cada vez más frenético ante la compleja y cambiante dinámica social en
el mundo; crisis económicas, sociales, ideológicas, culturales, ambientales y hasta
existenciales dominan entre la gente en diferentes partes del mundo, aun los concilios
nacionales o internacionales con la participación de científicos, políticos, administradores,
educadores, humanistas, líderes de estado y líderes morales en el mundo, siguen
enfrentando el reto de lograr acuerdos entre la humanidad, una humanidad que comparte el
mismo planeta y vive las consecuencias de la desigualdad no solo económica sino de poder
y conocimiento.
En nuestro estudio, al realizar el obligado recorrido por las diferentes fuentes de las que
proceden conclusiones de debates, acuerdos nacionales e internacionales, compromisos,
planteamientos ideológicos, políticos y teóricos respecto al tema ambiental y de
sustentabilidad, hemos observamos que existe un cumulo de fuentes en su mayoría
dispersas y que son referencia para los planteamientos y principios que orientan a la EA y
la sustentabilidad en el mundo.
Entre las fuentes que a nivel mundial se han tomado en cuenta en la construcción de lo que
hoy conforman los principios de la EA y la sustentabilidad, encontramos lo siguientes
antecedentes2:
1. Los trabajos ya mencionados de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN), desde 1948,
2. El Foro mundial para la naturaleza. World Wide Fund for Nature (WWF) de 1961,
3. El texto de divulgación científica, la primavera silenciosa, de R. Carsons en 1962,
2 Propuesta de orden y cronología de las fuentes de la educación ambiental y la sustentabilidad de Graciela Muñoz.
4. Conferencia Nacional sobre Educación Ambiental, 1968
5. Conferencia Nacional sobre Educación Ambiental, 1968
6. Informe del Club de Roma. Los límites del crecimiento, 1972
7. Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (Cumbre de la
tierra), 1972
8. Tratado del río de la Plata y su frente marítimo, 1973
9. Programa Internacional de Educación ambiental (PIEA), 1975
10. Conferencia de Tbilsi, 1977
11. Tratado de cooperación amazónica, 1978
12. Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, 1985
13. Congreso Internacional sobre Educación y Formación sobre Medio Ambiente, 1987
14. Nuestro futuro común. Reporte Brundtland, 1987
15. ONU - Conferencia de Río de Janeiro, llamada Cumbre de la Tierra. (Emitió la
Agenda 21), 1992
16. Foro Global Ciudadano de Río 92, 1992
17. Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental, 1992
18. Conferencia Internacional Medio Ambiente y Sociedad: Educación y
Sensibilización para la Sostenibilidad (Tesalónica), 1997
19. Protocolo Kioto, 1997
20. Cumbre de la Haya, 2000
21. Plan estratégico de Educación Ambiental, desarrollado a nivel mundial, 2000
22. Cumbre de la tierra sobre el medio ambiente y desarrollo sostenible, 2002
23. Conferencia de desarrollo sostenible de Naciones Unidas "Rio+20", 2012
24. UNESCO - Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), 2005 – 2015
25. Decenio de las Naciones Unidas de la Educación con miras al Desarrollo
Sostenible (2005-2014) : Plan de aplicación internacional, 2005-2014
26. Informe del programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), 2012-2016
27. Programa de la ONU para el Medio Ambiente Hacia el 2015
Al respecto, consideramos que en nuestro país, la dinámica de la EA y la incorporación del
modelo de sustentabilidad, se ha orientado más hacia la generación de programas y
proyectos producidos por diversas instituciones y organismos, con el objetivo de ser
puestos en práctica por la sociedad, lo cual no se logra por completo lo que obedece a
varios supuestos que más adelante plantearemos, al mismo tiempo que esto ocurre, la
investigación en materia ambiental y de sustentabilidad, se propaga de forma acelerada y
en masa dentro de las instituciones de educación superior, programas de posgrado, cuerpos
académicos y redes de investigación, aunque de forma dispersa, dado que responde a
principios establecidos desde la paradoja de la homogeneización de la globalización, esto
es, los principios que sigue la investigación y el diseño de programas y proyectos
ambientales y sustentables, siguen pautas establecidas a nivel mundial más que local, por lo
que corresponden al modelo de desarrollo sustentable que se establece desde
planteamientos ajenos a nuestra cultura, desde una realidad eurocentrista y no para una
realidad latinoamericana y específicamente para nuestra realidad mexicana de gran
diversidad cultural. Los programas e investigación desarrollada en México, se orientan
hacia un modelo de desarrollo de sustentabilidad del cual aún estamos lejos, dadas las
características propias de nuestro contexto, por lo que sostenemos que hace falta recobrar el
sentido de realidad de nuestra cultura, resignificar los conceptos de desarrollo,
sostenibilidad y EA acordes a nuestro contexto y replantear la función social de la
educación formal, además de la sistematización de criterios de evaluación y seguimiento
del cumplimiento de objetivos de los programas y proyectos que se inscriben en el campo
de la educación ambiental y la sustentabilidad.
Por otro lado, respecto a la investigación en materia ambiental y de sustentabilidad en
México, en noviembre de 2013, el Consorcio Mexicano de Programas Ambientales
Universitarios para el Desarrollo Sustentable (COMPLEXUS), con la participación de 18
instituciones de educación superior del país, ha establecido una serie de indicadores a
través de los cuales se pretende medir y evaluar la contribución de las Instituciones de
Educación Superior (IES) a la sustentabilidad. Dichos indicadores se enfocan a cinco
aspectos, a saber, a) la identidad institucional, b) la educación, c) investigación, d)
extensión y difusión y, e) vinculación. Respecto a la investigación estos indicadores se
agrupan en cuatro campos (COMPLEXUS, 2013, p. 115-133):
Grupos multidisciplinarios de investigación en temas y ejes prioritarios para el
ambiente y la sustentabilidad.
Líneas de investigación interdisciplinaria consolidadas en temas ambientales y de
sustentabilidad.
Investigación para reconocer, proteger y promover sistemas de construcción de
conocimiento, saberes y cultura locales como factores de sustentabilidad.
Investigación interdisciplinaria para la evaluación del riesgo de tecnologías en uso y
desarrollo de nuevas tecnologías ambientalmente amigables y socialmente
responsables.
El primer indicador se ubica dentro de la comunidad científica y tecnológica, recuperando
planteamientos multidisciplinarios y estudios interdisciplinarios, cuyas actividades de
investigación se enfocan a los temas considerados prioritarios y ejes transversales de medio
ambiente y sustentabilidad establecidos desde la Cumbre Mundial para el Desarrollo
Sustentable celebrada en Johannesburgo en 2002, a partir de la cual se establecen los temas
y ejes de investigación prioritarios desde la perspectiva ambiental para ser abordados por
las IES, agua, salud, energía, agricultura, biodiversidad, erradicación de la pobreza, cambio
de los modelos de producción y consumo, la conservación y administración de la base de
recursos naturales para el aprovechamiento sustentable y cambio climático.
El segundo indicador, se enfoca al establecimiento de líneas de investigación
interdisciplinaria consolidadas en el abordaje de lo ambiental, que sustenten programas de
posgrado de las IES, a través del trabajo interdisciplinario de grupos de especialistas de
diversos ámbitos científicos que buscan de integrar sus aportaciones en la investigación
sobre un objeto complejo común, a fin de superar los obstáculos teóricos, epistemológicos
y metodológicos para el estudio de lo ambiental.
El tercer indicador, establece como una de las funciones sustantivas de las IES desde la
perspectiva de la sustentabilidad3, la obligación de “incorporar en su racionalidad,
gnoseología y práctica, aportes de los referentes de complejidad, diversidad y culturalidad
de los sistemas locales de construcción de conocimiento, y establecer líneas y proyectos
para reconocer, recuperar, fortalecer y promover los saberes locales como factores de
3 Reiteramos, sustentabilidad en términos eurocentristas que se reflejan en los resultados de cumbres y
conferencias internacionales, donde domina el discurso y principios de la cultura y modelo económico dominante.
sustentabilidad, en sus dimensiones local, regional y planetaria, y en los ámbitos de la
conservación, del manejo de la biodiversidad y el mejoramiento de la calidad de vida en las
sociedades humanas en el marco de la equidad, la solidaridad y las identidades culturales de
cada pueblo” (COMPLEXUS, 2013, p. 134). Es precisamente en este punto, donde aún
encontramos una serie de conflictos para lograr la construcción de conocimiento en un
proceso no solo dialógico sino también dialéctico, incorporando como un todo, los saberes
tradicionales y el conocimiento científico, pero el mayor problema lo ubicamos en superar
los obstáculos para lograr la apropiación social del conocimiento y su uso práctico en la
cotidianeidad, lo cual en parte depende de la propia disposición y capacidad de los
individuos que no cuenten con educación superior. Al final, gran parte de las
investigaciones realizadas en las IES a través de los programas de posgrado y cuerpos
académicos, se queda en el ámbito de la comunidad académica y universitaria.
El cuarto indicador, centrado en los “procesos de gestión ambiental, plantea como
requerimiento la existencia o desarrollo de tecnologías ambientalmente amigables, que
permitan sustituir operativamente las prácticas productivas que impactan negativamente
sobre el ambiente”, es decir, que las “IES desarrollen y promueven tecnologías para
resolver problemas ambientales y para mejorar la calidad de vida” (COMPLEXUS, p. 142),
aquí la paradoja e ironía es, que la realidad institucional, no se corresponde a la realidad de
afuera, la de las comunidades, pueblos y de varios lugares de nuestro país. La formación
científica y los recurso tecnológicos con los que se forman profesionalmente los individuos
en algunas IES, no es la que se encuentra fuera de estas instituciones, presentándose un
enorme contraste entre lo que teóricamente se aprende y se adopta y lo que fácticamente
existe. ¿Cómo entonces pueden establecerse este tipo de indicadores para una realidad
simulada en las IES y la realidad real, [en términos de Galeano (2008)], a la que se
enfrentan los “investigadores” y, promover procesos de sustentabilidad en el sentido ya
señalado, en la sociedad y contexto mexicano?
Con base en lo anterior, señalaríamos que para superar dicha contradicción se hace exigible
una nueva dinámica y en el establecimiento de políticas públicas para el desarrollo e
innovación científica y tecnológica en la sociedad, algo que requiere de voluntad política y
conocimiento. Por supuesto nos referimos al diseño de políticas públicas sustentadas en la
aportación de un equipo multidisciplinario y no solo en planteamientos partidistas,
sexenales y sin fundamento científico y social.
Por lo que respecta a los indicadores de educación, éstos se organizan en seis grupos
(COMPLEXUS, 2013, p. 73-109):
Planes de estudio que han incorporado de manera transversal la perspectiva
ambiental y de sustentabilidad.
Estrategias de formación y actualización de profesores para fortalecer la perspectiva
ambiental y de sustentabilidad en la docencia y los planes de estudio.
Programas de educación continua en temas ambientales y de Sustentabilidad.
Programas educativos en modalidades alternativas en temáticas ambientales y de
sustentabilidad.
Planes de estudios especializados en temáticas ambientales y de sustentabilidad.
Participación de estudiantes y profesores en proyectos de educación ambiental no
formal, para la sustentabilidad.
El enfoque que identificamos en COMPLEXUS, está encaminado más hacia el
establecimiento de las políticas que orienten las acciones sustantivas de las IES y la
formación profesional y los criterios que deben considerar los planes de estudio en relación
a la EA y la sustentabilidad, quedando reservado a otros espacios lo correspondiente a la
educación básica (EB), perdiéndose la vinculación y continuidad entre niveles educativos.
Lo que es común en general en el contexto de la educación formal en todos los niveles, es
la incorporación transversal de enfoques y contenidos de sustentabilidad en todos los
programas académicos existentes, lo cual ha sido respaldado por la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Secretaría del Medio
ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y, que en EB también es parte del modelo
curricular establecido por la Secretaria de Educación Pública (SEP), condición que no ha
llegado a la incorporación y apropiación de conocimientos y actitudes ambientales entre los
estudiantes de EB, lo cual se refleja en las conductas observadas en la cotidianeidad del
aula y de los espacios de las comunidades en las que viven, además de los resultados que
arrojan diversas evaluaciones estandarizadas en las que se incluye el eje transversal de lo
ambiental, pese al cumulo de programas, proyectos y libros de texto enfocados a la
educación ambiental, para los cuales no existe un control y sistematización de estrategias y
criterios de evaluación que den cuenta de los resultados de dicha EA y del cumplimiento de
los objetivos de planes y programas ambientales.
Por otro lado, el propio COMPLEXUS, a través del Foro de Discusión en Educación
Superior y Desarrollo Sustentable” (FODESU), realizado en 2004 concluye, que el modelo
educativo dominante en las universidades es mecanicista, reduccionista, individualista y
segmentado, lo que se contrapone con los principios sistémicos, de complejidad y de
interdisciplinariedad que sustentan la educación ambiental.
Por su parte, el plan rector sobre “estrategia de educación ambiental para la sustentabilidad
en México”, emitido por la SEMARNAT (2006), en el punto 4 sobre consolidación del
campo de conocimiento de la Educación Ambiental para la Sustentabilidad (EAS),
específicamente en la línea de acción 7, respecto a la Sistematización y evaluación de la
práctica de la EAS, establece como objetivo el fortalecimiento de los procesos de
sistematización y evaluación de los programas, proyectos y experiencias de EAS realizados
en el país; aspecto en el cual se contempla la necesidad de diseñar líneas de trabajo,
modelos, criterios e indicadores para la sistematización y la evaluación de experiencias en
los programas de formación de educadores ambientales y así como el fortalecimiento de las
competencias de los educadores ambientales en materia de evaluación para contribuir a la
calidad de la EAS, así como la conformación de grupos que asesoren y orienten la
sistematización de experiencias y la evaluación en los diversos campos de la educación
ambiental.
El punto es, que solo se señala en términos generales una idea respecto a la sistematización
y evaluación de las prácticas en EAS, sin que a la fecha este consolidado, toda vez que la
evaluación de la Estrategia de educación ambiental para la sustentabilidad en México se
establece para su continuación a partir de las metas establecida entre 2006 y 2014, por lo
que aún está en curso, sin embargo, lo que observamos en esta esta propuesta de evaluación
se enfoca solo a la propia estrategia de EAS y no para los programas, proyectos y acciones
que a nivel nacional y local se están llevando a cabo de forma paralela, ni a lo que se realiza
en el ámbito educativo, acciones que podrían estar ejecutándose sin coordinación o estar
incluso en controversia, como ejemplo, tomamos el propio programa sectorial de educación
2013-2018, el cual no considera en ninguna parte a la EA como tal, solo de manera escueta
en el rubro de acciones transversales, en el eje correspondiente a la estrategia 1,
democratizar la productividad, considera incorporar en los programas y materiales de
estudio, contenidos que favorezcan una comprensión del mundo natural y promuevan el
cuidado del medio ambiente, esto es, que se reduce a contenidos la educación ambiental,
por lo que no se logra la tan nombrada educación integral.
Regresando a la estrategia de EAS, dicha estrategia federal, se enfoca a lo que denominan
para este plan asuntos estratégicos, siendo los siguientes:
1) Legislación y financiamiento:
Legislación para la conformación del marco normativo de la EAS,
Financiamiento a nivel federal, estatal y municipal para la realización
de acciones de EAS.
2) Educación y formación de recursos humanos para la EAS
Profesionalización de los docentes, educadores y promotores
ambientales4.
Formación de recursos humanos estratégicos y operativos5.
3) Fortalecimiento institucional y coordinación intersectorial e interinstitucional
Favorecer el desarrollo institucional de las instancias y
organizaciones que realizan acciones de EAS y la creación de nuevas
instituciones.
Vinculación intersectorial e interinstitucional en el plano nacional,
regional y local en materia de EAS.
4) Consolidación del campo de conocimiento de la EAS
Sistematización y evaluación de la práctica de la EAS.
4 La SEMARNAT a través de la Estrategia de Educación Ambiental para la Sustentabilidad, define como educadores ambientales a las
personas que realizan, como parte de sus funciones profesionales, actividades formativas de carácter ambiental dirigidas a distintos
actores sociales (estudiantes, campesinos, colonos, funcionarios, entre muchos otros), tanto en el ámbito del sistema escolar, como en la
modalidad no formal. 5 Descritos por la SEMARNAT como aquellas personas y grupos que pudiendo considerarse, o no, educadores ambientales, tienen
funciones o trabajos que pueden impactar al campo de la EAS o bien, contribuir a la construcción de una cultura ambiental por las
decisiones que toman (por ejemplo: comunicadores, líderes sociales, investigadores, entre otros).
Generación del conocimiento en EAS, a través de la conformación de
un padrón regional y nacional de investigadores en EAS.
Divulgación, comunicación y aplicación del conocimiento de EAS, a
través de la comunicación permanente, recíproca y dinámica entre los
sujetos generadores de conocimiento, los de campos afines y sus
usuarios.
Lo anterior, refleja la falta de coordinación e incorporación de las acciones que de manera
independiente se establecen para educación básica, media superior, superior y posgrado en
materia ambiental y de sustentabilidad dentro del plan de estrategia de educación ambiental
para la sustentabilidad en México, lo que demuestra que se continua bajo una lógica de
producción de programas, proyectos y convocatorias para la acreditación en el ámbito de la
educación y la cultura ambiental, de forma fragmentada y sin vinculación con las
instituciones de educación, limitándose esta estrategia “nacional” solo a los llamados
Centros de Educación y Cultura Ambiental (CECA)6, cuyo modelo de evaluación y
acreditación se ha instituido por separado de la educación formal, para la cual se creó el
programa de Certificación Ambiental Escolar llamado Escuela Verde, diseñado entre la
SEP y la SEMARNAT, bajo la orientación del Centro de Educación y Capacitación para el
Desarrollo Sustentable (CECADESU)7, para la incorporación de contenidos en los
programas de estudio a través de los llamados ejes transversales. Tal escenario evidencia
esta lógica de creación de programas y más programas que siguen sin generar el cambio de
actitud en la mayoría de las personas y sin reorientar la formación de los docentes respecto
a una metodología propia para la EA.
Dado el estado de cosas que identificamos en este recorrido, en un ejercicio prospectivo y
de ubicación de sentido sobre la educación ambiental, consideramos necesaria la aportación
para la construcción de criterios y estrategias de evaluación y seguimiento de los diversos
programas y proyectos en materia ambiental, para los diferentes niveles y grados
académicos que conforman la estructura de la educación en México, considerando además
6 De acuerdo con lo establecido por la SEMARNAT, un Centro de Educación y Cultura Ambiental (CECA), es un espacio educativo del
ámbito no formal, entre los que se consideran parques, museos, zoológicos, jardines botánicos, áreas naturales protegidas y todos aquellos
espacios que tienen en sus programas, líneas de acción para promover la educación ambiental.
la integración de todos aquellos centros de educación ambiental e instituciones de
educación como elementos de un todo que es la sociedad.
Sugerimos que dichos criterios deben considerar los siguientes aspectos:
La construcción y resignificación de un sentido de sustentabilidad pertinente y
acorde al contexto mexicano,
El abordaje de la problemática ambiental desde una perspectiva interdisciplinaria y
acorde con la complejidad e incertidumbre propias de la vida y naturaleza humana,
La apropiación del conocimiento social en un proceso de aprendizaje dialógico y
dialéctico.
El desarrollo de compromiso y consciencia social desde los espacios de la
educación formal, desde una verdadera vinculación con la realidad fuera de las
instituciones de educación.
El establecimiento de pautas de comportamiento y actitud en la conformación de
una cultura pro-ambiental acorde a cada nivel educativo, considerando la necesaria
alfabetización científica que permita comprender la magnitud de nuestros actos y las
consecuencias de un estilo de vida determinado, en el contexto de la globalización,
la competitividad, el consumismo y la mercantilización del conocimiento.
La integración de estructuras de cuerpos académicos en EB y de grupos de
evaluación de programas y proyectos enfocados a la EA.
La formación y actualización docente considerando criterios de alfabetización
científica y rigor metodológico en la acción docente e investigativa, (aquí cabe el
modelo de investigación acción participante y etnográfico en las instituciones de
educación básica y un el abanico completo de posibilidades en investigación y
docencia para las IES).
Además de estas sugerencias aún en construcción, es preciso ampliar las perspectivas de
análisis para su complementación hacia otros campos que se involucran en la conformación
de una cultura ambiental y sustentable propia para nuestro contexto. En estos campos cabe
el análisis de las políticas públicas, la transferencia y apropiación del conocimiento en la
sociedad donde los mass media, ejercen gran influencia, la propia ideología y cosmovisión
de nuestra cultura y el análisis de nuestro modelo educativo hacia la resignificación,
construcción y reconstrucción de una propuesta fundada en la realidad real y no en la
emulación institucional en el ámbito de la educación.
Políticas públicas y consciencia social en la trasferencia y apropiación del
conocimiento ambiental sustentable.
En el ámbito de las políticas publica, si consideramos desde el Plan Nacional de Desarrollo,
el Programa sectorial de educación, la estrategia para la EAS, planes y programas de
estudio y demás documentos rectores en educación, que reflejan la posición y orientación
de las políticas públicas en general y en particular de la política educativa, específicamente
en materia ambiental y de sustentabilidad, identificamos la desvinculación de políticas, la
continuidad de las mismas por motivos electorales y sexenales, pero sobretodo la falta de
formulación a partir de fundamentos científicos y sociales.
Las políticas públicas en el ámbito de la educación en nuestro país, parten de una realidad
política y se olvidan de la realidad real que viven los diferentes sectores y dimensiones de
la sociedad. La misma SEMARNAT, a través de la estrategia de EAS, señala que la
educación ambiental para la sustentabilidad “no es un campo prioritario en el contexto de
las políticas educativas nacionales, por lo que son insuficientes los acuerdos nacionales y
locales”, señalando también como característica de las políticas públicas, “una
incorporación limitada de temas como el combate a la pobreza y el desarrollo social y
económico en proyectos de EA, lo cual conduce a orientaciones teóricas erróneas, sesgos y
proliferación de mensajes simplistas” (2006, p. 21).
Si consideramos que la escuela, que no es una caja negra como la conciben algunos según
señala Apple, de la cual se desconoce lo que ocurra en ella, resulta ser uno de los espacios
de mayor interacción sociocultural, ideológica y política, el espacio por excelencia que
supone la promoción del aprendizaje y la socialización del conocimiento, pero,
paradójicamente opera como el mejor instrumento de control del conocimiento, ¿cuál es
entonces la función que cumple la escuela?, ¿cuál debiera ser la función social de las
instituciones de educación en la actualidad? Actualmente y pese a las diferentes “reformas
educativas”, es a través de la escuela que se dosifica y se determina lo que se debe aprender
y conocer, tal vez debiéramos decir lo que está permitido saber, hablando en términos de
conocimientos, es a través del llamado currículo oficial que se impone el qué, cómo y
cuándo de los contenidos, saberes y conocimientos, ¿quién lo determina?, bastante se ha
dicho ya al respecto, desde el propio Apple, McLaren, Gramsci, Giroux, Freire, entre otros,
por lo que nuestro cuestionamiento se enfoca al análisis de la dinámica que opera
actualmente en la relación ideología-currículo y cómo la escuela sigue siendo en nuestros
días, el instrumento de ideologización por excelencia, aún entre propuestas que consideran
desde el pensamiento crítico y complejo, hasta las posiciones más radicales del
pensamiento.
Por otro lado, considerando la característica multicultural de nuestra sociedad, la lógica y el
sentido común nos indican que la escuela tendría que corresponderse con esta
multiculturalidad, por lo que la planeación y construcción del diseño curricular debieran ser
de tipo participativo e integral, tomando en cuenta a la sociedad en su conjunto, es decir,
tanto a quienes ejecutaran las acciones como a los que van a recibir el efecto de las mismas,
lo anterior obliga al establecimiento de los lineamientos generales para orientar la acción
educativa, a través de políticas públicas, que si bien entendemos no pueden ser imparciales
ni estar libres de ideologías, creemos que es posible se aproximen a principios éticos y
humanistas y no solo a criterios impuestos por el Estado.
Por años, se ha delegado al Estado la tarea de decidir por la sociedad en todos los sentidos,
en el ámbito educativo donde las familias debieran ser las primeras responsables de su
educación, ha sido el estado quien ha impuesto el qué, cuándo y cómo de la educación,
incluida por supuesto la ideología a reproducir en la cultura a través de la escuela, cuyos
currículos son ejecutados como un dogma pedagógico, como si se tratase de un modelo
que permitirá resolver los problemas sociales, ¿será así? Nuestro modelo educativo que
incluye planes, programas e ideología que se hace llegar a través de libros de texto
gratuitos, ¿serán el camino a la solución de los muchos problemas de nuestra sociedad
multicultural?, a través del discurso político eso es lo que se pretende hacer creer. Por
sexenios se nos ha dicho que los problemas de pobreza, alimentación, seguridad social,
educación, trabajo, etc., disminuirán con las estrategias del gobierno entrante, resulta que la
realidad nos indica que esto no es así.
El dogma de la práctica pedagógica y en general de las prácticas educativas en nuestro país,
se asemejan más a un apriorismo pedagógico carente de fundamentación sólida, donde por
encima de lo académico se encuentra lo político e ideológico, encabezados por la dinámica
de mercado y la tendencia de homogenización social y cultural característica de la
globalización.
Por otro lado, señalamos que en la política educativa, la retórica en torno a la igualdad de
oportunidades, equidad de género, seguridad alimentaria, salud, incremento de empleos,
calidad educativa, educación ambiental, sustentabilidad, etc., de trasfondo incluye
ideología e intereses político-económicos que actúan para mantener la homogeneidad
socio-cultural cultural de un país carente de sentido de nacionalidad, esta carencia es la que
consideramos una de las principales causas de seguir un esquema de servilismo e
individualismo, característicos de la ideología capitalista, lo que McLaren y Jaramillo (s.f.)
refieren como un estado-nación imperial que busca la distribución asimétrica de la riqueza
social y el poder.
Se suman a la educación y su ideologizada práctica pedagógica, las TIC, la política de
Estado, la predominancia de una cultura popular que operan simbólica y simbióticamente
diseminando una cosmovisión hegemónica del mundo y su configuración social, donde el
discurso e ideología dominante, son legitimados a través del marco jurídico de cada nación,
para los ciudadanos de cada país como ciudadanos de un mundo globalizado.
Concebirse como ciudadano del mundo no es problema, lo que cuestionamos es la pérdida
de identidad nacional y la formación integral del individuo, que a través de las políticas
educativas operadas en la acción curricular, niegan la subjetividad humana y limitan el
desarrollo de sus capacidades intelectuales.
Cabe aclarar, que un análisis sobre las políticas públicas no puede reducirse al aspecto de
las acciones gubernamentales, dado que involucra además la corresponsabilidad de los
sujetos que operan y son destinatarios de las mismas, así, en el campo de la EA y la
sustentabilidad, las políticas públicas al respecto, estarán acordes a la realidad social en que
vivimos, a partir de la comprensión , análisis crítico de las mismas y la participación social
en las mismas, para lo cual se hace necesaria un mínimo de formación educativa y, para el
caso de la problemática ambiental y una alfabetización científica en los ciudadanos, la cual
se ve limitada y distorsionada por la falacia de la transferencia del conocimiento, pues
aquello a que se hace referencia como parte de la dinámica y función social de las escuelas
y las IES, como trasferencia del conocimiento, no es otra cosa que trasferencia de
información, el conocimiento no se trasfiere, este se construye o reconstruye sobre la base
de la realidad como ha señalado Delval (s.f) y Soriano Fonseca (2006).
Para el caso específico de la alfabetización cultural y científica, sostenemos que es
necesario identificar que lo que la comunidad científica conoce, es lo que los ciudadanos
comunes desconocen, perdiéndose el objetico de que la sociedad se apropie de un
conocimiento mínimo necesario científico y técnico, que le permita resolver los problemas
que en este ámbito se le presentan en la cotidianeidad, lo cual sería posible a partir de una
verdadera reforma y actualización de los currículos de educación formal, considerando el
elemento del componente cognitivo, lo cual ubicamos dentro de lo deseable y lo posible
con voluntad política, voluntad y conciencia social.
Las actuales políticas públicas en el ámbito educativo, no han logrado concatenar el cúmulo
de conocimientos que para el caso de la EA existen a la fecha, peor aún, no han logrado
contrarrestar el efecto de los mass media en comparación con los efectos de la escuela. No
se reflejan en la realidad, el fomento a la conformación de una cultura científica que
permita comprender y formarse una explicación coherente de los problemas tecno-
científicos del mundo, que a su vez permita actuar en consecuencia.
En gran parte, lo anterior obedece también a la propia disposición de los sujetos que se ve
afectada por las habilidades y capacidades que hayan sido desarrolladas o no en el ámbito
de la educación formal, lo cual además se ve mermado por la dinámica de vida de
consumismo y distracción que impone el modelo de desarrollo e ideología imperante,
donde la distracción a decir de Chomsky (1979), es elemento primordial de control social8,
se trata de mantener a las personas ocupadas (incluidos los profesionistas aun de la
8 Chomsky señala que “la estrategia de la distracción, consiste en desviar la atención del público (la sociedad) de los problemas
importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes”, (futbol, noticias alarmantes en inseguridad, disputas absurdas entre partidos políticos,
programas de televisión de nulo contenido científico o cultural, etc.).
docencia), impidiendo todo interés en conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la
tecnología, la economía, la psicología, la neurobiología, cambio climático, entre otros.
Son las políticas públicas las que impulsan o impiden cambios estructurales en la dinámica
social, es a través de las políticas públicas que se impone la orientación curricular de la
educación formal y, es a través del currículo (camino) que las instituciones escolares
continúan la reproducción de la cultura dominante, a la cual no le interesa que los llamados
países de tercer mundo lleguen a la alfabetización cultural y científica, no interesa que
exista conocimiento y comprensión en este ámbito ni en ningún campo del conocimiento,
incluido el conocimiento eco-ambiental9, pese a que los efectos nocivos de la conducta
humana impacten en un planeta en el que habitan hombre y mujeres de primero, segundo,
tercero o séptimo mundo.
Si retomamos el contraste que existe en relación a la educación ambiental y la
sustentabilidad, entre los planteamientos del actual Plan Nacional de Desarrollo (PND), el
programa sectorial de educación 2013-2018, la estrategia de educación ambiental para la
sustentabilidad y la propuesta de indicadores de COMPLEXUS en relación en el ámbito de
las funciones sustantivas de la educación superior con relación a la EAS, identificamos que
el PND está centrado en lo que se refiere como desarrollo productivo del país, a través de la
llamada educación de calidad para lo que se requiere capital humano, es decir, sujetos
competentes y adaptados en procesos y uso de tecnologías hacia la producción de productos
y servicios con un alto valor agregado (PND, 2013 -2018), haciendo mención de continuar
con la incorporación de criterios de sustentabilidad y educación ambiental en el Sistema
Educativo Nacional, lo cual no se refleja en el programa estratégico de educación 2013-
2018, el cual hace una referencia de forma mínima a la incorporación de contenidos en
materia ambiental sin mencionar a la EA ni a la sustentabilidad, enfocándose también a la
productividad. Por lo que toca a las estrategias de EAS, la SEMARNAT actúa por su
cuenta, orientándose al aspecto de legislación, financiamiento, formación de recursos
humanos, docentes, educadores y promotores ambientales, fortalecimiento institucional y
un sistema de evaluación de sus propias estrategias, paradójicamente sin vinculación alguna
con en PND y el programa sectorial de educación. Por su parte, COMPLEXUS plantea una
9 Entendemos por eco-ambiental, aquel conocimiento sustentado en la ecología sobre los efectos en la relación hombre-naturaleza
tomando esta relación desde un enfoque integrador como un todo.
serie de criterios que propone para la investigación y la educación superior en el ámbito de
la EA y la sustentabilidad, desvinculados de la educación básica y la media superior.
Con base en lo anterior, sostenemos que es necesario cambiar de estrategia política y
educativa dado lo evidente de su incongruencia y minúsculos resultados. Desde que surgió
el interés por el tema ambiental a nivel mundial desde 1948, con la conformación de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), si la tomamos como
punto de partida de dicho interés y que tomara mayor fuerza hacia la década de los 70s, lo
que en México daría comienzo hasta finales de los 80s reflejado con la emisión de la Ley
General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente10
en 1988, después de las
últimas tres décadas, en nuestro país se mantienen y en casos específicos van en aumento
los problemas ambientales, tal es la disminución de la calidad del aire en el Valle de
México, se mantiene el problema de erosión de suelo por actividad humana sin control
contaminando aguas subterráneas, descargas de aguas residuales en cuerpos acuíferos, uso
de compuestos orgánicos persistentes, como mercurio, plaguicidas, nutrientes inorgánicos
como el fósforo y el nitrógeno, entre otros contaminantes atmosféricos que afectan la
calidad del agua, manejo inadecuado de residuos en forma líquida, sólida y gaseosa,
pérdida de un porcentaje importante de la superficie original de sus ecosistemas naturales,
por falta de atención e implementación de políticas públicas en materia ambiental,
deforestación de bosques, deterioro de las poblaciones de muchas especies de mares y
océanos, entre otros problemas, datos que son obtenidos según el Sistema Nacional de
Indicadores Ambientales (SNIA) de la SEMARNAT respecto a los últimos años.
Este contraste entre discurso, planteamientos políticos y afectos adversos al ambiente, nos
lleva a sostener la necesidad de transitar de la educación ambiental hacia una cultura de
sustentabilidad, es preciso superar la EA e ir más allá, llegar a la reorientación,
reconstrucción y resignificación de la cultura, en el entendido de que se trata de un esquema
de acción en espiral, que inicia con la cultura del contexto donde nacemos y vivimos, pasa
por una educación no formal y formal y regresa nuevamente a la cultura, la cual debiera
constituirse después de permanentes ciclos de aprendizaje, en una cultura de superación de
10 Ley aún vigente, con la última reforma en enero de 2014.
la ignorancia, la consolidación del respeto a la dignidad humana y a nuestra casa que es
este planeta.
Conclusiones
Lo que nos deja un recorrido por el estado del conocimiento de la educación ambiental, la
revisión de las fuentes de las que emanan los conceptos, principios y parámetros de la EA y
la sustentabilidad, la consideración a la orientación de las políticas públicas en México, en
el contexto de la globalización y el “interés” por lo ambiental, además de la exploración de
documentos rectores en materia de educación básica y superior, da cuenta de la necesidad
de replantear nuestro conceptos, orientaciones políticas, conductas y actitudes en el ámbito
de la educación, la cultura y el desarrollo social, científico y tecnológico en nuestro país.
Sostenemos que es necesario privilegiar el desarrollo de una cultura sustentable por encima
de la educación ambiental, la cual es parte del proceso para alcanzar dicha cultura. Es
preciso también, enfocarnos a la formación y alfabetización cultural y científica a través del
autodidactismo para la contribución a la construcción de esta nueva cultura y, quienes se
encuentran inmersos en el campo de la docencia y la investigación, se involucren a
profundidad en la orientación de sistemas de evaluación y seguimiento de los programas y
proyectos educativos en general y de la educación ambiental en particular, para la
consolidación de nuevos esquemas de comportamiento en todas las dimensiones humanas.
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