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NÚMERO • ISSN: 1999-8090 • $2.00 • EL MES DE OCTUBRE le regaló a los cubanos el sueño de traer a casa cua- tro medallas de oro, dos de plata y un bronce tras la cita mundialista en Ca- tar. Un artículo sobre la actuación de nuestros púgiles en el XVIII Campeonato • OCTUBRE 2015 • EDITORIAL Mundial es una de nuestras invitacio- nes. También les proponemos una con- versación con un protagonista de la historia, Víctor Dreke, compañero del Che y de Amílcar Cabral en las lu- chas por la independencia de África. Volvemos con el tema de los videojue- gos, esta vez sobre los más consumidos en Cuba y el debate en torno a sus be- neficios y prejuicios para la juventud. Les ofrecemos una entrevista a la pre- cursora del movimiento de narración oral en Cuba, Haydée Arteaga, quien con sus cien años de vida sigue rega- lando sonrisas, pasión y sabiduría. Siga junto a nosotros los pormeno- res del Premier de béisbol próximo a efectuarse. Sean bienvenidos. CM 90 © cortesía del autor © internet © internet © lianet cruz © miguel lp ©yaimel el camilo que acompaña mis pasos crónica rumbo al premier de béisbol deporte señora de los cuentos y de la vida entrevista pág. pág. pág. pág. pág. 4-5 6-7 2 14 12-13 Infamia del superviviente La «batalla» por Italia 10 11 pasajes de la revolución en áfrica conversación con víctor dreke det rás del videojuego reportaje © r.e.e.h

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NÚMERO

• ISSN: 1999-8090 • $2.00 •

EL MES DE OCTUBRE le regaló a los cubanos el sueño de traer a casa cua-tro medallas de oro, dos de plata y un bronce tras la cita mundialista en Ca-tar. Un artículo sobre la actuación de nuestros púgiles en el XVIII Campeonato

• OCTUBRE 2015 •

E D I T O R I A LMundial es una de nuestras invitacio-nes. También les proponemos una con-versación con un protagonista de la historia, Víctor Dreke, compañero del Che y de Amílcar Cabral en las lu-chas por la independencia de África.

Volvemos con el tema de los videojue-gos, esta vez sobre los más consumidos en Cuba y el debate en torno a sus be-neficios y prejuicios para la juventud. Les ofrecemos una entrevista a la pre-cursora del movimiento de narración

oral en Cuba, Haydée Arteaga, quien con sus cien años de vida sigue rega-lando sonrisas, pasión y sabiduría. Siga junto a nosotros los pormeno-res del Premier de béisbol próximo a efectuarse. Sean bienvenidos. CM

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Infamia del superviviente

La «batalla» por Italia

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EL CAMILO QUE ACOMPAÑA

MIS PASOSYEILÉN DELGADO CALVO

ASÍ HABLA QUIEN SIENTE lo que dice, quien le pone a las palabras el pecho, la angustia, la esperanza; pero entonces era muy pequeña para entenderlo. Solo sabía que aquella voz algo ronca me emocio-naba, y mientras desde los altoparlantes se escuchaba a Camilo recitar los versos de Bonifacio Byrne, yo me apretaba con-tra el costado de mi papá y sujetaba bien fuerte, aunque me pinchara, la rosa ar-duamente conseguida, porque todos los niños ansiaban su flor, y los jardines que-daban desprovistos.

Llegábamos a la costa y las olas me salpicaban los zapatos, quería acercarme más: no había nada más triste que ver a la flor presa en el «diente de perro», sin flo-tar junto al resto. Si sucedía eso, a pesar de que los adultos consolaran diciendo que luego subiría la marea y a Camilo le llegaría el regalo de la pionera, una lá-grima se escapaba.

Ese día de octubre no quería dar cla-ses de Matemática ni de Español, sino que me contaran más del joven simpá-tico, un poco flaco, de barba y sombrero, que nos miraba desde las láminas; y que me volvieran a explicar cómo se cayó en

el mar su avioneta. Siempre, tras el relato, fantaseaba que aparecía, que había estado perdido en una isla; no lo veía volver viejo, te-nía el mismo pelo negro y la sonrisa.

Así Camilo fue una leyenda de mi in-fancia, un héroe mítico, y lo quise porque en la escuela y en casa me decían que era —así, en presente— un muchacho bueno, valiente, que protegía a la Patria y era amigo del Che.

Ya el amor estaba sembrado. Des-pués, cuando llegaron las clases de His-toria, los libros y la vida, aprendí que los héroes distan de ser perfectos y la sacra-lización tiende a arrebatarnos lo más

genuino de su legado. A pesar de ello, la imagen de Camilo no se melló, se hizo menos ideal pero más humana; tal vez por eso, cuando no soy una niña y me restan escasos años para cumplir su edad cuando murió, aún está conmigo.

El Camilo que acompaña mis pasos no se avergüenza de sus defectos ni de sus impulsos, aunque comprende que madurar es imprescindible. Se enorgu-llece de la cubanía, de la pelota, los ami-gos, las bromas, es capaz de lograr una confesión usando un esfigmómetro como detector de mentiras. Sabe que trabajar supone el único camino hon-rado, y que sentado al borde del ca-mino nada se logra.

Camilo me dice que la audacia vale mucho, y la inconformidad otro tanto, mas sin lealtad se quedan vacías. Que ser joven es ser alegre, arriesgado, de-safiar la autoridad supuesta, bailar, en-fermarse del hartazgo después del hambre prolongada; y nadie por ello tiene el derecho de declarar la irres-ponsabilidad, porque ese mismo joven puede latir en la frecuencia de su tierra que «cueste lo que cueste, tiene que ser libre», y con devoción bajar a Dos Ríos para ponerle flores y una bandera al Apóstol, o cubrir con su cuerpo una ametralladora para salvarla del fuego enemigo, aunque implique el balazo en el abdomen.

Él me enseña el compromiso y la humildad. El Camilo Comandante era el mismo Camilo mandadero y apren-diz de sastre, enamoró a un pueblo por-que no asumía imposturas: quien se autoproclama grande, hace rato extra-vió la grandeza en algún trillo.

No llegó a los treinta y se sembró en Cuba, ¡y aún hay quien mira con sospe-cha a los que no lucimos canas! Este oc-tubre le llevaré su flor, y aunque ya me alcanza la fuerza en el brazo para que mi ofrenda flote sobre el agua, sentiré la misma cosquilla en el estómago cuando escuche su voz, grabada pero viva. Camilo me habla, nos habla, y esa emoción recuerda que aún hay mucho por lo que luchar.

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LA CALLEDEL MEDIOOCTUBRE 2015

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León Estrada

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Rescate y salvamento

Como la lluvia te salvaría del fuego y de la altura.Ahora mismo no hago más que trazarme incertidumbre. Eclipse.

Puedo cantar tu ausencia y barajar las cartas que he marcado. Temblar. Lograr lo prodigioso.

Cada día las palabras nos dictan frases débiles.No sé si estoy cercado por la fatalidad. Por la memoria.

(La luz atravesada por la cruz.La cruz atravesada por la luz).Aún podría recobrar las voces naufragantes.Salvar las mejores palabras y volver.

Será mejor presagiar el conjuro. Tragar aire caliente.E invadir con la lluvia los sitios del dolor.

noviembRe de santiago

Sentado junto a la muerte a su brocal late el corazón.

Da igual de gato o gente el corazón no despalabra días.

Tampoco es creer que sentarse a escribir estas palabras o el olvido resuelvan rosa luz justicia o alimento.

Habría que hacer del sufrimiento que es vivir algo grandioso algo difícil de olvidar como aquel novelón de G. Caín.

O abandonarlo todo.

la inteRminable noche de la fe

No tienes por qué escapar ni descender.Tus pasos diligentes dejan un rastro de sangre como si de flores se tratara.Dios no te ve.Bajo el sol de febrero hay sangre. Sangre luminosa.Si despiertas significas olvido y desnudez.

La imagen de Dios no se refleja en ti.Derramada la cera de los cirios en la liturgia añosa.Él no te observa ni se convence de tu pureza.Tú y él la irrealidad. La noche interminable.No te defiende y te deja caer.

Para ti solo existe el Deseo.Dios no te escucha. Dios no te dice:

«Por tus palabras hablaré. Tus manos serán mi instrumento. Tu nombre el mío. Serás yo».

fucsia

A Koki

Camino que dormita en el color exacto.Camino que ha extraviado su razón de ser NO.

Casa del Greco. Cierre. Los cuadros. Tú. Galpones.Tibio solar de noche en el barrio judío.Pinceles que hipnotizan. Dan fatiga y humillan.Mujeres. Conde. Aire. La oscuridad. El miedo.

Debajo de la piel duermen la tarde y el sediento.No estabas en la feria. No en el bosque sombrío.

Estabas disipando el crimen que es vivir.Y lograbas la luz. El relámpago. El cielo.Un coro amanecido. Solemnizado. Hereje.

Quién ordena aspereza. Nacimiento. Desdén.Quién si no el dios. Perenne abracadabraquejándose del tedio y la nostalgia.

Quién si no tú. Furioso Greco Herido.Desesperada mano de la muerte en la tela.

PRofecías: volveR a veR

Ave de la memoria. Muerte y vuelo.Crepúsculo en el ojo de ascender.Colmar el viento. Apresurarse. Cierran.

Con palabras construyo lágrimas que sirvan a la fe.Palabras limpias que olviden la ceniza.Entonces tú pájaro triste y rodeador repites la caída inesperadamente amargo.

Nada que pretender. ¿La señal? ¿El destierro?Celosías del viento. Pájaros. Talismanes.La paz no la he ganado con palabras de fe.

Invisible. Mordaz. Tarifador del aire.Vida sostienes y vuelo purificas.Eres lágrima cruel. Única luz de iluminado día.

Te digo una vez más que en las palabras se están haciendo lágrimas de relámpago y nieve.De secreto y cansancio. De pasión.

Tú serás el derrumbe o la mentira.(Soy un símbolo más. Soy el misterio).Tú serás el mesías. Yo la cruz.

aguas ciRculaRes

Evelio Capote

Dicotomía. Venablo o destino.El único amor nace del único odio.Detestar la prepotencia del dios que todo lo divide (Mal y bien. Noche y día. Tierra y mar).

Exista la venganza. El interés. La hondura.Envejecer un jueves de obedientes palabras.No existen límites. Hacen silencio.El abismo es otro miedo rechazado.Aniquilar el corazón es el final que persigue la sombra.La ciega sombra del enojo.

De la posible conversación: música para que Evelio beba el té en una esquina de la vieja ciudad.

La muerte roba. Talla y envenena el ahogo.Castiga. Hiere. Premoniza.(El niño desdichado quedará detenido en el centro del agua).

Evelio mira el puente.El largo puente de José Lezama Lima.Único puente que ya no atravesará.

A. A. G.

SIEMPRE QUE NOS ACERCAMOS a la poesía cubana de estos años, en especial a la que se escribe en San-tiago de Cuba, es inevitable que pensemos en la obra aguda, crítica, personalísima de León Estrada. Na-cido en 1962 en esa ciudad oriental, además de poeta, León es editor e investigador. Como muchos de sus compañeros de generación, tras cruzar armas en los talleres literarios, dio a conocer sus primeros textos en la década de los '80. Al cabo de más de veinticinco años de denodado ejercicio profesional, su bibliogra-fía da cuentas de una obra firme y diversa. Tiene publicados los poemarios Circo de barro (Eds. Case-rón, 1989), El tiempo de los fieles (Ed. Oriente, 1990), En la soberbia de un nosotros lúcido (Col. Trifón, Alcalá de Henares, España, 1993), Fábula del ascensor y la no-driza (Ed. Oriente, 1994), Los ignorados duelos (Palos de la Frontera, Huelva, España, 1996), Happening (Eds. Catedral, 1997), Cuaderno del año de la ira (Eds. Renacimiento, 1999), Desnudo de memoria (Ed. El Mar y la Montaña, 2001), Libro de la duda y el deseo (Ed. Oriente, 2002) y Los conjuros del lirio (Eds. Santiago, 2007; Ed. Letras Cubanas y Eds. Santiago, 2008). A su lucidez crítica e investigativa y probada tenacidad se deben, entre otros, títulos como Diccionario de escri-tores santiagueros (Eds. Santiago, 2005), De cuando la Zambrana era Luisa Pérez Montes de Oca

(Eds. Santiago, 2012) y, en especial, Santiago literario. La cultura artística y literaria en Santiago de Cuba. Medio mile-nio (Fundación Caguayo y Ed. Oriente, 2013), una obra monumental y a la vez encantadora, que bastaría para colmar las aspiraciones de cualquier autor. Ha reali-zado, asimismo, las antologías Epigramas (1994), La patria de la luz (2004), Glorieta santiaguera para José Lezama Lima (2010), La virgen que vino del mar (2012), Silvio, te debo esta canción (en coautoría con Teresa Melo y Reynaldo García Blanco, 2005) y La poesía contemporánea en Santiago de Cuba (en coautoría con Pedro López Cerviño, 2007). Múl-tiples certámenes de nuestras letras han galardo-nado su obra, entre los que habría que mencionar los premios Heredia 1988, 1992 y 1994; Regino Boti 1991 y 1999; Manuel Navarro Luna 1992; de la Ciudad de Santiago 1994 y 1996; Santiago 1995; de los II Juegos Florales de Santiago de Cuba 1997; Luisa Pérez de Zambrana 1999, y Oriente José Manuel Poveda 2001. De igual modo, numerosas condecoraciones y recono-cimientos señalan la hondura y persistencia de su labor literaria, entre ellas: las Placas Heredia y XXV Ani-versario de la APP, los Sellos XX y XXV aniversario de la Asociación Hermanos Saíz y las Distinciones Majadahonda 1936, José Soler Puig y Por la Cultura Nacional. Es director de la revista Del Caribe y miem-bro de la UNEAC. CM

PASAJES DE LA REVOLUCIÓN EN

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ENRIQUE UBIETA GÓMEZ

EN GUINEA CONAKRY com-prendí que si quería escribir so-bre la hazaña internacionalista de los médicos cubanos en el combate contra el ébola, tendría que hurgar, al menos como ante-cedente, en el medio siglo de ac-ciones solidarias de Cuba en África. En cada una de nuestras conversaciones con médicos, funcionarios o ministros gui-neanos, aparecía de fondo la larga relación entre los países del continente y la pequeña isla caribeña; quizás porque los di-rectivos guineanos del Centro de Tratamiento al ébola en Co-yah se habían graduado en uni-versidades cubanas, o porque los directivos de la Coordina-ción Nacional de Lucha contra el ébola, también lo habían hecho en la Isla, todos de generaciones diferentes.

La Conakry de Sékou Touré, era una de las capitales africa-nas en las que se reunían los grandes dirigentes anticolonia-les. Pero como me dijo Moha-med Touré, su hijo, «si vamos a hablar de los grandes líderes históricos de África, tenemos entonces que empezar por Fidel Castro Ruz, quien es para noso-tros un africano, un cubano, un hombre del mundo, un héroe de la lucha de liberación del África». Cuba apoyó de manera activa la liberación del conti-nente. Alhoussein Makanova Kaké, Ministro de la Comunica-ción de Guinea abrió el diálogo con el equipo cubano de prensa con una afirmación: «los guinea-nos conocen bien a los cubanos», pero añadió: «particularmente en mi caso que soy de Boké». Si

no fuese porque a fines de los sesenta e inicios de los setenta del siglo pasado, en el poblado de Boké muy cerca de la fron-tera con la pequeña Guinea Bis-sau, residían algunos de los militares y los médicos cubanos que fungían como instructores o como sanadores de heridas de combate en las filas del Partido Africano por la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde (PAIGC), que lideraba el gran Amílcar Cabral, la coletilla no tendría sentido. Por eso, de re-greso, aproveché mis días de obligada cuarentena como todo viajero que llegaba de esa re-gión, en tiempos de epidemia, para leer a Piero Gleijeses y su amena y muy documentada his-toria de las relaciones de Cuba con África. Los vínculos entre los dos países adquirieron espe-sor precisamente cuando después de una definitoria en-trevista entre Amílcar Cabral y el Che en Conakry, este visitara Cuba y conversara con Fidel. La decisión de Cuba de apoyar al movimiento de liberación de Guinea Bissau y Cabo Verde, cuya base de operaciones se en-contraba en Conakry, acercó a los dos gobiernos.

De la historia escrita, pasé con suerte a la historia vivida. Conocí a Víctor Dreke en un congreso de historiadores en La Habana. No participaba como historiador, sino como protago-nista de la historia. Accedió a que lo entrevistara. Ya es un hombre de 78 años, vital y lú-cido, pero su historia revolucio-naria empezó a los 15.

Trato de imaginar la Co-nakry de aquellos años de auge re-volucionario. Escucho fascinado

las anécdotas y reflexiones de Víctor Dreke, compañero del Che durante la toma de Santa Clara, y después en el Congo, y de Amílcar Cabral en Guinea. En aquella Conakry vivieron o transitaron grandes paladines de la epopeya anticolonialista: Sekou Touré, Amílcar, Nkru-mah, Nyerere, Kenneth Kaunda, Bakary Ghibo, entre otros. Y muchos jóvenes cubanos, héroes cuyos nombres apenas recoge la historia. «¿Qué los mo-tivaba? pregunta Gleijeses en su libro, y Ulises Estrada, uno de los combatientes cubanos, res-ponde: «Soñábamos con la revo-lución. Deseábamos ser parte de ella»». Y agrega Gleijeses: «Los voluntarios no recibían elogios públicos en Cuba. (…) No ganaron medallas ni recompen-sas materiales».

La doctora Ana Morales Va-lera participa en el diálogo. Co-noció a Dreke en 1986 en Guinea Bissau desde entonces es su fiel compañera en la vida, después de la independencia, cuando se desempeñaba como jefa de la misión médica. En esos años re-cibió y cumplió la encomienda de crear la primera Facultad de Medicina de África Subsaha-riana, que lleva el nombre de Raúl Díaz Argüelles. Me dice que están recogiendo los datos biográficos de los 130 hombres de la guerrilla del Che. Jóvenes —la edad promedio era de 24 años— humildes, revoluciona-rios, que siguieron después siendo humildes y revoluciona-rios. Durante veinte años guar-daron el secreto, y no son conocidos. Algunos ni siquiera recuerdan ya el sobrenombre de guerra que llevaron.

conversación con Víctor Dreke

«Llegamos a Conakry en el año 1966 al frente de la misión militar cubana de Guinea Co-nakry y de Guinea Bissau, que como tú sabes son fronterizas. Nadie sabe dónde empieza una y dónde termina la otra, aunque dicen que los divide el río Boké. La situación económica de la población era pésima, los fran-ceses se habían ido de Guinea Conakry después del NO de Sékou Touré que no debe ser ol-vidado por la historia y se lleva-ron todo, hasta los clavos, como decimos nosotros. Rompieron los semáforos y se los llevaron. El Hospital Donka, que era el único en aquel momento, estaba cerrado. Pero también existía una situación tensa entre Sékou Touré y sectores del ejército, el jefe del estado mayor general había estudiado en Francia, res-pondía a los franceses y quería derrocar a Sékou Touré, y eso trajo como resultado que se

tuvieran que formar milicias para defenderlo, a petición del propio Presidente».

«Por otra parte, en aquellos años se desarrollaba la lucha por la independencia de Guinea Bissau y el Estado Mayor com-pleto del movimiento indepen-dentista radicaba en Conakry. El único Hospital que tenía el Movimiento de Liberación de Guinea Bissau estaba en Boké, aunque pertenecía geográfica-mente a Guinea Conakry. Todo eso lo puso Sékou Touré a dis-posición del PAIGC. Era impor-tante saber que la primera ayuda internacionalista médica a Guinea Bissau la dieron los médicos militares cubanos, que eran parte de la guerrilla, que además de atender a los comba-tientes nuestros y a los de Gui-nea Bissau, atendían a toda la población, y que además, los primeros enfermeros que se formaron en Guinea Bissau, lo

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Amílcar Cabral y Víctor Dreke

hicieron en el Hospital de Boké, por el doctor Noroña, ya falle-cido, muy famoso por aquellos lares y por el doctor Castillo, y varios compañeros más, y Cas-tell, laboratorista, que formaron al primer grupo de sanitarios, como les decían. Eran de Bissau y se formaban allí, pero también fueron algunos de Conakry a formarse allí».

«Cuando Amílcar Cabral pide la ayuda, la pide en artille-ros y en médicos, porque el ni-vel de los de Bissau era bajo, no sabían tirar con cañones, eran analfabetos, muy valientes, muy heroicos, pero tenían esa difi-cultad y la tropa nuestra va a prepararlos, y los médicos para atender a la población, que era una de las grandes preocupacio-nes de Amílcar Cabral, la de Guinea Bissau. Por eso, años después, cuando se crea la pri-mera Escuela de Medicina de Guinea Bissau, se le pone el nombre de Raúl Díaz Argüelles, que era otro jefe militar nuestro, que participó en la toma y libe-ración de Guinea Bissau».

¿Cómo recuerda a Amílcar Ca-bral?

Como uno de los hombres que más conocía la vida de los africanos en general, y que más conocía a la gente de Bissau, e incluso de Conakry. Un gran di-rigente, un hombre formado por los portugueses el primer inge-niero agrónomo de África con la intención de que fuese su capa-taz esclavista, el mayoral de su propia gente, por eso lo asesi-nan, porque piensan que los ha traicionado, que en lugar de pa-sarse a ellos se convierte en un revolucionario y organiza la lu-cha de liberación. Muy amigo de Fidel y de la Revolución cu-bana, muy inteligente, tenía un gran prestigio en África. Eran cinco las colonias portuguesas, pero en las actividades que se daban de conjunto y estaban los principales líderes vivos toda-vía, el designado para hablar a nombre de todas ellas era Amíl-car Cabral. Por eso se decía que cuando Guinea Bissau se libe-rara, se liberaban todas las res-tantes colonias portuguesas, por la firmeza de Amílcar. Allí existía una organización fuerte, porque nosotros veníamos con la experiencia del Congo, muy diferente, y cuando llegamos a Guinea encontramos otra reali-dad: los dirigentes de Amílcar estaban junto a sus soldados, junto a nosotros. Amílcar en-traba y salía, porque en aquel momento, para que le dieran ayuda al movimiento de libera-ción de Guinea Bissau tenía que ir Amílcar. Ningún gobierno, ninguno, se metía en eso si no estaba la palabra de Amílcar, porque algunas veces las armas y la ayuda se podían ir a otro lugar. Había una confianza absoluta en Amílcar. La táctica nuestra de quitarle las armas al enemigo fue correcta, pero los portugue-ses no salían de los cuarteles, llevaban los suministros de forma sorpresiva, bombardea-ban, iban los tanques, entraban

con las mercancías y salían. No era como en Cuba, que las tro-pas salían y podían ser embos-cadas. Aquellos soldados vivían allí, y se rodeaban de la pobla-ción fula, metían a las familias fulas en las áreas de defensa de los cuarteles, a hombres, muje-res y niños. Era difícil atacar un cuartel de aquellos, cuando es-taba la población por delante.

Usted estuvo varias veces en Guinea Bissau…

Sí, y participé en varias ac-ciones combativas también. Porque no se puede mandar desde lejos, en Conakry. Eso fue en contra de la decisión de Amíl-car Cabral, que me decía, «si a usted le pasa algo aquí, qué le digo yo a Fidel». Nosotros éra-mos un poco libreteros.

en estos países, para ayudarlos a liberarse, y en los que ya se ha-bían liberado, ayudarlos a man-tener la semi-independencia que tenían, porque seguían siendo atropellados económica-mente.

La sangre que regamos va-lió la pena. Porque nosotros no podemos pensar en una revolu-ción socialista igual a la de Cuba. En sentido general, los africanos aprecian y quieren a Cuba, no hay duda de eso. En Namibia, en el Congo, más allá de cualquier partido. Ellos pue-den ser de cualquier partido, el que gane, Cuba nunca tiene problemas. Inclusive, lograron superar la barrera racial, y aceptar a cualquier cubano, lo mismo negro que blanco. Al principio te decían, ¿y Fidel Castro es blanco?, sí, porque ahora Fidel en África se conoce, pero en los años en que noso-tros fuimos casi nadie lo cono-cía, lo conocían los líderes pero en las tribus donde estábamos nosotros nadie, no sabían dónde estaba Cuba. Por eso pienso que cuando haces un análisis de conjunto y ves que todos esos pueblos se liberaron de una forma o de otra, y votan por Cuba, uno dice, valió la pena; no van a ser igual que no-sotros, ni nosotros mismos que-remos que lo sean.

Una pregunta personal, ¿a us-ted le hubiera gustado ir a Bolivia con el Che?

Sí, a lo mejor si me lo pro-pone me hubiesen temblado las piernas, pero seguro que sí, que hubiese ido, pero bueno, fue un grupo valioso de compañeros. Cuando el Che estaba en Boli-via, estábamos en la guerrilla de Guinea Bissau y allí nos entera-mos de la muerte del Che, y eso fue muy duro, varios de noso-tros habíamos estado con el Che en el Congo. Yo era combatiente del Directorio en Las Villas, y allí llegó el Che el 16 o el 17 de octubre, y desde entonces venía con él, pero además estuvimos seis o siete meses en el Congo muy pegados. Además, el pri-mer mes, o los primeros dos meses, estuvimos solos, y la soledad une a los hombres, aprendimos en ese poco tiempo de estar con el Che de la vida, de

la Revolución, de los criterios y las concepciones de lucha que tenía.

Era un hom-bre difícil, pero si tú trabajabas bien no tenías proble-mas. Con él no podías decir men-tiras, siempre la

verdad y te decía cuatro cosas, pero ya, no lo engañes, porque él sabía lo que le estabas di-ciendo; míralo directo a la cara, a los ojos, y dile la verdad. Pero no maltrataba a nadie. Inclu-sive, a veces, cuando correspon-día, decía, oye, yo fui el que me equivoqué, tú tenías razón. Pero no esperes que te pase la mano por la cabeza. Fíjate que hay algunas cosas que incluso aparecen en su Diario del Congo: él se echa la culpa de al-gunas cosas que sucedieron allá, y a veces no la tenía, por-que él no era el jefe de todo aquello sino de los cubanos, y malamente, no por sus cualida-des, sino porque estábamos dis-persos, a kilómetros, del Che. Por ejemplo, el ataque a Front du force, siempre hablamos del fracaso de esa acción, pero ahí fue donde más bajas se le causó al enemigo, estuvieron un día y medio sacando a los heridos y muertos con la aviación. Fue el ataque más fuerte que se le pro-pinó a los belgas. Y eso que nos falló la emboscada. Pero bueno, perdimos a cuatro compañeros y eso pesa mucho, para noso-tros eso es mortal.

En el Congo a diferencia de lo que sucedería después en Guinea Bissau, los guerrilleros cubanos encontraron que las fuerzas revolucionarias estaban desorganizadas, sin prepara-ción militar y política, alejados de los jefes y desestimulados. La lectura del Diario del Che en el Congo, reescrito por él antes de su partida a Bolivia y publicado muchos años después bajo el tí-tulo de Pasajes de la Guerra Revo-lucionaria: Congo, es un libro esencial para entender esa ex-periencia histórica y la gran-deza humana del Che. Recuerdo un pasaje dramático: «Descan-sando en el firme de la loma donde debían esperarnos, hice la amarga reflexión de que éra-mos trece, uno más de los que tuvo Fidel en el momento dado, pero no era el mismo jefe».

Ah sí, eso fue un día que nos sorprendieron, ahí él demues-tra una vez más su cariño por Fidel. Llegamos a quince, por-que nos dispersamos, es decir, nos sorprenden en el campa-mento, hay que combatir y retirarse y retiramos al Che primero, él no que-ría irse, se lo llevan con varios compa-ñeros más, y es ahí donde hieren a Ba-haza, a quien él de-dica el libro, que después murió, al amanecer del día si-guiente. Estábamos

en una casita de guano en el ca-mino y nos acostamos los tres, el Che, Papi y yo. Había un frío del carajo, metimos al Che en el medio y nos tapamos los tres con un pedazo de colcha, por-que estábamos temblando. Las otras colchas se las pusimos al herido porque había mucho frío en la selva de madrugada. Él no quería el ataque a Force, era ilógico, pero se vio obli-gado, no había otra opción. Lo había exigido el mando y sin embargo, él se echa esa culpa.

Cuando el Che se reunió con cada uno de nosotros, los que iríamos a la guerra, nos dijo: «aquí vienen a estar cinco años cuando menos, y es posible que te llevemos muerto para Cuba». Le habló a la gente muy claro. Lo que desilusionó a los compa-ñeros fue la situación que encontramos allí, porque la mayoría lo que quería era de-fender al Che, no entendíamos que el Che estuviese allí día a día jugándose la vida. Ahora, la frustración en un jefe tiene que ser distinta a la de un soldado. Yo no podía decir eso, el Che no podía decir eso, él estaba claro, en su Diario ya se abre, dice todo lo que tiene que decir, por-que allí en medio de la guerra, nunca lo dijo, al contrario, le exigía a los compañeros valen-tía, hidalguía, lealtad a la revolución, pero en el libro, sabiendo que después va a salir a otra misión, dice todo lo que aguantó durante los siete, ocho meses que estuvo en el Congo. CM

«Cuba siempre ha estado aquí, en África, en Guinea; ha for-mado a miles y miles de cua-dros guineanos, a centenares de médicos guineanos que de haber estado organizados efi-cientemente hubiesen podido bloquear el ébola. Lo que hace Cuba ahora es mantener una tradición. Nunca seremos lo suficientemente agradecidos con el pueblo cubano. He dado algunos ejemplos de la co-laboración cubana, pero nada sobrepasa su aporte a la inde-pendencia. Soldados cubanos han muerto en el campo de ba-talla para liberar a África. En-tonces la respuesta al ébola, para nosotros, es un paso más en la larga tradición de colabo-ración entre el pueblo de Cuba

y los pueblos africa-nos».

Mohamed Touré, hijo de Sékou Touré, en entrevista con el au-tor. CM

Con el Che no podías decir mentiras, siem-pre la verdad y te de-cía cuatro cosas, pero ya, no lo engañes, por-que él sabía lo que le estabas diciendo; mí-ralo directo a la cara, a los ojos, y dile la verdad. Pero no mal-trataba a nadie. Inclu-sive, a veces, cuando correspondía, decía, oye, yo fui el que me equivoqué.

Víctor Dreke estuvo con el Che en el Congo, luego en Guinea Bissau, ¿por qué esta generación de revolu-cionarios cubanos desde el primer momento asumió como una necesi-dad o como un deber el internacio-nalismo?

Éramos muy jóvenes, había-mos leído a Martí, un poco a Maceo, las ideas de nuestros libertadores. Cuba tenía dos al-ternativas, o rendirse a las pre-siones imperialistas y aceptar lo que el imperialismo quería, o buscar la forma de golpear al imperialismo. Y esa fue nues-tra respuesta. La respuesta que dio Fidel y todos no-sotros, el pueblo totalmente de acuer-do, fue la digna. Y de ahí sale el apo-yo a la lucha de liberación y el in-ternacionalismo

de espacios a los cuales pudiera asistir el público. Primero fueron casas particulares, después ins-tituciones como la Universidad de La Habana, estuvimos en la Casa de la FEU, y así hasta lle-gar al formato del Maxim Rock, donde las finales se han conver-tido en un espectáculo relacio-nado con las artes», dice el joven que asegura reunir unas 100 personas como promedio en los encuentros de la Liga de Star-Craft Habanera.

Pero la ADEC con sus en-cuentros, sus LAN Partys o Campus Partys en colaboración con algunas universidades, y sus torneos en provincias como Granma, Holguín o Santiago de Cuba… es solo la punta del in-menso iceberg que conforman los cientos de cubanos que viven ju-gando.

¿QUÉ SE JUEGA AQUÍ?«Unos diez años atrás se que-

maba mucho StarCraft. Lo ha-cíamos por la noche en los la-boratorios de computación de la Universidad de Holguín, so-bre todo los sábados, y montá-bamos lo que se conoce como battle, que permitía una especie de comunidad online. Era di-vertido enfrentarnos desde allá a la Universidad de Oriente, la

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¿CÓMO ANDA EL DEBATE EN TORNO A SUS BENEFCIOS Y PREJUICIOS PARA LA JUVENTUD?

¿CUÁLES SON LOS VIDEOJUEGOS MÁS CONSUMIDOS EN CUBA?

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YISELL RODRÍGUEZ MILÁN

SUS NOMBRES no son sus nombres. En el universo virtual en el que pasan tantas horas, ellos y ellas prefieren ser conoci-dos de otra manera, una más corta y con suficiente swing como para ser memorizada por los demás.

«Twin», «Boundless», «Iker», «Kenny», «Fenixturret», «xDS», «The Nookie» y «Nightingale» son algunos seudónimos que fueron o son conocidos en el mundo de los enfrentamientos en red.

Quizás también por eso mu-cha más gente conozca a «Kas-ter» como «Kaster» y no como Ian Pedro Carbonell Karell, aunque él sea de los videojuga-dores más conocidos del país por presidir la Agrupación de Deportes Electrónicos de Cuba (ADEC).

La ADEC nació en el 2007 de la asociación informal de un grupo de muchachos que, ante la inexistencia de una estruc-tura que organizara campeona-tos, decidieron hacerlo todo por ellos mismos.

«La idea inicial era gestionar torneos y reunir a todos los amantes de los deportes electró-nicos, aunque en aquel mo-mento nada más que se jugaba StarCraft. Antes de eso, los en-cuentros empezaban pero no terminaban por falta de organi-zación», cuenta «Kaster» a La Ca-lle del Medio y especifica que, al principio, las partidas se ejecuta-ban por módem (uno contra uno) hasta que se llegaba al úl-timo desenlace. Eso generó otro problema.

«Muchos querían ver la final y surgió entonces la necesidad

Marta Abreu de Las Villas o la UCI, cuenta un holguinero que pide ser identificado como «Gla-diador»».

Solo en La Habana, por ejemplo, miles de jóvenes se co-nectan por cables y antenas de Wi-Fi a la comunidad de Snet (Street NetWork), una red local creada por ellos mismos para chatear, descargar audiovisua-les y demostrar sus habilidades en la RoG (Republic of Gamer).

De acuerdo con un post del informático Raymond J. Sutil Delgado, autor del blog Sin Tec-noestrés: «[En La Habana] exis-ten servidores dedicados a Battlenet, donde administrado-res asignan las cuentas a los ju-gadores interesados en títulos como: Warcraft, Call of Duty, Dota 2, FIFA, WOW, BattleField, Star-Craft, entre otros. Destacando además, un servidor de Xnova y Travian (para jugar mediante un navegador web)».

Donde no hay este tipo de conexión, los interesados se reúnen en la casa de algún amigo y enlazan varias compu-tadoras para entretenerse.

«Ernesto», quien hace más de seis años se dedica en Las Tunas a la venta de discos con videojuegos y al alquiler de con-solas, explica que sus clientes «también consumen mucho el GTA o Grand Thef Auto, Los Sims, FIFA, Proevolution, MLB the Show y en menor medida los de peleas como Tekken, Mortal Kombat, Ki-ller Instinct…».

Aunque sin dudas son Star-Craft, WarCraft, Call of Duty y Dota los que parecen estar en el hit parade del gusto juvenil. To-dos implican asumir roles en campos de batalla, en los que se in-

teractúa con personajes u otros jugadores a quienes hay que de-rrotar.

¿Qué los hace tan llamati-vos? La violencia, me dirán quienes sospechan porque su consumo puede generar ansie-dad, adormecimiento intelec-tual y enajenación. Otros, sus seguidores, ripostarán que solo son muy intensos y, además, reducen el estrés, mejoran la memoria y enseñan a pensar es-tratégicamente.

¿VOTOS A FAVOR? ¿… EN CONTRA?

El debate sobre los videojue-gos en Cuba no está tan genera-lizado como el del Paquete semanal o el de los cines 3D, dos de los fenómenos más ac-tuales relacionados con el con-sumo audiovisual en los cuales han tomado partido tanto auto-ridades institucionales, como la ciudadanía y los intelectuales.

No pasa lo mismo con este entretenimiento, del cual solo suelen conversar las minorías de seguidores, quienes los producen en determina-das instituciones, muy pocos críticos y los medios de comuni-cación.

Una de las apro-ximaciones más in-teresantes se pro-dujo a partir del estreno en el 2011 del filme Habanas-tation, ópera prima del realizador Ian Padrón. Aunque la película se enfoca en revelar mati-ces sobre la so-ciedad cubana,

un PlayStation sirve de pre-texto para enlazar historias que revelan detalles sobre su consumo: para acceder a los vi-deojuegos hay que poseer tec-nología u otro tipo de recursos que casi siempre establecen una escala social que va de «los con todo» a «los sin nada» (o al revés).

La otra arista, la de los efec-tos en los jugadores, la aporta la banda sonora de Buena Fe en el siguiente fragmento:

«El otro día por radio escu-ché un sainete y hablaba de las consecuencias de esos juguetes, que no educan a nadie que no son instructivos, que influyen decididamente en nuestro des-tino. Me puse a escuchar y casi me asusto porque supongo que en la radio no se habla por

gusto, pero

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Videojuegos más jugados

StarCraft es un videojuego de estrategia en tiempo real de ciencia ficción militar de-sarrollado por Blizzard En-tertainment. El primero fue lanzado el 31 de marzo de 1998. Ambientad0 en el siglo XXVI, gira en torno a tres especies que luchan por el dominio en una parte dis-tante de la galaxia.

World of Warcraft (WoW) es de rol multijugador masivo en línea. Fue desa-rrollado por Blizzard Enter-tainment y lanzado el 23 de noviembre de 2004. En di-ciembre de 2013, gracias a documentos filtrados por Edward Snowden, se supo que la NSA y CIA, en cola-boración con la británica GCHQ, han estado vigilando y recogiendo datos del jueg0.

Defense of the Ancients (deno-minado por sus siglas como DotA) es un escenario perso-nalizado para el videojuego Warcraft III: The Frozen Throne. Los jugadores con-trolan poderosas unidades conocidas como «héroes». Como en un videojuego de rol, estos obtienen puntos para incrementar sus habili-dades y usan oro para com-prar equipos y elementos útiles durante la misión. CM

en vez de estar triste o estar preocupado, me puse a investi-gar y estos son los resultados: Mi padre tuvo diez carritos y hoy no es chofer, mi tío tuvo diez espadas y hoy no es asesino, mi madre tuvo cuatro juegui-tos de cocina y pa comerse su potaje hay que ser suicida».

¿Y entonces…? La ADEC, se-gún consta en su web, toma partido a través de sus bases promoviendo «los deportes electrónicos como una alterna-tiva más de recreación sana», por tanto «no apoya la enajena-ción, ni la banalidad» y sí su práctica «racional, mesurada y consciente».

Desde los Estudios de Vi-deojuegos y Materiales Audio-visuales (Evima) de los Joven Club de Computación y Elec-trónica, Jorge Luis Rosell Lla-nes, especialista principal, me

aportó algunas ideas sobre el tema durante una entrevista hace algún tiempo.

«Hasta hace unos años no había un patrón definido de pre-ferencias. No es hasta hace poco que estas se han perfilado con la entrada de más producciones desde el extranjero. Tampoco hay una cultura del videojuego entre padres y maestros. No se sabe si afectan o no en la vida de los adolescentes cubanos».

«Una de nuestras tareas fue, precisamente, determinar cómo mitigar o eliminar los factores perjudiciales e incentivar los positivos”, dijo refiriéndose a la intencionalidad de proyectos nacionales como Gesta Final (shooter en primera persona), Beisbolito (que combina un partido de pelota con la mate-mática), Bumbot (de misión y la-berinto en 3D), Comando Pintura (enfrentamiento en red) y la Co-lección A Jugar (juegos de mesa). Y uno de los pocos intelectuales que se ha pronunciado sobre el tema, Juan Antonio García

Borrero, en el artículo «Luces y sombras de los videojuegos en Cuba»,

publicado en La Jiribilla, opinó:

«Las premisas utili-zadas [en Cuba] por los detractores del videojuego nunca han sido desarrolla-das de un modo claro, pero por lo general se apela al efecto nocivo que, según estudios de autoridades en psi-cología sobre todo, provoca su indis-criminado uso. La

falacia en este caso está en que se ignora que el videojuego, como actividad lúdica, es algo inédito, y aunque es muy proba-ble que estos expertos jamás se hayan sentado a jugar, se explotan de un modo acrítico los resulta-dos de aquellas investigaciones que se han hecho, por ejemplo, con el impacto de la violencia en el cine o la literatura».

Una de las tesis del crítico es que faltan los enfoques acadé-micos capaces de mostrarnos su historia y desmontar crítica-mente cada uno de esos produc-tos, prácticas, y negociaciones establecidas entre los públicos y el fenómeno.

«El desafío, pues, estaría en diseñar alternativas a ese modo de ser que impone silenciosa-mente la industria hegemónica de los videojuegos, no en prohi-bir», sintetiza. Y falta que hace.

EL TEMA CUBASolo por citar algunos ejem-

plos de cómo se manipula a los consumidores, hablemos de algunos videojuegos situa-dos en la Isla por sus «creati-vos» realizadores.

Por ejemplo, asesinar a Fi-del es el objetivo de la primera misión de la edición del 2010 de Call of Duty: Black Ops. Se está obligado a disparar o no se pasa de nivel. Y para colmo, cuando se logra avanzar, se descubre que el asesinato era solo un señuelo, o sea, que en realidad el Comandante sigue vivo pero solo para capturar al jugador y entregarlo a los soviéticos.

La versión anterior del juego —reporta Russia Today— provocó indignación en Rusia

pues en uno de los niveles había que asesinar a la mayor canti-dad posible de civiles inocentes en un aeropuerto moscovita.

Otro ejemplo: Counter-Strike: Source, de estilo FPS (First Person Shooter), aborda los enfrentamientos entre terro-ristas y antiterroristas. Uno de los posibles mapas para los tiro-teos con pistolas, escopetas, fusiles y ametralladoras, es La Habana. Saquen ustedes sus pro-pias conclusiones….

Por suerte, en el 2014 fue noticia que Ground Zero, la pri-mera parte de la saga del vi-deojuego Metar Gear Solid (este no parece ser muy jugado en Cuba), se denuncian crueles prácticas carcelarias «que re-cuerdan los de la Base Naval de EE.UU. en Guantánamo», re-señó The New York Times.

La historia se desarrolla en 1975 y la misión del jugador es venir a la Isla, infiltrarse en una zona militar llamada Campo Omega y liberar a los dos per-sonajes principales.

Los videojuegos, vistos sin prejuicios, contribuyen a me-jorar las relaciones sociales de quienes interactúan a través de ellos en tanto potencian re-des de intercambio de conoci-mientos y experiencias.

Para los videojugadores esta práctica no es una pér-dida de tiempo y el juego digi-tal, como diría un investigador mexicano, al final puede servir para el análisis de la realidad. El secreto está en no dejarse con-sumir por la adicción y, claro, en no creer ni reproducir los modos de ver la vida a través de ellos. Después de todo, lo real de ver-dad, está fuera de la pantalla. CM

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SANTIAGO ALBA RICO

LOS SUPERVIVIENTES tienden a sentirse culpables u omnipo-tentes. Muchos prisioneros de los campos de concentración nazi, por ejemplo, consideraron casi inmoral el hecho de no com-partir la suerte de sus compañeros desaparecidos y se suicidaron. Pero lo más normal, según razonaba el gran escritor Elias Canetti en su obra Masa y Poder, es lo contrario. El superviviente de una matanza o una catás-trofe, decía, se siente un elegido; no atribuye su salvación al azar sino a una combinación de mé-rito y destino que, de alguna ma-nera, ilumina su superioridad y garantiza también su inmuni-dad futura. Y casi sentirá la ten-tación de arriesgar una y otra vez su vida, convencido de que, perdonado por la primera bala, ninguna se atreverá ya a tocarlo. O de rodearse de cadáveres cuya visión confirmará e intensificará el placer de su invulnerabilidad.

Canetti elabora una com-pleja y provocativa teoría antro-pológica general a partir de una tendencia particular que sirve, sin embargo, para explicar la normalidad de los consumido-res occidentales. Los consumi-dores occidentales somos los «supervivientes» por antonoma-sia. Sobrevivimos siempre. Hemos sobrevivido a las hambrunas de África, a las guerras que noso-tros mismos hemos contribuido a desencadenar, a los tsunamis asiáticos, a los riadas y terre-motos de países lejanos, a las matanzas de Ruanda y Afganis-tán; mientras nuestra media de vida aumentaba y nuestra medi-cina y nuestros mercados nos prometían la inmortalidad, el resto del mundo se deshacía en pedazos. Todo esto lo vemos por televisión, que es la prueba y la garantía de nuestra superviven-cia, y lo que vemos por televisión, por tanto, es nuestra diferencia radical, casi «racial», en relación con los otros: nosotros estamos a salvo, nos hemos salvado y no es sencillamente una casualidad. Por eso cuando un atentado gol-pea París o Madrid el terror va asociado a una especie de escán-dalo moral, de transgresión ló-gica. ¡A nosotros no nos puede pasar! ¡Nosotros somos los tele-videntes! ¡Nosotros somos los supervivientes!

Digamos que todo el que ve la televisión se siente un super-viviente. Los consumidores y te-lespectadores occidentales son supervivientes en el sentido ana-lizado por Canetti. Las imágenes

podían quizás activar nuestra imaginación y facilitar la apro-piación empática del dolor ajeno, pero eso raramente ocu-rre. Las imágenes televisivas más bien refuerzan la convic-ción de una ley natural que nos ha puesto a cubierto de la po-breza, la guerra, los terremotos y las matanzas. Cada vez que ve-mos morir a alguien ante nuestros ojos —pienso, por ejemplo, en el niño sirio Aylan o en el reciente atentado de Estambul— no nos viene a la cabeza un banal y evi-dente «ése podría ser yo» sino un insólito y natural «yo no soy como ése». Llevamos décadas sobreviviendo en medio de mercados bien abastecidos y carros caros y gadgets super-sónicos.

Los judíos que se salvaron de los campos, inocentes como eran, se sentían culpables; los telespectadores y consumido-res occidentales, en parte res-ponsables de las políticas de nuestros gobiernos, nos senti-mos en cambio supervivientes.

¿Supervivientes de qué? Una de nuestras formas de «sobrevivir» (de sentirnos, es decir, protegi-dos y meritorios) es la televisión. Otra forma es el turismo. Nos gusta acercarnos con prudencia y garantías a esos mundos leja-nos que nos muestra la televi-sión. Mientras impedimos a migrantes y refugiados la en-trada en Europa, los europeos viajan sin oposición, y con aplausos, a sus tierras de proce-dencia, donde comen, fotografían y compran cachivaches fabrica-dos en China sin cuestionarse ese derecho, basado en el poder de un pasaporte y una moneda y no en la Declaración Universal de las Naciones Unidas. Pero es aún peor: mientras Europa re-cibe a regañadientes o a palos a los ancianos, mujeres y niños que huyen de una guerra o una matanza, los europeos acuden a sus países de procedencia a con-templar con un ambiguo es-tremecimiento las fuentes del horror que no les ha afectado a ellos. No nos conformamos con

negar ayuda o reconocimiento a los supervivientes sino que usur-pamos su lugar. ¡Nosotros somos los verdaderos supervivientes!

Digamos que es normal que a los seres humanos normales, y no sólo a los asesinos, les guste volver al lugar del crimen. Ha ocurrido siempre. No es el capi-talismo sino la humanidad misma la que se siente podero-samente atraída por los bordes y los abismos; siempre, a lo largo de la historia, se ha de-jado llevar por el placer mor-boso —excitación y alivio— de la catástrofe y el apocalipsis. Los pisotones de la Muerte, los huecos que deja en su paso por el mundo y los restos —calaveras, jirones de camisa, zapatillas muertas— que aban-dona detrás de sí ejercen una poderosa fascinación sobre los vivos, que entrevén así, borra-chos de vida y sin peligro, la sombra del destino y la esen-cia terrible e impersonal de los humanos. De eso no tiene la culpa el capitalismo. Pero el

capitalismo sí es responsable de convertir esta tentación en una industria que, al mismo tiempo, la realimenta y la legi-tima, reforzando también la ilu-sión de «supervivencia» de los telespectadores occidentales.

Es lo que se llama el turismo de la desolación, como el título del libro mediante el cual el fotó-grafo francés Ambroise Tézenas ha denunciado esta tendencia creciente del sector turístico. Tézenas, empotrado en grupos de visitantes, recorrió y fotogra-fió durante meses algunos de es-tos abismos de atracción que, junto a paquetes en el Caribe o paseos a caballo entre las Pirá-mides de Egipto, las agencias venden a los alegres «supervi-vientes» occidentales: Auschwitz («¡con billete de vuelta!»), Cher-nobil («turismo ecológico ex-tremo»), el Museo del Genocidio de Tuol Sleng, en Camboya, lu-gar de ejecución de los jemeres rojos, las ruinas en China del terremoto del Wenchuan («Ven-ga a descubrir los destrozos del terremoto, el más mortífero de la historia contemporá-nea»), el circuito conmemora-tivo del genocidio en Ruanda o los lugares asociados al ase-sinato de Kennedy en EE.UU. «¿Y si, bajo el pretexto del deber de la memoria, no nos halláse-mos simplemente en presencia de un mercado de la barbarie humana?», se pregunta Téze-nas con razón.

El dolor ajeno, el horror que ha golpeado a otras personas se ponen a la venta de manera muy rentable para una industria turística que manufactura pla-ceres extremos —también filosóficos y hasta metafísi-cos— para disfrute de un visitante que sobrevivirá a la visita. «¡A Auschwitz con bi-llete de vuelta!»; o también, por un módico precio, al penal de Karosta, en Letonia, cerrado en 1997, «del que nunca nadie logró escapar», salvo —por su-puesto— el turista invitado a pa-sar una noche en sus celdas para revivir esa experiencia in-completa. Hace años, tras una visita a Iraq, escribía yo que —como en los cuentos de hada y los mitos— «hay cosas que no deberíamos ver sin aceptar recibir, a cambio, algún cas-tigo». Esa era la regla del mundo antiguo: el «curioso» que descorre el cerrojo, en-ciende la luz o entreabre la cortina arriesga su propia alma o su propia vida: Acteón, la mujer de Lot, Psiqué, Melu-sina, la esposa de Barba Azul. Ese mundo, es verdad, era con-servador y moralista. ¿Es el nuestro mejor? El mercado im-puritano levanta todos los velos y nos invita a mirar debajo. Mientras la Muerte, fecundada por nuestras políticas económi-cas y guerreras, sigue campando a sus anchas, los occidentales nos acercamos a su borde sin arriesgar nada y compramos sus misterios —y la sombra de sus víctimas— con la alegría de ser siempre «los supervivientes». CM

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11OCTUBRE 2015

JORGE WEJEBE COBO

EL ALMIRANTE Roscoe H. Hi-llenkoetter, primer director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en 1947, preocupó a altos funcionarios de la administración del presi-dente Harry S. Truman al pre-guntarles si su organización estaba autorizada a entregar fondos directamente a políticos italianos de derecha, con el fin de derrotar a la coalición de los comunistas y socialistas en las elecciones de Italia programa-das para el 18 de abril de 1948.

En la Italia de la posguerra, próxima a las elecciones, se con-formó un panorama político fa-vorable al Frente Democrático Popular (FDP), encabezado por el Partido Comunista Italiano —para la época el mayor del mundo después del soviético—, e integrado también por el Par-tido Socialista junto con otras fuerzas de izquierdas.

El Frente era dirigido por Palmiro Togliatti, un veterano líder comunista, quien tenía sus propias ideas para llegar al po-der por la vía electoral, no del todo coincidentes con la ortodo-xia soviética.

No obstante la alarma sonó en Washington, donde conside-raron que una victoria de los co-munistas italianos significaría el control por Iósif Stalin de la península italiana, del mar Me-diterráneo y la extensión del so-cialismo por el resto de Europa Occidental, donde los comunis-tas también tenían influencias en el panorama político. Razón por la cual se dio luz verde a la CIA para actuar.

Había comenzado la Guerra Fría y en Italia la Agencia reali-zaría su primera gran operación encubierta de alcance estraté-gico. Por ello se esperaba que el principal espía de la nación no hiciera preguntas embarazosas en instancias públicas a sus superiores, quienes siempre tendrían que conservar una «opción plausible» de negar la responsabilidad y conocimiento de los trabajos sucios ordenados a la comunidad de inteligencia.

Sin embargo, la duda inicial del almirante estaba relacio-nada con su propia formación, más acostumbrado a las órdenes militares recibidas y enviadas desde el puente de mando de un acorazado que a la sofistica-ción, ocultas intenciones y falsas apariencias de la alta bu-rocracia de Washington y del funcionamiento de los servicios de inteligencia, que debía regir en los orígenes de la Guerra Fría

libraba por su país para con-quistar el dominio mundial frente a la URSS y sus aliados.

Los directivos de la CIA, encar-gados de las acciones en Italia, tuvieron que dominar una ori-ginal forma de manipular a sus agentes clandestinos —la mayor parte políticos, dirigentes sindi-cales, periodistas, hombres de negocios, líderes religiosos y otros—, de manera poco con-vencional, no tanto para que realizaran un espionaje clásico de búsqueda de información, sino para que actuaran como fi-gurantes del espectacular guión de la Agencia para torcer el curso de la historia italiana de posguerra.

PROGRAMA DE ACCIÓN EN-CUBIERTA

Entusiastas oficiales de la CIA manejando antiguos autos europeos, para no llamar la atención, andaban por toda Italia entregando a esos colaborado-res, escogidos por su discreción y confiabilidad, grandes bolsas y maletas repletas de dinero para sufragar sus gastos políti-cos, de campaña, para los car-teles, los folletos y los libros, para inspirar sus perfiles propa-gandísticos, las actividades sindicales y las homilías anti-comunistas. Todo se tenía que hacer en una carrera contra el tiempo, a pocos meses de las elecciones.

El Papa Pío XII, en el Vati-cano, a diferencia del silencio que mantuvo ante los regíme-nes fascistas, excomulgó a los principales dirigentes comunis-tas e involucró a las estructu-ras de la iglesia en todo el país —donde un noventa por ciento de sus habitantes eran católicos—, en acciones de pro-paganda y de apoyo a la Demo-cracia Cristiana bajo el fantasma de salvar a Italia del «anticristo bolchevique».

La experiencia en la crea-ción de grupos clandestinos en la retaguardia de la Europa Oc-cidental —ocupada por los ale-manes en la Segunda Guerra Mundial, por la antigua Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), antecesora de la CIA—, también fue retomada para establecer, ante una virtual ocupación soviética de Italia, una organi-zación secreta que pronto se ex-tendió al resto de los países de la región denominada Gladio-Agrupación, integrada en su ma-yoría por antiguos seguidores de Mussolini y ex agentes nazis, reclu-tados además para sembrar el te-rror entre las filas del FDP.

Así, el 9 de febrero de 1948, un grupo fascista dirigido por Gladio ataca la sede del PCI, en San Ferdinando di Puglia, en el extremo sur de la península, durante una reunión y asesinan a cinco personas.

El entonces Presidente del Consejo de Ministros italiano Giulio Andreotti reveló la exis-tencia de Gladio en octubre 1990 y garantizó su disolución por no ser necesaria ante la desaparición de la URSS y el campo socialista.

También en la cruzada contra los comunistas se re-currió a los viejos vínculos con la mafia de los servicios secretos norteamericanos, es-tablecidos desde la época de la invasión norteamericana a Sicilia, apoyada por los capos mafiosos por órdenes de Charles «Lucky» Luciano, quien preso en una cárcel norteamericana aceptó cola-borar a cambio de su libera-ción.

Salvatore Giuliano era un bandido mafioso alzado en las escarpadas montañas sici-lianas desde la década de 1940 con la idea de independizar a Sicilia de Italia y convertirla en un estado de la unión nor-teamericana, y quien, en los meses previos a las eleccio-nes, se dedicó a asesinar a cientos de dirigentes comu-nistas, a sus simpatizantes y ametrallar actos públicos de la izquierda. Un día de 1950, ya consolidado el control so-bre el país, los carabineros mostraron su cuerpo acribi-llado a balazos, pero hoy to-davía algunos dudan que el muerto haya sido él y especu-lan que tuvo un mejor destino bajo la protección de la CIA, disfrutando del sol de la Flo-rida con otra identidad hasta el final de su vida.

PUDO SER INSPIRADOR DEL FILME EL PADRINO

Generoso Papa fue un personaje real que muy bien pudo inspirar la ficción de las sagas del filme El pa-drino. Era un inmigrante italiano que llegó a los Esta-dos Unidos en 1905 con quince años y unos pocos dólares en los bolsillos y diez años después era dueño de la más grande em-presa de materiales de la construcción en New York, controlaba periódicos y otros ne-gocios de publicidad, era amigo y compadre del jefe de la ma-fia Frank Costello y líder de la

comunidad italiana a la que pri-vilegiaba con puestos de trabajo en sus canteras y plantas proce-sadoras de material.

Admiraba al fascismo de Mussolini ante la guerra, llevó adelante iniciativas po-líticas favorables al dictador en New York y acostumbraba a visitar las grandes obras en construcción de la época como el Empire State Buil-ding, erigido con los materiales que él vendía, sin preocuparse de enlodarse sus zapatos de 300 dólares, para pavonearse de su origen humilde y sus ideas fascistas ante lo trabaja-dores que lo veían como el ejemplo del sueño americano hecho realidad.

Previo a las elecciones de 1948 la CIA lo visitó y lanzó una campaña de propaganda diri-gida a la comunidad italiana para que escribieran a sus fami-liares y para que votaran contra los comunistas, repitiendo los textos que divulgaban sus pe-riódicos. Se calcula que diez mi-llones de cartas llegaron a Italia promoviendo el voto contra la izquierda.

CARETO ANTICOMUNISTAMarcos Wyatt (Caretto) es

considerado uno de los prin-cipales responsables de las acciones de la CIA en Italia y en 1996, exultante ante la caída del socialismo europeo, a lo cual había dedicado su vida, reveló ampliamente en una entrevista para la CNN interioridades de la opera-ción y expresó:

«Para mí, personalmente, fue muy emocionante. Y en aquel momento no sabíamos que habíamos llevado a cabo el primer pro-grama de ac-ción política encubierta

de la historia de la inteligencia norteamericana. Siguieron mu-chas, muchas más, y esta prác-tica se copió de alguna manera —no demasiado después— en Chile, donde por diferentes ra-zones no funcionó tan bien. Su-pongo que nosotros tuvimos a la suerte de nuestro lado, y creo que fue una operación muy exi-tosa».

Las elecciones fueron gana-das por la Democracia Cristiana y otros partidos pro norteameri-canos. El peligro de un gobierno comunista en Italia fue sorteado y se consolidó el control de ese país junto a Europa Occidental en la esfera de influencia de Es-tados Unidos hasta el final de la Guerra Fría. Pero al parecer ese éxito no fortaleció lo suficiente la posición del almirante Hi-llenkoetter, quien fue sustituido como director de la CIA en 1950, envuelto en imputaciones por no prever la explosión de la pri-mera bomba atómica soviética en 1949 y el inicio del conflicto coreano en 1950. Volvió a servir en la marina de guerra y estuvo al frente del Comité de Investi-gación Nacional sobre Fenóme-nos Aéreos en 1956, dedicado a las investigaciones sobre los OVNI, por lo que se le recuerda más como autoridad en ese apa-sionante tema que como el pri-mer jefe de la CIA. Murió el 18 de junio 1982 a los 85 años. CM

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ROSA ELENA ENCINAS HURTADO

NI LA VOZ NI LA INTREPIDEZ ni la imaginación han cambiado con el paso del tiempo. El cuerpo resen-tido por los años, la sonrisa siempre cómplice y la experiencia acumu-lada en un siglo de vida nos ad-vierte la esencia de una gran mujer. Precursora del movimiento de na-rración oral en Cuba, la centenaria Haydée Arteaga sigue sorpren-diendo a todos por su capacidad de diálogo, la entrega constante y su ingeniosidad para narrar histo-rias.

Testigo de épocas distintas, la «Señora de los cuentos» —como también se le conoce—, supo desa-fiar obstáculos, desmontar prejui-cios sociales y fomentar nichos de resistencia cultural en cada uno de los lugares en los que compartió su sabiduría como mejor sabe hacerlo, a través de la narración.

Nacida en Sagua la Grande e hija adoptiva de La Habana, Hay-dée se graduó como profesora de Solfeo y Teoría de la Música, y más tarde estudió literatura. Entre sus escritos destacan Cuentos de ca-mino y Namach, dos libros en los que narra tradiciones y fábulas de profunda raíz popular y elevado vuelo lírico.

En el Hogar Protegido de la Ter-cera Edad, en la calle Habana No. 620, vive Haydée. Este fue nuestro espacio de encuentro y diálogo, y también el de muchos otros que la acompañaron el 20 de octubre en la entrega del Premio Calibán 2015. A la «Señora de los cuentos» toda mi admiración y agradecimiento por regalarme, desde la primera res-puesta, su vocación de narradora y su cuento «El último güije».

¿Cómo aprendió el arte de con-tar historias?

Creo que nací contando his-torias. Desde muy pequeña, mi abuela Teresita (Teresa Recio Lima) me cantaba canciones de cuna y me narraba hermosas historias.

Los pueblos de Cuba tienen sus mitos, sus leyendas. En Sagua la Grande, al igual que en

toda la región de Villa Clara, existen leyendas de güijes. Mi abuela Teresita siempre me con-taba las historias del güije enano y cabezón que salía en el río cuando no había ni luna ni estre-llas. Cuando pasaban esas noches ella me decía que los vecinos del pueblo gritaban: «¡Cierren las puertas, cierren las ventanas que ha llegado el güije!». Y todos sa-lían corriendo.

Cuando mi papá tenía cua-renta años y me llevó por pri-mera vez al río Sagua la Grande, vi en la orilla del arroyo una ca-sita muy pobre donde vivía una viejita que la llamaban Ma Cata-lina.

Cuentan que Ma Catalina en esas noches de güijes se paraba en la puerta de la casa y pregun-taba: «Se pue´ sabé niño, ¿qué tao pasa, qué tao pasa?, utedes siem-pre con eso de los güijes, qué güijes. Utedes etán locos o a lo mejor sí existen, pero no son tan malos como dicen» aseguraba ella. Pero siempre la vecina más de prisa cerraba su puerta cada vez que llegaban aquellas terri-bles noches.

Me contaba mi abuela Tere-sita que una noche de esas el güije salió del río, con su cabeza oscura caminando sobre los pe-druscos. Los hombres del pue-blo decían que lo iban a matar, que lo matarían de una vez por todas. El pobre güije casi no se veía, pero Ma Catalina, que per-manecía en la puerta de su casa, logró verlo y de un tirón lo aga-rró y lo entró a la fuerza, según ella pudo rápidamente con sus piernas adoloridas. Y contaba entonces mi abuela Teresita que Ma Catalina lo mimaba y lo mi-maba y le decía: «¡Lindo, lindo güije mío!» y así, el güije al sen-tirse llamado lindo (entona y re-fuerza la voz, y ríe) tuvo la más bella de todas las sonrisas. Al día siguiente, todos en el pueblo comentaban que el güije, el del río de Sagua la Grande, se había llevado a Ma Catalina, quien realmente había compartido su

amor con el negrito cabezón de las noches sin lunas ni estrellas. Así comencé a narrar cuentos.

Mi último cuento en Sagua fue a los cinco años, en la fiesta de la escuela dije precisamente ese, que lo he contado no sé ya en cuántos lugares, ni de cuán-tas maneras. La Habana tam-bién creó su güije, el güije de la «Señora de los cuentos».

¿Cuándo le comienzan a lla-mar la «Señora de los cuentos» en el ámbito de los narradores orales?

En unos de mis viajes a Ma-drid me invitaron a una escuela y una biblioteca para que na-rrara cuentos a niños y perso-nas mayores que allí asistían. Ellos querían que los padres aprendieran a contar historias a los niños, no cualquier historia, sino historias que le hablaran del futuro, del presente, una his-toria verdadera. Cuando íba-mos por el camino habían unos letreros grandes que anuncia-ban: «la Señora de los cuentos, no se lo pierda», pero yo no sa-bía que me reconocían como tal. Y cuando llegué primero a la es-cuela, la compañera que me pre-sentó dijo: «¡Aquí les presento a la «Señora de los cuentos»». Y desde entonces me quedé con ese nombre. Me llaman así en muchos países. Y «Señora de los cuentos» espero seguir llamán-dome cuando ya no esté.

Para usted, ¿qué debe tener un narrador oral o qué no le debe fal-tar?

Lo principal es que te guste narrar. Que te guste compartir, se comparte y se recibe. Ahora mismo, sin darnos cuenta, esta-mos haciendo una sesión de cuentos narrados, pero la pre-gunta te la hago a ti, ¿qué tú crees que yo tengo, que debo te-ner, para narrar ese cuento?

Usted ha tenido siempre una gran pasión por lo que hace, por lo que ama, por lo que cree. Ha entre-gado su vida a la narración oral en Cuba, a la formación de niños y jó-venes, a su esparcimiento y recrea-ción de sus imaginarios.

Hace unos días escuchaba a los narradores de la radio y pen-saba en el cuidado que deben te-ner los profesionales del medio, como mismo lo tienen los narra-dores orales. Por ejemplo, tú eres periodista y sabes que tie-nes que saber narrar, y narrar bien.

Hay que tener en cuenta cómo vas a frasear, cómo vas a expresarte para que los demás te entiendan. Hay que estudiar y leer mucho; hay que tener cul-tura para saber lo que se dice. No es aprenderse las historias

de memoria, sino interpretarlas, entenderlas.

Cuando conocí a Francisco Garzón Céspedes, él escribía versos, pero no sabía decirlos, y un periodista le dijo que si que-ría narrar cuentos debía verme a mí. Él me fue a ver. Después que nos conocimos un día me llevó un títere y le dije: eres na-rrador o titiritero. La dramatur-gia para Garzón era pan comido como se dice, y él me dijo que quería convertirse en un narra-dor escénico y durante un tiempo no estuve de acuerdo con él.

Recuerdo siempre lo que Eliseo Diego nos enseñó: no de-jar nunca que alguien viniera y nos dijera que hiciéramos un cuentecito. Nada de eso. La res-ponsabilidad y seriedad es in-dispensable también para el ejercicio de narrar. Eliseo Diego fue un gran hombre, un amigo, él me dio todo su apoyo cuando me invitó a que participara en el Departamento Infantil de la Bi-blioteca Nacional José Martí en los años sesenta.

Usted desempeñó antes del triunfo de la Revolución un trabajo meritorio en función de la cultura cubana, en la formación de niños y jóvenes pobres que vivían en zonas marginales, ¿cómo rememora aquellos momentos?

Antes de 1959 no existían los proyectos que posteriormente se desarrollaron con el triunfo revolucionario. Yo, por circuns-tancias de la vida, tuve que dejar la casa en la que vivíamos e ir-nos a un lugar muy humilde, era una especie de cuartería o solar. Recuerdo que por aquella época estaban las comparsas en La Habana y, en medio del fervor de los carnavales, una mucha-cha sacó una cuchilla que lle-vaba en la liga de la media para defenderse en una bronca. Los niños del solar vieron todo aquello. Yo tenía una buena for-mación y aquellos pobres niños no sabían ni leer ni escribir, y sus padres tampoco. Desde que

Señora de los cuentos y de la vida

Lo principal es que te guste narrar. Que te guste compartir, se comparte y se re-cibe (. . .) Hay que te-ner en cuenta cómo vas a frasear, cómo vas a expresarte para que los demás te entiendan. Hay que estudiar y leer mu-cho; hay que tener cultura para saber lo que se dice. No es aprenderse las his-torias de memoria, sino interpretarlas, entenderlas.

Hay quienes vienen a de-cirme que quieren contar cuen-tos. Alguien una vez me dijo: «¡Compré el libro de Francisco Garzón Céspedes y me lo leí todo porque así voy a empezar a narrar!». Yo le respondí: «¡Antes de que me digas que te leíste el libro de Garzón Céspedes, dime ¿qué es para ti la narración?, ¿qué tú sientes al narrar?».

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tuve esa experiencia decidí ayu-darlos.

Mi mamá estudiaba y cocía por aquel entonces. Desde los catorce años comencé a ayu-darla. Por un familiar lejano empecé a trabajar en El En-canto. Las personas de mi color no tenían acceso a ese tipo de trabajo. Me inicié como apren-diz, y un día se me ocurrió co-mentarle a alguien lo que había visto en los carnavales y que quería reunir a los niños y ense-ñarles a contar cuentos. Esa persona vivía en Trillo en San Miguel, y me dijo: «¡la sala de mi casa es tuya!». Y ahí comenzó, en 1935, lo que se conoció con el nombre pomposo de Charlas Culturales Infantiles.

Posteriormente, estudié el primer curso de dramaturgia que se dio en Cuba con profeso-res extranjeros. Así comencé a enseñarles a los niños lo que iba aprendiendo. Con un grupo de veinte o treinta muchachos me movía por La Habana dando ac-tividades, lo mismo en las esqui-nas, en los barrios.

Después del triunfo de la Revolución se creó el Plan Cul-tura-MINED. La doctora Porto se le ocurrió la idea de formar narradores, ella tenía el poder que yo no tenía para realizar se-mejante tarea. Reunió a algunos narradores y comenzamos el proyecto. Nosotros debemos agradecerle eternamente a Vilma Espín por ayudarnos con este hermoso plan. Me fui por las provincias enseñando a los ni-ños. Dirigí la única escuela de narración oral que aún existe. Después que logramos tener el proyecto encaminado, por al-guna razón que desconozco se terminó todo.

En 1980, a petición de Euse-bio Leal creé y dirigí el grupo artístico cultural infantil «Hay-dée y los niños», lo que propició la formación de actores, re-presentantes de la cultura y pro-fesores universitarios.

Garzón Céspedes fue el brazo mayor de Haydée Santa-maría. A él se le ocurrió crear la narración oral escénica. Al prin-cipio yo no estaba de acuerdo con él, pero después sí lo en-tendí. Se puede hacer una narra-ción oral escénica, siempre se le pide algo al teatro pero no como a veces ocurre que llegas a un lu-gar y no sabes si estás viendo teatro o narración oral. Sin du-das, Garzón logró encaminar la narración en Cuba.

¿Cómo y por qué rescata en sus narraciones el legado africano a la cultura cubana?

La mamá de mi abuela Tere-sita era puertorriqueña y su papá, hijo de africano.

Esa es mi herencia. Mi abuela me transmitió todo su saber cultural, su conocimiento sobre las tradiciones afrocuba-nas. Aprendí muchos cuentos populares cuyas raíces eran también africanas.

De igual modo, a lo largo de mi vida he presenciado distin-tas prácticas africanas, y eso ha formado parte de mi cultura.

Esa misma formación que desde pequeña tuve, la trans-mito y reflejo en mis narracio-nes, en mis cuentos. Además, cómo explicar la historia de la nación cubana sin pensar en el legado de la cultura afro.

¿Qué lugar ocupan los niños en la vida de la «Señora de los cuen-tos»?

Los niños para mí lo son todo. Ayer, por pensar en que ya tengo cien años y lo que me puede quedar de vida son tres minutos, me puse a reflexionar sobre muchas cosas, entre ellas que siempre he trabajado con niños, pues así empecé mi ca-rrera como narradora oral. Hace año y medio que no tra-bajo con pequeños y quiero agrupar ahora a unos cuantos para hacer un grupo de narra-ción oral.

Cuando yo no esté seguiré siendo «La Señora de los cuen-tos», y me gustaría que hubiera un lu-gar que se llamara «Rincón de los cuen-tos», donde los niños puedan intercambiar para que sean fuer-tes, para que sepan respetar, para creer, para luchar por nues-tra Patria, en defini-tiva, por Cuba.

Calibán 2015 me recibió muy son-riente y la causa de su alegría era —según ella— que temprano en la mañana la había llamado Eusebio para felicitarla.

Entre las tantas personas que conozco, Eusebio Leal ocupa un lugar importante en mi vida. Él es mi amigo, gracias a él vivo en esta casa. Eusebio me regaló el museo de la ciudad, por él he conocido a muchísi-mas personas. Él es mi apoyo. Él estará siempre en mi vida.

Vivir cien años ha sido para Haydée una oportunidad de la vida.

La vida te lleva, y tú la si-gues. Lo que no quieras des-pués en el camino lo dejas. Hoy no era para estar aquí contigo. Me sentía muy mal porque en las mañanas de lluvia me duele la columna. Pero hice el es-fuerzo para poder estar contigo y darte la entre-vista. Ese es el espíritu que necesitan tener las personas para no dejarse de-rrumbar.

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El Teatro Cimarrón y el Centro de Teatro de La Habana otorgan el Premio Calibán a diversas persona-lidades de la cultura popular lati-noamericana y caribeña. Desde el 2000 se han distinguido a los poetas Roberto Fernández Retamar, Mi-guel Barnet, Rogelio Martínez Furé y Nancy Morejón; a los historiado-res y ensayistas Eusebio Leal y Fernando Martínez Heredia, a los músicos Luis Carbonell y Teresita Fernández, entre otras figuras ci-meras de las artes escénicas y la cul-tura cubanas.

En esta edición se honró a Haydée Arteaga, siendo la pri-mera narradora oral que recibe di-cha distinción.

¿Qué importancia tiene para usted recibir este premio?

Es muy emocionante recibir este premio sobre todo cuando no se espera. Para mí tiene mu-cho valor, lo que al mismo tiempo te impulsa no ya —como dicen muchos— a comprometer-nos una vez más, sino a ser fiel a que la narración no se rompa en el camino, sino que siga más allá.

Antes de hacer la próxima pre-gunta Haydée me dijo que le recor-dara que quería hablar de Eusebio Leal en algún momento de la entre-vista. Y el mismo 20 de octubre cuando le entregaron el Premio

Una de las alegrías de mi vida es cuando algunos mucha-chos se me acercan y me agra-decen porque cuando niños fui su profesora de narración, y ha pasado tanto tiempo desde en-tonces…

Cuando yo no esté seguiré siendo «La Señora de los cuen-tos», y me gustaría que hubiera un lugar que se llamara «Rin-cón de los cuentos», donde los niños puedan intercambiar para que sean fuertes, para que sepan respetar, para creer, para luchar por nuestra Patria, en definitiva, por Cuba. CM

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OCTUBRE 2015

Rumbo al Premier de

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H. ROMO SIGLER

LUEGO DE UNA ESPERA que a todas luces resultó excesiva-mente dilatada se dio a conocer, sin desarrollar para ello inter-cambio con la prensa especiali-zada, la nómina de veintiocho peloteros que nos representa-rán en el inminente Torneo Pre-mier, también conocido como Súper 12.

Quiero expresar, desde el lanzamiento inicial, que estoy de acuerdo no solo con la in-mensa mayoría de los jugadores convocados, sino con el hecho de que el mánager y su colectivo de dirección hayan escogido a los hombres que consideran pueden interpretar de manera más aca-bada la filosofía de juego que enar-bola este cuerpo técnico.

Coincido, de igual manera, con la designación de Víctor Mesa como timonel, debido a que el villaclareño-matancero es, en mi opinión, el principal estratega con que contamos en la actualidad, especialmente preparado en lograr que nove-nas no tan potentes se desen-vuelvan al máximo dentro de las dos líneas de cal.

Hay que decir asimismo que, si bien es cierto que el otrora estelarísimo patrullero central se mueve entre los dugouts con elevada dosis de pimienta, el emblemático número 32 ha aprendido en gran medida a controlar esas energías, en be-neficio de la tarea principal que ahora asume.

Víctor es un director que in-sufla motivación y exige disci-plina a su tropa y ha demostrado

en la arena internacional que puede vencer, como sucedió an-tes con la tropa juvenil y más re-cientemente en los certámenes de Holanda del 2012 y este 2015 y los Centroamericanos de Vera-cruz del pasado año.

En su etapa de jugador, con un trabuco que no tenemos hoy y un contexto que está muy lejos del panorama actual, no resul-taba tan necesario un hombre de sus características desde la cabina de mando pero en el pre-sente, con una cantera sensible-mente afectada por la ausencia, por disímiles motivos, de buena parte de los principales talentos de esta generación, me parece acertado llamar a servicio a un conductor con perfiles como el suyo.

Considero igualmente que debió encabezar el elenco a To-ronto, sencillamente porque después de reclamar durante tantos años un ciclo de trabajo para los responsables del team Cuba, debemos cuidar con es-mero un concepto de tanta valía.

Roger Machado es un exce-lente aglutinador, y estoy seguro aportará en el futuro aún más de lo que ya ha logrado dentro de nuestra pelota, pero debió convocársele solo si una vez ter-minado el período pactado de cuatro años (es decir hasta des-pués del Clásico del 2017) se entendía que Víctor y sus cola-boradores no debían continuar en esa faena, desgastante en sí misma por el tremendo com-promiso que entraña.

Algo tan simple como su-cede en todos los deportes en el mundo, tanto en la escala

de clubes como de selecciones nacionales. Dos ejemplos que ilustran en diferentes sentidos cómo se procede hoy en la es-cena foránea. Carletto Ancelotti ganó el año pasado la décima orejona para el Real Madrid, pero al quedar por debajo en la Liga, la directiva de los meren-gues decidió prescindir del laureado italiano, como antes hizo del no menos exitoso —y polémico— portugués José Mourinho.

Cuando el Barça de Pep Guardiola era literalmente invencible, ello no implicó de inmediato que el catalán que luego se marchó al Bayern de Múnich tuviera que ser desig-nado como DT de la selección española, puesto que ya ocu-paba, y todavía mantiene, el no menos laureado Vicente, «el Bi-gotón» del Bosque. Aprecio, examinando los convo-cados de ahora, múltiples forta-lezas en el colectivo, al punto de que no vacilo en catalogarlo su-perior al que presentamos en los panamericanos en Canadá, y que concluyó en el tercer escaño, lugar aderezado con el triunfo espectacular sobre los puerto-rriqueños.No tengo dudas de que Yosvany Alarcón y Osvaldo Vázquez no solo son los receptores más ofensivos, sino dos de los batea-dores de mayor fuerza de nues-tra pelota actual. Frank Camilo Morejón es la opción ideal para garantizar una posición tan pe-culiar.En el cuadro es muy útil la inclu-sión de Yurisbel Gracial y Yasiel Santoya, de los más versátiles

peloteros del último quinque-nio, junto a establecidos como Alexander Malleta, Rudy Reyes, Yorbis Borroto y Yordan Man-duley. El retorno de Yulieski Gourriel —para mí el pelotero más integral en el horizonte an-tillano, desde que debutó en el 2002— es una de las noticias estimulantes, especialmente si tenemos en cuenta la extraordi-naria forma deportiva mostrada por el brillante antesalista en la presente serie, con guarismos sacados de otra galaxia.

En las praderas se produje-ron las mayores sorpresas del grupo, con tres de los cinco guardabosques vistiendo por vez primera la franela de las cuatro letras, al máximo nivel, y un jugador que antes integró el conglomerado nacional, pero como infielder. Solo se mantuvo Alfredo Despaigne, el toletero de mayor calibre en nuestros predios, quien por estos días in-cursiona con su equipo de los Marineros de Chiva, en los play off del exigente circuito profe-sional japonés donde, al igual que el año anterior, ha conec-tado batazos de largas propor-ciones.

Stayler Hernández se ganó el puesto a fuerza de una pri-mera mitad de ensueño; Julio Pablo Martínez ya demostró la campaña anterior, como re-fuerzo de la Isla de la Juventud, que es un pelotero que puede sobresalir en la primera catego-ría, como hizo en la etapa juvenil, mientras que Lourdes Gourriel Jr., es un pelotero dotado para desempeñarse con éxito en más de una posición.

Su hermano mayor, Yu-nieski, obtuvo el cupo por su so-berbia demostración en la Liga Independiente de Canadá lo que, como recordó el colega Ro-berto Pacheco, significa la única vez que un pelotero residente en Cuba ha sido champion bate en un certamen profesional de cualquier latitud. La inclusión de los tres hijos de Lourdes Gourriel y Olga Lidia Castillo representa la única vez que ese número de hermanos vistieron el uniforme del equipo princi-pal del país, para participar en un evento allende los mares.

Las discusiones en esta área emergen a partir de las

ausencias del granmense Roel Santos y de los avileños Yoelvis Fiss y José Adolis García, así como del espirituano Frederich Cepeda, quien desde hace meses desarrolla su segunda tempo-rada en el béisbol nipón, alter-nando entre el conjunto cimero y una filial de los Gigantes de Yomiuri. Algunos también de-seaban ver en la lista a Yasser Julio González, líder en vuela-cercas de la Serie, pero creo que el vueltabajero apenas acaba de llamar la atención y en lo adelante tendrá múltiples oportunidades de mostrar su valía.

En el pitcheo me alegra la incorporación de serpentine-ros con herramientas para cum-plir funciones específicas dentro de una rotación, como el santiaguero Alberto Bicet, el tunero Yoalkis Cruz, el indus-trialista Frank Montieh y el ar-temiseño José Ángel García.

El retorno de Norberto Gon-zález, quien desde que apareció con sus elefantes cienfuegueros ha regalado excelentes faenas, es también un mensaje en la di-rección correcta, acerca de no excluir a figuras que antes pres-tigiaron nuestras escuadras y que, con independencia de au-sencias por diversos motivos, expresan ahora su voluntad de incorporarse al béisbol que los formó desde pequeños, hasta convertirlos en atletas de alto rendimiento.

Sí me parece que un hombre como Vladimir García debe es-tar en los planes pues, aunque ya el número 34 de los avileños no tiene en sus envíos aquella velo-cidad aterradora, que llevó a bautizarlo como el «Cañón de la Trocha», es un lanzador con ex-periencia y recursos que sigue estando en la vanguardia de los monticulistas cubanos.

Tengo confianza en una buena actuación de nuestro con-junto que, desafortunadamente en las últimas apariciones inter-nacionales nos ha hecho sufrir, porque casi siempre ha lucido por debajo de los principales ri-vales. Ojala sea el Premier el punto de retorno a los planos de relieve. Esta vez, al menos, con-tamos con los componentes esenciales para aspirar a dicho empeño. CM

sacó de circulación, mediante KO técnico, a un curtido pelea-dor como el ruso nacionalizado azerí Albert Selimov, monarca en la edición de Chicago 2007, única en la que no participó nin-guna representación cubana, desde que estos certámenes echaran a andar en La Habana, en 1974, en lo que justamente ca-talogó el colega Vladimir Prieto como el «Mundial de los mun-diales».

Volviendo a la pelea de Laza-rito, quien literalmente bom-bardeó con una andanada de golpes al rostro de Selimov, inexplicablemente los árbitros le otorgaron el round de aper-tura al europeo, una de las tantas ocasiones en que no hubo coherencia entre lo ocu-rrido en el encerado y el com-portamiento de los encargados de impartir justicia.

Precisamente en otro duelo con un azerí, nos vimos perjudi-cados cuando levantaron la mano de Parviz Baghirov, en de-trimento de Roniel Iglesias. No puedo ignorar, sin embargo, que el pinareño ha estado en la presente campaña lejos de la forma que exhibió en Milán 2009 y Londres 2012, donde para todos no solo derrotó a sus oponentes en el mundial y la olimpiada, respectivamente, sino que se levantó, libra por li-bra, como uno de los mejores boxeadores de cualquier catego-ría. Por cierto, ante su ausencia por indisciplina a la justa del 2013, Cuba ganó medalla de plata en esta división en los pu-ños del santiaguero Arisnoides Despaigne.

El guantanamero Arlen Ló-pez encontró ahora su mayoría de edad con un victoria que nos hace recordar a todos los pelea-dores de alcurnia que hemos te-nido en este peso, mientras que el camagüeyano Julio César La Cruz —quien también se

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15OCTUBRE 2015

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AHMED PÉREZ MOREJÓN

DESDE HACE VARIOS MESES la afición boxística antillana co-menzó a acariciar un sueño: re-gresar de la cita mundialista que acogería Catar con el máximo trofeo por naciones, distinción que nos era esquiva desde la justa de Mianyang, efectuada en el otoño del 2005.

Aquella vez el equipo con-cursante en la ciudad China llegó precedido de una excelente actuación en los principales even-tos universales, incluyendo la conquista de cuatro preseas do-radas en la cita bajo los cincos aros de Atenas, en el 2004.

En esta oportunidad una nueva generación, que tuvo que comenzar a reconstruir poco a poco la senda dorada histórica del pugilismo nacional, se en-contraba ya en pleno estado de madurez para contender por el estrellato mundialista, especial-mente luego de las demostracio-nes brindadas en las Series Mundiales de los dos últimos años y en los Juegos Panameri-canos de Toronto, en julio pa-sado.

Todo ello, sin embargo, no bastaba para garantizar el sitial más alto, ya que cada uno de los púgiles inscritos saldría al Ali Bin Hamad Al Attiyah Arena con la aspiración de marcar su territorio, máxime cuando los días están contados de cara al convite de Río de Janeiro.

Por si fuera poco, a diferen-cia de certámenes anteriores, para participar en este XVIII Campeonato Mundial se reali-zaron eliminatorias regionales lo que, a todas luces, concentró todavía más la calidad de los concursantes, eliminando prác-ticamente la posibilidad de «refrescar» en los combates iniciales con algún adversario inexperto. Esta vez, desde el pri-mer gong, los discípulos del

guantanamero Rolando Acebal tuvieron que sacar a relucir toda la destreza adquirida en los pre-dios del Centro de Entrena-miento Orbeín Quesada, del Wajay.

Los resultados obtenidos vi-nieron a confirmar el excelente momento en que se encuentra esta escuadra, dispuesta a no perder la condición de «buque insignia» del deporte nacional, ganada a fuerza de talento y entrega diaria, y cuya foja de mayor alcurnia son las treinta y dos diademas olímpicas alcan-zadas desde que, en Múnich 1972, Orlandito Martínez, Emi-lio Correa y el inolvidable Teó-filo Stevenson iniciaran un camino que constantemente se enriquece.

Ahora mismo en Doha, urbe que cada vez más alberga even-tos de primerísimo orden en di-versas disciplinas, los cubanos se embolsaron cuatro de oro, dos de plata y un bronce, que-dando fuera del podio única-mente el matancero Andy Cruz, en los 56 kg., el pinareño Roniel Iglesias, en los 69 y el súper pe-sado agramontino Lenier Perot.

Escalando por divisiones re-cibimos el tremendo alegrón del triunfo del jovencito camagüe-yano de apenas diecinueve años, Johanys Argilagos, que no estaba en los planes para agenciarse el cinturón dorado, especialmente por su poca experiencia entre los mayores, algo en lo que a la postre no creyó, derrochando golpes precisos en cada presen-tación.

Lázaro Álvarez ratificó que es un fuera de serie, cosechando su tercer pergamino universal después de ser inalcanzable en Bakú 2011 y Almaty 2013. Esta es su segunda victoria planetaria en los 60 kg., debido a que hace cuatro años reinó en los 56 kg.

En la final de la capital catarí el «Príncipe de San Juan y Martínez»

regaló un tercer pergamino del orbe— fue sencillamente indescifrable para sus rivales, incluyendo al irlandés Joe Ward, quien casi no vio al ca-magüeyano dentro del ring en la porfía por el oro en los 81 kg.

Yosvany Veitía superó su ac-tuación de Almaty, donde obtuvo bronce en los 49 kg., llevándose una plata en los 52 kg., lo que nos devuelve la confianza en su quehacer de cara al próximo verano en las inmediaciones de Ipanema. El azerí Elvin Mamishzada no era favorito ante él, pero logró «enredarlo» y viene siendo marca registrada, desde hace bastante tiempo, que un cubano solo gana si se trans-forma en un artista dentro de la cuerdas, de lo contrario… el resultado deviene, invocando el espíritu garcíamarquiano, en «crónica de un final anunciado».

Erislandy Savón igualmente mejoró su performance en estas lides —hace dos años cayó en controvertido fallo ante el azerí Teymur Mammadov— con una plata que no le alcanzó para el pasaporte olímpico. Pensaba, con franqueza, que el espigado boxeador del guaso retornaría con el oro, pero tendremos que esperar nuevamente para que se imponga en un evento de esta naturaleza, algo extensivo para el camagüeyano Yasnier Toledo quien, después de finalizar en

plata en las dos discusiones uni-versales previas, terminó en esta ocasión en bronce.

Con la cosecha integral sa-cada en la calurosa ciudad árabe, la Mayor de las Antillas relegó a las formaciones de Ru-sia (2-1-1), Azerbaiyán (1-1-2), Ir-landa (1-1-1), Francia (1-0-0) y Marruecos (1-0-0), que con-quistó el galardón supremo en los 69, mediante Mohammed Rabii, sorpresivamente desban-cando al anterior titular, el ka-zajo Daniyar Yelusinov, dejando a la tradicional potencia euro-pea en solo dos de plata. Uzbe-kistán obtuvo (0-3-3), mientras que llamó la atención que otro país de elevado linaje boxístico: Ucrania, únicamente acopió dos de bronce.

Para felicidad de todos los que amamos este deporte mile-nario, nuestra comitiva vive un momento de esplendor que puede cristalizar aún más bajo los cinco aros, en la Ciudad Ma-ravillosa. Necesitamos, para ello, definir las opciones más certeras en las pruebas clasifica-torias pendientes, donde tene-mos que ganar los boletos que nos faltan en 56, 69, 91 y más de 91 kilogramos, en la legítima aspiración de viajar a la megaló-polis carioca con equipo com-pleto, imponiendo con ello la autoridad de la que somos acreedores. CM

DIEZ AÑOS DESPUÉS

NUEVAMENTE LA CORONA EN CASA

90OCTUBRE

2015

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

jefa de redacciónrosa elena encinas hurtado diseñoyaimel lópezzardoyas

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LA COCINA RUSA

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PROPUESTASMUSICALES

LA CALLEDEL MEDIO

VA

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S PROPUESTASMUSICALES

A cargo de AILER PÉREZ, IJORKI MORALES y CARMEN SOUTO

TE

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TEMA: AMIGOS intérpretes: ANGEL BONNEdirector: RUDY MORA Y ORLANDO CRUZATA

DIS

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PEÑA DE SWEET LIZZY PROJECT todos los viernes, 5:00 pm, en El Diablo Tun Tun (Calle 20 No. 3308 esquina 35, Miramar)

COMER EN CASA

OCTUBRE 2015

· e l a b o r a c i ó n ·¶ Procedimiento: ¶ Cocinar la papa, la re-molacha y la zanahoria por separado y cor-tarlas en dados medianos. ¶ Refrescar. ¶ Unir los vegetales con la cebolla cortada, el pollo, los huevos duros cortados y la mayo-nesa. ¶ Salpimentar. ¶Decorar con el cebo-llino y servir bien fría.Nota: Puede agregarle cualquier tipo de en-

curtido.

SOPA BORCH A LA CUBANA ENSALADA RUSA

·················

··········

RemolachaAceite

VinagreAzúcar morenoPasta de tomate

CaldoLaurel

PapaCol picada

MantequillaAjo

CebollinoPerejil

CebollaZanahoria

SalPimienta

PapasRemolachaZanahoria

CebollaMasas de polloHuevos cocidos

MayonesaSal

PimientaCebollino

1 unidad pequeña

1 cucharada

1 cucharada

½ cucharada

1/3 taza

6 tazas

1 hoja

2 unidades grandes

3 tazas

2 cucharadas

4 dientes

1 macito

1 mazo

1 unidad grande

1 unidad pequeña

1 cucharada

¼ cucharadita

2 unidades grandes

2 unidades medianas

1 unidad mediana

1 unidad mediana

½ taza (cocidas)

2 unidades

4 cucharada

1 cucharadita

½ cucharadita

½ taza

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a 8 r a c i o n e s

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a 4 r a c i o n e s

· e l a b o r a c i ó n ·¶ Sofreír las tiras de remolacha en el aceite; añadir el vinagre, el azúcar y el puré de to-mate. Dejar cocinar durante 20 minutos. Re-servar. ¶ Aparte, hervir en el caldo con el laurel las papas cortadas en dados, durante 10 minutos; después añadir la col y cocer durante 20 minutos más. ¶ Aparte, en una sartén, saltear en la mantequilla el ajo, el ce-bollino, la mitad del perejil (todos picados fino), junto con la cebolla en dados y la zana-horia en tiras. ¶ Añadir el salteado a la sopa. ¶ Agregar la preparación a base de remola-cha. ¶ Salpimentar y rectificar el punto de vi-nagre. ¶ Retirar del calor y decorar con el resto del perejil. Nota: El caldo se prepara con pollo, cerdo o res.

MADELAINE VÁZQUEZ GÁLVEZ

LA COCINA RUSA presenta una riqueza y exuberancia notables, que la colocan como uno de los exponentes más rele-vantes de la gastronomía mundial. Du-rante el siglo XX se fue fortaleciendo aún más por el rico aporte de los diversos pueblos o regiones que pertenecieron a la antigua Unión Soviética. La pondera-ción de sabores, el uso de ingredientes diversos y el sólido arraigo nacional prestigian esta cocina, en la que concur-san diversos platos como sopas tradicio-nales, pielmeni, blinchiki, varieniki, vinegriet, filete Beefstroganov, pollo Ta-baka, mousse, entre los más representa-tivos.

Sin duda, la cocina nacional rusa se creó bajo la influencia de diferentes fac-tores naturales, sociales, económicos e históricos. Su principal particulari-dad consiste en la abundancia y la di-versidad de los productos utilizados para la elaboración de los platos. Fundamentalmente en el siglo XIX hubo una marcada influencia de la cocina francesa, de la cual fueron im-portados diferentes salsas, consomés y postres. Al mismo tiempo, la cocina rusa ha influido en el desarrollo de la cocina europea.

Todos los grupos culinarios se en-cuentran ampliamente representados en su menú, en el que aparecen entre-meses, sopas, papillas de cereales, car-nes diversas, ensaladas, encurtidos, ahumados, vegetales calientes, papa, lácteos (requesón y smetana), platos de harina de trigo, dulces y bebidas. Se su-man, a esta amplia gama de platos, las diversas técnicas de cocción que utiliza como hervir, guisar, asar, hornear, freír y saltear.

En gran medida la gran variedad de los platos rusos se fundamenta también por la presencia de la estufa rusa, utili-zada en múltiples usos en los hogares de esa región. Así, servía para calentar el hogar, preparar los alimentos, hor-near el pan y secar los productos; era muy común la presencia de una cavidad superior que servía como lecho para dormir y descansar. Para esta estufa fueron creados utensilios especiales de cerámica (los gorshok o cazuelas de barro), y de metal (los chugun o ca-zuelas de hierro). Su empleo determinó las técnicas específicas de cocción para patos, gansos, gallinas, lechones ente-ros, piezas grandes de carne, entre otros.

Otro de los rasgos de la cocina rusa resulta la abundancia de ali-mentos en el plato y la necesaria di-versidad en el menú. Todo alimento es válido y adecuado al paladar ruso, siempre que permita una per-fecta sintonía con las condiciones de su clima, los requerimientos nutricionales y energéticos, y la disponibilidad de recursos alimenti-cios.

Pocas cocinas del mundo presentan tanta amplitud de entremeses a base de

hortalizas, pescado, papa, embutidos y ahumados. A propósito, la palabra rusa zakuski (entremeses) se emplea con profusión en la cocina internacional. Particularmente con mucha frecuencia se utiliza la col, de la cual se elaboran entremeses, rellenos para pasteles, platos horneados, en salsa, col re-llena y sopas.

Asimismo las sopas juegan un papel preponderante en el menú ruso, algunas como el borch, la salianka y el rassolnik resultan indispensables en la confor-mación de este menú. Lugar especial ocupan las sopas frías de kvas (bebida fermentada a base de pan) como la okroshka y otras cuyo ingrediente básico es el jugo de remolacha (svekolnik y bot-vinia).

Para la cocina rusa son caracterís-ticos los platos a base de subproductos-

hígado, lengua y riñones, así como la utilización de los condimentos y especias como perejil, eneldo, cebo-lla, ajo, apio, rábano silvestre y mos-taza. Rusia siempre fue famosa por sus panes. Los diferentes pirogi, piro-zhki, kulebiaki, rasstegai, kalachi y blini son conocidos en todo el mundo como los horneados tradicionales rusos. Con gran relevancia se introdujeron dos ingredientes claves: el tomate y la papa; sin ellos sería impensable hoy en día preparar los platos rusos.

En Cuba la cocina rusa llegó a través del restaurante Moscú, que en la década de los ochenta era muy frecuentado por los habaneros, que gustaban de probar una buena salianka y un shahlik (bro-cheta de carne). Hoy como proyecto culinario cultural abrió sus puertas el restaurante Nazdarovie, que con maes-tría reproduce los sabores de esta por-tentosa cocina.

Finalmente, la cocina rusa sigue transformándose buscando una estili-zación y modernidad, con la seguridad de seguir ganando partidarios dado su arraigo, capacidad de adaptación y asombroso diseño. Es una cocina cince-lada por manos experimentadas y mile-narias.

Nota: Agradecemos la colaboración del profesor y chef Vasili Tserej para la con-fección de este artículo. CM

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