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Muy Ilustre y Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo

de la Caridad, Stmo. Cristo Yacente de la Paz y la Unidad y

Mª Stma. del Amor y Soledad.

Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen.Casa de Hermandad,

C/ Camilo José Cela, nº 10.Telf.: 951 26 02 88

www.yacentefuengirola.com

Dirección:Junta Rectora

Colaboradores:Rvdo. D. Damián Ramírez Lozano

Rvdo. D. Ramón Tejero DíezEsperanza Oña Sevilla

Manuel Díaz RuizRuben Benjumea Cobano

Javier Rosales HaroChris an Carrasco Sánchez

Miguel Moreno Puerta

Diseño y MaquetaciónRaúl Fernández Sánchez

EditorialCorren nuevos empos... A escasas 48 horas del inicio de la tan espe-rada Cuaresma para los cofrades, Su San dad, el Papa Benedicto XVI, sorprendía a todo el orbe católico al anunciar su renuncia “por falta de fuerzas”. Ésta se hizo efec va el pasado 28 de febrero. La decisión del hasta hace unos días Santo Padre, debe ser entendida como un acto de humildad. No se trata bajo ningún concepto de un fracaso para la Iglesia, como algunos tratan de presentarlo, sino todo lo con-trario, responde a un acto de Fe. Atrás quedan ocho años marcados por un ministerio que ha sido ejercido con extraordinaria sencillez, ilusión y calidad humana, y ello es mo vo más que jus fi cado para dar gracias a Dios.

Pero más pronto que tarde estará entre nosotros un nuevo sucesor de San Pedro. La tristeza se tornará entonces en alegría, de igual forma que la muerte del Señor dio paso a la Resurrección. Pronto estaremos celebrando la fi esta más importante que tenemos los cris- anos: la Pascua, la Pascua del Año de la Fe.

Nuestra Hermandad afronta este período con más ilusión que nunca, con energías renovadas y con las pilas cargadas. De nuevo se abrirán las puertas de nuestra Casa para ver salir al imponente Crucifi cado que expira Caridad, al Cristo Yacente que derrama Paz y Unidad, y a la Madre y Señora del Amor y Soledad. Un año más, llegará la hora de dar tes monio público como servidores de Cristo que somos o debemos ser.

Con algún que otro cambio, esta próxima e inminente Semana Santa incorporará varias novedades. Atendiendo a la pe ción manifesta-da por el Ministerio de Interior y el propio Obispado de Málaga, no celebraremos el acto de liberación del preso; también se cambiarán algunas calles del recorrido y hemos llevado a cabo algunas mejoras en nuestra Casa de Hermandad… Que los días que se avecinan su-pongan una buena oportunidad para la unión de todos los hermanos del Yacente, los de ahora y los de antes… Es hora de dejar atrás, de una vez por todas, ciertos episodios que no conducen ni conducirán a nada. Cristo está entre nosotros. Esto es lo que, de verdad, importa. Trabajemos también en comunión para vencer juntos esta crisis que padecemos y que se resiste a abandonarnos. Pensemos y ayudemos, dentro de nuestras posibilidades, a los que menos enen.

Que nuestros Sagrados Titulares nos ayuden a cumplir todos estos obje vos. La cuenta atrás ya ha comenzado. Llegó la hora de dar tes- monio por las calles de Fuengirola. Es Viernes Santo…

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En este nuevo ciclo para nuestra Hermandad, conocida popularmente como Hermandad del Stmo. Cristo Yacente de Ia Paz y la Unidad a la que pertene-cemos todos los Cofrades hermanos en la fe de Cristo. Desde el mes de Junio del pasado año y por Decreto de la Autoridad Eclesiás ca emi do por el Sr. Vicario General de la Diócesis de Malaga, se encuentra tutelada por una Jun-ta Rectora nombrada por dicha Autoridad, hasta que la misma determine la conveniencia de celebrar el Cabildo de elecciones, en virtud de la Regla 6ª del aludido Decreto. En ese instante dictara el oportuno decreto y como Cris anos y bajo la propia respon-sabilidad de cada uno, y en un examen de conciencia, todos los miembros que formamos la Hermandad, en Paz y Unidad, estamos obligados a cumplir los preceptos que emanan de la Iglesia Católica Apostólica de la que formamos parte indivisa, todo ello para mayor Gloria de Dios y dar así ejemplo de cofrades en Paz y Unidad a las futuras Juntas de Gobierno glorifi cando a nuestros sagrados tulares, con mención especial a nuestro sagrado tular en su advocación de Stmo. Cristo de la Paz y Unidad habiendo dado su vida terrenal por nuestra salvación. En este año tan especial para todos los cris anos, 2013, como nos pide la Santa Madre Iglesia, en que se celebra el año de Ia Fe, y con mayor grado de implicación los cofrades, sin excepción debemos de comprometernos de un modo y esfuerzo especial en la profundización de nuestra fe, viviéndola durante todo el año y de manera especial en esta cuaresma en torno a Jesús y su Madre para con ello encontrar el sen do de nuestra vidas.

La busqueda de la san dad encuentra el mejor cauce en la Virgen, madre de Jesús de Nazaret en su ad-vocación del Amor y Soledad, que intercede por nosotros para que olvidemos nuestro yo y dejemos a un lado el egoismo y mediocridad de nuestros caprichos, para dar paso a Ia siempre gra fi cante experiencia de la entrega a los demás en Paz y Unidad.

La fortaleza de toda ins tución cris ana que se precie, pasa por contar con un nutrido grupo humano con el que vivenciar nuestra fe en comunidad y con un mayor grado de implicación todos los miembros que formamos la Corporación, debiendo implicarnos todos los miembros -- sin excepción -- en nuestra próxima salida procesional y estación de penitencia, dando con ello una muestra pública de fe cris ana y lección de catequesis, en torno a nuestros Sagrados Titulares, crucifi xion y muerte de Jesús acompañado en su agonía, por el dolor de su madre Maria del Amor y Soledad.

José Perez GonzálezRector Hdad. Smto. Cristo Yacente

Carta del Rector

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La Muy Ilustre y Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Caridad, Santísimo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad y

María Santísima del Amor y Soledad

Consagrará

SOLEMNE TRIDUO A SUS SAGRADOS TITULARES

con el siguiente orden de cultos:

Jueves 14 de marzo: Eucaristía, 19:00 horasConsagrada a los hermanos difuntos de la Hermandad e

imposición de Medallas a los nuevos hermanos

Viernes 15 de marzo: Eucaristía, 19:00 horasConsagrada a los hermanos de la Cofradía

Sábado 16 de marzo: Eucaristía, 19:00 horasConsagrada a los familiares difuntos de los hermanos e

imposición de la Medalla a los nuevos hermanos

La Cátedra Sagrada la ostentará

RVDO. PADRE D. DAMIÁN RAMÍREZ LOZANO

Párroco del Carmen y Director Espiritual de la Hermandad

Cuaresma de 2013

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Quizás esta frase nos suene a cierta serie televisiva muy de moda en nuestros días… Pero más conviene que seriamente nos paremos y refl exionemos como Comunidad Cris ana en ciertas ac tudes y modos de ser que nos puede caracterizar a los cris a-nos y que están lejos de ser lo que Jesús realmente pretendió con su vida y mensaje…

El evangelio según san Lucas (4,31-37) nos dice textualmente:

En aquel empo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente.

Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»

Jesús le dijo: «¡Cierra la boca y sal!»

El demonio ró al hombre por erra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: «¿Qué ene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.»

No cias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

La palabra que da sen do a todo el conjunto es (AUTORIDAD). Una Autoridad (mal entendida por muchos y realmen-te vivida a la perfección por él) ya que tenía su fuente en la Palabra y en las Obras, es decir, que sen a lo que decía y hacía lo que decía.

Sus palabras y obras no “olían” a falso, hipocresía, o ganas de fi gurar, sino que, más bien sonaba a verdadero y digno de imitar con la vida.

No era extraño que la reacción de los que no vivían en la verdad fuera tan agresiva e hipócrita.

Por eso, hoy más que nunca, hace falta manifestar al mundo y a la sociedad y pueblo en el que vivimos la “CREDIBILIDAD” de la fe en Jesús, sobre todo en estos empos “revueltos”. Y manifestarlo, dejando cla-ro que siendo y actuando como él (desde la verdad y el amor) nuestra vida no tendrá nada que temer y será realmente autén ca y no falsa y vacía.

Lo dijo el papa en Friburgo y lo ates gua la historia reciente: “en la medida en que nos despojamos del poder mun-dano va creciendo en nosotros la autoridad interior espiritual”.

El Señor nos invita a ser sinceros, a que sea el corazón quien hable, a que no nos busquemos a nosotros mismos en lo que hacemos o decimos y a que sintamos que la Fe es capaz de cobrar fuerzas aún en empos revueltos… Y sencillamente porque le mueve el Amor a Aquél que por amor a la humanidad entregó su misma vida en la cruz por todos nosotros. Es eso, precisamente es lo que vamos a recordar estos días sagrados que se acercan: Semana Santa, Semana de Pasión, Semana de Fe…

Que este “Año de la Fe” convocado por el Papa sea para nosotros un es mulo para alcanzar todo esto como Jesús quiere y desea para todos.

Damian Ramírez LozanoDirector Espiritual Hdad. Smto. Cristo Yacente

“Vivir nuestra Fe en tiempos revueltos…”

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Expiras. Y Mueres.

Cristo agoniza en Fuengirola con el lamento de hombre en los labios, como si supiera lo que está dejando atrás. El de Fuengirola es un Dios cercano represen-tado con majestad divina pero con semblante humano.

Es el Dios que grita en el Gólgota de su existencia. Es el Cristo que mendiga en el altar de la Cruz el agua de mi entrega...TENGO SED... Sed de un Dios enamo-rado, Sed de un Dios encarnado que se entrega y que espera el agua de nuestra entrega, de nuestra ternura de nuestra vida.

Ese Cristo de la Caridad que hace que toda Fuengirola sea una nueva Cirene y que todo fuengiroleño quiera ser Simón, subir al Gólgota y llevar su cruz, aliviarle del peso de la muerte, lavar su rostro con el bio paño de unas lágrimas y sustentar con el robusto paso de su Fecada una de las tres caídas. Cae Dios tres veces y otras tantas le levanta Fuengirola. Pierde Dios sus ves- duras y Fuengirola le arropa desde el alma de España. Ora Dios sus penas y Fuengirola le acompaña en

su inmensa soledad. Muere el Dios de la Vida y toda Fuengirola se torna fría lápida para abrazar el inerte cuerpo, del Yacente, que creó al ardiente sol.

Fuengirola muere con go y con go mira al cielo en la hora nona, Fuengirola sangra tusangre y se corona de espinas, Fuengirola siente en sus pulsos el hierro de los clavos; Es Fuengirola quien ene sed, quien se siente abandonada, quien bebe el úl mo vinagre y quien recibe la lanzada.

Es Fuengirola quien quiere ser abrazo que cobije tu desnudez, es Fuengirola quien quiere ser entrega generosa, es Fuengirola quien necesita de tu Palabra Resucitada, es Fuengirola.....quien con-templando tu Cruz y tus ojos aprende a descubrirte en los otros “critos” que caminando en elocuente silencio gritan en las cruces de sus vidas ese tengo sed, que hoy y siempre tu pueblo de Fuengirola quiere saciar: Porque....

No me mueve, mi Dios, para quererteEl cielo que me enes prome do;

Ni me mueve el infi erno tan temidoPara dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verteClavado en esa cruz y escarnecido;

Muéveme el ver tu cuerpo tan herido;Muénveme tus afrentas y tu muerte.

Mirad el árbol de la Cruz

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Muéveme, al fi n, tu amor, y en tal maneraQue, aunque no hubiera cielo yo te amara,Y, aunque no hubiera infi erno te temiera.

No me enes que dar porque te quiera;Pues, aunque lo que espero no esperara,

Lo mismo que te quiero te quisiera.

Y se hará el silencio en nuestro pueblo. Y se escuchará el arder de la cera y el caminar peregrino, y el lamento oculto de los corazones afl igidos y... el recuerdo de aquellos que amamos y ... se nos han ido. Volveremos a soñar porque volveremos a callar. Y sólo hablará el Cristo silencioso con la celes al elo-cuencia de su mirada.

Y el Verbo en la Cruz Clavado nos muestra cómo el río de la gracia es capaz de apagar la iniquidad y cómo por su sangre redentora aumenta en nuestras almas la san dad, cómo su Cruz nos muestra el cielo y cómo aquel Varón pleno de dolor, se torna mediante la Cruz en Cristo libertador.

Cristo a Muerto... Lágrimas ene la Madre, Virgen del Amor y Soledad por su Dolor; dolor ene la muer-te, la muerte de mi Dios, Mi Virgen del Amor nos muestra su corazón; roto lo enes Señora, Par do por el Dolor... Virgen de la Soledad, Madre del Amor; angus a tengo de vivir; quiero aliviarte Señora, aliviarte en tu sufrir.

Madre, déjame estar junto a en tu dolor y experimentar la piedad de tu corazón dolorido con el sueño de ver transformado por tu dolor, el corazón de los hombres…

Rvdo. D. Ramón Tejero Díez Sacerdote

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Sin darnos apenas cuenta, sin que suponga el menor esfuerzo, llevamos en nuestro corazón una luz que siempre se man ene encendida. Es una luz especial y un tanto impaciente que se abre paso como un rayo de amor señalando la mañana del Do-mingo de Ramos. Así, un año tras otro hasta ahora.

Desde niña vengo experimentando lo mismo. Me iden fi qué pronto con un mun-do aparte dentro de este mundo co diano. Recuerdo las sensaciones maravillosas llenas de ilusión, con nerviosismo, en una permanente cuenta atrás. Son vitales y

se es mulan siempre que pienso en la Semana Santa. Se es mulan siempre que veo escenas e imágenes que me transportan a ese ambiente entrañable en el que tan a gusto y sa sfecha me encuentro perci-biendo a mi manera. Hay miles de detalles casi inapreciables que me hacen vibrar, desear y querer. Sé que ni les pasa a todos ni todos lo comprenden, pero a mí me hace feliz y me basta.

Los colores, los olores, los prepara vos, el cortejo, el recogimiento, la bulla, la mirada al cielo por si llueve, la importancia de las imágenes tulares, las expresiones de los que observan, la música, la solemnidad de las decisiones. Todo ello es necesario para el mis cismo terrenal de inmensa belleza y espiritualidad. Me parece bien. Defi endo la Semana Santa a toda costa, contra viento y marea por encima de las opinio-nes más crí cas y adversas. Pero no quiero olvidar que lo que se produce externamente cada primavera, e internamente cada día, es una expresión de fe. Con la despedida del Papa me vienen a la memoria sus palabras, las que denotan el agotamiento profundo que ha podido con él: ”Los cris anos deben dejar su egoísmo, su individualismo, sus ambiciones personales”.

¡Qué profundidad y qué capacidad de convicción tendría la Semana Santa representada en nuestras pro-cesiones si esos fuesen los valores que se mostrasen en los corazones limpios de los cofrades! Es la se-mana de Pasión. La que sufrió Jesús. La que terminó con su vida mortal. El Cristo Yacente que nos inunda de pena y amargura también es el paso defi ni vo al triunfo eterno: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

Viviremos la entrada en Jerusalén con los vítores y la alegría. La traición en su mayor nivel. La condena por el miedo a perder infl uencias. La cobardía y la ambición. La negación a pesar de la advertencia. La soledad, el sufrimiento y la humillación. La muerte. Y la resurrección.

Sintamos lo especial. Compartamos el alarde de hermosura. Gocemos con los momentos que se repiten y que siguen siendo únicos. Pero sobre todo, comprendamos la enorme trascendencia de la Semana Santa. Tenemos la Buena Nueva. Para eso sucedió el milagro.

Esperanza Oña SevillaAlcaldesa de Fuengirola

La trascendencia de la Semana SantaSicoimm

Ddolle

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Cada año espero con estusiasmo”Mi Viernes Santo”, ese viernes en el que po-nemos nuestra fe, ilusión y esfuerzo en una humilde procesión.

Cristo de la Caridad, ese Cristo doloroso que con su mirada al cielo nos enseña a darlo todo hasta el extremo, a demostrar en que si se quiere a alguien damos todo por él.

Yacente de la Paz y la Unidad, gracias por entregarte por nosotros, gracias por saber que a nuestro lado hay alguien que nos cuida y nos protege, gracias por amarnos y darlo todo por nosotros en un simple y humilde madero.

María San sima del Amor y Soledad, madre del Redentor, Virgen fecunda, reina de todos nuestros cora-zones enseñanos que, como tú, nuestros corazones estén llenos de espinas, a dar fe de que creemos en tu hijo, Jesucristo, a seguirlo como tú lo seguiste al pie de la cruz hasta el Calvario donde dió todo por nosotros.

¡Viva el San simo Cristo de la Caridad!

¡Viva el San simo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad !

¡Viva la Virgen del Amor y Soledad!

Chris an Carrasco SánchezMonaguillo de la Parroquia de Ntra. Sra. Del Carmen

Mi Viernes Santo

ber que a nuestro lado

15Smto. Cristo de la Caridad

16Smto. Cristo Yacente de la Paz y la Unidad

17María Santisíma del Amor y Soledad

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Desde hace unos meses, la Casa Hermandad del San simo Cristo del Yacente cuenta con un huésped de excepción. Se trata de un soberbio lienzo de Cristo en la cruz donado recientemente a la Iglesia de Ntra. Sra. Del Carmen y que, temporalmente, se encuentra en depósito en nuestras dependencias para su custodia y exhibición pública. Sirva el presente análisis para enfa zar su valor patrimonial y promover su difusión entre los hermanos y amigos de la cofradía.

La escena representa a Cristo suplicante dirigiendo su mirada al cielo durante su agonía en la Cruz (Mateo 27, 32-56; Marcos 15, 21-41; Lucas 23, 26-49; Juan 19, 17-28). Clavado con 4 clavos, apoya los pies en un subpedáneo, porta la corona de espinas y se cubre con el paño de pureza. Sobre su cabeza, cuelga la cartela en hebreo, griego y la n que, según el relato bíblico, Poncio Pilatos ordenó colocar: “Éste es Jesús el Nazareno, rey de los judíos”. A los pies de la cruz, en la línea de erra, yace la calavera de Adán, primer hombre cuyo pecado trajo la muerte al mundo y fue redimido por la sangre del Mesías. Al fondo, se perfi la una majestuosa ciudad de Jerusalén plena de edifi caciones de es lo clasicista y una tenebrosa línea del horizonte.

La obra debe datarse en las postrimerías del siglo XVIII, en el declinar del arte barroco y los albores del Neoclasicismo. Uno de los indicadores de lo expuesto es el concepto tan clasicista del desnudo en la línea de composiciones de Mengs o Bayeu, como lo manifi esta el cuerpo apolíneo de Cristo, su serenidad y belleza, carente de drama smo, así como su esta smo y reposo, próximos a la escultura clásica.

La composición ene varios antecedentes pictóricos dignos de destacarse. El más temprano es un cuadro de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez tulado Cristo en la cruz, que data de 1631 y se custodia en los fondos –no expuestos- del Museo Nacional del Prado. Las semejanzas entrambas obras son notorias. Ambas efi gies alzan su rostro al cielo formulando la frase “Padre, ¿por qué me has abandonado?” en un soliloquio pleno de pasión y mis cismo.

La composición se resuelve de manera similar en ambos cuadros, a saber, cruz y efi -gie de Cristo en primer plano enmarcados por un fondo de paisaje con arquitectura. Aunque, quizá, el lienzo de Fuengirola se adapte mejor al pasaje bíblico en cuanto a tratamiento lumínico se refi ere, consistente éste en un paisajecasi anochecido donde la luz se concentra e irradia del cuerpo de Cristo que parece quedar suspendido en la vibrante atmósfera. A pesar de lo cruentode la escena, la imagen des la una profunda serenidad y armonía enfa zadaspor el propio paisaje del que el ar sta ha eliminado cualquier concesiónfi gura va que pudiese distraer la atención de la silueta de Cristo. La segunda referencia pictórica que muestra analogías es lís cas con nuestra obra se encuentra en el recinto pala no de Aranjuez y está fi rmada por el eminentepintor neoclásico Anton Raphael Mengs (Bohemia, 1728 - Roma, 1779).

El cuadro, en cues ón, ofrece una lección magistral de espiritualidad y hondo clasicismo en la efi gie de Cristosobre un fondo de celajes luctuosos.

CRISTO EN LA CRUZUNA JOYA BARROCA EN LA SEDE DEL YACENTE.

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Dejando a un lado las similitudes es lís cas con otras realizaciones pictóricas, el cuadro de Fuengirola exhibe una serie de par cularidades que merecen un breve análisis. Quizá la más llama va y que difi ere de las obras comentadas es el color del paño de pureza, que no es blanco –como suele ser habitual en la sim-bología cris ana- sino azul. Un sudario azul en una zona tan próxima al mar es una casualidad no exenta de lirismo. Otro rasgo que no está presente en los cua-dros antes mencionados es la posición de la pierna diestra de Cristo, ligeramente adelantada y dibujando una suave fl exión que dota a la silueta de una cadencia en forma de “S”, llamada serpen nata dentro del argot ar s co. El desnudo es perfecto, no presentando huella de mar rios ni de rastros de sangre. Se trata de una anatomía pintada con blanca y su l carnación ofreciendo como resultado una epidermis de tactos nacarados y pincelada casi escultórica, sin apenas pasta de color, que crea un cuerpo incendiado de luz, más no por ello menos real.

Sin duda, nos encontramos ante una obra pictórica de primer nivel que ha pasado felizmentea incrementar el patri-monio de la Iglesia de Ntra. Sra. Del Carmen por la ines mable mediación del Rvdo. D. Damián Ramírez y Lozano y que, para regocijo de los hermanos de la Cofradía del Stmo. Cristo Yacente, se encuentra temporalmente expuesta en las remozadas instalaciones de nuestra Casa Hermandad. Sin lugar a dudas, una visita obligada en el devenir por la ciudad.

Juan Rubén Benjumea CobanoLicenciado en Historia del Arte.

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DOMINGO DE RAMOS

Misas de 9:30 / 11:30 y 19:00

A las 11:15 se bendecirán los Ramos en el Parque de España y se iniciará la procesión hasta la Iglesia

LUNES, MARTES Y MIÉRCOLES SANTO

Misas a las 9:30 y a las 19:00

JUEVES SANTO

Ofi cios a las 18:00 / Hora Santa a las 11 de la noche

Confesiones de 21:30 a 22:30 y de 12 a 1:00 de la madrugada

+ La Iglesia permanecerá abierta toda la noche +

VIERNES SANTO

Vía Crucis a las 12:00 de la mañana // Ofi cios a las 18:00

Procesión de la Cofradía a las 20:15

SÁBADO SANTO

SOLEMNE VIGILIA PASCUAL A LAS 11 DE LA NOCHE

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Misas de 9:30 / 11:30 / 19:00

Horarios Parroquia Semana Santa

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Ya lo dice nuestra historia… “… Si bien las Procesiones se remontan a 1976, no es hasta 1983 cuando se funda ofi cialmente la Muy Ilustre y Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Caridad, Santísimo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad y María Santísima del Amor y Soledad …” Han pasado 30 años desde la aprobación de los Estatutos que rigen los destinos de esta Corporación Naza-

rena que, desde sus orígenes, tiene en su haber contar desde aquel año y entre otros, con el Cuerpo Nacional de Policía como Hermano Mayor Honorario.

Entre las razones que movieron a la Hermandad a conceder este título fi -guraba el destacado y necesario papel que ha desempeñado y desempeña esta institución en nuestra sociedad como garante de los valores recogidos en nuestra Constitución. Hay que destacar que esta distinción no conlle-va ninguna obligación, aparte de consolidar una relación entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Hermandad que ya existe, puesto que agentes de la Policía Nacional escoltan cada año al Santísimo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad durante su Estación Penitencial del Viernes Santo fuengiroleño.

Esta estrecha vinculación motivó además que en 2001, y coincidiendo con el XXV aniversario de la bendición de la imagen de María Santísima del Amor y Soledad (Luís Álvarez Duarte, 1976), el entonces Ministro de Interior, hoy

Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, concediera a nuestra Sagrada Titular, la Medalla al Mérito Policial con Distintivo Blanco. Dicha condecoración que luce cada Viernes Santo, le fue impuesta durante el transcurso de una solemne Eucaristía celebrada en El Carmen el 29 de junio de aquel año 2001.

Desde el pasado año además, efectivos nacionales se suman a la celebración de la Onomástica de nuestro Sagrado Titular que tie-ne lugar cada 2 de noviembre, coincidiendo con la Festividad de los Fieles Difuntos. En 2012 y para la ocasión, dos agentes es-coltaron el Cuerpo del Señor que presidió el Bajo Presbiterio del Templo y quedó expuesto en Besapiés tras la Eucaristía en su ho-nor celebrada a las 19:00 horas de la tarde.

Hay que aclarar que el acompañamiento a nuestro Titular, tanto el Viernes Santo, día de su Salida Procesio-nal, como en su Festividad del 2 de noviembre, atiende a criterios voluntarios de cada agente al que, bajo ningún concepto se le impone nada, primando en todo momento la libertad de religión de cada individuo, así como su derecho a participar de modo personal en las manifestaciones religiosas que ve oportuno.

30 años custodiando el Cuerpo de Cristo. Tres décadas de vinculación con el Cuerpo Nacional de Policía, cuya Comisaría se ubica además en la feligresía de la Parroquia del Carmen, Sede Canónica de nuestra Hermandad. Manuel Díaz Ruiz Periodista y Cofrade

30 Años custodiando el cuerpo de Cristo

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Custodia en sus dependencias la Muy Ilustre y Venerable Hermandad y Co-fradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Caridad, Stmo. Cristo Yacente de l a Paz y la Unidad y Mª Stma. Del Amor y Soledad una fotogra a de gran for-

mato cedida por don Luis Álvarez y Duar-te -su excepcional ar fi ce- de nuestra tular mariana que, sin género de

duda, merece el presente análisis.

La lámina en cues ón se exhibe actualmente en el fl anco frontal de la meseta de la escalera que permite el acceso a las dependencias superiores de nuestra Casa Hermandad, fl anqueada habitualmen-te por sendos maceteros, en un cuadro sin cristal y sucinto marco.

Se ha u lizado con frecuencia por la corporación en exposicio-nes y otras efemérides cofrades, por lo que el deterioro debido al uso es percep ble en algunas zonas. Así, en papel fotográfi co enblanco y negro aparece captada la soberana efi gie de Mª San sima

del Amor y Soledad, con toda probabilidad en fecha inmediatamente posterior a su hechura.De modo que sin temor a errar podemos establecer la cronología de 1973-1974 como válida para la referida ins-tantánea.

A nivel morfológico, hemos de indicar que único un punto de luz fron-tal ilumina la imagen, situada delante de un poderoso fondo negro que minimiza cualquier nota frívola. Pareciera incluso que el ma z negro de la fotogra a realzase aún más el dolor de nuestra tular - bellísima matrona andaluza transida de amarguras y honda pesadumbre ante la muerte de su hijo- y le otorgase una trascendental espiritualidad. Llama la atención la indumentaria que exhibe María San sima, inusual en una efi gie de nueva hechura y que por entonces no estaba adscrita a corporación religiosa alguna. Luce soberbia corona, manto con pro-fusos bordados, rico rostrillo o tocado, puñal suntuoso y pañuelo de primoroso encaje para enjugar sus lágrimas. Pero analicemos con más detalle estas preseas.

La corona es de pología imperial con base circular sobre la que asienta un voluminoso canasto, en el que se aprecia una profusa labor de repujado con mo vos vegetales –acantos, roleos, símbolos pasio-nistas, etc.-, y sinuosa ráfaga de haces de rayos que sirven de base a dieciocho estrellas de ocho puntas, ornadas en su centro con piedra preciosa. Existen dos ejemplares muy similares en la Semana Santa his-palense. Las sendas piezas a que nos referimos coronan los rostros de Nuestra Señora del Subterráneo,

Ntra. Sra. del Valle

Una fotografía con historia

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tular de la Cofradía de la Cena, radicada en la Iglesia de San Nicolás de Bari vulgo de los Terceros; y la de Nuestra Señora del Valle, de la Cofradía homónima que ene su sede canónica en la Iglesia de la Anunciación.

El manto y la saya que ostenta la Señora, de riguroso negro, están ornados con serpenteantes mo vos ve-getales bordados a realce con hilo de oro, en la línea composi va del célebre bordador sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Un delicioso tocado de tul bordado enmarca el rostro de María, desprovisto de cualquier alhaja o bagatela y sólo atravesado por magno puñal con perlas y piedras semipreciosas engastadas. Uno muy similar luce en sus salidas proce-

sionales la referida Virgen del Subterráneo en la tarde noche del Domingo de Ramos.

Por úl mo, un pañuelo de encaje de bolillos – de es lo comúnmente denominado torchón- cubre de manera exclusiva la mano derecha de la Madre de Dios para secar sus lágrimas. Y concluye aquí este análisis, que ra fi ca el hecho de que las imágenes son parte indisoluble de nuestra Historia. Sirva para enfa zar el valor de ésta, su difusión y conocimiento entre los hermanos y devotos de la Hermandad; y, en úl ma instancia, como loa a María San sima del Amor y Soledad, egregia des -nataria siempre de todo nuestro tesón y esfuerzo.

Juan Rubén Benjumea y Cobano Licenciado en Historial del Arte.

Ntra. Sra. del Subterráneo.

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Las Sagradas Escrituras nos enseñan entre sus líneas que para que Dios p u -diese jus fi car a los creyentes sin pasar por alto su jus cia, su Hijo de- b í a sufrir hasta la muerte, tanto a nivel sico como a nivel emocional y espi- r i -tual. Con otras palabras, sus sufrimientos fueron únicos porque Él era único. De esta manera, Dios quiso que nosotros supiéramos eso, que no fuésemos igno-rantes de lo que signifi có para Jesucristo venir a salvarnos. Es por eso que en el relato de los Evangelios se narra con tantos detalles la semana de la Pasión, más

que cualquier otro aspecto de la vida de Jesús. Y uno de esos detalles es la corona de espinas con la que Jesús fue coronado antes de su crucifi xión.

Ahora bien, ¿qué debemos ver en esa corona con que Cristo fue co-ronado? ¿Qué refl exiones podemos extraer de este detalle de la cru-cifi xión?

La intención obvia de estos soldados no era únicamente la de torturar al mismo Jesucristo, sino también burlarse de Él. El mis-mo Hijo de Dios no sólo había asumido una naturaleza huma-na, lo que en su caso era de por sí una gran humillación, sino que ahora voluntariamente descendió a un punto más bajo toda-vía: permi ó que sus criaturas le hicieran objeto de sus burlas.

Los soldados romanos hicieron un carnaval ese día y el personaje central de su desfi le no era otro que el Rey de reyes y el Señor de se-ñores, representando la caricatura de un monarca. Aquello fue sen-cillamente una manifestación de la naturaleza humana caída en

su odio y desprecio hacia Dios.

Pero esta corona de espinas, tan humillante y vergonzosa, ene un mensaje para todos nosotros. Esta corona ene un mensaje que dar, tanto al mundo perdido como a los creyentes.

Al mundo incrédulo esta corona le anuncia que Cristo vino al mundo a salvar a pecadores y eso por ne-cesidad implicaba la cruz con toda su vergüenza y sufrimiento.

Esa corona de espinas fue puesta sobre su cabeza por los soldados romanos con una intensión per-versa, al igual que la cruz, que también fue voluntad del Padre, con la que el Señor fue humillado hasta lo más bajo para poder llevar sobre sí nuestra vergüenza por causa de nuestros pecados. Para que nosotros pudiésemos recibir la corona de vida, Cristo debía llevar la corona de espinas.

La espina de la que emana el Amor

uno de esos detalles

p u -b í a

r i -

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Por eso podemos hoy predicar el Evangelio y ofrecerle al pecador en Cristo el perdón de todos sus pe-cados, porque el Señor estuvo dispuesto a sufrir lo que sufrió, incluyendo la humillación de la que fue objeto en aquel día.

Pero esa corona ene un mensaje para los creyentes también. Por un lado nos recuerda que nosotros somos seguidores de uno que primero fue a la cruz y luego entró en la gloria; pero por el otro lado, esa corona nos re-cuerda que, aún cuando el mundo quiso hacer de Cristo una caricatura de Rey, a través de esa misma humilla-ción, Él estaba a punto de obtener la más grande de las victorias, triunfando sobre el mal en la cruz del calvario.

Hoy día la Iglesia de Cristo también parece débil ante los ataques del mundo; cada uno de nosotros está rodeado de debilidad y de muchas tentaciones. Pero es imposible que un verdadero creyente se pierda al fi nal de la batalla, porque nosotros estamos del lado de Aquel que venció a la muerte resucitando al tercer día.

Javier Rosales HaroMaestro y Cofrade

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Representa a Cristo en la cruz, elevando su mirada al cielo en el ins-tante previo a su expiración, exhalando el postrer hálito de vida. Cla-vado con tres clavos y exento de corona de espinas, sólo aparece cu-bierto por un paño de pureza de perfi l asimétrico y anudado en el costado izquierdo. Morfológicamente sigue el arque po de crucifi ca-do barroco confi gurado en los siglos XVII y XVIII por escultores como Juan de Mesa, los hermanos Ocampo o Francisco Ruiz Gijón, si bien con una mayor concepción hiperrealista. Técnicamente, se nota un tra-tamiento muy sensible de la superfi cie. Hay un estudio magistral de la anatomía. Se siente la piel, pero bajo ella vibran músculos y vasos.

La imagen, de talla completa o bulto pleno, es obra del escultor ma-lagueño Don José María Ruíz Montes y data del año 2005. La efi gie ene una altura total de 1,83 cen metros, está ejecutada en ma-

dera de cedro y se alza sobre una cruz arbórea de madera de pino. Una soberbia policromía resalta la plás ca y amplios hilos de san-gre y signos de mar rio acentúan el drama smo de la composición.

Smto. Cristo de la Caridad

Smto. Cristo Yacente de la Paz y la Unidad

Representa a Cristo, tras su crucifi xión, muerto y depositado en el Santo Sepulcro. Su cuerpo extenuado exhibe huellas manifi estas de mar rio y sufrimiento. Sin embargo, un inmenso sosiego inundasu faz, que cae –exonerada- sobre su hombro diestro. Sus ojos permanecen ligeramente entornados, al igual que las comisu-ras de sus labios. Es lís camente, la escultura se inspira en los cánones de la plás ca barroca española y, muy especialmen-te, en el arque po de Cristo yacente instaurado por Gregorio Fernández dentro de la estela de la escuela barroca castellana. El estudio corpóreo es excepcional. La epidermis, lívida y cenicienta,adquiere una sensibilidad casi tác l. El peinado está resuelto con grandes mechones o bucles -con prolija labor de gubia- que acentúan el contraste lumínico y la intensidad de luctuoso instante. Cúbrese su cuerpo con un paño de pureza de amplios y voluminosos pliegue.

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Representa a María afl igida al pie de la cruz, transida de soledad y amargura tras la expiración de su hijo. Luce esta efi gie un excelso rostro de armoniosos y proporcionados rasgos fi sonómicos, ca-denciosamente elevado hacia el lado diestro en ac tud suplican-te. La nariz es de buen dibujo y factura, al igual que su boca, lige-ramente entreabierta revelando dos líneas de marfi leños dientes. Cuatro hileras de lágrimas surcan su rostro. La policromía, muy acertada y ar s ca, de suaves entonaciones nacaradas conjuga los ma ces pálidos de las mejillas con otros más infl amados en los párpados, con resultados de una gran emoción visual. Las ma-nos abiertas y suavemente fl exionadas cierran la composición.

La faz virginal y sublime de María San sima del Amor y Soledad condensa de modo armonioso mansedumbre, lirismo, ternura así como remansada congoja. Su entrecejo crispado y la ausencia de cualquier nota trivial la anegan en una expresión de hondo descon-suelo, sólo aminorado por su amor. Sus ojos parecen tañer las liras de la eternidad, mientras ofrece resignada su sacrifi cio maternal ante Dios y los hombres. Etéreo broche de oro del Viernes Santo, donde todos los elementos embellecedores parecen detenerse en una línea de exquisitez y primor, esta Mater dolorosa cons tuye una lección soberana de dolor elegante y dulcifi cado para asombro de píos y escép cos.

La imagen, de candelero para ves r y madera polícroma, data de 1973 aunque fue adquirida en 1976gracias a la ines mable intercesión del Ilustrísimo Sr. Don Manuel Gámez y López, Canónigo de la S.I. Catedral de Málaga y Don José María Claros y López, a la sazón padrino de la imagen. La magnífi ca efi gie es inspirado crisol del genio del escultor hispalense Don Luís Álvarez y Duarte, quin-taesencia de la imaginería neobarroca andaluza.

María Smta. del Amor y Soledad

n una línea de exquisitez y primor,

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El año en curso el trono de Nuestra Señora del Amor y Soledad acrecienta sus preseas con la incorpora-ción de una nueva candelería para el fron s del mismo que viene a sus tuir el tradicional tren de velas que había sido u lizado hasta la fecha por la cofradía.

El taller Paula Orfebres, enclavado en la localidad cordobesa de Lucena y especializado en toda clase de restauraciones y baños de “oro, plata y níquel”, ha sido el ar fi ce de tan sobresaliente obra. La cande-lería, en cues ón, consta de un total de 58 piezas, realizadas en metal plateado de orfebrería repujada cincelada a mano con mo vos vegetales y pie tripar to de orfebrería cincelado.

La esté ca de las dis ntas piezas con núa la impronta dieciochesca que, por lo demás, es tan caracterís- ca en este trono de la semana santa fuengiroleña. Así, acantos, roleos vegetales, tarjas y cartelas cam-

pean por doquier, confi gurando una obra de primer nivel poseedora de una esté ca depurada que viene a enaltecer el prodigioso conjunto orfebre que exhibe nuestra venerada tular mariana en sus salidas procesionales por las calles de Fuengirola.

Desde una esfera simbólica, son numerosas las publicaciones que apuntan a que la candelería es una transposición en metal del pasaje bíblico del Éxodo que habla de la zarza que estaba ardiendo y nunca se consumía. De lo que no hay duda es que la Virgen emerge sublimada ante esa diáspora de luz que proyecta la candelería, símbolo en úl ma instancia de la presencia salvadora y revelada de Dios.

Sin lugar a dudas, una feliz realización que cristaliza el tesón constante de la corporación por acrecentar su patrimonio ar s co y litúrgico para mayor gloria de sus amados tulares.

Juan Rubén Benjumea Cobano.Licenciado en Historia del Arte.

Nueva Candelería para ti, ¡Señora!

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A CRISTO CRUCIFICADO

Tú eres agua viva que en con omanan al de purísima nobleza,te maltrataron dejando tu color

sombríopero con el esplendor de tu pureza;

siempre pensé que fuiste míopor ser el torrente de grandeza,

y me arrojo a la fuente de encantocon tu sufrimiento divino y santo…

A mi Cristo Crucifi cado de rostro cadavérico las mero,

erno quejido de corazón heridoeco suave de tu amor primero;¡ay! de tu luz y glorias rodeadoyo seré el que más te quiero,en tu cruz yo clavado quisieray a tu lado mi alma muriera…

Y tú, feliz, que hallaste la muerteen largo padecer del camino,el pueblo llora por perderte

y ese dolor llegará a su des no;corona de espinas implacable en tu

frente

grabada con sangre será tu sino,iluminaste con tu luz la viday brillará siempre tu imagen

querida.

A CRISTO YACENTE

Yo quisiera Señor, fa gado Besar tu dolorida frente,

acariciar tus pies ensangrentadosen el Viernes angus ado de gente…

Yo quisiera Señor, en la noche sombría

pedirte piedad y clemencia,Tú que tanto por todos sufrías

un silencio a Tú dulce presencia…

Que soledad en el cielo estrelladouna angus osa pena se refl eja,

en la hora de Tu muertelloros del pueblo, todo se aleja…

Flor de preciado aroma

perfume de olor se aspira,palomas del cielo asoman

en susurro de amor todo gira…

Oscurece la noche benditaen este día de dolor,

Cristo muere por los hombrespor la Verdad y el amor…

Hay paz en su dulce rostroPareces mi Señor dormido,Su fi gura nos deja latente

Entre el recuerdo y el olvido…

Muere al despertar la aurorahasta la luna la vemos triste,

Cristo nos deja el alientoy en su fi nal, nos bendice.

A LA VIRGEN DEL AMOR Y SOLEDAD!

Pueblo de Fuengirolasecad lágrimas de pena,

clavad la mirada en el cieloCristo doblegado, ahí llega,

Él, es amor y consuelo…

Manojito de doloressiente la Soledad,

un puñal lleno de espinasentre sus manos de paz…

No más llanto y de rodillascon Cristo Crucificado,

la Madre sufre deshechaante su Hijo amado…

En la noche sin sonrisadonde el pueblo noble adora,

con sentir acuden deprisapara ver a la Señora…

Hilos desnudos de lunaen la noche apasionada,

es la Madre la ternuraen su carita callada.

Gruesas lágrimas consoladorasen la alba toca enjugando,

y en su Faz encantadorala palidez del espanto…

Dicen que lo negro es sombrasi no arroja luz por ello,

dime: ¿Por qué brilla tantola luz de tus ojos bellos?

Miguel Moreno Puertas3030

Casa Hermandad

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C/ España

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Lateral P.Contitución

Itinerario 2013Salida Casa Hermandad ( 20:15 h. )Camilo José CelaC/ VictoriaC/ CuestaC/ PalangrerosC/ LargaC/ EspañaPlaza de la Constitución ( Bar la Plaza )C/ CervantesPlaza de la Contitución ( 22:30 h. )Condes de San IsidroC/ VictoriaCamilo José CelaEncierro Casa Hermandad