editorial - associació de mestres rosa sensat · 2018. 12. 15. · con la loe sabemos que la...

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    Educar de 0 a 6 años Finlandia Infancia 3

    Escuela 0-3 Tan sencillo, tan especial Javier I. Arnal, Nagore Sagarduy 7Materiales y recursos: La transparencia Montserrat Nicolàs 9Lo que me enseñaron los niños y niñas en aquella ocasión Concha Gaztelu 10Espacio amable: Detrás de la cortina Montse Riu 15

    Escuela 3-6 La educación con minorías gitanas M.ª Rosario Fernández 16Buenas ideas: ¡A la rica masa en la mesa! (I) Juan Pedro Martínez 21Guiños de guiñol Mari Cruz Gómez 22Mi cepillo de dientes Julia Moiche 25¿Alguna vez te has preguntado...? 27De la ficha... a la realidad: La imagen gráfica de un animal Soledat Sans 28

    Infancia y sociedad infans en la Modernidad Leni Vieira Dornelles 30La acogida. Cómo se vive la experiencia Ana Rodríguez 39

    Informaciones 42

    Libros al alcance de los niños 47

    Biblioteca 47sumario

    Con la LOE sabemos que la Educación Infantil re-cupera la consideración educativa en toda la prime-ra etapa del nuevo Sistema Educativo desde el na-cimiento hasta los seis años. Nosotros desearíamosque también recuperara la identidad propia, la co-herencia necesaria para la educación de los niños yniñas de 0 a 6 años. Que reconociera a los maestroscomo únicos profesionales para la etapa 0-6, y quelas Consejerías de Educación fueran las únicas res-ponsables de planificar la oferta y de controlar laeducación de 0 a 6 años.

    De acuerdo con la memoria económica queacompaña la LOE, en la Ley de PresupuestosGenerales del Estado para 2006 debe constar porprimera vez en la historia la partida presupuestariacorrespondiente, que debe permitir hacer realidadel sueño de la educación infantil: una partida de39.619.013 euros, para crear 16.508 nuevas plazasde educación -se supone que públicas, o al menoscon financiación pública- para los niños y niñas de0 a 3 años de todo el Estado.

    Una cantidad que es a la vez poco y mucho.Poco, para poder hacer frente al déficit generadodurante demasiadas décadas de abandono; tambiénpoco, si esta cifra se compara con los millones deeuros destinados a subvencionar el 3-6 privado; pe-ro mucho, si se toma en consideración que hastaahora era nada.

    Pero hace falta estar alerta para que los gobier-nos autónomos o los ayuntamientos no tengan latentación de congelar o de disminuir sus corres-pondientes partidas presupuestarias, enmascarán-dolas con la aportación del Estado, que es de2.400 euros, por niño y año. Alerta para que lasConsejerías de Educación ejerzan su responsabi-lidad en educación infantil, para que el incremen-to de la oferta no se abandone, o no se transfieraal mercado a través de las denominadas externali-zaciones, que se muestran como la peor de lasprivatizaciones, y que, de manera encubierta,están emergiendo e invadiendo la realidad educa-tiva del país.

    Alerta puesto que la experiencia refuerza aque-llo que se conocía teóricamente: las leyes son im-portantes, pero, en educación sobre todo, se ha-cen realidad con las políticas, y muy especialmen-te con las ideas y la acción de los maestros, quecada día están en relación con los niños.

    Por lo tanto, ambas leyes pueden contribuir arecuperar la esperanza y la dignidad que poco apoco la educación de los más pequeños ha perdi-do. Por eso es por lo que es preciso estar alertapara que la esperanza constituya una realidad dig-na para los niños.

    Las familias y los profesionales han de estar,más que nunca, alerta, y ejercer el control que to-da sociedad democrática tiene el derecho y la res-ponsabilidad de ejercer, puesto que por primeravez es posible acabar con la falsa dicotomía sobresi es prioritaria la cantidad o la calidad. Ahora esposible que toda la oferta de educación infantil de0 a 6 años sea de calidad.

    Así pues es preciso estar alerta.

    Ahora es el momento

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    La escuela

    ese lugar. . .

    Sobre el artículo «Viajes, sueños y ensueños»(Infancia, número 95,páginas 34-38)

    A propósito del artículo «Mirar no es lo mismo que ver»(Infancia, número 95,páginas 3-10)

    Hay artículos que de repente te despiertan a la reflexión y/o tetransportan a la escuela soñada, a la que siempre debería ser, a laque se vive a través de sueños o se sueña a través de vivencias.

    La escuela, ese lugar donde rescatar inquietudes silenciosas, don-de ayudar a decir lo que uno siente, lo que uno piensa, lo que unosueña.

    Una escuela que toma conciencia de la importancia y protagonis-mo de lo oral como herramienta valiosísima y fundamental para lacomunicación.

    La voz como primer instrumento, con sus modulaciones, sus si-lencios, sus cambios de ritmo, en definitiva, con la magia que en-vuelve historias contadas, miradas de emoción...

    Una escuela en la que «MIRAR no es lo mismo que VER», dondela imagen no es sólo un complemento de lo oral o del texto escri-to, sino un lenguaje en sí misma, un medio para expresar viven-cias, sueños, emociones y dar rienda suelta a la imaginación.Donde se valoran procesos y no sólo resultados.

    Abrir espacios al arte es abrir la mente a diferentes visiones e in-terpretaciones de la realidad, respetando al otro, valorando al otro,disfrutando del otro.

    La escuela que crea y recrea, que ofrece y requiere, que toma yque da.

    Una escuela humana, con sentido, que atiende y espera, que setoma su tiempo y disfruta en el camino.

    Que mira con «ojos de niño» y escucha con una gran «orejaverde».

    Opiniones de lectura desde

    Castilla-La Mancha

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    Finlandia

    «Finlandia, la tierra delos sami, es hoy un paísmoderno, con un altonivel tecnológico, queaparece continuamen-te en los medios de comunicación como uno delos países más avanzados del mundo. Pudimosconocer un país que piensa y actúa al servicio desus ciudadanos, un país modesto, amable, pláci-do. Con una placidez que se refleja en el paisaje,en el trato, en la manera de concebir los centrospara la infancia, tanto en su estructura y organi-zación, como en su arquitectura y su pedagogía.»

    Ésta era una descripción que se hacía deFinlandia, el año 2002, después de un viaje deestudio para conocer la realidad de la educacióninfantil de aquel país escandinavo.

    Ahora, cuando los resultados académicos obte-nidos por los niños y jóvenes fineses en el infor-me PISA hace que sea interesante informar de loque en aquel viaje de estudio se pudo conocersobre la educación infantil, de la cual no se hablaen el informe y que posiblemente alguna relacióndeba tener con lo que se está convirtiendo en unmito para muchos gobiernos que se proponen

    entrar a «competir»para conseguir unosresultados como los deFinlandia. Pero desdenuestro punto de vista,

    lo hacen con unos principios y unos métodos queestán muy lejos, casi en las antípodas, de los quelos gobiernos y la sociedad finesa aplican.

    Independientemente de la opinión que se pue-da tener de un instrumento de evaluación comoel utilizado en el PISA, la simplificación de lainformación hace el tema aún más preocupante.De Finlandia, sólo se habla de unos resultados,pero, estos resultados no se acompañan de unanálisis riguroso de su historia pedagógica, edu-cativa y escolar, de su tradición democrática, desu estado del bienestar, de su prioridad educati-va, que tanto se puede medir con el porcentajede PIB que se le dedica, como de la manera enque se ha sido capaz de articular un sistema total-mente descentralizado de gestión de las escuelas,una gestión pedagógica y democrática.

    Todo cuanto allí pudimos ver, escuchar y deba-tir, es la antítesis de lo que los medios de comu-nicación, nuestros gobiernos y la mayoría de

    actores sociales proponen para nuestro país. Convoluntad de aportar información sobre el mitofinés, consideremos que precisamente ahora losdatos y las impresiones del viaje pueden ser deinterés. Como un elemento para generar debatesobre nuestra realidad y lo que se está propo-niendo hacer con la educación de los niños yniñas de 0 a 6 años en España.

    Algunos datos significativos del año 2002

    En Finlandia, como en los otros países escan-dinavos, los centros de educación infantil sonpara los niños de 0 a 7 años. La escuela obliga-toria comienza a los 7 años, por lo tanto un añomás tarde que en nuestro país, con todo cuantoeso significa en aquellas latitudes, sobre losaprendizajes.

    En Finlandia, al igual que en los otros paísesescandinavos, la educación desde la escuela infan-til hasta a lo largo de toda la vida, es competen-cia de los ayuntamientos. Una competencia siem-pre acompañada de los recursos correspondien-tes, con unos presupuestos transparentes yconocidos por todo el mundo.

    InfanciaEn el año 2002, la revista Infancia realizó unviaje de estudio a Finladia, para conocer sobreel terreno la realidad de la educación infantilen aquel país. Estas páginas son una síntesissobre lo observado y las reflexiones y debatessuscitados a raíz de la visita.

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    En las dos ciudades visitadas, Tampere yHelsinki, como en todas las ciudades y pueblosde Finlandia, los centros de educación infantiltenían unos parámetros comunes, lo que nos per-mitió identificar la armonía y la coherencia delconjunto del país:

    Oferta y demanda: La oferta de centros infantileses suficiente para atender toda la demanda. Lasfamilias que desean una plaza por sus hijos venatendida en pocas semanas su demanda.

    La proporción de pequeños escolarizados enambas ciudades se sitúa en torno al 65%. Un por-centaje que varía en función de la edad y que res-ponde a las proporciones siguientes: de 6 a 7años, un 94%; de 3 a 6 años, un 81%, y menoresde 3 años, un 20%.Tipos de centros o espacios: En las dos ciudades visi-tadas, la oferta de centros o espacios seguía losparámetros siguientes de acuerdo con las necesi-dades de su población: El 90% de los centrosinfantiles están abiertos 12 horas, de 6 de lamañana a 6 de la tarde, una oferta horaria que

    cubre las necesidades de la mayoría de familias.En estos centros, la mayoría de los pequeñosestán entre 6 y 9 horas diarias.

    Un 10% de centros o espacios infantiles res-ponden a necesidades menos comunes:

    Centros abiertos 24 horas, que atienden lasnecesidades de las familias cuyos horarios detrabajo son de turnos largos, como por ejem-plo los que tienen que navegar. La organiza-ción de estos centros en Helsinki era muy fle-xible para facilitar que las familias pudiesenestar con sus hijos todo el tiempo que estabanen tierra; en general los pequeños estaban dosdías en el centro y los otros con su familia.

    Centros que acogen a los niños y niñas de 2 a7 años durante 4 horas a la semana. Para niñosque no van a otros centros.

    Centros o espacios al aire libre. Son parquesen los que hay pedagogos que acogen demanera informal a los niños menores de 7años, que pueden ir a jugar unos ratos al día,acompañados de sus padres u otros familiares.A estos espacios, también pueden ir a jugar,después del horario escolar y en periodos devacaciones, los mayores de 7 años sin la com-pañía de un familiar.

    Coste y cuota: El coste de la atención educativade un pequeño entre 0 y 7 años en los centrosfineses de horario extenso era de 7.500 euros alaño y la cuota que pagan las familias, de 200euros al mes.

    En ningún caso se diferencia entre la cuota yel coste de la comida y de la educación, el coste yla cuota eran considerados como un servicio

    educativo completo en todas las vertientes de laactividad del día.

    Profesionales: Los profesionales de todo tipo decentros para menores de 7 años son pedagogos.Los pedagogos tienen una formación de tresaños y medio y su horario de trabajo semanal esde 40 horas, de las cuales dedican 35 a estar conlos niños y 5 para reuniones y formación.

    Organización de los grupos: Los grupos eran hete-rogéneos, los de los pequeños son de 12 niñosde 8 meses a 3 años, los mayores son de 21 niñosde 3 a 7 años. El hecho de organizar los gruposcon edades diversas responde a dos criterios bási-cos: el de saber que los niños aprenden entreellos, y más si sus edades son diversas, y el hechode respetar en las escuelas infantiles que los her-manos puedan estar juntos.

    Número de niños por pedagogo: Hay 1 pedagogo paracada 4 niños en el grupo de los pequeños, y paracada 7 niños en el grupo de los mayores. En cadagrupo hay 3 pedagogos.

    Pedagogía de ayer y de hoy: Las pedagogas deTampere decían sentirse herederas de Dewey, deMacarenko, de Pestalozzi, de Vigotsky, y queahora se identificaban con Malaguzzi. EnHelsinki hablaron de Montessori, Pestalozzi yHoslainer.

    A la pregunta de «¿qué pensáis que podría defi-nir vuestra pedagogía actual?», respondían: el tra-bajar con pequeños grupos de niños, el poderescuchar lo que los niños y niñas dicen, el poderdescubrir su pensamiento, el cómo aprenden los

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    unos de los otros, y que por ello los grupos esta-ban formados por niños y niñas de diferentesedades. Una respuesta coherente con todo cuan-to se podía observar de su acción educativa.

    El teatro, las artes plásticas, los deportes y lamúsica eran importantes en la vida de los cen-tros, donde pianos, otros instrumentos y orde-nadores compartían espacios físicos y tempora-les. Unos y otros perfectamente equipados y uti-lizados, la tradición y la innovación seentretejían en una realidad actual y viva en lacual los pequeños y los adultos se sentían inte-resados por lo que se hacía.

    Espacios y equipamiento: Si bien cada centro eradiferente, en todos ellos los espacios exterioreseran como cuatro o cinco veces más grandes quelos interiores.

    En el interior se respiraba un ambiente acoge-dor y funcional: el recibidor estaba equipado contodos los utensilios para limpiar los zapatos ysecar la ropa. Mostraban el pragmatismo la fun-cionalidad y a la vez la manera de vivir entre eldentro y el fuera como un todo. Cada grupo tenía

    unos espacios propiosdonde comer, dormiry, sobre todo, jugar.En todos los centroshabía espacios com-partidos o comunes,para actividades con-cretas: cocinas a laaltura de los pequeñospara aprender a coci-nar, talleres de carpin-tería, espacios pensa-

    dos para jugar con agua, y en la mayoría de cen-tros había unos espacios a los que no podíamosacceder los adultos.

    Más allá de las diferencias en el diseño arqui-tectónico y el equipamiento que le confería per-sonalidad, como visitantes se podía sentir queen los centros infantiles fineses había unaatmósfera común, tal vez eran las cortinas, o loscolores de los sofás, o las mesas de diferentesmedidas, que hacían que todo el mundo,pequeños y mayores se sintiesen cómodos. Eraevidente que los espacios y el equipamientoeran coherentes con la pedagogía.

    Ocho parámetros que permiten comprender sumanera de garantizar la calidad, la coherencia dela oferta educativa para estas edades. Una cohe-rencia que en ningún caso significa uniformidad,más bien al contrario: sobre ella, o en base a ella,la autonomía de cada centro, que también se unelemento de la calidad, permite descubrir lo quede particular y de personal se puede encontraren cada uno de ellos. Una personalidad que le daentidad propia, la apropiación cualitativa de un

    espacio colectivo, de todos, aquél en el cual sepuede encontrar la vieja planta que hace años quecrece a la escuela, y que cada año florece, o elpequeño recorte de diario del día anterior pega-do en un plafón que provoca la conversación ala hora del café...

    Algunas impresiones y comentarios sobre lasvisitas a los centros

    Un pequeño grupo de maestras se preguntabapor qué en los diferentes centros que habíamosvisitado en las ciudades de Tampere y Helsinkihabía tan pocos váteres. Y en torno al comenta-rio se iniciaba una nueva conversación sobre loque se había visto, y así se encadenaban observa-ciones, reflexiones, comparaciones, ideas... y conellas se abrían nuevos interrogantes y se comen-zaba a construir una idea de conjunto.

    Tres váteres y una sola mesa de cambio sonequipamiento más que suficiente para los gruposheterogéneos de edad, en la medida en que estaactividad cotidiana la realizan los niños y niñasde parvulario cuando tienen necesidad y tienenla posibilidad de elegir su taza preferida, comoen el cuento de ricitos de oro, están: la pequeña,la grande con un agujero pequeño, la grande conun taburete para ancanzar, todas las tazas de vátercon separadores y puertas... ¿Acaso para respetarla intimidad? ¿Acaso para que los pequeños pue-dan elegir en una cuestión tan personal? ¿Acasopara poder decidir en una cuestión en aparienciatan poco trascendente? Pero que les da la posibi-lidad de decidir muchas veces al día. Tal vez elser considerado y respetado en cuestiones tanelementales, tan cotidianas puede favorecer en

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    los pequeños el sentimiento de competencia, deautoestima. Tal vez una cuestión tan aparente-mente simple puede contribuir a que el país seaadmirado por su progreso.

    En el camino de retorno, una maestra comen-taba (y podías ver en su mirada la satisfacción deestar haciendo una lectura de la realidad que jus-to se acababa de visitar): «¿Te has dado cuentade que en los jardines de los centros fineses quehemos visitado había pocos árboles? Una lecturaque a la vez iniciaba la comprensión y la inter-pretación de un contexto tan diferente al nuestroy con ello un debate, que permitió al grupo irmás allá sobre aquellos jardines de grandesdimensiones, pensados y diseñados para que lospequeños pudiesen encontrar diferentes posibili-dades de juegos, de descubrimientos y escondri-jos, que, como nos hacía observar la maestra,tenían pocos árboles y todos ellos eran de hojacaduca, posiblemente para recoger todo el sol yla luz que mucho tiempo son escasos en aquelpaís. Y abrir nuevos interrogantes sobre nuestrasrealidades, para cuestionar y cuestionarse.

    Uno de los centros que se visitamos era nue-vo de trinca y los pequeños nos esperaban en elporche cantando una canción. Estaba situadoen un barrio nuevo y en pleno crecimiento,muchas calles aún no estaban asfaltadas, habíaviviendas cercanas a la escuela que justo acaba-ban de ser habitadas y la escuela ya daba vida albarrio. Una manera diferente de planificar elterritorio, de articular la vida de un nuevo barrio,el centro para los niños y niñas era el núcleo, elcentro neurálgico, la prioridad.

    Una maestra joven preguntaba al oído «¿cómopodré explicar y hacer comprender a las familias

    y a los compañeros de mi escuela que en ningúncentro hemos visto ni números, ni letras, que nin-guna actividad se proponía que ningún niño leye-se?» Lo hacía al oído porque en el grupo nadiehabía sacado el tema a relucir y en aquel contextola pregunta podía parecer fuera de lugar, inoportu-na. Cuando realmente era fundamental para poderestablecer lo que separa los centros de educacióninfantil de toda Europa de los de nuestro país.

    ¿Quién se plantea en nuestro país hacer vida alaire libre con los niños y niñas de 0 a 6 años,cuando tenemos un clima tan extraordinario?¿Quién se plantea que los pequeños puedan ele-gir? Tanto si se elige sobre un váter, una mesa,una silla o un grupo de compañeros? ¿Quién seplantea qué debe de significar elegir? ¿Quién sepropone escuchar a los niños, como métodopedagógico de nuestro siglo? ¿Quién se atreve adar la batalla y a decir que a leer, a escribir y acontar los niños aprenderán en la escuela prima-ria? ¿Quién se plantea que el éxito personal oacadémico no pasa por avanzar determinadosaprendizajes instrumentales, que sólo seránimportantes y darán resultados positivos si se hapermitido a los niños ser niños, gozar de suniñez, sentirse respetados y alentados en sus des-cubrimientos sobre el mundo y han sentido aco-gida y estimulada su curiosidad hacia él y por lotanto pueden mantener su interés por aprender.

    El viaje de estudio del 2002 a Finlandia, fue elnúmero 21, de los que cada año se organiza des-de Infancia, y ha sido el tercer país escandinavoque se ha visitado, que se ha tenido la oportuni-dad de conocer directamente con una lecturacolectiva que siempre permite ir más allá, en lamedida en que sobre lo que estamos viendo,escuchando, tocando, sintiendo y pensando se vaintercalando lo que piensan y dicen los otrossobre aquella misma realidad.

    En un proceso poliédrico, de una riqueza yun matiz difíciles de explicar, en la medida enque contiene una gran diversidad de maticespersonales, históricos y territoriales de los quecada es portador, desde Castilla-La Mancha aEuskadi, pasando por Madrid, Menorca,Granada y Cataluña.

    Como todos los viajes de estudio, el de 2002permitió la lectura colectiva de una realidad ytodo ello contribuyó en algunas personas a rom-per esquemas; en otras, a dar seguridad y a plan-tearse nuevos interrogantes, a hablar, a cotejar, adiscutir, a construir, a imaginar de nuevo.

    Era un viaje en el que íbamos preparados para elfrío, pero pasamos calor; los días largos y calurososnos permitieron además ver cómo el gris de las finasramas de los abedules, el árbol de su artesanía y desu diseño, día tras día pasaba del amarillo al verde(casi sentimos el despertar de la primavera). n

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    Tan senci l lo , tan especia l

    Lo que a continuacióndetallamos es fruto dela observación de ungrupo de veinte niñasy niños de 2 añosdurante una sesión depsicomotricidad, en unambiente cuidado,cierto, pero no conmás detalle que cualquier otra práctica psicomotriz de las muchas que sellevan a cabo a lo largo del curso. De cualquier modo, las características deestas sesiones, con gran inclinación hacia el juego libre y un papel pocoparticipativo de los maestros (en cuanto a acción se refiere), permiten unaobservación más pausada y concienzuda.

    La sesión

    Después de haber desvestido a los niños y niñas buscando una mayorcomodidad en sus movimientos y amplitud en sus sensaciones físicas, ytras haber recordado las normas básicas de comportamiento en la sala,niñas y niños se hablaban inmersos en una actividad de juego y movimien-to libre. Disponían de suelo blanco y menos blando, texturas y densidadesdiferentes sobre las que posar sus pies desnudos, desniveles, escaleras, ram-pas, material variado para el juego simbólico, alturas para saltar, espalderase, incluso, una pequeña cama elástica.

    Javier I. Arnal,Nagore Sagarduy

    No suele ser necesario preparar una actividadextraordinaria para que surja una situaciónespecial. En el ciclo 0-3 cualquier modo deaprendizaje, de relación entre niñas, niños, cual-quier pequeño jungando, aprendiendo o cons-truyendo, es en sí especial, diferente, merece-dor de nuestra atención y observación. En pocaspalabras, todo niño o niña en interacción con suentorno da forma a una actividad extraordinaria,a una situación especial.

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    Ellas y ellos corrían, saltaban, gritaban, hablaban, simbolizaban, y noso-tros, cómodamente sentados al margen de la acción, observábamos, charlá-bamos, comentábamos las jugadas.

    Ibai

    Y entonces ocurrió. Durante aproximadamente veinte minutos nuestraatención se centró en Ibai, pues en esta oportunidad jugaba de un mododiferente a la manera que habitualmente exhibía en las sesiones de psico-motricidad.

    Trataremos de poneros en antecedentes. Ibai es un apasionado de laacción, de los dobles casi mortales, del escalón más alto de las espalderas,de las carreras sin frenos e, incluso, de utilizar a sus compañeros comocolchón durante sus prácticas de caída libre.

    Extraño, muy extraño

    Pero ese día no. Ese día Ibai era otro Ibai, el mismo pero otro. Para noso-tros, un desconocido. Estaba quieto, observante, tenso. Seguía con la mira-da a sus habituales compañeros de juego, pero no compartía la acción conellos. Extraño, muy extraño. Después de su breve observación se dirigió aAritz, su amigo del alma, cómplice y amante de sus mismas aficiones. Lesiguió de cerca durante unos instantes, sin hablar, con los brazos en cruz ollevándose las manos a la cara al ver las arriesgadas evoluciones de aquel alque él llama «el pequeñito» (por su estatura, obviamente).

    ¡¡Alicate!!

    E Ibai no tardó en poner palabras a sus observaciones, ni fuerza y entona-ción a sus palabras; palabras dulces, sí, pero no por ello faltas de energía.«Aritz, cariño, no subas tan alto, las espalderas no son seguras. No corrastan rápido. Cuidado, vida, vas a tropezar con la colchoneta. Te resbalarásen la rampa. Te vas a hacer daño, alicate, te vas a hacer daño, ¡¡ALICATE!!»Nos miramos y sonreímos. Ahí estaba la clave: ¡¡ALICATE!! Así le llama sumadre (la de Ibai) cuando empieza a estar cansada y nerviosa ante el «arries-gado» modo de jugar de su hijo.

    Cuidando a su amigo del alma

    La elección no había sido tomada al tuntún. Ibai estaba cuidando a su ami-go del alma, al «pequeñito». Sufría por aquello que le pudiera pasar, le seguía,le observaba de cerca y ponía gestos y palabras a cada voltereta, a cada sal-to, a cada pirueta. Su tono de voz era firme y su discurso entrelazaba frasesexplicativas y de mandato, y viendo que «el pequeñito» no atendía a susconsejos, se malhumoraba, lanzaba aspavientos, posaba sus manos sobre lacintura y, sobre todo, gritaba: «¡para ya, alicate!»

    El «alicate» había encontrado otro «alicate» a quien cuidar. Quería prote-gerle, sufría por él, si no ¿de qué otro modo se puede entender que se diri-giera al «pequeñito» utilizando sólo calificativos dulces y cariñosos? (Cariño,amor, vida y, por supuesto, alicate). Ibai mezclaba voces de mando convocabulario cariñoso, decíamos antes. No están reñidos. No siempre.

    ¿Simbolizaba?

    ¿Simbolizaba? ¿Adaptaba el rol de madre, de su madre? Tal vez sí, tal vezno. Tal vez iba más allá y no necesitaba simbolizar. De lo que estamos segu-ros es de que era él, Ibai, y no otro. Eran sus comportamientos y sus senti-mientos, no los de otro.

    Sermoneando

    Veinte minutos. Todo un mundo. «El pequeñito» se tranquilizó, Ibai tam-bién. Cambiaron de juego. «Ahora serás mi hijo. Estás cansado y necesitasdormir.» Le arropó y le dio un beso mientras le sermoneaba y recordaba lotravieso que había sido un rato antes. Y nosotros observando, gozando,riendo. Por cierto, Ibai no se dirigió al adulto en ningún momento.

    Tan sencillo. Tan especial

    Pasó una semana y regresamos a la sala de psicomotricidad. Estábamosexpectantes. Nada. Todo volvió a suceder del mismo modo que dos,tres, cuatro, cinco semanas atrás. ¡Casi nada!

    Tan sencillo, tan especial. n

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    La t ransparencia

    La transparencia es una característica visual quepresentan aquellos objetos y materiales de la vidacotidiana de color o incoloros que dejan pasarla luz, de forma que podemos ver a través suyo.

    Para provocar la mirada de los niños y niñas,favorecer el conocimiento de los colores y el len-guaje referido a las características visuales quepresentan los objetos, podemos ofrecer variedadde materiales, como por ejemplo:

    Los acetatos. Los papeles de celofán. Los filtros. El agua teñida con pigmentos alimentarios. Las pompas de jabón. Los objetos encontrados o comprados: vidrio,

    metacrilato, plástico Los objetos de reciclaje doméstico: cajitas, tarri-

    tos, botellas

    Jugar, descubrir y ver a través de estos materiales,combinándolos, interponiéndolos o superponién-dolos entre ellos tengan o no color, es atractivopara que los pequeños se den cuenta de queaquello que miran, ven y tocan es transparente.

    Al igual que ocurre con las pinturas que ofrece-mos en el espacio del taller para que los niños des-cubran los colores a partir de la mezcla de los pig-mentos, los acetatos, los papeles de celofán y losfiltros al ser transparentes, son materiales espe-cialmente estimulantes para hacer mezclas y paradescubrir cómo aparecen nuevos colores cuando lossuperponemos uno encima de otro. Así, por ejem-plo, del amarillo y el azul resulta el verde, del amari-llo y el magenta resulta el naranja y del azul y elmagenta resulta el lila.

    Además de la transparencia, quizá la mayor curio-sidad que estos materiales provocan en los niños esque proyectan sombras de colores si el material es

    de color, o sombras blancas si el material es inco-loro al entrar en contacto con la luz natural o artifi-cial. La fuente de luz para que esto sea posible pue-de ser a partir de exponer los materiales a la luz solar,pero también iluminándolos con la luz artificial.

    Una atractiva actividad que podemos hacer en elespacio de taller con los mayores de la escuela, apartir de los acetatos y los papeles de celofán, escomponer encima de una superficie también trans-parente unos vitrales a modo de collage, los cualesinstalaremos siempre que sea posible a la alturavisual de los niños en la zona más soleada de lasventanas de la clase.

    Estas actividades proporcionan un gran goce creati-vo, compositivo y expresivo, y los vitrales a modo decollage, un apunte de belleza estética en el ambiente,con el cual, además de captar los colores transparen-tes, se pueden percibir las proyecciones de las som-bras de colores cuando la luz del sol las atraviesa. n

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    Lo que me enseñaronlos niños y niñas en aquel la ocasión

    Este trabajo se llevó acabo en Mendillorri,una de las EscuelasInfantiles 0-3 Muni-cipales de Pamplona,durante el curso2004-2005. Surgió alcomienzo del mismoen el grupo de mayo-res, con 32 partici-pantes de edadescomprendidas entrelos 28 y 34 meses. Endicho grupo trabaja-mos, conjuntamente,dos educadoras a jor-nada completa y unaa media jornada.

    Todo empezó po-co antes de las vacacionesde Navidad. Aquel día disponíamos del taller yhabíamos pensado plantear una propuesta dearcilla a un grupito de cinco niños.

    Idoia invitó a su mamá a pasar la mañana en laescuela y, como tenemos costumbre en estas oca-

    siones, las dos acudie-ron a la sesión de taller.Cuando llegaron medisponía a preparar lapropuesta, así que lespedí que me acom-pañaran. Invertimosen ello un tiempo con-siderable y, cuandotodo estaba ya dis-puesto, Idoia me mirómuy seria con expre-sión un poco preocu-pada y me dijo: «Yoquiero pintar».De haberlo sabidoantes habría planteadootra oferta más acorde

    con sus intereses, pero en esos momentos ya noera posible, así que le pregunté si podía pintarcon la arcilla y, si para ello, necesitaba algo más.

    Un poco desconcertada, se limitó a buscarunos pinceles en la estantería. Le ofrecí tambiénbrochas, rodillos, esponjas, cepillos

    Colocamos unas cartulinas en los caballetes y,sin llamar su atención, situé unos vasitos de aguaen la base de los mismos. Le propuse ir a buscara los otros niños previstos para acudir a la sesión(en total 5) y plantearles nuestra pregunta:«¿Podemos pintar con arcilla?».

    Informado el grupo de los intereses de Idoiay el problema planteado, lancé la sugerencia debuscar una solución.

    Entramos en el taller y cada uno centró suatención en el aspecto que más le interesó decuantos ofertaba la propuesta, coincidiendo ono con mi sugerencia. De entre todo lo ocurri-do quiero resaltar lo siguiente:

    Idoia mantuvo su interés y preocupación porencontrar una solución, una forma de realizaralgo que sabía era posible (seguramente ya lohabía experimentado antes), pero no encontrabala forma de efectuarlo. Pasaba el pincel por elbarro una y otra vez llevándolo, a continuación,a la cartulina del caballete sin conseguir ningunahuella (la arcilla estaba un poco seca).

    Después de varios intentos, por casualidad, unpedacito pequeño de barro se quedó enredado

    Concha GazteluNo cabe duda de que la escuela es un lugar deaprendizaje, pero un lugar de aprendizajes varia-dos, complejos, en todas direcciones, múltiples yprotagonizados por cada una de las personas queconviven en la comunidad escolar. Cierto es queaquellos que se plantean en la escuela se centranen torno a los pequeños, pero no son los únicosque se fraguan en este medio. Igualmente docen-tes y familias aumentamos nuestros conocimien-tos, nos enriquecemos con la relación, el diálogo,la escucha, la confrontación, las aportaciones, etc.,que intercambiamos con otras personas, pero tam-bién lo hacemos con «esas lecciones magistrales»que nos brindan los niños y las niñas cuando nosdejamos impregnar de su hacer, de su proceder,de su cultura En esta ocasión quiero centrarmeen ese aspecto y en lo que me enseñaron los«peques» el curso pasado durante el desarrollo deun proyecto en torno a la arcilla.

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    en los pelitos del pincel; probó en la cartulina yseguía sin pintar, pero se fijó en el vasito deagua y solucionó el problema: mojó el pincel quetodavía albergaba el trocito de arcilla y comen-zaron a aparecer los trazos.

    A partir de aquí agua, barro, pincel y cartulinase alternaban continuamente para configurar supintura.

    Ane, desconcertada, se interesó por el proble-ma y optó por observar el proceso de su amigasin perder detalle, con interés, con paciencia, sinprisas. Le dejó hacer hasta que aparecieron los tra-zos. Hizo suyo el proceso y la estrategia que lebrindó Idoia. La llevó a la práctica con una bro-cha (herramienta más adecuada para su propósi-to) hasta cubrir por completo una cartulina.Después, colocó trocitos de arcilla superpuestos,pegados, consiguiendo una pintura con un ciertorelieve y ofreciendo así su aportación personal.

    Ekaitz, por su parte, pasó un tiempo obser-vando la situación, recorriendo el espacio, apa-rentemente sin centrarse en ningún aspecto enuna actitud que yo interpreté, de desinteresada,descentrada y dispersa.

    Me sorprendió cuando con la rapidez que lecaracterizaba, cogió un trozo de arcilla, lo mojóen el vasito y comenzó a hacer trazos en la car-tulina directamente con el barro.

    Lo que yo taché inicialmente de dispersión,¿no podría deberse a la rapidez de sus procesosy mis dificultades para seguirlos?

    Al terminar la sesión valoro:

    La individualidad de cada niño o niña y su for-ma personal de dar respuesta a un mismo pro-blema.

    La capacidad para adaptar y adoptar las ideasde los otros, experimentarlas, asumirlas, enri-quecerlas y dejarlas a disposición de quien lasquiera recoger.

    Mis dificultades para comprender y seguir losprocesos de los pequeños y pequeñas, juzgán-doles con precipitación y, en muchas ocasio-nes, inadecuadamente.

    Éstos son, al menos, tres aspectos que, continua-mente, nos ponen de manifiesto los niños y lasniñas y que, sin embargo, siempre parecen nuevospor los matices, por los contextos y por la defor-mación adulta que tiende a menospreciarles, sien-do necesario reencontrarles una y otra vez.

    Con estos tres recordatorios, a la vuelta devacaciones, en enero, pensé en hacer extensivanuestra pregunta a todo el grupo y embarcarnosen un proyecto que se prolongó en el tiempo.

    Partimos de los siguientes supuestos:

    Centro la solución en la necesidad de mezclarel barro con agua para conseguir el trazo (meplanteo una posibilidad única). Presupongo

    que las niñas y niños mojarán la herramienta(pincel, brocha, rodillo, incluso, quizás, elbarro directamente en agua), lo pasarán porla arcilla y realizarán trazos en la cartulina.

    Los pequeños se ofrecen y comparten losaprendizajes. Por ello, si en cada sesión junta-mos quien ya conoce la estrategia con quienacude por primera vez, entiendo que se irántransmitiendo unos a otros la solución encadena (pienso en un proceso lineal).

    Me pregunto sobre las formas y maneras tantode descubrir las estrategias como de trasmitírse-las entre ellos.

    Planifico el proyecto teniendo en cuenta:

    Las sesiones se realizarán en el taller Efectuaremos una o dos sesiones semanales

    según la disponibilidad del espacio. Los grupos serán de 5 niños/niñas, de los que 2

    ya habrán experimentado la solución en sesio-nes anteriores y 3 acudirán por primera vez.

    En cada sesión asistirá el padre/madre dealguno de los participantes (de esta formadaremos respuesta a su interés por pasar eldía en la escuela).

    Los adultos asistentes serán el padre/madre,una educadora y la alumna de prácticas duran-te el tiempo que dure su estancia.

    El desarrollo de cada sesión determinará elplanteamiento de la siguiente.

    Además del material que ofrece la propuesta,podrán disponer (como es habitual) de aque-llos que recogen las estanterías del taller (pla-tos, vasos, rodillos de amasar, diversos mate-riales de reciclaje, etc.).

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    Las observaciones girarán en torno a los supues-tos de partida y sus variables y matizaciones.

    Se documentará con fotografías. Al terminar se expondrá el proyecto a las

    familias de la clase en una reunión

    Así comenzamos a plantear la segunda sesión conIdoia y Ane (que ya habían encontrado y experi-mentado la forma de pintar con la arcilla) y otrostres compañeras/compañeros que no habían vivi-do la propuesta. Me llevé una sorpresa inesperadacuando las dos niñas que repetían se quedarondesorientadas (al igual que los otros), confundidas,sin saber qué hacer, mirando los materiales con elpincel en la mano, pasándolo por la cartulina, aun-que sabían de antemano que no pintaba. Bastóuna pequeña insinuación, un gesto indicando elagua, por parte del papá que nos acompañaba enesta ocasión, para recordar el proceso del día ante-rior y comenzar a pintar. Pero esta sugerencia lesirvió de la misma forma a Ion que, al mismotiempo, se dispuso a experimentar con placer.

    Yo, pienso en un aprendizaje lineal y unidimen-sional cuando continuamente nos demuestran quetienen, también como nosotros, idas y venidas,olvidos y recuerdos, alternancias en diferentescontextos, interferencias y complementos...

    Pero una y otra vez hace falta que me recuer-den que su naturaleza es compleja.

    En la misma sesión Aitor pasó una buena par-te de su tiempo bastante confundido, intentandoencontrar una forma de pintar sin éxito, hastaque decidió meterme en su problema y, trasmojar el pincel una y otra vez en el agua pasán-dolo por la cartulina, a continuación un pocoenfadado, me dijo: «este pintador no pinta».

    Le sugiero pedir ayuda a las otras niñas. Ane eIdoia se brindan, se acercan, observan sus inten-tos, esperan, le dan tiempo con sumo respeto y,por fin, tras meter en el agua unos pinceles car-gados de arcilla, realizan unos trazos, pocos, sufi-cientes para abrirle un camino que inmediata-mente se lanza a experimentar.

    En la sesión siguiente fue Aitor uno de losniños que repitió y demostró tener muy presen-te su proceso del día anterior. Al contrario quela mayoría de sus compañeros y compañerasque volvían a mostrarse desorientados, él desdeel principio, y percatado del desconcierto de losotros, les hacía sugerencias en el mismo climade respeto que se las habían hecho a él.

    Otro aspecto que me desbarataron fue el rela-tivo a la simplicidad de mis planteamientos encuanto a la mezcla de un poquito de agua y unapizca de arcilla mediante un pincel para obteneruna pintura.

    Me centraré ahora en el proceso de Iker, puesél comenzó a mostrarme mi equivocación y unade mis limitaciones.

    Iker, en su primera sesión, consiguió algún tra-zo con un buril (herramienta rígida), pero centrósu interés en mezclar barro y agua, primero tími-damente en el vasito del caballete y luego sincontención en las planchas de arcilla que habíasobre la mesa, utilizando tanto las manos comotodo tipo de herramientas.

    A medida que iba adentrándose en su indaga-ción, iba aumentando también el placer y laemoción provocada por las múltiples sensacio-nes que entraña esta situación, este proceder confrecuencia prohibido: deshacer poco a poco laarcilla con el agua hasta convertirla en un puré

    más o menos líquido que se escurre, se estrujacon las manos y se escurre entre los dedos, sediluye, se extiende, se pega, lo impregna todo, locubre, lo esconde, lo mancha, lo pinta

    La primera impresión me llevó a pensar quemi sugerencia no le había interesado y quehabía preferido indagar en otros campos, peropronto me di cuenta de mi error: si para pin-tar hace falta agua y arcilla, es necesario cono-cer las características de la mezcla y la formamás adecuada es experimentarlo, tanto mejorsi acompaña el entusiasmo. Dado su interés ysu necesidad de seguir investigando, se le ofre-ció la oportunidad de acudir al taller en díassucesivos. Curiosamente retomaba la sesión enel punto donde la había dejado la vez anterior.Iker, con su aportación, nos permitió apreciary valorar con posterioridad actuaciones muy

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    interesantes de algunas niñas y niños que, deotra forma, habrían pasado inadvertidas.

    Me centraré ahora en las técnicas empleadas ylas obras producidas. Ya he planteado, en lossupuestos del proyecto, cuál era mi forma deresolver el problema, para mí, la única. Y tal vezpara ti que, de alguna forma, estás compartien-do nuestra experiencia: ¿tienes alguna respuestasimilar a la mía?, ¿quizás tienes varias?

    «Nuestro genios» me sorprendieron con almenos 12 formas de «pintar», de realizar repre-sentaciones plásticas sobre un plano. Doce téc-nicas distintas, con diversos matices algunas deellas, para plasmar sus trazos, sus formas y suscomposiciones. Las describo a continuación:

    1 Pintura sobre cartulina, con mezcla de barroy agua, mediante diferentes utensilios (bro-cha, pincel, rodillo, esponja, etc.)

    2 Trazos con barro en pizquitas, depositadossobre cartulina con herramientas rígidas(buriles, palitos, etc.).

    3 Trazos en cartulina realizados directamentecon trozos de barro mojado.

    4 Trazos con brocha o rodillo sobre las super-ficies cóncava y convexa de un plato.

    5 Grabados con utensilios rígidos sobre plan-chas de barro.

    6 Planchas de barro horadadas con utensiliosrígidos hasta dejar al descubierto la baseinferior sobre la que apoya, con o sin relievepor encima.

    7 Planchas de barro desgastadas con agua(aplicada con las manos o con utensilios),hasta que aparece la superficie inferior enmanchas más o menos veladas.

    Samuel González,2 años y 7 meses;y Leyre López, 2años y 9 meses.

    Imágenes deAlfredo Hoyuelos.

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    8 Trocitos de barro haciendo composicionessobre la superficie de la mesa (fondo claro).

    9 Trocitos de barro superpuestos en una car-tulina previamente pintada con la 1ª técnica.

    10Trocitos minúsculos que hacen composicio-nes sobre la superficie cilíndrica de un rodi-llo.

    11Planchas de barro que alternan elementosde la técnica 5 con trocitos superpuestos,combinando grabados, bajorrelieves y alto-rrelieves en composiciones de gran riquezay creatividad.

    12Trocitos de barro colocados en el fondo dela fregadera. Al abrir un poquito el grifo, elagua diluye la arcilla y crea una composicióncon puntos intensos de materia alrededorde los que se configuran zonas más o menosconcentradas de color a modo de veladurascon un cierto movimiento y un resultadoatractivo y estético.

    Una vez más las niñas y los niños nos ponende manifiesto su riqueza, su complejidad, sucreatividad, sus potencialidades frente a mislimitaciones. De nuevo, me demuestran estarpor encima de mis expectativas y, a veces, enotro lado, dándome una buena lección.

    Ahora que todo ha terminado, tengo la sen-sación de habernos divertido, disfrutado, tra-bajado, aprendido y crecido juntos (grandes ypequeños). Estos «compinches» de corta edad,me han brindado la oportunidad de acercarmey comprender un poquito más la naturaleza yla cultura de la infancia.

    Me inquieta, que cerrada en mis plantea-mientos, me pase por alto ese «niño rico» que

    tengo enfrente y pueda poner trabas a sucuriosidad y su desarrollo. Me tranquiliza, loque con frecuencia me demuestran: que apren-den a pesar del adulto. No obstante, éste nodebe ser el argumento para justificar cualquiertipo de planteamiento o intervención. Es nece-sario proporcionar no sólo los medios que encada momento considere adecuados para sudesarrollo, sino también hacerlo en un climade escucha, respeto y valoración. n

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    Me dieron un nuevo toque de atención cuan-do me recordaron la importancia que tuvopara los pequeños, que sus progenitores, com-partieran y valoraran con ellos este sector desus vidas: las experiencias en la escuela.

    En todos los casos, sin excepción, se apre-ció un sentimiento de entusiasmo y emociónpor parte de los niños y las niñas, cuyos padresy madres se acercaban a compartir un tiempocon ellos en la escuela. Cada uno lo manifestósegún su individualidad y entre todas quieroresaltar dos anécdotas que de alguna formacreo que recogen una parte importante delsentir colectivo:

    Enrique, un niño tranquilo, pausado, muyobservador. Interesado en la propuesta, per-maneció la primera sesión en un segundo pla-no, muy serio y poco expresivo, sin perdersenada de cuanto hacían, manipulaban y experi-mentaban los otros, parecía como si su activi-dad fuera más mental que física, más de obser-vación que de experimentación.

    En su segunda sesión le acompañaba sumamá y, la actitud cambió por completo: Lacara iluminada con una sonrisa continua y unaexpresión de entusiasmo.

    Físicamente activo, no paraba de manipu-lar, probar, experimentar, con una alegría inte-rior que le desbordaba y que le llevaba portodo el espacio dando saltitos y grititos sua-ves de regocijo.

    La madre, sorprendida, me dijo que no leconocía en esa actitud. Nunca se habíanencontrado antes en una situación similar.

    La mamá de Irati me comentaba cómo, a raízde esta vivencia con su hija, había aumentadoel campo de comunicación entre ambas.Ahora la niña le contaba y compartía aspec-tos que antes no mencionaba y que ella des-conocía. Me decía que posiblemente no loscontaba porque Irati pensaría que no eranimportantes para la madre o quizás no losentendería.

    Su visita a la escuela les había acercado.

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    Un espacio para escondernos,pero no del todo...

    Un espacio para estar solo,pero no del todo...

    Un espacio para mirar,pero no del todo...

    Un espacio para guardar sorpresas,pero no del todo...

    Un espacio para ser pequeño,pero no del todo...

    Un espacio para encontrar y disfrutar¡del todo! n

    Montse Riu

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    La educac ión con

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    «Todos somosiguales ante la ley,sin que pueda pre-valecer discrimi-nación alguna porrazón de raza,etnia, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.»«Todos tienen derecho a la educación: La educación tendrá por objeto el plenodesarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticosde convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.»

    (Artículos 14 y 27 de la Constitución Española»)

    El marco donde se ha desarrollado la acción educativa es una escuelapública de un barrio de Valladolid, dividido por la vía del tren, pues lapoblación es distinta en ambos lados, siendo una de ellas (donde estáubicada la escuela) la más envejecida, de menos recursos económicos yde realojo de minorías étnicas.

    Es un centro con una unidad de educación infantil. que agrupa lostres niveles. Los niños y niñas, en su totalidad, son de etnia gitana, y sellevan a cabo, tanto en el grupo como en el centro, Proyectos y Planesde Mejora para compensar las desigualdades y garantizar las mínimas con-diciones para un buen proceso de enseñanza-aprendizaje y educaciónintegral, atendiendo al carácter personal de la educación para poderadaptarse a los diferentes ritmos de aprendizaje.

    Adecuación del Proceso de Enseñanza-Aprendizaje

    Dado que es un único grupo de educación infantil y que hay niños yniñas que o no han estado escolarizados o con asistencia mínima enniveles anteriores, desde principio del curso se hace una adecuación,organizando las Unidades Didácticas correspondientes de forma globa-lizada y común, elaboradas de acuerdo a su realidad. Ejemplo: La fami-lia es abordada desde una óptica distinta a la nuestra, su realidad es defamilia extensa, dando la misma importancia a los padres, hermanos,como a los abuelos, tíos, primos, cuñados...

    El material se copia y se da a los pequeños, así como el resto de los recur-sos, todo ello con el fin de favorecer la escolarización y que el material nosea un impedimento para la asistencia a la escuela. Nos parece importanteeste aspecto, ya que nuestra acción educativa es dar respuesta adecuada a lasnecesidades específicas de cada uno mediante una acción individualizadoray de atención a la diversidad. Desterremos de una vez el prejuicio existenteen la sociedad de que «a esta clase de población se les da todo y además seles paga por llevar a los hijos a la escuela» (como es habitual oír entre ciuda-danos). Sabemos que esto no es así, es hacer realidad el principio de igual-dad de oportunidades y que la asistencia social se hace para cualquier ciuda-dano en unas mismas condiciones de precariedad económica.

    Se da prioridad al desarrollo en el lenguaje oral. Se trata de priorizar unaprendizaje fundamental, valioso y necesario para el desarrollo integral,

    M.ª Rosario FernándezEl trabajo con familias gitanas en esta escuelapública de Valladolid supone unas actitudes decompromiso con los niños y niñas y sus fami-lias, para favorecer una cultura de la vida, ple-na, digna, una cultura de encuentro, una cultu-ra de las personas...

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    aceptación, actuación e inserción social. Debido a su entorno socio-cultu-ral, existe un déficit en este campo tanto en su vocabulario como en elabo-ración de frases y por supuesto en el seguimiento en una conversación.Tenemos que facilitar y potenciar sus habilidades de expresión y comunica-ción. La Asamblea y el cuento son fundamentales para fomentar esa accióncomunicativa tanto para conseguir la expresión de sus emociones, senti-mientos, necesidades, etc. como para habituarse a la utilización de habilida-des de interacción social: saludar, despedirse, dar las gracias, pedir perdón...

    Con este tipo de situaciones comunicativas, unas planificadas y otrasespontáneas, se crean las pautas para su expresividad, comunicación ycomprensión, enriqueciendo no solo su lenguaje oral, sino todo lo queéste conlleva. Veamos algún ejemplo típico de su entorno («Me da lache»o «Tengo lache»: Me da vergüenza), frases que yo tengo en cuenta paracomprender su comunicación oral.

    La familia gitana.Importancia y valoración de los padres gitanos en la escuela

    Nuestra acción educativa debe ser en colaboración con la familia.Partiendo de esta premisa, desde el primer momento de entrada delniño o la niña a la escuela, intentamos establecer lazos de comunica-ción y colaboración con ellos.

    El «Periodo de Adaptación» se establece con la propia familia, de acuer-do a sus necesidades. Hay una «concertación» para los periodos de perma-nencia del niño/niña, y padre-madre.

    Esta estrategia no sólo se aplica en el primer nivel, sino con todos losque se incorporan por primera vez al centro.

    Este primer «acercamiento» de los niñosy niñas y padres a la escuela, esclave, ya que en él han de percibir que este entorno escolar es un lugardonde a su hijo/hija se le va a querer y cuidar, dándoles la oportunidad deestablecer una relación humana de confianza, afecto, valorando toda apor-tación que nos hagan de sus hijos.

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    Comunicación.Desarrollo dellenguaje oral:Situaciónespontánea.

    Cuento: Lectura de imágenes.

    Actitud deayuda y

    colaboración.

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    «La Entrevista Personal» tiene la finalidad de un conocimiento mutuo,que conozcan el ámbito escolar, recogida de datos relevantes sobre elpequeño, que me ayuden a un mejor y pronto conocimiento. En este pri-mer encuentro se les propone la participación en la actividad «Desayunoen la Escuela», para el niño y la disponibilidad de la familia a colaborar.

    En la entrevista se propone un horario escalonado de horas y días parala incorporación del pequeño al centro. Esta propuesta es «pactada», paraasegurar su asistencia diaria, y se puede modificar según sus necesidades,adquiriendo el compromiso de una respuesta positiva en beneficio de lospequeños.

    A lo largo del este Periodo de Adaptación se va revisando, con la propiafamilia, el horario escalonado y se van concertando periodos más largosde permanencia según la evolución del niño/niña y su propia responsabi-lidad, de manera que una mayoría de los pequeños (y familias) presentanuna buena adaptación al medio escolar.

    Hay que procurar derribar esa barrera que los padres gitanos tienensobre la escuela: «no es para nosotros, no se nos quiere», con un acer-camiento continuo, valorando todo el trabajo que hacen sus hijos (auto-estima personal), sus logros, y sobre todo, que la valoración del trabajoy afectividad de las familias hacia sus hijos les despierte un alto gradode autoestima, esencial para seguir adelante y en estrecha colaboracióncon la escuela.

    Este acercamiento, comunicación con la familia se establece de manerainformal en las entradas/salidas, cuya finalidad principal es crear lazos derelación humana, de confianza, para una buena relación familia-escuela,que repercuta positivamente en la asistencia diaria de sus hijos.

    También en las entrevistas personales, para darles a conocer la evolu-ción de sus hijos en clave de «discriminación positiva», y en las reunionesgenerales, cuya finalidad es darles a conocer mi tarea educativa con sushijos e hijas, los objetivos a conseguir y la fase concreta en el proceso deEnseñanza-Aprendizaje, con sus logros, dificultades y conflictos, si loshubiera (como en cualquier reunión de padres), para favorecer, potenciarsu colaboración en el desarrollo del pequeño.

    Se deben de llevar a cabo acciones, tanto en el grupo como en el centro,que hagan posible esa colaboración y participación e ir potenciando unespacio, un lugar como padres en el centro.

    Es contar con la propia familia, trabajar de forma conjunta, es aceptarsu medio y por lo tanto el del pequeño en sí mismo para una colaboraciónmutua con voluntad de concertación y entendimiento.

    Y valorar a los pequeños, sus logros, para una estimación de la escuelacomo fuente de conocimiento, éxito escolar y desarrollo personal y social.

    Repercusiones positivas:

    En los niños: Desarrollo de las Capacidades propias de esta etapa de infantil. Un nuevo medio de Socialización, en edades tempranas, distinto al

    núcleo familiar fuerte. Continuidad del plano afectivo (fuera del ámbito familiar) que les hace

    estar alegres-contentos con un buen clima para el proceso deEnseñanza-Aprendizaje.

    Ver la Escuela con su asistencia como un medio natural a esta edad,con sus logros y sus dificultades.

    Preparación para el desarrollo en las etapas posteriores.

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    Entrevista personal: evolución del propio pequeño.

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    En las Familias: Mayor concienciación de la necesidad de la escolarización de sus hijos

    en edades tempranas Mayor implicación de que esta escolarización sea «real», la asistencia va

    siendo, cada vez, más «normalizada». Actitud positiva hacia la escuela: como lugar donde acuden sus hijos y

    donde colaboran y participan en el desarrollo de la vida del centro.

    «Se va despertando al sentimiento de que en la escuela se nos va querien-do, nuestros hijos van contentos y aprenden.» (Como algunasmadres/familias nos transmiten.)

    Proyecto de centro de «salud»: práctica de hábitos saludables:desayuno en la escuela

    Partimos de algo indiscutible como es conseguir una buena salud en losniños iniciando las medidas necesarias desde edades tan tempranas yaque ello nos conlleva a aspectos relacionados con el bienestar personaly social, aceptación, actuación e inserción social.

    Esto nos ha llevado, a las maestras al análisis sobre «Compensacionesa realizar en materia de alimentación e higiene-cuidado corporal»,poniendo en marcha el proyecto de desayuno en la escuela, con la tripleintencionalidad de:

    Desarrollo del Eje Transversal sobre la salud. Minimizar el «Absentismo Escolar» de todos los niños. Entrada de las familias gitanas al centro, colaborando y participando en

    este proyecto.

    Siendo esta actuación educativa una medida de gran ayuda para com-pensar las desigualdades de partida, enuncio a grandes rasgos, cómo selleva a cabo esta actividad.

    Desayuno Escolar

    Se hace un primer sondeo de cuántos pequeños se apuntarán a la actividad ycuántas madres están dispuestas a colaborar y participar, valorando su res-ponsabilidad en cursos anteriores. Posteriormente se recogen datos de todaslas familias participantes y se organiza la actividad, tanto para los pequeños,como para los maestros y madres, teniendo en cuenta la disponibilidad de lasmadres de días y horas, para una mayor eficacia en su participación.

    Media hora antes del horario escolar, se desarrolla dicha actividad conlos niños y niñas que se han apuntado al desayuno. Son los propios maes-tros quienes llevan a cabo dicha actividad. Contamos con la ayuda de dis-tintas «instituciones» que nos aportan recursos materiales. Como recursoshumanos están los maestros, los propios niñosy niñas y sus familias.

    No solo incluye el Proyecto, la alimentación, sino un plan de higiene yaseo personal, después del desayuno, para una valoración del aspecto cui-dado y aseado de la persona, creando hábitos para su cuidado fuera delámbito escolar, tarea que se realiza, en los servicios del centro, antes deentrar para el desarrollo de la jornada Escolar.

    Una vez, los niños comienzan la jornada escolar, el turno de madresdesarrolla su actividad en el comedor del desayuno.

    Todo esto está suponiendo:

    Para los niños y niñas: Prevención en materia de alimentación, nutrición, higiene... como fun-

    damental para el desarrollo de su actividad escolar y por lo tanto parasus aprendizajes.

    Asistencia más continuada de los niños.

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    Creación de hábitos, comportamientos y conductas de vida saludable:participación en el grupo, aceptando y respetando las normas estableci-das para el buen funcionamiento, ayudando y colaborando en ello.

    Evitar estereotipos prefijados: participación de todos en la organizaciónpara un desarrollo armónico, sin tratamientos de sexos, más pronuncia-dos en su entorno familiar.

    Medio de Socialización: desarrollando habilidades de interacción socialy compartiendo los recursos.

    Para el centro: Mejorar y rentabilizar los recursos materiales y humanos que den res-

    puesta a las necesidades educativas del centro para compensar las desi-gualdades existentes.

    Elaboración de material didáctico relacionado con este Eje Transversal,que se va incorporando a la programación del cada grupo.

    Trabajo en Equipo de los maestros.

    Para las familias: Participación en el Proyecto colaborando en la limpieza y colocación

    de los utensilios del desayuno. Esto está suponiendo: Grupos de convivencia entre ellas. Sentido de pertenencia al centro, cercanía. Sentido de responsabilidad. Valoración de la escuela. Respuesta positiva para otras actividades del centro y del grupo.

    El trabajar aquí supone unas actitudes de compromiso con los niños y niñasy sus familias para favorecer una cultura de la vida, plena, digna, una cultu-ra de encuentro, una cultura de personas, una cultura del afecto que es ellenguaje universal.

    Enseñar es, para mí, algo más que impartir profesionalmente los conte-nidos programados, es acercarme al otro con una metodología de la valo-ración, de la exigencia y sobre todo afecto.

    Si veo cambios en las actitudes de la familia gitana, también es necesarioun cambio de actitud en el profesional, pues el encuentro en el caminoserá antes y la meta conjunta. Apuesto por la esperanza en la educación de

    la comunidad gitana, sabiendo que el reto no es de hoy para mañana, perosí un mañana con más luces que sombras.

    Siguiendo a José Eugenio Alcalde Abajo, a modo de conclusión:

    Se ha dicho muchas veces que la formación escolar debe ser algoprioritario y que constituye la base de la inserción social y una condi-ción especial para que la marginación no se perpetúe .Si realmente esta-mos convencidos de ello, es preciso poner todo nuestro empeño parallevarlo a la práctica y que dé sus frutos Pero no solo debe movernosuna perspectiva de futuro: el que los niños y niñas gitanos se sientancompetentes y valorados hoy en la escuela no es algo menos importan-te en este compromiso. n

    Bibliografía

    ABAJO Alcalde, José Eugenio (1997): Escolarización de los niños gitanos, Madrid: Ministeriode Trabajo y Asuntos Sociales.

    : «La afectividad , clave pedagógica, y apuesta social», Cuadernos de Pedagogía, 273, octubre1998, pp. 80-87.

    : «Escolarización de niños de minorías étnicas e interculturalismo. Logros, insatisfac-ciones y esperanzas», Boletín de la Asociación de Enseñantes con gitanos, 14 y 15, 1998,pp. 77-86.

    BORRULL, Ricardo: «Las familias gitanas tienen miedo de que sus hijos se apayen», EscuelaEspañola, 3578 (474 ), 1 mayo 2003, p.10

    CARMONA, A y HEREDIA, J. (1994): «Cultura gitana y cambio social», Diálogo gitano, 79,pp. 12-15.

    LASA, Begoña (2002): «La escolarización, una realidad creciente entre las familias gita-nas», Aula de Infantil, 9, pp. 34-36.

    SANTOS, C. (1998): «El largo camino de aprender en una sociedad heterogénea, diver-sa y socialmente desigual», Boletín de la Asociación de Enseñantes con gitanos, 14 y 15,pp. 87-93.

    V.V.A.A. (1996): «La cultura gitana en el Currículo de Infantil y Primaria», Unidad deProgramas de Educación de la Dirección Provincial de Educación de Salamanca.Autoras: Santos Asensí, Carmen; Dela torre Sánchez, M.ª Teresa; GallegoOrtega,Encarna; García Hernández, Marisa; Carpio Cristeto, M.ª Luisa.

    L.O.G.S.E. : Capítulo V.Constitución Española: Artículos 14 y 27.

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    ¡A la r ica masa en la mesa! ( I )

    Masas de harina, saly variantes

    Ingredientes

    1 medida de harinafina

    ½ medida de sal agua templada

    Modo preparación

    Mezclar harina y sal, eir añadiendo el aguapoco a poco hastaconseguir una masaque no se pegue en lasmanos.

    Variantes

    Añadir un poco de aceite o margarina para darle mayor suavidad. Añadir témperas o mejor pigmentos naturales para dar color. Añadir un poco de cola de empapelar o cola blanca para que al secar se

    endurezca y se cuartee menos. Añadir esencias olorosas para perfumar la masa.

    Masas de arcilla

    La arcilla es el elemento por excelencia de las masas, por sus posibilida-des de intervención, experimentación y manipulación. Nos proporcio-na además, esa unión con el elemento tierra tan arraigada con nuestrosorígenes y evolución.

    Después de intervenir con las distintos tipos de arcilla de que poda-mos disponer (roja, blanca, negra...) y con sus distintas posibilidades detexturas, también podemos trabajar sobre la arcilla seca: grabando,tallando y, sobre todo, rallando.

    Cuando se nos queda hecha un bloque duro y seco, es muy fácilrayarla, con los niños y niñas a partir de los 3 años, utilizando rayado-res no muy finos y con recipiente recogedor, y crear desde pinturas dearcilla en distintas tonalidades con la ayuda de pigmentos, hasta nuevasmasas jugando de nuevo con la cantidad de líquido y las texturas con-seguidas.

    Si añadimos cola blanca o de empapelar, conseguimos nuevas textu-ras y posibilidades a la hora del secado y acabado exterior.

    Juan Pedro Martínez SorianoEscuela Infantil Belén

    Patronato Municipal de Educación Infantil de Granada

    Juan Pedro MartínezEl placer de amasar, de sentir texturas, deintervenir sobre la forma, es una de las cons-tantes en todas las edades de la infancia. Lasorpresa de dejar la huella de una acción, lacontinuidad o unión de la materia, la repeti-ción de un efecto-causa y el dominio de la cre-ación en los distintos planos espaciales sonavances que construyen al propio niño y niñaa partir de su intervención sobre distintosmateriales. Mezclar elementos y propiedades,diluir sustancias en líquidos, graduar estadosde la materia, conlleva la comprensión de con-ceptos y leyes físicas, de cantidades matemá-ticas y de elecciones estéticas. Taller, rincón,proyecto de investigación, actividad delpatio... en cualquier formato podemos traba-jar con estos elementos y casi siempre con-tarán con una gran motivación e implicaciónde nuestros «fieras». Os propongo algunas delas masas y «potingues» que han cuajado conmayor éxito en nuestra escuela.

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    Guiños de guiñol

    ¡Plas, plas, plas!Aplausos y sonrisasdespués de nuestraobra de guiñol y, derepente, la frase de alguien al aire:

    ¿ Y si nos fabricamos nosotros un teatro paracontar historias?

    Y una oreja atenta que la capta al vuelo y la con-vierte en un interrogante general:

    ¿Qué os parece la idea de hacernos un teatrocada uno, un teatro propio para contar las histo-rias que queramos?Siiiiiiiiiií.... ¿pero cómo se hace?

    Nuestro proyecto de trabajo estaba servido enbandeja de plata: el guiñol nos había hecho suprimer guiño.

    A partir de ese momento y en los días quesiguieron, nos dedicamos a ver las posibilidadesque nos ofrecía la fabricación de un teatrillo.

    Lo primero:

    ¿Uno para todos ocada uno quiere elsuyo?Yo uno, yo el mío, yo

    otro... era previsible.¿Cómo lo hacemos?, ¿con qué?, ¿de quétamaño?

    Se aportaban varias ideas y soluciones, hastaque finalmente llegamos a una sencilla, cómo-da, fácil de transportar y manejable: Una caja.

    Vale, se lo diremos a mamá y papá en una notapara que nos ayuden a buscar cajas y las iremostrayendo a la escuela.

    Trajeron cajas de todos los tamaños y mode-los y el trabajo de selección ya era interesantepor sí solo:

    Ésta no, no ves que es muy pequeña y nopodrás hacer teatro.Una tan grande tampoco, no la puedes llevartú sola, es enorme.

    Finalmente fuimos seleccionando untamaño que nos permitiese moverlas con faci-lidad, llevarlas, traerlas, un verdadero guiñolportátil que nos daría la oportunidad de «trans-portar» historias a cualquier lugar.

    Ahora había que comenzar a fabricar ydecorar nuestros teatros, para ello hicimos untaller al que trajimos muchos materiales:

    pinturas pinceles botones de todo tipo pastas variadas

    (macarrones,lazos, pitufos,letras...)

    lanas tapones papeles de

    colores cuerdas pegatinas corchos palillos...

    Mari Cruz GómezEn el CRA (Colegio Rural Agrupado) LosAlmendros, de Pozo Lorente, Albacete, lamaestra y los niños y niñas de 3, 4 y 5 añosconstruyen sus propios teatrillos para asípoder contar historias.

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    Los clasificamos y colocamos en cajitas.

    Los botones más grandes en esta caja y lospequeños en esta otra.¿Y si los guardamos por colores?No porque hay de muchos colores y haypocos de cada color.Es verdad, es mejor los grandes y lospequeños.Los macarrones por un lado, los lazos porotro, los espaguetis...Aquí palillos y aquí lentejas.Hay espaguetis rotos y otros enteros, ¿losponemos en dos cajas?

    Decisiones autónomas que nos permiten ver elproceso que siguen los niños y niñas y cómo lle-gan a sus propias conclusiones razonadas y expli-cadas. Entender el motivo de tales o cuales deci-siones, es tan sencillo como preguntarles por quéy estar dispuestos a escucharlo.

    Pensamos en la forma de preparar la caja ydecidimos cortar una de las caras para accederpor ahí al interior y cortar un rectángulo bas-tante grande en otra de las caras que sirviesede ventana-escenario para asomar por ahínuestros muñecos.

    Luego cada uno pintó la caja con sus colo-res favoritos, toda del mismo color, cada carade un color, a rayas etc.

    ¿Y rosa? no hay rosa y yo quiero pintarlo derosa.

    ¡Ah! Las mezclas, que mágico e ideal momen-to para crearlas.

    Iba apareciendo ya una estupenda colecciónde teatros que progresivamente se fueron per-sonalizando y diferenciando del resto, con esesello personal que aporta a un grupo la rique-za individual.

    Después vinieron los materiales, la decoraciónexterior y comprobé la forma natural con queplasmaron preciosas seriaciones de objetos, gre-cas, simetrías, creaciones libres con una verda-dera exhibición de sentido estético.

    Contaban los botones, los palillos, losponían en montoncitos para decorar igual unlado que otro, miraban, remiraban, corregíanposiciones, gracias a ese pegamento de barraque afortunadamente dejaba deslizar los boto-nes pegados hacía un rato.

    Algunos trabajaron en parejas:

    Yo voy poniendo un botón rojo y tú unoazul, ¿vale?¿Hacemos dos filas de pitufos, con 5 pitufosen cada una?A mí me gusta más un macarrón, una lente-ja, un macarrón, una lenteja. Mira qué bonitoqueda.Pues yo pinto palillos de colores y ¡mira quétriángulos hago!

    En la decoración de los teatros no solo quedópatente la creatividad sino la aplicación práctica ycon sentido de tantos conceptos que en la escue-la nos empeñamos reiteradamente en sacar decontexto y aplicar como gotas aisladas, en formade ficha, fuera de momento y de lugar y sinningún valor ni significado.

    Crear contextos donde desarrollar verdaderassituaciones de aprendizaje significativo debieraser, por tanto, nuestra principal labor.

    También resultó que el teatro que tenemos ennuestro espacio tiene una cortinita que tapa a lapersona que maneja a los títeres y ellos tambiénquerían cortinita que les mantuviese ocultos, asíque, con papel pinocho de colores, cortaron dostrozos a la medida de sus respectivas ventanitas ylos pegaron por la parte superior y por el interiorde la caja. Desperdiciamos bastantes trozos, pero,es el precio de hacer las cosas por uno mismo:

    Anda qué pequeño, si no tapa el hueco.Me he pasado de grande, llega hasta abajo.¿Y si lo medimos con una regla?

    La verdad es que esos restos los guardamos enuna caja y luego nos sirven para mil cosas.

    Al mismo tiempo que las cajas se transforma-ban en teatros, corrían en paralelo otras necesi-dades para representar la función.

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    Detalles de teatrillos.

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    Contar historias requería un interesante traba-jo para el grupo:

    Leer, contar y escuchar muchos cuentos.También en casa.

    Seleccionar el que prefería cada uno. Inventar otros y escribirlos Adaptar el guión para ser contado por los per-

    sonajes en el teatrillo, diferenciando así clara-mente el papel de un narrador y de los diferen-tes personajes protagonistas.

    Ordenar secuencias, escenas y personajes Organizar y memorizar la historia que voy a

    contar a los demás. Dibujar los personajes y convertirlos en títe-

    res, sin olvidar ninguno de los que nos haránfalta en nuestra historia (recortándolos ypegándoles un palito detrás).

    Elegir los personajes implica un trabajo deidentificación de características que debenreflejarse en el dibujo y que nuevamente van aponer de manifiesto la necesidad de aplicar

    conceptos para laresolución de unasituación.

    Por ejemplo, si elcuento es «Las habi-chuelas mágicas»,jugarán con las pro-porciones para dibu-jar más grande al gigante que al niño, o en«Caperucita Roja» pintarán la ropa de la niñade ese color para identificar a la protagonista,en los «Tres Cerditos», habrá que dibujar 3 cer-ditos y 1 lobo, o 7 enanitos, o 7 cabritillos.

    Igualmente la escritura y narración de cuentosinventados o conocidos, la descripción de per-sonajes creados de la imaginación, son un balcónabierto a la expresión oral y escrita, al uso devocabulario preciso, al juego con el lenguaje, a lainvención de palabras.

    Un acto de creación con una finalidad excep-cional: contar a sus amigos, contar a su maestra,contar a su familia... contar.

    Nuestros teatros se iban terminando, las his-torias se iban perfilando, los personajes apa-recían ya con su nombre escrito por detrás, cadauno en una bandeja, con el nombre del cuentopegado en un cartel.

    Ca...Ca..., oye, Caperucita es con la Ca, comoCarmen, ¿verdad?Y lobo, como cuando escribimos el lobo delmural. Voy a mirarlo a ver.Mamá es facilísimo, como mi mamá.

    Ahí estaban amontonados y preparados parael día de la actuación, todos con su palito

    pegado por detrás con un trozo de celo, espe-rando la mano que les dé vida y les haga hablar.

    Y así, cada día, una historia llena de persona-jes y de ilusión esperaba su momento para sercontada, para ser escuchada y para ser aplaudida¡plas, plas, plas! n

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    Mi cepi l lo de d ientes

    En esos momentos,se pretendía comen-zar con el cepilladode dientes, pero lle-varlo a la práctica conniños y niñas tanpequeños que esta-ban iniciándose en la adquisición de hábitos resultaba más complicado.El relato de un cuento sobre el tema, o una charla de la tutora, ¿seríasuficiente para afianzar esta experiencia? Habría que probar. Los cuen-tos tienen un poder mágico en los niños y niñas en éstas, y en otras,edades. Entonces barajé todas estas posibilidades, busqué y busqué yno encontré libro que me satisficiese pero, a pesar de ello, no desistí.En el grupo comencé hablando de los dientes, de por qué estaban ahí,para qué servían

    Durante una reunión colectiva con las familias les comenté el objeti-vo a alcanzar con el cepillado de dientes, ante el cual todas estuvieronconformes y manifestaron sus deseos y compromiso de colaborar consus hijos e hijas. Es cierto, que muchos niños y niñas ya habían comen-zado este hábito en sus hogares, pero continuarlo, para algunos, o ini-ciarlo, para otros, en el ámbito escolar, fue una idea que entusiasmó alos padres y madres. Las familias propusieron que podrían tener todoscepillos similares para evitar discriminaciones, o que un mensajero lostrajese al centro...

    De este modo, recogí todas sus aportaciones, añadiendo, además, laidea de que esta práctica contuviese un carisma «científico» que refor-zara aún más el aprendizaje.

    En ese momento, una de las madres comentó que tenía un familiarque trabajaba como Protésico en una Clínica Dental en la que atendía aniñas y niños de estas edades, por lo que le consultaría si podía venir alcentro en calidad de formadora.

    La suerte estuvo de nuestro lado, la mamá agilizó los hilos y me puseen contacto con su familiar: Yurena. Le expliqué el objetivo que perse-guíamos y a su vez me comentó el trabajo que realizaba con los niños yniñas en consulta y el que desarrollaría en nuestro grupo; pues bien,concretamos fecha y hora, y a esperar... He de decir que tanto Yurenacomo Elena (compañera de trabajo) constituyeron la guinda del apren-dizaje, pues resultó muy atractivo para los niños y niñas.

    Llegó el día, Yurena y Elena llegaron al centro, dispusieron el espacioy esperaron a que los niños y niñas regresaran del recreo. Cuando llega-ron del patio encontraron a estas dos amigas vestidas con sus unifor-mes y con muchas cosas que habían traído colocadas sobre la mesa.Ambas se presentaron y los niños y niñas hicieron lo mismo.Preguntaron a los pequeños si sabían por qué estaban allí, y por quétenían tantas cositas en la mesa ninguno contestó en principio, perodespués fluyeron las preguntas.

    Preguntaron a los niños si sabían dónde estaban los dientes. Ellosinmediatamente los enseñaron e indicaron para qué servían: «para

    Julia MoicheLa aventura de cepillarse los dientes debecomenzar desde la más tierna infancia. De estamanera los niños y niñas irán interiorizando estehábito tan necesario y saludable para nuestrocuerpo. Esta experiencia se llevó a cabo conniños y niñas de tres años en el CEIP Aguadulceen Las Palmas de Gran Canaria y continúa supráctica en la actualidad.

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    comer». Si había que cepillárselos Ante este interrogante surgierondistintas opiniones: unos decían que sí, otros que no, otros no contes-taban y otros hacían el gesto.

    Las protésicos mostraron a los niños y niñas con una dentadura gigan-te y con un cepillo también gigante cómo se tenían que cepillar los dien-tes: de arriba abajo, y no de un lado a otro Les dijeron que había queponer un poco de pasta dentífrica en el cepillo para lavarse los dientes,para que se quedaran bien limpitos y los bichitos que atacan a la bocano pudieran hacerlo; además, es necesario enjuagarse con agua, pero.¡sintragársela!. Además, mostraron a los pequeños unos dibujos de losbichos que atacan los dientes escenificando cómo se los comen poco apoco, y cómo los dientes se van estropeando desembocando en la caries.

    Los niños y niñas asentían con la cabeza y aportaban sus ideas: «yotengo un cepillo en mi casa», «yo me lavo los dientes en casa con mimadre», «yo tengo pasta»

    El siguiente paso fue comprobar las posibles caries de los niños yniñas. Elena y Yurena explicaron a los pequeños que iban a comprobara cada uno si tenían o no caries, es decir, si los bichitos que atacan losdientes se habían comido algún trocito. En principio se asustaron, no

    querían alguno se escondió detrás de su compañero. Pero Yurena fuemuy hábil y a la vez que los tranquilizaba y decía que no pasaba nada,que no dolía, escogió a una niña que ya había pasado por la misma situa-ción. La niña, unida a ella en parentesco, acudía a su consulta para susrevisiones bucales. Entonces la pequeña se sentó en la silla y se dejóhacer mientras los otros miraban atentos y curiosos. Preparó una espe-cie de dentadura de plástico a la que le echó un líquido de color rosa einmediatamente después lo introdujo en la boca de la niña. La pequeñacomentó: «¡qué rico, sabe a fresa..! En ese momento, los demás se fue-ron animando y alzaban la cabeza cada vez más para así ver muy decerca lo que sucedía.» ¿El siguiente?» preguntaron con una sonrisa, peroninguno quería salir, hasta que se animó un espontáneo y, poco a poco,todos querían salir y se agolparon sobre nuestras nuevas amigas. Losniños y niñas que ya lo habían hecho se reían al final y comentaban conlos demás lo rico que sabía.

    Tras cada exploración, las protésicos observaban el estado general dela dentadura de cada niño y niña para comentar conmigo las posiblesanomalías encontradas y sus repercusiones a largo plazo y, de ésta mane-ra, poder informar a las familias.

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    Cuando finalizaron las exploraciones nos sentamos y comentaronque harían unas preguntas a todos sobre lo que habíamos aprendido enese ratito, y los que las acertaran se llevarían un regalito: un kit de lim-pieza bucal.

    Las preguntas fueron sencillas: «¿tenemos que cepillarnos los dientesdespués de las comidas?», «¿tenemos que usar pasta de dientes en elcepillado?», «¿si no nos cepillamos los dientes se nos pueden picar?».

    Esta experiencia resultó gratificante y cercana, pues los niños y niñasdisfrutaron y participaron en su aprendizaje, aportando ideas sobre lascosas que conocían y sobre lo que habían aprendido.

    Los resultados del aprendizaje en los niños y niñas se aprecian a dia-rio, ellos mismos son los que lavan sus vasos y cepillos.

    Al principio, tras el desayuno de media mañana, se cepillaban todoslos dientes en el lavamanos que tenemos en nuestro espacio; poco apoco, a medida que el curso fue avanzando iban al baño común paralos niños y niñas de infantil, hasta que se convirtió en lo habitual.

    Hoy por hoy, desde el inicio de curso, en nuestra escuela, los niños yniñas de educación infantil directamente se cepillan los dientes en el«baño grande». n

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    ¿Por qué no se les deja entrar a los

    padres en las aulas?

    ¿Por qué la relación con padresproduce tanta tensión?

    ¿Por qué se siguen haciendofilas con los niños en las

    escuelas?

    ¿Por qué algunas maestrasconsideran que no esfunción suya o educativael cambio de muda?

    ¿Alguna vez te has preguntado...

    ?

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  • Pinta por dentro el cuerpo del

    león.

    Móntalo y llévatelo a casa.

    El arquitecto Francesc Miralles decía:

    «Cuando un niño dibuja, en el fondono está haciendo una creación plás-tica, sino que simplemente plasmalas cosas tal como las conoce y lassiente.»

    Este «conoce y siente» es lo que como

    maestros podemos hacer evidente con

    las creaciones plásticas, que serán todas

    diversas porque no hay dos personas

    por lo tanto dos niñas, dos niños que

    vean y sientan lo mismo.¿Qué estamos haciendo para que el

    niño conozca cuando le proporcionamosimágenes «infantilizadas» dibujadas poradultos? per la línia puó

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    de la ficha...

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    De la f icha.. . a la real idad

    La imagen gráf ica de un animalSoledat SansUna segunda propuesta, para seguir pensando en lo que

    les proponemos a los niños y niñas, y por qué lo hace-mos. Los animales, como todos los seres vivos, intere-san a los pequeños y, por eso, es importante que lesdemos la oportunidad de conocerlos, observarlos, repro-ducir gráficamente lo que se imaginan, la imagen men-tal que se hacen de los animales y lo que ven en ellos.

    ¿Qué espacio delibertad les otorgamosen este ejercicio a los

    niños y niñas?

    ¿Cuántos ejercicios depintar por dentro

    hacen a lo largo deldía?

    El trofeo que sellevarán a su casa,

    ¿responderá al estudiográfico

    de un león?

    Pinta libremente los espacios de la

    serpiente.

    Recórtala por la línea marcada.

    Dóblala en forma de zig-zag.

    Fichas

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    ...a la realidad

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    RecursosHemos escogido el recurso de la observación directa, realizando un dibujo antes y después de dicha observación.

    antes después

    Dib

    ujos

    de

    niña

    s y

    niño

    s de

    5 a

    7 a

    ños

    El niño es capazEl niño es capaz, descubre y piensa.

    Nuestra intervención en este proceso no puede ser superficial.

    No podemos simplificar a la hora de escoger, ni transmitirle imágenes insus-

    tanciales por el hecho de ser un niño. n

    antes después

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    infancia y sociedad

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    en la Modernidad

    La alteridad de lainfancia es algomuy radical: nadamás y nada menosque su absolutaheterogeneidad enrelación a nosotrosy a nuestro mundo,su absoluta dife-rencia. Y si la pre-sencia enigmáticade la infancia es lapresencia de algoradical e irreducti-blemente otro, de-berá ser pensadaen la medida conque siempre se nosescapa: en la medi-da que inquieta loque sabemos (e inquieta la soberbia de nuestravoluntad de saber), en la medida que impide aque-llo que podemos (y la arrogancia de nuestra volun-tad de poder) y en la medida que pone en tela dejuicio los lugares que construimos para ella (la pre-sunción de nuestra voluntad de abarcarla). Aquíradica el vértigo: en cómo la alteridad de la infan-cia nos conduce a una región en la que no gobier-nan las medidas